las auc como una formación elitista: normalidad social, legítima

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Las AUC como una formación elitista: normalidad social, legítima defensa y producción de diferencias Titulo Bolívar, Ingrid Johanna - Autor/a Autor(es) En: Controversia no. 185 (diciembre 2005). Bogotá : CINEP, 2005 En: Bogotá D.C Lugar Centro de investigación y educación popular (CINEP) Editorial/Editor 2005 Fecha Colección Aspectos políticos; Elitismo; Paramilitarismo; Emociones; Discurso ; Análisis del discurso; AUC-Autodefensas Unidas de Colombia; Colombia; Temas Artículo Tipo de documento http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Colombia/cinep/20100925103810/auc_formacionel itistaControversia185.pdf URL Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es Licencia Segui buscando en la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO http://biblioteca.clacso.edu.ar Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) Conselho Latino-americano de Ciências Sociais (CLACSO) Latin American Council of Social Sciences (CLACSO) www.clacso.edu.ar

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Las AUC como una formación elitista: normalidad social, legítima defensa y

producción de diferencias

Titulo

Bolívar, Ingrid Johanna - Autor/a Autor(es)

En: Controversia no. 185 (diciembre 2005). Bogotá : CINEP, 2005 En:

Bogotá D.C Lugar

Centro de investigación y educación popular (CINEP) Editorial/Editor

2005 Fecha

Colección

Aspectos políticos; Elitismo; Paramilitarismo; Emociones; Discurso ; Análisis del

discurso; AUC-Autodefensas Unidas de Colombia; Colombia;

Temas

Artículo Tipo de documento

http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Colombia/cinep/20100925103810/auc_formacionel

itistaControversia185.pdf

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* Artículo recibido en noviembre de 2005.Artículo aprobado en diciembre de 2005.

1 Politóloga, Investigadora de Cinep. Agradezco a SilviaOtero el apoyo como asistente de investigación y la ela-boración de los dos anexos del artículo. Agradezco tam-bién los comentarios que sobre este texto he recibido deTeófilo Vásquez, Silvia Otero, Fernán González, MauricioArchila, Isaac Beltrán, Zandra Pedraza y Omar Gutiérrez.

LAS AUC COMO UNAFORMACIÓN ELITISTA:NORMALIDAD SOCIAL,LEGÍTIMA DEFENSA Y

PRODUCCIÓN DEDIFERENCIAS*

POR INGRID JOHANNA BOLÍVAR1

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l objetivo de este artículo espresentar algunos de los discur-sos emocionales que las Autode-fensas Unidas de Colombia,(AUC)2 producen sobre sí mis-mas y que nos permiten carac-terizarlas como una formación

elitista orientada a la defensa y a la restauración. Elartículo forma parte de una investigación más am-plia sobre los discursos emocionales que los acto-res armados, Farc y AUC, construyen en los proce-sos de negociación política con los gobiernos dePastrana y Uribe respectivamente.3 El texto estáorganizado en varias secciones. La primera esbozalos principales señalamientos conceptuales quesostienen la investigación; las demás exponen laevidencia, esto es, los fragmentos de las produc-ciones verbales de las AUC, desde donde se des-prenden los principales argumentos.

DISCURSO EMOCIONAL, EMOCIONES YRASGOS POLÍTICOS

El concepto de discurso emocional es tomadode la antropología de las emociones (Lutz y Abu-lughod, 1990) y alimentado desde la literatura so-bre retóricas políticas, movimientos sociales y con-flicto político (Perelman, 1997; Aminzade, 2001 yCalhoun, 2001). El término hace énfasis en los con-tenidos, los medios y los efectos afectivos desde losque se construye el sentido de algunas produccionesdiscursivas. Más puntualmente, subraya la recurren-cia e importancia política y analítica de contenidosafectivos (rabia, humillación, dolor) en las distintascomunicaciones de los actores. Además, el términoresalta el uso reiterativo de un tipo específico derecursos retóricos que, como el efecto presencia ola argumentación contrastiva, están orientados aproducir conmoción o a hermanar al auditorio conquien habla. Hablar de discursos emocionales esentonces hablar de producciones verbales que co-

munican sentimientos, que evalúan, juzgan o pre-sentan de forma afectiva distintas situaciones y quese orientan a producir efectos evocativos en el audi-torio (Lutz y Abulughod, 1990; Perelman, 1997; Amin-zade, 2001 y Appadururai, 1990). Esto, por supuestono implica que el carácter emocional de un discursolo opone a una producción verbal que sería �estricta-mente racional�. Se trata, como muestran los estu-dios de retórica, de discernir qué tipo de recursospredominan en la producción de sentido en los di-versos discursos4 y qué relación se quiere promoverentre actores y auditorios.

El concepto de discurso emocional parte ade-más de que las emociones no son sustancias quedescansan en el interior de los sujetos (en forma derabia, amor, miedo), sino relaciones sociales queaquellos pueden experimentar en el cuerpo y queaprenden a conceptualizar, describir y valorar a tra-vés de las formas lingüísticas dispuestas por el ordensocial existente.5 En las emociones se distinguen,también, varios componentes que permiten concre-tar y sistematizar el ejercicio de investigación. Entrelas distintas perspectivas analíticas, el estudio se con-centró en aquellas que destacan que las emocionestienen unos objetos intencionales determinados, unosantecedentes cognitivos y unas tendencias de accióndeterminadas (Lutz y Abu-Lughod, 1990; Elster, 2002;Elias, 1997 y Aminzade, 2001). Para ser más claros:las emociones siempre son sobre algo, se orientanhacia alguien (que puede ser uno mismo), hacia unasituación, hacia un rasgo, hacia un objeto preciso. Sedesprenden y caracterizan por un antecedente cog-nitivo, por una creencia previa, o una idea sobre eseobjeto intencional.6 Finalmente, la emoción implicauna tendencia de acción característica que es defini-da y evaluada socialmente, aún cuando a los actoresles parece natural (ante la rabia, gritar; ante la tris-teza, llorar; o ante la agresión, como en el caso delas AUC, defenderse). La puntualización de estascuestiones permitió que la investigación detectaralas emociones a las que apelan los actores arma-dos en sus producciones verbales y que lo hicieraa partir del trabajo sistemático y diferenciado so-bre cómo ellos se presentan a sí mismos, cómo

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2 En la investigación en la que se basa este artículo, se identifica el origen de esa organización y se hace una corta semblanza de aquelloslíderes o voceros de las negociaciones con el gobierno del presidente Uribe que son citados en el artículo.

3 Además de la autora de este artículo, forman parte el equipo de investigación Teófilo Vásquez y Silvia Otero. El proyecto realizado por elCinep cuenta con la cofinanciación de Colciencias y tiene como objetivo principal contribuir a la reconceptulización de la política y surelación con la confrontación armada en Colombia a partir de la identificación de los repertorios emotivos de los actores armados. Ni lainvestigación ni el artículo hacen una historia de las organizaciones armadas, de sus �verdaderos intereses� o su �ideología�. Lo que haceel proyecto es recoger las producciones verbales de los actores armados en el contexto de negociación de la paz e interrogarlassistemáticamente sobre la autocaracterización de los grupos y la relación con el estado.

4 Chaim Perelman insiste en que las diferencias entre los distintos tipos de discurso es una cuestión de preeminencias o de recursos que seenfatizan más que de diferenciaciones tajantes entre un tipo de discurso y otro (Perelman, 1997)

5 La investigación desarrolla con cuidado este punto mostrando que bajo el término de emociones se clasifican una serie de fenómenos demuy distinto tipo y entre los que se cuentan tanto el miedo o la agresión, que tienen claros correlatos en el cuerpo, como la esperanza. Elpunto central para el estudio es que los actores aprenden que viven en medio de las relaciones sociales jerarquizadas que constituyen elorden y �a través� de la taxonomia y denominación que ese orden hace de lo que sienten. Un ejemplo clásico e ilustrativo al respecto esel del bebé. Un bebé no nace sintiendo vergüenza o pudor. Es su sociedad la que le enseña ante que cosas debe sonrojarse, ante quienesy por qué. Algo similar podría pasar, pero eso precisamente es lo que tenemos que estudiar, con el aprendizaje social sobre a quienes sepuede agredir, a quienes se puede matar, a quienes no y por qué. Leer al respecto, Elias (1997, 1998)

6 Aquí la investigación recoge las perspectivas de investigación que insisten en la afinidad y no en la contraposición entre emociones ycogniciones, incluso recoge los planteamientos de aquellos que recalcan que no hay situación humana no emocionalizada, sino que noshemos acostumbrado a pensar las emociones como irrupciones, como irracionalidad. De hecho, la comprensión racionalista del mundoimplica precisamente una disposición emocional específica que las sociedades humanas sólo lograron tras la transformación de una seriede condiciones de interdependencia que la hicieron menos vulnerable a la naturaleza, que permitieron que ganara �distancia�. VerMaturana (1992) y especialmente Elias (1990). En su trabajo sobre Alquimias de la Mente, Elster revisa de manera sistemática qué antece-dentes cognitivos alientan la envidia, la admiración o la rabia, entre otras emociones, pues cada una de ellas sólo se puede desplegar antecreencias precisas. Uno no envidia a quien percibe completamente alejado de su estrato social, uno envidia aquellos �guales�que hanaccedido a condiciones a las que también uno aspira con alguna posibilidad (Elster, 2002).

7 La versión completa de la investigación incluye un recorrido conceptual por el término �emoción� y una descripción de los procedimientosmetodológicos utilizados para convertirlas en �relaciones� y procesos de interacción detectables en las producciones verbales. Aquí y porrazones de espacio sólo esbozamos algunos de los puntos en cuestión.

enjuician o evalúan sus comportamientos, qué ro-les se atribuyen en el orden social, como calificaneste último, entre otros puntos.7

A partir de esas precauciones conceptuales yde método, el análisis de las declaraciones de loslíderes de las AUC mostró que tal organización pue-de ser definida como una formación elitista pues enella se destacan los siguientes rasgos. Primero, laorganización recoge los esfuerzos y la iniciativa dedefensa de distintos grupos sociales y regionales yaconstituidos. En ese sentido no es una �patria so-cial� ni una forma de conseguir o disputar la �exis-tencia social�, como en el caso de las Farc. Es másbien, una de las �modalidades de existencia� de sec-tores sociales específicos que gozan ya de ciertoestatus o, por lo menos, de cierta estabilidad social.Eso se detecta en cuestiones concretas tales comola recurrente apelación al �yo� en el discurso de loslíderes, su insistencia en que ellos vivían en condi-ciones de �normalidad�, su forma de contar la histo-

ria de la organización, su énfasis en que ellos eran yson parte de la sociedad y en que la guerra repre-senta una ruptura temporal de su vida. La organiza-ción armada es por tanto un componente, uno delos instrumentos de operación de esos grupos so-ciales, un cómo que �activan o desactivan�, pero nosu única posibilidad de aparición en el espacio so-cial como si sucede en el caso de las Farc.

Segundo, se trata de una formación elitista, notanto porque sus comandantes u organizadores dis-pongan de muchos recursos económicos sino por-que se autoasignan un lugar destacado en la produc-ción y conducción del orden social. Se autopercibeny representan como �héroes�, como �víctimas� ocomo �benefactores sociales� a partir de la referen-cia a lo que Norbert Elias denomina �carisma degrupo� y �fantasías glorificadoras� (Elias, 1998). Eltérmino �carisma de grupo� le permite a ese autorrecoger las distintas formulaciones en las que ungrupo deja claro que se ve a sí mismo como �gente

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mejor�, �como poseedor de un valor que compar-ten todos sus miembros mientras otros carecen deél� (ibíd., 82). El carisma de grupo no es una formu-lación abstracta, sino una poderosa autocomprensiónque motiva y sostiene las regulaciones del comporta-miento del grupo y que se traduce en ordenamientosprecisos sobre lo que sus integrantes pueden y loque no pueden hacer. En una dirección muy similarse orienta la categoría de �fantasía glorificadora�,con la que Elias subraya la tendencia de los gruposcon más poder a verse a sí mismos como un grupodotado de una misión especial y a resistir o recha-zar los cambios de las relaciones de interdependen-cia que los obligan a depender y relacionarse máscon otros. Elias insiste en que los grupos predomi-nantes de una sociedad

�pueden saber del cambio en términos de unhecho. Pero al mismo tiempo la creencia en elcarisma especial del grupo persiste inalterada yse conservan las concomitantes actitudes, la es-trategia que rige su comportamiento. Estos ele-mentos actúan como una coraza fantasiosa quehace que no se tenga que sentir el cambio y queno se vea la necesidad de adaptar la autoima-gen y la estrategia del grupo a las condicionescambiantes� (ibíd., 129).

Ambos conceptos subrayan la importanciaemocional, analítica y política de la imagen que tie-ne una persona sobre el rango de su propio grupoen el conjunto de la sociedad y en la relación conlos otros y la que tiene de su propio rango comomiembro de su grupo (ibíd., 93). Ambos conceptosaclararon el sentido de las declaraciones de algunoscomandantes de las AUC en torno a las responsabi-lidades que se autoimponen frente a la defensa yseguridad de las regiones.

Tercero, en sus discursos, los líderes de las AUCcombinan diferentes criterios de legitimidad. Invo-can valores que consideran universales y naturales(el derecho a la defensa, por ejemplo), pero tam-bién hechos o rasgos de la configuración históricade la sociedad colombiana que les resultan valiosos

o dignos por sí mismos como la diferenciación re-gional. Se habla entonces de formación elitista puesla autocaracterización del grupo resalta su antigüe-dad, su misión ante la sociedad y su convicción deque su sola existencia social cuenta como pruebade legitimidad. Antes de terminar esta sección con-viene señalar que el estudio se concentra en las pro-ducciones verbales de los comandantes de las AUC,que reconoce que en tal organización confluyen li-derazgos de muy distinto tipo y que en esa medidalo que dicen los comandantes no agota toda la vidaemocional de la organización. Además, es claro que,para comprender todas las implicaciones de lo queellos dicen aquí y en el contexto de la negociaciónpolítica, es necesaria una referencia a los distintosprocesos regionales en los que está inscrita la ac-ción de las organizaciones de Autodefensa. Estápendiente el trabajo de articulación de estas decla-raciones con las trayectorias personales y regiona-les de los líderes y los grupos y con la �historiaestructural� de sus relaciones con los distintos secto-res sociales de las zonas de presencia. Sin embargo,el análisis sistemático de lo que los actores armadosdicen y de la forma como se refieren a sí mismos,no da espera.

LA �NORMALIDAD SOCIAL� DE LASCONDICIONES PERSONALES: HABLO �YO�

Las distintas producciones verbales de las AUCpresentan una organización conformada por espo-sos, padres, empresarios y vecinos de las regionesque tuvieron que comenzar a defenderse de losexcesos de la guerrilla. Los líderes recalcan su con-dición de ciudadanos y civiles y se presentan, todoel tiempo, en términos de �yo� (AUC 59, 61, 62,70).8 El comandante Mancuso en el discurso de ins-talación de las negociaciones en Ralito afirmó:

�Yo soy un empresario y padre de familia, aligual que muchos de mis compañeros que me

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8 Esta referencia alude a los documentos producidos por las AUC utilizados en esta investigación. Al final del texto se encuentra un anexoen donde aparece catalogado cada uno de ellos.

acompañan hoy aquí, al que la guerra arrancódel seno de mi hogar y me incrustó en las mon-tañas de Colombia� (AUC 3).

