las cegueras del conocimiento
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Trabajo Sobre Edgar Morin.TRANSCRIPT
Universidad De Concepción
Facultad De Educación
Departamento De Ciencias De La Educación
LAS CEGUERAS DEL CONOCIMIENTO:
EL ERROR Y LA ILUSIÓN
Principios De Educacion I
Prof. Dr. Daniel Neira
Alondra Muñoz Vilugrón
Bastian Muñoz Oñate
Cindy Silva Castro
Pedagogia En Filosofía
Lunes 7 De septiembre de 2015.
http://lafilosofaesfilosofa.blogspot.com
Las cegueras del conocimiento: El error y la ilusión
En este capítulo del libro, Morín nos señala los diferentes problemas a los que
nos enfrentamos cuando creemos tener conocimiento de algo, nos habla de
los diferentes condicionamientos que existen dentro de nuestras sociedades o
incluso en nuestra propia mente, los cuales afectan directamente el desarrollo
del verdadero conocimiento tanto como a la búsqueda de éste.
El conocimiento no es fiel representación del mundo exterior, pues nuestras
percepciones son traducciones y reconstrucciones cerebrales formadas gracias
a los estímulos del exterior, que resulta susceptible a distintos fallos. También
ocurre con el intelecto, donde es posible el error en las codificaciones de
palabras, pensamientos, ideas, etcétera.
Como vemos, conocimiento corre el riesgo de error o de ilusión, para Morín la
educación del futuro debiese encargarse de afrontar este problema partiendo
desde este, es decir, enfrentarse a ambos problemas, detectándolos,
analizándolos y combatiéndolos.
El desarrollo del conocimiento científico es un medio poderoso de detección de
errores y de ilusiones, sin embargo, ninguna ciencia está exenta al error, por
esto mismo, Morín cree que la educación debe identificar los orígenes de los
errores, ilusiones y cegueras para así lograr llegar el buen conocimiento.
“Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que, sabiendo algo, no
procuran la transmisión de esos conocimientos”. (Miguel de Unamuno.)
A continuación, revisaremos los distintos puntos expresados dentro de este
capítulo en torno a las dificultades del conocimiento.
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El talón de Aquiles del conocimiento:
Existen cuatro tipos de errores que identifica Morín: el error mental, el error
intelectual, el error de la razón y las cegueras paradigmáticas, las cuales
definiremos más adelante.
Para Morín existe una estrecha relación entre la inteligencia y afectividad, es
por ello que la facultad del razonamiento puede verse disminuida o hasta
destruida por un déficit de emoción o también por el debilitamiento de la
capacidad para reaccionar, que puede llegar a ser causa de comportamientos
irracionales.
La teoría del error, muestra que hay un riesgo de error bajo el efecto de
perturbaciones aleatorias o ruidos, en cualquier transmisión de información o
en cualquier comunicación de mensajes.
Tipos de errores:
1) El error mental: Consta principalmente en que ningún cerebro permite
distinguir la alucinación de la percepción, el sueño de la vigilia, lo imaginario de
lo real, lo subjetivo de lo objetivo. En cada mente también existe la posibilidad
de auto-engaño y la mentira a uno mismo, una de las principales fuentes de
error e ilusión. Cuando una memoria no se regenera con la remembranza,
tiende a degradarse, así como cada remembranza puede alterarla o
desfigurarla.
2) El error intelectual: Este error hace alusión a teorías, ideales u otros que se
ciegan ante sus conocimientos y no permiten ser refutados o debatidos. Se
dice que nuestros sistemas de ideas protegen los errores e ilusiones que están
inscritos en ellas. Forma parte de la lógica organizada de cualquier sistema de
ideas el resistir a la información que conviene. Las teorías científicas son las
únicas en aceptar la posibilidad de ser refutadas, pero también tienden a esta
resistencia.
