la tradición oral como fuente insustituible para la ... · cautelas como al resto de las fuentes...

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Palabras clave: conservación, restauración, románico, medieval, estudios previos A la población superviviente de estas tierras de la provincia de Soria, garantes de un patrimonio cultural al que dan sentido, en nombre de quienes componemos el Proyecto Cultural Soria Románica La tradición positivista del siglo XIX enseñó la necesidad del texto escrito como fuente documental canónica, entonces prácticamente única, a la que tenía que recurrir el inves- tigador (historiador, filólogo…) para obtener datos fiables que le sirvieran para armar su discurso científico. Fruto de esa necesidad fueron las labores monumentales de recopila- ción de fuentes medievales iniciada por la erudición germana o francesa (Monumenta Ger- maniae Historica, Corpus Inscriptionum Latinarum, Analecta Hymnica, Patrologia Latina, Patrologia Graeca… entre otros ejemplos). Los correspondientes Monumenta Hispaniae His- torica quedaron solo en proyecto por la Guerra Civil, habiendo de conformarnos con la obra de los eruditos que desde el siglo XVI se dedicaron a la ardua tarea de recopilación documental, que incluía viajes y visita a los lugares donde estaba la documentación, en penosa peregrinación. Así, Ambrosio de Morales, Nicolás Antonio, o los plenamente ilus- trados Jerónimo Feijoo, Gregorio Mayáns y Siscar, Masdeu, Andrés Marcos Burriel, Jaime de Villanueva, el padre Flórez, o Manuel Risco. Estos esfuerzos recopilatorios comenzados con las fuentes escritas tuvieron su contra- partida en el terreno de la cultura material con la labor de los anticuarios, pioneros que, aun con raíces claras desde el siglo XVI y anticipados por Winckelmann (1717-1768), des- arrollaron en el Ottocento una verdadera labor de conceptualización e inventario, colec- cionando dibujos de “monumentos” y “estatuas”, preferentemente grecolatinas, con el mismo empuje con que otros acumulaban textos venerandos. También es en el siglo XIX cuando comienza la historia consciente de la restauración-conservación del Patrimonio Cultural de carácter material, primero del construido (Molina, 2005) y aplicando más El Filandar / O Fiadeiro. Publicación Ibérica de Antropología y Culturas Populares 2012, n.º 19, pp. 61 a 78 La tradición oral como fuente insustituible para la intervención en el patrimonio artístico medieval JOSEMI LORENZO ARRIBAS Proyecto Cultural Soria Románica* Resumen: Se reivindica la tradición oral como fuente válida de aplicación a la hora de intervenir sobre patrimonio artístico medieval. La información que aporta sobre reformas, usos y prácticas devocionales la hace fuente de pleno derecho, y no solamente complementaria a falta de otras “mejores”. En el Proyecto Cultural Soria Románica se ha incluido un muestreo oral sistematizado referido a los 35 templos objetos de intervención, con igual categoría que otros “estudios previos” al uso, sentando un precedente que imbrica distintos tipos de Patrimonio Cultural que habitual- mente se yuxtaponen, pero no se imbrican.

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Palabras clave: conservación, restauración, románico, medieval, estudios previos

A la población superviviente de estas tierras de la provincia de Soria, garantes de un patrimonio cultural al que dan sentido,

en nombre de quienes componemos el Proyecto Cultural Soria Románica

La tradición positivista del siglo XIX enseñó la necesidad del texto escrito como fuentedocumental canónica, entonces prácticamente única, a la que tenía que recurrir el inves-tigador (historiador, filólogo…) para obtener datos fiables que le sirvieran para armar sudiscurso científico. Fruto de esa necesidad fueron las labores monumentales de recopila-ción de fuentes medievales iniciada por la erudición germana o francesa (Monumenta Ger-maniae Historica, Corpus Inscriptionum Latinarum, Analecta Hymnica, Patrologia Latina,Patrologia Graeca… entre otros ejemplos). Los correspondientes Monumenta Hispaniae His-torica quedaron solo en proyecto por la Guerra Civil, habiendo de conformarnos con laobra de los eruditos que desde el siglo XVI se dedicaron a la ardua tarea de recopilacióndocumental, que incluía viajes y visita a los lugares donde estaba la documentación, enpenosa peregrinación. Así, Ambrosio de Morales, Nicolás Antonio, o los plenamente ilus-trados Jerónimo Feijoo, Gregorio Mayáns y Siscar, Masdeu, Andrés Marcos Burriel, Jaimede Villanueva, el padre Flórez, o Manuel Risco.

Estos esfuerzos recopilatorios comenzados con las fuentes escritas tuvieron su contra-partida en el terreno de la cultura material con la labor de los anticuarios, pioneros que,aun con raíces claras desde el siglo XVI y anticipados por Winckelmann (1717-1768), des-arrollaron en el Ottocento una verdadera labor de conceptualización e inventario, colec-cionando dibujos de “monumentos” y “estatuas”, preferentemente grecolatinas, con elmismo empuje con que otros acumulaban textos venerandos. También es en el siglo XIXcuando comienza la historia consciente de la restauración-conservación del PatrimonioCultural de carácter material, primero del construido (Molina, 2005) y aplicando más

El Filandar / O Fiadeiro. Publicación Ibérica de Antropología y Culturas Populares2012, n.º 19, pp. 61 a 78

La tradición oral como fuente insustituible para la intervención en el patrimonio artístico medieval

JOSEMI LORENZO ARRIBAS

Proyecto Cultural Soria Románica*

Resumen: Se reivindica la tradición oral como fuente válida de aplicación a la hora de intervenirsobre patrimonio artístico medieval. La información que aporta sobre reformas, usos y prácticasdevocionales la hace fuente de pleno derecho, y no solamente complementaria a falta de otras“mejores”. En el Proyecto Cultural Soria Románica se ha incluido un muestreo oral sistematizadoreferido a los 35 templos objetos de intervención, con igual categoría que otros “estudios previos”al uso, sentando un precedente que imbrica distintos tipos de Patrimonio Cultural que habitual-mente se yuxtaponen, pero no se imbrican.

tarde la misma metodología a los bienes muebles. Las intervenciones sobre tal Patrimoniose comienzan a realizar desde planteamientos teóricos previos, aunque las teorías oscilenentre extremos contrapuestos. Desde entonces un vaivén de criterios y modas se sucede,hasta llegar al día de hoy, en que impera una tendencia cada vez más acusada y necesariade contar con el soporte de estudios previos que orienten y ofrezcan la mayor cantidad deinformación posible con el fin de que el proyecto de obra se ajuste convenientemente alas necesidades de cada bien a intervenir. Si bien es cierto que la tendencia actual en mu-chos casos pasa por una sobrevaloración de los estudios técnicos de variado tipo y con-dición (“la tiranía del laboratorio”, en palabras de Javier Rivera Blanco 2008: 221-222) endetrimento de otros que frecuentemente se obvian (me refiero a la labor historiográficay documental que se deben realizar desde la Historia y la Historia del Arte), no lo esmenos que en las intervenciones de hoy se exigen una serie de investigaciones que habránde plasmarse en sus correspondientes Memorias. El arquitecto o el restaurador no estásolo, y no debe estarlo, como nadie a la hora de enfrentarse a un todo histórico complejo,sea una talla o, en el caso extremo, un edificio.

