la vida cotidiana . prácticas, lugares y momentos.pdf

24

Upload: ernesto-solano

Post on 17-Dec-2015

39 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Análisis teórico y social del concepto de vida cotidiana.

TRANSCRIPT

  • La vida cotidiaHa ~U,"4. t"94'U!J

    9 f1tDllt&l(

  • Cenaro Zalpa

    Introduccin

    Lo ft!Uffle'UJ ee ae a. ea. me4e el ~fo de "ida. cotidiana es la "ida de todos los das. Es decir, como algunos cient-ficos socia les 10 han interpretado, evoca a

  • 16

    bras, pareciera que el concepto evoca la simplicidad, contrapuesta a la complejidad. Pero, nada ms engaoso.

    Por el contrario, la idea de vida cotidiana es tan compleja que, ms que un concepto que pueda definirse - aunque desde luego no faltan los intentos de hacerlo-, es ms bien un campo que conjunta en s, entretejindose, varias de las problemticas que, a lo largo de su historia, se han abordado en las ciencias soc iales. Se aborda desde luego la constitucin de la s acciones, los objetos y los sujetos ordinarios como objetos de esmdio, pero junto con e llo se plantea la problemtica de la relacin entre las estructuras y las prcticas, lo macro )' lo micro, la determinacin y la libertad; en suma, la posibi-lidad de poder teori,ar actores o agentes sociales que producen ac-ciones y que no son slo producto de la sociedad. j \ esto se suma la discusin metodolgica entre los partidarios de los enfoques cuan-titativos y los de los enft)Clues cualitativos; al"'lInos de entre estos ltimos, por ejemplo, aseguran que la estadstica utilizada por los mtodos cuantitativos no es capaz de captar sino lo homogneo, y que se le escapa el significado de la accin de los actores; que cap-tan la estrucmra, pero se les escapan los eventos, la s acciones de los actores, lo gue ~lichcl de Certeau llama las "artes de hacer", las travectorias de vida: ,

    ... la es tadstica casI nada conoce al respecto, pUl::- se con tenta con clarifi car. calcular ): medIr en cuadros la ... lInJdadcs 'lcx1ca5" dc las cuales estas rraycCtorias cMn compuc~tas, pero a lo cual no se: reducen. r oc hacerlo en func i n de categoras y taxonomas (Ille le son propias. La estadslica toma el material de es tas prcticas, r no sufo"""" marca los e1emento~ ut LizaJos y 11 0 el "fraseo" debido al trabajo y ti la invcmividad "anesanalcs", a la discursi\'idau tlue combinan roJos estos elem~ntus "rt:cibidos" r grises. 1\1 descomponer estus "vagabundeos eflcacl:s" en ul1Idadcs c.ue Jdim: ella mi!'i1113, al reCOmpOl1l'[ segln sus cdigos los resultados Jc sus desgloses, la encuesta estads tica no encuentra si no lo homogneo. Reproduce el sistema al cual pertenece y deja fuera dc su campo la prolifcracin de historias y operaciones heterogeneas tlue componen los palel;/J'orks dc lo cOlldiano. l ~a fu cr'a de SlIS clculos se sostiene gracias a su capaciJad de di\'idir, pero es

    preci"':Ullt.:ntL" por la fragmentacin anahcica yw.:: pierde lo yue cree buscar r n:prcscntar (de Cencau, 1996:XUX). .

    Otra \'crsin de esta po ln,jca es la discusin terico metodol-gica emprendida por los partidarios del individualismo metodolgi-co contra qUlencs eUo~ califican como est[ucturalislas.

    Habra gut: renl0ntarse hasta los origcnes de la::-. cicncia~ ~()c ia les para rastrear estas diSCUSiones, pero, desde luego, su exposicin sera den13siado larga, tanto como hacer una hi storia de las cienejas s~)~iales, o u~a I~i s~orja de la socio loga si restringiramos la exposi-(Io n a es ta dtsclplma. ~!c limitar, por lo tanto, a exponer al"'1.lJlOs momentos de esa historia, los cuales --desde n11 punto de vista-- son tmponames para entender la problemti ca que encierra el Gtll1pO de estudIOS de la "tda cotidiana. Expondr algunos de los encuadres involucrados con la intencin de hacer ver que todas las teoras de la accin social, en cuanto abordan -con distintos nombres- el pro-blcma de la relacin entre la estructura l' la accin de los actores, uenen que ' cr con el tema de la ,oda cotidiana.

    El marxismo

    Son conocidas las interpretaciones humanistas r anubumanistas de la obra de ,\larx. Las primeras, enfatizando d rol dd sujeto y la lucha contra la en~jenacin; l las segundas, el papel de las csuucturas y la determmaclOn de la acci{m sociaJ por la infraestructura econ nlica. Entre estas lumas se enCuentra la obra dt.: _\ Ithusser, que e jerci una gran influencia en L . ..1 unoamrica en torno a los aos sesenUl del siglo pasado. Para el fil",fo francs el marx.ismo debe entenderse como un antihumanismo. Los hombres son portadores de estruc-mIas r la idea de suje to de la historia es ideolgica, es dectr, falsa (Althusser, 1977). En este contexto dos au to res marxista s, llenri Lc-feb,",e y Agnes ll eUer -desafiando la ortodoxia de su tiempo-- plan-

    17

  • I&'

    tea ron la temtica de la vida cotidiana introduciendo en la discusin terica la cuestin del sujeto. El primer tomo de la obra de Lefebvre, Clitica de la tla cofidial/a, se public en 1946, y se reimprimi en 1958 con un prefacio del autor. El segundo tomo, Fl/l/damenlOJ de l/l/ti JO-ciologa de la cotidianidad, vio la luz en 1961, cuando ms fuerte era la inAuencia del marxismo alrhusseriano, de la cual no se libra comple-tamente. Habla de una vida cotidiana cue es producto del sistema, tanto de las superestructuras como de la infraestructura, y plantea una relacin dialctica entre lo institucional \' lo vivido. No desafa

    la interpretacin dominante del marxismo y no habla explcitamente de actores sociales como sujetos capaces de marcar la direccin de la historia, pero introduce la idea de cue las acciones humanas pueden producir una aceleracin de la historia en la direccin determinada por la estructura.