También el comandante Ramón Isaza en sudiscurso en el Congreso de la República recordóque terminó metido en la organización de la Auto-defensa luego de que, en su condición de concejalde Puerto Triunfo y con el apoyo de unos integrantesde la Junta de Acción Comunal, intentara, infructuo-samente, que el Ejército Nacional los protegiera delas incursiones de la guerrilla (AUC 6). Por su parte,Ernesto Báez dió �gracias a Dios y al país que, des-pués de los huracanes furiosos de la guerra�, le die-ron la posibilidad �de regresar feliz� a su condiciónde padre, esposo y ciudadano (AUC 5). Otros líde-res como Giovanni Marín del Cacique Nutibara yJorge 40 del Bloque Norte se presentan de esemodo. El primero recuerda que fue como estudian-te de derecho que se puso en contacto con el �tra-

bajo social� de las Autodefensas en Medellín, (AUC31). El segundo señala en una entrevista:

�� yo estoy aquí obligado por la historia. Pordefender una opción de vida. ¿Sabe por qué en-tré a las autodefensas? Porque yo que soy de unafamilia educada, con buena posición social, só-lida económicamente. Porque me cansé del ELNy las Farc, de sus abusos en general, y de los deRicardo Palmera [�Simón Trinidad�], en particu-lar. Hubo un tiempo en el Cesar en el que nostocaba ir de rodillas ante estos grupos guerrille-ros a pedirles que no nos boletearan más, que nonos extorsionaran más, que no nos secuestraranmás, que no nos asesinaran más, que no nosrobaran más nuestro ganado, que nos dejaranvivir en libertad. Yo me armo y me defiendo. Amí no me dejaron opción� (AUC 70).

La insistencia de Rodrigo Tovar, alias Jorge 40,en que él se arma para defender una opción de vida

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aparece con frecuencia en las declaraciones de otroscomandantes. Así por ejemplo Mancuso dice:

�Yo, que crecí y me eduqué con el sueño de servira la sociedad, confieso, nunca imaginé que eltorbellino de la violencia terrorista, me golpearade forma súbita en mi pueblo natal del valle delSinú, y que la extorsión y la amenaza de secues-tro y muerte me obligaran a salir en defensa pro-pia, de mis seres queridos y de la Patria, hastaquedar inmerso en esta guerra que desangra aColombia� (AUC 59).

En ambos casos se trata derelatos centrados en el yo y deactores que ya tienen un lugar ensus respectivas sociedades: el lu-gar dado por ser de una familiarica o por crecer con el deseo deservir. A propósito, habría quepreguntar, ¿quién crece con esesueño?, y quién crece con el sue-ño de Marulanda �reseñado porel negociador de paz John Agu-delo Rios� de �aprovechar la ju-ventud para hacer patrimonio�(Oficina del Alto Comisionado,2004, 36). Aquí se encuentra uninteresante indicio de cómo cier-tas emociones tienen una deter-minada morada material o se si-túan en un lugar específico en lasrelaciones de status y poder (Kemper, 2003).

La persistencia con la que los líderes de lasAutodefensas hablan en primera persona del singu-lar, tiene que ver también con su percepción deque la guerra es una interrupción en su vida y lapaz un retorno, aún cuando, nunca dejaron de serciudadanos (AUC 25). De hecho, en una entrevista,Mancuso se refiere a la organización como �un bre-ve lapso en nuestra vida� (AUC 20) y en otra inter-vención pública señala:

�Hemos luchado en defensa de Colombia duran-te 24 años contra el flagelo de las bandas guerri-

lleras. No estamos reclamando nada a cambio.Solo pedimos que el Estado nos permita retornara nuestra normalidad social que un día perdi-mos al defendernos cuando él no estuvo parahacerlo� (AUC 39).

Una editorial del Bloque Norte enfatiza la mis-ma idea:

�Antes de iniciar nuestra lucha como autodefen-sas, todos estábamos dentro de la ley, y hasta esemomento el Estado nos brindó la necesaria segu-

ridad que nos permitió vivir den-tro de la normalidad social. Cuan-do dejó de hacerlo, nos alzamos enarmas para defender nuestras vi-das. Hoy el Estado dice estar dis-puesto a ofrecernos nuevamenteesa seguridad que un día dejó debrindarnos (�) Igualmente debe-rá devolvernos esa normalidad so-cial y jurídica que perdimos, nopor culpa nuestra. Así de sencillo.Solo pedimos que el Estado nos de-vuelva todos nuestros derechos ciu-dadanos y nosotros asumimosnuestros respectivos compromisosciviles� (AUC 37).

Estas declaraciones resultanreveladoras para nuestro objetivo:mostrar que las AUC funcionan

como formación elitista orientada a la defensa. Loscomandantes de la organización insisten en situarseen la normalidad social, dentro de la sociedad, en eladentro que define la ley. En palabras de Castaño,con la reinserción �la sociedad los devuelve a suseno (...) porque ellos no salieron de la delincuen-cia� (AUC 35), ellos �también fueron sociedad� (AUC39). En un sentido similar se orienta otro líder, DonBerna en una entrevista al afirmar que ellos �ya te-nían bienes� cuando entraron al conflicto (AUC 55).Y es que la �solvencia� o la �prestancia social� fun-cionan como barrera de entrada a las AUC. Así pa-

�Hemos luchado en

defensa de

Colombia durante

24 años contra el

flagelo de las

bandas guerrilleras.

No estamos

reclamando nada

a cambio.�

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rece desprenderse de la semblanza que varios co-mandantes de Bloque firman como homenaje alcomandante Miguel Arroyave con ocasión de suasesinato. Los jefes comentan:

�Así, con disciplina, coraje, y perseverancia, lo-gró alguna solvencia económica, situación queaprovechó en los últimos años de su vida de lamejor manera: poniendo su capital y su fuerzade trabajo al servicio del pueblo y la noble causade la Autodefensa� (AUC 72).

El texto subraya las condiciones personales delcomandante que le permitieron lograr �la solven-cia� que aprovechó para servir al pueblo y a la cau-sa de la autodefensa. Se trata de una causa que sepersigue desde adentro, desde la pertenencia a lasociedad. Cabe insistir en que la naturaleza de for-mación elitista de las AUC tiene que ver con la ideade que ellos vivían en la �normalidad social� de laque fueron arrancados por la acción infame de loque denominan �bandas guerrilleras�. La referenciaa la normalidad sustenta, precisamente, la reinvin-dicación de lo personal, de los sueños del �yo�, quela guerra interrumpió. De ahí que se quejen por los�costos personales de ingresar a la ilegalidad� (AUC13) y que hagan de eso personal un criterio clavede referencia aún en la desmovilización. Así porejemplo, en una entrevista le preguntan a Mancusosi los combatientes de las AUC podrían conformarunas nuevas fuerzas militares. El responde:

�Cada uno tiene sus legítimas expectativas parala etapa tan anhelada del post-conflicto. Piensoque es una excesiva simplificación considerar-los en bloque porque ello deja de lado sus aspi-raciones personales de vida que solo fueron de-jadas de lado momentáneamente para protegera la Patria, en tiempos de indefensión que unavez sean superados con felicidad abrirán otravez la puerta de los sueños postergados peronunca olvidados. Para algunos puede que lavocación descubierta los lleve a la profesiónmilitar, pero no creo que sea el caso de la ma-yoría� (AUC 5).

Desde nuestra perspectiva es interesante la dis-tinción que hace el comandante entre aspiracionespersonales y hechos o motivaciones altruistas queexplican la necesaria constitución de la organizaciónarmada en un momento determinado. La centralidadaquí de la �necesidad de la patria� y la circunstanciaque favorece la constitución de la organización acla-ra nuestra insistencia en que la agrupación armadano es el modo de existencia social de los poblado-res, sino una de sus modalidades de acción. Al mis-mo tiempo esa referencia deja entrever un juiciosobre la propia motivación y el comportamiento delgrupo �proteger a la patria� que da un carácter alta-mente emocionalizado al discurso: ¿quién puedeoponerse a la protección de la patria? De hecho, elinsistir en que se proviene de la �normalidad�, quese ha estado dentro de la ley y que �se ha sidosociedad�, expone de la manera más �neutral posi-ble� una valoración específica de la situación endonde la guerra los toma por sorpresa. Las emocio-nes se orientan entonces hacia la calificación porcontraste de la situación. Queda claro que ellosvienen de la sociedad, que no vienen de la delin-cuencia, que nunca han dejado de ser ciudadanosy por eso mismo no pueden recibir el tratamientode otros actores armados. Ellos sí están o han esta-do por fuera de la normalidad, de la sociedad ydel orden, pero los comandantes de las autodefen-sas, no. Es interesante que la idea de �fuimos so-ciedad� que se delata en estas declaraciones es lanoción de sociedad que la hace equivaler precisa-mente a la �buena sociedad�, a los grupos de per-sonas prestantes o por lo menos provistas de cier-ta respetabilidad local.

Adicionalmente, la referencia del comandantea las vocaciones de los combatientes es otra formade �personalizar� y de recalcar el carácter anormalde la guerra para ellos. De hecho gran parte de losdiscursos de las AUC insisten en que ellos termina-ron metidos en la guerra sin �formación militar, nivocación guerrera� (AUC 62), y habiéndose forma-do para el trabajo honrado, (AUC 86).

Incluso, Mancuso dice que los años que le de-dicó a la guerra se �los robo a su familia, a sus ami-

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gos y a su vocación empresarial� (AUC 38) y queuna vez desmovilizados, los miembros de las AUC,van a vivir de su vocación agrícola e industrial (AUC20). Es claro para ellos que, como grupo social, te-nían o tienen otras trayectorias posibles, otras �for-mas de operar�, otras �vocaciones� distintas a laguerra.9 En contraste con las Farc en donde los di-versos líderes constatan de forma recurrente quepor fuera de la organización no hay nada para ellos.

Antes de mostrar cómo se produce la articula-ción de todos estos �yo� en un proyecto común deautodefensa, conviene señalar que el énfasis enlas condiciones personales no sólo se da en la ex-plicación del origen de la organización armada sinotambién en la forma como ella enfrenta distintascoyunturas.

Así por ejemplo, ante las continuas discusio-nes sobre la relación entre las AUC y el narcotráfi-co, los comandantes han insistido en que las res-ponsabilidades son personales (AUC 22). Tambiénlos discursos a propósito de las distintas desmovili-zaciones han estado concentrados en la descripciónde las condiciones personales del líder y no tantoen la historia del colectivo como tal, como suelepasar en las Farc. En el discurso de desmovilización

del Bloque Catatumbo que operaba en el Norte deSantander, el comandante Mancuso decía:

�El hombre frente a esta tropa, fortalecido en Diosy sumido en la convicción de estar en la sendaacertada; el hombre que les habla, no es ya elguerrero de fusil en mano, no es el que aspira afijar un derrotero de combate a esta organiza-ción de valientes, pero sí, un camino que con-duzca a la paz por otros medios (�) Así comoayer me siguieron para enfrentar por las armasun enemigo feroz, hoy les pido que me acompa-ñen para delinear el trazado de una paz, quesin nuestro concurso, nunca podrá afirmarse enel alma de la patria� (AUC 90).

Por su parte, el comandante Camilo, del mis-mo bloque, recalcaba:

�Ha resultado muy arduo, encontrar los mejoresargumentos para convencer a mis hombres, acer-ca de cuál es el camino más correcto en esta eta-pa tan compleja del conflicto armado (�) De-pongo mi arma hoy con serenidad de espíritu yfe en Dios, y conduzco a mis hombres para que

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9 Es llamativa la insistencia de las AUC en su �vocación�. Según el diccionario Larousse tal palabra significa �Inspiración con que predestinala Providencia para un papel determinado (�) Aptitud especial para una profesión o carrera�.

hagan lo mismo que yo. Los invito, a que meacompañen desde hoy, en escenarios distintos ypromisorios, donde dejemos definitivamenteatrás, el terreno de la guerra� (AUC 91).

En ambos casos se establece una diferencia-ción que analizaremos más adelante entre coman-dantes y combatientes que no aparece en el dis-curso de las Farc. Pero además, llama la atenciónque incluso en momentos de desmovilización o�desactivación� del cuerpo armado, los comandan-tes siguen hablando desde el yo y sólo puntual-mente hacen referencia a un nosotros que incluya a�los otros muchachos�. Se trata como veremos tam-bién más adelante de unos �yo� a los que se atribuyeun especial carisma.

Ahora bien, la referencia al yo no está exentade contradicciones. En una entrevista con RodrigoTovar, alias Jorge 40, se lee:

�Existe la percepción de que su posición no es laque predomina entre los demás comandantes delas AUC. ¿Eso no marca una distancia muy gran-de entre los demás comandantes y usted?

�-Este es un Estado Mayor democrático, en don-de se respetan las posiciones individuales de cadacomandante. Cada comandante tiene su percep-ción del país que quiere ver y eso hace que ten-gamos identidad propia, identidad que se deba-te internamente� (AUC 71).

De nuevo, el énfasis está puesto en las posi-ciones individuales de cada comandante, pero serecalca que pertenecen a un Estado Mayor. Al res-pecto es útil la referencia a una intervención deCarlos Castaño en la que señala: �Mancuso reúnetodos los requisitos para ser mi sucesor. Pero sin elcomplemento de Ramón Isaza y de muchos otros

comandantes, también sería insignificante, como losoy yo� (AUC 6).

Tenemos entonces que, aún cuando los dis-cursos enfatizan el �yo�, también subrayan la natu-raleza colectiva de la organización. Incluso cuandoalgunos comandantes son interrogados acerca de laimportancia política de ciertos liderazgos individua-les, reaccionan enfatizando la naturaleza colectivade la organización. Así por ejemplo habla el coman-dante Báez, quien se autodefine como �ideólogo yhombre político de la organización�. En una entre-vista le preguntan:

�¿Es cierto que Carlos Castaño dijo que se reti-raba y dejaba a usted el encargo de toda la par-te política?

�Esa herencia nunca la recibimos de Castaño.Además, porque él no es el autorizado ni la per-sona indicada para dejar ese tipo de legados. Aesta posición se llega después de una larga ca-rrera de méritos, de conquistas y de logros enfavor de los intereses que ha defendido esta or-ganización� (AUC 63).

El comandante Miguel Arroyave recalca algosimilar cuando le preguntan si él �compró� un fren-te de autodefensas que funciona en los Llanos. Élsubraya: �Yo llegué a ser comandante porque en-contraron en mí a una persona líder� (AUC 73).

Desde nuestra perspectiva, el hecho de quelos comandantes hablen a partir del �yo� delata laexistencia de unas condiciones específicas de inter-dependencia �favorables� a la elaboración de lopersonal y en las que se encarna la desigual rela-ción de estatus. Puesto de otra manera, no todas laspersonas, ni todas las sociedades, ni en todos lostiempos, se han elaborado las historias o los discur-sos en términos de �yo�. Proceder de esa manera

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deja ver que se cuenta ya con cierto espacio dedistanciamiento material frente a la dependencia delnosotros de procedencia y que por esa vía se ocupaun lugar más o menos establecido en las relacionesde poder.

Elias muestra que el uso de pronombres comoyo, nosotros o ellos sirve como indicio de la expe-riencia del orden social que tienen los diferentesgrupos. Experiencia que, por lo demás, siempre esemocional. El autor insiste en que la posibilidad�necesidad de presentarse como yo o como un no-sotros está determinada por condiciones materialesque facilitan la separación de un grupo o que lohacen imprescindible para la defensa y la definiciónde la valía social (Elias, 1990). En su trabajo, él co-menta la tendencia contemporánea a pensarse comoun yo carente de nosotros, pero también documen-ta las distintas relaciones históricas entre �yo y no-sotros� y el hecho de que al segundo suelen corres-ponder acciones de defensa (ibíd.).

Estos planteamientos de Elias resultan de granutilidad en la investigación, pues nos alertan sobreel significado emocional y la morada material de lasproducciones verbales construidas sobre el �yo� osobre el �nosotros�. En efecto, las emociones sue-len dirigirse, en estos casos, hacia el carácter propioo el del grupo y hacia la valoración de las motiva-ciones o los comportamientos de cada uno. Los co-mandantes de las AUC suelen hablar desde el �yo�,por las condiciones de normalidad en las que antesvivían, pero la necesidad personal de defensa loshace reactivar su participación en un nosotros.

Como se verá en lo que sigue, es claro que,aún cuando se le da centralidad política y explicati-va a las decisiones del �yo�, ellas están protegidas orespaldadas por el nosotros que reúne distintos co-mandantes y líderes regionales en torno al �dere-cho� a la legítima defensa. Esto en contraposicióncon lo que sucede en las Farc en donde no se hablaen términos de yo y en donde el funcionamientodel grupo armado como patria social impone lapermanente elaboración del nosotros.

