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EXCLUIDO DE PRÉSTAME | S C I P L I N A Y RESPONSABILIDAD DE LA EDUCACIÓN \úm. Barcelona, Majo IB5II LA SIGNIFICACIÓN DEL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO La empresa nacional que echó sobre sus tapaldas ¡a Falange —un poco alegre y de- portivamente primero, grave y dramática- mente, despuéstuvo que ser, desde su ori- gen mismo, una tarea resueltamente revo- lucionaria. Y, aunque la pasión política se .'ííiiía empeñado tozudamente en ignorar la auténtica dimensión del concepto revolu- cionarlo y a pesar de que ¡a demagogia y el tópico fácil han sembrado la confu- sión prostituyendo la terminología revolu- cionaria, no vacilamos en reiterar desde estas páginas -~que quieren ser estandarte de la inquietud cultural española— la niara exigencia de que desde el 1 de abril de in.lt) a asta parte, no puede si debiera o no ver asi, es ya otra cosa- - haber una poli- tiza de educación nacional, que no sea ite- rada e impuesta con un ritmo auténtica- tríente revolucionario. Tampoco puede olvi- darse y, si se ha olvidado en algún AdolKCr4, por ta: císs y rellenar* [ ¡^dTWto Tn't T£«"d.7 P°r RAMÓN ROQUMR, Pbro. • STAMOS lejos di \ desaprensivo director de ~londe.% que se permitió n alógico a dicha revista I que "Dios no ea época, de Hulox, el Revu* de Den* l u i r un articulo ivlado, alegando lidad"; y más todavía de la. de Robespierre quien afir- iiwlia que "vi ateísmo ea aristocrático". Hoy el problema de Dios ocupa oí centro privilegiado do la atención de los pensadores y el ateísmo ha invadido las vastas zonas de la vklu popular; si no sonara peyorativamente 1H frase, diri&su que se ha "democratizado". Claro que entre un libertino del gran siglo y un "»•» Dios" de I» Rusia contemporánea hay diferencia no- table. Que el primero, fatuo y petulante, no quería nada por encima fie su persona, mientras que el segundo ataca, a Dios no como a Señor del Universo sino como aliado de las clases dirigentes, confundiéndolo con el "burgués". Pero si queremos precisar-con rigor un con- cepto y no perdernos en consideraciones sociológicas, nos som fuerza prescindir de la historia y lanzarnos A descifrar el por qué y el cómo de la negación de la existencia de Dios. Solo como ilustración de lo sistemá- tico puede aceptarse ol recurso a casos concretos. Lo primero que choca después de dilatadas lncursionta por la [ronda de las pruebas de la existencia de Dios es la existenci lo recuerda: "un verdadero ateísmo es cosa por d«m&s difícil y sutil". Kn efecto; si por cual- quier via se llega a ver claro que la existencia del hombre es constitutivamente religada (a Dios, se entiende), no tiene sentido —teorético al menos — el ateísmo. Ni siquiera constituye un proble- ma la posibilidad de encubrirlo (a Dios, naturalmente). l<o que podría llegar a ocurrir seria un vivir "como si" Dios no existiera, como si no reinara sobre el mundo. Ateísmo práctico este, que si es pavoroso como forma <le vida individual y social— léase ¡a pastoral del recientemente fallecido Cardenal de París, "L* eens de Dieu" ofrece ftt análisis filosófico escaso ínteres. El fariseo que se dice creyente en Dios y en realidad adora al mundo, al poder o al dinero es un fenómeno de escasísimo interés doctrinal, aunque merece *1 cfJo apostólico que le induzca a un cambio de vida. No nos interesa en esta ocasión Tampoco hace al oaso el iteudo ateísmo de los que creen que no creen en Dios, como dice Marltain en BU reciente opúsculo: "L>a significatlon de l'Athéisme conteníporain", pero que an realidad creen inconscientemente en El, porque el Dios cuya existencia niegan no es Dios, sino ia. ,Basta corregir la nomenclatura pare dejar en claro su situación. Quedun quienes niegan realmente la existencia del verdadero Dios, Creador, Salvador bre esta infinitamente por Mi cima de todo otro que podamos pronunciar. Estos • su existencia desligada sino que deben justificarlo. Se hallan con la obligación sma de valorea al uso y de destruir cuanto les podria sugerir el nombre re- atientes decididos ocntra la trascendencia divina y todo vestigio de la misma. . Zubiri cualquiera otra coa toa áteos absolutos, y Padre, cuyo nom tales no solo sienter de cambiar el slat< chazado. Son < Entre la pléyade de escritores contemporáneos que se jactan de profesar un semejante ateísmo, destaca por su influencia Gide. Copiamos dos ír Mes característica», para ejemplificar lo dicho. "El solo Dios en quien podría creer - h a escrito en "Jourpar— disperw en la naturaleía, conce- do que no merece e! nombre de Dios". Apostasia solemne, pero sobrenaturada de despecho, que, ; quién sabe si no encubre una añoranza? Y. en "Kouvellca nourritures", se levanta "desnudo so- bre Ja^tierra virgen, bajo un cielo & repoblar" (alegoría que representa el naturalismo integral' y profligue: "pero con todo, lo que antaño llamaba Dios, este revuelto amasijo de nociones, de sen- timientos, de impulsiones..., todo esto me parece hoy. cuando lo pienso, mucho más digno de in- terés que el resto del mundo, qne mi mismo y que toda la humanidad". Aunque la tradicional noción de Píos puede quede desfigurada, late bajo las candentes palabras una confesión de que no ha logr-itlo repoblar el cielo y que la tierra, incluida la humanidad, no es tan virgen, ni tan »ed*roM pora subUtulr ventajosamente la tradicional creencia. tnto, i tai naturalmente, de mayor gravedad— que •¡•ara esto se hizo la guerra y se ganó la Victoria, gracias a la acumulación de esos impulsos revolucionarios feUxmente dirigí- fio». Alcanzado el poder, ¡legó ta ocasión de i r-aJí.jar la tarea revolucionaria "desde arri- ««" y ello justifica plenamente el Hecho •le que el Estado recabe para si toda ta autoridad y la responsabilidad para diri- gir e impulsar, en este caso concreto, el vasto repertorio de actividades e inicia íi- cas qne vienen a integrar la cultura de una nación y la educación de un pueblo. Y es en este sentido que afirma el punto 23 de la Falange: "Es misión esencial del Esta- do, mediante una disciplina rigurosa de ta educación, conseguir un espíritu nacional inerte y unido...". Ahora bien, la cultura lm hace, ta crea, wna sociedad; la educación -un determinado o variable nivel de edu- cación—• solamente la posee una sociedad- Deber del Estado —tan riguroso como el vigilante ejercido y custodia de sus üe- rec}io4 — -es, en primer lugar, dotar a tOi sociedad de los instruttient os t o s medios y tos estimulas para CJMC 9t> forme y eduque. Correspondiendo a este deber del astado, tiene ta sociedad ¡a obligación de perfeccionarse humanamente, y para, ello, debe disfrutar de una relativa libertatt, sí bien le cabe al astado un dere- cto de tutela y vigilancia sobre el uso que tlp esta libertad se haga, yue existo uno razonable disciplina de la educación no quiere decir que se pretenda imponer ni si- quiera tolerar una usurpación del Justado en ¡as fundones de ta sociedad, tnen por allanamiento de sus derechos o por suplan- tación en su ejercicio. Pues no se educa desde un Ministerio o una inspección dv 1.' Buseñanta, nitto en la escuela y en ta cátedra; a través de ta prensa y el libro, como tampoco se hace cultura desde cual- quier Rectorado o una Dirección General, sino en el laboratorio y el seminario; a través de conferencias, viajes, e intercam- bio de comunicaciones sobre descubrimien- tos y progresos de la investigación en todo el mundo. Fn resumen, la disciplina es orden, y el arden requiere que cada co.ia esté en su sitio, ¡i que cada uno —Estado, Sociedad, Universidad, corporaciones e individuosguarde el suyo con celoso y eftamte sen- tido de la propia responsabilidad. m-y-u i-,. •.'.'.u-cea^uS»soanB

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Page 1: LA SIGNIFICACIÓN DEL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEOunav.pdf · Claro que entre un libertino del gran siglo y un " »•» Dios" de I» Rusia contemporánea hay diferencia no-table. Que

EXCLUIDO

DE PRÉSTAME | S C I P L I N A YRESPONSABILIDADDE LA EDUCACIÓN

\úm. Barcelona, Majo IB5II

LA S I G N I F I C A C I Ó N DELATEÍSMO CONTEMPORÁNEO

La empresa nacional que echó sobre sustapaldas ¡a Falange —un poco alegre y de-portivamente primero, grave y dramática-mente, después— tuvo que ser, desde su ori-gen mismo, una tarea resueltamente revo-lucionaria. Y, aunque la pasión política se.'ííiiía empeñado tozudamente en ignorar laauténtica dimensión del concepto revolu-cionarlo y a pesar de que ¡a demagogiay el tópico fácil han sembrado la confu-sión prostituyendo la terminología revolu-cionaria, no vacilamos en reiterar desdeestas páginas -~que quieren ser estandartede la inquietud cultural española— la niaraexigencia de que desde el 1 de abril de in.lt)a asta parte, no puede —si debiera o nover asi, es ya otra cosa- - haber una poli-tiza de educación nacional, que no sea ite-rada e impuesta con un ritmo auténtica-tríente revolucionario. Tampoco puede olvi-darse —y, si se ha olvidado en algún

AdolKCr4, por ta:

císs y rellenar* [

¡^dTWto Tn't T£«"d.7 P°r RAMÓN ROQUMR, Pbro.

• STAMOS lejos di\ desaprensivo director de

~londe.% que se permitió nalógico a dicha revista

I que "Dios no ea

época, de Hulox, elRevu* de Den*

l u i r un articuloivlado, alegandolidad"; y

más todavía de la. de Robespierre quien afir-iiwlia que "vi ateísmo ea aristocrático". Hoy el problemade Dios ocupa oí centro privilegiado do la atención delos pensadores y el ateísmo ha invadido las vastas zonasde la vklu popular; si no sonara peyorativamente 1Hfrase, diri&su que se ha "democratizado".

Claro que entre un libertino del gran siglo y un "»•»Dios" de I» Rusia contemporánea hay diferencia no-table. Que el primero, fatuo y petulante, no quería nadapor encima fie su persona, mientras que el segundoataca, a Dios no como a Señor del Universo sino comoaliado de las clases dirigentes, confundiéndolo con el"burgués". Pero si queremos precisar-con rigor un con-cepto y no perdernos en consideraciones sociológicas,nos som fuerza prescindir de la historia y lanzarnosA descifrar el por qué y el cómo de la negación de laexistencia de Dios. Solo como ilustración de lo sistemá-tico puede aceptarse ol recurso a casos concretos.

Lo primero que choca después de dilatadas lncursiontapor la [ronda de las pruebas de la existencia de Dios es la existencilo recuerda: "un verdadero ateísmo es cosa por d«m&s difícil y sutil". Kn efecto; si por cual-quier via se llega a ver claro que la existencia del hombre es constitutivamente religada (a Dios,se entiende), no tiene sentido —teorético al menos — el ateísmo. Ni siquiera constituye un proble-ma la posibilidad de encubrirlo (a Dios, naturalmente). l<o que podría llegar a ocurrir seria unvivir "como si" Dios no existiera, como si no reinara sobre el mundo. Ateísmo práctico este,que si es pavoroso como forma <le vida individual y social— léase ¡a pastoral del recientementefallecido Cardenal de París, "L* eens de Dieu" — ofrece ftt análisis filosófico escaso ínteres. Elfariseo que se dice creyente en Dios y en realidad adora al mundo, al poder o al dinero es unfenómeno de escasísimo interés doctrinal, aunque merece *1 cfJo apostólico que le induzca a uncambio de vida. No nos interesa en esta ocasión

Tampoco hace al oaso el iteudo ateísmo de los que creen que no creen en Dios, como diceMarltain en BU reciente opúsculo: "L>a significatlon de l'Athéisme conteníporain", pero que anrealidad creen inconscientemente en El, porque el Dios cuya existencia niegan no es Dios, sino

ia. ,Basta corregir la nomenclatura pare dejar en claro su situación. Quedunquienes niegan realmente la existencia del verdadero Dios, Creador, Salvador

bre esta infinitamente por Mi cima de todo otro que podamos pronunciar. Estos• su existencia desligada sino que deben justificarlo. Se hallan con la obligaciónsma de valorea al uso y de destruir cuanto les podria sugerir el nombre re-atientes decididos ocntra la trascendencia divina y todo vestigio de la misma.

. Zubiri

cualquiera otra coatoa áteos absolutos,y Padre, cuyo nomtales no solo sienterde cambiar el slat<chazado. Son <Entre la pléyade de escritores contemporáneos que se jactan de profesar un semejante ateísmo,destaca por su influencia Gide. Copiamos dos írMes característica», para ejemplificar lo dicho."El solo Dios en quien podría creer - h a escrito en "Jourpar— disperw en la naturaleía, conce-do que no merece e! nombre de Dios". Apostasia solemne, pero sobrenaturada de despecho, que,; quién sabe si no encubre una añoranza? Y. en "Kouvellca nourritures", se levanta "desnudo so-bre Ja^tierra virgen, bajo un cielo & repoblar" (alegoría que representa el naturalismo integral'y profligue: "pero con todo, lo que antaño llamaba Dios, este revuelto amasijo de nociones, de sen-timientos, de impulsiones..., todo esto me parece hoy. cuando lo pienso, mucho más digno de in-terés que el resto del mundo, qne mi mismo y que toda la humanidad". Aunque la tradicionalnoción de Píos puede quede desfigurada, late bajo las candentes palabras una confesión de queno ha logr-itlo repoblar el cielo y que la tierra, incluida la humanidad, no es tan virgen, ni tan»ed*roM pora subUtulr ventajosamente la tradicional creencia.

tnto, i tainaturalmente, de mayor gravedad— que•¡•ara esto se hizo la guerra y se ganó laVictoria, gracias a la acumulación de esosimpulsos revolucionarios feUxmente dirigí-fio». Alcanzado el poder, ¡legó ta ocasión dei r-aJí.jar la tarea revolucionaria "desde arri-««" y ello justifica plenamente el Hecho•le que el Estado recabe para si toda taautoridad y la responsabilidad para diri-gir e impulsar, en este caso concreto, elvasto repertorio de actividades e inicia íi-cas qne vienen a integrar la cultura de unanación y la educación de un pueblo. Y esen este sentido que afirma el punto 23 dela Falange: "Es misión esencial del Esta-do, mediante una disciplina rigurosa de taeducación, conseguir un espíritu nacionalinerte y unido...". Ahora bien, la culturalm hace, ta crea, wna sociedad; la educación-un determinado o variable nivel de edu-

cación—• solamente la posee una sociedad-Deber del Estado —tan riguroso como elvigilante ejercido y custodia de sus üe-rec}io4 — -es, en primer lugar, dotar atOi sociedad de los instruttient ost o s medios y tos estimulas paraCJMC 9t> forme y eduque. Correspondiendo aeste deber del astado, tiene ta sociedad ¡aobligación de perfeccionarse humanamente,y para, ello, debe disfrutar de una relativalibertatt, sí bien le cabe al astado un dere-cto de tutela y vigilancia sobre el uso quetlp esta libertad se haga, yue existo unorazonable disciplina de la educación noquiere decir que se pretenda imponer ni si-quiera tolerar una usurpación del Justadoen ¡as fundones de ta sociedad, tnen porallanamiento de sus derechos o por suplan-tación en su ejercicio. Pues no se educadesde un Ministerio o una inspección dv1.' Buseñanta, nitto en la escuela y en tacátedra; a través de ta prensa y el libro,como tampoco se hace cultura desde cual-quier Rectorado o una Dirección General,sino en el laboratorio y el seminario; através de conferencias, viajes, e intercam-bio de comunicaciones sobre descubrimien-tos y progresos de la investigación en todoel mundo.