    El planteamiento de I leller (Soologa de la tla (Olidial/a) surgi de la observacin emprica de "lue entre los individuos ha)' tanto semejanzas COI110 diferencias, lo que la Ue\'a a teorizar acerca de la relacin entre lo cue llama el hombre genrico y los indi"iduos, )' acerca de los procesos de individuacin, en el nlarco de los tenlas de la culrura de m.,as, de la enajenacin y del consumo cultural. La autora utiliza el concepto de (consull1o producciyo" para explicar los procesos culturales de indi,idllacin. Como Lcfcbvre, tampoco Heller phntea explcitamente una teora del actor social.

    Dentro del campu marxista me parece importante la aporta-cin del pensador me'xicano Carlos Pere)'ra, quien abord especfi-camente el tema del sujeto de la historia en un libro COIl ese ttulo clue rene ,'arios ensayos (I'ere)'ra, 1984). Segn su interpretacin, la teora marxista concibe la relacin entre los agentes sociales y las circunstancias histricas de tal manera que no se resuelve, sino que se disuelve la problemtica planteada en trminos dualistas como relacin entre dos trnlinos preexistentes y exteriores el uno con re-lacin al otro: los hombres y las circunstancias. A esa visin dualista, Pereyra opone la perspectiva planteada por Snchez Vzcuez segn

    1 .. CUJI: "los hombres no slo son producro de las circunstancias, 'IflO '-lue stas tambin son productos suyos" (Snchez Vzquez, I'!HO:131) . Es decir, los hombres, como agentes suciales, no pue-den entenderse sino como producto de las circunstancias; pero, a la I'e/, no pueden entenderse las circunstancias sino como producto de los hombres. "El sentido profundo de la captacin rlialtti{(l de la re:tlidad social consiste en aprehenderla como totalidad (complejo dotado de unidad) donde no hay circunstancias ajenas, independien-tes de los agentes sociales, ni la accin de stos se inscribe como un il:\dido externo, sobreimpuesto desde fuera en una realidad dada" (Percna, 1984:20). La situacin y la accin de los hombres no son s(')lo independientes, sino '-lue no deben concebirse ni siquiera C0l110 complementarias. son una unidad: una no existe sin la Qu-a_

    Planteadas as las cosas, se disuelve la problemtica del sujeto de 1:1 historia. Perevra est de acuerdo con Althusser cuando ste afirma

    ,

    "lue el concepto de sujeto no es una herramienta til para entender el proceso histrico, pues en la concepcin dualista, supone sujetos preexistentes a las condiciones histricas, sean stos los individuos o las clases sociales. Es preciso entender, por el contrario, que la postura dia.lctica no plantea una concepcin del sujeto que no sea el produClo de las condiciones objetivas, ni una de las condiciones objeti," que no sean el producto del sujeto. Se trata de la unidad Jialctica del sujeto \' el objeto que no debe entenderse como rela-ciones de exterioridad, como dos ~ntidades hipostasiadas prcexis-ten tes CJue se condjcionan, sino como dos aspectos de una rcalidad. Como dice Gramsci, citado por Pete)'ra:

    .

    Illisma

    . .l;'~ preciso plantear la necesidad de yue sea eXptll'HO en los tminos l:xac ro:- el problema qut: algunas corrit:nrcs lstonogrt1cas acostumbran deno-minar de las relaciones emre cond1ciones objcu\'as y conwciones subjetivas dd acontecimiento hislncu. Es c\'idenrc ,-uc t;n ningn caso PLledt:n faltar las druladas condIciones subjeU\';1S si exislen las condiciones objcci\"as, ya '-Iue sta es una simple distincin de caracn:r didasclico (Gramsci, 19'5 ci lado en PenTa, 1984:66-6'7).

    19

  • 20

    En sunla) C0010 lo afirola Snchez Vzllllez, para Pereyra "No son ciertas relaciones de produccin las que salen de las naves de Coln y ponen el pie (en sentido literal) en Amrica; no es cierta estructura ideolgica la que toma la Bastilla. Quienes hacen lo uno )' lo otro son inruviduos concretos que hacen lo que hacen conforme a ciertos fines y que obtienen resultados que no esperaban y que incluso -como el pobre de Coln- ni siqUIera buscaban" (Snchez Vzquez, 1985: 165).

    La sociologa europea y sus intrpretes

    1\ Durkheim y Weber -fundadores europeos de la sociologa- se les suele contraponer en cuanto a sus perspectivas para el estudio de lo social, aun

  • 22

    mira puc'ta en la solucin de una problemtica de fondo: las relacio-nes entre el individuo y la sociedad, que se resuelve siempre a favor de la sociedad, rompiendo con el utilitarismo individualista. En una primera fase, que Parsons llama formati\'a, Durkheim explora este problema en su anlisis de la solidaridad mecnica y de la solidaridad orgnica (l~ diJ'ilI ,rocia/ de/lmba;o, 1893). l .a solidaridad mecnica es propia de las sociedades indiferenciadas en las que la conciencia colectiva se impone totalmente sobre la individualidad. La solidari-dad orgnica, en cambio, es propia de sociedades diferenciadas, con una divisin social del trabajo ms desarroUada y menos peso de la conciencia colectiva. En ambos casos el contrato social descansa sobre supuestos no explcitos que hacen el contrato obligatorio para los miembros de la sociedad. Se trata del elemento no contractual del conrrato.

    La segunda fase es la de una snlesis remprana en la que Durk-heim define el objeto )' el mtodo de la sociologa (1 DS reg/m de/lllf1o-do ,roo/~~iro, 1895) y hace una investigacin emprica siguiendo esos lineamientos (h/.flliridio, 1897). El objeto de estudio de la sociologa son los hechos sociales, los cuales se definen como exteriores al indiv.lu, que Jo coaccionan, lJue son generales, (UC son indepen-dientes de la voluntad y, nnaJmcnle, '-)UC son como cosas. Conviene subrayar que Durkheim no dice simplemente (Iue los hechos socia-les son cosas) sino que son COlIJO cosas. No los identifica con la natu-raleza, como hacen los positivistas radicales, y los distingue tambin de la concepcin individualista de los utilitaristas. Son como cosas en el sentido de que son fenmenos que tienen la misma realidad de las cosas porque no pueden hacerse desaparecer a voluntad, no son subjetivos y no dependen de la accin Individual. Desde el punto de vista metodolgico, Durkheim establece el principio de que los he-chos sociales slo se explican por otros hechos sociales, y no por he-chos naturales ni inruviduales. En el anlisis del suicidio, Durkheim rechaza las posturas positivistas radicales que buscan la explicacin en factores naturales como el medio ambiente fsico, v tambin las

    po~turas utilitaristas Ljue la buscan en factores individuales que, en lodo caso, sirven para explicar casos indIviduales pero no lo que el autor llama "corrientes suicidgenas", como hechos sociales. Durk-heim plantea como factores explicativos de la variacin de las tasas de suicidio hechos sociales como la religin, el estado cid, la perte-nencia a grupos especficos como el ejrciro, etc.

