la visión del mundo y el cuerpo femenino en cuautepec.pdf

9
Eüo Masferrer Kan Georgina Vences Ruiz Norma Barranco Torres Elizabeth Díaz Brenis Jaime Mondragón Meló ET EL NOIGRAF A TÍA DO D:E P UIE B L Al tmJt tmm r\

Upload: gabrielage1

Post on 29-Dec-2015

45 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Artículo escrito Por Gabriela Gutiérrez Espinosa como parte de los resultados obtenidos para la tesis de Licenciatura en Antropología Social, sobre cosmovisión femenina en una comunidad étnica de Cuautepec, Estado de Puebla, en México. Plantea el concepto de cosmovisión desde la perspectiva fenomenológica de Peter Berger y Thomass Lumhan, y haciendo una revisión de diversos estudios antropológicos en la zona, para comprender, a través del estudio de campo y la convivencia cotidiana con las mujeres de ésta zona, cómo se refleja la teoría en la construcción de su mundo cotidiano y cómo afecta a su forma de estar en ése mundo culturalmente creado.

TRANSCRIPT

Page 1: La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec.pdf

Eüo Masferrer Kan

Georgina Vences Ruiz Norma Barranco Torres

Elizabeth Díaz Brenis Jaime Mondragón Meló

ET E L

NOIGRAF A TÍA DO D:E P UIE B L Al

tmJt tmm r \

Page 2: La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec.pdf

índice PÁGINA CONTENIDO

8 Presentación

Los indios del norte del estado de Puebla Elio Masferrer Kan

ENSAYOS GENERALES

• Ecosistemas, producción y economía 12 El manejo de la naturaleza en la Sierra Norte de Puebla

Miguel Ángel Martínez Alfaro I Elio Masferrer Kan 22 Plantas comestibles en la Sierra Norte de Puebla

Virginia Evangelista Oliva I Francisco Basurto Peña 24 La actividad ganadera en Xochiapulco

Aurora Morgado González I Minerva Glockner Rossainz 25 Producción en Xochiapulco

Aurora Morgado González I Minerva Glockner Rossainz 28 Ecosistemas, producción y economía en Jonotla, Puebla

José Mirón González I Minerva Glockner Rossainz 36 Estructura agraria en Jonotla

José Mirón González I Mi nema Glockner Rossainz 37 Infraestructura productiva de Jonotla, Sierra Norte de puebla

José Mirón González I Minerva Glockner Rossainz • Lengua

39 Las políticas lingüísticas en el Norte de Puebla desde la época prebispánica hasta el Imperio de Maximiliano Guillermo Garrido Cruz

50 Etnónimos del Norte de Puebla Guillermo Garrido Cruz

54 Toponimia indígena del Norte de Puebla Guillermo Garrido Cruz

• Cosmovisión 62 El diluvio y el quinto sol,

marcas indelebles en la conciencia histórica de nahuas y totonacas Maña Elena Aramoni Burguete

PÁGINA CONTENIDO

74 La cosmovisión en el labio y paladar hendido Anabella Barragán Solís I Ornar Femando Ramírez de la Roche

• Danza 78 Las danzas tradicionales del estado de Puebla en el nuevo milenio

Alberto Zarate Rosales NAHUAS • Panorama general

88 El discurso moral de los nahuas de México James Taggart

• Lengua

112 Los prefijos consonanticos de San Miguel Tenango, Puebla Petra Schroeder K. I David Tugg}' Turner

• Cosmovisión

118 San Miguelito y el Talokan: sincretismo dual.

La matriz cultural de una comunidad náhuatl de la Sierra Norte de Puebla María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera

140 Los que tienen el don del conocimiento:

los especialistas rituales nahuas de la Sierra Norte de Puebla Lourdes Baez Cubero

150 Levantamiento de infantes en Zoatecpan, Xochitlán, Puebla Francisco Alberto Basurto Peña I Natalia Molina Martínez

151 Chamanismo de los nahuas de la Sierra Norte Michel Duquesnoy

158 El cueqx) humano y el territorio doméstico Gabriela Montoya Guerrero

• Organización social

162 Los grupos domésticos nahuat de la Sierra Norte de Puebla James M. Taggart. '• •

166 La familia entre los nahuas de la Sierra Norte de Puebla Gabriela Montoya Guerrero

Page 3: La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec.pdf

índice PÁGINA CONTENIDO

• Organizaciones etnopolíticas 172 La cooperativa Tosepan Titataniske:

redes sociales - elementos de unificación Gabriela Montoya Guerrero I Elizabeth Díaz Brenis