Cuando se trata de recoger las fuentes de carácter histórico utilizables para realizar es-tudios previos a la restauración de Patrimonio histórico-artístico (sea un edificio, una talla,una pieza textil…), o investigaciones para interpretar un edificio o un bien mueble, la bi-bliografía (escasa) suele referirse a fuentes de naturaleza textual y gráfica. Entre las prime-ras, la subdivisión más frecuente se establece en: Epigráficas (numismáticas/gliptográficas),Archivísticas (Archivos Parroquiales, la Sección Civil de los Diocesanos, Protocolos, Mu-nicipales y particulares) y Hemerográficas. Las segundas, un aporte valiosísimo, allega almaterial propedéutico las fuentes gráficas: grabados, fotografía histórica, cartografía, do-cumentación fílmica (antiguos documentales, encargos de empresas…), y trazas, en elmejor de los casos. De estos materiales suele componerse la materia prima que presta so-porte a la labor de historiadores, historiadores del Arte, documentalistas que asisten a ar-quitectos y restauradores de cara a tomar las decisiones oportunas, más convenientes ymejor documentadas en la difícil tarea de intervenir un bien de interés histórico-artístico.Esta necesidad, dicho sea de paso, no se ve correspondida con los correspondientes cu-rrículos académicos de las carreras de Historia e Historia del Arte, que no incluyen nimétodo, ni prácticas, ni reflexión muchas veces, sobre cómo enfrentarse a esta tarea, quecuriosamente es una de las ocupaciones profesionales específicas de quienes se preparanpara ejercer esta profesión.

Es cierto que una imagen vale más que mil palabras, pero cuando no hay representacióngráfica que valga, estas pueden ser un soporte fundamental de información para recons-truir una hechura perdida. Incluso habiendo imagen conservada de cierta antigüedad, lainformación de primera mano puede ayudar a interpretarla con mucha mayor precisión.Los historiadores tradicionalmente hemos centrado la atención en el soporte escrito, sal-picado con referencias a fuentes gráficas. De hecho, el jalón fundamental que divide laPrehistoria de la Historia, en las interpretaciones tradicionales, hacía de la invención deesta el jalón en torno al cual establecer un antes y un después.

Pero hay otros registros que ofrecen documentación válida para la intervención sobrePatrimonio material, como el oral, también de contenido histórico, si se trata con meto-dología adecuada, como cualquier otra fuente. Hasta hace poco, ha parecido interesarsolo a la etnografía y la antropología, así como a la literatura comparada. Tímidamenteha comenzado a implantarse en la Historia Contemporánea para tratar de aportar nuevasfuentes a sucesos vividos por las/os informantes (”historia del tiempo presente”), o cen-trándose en las “historias de vida”, demostrando su potencia, algo que ya venían avisandodesde hace décadas profesionales de la antropología y la etnografía. Pero no solamenteinteresa a la Historia Contemporánea, sino que la tradición oral puede informar y aportar

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datos de interés a cualquier periodo cronológico, utilizándola con la metodología ade-cuada y las correspondientes cautelas críticas (un planteamiento excelente en Olmos Her-guedas 1998: 1-12).

De nuestra experiencia en el trabajo con el antes llamado Patrimonio histórico-artísticonos consta que para conocer un bien románico, por ejemplo, es imprescindible la consultade las fuentes posteriores al momento de su factura (modernas y contemporáneas). Pri-mero, porque esos siglos produjeron tipos documentales (libros de fábrica, por ejemplo)que no existieron en el periodo plenomedieval que alumbró estos templos, y tales docu-mentos recogen intervenciones y noticias sobre la fábrica primitiva que nos permiten do-cumentar destrucciones, reparos, modificaciones… que nos dan la pista para,reconstruyendo hacia atrás la historia, articular hipótesis fiables sobre el edificio (o bienmueble) primigenio. Segundo, porque toda investigación histórica ha de incluir la cate-goría de proceso (diacronía) como principio rector de su quehacer, máxime cuando tra-bajamos con organismos vivos (un inmueble o una talla lo son), biografiables yfrecuentemente en uso todavía. En tercer lugar y último, porque la fuente oral ha sidoempleada con éxito en distintas investigaciones que historian, no ya instituciones o rea-lidades inmateriales de origen medieval (literatura, tradiciones, o fiestas, estas últimasabordadas desde la etnohistoria en Olmos Herguedas 1995), sino otras materiales (porejemplo el aprovechamiento de los recursos hidráulicos por el mismo autor en 1998).

No se puede continuar descartando la fuente oral como una fuente de conocimientomás a la hora de recopilar toda la información relativa a un bien cultural. Si lentamentela llamada “historia oral” ha ido abriendo su hueco en la historiografía, hora es de quetambién se la considere como fuente de pleno derecho en los proyectos de restauración(en Francia, sin tener que ver con el tema que se propone, aunque sí de un modo colateral,se han comenzado a recopilar archivos orales de prácticas y usos de la fe católica en elsiglo XX: Descamps 2009). De hecho, es la fuente oral, a la que hay que tratar con tantascautelas como al resto de las fuentes históricas y aplicarle la misma crítica, la que muchasveces soluciona de un plumazo algunos aspectos que de otro modo nos costaría muchomás tiempo descubrir. También en su día se vio la necesidad de poner en cuarentena lainformación extraída de cronicones y relatos similares, y dio lugar a la seiscentista Censurade historias fabulosas de Nicolás Antonio publicada en 1742 por Gregorio Mayans y Siscar.No por ello se resintió la fuente escrita.

Aunque los distintos tipos de Patrimonio Cultural suelen citarse en letanía en textoslegales y de gestión cultural, falta mucho para que la tradición oral (Patrimonio inmaterial)se imbrique con otros, y no deje meramente de yuxtaponerse. Es necesaria incluso cuandosobre un mismo bien es intervenido por un equipo interdisciplinar de profesionales. Lafuente oral no entiende de profesiones, títulos o capacitaciones administrativas. Está viva,y escapa a los protocolizados (o espontáneos, que es peor) procesos de intervención.

El relato oral como fuente documental válida

Se habla de tradición oral casi exclusivamente como parte de ese difuso Patrimonio in-material que se ha puesto de moda citar, pero que tiene evidentes problemas de definicióny alcance, y cuánto más de ofrecerle la protección legal que merece. Es frecuente que apa-rezca, casi como muletilla, en textos normativos o grandilocuentes declaraciones de prin-cipios de instituciones públicas. Lo cierto es que más allá de la petición de indefinidas“recopilaciones”, o la necesidad de que tal Patrimonio sirva a los conceptos desgastadoscasi antes de implantarse de “dinamización territorial” o “puesta en valor”, no se apreciauna “utilidad” concreta y efectiva, razón por la que la jerga al uso amenaza con arrinconar

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64este caudal de conocimiento siempre en trance de desaparición a la prosa administrativay técnica.

En este caso, nos referimos a la valencia de la tradición oral como corpus documentalde aplicación a la hora de aquilatar criterios y líneas de actuación para la intervenciónsobre Patrimonio tangible. Además, la información que puede aportar sobre reformas,usos y prácticas devocionales hace de esta información fuente de pleno derecho, y no so-lamente complementaria a falta de otras “mejores”. Cada fuente es susceptible de noticiasdistintas. Por supuesto, y como decíamos, esta fuente ha de ser sometida a la misma críticaque el resto. La mejor, en este sentido, o la más fiable, es aquella que no está influida porel registro culto, por llamarlo de alguna forma. Tímidamente, se ha reconocido el valorque puede tener a la hora de interpretar programas iconográficos (Yarza 1989), pero locierto es que no hay prácticamente reflexión escrita sobre esta relación.