    I.a tercera fase es un periodo de transicin en el que Durkheim acenta la distincin entre la compulsin natural) la compulsin

    ",cial. Esta es independiente de la voluntad individual pero no de la volumad de la colectividad. Su fuerza consiste en la interiorizacin de las normas, las cuales no son slo conocidas, sino tambin acep-tadas (RI'presmlariol1es iJldil'idJ/tI/es. y npre,rmlllciolle,f w/erlims, 1899; 1 .. / "dllrarilI /TIom!, 1903; La ddomillarilI dd /lnllO IIlom!, 19(7) .

    Finalmente, en la cuarta fase se inici un l1uc\'o planteamiento que no se lIe\'{, a trmino debido a la muerte dd autor. I:n el es-ludio de la religin (I .. /J/Ortl/(/s e/elllell/II/es de /a I'ida n/(~iosa, 1912) el hecho social fundamental ad(luicre cada vez ms los contornos de una rcalidad ideal: la conciencia colcctiva guc, unas. veces, parece ser b sociedad hipostas.iaJa y, otras, una creacic'>n volulltarista. Conlo lo sagrado, concebido como el smbolo de la sociedad \', lambin, C01TIO algo que no es intrnseco en los fenmenos, sino el resultado de la actitud de los hombres; es decir, lue algo es sagrado porque los hombres lo consideran como sagrado.

    Para la tradicin idealista, la aCCIn humana no es parte de la na-turalen y no puede, ni debe, ser estudiada por las ciencias namra]es, ni utilizando los mtodos de las ciencias naturales. Los objetos de las cienctas nanlrales estn constituidos por complejos de elementos relacionados causal mente. mientras que los objetos de las ciencras humanas estn constituidos por complejos dc elementos cuya rela-cin no es causal, sino significau\'a. I, n el primer caso la ciencia debe explicar (erk/tirm) las relaciones entre los elementos, y establecer teo-

    ra~ y leyes generales derivadas de (!sas teoras. En el segundo caso b ciencia debe tratar de comprender (l'l'rsle!Jl'II) los conjuntos totates .

    23

  • 24

    Por este camino la ttadicin idealista lleg tambin, como duti-titarismo, al planteamiento de la imposibilidad de conocer cientfica-mente las acciones humanas. Por una parte, el historicislllO alemn, enfatizando el carcter nico de los e\'entos humanos, propugn la descripcin 111inuciosa de los acontecinlientos C0l110 la nica 1113-ncra de conocerlos, rechazando d empleo de teoras generales. Por otra parte, se desarroll una metodologa que abogaba por la posi-bitidad del conocimiento intuitivo de estados totales dd objeto. "n este contexto, ~Iax Weber representa, para Parsons, al cientfico so-cial que, proviniendo de la tradicin ideatista, se encamina tambin, como Durkheim, hacia una teora voluntarista de la accin.

    Parsons \oc dos fases en el desarrollo del pensamiento de illax Weber. I;un \X'eber, los intuicionistas confunden los procesos por los que se puede llegar al conocimiento, en los que la imuicin puede jugat un papel con los fundamentos lgicos de la validez del conocimiento.

    Para Parsons, los dos autores, Durkheinl y \\ 'cbcr, sortean con ,,iIO las dilicultades inherentes en cada una de las tradiciones de LIs (llIe provienen, y las hacen a\'anzar por medio de un desarrollo IOg1co interno que converge hacia la construccin de una teora \'0-IUl1tarista de la accin, que el mismo Parsons se propone culmi1ar.

    Para cumplir ese objetivo, un primer paso consiste en proponer un conceplo fundamental para entender la accin social, al que Ua-111

  • 26

    actor puede manipular,) las condiciones que estn fuera del alcance del actor.

    Esfuerzo.

    Se,'n Parsoos, tanto la tradicin positivista como la idealista ,

    contemplan aClores y relaciones entre medios y fines, El propone aadir las normas y las condiciones porque, si no se contemplan estas ltimas se caera en el idealismo voluntarista, y si se eliminan las normas se caera en el puSitiv-lSl110 radical.

    Berger y Luckmann (1976:35) citan expresamente lo que llaman las dos "consignas" ms famosas y ms inAuyenlcs Jc la sociolo-ga, Una es la afirmacin terico-metodolgica de Durkheim, quien, habiendo establecido que el objeto de estudio de la sociologa son los hechos sociales)' no los hechos individuales, determina que "La regla prinlcra y fu ndamental es: fonsiderar fox betiJos socia/es COIl/O fosas", que tienen una existencia objetiva, externa e independiente de los individuos y que, adems, los determinan; 1" la otra es la de \, 'eber,

  • 21

    eJ ego trascenJental conl0 su preocupacin central, Schtz dio un giro exterior a la fenomenologia para analizar el mundo intersubj e-tiva, el mundo social" (Ritzer, 1993:268). "Schtz muestra que te-ner un mundo significa construir significados, tanto los significados subjetivos que los individuos construyen al captar sus propias ac-ciones, como los significados objeti,os que construyen al interpre-tar las acciones subjeti"amente significativas de los otros" (Rogers, 2000:367).

    El mundo de la vida est constituido, por una parte, por lo clue el autor IImna "tipificaciones" y "recetas", y, por otra parte, por componentes individuales, privados, de la conciencia. Las ptimeras son propiamente las que constituyen el mundo intersubjetiva, I'a que son significaciones que van ms aLl de rasgos o caracteristi-cas individuales o anecdticas de una situacin y que resaltan sus caractersticas m~s generales. En el monlento en que nombramos, por ejemplo, algo con las palabras "perro" o "rbol", lo estamos tipificando, por lo que se puede decir que el lenguaje es el medio tipificador por excelencia. "Ellenguaje es un almacn de tipos y, por lo tanto, el sistema bsico de los significados que la gente constru-ye" (Rogers, 2000:373). Pero al lado de estas tipificaciones hay clue tener en cuenta los significados privados, propios de la conciencia individual, que tambin forman parte de la experiencia del mundo de la vida. Para Schtz "la subjetividad tiene siempre dos lados, el si ngular y el plural, el nico )' el compartido, el so litario y el colec-tivo" (Rogers, 2000:376). Cmo se relacionan esos dos lados de la subjetividad? Schtz propone una teoria general de la accin en la que, con una perspectiva dialctica, el mundo de la "ida, a la vez que detennina nuestras acciones, tambin es construido por ellas.