TOTONACOS

• Panorama general 178 Los totonacos

Elio Masferrer Kan

188 Día de muertos totonaco Iván Gerardo Deance Bravo y Troncoso I Verónica Vázquez Valdés

189 El perdón totonaco ¡van Gerardo Deance Bravo y Troncoso

• Cosmovisión 190 El trueno y el viento, mito y territorio totonaco

Leopoldo Trejo Barrientos 200 El susto y el arcoiris

Georgina Vences Ruiz

201 La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec: el reflejo humanizado de la naturaleza Gabriela Gutiérrez Espinosa

207 Bordado tradicional totonaco Verónica Vázquez Valdés

• Identidad y etnicidad 208 Huehuetla, zona de refugio en apertura

Georgina Vences Ruiz 213 El poder de la costumbre

Iván Gerardo Deance Bravo y Troncoso 214 Los mestizos criollos en la Sierra

Elizabeth Díaz Brenis

PÁGINA CONTENIDO

OTOMÍES • Panorama general

216 Otomíes del estado de Puebla: tecnología, organización ritual y cosmovisión Jaques Galinier

226 La serpiente y la salud reproductiva entre los otomíes Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez

• Migración y globalización 227 Poblamiento y migración otomí en el actual estado de Puebla

y zonas vecinas

Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez 234 La leche y el semen: el intercambio de dones entre los otomíes

Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez TEPEHUAS

• Panorama general 238 Tepehuas de Puebla

Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez • Migración y globalización

260 Los tepehuas de Huehuetla: historia, cultura, globalización David Lagunas Arias

268 índice de colaboradores

271 índice fotográfico

275 Bibliografía

Page 4: La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec.pdf

T O T O N A C O S • C O S M O V I S I Ó N 201

La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec: el reflejo humanizado de la naturaleza

Gabriela Gutiérrez Espinosa

El presente ensayo ha sido elaborado con datos obtenidos

durante los años 1997 y 1998 en la comunidad de Cuau­

tepec, municipio deTlacuilotepec.'

Tlacuilotepec se ubica al nordeste del estado de Pue­

bla, Sierra Madre Oriental comúnmente denominada como

Sierra Norte de Puebla, entre los paralelos 20" 22' 06" y

20° 26' 18" de latitud norte y los meridianos 97" 07' 00"

de longitud occidental. Ubicada en un sitio estratégico

entre la cabecera municipal y la principal salida hacia

Xicotepec de Juárez, la urbe más cercana a esta área, se ha

visto influida a través del tiempo por el flujo de gente pro­

cedente de distintas formaciones culturales (básicamente

nahuas y mestizos). Su población en ! 990 fue de 851. habi­

tantes" y su principal medio de subsistencia, además de la

producción de autoconsumo, se basa en la producción y

comercialización del café, así como en el trabajo asalaria­

do en dos grandes fincas cafetaleras ubicadas en la comu­

nidad o en las urbes más cercanas.

E l c o n c e p t o de c o s m o v i s i ó n

El eje fundamental en el estudio de la antropología ha sido

el análisis del ser humano y de sus múltiples formas de ser

y de hacer en el mundo. ¿Por qué las diferencias y porqué

las similitudes entre las sociedades? En la búsqueda de las

complejas respuestas han ido surgiendo la ¡denudad, la

estructura, la etnicidad, la raza, el lenguaje, o la

cosmovisión —entre otros— como conceptos clave que

le permitan a las Ciencias Humanas explicarse de algún

modo esta variabilidad cultural.

La cosmovisión o mundo de vida, es el reflejo humani­

zado de la naturaleza, la sociedad, la persona en sociedad

y de todo aquello que impacta a los sentidos conformado

en una totalidad, nos referimos aquí a una totalidad como

ámbito de desarrollo creada por un mismo grupo social y

no a una comunidad aislada de la interacción con otras

formaciones culturales; la visión del mundo es pues, una

abstracción social de la realidad, un ámbito conceptual-

explicativo creado por el ser humano a partir de su necesi­

dad de proveer de sentido a todo aquello que sus sentidos

perciben. Acuñado desde la filosofía, este término se

retomó por la arqueología para referirse a las ideas que

del mundo tenían los distintos pueblos en la antigüedad.

