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La sociedad navarra, el sector agroalimentario y la Administración de la Comunidad Foral
de Navarra, se han caracterizado por la toma de decisiones temprana en lo relativo a la
implementación de medidas y acciones orientadas a la gestión eficiente del agua. Un ejemplo de
ello es la existencia de una Estrategia para la gestión y el uso del agua, y también las numerosas
adaptaciones normativas y proyectos, que han intentado trasponer lo antes posible los principios
de la Directiva Marco del agua, como por ejemplo la Ley Foral de Infraestructuras 1/2002 y el
proyecto Itoiz-Canal de Navarra.
He estructurado esta ponencia en 5 apartados, enmarcados en la realidad navarra.
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Antes de analizar en términos de eficiencia la gestión de la oferta y la gestión de la
demanda en Navarra, es preciso poner de relieve que la CUENCA HIDROGRÁFICA es la unidad
de gestión y planificación. Mi ponencia se va a centrar en el estado del arte en una parte de estas
cuencas, que es la Comunidad Foral de Navarra, pero dejando siempre claro que en la gestión y
planificación no debe perderse nunca la concepción de cuenca.
Se entiende que uno de los principales objetivos de la PLANIFICACIÓN HIDROLÓGICA
es el reparto del agua (a través de un sistema de concesiones) entre los distintos usos y
necesidades tanto en el corto como en el largo plazo, de forma que se garantice la conservación
del recurso, en cantidad y calidad, y que su aprovechamiento sea eficiente y óptimo, desde la
perspectiva de las necesidades de la sociedad.
NAVARRA cuenta con 7.450 km de ríos que pertenecen a 2 cuencas diferentes: la cuenca
del Ebro y la cuenca Norte. El 90% del territorio (9.230 km2) pertenece a la cuenca del Ebro y sus
principales sistemas hidrográficos son el Aragón, el Arga y el Ega. Es hacia el sur de la cuenca del
Ebro donde se manifiesta déficit de agua (la Zona Media manifiesta déficit de agua durante 5 ó 6
meses y en la Ribera los meses con déficit son 7 u 8), y en consecuencia donde se sitúa el
regadío.
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La APORTACIÓN en régimen natural de los ríos de Navarra es de 10.048 Hm3/año. Esta aportación se
reparte por la geografía de Navarra de forma irregular, pues existen importantes diferencias entre las distintas cuencas.
La aportación de cada uno de los ríos de nuestra Comunidad viene expresada en la tabla expuesta.
En resumen, Navarra dispone de
unas fuentes de recursos elevadas y regulares en la vertiente atlántica,
unos grandes ríos con una clara componente estacional en la margen izquierda del Ebro, que dada su
magnitud y posición vertebradora son la principal fuente de recursos del territorio,
y unos ríos que disponen de escasos recursos y presentan una alta variabilidad, de un año a otro, en la
margen derecha del Ebro.
Considerando de manera general, en Navarra el agua es un bien abundante pero, pese a ello, en nuestro
territorio se dan situaciones de escasez, que viene motivada por:
la irregular distribución espacial de las lluvias,
la alta variabilidad estacional e interanual,
el hecho de que las zonas que más agua consumen, los regadíos del sur, sean las que menos aguas
generan,
el hecho de que la mayor demanda de agua se produce en verano, y éste sea el momento en que menos
agua se genera.
LA IRREGULARIDAD ESPACIAL Y TEMPORAL, TANTO DE LA OFERTA COMO DE LA DEMANDA DEL
RECURSO AGUA, IMPIDE QUE ÉSTE PUEDA SER TOTALMENTE APROVECHADO PARA SATISFACER
LAS DIFERENTES NECESIDADES, DE FORMA QUE LOS RECURSOS TOTALMENTE DISPONIBLES
SON MUY INFERIORES A LOS NATURALES. DE AHÍ LA IMPORTANCIA DE LA REGULACIÓN.
En Navarra, la regulación supone un 21 % de las aportaciones, cifra baja si se compara con la media
nacional, que es superior al 51%, pero no tan baja si se compara con la demanda actual, que supone
el 10 % de las aportaciones, como más adelante veremos.
