la tierra del silencio

8/18/2019 La tierra del silencio

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La Tierradel

SilencioC. M. Ortiz

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Capítulo 1

El silencio reinaba en la calurosa noche deverano, solo el silbido del viento la quietudalteraba. Las calles sinuosas de la pequeñaCiudad de ios lucían desiertas, hasta las al!asdeba"o de un techo escondidas estaban. Las#arolas ubicadas en cada esquina de las calles

e!itían una titilante luz que a las tinieblas de lanoche no podía dar batalla. El repiqueteo continuode pequeñas $otas que resbalaban hacia elpavi!ento era si$no de una lluvia que hace solounos !inutos ter!inaba. %na silueta sur$i& deentre las calle"uelas perdidas de la ciudad ' seenca!in& hacia el centro de esta. (l #rente de laplaza principal se e)tendía la alcaldía, su #achadablanca le daba un aspecto de !a"estuosidad cadavez que el sol se aso!aba por entre las!ontañas, pero aquella noche sin Luna solo lasso!bras envolvían al anti$uo edi*cio.

La silueta subi& por los escalones de !+r!ol de laconstrucci&n ' abri& la puerta del lu$ar co!o sientrara a su ho$ar. En cuanto La So!bra cruz& elu!bral de la alcaldía las dbiles luces de las#arolas de las calles aledañas al edi*cio seapa$aron ' todo qued& su!er$ido en laoscuridad.

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En al$una de las calles al sur de la plaza se podíaobservar una luz que se de"aba ver tí!ida!entepor una ventana !u$rienta. La ventana era partede una #achada, la #achada #or!aba parte de unaposada ' la posada le pertenecía a los her!anosel rado. (quella calurosa noche solo uno deellos per!anecía a/n despierto atendiendo a los/lti!os clientes de la noche que se habíanre#u$iado en la taberna del pri!er piso cuando lalluvia había e!pezado. Mu' cansado para pedirles

a un $rupo de borrachos que se retiraran dellu$ar, se había recostado en su silla #avorita 'había intentado dar una cabeceada hasta que susclientes se dieran cuenta de que era hora decerrar el ne$ocio. Sin e!bar$o, el calor so#ocanteno le había per!itido cerrar los o"os ' se habíali!itado a observar a sus poco peculiares clientesque en ese !o!ento 'a e!pezaban a decir cosassin sentido. En casa se$uro sus #a!ilias lesestarían esperando preocupadas0

O tal vez no, pens& el tabernero, son clienteshabituales, por lo $eneral nadie se preocuparíapor ellos si desaparecieran toda la noche.

Su!er$ido en esas ideas, "unto a aquellas en las

que planeaba qu preparar al día si$uiente deal!uerzo para sus inquilinos, el tabernero sehabía distraído durante un par de horas. asado eltie!po los clientes se habían e!pezado a retirartras percatarse de que la lluvia había ter!inado 'ie$o ese era el no!bre de uno de losher!anos2 se puso de pie para arre$lar las !esas' sillas. El relo" de la ciudad dio doce ca!panadas

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' el /lti!o cliente bebi& el /lti!o tra$o, se pusode pie ' se retir& sin cruzar palabra con ie$o. Lapuerta si$ui& !ovindose un buen rato cuando elseñor 4odrí$uez sali& de la taberna ' e!pez& arecorrer las calles ru!bo a su casa.

El suelo e!pedrado estaba a/n h/!edo,4odrí$uez ca!inaba lenta!ente para evitarresbalarse ' ade!+s las copas que había bebidoaquella noche le habían e!botado un poco lossentidos2. 4odrí$uez pensaba en su esposa, una!u"er santa, que a$uantaba todo lo que l hacía odecía. Se$ura!ente lo habría estado esperandocon una cena que 'a estaría #ría, ella se habríaquedado dor!ida, pero en cuanto l lle$ara lere$añaría ' $ritaría un par de cosas, hasta que sediera cuenta cu+nto lo quería ' se o#reciera acalentarle la co!ida, así había sido durante once

años. 5o es que 4odrí$uez no quisiera ca!biar, lhabría dado cualquier cosa por de"ar ese !alditoh+bito de beber, pero no podía por !+s quea!ara a su esposa ' quisiera darle lo !e"or. (sí que el ho!bre se li!itaba a traba"ar co!o !uladurante el día ' lue$o iba "unto a al$uno de sustantos a!i$os que sie!pre estaban dispuestos ainvitarle una copa o dos a ca!bio de una de sus!a$ní*cas historias. orque eso hacía l, contabahistorias2 en realidad traba"aba car$ando costalespara las tiendas de abarrotes en la calle Mont,pero si al$uien pre$untaba por l, pre$untaba porEl oeta2. Sus historias, para sus o'entes, eran losdelirios #ant+sticos de un ho!bre que tras to!aral$unas copas relata aquello que sie!pre ha

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El oeta intent& *n$ir en su rostro aquella !is!asorpresa que las palabras que decía, pero no lolo$r&. Sus o"os sie!pre lo delataban. La So!bradio un paso ' sali& de la oscuridad de la nochecoloc+ndose al lado de una #arola. Llevaba unacapa ne$ra ' su silueta del$ada le daba unaspecto !isterioso. or deba"o de la capa solo sepodían observar unos vivaces o"os $rises queperse$uían a la ta!bin $ris !irada del oeta.

2:o diría que nunca esperaste ver!e otra vez2inquiri& La So!bra sin denotar senti!ientoal$uno en sus palabras, así era ella2 han pasadoquince años desde que te #uiste de La ;ortalezasin decir adi&s, ni siquiera una nota07tienes ideade lo que el 4e' pens&8, envi& a sus !e"oresespías a recorrer las re$iones cercanas, pero noencontraron un solo rastro tu'o, todos pensa!os

que te habías unido a 4ottenbacher, ' ho'!ientras daba una visita rutinaria a la alcaldía tevi ca!inar por la plaza co!o si #ueras un#antas!a. 7


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2 Solo es un pequeño traba"o de inspecci&n, derutina co!o te di"e, /lti!a!ente el =!perio hatenido proble!as al recibir los i!puestos, 'debido a al$unos disturbios que se dieron en lospueblos aledaños al Lago Principal el 4e' !eenco!end& la !isi&n de revisar que las cuentasde las ciudades se hicieran correcta!ente.

4odrí$uez no se había tra$ado ni una sola de laspalabras de La So!bra, ' sabía que ella lo habíapercibido, pero no podía ponerse en evidencia,!+s a/n cuando l llevaba las de perder.

2(l parecer te has convertido en una persona decon*anza para el 4e', espero que te va'a bien entu !isi&n. Me tendr+s que disculpar pero ten$o!ucho que hacer al a!anecer ' necesitodescansar.

4odrí$uez hizo el ade!+s de retirarse, pero era!u' tarde para eso.

27escansar8 7e qu hablas8 Te desaparecistepor 19 años de ;ortaleza '0 7crees que te vo' aper!itir irte otra vez82 pre$unt& La So!bra2 Creoque !e conoces !u' bien Mateo, la situaci&n 'ano es la !is!a ' esto' se$ura que el 4e' tiene

al$unas cuentas pendientes conti$o todavía. Tene!os !ucho sobre qu hablar0

La So!bra se retir& la capucha de"ando aldescubierto un cabello ro"izo ' el lado derecho desu rostro donde se observaban tatuados al$unossí!bolos desconocidos. La So!bra chasqueo los

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dedos ' los #aroles de la calle se apa$aron, perode una de sus !anos sur$i& un haz de luz.

2Creo que es hora de que re$reses a visitar a la#a!ilia, oeta.

%n !al sueño había despertado a Louis, elpequeño de diez años observ& a su !adredor!ida en la ca!a de al lado, al parecer supadre a/n no había lle$ado. escalzo seenca!in& hacia la "arra de !adera que estabaenci!a de la !esa, la /lti!a pesadilla lo habíade"ado sediento. @lti!a!ente lo asaltabancontinuas pesadillas donde al$uien lo perse$uíapor un bosque que se incendiaba ' $ritosescalo#riantes lo ator!entaban. Era al$o !u'e)traño para que un niño de su edad

e)peri!entara pero nunca se lo había contado asus padres por te!or a que su padre se riera unbuen rato a costa su'a.

Se había servido el a$ua cuando observ& que las#arolas de las calles se habían apa$ado. Elpequeño se enca!in& lenta!ente ' !ovi& lacortina de la ventana, entornando la vista para

poder distin$uir al$o a#uera, de repente una luzsur$i& al *nal de la calle, observ& dos siluetas. La!+s notoria era la silueta de una !u"er de cabelloro"izo ' un rostro que alber$aba una !irada $ris,parecida a la de su padre, pero que a di#erenciade la de l c+lida ' con#ortante2 no denotabae!ociones. Louis traslad& sus o"os hacia la otra*$ura, #ue ahí cuando reconoci& a su padre.

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Cuando iba a estirar el brazo para abrir la puerta' recibir a su padre, se dio cuenta que de las!anos de la !u"er sur$ían luces que parecíanrel+!pa$os que de pronto envolvieron a a!bassiluetas #or!ando una es#era. La es#era los cubri&por co!pleto, no sin que antes el pequeño Louispudiera observar por /lti!a vez la !irada deresi$naci&n de su padre. La luz se enco$i& hastadesaparecer en la oscuridad. Louis abri& la puertapero era !u' tarde, La So!bra se había llevado a

su padre ' toda su in#ancia con l. Las luces delas #arolas se encendieron e ilu!inaron el rostrode un niño de diez años, solo en las calles deCiudad de ios.

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Capítulo -

M+s de cinco años despus de la !isteriosadesaparici&n del señor 4odrí$uez una noche deverano, Ciudad de ios se$uía siendo el !is!olu$ar tranquilo de sie!pre. Sus pobladoresestaban habituados a la paz que las !ontañas delvalle les brindaban, ' aunque la situaci&n del

=!perio e!peoraba por las continuas rebeliones,las e)tre!as !edidas de so!eti!iento no habíanlle$ado a a#ectar a la ale"ada ciudad. Sine!bar$o, una se!ana al año Ciudad de ios setrans#or!aba en un lu$ar co!pleta!entedi#erente para la celebraci&n del ;estival deOtoño, una tradici&n de a$radeci!iento a la diosaMadre por los $randes bene*cios que la #rtiltierra otor$aba, ' que vestía de colores, canciones' ale$ría a la ciudad ' sus habitantes.

