la segunda ciudad. rol del espacio abierto post terremoto

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LA SEGUNDA CIUDAD, ROL DEL ESPACIO ABIERTO POST TERREMOTO CASO ESTUDIO EN SAN PEDRO DE LA PAZ Y CORONEL.

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Capitulo 1. Marco teorico

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LA SEGUNDA CIUDAD, ROL DEL ESPACIO ABIERTO POST TERREMOTO

CASO ESTUDIO EN SAN PEDRO DE LA PAZ Y CORONEL.

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UNIVERSIDAD DE CONCEPCION

FACULTAD DE ARQUITECTURA, URBANISMO Y GEOGRAFIA CARRERA DE ARQUITECTURA

SEMINARIO DE TITULO

CAMILA CONSTANZA WIRSCHING FUENTES PROFESOR GUÍA, MARÍA TERESA RODRÍGUEZ

COLABORADOR, PENNY ALLEN, UNIVERSITY OF WELLINGTON, NEW ZEALAND CONCEPCIÓN, CHILE

DICIEMBRE 2010

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AGRADECIMIENTOS A:

Penny Allen como propulsora de una aproximación innovadora que indudablemente

aportará a la creación de ciudades más resilientes. A la profesora María Teresa Rodríguez por haber impulsado la idea de hacer este estudio y por

su dedicación mas allá del compromiso académico. A las juntas de vecinos por su disponibilidad e invaluable compromiso.

A los municipios, por su voluntad de entregar toda la información posible. A mi madre y a Hugo Aparicio, ambos por su apoyo incondicional.

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INDICE PRESENTACIÓN DEL TEMA 12

INTRODUCCION 15 OBJETIVOS 21 DISEÑO METODOLOGICO 23

CAPITULO 1. ESPACIO ABIERTO Y RESILIENCIA URBANA 25

1.1. ESPACIO ABIERTO POST TERREMOTO 27 1.2. RESILIENCIA URBANA 30 1.3. RESILIENCIA URBANA Y DISEÑO URBANO 32

1.3.1 Diversidad 35 1.3.2 Modularidad 37

1.3.3 Variabilidad 41 1.3.4 Servicios Ecosistémicos 43 CAPITULO 2. ESPACIOS ABIERTOS CONCURRIDOS POST CATASTROFE: 45 COMUNA DE SAN PEDRO DE LA PAZ

2.1. DESCRIPCION ÁREA DE ESTUDIO 47 2.2 CATASTRO GENERAL DE LOS ESPACIOS ABIERTOS CONCURRIDOS 51 2.3 CATASTRO POR AREAS 53

Espacios abiertos Andalué 54 Espacios abiertos Villa San Pedro 56 Espacios abiertos Candelaria – Villa Spring Hill 58 Espacios abiertos Michaihue 60 Espacios abiertos San Pedro de la costa 62 Espacios abiertos Callejón Lagunillas 63 Espacios abiertos Lomas Coloradas 64 Espacios abiertos El Rosario- Fundo Junquillar 65

12 15 21 23 25 27 30 32 35 37 41 43 45 47 51 53 54 56 58 60 62 63 64 65

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CAPITULO 3. ESPACIOS ABIERTOS CONCURRIDOS POST CATASTROFE: 67 COMUNA DE CORONEL

3.1. DESCRIPCION ÁREA DE ESTUDIO 69 3.2. CATASTRO GENERAL DE LOS ESPACIOS ABIERTOS CONCURRIDOS 73 3.3. CATASTRO POR AREAS 75

Espacios abiertos Gabriela Mistral 77 Espacios abiertos Escuadrón – Calabozo 78 Espacios abiertos Allende-Neruda 79 Espacios abiertos Camilo Olivarria 80 Espacios abiertos Villa Mora 82 Espacios abiertos Cerro Cancha Golf-Cerro Yobilo 83 Espacios abiertos Puchoco-La Colonia-Obligado 84 Espacios abiertos Merquin-La Virgen- Cerro Corcovado 86

CAPITULO 4. ESPACIOS ABIERTOS CONCURRIDOS Y RESILIENCIA URBANA 89

4.1. ESPACIO ABIERTO Y DIVERSIDAD 91 4.2. ESPACIO ABIERTO Y MODULARIDAD 105 4.3. ESPACIO ABIERTO Y VARIABILIDAD 113 4.4. ESPACIO ABIERTO Y SERVICIOS ECOSISTEMICOS 121