Hoy día este concepto es una importante herramienta para

la antropología, ya que le ha permitido una mayor com­

prensión de los distintos procesos culturales a los que

estudia.

Este ámbito simbólico que es el mundo de vida, no

es meramente subjetivo (creación de los sujetos) sino

también objetivo, pues responde a un mundo objetivo y se

forja precisamente en la relación de los sujetos con él

(experiencia), de tal forma que el individuo experimenta

al mundo, lo interpreta (codifica y simboliza) y lo recrea a

través de la comunicación con los que comparten dicha

experiencia y también con quienes no la comparten (la co­

municación incluye lo que se calla así como la diferencia).

De este modo, las distinciones se hacen mayores a medida

que la experiencia comunitaria se aleja de un determinado

proyecto grupal (identidad).

De manera general, diré que un grupo identitario tien­

de a compartir una misma visión del mundo, pero que ello

no implica la homogeneidad en su interior, aquélla incluye

las contradicciones propias de toda creación subjetiva y de

los cambios físicos e históricos del medio en que se crea y

se recrea. De este modo, tenemos pues desniveles y varia­

bles a partir de las propias jerarquías sociales.

Considero que una de esas variables al interior de

cualquier grupo humano, se encuentra en el género, si bien

no comparto la idea de que la universal opresión de las

mujeres les proporcione a todas el mismo modo de "ser

Page 5: La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec.pdf

E T N O G R A F Í A D E L E S T A D O DE P U E B L A

mujer", sí creo que existe en cualquier grupo humano una

posición claramente diferenciada y la reinterpretación de

un hecho biológico tan evidente y trascendental como lo es

el sexo. Esta es una variable determinante en la estruc­

turación y la consecución de los roles sociales, es decir, las

distintas clases de actuaciones que los individuos juegan

en su sociedad. Así pues, la forma en que se experimenta al

mundo y se le reproduce, tiene que ver con las posiciones

desde las cuales se vive, es decir, los roles sociales.

La mujer, en todo caso, suele desempeñar roles tras­

cendentales en la transmisión de las cosmovisiones, pues

se encuentra en una posición de tendencia conservadora,

al acceder tardíamente a participar en los cambios de su

entorno en comparación con los hombres. Por otro lado

suele ser ella la encargada de la socialización primaria de

las nuevas generaciones, transmitiendo y retransmitiendo

el sistema de valores preponderante en el mundo vivido.

De este modo, la cosmovisión femenina, es el acervo de

conocimiento sobre el mundo y la forma en que se estable­

cen las relaciones con él desde la perspectiva de una

determinada identidad cultural femenina, en este caso,

la identidad totonaca.

Los roles femeninos y la religión

Los roles son distintos tipos de actuaciones que el indivi­

duo ejerce en su sociedad, éstos no implican únicamente

el seguir las normas establecidas para su acción, sino que

además existen mecanismos que logran que los individuos

se identifiquen plenamente con los papeles desempeñados,

pues se hace necesario que el individuo sienta también

como adecuados para sí mismo ése tipo de comportamien­

to,5 es decir, no únicamente se requiere que una mujer se

comporte como madre, sino que, para que asuma plena­

mente su papel, se requiere que sea madre, "sea lo que

fuere ser en la sociedad en cuestión". 6

La conformación de los roles en esta comuni

responde aún a ciertos rasgos prehispánicos que en

opinión, siguen siendo determinantes y no sólo remanen

y es por ello que a pesar de la readaptación de los antigu

roles o de la aparición de otros nuevos, la simbolizad

del espacio se codifica básicamente desde aquella pe

pectiva y lo hace principalmente a través de la religión;.