3) El error de la razón: La actividad racional es aquella que no permite distinguir
entre lo imaginario y lo real, lo objetivo de lo subjetivo, la vigilia del sueño,
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etcétera; es la racionalidad la que corrige. Lo contrario a la racionalidad es la
racionalización, la cual toma las mismas fuentes que la racionalidad pero
constituye una de las fuentes de errores más grandes debido a que es cerrada
y no permite objeción alguna. La racionalización se funda sobre bases
mutiladas y se niega a la discusión de argumentos y a la verificación empírica.
Es aquí donde Morín nos advierte de que debemos reconocer un principio de
incertidumbre racional; si no se mantiene su autocrítica, la racionalidad arriesga
permanentemente a caer en la ilusión racionalizadora. En resumen, este error
se manifiesta cuando la racionalidad se convierte en racionalización, es decir,
cuando no se tiene capacidad de autocritica.
4) Las cegueras paradigmáticas: Para entenderlo, debemos saber que un
paradigma se puede definir de dos formas: como la promoción/selección de los
conceptos maestros de la inteligibilidad, en donde el nivel paradigmático es el
de principio de selección de las ideas que están integradas en el discurso o
teoría o que son apartadas y rechazadas; o como la determinación de las
operaciones lógicas a expensas de otras como la disyunción en razón de la
conjunción, le da validez y universalidad a la lógica que ha escogido, es por
esto que da a los discursos o teorías que controla las características de verdad
y necesidad, un paradigma puede al mismo tiempo dilucidar y cegar, revelar y
ocultar; Morín señala que en su seno se encuentra escondido el problema del
juego de la verdad y el error.
“La Ciencia no piensa” (Martin Heiddeger.)
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Imprinting y normalización.
El Imprinting, es un término propuesto por Konrad Lorentz para dar cuenta de
la marca sin retorno que imponen las primeras experiencias de los jóvenes
animales. Si aplicamos este término en un contexto humano, sería apropiado
decir que desde que nacemos estamos de cierta forma “condicionados” por
nuestra cultura, por nuestro tipo de familia, ideologías que se presentan en
nuestro entorno, entre otros.
Todas las determinaciones tanto sociales como económicas o políticas (poder,
jerarquía, división social, etc.), junto a las culturales, convergen y hacen
sinergia para encarcelar al conocimiento en un multi-determinismo de
imperativos, normas, prohibiciones, rigideces y bloqueos. En pocas palabras,
condicionan al humano en su pensar, en el conocer. La selección sociológica y
cultural de las ideas raramente obedece a su verdad, o por el contrario, puede
ser implacable con la búsqueda de verdad.
Noología: Posesión:
Para Morin, las ideas no son solo productos de nuestra mente, sino que
también son seres mentales que tienen vida y poder, de esta forma, ellas
pueden poseernos. Las ideas existen por y para el hombre, así como también
existen por y para las ideas; nos podemos servir de ellas solamente si sabemos
también servirles. Aquí lo que Morín quiere expresar es que hay ideas que se
apropian del ser humano, de su pensamiento, no permite que el hombre
cuestione estas ideas o se salga de ellas, son ideas utilizadas para domesticar
sociedades e individuos, es por esto que el autor dice que las únicas ideas que
debemos considerar dignas de fe son las que conllevan la idea de que lo real
resiste a la idea, lo cual es fundamental para luchar contra la ilusión.
Lo inesperado:
Debemos estar preparados para la llegada de lo inesperado, una vez presente,
debemos ser capaces de revisar nuestras teorías e ideas en vez de dejar entrar
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por la fuerza el hecho nuevo en la teoría, la cual es incapaz de acogerlo
verdaderamente. Con esto, Morín pretende explicar que debemos estar
abiertos a la discusión y el análisis de los argumentos que se generen en torno
a alguna idea, teoría o pensamiento antes de considerarle como verdadero.