CONLUSIONES GENERALES 129

RELACIÓN ENTRE ESPACIO ABIERTO, RESILIENCIA URBANA Y DISEÑO URBANO 131 ESPACIOS ABIERTOS CONCURRIDOS POST CATASTROFE 132 ESPACIOS ABIERTOS CONCURRIDOS Y CONTENIDOS DE RESILIENCIA 133 REFLEXIONES FINALES 135

BIBLIOGRAFIA 137 ANEXOS 139

67 69 73 75 77 78 79 80 82 83 84 86 89 91 103 111 113 117 119 120 121 124 127 129

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CAPÍTULO 0

PRESENTACIÓN DEL TEMA

Tras la magnitud del terremoto y posterior tsunami ocurrido el 27 de febrero del año 2010 en Chile, el espacio abierto asumió un rol esencial ante la catástrofe. Plazas, calles, mesetas, sitios eriazos, cualquier espacio libre no edificado, rápidamente se ocuparon como espacios seguros por la población afectada, y luego, como espacios de habitabilidad transitoria, acogiendo diversidad de actividades como centros de instalación de servicios de emergencia y puntos de repartición de ayuda humanitaria, dejando así en evidencia, su rol critico para la recuperación de la ciudad.

Es esta experiencia de catástrofe, la que mueve a esta investigación a estudiar el rol del espacio abierto post terremoto y develarlo como una segunda ciudad en tiempos de crisis. Como una posible red habilitada con capacidad latente de actuación y adaptación necesaria para la particular realidad de Chile, la de epicentro continuo de catástrofes.

Por esta razón, se vuelve necesario revalorizarlos desde una mirada que maneje

mecanismos de respuesta ante perturbaciones, como lo es la resiliencia urbana, la cual se plantea como una vía de diseño para la adaptabilidad de las ciudades por medio de variables que se relacionan con el diseño urbano para aportar a futuras propuestas del espacio abierto e integrarlos a la planificación territorial en pos de ciudades resilientes.

Este trabajo forma parte de una investigación mayor, que buscará el estudio

completo de los espacios abiertos de la conurbación del área metropolitana de Concepción, en donde éste, se centrará en el estudio de los espacios abiertos concurridos de las comunas de San Pedro de la Paz y Coronel. Concepción, Hualpen y Talcahuano, serán abordados en otro estudio.

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Fig.1 Vista aérea del Cerro Corcovado, sector Santa Elena, ocupado por carpas. Coronel, año 2010. “(…) El espacio abierto se convierte en un refugio y hogar temporal para miles de personas que necesitan adaptarse rápidamente a su nuevo ambiente durante días, meses o incluso años. Después de un gran terremoto, la red de espacio abierto se convierte en una especie de 'segunda ciudad', con múltiples funciones complejas tales como la recopilación y la vivienda, la distribución de bienes y servicios, el restablecimiento del comercio, habitar temporal, conmemoración, así como el almacenamiento contaminantes o de materiales peligrosos (…)” (Allan y Bryant, 2010)1

1 Traducción propia del artículo: “The Critical role of Open Space in Earthquake Recovery: A Case Study” (2010)

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INTRODUCCION

Frente a las costas de Cobquecura VIII región, la madrugada del sábado 27 de febrero a las 3:34 am año 2010, un sismo de 8.8 de magnitud en la escala Richter, sacudió a la zona centro sur del país y con ello, un posterior tsunami que arrasó con el borde costero de las regiones del Maule y del Biobío, dejando un devastador saldo de víctimas y destrucción material. Respecto al área metropolitana de Concepción:

“(…) la catástrofe afectó gravemente al área metropolitana del Gran Concepción -la segunda en importancia del país-, arrasó parcialmente con cinco ciudades de más de 100 mil habitantes, 45 urbes sobre los 5 mil habitantes y más de 900 pueblos y comunidades costeras y rurales.2(…)” (Pablo Allard, 2010)

Los casi dos minutos que duró el terremoto, fue el punto de partida para que en la

región, al igual que en el resto del país, le sucedieran cortes de luz, agua y colapso total de las líneas de comunicación, y para que miles de personas salieran de sus hogares a las calles ante la inseguridad de lo edificado, o hacia los cerros más altos ante el temor de un posible tsunami.