La institución religiosa, como una de las principal

proveedoras de sentidos y de normas, proporciona tambl

las principales bases explicativas del mundo vivido. Com

es bien sabido, la evangelización católica fue procesada

acuerdo a los particulares complejos de creencias, mitos

ritos preponderantes en cada grupo étnico dando paso así1

a diferentes formas sincréticas condensadas en torno

catolicismo. A pesar de que hoy en día la comunidad d§

Cuautepec se encuentra en franca división debido a la re|

evangelización católica sufrida hace aproximadamente unos?

veinticinco años y en los últimos tiempos por el arribo

nuevas sectas protestantes, las creencias populares Q

torno a la naturaleza, las relaciones sociales y el cuerpo

continúan manifestando una interpretación propia que no

puede entenderse, sino dentro de un sistema de creencias

de raíz prehispánica. La religión mayoritaria ejercida en es';

población, presenta características de la religión indíge:

cuyos nexos con la religión católica se reducen básicamente;

al uso de la iglesia, las imágenes de los santos como espa-¿

ció ritual y la amalgama de los preceptos bíblicos con la

mitología nativa. Sería absurdo negar las influencias ejer­

cidas desde otros sistemas simbólicos, que por lo demás

tendrían que ser investigados minuciosamente con el;

propósito de arrojar luz al problema del origen de dichas

creencias, sin embargo considero que por ser tan recien-/

tes no han terminado de ejercer los cambios estructurales;

en el sistema simbólico más antiguo, es decir, en la lógica

Page 6: La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec.pdf

T O T O N A C O S • C O S M O V I S I Ó N

profunda que sustenta sus ideas.

I Otra inst i tución en la que suelen transmitirse y

estructurarse los roles de cada individuo es la familia, que

en el caso que nos ocupa es la familia extensa, en la cual se

encuentra sustentada la unidad doméstica familiar, o

espacio compartido por diversas familias nucleares

emparentadas entre sí. Es en la familia en donde se trans­

miten a través de la socialización primaria los roles a seguir

y donde, debido a las necesidades de subsistencia, se

replantean o instituyen nuevas normas para desempeñar­

los (caso expulsión femenina vs. masculina como mano de

obra asalariada).

I La mujer juega pues, entre los totonacos de esta co­

munidad, un papel predominantemente conservador, sí,

pero sumamente flexible y variado tanto al interior como al

exterior de ella. Al interior, su principal actuación gira en

torno a reproducción de la unidad doméstica familiar a

partir de los roles tradicionales de madre, esposa, abuela,

etc. Se encarga de elaborar los alimentos y resolver las

necesidades cotidianas de los miembros de la familia pues

aunque sea socialmente aceptado que un hombre desem­

peñe también este tipo de tareas, sigue siendo trabajo

femenino. Sin embargo, la mujer juega también al nivel

productivo un importante papel ya que es ella la encargada

de mantener el "solar" además de que pueden también

acudir a la parcela a efectuar diversas tareas relacionadas

con la siembra y la cosecha por lo que poseen un conoci­

miento preciso de las fechas y las condiciones idóneas para

realizar estas labores.

; En el trabajo remunerado, las mujeres totonacas de

: Cuautepec, participan activamente y aunque suelen ser las

más jóvenes quienes se emplean como jornaleras en las

t fincas de café, es esta una actividad bastante recurrida por

mujeres de cualquier edad que necesitan o quieren ganar

i dinero.

Algunos de los roles tradicionales que las mujeres

ejercen al exterior de la familia y por los cuales perciben

también honorarios, además de un prestigio especial en la

comunidad, son los de curandera y/o partera. Ambos roles

juegan un papel fundamental en los sistemas de conoci­

miento del mundo, ya que poseen un acervo simbólico y

cultural privilegiado que ha sido heredado por los princi­

pales especialistas a través del tiempo. Por otro lado, su

posición les permite una comunicación permanente con

una amplia gama de población, ya sea en el tiempo —des­

de el nacimiento (parteras) hasta la muerte (curanderas)—

como en relación con las distintas jerarquías existentes

(niños, mujeres y hombres de todas las edades y condi­

ciones físicas y sociales). Por supuesto esta comunicación

implica un diálogo, en tanto que, por un lado, aprehenden

el conocimiento de los demás y su asimilación respecto de

la experiencia en relación con el mundo, por el otro, trans­

miten el cúmulo simbólico referente al entorno y la rela­

ción con él, los eventos vitales de mayor trascendencia y el

conocimiento del cuerpo humano.