Fn resumen, la disciplina es orden, y elarden requiere que cada co.ia esté en susitio, ¡i que cada uno —Estado, Sociedad,Universidad, corporaciones e individuos—guarde el suyo con celoso y eftamte sen-tido de la propia responsabilidad.

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Al evouir, lioy, la figura ue .Tosí Anto-nio, inti'it'sa más destituir su carácter vi-vo de jirqoetipo hmnaiio, que su gloriosacondición de héroe mucrtot, porque eaten-ilctnog que así conriiene mejor a nuestro,propósito de presentarle como modelo per-durable de enseñanzas políticas. NnjtUiMl-niente 4110 lio nos refei-irrioN ahora a lapolítica como profesión o como motivo demsptx-Jal dedicación «1 regimiento de ION¡«-'líoclos pública)», sino, cu su más nobletinepción de punto — ideal y real a Javez — donde confluyen y se enitrocrawwidi «te los menudos intereses a los másKinudeti ufanes cblieetlvos de los hombres.

.Tosí Antonio uo fue — primero porqueLIO quiso y después porque ya no pudovoIvettK- afros — lo que cuín lilimente sulia dado eu llamar "uu hombro de BUtiempo". Por sentirse eu rebudia *i>ntrat'l minuto que le rodeaba, contra IOH "hom-bns de eu tiempo" propiamente, luvu qniielegir vi camino revolucionario. I*ei-<>, pre-cisamente eu esto no haber «Ido hombreili" su tiempo, etfiá. la clave que no» expli-ca senidlU y claramente, sin necesidad deucudlr a raesianieimos visionarios, la ün-presiuiiiinCe actualidad, la tresna vigencdiiile sus easuñanzagt José Antonio s:' antici-pó n su generación y por esto tuvo mas"seguidores" que "colaboradores" y ha Uf-uUA) nías "discípulo**" que "iitiitaklHires".José Antonio fue un nombra hecho par»nuestro tiempo^ de la talla, el temple y 1*mentalidad que el mundo de hoy necesitapara salvara-. Esto agrava la triste orfanrtad en que nos dejó, y aunque sus m)U«fie* seguidores se afanen en actualizar.su doctrina, lo hacen — inco attcirn lamen-to y ano contra su voluntad — con 1»ULentalidad je lo que ya ©ntonoes tfrart:hombres do su tiempo, y que ahora HO vanqui'dnntlb eu "hombres de otro tiempo"...V en ello radica el gran pelfgro de las"revlsloaes" y tus "actualizaciones" delpensamiento <te José Antonio qu« algunospropugnan. Porque nb se trata de adap-tar suñ palabras » la situación prevente,con milagros de preirtWigltación y terglver-NauioneB leguleyo», sino, sencillamente dehacer lo mas difícil: adecuar nuestra con-ductn y nuestra vida misma a las normiisy exigencias de sa doctrina.

Así. boy, mientra» los cimientos de lasociedad burguesa crujen bajo el pe«o delas masas encaramadas en el poder; cuan-do tanto se habla de la proletariziicion dela sociedad, de la «desaparición de la cía.se inedia y de la postergación del espírituant« la ¡irrogjtnciji de la moderna Mtn»-cracln, íw'alaan voces que pretenden le-vantar al mondo, proclamando, umu>, la"rebelión U» las minorías" y otras, gritando: "¡aristocracias de todo el mund«,anfbs!". Mas, si «e quiere arnuicar n lasociedad moderna del cieno de la proleta-riza ció n y masifleaniun en que tvlla misma— por su ambición desmedida que 1» bulleiiido hasta la saturación de sí misma) —se ha hundido, ello no se logrará levan-tando niievíHni'Qte la bandera de la lucha<le claae», porque hoy, la oíase ite "losmás". Instalada sobre «1 paño marfUefio

I N F O R M A C I Ó NP R O F E SH O N A L

Ha sido nombra-do para laCátedra de Petrografía de laUniversidad de Barcelona, elilustre doctor don AlfredoSanmiguel Arribas, al quedamos la tmhorabuena y labienvenida en nombre du to-dos los licenciados ^"doctoresde este Distrito Universitarioy del Departamento du Edu-cación Nacional.

B. 0. E. 7 abril 1950:Orden de 8 de marzo dt

195Oj por la que se anuncia aconcurso de traslado la cáte-dra de " Geografía (.lene ral yde España" de la Facultadde Filosofía y Letras de laUniversidad de Oviedo.

**#

Orden de 8 de marzo de1950, por lá que se anuncia ;iconcurso de traslado la cáte-dra de "Historia Antigua,Universal y de España" de iaFacultad de Filosofía y l e -tras dé la Universidad de Sa-lamanca.

B. 0 . E- de 9 abril 1950:Orden de 8 de marzo de

1950, por la que se anuncia aconcurso de traslado la cáte-dra de "Geografía general deEspaña" de la Facultad deFilosofía y Letras de la Uni-versidad de Granada.

***1». O. B. 10 abril 1950:Decreto de 24 de marzo

de] bi.stón, ha dejado do ser

Señalamos, como notamas destacada del presen-te mes la presencia i'11

Barcelona dil Excino. se-ñor Ministro de Educa-ción Nacional, don .J»sélbáñtz Martín, que IJII« dó

labor que esta Jluk^icmiide Educación Nadmul < •>•tá naiizaiido cu Barccb-na. Fue visitado por nues-tro Delegado Provincial,dan E u g e n i o FuentesMartín, que le expuso laadhesión del Departamen-to y, de la r e v i s t a' 'LAYE'', adhesión queahora renovamos desde es-tas columnas.

de 1950, sobre FormaciónReligiosa, Educación Física,y Formación del EspírituNacional en los Centros, d¡.?Enseñanza Media y Profe-sional

B. O. E. 12 abril 1950:Decreto de 24 de marzo de

1950, por el que se rtgulanlos estudios de los Centros de.Enseñaba Media y Profe-sional.

B. 0- E.. 13 abril 1950:Rectificación al Decreto de

24 de marzo de 1950, por elque se regulan los estudios de

los Centros de EnscfianeaMedia y Profesional.

#««B. 0. E. 14 abril 1950:Orden de»25 de marzo de

1950, por la que se convocan-a oposición las cátedras de"Üistoria del Arte" de UFacultad de Filosofía y Le-tras de las Universidades d<?Ui Laguna y Oviedo.

B. O. E. 15 abril 1950:Orden de 4 de marzo de

1950, por la que se apruebael Beglamento de las Escue-las de Ingenieros Industria-les.

»*# --B. 0. E. 23 abril 1Ü50:

' Orden de 3 de abril de1950; por la que se convoca aoposición la cátedra de "De-recho Canónico" de la Unilversidad de ¡

B. 0 . E. 25 abril 1950:Orden do 12 de abril de

1950, por la que se convocaa1 oposición la cátedra de"Historia General de la Cul-tura" de la Facultad de Fi-losofía y. Ijetras.de la Uni-versidad de Granada.

* « *B. 0 . E. 29 abril 1950:Orden de 31 de marzo de

1950, por la que se disponela publicación del Escalafónde catedráticos numerariosde Universidad.

latera y

Hay que arrumbar, pues, pj mito tr&gicodo laa clases — aquel insolento y vanid<yso "aun hay clases" — j restablecer lasauténtico» -aí tegorii»" de i» íiociedad. Cni-legoríiis ea el trabajo y en el ingenio; vi>el señoría y eu o talento, en el mandarí t n H hacer. A ello apnntabn José AnWIno con sn fina Intención al " distinguir"d«l trabajo manual y aun del intelectual,aquel, "magisterio de costumbres y rfiflnamiento» al que heñios aludido y» desde es-t;i columna, un tanto solitaria, Refina-miento que no puede confundirse con el<lisfrnt<? sensual de unas ventaja* materia-les, para el qaa guarda José Antonio unode BÚA raáa duros y despectivos Juicios alS l rmar "...los qno se aferrnn al goce sintermino de opulencias gratuitas, los quereputan más y mas urgente la sntlsfaccióiide sns últimas superfluidades que el soco-

• ITO del hambre de na pueblo, ésos. Intér-pretes materialista* del mundo son losverdadero» bolcheviqa^. V COS UN BOI,CHEV1SMO DE ESPANTOSO REFINA-MIENTO: E I J BOLCHEVISMO DE LOSPRIVILEGIADOS" ("A. B. O."*, 81 de Ju-lio de 1&35).

BOLETÍN CULTURAL EDITADO POR LA DE-LEGACIÓN DE EDUCACIÓN NACIONAL DELDISTRITO UNIVERSITARIO DE CATALURA

Y BALEARES

REDACCIÓN: EN LA DELEGACIÓN DEEDUCACIÓN ' NACfONAL; JEFATURAPKOVINdAL DEL, MOVIMFENTO, PASEO

DE QEACIA, 38. BARCELONA

ESTE BOLETÍN SE DÍSTRIBUYE ENTRE TODOF.L PROFESORADO OFICIAL DE ESPAÑA Y ATODOS LOS COLEGIADOS EN CIENCIAS Y LE-

TRAS DE BARCELONA

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D E E N S E Ñ A N Z A M E D I AAcremente se censura a la juventud uni-

versitaria actual desde algunos sectores, ta-chándola de poseer "más codicia que ambi-ción, más afán de comodidad que de reno-var, más respeto indiferente a los hombresviejos, que redescubrimiento de los auténti-cos'*, v hasta ^ dice que nuestra Universi-dad llena de alumnos, se encuentra vacía dejuventud".

Muy duras son estas afirmaciones hedíasasi, sin más preámbulos; mas hay qu« reco-nocer que tienen su fundamento en un he-c/iO real que .no se señala: la imperiosa ne-cesidad de dar solidez, firmeza y prestigio ala Enseñanza, en todos sus grados, tantomás cuanto que, habiendo medios propiciospara lograrlo, solamente lo imposibilitan cir-cuistancias aleatorias que cada día aparecenpuestas en mayor evidencia.

(y se toma la Enseñanza Universitaria co-mo continuación de la Media, lo cual'es ab-surdo, ya que la Universidad tiene funciónpropia y bien <l«finida en su labor de st'mi-n;¡ '•¡o, laboratorio e investigación, no fábricade Bachilleres como creen algunos, o porel contrario, se considera dicha enseñanzacomo resultado <Íe cultivar la Universidadlos más altos grados del saber humano.

En este caso es preciso que el escolarl'egue a eila no sólo con el deseo de sabery aprender, sino con ana doble prepara-ción: la espiritual, que (anto contribuye rnla formación de su personalidad, educándo-le en; un ambiotite de sana moral, recta jus-ticia y exquisita bondad, y la cultural ca-paz de colocarle en las mejores condicio-nes de poder emprender y seguir con pro-vecho, los estudios universitarios.

Esta doble labor es la que debe realizarla Enseñanza Media, y mequiere una con-dición previa esencia], hoy. más necesariaque nunca debido al desbordamiento queiiflpera en ella: la selección de] profeso-rado.

Resulta altamente contradictorio que,mientras el Estado sigue eligiendo escru-pulosamente sus profesores de Enseñan/aMedia relegándolos a la función docente, yen cualquier otra profesión el intrusismoes perseguido por la Ley, en cambio en ladfücada misión de procurar la formacióncultural y espiritual de los'futuros escola-res "universitarios, no se ponen trabas acuantos desaprensivos se dedican a la En-señanza Media en la esfera no oficial. ¡Y.cuidado que el anecdotario es ya rico enreferencias de todos los matices, y que Ios-Colegios oficiales de Licenciados y Docto-rr.i reclaman continuamente para suprimí itale» abusos!

¿No es ésta, acaso, «na de las causasque más contribuyen a conservar el carác-t:-r memoristico en nuestra Enseñanza Me-dia y sus exámenes, impidiendo que todoello tonga el nivel docente que su natura-leza y finalidad requiexen?

Es verdaderamente • anacrónico, que des-pués de recomendarse en el preámbulo d-;la Ley Sainz Rodríguez,- la necesidad desustituir la técnica inemorística "por unaacción continuada y progresiva sobre );¡nw'-italidad del alumino que dé por res'.i!-tadn, no la práctica de recitaciones efíme-ras y pasajeras, sino la asimilación defini-tiva de elementos básicos de cultura", no-Ciitontremos con unos cuestionarios oficia-les por los que campean las realidades másopuestas que la Ley se propone conseguir;quien con detenimiento tos lea , y coteje,podrá observar en ellos no sólo la falta deconexión entre las materias afines, sino laau&eiicia total de toda unidad pedagógica.

¿Oómo es posible que en estas condicio-nes, los escolares preuniversitarios puedanasimilar ¡os elementos básicos de culturaque se desea que adquieran ?

Una Ley que en su contenido abre por-tillos por los que al alumno calificado con3, 2 y hasta 1 punto, le permiten escamo-teai durante siete años, los conocimientosmás elementales en dos asignaturas cadacuiso, es el procedimiento indirecto parareconocer el derecho a la vagancia en quienno desea estudiar, fomentar el desinteréspor aquellas disciplinas que no agradan, ylo que es más grave, mutilar la labor do- •caite del profesor, cercenándole todo esti-mulo entusiasta en el recto cumplimientode su deber.

Que tan grave error se lia tenido eii(.uenta en la reciente disposición creadorade los Institutos laborales, no cabe duda,pues lo prueba el hecho de volver rn estos

Centros a la clásica calificación, tan genuí-ñámente nuestra, de Suspenso, Aprobólo,Notable y Sobresaliente,

listos defectos de gran monta y otrasmuchos de pequeño detalle, han ido crean-do durante estos últimos once años, unambiente* de enrarecimiento en la Enseñan-za Media que ya no se mitiga con lo; ni.-dios coercitivos propios que en tocia ensa-ñan'a bien organizada deben existir.

