las cabras me hablaban

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las cabras me hablan

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Las cabras me hablabanLa cartas estaban echadas, ya no haba a quin defender, y a pesar de todo, su abogado, todava quera creer que Luis Honorio era un buen hombre. Revis entonces el sobre manila que estaba en su despacho, el cual contena la historia de vida de su cliente:Su madre falleci al momento del parto y cuando era muy chico su padre lo ataba junto a los marranos, para sobrevivir se vio obligado a alimentarse de la comida de stos animales. Fue encontrado a los once aos de edad con desnutricin y enviado a un orfanato. Su padre lo haba abandonado [] Comenz a delinquir a los catorce aos y termin siendo apresado por primera vez a los diecisiete. Aunque sali libre dos aos despus, la libertad le dur poco. Fue acusado de violacin por los dueos de un rancho para los cuales trabaj y declarado culpable [] Cumpli condena doce aos y se le dej en libertad por buena conducta. En su instancia en San Miguel, se tatu una cara sonriente en el hombro []Nunca quise hacerle dao a la hija de los granjeros, yo acababa de matar a una ternera porque haba nacido sin una pata, como a la ternera la mat a palazos, ella se enoj y cuando le di la espalda me golpe en la cabeza con la misma pala. Qu poda hacer? [] Ella sola acostarse conmigo, ese da slo le devolv el golpe.Luis Honorio era, con toda cerdeza, un mal hombre. Concluy el abogado al cerrar el sobre.VenganzaNo fue hasta terminarme la cerveza cuando me di cuenta que Josema era lo ms parecido a un amigo que haba tenido. Josema y los dems del bar eran como moscos que slo paraban de zumbar para sorber alcohol; te platicaban de todo, desde lo ms cotidiano hasta sus crnicas marcianas. Tomar el t de las seis para nosotros significaba encontrarnos aqu y permanecer bebiendo hasta que ya no quedaba un alma. Extraamente ese da me toc quedarme a solas con l, los dems trabajaban en un aserradero y se excusaron al terminar sus tragos diciendo que tenan que terminar un pedido para maana. Josema atenda una deshuesadora, donde su principal tarea era mantener las montaas de llantas en llamas. El humo le haba inyectado de sangre los ojos y el tizne pareca incrustado en los pliegues de sus nudillos. Cuando sus ojos rojos se quedaron fijos en m, saba que tena que decir algo y me arriesgu a ser ms sincero con l. l se atrevi a contarme como su esposa lo abandon por otro hombre, dejndolo al cuidado de su hijo. Yo tena que equilibrar la balanza as que le cont lo que la gente ya sabe de m, pero jams ha escuchado salir de mis labios: Lo de la vez que mat a mi padre. Al viejo no tard en encontrarlo, segua siendo el mismo que recordaba. Estoy seguro que l tambin me reconoci. Yo acababa de salir de la crcel, l seguramente la ltima imagen que tuvo de m fue cuando me dej atado al lamo para ya no volver. S que estaba resentido conmigo, era como si me culpara por la muerte de mi madre. Varias veces le dije entre lgrimas: Yo no ped nacer. l me quitaba el llanto a guantazos. Es lo poco que recuerdo de mi infancia: Llorar para intentar convencer a mi padre que yo no tena la culpa y largos das soleados atado cerca de donde los marranos. Uno de esos das, entre moscas, malos olores y el picoteo del sol, maquil como sera matarlo, pero no volv a verlo porque llegaron esas mujeres a llevarme lejos. Pareciera que en mi ausencia, el gusto por la bebida del viejo slo se acentu. Lo segu una vez que sali cayndose de borracho de una cantina. Sigiloso, lo escolt hasta donde viva. Cuando abri la puerta de la pocilga, entr tras l y cerr por dentro. El viejo tom una botella de whisky y vir a sus espaldas para encontrarse de frente conmigo. No s si en sus ojos se poda ver el arrepentimiento, yo slo fui capaz de verlo cuando se estaba achicharrando.Cuando se vio amenazado, se abalanz a la barra para intentar tomar un cuchillo, pero estaba demasiado pedo para coordinar y termin en el suelo con las manos vacas. Al caer sus cigarrillos escaparon de su bolso y botaron hasta mis pies. Me acerqu entonces a su estufa y abr las hornillas. Le puse el pie encima y me sent junto a l. Pap estaba viejo y senil, as que era lo suficientemente frgil para mantenerlo en el suelo con un solo pie. Le puse un cigarrillo en el hocico y empec a largar: Qu gusto me da verte! No vas a decir