    El mundo de la viJa cotiJiana es la regin Je b. rcalidad en 'luc el hombre PU;Jc il1ten'cnir}' ' Iue puede modificar mientras opera ; 11 clla mediante -u nrganismo animado. 1\1 mjsmo tiempo, las obictividadcs y sucesos l.juc se t:ncuentran ya t;:11 ste mbito (i ncluyendo los actos r los resultados de las

    acci{)llc~ oc OtroS hOll1bn::~) liman su hbewlJ de aCCJn. Lu ponen ame obM:cultJs LJuc pur,:dell ser superados, a~ como ame barreras l.UC ptll:dcn ser insuperables (Schtir" r Luckmann, 19-"':25).

    Berger y Luckmann plantean, como un paso preliminar nece-sario, el anlisis fenomeno lgico de la conciencia till e es, dicen, un

  • 30

    L~ definicin contiene elementos yue hay yue precis~r, y otros t]ue ~ primera vista parecen cOnLr~dictorios, por lo tlue tambin hO\' yue dar un~ explicacin de su inclusin.

    U autor hace una primcr~ precisin diciendo que el hecho de que este campo de estudio contemple como objeto de estudio las acciones individuales, no (Iuiere decir que se excluyan las interaccio-nes, sino que el punto de vista desde el t]ue se consideran es el de su individualidad, es decir, desde las c~racterstic~s tlue hacen que las acciones de los indi\'iduos sean diferentes unas de otras. les te punto de dsta parece no compaginar con lo rutinario que t~mbin se incluye en la definicin, pero el autor aclara que lo que se con-

    sider~ son las rutina s individuales. En cambio, las caractersticas de ruana ~. de no organizacin s parecen ser contradictorias, as co-mo tambin la propuesta de considerar los hechos individuales como hechos sociales, Pero es precisamente incluyndolas como el aulOr pretende superar su aparente contradiccin. Es cla\"c 511 afirmacin (que recuerda una postura anloga de Jeffre\' c. Alexander, 1987) al tratar de situar las acciones indiyiduales, no organizadas, en su en-torno institucional-simblico, \' a los acrores en la estructura social.

    ,

    El autor advierte que ubicar las acciones indi\'iduales en su entorno no s ignif1ca (JlIe se reduzca la vida co tidiana a sus condiciones obje-tivas de existencia Ouan, 1995: 125). Su idea es, ms bien parecida al concepto de campo de Bourdieu: lo institucional-simblico (como la religi n y la moral, por ejemplo) y la ubicacin estructural (la ubi-cacin de clase, por ejemplo) proporcionan al individuo el capital que se pondr en juego en el campo de la vida cotidiana.

    Como categoras de interpretacin de la vida cotidiana propone el anlisis diacrnico de los recorridos \' de las formas de vida l' el

    , , ,

    anlisis sincrnico de los usos y de los gneros de vida, ambos en dos planos: el del sistema institucional \' el del actor. La propuesta suena compleja, pero se trata nuevamente de integrar el sistema l' los actores, poniendo en evidencia la "autonol11a relativa" de los acto-res (Juan 1995:163). Para hacerlo utiliza la calegora de "uso", que

    {. dlkrclut: de las normas y de las costumbres, porque "Jf cartlclffii.~1 /111' 111'" ra"ri" dijilJCI, di(en'da J' /J/il'l7tizada, mdo,gntizada /,li"p"I"Mlle ,JI t, fJji'm dfJlllirtifl/ de /a l'ida mlidif/lltl. Si fax cosllllllhrl'J r los rc/(/tlllltlllos .l7l'nl,/IJ /a a(ri" (/.'\"io/~~i{tlIJ/f'/lIr, los IISO.f Jon IIO,.,/I(/S >liras desprol'iJ/as dt fOd" refrll,"cll11oral" (Juan, 1995:176- ]77). El uso, dice, es la versin !l1 .. lemic:! de las prcticas.

    1 ',n el terreno mClOdolgico Juan no ve la problemtica en la IIposlCln entre lo cuantitau\'o y lo cualitatin.>, sino yue IlIs I'erdadr li/.f "lItrlltllil'lIJ IlIelodolr{~i(as se enOlell/ra" f/l IlIs dirlillriol1fs ell/re J(}(j/~~(/ ,OIIl/'I>:/I,.".

  • 32

    son los temas, sino su enfoque, lo que distingue a la ciencia de lo cotidiano propuesta por de Cerreau.

    La sociologa norteamericana

    La misma problemtica de la relacin entre los actores l' la estrUC-

    tufa social se encuentra presente en la sociologa norteamericana ,

    desde su fundacin, la cual se dio en forma casi simultnea al sUl'gi -miento de la sociologa europea, a finales del siglo XIX. De hecho, la institucionalizacin de la sociologa en el mbito acadmico de las universidades ocurri primero en los Estados U nidos que en Euro-pa, ya que en 1892 se estableci, por iniciativa ele Albion Small, el Departamento de Sociologa de la Universidad ele Ch icago.

    Robert Ezra Park fue uno de los ms influyemes socilogos de Chicago, y contribuy fuertemente a Inarcar la orientacin que seguira esa escue la. Su historia personal es muy peculiar, y pue-ele ayudar a comprender la orientacin prctica de la sociuloga de Chicago. Park se interes ya tarde en su vida, hacia los cincuenta anos, por la sociologa. En cambio, desde que era estudiante en la Universidad de i\lichigan le interesaban los problemas sociales; por lo que, al terminar sus estudios, se dedic al periodismo. Despus de un tiempo regres a la universidad, doctorndose en la Universidad de Heildelberg, en Alemania, donde fue discpulo de Simmel. Ya de regreso en los ~~stados Unidos se interes por los problemas raciales l' se enrol en la Asociacin para la Reforma del Congo, prime-ro, y despus en el Instimto Tuskegee, que luchaba por la causa de los negros norteamericanos. Por entonces conoci a \XC 1. Thomas, quien lo invit a la Unil'ersidad de Chicago, a donde acept ir para un trabajo temporal, pero se qued veinte ",10S. i\I salir de Chicago se volvi a enrolar en las causas civiles. Esta inclinacin de Park por trahajar para la solucin de los problemas sociales marc tambin

    . " orientacin sociolgica personal, y la de la escuela de Chicago en ~'i Ileral.

