Un vistazo alLanzarotemás secreto

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Al margen de las paradas obligatorias y ya conocidas, la isla está llena derincones increíbles y desconocidos para los turistas y para muchos lanzaroteños

M.A.C.Fotos. Jesús Betancort / SenderismoLanzarote

Cada año miles de turistas visi-tan Lanzarote y se enamoran de susplayas, de su luz y de sus paisajes,tanto como para regresar en mu-chos casos. Lanzarote enamora aquién la conoce, no es ningunarevelación, pero lo cierto es quesólo algunos afortunados, aque-

llos que conocen a conejeros o aresidentes en la isla, tienen la suer-te de ir más allá de las clásicasrutas turísticas. La fortuna de des-cubrir esas playas, esos parajes yrincones únicos que no aparecen enlas postales tradicionales. Y es quela isla está llena de secretos, algu-nos más conocidos que otros, perotodos únicos y mágicos.

Uno de esos lugares que cuandose descubren no se olvidan en la

zona de Los Charcones, en el sur dela isla. Los Charcones son un rega-lo del paisaje, en medio de la lava,al borde del mar, una auténticapiscina primigenia de un azul tur-quesa profundo. Un lugar bellísimoque enamora a quién lo conoce. Setrata, en realidad de unas platafor-mas de roca basáltica en las quesurgen pequeñas y grandes pozasde agua que se rellenar en lapleamar. Lo mejor es visitarlas en

reportaje

Lanzarote, como todos los lugares del mundo,alberga espacios que sólo conocen los foráneos,es decir los propios conejeros y los residentesacostumbrados a buscar aquellos rincones

menos concurridos y con más encanto. Hemosintentado recoger algunos de los muchos queexisten en la isla para redescubrirlos a travésde las imágenes.

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La belleza de Guatiza es indiscutible.

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la bajamar, cuando la marea permi-te disfrutarlas plenamente.

La ubicación exacta se sitúa atres kilómetros del final del paseomarítimo de Playa Blanca, dóndese ubica un viejo hotel en ruinas. Enla parte del sur del mismo apare-cen los primeros charcones, los deacceso más sencillo, pero hay mu-chos más. Tan sólo hay que explo-rar y recorrer la zona para elegirlos mejor ubicados o los más be-llos.

Muy cerca de allí se encuentra elFaro de Pechiguera, un viejo faro decuarto orden que se inauguró en1866 y que, en la actualidad, seencuentra abandonado. El edificio ytoda la zona es de una gran bellezay un cierto romanticismo, el quesuelen generar los faros antiguos.

Otra zona muy bella de la isla,

jeros o de Guatiza, de una bellezaminimalista y no tan exótica con lasSalinas de Janubio. La playa de lazona, una pequeña cala entre edifi-caciones antiguas con un soláriumde madera, es una opción, así comouna especia de charca, un dique dehormigón que separa el mar de lazona de baño que suele estar con-currido por los más jóvenes de lazona. A medio kilómetro de lazona, saliendo por el otro lado delpueblo, aparece una nueva piscinanatural llamada por los lugareñosla Cueva del Agua o La Olla. Sonzonas en las que hay que tenercuidado para no resbalar y vigilarlas mareas, pero de una bellezaincreíble.

Otros lugares son más conoci-dos por los turistas pero no por

aunque tal vez no tan desconocida,es la de Los Cocoteros. Se trata deuna pequeña población de la costaeste. Justo a su entrada, recorrien-do unos metros por la costa roco-sa, surgen Las Salinas de los Agu-

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Uno de esos lugares

que cuando se descubren

no se olvidan es la zona

de Los Charcones, en el

sur de la isla”

Otra zona muy bella

de la isla, aunque tal vez

no tan desconocida, es la

de Los Cocoteros”

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Montaña Blanca muestra una Lanzarote muy diferente.

ello dejan de merecer una visita y noentran dentro de las rutas masificadas.Hablamos por ejemplo de CaletónBlanco, unas calas de arenas blancas yaguas transparentes de tonos turque-sas, que se sitúan cerca del pueblo deÓrzola y en dónde el visitantes puedeelegir bañarse en cualquiera de suspiscinas naturales.