“(…) En menos de 15 minutos las principales arterias de la capital de la VIII Región se

repletaron de peatones que ocuparon las principales plazas, parques y cerros. A ellos se sumaron una gran cantidad de automóviles, buses y camiones, que no respetaron las señales de tránsito, produciéndose choques y colisiones que incrementaron el pánico. Además, diversas arterias colapsaron, por lo que algunos conductores optaron por dejar sus automóviles estacionados y seguir a pie (…)”3

2 Articulo electrónico del blog de Pablo Allard, diario La tercera 3 Articulo electrónico diario la tercera,

Para las comunas de San Pedro de la Paz y Coronel, la situación fue similar. Ambas localizadas en el borde costero, a los pies del cordón montañoso de Nahuelbuta, la población rápidamente concurrió a los cerros en un desplazamiento masivo sin precedentes para resguardarse de un tsunami. En San Pedro de la Paz, un poblador de Boca Sur describe la situación:

“(…) todos trataban de subirse a algún vehículo para poder salir a la ruta 160 y llegar

al cerro Andalué que era el lugar donde podíamos protegernos si había tsunami. En el trayecto a la carretera todo era un caos, pues donde normalmente funcionan dos vías esa noche se transformaron en cuatro, contándose una vía que prácticamente pasaba por la vereda (…)”4

También, ante la inseguridad de lo edificado, antejardines, sitios eriazos y áreas

verdes, entre otros, se ocuparon como zonas de seguridad permitiendo la congregación, y otros, como zonas de abastecimiento de servicios básicos dispuestos por la emergencia. (Figura 2). Hasta lagunas, ríos y esteros fueron ocupándose como reservorios de agua dulce por la comunidad adquiriendo un valor más allá de lo estético. Sin embargo, esto no fue suficiente y ante la desorganización y lentitud de respuesta de socorro, la histeria colectiva del desabastecimiento también hizo de lo suyo, volcando a comunidades a organizarse para proteger calles y pasajes. (Figura 3). Es a través de esta carta al diario el Sur, el que se describe la desesperante situación vivida:

“Mi familia vive en la villa San Pedro, pasaje Juan Gómez de Vidaurre y Antonio de las Peñas, aún están sin agua, con barricadas y sistemas de alerta contra los saqueos. Aun no han recibido nada de la ayuda que alertan los medios de comunicación a nivel nacional”5.

4 Entrevista “Como se vivió el terremoto en Boca Sur” a un poblador del sector, escrito por Amel 2010, 5 Carta dirigida al Diario el Sur, marzo 2010.

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De arriba hacia abajo: Fig. 2 Abastecimiento de agua, sitio vacante, Villa San Pedro, San Pedro de la Paz. Fig.3 Cierre de pasajes sector residencial Bayona, San Pedro de la Paz. Fig.4 Personas reunidas en un sitio eriazo en torno a fogata, Coronel.

Es a partir de estos sucesos, que queda en evidencia el valor de cada espacio abierto como un elemento esencial para la seguridad y recuperación de la comunidad en tiempos de catástrofe como un terremoto, capaz de acoger la habitabilidad transitoria de la ciudad, absorbiendo el impacto adaptándose al cambio sin perder su estructura e identidad, como un verdadero espacio resiliente.

Es por ello, que este trabajo pretende poner en relieve el valor del espacio abierto

como un activo para la ciudad sísmica y que al estudiarlos desde su forma de ocupación en tiempos de catástrofe (post terremoto), se pueden visualizar y reconocer ciertos contenidos de resiliencia para el diseño urbano.

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Fig. 2 Vista de aldea en Cerro Corcovado, Sector Santa Elena, construida tras su ocupación post terremoto (figura 1), Coronel, año 2010.

“(…) la clave para una exitosa integración entre planificación de recuperación y

diseño urbano yace en el cambio de pensamiento, que ve el espacio abierto de la ciudad como una segunda ciudad: un sistema de espacios abiertos diseñados no solo para contribuir significativamente en la calidad de la vida cotidiana sino también con la capacidad latente de actuar como un salva vidas y un agente de recuperación en el evento de un terremoto y tsunami (...)” (Allan y Bryant, 2010, p.1.)6

6 Traducción propia del artículo: “The Critical role of Open Space in Earthquake Recovery: A Case Study” (2010)

Área de estudio. Fuente Leonel Pérez, 2010.