    La escuela de Chicago se distingue por el desarrollo de una 1"I'spectil'a ecolgica en el anlisis de la accin social, la cual pone ,I,nedio ambiente como el elemento fundamental que es, por una p,lIle, la explicacin de por qu suceden los fenmenos sociales y, pnr otra, el elen1Cnto estratgico en el que se debe intervenir si se '1"lcre modificar la conducta social.

    \utores como Hannerz (1986), Ritzer (1993) y Il erpin (1976) ""crpretan la teora de Chicago como darwl1ismo social, lo que la .Irereara a la tradicin positivista radical de la que habla Parsons. Ilcrpin (1976), por ejemplo, afirma que el concepto de cadenas eco-IlIgicas, tomado de Darwin, ayuda a entender el esquema terico .1,-esta escuela para el anlisis de la prctica social. Cita el siguiente Llrgo prrafo de Park:

    -

    DaC'\vln cncucmra que los abejorros eran Il1dispcn!'abll!s para la fertiLi:.r.acu'm de lo~ "p(;'n~am.:mos sahr:.j;s", p()r~I\,I(; omls abejas no \-isJtJ.1l esa HOf. Lo rrusmo sUCl;d~ con ulla CSPCCil' panicular de lrboles: los abcjorfOs son lo", nicos 411l' \ isi(an los tri:boles roi(l~ poryuc las otras abejas no pueden ac-ceder a su ncctar. I~I razonam.ienro es ti siguiclm:: SI los abejorros se mui plican o disminuyen cnlnglmerra, lo mislllo sllcc.:dcn clJn d pcnsamic.:nto sah'ajc \" con los trboles rojos. Ahora. el mmcro de :lbejorr0s t:n caJa di~uiro uao depende en gran medida del nmero de ratas de campo que des -lruyt:n sus nIdos - se estjma que ms de Jos tercios de estos nidos han sitio destru.idos en 1 nglaterra. Cerca de bs ciudade~ y de los pueblos, los nldos de abejorros s0n ms numerosos

  • 34

    Sin embargo, ms que la lucha por la vida o la supervivencia Jd ms apto, lo cue se deriya de esta perspectiva es una manera de entender la causalidad, a la manera de las cadenas ecolgicas. Si ,c aplica esta ,;sin al mundo social, como lo hace Park, hay que resaltar los siguientes elementos: (i) La imponancia de la coexis-tencia espacial. Todo elemento que entra en una relacin espacial con otros es susceptible de influir y de ser influido por los elemen-tos con los que entra en contacto. (ii) La perspectiva de Chicago no asla elementoS como la economa, la poltica, la personalidad, ti otros, sino que sostiene cue la influencia de l nledio se ejerce so-bre la totaLidad de la vida social. (iii) l ,a importancia del equilibrio ecolgico, entendido como organizacin social. La desorganizacin es la tlue produce la problemtica social. Finalmente, (iv) la impor-tancia del medio social. Para explicar este ltimo demento con ms claridad debemos recurrir a otro gran socilogo de Chicago: Ernest \'C 13ur.,rtless,

  • 36

    y el [Crritorio p:\I1dilkn.:sco como tllll1 n.:gn II1fcrSlIcial t:ll d Wl/.aJO dr.: 101 c,udad ( Ih,h",. 1963:20).

    De hecho, el mundo de las pandillas constituye un mundo aparle uien 'lue roba a los otros vagabundos mientras estn borrachos O dormidos. La hoboemia era un mundo en su mayor parte masculi-no, compuesto por solteros o por hombres que haban abandonado definiti\'a O temporalmente a sus familias, por lo que las relaciones con el mundo femenino se daban prepondcramcmente a travs de las chicas de las salas de baile o de las prostitutas. Otra famosa im'es-

    ,I,~,"II ') n de Chicago estudia, precisamente, el mundo de las salas de 11,111< conocidas como Taxi- [)(III(f Ha//. [n estas salas, dice Cresse)' I I IJ(,'}) , se venele comp\a femenina, formalmente para bailar, pero '1'" puede fcilmente deri\'ar en compaa de otro tipo: en algunos I jI" .... pocos, las relaciones que aH se establecen Ik:van aJ matrimo-11111, nI ras veces a t1ue una chjca se convierta en amante de un cuente, ,,11." il una especie de poliandria en clue una chica es mantenida 11111 ra rios clientes,

  • 3i

    cotidiana: la construccin del s mismo (selJ). La teora que pone en pie para explicarlo consiste en una interaccin entre el yo )'105 otros, que se lleva a cabo mediante la comunicacin de significados a tra-vs del lenguaje. En otras palabras, la persona toma conciencia de su identidad al percatarse de las respuestas de los otros (e! Otro genera-lizado) a sus acciones. El sel[ es la suma de dos elementOs distintos pero inseparables: el )'0 y el m. El m es la respuesta suscitada en las personas por la accin de los otros, por las si tuaciones, y el yo es la respuesta que siempre es personal, no autOmtica ni perfectamente adaptada a la situacin, y que crea situaciones que, por notivo ele la impredecibilidad del yo, son siempre precarias.

    Otro autor que suele asociarse con el surgimiento del intcnlC-cionismo simblico, y que fue contemporneo de ]\[ead, es Cbarles Ilorton Cooley. Sostuvo una postura similar a la de Mead en su anLisis de la construccin del Jf!!~ al que consjeler como la auto-conciencia gencradfl al reflejarnos en la n1anera como nos miran los dems. Es el "yo espejo" (Ritzer, 1993:55). Otra de sus contribu-ciones importantes fue el conceptO de grupos primarios, definidos como aquellos en los que se lleva a cabo una interaccin personal, cal"a a cara, los cuales son prl1aos tambin en el sentido de que son fundamentales para la conformacin de la personalidad del indi-\"iduo. Los ejemplos ms claros son la familia y los grupos de pares, como las pandillas y los grupos de amigos.