También en el norte hay unpueblo, Punta Mujeres, cuyas pisci-nas naturales, charcones y calasenamoran a quienes tienen la suer-te de disfrutarlas. Salvaguardadasde la agreste costa atlántica, estaspiscinas permiten disfrutar de lomejor del océano, sin peligro. Elpueblo ha dispuesto además pe-queños bares, supermercados y res-taurantes cercanos, dónde los visi-tantes pueden avituallarse para

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pasar el día al sol.La Playa Bajo El Risco de Famara

es tal vez una de las playas mássolitarias de la isla y, por este mismomotivo, uno de los rincones más apre-

ciados para los lanzaroteños y losvisitantes que tienen la suerte de quealguien se la muestre. Con las salinasy los acantilados, como escenario, yLa Graciosa en frente, es un paraísosobrecogedor.

Aunque son conocidas, es im-prescindible realizar una ruta quepermita descubrir la belleza y elcolorido único de las Salinas deJanubio. De hecho, las costas deYaiza, modeladas por el avance delas lavas del Timanfaya, se convir-tieron en lugares idóneos para elestablecimiento de salinas. Las Sa-linas de Janubio se construyen en1895, pero a principios del siglo XXse mejora y amplia el trazado exis-tente hasta configurarse tal y comoaparecen. Están situadas en Janubio,entre la Punta del Volcán y el Riscode la Caletita y ocupan una super-ficie de 44 hectáreas. Estas salinas,

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Los lugares secretos recomendados por Senderismo LanzarotePaisajes rurales interiores. «Hay muchos y algunos de ellos sorprenden-

tes pero nombraré uno en el sur en La Degollada. el Valle de Fenauso. Lavisita al valle de Fenauso a priori no nos dice mucho de lo que en su interioresconde. Un sistema agrícola antiguo, las gavias, que realizado antaño conesfuerzo logró conducir el agua de la escorrentía hacia un sistema de riegopor encharcamiento. Aljibes antiguas repartidas por los distintos cauces debarranco buscando almacenar el agua en los momentos de lluvia. Unyacimiento arqueológico de los indígenas de Lanzarote, con sus casashondas, donde analizar su estructura y su antigua forma de vida. El pueblode la Degollada con viajas lagares y cantería antigua. Las espectacularesvistas sobre Janubio y el resto del territorio al suroeste insular».

Rincones ‘casi’ desconocidos.«Existen muchos rincones casi des-conocidos, aunque afortunadamen-te los lanzaroteños casa vez cami-nan más y desean conocer su terri-torio. Destacaría la Quemada deÓrzola. Es un volcán de fácil accesoque sorprende por su belleza inte-rior, todo el que se adentra en élqueda prendado durante algunosminutos. También las Galerías deFamara. La historia y la cultura delagua en Lanzarote para por susgalerías, su construcción y la cana-lización de esta agua hasta Arrecifeen 1953, un proyecto en el que seinvirtió ilusión y dinero y que se fueabandonando cuando llegó ladesalación y se convirtió en laverdadera balsa de agua. Otro lugar sería el Barranco de Tenegüime. Un paisaje protegido con una riquezageomorfológica y biológica, además de tener nateros a lo largo de su cauce que le dan una dimensión de muchamayor grandeza. O La Laja del Sol. Un pequeño caserío costero del municipio de Tinajo que tiene la leyenda de AnaViciosa en su cueva alzada en el risco de los Cuchillos».

“ Aunque son conoci-

das, es imprescindible

realizar una ruta que

permita descubrir la be-

lleza y el colorido único

de las Salinas de Janubio.

De hecho, las costas de

Yaiza, modeladas por el

avance de las lavas del

Timanfaya”

Lancelot ha tenido la oportu-nidad de hablar con Ignacio Ro-mero, responsable de SenderismoLanzarote y autor de ‘Lanzarote.Guía de Senderismo’. Él nos hadesvelado algunos de los rinco-nes que nadie debería dejar deconocer si visita la isla. Los enu-meramos por categorías.

Tenegüime es una alternativa para recorrer otra isla menos convencional.

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Los lugares secretos recomendados por Senderismo Lanzarote

que continúan en funcionamiento,funcionan como un ecosistema conpeculiares cualidades naturales,zoológicas y ambientales, lo que leha conllevado su declaración en1987 como Paraje Natural de Inte-rés Nacional del Janubio.