t lo mismo? A que no esperabas que fuera a crecer tanto con la comida de cerdo que me diste. El viejo tena nervios de acero supongo que de l fue de quien los hered porque ni siquiera se miraba alterado. Pens antes de sacar mi navaja y rajarlo, porque eso significara dejar pruebas y no me gustaba la idea de volver a la crcel. TODO LO QUE SOY AHORA ES GRACIAS A TI! Le grit, asegurndome que las partculas de mi saliva acabaran sobre su jeta. Cuando me levant de la silla, pareca que intent decir algo, algo as como perdname, pero hice mucha presin sobre su pecho que lo nico que alcanz a salir fue un gemido. Por qu no lo perdonaste, Luis Honorio? me pregunt Josema. Para responderle tuve antes que arremangarme las mangas, desabrocharme la camisa y quitarme el gorro para mostrarle mis cicatrices; algunas producto de mi instancia en prisin, otras nacieron en rias callejeras pero las ms dolorosas sin duda alguna son las que yo mismo me hice. Todo lo que soy ahora es gracias a l. Qu se poda hacer?Josema asinti y sin decir nada me dej continuar:El olor a gas me estaba mareando, supe entonces que deba apurarme; si el viejo mora por intoxicacin, no acabara de pagar todos sus pecados en esta vida. Me di prisa, sal y le prend fuego al lugar. La explosin no fue meramente espectacular, pero sirvi. Me qued en el lugar hasta que empezaron a llegar los vecinos y me perd entre la horda.El bhoQuedbamos nicamente ah, bajo la luz mbar de una lmpara, Don Belisario Blanco y yo. Don Belisario quitaba el agua residual sudada por los tarros y desparramada por toda la barra de roble, para ello usaba una franela roja que pareca tan vieja como la humanidad misma. El Don andaba en sus cosas, o al menos eso quera hacerme creer, saba muy bien que haba escuchado la pltica. He de confesarles que era el rey del disimule, me pregunto cuntos chismes a sus odos han llegado; Don Belisario pareca tener odos por todo el lugar. Qu opina? Recuerdo que le pregunt.El Don, ya era un hombre entrado en edad de cejas abundantes y canosas con una barba de similares caractersticas que le enmarcaba todo el mentn. Tena aos atendiendo ese bar, recuerdo que mi padre, que en gloria y en descanso est, lleg a contarme que acostumbraba llegar a echar la peda aqu, cuando sala de trabajar. Luego de dejar lo que estaba haciendo, tom uno de los tarros vacos del estante y se aproxim al otro extremo de la barra, donde yo estaba sentado: Qu quieres escuchar, hijo, que tu sentido comn no haya concluido por adelantado? Me pregunt.De repente empez a contar otra de sus historias:Hubo unos meses atrs en que no me vea por aqu, dijo, dej el local en manos de mi seora porque planeaba tomarme un ao sabtico. Me fui all por los Andes, a una cabaita que tengo por ah. En ese tiempo me internaba entre los matorrales a cazar venados y a revisar las trampas para lobos. El negocio de las pieles sonaba prspero para mi jubilacin Sabes? Pero bueno, mi seora enferm, y de ao sabtico nada, la historia que seguramente ya conoces. Tambin descubr que ya estaba viejo para andar en el monte as, como si nada, dndole con el machete a diestra y siniestra. Tengo las arterias taponeadas de grasa y el hgado hecho girones; en este estado no sirvo para hacerla de cazador. Sin embargo, no todo fue en vano, en una de mis aventuras, haba salido de temprano con mi nieto El Gordo, al grado de encontrarnos todava al roco escurriendo de las hojas de hierbabuena, todo con el fin de revisar las trampas que dejamos la noche anterior. El Gordo y yo nos separamos para agilizar la labor y al poco tiempo lo escuch gritndome: Gelo! Gelo! Venga a ver lo que pesqu!Pensndose que se trataba de un hallazgo de una buena piel, acud corriendo a su llamado. Pero resulta que en una de las trampas, un bho grandote se qued atrapado.T recuerdas a mi hijo Hernn? Me pregunt, yo le dije que s se trataba de Hernn Barrios, el mayor de sus hijos que hace dos aos parti haca Mxico montado en la bestia, buscando el sueo americano o algo as. Don Belisario asinti. Bueno, Hernn volvi casado de Mxico, se ha trado a Chayito, su mujer, con l. Cuando llev el bho a mi casa, que es su casa, me encontr con ambos recin llegados. Hernn se ofreci a curarle la alita al pobre animal y Chayito dijo que all en sus tierras, a esos pjaros les llamaban tecolotes. Tecolote era un buen nombre para un bho, en ese momento pens. A qu viene esa pltica, Don