La incertidumbre:
Las posibilidades del error y de la ilusión son múltiples y permanentes; las que
vienen de la esfera cultural y social, inhiben la autonomía del pensamiento y
prohíben la búsqueda de verdad; aquellas que vienen del interior, encerradas a
veces en el seno de nuestros miedos y conocimientos , hacen que los
pensamientos se equivoquen entre ellos y si mismos.
Para Morín, el conocimiento del conocimiento debe aparecer ante la educación
como un principio y una necesidad permanente.
“Ninguna teoría concuerda con todos los hechos de su dominio, pero la teoría
no es siempre la culpable de ello. Los hechos están constituidos por ideologías
más antiguas, y el choque entre hechos y teorías puede ser prueba de
progreso. Semejante choque, además, constituye un primer paso en el intento
de descubrir los principios implícitos en nociones observacionales muy
comunes y familiares.” (Paul Feyerabend.)
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Aplicación en el Aula:
Trabajo de investigación:
Objetivo: Lograr reconocer las dificultades que presenta el error en la
percepción para el desarrollo del conocimiento.
Para trabajar el tema del error y la ilusión dentro del aula de clases, hemos
decidido utilizar las imágenes del Pintor Ucraniano Oleg Shuplyak, en las que
pinta un paisaje natural en donde ordena sus elementos de modo que logren
formar un rostro, el cual, para reconocerlo, requiere de una segunda
observación, la que por consiguiente, da con un nuevo resultado, es decir, una
nueva visión de lo que se está observando.
Estos cuadros serán presentados a los alumnos de forma que estén divididas
en dos y no les sea posible reconocer el rostro oculto en ellas. Se les
consultara que es lo que ven. La respuesta esperada es que digan: “distintas
pinturas de paisajes”. Luego, se les mostrará las imágenes, ahora unidas, y se
les solicitará un análisis más a fondo de lo que ven, en esta instancia se espera
que logren reconocer la cara escondida en las pinturas. Luego, se volverán a
ocultar las imágenes y se invitará a un nuevo grupo de alumnos a observarlas
en conjunto con el primero. El grupo nuevo al ver la imagen dividida
rápidamente, logrará descifrar el paisaje más no el rostro, a diferencia del
primer grupo, que logrará reconocer que en ellas hay un rostro.
Con esto se comprueba que dos observadores pueden estar viendo lo mismo
sin embargo no percibiendo las mismas cosas, pues el que posee la
información de que el cuadro presenta dos partes no se confundirá ni verá
menos de lo que ya sabe.
A continuación, ejemplos de imágenes a utilizar del autor mencionado:
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Críticas y desacuerdos con el tema.
“Una de las preguntas más absurdas que se plantean algunos pedagogos es la
de si, a la hora de educar, son más importantes los contenidos que la
formación.” (Ricardo Moreno.)
Todo debe tener una partida por su principio, al parecer Morin no pretende
establecer algo solido en que sustentar su postura. Primero que todo, no
considera ni se molesta en definir propiamente que es la educación, si bien,
como el plantea, en cierta forma un concepto no debe ser exactamente
definido, y al ser la educación un constante movimiento de conocimiento, al
menos si algo se puede definir o tratar de encauzar para tener alguna
referencia a lo que se está hablando, es ese movimiento, es decir su objeto, el
conocimiento, este ni siquiera especifica cómo es ese conocimiento, señala
que las ideas no deben poseernos ni debemos someternos a ellas cuando este
hombre no puede salir de su mundo.