Enrique, un ho!bre que no pasaba de los 3años, tenía un pr&spero ne$ocio, era el !e"orherrero del pueblo, ' a opini&n de !uchos de susclientes, la !a'oría de ellos soldados del e"rcitodel 4e', el !e"or herrero de la re$i&n. 5oobstante, el ;estival de Otoño ale"aba a losclientes del taller, así que ese día no tenía !uchotraba"o que hacer. La $ente pasaba por la puertadel taller ru!bo al #estival, los niños iban ale$resde las !anos de sus padres ' corrían a las$allinas ' cone"os que parecían haberse escapadode uno de los ne$ocios ad'acentes al su'o.

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!uchacho. Lo había visto al$una vez intentadopracticar en secreto con las espadas que l!is!o intentaba per#eccionar poco a poco,aunque a/n tenía proble!as con eso. Cu+ntasveces lo había visto acribillar de pre$untas a lospocos "&venes del pueblo que se habían probadosin suerte para ser parte del e"rcito. Louis queríaser un soldado del 4e', ' para eso necesitaba eldinero del traba"o del taller. Cada ar!adura quecon#eccionaba, cada puerta que reparaba era un

tric !+s para cu!plir su !eta.El !uchacho no se parecía !ucho a su padre,Enrique lo not& desde que lo vio entrenar lapri!era vez. Era ba"o para su edad ' del$ado,pero tenía la #uerza su*ciente para traba"ar en la#or"a ' car$ar lo que #uera necesario, ' hasta ahí lle$aban las se!e"anzas con (!at. Era obstinado

' de!asiado curioso, (!at 4odrí$uez había sidosie!pre un ho!bre taciturno ' reservado,e)cepto cuando contaba historias. La $ente lolla!aba el oeta, ' es que cuando to!aba unascopas de !+s podía trans#or!ar las palabras enhistorias di$nas de ser escuchadas por un re'.

adre e hi"o parecían haber sido cortados de

telares di#erentes. El padre alto, cabello ro"izo '!irada $ris. El hi"o del$ado, cabello oscuro ' deo"os de un color inde*nido. (!bos di#erentes,Enrique deseaba que Louis tuviera un destinota!bin di#erente.

2Olvídalo, no puedes quedarte !+s di"o Enriquesent+ndose en su silla #avorita2 no creas que lo he

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olvidado. ero ho' cu!ples años ' creo que!ereces celebrar.

El herrero había esperado con ansias ese!o!ento. e entre sus cosas sac& un paquetealar$ado, lo había preparado durante !esesespecial!ente para ese día. Se lo entre$& a Louis,los o"os del !uchacho brillaban de entusias!o.

La espada reluci& en cuanto la sac& del paquete.La e!puñadora era her!osa, #ría al contacto '

con cuidadosos detalles. La cabeza de un le&nsostenía la a*lada ho"a del ar!a. El !uchachoqued& observando su reDe"o en la ho"a. Li$era 'de #+cil !ane"o, per#ecta para Louis.

El "oven no sabía qu decir, pero Enrique no leper!iti& hablar, 'a tendría tie!po para esodespus.

2is#ruta del re$alo, es de !i parte, de Mar"orie 'los niños. En reco!pensa espera!os que nosaco!pañes a cenar ho' a las B despus deldiscurso del alcalde2 se diri$i& a la puerta deltaller2 nos ve!os, no te olvides de cerrar bien laspuertas.

(sí sali& Enrique del taller, de"ando a Louisencantado con el presente. Sin siquierapresenciarlo, esa sería tal vez la /lti!a vez quea!bos se verían. ues, lo que nadie en la ciudadse había percatado, ni Enrique ' !ucho !enosLouis era que al$o en Ciudad de ios habíaestado ca!biando desde hacía 9 años cuando elseñor 4odrí$uez, un borrachínF co!o lo describía

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una vecina de la calle Mont, había desaparecidosin de"ar rastro al$uno, al$o que ca!biaría la vidade !uchos para sie!pre.

or uno de los puentes principales de Ciudad deios apareci& un su"eto !ontado a caballo, supresencia no si$ni*c& $ran di#erencia entre la$ran !ultitud de e)tran"eros que había lle$adopara el ;estival de Otoño, pero su in$reso al lu$ar

traía consi$o un si$ni*cado !+s pro#undo que unasi!ple visita a la pequeña ciudad de la #rontera.El visitante detuvo su caballo en una posada,des!ont& ' entro al lu$ar. Las !esas estabanabarrotadas por personas que habían e!pezado acelebrar el ;estival con antelaci&n ' en la barra dela taberna se encontraba un ho!bre atendiendolos pedidos de los clientes. (l ver al e)tran"eroentrar por la puerta alz& la vista e inclin& lacabeza a !anera de saludo.

El visitante se acerc& a la barra ' sin retirarse lacapucha que llevaba puesta lla!& la atenci&n deltabernero.

2Guenos días caballero, 7en qu lo puedo a'udar82

pre$unt& ie$o a su nuevo cliente !ientrasli!piaba la parte del !ostrador donde se habíasentado el e)tran"ero con un trapo que con elpaso del tie!po había adquirido el color de la!adera.

2Guenos días, sírva!e al$o de co!er ' lue$o !e$ustaría hospedar!e en una habitaci&n2

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respondi& el e)tran"ero sin levantar la vista haciaie$o.

El tabernero not& un li$ero acento de la re$i&n de Tara. ( ie$o no se le escapaba una, ese ho!breno parecía haber lle$ado para la celebraci&n del;estival de Otoño. %n $rueso anillo de plata quellevaba en la !ano lo decía todo, ie$o distin$ui&el r+pido destello del escudo de lord4ottenbacher, eso de!ostraba ta!bin que noera un espía, nin$/n espía llevaría tandescarada!ente el sí!bolo del !a'or rival de lacorona, así que0 7qu deseaba de Ciudad deios8

2C&!o usted desee, señor02se interru!pi& ie$oesperando conse$uir in#or!aci&n de su nuevocliente.

25o necesita saber !i no!bre, solo li!ítese acu!plir su traba"o ' 'o ser un cliente que podríareco!endarlo con sus a!i$os, ade!+s dereco!pensarlo co!o se debe2 respondi& en untono cortante !ientras colocaba una bolsa decuero en la barra.

Los sonido de los trics era dulce para el oído de

los her!anos el rado, especial!ente del!a'or, quien podía lle$ar a convertirse en el !+s*el sirviente de todos los con*nes del i!periosie!pre que hubiera oro de por !edio.

2Co!o usted desee2 di"o ie$o !ientras seretiraba a la cocina para pedir a su her!ano que

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preparara la !e"or co!ida que pudiera ' lasirviera en sus !e"ores va"illas.

Louis ter!in& de cerrar el ne$ocio ' sali& por lapuerta trasera, así inici& el ca!ino a su casa. Lascalles estaban llenas de color ' ale$ría, !uchosniños estaban dis#razados ' los ho!bres '!u"eres lucían sus !e"ores tra"es para celebrar el;estival. Se suponía que el (lcalde daría al$unas

palabras a las ocho ' !edia, lue$o habría undesplie$ue de #ue$os arti*ciales ' el resto de lanoche habrían espect+culos ' bailes por toda laperi#eria del centro de Ciudad de ios. ( Louisnada de eso le lla!aba la atenci&n, era del tipode personas que se la pasaba traba"ando todo eldía, a veces Enrique lo ani!aba a asistir a lascelebraciones del pueblo, pero l pre#eríaquedarse hasta tarde en el taller per#eccionandosu !ane"o de la espada.

En !edio de todo, el traba"o en la herrería leper!itía olvidar las cosas dí*ciles por las quehabía tenido que atravesar en los /lti!osaños.Todavía recordaba las se!anas si$uientes dela desaparici&n de su padre co!o si no hubierapasado el tie!po. Lue$o de que su padre sees#u!ara en una es#era de luz, Louis había corridoa despertar a su !adre, pero esta no había creídolo que el !uchacho contaba, lo !and& a dor!ir,con#ort+ndolo con la idea de que solo había sidoun sueño. 5o obstante, ella no había dor!ido elresto de la noche a la espera de su esposo. 5unca

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apareci&. Los vecinos habían buscado a 4odrí$uezpor todas partes sin encontrar rastro del l ' conla /nica declaraci&n de un cantinero que lo habíavisto por /lti!a vez saliendo de su posada pasadala !edia noche.

Louis había ale$ado !uchas veces que su padrehabía desaparecido en una es#era de luz, pero esosolo le había causado proble!as. Es así quecuando not& que su !adre se había su!ido enuna pro#unda tristeza opt& por aceptar quesi!ple!ente su padre no re$resaría. El estado desu !adre llev& a que la #a!ilia se llenara dedeudas que se convirtieron en i!posibles depa$ar. Louis había tenido que abandonar laescuela a los once ' e!pezar a traba"ar. Mu'pronto su !adre había to!ado la di#ícil decisi&nde ir a traba"ar a una $ran"a ' había de"ado a su

/nico hi"o co!o aprendiz de herrero de Enrique,uno de los pocos verdaderos a!i$os de 4odrí$uezen Ciudad de ios. Enrique había heredado eltaller de su padre ' había hecho del decadentene$ocio una #uente de #ortuna pro!etedora paraal$uien tan "oven. Los años de es#uerzo habíanvalido la pena, pensaba Louis.

Había lle$ado a la plaza de la ciudad ' podía verel ;estival en toda su e)tensi&n. Se veían carpas 'puestos de co!ida por todo el lu$ar. Louis co!pr&un rollo de !aíz de uno de los puestos ' cruz& laplaza hacía su casa. obl& la esquina donde ao"os de su hi"o, 4odrí$uez había desaparecido unanoche de verano ' sac& la llave de su casa de subolsillo. ero de repente una *$ura se coloc& a su

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costado2 causando que Louis se atra$antara conel /lti!o pedazo del rollo del !aíz2 ' di"oI asa.Sin pre$untas.