Hace un par de años llegó a conocimien-to de la publicidad, el hecho practicado enalgunos Oentros, y que consistía en ejerci-tar a los alumnos en vísperas do las i>n.bas del examen de Esiado, a que éstos sepasaran entre sí los ejercicios escritos, sinser vistos por el profesor que vigilaba; yhasta en los pasillos de alguna Universidadse lian presenciado escenas de arrojar pa-peiilos a las aulas de los examinandos porparte de personas que no eran escolaraprecisamente y de los que por su atuendopersonal, cabria esperar de ellos un con-cepto más serio y noble de lo que es laeducación de la juventud.

9e dirá acaso que éstas son las formascon que hoy se manifiesta nuestra picares-ca estudiantil, pero ce lo cierto que todoello unido a "que durante los siete años.de estudio se han pasado de cualquier ma-nera, lal vez, y esto lo sabe todo el mun-do, por medios inconfensables" (esta frase esharto conocida) se ha concluido por crearana tónica "sui generis" en una amplia zo-ni estudiantil, con lo que hay que conveniren dar la razón a quienes temen "el ries-gc de que nuevamente se malogre la futuraclase dirigente, cuya ausencia tantas vecesh;i puesto la sociedad española al borde desu total ruina"; y por nuestra parte, añadi-rnos nosotros, que PSOS riesgos no provienenprecisamente del hogar paterno, al presen-

ciar los hijos en las discusio-nes Ha sobremesa "el ejem-plo JÍ los criterios de papásobre la carrera de más pe-setas, los criterios y apurosde mamá sobre el abrigo demenos pesetas", sino que enla sociedad de hoy, hay con-taminado algo más que el"ambiente de la familia bur-guesa española" para hacer aésta "la principal culpable enla taren formati-wi de sushijos".

A. O. T.

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A PROPOSITODE LOS NUE-VOS CENTROSDE ENSEÑAN-ZA MEDIA VPROFESIONAL

Es este tercer intento legalpara el establecimiento en los me-dios rurales de la Segunda En-señanza. E! llorado General Pri-mo de Rivera creó los Institutoslocales, anulados por la RepiiMi-ca, que dio paso después a losInstitutos elementales. La baseIII de la Ley de 13 de julio úl-timo encomendó al Ministerio deEducación Nacional la redacciónde un plan para la creación ydistribución de los Centros deEnseñanza -Media y Profesional.

El decreto de 23 de diciembrede 1949 aprobó el plan general<íe creación y distribución de loaCentros, de grado docente medio,que tendrán por especial objetoponer esta enseñanza al alcancedel mayor número posible de es-colares, Iniciarlos en las prácti-cas de 'a moderna técnica profe-sional y capacitarlos para el in-greso en Escuelas y Centros téc-

Es intención del legislador aco-meter ¡a Implantación gradual deestos Centros conforme a las con-dicionas demográficas, a las ca-racterUticas naturales de las co-marcas y ai apoyo g«e presten alEstado tos Municipios w oíros en-tidades públicas o privadas. Losestablecimientos de alumnas, don-de boy se cursa el Bachilleratouniversitario, podren transformar-se en Centros de Enseñanza Me-dia y Profesional femeninos.

Para esto se instituye una nue-va modalidad del bachilleratoelemental, que forme para la viday para la escuela.

Cuando todavía los profesiona-les de la enseñanza no nos hemospuesto de acuerdo en este puntoconcreto de la finalidad primor-dial de los estudios medios, se nosdice desde el "Boletín Oficial" queel nuevo bachillerato llenará am-bos objetivos. Los alumnos debe-rán salir d6 los nuevos Centroscon un modesto título de bachi-lleres elementales, pero ellos he-rán hombres, cristianos y espiüo-les preparados para triunfar inla vida, en la técnica profesionaly en los estudios superiores. Sicristaliza este honorable clasismo,serán ellos la envidia de nuestrosflamantes bachilleres universita-rios, con Examen de Estado y to-do, muchos de los cuales, triste esconfesarlo, fracasan estrepitosa-mente en la Universidad y no sonmás afortunados en la penosa lu-cha por la existencia.

Por eso me atrevo humildemen-te a proponer la conversión enprofesionales de todos los presti-giosos Institutos Nacionales deEnseñanza Media. Decretada lamutu&ción es muy posible que

•lumnofl oficiales. Tengo a la vis-ta la estadística del curso 1947-48.H»y dos Institutos cuya m&tncu-la no llega'a cien alumnos ofi-ciala». Otros veintidós no alean-tan loe dos contenares; y, a juz-gar por el descenso de la matrí-cula en los Institutos barcelone-ses ui «tos últimos años, cstoj

seguro, de que el cuadro del cuiboactual serla mucho más desconso-lador. Centros de Barcelona, Za-ragoza y Bilbao con poco más decien escolares non síntomas de al-gún gravísimo mal que dobe soratajado valientemente.

Convertidos nuestros Iuatítutosen laborales es de suponer quese acometerla la tarea de su dls- 'tribución geográfica, o de su su-presión. Refiriéndome a Barcelo-na, sostengo la opinión, aunquepersonalmente pudiera perjudicar-me, que sobra más de uno de sussiete Institutos Nacionales. Loscuatro masculinos pueden muybien quedar reducidos a dos sinmengua pedagógica y con unamuy considerable economía pre-supuestaria. Las estudiantes esta-

vidas. El Instituto -Ramiro deMaeztu" de Madrid educa él soloa más colegiales que entre loa

reunidos; y el "Lope de Vega" yel "Isabel la Católica", muchas

tres femeninos.Cuando se equipararon en or-

den a enseñanza media oficial am-bas ciudades no se tuvieron encuenta las características •natura-les de sus comarcas.

Se acometería luego una distri-bución más racional de los super-vivientes convertidos. Hoy funcio-nan dos Institutos masculinos enla misma barriada de San Gerva-sio, distantes uno do otro apenastrescientos metros, y barrios tanpopulosos como Sarria, Gracia,Sans, Horta o Pueblo Nuevo y po-blaciones tan abundantes en ju-

- ventud como Badalona, Tarrasa,Sabadell y Matará carecen de to-do Centro Oficial de EnseñanzaMedia. La ley Sáinz Rodríguez in-tentó que los centros privados deenseñanza sirvieran de "no>leemulación" a los institucionesoficiales. He estudiado "noble-mente" el emplazamiento de lasEscuelas Fias en Barcelona y suprovincia. Son también siete suscolegios de Bachillerato, emplaza-dos en Sarria, Diputación, Balmes,Ronda de San Pablo, Sabadell,Tarrasa y Mataré. Del "enemigo"el ejemplo dice el saber popular.La "emulación" que nos impusodon Pedro ha de incitarnos a co-piar "noblemente" este ejemploelocuente y otros varios que des-cubrirá el curioso lector de la Re-lación de Colegios legalmente re-conocidos publicada por el Oricialde Doctores y Licenciados enCiencias y Letras del DistritoUniversitario de Barcelona en 194'i.

Por si se decidiera el cambiode categoria de nuestros presti-giosos Institutos no puedo dejaren el tintero el posible apoyo querecibirla el Estado de Municipiosu otras entidades de por acá. Unsaborosísimo articulo que podríaintitularse "Las Tribulaciones deun Director" escribirla el otro,para relatar las. sufridas por uno

veinte profesores y tres adminis-trativos y trsf porteros, sube ybaja por la misma escalera quelos huéspedes de una pensión, e:dueño del inmueble, un docto far-macéutico y media docena de ve-cinos más. Y ni en su piso ledejaron en paz. Hete aquí que undia se le ocurre al Excmo. Ayun-tamiento abrir ,una calle y, pues-to du ¿to vi ordo coft una Importante •entidad bancaria, envían una bri-gada de obreros que .

prei ítthucio,derriban tapias, bóvedas y palo-mares y privan al prestigioso Ins-tituto de unos escasos metro.;cuadrados de recreo en donde lr>;;chicos desentumecían sus miem-bros entorpecidos por las largas

' ' oiar. Desde en-i los alui

los balcones para captar el airepuro y juegan mfta tardo en unaplaea pública con grave disgustode los vecinos, cuyos cristales sal-tan hecho añicos más do una ve¡:,y del vejo guardia urbano que nopuede alcanzarles en sus locas co-rrerías. Si el Instituto do ini ami-go el atribulado Director fuesede los nuevos gozaría del apoyodel Municipio y de otras entidad™y se albergaría en un flamanteedificio y disfrutarla de otras mu-;has ventajas cuya reseña dejaréparaquiebra

itros ami plum

ca de un solar en donde levantarun hipotético Instituto. Vlüitaa alseñor Gobernador y al señor Al-calde y el señor Delegado de Cul-tura del Ayuntamiento y al señorRector de la Universidad. Tratosy más tratos con agentes de fin-cas y arquitectos. Inspeccionasoculares de ca'sas y solares. Kilo-metros en taxi y en ferrocarril yhasta alguna frugal comida. Porfin, sin apoyo y sin amparo elatribulado Director decidió jubi-larse en el local de sus penas.AHÍ con doscientos alumnos y

INFLUENCIA DELA BANCA EN LA

CULTURAEsta frase la cñmos una ves

y en verdad que nos vimos im-pulsados* h cambiar, un verbopor otro, en cierto refrán, el cualdejamos, lindamente, transfor-mado como sigue: "Vivir paraoír".

Sin embargoJ después de re-capacitar, algo nos queda bu-llendo en el cerebro... y en el co-razón, ¡qué carawbalj puís ha-biendo sido siempre respetuoso*y tal, si a lo mejor nos "dispa-ramos", luego nos duele.

En fin: Vamos a intentar laenmienda de -nuestro inicial im-pulso. •

¿Qué función desarrolla la"banca" en $1 aspecto cultu-ral?

Entre las numerosas operacio-nes comerciales que se llevan aefecto a través de. la Banca, nohay duda de que ocupa un lu-gar destacado y más en la épo-ca actual, la exportación e im-portación de Libros. No obstan-te, si bien UÍW. parte de ellos essana y francamente de aspectocultural (¿por qué no instructi-vo?) el resto de los mismos ee,m tal aspecto, sólo "sedicente"citando no antídoto.

Prosigamos: ¿Cultura? ¿Cul-tura?... ¡Ah, si!

A trwés de la Banca seaprende "estenoritmia" y la.practican con intensidad funcio-narios y clientes. He aquí unaasignatura verdaderamente cul-tural.

Otra materia muy útil y queestá íntimamente relacionadacon las funciones bancarias, e-ndonde adquiere un inusitado des-arrollo, es la Gramática, princi-palmente' en su especie "parda".

No olvidemos Xa "Aguja deMareaf", además de la Geogra-fía que, como la hiedra, se ad-hiere inexcusablemente a la In-dustria en cuestión y, con elfy,la Filología, Arte que ha adqui-rido en verdad un potente y am-plio desarrollo desde los alboresde la existencia del "cambia".

Y, coronando lo expuesto, di-remos que la Banca es un enor-me laboratorio en el que se estáconstantemente experimentandolo que sucede en esa "inestableley" de gravitación que es laEconomía Política o PolíticaEconómica. Asignatura cumbre,ambiciosa, que todo lo abarca;todo lo prevé; de todo se nutrey todo lo llena.

No hay como ser una pieeamas o menos cercana a la Ban-ca, para ver cómo va, a cadainstante, variando el "clima".Y ¡qué clima! Sus variacionesarrastran, en su evolución, lasleyes y, por ende, los fenóme-nos. Las mistnas cattsas produ-cen, veleidosamente, efectos to-talmente dispares.

En ese clima, la cultura debetener un valor muy distinto delque tiene en otros ambientes. Noes precisamente presagio déprosperidad el poseer, dentro deíl, lo que, fuera, se ha dado enllamar cultura. Exige un tipoespecial.

En fin, creemos1 que se le pue-de reconocer «Mti "sui géneris"Influencia cultural, pero no do-cente. ''

P. 8. — Olvidábamos decirque, con aJgwti frecuencia, surcede el que én ese clima seaprenda también contabilidad.

Don PROFANO

LA FORMAC I O N DELMAESTRO

Se ha hecho un lugar comúnhablar de la importancia da laescuela primaria, y sin embargo,se tiene tan descuidada que casiraya al abandono, la formacióndel maestro primario. No se com-prende, pero esta es la tristerealidad.

Se le prepara de cualquier raa-

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menos que ei encargo de contri'bulr a lormar el carácter de losmucllachos OLIO lian Ue desenvui-de después en la vida. La forma-ción del carácter, ¡aiií es nada!

Farece como si ignorásemos lasdificultades de tal empano, comosi no supiéramos que el carácter,alternas as por la salud física, es-tá conatituido por:

más protundas y elementales,poderosas y poco conocidas: im-puisos, mtintos, vivencias y touuj

es decir, el conjunto anímico (jueconstituye los dominios de .lo queiioy se llama P^icoio^ia prot un* a.

tl<iíf?i'%Q& espi i~'¡r,itetívs. i os senti-mientos y touo el conjunto de eití-vadus I acuitados que constituyenel espíritu humano.

todo el conjunto de facultadasuue constituyen el confio inorad ollamadu Inteligencia.

fracticaa de vida.—Loa hábitoso costumbres, las formas peculia-res de obrar y toda ciaae de ex-periencias que se van adquirí en -do a medida que se vive.

De estos sistemas de fuerzas,dejando aparte las energías tísi-cas por ser las mejor conocidas y

¿como se atiendo a lfts demás enm bJscuel»?

¥ en estos momentos de crisis

Por medio del ejemplo vivo ivímaestro, que porque les ama aa-bu hacerse amar de los niños, elevandolas graalas «1 amor que

del plano positivo de la reaiidatial elevado plano del espíritu, enalas del cual se eleva hasta ciSumo Hacedor.

Por medio dt; la atinada edu-cación intelectual, basada y ..

nos, en Ion-, que se asientan el sun-tido Ue la vida y el fin del hom-

i lar

lando,aprendizaje para Ja luiuru viua

tual, descuidando el poder delejemplo que arrastra, ya que noso lo iVray üjjempio es según til re-irán el mejor predicador, sinotambién y por eilo, el mejor edu-cador, y desdeñando aai mismo elvalor tundamentai de las viven-cias sociales y espirituales infan-ttlcs, apenas se preocupa mas quede ensenar cosas, de aumentar yaumentar sin medida las materiasdel programa que casi nunca sehace completo, y todo lo mas,cuando se hace, de perfeccionar

materias.