Si bien desde que comenzamos a trabajar en el Proyecto Cultural Soria Románica nosdimos cuenta del enorme valor que tenían los testimonios de la población local con laque hablábamos en las frecuentes visitas que hacíamos a los pueblos donde interveníamos(tanto en las previas como en las propiamente de obra), no nos decidimos a sistematizarla recogida de datos hasta el año 2010. En esta decisión influyeron varios factores: en pri-mer lugar, la sensibilidad que teníamos hacia este tipo de información, por la calidad delos datos que se obtenían a partir de ella, y por las derivas profesionales de algunos miem-bros del equipo que conformamos la Oficina Técnica, que ya habíamos empleado e in-corporado, más asistemáticamente, los relatos orales como parte de la documentaciónentregada en encargos puntuales previos de estudios históricos de este o aquel templo, yen nuestras visitas nos habíamos preocupado de inquirir por estos aspectos2. Muy rela-cionado con este punto se halla la propia vocación de “proyecto cultural”, que va másallá de la “restauración” al uso y de la mera resolución de problemas técnicos, y que buscadinamizar culturalmente un territorio, reconociendo (no dando) el valor que merece laexperiencia de la gente que habita y da sentido a ese Patrimonio que se nos ha encomen-dado intervenir. En segundo lugar, la constatación de la letal dentellada que el éxodorural, y la consiguiente despoblación, ha producido el ámbito de nuestra intervención

Foto: Inés Santa-Ola-lla, Proyecto CulturalSoria RománicaGrafito en el coro dela parroquia de Vea(Soria )

(sur de la provincia de Soria), que como provincia registra la menor densidad poblacionalde Europa. Siendo un proyecto de conservación-restauración, es obvio que se justificabael desembolso que implicó la recogida de estos relatos orales abocados a su desapariciónsin apenas herederos que recojan el testigo. Un grafito inscrito a lápiz, documentado enel coro de la arruinada parroquia de Vea lo expresa apodícticamente:

Día 21 de octubre de 1962.Se ba terminando el pueblo ya se ha terminado la fiesta que no sé si habrámás año porque desaparecen unos 90% 10 (sic)de los vecinos.Firma Marcos LeónVea.

No exageramos si decimos que la población encuestada (vid. Apéndice II) supone másdel 10% de la gente que duerme en invierno en tales localidades, por lo que la muestraes cuantitativamente significativa, excluidas las poblaciones de Almazán y San Estebande Gormaz, que con alrededor de cinco mil y dos mil habitantes censados son de las ma-yores de la provincia (en Mosarejos, donde actualmente solo vive un pastor, no fue posibleencontrar informantes disponibles, a pesar de los esfuerzos). Finalmente, y no es un apar-tado menor, las óptimas condiciones de trabajo en que se desarrolló el Proyecto permi-tieron este tipo de inversiones que de otro modo se complican mucho.

Los historiadores/documentalistas saben que este tipo de dato de procedencia oral apa-rece con cierta frecuencia en la documentación histórica stricto sensu, recogida por escrito.Sería una tradición oral indirecta, que hay que someter a la crítica correspondiente. El re-curso a lo que “los naturales dicen” se filtra incluso en fuentes que no propenden a ello,como los Libros de Fábrica:

dio licencia a Pedro Pascual, vecino de esta villa, para que reedifique un huertoen una pradera que llaman de San Martín sin pena alguna, sacando una pila bautis-mal que en ella hay en la parte que más decente puede quedar, con una cruz en ellaen memoria de dicha parroquia antigua que allí dicen había” (Calatañazor, 1630, di-ciembre, 16. ADO-S, Libro 96/38, f. 162v).

En otras ocasiones, noticias preciosas se cuelan en estos libros consecuencia de unaaveriguación cuasi judicial, lo cual implica declaraciones de testigos. El siguiente apunte,referente a la ermita de los Santos Mártires de Garray (entonces advocada a San Miguel),uno de los templos de origen románico más sobresalientes de la provincia de Soria, recogeun invaluable dato de principios del siglo XVI asociado a las reliquias de tales santos, einmediatamente después de que un mandato, consecuencia de una visita pastoral, ordene“Que se betune o encale la piedra donde están las reliquias”:

Item. Que por cuanto ha sido informado que en Torremuña están ciertas escriturasy testimonios de los mártires y emparedada que está en San Miguel, las cuales escri-turas dicen que llevó un sacristán de la dicha iglesia de San Miguel y después fuecura en Torremuña y murió en el dicho lugar de Torremuña, y en su testamento ma-nifestó según dicen que las tenía y que fuesen por ellas, mandó a Jhoanes de Arévalo,teniente de cura, so pena de un florín para la fábrica, que solicite de saber lo sobre-dicho y tenga medio con el pueblo que se hayan estos testimonios, y si hallare algu-nos testigos que vieron leer los dichos testimonios o los leyeron hombres viejos losasiente aquí con autoridad de notario y testigos, y así el dicho visitador tomó jura-mento a Gil González, vecino de este lugar, que ha edad de 60 años, en presenciade Sancho de la Flor, notario infrascrito y testigos, so cargo del juramento dijo: quesiendo pequeño vio leer las escrituras donde relataba la vida de Nereo y Arquileo(sic) y Pancracio, mártires, y de la emparedada, y así oyó decir en sus pasados que es-taban allí los huesos de estos mártires, fecho ut supra, testigos Alvar González y MartínMuñoz y Antonio Martínez, estudiante, y yo González, hijo del dicho Gil González,testigo jurado, entiéndese haga el teniente de cura la diligencia a costa y con limosnasdel pueblo (1526, mayo, 14. Garray, Libro Carta Cuenta, 1515-1610, f. 31v [Archivo

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del Espino, Ref. 5.2.2. Actualmente el libro se encuentra en la casa parroquial]. Agra-dezco a la investigadora Joaquina Peña esta referencia).

El testimonio oral de Gil González, que se remonta hacia 1475, apuntado convenien-temente, es la única referencia conocida en la actual provincia de Soria a la existencia “dela emparedada”, seguramente una mujer que practicó esa una bajomedieval de expresiónde la devoción que consistía en recluirse entre cuatro paredes para llevar una vida ascéticay de oración, tan solo unidas al mundo por una reja al exterior. Si tal celda se asociaba aun templo, pudo dejar huella material sobre sus muros, una pista interesante a la hora deestudiar la hoy llamada ermita de los Santos Mártires de Garray (un ejemplo contempo-ráneo y geográficamente cercano de emparedamiento femenino en Jimeno Jurío 1997).

En el Diccionario encargado por Tomás López correspondiente a la provincia de Za-mora, cuya edición estamos ultimando, el informante que da cuenta de la localidad sa-nabresa de Porto asegura en 1798 que:

en el lugar de San Agustín, en su yglesia parroquial, ay un sepulcro antiguo en lapared de ella, que contiene unos güesos humanos, que se ignora de quién sean, aun-que los naturales dicen que son del santo doctor titular, pero no hay documento quelo apoye ni acredite” (BN.- Ms 7312, f. 243r: Lorenzo, en prensa).

Otras veces el recurso a la tradición oral aclara las correctas advocaciones de imágenesno identificables por otros medios, como el San Leandro y San Isidoro en bulto del reta-blo mayor de la iglesia de San Pedro en Caracena… Pero además de estos testimoniosorales indirectos, decidimos pasar a los directos, a los recogidos de viva voz, conscientesde que tales registros, conservados en archivos de audio, constituyen de por sí un nuevodocumento histórico para las generaciones futuras. Esta fuente oral contemporánea puedeofrecer dos tipos de información distinta, de interés para la intervención sobre un biencultural:

EMPÍRICA: sobre aspectos constructivos no conocidos ni recogidos por otras fuen-tes. La viva voz de personas que han participado en, o han sido testigos de, la obrade un bien, y se acuerdan de actuaciones invisibles o dan solución a problemas sinaparente explicación. Este tipo de información resuelve problemas de diagnósticoy puede servir de principio guía proyectual.