Capítulo 3( - Jil&!etros de Ciudad de ios, en el pequeñopoblado de Gre!en, la !a'oría de la poblaci&n 'ase encontraba en sus casas cuando lasca!panadas de la pequeña i$lesia del lu$ardieron las cinco de la tarde. Muchos habían ido al;estival de Otoño en la ciudad vecina, pero la!a'oría había optado por quedarse porque al díasi$uiente irían con los productos recincosechados al !ercado que abriría en Ciudad deios, todo estaba preparado. ( lo le"os son& unatro!peta, al$uien se acercaba.

El Kuardi+n #ue el pri!ero en ver lle$ar al e"rcitodel 4e'. Su pequeña vivienda estaba escondida enel bosque aledaño a Gre!en por lo que lossoldados no notaron su presencia, pero l percibi&que al$o no estaba bien. La cantidad de personasuni#or!adas era sorprendente. 5o había duda, el4e' al *n había optado por aplacar las continuasrevueltas en la #rontera. El Kuardi+n sabía !u'

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bien de eso porque era uno de los !a'oresconspiradores del =!perio, pero eso no lo sabíanlos #uncionarios del $obierno, así que no loestarían buscando. Sin e!bar$o, era obvio queal$o había causado la repentina aparici&n dele"rcito por esos lu$ares. E!pac& al$unas cosasen una !ochila ' salio de su vivienda. 5o podríallevar a su caballo, así que lo solt&.

2Suerte a!i$o

El Kuardi+n no aparentaba tener !+s 3 años,pero la se$uridad que despedían sus verdes o"osdecía lo contrario. etr+s de esa !irada seocultaban años de e)periencia ' sabiduríaadquirida en sus inu!erables via"es por loscon*nes del !undo. Había conocido a los#undadores del =!perio, había servido ba"o las&rdenes de ira La Sabia, había luchado contra losorcos cuando las naciones del norte habíanintentado invadir el =!perio, ' así co!o en ese!o!ento, había conspirado !uchas veces contrael $obierno de su a!ado =!perio para restablecerel orden cada vez que un tir+nico soberano se!antenía en el poder. Lo /lti!o era la !a'orraz&n por la que se le había otor$ado el honor de

beber del 4ío de La ida. Era el Kuardi+n de lapaz en el =!perio, eso se había encar$ado de!antener durante !+s de quinientos años.

(hora, !ientras corría por entre los senderos delbosque, sabía per#ecta!ente que se acercaba el!o!ento de otro ca!bio. La So!bra, habíacorro!pido hasta los !+s pro#undos ci!ientos del

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=!perio, ' el 4e' había perdido por co!pleto elcontrol de la corona. El tie!po de que el Kuardi+ncu!pliera su papel había lle$ado, pero todo sedebía llevar con cal!a. Nl, !+s que nadie, sabíaque la #or!aci&n de otro $obernante id&neoto!aba tie!po, ' aunque l poseía !ucho, el=!perio no, así que las cosas se tendrían quellevar de una !anera di#erente.

urante el alba el Kuardi+n había recibido lavisita de un vie"o a!i$o, uno de los ho!bres decon*anza de lord 4ottenbacher, quien le traía lanoticia de que el si$uiente heredero a la coronahabía aparecido. (unque el Kuardi+n nunca habíaestado ba"o las &rdenes del lord, sabía que erauna de las pocas personas de con*anza en el=!perio, ' la noticia le habría parecido i!pensablesi no la hubiera traido su a!i$o.

El Kuardi+n lle$& a una parte del bosque desdedonde se podía ver a la per#ecci&n Gre!en desdeun alto +rbol. Subio a la ci!a, ' lo$r& visualizar elcaos en el que se había su!ido el pueblo. Sabíaque el e"rcito no podía perder !ucho tie!po enel lu$ar porque su prop&sito era lle$ar a Ciudadde ios en !edio de la celebraci&n del ;estival de

Otoño, pero eso no les había i!pedido incendiaral$unas viviendas. Muchos niños lloraban "unto asus padres a#uera de sus casas !ientras lossoldados saqueaban el lu$ar. Los ho!bres del 4e'no tenían co!pasi&n ' !ientras arrebataban a lospobladores las !onedas que poseían procurabandañar los productos cosechados lo !+)i!oposible. (unque pens+ndolo bien, probable!ente

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no eran e)acta!ente soldados del 4e'0era !u'#+cil dis#razar asesinos a sueldo de noblessirvientes de la corona.

Los soldados lle$aban con la e)cusa de cobrar losi!puestos que el poblado no hacía lle$ar al=!perio, lo que a vista de cualquiera no era cierto.El Kuardi+n sabía que todo era una cortina paraacercarse a Ciudad de ios sin levantar tantassospechas. El heredero vivía en al$una de lastantas calles del lu$ar. (unque en ese !o!entoEl Kuardi+n sentía ira por no poder interponerseentre los soldados ' el !altrato que se estabaco!etiendo, entendi& que una luz de esperanzase había encendido para el =!perio. Era !o!entode colocar en el poder al nuevo heredero, ' l seencar$aría de #acilitar las cosas para que ellosucediera.

Capítulo 6

Louis nunca entendi& bien por qu obedeci& a la!isteriosa persona. Lue$o se pre$untaría qu

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hubiera sido di#erente en su vida si si!ple!entehubiera optado por i$norarlo ' hubiera plantadocara ante aquel e)traño ho!bre. Tie!po despussabría que no hubiera podido i$norarlo tan#+cil!ente. ( veces es sorprendente c&!o elcoraz&n es capaz de sentir el co!ienzo de unaaventura. Tal vez para la !a'oría de las personassensatas el hecho de que su coraz&n lata de una!anera descontrolada solo es si$no de que al$o!u' !alo est+ a punto de pasar, pero no para

Louis, l tenía san$re para la aventura, ' laaventura lo había estado buscando toda su vida.

Louis abri& la puerta ' de"& pasar al ho!bre. Si nohubiera estado tan sorprendido hubiera pensadoque el ho!bre era un vul$ar ladr&n, pero sussentidos estaban alertas, aquel ho!bre no era unvul$ar ladr&n. Si al$uien hubiera deseado robar,

hubiera sido pre#erible robar en !e"ores casas, noen una de la calle Mont. El visitante pas& pri!ero' se sent& en la /nica !esa que había en lapequeña vivienda. Louis cerr& la puerta tras de sí ' se sent&, colocando con cuidado su re$alo en sure$azo, uno nunca sabe cu+ndo se puede estrenaral$o así. La habitaci&n se su!i& en un pro#undosilencio ' por un an$ustioso !o!ento sinti& undo!inante deseo de salir corriendo por lapuerta0 7


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27or qu debería responderle8 Es usted quien !eha pedido que lo de"e entrar a !i casa, lo !íni!oque podría esperar por se$uir la e)traña orden esque se presente co!o es debido antes de !ostrar!i identidad.

Maldita sea su curiosidad, ahora entendía quehabía sido su curiosidad la que lo habíatraicionado, la pr&)i!a vez sería !+s cuidadoso0si es que la había.

2Tienes raz&n, aunque en realidad 'o s quineres, solo deseaba que lo con*r!aras2 di"o elsu"eto quit+ndose la capa2 Me lla!o evet, sirvo alord 4ottenbacher, a!o de la re$i&n de Tara2!ostr& la !ano derecha donde llevaba un $ruesoanillo de plata en el que se había colocado elescudo de la casa del poderoso lord2.

evet era un ho!bre del$ado, de dbil apariencia,pero sus oscuros o"os parecían capaces dederru!bar a cualquiera que se interpusiera en suca!ino. eba"o de la capa llevaba una sencillaca!isa de lino deba"o de una chaleco que !íni!ovaldría - trics. Tan costosa prenda ' el anillo deplata con el escudo, solo servían para con*r!arque prestaba servicios al señor 4ottenbacher ohasta posible!ente al 4e'.

(unque Louis nunca había salido de Ciudad deios, l co!o cualquier persona del =!perio sabíade la e)istencia de 4ottenbacher. Era uno de los$obernantes !+s ricos ' poderosos de lasre$iones del =!perio, lo que si$ni*caba un $ranpeli$ro a los o"os del 4e'. Se decía que

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4ottenbacher estaría dispuesto a cualquier cosapor derrocar al =!perio ' que durante años habíaa!asado ' !ultiplicado su #ortuna a base dene$ocios con países ene!i$os. (unque lo /lti!oera solo un ru!or que Louis había escuchado decasualidad en el taller de un par de soldados quehabían ido a co!prar al lu$ar.

2Esto' esperando que te presentes2 di"o evet envoz pausada2.

Louis había per!anecido en silencio !ientrasrecordaba todo lo que sabía sobre 4ottenbacher,lo que al parecer había inquietado un poco aevet. Se dio cuenta !u' tarde que era de !alaeducaci&n de"ar esperando a un ho!bre de tanalto lina"e co!o el que estaba sentado al #rentesu'o.

2So' Louis, hi"o de (!at 4odríquez2se present&2.El !uchacho no entendía bien qu estabahaciendo, se había preparado eterna!ente paraun !o!ento co!o ese, la oportunidad de probarsu valor ' lealtad al reino, aunque sea de la #or!a!+s insi$ni*cante co!o podía ser aco$er aal$uien en su casa. ero el deseo incontenible de

salir corriendo a/n per!anecía de tal !anera quelos nudillos de sus !anos se habían puestoblancos del es#uerzo que hacía para no !oversedel lu$ar.

2Su*ciente2 di"o evet ' al instante Louis sinti& unalivio cuando sus !/sculos se rela"aron2.

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2 (l$/n día te lo dir. 5o tene!os tie!po queperder, tal vez ha' al$unas cosas que deboe)plicarte, el e"rcito del 4e' lle$ar+ a Ciudad deios en un par de horas, ' debe!os estar lo !+sle"os posible de aquí cuando eso pase.