    La sociologa de Erving Goffman, la etnometodologa y el anlisis conversacional se han relacjonado con el interaccionismo simbuco. Pero a m me parece que se emparentan tambin con la fenomenologa, y con la perspectiva de Berger l' Luckmann, por su inters tanto en la vida cotidiana C01110 en la construccin signitica-tiva de las situaciones.

    Segn \'Iolf, eSlas tres corrientes sociolgicas se caracterizan porque no "afrontan los problemas (fundamentales para otros mo-delos sociolgicos) del cambio institucional o de la interiorizacin de los valores, del conAicto o de la estratificacin social" sino que

    " parten seriamente de la base de

  • Desde mi punto de vista, la perspectiva central de Goffman con siste en considerar la interaccin social como estrategias tendientes a establecer definiciones de la situacin en las 'lue, retomando la temtica de Mead \' Coolel' se incluye la definicin del si mismo, es

    , , , -

    decir, del sel/ Esta perspectiva tiene dos puntos de vista fundamen tales que son los 'lue se pueden adoptar al analizar las estrategias de la interaccin: el punto de \' ista del actor que busca definir la situa-cin de una determinada manera, y el punto de vista del espectador que la interpreta, tambin de una determinada manera. Se elebe su-brayar gue "actor" y "pbljco" no son dos enticlack:s empricas~ sino dos puntos de "ista: un mismo agente puede ser considerado como actor v como pblico. La interaccin es un proceso en el que el actor

    ,

    busca fomentar una impresin y el espectador bllsca interpretarla adecuadamente para, a su vez, poder reaccionar, es decir, acruar, de una manera que sea acorde a la impresin clue l tambjn desea fomentar en la interaccin. No se equivocan Geertz (1993:24) ni r lerpin (1976) cuando sealan 'lue hay una relacin muy estrecha de la teora de Goffman con la teora de juegos, pero slo el segundo ve la conexin de la metfora del juego con la metfora dramatrgi-ca que tanlbin utiliza el autor. Es cierro que, como se'lala Geertz, la metfora teatral para referirse a la vida social se puede encontrar en autores que tienen otras orientaciones (como Parsons), pero la particularidad de Goffman, como lo seala Herpin, es que mientras aqullos hablan de la vida social como una obra teatral, ste hace hincapi no en la obra (no en los papeles institucionalizados, como hace Parsons) sino en la representacin, esto es, en las estrategias de actuacin eh.: los actores, quienes1 aun representando la misma obra que otros actores, producen impresiones -definiciones de la situacin- d iferentes en los espectadores. En Goffman la tcora de juegos se refiere a las estrategias de los actores y de los espectadores tendientes a la definicin de la situacin, lo clue puede incidir en la definicin de la estructura de sentido, la cual es visra no como algo permanente e inmutable, sino como algo "frgil, no permanente,

    11 1111 de..: hoyos inesperados y con una necesidad constante de repa-'" "'11" (J3urns, 1992:26).

    1.1 opmitJn ge:ru:raJ de: yllt: llldu~ lus :'tT~~ hum,lIlo~ n::prtse:nlU1lO~ ame: lo~ den1;:-; no es nueva; lo yllc c()mo cunclusin habra

  • 42

    brn como actuar a fi n de o btener de l una respuesta determina da" ( offman, 197 1: 13). l :n Olras palabras, los participantes en la interacci n tra tan de defini r "qu es lo q ue est pasando aqu" , para lo cual, afirma el au to r, utili zan la in ferencia como p roced imiento metodo lgico:

    Es tal1lbicn muy importante y ue comprcm.bll1os yllt: en re~jdaJ no condu-cimo" nues tras \idas, t.omamo~ nuestras decisiones y alcanzamo ... nues tras mdas en la \-ida diaria en fOfmi cstaJqica () ciel1tfliGl. Vi\tlllos por infc-n:ncia. ,'o soy. d igamos. hUl:spcd suyo. L'stcd no sabt.', no puede, dcterminar CIentficamente tille no hl: de robark su d inc.:ro o sus cucharas. Pero po r infe" rencia yo no lo he de hacer, y por inferenCia usted me rendr:i como husped (Gorrman, 1971:15).

    L~n este pun tO se puede enco ntrar una relac i n entre la obra de Goffma n y la etnometodologa, dado clue esta corriente propuesta po r Ga rlin kel (1967) po ne el acento p recisamente en la metodologa que aplican los actores (la erno metOdo loga) en la vida diaria para estab lecer el significado de las si tuacio nes. I.a etnomclodologa es el estud io de los modos en que se o rgani za el conocimiento que los

    indi\~u uos tienen de los cursOS dc accin no rmales, de sus nsun tos habi tuales, de los esc~narios acostu mbrados (\'\ '01 f, 2000: 1 10). Tal metodo loga prctica, a la que tambin llama " neopraxio loga" , tiene caracters ticas tlue la hacen di ferenciarse de la metodologa cientfica, como el hecho de que utili za el sentido comn, lo que todo mundo sabe y da po r descontado; que utiliza as uncio nes in-corregibles sin cuidarse de la rac io naljdad, COI110 cuando se a flrnla , po r ejemplo, que un santo milagroso siempre concede lo que se le pide, l' la premisa se mantiene como incorregible a pesar de lo que pudieran mostrar las evidencias. Es tambin una metodo loga que utilin conocimientos ad hor: igual se puede afirmar "a quien madruga Dios le ayuda", (Iue "no por mucho Inadrugar anlancce

    , " mas temprano .

    I , t~ conocimiento de sentido comn percibe los hechos so-\I.'es como hechos objetivo" q ue no dependen de la accin de los "tnres. Son hechos que los participantes en la situaci n dan por ,1.--mntados. " Po r una parte, la objeri\'idad y la real idad de lo llue su-vde en cada situacin dada depende del hecho de que los miembros \ rn la ocasin prescntt: como colocada en un o rden social estable, ""Iet!\'o"; pero el anlisis cientfico de la et nometodologa ms bien

    I"'rt~ de la premisa de que " Po r otra part e, la impresin de los miem-bros de tlue las caractersticas del orden socia l son objetivas y reales, t una rea lizac i n de los miem bros en esa ocas in especfica". Con , to. el estudioso de la etnometodologia no prerende "afirmar q ue 1,1 Inundo no es real", sino Ins bien investigar "cl mooo en tille scc..: , rGII", afi rmando tericamente que" /j sel/tido del illdil'idllo de "i"ir