Hasta aquí he intentado exponer la importancia que

los roles femeninos ejercen en la comunidad y el desem­

peño de la institución católica en la consecución de ellos.

A continuación trataré de inventariar y desentrañar las cons­

tantes en la percepción del mundo desde la perspectiva de

las mujeres totonacas a través de los roles que ejercen en

su comunidad.

Cuerpo femenino y naturaleza

Como ejes básicos que sostienen el sistema de símbolos,

existe entre las totonacas de Cuautepec, la creencia en dos

cargas9 básicas que contribuyen al equilibrio del mundo y

que resumiré en lo frío y lo caliente. Si bien no considero

que esta diada sea privativa del sistema de creencias

Page 7: La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec.pdf

204 E T N O G R A F Í A D E L E S T A D O DE P U E B L A

52. Mujeres cargando leña

totonaco o ni siquiera indígena mesoamericano,1 0 sí creo

que la articulación de ese eje respecto a las distintas áreas

que conforman a la cosmovisión, se caracterizan y se ar­

ticulan de formas particulares de acuerdo a la relación

que cada cultura ejerce con su entorno. De ese modo, la

concepción del universo integrado por un fluir de energías

cálidas o frías que corresponden de algún modo a una vi­

sión "genérica" del universo (lo femenino como integrado

por la calidad fría y lo masculino por lo cálido), es carac­

terística de las cosmovisiones mesoamericanas.

El universo se encuentra estructurado por estas cali­

dades anímicas, no hay evento, ni ámbito que se escape a

esta lógica, desde la perspectiva científica equivaldría a algo

así como pensar en el cuadro de elementos químicos que

integra a cualquier tipo de materia o energía, aunque la

bipolaridad frío-caliente va aún más allá, dado que incluso

las relaciones entre personas y los sentimientos que se sus­

citan entre ellas, tales como la envidia, pueden manifestar

dichas esencias.

La simbolización del cuerpo femenino, se manifiesta

de forma patente en las funciones que lo distinguen clara­

mente frente al cuerpo masculino. La vinculación entre las

creencias y la mitología acerca de los eventos y elementos

naturales y el cuerpo es tan estrecha, que es difícil separar­

las, aunque sólo sea con intenciones metodológicas.

La menstruación, el parto, el puerperio y la lactancia,

son situaciones liminales provistas de una gran producción

ritual, la naturaleza por su parte se encuentra impregnada

de relatos míticos acerca de la tierra, el rayo, el agua y la

lluvia, la cueva, el arco iris y la luna, todos ellos elementos

considerados femeninos o con alguna implicación referente

al sexo femenino que evidencian claramente la con­

cepción que se tiene de la naturaleza en relación con los

relatos acerca de las funciones y disfunciones del cuerpo

femenino. . . 'i

En torno al cuerpo, la mujer suele seguir una serie d i » prácticas con el fin de conservar su equilibrio. Concebid™ dentro del sistema dual como una entidad de tendendiB

"fría" el tratamiento del que se le hace objeto va dirigidoaS

evitar la pérdida de calor que pudiera aumentar la frialdad Yj

propia del cuerpo femenino, por esta razón y debido a l i j a

pérdida de sangre — y con elia calor— durante la men$9 truación o el parto, se ejerce la prohibición de recibirá baños con agua "cruda" (que no ha pasado por el fuegos para eliminar su frialdad) o la ingesta de aumentos ácidpM

u otros que son considerados fríos. En estos casos, d e b 9 más bien recuperarse el calor perdido, de modo que du-a

rante el puerperio, la mujer ha de seguir una serie d e p r o j

hibiciones y recomendaciones en prosecución de é se f inS

Después de parir, se le baña con agua hervida a tem-ffl

peratura tibia con una serie de "yerbitas" consideradas d 3

esencia cálida. Su alimentación debe ser vigilada, sel

recomienda el caldo de pollo evitando cocinarlo con de-| terminadas verduras. Además de eso, el acto sexual duralB te la cuarentena queda tajantemente prohibido medianía

severa advertencia que la partera hace al marido, ya<nB según ellas, se puede matar a una mujer de este modo. <«