Capítulo 9

Hace cuarenta años la 4eina del =!perio dio a luza dos niños, eran !ellizos, una niña ' un niño. eacuerdo a las re$las del C&di$o, solo cuandoa!bos niños crecieran se podría deter!inar quinposeía las condiciones necesarias para to!ar lacorona, por lo que se la situaci&n no i!plic&nin$una preocupaci&n para el 4e'. Los añospasaron ' a!bos niños se convirtieron en una "oven +$il, her!osa ' sorprendente!enteinteli$ente ' un "oven alto, $uapo ' h+bil con la

espada. (l cu!plir diecisiete años se deter!in&que era el !o!ento de decidir quin sería elheredero a la corona. espus de varias pruebasel !uchacho sali& ele$ido por el (lto Conse"o delas Montañas, el cual reunía a los habitantes !+ssabios de todo el =!perio. La decisi&n no quitabalos derechos de los que sie!pre había $ozado laprincesa, pero esta no reaccion& de la !anera

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adecuada ' lue$o de una terrible discusi&n con el4e' la "oven sali& del castillo ' desapareci&.

El 4e' supuso que la princesa solo necesitaba!editar ' aclarar un poco las ideas por lo que nose preocup&. (l parecer el $obernante tenía raz&n' un !es despus la princesa re$res& a palacio,pero la doncella re$res& di#erente.

5o parecía dar !uestra al$una de quererresponder a las dudas de los re'es o de su

her!ano el heredero, 'a no se la veía dando sushabituales paseos por los "ardines, ' ta!pocointentando a'udar a su padre en la to!a dedecisiones para el =!perio. (de!+s, en el ladoderecho de su rostro e)hibía recientes !arcasoscuras de ori$en desconocido que representabanuna e)traña ' anti$ua si!bolo$ía. La "oven seencerr& en sus habitaciones ubicadas en el alaoeste del palacio ' allí pasaba sus días. Mu'pronto e!pezaron a correr los ru!ores que unae)traña !u"er que parecía salir del palacio por lasnoches ' se hacía lla!ar La So!bra, era laprincesa.

La con#usi&n del 4e' sobre el co!porta!iento dela princesa trans#or!ada en ira i!plic& su casie)pulsi&n de ;ortaleza, si un incidente no hubieradistraído la atenci&n. %na !añana cuando una delas sirvientas de palacio in$reso a la habitaci&ndel príncipe para li!piarla encontr& su cuerpo sinvida. La !u"er sali& $ritando de la habitaci&n ' en!edia hora todo habitante ;ortaleza lo sabía. El

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heredero había !uerto, ' el =!perio se visti& deluto.

El 4e' estaba abru!ado con la noticia ' en unataque de ira señal& a la princesa co!o laculpable, pero la princesa 'a no era !+s quiensolía ser, ' La So!bra pidi& una audienciapersonal con el 4e'. 5adie supo qu di"o LaSo!bra en esa reuni&n, pero desde ese !o!entoel soberano del =!perio no volvi& a ser el !is!o.%na se!ana despus de la !uerte del príncipe secaptur& a un sirviente de lord 4ottenbacher enuno de los ca!inos a dos días de ;ortaleza, en suposesi&n se encontr& la espada del príncipe quecu'a desaparici&n nadie había notado, lasentencia tardo !+s en redactarse que ene"ecutarse. El sirviente !uri& en la horca.

(nte la !uerte de su heredero el 4e' desi$n& a LaSo!bra co!o tal, !ientras que el si$uiente en lalínea, un sobrino, pas& a ser la !ano derecha delsoberano. Las di#erencias entre La So!bra ' supri!o eran evidentes, pero la *esta se llev& enpaz hasta que una noche el "oven desapareci&. El4e' envi& espías a todas las re$iones del =!periopara buscar a su sobrino, pero nadie lo$r&

encontrarlo. Esta vez 'a nadie se atrevi& a culpara La So!bra de su desaparici&n.


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Capítulo >

2Esa es la historia2 di"o evet2 aquel ho!bre quedesapareci& hace cinco años de Ciudad de ios,tu padre, se encontraba en ;ortaleza hasta hace

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al$unos días, cuando al parecer La So!bra to!&la decisi&n de trasladarlo, ' en este !o!ento suparadero es desconocido para lord 4ottenbacher,es por eso que esto' ac+.

Louis se encontraba con#uso. (quel ho!bre deaspecto pulcro ' de apariencia noble a*r!abahaber via"ado desde las tierras de 4ottenbacher2un via"e de dos !eses2 hasta Ciudad de ios solopara contarle una absurda historia ' a*r!ar quesu padre que había desaparecido una noche hacecinco años lue$o de pasar horas to!ando, era elsobrino del 4e', pero que al parecer habíadesaparecido !isteriosa!ente2 ese ho!bre teníauna capacidad increíble para desaparecer2, 'ahora un lord tan i!portante co!o 4ottenbacherestaba preocupado por eso. Todo esto era un lío.

2 Espero no o#enderlo0pero esto no tiene !uchosentido. Mi padre se dedic& sie!pre a car$arbultos en la calle 4antiJ. 5o tenía nada de sobrinode 4e', ni una pri!a lla!ada La So!bra. Sie!pre#ui!os solo l, !i !a!+ ' 'o.

2Entiendo que esto sea di#ícil de asi!ilar, pero noten$o tie!po que perder, se$/n !is in#or!antesLa So!bra se ha enterado de tu e)istencia hacesolo al$unas horas, lo que quiero decir es que eneste !o!ento tu cabeza 'a tiene un precio. Lord4ottenbacher !e ha enviado para o#recerteprotecci&n, es el /nico con el poder su*cientepara !antenerte con vida.

5o sabía si creer lo que estaba escuchando, lehubiera encantado en$añarse a sí !is!o ' se$uir

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a aquel noble hasta las tierras de 4ottenbacher,pero no lo creía !u' viable. Se$/n susapro)i!aciones para el pr&)i!o !es habríaahorrado lo su*ciente co!o para via"ar a;ortaleza ' probarse en el e"rcito del 4e', notenía tie!po para salir en al$o así.

2 Lo siento, esto' se$uro que así !i padre #uerael sobrino de la diosa Madre, 'o no ten$o nadaque ver en los proble!as que se ha'a !etido, ldesapareci& de !i vida ' la de !i !adre hace!ucho tie!po, esta!os !e"or sin l. (de!+s, noveo el inters de Lord 4ottenbacher porprote$er!e.

evet le e)plic& que al$una vez su padre le habíasalvado la vida a 4ottenbacher, ' que desde ese!o!ento tenía una deuda con l. ara Louis estahistoria parecía sacada de un cuento, pero noquiso contrariar al ho!bre. Si lo hacía no tenía lase$uridad de sobrevivir a ese día, su instinto de$uerrero se lo decía, nunca le había #allado,aunque hasta el !o!ento nunca había tenido laoportunidad de probarlo.

2 Si deseas puedo esperar tu respuesta hasta lassiete, despus de eso sabr que habr+s to!adouna decisi&n, ' probable!ente la equivocada2evet se levant& de su silla ' se enca!in& haciala puerta2 ebes saber que La So!bra te buscara' te encontrar+, porque despus de ella ' tupadre, t/ eres el si$uiente en la línea de sucesi&na la corona, te necesita #uera de su ca!ino paratener el #uturo poder del =!perio ase$urado.

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Estar en la plaza de Ciudad de ios hasta la horaacordada, despus de eso habr+s !arcado tudestino.

Cuando 'a estaba saliendo se detuvo un!o!ento de espaldas ' a$re$&I por cierto,her!osa ar!a la que tienes ahí, no le haría !al al=!perio tener a un co!batiente que portara tanbella pieza consi$o.

evet hizo un asenti!iento con la cabeza ' se

retir&. Louis qued& solo en su pequeña vivienda,viendo c&!o los /lti!os ra'os de sol se colabanpor la ventana, hasta que al$uien encendi& los#aroles de la calle. La !ente del !uchacho diva$&durante un par de horas, tratando de asi!ilar loque le habían dicho. urante tanto tie!po habíadeseado que su padre todavía estuviera con vida,' ahora lo podía tener de re$reso, así co!o laoportunidad de pelear por su =!perio.

Sali& a las calles de Ciudad de ios con las ideashechas un lío. Hubiera deseado creer lo que evetle había dicho, pero no podía, al$o no enca"aba entodo eso. ( pesar de estar su!ido en suspensa!ientos, había notado que tan pronto sali&de su casa al$o lo había e!pezado a vi$ilar. %nescalo#río lo sacudi& cuando observo unosbrillantes o"os en una de las calle"uelas oscuras,pero el sol 'a no cubría la ciudad por lo que lasi!+$enes se !ostraban !enos de*nidas, cuandopestañe& habían desaparecido. Tal vez Enriquetenía raz&n con lo que sie!pre le decía,necesitaba rela"arse.

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El !uchacho quería ir a la casa de Enrique,necesitaba hablar con al$uien ' contarle laslocuras que evet le había dicho, así que to!&uno de sus ata"os pre#eridos, con la !entedistraída no not& que lo se$uían hasta !u' tardeque una her!osa da!a apareci& de repente en suca!ino, ' dese& con todos sus deseos estar encualquier lu$ar !enos en aquella calle.

Capítulo ?Las !e"ores habitaciones de la torre !+s alta de;ortaleza servían de aposentos para La So!bra.La So!bra no había querido recorrer las ciudadesen co!pañía de los soldados. Le aburría ir de

ciudad en ciudad, pre#ería aparecer en el!o!ento !+s i!portante. ( las seis de la tardea/n se encontraba en su palacio. Solo el capit+nde los soldados tenía conoci!iento del verdaderoprop&sito de la !isi&n, era uno de los ho!bres de!+s con*anza del $obierno ' la !antenía al tantode cualquier por !enor. Había servido al =!periodurante cuarenta años, así que su lealtad estabacon su ho$ar. El resto de !ie!bros del e"rcitocreían que la /nica raz&n para tan repentina!ovilizaci&n era controlar las recientes rebelionesde las ciudades #ronterizas, las cuales se ne$abana pa$ar los i!puestos /lti!a!ente. (ldeanosi$norantes, pensaba La So!bra, o"al+ #uera

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posible darse la $ran vida sin tener que lidiar conellos.