APRENDIDA: leyendas, significados o tradiciones adscritas a un edificio o un bienmueble que aportan un plus y nuevamente pueden establecer prioridades de inter-vención. Por ejemplo, ayudan a situar las interacciones entre el gusto popular y loscriterios vigentes de restauración-conservación, para valorar e integrar estas mani-festaciones como un elemento más, junto a otros, a la hora de tomar una decisión(Esteras y Lorenzo, 2009).

Este contacto con la población local, más allá de la relación de ir a buscar una llave deun templo o pedir un pequeño favor para desarrollar la tarea (una escalera, un objeto cus-todiado en una casa particular…), frecuentemente se produce por quienes están cada díaa pie de obra, pero no por quien toma las decisiones últimas, el arquitecto, por lo general,que ha de tener la sensibilidad suficiente, el tiempo y la posibilidad, para preguntar al ve-cindario o a los encargados de la obra por este tipo de comentarios. Si bien esta informa-ción no se suele despreciar y es habitualmente escuchada, pues es costumbre que la gentemayor residente en los lugares de intervención se acerque por la obra en la medida de susposibilidades y cuente, y a veces hasta el responsable de la obra se entera, es justo reco-nocer también autorías en la medida de las posibilidades, y que se ha contado con el re-curso a esta fuente. Así, también la intervención sobre un bien material se convierte enuna oportunidad de intercambio entre colectivos que habitualmente conviven de espal-das: los técnicos y la población local. No es lo más habitual, aunque también ocurre porparte de investigadores agradecidos y escrupulosos. Al menos, en nuestro caso, ha sido

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67un motivo fundamental que nos decidió a embarcarnos en este proyecto. Un ejemploespigado de la bibliografía refleja lo que queremos expresar, y así, en trabajos realizadosa comienzos de los años ochenta del siglo XX en Puente la Reina (Navarra), dice el autor,en el contexto de la intervención arqueológica para descubrir el séptimo arco del famosopuente románico que forma parte del Camino de Santiago:

Aunque la financiación y seguimiento de estas obras la llevó la Institución Príncipede Viana, en la Sección de Patrimonio Arquitectónico del Servicio de PatrimonioHistórico no consta ningún registro sobre este particular; parece ser que este pozo decimentación se rellenó con rapidez de hormigón, sin que mediara ningún tipo deregistro gráfico ni mucho menos un seguimiento arqueológico (Armendáriz Martija,2002-2003: 182, nota 10).

Ese “parece ser” está aludiendo a la información obtenida por vía oral. Algo similarnos ocurrió al hacer una cata arqueológica al exterior del ábside de la iglesia de San Miguelde San Esteban de Gormaz, cuyo perímetro exterior en su mitad meridional se rellenótambién con un hormigón densísimo en los años ochenta, y que solo descubrimos enese momento, sin que nos explicáramos el porqué. La razón de tal hormigonado fue laerrónea creencia de que así se eliminaban las humedades que aquejaban por la cabeceraal templo. De haber sabido esta información previamente, la cata que topó con dicha za-pata de hormigón se hubiera realizado en otro lugar. De poco valió el hecho agravantede que nos hallamos ante un “Monumento Nacional”, sobre el que cualquier intervencióndebiera ser avalada por la Administración competente.

Un subtipo complejo de relato patrimonial: las tradiciones orales pseudoeruditas

Ciertamente, los relatos que mezclan niveles culto y popular dan lugar a jugosos análisissusceptibles de un rico abanico de lecturas, esas que llamo tradiciones orales pseudoeruditas,donde un informante que representa aparentemente y maneja un código de información

El autor recabandodatos con una vecinade Matanza de Soriaal término de unaJornada de PuertasAbiertas (febrero2010)

popular maneja y reelabora datos que provienen de la investigación académica. Dan lugara curiosas confusiones y preciosos textos nuevos. Un caso particular de contaminación esla que vincula, en origen por tradición oral, la leyenda de los Siete Infantes de Lara conla galería románica porticada de Omeñaca (Soria), que quiere que cada uno de los arcoscon que ha llegado hasta hoy esa galería fueran abiertos por los míticos personajes (Esterasy Lorenzo, 2012). Un caso distinto es el posible origen erudito de las dos fases construc-tivas de San Pedro de la Nave (Zamora) de relatos de apariencia canónicamente tradicionalrecogidos en boca de la población que llegó a conocer el templo en su primitivo empla-zamiento (Lorenzo, 2006), o la identificación de Castillejo de Robledo (Soria) como ellugar donde ocurriese la cidiana Afrenta de Corpes, a raíz del descubrimiento de unasfragmentarias pinturas góticas en su iglesia parroquial a finales de los años cuarenta delsiglo XX que el entusiasta párroco (Eustaquio Pastor) empleó para reforzar la tesis pida-liana que situaba el legendario paraje en otro punto más al sur.

De hecho, a la hora de abordar una intervención restauradora-conservadora es funda-mental el concurso de la gente del lugar, y más en los sitios pequeños, donde los edificiosque se intervienen, aun en su modestia, son verdaderos referentes locales, y de cualquierintervención previa suele quedar memoria, no sólo que sitúe en el tiempo cuándo acaeciósino, en muchos casos, aportando detalles concretos de la reparación que se realizó, mos-trando fotografías o relacionando datos preciosos para la documentación previa. Abun-dando, vamos más allá y reclamamos la obligación en las intervenciones realizadas condinero público, la inmensa mayoría, de documentar la fuente oral y dejar registro, porquepor su propia naturaleza se pierden y no dejan constancia si no se recogen y archivan enel soporte que sea. Es decir, que como las palabras se las lleva el viento, la documentaciónde lo que la población local piensa y dice en torno a un edificio debiera ser tarea básicaa incluir en la Memoria de restauración.

El objetivo último sería doble. Por un lado, en su formato correspondiente, ordenar yconservar este Patrimonio oral recabado con motivo de una intervención. Por otro, ins-cribir su información en la propia obra a realizar, sabiendo que las intangibles palabrasde una comunidad en un momento dado, se han tenido en cuenta a la hora de actuarsobre un bien, casi siempre por técnicos ajenos a dicha sociedad y desconocedores delsentido último de lo que el edificio o el bien mueble significan para quienes lo han con-servado.

Algunos datos interesantes recogidos en el transcurso del muestreo oral

Las informaciones recogidas son de variada índole en lo que atañe a las cuestiones “deobra”. De particular interés nos han resultado las historias narradas por los vecinos de Vi-llálvaro, en cuya ermita de Ntra. Sra. de Lagunas hemos realizado una intervención inte-gral, cuando el templo estaba a punto de colapsar. Estos relatos explican y datan desdegrafitos incisos en el templo, cuando ha habido la suerte de localizar al autor, al expoliobrutal sufrido por la portada románica del templo, derribada para su robo por unos la-drones que se ayudaron de un vehículo y cables que fijaron a la misma. La colaboraciónvecinal ayudó a recuperar y conservar un gran número de sillares y dovelas decorados dela misma, almacenándolas en la antigua fragua, y hoy por fin devueltos a la restituidaportada. Por un vecino sabemos también que una ménsula que se situaba justo encimade este vano era conocida como la horca, por el convencimiento de que “antiguamentedebían colgar ahí a los malhechores, y por eso se llamaría así”. Las comprobaciones pos-teriores con las fotografías antiguas proporcionadas por los naturales del lugar corrobo-raron la versión, y ahí estaba la pretendida “horca” sobre la chambrana que protegía laarquivolta exterior. También ellos nos informaron que esta pieza, caída con el derrumbe

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69provocado por el robo, la recogió un vecino “y la puso en la «barbacana» de la ermita deSan Pedro”, efectivamente, un murete que contiene tierras del recinto propio de este otrotemplo, en el acusado talud en que se encuentra.