Ya desde el embarazo, la mujer debió tener extrema] precaución en no exponerse a los efectos de un eclipsü

solar, ni de la luna llena, y procuró no comer alimentosa

ácidos para prevenir cualquier malformación en su hijo 0:

complicaciones durante el parto. S¡

Durante la lactancia, existen también algunas precauja

ciones básicas: no dejar la mantilla con que se limpianlpffl

excesos de leche — o derramar la leche m i s m a — sobre la;

tierra, para que la madre no pierda este -alimento definiti­

vamente. La explicación que ellas dan, es que las hormigas,

pueden venir y hacerse de los restos del precioso líquido^

Para entender esto diré que la hormiga es un elementó

característico de la mitología totonaca, vinculado siempre

Page 8: La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec.pdf

T O T O N A C O S • C O S M O V I S I Ó N 205

a la tierra e interpuesto entre hombres y dioses. De este mo­

do, podemos interpretar la creencia, como la prohibición

de devolver a la tierra aquél alimento destinado a los hom­

bres cuando aún es necesario para la vida. De no ser así,

se corre el riesgo de que los dioses, que han otorgado todo

\o a los hombres, lo retire de manera definitiva.

• K i Respecto a las principales dolencias que afectan a la

salud en general, éstas se atribuyen a un desequilibrio

anímico, les es absurdo pensar en una mera causa física,

aún en el caso de disfunciones provocadas por accidentes,

.el "susto" provocado por ellos o el "enfriamiento" de la

•parte afectada, pueden empeorar la situación. Aún las

¡más jóvenes, que han cursado algún nivel de educación

escolarizada y podrían manejarse desde conceptos inser-

Idos por la medicina occidental, tienden más bien a amal­

gamar ambos tipos de creencias otorgando mayor énfasis

i - 14 B desequilibrio anímico. Este tipo de desequilibrios

'suele ser provocados por causas de diversa índole: ya sean

las "envidias" o la "mala voluntad" que se reciben de otras

personas o debido a los "efluvios" de cargas predomi­

nantes en ciertos individuos —como puede ser el "mal de

|pjo"— también influye la ingesta de alimentos de una coli­

ndad contraproducente al equilibrio ideal (nunca perfecto)

|del cuerpo humano.

P : La naturaleza, no escapa de los influjos de estas cargas

pnergéticas, de hecho, recordemos que para ellas, el uni­

verso está hecho así; cruzar espacios físicos y cronológicos

peligrosos por poseer cargas demasiado frías (cuevas, ríos,

^noches de luna llena, etc.) o excesivamente cálidas (época

• d e canícula) puede provocar igualmente enfermedades

• d e distintos tipos.

mí' A continuación he clasificado metodológicamente las

•patologías detectadas, de acuerdo a las causas que les atri-

Bmiyen las informantes en tres tipos:

1) Físicas: aquellas debidas a accidentes o excesos

físicos y que se manifiestan con una sintomatología que

puede detectarse anatómicamente tales como abscesos,

dolores, musculares, heridas o disfunciones estomacales.

Estos padecimientos suelen curarlos las curanderas o las

hueseras, según el caso, aplicando lavados con infusiones,

emplastos o "rameadas" con diversas yerbas medicinales.

2) Esenciales: Son aquellas que se atribuyen a un

determinado desequilibrio de la carga interna y que se

manifiestan con diversos síntomas físicos (dolor corporal,

debilidad, etc.) pueden resultar en el "venteado" o la dia­

rrea. Se atribuye a un cambio brusco de temperatura (sali­

da de un temazcal a la lluvia o al frío) y se cura de forma

similar a las del anterior apartado.

3) Anímicas: Las patologías de índole psicológica o de

estado de ánimo: pérdida de memoria o de la conciencia,

cansancio, confusión, llanto incontenible, enamoramientos,

abandono de la familia y todo tipo de cambios de conducta

que contravienen a la ética totonaca. Entre ellas el "ojo", el

susto, el mal aire y la brujería. Suelen suceder a personas

de naturaleza considerada débil o que se encuentran en un

momento deücado de sus vidas (recién nacidos o bebés,

ancianos, mujeres recién paridas, etc.). Los especialistas

que atienden estos casos son los brujos, quienes también

pueden provocar el mal y no sólo curarlo, a través de la

adivinación y de diversos rituales encaminados a contra­

rrestar el exceso de la carga anímica insertada en el enfer­

mo. En ocasiones, y dependiendo del caso, los curanderos

también pueden llegar a curar estos desajustes.