La princesa no se encontraba de buen hu!oraquel día, la noche anterior había visitado a su!aestra ' había recibido !alas noticias. LaHechicera, una de las personas de !a'or poderen el =!perio, le había revelado la e)istencia deotro heredero. 5o entendía por qu La Hechicerano había sabido de su e)istencia antes, el #uturoca!bia continua!ente decía su !aestra. Esas!is!as palabras había enunciado cuando cincoaños antes, en su #uente de visi&n apareci& elpri!o perdido de La So!bra. Menuda sorpresaque por poco había arruinado sus planes, pero ella!is!a se encar$& del lio en cuanto pudo.

ero ahora volvía a suceder lo !is!o. (l pareceral$o había ca!biado en los /lti!os días, peroaveri$uarlo no era tarea de La So!bra, ella solotenía que deshacerse del hi"o de su pri!o ' elca!ino estaría libre. Tendría *nal!ente la coronaque tanto había anhelado, ' que su !aestra laHechicería le había pro!etido.

En ese !o!ento se encontraba observando al "oven en una de sus #uentes. La i!a$en estabadistorsionada porque La So!bra no tenía el!is!o poder de visualizaci&n que La Hechicera,pero aun así el a$ua de la #uente le había!ostrado lo que quería ver. El chiquillo no teníauna característica especial, nada que lodistin$uiera, su rostro estaba borroso, pero eso nohubiera !arcado una $ran di#erencia, ni siquiera

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se parecería a su padre cuando era "oven, peroella podría encontrarlo, nada se lo i!pediría.(de!+s0 no estaba solo, un ho!bre hablaba conl en ese !o!ento, ' a l si lo conocía, claro quelo conocía.

Capítulo A

(unque al co!ienzo Louis pens& que seencontraba al #rente de una !u"er, no estabaco!pleta!ente en lo cierto. El cabello de la da!aera de un color oscuro ' tenía una #or!a al$odesordenada. Su rostro era verduzco ' tenía unoso"os azules que brillaban de una !anera casiinhu!ana. Solo cuando vio las !anos de la

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!u"er, se convenci& que la !u"er no era hu!ana,pues sus dedos ter!inaban en #or!a puntia$uda,en #or!a de ra!as. 7


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evet no ter!in& su #rase pues al instante una luzsur$i& de su !ano derecha ' #or!ando una es#erade #ue$o de la nada se lo arro"& a la !u"er!onstruo. La da!a trat& de esquivar el #ue$o,pero un trozo de la basta de su vestido se que!&.Cuando la !irada de la nin#a se centr& en evetnueva!ente este no había desaprovechado laoportunidad ' 'a le estaba lanzando dos nuevases#eras de #ue$o. Esta vez ella lo$r& esquivarlas+$il!ente he hizo que de entre las piedras del

pavi!ento sur$ieran plantas que ro!pieron la#uerte cubierta del suelo. %na de las ra!as de lasplantas se enred& en el tobillo derecho del evet 'caus& que perdiera el equilibrio, pero el ho!brelanz& una de sus es#eras ' la ra!a se inciner&. Lanin#a dio un chillido, ' de sus !anos lanz& unaenredadera que atrapo las !anos del ho!bre. Lohabía atrapado nueva!ente.

2To!a esto, vie"a bru"a2 $rit& el Kuardi+n desde elte"ado de una de las casas cercanas a la desoladacalle.

%na #uerte r+#a$a cort& a !odo de nava"a uno delos brazos de la nin#a. La nin#a dio un $rito dedolor, ' busc& a El Kuardi+n entre las so!bras,

pero este 'a había saltado al pavi!ento 'liberado a evet de sus ataduras. evet #or!& una$ran es#era de #ue$o ' el Kuardi+n dio un soplido,la es#era Dot& suave!ente ' en cuanto toc& a lanin#a esta se convirti& en solo cenizas.

2 Esa bru"a !e debía una2 co!ent& el Kuardi+n!ientras se aco!odaba la !ochila que llevaba en

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la espalda 2 Sabía que !e necesitabas, pero notenía idea que no durarías ni un !inuto sin !ico!pañía entre estas calles2

2Las cosas se han co!plicado un poco di"o evetpas+ndose la !ano con el oscuro cabello 'observando a Louis tirado en el suelo.

El !uchacho no se había levantado del suelo. Lara!a que lo su"etaba se había deshecho en polvocuando la !u"er2!onstruo #ue que!ada, pero

!ientras tanto Louis se había li!itado a observartoda la batalla, ' estaba petri*cado del susto.

El Kuardi+n se acerc& a Louis ' se puso decuclillas e)tendiendo su !ano ' !ostrando unasonrisa a !odo de saludo. arecía una personanor!al ' a!i$able, no al$uien que hacía sur$ires#eras de aire que podían e)ter!inar a

!onstruos. Louis su"et& la !ano de El Kuardi+n 'se levant&. evet estaba en silencio.

2Kran batalla la que libr& esa nin#a2 di"o aunsonriendo El Kuardi+n2 evet no hubierasobrevivido si no lle$aba. El #ue$o puede destruira su !aestro si este no sabe controlarlo.

Louis se sorprendi& que aquel ho!bre trataba de!anera tan despectiva a evet, co!o si el otro#uera solo un niño al que había sorprendidotratando de !atar al raJen.

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di#erente, no est+ li$ada a nin$/n ele!ento de lanaturaleza en especí*co, pero controla la!a'oría. Traba"a para todo aquel que le puedabrindar !a$ia, esta había vivido !+s de lo co!/n#uera de su a!biente, 'a era hora de que al$uienle pusiera *n2 pate& los rastros de ceniza quehabía de"ado la nin#a2 ero su desaparici&n nopasar+ desapercibida, tene!os que irnos si noquere!os que sus a!os nos puedan rastrear.

Louis sabía qu venía ahora. Sentía la !irada deevet, !ientras l quitaba los rastros de tierraque habían quedado en su ropa lue$o de laarrastrada por el suelo. El barullo de lacelebraci&n lle$aba desde la calle principal haciala pequeña calle"uela.

2Esc/cha!e bien !uchacho, 'a !e cans dehablar conti$o, el tie!po se a$ota, ' se$/n !e haco!entado el Kuardi+n, el e"rcito del 4e' notarda en lle$ar. Es !+s, 'a debe haber decenasde espías, todos in*ltrados en la celebraci&n. 5oquieres estar aquí cuando el resto de elloslle$uen, vienen con la intenci&n de destruir todo asu paso, esas son las &rdenes, solo paraase$urarse de que no sobrevivas en caso al$uno

de los tantos sirvientes de La So!bra no teencuentre antes2 !ientras hablaba chasqueabalos dedos ' una pequeña lla!a aparecía 'desaparecía espor+dica!ente.

Louis se qued& !ir+ndolo sin hablar.

275o eres hu!ano8

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El Kuardi+n rio de buena $anaI :o sie!pre hepensado lo !is!o, aunque siendo honesto el#ue$o solo es alqui!ia b+sica, espere!os queal$/n día ten$as la posibilidad de estudiarla. Soloel #ue$o tiene la capacidad de destruir a un ser dela naturaleza que ha'a tenido contacto con la!a$ia.

evet asinti& ' quiso concluir de una vez laconversaci&nI entonces... 7=r+s con nosotros8

Louis lo qued& !irando, ' pens& que estaba locopor per!itirse arrastrar en al$o así.

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Capítulo B2 or cierto, no !e he presentado, la $ente !edice El Kuardi+n.

Los tres aco!pañantes ca!inaban por una

estrecha calle solitaria al oeste de Ciudad de ios.5o había $ente por esa parte del lu$ar, todosparecían estar reunidos en la plaza, donde estabala celebraci&n. ( lo le"os escucharon las sieteca!panadas que daban la hora.

27or qu, El Kuardi+n8

27or qu, Louis82 respondi& El Kuardi+n con una

sonrisa en el rostro2.

La verdad nunca lo había pensado, en al$/n!o!ento supuso que a sus padres les había$ustado el no!bre. : con esa idea se hubieraquedado si la !irada de El Kuardi+n no hubieraquerido decirle al$o !+s. Co!o le'endo su!ente, El Kuardi+n di"oI los no!bres a veces

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esconden si$ni*cados, a veces solo son eso,no!bres. Si quieres un conse"o nunca le des tuno!bre a un e)traño, nuestros no!bres sonpeli$rosos para nosotros !is!os en !anosequivocadas. En !i caso, ten$o un no!bre quedebe ser prote$ido sin hacer di#erencias, pero so'el $uardi+n de al$o ' eso !e da unadeno!inaci&n. (l$/n día te contar la historia, 'lue$o a$re$& para evet, 7crees que sea el lu$aradecuado8

2Sí, es la calle !+s cercana a una de las salidasque va!os a encontrar, tene!os que ir hacia elnorte.

27or qu no va!os al este82 pre$unt& Louis. Tara,la tierra de lord 4ottenbacher estaba al este.

2orque la re$i&n est+ rodeada de !ontañas, ' las

/nicas salidas est+n vi$iladas por in#or!antes deLa So!bra. (de!+s de que el resto del ca!inohacia Tara no es directo, ha' !uchas ciudadesi!portantes, todas habitadas por in#or!antes 'soldados del reino. 5o quiero parecer ne$ativo,pero no saldría!os vivos de la re$i&n2 respondi&evet.

2Entonces hacia d&nde ire!os.2Co!o 'a di"i!os, hacia el norte. Cruzare!os porlas !ontañas, el bosque i!perial ' lue$o el Mardel Silencio. esde las tierras de Lad' Lune ser+!+s #+cil el via"e2 El Kuardi+n pate& al$unos$ui"arros del suelo que asustaron a un $ato quepasaba por ahí2 Ella sie!pre se ha !antenido

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neutral en estos asuntos, ' los espías de LaSo!bra son !enos. e ahí el ca!ino hacia Taraser+ !+s #+cil. (hora, lue$o de haber satis#echotu curiosidad2!ir& a Louis2 no te !uevas dedonde est+s.