�SABER LOS UNOS DE LOS OTROS�:ACTIVACIÓN DEL GRUPO REGIONAL

En las distintas producciones discursivas de lasAUC se destaca el �yo� de los diversos comandan-tes, pero también la idea de que, desde distintasregiones ellos activaron y luego desactivaron una�estructura armada�. Los comandantes se refieren ala organización como eso: �una organización� un�aparato armado�, un �ejército de contención�, un�aparato militar� o una �estructura armada� con laque han hecho frente al �azote guerrillero (AUC 76y 82). El comandante Salvatore Mancuso lo señalamuy bien en la reunión con los congresistas quefueron a Ralito en noviembre de 2004:

�Puestos ante la disyuntiva histórica de proseguiren la guerra o sumarnos al esfuerzo de fortalecerla democracia y sus instituciones, las Autodefen-sas Unidas de Colombia tomamos la decisión dedesactivar el componente militar y ser socios civi-les y políticos del Proceso de Reinstitucionaliza-ción� (AUC 83).

A diferencia de lo que pasa con las Farc, lasAUC hablan de sí mismas como un aparato, comoun componente de algo más grande que puede ono seguirse usando, seguirse necesitando. Las AUCno funcionan como patria social, ni como nosotrosde un grupo. Se presentan como organización, comouna de las modalidades de operación de unos hom-bres que en las regiones decidieron organizar ladefensa de sus bienes y familia y que ahora desdeesas regiones piden reincorporación al estado y la�clausura digna de la actividad militar realizada�(AUC 27). Veamos.

En el discurso del comandante Mancuso en ladesmovilización del Bloque Catatumbo, se lee:

�La mayoría de los hombres de la autodefensa,comenzamos esta lucha sin saber a dónde llega-ríamos. Vinimos por separado, muy jóvenes, enun momento de la existencia cuando el almavibra en el cuerpo y sentimos que lo podemostodo. Llegamos agobiados por el acoso, la extor-

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sión y el terror impuesto por las guerrillas y porunos gobiernos que desertaron de sus responsa-bilidades, y nos dedicamos a defender lo propio;no solo bienes y familia, sino la vida, un modode existencia, unos hábitos y una idiosincrasiaamenazados� (AUC 90).

En otra investigación habría que estudiar aque-llo de �muy jóvenes� y en momentos en los que�alma vibra en el cuerpo�.También está por estudiarse laidiosincrasia que se percibeamenazada y en donde sinduda el derecho a hacer políti-ca tiene un lugar fundamental.Por ahora interesa recalcar dosseñalamientos del comandan-te: �vinimos por separado� ypara �defender lo propio�, endonde incluye �un modo deexistencia, unos hábitos y unaidiosincrasia amenazados�. Enefecto, la organización de au-todefensa defiende algo quehabía antes, un �modo de exis-tencia anterior� como padres,esposos, empresarios. Modode existencia que no sólo ante-cede a la organización armadasino que opera todo el tiempocomo su referente, su marco yen algún sentido, su dirección. Se activa la organi-zación armada para defender ese modo de existen-cia y para reestablecerlo. Se trata de una etapa mili-tar en un proyecto o en una situación más amplia.Un texto dice al respecto:

�La etapa militar asumida históricamente por lasAutodefensas ha sido un factor necesario y de-terminante que permitió a Colombia sostenerhasta aquí su amenazada y frágil democracia ydesarrollar sus incipientes capacidades econó-micas frente a las indecisiones e incongruenciasdel sistema político� (AUC 13).

La referencia a las AUC como una organiza-ción de defensa de un modo de existencia social ocomo una etapa militar, entran en claro contrastecon lo que pasa en las Farc en donde, como vimosatrás, la organización es el único modo de existen-cia social de campesinos y colonos marquetalia-nos. La agrupación armada es la forma de disputarel existir, el ser vistos y tenidos en cuenta. Fuerade la institución no hay nada. Antes de ella no

había nada y posiblemente,después de ella tampoco. Deahí que las Farc no estén ne-gociando una desmoviliza-ción o reinserción. Ellos notienen a que reinsertarse.

El contraste queda másclaro con las siguientes refe-rencias. En una carta el co-mandante Jorge 40 reaccionafrente a los señalamientosque le hace una columnista apropósito del asesinato deuno de �sus hombres�: el co-mandante David. En su tex-to, afirma:

�Cuánto me hubiera gusta-do que antes de escribir sucolumna �una vida demuertes�, hubiera palpado eldolor de tantos campesinos

que alrededor del féretro, con lágrimas en losojos, despedían al amigo, al libertador, al cam-pesino, condición que siempre combinó con lade Autodefensa como combatiente aguerrido desu pueblo� (AUC 81).

Es ilustrativa la insistencia del autor en queDavid, como comandante, combinaba distintas con-diciones. Era amigo, libertador, campesino y com-batiente de las AUC. Algo distinto pasa en las Farcen donde, como vimos antes, la única condiciónposible y deseable es la de ser guerrillero. No hayotras condiciones. La reconstrucción que hace

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Mancuso de la historia de la organización de lasAUC también da pistas al respecto. En una de susintervenciones, el comandante apunta:

�Pensamos entonces que un ataque al enemigole haría respetarnos y ceder, pero el enemigo cre-ció y nuestra fuerza se agigantó ante la mayoramenaza. Crecimos al ritmo de nuestras necesi-dades de defensa, y nos unimos, cuando desdecada región, observamos cómo, gentes de bien,indefensas y desprotegidas, por instinto de su-pervivencia, procedían de manera similar antela amenaza. Siempre actuamos en legítima de-fensa, primero de nuestras familias, luego denuestras regiones y después de nuestra patria. Lasolidaridad de nuestros coterráneos así nos loimponía� (AUC 90).

En este señalamiento son muy sugestivas lasdistintas tendencias de acción y los antecedentescognitivos de la emoción. Según Mancuso, ellos pen-saron que si hacían un ataque el enemigo iba a �res-petar� y a �ceder�. Pero, por el contrario el enemigose crece ante lo cual ellos agigantan su propia fuer-za. Se trata de un discurso emocional en el que deforma aparentemente descriptiva se contraponenrelaciones de status y emociones de comparación.Si el otro ataca, nosotros atacamos buscando el res-peto. Si no cede y su fuerza se agiganta, nosotrosnos agigantamos también. Una lógica de reciproci-dad y de comparación que luego se alimenta de laobservación de lo que hacía otra �gente de bien�que también estaba indefensa. Como esa gente debien seguía una tendencia de acción similar �denuevo se trata de un campo de comparación� em-pezaron a defender sus familias, sus regiones y en-tonces se unieron y empezaron a defender la patria.

Como se ve en la reconstrucción de este párra-fo, el discurso pone en juego distintos componen-tes de la emoción sin darle mucha fuerza explícita alo que se siente. De todas formas el texto deja claroque en la tendencia de acción frente a la amenazadel enemigo fue importante constatar que �gentede bien� de distintas regiones procedía de manerasimilar. En este punto, la referencia a la �gente de

bien� opera precisamente como un juicio sobre elcarácter de otros y, más precisamente, de otros cuyaestima resulta deseable. Gente de bien equivale asociedad, a buena sociedad. Como ellos en esas re-giones, se defendieron, los otros en estas otras re-giones, también podían defenderse. Algo similar sedesprende del recuento que hace el comandanteRamón Isaza:

�Por ese entonces en Puerto Boyacá, donde exis-tía el mismo problema y quizás más grave, por-que allí ya estaban secuestrando personas,quitando fincas, extorsionando, algunos hom-bres, entre ellos el señor Gonzalo Pérez, PabloGuarín y otros, se estaban también uniendo parael mismo fin y al saber los unos de los otros, en-tonces hicimos una unión, que sirvió para ce-rrar la llegada de la guerrilla. Conformamosentonces las hoy Autodefensas Campesinas delMagdalena Medio, a las que luego se unió Cun-dinamarca� (AUC 61).

Desde nuestra perspectiva es muy interesantela referencia que hace Isaza a lo que pasa cuando�unos saben de los otros� y se produce la uniónpara cerrar la llegada a la guerrilla. En sus trabajossobre La Sociedad Cortesana (1996) y Los Alemanes(1999), Elias llama la atención sobre la importanciade los lazos entre iguales o pares sociales de dife-rentes regiones, aún por encima de las regulacionesestatales. El autor recalca la existencia de un �canónde las clases superiores� que se activa frente a he-chos de violencia y que en tanto código de honor orespetabilidad compartido por ciertos grupos desta-cados predomina sobre las leyes del estado (1998,88). El autor recuerda en este punto que la exten-sión del dominio estatal compite con las formas deorganización política anteriores que asignan un roldestacado a las clases superiores y que por la anti-güedad y la existencia de vínculos entre ellas, esfrecuente que reaccionen a los esfuerzos de controldel estado.

En esa dirección se orienta Mancuso cuandorecuerda cómo terminó metido en la guerra. En unaentrevista señala:

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�Yo ingreso a la autodefensa porque había unasubversión que me estaba agrediendo, estaba ul-trajándome, que dijo que si no cumplía con lasexigencias de ellos me mataban (�) El últimoderecho que pierde el ser humano es el de defen-derse y me defendí y cuando me defendí me subíen un entigri (sic) del que no me pude bajar por-que si no la guerrilla me mataba, luego cuandoel Estado no cumple con la función que le co-rresponde y la guerrilla nos está agrediendo anosotros y a millones de colombianos, el últimoderecho que pierde es el de defenderse, con actosque son de legítima defensa. En-tonces en la medida en que meesté involucrando en este proce-so, venía gente de todo el país apreguntarme cómo hemos hecho,cómo enfrentamos el fenómeno,conocí a Fidel, conocí a Carlos einiciamos un proceso el cual sevolvió inagrecible (sic) en la me-dida de que nuestras acciones tu-vieron repercusiones de tipo jurí-dico y nos tocó meternos en laclandestinidad y a las montañasde Colombia� (AUC 21).

Se trata de un texto llamati-vo. El comandante arranca hablan-do desde el �yo�, recalcando quela guerrilla lo agrede, lo ultraja yamenaza con matarlo. No se ha-bla de la situación conflictiva delpaís ni del contexto sociopolítico. No. Hay una agre-sión personal y una reacción de defensa. Más adelanteveremos con detalle como funciona la apelación alderecho de defensa. Por ahora interesa subrayar que,como en la cita de Isaza, es la necesidad de defensala que pone a Mancuso, en contacto con un nosotrosdeterminado. Nosotros que se alimenta de gente que�viene de todo el país� y de �conocer� a Fidel y aCarlos Castaño. Ahí se inicia �el proceso� y él termi-na metiéndose en la clandestinidad y en las monta-ñas. Un editorial del Bloque Norte lo comenta deesta manera:

�Las Autodefensas que habían brotado espontá-neas en distintos sitios de la geografía nacional,sin discurso ideológico y sin unidad de mando,comenzaron a intercambiar experiencias y atransitar un camino de crecimiento conjunto quefue consolidando territorios, desplazando a lasguerrillas y llenando el vacío que se negaba a ocu-par un Estado cada vez más ausente� (AUC 15).

De este texto recalcamos la referencia a quelas autodefensas �brotan� espontáneamente en dis-

tintos sitios de la geografía, no tie-nen un discurso ideológico y quees el comenzar a intercambiar ex-periencia el que las hace transitarjuntas y desplazar la guerrilla. Enlas producciones verbales de lasAUC esta historia del movimientoes recurrente y sustenta el énfasisde algunos líderes en la necesidadde que el gobierno y la sociedadreconozcan el carácter confedera-do de las autodefensas y la diversi-dad regional que las caracteriza(AUC 3 y 59).

Además de la insistencia enque �unos conocen a los otros� yque gente de todas las regiones ve-nía a ver cómo en el Sinú estabanenfrentando la guerrilla, es intere-sante notar que entre los coman-dantes las diferentes procedencias

regionales definen la organización armada y su ca-rácter de confederación. En una entrevista MiguelArroyave dice:

�- Hay que entender que las autodefensas son unaconfederación en la que hay diversos grupos conintereses propios. Nos une el deseo de conseguir lapaz, pero la diversidad de los comandantes y deintereses propios de cada bloque ha creado algu-nas fricciones. Algunos no quieren desmovilizar-se, otros sí, pero ahí vamos (...)

Era amigo,

libertador,

campesino y

combatiente de las

AUC. Algo distinto

pasa en las Farc en

donde la única

condición posible y

deseable es la de ser

guerrillero.

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�-¿Ha tenido usted diferencias con otros coman-dantes en la mesa?

-Naturalmente, porque nuestras concepcionesson muy distintas. Y es lógico porque con algu-nos comandantes nos separan tres cordilleras yeso es mucha tierrita de por medio� (AUC 73).

La �tierrita de por medio� entre unos y otroscomandantes de autodefensa sale a colación en lasdiscusiones sobre el origen de la organización tantocomo en las dificultades implícitas en la constitu-ción de una unidad de mando. En esa dirección seorienta Carlos Castaño en una ponencia para el Forosobre Alternatividad Penal donde insiste en que:

�(�) las distintas organizaciones de Autodefen-sas, las cuales por su origen disperso y su propiahistoria no siempre convergente, no han tenido ma-yores ocasiones de expe-rimentar verdaderaunidad organizativatotal, ni siquiera unaunidad de acción con-sensuada� (AUC 39).

De ahí que ante lanegativa de unos blo-ques a participar en lasnegociaciones, el mismocomandante se queje deque �las AUC como mo-vimiento nacional noexisten� (AUC 6). La rei-vindicación de la regióny de las distintas proce-dencias regionales delos comandantes noopera solamente en ladiscusión de los oríge-nes de las AUC y de susrasgos de confederación.En las negociaciones depaz con el gobierno de

Uribe, los integrantes de las AUC subrayan el carác-ter regional de su organización y crítican la formacomo algunos políticos se relacionan con ellas. Enla sección pasada veíamos el peso discursivo del�yo� y de la �normalidad anterior a la guerra� en losdiscursos de las AUC. En este acápite hemos llama-do la atención sobre el que la organización armadaes la activación de las capacidades de defensa deuna �gente de bien� en las regiones. Gente que anteel ataque guerrillero comparte la misma tendenciade acción: defenderse aún por encima de las regu-laciones del estado.

Ahora, es conveniente mostrar que esas distin-tas procedencias regionales de los comandantes setraducen en una consideración altamente emocio-nalizada de los problemas de región y nación en lasnegociaciones de paz.

En efecto, el comandante Mancuso insiste en suinterés de dar respuesta a los problemas de la nación

que se salieron de las ma-nos de lo que él denomi-na �burócratas citadinos�(AUC 59). El mismo líderhabla de los comandan-tes como �líderes natura-les� y �representantes delas regiones que deberándesempeñar un papelmuy activo en la política�(AUC 114). En una entre-vista le preguntan a Man-cuso si su interés en lapolítica es personal o sies una aspiración de lasAUC como organización.El comandante responde:

�Los tres grandes pro-blemas de Colombiason paz, seguridad yempleo, y si uno no ac-túa políticamente notiene forma de resolveresto. Y si se queda en

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el monte menos. En los escenarios políticos quehay hoy, falta conocimiento y representativi-dad. Los políticos están tratando de resolver pro-blemas que no conocen, de regiones que no co-nocen y de comunidades que no representan�(AUC 114).

Más adelante en el mismo intercambio lepreguntan:

�-¿Hay más comandantes u otros miembros delas AUC con las mismas aspiraciones políticasque usted?

�- Sí. Pero esa no es una aspiración que salga deuno; lo que pasa es que se termina aceptandocomo una consecuencia de la voluntad de lagente que durante años se sintió apoyada ennosotros. Recuerde que hablamos de zonas endonde el Estado nunca estuvo y los comandan-tes ejercieron un liderazgo natural. Es más, yome atrevería a pensar que gran parte de los in-convenientes que la ley ha enfrentado en el Con-greso se deben a que algunos políticos tradicio-nales se sienten incómodos ante la perspectivade que nos permitan participar en política, porla competencia que ello supone en territorios don-de ellos ostentan el monopolio� (AUC 114).