  • 44

    detalladamente en qu consiste la competencia (en el sentido de "ser competente", no de competir) de quienes participan en una conver-sacin, Se trata efectivamente de los turnos, pero explorados desde el punto de ,ista de la metodologa, de las estrategias compartidas que ponen en prctica quienes 111andenen una coo\ersacin con el objetiyo, precisamente, de mantener la conyersacin, En otras pala-bras, los participantes en una conversacin siguen ciertas reglas para romar los turnos que ponen en prctica dndolas pOt descontadas, y que el anlisis conversacional se propone cyidcnciar. Entre otras cosas han encontrado que i) el orden dc los I1n'nos no est estable-cido sino que vara; ) tambin vara la anlplitud del Lurno; ji) la distribucin relati,'a de los rumos no est prefijada; i,') se utilizan mecanismos de atribucin de los (urnos, El locutor actual puede de-signal' al prximo (dirigindole, por ejemplo, una pregunta), o bien los interlocutores pueden autoucsignarsc comenzando simplemente a hablar; v) existen procedimientos para tratar los errores y violacio-nes del mecanismo de los turnos,

    Los conversacionausta5 han estudiado talnbin los procedi-mientos de iniciacin \" finalizacin de una conversacin, para lo

    -

    cual han acuado el concepto de pares adyacentes, que significa que una intervencin requiere otra intervencin relacionada tue tiene que ser pertinente. Por ejemplo, la pregunta "cmo est?" requiere una respuesta

  • En i'dan- Douglas, la creacin hum:ma dt: la que SI: tmta ::; sImple, obv-ia

    y cotidIana -en gran medida C0l110 la Illcrcanca de: i'-.lar;.,. y e:1 ttem de Durkhcim. Se trata dc la sllcit.:Jad, de la simple y corrIente sUCIedad. La comprt.:l1sln de tlut! t:S lo LJut: COI1Y1t:rlt: ;t las cosas en sUCIas () limpias ;st en la base del trabajo dl' nUl!Slra autora lendlcnlf.: ;\ c:ntcndc:r los 7'cCn.'W5 m:b illl.ll1107' dd orden Il'loral mismo, y los medio7' por los cuales la 7'ocie-dad peridicamentc se ret1W.'\.1 y reafirma sus relaciones soC;]es y "liS scmi-micntos colccriyos fundamcntales (\'\ 'ulhnow, Ilul1Ier, 13crgc7'en y Kurz\\'cil, I 98R:99).

    Es decir, a partir del anlisis de qu es lo que hace que las co-sas se c1asifit]uen como sucias o limpias, lo que se relaciona con el sistema que las clasifica como permitidas o prohibidas, se pretende acceder a la comprensin ele la \ ida social y de la cultura.

    AJ analizar los conceptos de contaminacin y tabll, la autora rechaza la idea de tue los objetos de la experiencia son en s mis-mos sucios o limpios. Para los diferentes grupos sociales algo no se distingue COlno sucio o limpio por s nlism(\ sino que siempre media una definicin social que lo clasifica como tal. Percibir no es simplemente dejar que un rgano reciba -a travs de los sentidos-una impresin de afuera ya hecha, sino que la percepcin ordena el mundo. 1.:1 tierra, por ejemplo, no es de por s sucia o limpia, sino tue se clasifica como tal si se encuentra sobre el mantel de la mesa, en los alimentos O en el pelo; es decir, si para una sociedael determi-nada, como la nuestra, se encuentra fuera ele lugar. Cada sociedad construye su propio sistema de clasificacin, el cual, dado que "la suciedad es esencialmente desorden" (Douglas, 1995:2), se relaciona con un sistema normativo que define el orden y que, en trrninos de permitido y prohibido, hace tlue el sistema de clasificacin se

    In~lIlihestc en la conducta social. (\fientras ms se avanza en el es-tuclio de esas normas relacionadas con lo sucio)' lo limpio, lo puro y lo impuro, el tab y la contaminacin, "ms obvio es que lo que estamos csntdiando son sistemas simblicos". Hl.a suciedad no es nunca un evento nico y aislado. Donde hay suciedad, hay sistet"a.

    1.0 sucio es un subproducto e1el ordenamiento l ' de la clasificacin

    'lStemtica dc la materia, puesto que ordenar implica rechazar los dl:l1lcnros inapropiaoos". En suma, ~' ... si la suciedad es algo que ,",i fuera de lugar, debemos estudiarla a travs del orden" (Douglas, f 1)95:35-36,41 ).

    U antroplogo norteamericano Clifford Geertz es tericamen-t\ "s claro al proponer el aspecto cultural de la vida cotidiana tlue p,lra l eS el sentido comn, que forma el marco, el ,eln ele fondo, ",brc el (Iue se interpreta la experiencia. Al ser un teln cle fondo, el ti l."nudo comn es [otali7ante y. se podra decir, totalitario. "Ninguna rdigin e!'i Ins dOgtllrica, njnguna ciencia es ms ambiciosa, ningu-n:l filosofa es ms ~eneral" (Gecrtz, 1993:84).

    I 'J sentido comn C~ natural, prctico, sUljl, accesible y no me-'odice). La caracterstica de Ser natural lo aselncja a la \'ida cotidiana. !.tIlIO el senlido COllln como la vida cotidiana simplemente e~tn ,tllt, simplemenre son, tienen la cualidad de la evidencia, de lo que !lo necesita dcnlostracj{m, Desde luego el sentido comn eS natural para qu:nes son miembros de la misma cultura y no para mienlbros dI' culturas diferentes. Tambin prctico, ya que es prctico clasificar ,1 los reptiles en un ambiente donde hal reptiles, () a los murcilagos donde ha)" murcilagos, o la nieve donde hay nieve. Tambin ~s sutil; romo el aire, est siempre presente en todas partes, pero no siempre "l' nota, ni silluiera necesita vcrse. Oc hecho suelcn ser los ms inte-Itgentes )' complicados los que no lo ven. Como lo narra beUalllente (,eertz: cuando l le pregunt a una mujer jm'ancsa cmo era la I !llOra del da que determinaba la conveniencia t) no de embarcarse, .,11" le contest: "no sea idiota, usted no puede ver c1martes, o s?" ((;eert7, 1993:89). El sentido comn no es metdico. Como los re-franrs, las Hbulas y las ancdotas de las (UC se extrae una ensci1anza, l 'S un pensamiento lid hor. Es tan inconsistente como la \rida misma, I lnalmcnte. el sentido cOlnn es accesible, es decir, como su nom-1m.: lo indica, cOITIn) compartido, colectivo.