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La forma adecuada de paliar, al menos en parte, esta extrema irregularidad consiste en la
adaptación del régimen natural de aportaciones al régimen de demandas por medio de
INFRAESTRUCTURAS DE REGULACIÓN. Se puede afirmar que los regadíos de Navarra
cuentan mayoritariamente con infraestructuras de regulación, aunque todavía persiste un 11 % de
superficie de regadío que se encuentra en cuencas sin regular. El embalse de Itoiz, que va
indisociablemente unido al Canal de Navarra, es la gran infraestuctura por la que Navarra ha
apostado para mejorar la gestión de la oferta y la demanda del agua en Navarra.
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La disponibilidad de recursos es básica para el desarrollo económico, para la planificación
del territorio, para la viabilidad de las zonas rurales, y sobre todo para la producción de alimentos.
Navarra apuesta claramente por el Sector Agroalimentario*, en gran medida sustentado por el
regadío.
Con este objetivo surgió una ejemplar colaboración interadministrativa Estado-Gobierno
de Navarra para la construcción del EMBALSE DE ITOIZ Y EL CANAL DE NAVARRA. Fueron declarados
de interés general por la Ley 22/1997, de 8 de julio, e incluidos en el Plan Hidrológico del Ebro
aprobado por Real Decreto 1664/1998, de 24 de julio. La ejecución de las obras del embalse la
realizó la Administración Central colaborando el Gobierno de Navarra en la expropiación de los
terrenos. En cuanto a la ejecución del Canal se realiza por la sociedad pública estatal CANASA
con 60% de capital del Estado y 40% de la Administración Foral. Las obras se financian al 50%
por las Administraciones públicas en la proporción 60/40 y el otro 50% por los usuarios.
El sistema Itoiz-Canal de Navarra permite la presurización natural del agua en la mayor
parte de 59.160 hectáreas de regadío competitivo con garantía de abastecimiento y de calidad, y
se beneficia de aprovechamientos energéticos que están contribuyendo a costear las
infraestructuras.
*El Sector Agroalimentario genera un 6,7% del PIB. Factura 3.300 millones, siendo el pilar
de la economía de muchos municipios. Está formado por 1.200 empresas y 24.000 explotaciones
agrarias, y sustenta un total de 28.000 empleados aproximadamente.
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La cantidad total de agua que Navarra precisa actualmente para atender las DEMANDAS de
abastecimiento urbano, industrial y de los regadíos asciende a un total de 906 Hm3/año.
Los usos domésticos, comerciales y los servicios municipales necesitan un total de 60
Hm3/año. En la actualidad el 75% de los municipios y el 90% de la población tienen
abastecimiento mancomunado. La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona tiene el
más bajo porcentaje de pérdidas de agua de España.
La industria consume unos 50 Hm3/año.
Como en el resto de España el regadío es el principal consumidor de agua (con el 87%
de la demanda total).
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La demanda de agua de los regadíos navarros ha ido aumentando progresivamente
debido a las decididas políticas de creación y consolidación de regadíos adoptadas desde
principios de este siglo.
El Plan Foral de Regadíos de 1999 con horizonte 2018 planteaba la creación de nuevos
regadíos y la mejora de los existentes con una previsión de actuación de 88.311 hectáreas, de las
que en 2012 se han finalizado 36.851 con una línea de actuación sostenida en el tiempo, y un
mayor impulso EN LOS ÚLTIMOS 5 AÑOS.
Este importante esfuerzo inversor en infraestructuras está, además, orientado al control y
al uso eficiente del agua, a través de la implantación de sistemas y técnicas avanzadas de riego
eficiente.
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La superficie dedicada al regadío en Navarra es de 116.487 hectáreas. Todavía
predomina el regadío tradicional, que se traduce en una presencia mayoritaria del riego POR
SUPERFICIE con una eficiencia valorada en 48%. El riego A PRESIÓN cuenta con 45.214
hectáreas con eficiencias de aplicación del agua del 75-85%. Las actuaciones públicas del Plan
Foral de regadíos son las que han dado lugar a la mayor parte de la superficie de regadío a
presión de Navarra, además de actuar modernizando 8.976 Has de regadío a manta.