Reproducimos por extenso estos planteamien-tos del comandante Mancuso porque nos dejan verque así como la procedencia regional era un rasgoa destacar en el proceso de constitución de las au-todefensas, así sigue siendo de crucial importanciacuando se piensa en qué es lo que ellas quieren dela desmovilización. Los discursos de las AUC insis-ten en el carácter regional de la organización. Elhecho de que el comandante Mancuso hable per-manentemente a los políticos, pero que lo hagadesde la reivindicación del liderazgo ejercido porlos hombres armados en las regiones, es ilustrativodel lugar que ellos se asignan en la tensión entreregiones y nación. Más aún cuando entre las razo-

nes para su desmovilización aducen la �restauraciónde los vasos comunicantes entre estado y nación�(AUC 62). Ernesto Báez se orienta en ese sentidocuando establece:

�Nosotros consideramos que la reinserción sedebe cumplir en dos escenarios: un primer esce-nario es el de la reinserción de combatientes des-armados a la vida productiva del país. Y la otra,paralela a esa, es la reincorporación de las re-giones al Estado� (AUC 93).

La referencia a �la reincoporación de las regio-nes al estado� resulta ilustrativa de la forma comolos comandantes juzgan la situación a las que los hallevado la guerra. Si en la primera parte de esta sec-ción leíamos que gente que venía de las distintasregiones empezó a caminar junta y a defenderse dela guerrilla metiéndose en la clandestinidad, aquíleemos que la desmovilización debe traducirse enla reincorporación de las regiones al estado. �Rein-corporar� parece una acción neutral, pero si nosdetenemos en ella pronto descubrimos que se tratade hacer que �dos cosas hagan cuerpo una con otra�de nuevo. Se trata pues de que las regiones vuelvana ser parte del cuerpo del estado. Ahí ubican loscomandantes de las AUC parte de sus motivaciones.Con ocasión de la desmovilización del Bloque Cali-ma en diciembre de 2004, el comandante Mancusofue muy enfático al respecto:

�Sé que no es fácil entender nuestras motivacio-nes. Para los que no nos conocen y viven fuerade la órbita de las regiones colombianas, no debeser fácil entender que entreguemos los fusiles, quenos despojemos de la potestad de dar la últimapalabra en todo aspecto de la vida regional, querenunciemos al poder que otorgan las armas. Yesa incomprensión la entiendo. Parte de unadisplicente sensación de superioridad, que lesdicta a quienes la sienten, que somos una hordade mercenarios al servicio de nosotros mismos.Ellos se niegan a entender la realidad de las pro-vincias� (AUC 95 ).

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El pronunciamiento de Mancuso es bastanteexplicito. Conocerlos y en alguna medida compren-der su proyecto, implica entender las realidad de lasregiones y provincias. Allí ellos han tenido la potes-tad de ser la última palabra. Es notable también queel comandante se ocupe de aclarar que quienes nolos comprenden parten de una sensación de supe-rioridad que a su vez se apoya en la negativa a en-tender la realidad de las provincias. Se trata de unapresentación emocional de sí mismos que recalca elque suelen ser incomprendidos y juzgados comohordas de mercenarios, pero más aún, que tales jui-cios se desprenden y �viene ahora el juicio sobre elcomportamiento y la motivación del otro� del des-conocimiento o de la negativa a comprender la vidaregional. La reivindicación de la pertenencia y elconocimiento regional y del hecho de que las regio-nes deben �volver a ser cuerpo� del estado alimen-tan nuestra caracterización de las AUC como unaformación elitista de defensa y restauración en dossentidos. Primero, tales señalamientos recuerdan quelas AUC recogen y articulan grupos regionales �es-tablecidos�, grupos que ya tienen una �existenciasocial� y cuya trayectoria de acción es defenderse.Segundo, la referencia a la reincorporación de lasregiones y a que los comandantes son �líderes natu-rales� y verdaderos representantes de aquellas fun-ciona como indicio del lugar que estos grupos seatribuyen en el orden social. Atribución que quedarámás clara adelante cuando analicemos la autorepre-sentación que las AUC hacen de sí mismas comouna organización heroica o como benefactoras so-ciales. Por ahora, sabemos que en sus discursos lasAUC recalcan las diferencias regionales y las exhi-ben como rasgos de su �antigüedad� o �estabilidad�como franja social.

La importancia de estos señalamientos quedamás clara si se recuerdan las proposiciones de Eliasen su Ensayo teórico sobre las relaciones entre esta-blecidos y marginados (1998). En ese texto el autormuestra que la dimensión temporal o la historia com-partida por un grupo se traduce en importantes dife-renciales de poder (ibíd., 116). El autor analiza losrepertorios emocionales con que �familias viejas� de

un vecindario se relacionan con los recién llegadosal mismo. Encuentra que la prolongada conviven-cia de las primeras les daba un grado de cohesióngrupal de la que no gozaban los segundos y quetal rasgo se tradujó en una sensación de superiori-dad humana entre aquellas familias (ibíd., 118-123)Para el objetivo de este texto tal comparación re-sulta de gran utilidad. La acción violenta de lasguerrillas dio pie a la activación de las relacionesentre viejas familias de las regiones, que se cono-cen unas a otras y que ponen en marcha un ejérci-to de contención, una estructura armada que de-fenderá su existencia. Los comandantes Mancuso,Isaza, Castaño y Jorge 40 dejan claro que en sudefensa, apelan a viejos lazos sociales que teníancon otros vecinos, con otros pares de las regiones.Eso los sitúa en un lugar destacado de la jerarquiade estatus y poder y les hace exhibir un nosotrosparticular y más o menos delimitado en el que laprocedencia y prestancia regional resuelve un clá-sico problema:

�Cómo y por qué unos hombres se perciben comopartes del mismo grupo y se incluyen unos aotros dentro de los límites grupales que ellos mis-mos establecen al hablar de �nosotros�, mien-tras excluyen a otros como pertenecientes a otrogrupo, al que se refieren colectivamente en tér-minos de ellos� (ibíd., 116).

El carácter de formación elitista de las AUCestá marcado precisamente por la definición quelos líderes hacen de un nosotros, en el que se dis-tingue el �yo� de los diversos comandantes y unaamplia gama de �ellos� que va desde los comba-tientes de la misma organización hasta los guerri-lleros. Mientras que el nosotros al que recurren lasFarc se desplaza permanentemente buscando susujeto e inventándolo en la historia misma de lasconquistas de la organización y en las acciones delmovimiento popular; las AUC hacen una constantedelimitación de su nosotros, el nosotros de los co-mandantes con sus procedencias y perfiles regio-nales. Esa recurrente contraposición entre nosotros

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y ellos en el discurso de las AUC y en términos másgenerales su constante esfuerzo de diferenciaciónserá trabajado más adelante.

DE LA DEFENSA A LA SEGURIDAD

En el acápite anterior se insistía en que lasproducciones verbales de las AUC presentan la or-ganización como una estructura armada que cier-tos grupos regionales activan o desactivan segúnsus necesidades de defensa frente a las agresionesguerrilleras. El objetivo de este apartado es mos-trar que la defensa está investida de una gran con-notación emocional y que sirve como bisagra quearticula los grupos regionales y que convierte alejército de contención en un Movimiento NacionalAntisubversivo (AUC 59).

Las distintas producciones discursivas de lasAUC señalan que la organización nació de formaespontánea y en �legítima defensa propia� (ibíd.).Más aún, los discursos de la organización suelenhacer un recorrido que parte de la defensa de lapropia vida y la dignidad, �la economía de nuestroshogares� y pasa por los bienes, las familias y luegoparte hacia la defensa de los territorios, �nuestrasregiones�, �nuestras comunidades� y la patria (AUC37, 59 y 104). Así por ejemplo, en su discurso en elCongreso, el comandante Mancuso señala:

��ante el acecho constante de las guerrillas, re-currimos al derecho inalienable de la legítimadefensa, en aras de proteger nuestra existencia ynuestros bienes lícitamente adquiridos, que re-presentan el sustento presente y futuro de nues-tras familias� (AUC 59).

Sin embargo, antes, en ese mismo texto, habíadicho que hablaba por todos aquellos que �caminansin descanso defendiendo esta Colombia desconoci-da para los muchos, patrullando en parajes peligro-sos y solitarios, donde acecha el enemigo terrorista�

(ibíd.). También Rodrigo Tovar, alias Jorge 40, seña-la el desplazamiento entre la defensa personal y lade otros �bienes�. En la entrevista se lee:

�-Hay una tendencia en ustedes que sorprendemucho y es la de hablar con un tono patrióti-co, de salvadores, casi como si el país les salie-ra a deber.

�- Nosotros nos la jugamos primero por defen-dernos, defender a nuestras familias y patrimo-nios, pero en esta defensa también defendimosde un ataque a muchas regiones y dentro de ellasa sus pobladores� (AUC 70).

La constante y ordenada mención de aquelloque las AUC defienden �su vida, honra, dignidad,bienes, familias, regiones, comunidades, patria� sonindicativas tanto de la historia de la organización,como de la jerarquía de valores que en ella predo-mina. En ambos casos se arranca de la relación conlo personal y desde ahí se van tejiendo vínculos conlo colectivo, con la patria. Esa que comienzan aconocer mientras la patrullan.

Ahora bien, no siempre se cuentan las necesi-dades de defensa en el mismo orden. En un textoMancuso explica que ellos participan del procesode negociación con:

��los mismos irrenunciables fines de defensa dela vida y de la libertad, de la seguridad y de ladignidad nacionales, que alentaron nuestro na-cimiento, en pasadas y trágicas circunstanciasde agresión totalitaria y terrorista a la que nosresistimos por instinto vital innumerables co-lombianos agredidos por la subversión y des-amparados por un Estado y unos gobernantesque habían perdido el timón y el rumbo y noscondenaban a la indefensión� (AUC 25).

Es interesante que en este texto la defensa dela vida y la defensa de la seguridad y la dignidadaparecen, al mismo tiempo, como punto de partidade la organización y no como conquistas y trans-

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formaciones que se fueron dando en la historia. Aquíquedan puestas en el mismo nivel emocional e histó-rico lo �personal� y lo �colectivo�. Interesa tambiéndestacar de ese texto la puntada sobre �el instintovital�. Y es que la alusión a la defensa suele tambiénestar asociada a comprensiones �naturalistas� de lavida social: los integrantes de las AUC defienden �ins-tintivamente� su vida y sus bienes (AUC 15). Ademásellos reclaman que �lo que en un principio fue legíti-ma defensa individual comenzó a hacerse carne encomunidades enteras a las cuales unían la misma an-gustia y la misma indefensión� (ibíd.).

Aunque no nos queda del todo clara la alusióna �hacerse carne�, es ilustrativo constatar que la in-vocación de la defensa tiende a naturalizarla, ��esinstintiva��, tiende a relacionarla con emocionescomo �angustia e indefensión� y a ignorar su espe-cificidad como una tendencia de acción específicaante la agresión. Como se recordará, uno de loscomponentes de la emoción es la tendencia de ac-ción asociada. Aquí es claro que la defensa operacomo la tendencia de acción casi natural entre aque-llos que se enfrentan a las agresiones de la guerrilla.

Pero si por un lado la defensa aparece comoun instinto, por otro lado aparece como un derechoque no se pierde nunca (AUC 11), un derecho quees propio del ser humano y anterior a la ley positiva

(AUC 21). En una entrevista que el comandanteMancuso concede en 1998 al periódico regional ElMeridiano se lee:

�Lo que pasa es que el derecho a la legítima de-fensa individual y colectiva, es natural y univer-sal. Está incluso por encima de la ley positiva. Ycomo el Estado no cumple debidamente con suobligación, nos ha tocado ejercer este derecho.Además, el monopolio de las armas que debe serexclusivo del Estado, no lo es. Porque hay un ene-migo nacional que está armado, entonces, lasociedad civil ante la ineficiencia del Estado y elcarácter de la agresión hace respetar su derechoa la defensa y se arma proporcionalmente al ata-que para defender su vida, honra y bienes; estees el origen de las autodefensas� (AUC 1).

También la entrevista que Carlos Castaño otor-ga a Darío Arizmendi en 1998 se orienta en esa di-rección y nos permite ampliar la comprensión parti-cular que los comandantes tienen del derecho a ladefensa. Castaño subraya que cuando el estado nopuede garantizarle la vida a la gente ésta tiene dere-cho a armarse y que eso debe decirse en la �constitu-ción universal con la que nace cualquier ser humanoque está por encima de cualquier ordenamiento, delpapel que tenga la constitución de un país�. Másadelante, el mismo comandante explica que aun-que Dios es tolerante en ocasiones, �como humanoenseño a defendernos� y que en alguna medida sólola legítima defensa hace concebible un asesinato(AUC 2).

Es muy reveladora la articulación que amboscomandantes establecen entre el derecho a la legíti-ma defensa y un orden natural, anterior al estado y alderecho positivo. No se habla aquí de lo que se sien-te pero cuando se define algo como �natural� o �uni-versal�, se pretende sacarlo de cualquier debate polí-tico y consagrarlo como una verdad, como algo quese impone por �naturaleza�. El carácter emocionaldel discurso proviene en este punto, precisamente,de la consagración de la defensa como un derecho,como algo propio e indiscutible en el ser humano.

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10 En las guerrillas también suele aparecer la autocaracaterización como héroes (Mancilla, 1990 y Aguilera, 2003). A partir de la documenta-ción analizada podemos decir que la referencia al heroísmo no tiene en las Farc la misma importancia retórica y emocional y que en lasAUC suele atarse a una lectura religiosa del orden social, mientras que en las primeras tiene que ver con el iluminismo revolucionario.Agradezco a Mauricio Archila el llamarme la atención sobre la necesidad de trabajar este punto.

Las AUC insisten �solo nos hemos defendido�,pero a renglón seguido glorifican tal comportamien-to como algo que se hace �al servicio de la patria� yque los convirtió en quienes proveen de seguridada millones de �colombianos honestos y de buenavoluntad� (AUC 59). Incluso en sus produccionesverbales afirman que ni siquiera el cese de hostili-dades los exime de la �responsabilidad de defendera las poblaciones y regiones de los ataques de laguerrilla� (ibíd.) y que la realidad de la confronta-ción les impone �un compromiso con las comuni-dades más allá de la seguridad que les brindamos�(AUC 62).

No tenemos información suficiente para anali-zar los procesos de transmutación cognitiva y lastransformaciones históricas que permitieron que elderecho a la defensa personal se convirtiera en res-ponsabilidad con la seguridad de las comunidades.Hablamos de transmutación cognitiva pues, comohan mostrado varios investigadores, las emocionestienen efectos cognitivos (Elster, 2002). La situaciónque inicialmente se leía como una amenaza a lavida y la libertad individual y por lo mismo un con-texto que exigía la defensa, se convierte, por el de-sarrollo de la interacción entre los actores y por lasemociones que acompañan tal proceso en una ofer-ta de seguridad y de restauración del orden para losgrupos sociales. De emociones que subrayan la agre-sión de que es víctima se pasa a emociones querecalcan la misión del grupo y su especial carisma.

Es conveniente constatar aquí que el discursode las AUC recoge bien lo que diferentes investiga-ciones han mostrado: la convivencia en esa organi-zación de grupos orientados a la autodefensa cam-pesina, grupos claramente paramilitares y señores dela coerción que venden seguridad (Romero, 2003).

Lo importante para nosotros es constatar quela trayectoria emocional e histórica que va del dere-

cho a la defensa a la provisión de seguridad es laque permite articular los grupos regionales en unMovimiento Nacional de Autodefensa, convertirlosen hermanos de causa (AUC 3) y producir autoca-racterizaciones en que ellos son héroes y benefac-tores sociales.

HÉROES, VÍCTIMAS Y BENEFACTORES

Uno de los rasgos más sobresalientes en lasproducciones verbales de las AUC es su tendencia aconsiderarse héroes y benefactores de las comuni-dades.10 Como en otras formaciones elitistas, loscomandantes de las AUC recalcan sus condicionesparticulares, aquello que Norbert Elias define como�el carisma especial de grupo� y que hace que juz-guen sus comportamientos y su carácter como prue-bas de la superioridad que se autoatribuyen (1998).