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OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL Analizar el rol del espacio abierto, tras el terremoto y tsunami del 27 de febrero del

2010, desde la perspectiva de la resiliencia urbana, en las áreas urbanas de San Pedro de la Paz y Coronel del Área Metropolitana de Concepción (AMC).

OBJETIVOS ESPECIFICOS

ü Analizar la relación entre espacio abierto y resiliencia urbana para el diseño urbano.

ü Elaborar un catastro de los espacios abiertos concurridos post catástrofe en San Pedro de la Paz y Coronel, a través de la recolección y análisis de información de distintas fuentes.

ü Analizar una cantidad de espacios abiertos representativa del área, en red y/o

específicos, desde variables de resiliencia urbana compatibles con el diseño urbano, para reconocer ciertos contenidos de éstos en su forma de ocupación post terremoto.

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DISEÑO METODOLOGICO

Tomando en cuenta el objetivo general que guía este trabajo, el proceso de investigación se basó a partir de dos etapas, las que en conjunto permiten una alta consistencia en cuanto a los antecedentes bibliográficos y experiencia empírica.

En la primera etapa, se desarrolló un profundo análisis bibliográfico vinculado al tema de investigación, recopilando antecedentes de una serie de fuentes secundarios (tesis, artículo, revistas, etc.), los cuales constituyeron la base para el desarrollo del marco teórico (revisión y análisis de conceptos de espacio abierto y resiliencia urbana una pauta), y la estrategia de levantamiento de información.

En la segunda etapa, el trabajo se volcó principalmente a la evaluación de la realidad empírica, desarrollando un diagnóstico exploratorio a través del establecimiento de criterios técnicos que permitieron darle contenido a una serie de entrevistas informales, y la observación de los espacios abiertos. Proceso que permitió la realización de un catastro de los espacios abiertos concurridos post catástrofe, terremoto y tsunami, en el AMC (comunas de San Pedro de la Paz y Coronel).

Para poder llevar a cabo el catastro de estos espacios abiertos, se utilizaron tres herramientas que permitieron acceder a la información:

a) Revisión de páginas web tales como diarios, Facebook, Tweeter, blogs, b) Recopilación de Información a través de redes sociales c) Entrevistas a autoridades, encargados municipales de emergencia, juntas de

vecinos, entre otros.

A partir de este proceso, se seleccionó y analizó una cantidad de espacios abiertos relevantes según variables de resiliencia (Walker and Salt, 2006) relacionadas con el diseño urbano, las cuales son: a) Diversidad, b) Variabilidad, c) Modularidad d) Servicios ecosistémicos (Allan y Bryant 2010).

Finalmente, a partir de toda información obtenida, se llevó a cabo la elaboración de

planimetría interpretativa a lo largo de todo el trabajo, tanto del sector en específico como de las áreas de estudio global.

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CAPÍTULO 1

ESPACIO ABIERTO Y RESILIENCIA URBANA

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1.1. ESPACIO ABIERTO POST TERREMOTO DEL HABITAR LO CONSTRUIDO AL HABITAR EL VACIO.

El concepto de espacio abierto en la literatura urbana, es diverso y variado. Para el

urbanismo tradicional, el espacio abierto se entiende como el espacio público, tales como calles, plazas y áreas verdes (Schlack, 2008). Para el urbanismo contemporáneo, a esta misma definición, se incorporan los espacios colectivos como espacios públicos/privados, de administración privada temporalmente vacantes como sitios eriazos y estacionamientos (Pollack, 2006). Otros teóricos, lo plantean como un espacio no ocupado “elemento base de la forma metropolitana y como espacio estructura del crecimiento urbano” (Font, 1999, 2004), como espacio libre de la metrópoli (Battle, 2002) o bien, como espacios no urbanizados (Sabaté, 2005). En efecto, para el propósito de este estudio se ha considerado al espacio abierto como todo aquel espacio no edificado.

El espacio abierto, desde la perspectiva del urbanismo tradicional, siempre se le ha manejado como una respuesta funcional para una ciudad eficiente, desde una aproximación de las ingenierías con parámetros definidos y predecibles, o por efectos de ello, ni siquiera considerada en el diseño urbano de éste. Sin embargo, para ciudades constantemente afectadas por eventos impredecibles, como las catástrofes naturales, estos espacios abiertos – de distintas índoles y condiciones – adquieren un nuevo valor para la ciudad:

“(… )El espacio público tras el terremoto, se usó de manera distinta a la habitual. Las calles fueron vías de escape, mientras que las plazas y parques que otorgan normalmente un lugar para la recreación y encuentro, se volvieron sitios escogidos para la pernoctación. Pasaron de tener una función recreacional y estética a ser usados para refugio y resguardo (…)” (Villagra ,2010)

Fig. 3 Tabla de secuencia de terremotos en Concepción

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Los espacios abiertos ante un evento sísmico y/o tsunami, rápidamente se transforman en un espacio de seguridad y resguardo para la población, adquiriendo una nueva condición y función para la ciudad: un espacio de recuperación, un elemento de resiliencia urbana.

