LA VERDAD Y LA MENTIRA

La VERDAD exige compromiso y hay que entenderla, investigarla. No existe la verdad de "éste", de "ése" o de aquél. Existen las RAZONES de éste, de ése o de aquél, sus maneras de pensar. Y estas razones pueden pertenecer o no a la Verdad. No existen "verdades", existe la Verdad como también existe la mentira. La verdad está mucho más allá de la opinión, del parecer. Los valores, positivos o negativos, son inmutables, no cambian porque son inherentes a la condición humana. Lo que cambia es su uso o su desuso. En el absolutista "relativismo" que impera se pierde la exactitud de la diferencia entre la Verdad y la Mentira, entre el Bien y del Mal, contrastes que son irrefutablemente objetivos, de ningún modo subjetivos. Solo son válidos los argumentos que demuestren que un modo de pensar es coherente con la verdad y sólo se respeta una manera de pensar si esta es digna de respeto y todos sin excepción pueden respetarla. El corazón (es decir, el centro de las decisiones de una persona) tiene razones que la razón no entiende. Con evasiones a la Verdad, la mentira desfila hasta tal punto que algo preocupante se genera: Una mentira repetida es una verdad asumida. El "corazón" no es otra cosa que la dimensión más profunda del yo, del espíritu y que puede experimentar muchísimas muertes. La muerte espiritual es el conjunto de tristeza, vacío, desesperanza y soledad. Los verdaderos valores que se necesitan deben de ser excéntricos, contraculturales y, además, subversivos pues en lo respectivo se alejan de la esclavitud presente en; el poder (excentricidad), el rechazo de la incultura y las formas que por "moda" son sometimiento (contraculturales) y precisan de una inversión de lo que termina siendo un orden pre-establecido y malintencionado, con sentido oculto (subversión contra los anti-valores). Los anti-valores más notorios de la actualidad y los valores que los contrarrestan son: 1. El Tener: El miedo más grande que se tiene hoy día es no tener. Se contrarresta con el Desposeimiento pues éste permite comprobar que las cosas no son más importantes que uno y que poseer conlleva a la esclavitud y a la infelicidad cuando se vive para ello. 2. El Prestigio o la Buena Fama: El miedo a la crítica paraliza al hombre actual. Ante ese miedo el orgullo y la arrogancia determinan el comportamiento. La Humildad evita que alguien viva esclavo de los juicios de los demás. Si algo es verdad es verdad; si no lo es no lo es. Así que con humildad no se es esclavo y mucho menos de banalidades. 3. El Poder: Se tiene enorme miedo a perder al auto-control y el control a los demás o contra los demás. El hombre teme a ser visto como débil según clichés establecidos. El Poder corrompe y enloquece. Por el contrario, la Entrega, el Servicio demuestra por qué es mejor dar que recibir. 4. Desorden al desear (animalidad, instintividad) : El miedo a sufrir acobarda y el hombre se vuelca en la animalidad, en la instintividad hasta perder la capacidad de aguantar los desafíos que en la vida se presentan. Esto se vence desarrollando la capacidad de soportar los momentos difíciles de modo que cuando inesperadamente lleguen puedan ser superados. Los anti-valores de una vida donde el espíritu no cuenta se parecen a "valores" y por eso es que hay personas que los siguen. No lo hacen por maldad, sino por ignorancia, que facilita que sean engañadas. Por ello es que hay gente buena hace cosas malas. El ser humano decide con base en el dinamismo de la vida que no es otra cosa que la búsqueda de la felicidad (falsa o verdadera) y por tratar de evitar miedos y temores. La vida es una cadena de decisiones que sumadas forman la manera de ser de una persona, por más inconexas que parezcan. Estar atrapado en los anti-valores, en la decadencia es algo a lo que se llega tras un lavado cerebral. En síntesis contra la decadencia, contra la mediocridad, contra eso, hay que ser excéntrico, hay que ser contracultural (contra la seudo-cultura) y hay que ser subversivo, es decir, buen "profeta". El signifcado de la palabra "profeta" es: el que anuncia (la grandeza), denuncia (la perversión) y renuncia (a la maldad)."