Y el i jultado vista está-

unas practicas do vida con uv-cuencia irracionales, absurdas,opuestas por completo a las ver-daderas necesidades y hasta a lasverdaderas apetencias espociuca-

dandose de sus fines éticos, sehaya ensoberbecido tanto, que lasmaravillas científicas mucho másadelantadas que las posibilidades

fundos del hombre, que las ape-tencias del corazón extraviado yque las rudimentarias prácticasético-vitales, según algunos cientí-ficos de gran renombre, se ha-llan tal vez a punto de desinte-

vida humana. Aunque a tanto nose llegue, la verdad es que en es-te panorama, la Escuela Prima-

icupamo;

a de quí

cisamentc genios, ni psicólogos de

pedantes; pero si <, adem

bieni de c

señadaii per-

fianzas puramente intelectuales, amor;con frecuencia deficientes hasta pcqueñideBdo el punto de vista intelec- confia»tual; ¿que puede hacer en cuanto clrse pa la formación del carácter desus alumnos? ¿Puede acaso dejarsentir su Influencia en los ais te-

rias del programa, qvsonas ya de uno ya de otro sexocapaces de complacerse en el tra-to de los niños; que sean capacesae entusiasmo ante la Ingenua be-lleza y ante las posibilidades delalma infantil; que sean capaces

:• tanto de inspiii de i ispetai

queirlas a

t las

gran el carácter humano?Debe ponérsela en condiciones

de dejarla sentir, porque de locontrario, apenas si la escuela tie-ne razón de existir. Pero el maes-tro, mal remunerado y al que seescatima toda formación, ¿puede

na voluntad, en condiciones dehacer mucha labor positiva?

Ciertamente no, y creemos ade-más que tampoco se sigue muybien caJnino para mejorar el la-mentable estado de cosas existen-tes a la sazón.

La Escuela Primaria, colabora-dora esencial de la familia, debecontribuir a la formación del ca-rácter de! niño:

ii; capaces de predicarcon el ejemplo en todo lo refe-rente a integridad moral, aleva-cíón de espíritu, energía equili-brada ,fe viva, generosidad, dig-nidad de conducta, etc.

También es conveniente' que se-pa conocer las energías, los po-deres e impulsos profundos, lasensibilidad, la inteligencia, el es-píritu

nejor a de c n en taiirle

la de los elementos que facilitenal maestro este conocimiento pa-ra poder obrar en consecuencia.Ello es necesario, clertatnentemuy necesario, pero... Dejo a laconsideración de todos el pensar

del maestro en condiciones de ni

siquiera intentar esta formación.

CONCEPCIÓN SAIZ-AMOK

Doctor OT1 Pedagogía

CARTA ABIERTAA LA REDACCIÓN

DE LAYEi í í ñores rgdactw

"LAYE',':de

tí) me permiten una presenta-ción sucinta de mí mismo les di-ré simplemente que soy un lec-tor bien intencionado. Na creo,sin embargo, que sea tan sólotnti buena intención lo que\ me h¡ihecho imaginar a ustedes comobien intencionados éscritotes. Eltono que trasciende las páginas ylas líneas de su Boletín culturales de una refrescante pureza deideales y de un cristalino afánde superación. Pero a mis oídosese tono aparece como mezcla-do a otro que no acierto a defi-nir con más exacta denomina-ción que la de preinfant-U inge-nuidad.

l\m simpáticos me han sidoustedes a través de la lectura deuno de los números de su Re-vista, que me creo en el deberde procurar decepcionarles ensus ilusiones para que no pue-dan quejarse de «o haber dadoentrada en sus filas de idealistajuventud a alguna voz más o

'•menos teñida de escepticismo.La principal preocupación mo-

tora que parece haber impulsadola redacción del número de sitBoletín correspondiente <al mesde abril es la de reforma de losplanes de enseñanza actualme«-'te vigentes eji este nuestro com-partimento estanco del Planeta'.

Ello me hizo simpatizar aunmás con ustedes. Pero por lo.mismo -me' siento forzado a re-ferirles una pequeña experien-cia que creo aleccionadora.

Frescas aun en mi cerebro losimpresiones producidas por lalectura y finalizada la últimapágina de su Revista, la intrekt<!c lector me impulsó a coger demi mesa un ejemplar de otroperiód'ico distinto. Se trataba dt'un periódico de provincia, noimporta cual, porque la especie-está extendida por todo el terri-torio nacional. Me sonaba aun enlos oídos del alma aquello qwen las páginas de ' 'LAYE''afirma el señor A. G. T.: "Esnecesario atajar de raíz el mil yéste reside fundamentalmente enuna catastrófica concesión de laLey Sainz Rodrigues, en el pri-vilegio que tiene hoy todo cole-gio reconocido de aprobar o des-aprobar Jo mismo que los Cen-

tros oficiales..." etc. Simultá-neamente con los ojos del cuer-po iba yo leyendo muy otra co-sa. La población a que el aludi-do periódico de provincias ha-ía referencia carece de Cole-

gios reconocidos aunque cuentaen cambio, con un Instituto Na-ciaitál. Desde sus páginas, a lavez reflejo y norma de la opi-nión pública, el periódico a tra-vfis de una pluma autorizad'iiproclamaba en tonos de intensodramatismo la necesidad de po-ner re-medio a esa lamentable si-tuación de inferioridad. Recla-maba con urgencia e instancia la•instalación en ib ciudad de unColegio capaz de "proporcionara los padres o encargados de' laeducación de nuestra juventud laseguridad de que ésta pueda en-comendarse a ftianos competen-íes y digtnas de confiama". Fe-lizmente el periodistaf que porlo visto es algo más que meroidt\tUsta o romántico plañidero,contaba con que la idea vienesiendo apadrinada por una no-table personalidüd o. cuando me-nos por persona notablementerelacionada con una notable per-sonalidad. Además, y por si ellofuera poco, contaba también elceloso portavoz de ta oP'inián pú-blica can que sin duda cogeríasus manos la realización del an-helo colectivo un anónimo per-sonaje que por sus dotes de vo-luntad y eficiencia podría ser(siempre según el periódico alu-dido) calificado de hombre pro-videncial. ¡Ah, los hombres pro-videnciales,!

A todo esto, el Instituto Na-cional de la localidad o sus le-gítimos representantes no liandado muestras de que el senti-do del articulo les afectase enlo más mínimo. Aparentementemucho menos puede afectar unaminucia como esa a ustedes, re-dactores de un periódico muyalejado, en algo más qué en lasimple ubicación, del episodio re-latado. Pero aunque ingenuos,me han parecido ustedes mteli-aentes. Y si un vaso de aguamás o menos turbia no da lugara una tempestad, basta un bo-tón cuando sólo se intenta daruna muestra.

No quiero entretener más suate,nci&n, sino unidamente reco-mendarles (antes de presentarlasmis respetos) que presten unpoco más a ¡o que piensan, di-cen y hacen quienes gozan de laaventajada situación de1 poderpensar y decir en voz alta y ha-cer luego lo que kan dicho ypensado.

Perdonen 4/ acides involunta-ria de este pequeño desahogo yacepten que me ponga cordial-mente a su entera disposición.

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demostrar

que él es m¿is m

ai'xi&-

ta que lo

s marxistas,

pero estos

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portancia y

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podrían indu-

cir a pensar erróneam

ente que el

asunto que nos preocupa es cosa

de estos tiempos "revueltos

1. C

la-ro

que h

ay en

aquél, tal com

ohoy

se L presenta

ante nosotros,

caracteres indiscutiblemente priva-

tivos de u

na época y

de u

n m

un-do.

Pero despojado

de tales ca-

racteres —

más superficiales d

e loque

se creerla—

el tem

a de

laparticipación

del intelectual e

nla

política activa tiene larga tra-

dición en nuestra cultura y

en to

-das las culturas m

aduras, hasta elpunto d

e qu

e lo característico d

e

consciente.E

l antipático

término

"intelec-tual"

presenta aquí

un

a dificul-tad aparente y

falsa. Pues se con-cederá sin

reparo que la especia-lización

tipológica que com

porta—

exclusiva, ella

si, d

e nuestro

Encontrarem

os en

otros m

undos,en

vez de Intelectual,

al "sabio

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o al "santo"; en

otro, tan

entra-ñablem

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nosotros, en-

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sofo

". L

a

histo

ria n

os

pre

-se

nta

la

an

tigu

a a

ctu

alid

ad d

el

tem

a u

na

s v

eces

de u

n m

od

o

fác-

tlco

o

inclu

so

an

ec

tico

; o

tras

veces,

red

uc

ido

a

su

esq

ueleto

teó

rico

. Y

en

-este ú

ltimo

caso,

na

tura

lme

nte

, v

isto

desd

e el c

am

-p

o

filosó

fico.

Bu

en

ejemp

lo d

e esto

ú

ltimo e

sla

esc

ue

la d

e lo

s Y

u.

La

filoso

fía

la e

lab

ora

ció

n

de u

na

pe

da

go

gía

po

lítica

eficaz. P

ara

serv

ir a

este

fin,

los Y

u c

on

struy

en

un

a é

tica

prá

ctic

am

en

te re

du

cid

a a u

na

teo

ría d

e la

s v

irtud

es,

en

tre las

cu

ale

s so

n c

lara

me

nte

rea

lza

da

sla

s v

irtud

es

cív

icas

—y

eso

, ain

fijarn

os

en

qu

e to

da

s, in

clu

so la

sin

div

idu

ale

s, so

n e

nsa

lza

da

s p

or

su

asp

ec

to

colectiv

o.

Y so

lo

pa

raso

sten

er

el

inte

nto

se

le

va

nta

nla

s m

ás

ind

ispe

nsa

ble

s c

olu

mn

as

me

tafísic

as.

El tip

o en

qu

e e

nc

ar-

na

n

los

prin

cip

ios

co

nfu

cia

no

s no

pu

ed

e se

r m

ás

sign

ifica

tivo

: es

el sa

bio

gobern

ante.

Ind

isting

ui-

ble

en

IB p

rác

tica

del

gobern

ante

sab

io,

po

r lo

cual

el tip

o

está

mí-

tica

me

nte

rep

rese

nta

do en

los p

ri-m

ero

s e

mp

era

do

res.

del

Mu

ha

bh

ai

ad

oc

trina

a ¡

limitá

nd

ose

ad

e la

"sa

bia

"

'ata

el

ir jun

a,

¡o

luch

y

'•sur

dio

s K

risna

entMM

uoiUulti

ar

y

mu

tor,

la in

teg

ridad

ita'

con

cieii-

dia

nte

el ejercicio

d

el d

esin

teré

s,d

el o

bra

r sin

la acció

n,

no

de

be

n

sub

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ucías

pra

ctic

as

tos

en

cu

are

ni

cia

de

ellas.E

l Isla

m

h

po

ner

prín

cip

.ta

rse a

—g

uer

do

men

.ena

ar

a in

tei sino

efltab

le-

, la

s ex

igen

-re

raa

y |JO

1I-.os,

ser p

ues-

ite la

urg

en

-

bio" y

al artista

independíenlespor

boca de A

l-Gazel

y p

or

lugracias

a A

llah tan

desoída aura

leinliseis del C

orán.L

a ciudad

griega h

a hecho

pesar sobre

el investigador e

ldogm

a de su

omnipresente

y sa-

grada omnipotencia, y

ha sacrifi-

cado al primer m

ártir del pensa-

miento

—"Sánete

Sócrates, invo-

caba E

raamo, o

ra pro

nobis".¿P

ara qué seguir?

Cierto q

ue

algún interés tendría aportar tex-tos en

apoyo de lo

dicho. Pero ni

el tipo

de

esta publicación lo

permite

ni tam

poco es oportuno

acumular

materiales

sobre este

emprender

el cansado camino da

la pedantería

académica

reco-rriendo

el abecedario desde A

na-xégogoras

a Zoilo, com

o sonríe latem

plada ironía

de O

ervantes enel prólogo al L

ibro. La im

precisaapelación

a otras

culturas ha

si-do m

oramente

útil para

recordarel carácter

universal que el tema

tiene; pero lo

que interesa ahoraes localizar su

presencia en nues-

tro m

undo. E

n esta

locallaaciónno

se pretenderá gran

precisiónhistórica, porque n

o atendem

os alaspecto

histórico del problem

a,sino

a su

consideración objetiva.

Por eso

también

se

presclndirúde

cualquier curiosa

anticipaciónde atributos presentes d

el proble-m

a en

algún raro

pensador cuyo

conocimiento

tenga interés

pura-m

ente erudito.

I-H

za, parece oportuno

fijarI

lo

s orígenes

filosóficos1

^

del problema,

con casi to

-dos

sus atributos

de

hoy,

en la

filosofía social

de Idealis-

mo. E

s innegable que la cuestión

de la necesidad que todo hom

bretiene d

e participar en

la vida de

su sociedad

aparece de u

n m

odooriginal,

con renovada

energía,en el Idealism

o alem

án poat-kan-L

a filosofía del Idealism

o cuen-ta

entre su

s rasgos fundam

enta-m

ente en esta

ocasión: el de

ha-

ber sido un

intento coherente de

explicar armónica y

unitariamente

el Universo, m

oni áticamente, si

seprefiere, hasta el punto d

e busciren

él, hasta en su

s mism

as opo-siciones,

contradicciones y

co

n-

trastes, una autorreallzaclón evo-

lutiva de lo

Absoluto uno

(3

).

En

el plano

del

pensamiento

social esa intuición de la unidad

originarla se presenta

como con-

ciencia de la com

unidad hum

anaL

os nombres estarían

in ertos en

la H

umanidad d

e un

modo orgá-

nico decisivo y

fundamental. T

andecisivo

y ta

n fundam

ental que

en algún

sistema

—H

egel— las

individualidades humanas so

n ta

nsólo —

cómo, por lo dem

ás, las de todos Jos seres concretos cuyo conjunto form

a la inconsistente pluralidadenglobada

en la

unidad últim

am

omentos superable;

de u

na m

archa

dialéctica hacia

la alotetila-

ción de todos

ellos. Pido perdón

por resum

ir aquí

tan conocidos

principios. L

os traigo

a cuento

simplem

ente para recordar el fun

1 dhfm

atices, <

el hombre <

tal cuando au

exi¡ tencia <

entidades que

superanm

ente su

individualidadción

a el Estado> tan

redoncd

ad

o,

luz

de

; por

:ntoletafíi i<

. imporl

Ka en Fichte y

en H

egel la fll<so tía

de lo

s organismos

social i—

Nación y

Estado. Puesto q

ut

1pulverización d

e lo A

baolutiE

spíritu

Idealismo

ha tenido

dera en

la filosofía europea ra

oderna:

ha llegado

a su

mu ex

acerbada

formuación

en e

l sis tero

a de üttm

ar Spann y

ha resul-

tado central

en M

arx, al reducir

éste su

pensamiento,

práctica

lamento sociológico a

geliana. Por últim

o, iI_

^J,

.m

i.

.««i

i'i

stlón -

;nido cla Idea h

eil

plantearse

llá-

Ideecebida

lor, los sucesivos grados d

e inte-gración

de las concreciones

individuales

serán saludado

da ce itadio

sendentla

escala valorativa

de la

reali-dad. A

demás, bajo esta valoración

implícita

está la

fundamental

expresa concepción

metafísica d

eque

en el desarrollo

histórico de

la H

umanidad

total se autorrea

liza y

a uto manifiesta

del m

odom

ás elevado el ser uno d

e lo A

b-soluto.