¿Qué educación? ¿Qué conocimiento? ¿Cómo se transmite? Son palabras que
quizás faltan en la pluma de este autor, más bien sus definiciones prometen
algo, sí. Pero no nos dejemos engañar, toda la producción de pensamiento
teórico sobre la educación de la democracia occidental, se perfila como una
teorización de la escuela, institución carcelaria que se niega a dejar de existir y
que se apropia del concepto de educación en su totalidad, al menos en
occidente. Bien hecho Morin, definiendo las formas en que ese conocimiento
que busca la educación — ¿para el futuro?— se mantendría o mejor dicho se
desarrollaría en el único medio de difusión de la cultura en las democracias
occidentales, es decir, en la escuela. Cuando en realidad, la educación debe
vivirse a cada día, esta debe respirarse y para eso, el desarrollo epistemológico
al respecto no nos sirve mucho, pues occidente se vanagloria de todos sus
logros metafísicos en los campos del saber, pero seamos prácticos, una
educación de verdad, fuera de esta comunidad en aislamiento, debe contener
todo eso y más, es decir, un miembro de una comunidad debe tener adquiridos
los conocimientos tanto técnicos como teóricos, pero estos deben difundirse a
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través de los demás miembros de dicha comunidad en la práctica diaria,
aprendiendo desde la experiencia directa, desde el trabajo, no desde una
perspectiva de explotación capitalista por supuesto, más bien se le podría
llamar desde la actividad necesaria en el cual todo miembro de una comunidad
debe ejercer para aportar al mantenimiento de esta.
Como último punto, está el hecho de considerar que una educación debe ser
para el futuro, cuando el problema es aquí y ahora. ¿Por qué el humano
siempre tiende a la trascendencia cuando no puede ni sostenerse en pie en el
calor de la experiencia? Si queremos educación, una verdadera educación, la
queremos ahora. Dejemos de pensar en el futuro, la proyección es un concepto
tan peligroso como el desarrollo, estos van anclados de la mano. Hay que
desembarazarse de esa concepción de un mundo en el cual las cosas
necesitan literalmente ser dichas, esto nos hace perder el sentido misterioso
que puede prepararnos el camino de la experiencia, una verdadera educación
es la que se vive a cada momento, sin principio ni finalidad, solo ser en un
movimiento tal, que permita que el humano llegue a la consciencia de sí mismo
y de su entorno, permitiendo la armonía general, la ausencia perfecta, la
iluminación lúgubre de llegar a lo que se es, desde la multiplicidad a la
universalidad de las cosas en un viaje incesante, rico en su equilibrio con el
mundo.
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Conclusiones Generales.
¿Cómo podemos encauzar la educación para que se encuadre para la
reproducción de la sociedad occidental? Creemos que esa puede ser la
pregunta que Morin busca responder. Pues se basa en que el suelo por donde
debe partir este movimiento, están difuso, tan etéreo que no tiene por donde
afirmarse, pues el problema de la educación es que esta no está preparada
para enseñar que la práctica de ella misma se tambalea, ya que, en palabras
de Morin, todo conocimiento tiene una probabilidad de error, creemos que
Morin se plantea este problema a como puede ser visibilizado en el aula, pues,
si ponemos de ejemplo las ciencias, cuando un alumno pregunta sobre cierto
dato, como el origen del universo, diciendo o preguntando si hay alguna otra
forma de preguntarlo, el profesor se regirá por los conocimientos que están
plasmados en el libro que leyó, negando toda posibilidad de nutrir un proceso
de conocimiento y desmitificación de la ciencia. Por consiguiente, con la
invisibilizacion de que el conocimiento no es tan certero como creemos, de que
hay ciertos paradigmas que condicionan este conocimiento, además de los
lineamientos que nos impone la cultura, una verdadera educación no puede ser
ejecutada, pues la propuesta aquí es vislumbrar el contenido que demuestra
que el conocimiento no se presenta tan fuerte como es, si no que hay varios
aspectos que lo hacen fallar, pues de eso se trata, tropezar y volver a
levantarse, cada vez aprendiendo de las fallas y errores que podamos
encontrar en el camino, retirar las piedras con las que tropezamos.
Bibliografia.
E. Morin, E. M. (1999). Las Cegueras Del Conocimiento: El Error Y La Ilusión.
Santillana (Ed), Los 7 Saberes Necesarios Para La Educación Del Futuro (pp.
5-12). París, Francia: UNESCO.
R. Moreno. (s.f). Panfleto Antipedagógico. (s.l)
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