De esta ermita de Villálvaro procede también un relato conocido por los estudiosos detradiciones orales y leyendas. La talla de la Virgen de Lagunas, una imagen gótica de Vir-gen con Niño, restaurada también por el Proyecto Cultural Soria Románica, fue apedreadapor unos zagales, informaba uno de los que participó en la acción, cuando la Virgen mos-tró poco celo a la hora de cumplir las expectativas que de ella se esperaban. Al parecer,los chavales se aburrían en el campo cuidando el ganado, y en ocasiones, cuando ronda-ban la ermita, sacaban la talla a vigilar las ovejas mientras ellos abandonaban dicho co-metido, yéndose a hacer de las suyas. Una vez, a la vuelta, el ganado pacía en lossembrados de alubias ante la impertérrita escultura, que fue juzgada como culpable delresultado por omisión, consecuencia de lo cual la apedrearon. Esta actitud entra de llenodentro de pautas ritualizadas de relación entre devotas/os e imágenes sagradas, como lamoja de reliquias, los baños de Santa Orosia… en el marco de las rogativas pro pluvia yadocumentadas en el siglo XVI (Cruz, 2010: 464-469; con su contraparte en los periodosrevolucionarios: “Para ser iconoclasta, es preciso haber sido antes profundamente idóla-tra”, Hernando, 2009: 143ss). Otro informante, de unos ochenta años, preguntado sobreel mismo tema uno de los días que nos acercamos al templo a realizar el seguimiento dela obra, añadió un dato curioso. Fue su tío y otros dos los que cometieron el atropello. Y“los tres murieron mal”, aquejados de grandes dolores, añadió el paisano, poniéndolo enrelación con el ultraje, volviendo a humanizar a la talla, que igual que protege, castiga.Otro ejemplo, recogido por mí en San Andrés del Congosto (Guadalajara) es la imagende San Roque que se conserva en su iglesia parroquial. Sacado en rogativa, ya en el sigloXX, para que librara al pueblo del pedrisco, este cayó arruinando la cosecha. Indignadopor la pasividad del santo, el pueblo castigó a la talla situándola de cara a la pared en elpropio templo, y en lugar menos preferente, realizando una réplica de la misma, queahora ocupa el puesto de la anterior.

Fotografía de la ermita de Lagunas en Villálvaro (1956),muy poco antes de su abandono, facilitadapor los vecinos delpueblo

En muchos otros casos, el concurso de la población local ha permitido datar con razo-nable precisión ciertos elementos del templo. Así, en San Esteban de Gormaz, gracias ala memoria de uno de los informantes supimos que los pares de la cubierta de la galeríaporticada de la iglesia de San Miguel procedían del desmonte del antiguo coro, con loque se registran varias informaciones a un tiempo. En Bocigas de Perales la memoria ve-cinal resolvió los problemas del perímetro inicial del murete que delimitaba el recintopropio de la parroquia, alterado hace unas décadas e invisible en los libros de fábrica. Paradocumentar la presencia de exvotos (trenzas, una bandera militar, pañuelitos y ramos denovia) conservados en la ermita de la Virgen del Val en Pedro, datados de 1929 en ade-lante, las narraciones sobre los mismos han sido el único soporte documental que hemosencontrado disponible, dado que por su propia naturaleza son objetos que no suelen apa-recer en ningún otro lado… De cada intervención, realizado el muestreo correspondiente,podrían escribirse muchas páginas.

Finalmente, el concurso de la tradición oral puede resolver usos y denominaciones queaparecen en la documentación histórica parroquial de manera confusa, ambigua o direc-tamente desconocida. Es el caso, por ejemplo, de la “claustra” en la iglesia de Ntra. Sra.del Castillo, en Calatañazor, que en los libros de fábrica se cita en diversas ocasiones,pero también alguna vez con doble denominación como “claustra alta” y “claustra baja”,y los naturales (Santiago Vinuesa Soria, nacido en 1934, y Andrés Soria Salas –1929–) si-túan indefectiblemente en el antiguo cementerio de la parte septentrional del edificio.

Beneficios colaterales: informaciones recogidas que no atañen a intervenciones

Integrar la fuente oral como fuente documental desde un aspecto estructural del propioproyecto de Intervención, bien planteada, tiene también una serie de beneficios sinérgicos.Se trataría de no considerar a la población local simplemente como una fuente de infor-mación, sino aprovechar y vincularla al proyecto escuchando su opinión y presentándoleuna propuesta de trabajo, al menos cuando se trata de edificios que esa misma poblaciónha utilizado secularmente. De este modo, además del gesto de respeto y consideración(al fin y al cabo, esa gente lo ha disfrutado, y serán los principales usuarios una vez nosmarchemos), se imbrica el sector técnico (quienes restauran) con la gente de a pie. Porotro lado, la relación de confianza que se puede establecer da la posibilidad de descubrir,y dar noticia, de bienes culturales que se hallan en poder privado, o que se desconocían,permitiendo incluso su pactada recuperación en ocasiones.

Interesantes, por otra parte, son las informaciones que atañen a leyendas tipificadasque explican la despoblación de un lugar, como la que se recogió en Gormaz, de boca deJosé Palomar Galán (nacido en 1932), hijo del pueblo, quien cuenta, referente al despo-blado de Torrevides, situado al norte del pueblo, a unos dos kilómetros, los porqués delabandono del pueblo y de un convento, achacando la causa de este último a los mosqui-tos, sustituyendo a las hormigas, tradicionales responsables de este tipo de narración mí-tica (Pedrosa, 2010):

me decía mi abuelo Fernando que eran veinticinco mil habitantes, y empezarona atacar, atacar y atacar las dos ligas y se tuvieron que marchar, qué te parece, en To-rrevides (…) Como aquí en la desa que se llama el convento, allí había un conventode frailes, y por los mosquitos me decía mi abuelo Fernando los tuvieron que llevaral convento la Vid, se tuvieron que deshacer de esto y marcharse al convento la Vid,¡por los mosquitos!

Benita Molina (nacida en 1943), de Aguilera, contaba un curioso relato de un presuntotiempo en que el pueblo quedó con un único habitante:

Luego, yo le he oído a mi padre contar, ya no sé si tiene que ver mucho con laiglesia o no, que llegó a quedarse un vecino solo en el pueblo (…) Bueno, pues ya,

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71dice, el hombre se veía, claro, se veía qué hacemos aquí, yo solo y tal. Convocó unconcejo, claro, estaba él solo y siempre venían a concejo con el jarro de vino. Mien-tras charlaban y deliberaban y todo le daban vuelta al jarro (…) Total que dice, llegaél al Ayuntamiento, se quita la montera, porque eso eran muy respetuosos, llegabanal Ayuntamiento y todo el mundo se descubría la montera y puso en un lao el jarro,y en el otro lao la montera. Vamos a ver qué hacemos… Tú qué dices, jarro, y túqué dices, montera. Claro, nadie… Tú no dices nada, jarro, y tú tampoco, montera.¡Pues quietos en Aguilera! Y luego yo qué sé lo que haría, ya el hombre cómo searreglaría…

En este punto, los vecinos son casi los únicos que pueden informar de la procedenciade ciertos bienes muebles, traídos en ocasiones de iglesias en ruina o pertenecientes a des-poblados recientes, o incluso encontrados mientras se faena en el campo, cuando la rejadel arado topa con un objeto.