Desde estos fundam

entos puede

extraerse de Fichte

y d

e Hegel,

madora

agudeza el tal principio

ha presentado

como

olucionurgente

a pen

adore ale ados d

etem

as político induciéndole c

on

el sólido

pre ligio

de u

tradlción

a recogerlo

in m

as especulaclón personal

El

parentesco ob

ervado pa

rentesco de

filiación entre e

lpre entisim

o tem

a del

ali tam

iento la filosof a ldeall ta d

ela

ociedad al m

ostrarnos las ba

ses y raices filo ófica

del proble

con toda la objetividad de la c i

sideración e encial

a ena a c

al

quier relatividad

hi tórlca

Adem

ás sí n

ue tra loca!lzacióu

del origen del problem

a c

exac

ta com

o creem

os enseguida

e

cuestión que n

os ocupa,

ya

que

no su trata

sólo de las relaciones

particulares entre

hacer poJítlt

y hacer

intelectual ln

u O

e u im

odo universal, de las relacione

entre hacer

Individual y

la

cr

político, o social

Pero sería

erróneo creerse p

or

ello fuera de tem

a U

ado nue tro

ignó al principio—

, som

eter lacuestión

a u

n análisis

puramente

filosófico, unilateral

u om

nlcomi Tensivo según se m

irara habla

que esperar

de o

n m

omento a

otro el salto de lo

menos

univer1 a

lo m

a universal.

Ei

que

e'llo se

haya producido

pruebaque n

o hem

os sufrido ningún des

piste en el cam

ino

L'itual,

i la

nidad itable

\lgoro amenté su

bra ad

a por e

l Idealism

o Los

grandes sistem

a idea 11 tas h

anintentado d

ar organlcidad razonable

a esa fundam

ental Intuición

religiosa que lo

di\er o

credos

origen del género

humano en

un

primer hom

bre — el prim

er hombre

fue A

clapa un

hombre d

eE

ridu dice

ti E

numa

Eli

—la com

unión e piritual de lo

fie

le —

fuoco d amor com

pia in u

npunto

Cío

que dee s ti facer ch

iqui

astalla <í>—

la com

unidad,precatíva/*^—

padre nntitro

rez»el

cri tiano en

i. rural la in

díferenu tuón en al A

tman y

ha

ta la metem

p icoaiinoportuno

extendeaqu

Hei3 la intuición d

e la ilidai

para pasar

a negai

raleznidad, que ta

n i

ne hundidas en los m

ás profundoterrenos

—los

de la

experienciareligiosa y

de la especulación m

etaflsica—

exija

su aplicación sin

discernimiento

alguno a lai to

ndiciones d

e la vida social. No só

-lo

creemos

qut; ello

no es

mee

sarlo, sino también

que ese

tra

delado

delhorizontesensible e inevitablem

ente. No h

aaquí

espacio para

sostener este

aserto con u

na argum

entación de

tallada, pero sí el suficiente para

fijar lo

s jalones de la m

i ma

realidad lum

inosa intuida

por

el

Idealismo. A

hora bk

n en

el m

ipío idealism

o y en

sus derívacio

Span y

Marx)

esta com

unidadtiene u

n valor

absoluto, metaflsi-

co. S

u estudio

y caracterización

deben pues hacerse

en ese plano

en el plano

de la m

áxima

autoi-realización

de la

Idea (concre

tándonos a

Hegel,

padre de

lachillona

criatura que acunam

o >no en

el terrena de lo político, que

es heterogóneo

al d

e su origen

Y n

o es posible

sostener que

sem

antiene uno en

el plano mata-

flaico al reclam

ar el postulado

ociedad exclusivam

ente. Porque

ecogiendo la

s palabras

de

los

ismo

mar\istas

la Sociedad

r gande "ntien

q g

flcado más am

plio y profundo di

Sociedad y

"E

ngagement

sepierde,

como

antes anota bam

otoda

virulencia política

de¡

pío

blemo, y

e tamo

a autorizados

para tratarlo

como

cuestión pe-dagógico y

moral

en sentido luto.

lY n

o h

ay que decir que, d

e li

Si por c

isí.)i de

en la intuición

religiosa, tam

bién

total, no

empequeñecido por llm

i

ntroducen cuando

reducimos la

intuición universal

y m

etafísicade la com

unidad humana a

eiiti

mientos

concretos de com

unidadsocial d

e comunidad física en

una

sociedad determ

inada, lim

itadaestablecida

frente a

otrasverdaderos

"quoiin rolar

into, .¡dad que

nidad.m

pciiierle

jor

ne

ce

saria

s d

e p

or s

i. Ni siq

uie

rae

stá fu

era

de d

ud

a q

ue te

ng

an al-

gu

na

susta

ntlv

lda

d

pro

pia

. P

oi

nid

ad

hu

ma

na

susta

ntiv

a,

qu

e t-s

(El

trán

sito

del p

rinc

ipio

m

etafísico

-rellgio

so

de- la

c

om

un

ida

dd

e lo

s h

om

bre

s al

po

stula

do d

ee

rtar

inte

vid

as

i d

e la

rea

lld

ad

en

la d

e o

rga

niz

ac

ion

es s

ocía

les

qu

e la

s su

pe

ran

fií ica

me

nte,

es u

n p

aso

ilegitim

o,

resu

ltad

od

e la

tran

spo

sició

n

me

tód

ica

me

n

ce

ptu

al.

No

se

trata

de

un

a co

nfu

sión

pro

pia

de

esp

íritus

frivo

los, sin

o

de u

na

mu

estra

de l

icap

acidad

q

ue

los e

squ

em

as

ob

. <•

tivi

de

Iclin

ie

spíritu

po

rb

les, c

ua

nd

o el c

am

bio

d

e te

rren

oo

blig

a a

esco

ger

nu

ev

as

via

s; ca

pa

cid

ad

tal v

ez d

eb

ida

a q

ue e

soe

squ

em

as

se

h

alle

n

fun

cion

alv

irtua

lme

nte

en

n

ue

stra p

siqu

e—

de

aq

el in

teré

s a

ntro

po

lóg

ico

de

un

a p

sicolo

gía

de la

s co

ncjip

cion

es d

el

mu

nd

o,

al

mo

do rtf

I asp

en >

^ O

DR

IA

arg

uirse e

nI

de

lo so

sten

ido q

m"

sa

r d

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do

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íor?

la H

um

an

ida

d

e c

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rin

toL alg

o

na

tura

l y

p

oiltlv

o.

(Y

p

od

rían

se

r a

du

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os

en

apo

yo d

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sta o

bjeció

n

los a

rg

um

en

tos

ac

um

ula

do

s p

or u

na

trad

ició

n

ve

ne

rab

le a

bie

rta p

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Aristó

tele

s.) P

ero

a

un en

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ad

mitirse

rep

aro

qu

e p

od

ría re

ch

az

arse

en

no

mb

re d

el in

sob

or

na

ble

sen

timie

nto

q

ue

m

uc

ho

ho

mb

res

ha

n m

an

ifesta

do y

ma

flwta

n

de s

er e

l E

stad

o

la s

o

cedad políticam

ente organizada

un m

al menor

superable-— aú

radm

itiéndolo todavía

resulta, que

ne ce idad de

egundo grado m

eliiata para o

i toiiua

uperior de

comunidad

in ul o

refle o d

e ésVa

ineap&z p

oi ton tu

tic x^diím

ar la validen

ontológica que se

lutlva de lo

s hombres

bi lo

que n

o

proponiamo

euna

consideración ontológiea g

e

da por decir

cria ahora m

isióndel político el detei m

inar t,on que

afirmarse

el deber de

participación activa

de

ometlm

iento del

indiviuo—

del individuo intelec

tual en e peciai—

a las em

presasde

la sociedad

parece natural

e por m

edio de un

e tudio tacm

eo que teniendo

en cuenta to

da las clrcunstacias

facilite fór

muía

tan

adecuada a

cada ceto

como

de pi o vi tas ue validez

ü en eralPero

ea cual sea el giado de

er que el pensador político

atrtbuye a la sociedad organizada S

ia,.ual

ea ei

grado de

necesidad

deber de colaboración

con

aqueH

a la ne ce idad

óntlca que esta

ser y

por consecuencia ética, d

ereconocer e

obrar com

o miem

podemo

llamar

mi tico

de pué

ue deapo ar a e te térm

ino de to

-da

alu lón

dogm

ática concreta,

no lev

te fundam

entalmente

la:ía

po iticai

la.

imp

era

especifica

slmn

ár

qel

de

rec

ho a

co

nc

reta

r so

ucio

ne

Ha

bie

nd

o

emp

e-

-aqu

ello

de

D

ióg

en

es

cre

lo. C

óm

o

po

drá

An

ax

ime

ne

s e

star

en

ob

serv

ació

n d

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: cíe o

i e

stá

tem

ien

do

la m

ue

rte o

el cau

ri

Y

se m

e

oc

urre

pe

nsa

r q

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ader&

m+

ííite <

mrtr.n

te q

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la H

um

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ida

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ne

ce

sita d

e A

nax

f-

co

nc

lerto

d

estin

ad

o

a a

ca

llar

tod

oru

ido

qu

e n

o s

ea e

l de la

lu

ch

ap

or

la su

bsiste

nc

ia v

eg

eta

tiva

, si-

no

qu

e le

in

form

e d

e có

mo s

on

cu

án

tos.

Y s

l eso

es

lom

po

rt

la al d

arlo

d

e in

sup

era

ble

ma

ne

ra*

Tira

nd

o-d

el

ca

rro

social,

lom

á p

rob

ab

le es q

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An

axim

enefl

lo

hu

nd

a en

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ato

llad

ero

. P

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,a

mig

os

¡ob

servan

do

el

cieloA

na

xim

en

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es u

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ce o

bse

rva

nd

o el cielo

. Y

no

s co

mu

nic

a d

e él

eo a

s fra

nc

am

en

te v

itale

s.

i Ojalá

ob

re c

ad

a u

no

el

arte

qu

e se

pa

!" d

ijo

aqu

el u

top

istaq

ue

tan

to

em

pe

ño

tuv

o

en

oh

-ul

el a

rte q

ue

no

con

ocía.

MA

NU

EL S

LU

ZO

N

Page 7: LA SIGNIFICACIÓN DEL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEOunav.pdf · Claro que entre un libertino del gran siglo y un " »•» Dios" de I» Rusia contemporánea hay diferencia no-table. Que

RllRCKHARDT, EL CRITICO DEL PODEREl 7 de noviembre de 1870 es-

cribía Nietzsche a su amigo el ba-rón von Gersdorff, desde Bali-tea, donde a partir do abi il de1869 ejercía el cargo de profesorde griego: "Ayer tarde tuve uhgran placer quo me habría gus-tado mucho ver compartido por ti.Jskob Burckhardt habló en públi-co de la "grandeza histórica",completamente en el espíritu denuestros pensamientos y senti-mientos. Es un hombre de cierta 'edad, extremadamente original,indinado, no a falsear, pero si uveces a callar la verdad, y quosin embargo dice "nuestro filóso-fo'1 al hablar de Schopenhauer eíinuestros paseos habituales.. Asis-to al curso de una hora que dacada semana acerca del estudiode la historia y creo ser el únicode sus 60 oyentes que comprendelos pasos de su proiundo pensa-miento, con su a altos extraños, y

añofl antes y que iría repitiendohasta BU muerte.

£¡1 curso que despertaba «1 en-tusiasmo de Nietzacne era, pues,un irutu de maduren ¿ tenia q*n-Lser lo niujor de un pensamientoextraordinariamente fecundo. i*uusaquellas lecciones ropreficntabüutixí la obra de Burckhardt un pun-to de inflexión decisivo en la tra-yectoria ideal seguida por oupensamiento, Quién nauta enton-ces habla operado en lo vivo deaus carnea, iba a tragar definiti-vamente, en rápidos y enérgicosesquemas, la tigura l

:nte

rode<unto elve abroso

Prli - _una conferencia."

Burckhardt, en efecto, habíadado en el semestre de inviernode 1868-69 un curso "sobre el es-tudio de la historia", que repetía

"" " 1870-71. Er

Era, pues, natural Que su (thi¿

de este libro tueron bastante des-graciados. Digamos ante todo queae traía verdaderamente de un h-lno. Según ha establecido Kuaun¡ütadeiman, contra las anteriore:.

ucl autor, el i 3 de ttuftela hist

i Basi-cuy» cátedra regentlea), que tenían que culminar en1850 en el Cicerone, "guia paragoi&r de las obras de arte enItfthz", como la llama el mismoBurckhardt con titulo sobremane-ra modesto ("pocos libros habrá.que tanto estimulen la fantaala'',decía a su vez Nietzsche), hablapublicado ya en 1853 La 'época de

Constantino <:l Grande y en 1860La Cultura del Renacimiento enItalia, obra esta última que ob-

nancla. Por otra parte, en 1872,empezarla la sorie de sus cursos•obre "Historia de la cultura grie-ga.", preparados d e s d e muchos

"un trabajo propio por completo

denú y dispuso para la impresióny sólo falto de-repaso estilístico",til libro, sin embargo, debía titu-larse door6 ei estudio de Ux his-toria, y el titulo actual procedede Oeri.

Pero también el texto tuvo j^iv;sufrir alteraciones por obra "auieditor. Oeri, en electo, retiró en

impresa la obra * trozos enturo;!del texto. Sólo en 1U41 fue publi-cada en Berna por Werner Kae«i

titulo de Oeri, precedidas de unaIntroducción del propio Kaegi.

La primera traducción al espa-ñol de un fragmento os del año1940 (J. B.: "Sobre las crisis enla historia", colección ENE, Ma-drid, edición y versión do FelipaGonzález Vicen, con un interesan-te apéndice del mismo), pero pos-teriormente han aparecido dosversiones de la obra completa,una en la Argentina, y otra enMéjico, editadas por el "Fondo deCultura Económica".

Ya eíl 1913 la calificaba Troelt-sch de "arsenal de profundísimospensamientos". Sin embargo, iureflujo empieza a manifestarasolo después de la primera guerramundial y no es hasta los recien-tes años bélicos que ha pasado :iBc.r considerada como una de lasobras fundamentales de la mo-derna filosofía de la Historia.

¿POP qué aólo ahora? ¿Qué ealo que nos interesa en Burckhardt

temporáneos, y que sólo hoy aflo-ra a la superficie? El pensamien-to de Burckhardt, en efecto, tiene,

aproximadamente coetáneos, asiKierkegaard (1813-18551 o Bau-delaire U821-1867), un carácter encierto modo subterráneo, por asidecir. Aunque operan en zonas

por JUAN FEHKATER

tural, conservando de] armazónexterno tan sólo lo absolutamen-te indispensable' (a fcV. vonlJrccn, 31 dic. 1870). "No la ima-ginaria reproducción y recons-trucción del pasado, como preten-día Li. V. Han Ice, HU antiguomaestro, sino la compresión uni-versal de la posibilidad (le la his-toria, era lo que Burckhardt en-t u m a como objeto de la cienciahistórica."