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Como decía, se ha apostado por la CREACIÓN DE NUEVAS ZONAS REGABLES A
PRESIÓN COMO LAS DEL CANAL DE NAVARRA. De las 59.160 hectáreas previstas, en los
últimos 5 años se han construido 22.370 hectáreas en una primera fase.
Este regadío es un activo estratégico para mejorar el equilibrio territorial de Navarra a
través de una mejora sustancial en la productividad agraria, la diversificación de las producciones
y la reducción del riesgo que procura el paso de una agricultura de secano a una de regadío de
alta potencialidad. Al mismo tiempo, intensifica las relaciones entre la agricultura y la industria
agroalimentaria de fuerte implantación regional.
El consumo unitario en esta campaña 2012 ha resultado ser 5.621 m3/ha, cifra un 50%
inferior a la media de lo que consumen los regadíos tradicionales.
Del proyecto Canal de Navarra, me gustaría resaltar las siguientes características que lo
hacen interesante desde la perspectiva de mejora de eficiencia que hoy nos ocupa:
- Toda la zona regable es a presión, lo cual incrementa las posibilidades de
telegestión y de control y eficiencia.
- El Canal domina la mayor parte de la zona regable, por lo que se cuenta con
presión natural, sin consumos energéticos
- Concentración parcelaria y unidades de riego de al menos 5 Has.
- Sistemas de tarifas binómicos, que penalizan los consumos excesivos.
- Formación de regantes y CCRR. Servicio de asesoramiento al regante y servicio
de oferta agroindustrial para conectar con la industria.
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A continuación, un resumen de las principales medidas que se vienen aplicando en Navarra para
mejorar la eficiencia en el uso del agua.
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Hablar de eficiencia en regadíos y no tratar el tema energético supone una omisión importante en la
que no quiero incurrir.
Destaco por ello también un resumen de las principales medidas en las que se viene trabajando en
Navarra para la mejora de la eficiencia energética de los regadíos.
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Como hemos visto se ha avanzado mucho en los últimos años, pero aún queda margen de
actuación y específicamente en el campo de la I+D+i que debe ayudar a desarrollar nuevos conocimientos y
una mayor innovación tecnológica al servicio de la gestión del agua de riego.
El desafío que plantea en el ámbito rural la EIP-Water es abordar la interfaz entre la gestión del
agua en las explotaciones agrarias y la asignación de los recursos hídricos a la agricultura a nivel de cuenca,
así como la presión admisible sobre la calidad del agua.
Hoy no puede concebirse una gestión de la oferta y de la demanda sin una atención preferente al
desarrollo e implementación de TIC como herramienta básica para permitir una gestión racional y sostenible
de los recursos hídricos. Se ha empezado a trabajar en la implantación de SIG y de sistemas de telecontrol
en la comunidades de regantes de “segunda generación”, de manera que puedan responder con eficiencia a
las obligaciones que conlleva la gestión de un recurso natural escaso y vulnerable. Se necesita información
mucho más completa de los usos, consumos y eficiencia reales de los aprovechamientos del agua de riego,
así como de la calidad y cuantificación de los retornos.
INTIA ha considerado los proyectos europeos como una oportunidad para abrir espacios de
colaboración, innovar, e introducir mejoras tecnológicas. Cuatro son los proyectos europeos en los que
participa INTIA en este momento: Life AG_UAS, Life NITRATOS ,Life SIG Agroasesor y Territorios Fluviales
Europeos en el marco de Interreg IV B Sudoeste Europeo. También participamos en el proyecto LIFE en
evaluación REGADIOX que busca estudiar la fijación de CO2 atmosférico y reducción de emisiones de
gases efecto invernadero mediante una gestión sostenible de la agricultura de regadío.
Como solución innovadora puedo citar el sistema concesional de la Zona Regable del Canal de
Navarra, que abarca tanto la construcción como la explotación de la zona regable de la primera fase del
Canal de Navarra. En la ponencia de Miguel Horta, Director de la División de Riegos e Infraestructuras de
INTIA, se explicará en detalle este proceso.
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