Louis asinti&. El Kuardi+n e!pez& a hablar, peroesta vez las palabras no tenían sentido, una seriede sonidos inundaron la calle !ientras pequeñasenredaderas e!pezaron a envolverlos. ero noeran enredaderas co!unes, pues en realidadparecían estar #or!adas por aire. Las enredaderas#or!aron una es#era a su alrededor. Cuando Louisse *"& en aquello entr& en p+nico, la es#era eraidntica a aquella que había visto que se llevabaa su padre la noche que desapareci&, pero si$ui&sin !overse. Con*aba en El Kuardi+n, ' leasustaba de!asiado la reacci&n que tendría evet

si le desobedecía. La es#era se e)pandi& ' un hazde luz inund& la calle. Lue$o todosdesaparecieron.

El $ato al que las piedras habían asustado ol#ate&el a!biente un buen rato ' se apro)i!& hacia elpunto desde donde los aco!pañantes habíandesaparecido. (l otro lado de los o"os del ani!al,a cientos de Jil&!etros de Ciudad de ios, en unade las casas !+s a!plias de ;ortaleza, una !u"erobservaba su #uente, había sido la !a'orespectadora de la peculiar desaparici&n de losnuevos via"eros.

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Capítulo 1

El ca!panario del pueblo anunci& la lle$ada de lanoche, pero al$o era di#erente. El barullo quehacía solo al$unos !inutos había inundado laplaza principal se e)tin$ui& en cuanto lossoldados del reino arribaron. Lo destrozaron todo

en un abrir ' cerrar de o"os. En ese !o!ento63


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!uchos habían corrido a esconderse a sus casas,desde donde observaban lo que pasaba a travsde sus ventanas, otros habían quedado ba"o lavi$ilancia del e"rcito.

El alcalde había sido apresado ' se lo podía ver derodillas al #rente de la alcaldía con las !anosatadas en la espalda. %na !u"er te!blorosalloraba su"etada del brazo de un "oven deapro)i!ada!ente veinte años, a!bos seencontraban cerca del alcalde, eran su esposa 'su hi"o. (l$unos soldados del 4e' en aquel!o!ento sacaban ca"ones llenos de papeles de laalcaldía ' los arro"aban a una #o$ata que habíanencendido en !edio de la plaza.

La So!bra no se hizo esperar !ucho !+s e hizosu sorprendente aparici&n. Su sola presenciaaterroriz& a !+s de uno, los niños e!pezaron allorar ' al$unos ca'eron de rodillas i!plorandocle!encia a los cielos para sus pobres al!as. LaSo!bra cobraba poder ' los habitantes de Ciudadde ios, las al!as inocentes lo podían sentir.

El capit+n dio su in#or!e *nal casi a las diez de la

noche. Sus soldados habían re$istrado todas lascasas, pero la b/squeda no dio resultados. Ladescripci&n de La So!bra no era especí*ca, un!uchacho de apro)i!ada!ente quince odiecisis años, cabello oscuro. 5o abundabanchicos así, pero era i!posible distin$uir quinpodía ser entre los pocos que encontraron, 'todos parecían tener padres.

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or su las dudas La So!bra !and& a asesinar atodos los !uchachos, se había cansado de evitarlevantar sospechas. Mientras !+s aterrorizadoestuviera el pueblo, !+s la obedecerían cuandosu !o!ento de to!ar el trono lle$ara.

En ese !o!ento se encontraba sentada en lao*cina del alcalde, !iraba *"a!ente por laventana los /lti!os rastros de la #o$ata quehabían encendido antes de su lle$ada, ' atr+s deesta la tari!a i!provisada que los soldadoshabían construido para las e"ecuciones. Todo unespect+culo.

2Mi señora, las &rdenes han sido cu!plidas, loscinco !uchachos #ueron col$ados en la plaza2in#or!& el capit+n in$resando 2 pero si !eper!ite decirlo0

La So!bra no lo interru!pi&, acababa de sentiral$o0un rastro de !a$ia.

25o creo que sea adecuado hacer esto. La $enteest+ aterrorizada, los !uchachos eran inocentes.Matar a cinco porque uno probable!ente podríadesestabilizar el $obierno no es "usti*cable.

La So!bra no le respondi& de in!ediato. Cuandohabía e!pezado a cobrar poder, su !aestra leenseñ& a distin$uir los rastros de !a$ia, 'acababa de sentirlos. 5o !u' cerca de ahí, peroestaba dentro de la ciudad. La /nica e)plicaci&n,su sobrino probable!ente se$uía vivo.

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Capítulo 11

Cuando la es#era de luz desapareci&, Louis ca'&sobre sus rodillas, así co!o evet, pero ElKuardi+n puso sus pies en tierra suave!ente. Ela!biente había ca!biado, 'a no estaban enCiudad de ios. Hacia el norte se alzaba unain!ensa !ontaña, pero al sur se visualizaban

pequeñas luces de un pueblo.2(ll+ est+ Ciudad de ios2 indic& El Kuardi+nseñalando a las luces2.

2: hacia all+ est+ nuestro destino2 re!arc& evetseñalando en direcci&n opuesta, ca!ino a las!ontañas2 (p/rense, no tene!os tie!po queperder.

Los tres se pusieron en !archa. Louis intentabano tropezarse con las rocas desprendidas de la!ontaña. El ca!ino era pedre$oso ' di#ícil deatravesar. El Kuardi+n silb& una !elodía por lo!enos durante un par de horas hasta que evetse cans& de escucharlo ' e!pez& a e)plicarnueva!ente el ca!ino que iban a se$uir.

El =!perio se dividía b+sica!ente en tresre$ionesI Las tierras del 4e', las de lord4ottenbacher ' las de Lune. Las pri!eras teníanco!o centro de control ;ortaleza, la residencia del4e' ' la ciudad !+s $rande del =!perio. Se decíaque las bellas torres de !ar*l que rodeaban laciudad con#erían visi&n hasta el !ar. (de!+s,

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;ortaleza concentraba el poder ' tenía ba"o su!andato a Lune ' 4ottenbacher. Su estrat$icaubicaci&n en !edio de praderas había si$ni*cadouna venta"a durante las $uerras con las nacionesdel norte.

or su parte, las tierras de 4ottenbacher eran de$ran e)tensi&n ' llevaban la venta"a de estarrodeadas por cadenas !ontañosas, ade!+s deuna e)tensa #ran"a de salida hacia el !ar, nadiepodía salir o entrar de ahí sin que el lord losupiera. (de!+s, se encontraba al lado de la#rontera con las naciones del norte, lo que leper!itía un co!ercio Duido. Mientras tanto, lastierras de Lune ta!bin ocupaban un espacioconsiderable en el =!perio, ' eran las !+s #rtilesdel lu$ar. Lune era una $obernante !u' i!parcialen los asuntos del =!perio, ' ponía el bienestar de

su poblaci&n co!o su prioridad, sie!pre. Estaactitud había llevado a que aceptara la !a'oríade i!posiciones del 4e' con el *n de evitarproble!as.

Tanto 4ottenbacher co!o Lune eran nobles !u'respetados #uera de los con*nes del =!perio, loque les daba poder ' en la !a'oría de casos el

voto i!portante en las decisiones que se to!abanen las cortes de ;ortaleza cada año. Lune era lasobrina del pri!o her!ano del 4e', en su línea#a!iliar era la /lti!a heredera que quedaba, suspri!os, los verdaderos herederos habían sidodado por !uertos a los diez años. La bella da!ahabía sido corte"ada por cada noble soltero a!iles de Jil&!etros a la redonda, *nal!ente

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hacia solo un año se había casado con un príncipede una de las naciones del norte ' vivían en elpalacio !+s her!oso del =!perio, todo rodeadode "ardines, ubicado en el centro de sus tierras.

En cuanto a 4ottenbacher, su vida era uno de los!a'ores !isterios en el =!perio, ni siquiera evetpudo contar $ran cosa de l, solo se li!it& aco!entar su "usta !anera de $obierno en Tara, 'el $ran inters que parecía tener en querer!antener el orden del =!perio. Su situaci&n dee)tran"ero no le con#ería el derecho a ser parte dela línea de sucesi&n a la corona, pero el poder quetenía ' el a!or por la tierra que le había brindadoun ho$ar evitaban que deseara sentarse en eltrono de ;ortaleza.

El tie!po había pasado sorprendente!enter+pido ' cuando decidieron que estaba !u'oscuro para se$uir ca!inando se sentaron adescansar entre al$unas #or!aciones rocosas delca!ino. El via"e iba a ser !u' lar$o.

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esper+ndote a la salida de la taberna parade$ollarte por conspirar contra la 4eina0no erauna visi&n a$radable.

En un rinc&n del lu$ar tres *$uras ba"aron la vista.Los tres via"eros acababan de lle$ar al pueblo ' sehabían topado con terribles noticias. Tras unase!ana de andar entre las !ontañas ' atravesartierras abandonadas, Louis, Marco ' evet habíandecidido to!ar un descanso en un pequeñopoblado antes de atravesar el bosque, solo paratoparse con una cala!idad. El 4e' había !uerto,La So!bra iba a ser anunciada la nueva !onarcaesta tarde. La se$uridad de todos era incierta,pero nada se podía hacer !ientras Louis estuvierale"os de las tierras de Lord 4ottenbacher, debíancontinuar su travesía o cualquiera que #uera elplan que el $ran señor tuviera deparado para el

"oven no tendría sentido.

2Con#ío en ustedes, pero ustedes no son elproble!aP2 $rit& Louis. 5o había querido hacerlo,pero 'a no había podido contenerse, todo lo quesucedía le sacaba de sus casillas.

Habían salido del poblado, estaban en el bosque 'por ensi!a vez sur$ían dudas sobre lo quereal!ente estaban haciendo. or lo $eneral Louisse la pasaba recri!inando que el t

2%stedes no son el proble!a2 volvi& a decir2 Elproble!a es ese tal 4ottenbacher. 7C&!o s quel no quiere deshacerse de !i tal ' co!o La

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So!bra8 7C&!o puedo estar se$uro que solodesea que !e lleves para asesinar!e con suspropias !anos8

evet estaba sentado enci!a de una roca. El#ue$o crepitante ilu!inaba el pequeño rinc&n delbosque en el que se habían detenido. La luzdibu"aba so!bras sobre los rostros de a!bos, ' elsonido de los $rillos servía de tel&n de #ondo parauna conversaci&n que no tenía inicio ni *nal.