Asi pues, de un lado su consi-deración del presente, con la mag-nitud de los peligros de orden po-lítico que le oscurecen 61 hori-zonte, y det otro su filosofía dela historia vista más desde elhombre que sufre que del que ac—túa, le definen como el anii-poll-ticQ, "El pqder es malo en si mis-

Como critico radical del Poderos considerado ahora en Alema-nia. Asi llama Uerhard Ritter a

. Jacob Burckhardt "el único his-toriador alemán de la época li-

- beral que vio sin veiamlentosidealistas lo demoniaco del poder"."-Y prosigue: "Pudo verlo asi por-

toda su voluntad y su

cap¡i-¡Ulules muy dutaiites una deotra, coinciden, en radical oposi-ción al optimismo de IJ. tpoci.,en su pesimismo autropológico, suaguda conciencia de las posibili-dades de decadencia siempre ac-tuantes en el hombre. "La grandesdicha procede del siglo último

es principalmenteRous ariabondad innata de la naturaleza

del 2 de julio de 1871.Pero Ja crítica de Burckhardt

no fie mantiene en el plano pu-ramente ideológico. Su análisispenetra la política de su tiempocon una agudeza total. En des-concertante parelismo con Marx,su critica se ceba en el conceptoformal de libertad introducidopor Inglaterra en el mundo mo-derno, y distingue en el próximofuturo, con toda su amenazanterealidad, los imperialismos de ba-se económica que tenían que plan-tear el periodo de guerras queestamos viviendo. Su pensamien-to es en este sentido absoluta-mente profético.

Con todo, Burckhardt, en suobra histórica, no se interesa porlos acontecimientos políticos, nien general por ningún género deacontecimientos. Su tema no esel hacer y deshacer de los hom-bres, sino aquella constelación defuerzas permanentes, predicado dela naturaleza humana, que cons-tituye en sentido riguroso el sus-trato de toda acción humana:"Como profesor de historia — es-

me ha hecho claro un curioso fe-nómeno: la repentina desvaloriza-ción de todos los meros sucesosdel pasado. Mis cursos ponen derelieve tan sólo lo hiatórlco-cul-

astin icia si iuizo alemán, t

tuvo separado del movimiento na-cional político alemán."

En efecto, en tanto que de al-gún modo tenia Burcknardt queser determinado por su nacimien-to suizo, ea a éste que debemosatribuir el rasgo que le distingueclaramente de su generación pre-cisamente como antipolítico. LiOcierto es que, nacido en Basllea,en 1818, Jacob Burckhardt perte-nece a una generación alema-na de grandes historiadores y nomenos grandes políticos. En estoúltimo aspecto, su generación esla que llevó a cabo la definitivaunidad alemana y gana las güe-ras'con Austria y Francja. ma-mar k (1815-181*) nace sólo tresaños antes que Burckhardt Mom-mse'n (1817-1003), un año antes.Marx (1818-1880), el mismo año.

Pero Burckhardt. pudo aislarseen su cátedra de la Basllea na-tal, y conservar su lucidez. "Lascinco tablas que forman mi tri-buna tienen de bueno el que porlo menos no uea yo pan germanis-ta, ni particularista, ni necesitopredicar, ni etc., etc., sino quepuedo en todas las formas dar miopinión". Desde ella dictarla suslecciones "sobre el estudio de lahistoria", ahora tituladas Refle-xiones sobre la misma, lüstoriauniversal.

En esta hora del mundo, cuan-do su crítica del poder se revelade influjo más fecundo, es de es-perar que el mismo Burckhardtnos libre, por otra parte, de másgruesos errores. Su enorme gene-rosidad le permitía comprender afondo el enemigo. Quizá porque é\mismo se reconocía en él. ¿Queexaltación a contrapeto de sus úl-timas intenciones, no pueden pro-ducir, por ejemplo, ofltaa pala-solo midiéndose en lucha conotros pueblos, percibe verdadera-mente toda su fuerza, porque aóloimtoncea existe"? Diriase que oí-mos la postuma voz de Alemania.

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EL NACIONALISMO ALEMÁN(REFLEXIONES SOBRE TRES HECHOS RECIENTES)

•Itt-.s detallen i-e<jl«!ntes y twd simultáneoslaa estrofas de] "Deutechlaad über ¡Oles"

en boca de Adenaucr, su protesta por el v«-to do los comisarios aliados y el subsiguien-te levantamiento do dicho veto •— han ve-nido s pouer nuevamente ti;1, actualidad lacuestión )iuoji>sa del nacionalismo Jilemáii.Enojosa, porque hasta que no se resuelvapera- Ingenuo, y dastn contraproducente, hn-bl»r de unidad europea. Pitas denltro de Ku-ropn — resulta ya tópico .repetirlo — tic-ne un lugar rlnve tu nnción alemana.

¿lis el nacionalismo aietnAn tan peligrosocomo se obstinan en creer loa fruncenes?

Hay que darán cuenta, unte todo, tic que«1 nacionalismo alemán es algo rcofont".Aunque » .nuestra generación que, romo 1:da nuestros padres y aun nuestros abuelo*,ha vivido bajo su signo ] e resalla difícilcreerlo, en Alemania era prácticamente d"w-conocldo el sentimiento nacional hace 150años. .Fue necesario el hecho de la ocupa-ción francesa, después do ,Jena, para queaparccfevii. Tfubo que crear la Me» «le Ale-inania, antes de que ésta adquirir?» firmeconciencia di? su realidad como país o ná-dóni. V tal idea nació. evolucionó y «e d;**-urrolló enluy! los aflos 17S0 y 1815, par¡i ma-terializarse justamente un siglo después

En eso intervalo de tiempo, Alemania pa-só do un difuso cosmopolitismo de principa-do* y ducados, "lansquenetes" y emlgraciones on mas.i a un patriotismo cosíuiopulilque luego se transformaba en patriotismo ;.ultranza en la época do Bismarck. Pura li icerse nncionalista con Guillermo II y a'db|-tar con el nacionalsocialismo nnn« tcwí,iracistas. ™

Este deslizamiento paulatino del alma itl>'maní, penetrada do un sentimiento ciwmn-polita que se remontaba a los días <í¡i-I S-ero Imperio, hacfn el nacibnnUsino, «:• VIT¡fleó por varias vías. Trfi primera, fu£ la ilelnens-iniirnto racional qne, con Ilonl^i- •II nitrito! t chiboró nn particularismo ótnlco.aun integrado en oí universal Iranio — qiu1

lVOis ha señalado lan certeramente — «I.'Rielo do las luces. La segunda la oonsiiituyó e] ambiento psicológico y senttnwntnlcreado especialmente por Mfiser, que alentéel cultivo del orgullo germánico, aunque sttidejar de ser ñ>l al espíritu de »u til-unto, 'que no oponía jamás las patrian a 1 i "Hu-nmnidnd". Iiu tercera vín fue, finalmente, 1-ilea <lol 'Mrher", de clnro origen prusiano(a t-il rearnecio Spcneler escribiría: "No hnyOOP entender por prusiano las idean incas,deseos y caprichos qne poseemos los «V™..,nes, sino lo que hay en nosotros de volun-tad, tí,- deber y <1* poder» (U y que <Wínai traste con la Meo de "felicidad". Kan enra a los filósofos "ilustrucos", orientando «lem niemanes haota la acción..

Asi c-n pste ambiente, más de fnllnio nru-tlmenlalfflmo qne do pur'i especnlarlón 'd'Vlógica, nacería la irt-a ñv la nnc'ón n'em- -na Sus n ''ICPH ««rínn Z'mmPrmann, 1(1 oi>-slofk y Schls«(il. El primero era nn niíidWHU'ÍÍO. poeta cnmcv el m-e«tro que habí'i te-nlílo fln OotMnRfi. nosmo|>oTita eonvcnrMo,habla lle«a(ic> a escribir en su tesis latinaque "el amW a la pijirla no era en ln mnyorli de ios cawts, más que *1 mtsmo mam-qite un asno sentía, por HU -entablo". Rln etn-hargo, est»e na labras no le imp'dier^n pnhllcur en 17fSR, una obi'tta tHulüda. "Th1! orgu-llo nnoUwial", donde exaltabi el amor a lapatria, convirtiéndose pin pre-curscr dM pa,Iríntitmo allaik» al cosmopolitismo que lurgopreconbinrla Klrup stock.

Bale, ivimti rn ya subido, fue un hariíogermánica) que eantÓ a Armlnius, <'l héroemclnnal. Rn 1774 publicó "Dil- (imitsphp Or-IrfirtenreimbHck", donde exponía su proyec-to, medio utópico, medio humorístico, d-croar ana República alemana <1' las ielins.

las artes y las ciencia. Sin abandonarse aia xenofobia, el autor trufaba también <|edespertar en sus eouopatriollas la veneracióna todo lo alemán. ¿No m i un crimen de «'(a traición preferir las Repúblicas extrauje-i'as a la propiít, escribir en un lenguaje ex-tranjero Ü incitar a cualquier principe ale-mán ,1 despreciar el genio de su pueblo?Klopstoek moriría repitiendo la pregunta j'itro, W. Schlegel, lp daría ln HMpuestn.

Kí; wn un delito (ruicionm' la lengua ale-mana, 11a un delito escribir en un idiomaciitranjüiok. Y Schlogel se <lli*licaaia. con todos sus ímpetus a la Urea de defender <*(lustrar la lengua y la ]¡t<raUmi alemanas.;i laíJ que llagaría a asfgnai' una misión pi

( I ) I Sollslismua", pé,g.

<.hii'o que todos estos patriotas no aspiia-lian a nada que no fuera un rilno cosmo-)>oU(a del espíritu, en e] cual ln dignidad¡tlcmunu permaneciera intacta autitiue «I Im-perio sucumbiera, como escribiría Schiller,pues "tiene (el espíritu) una grandeza mo-ral, reside en el carácter (Je la nación y sutullura, permanece Independiente de BUS de»«¡¡nos políticos. Mientras qne oí imperio, or-ganismo político, vacila, el otro imperio, Cot-munfdüid espiritual, no ha cesado de adqui-rir una forma más sólida, mas perfecta". Po-ito al misino tiempo que esos ideólogos ima-ginaban tina Alemania snpraiterrestre, otrostrabajaban pira i-ealizar a ras del suelo, unpatriotismo «[vico y territorial.

El patriotismo alftniAn proatto Iba a en-contrar quien lo encarnara. Fue JohannOottltcb Fichte el elegido. Francófilo en179S, el filósofo pronunció el 13 de dlciem.bre de 1807 su primea- "Discurso a la na-ción alemana". Hntfa J-l 20 de marzo delaño siguiente llevaba pronunciados catorcediscursos, especie de examen de concienciedai ;ilma alomimn, ardiente llamado a la re-snrrcoción por el espíritu, por la educacióndel pueblo. lias catorce picana eonKtltuyenun documento magistral paru la comprensióndel srrell ni lento nacional alemán, Sin embmRO, no puede achaenrsc ai filósofo un pangei-mniiismc que estaba muy lejos dv sciiUr,cu (re otras eiwns, porque aún no había Mi-n a * in hora hlntórtcji del imperfallnmo IIII-clonilfst». Ficht« se limitó a bautizar con«1 calificativo dp "nlnmanes" sus menos dejusticia y ÑUS ideales humanos, permitiendoasí que w sirviera posteriormente de 61, elnación ilisnio kaiserianlo y «1 naclonaliocla-UKino ritclsta. Fichte fue nn hombre ttal si-

glo XVIII que supo integrar su cosmopoli-tiwmo humanista en el parfttcularísmo queexigín la situación histórica, otorgando detal numera al patriotismo toda la tuerca ex-pansiva que po»RÍa el universalismo.

"El pueblo alemán, a causa de su posicióngeográfica, debe Imponer la p;iz a la» otlraanaciones". De esta frase, escrita por el filó-sofo *n 1800 (1) al germanismo expansivoy restallante de Airndt hay nn paso. Peroesta paso representa, naidn me non, que elnbandono del patriotismo umuiopollta, paraadoptar el patriotismo a ultranza, qne ca-racterizaría ]« ¿poca bismarcklana.

Arndt, antepasado auttntiico de los nacJo-nalfemo» desorbitados, füé creador del vocablo casi intraductible de "Volfcstum", aeJ DO •el naaioiiatsociiillsiiio haría especial abnso>Su obra. "Deiitsrhes Volkstum", apiu-oclda OII1810, piwonizaba una Alemania unida, nnngran c«n»unicln<l gerínáiiiwi que desarrollaivi"una potencia enorme y nunca uftflizadaaun", una gran comunidaid que instauraraen Europa "ln paa perpetu»" y se convirtie-ra en "arcángel protector IIJ» la Humanidad".EstamoH en los umbrales del nacionalismo di-Guillermo n .

Pero tras IR derrota de 1918, esos sueñosnacionalistas parecieron esfumaran para nl*>m~prp. IJOB vencedores creyeron que unas me-iftdas milWiKea, bien acncilllas por otra pai-te, bastarían para Interrumpir c/| desftri-oUo•li I stnUmiento nacional alemán. Txw teórí-r-is del último equipo no [fardarían <en da>->u.ntÍH a tales ilusiones. Volvió a surgir eltni.Rramn encarnado por Fichte en 1S1O yi«s propios Hpengler y Keyserling, aunque.on (llforonti-s metafísicas, pensaron, igual•jue el filósofo del XVnT, que, Alemania te-ni» una misión futnra que cumplir. Keyser-llng vio esa "Deutschlanda polltische WA-'.ion" en la victoria de la conciencia meta-tínica, Spengier, en cambio, anunció una ln-i lia decisiva on ln que Alemania, represenruJido el papel de Rbma en Occidente, esta-bl reírla su "pax germaJUca"1.

Re hallaba en puertan la "(iri^tfideutNr)i-lmiri" de Adolfo Hftler.

Hoy la mutación ha a*dn niAs profunda.t>a derrota dn 104ti volvió a sumir, porrORCdón contraria, al pueblo alfinAr» fu undifuso sentimiento cosmopolita (recuérdemelos miles de adeptos que el desequuufbrartoG.irrj- Da vi es consiguió en lan ciu<liió>s (fCi-niannn destruidas por Ins bombas) que aspi-raba a anular la "patria" en beneficio de ln"Hnmanldad". Pero ©1 ntubfenlt? flel «Iglo XXno es igual al de] XVIII. Y los germano»,por mucha que haya siA> wa desesperanzanacional, no hnn podido por mentor qne dar-se cuenta. lia constilu(c¡ón de la Repúblfcal^fijeral representa el aban<tono del cwmo-politlwmo — mantenido todavía en la m;hai-aad¡i ofi'rt:i do ,ldenaucr a Francia para for-mar ambos pueblos unn sola nación — y laadopción 'dJc un patriotismo cosmopolita quovuelve a encajar con el programa do Flchte.