Hay que buscarlo con ganaspara descubrir el escondido pueblode Tenesa, o Teneza, ubicado en lafranja costera norte, en dirección alas Malvas. Esta ruta ofrece elencanto de las lavas que desembo-caron en el mar con sus caprichosasformas, mostrándonos un espectáculode entrantes salientes, playas y riscosesculpidos por el incesante batir delocéano Atlántico. En su corazón unpueblo, alejado de toda sofisticación,dónde no se puede comprar ni consu-mir nada, pero sí disfrutar de la natu-raleza en estado puro. Sus vecinos,eminentemente de verano, han sabido

hacerlo durante décadas.Las Malvas, ubicada en el

malpaís, entre coladas volcánicas,lavas viscosas y agrestes, se ubicaesta zona de la isla, en la que elcontraste del negro volcánico y elazul del mar, se convierten en unaestampa indescriptible.

En la ruta de Timanfaya se ubicala Playa del Paso, un rincón de laisla de arenas negras y mar enfure-cido, dónde el baño no está acon-sejado pero el paseo y la visita, sinduda si lo está. Hay que conocerlapara poder recordarla por siempre.En esa misma zona se encuentratambién la playa del cochino, en laque comienza una ruta por el lito-ral que desembocaría en la playade la Madera, como en otras zonasde la isla, el contraste negro y azulse convierte en una constante queatrae y obnubila.

Otras zonas conocidas, pero par-ticularmente bellas y obligatoriasson las conformadas por los lla-mados Hervideros, también en elmunicipio de Yaiza, auténticas es-culturas naturales esculpidas enlos acantilados, dónde el marazota con fuerza la isla. Tambiénhay que visitar La Graciosa paradescubrir algunas de sus calasmás solitarias, todas ellas bellas,de aguas claras y cristalinas yarenas blancas y sedosas. Obli-gado es recorrer la costa sur paradescubrir las playas menos con-curridas de Los Ajaches, el Par-que Natural que alberga, sin lu-gar a dudas, las mejores playasde la isla. Papagayo es la másconocida, pero no es la única. Haytantas como tiempo se tenga paraexplorar y curiosidad para ir mása l l á .

Nuestro lugar favorito... «Fácil pregunta con difícilrespuesta, uno de ellos es la bajada del Risco deFamara es algo único, ya sea por Guinate (fuente de lasOvejas) o por Los Gracioseros. Alegranza, La Playa deFamara, Timanfaya o la Geria son elementos que estánmarcados en nuestra reina y en nuestro corazón de serlanzaroteños. Quizás Montaña Blanca, por el hecho dehabar nacido ahí y tener distintos recuerdos y visionesque agrandan el tamaño de la montaña sea uno de misrincones favoritos, en ella encontramos flora, fauna,elemento de la cultura del agua, yacimientos denuestros indígenas y unas vistas desde su cima en laque vemos todas las islas canarias orientales».

Playas únicas poco frecuentadas. «Sin duda, laPlaya de la Casita. Esta playa de arena negra situadaen el Monumento Natural de Los Ajaches es de difícilacceso, pero una vez allí nos cambia el brillo denuestros ojos, ya que encontramos un jardín verde enmedio de seco espacio natural. Este jardín fueplantado y conservado por una familia de arrecifeque veraneaba allí durante décadas. Hoy además suparte de cueva con sombra está llena de jallos, queson esos elementos antrópicos que nos trae el marde forma azarosa».

Ruta que a todos sorprende. «Elegiríamos la Calderade Santa Catalina. Es un cráter volcánico que estáubicado en el parque natural de los volcanes y quetambién es conocido como Caldera de La Rilla, suespectacularidad volcánica sorprende a todo el que seacerca a su borde.

Un paisaje en altura. «La Subida a Montaña Negra.Subir a la Montaña Negra es observar parte de la Geria,parte de las coladas volcánicas de las erupciones delsiglo XVIII y otear los conos volcánicos más singularesde ese entorno desde arriba. Las vistas desde aquí de lacaldera de los cuervos es la más bonita del mismo».

Montaña Negra es un lugar mágico.

Tenesar o Tenezara es un lugar desconocido para muchoslanzaroteños.