Belisario? Lo interrump al ver que se estaba desvirtuando un poco.Espera, me contest, que ir al grano: Di asilo y aliment a ese animal por meses, tiempo en el que aprend que los tecolotes eran unos animales muy nobles. Hasta que un da, mientras estbamos en el rancho, mi nieta, la hija de Hernn, correteaba a los pollitos recin nacidos en el establo. Yo estaba sentado vigilndola a unos pasos, con mi fiel Tecolote posado a mi lado. Y de repente, cuando dormit y volv a abrir los ojos, Tecolote tena a uno de los polluelos recin nacidos entre sus garras. Con el pico le masticaba la cabeza, hacindola crujir como si se tratara de una nuez extica. De los dems pollitos, ni rastro, porque el animal ya se los haba tragado. A que quiero llegar con esto? Me dijo: Luis Honorio parece a simple vista un hombre noble, agradecido y trabajador. Pero no debemos de olvidarnos que es un hombre lleno de resentimientos. Imagina que pasar el da que llegase a explotar. S lo que le hizo a su padre, no puedo negar que el viejo desgraciado se lo tena merecido, pero eso no justifica sus actos. Condcete con cuidado delante de l, y siendo t su ms fiel amigo, aconsjalo de vez en cuando. Ha pasado por tantas cosas ese muchacho, que para olvidar no le es suficiente un par de cervezas; lo que el necesita es un poco de consuelo fraternal.BreaDe repente ya es el da siguiente, cuando pas al aserradero a dejarle a Don Marcos un galn de brea que con tiempo me haba pedido, me encuentro con un hervidero; los muchachos se encontraban en su hora de almuerzo: Josema! Me grita Luisito, que se encontraba sentado sobre una montaa de saltos y tarimas. Jorge Luis del Castillo, Jorgito, era un joven trabajador. Trabaj desde el da que se enter que su novia estaba embarazada. Esos accidentes pasan, eso creo yo, son tan viejos como la humanidad misma. Se dice que Eva incit a Adn a morder el fruto prohibido, pero no se le hace mucho hincapi al hecho de que fue Adn el que tuvo que encarar la ira de pap Dios. Me compadezco del pobre Jorgito, tan joven y tan esclavizado: Pero en que padre ms responsable se ha convertido! Hola, Jorgito! Tan temprano y ya estn huevoneando? Les saludo y los barro con la mirada. Luisito a saltos llega hasta mi nivel Estar ocupado Don Marcos? Le he trado la brea. Don Marcos sali a dejar parte del pedidome cuenta Ya va siendo hora de que volvamos a jalar y llegas a buen momento con la brea. Habr problema si nos la dejas? Ya luego te arreglas con l o ven ms tarde. Nos hace falta pegar los respaldos de unas cunas y son para entrega inmediata.Les dej la brea.Y plumasCoincid con Luis Honorio en un trabajo, parte de nuestras tareas era mantener al ganado en buenas condiciones y cada maana recolectar huevos del gallinero. Lo conoc en ese rancho, era nuestro primer trabajo. Desde la primera impresin, supe que Luis Honorio estaba algo zafado, algo no andaba bien en su vida. Si me permiten, citar a continuacin un episodio de mi vida que marc significativamente el tipo de relacin que llevaba con l. En palabas ms simples, ese da dejamos de ser amigos cercanos:

Polica, mdico y forenseJunto al sobre manila se encontraba un anlogo blanco. El abogado lo abri cuidadosamente y lo ley en voz baja:Se encontr al occiso en un cuarto aledao a la carnicera donde trabajaba. Al parecer el lugar era usado para escurrir cerdos a los que se les cortaba la garganta, estaba equipado con un sistema de drenaje y ventiladores industriales [] Se encontraron algunas cabras en el mismo cuarto. Hubo necesidad de forzar la puerta, puesto que Luis Honorio la haba atrancado por dentro []Ante la negativa de entregarse a una horda de vecinos enfurecidos que planeaban lincharlo, stos rociaron los alrededores del lugar con gasolina y planeaban quemarlo vivo pero fueron frenados por la polica.El cadver se encontr colgando de uno de los abanicos, con una soga al cuello. Los mdicos confirmaron que haba sido un suicidio. No se encontr ningn tatuaje en el cuerpo No se encontr tatuaje en el cuerpo.Con esa frase dndole vueltas, el abogado sali a prisa de su despacho. El tatuaje de Luis Honorio no estaba en su cuerpo, entonces no poda ser l. Para el desconocimiento de todos, en el lugar donde anoche se haba presentado el escndalo, ahora en total calma y acordonado por la polica, se encontraba una cabra pastando. La cabra llevaba el mismo tatuaje de Luis Honorio en una pata.