    47

    I

  • 4f

    Siendo as, el sentido comn, como la vida cotidiana, es un ( jeto difcil, casi imposible de estudiar desde el punto de vista dc

    . . ClcnCla:

    Si uno lJuien: uemo

  • 50

    ",uo t:~ un I1lvddo nt:uLml, nj una calegora ''''/'IIIt1/~ ni un s iste ma de \'

  • 52

    innovacin. I:J bOl/lo sOlio/~~i(//J de Boudon es el individuo racion,,1 que busca su propio inters. Aclara que habla de una racionalidad y de un inters que estn limitados por el entorno social, pero deja muy claro que el punto de partida del paradigma que propone es el del individuo intencional, suscribindose al individualismo metodo lgico, porque segn l slo los individuos pueden tener intenciones \ no las colectividades.

    En lo quc sigue expongo unos puntos de desacuerdo con los tericos del individuali smo metodolgico, con algunos expositores de la teora de juegos (Os borne y Rubinstein, 1994) )' con todos aquellos cientticos sociales que hablan indistintamente de indivi-duos y de actores sociales, o de los individuos como actores sociales, Mi opinin es tlue los conceptos de accin indi,'idual )' de individuo no son propios de las ciencias sociales, mientras que s lo SOO, en cambio, los conceptos de accin social, prcuca social, agente social, actor social, jugador -en la teora de juegos- y Otros similares. De una manera parecida a la afirmacin de Geenz (1990:52) acerca del carcter esencialmente social del concepto de culrura como signifi-cacin, debe enfatizarse el carcter social de los conceptos de prc-tica y agente social, " de los otros conceptos relacionados. El actor social es un producto de las estructuras sociales -con la mediacin del ba/;iIIlJ-, lo cual no lleva a concebirlo como un mero portador de estructuras como lo pensaba Althusser, sino como la unidad dialc-tica de las estructuras y las prcticas que no debe entenderse como relaciones de exterioridad, como dos entidades preexistentes 'Iue se condicionan, sino como dos aspectos de una misma realidad. En otras palabras, como lo expresan Ilargreavcs l leap y Varoufakis: "En suma, si los individuos comparten una historia comn, enton-CeS el contexto social no est "detrs" de nadie \' est "en" todos,

    ,

    r entonces surge la pregunra de si ser una buena idea analizar la conducta asumiendo (como lo bacen los indi,'idualistas metodol-gicos) que el contexto)' la accin son separables" (Ilargreaves I-Ieap l' Vaorufakis, 1995:209).

    e '"H:]usiones

    ". ' h I\I

  • S4

    1 \n suma, si la vida cotidiana es lo que para los actOres simple-mente est all, lo aproblemtico, lo transparente, es justamente esta transparencia lo que la hace al mismo tiempo tan problemtica, pero tan interesante desde el puntO de ,ista de su anUsis; una excelente \'ia de ingreso para que los estudiosos de las ciencias sociales acce-Jan a la problemtica de lo social.

    Bibliografa

    ,\L\SL L'Tl \ RI, Penti. ( J 995). ResMrcb'~~ ("I/ure. Qua/iltl/i!'l' ,\ Idhod (l/Id eH/lm;l/ ~'t/ldir.f. I .ondn..:s: Sagc.

    \L1 ': X,\NDFR,JcffrcyC (198: ). \cnon :lnd i [ :-. I ~nYironmellls. EnJ C. ,\lcxan der, II Cicscn, R. \!nch y NJ SrndSl'f (Etb.). T/w .\flcro-,\llIcm 1 JI/l. Berke In: L1ni\'crs!t\' of Califorlll:l Press.

    . ,

    ________ (1989). I..m Iro17os .roo/~I!.i((/s desde la .\t'Jf,IIIIda GlIerm \!JlJldial. / lJltli.fIJ .\II1/lidilJll'l/ol/af. Buen Aires: Gedlsa.

    \LTII L'SSER, !..OUl S. (19"'7). PosiriolltJ. Barcelona: ,\nagrama. \NDERSON, :"\cb. (1961 ) . .,,)/110"0. Chic:lgo: L'ni\'l: r~jty 01" Chicago Pn.:!'is. B ER(; I ~R , P'-' ter. (19-' 1). Ptlm "l/ti leona Jf)ri(JI(~e.iCtl dr ItI T/'/~~;ll. Barcelo n:l: Kairs. BERCER, Percr y Thomas Luckm:mn. (19-6). l .t' fOllslmrci".rorial di' 1" rmlMad.

    Bueno!'> i\In:S: ,\morrortu. BOUOON, Raymond. (1992). r\clio n. En R. BOlldon (J ir.). rmit/desooIOJ!.ir. Pa

    ri s: Prc

  • "

    56

    IIOGGr\RT, f(jchard. (1958). He C'ses o/ 1-IlertlC'. rlspecls o/ lI'orkJi(g-Oass Lije, JJ'ilb Jpnilll l/llIlo de 'lrl del COlldllrllJIO social. Barcelona: PaiJs.

    OSBORNI :. \lartmJ y t\m:l Rubinstc:.in. (1994) . . I C()fltJf lll C(llIlf Tb('o~JI. Cam-bridgt, i\bssachust!ns, L(lndres: The J\IlT Press.

    PA RSONS, Talcotl. (1968). 1.# e.rlmdlf/(J de la accin socia!' ~radrjd: Guadarrama. PEREYRA, Carlos. (1 1)84). r~J .fI!ie/o d" ItI hislori(/, i\ladrid: Alianza L' nivcfsidad. RITZER, Gcorge. (1993). '{eati" Joriol1f!.,i{(1 (olllemporlllffI. Madrid: f\IcGraw-IIiU,

    Interamericana. ________ ( 1993). i>nl'tfl sorioltfwm dtisira. i\lt:xico: "leGra\\.' I/jU. ROGERS, 'Iarr. (2000). ,\Ifred Scht7. En G. Rit?er (Ed.). 'jh /J/.ekeIICol/epmloII

    lo i\ 10/01' Soci,,1 'rhronJls. Oxford: Bbckwdl. SA ,\I U EL R. (EJ.). (1981 ). Peopl,} Hlflory .IId .\0,,,,li11 Tbeoro. Lom!r