“(...) cuando ocurren catástrofes de gran magnitud, estos espacios toman repentinamente nuevos roles y su uso se hace mucho más intensivo… calles, plazas y parques adquieren un rol primordial en las zonas afectadas. La población se refugia en ellos, armando improvisados campamentos que les dan mayor seguridad que sus viviendas dañadas, o definitivamente porque perdieron todo y no tiene dónde ir (…)” (Fundación mi parque; 2010).

Este giro, de habitar lo edificado al habitar el espacio abierto, plantea un nuevo

paradigma para la planificación de ciudades en torno a éstos, en su necesaria revalorización como activos para la ciudad con capacidad de absorción y mitigación ante catástrofes necesarios en un país como Chile que posee una historia sísmica de importancia (ver figura 3), y que probablemente incorpore nuevos acontecimientos con el paso del tiempo. Registros históricos revelan la importancia del espacio abierto como un debate constante pero finalmente poco considerado:

“(…) pero ahora, los partidarios de las vías anchas han aumentado enormemente,

son todos los que sintieron sobre sus cabezas los edificios bamboleantes… Esta misma argumentación de hecho servirá para que no siga la estúpida oposición que se suele hacer a los espacios abiertos, parques, jardines, plazas, considerados por algunos como un lujo y que son una necesidad en toda ciudad civilizada y un elemento indispensable en una tierra donde hai la expectativa (sic) de los terremotos y de que sea preciso acampar al aire libre (…)” (Diario el Mercurio de Valparaíso, Martes 11 de Septiembre de 1906).

Entonces, ¿cómo se puede revalorizar el espacio abierto no edificado en la forma

urbana, y mirarlos desde su propia condición de abierto, como un bien altamente cotizable en el contexto de una ciudad sísmica? , y en este sentido, ¿cómo se la incorpora a la planificación urbana?

1.2. RESILIENCIA URBANA, UNA APROXIMACIÓN PARA LA INCERTIDUMBRE.

El concepto de resiliencia es utilizado desde una variedad de contextos, desde la

sicología y la sociología hasta el urbanismo e ingeniería; conceptualizaciones que apuntan al manejo de la catástrofe son de interés para el estudio, como por ejemplo, del programa de estrategia de reducción de desastres de las naciones unidas, que define a la resiliencia como “la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad para resistir o cambiar en orden de obtener un nivel aceptable de funcionamiento y estructura” (UNISDR, 2002),o bien como lo plantea otro autor, como “la habilidad de acomodarse al cambio sin fallar catastróficamente” (Foster 1997).

Para este estudio, interesa indagar desde la resiliencia descrita por Walker y Salt

(2006) influenciada por la teoría de sistemas de Holling (1973), que la definen como” la capacidad de un sistema para responder a las perturbaciones sin dejar de mantener su estructura y función, su identidad”, en donde se puede entender al sistema como la ciudad y las perturbaciones como el terremoto y tsunami. Así pues, se puede establecer a la resiliencia urbana, como el grado en la cual las ciudades son capaces de tolerar alteraciones antes de reorganizarse alrededor de nuevas estructuras y funciones.

Es esta aproximación – como la capacidad de enfrentar la incertidumbre- la necesaria para mirar a los sistemas urbanos constantemente afectados por catástrofes y a sus espacios abiertos, como activos que enfrentan la incertidumbre, como espacios resilientes altamente cotizables en el contexto de una ciudad sísmica.

Por ello, utilizar la resiliencia urbana como una vía de diseño para la planificación de

ciudades sísmicas es de imperativa necesidad, sin embargo, actualmente existe muy poca investigación sobre los factores y procesos que hace de algunas ciudades sean más vulnerables y otras más resilientes.

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Fig. 4 Foto Mural en pleno centro de Coronel.