Damos cuenta de algunas de las muchas tradiciones documentadas al hilo de la recogidade datos de las iglesias intervenidas. La ceremonia de la Bendición de Campos está mi-nuciosamente descrita en Los Llamosos, cuando se acercaban ceremonialmente a “el robleconjuro”, o cómo se “cortaba el vuelo” de las campanas cuando se bandeaban, las danzasde palos y la presencia del zarragón en dicho pueblo. En Matanza de Soria las mujeresencuestadas cantaron además repertorio sacro (Lavatorio de los pies, Oración al Santísimo yCanción del arado, referente esta a la Pasión de Cristo), así como en Castillejo de Robledo.En Caltojar se informa de la procesión del día del Pilar y el baile de la jota que antigua-mente bailaban los quintos vestidos a la aragonesa delante de la imagen (hacia atrás,

dando la cara a la Virgen) en la ermita, y se recuerda cómo tocaba el órgano el sacristánhasta finales de los años sesenta. También se habla del toque de clamores la noche deTodos los Santos, o cuando las campanas estaban muertas en Semana Santa.

Manos a la (otra) obra: el proceso de recogida de datos

En el Proyecto Cultural Soria Románica, convencidos por propia experiencia de la bon-dad de estos planteamientos precedentes, apoyados por la confianza y el apoyo decididode José Francisco Yusta Bonilla, director de la Oficina Técnica y arquitecto-restauradorcon dilatada trayectoria en intervenciones en Patrimonio en la provincia, asumimos estereto, encargando las encuestas orales a una persona de confianza y cercana a dicho Pro-

Antonio Vega Borjabad realizandola encuesta oral enCaracena (julio 2011)

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72yecto, buena conocedora de la realidad local y con amplios contactos y experiencia en elterritorio, el investigador José Antonio Vega Borjabad. Se redactaron unas pautas básicasa seguir y se estableció una duración de seis meses para el desarrollo y entrega del mismo.Las/os informantes debían contar con un requisito básico: ser habitantes de las localidadesque intervenimos, residentes de larga duración en ellas, o personas procedentes de allí,aunque la emigración les hubiera llevado a residir en ocasiones a muchos kilómetros dedistancia, pero que hubieran conocido los templos antes de su partida. Dicho profesionalrealizó las encuestas representando al Proyecto Cultural Soria Románica, que le facilitócontactos con informantes previamente ya conocidos por nuestro equipo, o con quienpudiera proporcionárselos. En todo momento cruzamos impresiones e información, afin de ir aquilatando las encuestas. En el Apéndice I transcribimos las pautas sobre lasque se realizó esta investigación, que reunió a un conjunto que rondó los ochenta infor-mantes, dando como resultado final unas veinticuatro horas de grabación, indexadas ensus temas fundamentales.

Además de estas cuestiones genéricas, se preparó un pequeño formulario específicopara cada una de las intervenciones. En unas se preguntaba sobre usos conocidos de lagalería porticada, por leyendas asociadas al templo o sus inmediaciones (la del monasteriotemplario cercano a Aguilera, o la de Vadorrey, en la misma población, La Virgen deCampanario y los Reyes Católicos en Almazán…), se indagaba hasta cuándo estuvo enuso el cementerio parroquial adosado, antiguos accesos a la ermita (Alcozar), destino dela pila bautismal, construcciones adosadas o asociadas ya desaparecidas (lagares, bode-gas…) derribadas, usos y funciones, así como de otras que todavía queden en pie, entor-nos próximos, memoria de otros vestigios de interés como matraca, reloj y silla de manos

(Berzosa), conocimiento sobre el órgano (se conserve o se haya perdido o destruido),casas de santero, inscripciones presentes en el templo, abandono de estos (Osonilla, ermitade San Miguel en Gormaz o la homónima de San Esteban de Gormaz…), tumbas in-identificadas, antiguos caminos o despoblados históricos etc.

Todo este trabajo de recopilación oral se ha plasmado en la correspondiente Memoria,que incluirá las grabaciones en archivos de audio y un índice con los principales temasde que se trata en cada una, tal como se detalla en el Apéndice I. En este punto es justoreconocer que empleamos el material recogido procedente de la tradición oral con la con-sideración de un estudio previo, al mismo nivel que otros. Transformarlo en etnohistoriaexige un proceso de elaboración, de investigación, que excede en principio los límitesplanteados. Pero del mismo modo que hacemos “historia de la construcción”, “historiadel Arte”, o “investigación etnográfica” a partir de otros materiales recopilados y conve-niente tratados, ahí está este archivo, para uso propio del Proyecto Cultural, y de la co-munidad científica en general, para convertir los datos orales en relato histórico, pues eltratamiento y conservación que se le dará no difiere del que se le otorga a otras investi-gaciones realizadas en el curso de una intervención (Memorias arqueológicas o de restau-ración, resultados de laboratorio en busca de datación de materiales orgánicos, estudiosartísticos…). Las copias de esta Memoria se entregarán a las instituciones correspondientesde la Junta de Castilla y León, y serán consultables con fines científicos tal como establecela Ley y sus protocolos habituales.

Conclusión y una inquietante apostilla

Tener en cuenta a la población local, hacerla partícipe de la labor de restauración yconservación de su Patrimonio Cultural, evita el modelo de intervención “paracaidista”,eso que hemos llamado en otro lugar restauracionismo ilustrado (“restaurar según criteriosestrictamente historicistas o siguiendo el canon de la historia del Arte, sin tener en cuenta,o directamente despreciando, lo que las imágenes [o los edificios] significan para las co-munidades que las poseen”: Diestro y Lorenzo 2010: 179, nota 18), parodiando la máximaabsolutista de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, y refuerza las capacidades sinér-gicas (palabra-talismán, pero en este caso muy propia) de la existencia de un equipo in-terdisciplinar constituido en Oficina Técnica e implantado en el territorio. Da sentido aesta labor y asegura la validez de lo que se hace, porque será esa población la que hayade velar por la conservación de lo realizado.

Como apostilla reseñamos una percepción inquietante, y es que en muchos puebloslos informantes refieren una y otra vez la sensación de que han sido los propios párrocoslos responsables de gran parte del expolio que los propios templos han sufrido, ya seamalvendiendo bienes, ya por otros procedimientos menos claros. Una percepción, insisto,en un tema delicado de tratar, pero la recurrencia en el argumento, en pueblos y gentedistintas, afirmaciones expresadas sabiendo que las están grabando… me parece curioso.No es habitual ver reflejadas tales ventas de Patrimonio en los libros de fábrica recientes(en el siglo XX se apuntan telegráficamente los datos, y no sirven como los de siglos an-teriores para documentar), pero en algún libro sí he visto algún recibo de estas transac-ciones. Algunas veces, sabiendo que el bien era de valor, para sufragar obras en laparroquia. Otras, aludiendo al mal estado de los bienes enajenados.

Con esta fecha [8 de noviembre de 1960] se ha ingresado en la cuenta abierta quela parroquia de Brías tiene en este Obispado (Depósitos 8º, fol. 159) la cantidad demil doscientas pesetas, importe de un copón muy viejo y dos vinajeras deshechas,vendidas por este Obispado y propiedad de dicha Iglesia y efectuada por este Obis-pado (AHDO-S, Brías, Libro 89/16, cuartilla suelta).