Los comandantes de las AUC suelen calificarsu comportamiento como un �auténtico y patrióticosacrificio�, como una �ofrenda� a la nación colom-biana, como una �magna empresa� (AUC 59, 62,104 y 114). Insisten en que su historia es �heroica,dura, mítica�, una �epopeya de la libertad� (AUC59). Subrayan que han usado la violencia como �for-ma de defensa ejercida heroicamente� (ibíd.) y queera �la situación de la patria� y �la voz de Dios ensus conciencias� la que exigía tal sacrificio.

En sus intervenciones los comandantes de lasAUC aluden repetidamente a �la responsabilidad�,al �sentido del deber�, a la �amarga obligación�, al�deber moral� que orienta sus acciones y sus rela-ciones con las comunidades (AUC 23 y 26). Ellosafirman �donde el tejido social se deshacía�, �nopodíamos ni debíamos permanecer indiferentes�

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(AUC 27). De ahí que se hayan erigido como �larepresentación auténtica de los colombianos des-protegidos por el estado� (AUC 1).

Los líderes enfatizan que los anima una �mi-sión� contra la guerrilla (AUC 33). Califican su �cau-sa� como �justa y noble� (AUC 91) y reclaman que�gracias� a ellas

�Los colombianos pudimos contar con las Auto-defensas Unidas de Colombia en tiempos de ame-nazas totalitarias y de crueldades terroristas yeso alejó para siempre de nuestra Patria el riesgoreal de las dictaduras totalitarias de derecha yde izquierda� (AUC 27).

En sus distintas intervenciones, los comandan-tes hacen hincapié en que �liberaron de las guerri-llas a media república� y evitaron que se consolida-rá en �el suelo patrio otra Cuba u otra Nicaragua�(AUC 3 y 59). Por esa vía recalcan el ideario anti-subversivo del movimiento y el hecho de que salva-ron a Colombia del �azote comunista� (AUC 31).Cuando en una entrevista, un periodista le dice aJorge 40 que los integrantes de las AUC son asesi-nos, el comandante contrapuntea que ellos son

�Luchadores por la libertad de este país. Usted seimagina qué sería de Colombia donde nosotrosno hubiéramos empuñado las armas para lle-nar los enormes vacíos del Estado� (AUC 70).

El contenido emocional de estas declaracionestiene por objeto intencional (se dirige hacia) lasmotivaciones y el comportamiento propio, el carác-ter de los miembros de la organización y la existen-cia de una situación amenazante en el suelo patrio.Las emociones se expresan con palabras y adjetivosque evalúan y �engrandecen� la organización arma-da. Se trata, pues, de discursos emocionales quereposan en las alusiones a lo patriótico, al sacrificioy a la ofrenda, palabras todas con las que se evalúay presenta el propio actuar.11

La connotación emocional de esas produccio-nes verbales queda más clara si preguntamos ¿quién

tiene o puede ofrendar algo?, ¿quién se sacrifica?, ¿aqué otros tipos de comportamiento se opone el com-portamiento patriótico?, ¿quiénes sienten a Dios ensus conciencias?, ¿quiénes pueden liberar a otros oal suelo patrio y por qué? Jugar con esas preguntasdeja entrever también los efectos evocativos que losdiscursos quieren producir al construir una historiade los integrantes del aparato armado en donde seresalta su heroísmo.

La autocaracterización como héroes que ha-cen los comandantes de las AUC no tiene sólo porobjeto la historia de constitución de la organizacióny su trayectoria, sino también su comportamientoen medio del proceso de paz como tal.

En su discurso en el evento de desmovilizacióndel Bloque Catatumbo, el comandante Camilo dice:

�Queremos ser tan audaces y resueltos en el cam-po pacífico de la civilidad y la democracia, asícomo hemos sido valientes a la hora de defenderla vida, los bienes y las libertades de millones decolombianos agredidos por el azote guerrillero�(AUC 91).

Más adelante, el mismo comandante destaca:

�Quiero también agradecer a los hombres y muje-res que pasaron por las filas del Bloque Catatum-bo. Por su entereza y sacrificio, por sus arduaslabores de patrullaje, por su gran sentido de per-tenencia, por su entereza de carácter, y por eseejemplo admirable de amor de patria� (ibíd.).12

Su insistencia en la audacia, la resolución, lavalentía, la entereza y el sacrificio alimentan una�fantasía autoglorificadora del grupo�. Tales carac-terizaciones desatan un conjunto de emociones que,como el orgullo o el honor, hablan de la prevalen-cia que el grupo se auto-otorga en la jerarquía destatus y poder. En esa dirección deben leerse variasdeclaraciones de los comandantes. Por ejemplo, suinsistencia en que la desmovilización de más de tresmil hombres es un �gesto de incontrovertible ho-

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11 No pudimos estudiar las connotaciones religiosas del lenguaje político de las AUC. Podemos recordar, sin embargo que �ofrenda� significasegún el diccionario Larousse �un don que se ofrece a Dios o a los santos. Lo que ofrecen los fieles por sufragio a los difuntos. Lo que seofrece para una obra de caridad. Dádiva o servicio en muestra de gratitud o amor�.

12 Este es uno de los pocos textos en los que se menciona a las mujeres.

nestidad con el compromiso de paz� (AUC 85); suidea de que respetar la vida de los guerrilleros quesalgan por efecto del acuerdo humanitario, asícomo el retorno de 415 niños de la guerra songestos que revelan la �grandeza de desprendimien-to� que caracteriza a la organización armada (AUC60) y finalmente, su reiteración de que el respetode los derechos humanos es �contribución indis-pensable� que ellos hacen para el alivio humanita-rio del conflicto armado (AUC 41). De esta manerasuelen presentar sus decisiones y motivaciones lasAUC en los distintos comunicados: se trata de ges-tos grandiosos, magnánimos, que van más allá deldeber y la necesidad.

A lo largo de las negociaciones del gobiernocon las AUC, éstas han insistido en que como casti-go a su �su patriotismo, su altruismo y su buena fe�no pueden recibir la cárcel (AUC 54) y en que su�aporte a la nación en este momento histórico� esprecisamente su reincorporación a la vida civil (AUC19). Ante las distintas criticas que ha recibido el pro-ceso de negociación del gobierno de Uribe con lasAUC, los comandantes han llamado la atención so-bre el hecho de que buscan y aceptan la justicia,pero no la venganza (AUC 41) y en que

�nadie puede llamarse a engaño: nuestras con-vicciones democráticas van de la mano connuestra responsabilidad nacional frente a loscolombianos. Que nadie confunda búsqueda decaminos de paz con rendición y sometimiento, oaltruismo con debilidad, lo que queremos evitar,es que se termine volviendo más indefenso el te-rritorio donde debe cimentarse la institucionali-dad democrática y la fortaleza económica denuestra Nación colombiana, pilares sin los cua-les es iluso pretender seguir soñando con idealesde libertad y justicia social� (AUC 43).

En este caso el carácter emocional del discursose logra a partir de la retórica de contrastación, ladescripción densa de lo que sucede y la constantepolarización. Nadie puede llamarse a engaño, nopueden confundir rendición con sometimiento, oaltruismo con debilidad. En los dos casos se haceun juicio sobre el carácter de la organización. Des-pués se expone la motivación �lo que los coman-dantes quieren evitar� y luego se introducen loscriterios para evaluar tal motivación: no se puedevolver más indefenso el territorio. A renglón segui-do el texto habla en un lenguaje más o menos téc-nico y de evidencia racional que contrasta con lareferencia al comportamiento que sería iluso y a lossueños de libertad y justicia social.

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Como en textos anteriores se observa aquí unaretórica emocional que no necesariamente se expre-sa en palabras sobre los sentimientos sino que seorienta a producir un sentido específico: estar deacuerdo con lo que las AUC han decidido hacer, re-conocer que no están derrotadas y que son altruistas.Así mismo, el hecho de que alguien se autodenomi-ne altruista revela el lugar que se asigna en la jerar-quía de status. Algo similar sucede con el discurso delas AUC en la �Declaración por la paz de Colombia�en noviembre de 2002. En ese texto explican:

�Es dentro de este espíritu patriótico y civilista, ycomo una explícita demostración de nuestra vo-luntad permanente por alcanzar la paz del País,que las Autodefensas Unidas de Colombia hemostomado la decisión histórica de declarar un ceseunilateral de hostilidades, con alcance nacional,sin que esto signifique la renuncia a nuestrosprincipios ni a nuestros ideales� (AUC 3).

En un discurso posterior insisten en que

�La Declaración por la Paz de Colombia (�)inaugura puentes de acercamiento y diálogoentre Autodefensas y Gobierno Nacional, puen-tes que nos hemos propuesto transitar como unacuestión de honor y de amor con nuestro País ysu gente, tan urgidos de gestos de nobleza criollay compromisos de Paz� (AUC 4).

Estos anuncios evidencian con claridad el lu-gar de héroes que se asignan los comandantes delas Autodefensas. Dicen estar imbuidos de un espí-ritu patriótico y señalan que para ellos el diálogo esuna cuestión de honor y amor con el país. País urgi-do de gestos de nobleza criolla que ellos si aportan.Es útil constatar que en estas declaraciones, los re-cursos retóricos se orientan a la calificación de si-tuaciones y el carácter de los actores. La autoatribu-ción de espíritu patriótico y la comprensión de lasnegociaciones como un asunto de honor y amorpor el país hace que los comandantes se resientanante la propuesta gubernamental de concentrarlos

en un territorio y que se defiendan diciendo quesus detractores no podrán ver su �honor mancilladopor la sumisión� (AUC 43).

Hasta aquí hemos caracterizado un discursoemocional que habla de los comandantes de laAUC como unos héroes. Más particularmente,como héroes de una guerra, de una gesta patrióti-ca de lucha contra la subversión. Ahora bien, lafuerza emocional de ese discurso suele acompa-ñarse de una descripción de las condiciones enque los mismos comandantes, esta vez en condi-ciones de padres de familia o esposos, fueron víc-timas de la agresión guerrillera y la indolencia es-tatal. En una entrevista, el comandante RodrigoTovar, alias Jorge 40, hace una significativa decla-ración al respecto cuando le preguntan cómo va ahacerse la reparación a las víctimas:

�¿Quiénes son las víctimas? Porque nosotros fui-mos las primeras víctimas, de un ataque y de unolvido, el secuestro, la amenaza, el boleteo, laextorsión, el asesinato, la expulsión de nuestrastierras, empezó contra nosotros por parte de laguerrilla, y no hubo Estado para defendernos�(AUC 70).

En una entrevista concedida en abril del 2004,el comandante Salvatore Mancuso se orienta en unadirección similar. Cuando le preguntan si las nego-ciaciones deben seguir en medio de la desaparicióndel comandante Castaño, él asevera:

�El camino que sigue es largo y sinuoso, pero es-tamos dispuestos a transitarlo, así como ayeraceptamos el desafío de enfrentar la guerra quenunca quisimos, e indefensos asumimos sin nin-guna experiencia ni formación ni mucho me-nos vocación guerrera, la defensa de la vida, losbienes, la libertad y la democracia amenazadospor un enemigo sin razón y sin Dios. Hoy lascosas son diferentes y las AUC aceptamos el de-safío de reincorporarnos a la vida civil plena(�) El conflicto nos tocó a la puerta, como con-secuencia de un estado débil e indolente ante el

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vil ataque de las guerrillas y nos involucró cau-sando dolor en nuestros corazones de hombrescolombianos puestos en la disyuntiva ética detomar las armas contra la inmisericorde agre-sión guerrillera o perecer y ver perecer como con-secuencia de nuestra claudicación a nuestrosseres queridos� (AUC 48).

En ambas declaraciones, los integrantes de lasAUC aparecen como víctimas de una serie de ac-ciones de la guerrilla y una serie de omisiones delestado. Interesa también resaltar que el texto deMancuso combina la autocaracterización como hé-roes ��aceptamos el desafío de enfrentar la guerra��con la autodescripción como víctimas ��nunca laquisimos, estábamos indefensos, no teníamos la for-mación��. Además, hay que recalcar que se trata delas víctimas de un enemigo que no tiene Dios y quepor lo mismo cabe esperar que sea más despiadadoy terrible. También hay que subrayar que la presen-tación como víctimas se apoya en un lenguaje con-creto que habla del dolor en el corazón, de ladisyuntiva ética, de la amenaza contra los seres que-ridos y en últimas de la inmisericorde agresión gue-rrillera. Es un discurso emocional que tiene porobjeto intencional la situación de amenaza, el com-portamiento de la guerrilla, sucarácter y la tendencia de acciónpropia: aceptar el desafío. Es enesa trama en donde debemos si-tuar la transmutación de la vícti-ma en héroe. La acción de laguerrilla y la debilidad del Esta-do los hacen víctimas, pero lanaturaleza propia, el carisma delgrupo los hace héroes. En los ca-pítulos dedicados a la relaciónde las AUC con el estado y conla guerrilla ampliamos esta auto-caracterización como víctima.Por ahora sólo necesitamos mos-trar que ella es el correlato de larepresentación de los coman-dantes como héroes.

Ahora bien, en las autorepresentaciones delgrupo se destaca otro lenguaje emocional, menos�heroico�, pero no por ello desprovisto de �grande-za� o de alusiones al carisma particular del grupo.Se trata de un lenguaje político en el que se super-ponen visiones �técnicas y desarrollistas� del mun-do social con lecturas paternalistas de lo que puedeser la relación entre el pueblo y quienes se sientensus responsables: se trata de la autocaracterizacióncomo �benefactores sociales� y como promotoresdel desarrollo.

Las producciones verbales de las AUC están lle-nas de referencias a la defensa que la organizaciónarmada ha hecho de la democracia pero también dela infraestructura y del desarrollo en el país. Parte delas �fantasías autoglorificadoras del grupo�, que loconvierten en una formación elitista, tienen que verprecisamente con su capacidad para promover desa-rrollo, seguridad y bienestar comunitario. Cuestionesque se traslapan en sus distintas producciones verba-les. Así por ejemplo, en el discurso que el coman-dante Mancuso da ante el Congreso se lee:

�Somos defensores de una Colombia libre, de susinstituciones y su infraestructura (�) Es precisorecordar a la Nación y al mundo, que mediante

nuestra lucha y sacrificio, exten-sos territorios del país han logra-do convertirse en ejemplos deconcordia, tolerancia y civili-dad; y han conseguido atraer lainversión, promover el trabajohonesto, y devolver las condicio-nes necesarias para el logro dela productividad, fundamentalpara el desarrollo� (AUC 59).

Tiempo después en otrodiscurso el mismo comandanteestablece:

�Si hay algo que tenemos clarolas AUC es el compromiso social(�) Hemos trabajado por añosRodrigo Tovar “Jorge 40”

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en la construcción del bienestar comunitario ydigno. Hemos defendido las tierras de nuestroscampesinos, se ha sembrado la confianza en elcampo y en el desarrollo socio-económico. Y hoy,hay que dejar algo claro: no abandonaremos estamisión social que ha caracterizado la organiza-ción y, es más: que fue parte de nuestro naci-miento (�) Las Autodefensas Unidas de Colom-bia venimos de transitar un largo y doloroso ca-mino de respuesta armada ante la violencia y losagravios de las guerrillas marxistas al Pueblo co-lombiano, a su infraestructura económica y a susvías de comunicación� (AUC 62).

En ambas declaraciones lasAUC aparecen provistas de un ca-rácter especial e innegable. Ellashan defendido la infraestructura yhan conseguido dar a la sociedadcondiciones para el desarrollo. Esolo consideran característico de sumisión y su compromiso social.Nosotros tenemos que preguntarque comprensión de la sociedadsostiene tales ideas. Nuestra in-sistencia en que las AUC en susdiscursos se presentan como unaformación elitista se apoya pre-cisamente en la constatación deque no todos los actores socialesse imputan un compromiso o unamisión social y que al hacerlo delatan el lugar quese asignan en la jerarquía social. Aquel que tieneque notificar su compromiso social es también aquelque vive cierto distanciamiento con esa sociedad.