De esta manera; es necesario reflexionar desde la resiliencia: si la ciudad opera como un sistema constantemente afectado por catástrofes, entonces, ¿cómo se puede diseñar un sistema urbano que pueda absorber cambios y facilitar respuestas adaptivas?

“La relación que existe entre el urbanismo, diseño y recuperación post catástrofe, prácticamente no se ha estudiado. La mayoría de los estudios sobre terremotos se enfocan en las ingenierías y en las áreas sociales. Lo que sea relacionado al urbanismo, como un lugar de respuesta y recuperación, o es cuantitativo y extremadamente especifico o muy generalizado para ser de gran uso (….) Una relación mal definida entre urbanismo y recuperación en las ciudades propensas a terremotos tiene el potencial de crear ciudades en las que nadie quiere vivir” (Penny Allen, 2010, p.2)

1.3 RESILIENCIA URBANA Y DISEÑO URBANO, DISEÑAR PARA CIUDADES RESILIENTES.

Desde la resiliencia urbana, la ciudad se la describe como “un sistema integral y dinámico, en los cuales se le reconocen variables como: 1) el rol de los flujos metabólicos, entendida como la cadena de producción y consumo en el funcionamiento urbano y la calidad de vida, 2) las redes de gobernanza y la capacidad de la sociedad de aprender, adaptarse y reorganizarse para enfrentar desafíos urbanos , 3) las dinámicas sociales como los ciudadanos, miembros de comunidades, usuarios de servicios, consumidores de productos, y su relación con el, 4) entorno construido, que define los patrones físicos de la forma urbana y sus relaciones espaciales e interconexiones ”.7. Esta última pieza que conforma a la resiliencia urbana, como la que compete al diseño urbano.

Walker y Salt (2006)-como los autores considerados en el estudio- han desarrollado un modelo de resiliencia que apunta a crear un sistema capaz de afrontar y aceptar cambios completamente impredecibles, apto para la aplicación en cualquier disciplina. El modelo sugiere que, analizando y comprendiendo la estructura y función actual del sistema y su historia de perturbaciones (ciudades sísmicas en este caso), se puede diseñar para obtener resiliencia. En él se establecen nueve variables para analizar e identificar la resiliencia: diversidad, variabilidad ecológica, modularidad, variables lentas, retroalimentación de respuestas, capital social, innovación, superposición de gobernabilidad y servicios eco sistémicos. Variables que se establecen como parámetros perfectamente modificables y complementarios a otras que se generen a partir de la contextualización del sistema.

7 Organización internacional de la alianza de resiliencia.

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En función de ello, para diseñar una ciudad bajo resiliencia urbana, las variables que se reconocen compatibles con el área de diseño urbano y que por ello, permiten estudiar los contenidos de resiliencia en el espacio abierto, son:

Diversidad, modularidad, variabilidad y servicios ecosistémicos. Variables que son capaces de relacionarse con la descripción del sistema urbano.

Fig. 5 Carpa en calle Chile, 2010.

Fig. 7 autoconstrucción en sitios vacantes, en Andalué, San Pedro de la Paz.

Fi. 6 Carpas en el estacionamiento de los edificios Los Conquistadores, Sector San Pedro de la Costa, San Pedro de la Paz.

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1.3.1 DIVERSIDAD, OPORTUNIDADES DE REACCION AL CAMBIO.

Se entiende por los distintos componentes que conforman un sistema. Valorándose

como “un recurso para aumentar oportunidades futuras en la capacidad del sistema para responder al cambio en diferentes formas. Mientras más diversidad, más se mejora la capacidad de adaptación a un amplia e impredecible cantidad de circunstancias.”(Walker 2006, pag.145).

Para la resiliencia existen dos diversidades que son particularmente importantes: Diversidad funcional, se entiende como los distintos grupos funcionales en los que

depende un sistema para funcionar. Para el estudio pueden interpretarse como las distintas tipologías de espacios abiertos del sistema urbano, como áreas verdes, sitios vacantes, claros en bosque, etc.

Diversidad de respuestas, se entiende como las distintas respuestas de un mismo grupo funcional para enfrentar una problemática, en que si una falla la otra la apoya. Para entenderlo desde el estudio, esta diversidad de respuestas desde un grupo funcional, se puede visualizar a partir de un grupo de respuesta para un tsunami, otro por la inestabilidad de lo edificado, como también un grupo de respuesta para ambos.