2Lord 4ottenbacher nunca haría al$o así2 di"ocal!ada!ente evet !ientras li!piaba suespada sin !irar a Louis2 Si quisiera !atarte solo!e habría !andado a !atarte ' 'a o en todocaso hubira!os de"ado que La So!bra seencar$ara.

El servidor de 4ottenbacher conservaba sie!pre

la cal!a en un inicio cada vez que Louise!pezaba a hablar

25o, claro0 co!o t/ hubieras !atado a un!uchacho de 1> años sin pensarlo ni pre$untarPor supuesto, debí dar!e cuenta de eso. Eraevidente, t/ !atarías a al$uien co!o 'o por4ottenbacher, así que por esa raz&n si 'o si$o

vivo es que l debe tener al$/n plan i!portantepara !í. Est/pido 4ottenbacher, o"al+ tuviera elcora"e de salir de sus tierras ' hacer lo que tieneque hacer en lu$ar de !andar a hacer susrecados a sus perros #alderos.

evet se levant& de $olpe ' coloc& en un abrir 'cerrar de o"os la espada en la $ar$anta de LouisI

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esc/cha!e bien !ocoso, no te atrevas a insultara lord 4ottenbacher de esa !anera otra vez. Nltiene asuntos !+s i!portantes que atender enlu$ar de reco$er a niños !endi$os de las callesde un pueblo olvidado co!o el tu'o. 5o tienesidea de su poder, ' al !andar!e solo te hizo un#avor. Hubieras !uerto en cuanto La So!bra tehubiera encontrado. Eso te hubiera $ustado07no8 ( nadie le i!portas, La So!bra solo hubieraar$u!entado que le pareces #eo ' por eso te

hubiera ahorcado. (sí que a$radece que ha'todavía en el !undo personas co!o !i lorddispuestas a salvar vidas insi$ni*cantes co!o latu'a.


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real de las !entiras, ' en toda esta tra!a al$o seescondía, al$o !ucho !a'or de lo que aparecíavisible desde el inicio.

Co$i& sus pocas cosas ' de"& el ca!pa!ento.Sentía pena de de"ar a Marco, ' ta!bin a evet,despus de todo lo que habían tenido queatravesar, pero no podía continuar con eso. 5o!+s. 4e$resaría a Ciudad de ios o buscaríaal$/n lu$ar tranquilo donde $anar dinero, eratalentoso, encontraría al$/n traba"o en al$unapanadería. 5o se le haría di#ícil. Ca!in& ' ca!in&.5o to!& en cuenta el tie!po, ' co!o los +rboleseran altos ' tupidos no le per!itieron distin$uirentre el día ' la noche. Si$ui& ca!inando, solo sedetenía para subir a un +rbol ' descansar en susra!as. 5o tenía idea de hacia d&nde se diri$ía,pero el bosque no tenía *nal.

espus de lo que parecieron días, o tal vezhoras, la luz en todo su esplendor roz& su rostro, 'visualiz& un ca!ino en !edio del bosque. Eratie!po de detenerse ' pensar qu haría, nopodía0

2('P

2Sabandi"aP %n pequeño bicho ca'& en nuestratra!paP

Había caído en una tra!paP evet le $ritaría siestuviera ahí. Cauteloso, sie!pre atento, no te#íes ni siquiera del ca!ino. 5o ha' nada se$uroac+ a#ueraF, le había dicho al$una vez, pero l

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sie!pre había sido un descuidado sin re!edio, 'ahora estaba en proble!as.

2ero qu tene!os ac+, un biche"o ha caído ennuestra red, supon$o que ser+s la cena de estanoche.

5o podía distin$uir el rostro de sus captores, peroesta se$unda persona era una !u"er, debía ser!a'or por el co!p+s de su voz.

2Lo que 'o sie!pre di$o, 4ata, es i!posibleescapar del o*cio, es al$o tan innato que laspresas est+n ahí sie!pre2 toc& el brazo de Louis25o parece estar bien ali!entado, dale al$o de lassobras de anoche ' col&calo en el carro!ato conel resto de la !ercancía, la venta ser+ buena este!es. (h0' no te olvides de colocar nueva!entela tra!pa, o al que cenare!os ser+ a ti.

Escuch& al$unos pasos, haciendo cru"ir las ho"assecas, ' de pronto sinti& su cuerpo caer al suelo.

2(uchP2 $i!i&.


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punto que la as*)ia lo llev& a retorcerse en elsuelo. Se sentía !orir.

2ETE5TEP2 reson& la voz de su captor, se$uidade una estruendosa carca"ada.

2Eres in/til 4ata, un pequeño bicho es !+s +$ilque t/ en poder de !a$ia.

Louis sinti& aDo"ar la presi&n ' sus pul!onesrecibieron nueva!ente aire. Se levant&pesada!ente del suelo ' pudo *nal!enteobservar a su captor. Era un ser horrible, pero noen el sentido #ísico, pues lo /nico particular de surostro era que le #altaban al$unos dientesdelanteros ' una parte de su ore"a, el restoparecía co!pleta!ente nor!al. Era su #or!a dedesplazarse, el !ovi!iento nervioso de sus!anos ' la sonrisa !alvola lo que lo convertían

en un ser horroroso.2Gienvenido, caballero, a esta0nuestra hu!ilde!orada, aquí encontrar+ todo lo que al$una vezsoñ&. Qa"a"a"a"a"a.

(de!+s de un terrible sentido del hu!or.


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La 4ataF, así era co!o la Sabandi"aF, lo habíalla!ado. Hacía honor a su apodo, su voz era casiun chillido ' su andar siniestro.

2ero no te preocupes, !ientras si$as !is &rdenestodo estar+ bien para ti. (sí que ca!ina hacia elcarro!ato de all+ ' espera !is si$uientes&rdenes.

Louis ca!in& lenta!ente hacia el carro!ato. Lapesada cadena ta!bin li!itaba un poco sus

pasos. El lu$ar hacia donde había ido a pararparecía un circo itinerante, pero obvia!ente no loera. Tenía lo típicos carro!atos en donde via"abanlos $itanos a veces u otras veces si!ples ladronesque via"aban ba"o el dis#raz del circo. Este parecíaser uno de esos casos.

Capítulo sin n/!ero-

Tra*cantes de esclavos, eso era lo que eran estos

si!ples ladronesF. En el carro!ato, "unto a Louishabían > o ? personas que así co!o l habíancaído en las !anos de estos bandidos. (l$unosvendidos, otros capturados en el ca!ino co!o l' hasta hubo uno que ase$ur& que su esposa lohabía interca!biado por un saco de papasdespus de la Le' de Control del co!ercioi!puesta la se!ana pasada. arecía ser que este

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tipo de escoria co!o sus captores había e!er$idocon !+s #uerza lue$o de la coronaci&n de LaSo!bra. (hora tenían los ca!inos principalesco!pleta!ente per!itidos. Sus aco!pañantes dedes$racia no paraban de hablar de esos asuntos.

5i bien La So!bra había to!ado el control detodo hacía dos se!anas, las cosas habíane!pezado a ca!biar. Los controles eran cada vez!+s intensos ' al$unos pueblos habían caído endes$racia tras ne$arse a aceptar a La So!braco!o su reina. ero lo peor había sido que lasactividades co!o la esclavitud había sidole$alizada por co!pleto en el reino, losco!erciantes que durante tantos años habíansobrevivido lue$o de que la actividad #ueraabolida en el año 131, durante el reinado de lareina 5atalia, habían visto c&!o sus ne$ocios

podían resur$ir. Todo el reino era un caos, unco!pleto desastre, ' ahora Louis estabaencerrado en un carro!ato con otras seispersonas que no tenían idea de quin era l, sina!i$os, ni #a!ilia. Nl era un co!pleto desastre.

Había que ad!itir que San$ui"uela ' 4ata no eran!alos esclavistas. Le dieron de co!er un buentrozo de carne de ardilla ' no los !olestaron !+s.Louis no recordaba cu+ndo había sido la /lti!avez que había co!ido, ni siquiera recordabacu+nto tie!po había pasado desde que de"& elca!pa!ento. 7&nde estaría evet ' ElKuardi+n8 ens+ndolo bien0 7or qu se hacía

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lla!ar El Kuardi+n8 5unca se había pre$untadoeso. Habían tantas cosas que no habíapre$untado0co!o 7


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len$ua del reino, el acento era casi el !is!o.=ntent& aso!ar un poco la cabeza por entre lasbarandas del carro!ato.

2:o que t/ no !e acerco !ucho a ese carro!ato2di"o otra voz.

Sabandi"a, ilu!inada por la luz de las estrellasapareci& de entre las so!bras.

27or qu8

2M!!0di$a!os que ha' una raz&n por la cualese ser no co!parte el !is!o espacio que t/.

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que había escuchado, en su nuevo a!i$o. :$racias a eso el sureño pude ali!entarse esanoche.

Capítulo sin n/!ero3

2Cien trics por la "ovencita

2oscientos cincuenta trics por el !uchacho.

2Cincuenta trics por el anciano.

27(nciano8 (nciano tu abuelo2 susurr& Qavier. El

pobre ho!bre había tenido que a$uantar lashu!illaciones toda la !añana, nadie se atrevía adar !ucho por l, los cincuenta trics había sido lao#erta !+s alta por el !o!ento. (l parecer suesposa al ca!biarlo por el saco de papas habíahecho un buen trato.

En ca!bio para Louis llovían las o#ertas. Mucha

$ente parecía interesada en co!prarlo. eroSabandi"a había "urado que no lo vendería hastaque el resto de su lote estuviera vendido. or suparte 4ata parecía encantado, toda la !añanahabía parado de un lado a otro anotando lospedidos de los clientes, el si$uiente !esre$resarían al !is!o lu$ar con nueva !ercancíasolicitada. Todo un ne$ocio para el d/o.