Es revelador al respecto que las declaracionesde los comandantes insistan en que �Nunca fue in-terés de las AUC perpetuarnos en el cumplimientode una función excepcional de protección y desa-rrollo comunitario que corresponde legítimamentey de manera inequívoca e insustituible al Estado�(AUC 25), pero que nunca expliquen los antece-dentes cognitivos y los vínculos emocionales quehicieron posible que ellos asumieran esa responsa-

bilidad. Puesto de otra manera. Aunque en sus dis-cursos reconocen que ellos asumieron funcionesque le corresponden al estado, no explican condetalle por qué. En esos momentos de la argumen-tación los líderes recurren al �deber moral� y a la�amarga obligación�. Nosotros tenemos que pregun-tar por qué ante la �desprotección estatal� se activatal �deber� y la organización asume funciones delestado. Las emociones son procesos de interacciónen los que es posible discernir distintos componen-tes, �antecedentes cognitivos y tendencias de ac-ción� por ejemplo. En el caso de los discursos delas AUC es sugestivo que su tendencia a convertirse

en héroes y benefactores se expo-ne como algo natural, como el úni-co camino ante la desproteccióndel estado. No había otra salida,ellos tenían que asumir las funcio-nes que le pertenecen a aquél. Sino ¿quién? Se trata del funciona-miento de lo que Elias denomina�el canon de las clases superiores�y que hace que ciertos grupos sesientan pares del estado o quepuedan activar sus relaciones dedefensa y protección por encimade las regulaciones de aquel (Elias,1997). Nos interesa constatar queen la caracterización que hacen desus relaciones, las AUC reiteran

�No importa que se nos tilde de ilegales, porqueel pueblo, soberano, nos declara legítimos y nosconsidera sus benefactores. Algún día Colombiaagradecerá que hayamos existido y el mundo re-conocerá que merecíamos un trato diferente, eltiempo es el mejor aliado, �amanecerá y vere-mos�� (AUC 104).

Esta cita nos permite introducir otro rasgo delas autocaracterizaciones de las AUC que conside-ramos indicativas de su naturaleza de formaciónelitista. En sus distintas producciones verbales esa or-ganización expone un permanente ejercicio de dife-

�No importa que se

nos tilde de ilegales,

porque el pueblo,

soberano, nos

declara legítimos y

nos considera sus

benefactores�

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13 El artículo constata la importancia emocional que tiene en el asunto en las producciones verbales de las AUC pero no puede hacer unestudio sobre las relaciones de esa organización o sus líderes regionales con el narcotráfico. Como en otras cuestiones, el texto recalca lospuntos de coincidencia en los textos de los diversos comandantes pero no desarrolla ni amplia los contextos regionales que sustentan lasdiversas trayectorias de los líderes y su relación con las drogas.

renciación y de contraste entre el �nosotros� y unainmensa gama de �ellos� que se extiende desde gru-pos de autodefensa regional y combatientes del mis-mo grupo armado hasta organizaciones guerrilleras.

UNA ARDUA TAREA: LA DELIMITACIÓNDEL NOSOTROS

Una de las peculiaridades en las produccionesverbales de las AUC es su permanente producciónde diferencias y más puntualmente de contrastesentre sus distintos miembros o entre ellos y los inte-grantes de otras organizaciones armadas. Si en elcaso de las Farc veíamos la recurrencia de un noso-tros que se desplaza entre los marquetalianos, loscampesinos, los luchadores populares y los colom-bianos, esto es un nosotros abierto y que busca serllenado, ser inclusivo; en el caso de las AUC tene-mos un nosotros que busca distanciarse, conservar-se cerrado y diferente de �ellos�. Entre los criteriosutilizados para crear esas diferenciaciones se cuen-tan la historia particular del grupo, la relación conuna ideología, el uso de la violencia, la apelación avalores y consideraciones éticas y el vínculo conotros grupos sociales, entre otras cuestiones. Se tratade un problema de gran relevancia en las produccio-nes discursivas de las AUC y de gran importanciateórica, pues, como Norbert Elias ha mostrado, losgrupos establecidos y las formaciones elitistas se vensometidas continuamente a la elaboración y exhibi-ción de lo que consideran que les es particular, pro-pio y dado y que las hace diferentes a los demásgrupos (1998).

En el caso concreto de las AUC como forma-ción elitista llama la atención la permanente dife-

renciación entre comandantes y combatientes de lapropia organización. Contraste que se logra a travésdel uso de recursos retóricos como los demostrati-vos �esos muchachos�� las explicaciones detalladassobre los rasgos de �ellos� y las fiestas para �ellos�;y, finalmente la insistencia de algunos comandantesen que �sus hombres� son como �sus hijitos�. Encuanto a la oposición entre AUC y grupos de guerri-lla, el contraste se logra a partir de la autoatribuciónde motivaciones �más� éticas y de comportamien-tos más �ajustados� a la historia y a la racionalidad.En ambos casos se trata de contraposiciones alta-mente emocionalizadas, esto es, contraposicionesque desatan vinculaciones afectivas a partir de lasreferencias a distintos juicios sobre las motivacio-nes, los comportamientos y el carácter de los acto-res implicados. Las emociones recalcan la compara-ción entre unos y otros e insinúan el lugar que cadauno �debe� tener en la estructura de status y poder.

Las autodefensas �puras�: narcotráfico yrazón social

Una de las cuestiones que ha desatado ciertacontroversia emocional en las negociaciones del go-bierno de Uribe con las AUC y que tiene importanciaen los esfuerzos de la organización por �delimitar� sunosotros está relacionada con la diferencia entre �au-todefensas pura� y otros tipos de autodefensa. Se tra-ta de un debate entre comandantes o líderes de laorganización en torno al vínculo que ellos tienen ohan tenido con el narcotráfico y con otros sectoresdelictivos. Debate que los ha obligado a incluir ensus discursos una constante defensa de su naturalezapolítica, que ha revelado los enfrentamientos dentrode la organización, pero que también ha propiciadouna producción discursiva �sincera� frente a la socie-dad.13 En una entrevista con la Revista Semana, el

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líder del Cacique Nutibara, Giovanni Marín se de-fiende de las acusaciones de que su organizacióntiene vínculos con el narcotráfico diciendo que talseñalamiento �es falso� y que

�Los 800 hombres que este martes, si Dios quie-re, nos desmovilizamos, somos autodefensas pu-ros, no miembros de bandas comunes, sino inte-grantes de una organización política, el BloqueCacique Nutibara, que tiene un ideario antisub-versivo� (AUC 31).

Más adelante en la misma entrevista se lee losiguiente:

�-Habla usted del comandante �Adolfo Paz� comoun líder político cuando su pasado dice que fuelugarteniente de Pablo Escobar, jefe de la bandaLa Terraza y ahora miembro de las AUC.

�-Jamás. Lo que usted dice es falso. Nuestro co-mandante jamás sirvió a Pablo Escobar. Por elcontrario, él lo enfrentó. Él fue la persona queayudó a ponerle fin a su reinado de terror. Ytambién es mentira que él haya sido jefe de labanda La Terraza. Al contrario, cuando entra-mos a Medellín los jefes de esa banda quisieronentablar diálogos con nosotros pero desde unprincipio nos opusimos porque su accionar eradelictivo. Por eso, la combatimos y la obligamosa que hicieran una reconversión en beneficio deellos mismos y de la sociedad.

�-¿Combatieron a La Terraza o la absorbieron?�-A esa y a todas las demás bandas lo que hici-mos fue obligarlas a que tuvieran pactos de paz,a que dejaran sus acciones en contra de la co-munidad. La gente piensa que esos son mucha-chos cuyo único destino es un arma de fuego yeso no puede ser. Hay que ayudarlos y sacarlospara que se vuelvan útiles y sus existencias apor-ten a la paz del país� (ibíd.).

Estas declaraciones ilustran dos puntos recu-rrentes en la delimitación emocional que las AUC

hacen del �nosotros� que consideran propio. Prime-ro, recalcan que son un actor político y que no tie-nen nada que ver con bandas comunes, delincuen-tes o narcotraficantes. Segundo, aluden a la relación�pedagógica� que suelen establecer ya sea con sec-tores delictivos, con sus propios combatientes o conlas comunidades.

El comandante Miguel Arroyave del BloqueCentauros hace diferenciaciones que se orientan enuna dirección similar a las de Marín. En una entre-vista él anotaba:

�(�) aquí entre nosotros yo debo reconocer quetodos tenemos intereses distintos. Algunos somosautodefensas puros, mientras otros son gente queha llegado a la mesa para buscar solución a susproblemas judiciales individuales (�) Además,aquí en Ralito he tenido diferencias con otroscomandantes porque no tienen un discurso co-herente: dicen que defienden a los pobres, cuan-do en realidad les están robando la plata de lasalud. Otros dicen que no están traficando mien-tras que por la Costa están sacando embarquesde droga. Esas cosas no me gustan y se las hedicho de frente� (AUC 73).

Por su parte, Martín Llanos, jefe de las Auto-defensas del Casanare y contradictor de MiguelArroyave, explica en una entrevista que sus con-flictos con él tienen que ver con el interés de esteúltimo de invadir los territorios del primero. En laentrevista le preguntan si la pelea entre coman-dantes tiene que ver con el narcotráfico y Llanoscontesta:

�La causa reside en el afán territorial de Arroya-ve. Las ACC son autóctonas y no es bueno ni sanopretender imponerles a nuestras comunidadesuna autodefensa foránea como en este caso. Connarcotráfico no tenemos nada que ver, exceptoel gramaje cobrado en algunas zonas de cultivosde coca en que hacemos presencia (�) Si Arro-yave tiene problemas de narcotráfico debe ser conotras personas (AUC 26).

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Los motivos de confrontación entre los distin-tos grupos de autodefensa escapan a los objetivosde este trabajo, así como la relación entre ellos y elnarcotráfico. Reproducimos estos señalamientosporque ilustran las más frecuentes diferenciacionesque hacen los comandantes en sus discursos: auto-defensa vs. comportamientos delictivos, autodefen-sa vs. narcotráfico y en el último caso, autodefensaautóctona vs. autodefensa foránea. Diferenciacionesque han sido comentadas por la literatura secunda-ria sobre la confrontación armada (Romero, 2003) yde la que nosotros destacamos aquel correlato quese teje como contraste emocional. La importanciade este problema en la autocaracterización de lasAUC se hace explicita en los señalamientos de Cas-taño sobre el hecho de que �es inocultable la pene-tración del narcotráfico� en la organización (AUC6). Esto es evidente en su �mea culpa� por esa situa-ción y lo reitera en la advertencia que sigue:

�Es claro, el estigma del narcotráfico nos envuel-ve o salpica a todos en las Autodefensas, y a bue-na parte de Colombia, y no es solo imaginacióny guerra publicitaria de nuestros enemigos, estambién una evidente realidad, por la cual esta-mos pagando caro, y sin duda hay unos másculpables que otros. Yo acepto mi plena culpapor no haber sido capaz de impedirlo pero, solome faltó recurrir a la fuerza y la violencia paraevitarlo. En las AUC contuvimos a los narcos y elnarcotráfico en algunos casos, mientras en otroslo impulsaron, grave contradicción. Craso error.Y aquí hay que decirlo, es la verdad lo que hadifundido esta página de las AUC, a otra cosano se prestará ella. �Colombia Libre� informasobre las autodefensas y el conflicto sí, pero conla verdad, no es para ocultarla; es que uno nopuede ir cambiando a su antojo nombre suciopor limpio, o identidad y razón social cada quedesee lavarse lo sucio, porque rápidamente loidentifican y dejan de creer en uno, y lo másgrave, dejan de creer en el gremio que integra-mos y representamos. No se puede utilizar más el

nombre de Autodefensa para esconder a cuantaactividad delincuencial se practique. Si seguimosasí, cada que se mencione públicamente el tér-mino �Autodefensas�, la gente lo asociará condelincuencia simple y rampante que utiliza esenombre para conveniencia y lo desconoce pararespetarlo. Y no puedo exceptuar, ni a las mis-mas Accu, porque ahí también padecemos el vi-rus que carcome hoy a casi todas las Autodefen-sas� (AUC 11).

En este párrafo convergen distintos rasgos deldiscurso emocional de las AUC. El énfasis en el �yo���acepto mi plena culpa��; la existencia de fuertescontrastes al interior de la organización ��unos con-tuvieron y otros impulsaron el narcotráfico��; la in-sistencia de que en sus comunicaciones relatan laverdad; y, algo muy importante para esta parte delargumento, la advertencia de que el nombre de laautodefensa no puede esconder actividades delin-cuenciales, so pena de que la gente ya no les crea.Es más, la declaración del comandante Castaño, dejaclaro que la organización necesita que crean enellos, en el �gremio� que integran y representan, enla trayectoria de su �razón social�. Ambas referen-cias, gremio y razón social, notifican el carácter ins-trumental o de aparato que tiene la organización.Ambas citas nos ponen al corriente de la necesidadde custodiar cómo se �usa� el nosotros de las Auto-defensas, quienes usan y para qué esta �razón so-cial� y quienes pueden y quienes no atribuirse lapertenencia a este �gremio�.

Es necesario también reconocer aquí, que am-bas referencias asignan respetabilidad al quehacerde las AUC y expresan de manera �formal� y casi�neutral� las distinciones que veíamos atrás entreautodefensas puras y otras actividades. El carácteremocional implícito en esas diferenciaciones quedaclaro si se recuerda que sólo ciertas actividades co-lectivas tienen razón social y sólo ciertos grupospueden definirse como gremios. Aunque la repre-sentación corporativista de la sociedad que se des-prende de estas citas está por estudiarse, ya puedereconocerse que ambas, �razón social y gremio�,

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son características de quienes se incluyen en la so-ciedad y consideran legítima su actividad.14

Ellos, los combatientes

Otra diferenciación que se hace permanente-mente en los discursos de las AUC y que evidenciasu naturaleza de formación elitista es el contrasteentre comandantes y combatientes. Contraste queaparece, sugerido ya, cuando el comandante Man-cuso apunta en una entrevista: �yo dije que cuandoiniciáramos un proceso de negociación serio e irre-versible le daba la cara al país para que conocieranqué pensamos los comandantes de las AUC� (AUC22). Nosotros podríamos decir, luego del análisis delas distintas declaraciones que, aquello que piensanlos que no son comandantes y que están en las AUCno se conocerá y ni siquiera importa en la presenta-ción que esa organización hace de sí. Es significati-

vo también que en momentos de crisis de las nego-ciaciones, Mancuso haya subrayado que �los co-mandantes de las AUC tienen voluntad de paz�, perono haya hecho ningún comentario sobre los com-batientes (AUC 114).

El comandante Rodrigo Tovar, alias Jorge 40, síse refiere a los combatientes y lo hace en unos tér-minos que resultan bastante explícitos de la formacomo ellos son tratados en la organización. En unaentrevista le preguntan por el compromiso de losempresarios con el proceso de paz, luego de recla-mar que ellos deberían colaborar más, el coman-dante señala:

�Mire, por ejemplo, el caso de los desmoviliza-dos. ¿Cuántos trabajos han creado? ¿Cuántos denuestros ex combatientes ahora tienen un pues-tico? Casi ninguno, por no decir ninguno. Esonos pone a pensar porque nosotros sí nos vamos

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14 En algunos textos las AUC se refieren a sus acciones en términos de �el trabajo de nuestros comandantes�. Así por ejemplo, en unpronunciamiento subrayan �consideramos que es nuestra responsabilidad ante Colombia insertar nuestro trabajo, personal y colectivo, demanera legal y consensuada, en el fortalecimiento de la democracia, pero no de la democracia en abstracto� (AUC 15). La autocaracterizacióndel grupo armado como organización racional suele aparecer en la relación con otros sectores de la sociedad.

a desmovilizar en grande; entonces, esa es unaseñal errada porque uno dice qué va a pasar contodos estos muchachos� (AUC 70).