¿ffeguirá la evolución? ¿Sp tr-'nsformnríír-so patrtotimno — perfectamente legítimo i—rn nacionalismo? ¿VolverA a saltar ésK* alos estadios del] racismo nacional socialista?

Lo» franceses dicen que sí, apoyando miafirmación en los tres detalles recientes. Losfnglnses parecen dudarlo. IJOS a merfcunos,convencidos de que sus fórmula» democráti-cas lo evitaran, se han lanzado a la reJiihilltación dp Alemania.

Pero la verdad es que, ni unos ni otros,que no supieron ofrecer a la Alemania ven-cida y difusimenie cosmopolita dV 1045 losIdeales que énta apeteció, podfrian Impedii-i'»» evolución. Pues el nndonallsmo gfrmn-no, una T*B rpdivivo, volvería ahora <H rox-trn hacia el Kste.

J. RUIZ

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A finales do 1934, es decir hace

dieciséis años, ae proyectó en to-

das las pantallas mundiales "La

feria de ia vanidad", film de Ru-

bén Mamau lien. Según las afir-

disticas, la película iba a Iniciar

una nueva época cinematográfica'.

ta del cine en color.Estamos en 1S50. ,-.Se han cum-

plido los augurios de hace treslustros? Ni mucho menos. £21 co-lor continúa siendo, al cine un

. Un rrido recurísulaez de

j pa-ra salvarcuantos argumentos o la pobrezainterpretativa de unas cuantas"estrellas". Hemos visto muchosintentos en color. De todos los gé-neros: dramas, comedias, revis-tas y hasta películas policiacas.Sin excepción ninguna eran, comoha dicho un crítico norteamerica-no, "cromos, dignos de servir a losumo de films propagandísticos afabricantes de caramelos".

De todo eso tiene la culpa labaja mercantilizaeión del cine. Alpúblico americano y también alde los demás países —estamos ha-blando del llamado "gran públi-co"— le gusta más el cromatismo

nWhapprajln y dulzón de UnaS "Mil

y una noches" que la Inteligenteutilización del color en "La ciu-dad soñada" pongamos por caso.

Por eso hemos acogido con sa-tisfacción la película inglesa"Zapatillas rojas". Inspirado suargumento en una actualización

del c ocido nto detodo I filo

una sola concesión al gusto du-doso del "gran público". El colorno llega todavía a desempeñar elpapel de protagonista que desea-ríamos para ti, pero constituyeuna de sus más palpitantes esen-cias. Sus tonalidades alcanzan, so-bre todo, un plano primordial enla interpretación del "ballet" que

a la elíci :i dirc

tor ha sabido dar a ese momentoun ritmo esencialmente cinemato-gráfico, sirviéndose de todos loorecursos de la técnica e infun-diendo a todos sus planos un aire

nvágicc!u milneral.

Y eacolornunca

i "ftfrique"1 maravillas

i que

en cal t

caso de "1Eíffel' ', qurealismo e

—dése.

1 cineealismo

El homo prete

, qu.con

e cuadra ael tono ge-

ngañémonos— el

no p(de

bre

ndía> sin

uedo unirseahí el íra-

de la torrehacer neo-

o crear por

Hemos oído, por primera vez, aSoutíma Btratvinsky. Y fue unacierto de nue&tra Orquesta Mu-nicipal el incluirlo entre los pro-gramas de Primavera. Porquequizá nadie como el hijo de IgorBtrawinsky podría interpretar conmejor acierto ios obras para pia-no de su padre. BoKlitna es un in-terpreto diáfano, de pulsaciónexacta y matemática e imbuidodel espíritu clásico. Y aunque losdetractores de la música modernalo duden, nadie es mejor que unclásico para interpretar a Stra-uiinaky, que representa en ¡a mú-sica actual ¡a misma precisión, elmismo cerebraiiamo V el mismotecniciamo que representaron, en-tonces, Ion músicos del XVIII.

Claro está que para oír a Stra'winsky hace falta una dosis fuer-la de tfsfuerzo intelectual. Su iiiii-sica no está hecha para impresio-nar diapasones fáciles. Sólo diapa-sones de acera fino vibran a suinflujo. Pero, por otra parte, laforma y la intención no puedenser-menos revolucionarias, menosinmersas en la grave corriente delos "tamos" efÍ7neros. Y eso a pe-sar de la constante renovación ydevenir en que se halla la músicadel gran autor, vn el que se pue-den señalar casi tantas épocascomo obras,

Altora bien, no se piense con moque Btraimnsky es sólo un cere-bro musical. Un sentido místico,casi religioso de ia mtisica se ha-üaba por dvtrds de casi todas .iitsobra» hasta explotar en sus. últi-mos tiempos con el ballet "Orfeo"y la "Misaa Brevia"- Pero susobras anteriores representan unaespecie de cuaresma de peniten-cia •musical, un llMea Culpa" so-lemne a la mundanidad pegajosade un impresionismo que se con-tentaba con acordes epiteliales.Del espíritu trágicamente huma-no do la gran múMca del XIXpasó Pebunsy a una sensualidadgozosa y refinada, a alabar* el di-lettante "esprit de finesse". Stra-winsky représenla la reacción pe-nitente plenamente clásica, lavuelta a lo constructivo, al siste-ma aprehendido con esfuerzo detodo nuestro ser. No es su. músi-ca, ciertamente, para düettantcsdel espíritu. Está dirigida solo alos quú saben de la profunda tra-gedia del pensador. Y a través detu construcción, como en unBach, está la tragedia de lo tras-cendente.

Claro está que el "capriccio'que interpretó Soulinia Strawins-ky en el Palacio de la Música notiene el alcance de obras poste-riores. Es una construcción sim-plemente opuesta al espíritu epi-telial de los impresionistas.

Es difícil juzgadad las directrices que la buenaliteratura sigue en nuestros días.Vivimos demasiado la época parapoder situarla en una objetividadfria.

Pero nrigin 1 de-

diferente del que podría captar

cámara en blanco y negro.

cir que la literatura de nuestrotiempo refleja la crisis ideológica,política y económica más grandede la historia y, por ello, es la

gustiada quo haya podido leerse.Con este contenido —es aecir,

dentro de las directrices de la másestricta actualidad— se nos pre-senta también la obra de Ten-nessee Willlama Un tranvía llama-do deseo, estrenada no hace mu-cho en sesión única por el "Tea-tro de Cámara". Las controversiasde la critica y del publico a pro-pósito de tal estreno nos hacen

cldos, no de representar una opi-nión oiignal pero si de ta másestricta ecuanimidad. Y para ellovamos a hacer un recuento esque-mático de valores, tanto positivo'

guardaremos mucho hacer balan-ce, pero nos servirán para detallar¡os tipos de reacción de especta-dores y público.

a) La comedia, como hemos yadicho, participa de la misma con-ciencia da "desgarramiento" queevidencian un Sastre, un Anouilh,

b! Es una pintura de tiposcuidada psicológicamente, en laque las individualidadee estándestacadas con fuerza y maestría.

c) El ambiente está destacadopor medio do un ritmo de accióncontinuado y en el que tienengran valor lad repeticiones. Pordetrás de la traína está la situa-ción del ambiente agobindor que"englutc" la acción.

d) Pero la acción constituye almismo tiempo una preocupaciónconstante, de tal modo que la co-medía esta concebida cinemato-gráficamente.

e) Dentro de su género mixtode cine y teatro, con el cual noestamos de acuerdo, la obra estábien construida y bien escrita. Lesobran situaclone plásticas y elambiente resulta un tanto artifi-cial. Y el tema no está tratadocon la profundidad teórica a quepuede aspirar una obra teatral.

Pero por lo demás, no hay dequé escandalizarse. Los qi

ámbito msldeisiempre extraño el choqutotro distinto. Los que no sabeide otras concepciones que las suyas y se asoman a la literatura ial teatro actual a verlas corrobomdas se sienten defraudados.

Y los otros, los que por reacción al ambiente en que vivimo,gustan de introducirse en ese ambiente denso y maligno de Tennessee WMllam cometen asímlamíun error de objetividad.

De ¡a turbamulta de ezposicio*nes pictóricas celebradas en elmes destacan dos sucesos impor-tantes.' el homenaje postumo ren-dido por sus admiradores a IvoPascual, derribada columna de laescuela olotina del paisaje y laconcesión del "Premio Condadode San Jorge", sobre un tema dela Costa Brava.

Ivo Pascual, el ilustre pintor deVillanueva, desde el fondo de lamuerte, por el afecto de sws amigos, no faltó tampoco este año ala cita pictórica de ía PrimaveraPero conviene que nos detenga-mos, un instante, a considerar losrotores de su pintura; se le hallamado justamente el "pintor depaisajes con figuras": del profusodisdpulazgo que la escuela oloti-na entraña, Ivo Pascual, siendo sumás legítimo representante, no sedejó tentar por ¡os demonios pá-nicos que todo paisaje lleva en sí;amor a Ja naturaleza, pero sin ol-vidar que la planta del hombre leimprime su huella. Sin embargo,en Ivo Pascual, gran paisajista, elhombre se hallaba en situación deinferioridad ante la naturaleza.El marco de Olot —esoii ffríses ar-génteos, eso a verdes húmedos,esos ocres cálidos de su paleta-devoraba at factor humano. Elpintor de Villanueva pertenecía auna generación que habió, oído,con exceso el sortilegio de la flau-ta de Pan filtrándose entre lasramas de los árboles del bosque.

pues bien; en el Premio delCondado de Ban Jorge, cuya ex-posición se celebró en las gale-rías Layetanas, pudo observarse'el recio viraje ai que se encuen-tra sometido el arte español es-tos últimos seis años (te orienta-ciones y tanteos. Sobre un esce-nario "tan natural" oomo ta CostaBrava los doscientos participantes,casi con unanimidad —en particu-lar los más jóvenes— no hancaptado el puro paisaje sino quehan montado, en el mismo, eltemblor caliente de la figura.Pescadoras cosiendo redes o fuer-tes pescadores de Tossa han sa-lido de la orilla marítima tapán-donos con sus humanidades elresplandor vivo de la marea me-diterránea. Como sí el artista sin-tiese en su intimidad que la crea-ción se estaba zampando a lacriatura ha vuelto a darle la pri-mada de los mejores tiempos delRenacimiento.

El Arte, que es fiel reflejo dela vida, señala, pues, una de Tastransformaciones mas gratas deEspaña en los últimos tiempos.La vuelta a considerar los valo-res del hombre por encima delos valores naturales; el indivi-duo, en nuestros jóvenes pintoresya no es mera anécdota, pinto-resca dé color en el vasto marcolujoso del paisaje; éste, por elcontrario, se coloca como fondo ocontrapunto alcanzando a-t¡ la fi-gura su más alto y apasionanterelieve trascendente.

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NOTAS AL ARTICULODE NUESTRA PAGINA

CENTRAL

' til Aqui conviene hacer una observación :cU-. guien sostendrá que el término "engagemenf no

tiene el sentido estrictísimo de colaboracióncon sometimiento a un determinada pro,va-ma o hacer político. Se trataría aimplementede sentirse "colocado" en la sociedad, de so-barse "responsable1 ante ella. ¿Ks realmenteáaif Sin duda que ese amplio sentido tiene eltérmino cuando Sartr ,¡ice, por ejemplo, git.;el hombre que él concibe es "el Hombre total".Totalmente oamprometido (engagéi y "total-mente libre" (En la "Présentation" de "LwTetnps Modernes", octubre de 1H5J Pero' siel "slogan" "ü Jaut s'engager" tuviera ponde-rado sentido —reñido, por. cierto, con la étimo-logia de en-gage->není— en ves de presentarsecomo'solución política, como contestación po-lítica, seria (en su aplicación al intelectual)una nueva e intensa aparición del problemade la función educativa del pensamiento y lainvestigación puros y de la responsabilidad quederiva de aquella función. A esto pueden serreferidas Zas siguientes palabras de 3artre:"Si íverdaderamente)... nos esforzamos porexistir mientras estamos construyendo nuestraimagen, esta imagen resultará valida para to-dos... Así, nuestra responsabilidad es... gran-de... porque compromete a (a Humanidad en-tera" (El exietencialismo es un Humanismo.página S6J.1 También es cierto que el carácteresencial que Sartre otorga al ser-para-otro delhombre no tiene una consecuencia políticaconcreta: es solo un resultado de la analíticaexistencia del yo y del tu, no del nosotros:aun menos del "nosotros" socialmente modifi-cado. Y en ningún caso, claro esta, do esa mis-ma modificación. Por lo demás, en el terrenode los principios filosóficos es difícil encon-trar en Sartre algo que, fundamente el postu-lado de la colaboración política. El es quienha escrito: "En vano... buscará la realidad Hu-mana saUr de este dilema: transcender al otroo dejarse transcender por él. La esencia de lasrelaciones entre consííencías no os el Mitflein(en alemán en Sartre: exístencia-en-comün),es el confuto. (El Ser y la Nada, pág. 602).

.Pero la noción de "enrjagement" brota conpeculiar sentido del pensamiento político deSartre, de sus especulaciones en torno a larevolución. (No me atrevo a ñamarlas "filoso-fia" porque no me resulta claro si su caráctercontradictorio de los resultados solipsistas dela analítica existenciat, reunidos en él últimotexto citado, es un hiato dialécticamente retle-náble con todo rigor metodológico o iw»a opo-aidón'irreductible acallada por la urgencia po-Híico de la cuestión social/. En los estudiospolíticos de su revista ya citada (mimero dejunto de 19i6, pág. $J ezeribrió Bartrc: "...f>t¿«fuerzo del filósofo revolucionario consísíírrt«n sacar a lux, en explídtar tos grandes temasdirectivos de la actitud revolucionaria. Y talesfuerzo filosófico es una acción, ya que esostemas na pueden ser revelados si él no se co-loca en el movimiento mismo que los produce,es decir, en el movimiento revolucionarlo".Bsío deeíarocidn taxativa tiene un sentido ab-solutamente concreto (incluso determinadopor una'Circunstancia personal: Sartre desea-ba encontrar un ten%no para su entendimien-to con el marxismo). Por eso loa marxistos hancontestado a Sartre con critica ironía: "Bien,hay que comprometerse, pero ¿comprometersea quét —"s'engager, A qwHT"~. A lo que elfilósofo, creemos, no podría contestar sino.1 "avuestro partido... o al que futide yo". (Y estoúltimo nos parece lo más verosímil. A fin de

n filósofo no se enrola me» que bajo

su propia bandera; aunque, eso st, llevada ¡/a,en este caso, hasta el terreno de lo poUtico).

(Todos los subrayados non míos.)1%) "Les Temps Modernes", noviembre-

de J9$fi.