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;inal!ente la chica #ue vendida por ciento treintatrics. Solo quedaron Qavier ' Louis. Los !e"oreso#ertantes e!pezaban a convencer a Sabandi"apara poder co!prar a Louis, cuando un "ovencaballero se acerc& al pequeño estradoi!provisado ' se diri$i& hacia Sabandi"a sin *"arseen el resto de presentes. La apart& un rato '*nal!ente apret& su !ano. Habían sellado untrato.

Sabandi"a se acerc& a Qavier ' LouisI listo!uchachos, tienen un nuevo dueño. Suerte en tusi$uiente vida niño. : cuídate de no hacer tantaspre$untas, pueden traerte !uchos proble!as.Guscar un buen ho$ar para tu a!i$o por ti. : esa#ue su despedida, Sabandi"a había ter!inado sutraba"o.

: así de repente, Louis se encontr& en las cocinas#re$ando los platos. ( Qavier lo llevaron a losestablos. La vida les sonreía, sí les sonreía. eroLouis no solo tenía que #re$ar platos, al parecertenía un traba"o !+s i!portante que hacer. Mu'pronto tendría que atender a un !ie!bro de larealeza que lle$aría al lu$ar. %n castillo iba a sera!bientado para eso, ' l debería atenderlo entodo lo que necesitara. Sería su sirviente día 'noche, l ' solo l sería el encar$ado deatenderlo. (l parecer era uno de esos anti$uoscaballeros que en al$/n !o!ento había sido /til ala corona, pero con#or!e pasaron los años sehabía vuelto una car$a i!posible de soportar en

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;ortaleza. La So!bra debía estar !u' activadeshacindose de toda esa $ente en su nuevocastillo.

%n sirviente entren& a Louis por tres se!anas. Selevantaba a las 9 de la !añana con un baldazo dea$ua helada, ' tenía que ca!biarse en un abrir 'cerrar de o"os. Lue$o preparaba el desa'uno delsirviente ' a las > estaba en su habitaci&n paraarre$lar la ca!a ' barrer el lu$ar. espusco!enzaban las clases. Lecciones de lectura 'escritura, servir la !esa ' la bande"a, saludos 'despedidas, ' *nal!ente cocinar. En esto /lti!o aLouis se le dio la !ar de bien.

;inal!ente e!pezaba a reivindicarse ' parecíahaber conse$uido obtener la vida que habíadeseado. Le"os de los proble!as de la corona, delas e)i$encias de evet, de los secretos de ElKuardi+n, de las necesidades en su ho$ar, de laausencia de su padre. Todo !archaba tranquilo,tenía una rutina ri$urosa, pero no pasaba ha!bre,ni #río, ni ta!poco tenía tie!po de pensar en supadre o La So!bra. ( la /nica persona quee)trañaba era a su !adre, no tenía idea de c&!oestaría. Se acercaba el invierno ' las cosas #uera

de Ciudad de ios sie!pre habían sido !u'duras, tal vez al$/n día podría volver a verla,porque a pesar de todo lo que tenía en ese!o!ento no le per!itían olvidar que l solo eraun esclavo, un si!ple esclavo que tenía &rdenesque se$uir ' cu'a libertad había sido co!pradapor 6 trics0sí habían pa$ado 6 trics por l.

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ESPACIO

Capítulo sin n/!ero6

25o, no, !uchacho, de"a eso en donde estaba,!e"or ven sintate a !i lado2 di"o señalando elanciano a la silla que estaba a su lado. ( pesar desu ce$uera ese ho!bre podía distin$uir cada!ovi!iento de Louis, estuviera donde estuvieraen la habitaci&n.

Louis se sent& con cierta descon*anza. Los o"os

del anciano parecían perdidos en la nada. Las!arcadas arru$as surcaban su rostro ' lerecordaban la corteza de un +rbol vie"o queal$una vez había intentado trepar sin )itocuando era niño.

27Cu+l es tu no!bre8

2Louis2Louis0uno de !is sobrinos #avoritos se lla!abaasí. Tuvo un tr+$ico *nal, espere!os que nocorras la !is!a suerte2 el anciano se qued&callado un !o!ento, recordando tal vez a esesobrino2 : di!e Louis0 7al$una vez has oídohablar de los "ardines de ;ortaleza8

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Louis ne$& con un !ovi!iento de cabeza, para*nal!ente darse cuenta de su error ' contestarle.El anciano e!pez& a describirle las !aravillas de;ortaleza. urante toda la tarde Louis escuch&historias increíbles sobre todo por lo que habíapasado el anciano. (l parecer había sido unapersona !u' i!portante en el centro de controldel 4eino. (unque a veces cuando tenía que!encionar a su #a!ilia en sus relatos se quedabacon la vista perdida, recordando tal vez otros

tr+$icos *nales co!o el de su sobrino. Todos los días Louis procuraba ter!inar susdeberes principales en la !añana, así durante lastardes podía sentarse al costado del balc&n,viendo c&!o se oculta el sol ' escuchando losrelatos del anciano. Esas tardes se convirtieron talvez en las !e"ores de toda su vida. Sin

preocupaciones, solo escuchando sobre caballerosque !archaban a la batalla para apaci$uar lasrebeliones de las tribus del sur, o para i!ponerorden en las nuevas tierras conquistadasatravesando el !ar del silencio. Los días pasaron,' Louis continu& con su rutina. Sin e!bar$o, en el#ondo del coraz&n sabía que no podría continuarasí para sie!pre, a veces en esas tardesapacibles sus pensa!ientos se perdíanrecordando todo lo que había atravesado "untocon evet ' el Kuardi+n, pre$unt+ndose quhabría sido de ellos. Le hubiera $ustado pensarque ellos si!ple!ente se hubieran ido sin l,pensando que su desaparici&n no era tansi$ni*cativa, ' otras veces se pre$untaba si no lo

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habrían se$uido, ' habrían encontrado su rastro,para lue$o perderlo en el ado del Silencio.

Era un !añana en el castillo, cuando escuch& porpri!era vez los ru!ores.

2La reina va a venir a visitar al anciano, dicen quetrae la sentencia de !uerte de su hi"o2co!entaba una cocinera a su a!i$a que traía losrecados.

Louis que en ese !o!ento arre$laba la bande"adel desa'uno casi de"a caer el plato de avena. Lacocinera le lanz& una !irada despectiva 'continu& con el chis!e.

2icen que a*r!a querer darle todo su apo'o,pero para !í quiere que ver c&!o se !uere de la

pena de una vez por todas ese vie"o, debe ser unacar$a.

Louis no quiso escuchar !+s. Co$i& la bande"a 'subi& las escaleras au)iliares. (bri& la puerta dela alcoba del anciano ' pas&.

Debe tocar la puerta

Otro capítulo

Sabía que había esco$ido el !e"or !o!ento del!es. Las !ercancías habían sido descar$adas esa!añana, ' la !a'oría de !arineros estaría en las

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cantinas, aho$+ndose en licor, intentando olvidarsu /lti!a estancia en las nuevas tierras.=nterca!bi& al$unas "o'as ' co!pr& una balsa. Seale"aría todo lo posible de ;ortaleza, así que suplan era diri$irse hacia el noroeste ' escapar a las5uevas Tierras, ahí nunca lo$raría encontrarlo LaSo!bra. Lle$& al borde del puerto ' desa!arr& lapequeña balsa. %n ronquido le dio un $ran susto,un !arinero que hacía vi$ilancia se habíaquedado dor!ido en plena $uardia, al parecer se

había pasado de copas. Tir& sus cosas en elinterior de la e!barcaci&n.

2Es lo !e"or, es lo !e"or2se repiti& en voz ba"a.

24epetirse persistente!ente al$o es si$ni*cadode que t/ !is!o no lo crees.

El !uchacho casi se cae en su intento de subir a

la balsa, la voz lo había espantado de !uerte. orsuerte una !ano lo$r& su"etar su brazo ' lo a'ud&a ponerse de pie. Louis $ir& la vista, era ElKuardi+n.

2(sí que0piensas hacer un via"e se$/n parece,7no8

5o te veía el rastro de evet por nin$una parte. ElKuardi+n estaba solo.

2Sí, eso parece, por lo !enos eso espero hacer.

;inal!ente había lo$rado subirse a la balsa 'aco!odarse "unto a sus cosas. El Kuardi+n solo loqued& !irando. Su !irada invitaba a cualquier

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culpable de un cri!en a in#rin$irse casti$os a sí !is!o.

2Gueno07qu esperas que te di$a8 Lo siento 7deacuerdo8 Lo siento !ucho. isc/lpa!e porhaber!e ido de esa !anera. Siento !uchohaberle hablado de esa !anera a evet. erosobre todo siento !ucho no haber re$resado conustedes en cuanto pude. 5ecesitaba tie!po parapensar las cosas. 5o es #+cil de"arse llevar porsi!ples presenti!ientos o conspiraciones. Estahistoria de !i padre ' Lord 4ottenbacher no tieneni pies ni cabeza2 to!& un respiro2 5ecesitabatie!po, eso era todo.

2 Te lo di"e, di"o el Kuardi+n !irando a susespaldas.

El bulto que antes había sido un ho!bre dor!ido

se incorpor&. Era evet.2e acuerdo, entonces pode!os continuar con elvia"e.

Louis no dio si$nos de querer !overse de subalsa. 5o alz& la vista.

2He dicho que lo siento, pero no puedo ir!e con

ustedes. ueden decirle a lord 4ottenbacher quela deuda est+ saldada, que 'o s prote$er!e solo,o lo que se les pueda ocurrir, pero 'o no puedoir!e con ustedes. eben haber !uchas personas!+s aptas para ser herederos, no creo seri!prescindible para este asunto.

>A


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25o puedo creer que continue!os con esto02evet les dio la espalda.

5o tienen idea de por qu cosas he pasado en las/lti!as se!anas. Ha sido increíble, ' cuandocreía tener al *n una vida tranquila0La So!bravuelve aparecer en !i ca!ino ' asesina a una!i$o al #rente de !í. (hora ta!bin !e buscapor eso. So' buscado por dos razonesP, di"oLouis, lo !ataron ' ahora ta!bin !e quieren ver!uerto por saber eso.

El !uchacho ocult& el rostro entre sus brazos 'de"& las l+$ri!as Du'eran.


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Capít

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ssss

la tierra del silencio

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