De forma muy general, hemos tratado de exponer

algunos apuntes que nos ilustren sobre distintas áreas sig­

nificativas de la cosmovisión femenina entre las totonacas

de ésta comunidad; claro que muchas de estas creencias

son compartidas por los hombres, sin embargo, la particu­

laridad de ellas radican en que integran un determinado

Page 9: La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec.pdf

E T N O G R A F Í A D E L E S T A D O D E P U E B L A

acervo de conocimiento al cual se ha accedido desde un

particular punto de vista obtenido desde la perspectiva de

los roles genéricamente establecidos: "Ser mujer totonaca".

Conclusiones

La identidad de la mujer totonaca, responde a los parti­

culares propios de la formación histórico-social, no de

manera pasiva, sino como sujeto actuante en concordan­

cia con el resto de su grupo identitario. Por esta razón:

La relación con el universo en que vive y la reproduc­

ción que de ese espacio simbóüco, tiende a reproducirse y

a cambiar en cada caso, de acuerdo con las expni.m

formadas por el grupo a través de los roles social nía

determinados. A pesar de su confinamiento so< u l

mujer sigue siendo sujeto activo de la formación y liu

formación de la cosmovisión.

Cualquier intento de transformación debe üidflfl

primero en la lógica profunda de la cosmovisión del

afectado pues más allá de una categoría abstracta, tcucii

un término de índole dialéctica, subjetiva en su concepl

pero respondiendo a la objetividad del mundo a par!ir

cual se crea. Apelar a ella significa un intento de compi |

sión y respeto hacia la otredad.

Este material tuvo como resultado el proyecto de investigación para obtener el grado de licenciatura en antropología social, ENAII, l ' l XI Censo Nacional de Población, México, INEGI, 1990. Uno de los generadores del concepto fue el filósofo Wilhelm Dilthey (1833-1911) en su Theorieder Weltanschanungen, Wilhelm Dilil Teorías de las concepciones del mundo, versión española: Julián Marías, México, Alianza Editorial Mexicana, 1990. Con esto no quiero decir que "ser mujer" en una posición con tendencia conservadora, sea sujeto pasivo. Como sujeto activo, establ prioridades y reelabora los sentidos de su mundo.

Peter Berger y Tilomas Luckmann, La construcción social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortu, 1995; Peter Berger, El dosel sagra Elementos para una sociología de la religión, Buenos Aires, Amorrortu, 1969, p. 27. ídem.

Recordemos que la conquista, el coloniaje y los posteriores cambios históricos y sociales no tienen más de 500 años de antigüedad comparación con una formación independiente de más de muy anterior. Huerto cercano al hogar del que se obtienen productos de origen animal y vegetal para cumplimentar la dieta cotidiana. Según Alfredo López Austin para las culturas mesoamericanas, las cargas anímicas que constituyen todo ser animado e inanimado pu estar constituida por dos fuerzas contrapuestas pero complementarias: la luminosa-caliente-seca y la oscura-fría-húmeda. Alfredo Le Austin, "La religión, la magia y la cosmovisión" en Historia antigua de México. El Horizonte posclásico y algunos aspectos intelecto de las culturas Mesoamericanas, Linda Manzanilla y Leonardo López Lujan (coords.), vol. 3, México, Porríia/INAH/UNAM, 1995. Existe suficiente documentación histórica y antropológica respecto a una tendencia generalizada entre diversas culturas humanas, se una concepción bipolar del universo.

Como lo es la luna, de carácter masculino pero a quien se atribuye la menstruación. 12

El uso del temazcal es casi nulo en esta comunidad, aunque aún es posible encontrar dos o tres en algunas casas de gente de edad. Evidentemente el acto sexual implica una pérdida de calor, si no sólo de la mujer, sí con riesgo para ella debido al deÜcado equilibrk su temperamento de por sí ya frío. 14

Alfredo López Austin, "La religión, la magia... ídem. La canícula es un periodo seco, cargado de "mal aire" y que según informantes se da entre el 15 de julio y el 15 de agosto atribuyendo a ésta época ciertas epidemias y enfermedades.