(S) Quiera el lector abstenerse de buscar enesta» lineas intención otra que la propuesta —que es tan »olo considerar sumariamente lasraices filosóficat de un hecho social concreto.Por eso puede perdonarse el uso de expresio-nes un tanto vagas: no afecta a la exactituddel desarrollo el que en esa imprecisa carac-terización del Idealismo no quepan, tendenciasromo la tranacendentalista del Schelling de lafilosofía del mito y la relevación. Asi tambiénpodran perdonarse otras vaguedades no funda-mt'fttales en que estamos obligados a incurrir.

{& Divina Comedia. Purgatoiio. Canto VI.

uiere wrlo. Mas, parano basta * derribar ellunclar la muerte de

S I G N I F I C A C I Ó NDEL A T E Í S M O . . .(Viene de la pág. t.'J

Maritata declara que las tres formas deateísmo indicadas-se desprenden de las actitu-des posibles del hombre. Y añade que desdeel punto de vista del contenido lógico de lasdiversas filosofías ateas, cabe considerar otrasdos: el ateísmo negativo y el positivo. Porateísmo negativo 'entiende" el rechazo de Diossubstituyéndolo por el vacío, Entonces la exis-tencia del ateo se reduce a vivir todo lo con-fortablemente que se puede, en el ámbito deuna libertad empírica de hacer lo que nosplace, o bien, en. un plano metafisico, el vaciocroado por la negación de Dios, devasta todoel universo de pensamiento y la libertad quereinvindica para el yo humano es una inde-pendencia absoluta, una suerte de divina in-dependencia. Nadie ignora que los libertinosaludidos y los pesimistas, estilo Kírílof deDostolewski, encarnan tos dos miembros de IRsubdivisión del ateísmo negativa.

Por ateísmo positivo, entiende un combatepositivo contra todo lo que nos recuerda aDios. Es un antiteísmo mejor que un ateísmoy encierra el más desesperado esfuerzo para re-construir el globo intelectual y la consiguienteescala de valores. Desde Nietzschc hasta loacontemporáneos existeneialistas encontraría-mos representantes a granel. De momento nonos interesa si la experiencia de que partenes una intuición metafísica o un reflejo psico-flsiológico.

El ateísmo de nuestros dias serla a la ver,absoluto y positivo. Situación histórica, pues,la nuestra sin precedentes debida al conjun-to esfuerzo del racionalismo burgués y del re-volución arismo social. Aquél, soltando vientosde autonomía —la diosa razón- -, éste, exacer-bando el anhelo de felicidad temporal de tasmultitudes. Un existenclalista famoso. Sartre,ha resumido ambas dimensiones, al escribir:"Hl hombre es ltbr«, absolutamente libre; BI

no lo ea, ea porqimestablecer tal líberreino de Júpiter, 1Dios. Todavía hace falta limpiar el cielo intellgible de los pretendidos valores transcenden tes que el racionalismo laico ha suspendído en él. como substitutos de Dios. Todavlconviene abolir la noción deanterior a la existencia."

Realmente el ambiente quetiene en gran proporción incit

cia hu

Lo que le iviertemes al ateis-

más que unvingún modo

Pero dudo mucho que seiaccidente no despreciablellegarla a afirmar que "afectara primo etper se, a nuestro tiempo y a nuestro mundo",a pefiar de la grnn autoridad de Zubiri,quien seguramente quiso caracterizar, acen-tuándola algo exageradamente, 1H onda expan-siva del movimiento ateo a lo largo de ION

do seria completo. Las situaciones históricasnon incitaciones, no predeterminaciones, nijustificaciones.

Llega el momento de enfrentarse doctrinal-mente con el ateísmo 1 de pedirle sus creden-ciales o de discutírselas.. Podemos seguir do*caminos: la critica interna de la construcciónideológica atea y de su génesis en el espíritudel hombre actual, y el examen de los fun-damentos teoréticos de la "desligación" pre-supuesta en todo ateísmo auténtico. La prime-ra vía nos conducirá a percatarnos de unadoble inconsistencia del ateísmo contemporá-neo; la segunda nos llevará hasta la soberbiade la vida y a la nada como base de tan or-gullosa actitud.

Quédese pora el próximo articulo.

ORDENACIÓN LABORAL...(Tiene lie la pág. IB)

trina cristiana, de la que tan necesitado est/iel Mundo y a la que tan pocos, en puridad, sededican.

Slncesamente rogamos al P. Ouerrero desdeestas humildes páginas de LAYE que re-capacite y vea que las pretensiones delos Licenciados, también hijos de Dios ymuchos de ellos ex alumnos de los cole-gios, pertenecientes a Congregaciónefl, Aso-

cabelladas como le parecen. Y piense que elfondo del problema arranca de mucho maslejos, posiblemente de la confusión de la misióneducadora que debe ejercer el Estado con laconfiada a la Iglesia, especiticamente religioaa1 Mateo, XXVIII, 19-20). Mezclar ambas cosastiene el peligro de inducir a suspicacias y ma-licias, intuidas y evitadas por el mismo Josu-orlsto (Marcos, XII, 12-17) en su sutil contes-tación a fariseos y herodianos.

JO3E DÍAZUoencéado

— n —

Page 11: LA SIGNIFICACIÓN DEL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEOunav.pdf · Claro que entre un libertino del gran siglo y un " »•» Dios" de I» Rusia contemporánea hay diferencia no-table. Que

ORDENACIÓN LABORAL DE LOS LICENCIADOSt Una representación del profesorado de ense-

ñanza privada, a través del Sindicato de Ac-tividades Diversas y de los Colegios de Doc-tores y Licenciados, se ha dirigido al HeñorMinistro del Trabajo, solicitando que se íntro-duxcan determinadas mejoras en su actual re-glamentación laboral. Las peticiones que Reformulan, de diversa índole, comprenden laelevación de la retribución de los profesoresun aumento en las plantillas de titulados decada colegio, proporcional ai número respec-tivo de alumnos, y una solicitud de excepcio-nal importancia tendente a garantizar la es-tabilidad en el ejercicio de su profesión a loslicenciados y a cortar ile raíz el grave intru-sismo en ia enseñanza. Estas peticiones, quevuelven a poner sobre el sucio tapete de ir.actual desordenación de la Enseñanza Mediala vieja cuestión de los Colegios Privados y sumodo particular de influir sobre la vida do-cente de la Nación, objetivamente considera-das no pueden ser más justas. De ellas sedesprende estrictamente un anhelo de mejorasocial y profesional de los licenciados que sededican a la Enseñanza Privada, anhelo queha de llevar consigo, caso de realizarse, unaindudable mejora de su función docente.

Sin embargo, y pese a la diafanidad de es-tas peticiones, hay quienes no quieren verclaro el fondo de la cuestión y remontarse ai

lo que dice el P. Eustaquio Guerrero, S. I., enoí numero de mayo do la Revista "Razóny Fe". Refiriéndose a la necesidad de que losprofesores de Enseñanza Media posean titulooficial, escribe:

"i.' No exige el bien común - ni por lo mis-mo puede exigirlo licitamente el Estado— quetodos los profesores sean titulados, y menostotiavia con (finios oficíale». Es evidente quetal título oficial no es ni necesario ni suficien-te indicio de competencia para enseñar y edu-car: pero lo es también que, aunque implicaraosa doble competencia —hipótesis irreal y hoyimposible— no es necesario de modo algunoen iodos los profesores de colegios de religio-sos, donde existen otros titulos y otras señalesde aptitud que dan a la Iglesia mayores ga-rantías que cualquier título oficial, para laenseñanza de muchas asignaturas y el desem-peño de muchos quehaceres educativos. No po-., ' — -iginar u n a a¡t;UaCjón s o c | a ] de la

que para enseñar dignamente seanecesario a todo enseñante poseer un titulooficial, por la sencilla razón de que, cualquieraque sea el grado de cultura supuesto, siemprehabrá instituciones no oficiales que a lo me-nos en muchos ramos del .saber preparen tanbien y mejor que las oficiales; y simpre pol-lo mismo, nos parecerá injuriosa para la per-sena humana, y pedagógicamente equivocada,la pretensión de que no pueda enseñar na-die sin titulo obtenido en Centros del Estado."

Dejando aparto sue conceptos injuriososacerca de la capacidad de los licenciados yde la Universidad para titularlos - lo cual noes sino un insulto al Estado en su misión

exige una garantía mínima para enseñar, y1 biei t incu.

bencia del Estado, fl él correspondegencia. Esa garantía, además la ha creado elEstado mismo y precisamente con el fin deatender al bien común cultural: el Título deLicenciado.

te en estar de acuerdo con el Padre Guerrero

fesores de los Colegios Privados tengan titulooficial, si no fuera por el pequeño detalle —quees olvidado a través de toda la argumentacióndel reverendo padre— de que loa Colegios de

za Privada reconocidos, tienen actualmente —y gracias a la absurda concesión de la ley

Saina Rodríguez - la facultad de aprobar par-ticularmente los cursos de Bachillerato, comoal de cualquier Instituto Nacional de Enseñan-za Media se tratara. Y si los profesores de losinstitutos Nacionales de Enseñanza Media son^atedráticoi', licenciados seleccionado* poroposición ¿por qué para ejercer la misma fun-ción, eso es, la de enseñar y calificar convalor oficial, en los colegios privados no hade necesitarse ningún titulo, ni aún la míni-ma garantía de una licenciatura?

Ordénese la vida docente de la nación, res-tituyase la facultad en exclusiva de juzgar alos Institutos —que para ello existen— y nose inmiscuirá nadie, entonces, en la vida pri-vada de los colegios privados. Pero ellos mis-mos serán los que, si se Jes niega la autono-mía calificadora en el Bachillerato, pondránel grito en el Cielo clamando contra la oprc-pión estatal.

Por la igun-cia de la titularidad profesional en toda clasede instituciones docentes, ya que todos loapaíses del mundo tienen organizadas en formaoficial laa llamadas expresamente "profesionesliberales". Si al que remedia enfermedades sintitulo, aunque sea un sabio, se le persigue yllama curandero, ¿por qué no se ha perse-guir y llamar Intruso al que enseña sin licen-ciarse en su arte?

Perc minaicuestión, al articulo indicado que acabará deilustrarnos sobre las generosas intenciones quelos colegios de religiosos albergan hacia lostitulados. Después de dedicar página y medíaa estudiar la pobreza y dificultades económi-cas en que se desenvuelven los susodichos co-legios —cuyo ejemplo más patente debe cons-tituirlo el proyecto de colegio-residencia quelos Padres Jesuítas tienen intención de cons-truir en Barcelona sobre un presupuesto dedoce millones de pesetas, según reciente carta-circular dirigida a sus ex alumnos— se <ita¡;ade frente la cuestión do la estabilidad de loslicenciados profesores:

"3." Toda reglamentación que prive a la di-rección de la justa Libertad para despedir alpersonal inepto, cambiarlo de ocupación, darle

gún las exigencias de Za educación y, en fin,para actuar con la libertad de un régimen es-piritual y paterno, que es el propio de las ca-sar religiosas, es Incompatible con la finali-dad de los colegios de la Iglesia y con su mis-ma disciplina y fuero."

También estaríamos de acuerdo en todo ellovi el problema fuera tan sencillo como aquí sepresenta. Pero cuando, como ha venido suce-diendo con deplorable frecuencia, se ha pres-cindido de licenciados de rendimiento profe-sional muy por encima de lo ¿orrientü por pe-queñas y muchas veces mezquinas cau.srw, nosparece de urgente necesidad reglamentar lasdespedidas a final de curso para asegurar, porlo menos, una continuidad en el trabajo de loalicenciados cuya conducta y rendimiento sean

satisfactorios, sin dejar al albur de rencor oantipatía puramente personales o de politiqui-lla interior toda su vida profesional y social.¿Por qué razón no han üe tener los que tra-bajan cu la delIcECia, y responsable tarea de laEnseñanza la estabilidad y garantías que hoy,en cualquier pais del mundo —incluida Espa-ña — Poseen todos los trabajadores ?

Pero la preocupación del P. Guerrero es,primordtalmente, la económica. Su obsesión estiar la voz de alarma, ante el peligro que ame-naza con hundir los colegios de religiosos; elaumento de emolumentos en los licenciado».Leámosle.

"4." Los colegios de religiosos no son orga-i.ismos ideados y fundados para absorber «1varo intelectual, sino para educar a la juven-Lud cristianamente. Este fin na sólo principal,sino único, no puede comprometerse en modoalguno subordinando su consecución a la pre-via o concomitante solución de un problemacualquiera de justicia social. SI un colegio ca-rece de recursos para pagar a un profesor elsueldo que se estima necesario, vacaciones,seguros, indemnizaciones, será razonable que>?1 Estado supla, con cierto apoyo económico,r¡>ro no que exija al colegio lo que no puedeciar, pues eso seria lo mismo que cerrarlo yprivar a la sociedad cristiana de bienes mu-cho mayores que Jos que se pretendían asegu-rar con las exigencias legales. Lo que seria in-justo con una empresa de finalidades terrena-les, aunque honestas, lo serla mucho más conotra puramente apostólica. De no guardarseese criterio se parara en condenar a las co-munidades religiosas a vivir como galeotes re-mando siempre sudorosos para que naveguenlicenciados y doctoree."

La última imagen en aterradora, lie aquí(;ue la ruina amenaza a loa pobrecitos cole-gios, "...seril razonable que el Estado suplacon cierto apoyo económico.." Pero ¿qué maaquieren pedirle al Estado? ¿Que más conce-siones se les pueden hacer que no les hayansido hechas ya? IJs verdad que aún ño se hansuprimido los Institutos Nacionales do Ense-ñanza Media y que no cobran derechos ob-vencionales, pero en algún sitio deberán poderestudiar los que no puedan pagar las miles da

glos privados o los que prefieren, aún, la com-petencia profesinal de un catedrático...

Además dice el P. «uerero que los Colegiosreligiosos cumplen una misión "puramenteapostólica". Y por lo tanto, que las bases detrabajo solicitadas habrán de ser autorizada»,para poder aplicarse a los susodichos colegios.por la autoridad eclesiástica, única para ]uz-

chos de la Iglesia y a los supremos interesesde la cristiana educación." De la pureza de sudedicación apostólica nosotros no hemos dejuzgar. Pero precisamente las cuestiones ven-tilados en las bases que sollciton los licen-ciados son exclusivamente de tipo técnico, denaturaleza laboral, y nadie, que sepamos, seha entrometido en loa derechos de la Iglesia

relativos a la difusión de ladoctrina de Cristo. Las en-sen&nzas que llevan a cabo

I los licenciados civiles en los/ colegios privados son exclu-I divamente materias cultura-

/ les, científicas y técnicas deinterés exclusivamente sa-cular, no religioso. Y la re-gulación de este tipo de en-señanzas corresponde, enpura doctrina de la Iglesia,a la esfera de actividadesencomendadas a la seguri-dad y desarrollo temporaldel Estado. A las diversasOrdenes corresponde todoel amplio campo de la doc-

IPma n la pAg, U!

M I O I E C A DE CIENCIAS GEOGRÁFICAS V SQClftl*