Entregar un abanico de distintas opciones para reaccionar a diferentes tipos de

desastres es la ventaja de esta variable. Optar por la heterogeneidad de la configuración urbana, para entregar mayor oportunidades de adaptación es una de las claves para lograr la resiliencia.

A la escala de una ciudad, diferentes tipologías de espacios abiertos puede sostener

una diversidad de funciones para el vivir cotidiano y luego reaccionar con una diversidad de respuestas en tiempos de incertidumbre y cambios que faciliten la recuperación de una ciudad. Como ejemplo, fueron los distintos espacios abiertos, que tras la catástrofe del terremoto, acogieron a miles de personas afectadas como zonas seguras ante el evento de un tsunami o ante la inestabilidad de lo construido por efectos del mismo terremoto.

Fig.8 Ejemplos de entramados urbanos Fig.9 Tráfico vehicular tras el colapso de los puentes. San Pedro.

Fig.10 Colapso del puente “Viejo”, que a pesar de que no se usara, se convierte en un símbolo de lo frágil que es la conectividad y lo vulnerabilidad territorial de los extremos.

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1.3.2 MODULARIDAD, SEGURIDAD EN EL FRACASO.

Un modulo se entiende por un componente que posee ciertas características que en conjunto con otros iguales o semejantes, conforman un sistema. Modularidad, entonces, es la capacidad de un sistema para ser entendido como la unión de varios componentes que interactúan entre si y que cumplen una tarea en pos de un objetivo en común. Esta variable es de vital importancia para la resiliencia en el funcionamiento de un sistema ya que “un grado de modularidad permite que módulos individuales sigan funcionando aun cuando falle uno, dándole la oportunidad al sistema de auto organizarse y con ello absorber perturbaciones.” (Walker 2006, pag.121), entendiendo que es en el grado de vínculo que poseen los componentes, el factor crítico en que se maneja el grado de resiliencia. Por ello, mientras más autónomos sean los módulos, mayor capacidad de resiliencia en el sistema.

En un sistema urbano, la modularidad se puede observar desde su forma y función en

su estructuración urbana. Desde su forma, a partir de la lógica formal y la redundancia de conexiones que posea (ver fig. 8). Desde su función, a partir de la localización de funciones que suplen necesidades vitales para la comunidad. Allen (2010) describe la modularidad primero, desde la escala metropolitana de Concepción8, donde establece que a pesar de poseer una forma policéntrica, al verse la caída de dos puentes de tres - interrumpiendo por completo el flujo normal de personas y servicios esenciales por hasta meses-, develó la falta de redundancia de conectividad y de dependencia funcional que se posee con el núcleo histórico de Concepción afectando la capacidad de resiliencia del área afectada. Casos en que se puede ejemplificar esto como, vertederos de San Pedro de la Paz ubicados al norte de la ribera de éste que significaron una grave alteración en el sistema ambiental o bien, la fuerte atracción laboral de Concepción y Talcahuano que produjeron una fuerte emigración de familias hacia otros sectores del área o de la región.

8 Concepción, Coronel, Chiguayante, Hualpén, Hualqui, Lota, Penco, San Pedro de la Paz, Santa Juana,

Talcahuano y Tomé, según Plan Regulador Metropolitano de Concepción. Ministerio de Vivienda y Urbanismo MINVU, 2003.

Luego, desde la escala de ciudad como Concepción, observó como la forma de su trama modular implantada desde la época colonial, forma de vacio central y limites duros y continuos, aportó en la redundancia de conexiones y la legibilidad de éste y por ende en la evacuación y desplazamiento de las personas hacia los espacios abiertos seguros. Como un elemento que se puede divisar en el área de estudio desde otra diversidad de lógicas estructurante sin embargo modulares.

Entonces, se puede deducir que elementos clave para el diseño de un sistema

modular resiliente, es que sea, independiente, “libremente” conectado y con identidad propia, capaz de operar desde distintas escalas en la búsqueda de generar espacios descentralizados, autosuficientes y flexibles ante el quiebre de una “pieza”.

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Fig. 11 Panorama Trama urbana de la ciudad de Concepción. Registros históricos.

Fig. 12 Vista del subsuelo de los humedales Los Batros abiertos tras el terremoto.

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1.3.3 VARIABILIDAD ECOLOGICA, ACEPTAR UN TERRITORIO VIVO.