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Nemesia, informante en Miño de San Esteban, referencia una “paloma” desaparecidade la iglesia hace medio siglo que debía ser un adorno de un retablo, pero la reflexión esextensiva a cualquier bien mueble. Explica a medias palabras: “Porque tuvimos un curaque era un poco… que le gustaba un poco… y la llevó”. Elocuentes elipsis. En otras lo-calidades, los naturales fueron más explícitos, como en Gormaz la señora Fuensanta, queafirmaba que: “en aquellos años [años 80] entraron al asalto y se lo llevaron todo (…)¿entonces quién son los ladrones: ellos. Vamos yo esto es que se lo he dicho a los curas,que no me estoy inventando nada?” y otros comentarios por el estilo. Las conversacionescon los vecinos ponen este incómodo tema sobre la mesa. En unas ocasiones, se vendie-ron bienes para sufragar con ellos otros arreglos o compras para la iglesia, en otros setiene la nebulosa noticia de que se llevaron una piedra o una pieza para una exposicióny no volvió, otras veces se acusa a los encargados de una obra… lo cierto es que en lamemoria popular de estos pueblos campea la idea (quizá demasiado repetida en su propiaexperiencia) de que ha habido impunidad a la hora de hacerse con patrimonio que eradel pueblo, sacarlo de allí, y no volverlo a ver… o verlo en un Museo.

A este respecto, conviene recordar que hasta la entrada en vigor de la Ley del Patrimo-nio Histórico Español (16/1985, de 25 de junio) estas enajenaciones de bienes parroquialespor parte de sacerdotes no estaba castigada, contemplándose desde entonces en el TítuloIII, arts. 26 y 28 (“Los bienes muebles declarados de interés cultural y los incluidos en elInventario general que estén en posesión de instituciones eclesiásticas, en cualquiera desus establecimientos o dependencias, no podrán transmitirse por título oneroso o gratuitoni cederse a particulares ni a entidades mercantiles”). Hasta ese año, 1985, no se recogeen el DRAE la acepción de patrimonio artístico, laxamente definido como “conjunto deobras de arte perteneciente al país”. Hoy está en teoría mucho más protegido dicho patri-monio, pero la prensa continuamente nos recuerda que estas apropiaciones indebidas,cuando no robos, ni mucho menos pertenecen al pasado.

Al pasado sí pretendemos que pase esta tradición oral, siempre viva mientras tenga estanaturaleza, mediante su adecuada recogida, tratamiento y registro. Al pasado porquecuando se cierra una obra y su correspondiente Memoria, será esta la que dé cuenta delas intenciones que se tuvo al intervenir, el estado previo del bien, su tratamiento, pro-blemas y las cuestiones que salieron al paso. Parte de esa Memoria ha de ser el relato oralque, registrado en soporte permanente, pasa casi sin solución de continuidad a la categoríade documento histórico.

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Notas

1 El Proyecto Cultural Soria Románica es un plan de conservación, difusión y divulgación delRománico de la provincia de Soria que se desarrolla entre 2007 y 2012. La Junta de Castilla y Leónpromueve y financia este proyecto, gestionado por la Fundación Duques de Soria, con la colabo-ración del Obispado de Osma-Soria, en virtud del convenio firmado por las tres instituciones.Más información en www.soriaromanica.es

2 Además de los miembros del proyecto, Jara Blanco, titulada en prácticas, colaboró muy acti-vamente en este programa.

Apéndice I

Proyecto de compilación de fuentes orales relativas a las iglesias objeto de intervención del proyecto cultural Soria Románica

OBJETIVO: Recopilar tradición e informaciones orales sobre cada una de las iglesias in-tervenidas por el Proyecto Cultural Soria Románica (32 intervenciones en 27 localidadesdel sur de la provincia de Soria), con el objetivo final de incorporar esos datos a la docu-mentación de nuestros proyectos y legarlos al futuro, convenientemente organizados parafacilitar su consulta.

METODOLOGÍA: Localización de las/os informantes, así como de su disponibilidad encaso de que no vivan en la provincia de Soria habitualmente, para poder entrevistarles.

Grabaciones in situ allí donde los informantes se encuentren, de tal manera que se re-cojan en archivos digitales de audio de extensión habitual.

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Se preferirá a informantes de mayor edad que hayan conocido el templo cuanto másatrás en el tiempo mejor, y que se acuerden de datos. Se preferirá a personas cuya infor-mación no venga por vía “erudita” o “culta”, sino directamente popular.

Cada iglesia tendrá un cuestionario general, común a todas, más uno específico, dondeconsten los elementos particulares que más nos interesan de cada intervención.

Interesa todo tipo de tradición o dato transmitido por vía oral relativo al templo o asus bienes muebles, así como información sobre cofradías, sacristanes, campanas y sustoques... No obstante, el interés prioritario se centra en aquello que intervenimos.

Se preguntará, también, sobre si hay constancia, o noticias, de venta de patrimoniomueble de la iglesia en el pasado.

Igualmente, noticia sobre robos en los templos de ese pueblo.No obstante, no se borrarán del corte de audio otros datos grabados, sean del tema

que sean, aunque no se consideren para nuestro proyecto.Cada archivo de audio irá precedido de una ficha de texto donde conste:Localidad-IglesiaFecha y lugar de la grabaciónInformante (nombre y dos apellidos, si es posible)Edad y/o año de nacimientoLugar de nacimientoFotografía del informanteDirección y teléfono RESULTADO FINAL: Se adjuntará un CD/DVD con los archivos orales recogidos, orde-

nados por Localidad-Iglesia, cada una ocupando una carpeta, dentro de la cual se dispon-drán los archivos de audio correspondientes. En una carpeta aparte, irán las/osinformantes con su respectiva ficha, ordenados por localidades de las que ofrecen datos,en una tabla Excel.

Se ofrecerá un índice sumario del contenido de cada corte, indicando el minuto-se-gundo en que comienzan las partes que se estimen fundamentales del relato. En principio,no será necesario transcribir todos los textos.

Las/os informantes que, por los motivos que fuere (expresividad, memoria, calidad dela narración, plasticidad, edad…) se consideren adecuadas/os, serán grabados en vídeo.

CONSIDERACIONES: Sería conveniente acudir a Centros de Día, Residencias de la Ter-cera Edad, Centros de Acción Social… implantados en el ámbito de nuestro territorio(sur de la provincia de Soria), ya que se reúnen allí muchas personas mayores. En estesentido, el contacto con los responsables de estos centros es necesario, porque puedenfacilitar la actividad, de por sí gratificante para las/os informantes. Además, si están engrupo se animan y se pueden acordar de más cosas, en detrimento de la claridad del ar-chivo de audio y de la identificación de las/os informantes. Desde el Proyecto CulturalSoria Románica se facilitarán cartas de presentación a dichos centros explicando el motivode la visita y la actividad que se va a realizar.

Previamente a la visita a los pueblos, a través del Proyecto Cultural Soria Románica sefacilitará, mediante el párroco o el/la alcalde/alcaldesa, una relación de personas suscep-tibles de ser entrevistadas. De este modo, quien realice las entrevistas irá con la “reco-mendación” del párroco.

ASPECTOS GENERALES POR LOS QUE PREGUNTAR EN CADA TEMPLO (Siempre vinculado anuestras intervenciones en cada uno de ellos):

En todos los templos se procurará hacer una serie de preguntas-tipo, que aludirán a sise recuerda:

Robos en la iglesia/ermitas, o pérdidas de patrimonio (ventas, extravíos, descuidos…)

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¿Cómo era antes la iglesia? Pregunta para abordar obras que se recuerden en las últimasdécadas, destrucciones en el templo (mala conservación, tormenta, granizo…). Percepciónde la iglesia o del bien a intervenir / intervenido (si es bonito o no, si estaba mejor anteso no, si gustaba más…)

Toques de campanas y relación de ellos…Devociones más asentadas en el pueblo¿Quién se encarga de la limpieza y mantenimiento de la iglesia y de las imágenes?