En esa declaración destacamos varios puntos:el uso del posesivo �nuestros ex combatientes�, lareferencia a que ellos necesitan �un puestico� y elno tenerlo es lo que nos pone a pensar a �nosotros��¿cuál es el nosotros?� y finalmente la pregunta so-bre lo que le pasara a �estos muchachos�. Quedaclara la distancia entre comandantes y combatien-tes, entre el �nosotros� de las AUC y �estos mucha-chos�. Distancia en la que se sostiene una ampliagama de vinculaciones emocionales que van desdela consideración paternalista ��mis hijitos��, hastala idea de que como tal, esos muchachos deben sersensibilizados, educados o por lo menos no manda-dos a la muerte así no más.

En el primer caso son ilustrativas las declara-ciones que Ramón Isaza hace con ocasión de los 27años de la autodefensa que él lidera. A continua-ción reproducimos por extenso apartes de ese dis-curso que capturan bien el lugar que se asigna alcombatiente en la organización y el tono paternalis-ta con el que en ocasiones se les exalta. Dice Isaza:

�Hace siete años empecé con esta celebración decumpleaños de las Autodefensas, (�) con el áni-mo de rendir un homenaje a todos y cada unode los hombres y mujeres que me han acompa-ñado a través de nuestra existencia como grupoarmado (�) Luego de los protocolos militares derigor, al dirigirme a los Combatientes, los invitoa seguir en la lucha, a mantener en alto el nom-bre de las Autodefensas Campesinas, a ser ejem-plo, a comportarse como verdaderos patriotas, losexalto y les doy �moral�, como se acostumbradecir dentro del argot popular. Aprovecho luego

para escuchar las quejas, para enterarme de loque acontece en cada uno de los frentes en ma-teria de manejo de personal, para conocer losproblemas de toda índole que tienen mis mucha-chos y tratar de darles personalmente solución(�) Desde el día anterior y en la madrugada,un grupo de personas, entre familiares y amigos,se apresta a preparar las viandas, otros a empa-car los cientos de regalos, que donados por ga-naderos, comerciantes y amigos de la región, lesentrego a cada uno, como recuerdo. Un radio,una grabadora, un reloj, una �muda de ropa�,como decimos en nuestra tierra, unos zapatos uotras cosas. Otros, a adecuar un sitio donde, re-cibirlos, en fin, ese día es de ellos y para ellos, esun día para atenderlos y hacerles ver lo valiososque son, para tratar de hacer de esa, una fechainolvidable, de grata recordación, un momentode paz en medio de la guerra. No solo son rega-los, algunos son condecorados, reconociéndolessu valor, su lealtad, su disciplina, compañeris-mo, etc. Y a mitad de la tarde empieza la fiesta,música, trovas, chistes, presentaciones especia-les preparadas por los patrulleros, un compartir,cosa que termina a tempranas horas de la no-che, porque todo debe volver a la normalidad,fiesta que como experiencia es gratificante, por-que es una de las pocas oportunidades que tie-nen los homenajeados de charlar de �tú a tú�,conmigo y sus Comandantes inmediatos y deconocer a muchos que solo habían oído nom-brar (�) Muchos no estarán en esa fecha parti-cipando de las celebración, entre ellos, los hom-bres bajo mi mando, los Comandantes de cadafrente junto a sus hombres, los hijitos, como cari-ñosamente los llamo, esto debido a la distanciafísica que nos separa, pero eso no es obstáculopara que estén en mi corazón, uno a uno desfila-

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rán por mi memoria y recibirán el abrazo ami-go y agradecido que siempre les he brindado yen ese abrazo silencioso irá un ruego a Dios paraque los cuide y ayude� (AUC 104).

Este discurso nos permite identificar una seriede cuestiones que denuncian a las AUC como unaformación elitista en la que los combatientes sonclaramente apartados del �nosotros� o incluso del�yo� que se considera distintivo o adalid de la orga-nización. En efecto, uno de los elementos más so-bresalientes en el discurso es, otra vez, la referenciaal yo: �yo empecé está celebración�, �yo rindo unhomenaje a quienes me han acompañado�, �yo exal-to a los combatientes�, �yo les invito a comportarsede modo patriótico�, �yo escucho sus quejas�, �yoles entrego unos recuerdos�, �yo les hago ver lovaliosos que son�, �yo les llamo �mis hijitos�, �yolos llevo en mi corazón� y �yo ruego a Dios porellos�. Todo eso está a cargo del yo. ¿Y que pasacon ellos, con los combatientes? Ellos, los comba-tientes, son homenajeados ese día por acompañarla existencia del grupo armado. Ellos son escucha-dos, son exaltados e invitados a tener moral, a darejemplo, a comportarse como patriotas. En la medi-da en que es un día de ellos y para ellos, entoncesse les habla de lo valiosos que son, reciben regalos,�un reloj, una mudita de ropa, unos zapatos�, reci-ben condecoraciones por su valor y lealtad, y luegopueden charlar �de tú a tú� y conocer a los coman-dantes, de quienes reciben además bendiciones. Lacaracterización de las acciones que corresponden acada una de las partes asigna un rol pasivo a loscombatientes, no son los sujetos de la historia de laorganización. Son objeto de un homenaje y de unaexaltación, pero no son quienes actúan. Habría quever qué tan diferentes son las celebraciones en lasFarc o en cualquier otro grupo armado, pues es sa-bido que quién tiene más responsabilidad en el cam-po de batalla suele hablar de �sus hombres�. Sinembargo, no �de sus hijitos� y es en esa referenciafamiliar y paternalista donde encontramos otro ras-go distintivo de las AUC como formación elitista,pues a través de distintos recursos jerarquiza la rela-ción nosotros-ellos.

Habría que estudiar con detalle los contenidosconcretos que la referencia a los hijitos tiene en estecontexto. Es claro que no se trata de los hijitos de lasociedad burguesa urbanizada, los hijitos que son la�alegría del hogar�, sino más bien, aquellos a quie-nes hay que guiar, enseñarles unos principios, en-señarles a trabajar, aquellos que hay que proteger einstruir.15

También el comandante Camilo en el discursode desmovilización del Bloque Catatumbo en no-viembre de 2004, bendice a los que lucharon a sulado y los llama �mis hijos� (AUC 91). Por su parte,Miguel Arroyave señalaba en una entrevista que lagente de su bloque �era su familia�, que �ellos da-rían la vida� por él y que sólo entre ellos �él sesentía bien� (AUC 73).

Al lado de las referencias a los combatientesde la organización como �hijitos� o partes de la fa-milia, el discurso de las AUC los convierte en objetode formación y educación. Así, por ejemplo, en unaentrevista, el comandante Mancuso comenta �noso-tros hemos sensibilizado las tropas no permitiendoque realicen determinadas acciones violentas comoen principio tocó ejecutar� (AUC 20). Aunque no esclaro quien es el nosotros de la frase, si es claro quees a la tropa a la que hay que sensibilizar para queno realicen acciones violentas. Algo parecido insi-núa el comandante Castaño en dos de sus interven-ciones. En la entrevista con Arizmendi subraya queél hace �esfuerzos ingentes� para que no haya tra-tos crueles con las personas, que permanentementeestá tratando de corregir esos comportamientos(AUC 2). El comandante Jorge 40 señala algo pareci-do. En una carta en la que responde a una columnis-ta que insinúa que el líder asesinado, el comandanteDavid, quizá estaba actuando como una �rueda suel-ta�, Jorge 40 manifiesta:

�Como hombre formado en el Ejército, era el quemás claro interpretaba la subordinación; parami, David jamás disfrutó al utilizar los métodospropios de esta guerra irregular, siempre se pre-guntaba, si la gente algún día haría las cosaspor convicción y compromiso en su aporte al país

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15 Al respecto puede ser útil recordar que en la entrevista del comandante Carlos Castaño con Dario Arizmendi aquél recuerda que suhermano Fidel le dio la formación que él tuvo, le enseñó la rectitud, la honestidad, los principios que su padre ya había cimentado peroque Fidel afianza. Incluso comenta Carlos Castaño que fue su hermano quien luchó para que él no fumara cigarrillo ni tomara aguardiente.Por ahí pasa a nuestro modo de ver la relación con los hijitos (AUC 2).

16 En las producciones verbales de las AUC hay un permanente esfuerzo por diferenciarse de las guerrillas. La construcción discursiva yemocional de tales diferenciaciones contrasta los valores éticos que motivan a unos y otros, el papel de las ideologías, el uso de laviolencia y el conocimiento o la relación con la historia.

que todos queremos, o si se dependería siemprede las armas como único mecanismo de presiónpara que la mayoría actuase con sentido de res-ponsabilidad� (AUC 81).

Desde nuestra perspectivaestos señalamientos recogen bienuno de los contrastes entre loscomandantes o líderes de las AUCy los combatientes. Así comoMancuso tiene que sensibilizar ala tropa y Castaño tiene que ha-cer esfuerzos para que no hayatratos crueles, así el caído coman-dante David se preguntaba si �lagente algún día� actuaría guiadapor su convicción y no sólo porla presión de las armas. A travésde esta pregunta, las emocionesse expresan como juicios sobre elpropio comportamiento, se sostie-nen en el contraste con el com-portamiento de los otros y se tra-ducen en una valoración positiva,en un refuerzo del orgullo y elamor propio, pues los comandantes �no se sustraen�a los imperativos éticos (AUC 62) y actúan por con-vicción y compromiso.16

Pero además de las preguntas sobre la motiva-ción que guía el comportamiento de unos y otros,la relación entre comandantes y combatientes tieneun marcado carácter pedagógico. Al respecto, elcomandante Castaño subrayó que desde que empe-zaron las conversaciones �hemos venido en un tra-bajo de pedagogía con los combatientes y con lascomunidades para que se convenzan de que el

Gobierno debe brindarles seguridad a esas zonas�(AUC 35).

El componente pedagógico de la relación conlos combatientes es expuesta también por el co-mandante Giovanni Marín quién espera que el Es-

tado �capacite� y �dé talleres anuestros muchachos� para que sereincorporen a la vida civil (AUC31). Pero tal vez la mayor evi-dencia del distanciamiento entrecomandantes y combatientes alinterior de la organización de lasAUC y por esa vía del carácter�elitista� y �cerrado� del nosotrosque caracteriza tal grupo arma-do no reposa en la relación pe-dagógica, sino en la �vida mis-ma� de los muchachos. Eso sedesprende de la �Propuesta deIncorporación a las Fuerzas Ar-madas� que hacen Mancuso yBáez en la que se lee:

�Nos preguntamos qué conven-drá más a la atormentada socie-

dad colombiana: ver a millares de muchachosociosos, hundidos hasta el fondo, sobreviviendoen medio de una ola terrible de violencia calleje-ra, similar a la que vive El Salvador de la pos-guerra interna, o en las garras ansiosas y codi-ciosas de los ejércitos de los mercaderes de nar-cóticos, o atrapados en los anillos constrictoresde la guerrillas comunistas tan urgidas de manode obra. Para todas estas actividades, estos mu-chachos están perfectamente capacitados puesvienen de la universidad de la guerra. O, a des-

Miguel Arroyave

señalaba que la

gente de su bloque

�era su familia�,

que �ellos darían la

vida� por él y que

sólo entre ellos �él se

sentía bien�

(AUC 73).

82

pecho de los retóricos de la moral y de la éticapública, ¿prefiere la sociedad ver a estos mucha-chos desempeñando un oficio decente, en unorganismo que el Estado disponga crear, vigi-lar y administrar, para evitar que la violenciade estos jóvenes vuelva por los campos de Co-lombia? ¿Por qué no pensar que la dura disci-plina militar, aprendida para servir los intere-ses protervos de la guerra, pueda revertirse afavor de los intereses que demanda custodiar lapaz?� (AUC 79).

Sorprende en este discurso que los combatien-tes terminan convertidos en �el otro�, en �estosmuchachos� cuya violencia ya rondó �por los cam-pos de Colombia� y a los que se les debería ofrecerun oficio decente. Se trata de un discurso emocio-nal sostenido en recursos propios del efecto pre-sencia �preguntas concretas, descripción detalladade situaciones� y de la retórica contrastiva que obli-gan al interlocutor a situarse de cara al problema.Varias frases del texto tienen a los jóvenes y su com-portamiento por objeto intencional de la emoción.Así por ejemplo el juicio de entrada �muchachosociosos�, o la descripción �neutral� de la situaciónmuchachos �perfectamente capacitados (�) vienende la universidad de la guerra�. En ambos casos seproduce una exaltación emocional del auditorio yse le pide que vea algo particular en �esos mucha-chos� y que no le haga juego a �los retóricos de lamoral�. Referencias de este tipo a los combatientesno se encuentran en el caso de las Farc quizá por-que en sus textos ellas no aceptan hablar de desmo-vilización o reinserción y porque suelen evadir lasdistinciones entre los distintos camaradas.17

La controversia en torno al proceso de desmo-vilización de las AUC incidió en la producción dis-cursiva de diferenciaciones entre los comandantesy los combatientes. A la hora de reclamar condicio-nes �dignas� para la reinstitucionalización, los líde-res de las AUC enfatizan que la organización es un�empleador exitoso� de jóvenes rurales. En esa di-rección se orienta Miguel Arroyave quién, al pre-guntarle cómo consigue sus hombres, contesta:

�En la guerra uno necesita combatientes y estosde alguna manera, esa es la triste realidad, sa-len es de las zonas en donde las posibilidadeseconómicas y de empleo son malas; por eso esfácil encontrar gente en la costa, en el Chocó, enAntioquia. Muchos son desempleados que noso-tros ayudamos, los invitamos y ellos reciben ca-pacitación en los campamentos de la AUC enCórdoba� (AUC 73).

Los combatientes son entonces ex desemplea-dos a quienes los comandantes ayudan, invitan ycapacitan. No podemos negar el �momento de ver-dad� que anima tales declaraciones pero tampocopodemos dejar de constatar que a través de la refe-rencia a la situación económica de los combatientesse produce una diferenciación entre ellos y sus je-fes. Que esta respuesta, o mejor esta forma de plan-tear el problema, muestra la naturaleza elitista delas AUC, es evidente si se recuerda el tratamientoque las Farc y más puntualmente, Manuel Marulan-da hacen del mismo problema. El líder guerrillerosostiene que las condiciones de pobreza operancomo �factor revolucionario� para que más gentepida ingreso a la guerrilla. La situación de necesi-dad económica de los combatientes es utilizada enel caso de las AUC para ayudarles con un empleoy en el caso de las Farc para convertirlos en revo-lucionarios. No sobra señalar que en uno y otrocaso la relación con el combatiente es situada yjuzgada desde un repertorio emocional específico.Si están ahí por el sueldo es una cosa, si son revo-lucionarios es otra. El carácter emocional del dis-curso queda entonces escondido tras la referenciaa la �situación� que explica el ingreso de los mu-chachos a la organización.

Para terminar esta sección sobre la producciónde diferencias entre �nosotros y ellos� dentro de laorganización armada de las AUC como un indiciode su naturaleza elitista recogemos una denunciadel comandante Martín Llanos sobre el comporta-miento del comandante Miguel Arroyave. En unaentrevista, Llanos sostiene que ha habido luchasentre los bloques que cada uno dirige porque �al-

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17 Esto no quiere decir que en las Farc no haya diferenciaciones entre combatientes y comandantes. Sólo recalcamos que las produccionesverbales de esta organización en los procesos de paz no hablan de ellas y que tal ausencia seguramente tiene que ver con los �temas� y lascoyunturas específicas que se enfrentan en las conversaciones de paz, tanto como con existencia de un término especial, ��camaradas��, queresalta el lazo de camaradería profunda que los ata como revolucionarios. Algunas investigaciones con desmovilizados se han aproximado alproblema de las jerarquías dentro de la organización, pero el tema como tal requiere nuevas investigaciones (Cárdenas, 2005)

guno de los dos comandantes enfrentados no esautodefensa, juzgue usted. Este señor hace enfren-tar y morir combatientes� (AUC 26).

No tenemos como juzgar la situación a la queLlanos hace referencia. Su crítica a que Arroyave�hace enfrentar y morir combatientes� es algo enig-mática en este punto de nuestra comprensión delproblema. Sin embargo, quisimos incluirla porquecaptura adecuadamente el tufillo �instrumental� yde distanciamiento con el que los comandantes delas AUC suelen referirse a los combatientes.