Se entiende por las fluctuaciones naturales del sistema ecológico cuyo metabolismo

está en constante cambio tanto por agentes internos como externos, en donde “un mundo resiliente acogería y trabajaría con la variabilidad ecológica en vez de tratar de controlarla o reducirla” (Walker y Salt 2006, pag.146)

Hoy, existe una gran deuda en reconocer que se habita sobre un territorio vivo.

Ejemplos, como la construcción de viviendas sobre rellenos del humedal Los Batros en San Pedro de la Paz, que tras el terremoto revelaron el peligro inminente que conlleva rellenar sobre éstos, o bien en Talcahuano, donde el tsunami que afectó a áreas que anteriormente habían sido devastadas ante el mismo evento, son ejemplos del olvido que habitamos un territorio en constante cambio.

Recordar el traslado de Concepción, que antes se situaba en lo que hoy se conoce

como Penco, es un registro histórico que evidencia la fuerza de lo natural y como es necesario observarlo y aprender a convivir con él.

Por esta razón, es de necesidad visualizar e identificar aquellos eventos cíclicos que

generan umbrales o cambios bruscos en el sistema, para generar un criterio de actuación más favorable ante ésta y permitir el desarrollo de estrategias con el diseño urbano, estableciendo una armonía entre lo natural y lo edificado. Ejemplos de actuación frente a eventos cíclicos tanto desde la ingeniería como arquitectura y paisajismo lo han demostrado posible. Desde calles con canaletas especiales que reciben tormentas de agua cada cierto periodo, redes alternativas para sistemas de abastecimiento o parques de inundación como áreas recreativas para el sistema urbano son algunos ejemplos que advierten que al generar “espacio” y rangos de variabilidad para las ciudades fomentan la resiliencia de éstas.

Fig. 13 Extracción de agua en Laguna Grande.

Fig.14 Pie de monte, Andalué. Madrugada del 27 de febrero.

Fig.15 Personas de Boca Sur, haciendo fila para extraer agua de napas subterráneas.

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1.3.4 SERVICIOS ECOSISTEMICOS, BENEFICIOS PARA LA HABITABILIDAD.

Se entiende por los elementos naturales de un sistema urbano que sirven a su

habitabilidad. Desde la perspectiva de la resiliencia, “Un mundo resiliente incluiría a todos los servicios ecosistémicos no valorados como servicios en propuestas de desarrollo y sus evaluaciones “(Walker 2006, pag.148). Muchos de los beneficios que la sociedad obtiene de ellos son o considerados “gratis” o simplemente no reconocidos.

En un principio, las ciudades crecen a partir de los ecosistemas, alrededor de ríos, lagunas, cerros, valles, etc., luego paradójicamente, se pierde la responsabilidad y relación con éstos dejándolos al margen del sistema urbano. Gran parte de este desenlace se debe al actual modelo económico que no los apetece “como bienes rentables” sino más bien como un bien de marketing de apoyo “visual” a la oferta inmobiliaria. Ante la vorágine del crecimiento acelerado de las ciudades y la metropolización de los sistemas urbanos, es donde estos elementos quedan marginados y puestos en el olvido. Rodríguez (2010) propone una identidad urbana más adaptativa, estableciendo una nueva relación entre el entramado urbano y el paisaje a través del cambio de paradigma entre vacio y lleno, fondo y forma, para trabajar con el entorno como parte del sistema, como configurador y mediador de servicios, comprendiendo ser parte del sistema.

Relación y valorización necesaria como un espacio abierto de apoyo invaluable para la habitabilidad ante catástrofes vislumbrado tras el terremoto. Ejemplos como cuando el agua –suministro esencial para la vida-, se vio afectada y tras ello, miles de personas desabastecidas tuvieron que recurrir a la extracción de éste en lagunas, ríos, napas (punteras) y vertientes cercanos, como Laguna Grande en San Pedro de la paz, el gran suministro público que aportó invaluablemente en el bienestar de la comunidad. Luego, la Cordillera de Nahuelbuta, como pies de montes y mesetas, en ambas áreas de estudio, que se utilizó como zonas seguras post terremoto ante el peligro de tsunami.

Se establece el rol del espacio abierto en la resiliencia urbana como activos en ciudades sísmicas con la imperativa necesidad de valorizarlos como tales -desde su condición de abierto- a través de variables de resiliencia que permitan observar las implicaciones de aquello y bien, como éstos pueden aportar en contenidos para el diseño urbano.