¿cómo lo hacen, qué productos utilizan?El cementerio, los enterramientos... Remociones, sepulcros, lápidas…Se preguntará si conservan fotografías antiguas donde aparezca la iglesia (generalmente,

asociada a fiestas familiares o rituales: bodas, entierros, bautizos, comuniones…Cuando las/os informantes utilicen deícticos de lugar (ahí… por aquí…) el entrevista-

dor procurará añadir alguna frase que luego permita la identificación de lo que se dice.

Apéndice II

Relación de pueblos e informantes que han participado (2011)

Aguilera: José Mínguez, Benita Molina y Yolanda MolinaAlcozar: Mariano Puentedura Morales Almazán: Antonia Gil, Guillerma Gil y un varón que no desea que se exprese su iden-

tidadAlpanseque: Jacinto Egido Pascual y Remedios Pastora DoladoAndaluz: Rosa María Hidalgo IslaBerzosa: Emeterio Carro Romero, Melchor Rejas Carro y Valentín Carro GómezBocigas de Perales: Jacinto Cuerpo Cuerpo y Pilar Redondo GonzálezCalatañazor: Santiago Vinuesa Soria y Andrés Soria SalasCaltojar: Cruz Antón Barca, Amparo Martínez Castejón, Gabina Leal Yubero y Eugenia

Bermejo García y M.ª Cruz Ortega BermejoCaracena: Luis García, Josefa de Pablo, Eutimio Elvira, Antonia García, Aquilino

Puente, Eusebio Elvira García y Santiago de PedroCastillejo de Robledo: Ignacio Pascual, Domingo Cuesta, Sigifredo Pascual, Félix Tomé,

Adelina Gil, Pura Martín y Emilia Alcalde Gormaz: José Palomar Galán y Fuensanta PalomarLos Llamosos: Florentino Jugo Ucero y Gabriel Ayllón JugoMatanza de Soria: Julián Andrés, Trinidad Camarero, María Navas, Antonio Ruiz y Ma-

risolMiño de San Esteban: Nemesia Olmos Peñalba y Pedro Peñalba AntónMontejo de Tiermes, y Pedro: Felipe González Varas, Emérita Martín Nieto, Fe Martín

Nieto, Juana Montero de Pablo, Manuel de Pablo Andrés y María Benito PardoMosarejos: [no se pudo contactar con ningún vecino. Actualmente solo vive un pas-

tor]Osonilla: Adelina Gutiérrez Las HerasPaones: Ramiro Muñoz RodrigoPerdices: Agapita Rodríguez Martínez, Heliodoro Garijo Elvira y Aurora García Jimé-

nezRejas de San Esteban: Anselmo Alonso Alonso, Emiliano Albitre, Isidoro Cervero y Rai-

mundo CerveroSan Esteban de Gormaz: José Miranda Hernández, Fortunato Antón y Buenaventura

Muyo

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Ucero: Purificación Arche JiménezVelamazán: Josefa de Miguel Martínez, David Sobrino y Luis SantacruzVillálvaro: Joaquín de Blas, Isidoro Cervero, Manuel Romero, Bernardo Romero, Hi-

lario García y Regina CerveroVillanueva de Gormaz: Agustín Lázaro, Francisco Lallana y Remigio Ayuso

ENCUESTADOR: José Antonio Vega BorjabadENCARGO: Proyecto Cultural Soria Románica.

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Publicación Ibérica de Antropología y Culturas Populares2012 - n.º 19

Asociación Etnográfica Bajo Duero - Zamora

El Filandar / O Fiadeiro. Publicación Ibérica de Antropología y Culturas Populares

C/ Puentica, 3 - 49031 ZamoraTel. 637 827 769

Foto de cubierta: Gustavo Cotera

Edición electrónica:www.bajoduero.org

E-mail redacción:[email protected]

ISSN: 1136-2626Depósito Legal: ZA-3-1993

La revista El Filandar / O Fiadeiro. Publicación Ibérica de Antropología y Culturas Populares, con pe-riodicidad anual, intenta ofrecer al público interesado un conjunto de estudios y documentos referidosa estos ámbitos, con una perspectiva interdisciplinar. La publicación está abierta tanto a las corrientesrenovadoras de los estudios sobre la cultura tradicional, como a la Antropología Social y Cultural.Cada volumen incluye artículos de tema libre, dossieres monográficos coordinados por especialistasen la materia de que se trate, así como reseñas bibliográficas y transcripciones de documentos. La re-vista selecciona sus artículos con criterios de calidad y oportunidad mediante evaluaciones realizadaspor especialistas de reconocido prestigio. Las normas de presentación de originales se encuentran enlas últimas páginas de la publicación.

Coordinadores: José Ignacio Monteagudo RobledoMiguel A. Montalvo MartínPedro Javier Cruz SánchezMariana Gomes

Asistentes de redacción: Rubén SánchezIsabel Santos

Consejo asesor: José Luis Anta Félez (Universidad de Jaén)Antonio Castillo Gómez (Universidad de Alcalá)Luis Díaz Viana (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)Jean-Yves Durand (Universidade do Minho)Paula Godinho (Universidade Nova de Lisboa)Manuel González de Ávila (Universidad de Salamanca)Rita Marquilhas (Universidade de Lisboa)Andréa Pavão (Universidade Federal Fluminense)José Manuel Pedrosa (Universidad de Alcalá)Xerardo Pereiro (Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro)

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Sumario4-5 Editorial

Pensamiento, cultura y sociedad9-12 La Raya: contradicciones, deseos y supervivencias José Manuel del Barrio

Aliste13-26 Folklore: desde una crítica poco constructiva

a la búsqueda de un rayo de esperanza José Luis Anta Félez

Tradición oral29-35 El atenazador. San Vicente de la Cabeza, Aliste António Pinelo Tiza37-50 Isaías Fadón: el último tamborilero Luis A. Pedraza de Castro

de Palazuelo de Sayago51-59 La letra de ls lhaços de la dança de palos Amadeu Ferreira

na Tierra de Miranda61-78 La tradición oral como fuente insustituible para Josemi Lorenzo Arribas

la intervención en el patrimonio artístico medieval79-84 O Renascimento da Narração Oral Luís Correia Carmelo

em Portugal e Espanha85-94 El soldado en los cancioneros lírico y narrativo Carlos Nogueira

de la guerra colonial portuguesa95-101 Romance del niño lobo Arturo Martín Criado103-111 Análisis lingüístico de un texto dialectal Pedro Gómez Turiel

de Argimiro Crespo

Cultura escrita115-123 Elementos constitutivos de una escritura Juan Manuel Rodríguez

de propiedad tradicional Iglesias125-134 Internet y el repertorio literario de los adolescentes: Ángel J. Gonzalo Tobajas

bebidas añejas en odres nuevos135-144 La biblioteca ”Javier Cabornero”: un larga historia

de diálogo y reflexión bibliográfica Javier Cabornero

Reseñas147-149 Un cancioneiro excecional Carlos Nogueira151-154 De arte, etnografía y cultura material José Luis Hernando155-157 Cultura e sentimentos: ensaios em antropologia Andréa Pavão

das emoções159-163 Rescatar la mirada: cartas de emigrantes Carmen Rubalcaba

asturianos en América

Fuentes y documentos167-168 Ofícios desaparecidos contados na primeira pessoa Teresa Martins Machado169-170 Son mis memorias José Pérez Guayo

173-174 Notas biográficas175-177 Normas para la presentación de originales

El Filandar / O Fiadeiro. Publicación Ibérica de Antropología y Culturas Populares

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