CONSIDERACIÓN FINAL

A partir del análisis sistemático de las produc-ciones verbales de las AUC en el contexto de nego-ciación política se muestra que esa organización pue-de ser caracterizada como una formación elitistaorientada a la defensa. Tal caracterización se des-prende de la importancia de distintas características:la preeminencia del yo, la insistencia en que son gru-pos regionales inscritos en la �normalidad social� losque activan o desactivan la organización armada,la recurrente apelación a fantasías glorificadorasque convierten a los comandantes en héroes obenefactores, y el permanente esfuerzo de delimi-tación del nosotros que orienta el aparato armado.El artículo llamó la atención sobre el carácter emo-cional del que están investidos esos problemas deacuerdo con la forma con que son expuestos porlos comandantes y el tipo de recursos retóricos queellos utilizan. Se insistió en que el carácter emo-cional de los textos se desprende del constanteenjuiciamiento y de la valoración afectiva del com-

portamiento propio y de las relaciones que la or-ganización construye con su historia y con otrosactores. Además, el texto mostró la tendencia de lasproducciones verbales de las AUC a hacer reposarlas emociones, como el orgullo y el amor propio,en recursos típicos de una retórica que marca loscontrastes o que juzga en términos grandiosos elpropio comportamiento.

El artículo subraya la importancia de analizarsistemáticamente lo que los actores armados �di-cen� no porque en ello repose la �verdad� sino por-que en las producciones verbales pueden hallarsesugestivos indicios de la forma en que tales actorescomprenden el orden social y se atribuyen un lugaren él. A lo largo del artículo y de la investigación dela que éste forma parte, se han trabajado las �emo-ciones� no sólo como nombres o sustantivos acercade lo que se siente �rabia, humillación, miedo, deseode venganza� sino como procesos de interacciónespecíficos en los que sobresalen una tendencia aenjuiciar, a producir efectos afectivos en los audito-rios y a recalcar los lazos significativos que se tienecon el mundo (Perelman 1997; Aminzade, 2001 yAbu-Lughod, 1990). En esa medida, la pregunta porlas emociones de las que hablan las AUC y la cons-tatación de que sus discursos son emocionales abreuna puerta a la indagación sobre los contenidosconcretos de la política en sociedades sin pacificar.De ahí también que se insista en las AUC como unaformación elitista no porque se les atribuya un par-ticular poder adquisitivo sino porque se da valoranalítico y político al hecho de que sus comandan-tes se autoatribuyen un carisma y una misión espe-cial. Es urgente para las ciencias sociales y para lapolítica colombiana comprender cómo los actoresarmados organizan el mundo y cómo justifican te-ner una tarea histórica que realizar.

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3 Declaración por la paz de Colombia 29/11/02 Página web Bloque Norte AUC Comunicado

4 Al Dr. Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado de Paz 24/12/02

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5 Mancuso cuestiona corrupción en sus filas 07/01/03 Vanguardia Liberal , p. 2A Entrevista

6 Carlos Castaño pide zona de concentración 05/02/03 El Tiempo, p. 1-8A Declaraciones

7 El terrorismo en Colombia 08/02/03http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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8 Las AUC, una esperanza de paz 14/02/03http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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11 Y qué hacer por Colombia 08/03/03http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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12 No sucumbiremos ante las provocaciones 08/03/03http://www.bloquecentralbolivar.org/detalle.ph

p?Id=433Editorial

13 Las verdaderas intenciones de las Autodefensas 04/04/03http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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14 Carta al comisionado de paz 12/04/03 Página web Bloque Norte AUC Carta

15 Quién debe ganar la guerra? 24/04/03 Página web Bloque Norte AUC Editorial

16 Ante los trágicos acontecimientos de Urrao 06/05/03 Página web Bloque Norte AUC Comunicado

17 Carta abierta a James Lemoyne 18/05/03http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

banner=Editorial&Id=53Carta

18 No más especulaciones con el proceso de paz 06/06/03http://www.bloquenorteauc.org/index_sec.

php?banner=Editorial&nreg=50Editorial

19 Acuerdo de Santa Fé de Ralito 15/07/03http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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20 Habla Salvatore Mancuso 20/07/03 www.eltiempo.com Entrevista

21 Salvatore Mancuso da la cara al país 05/08/03http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

banner=Editorial&Id=529Entrevista

22 Inicio conversaciones 09/08/03 Revista Semana , No. 1110 Entrevista

23 Una Carta de Navegación para las AUC 19/08/03http://bloquenorteauc.org/detalle.php?banner

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24 Proceso podría estallar en mil pedazos: Castaño. 05/09/03 Nuevo Siglo , p. 5 Carta

25¿Qué esperanzas laten y a qué le tienen miedo los colombianos?

26/09/03 Página web Bloque Norte AUC Editorial

26 Si el gobierno no interviene se dificultará el proceso de paz 28/09/03 El Espectador , p. 6A Entrevista

27La política: el arte de hacer posible aquello que resulta necesario

08/10/03http://bloquenorteauc.org/detalle.php?banner

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29 Comunicado a la opinión pública. 11/11/03 Página web Bloque Norte AUC Comunicado

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30 A los paras les suena la política 21/11/03 El Tiempo , p. 2-8 Entrevista

31 Giovanni Marín. Responsable político Bloque Cacique 22/11/03 Revista Semana , No. 1125 Entrevista

32 Medellín, te mereces la paz, ese es nuestro compromiso 25/11/03http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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33 El camino de la paz está abierto en Colombia 25/11/03http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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34 No pagaré un solo día de cárcel 30/11/03 El Tiempo , p. 1-2 Declaraciones

35Jefe paramilitar Carlos Castaño propone tribunales regionales de la verdad

07/12/03 http://www.bloquecentralbolivar.org/detalle.

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36 La hora de despejar dudas y consolidar el proceso de paz 12/12/03 Página web Bloque Norte AUC Editorial

37 Qué va a pasar con las autodefensas 01/01/04 Página web Bloque Norte AUC Editorial

38De Salvatore Mancuso, a la opinión pública nacional e internacional

02/02/04 <http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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39Ponencia de Carlos Castaño, Jefe Político de las AUC, para su discusión en el Foro sobre Alternatividad

15/02/04 Página web Bloque Norte AUC Ponencia

40 No me arrepiento de nada: Ramón Isaza 05/03/04 El mundo , p. 6A Entrevista

41Declaración de las AUC al Gobierno Nacional para avanzar en el camino de la paz en Colombia

05/03/04 Página web Bloque Norte AUC Carta

42Canibalismo político: comunicado del estado mayor del bloque norte de las Accu -Auc Colombia

14/03/04 Página web Bloque Norte AUC Comunicado

43 Con los pies sobre la tierra 16/03/04http://www.acsuc.org/editauc.asp?id_editorial

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44 A la comunidad nacional e internacional 22/03/04 Página web Bloque Norte AUC Editorial

45Sobre el proyecto de alternatividad penal y los pedidos de extradición

28/03/04http://www.acsuc.org/editauc.asp?id_editorial

=id_editorialEditorial

46 Manifiesto público: unidad para la paz 31/03/04http://www.acsuc.org/editauc.asp?id_editorial

=id_editorialEditorial

47Comunicado de las Auc sobre reforma al proyecto de Alternatividad Penal

14/04/04 Página web Bloque Norte AUC Comunicado

48 No hubo atentado: Salvatore Mancuso 23/04/04 El Heraldo , p. 8A Entrevista

49Pronunciamiento de las Autodefensas sobre las amenazas de muerte contra el presidente Álvaro Uribe

296/04/04 Página web Bloque Norte AUC Comunicado

50 Creo que Castaño está bien. 02/05/04 El Espectador , p. 10A Entrevista

51Acuerdo entre el gobierno nacional y las Autodefensas unidas de Colombia para la zona de ubicación en T ierraalta, Córdoba

13/05/04http://www.ideaspaz.org/proyecto03/boletines/download/boletin08/acuerdo_entre_%20el_

gobierno_nacional_%20y_las_auc.docAcuerdo

52 La concentración en Santa Fe de Ralito 17/05/04 Página web Bloque Central Bolivar Editorial

53 Pronunciamiento público 21/05/04 Página web Bloque Norte AUC Comunicado

54Agenda de negociación Auc: la triple cuestión sustancial y lo apenas elemental

25/05/04www.bloquecentralbolivar.org/detalle.php?

Id=1557Editorial

55 Nadie negocia para ir a la cárcel: Adolfo Paz 01/06/04 Vanguardia Liberal , p. 3A Entrevista

56Carta de las AUC al Foro Internacional Minas Antipersonal, Actores Armados No Estatales y Acuerdos Humanitarios

04/06/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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57 La fecha histórica 18/06/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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58 Queremos ser partido político: AUC 22/06/04 El Colombiano , p. 11A Entrevista

59Discurso del Jefe del Estado Mayor de las AUC, Salvatore Mancuso

28/06/04 www.colombialibre.org Discurso

Catálogo AUC

87

No T itu lo d el d o cu m en to F ech a F u en te T ip o d e d o cu m en to

60 Discurso de Ernesto Báez en el Congreso de la República 28/06/04 www.colom bialibre.org Discurso

61Discurso del Com andante G eneral de las Autodefensas Cam pesinas del M agdalena M edio, Ram ón Isaza (leído por el Secretario de la Cám ara de Representantes)

28/06/04 www.colom bialibre.org Discurso

62Discurso del Jefe del Estado M ayor de las AUC, Salvatore M ancuso:Instalación de la zona de Ubicación. T ierralta, Córdoba

01/07/04 www.colom bialibre.org Discurso

63Hay que desaparecer el brazo arm ado: Baez - AUC no averiguarán por Castaño.

04/07/04 El C olombiano , p. 6-7A Entrevista

64 Desm ontarem os el bloque Capital 01/08/04 El Espectador , p. 3C Entrevista

65 Com unicado a la opinión pública 12/08/04 Página web Bloque Norte AUC Com unicado

66 Jefe de Auc confirm a desm ovilización de 6000 com batientes 16/08/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

banner=Ecosdepaz&Id=2912Declaraciones

67 Proclam ación por la paz y la reinstitucionalización de Colom bia 20/08/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

banner=Editoria l&Id=2982>Discurso

68"Las Autodefensas viven de lo que hay en las regiones�: M iguel Arroyaye

29/08/04El Espectador . T om ada de

http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php? banner=Ecosdepaz&Id=3014>.

Entrevista

69En el m osaico de los corruptos del país: ¡N i están todos los que son, ni son todos los que están!

07/09/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

banner=Editoria l&Id=3091Editoria l

70 �Q ue nadie venga ahora a poner cara de angelito� 09/09/04 Revista Semana , No. 1167 Entrevista

71 Esta es m i verdad: "Jorge 40" 10/09/04El M eridiano de Córdoba. T om ado de

pagina web Bloque NorteEntrevista

72 M iguel Arroyabe: Un constructor de Paz 23/09/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

banner=Ecosdepaz&Id=3218>Por defin ir

73 �Nadie sabe com o va a term inar esto� 25/09/04 Revista Semana , No. 1169 Entrevista

74 Declaración Pública 27/09/04

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Com unicado

75 La verdad, un hom enaje al com pañero caído 28/09/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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76 Acto de fe por la paz 07/10/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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77 La paz, justicia o venganza. 13/10/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

banner=Ecosdepaz&Id=3365Editoria l

78 Paras fueron guerril leros 23/10/04 El Mundo , p. 9A Declaraciones

79 Nuestra propuesta de incorporación a las F uerzas Arm adas 26/10/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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80 Yo estoy dando un paso al vacío 31/10/04 El Espectador , p. 6A Entrevista

81Carta de respuesta del com andante Jorge 40 a la colum na de El T iem po de octubre 31 titu lada "una vida de m uertes" de la periodista Salud Hernández

01/11/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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82 Reinserción: un reto para la sociedad colom biana 02/11/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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83 Honorables congresistas: Bienvenidos a Santa F e de Ralito 04/11/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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84 Desde el Catatum bo 18/11/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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85 La hora cero, palo porque bogas y palo porque no bogas 24/11/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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86 Honoram os la palabra em peñada 25/11/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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87Urabá y la desm ovilización de las AUC - Carta Abierta al doctor Luis Carlos Restrepo

18/11/04 Pagina web Bloque Norte AUC Carta

88 F uim os otras víctim as de la guerra 24/11/04 El Tiempo , p. 1-9 Entrevista

Catálogo AUC

88

No Titulo del documento Fecha Fuente Tipo de documento

89 La extradición es decisión del Presidente 28/11/04 El País , p. 2A Entrevista

90 Adiós a las armas. 10/12/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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91 Nunca más, la guerra nunca más. 10/12/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

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92 No estoy dispuesto a ir a la cárcel: Águila 12/12/04 El Colombiano , p. 10A Entrevista

93 Ya somos inútiles en la guerra: Báez 12/12/04 El País , p. 2A Entrevista

94 Así vio Mancuso el fin del bloque 12/12/04 Vanguardia Liberal , p. 3F Entrevista

95 Divagaciones de la lucha por la paz 18/12/04http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?

banner=Editorial&Id=3864>Carta

96 Al tribunal de la verdad se debe ir por omisión 19/12/04 El Espectador , p. 2A Entrevista

97 Córdoba Tierra querida 18/01/05 Pagina web Bloque Norte AUC Discurso

98 Discurso del comandante Andrés 18/01/05 Pagina web Bloque Norte AUC Discurso

99 La hora decisiva 24/01/05http://colombialibre.org/detalle_col.php?

banner=editorial&id=10029Editorial

100 Al suroeste Antioqueño 30/01/05www.bloquenorteauc.org/detalle.php?banner

=Editorial&Id=4033Editorial

101 Vamos a dar la cara - Iván González 30/01/05 El Colombiano , p. 14A Entrevista

102 La Mojana se desmoviliza 03/02/05www.bloquenorteauc.org/detalle.php?banner

=Editorial&Id=4058Editorial

103Las AUC se pronunciaron en su página de internet sobre el proyecto de Verdad, Justicia y Reparación

14/02/05http://www.lafm.com.co/noticia.php3?

nt=7328>Declaraciones

104 27 años de lucha 20/02/05 www.colombialibre.org ?

105 AUC moverán sus fichas en la política 20/02/05 El Colombiano , p. 10A Entrevista

106 Al proceso con las AUC le falta pueblo 21/02/05 El Colombiano , p. 8A Entrevista

107 Nuestra verdad ante el país y el mundo 23/02/05www.bloquenorteauc.org/detalle.php?banner

=Ecosdepaz&Id=4212Comunicado

108Carta del excomandante Salvatore Mancuso en representación de los desmovilizados de las AUC

01/03/05www.bloquenorteauc.org/detalle.php?banner

=Ecosdepaz&Id=4260Carta

109 Desmovilización responsable y reinserción productiva 02/03/05www.bloquenorteauc.org/detalle.php?banner

=Editorial&Id=4262Editorial

110 Honorables congresistas, pedimos la palabra 15/03/05www.bloquenorteauc.org/detalle.php?banner

=Ecosdepaz&Id=4361Editorial

111 Hemos pedido unas cuotas 10/04/05 El Espectador , p. 13A Entrevista

112 Paras presionan al congreso 11/04/05 El Tiempo , p. 1-2 Declaraciones

113 Mancuso habla 14/04/05El Meridiano de Córdoba . Consultado en

<http://www.bloquenorteauc.org/detalle.php?banner=Ecosdepaz&Id=4530>

Entrevista

114 No voy a volver al monte 16/04/05Revista Semana , No. 1198 y

www.salvatoremancuso.com/detalle.phpEntrevista

115 AUC piden un proceso para todos 18/04/05 El Colombiano , p. 10A Entrevista

116 Honorables congresistas, ustedes tienen la palabra 21/04/05 Pagina web Bloque Norte AUC Editorial

117 Habla Vicente Castaño 05/06/05 Revista Semana , No. 1205 Entrevista

118 AUC critican a Petro, Velasco y Serpa 08/06/05 El Nuevo Siglo , p 5 Comunicado

119 Lo ideal es crear una guardia nacional 07/07/05El Espectador . consultado en www.salvatoremancuso.com

Entrevista

Catálogo AUC