la revista agraria nº 157 - noviembre

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  • 8/13/2019 LA REVISTA AGRARIA N 157 - Noviembre

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    AO 14 N. 157NOVIEMBRE de 2013

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    La deforestacin de losbosques:un procesoindetenible

    Realidades agrariasdiferentes.

    La diversidad de Ica,Cajamarca y SanMartn

    Conflictos sociales.Por qu peleamos?

    FOROSeguridad alimentaria: los desafosdel futuro

    LICENCIA CREATIVE COMMONSAlgunos derechos reservados

    Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar pblicamen-te esta obra bajo las condiciones siguientes:- Debe reconocer los crditos de la obra- Debe ser usada solo para propsitos no comerciales- No se puede alterar, transformar o generar una obra deri-vada a partir de esta obra.

    contenidocontenido

    editorial

    La gran diversidad de nuestro pas es puesta de relieve por los resultados delltimo Censo Nacional Agropecuario, realizado en 2012. En esta edicin deLRA se analiza y compara la situacin de tres departamentos emblemticos:

    Ica, Cajamarca y San Martn, que son tpicamente de costa, de sierra y de selva,respectivamente. La comparacin entre ellos muestra no solo diferencia en cuantoa dotaciones de recursos, sino tambin expresa una marcada inequidad territorial.

    En cierto sentido, los tres departamentos tienen en comn el no ser estticos,pues tienen realidades muy dinmicas, aunque el sentido de su dinamismo puedeser muy distinto.

    Por ejemplo, la tenencia de la tierra en el departamento de Cajamarca haexperimentado cambios muy importantes: el nmero de unidades agropecuariasha pasado de 200 mil unidades en 1994 a 340 mil en 2012, es decir se haincrementado en alrededor de 70%, y la cantidad de hectreas de cultivo (transitorios,ms permanentes) tambin ha aumentado en un porcentaje alto: 61%. Nada ms

    alejado, pues, de una situacin esttica. Pero estos cambios, cuya principal expresines la multiplicacin del nmero de minifundios, no han ido en el sentido de resolverla situacin de la pobreza del departamento; ms an, los niveles educativos de losagricultores cajamarquinos dejan mucho que desear: en pleno 2012, el 17% norecibe ningn tipo de educacin, y un 60% adicional no supera la primaria. Lacombinacin de baja educacin ms tierras insuficientes es una garanta depermanencia de la pobreza (Cajamarca es el segundo departamento ms pobredel pas). Esta situacin no se supera con programas asistenciales; requierereformas estructurales y compromisos de los diferentes niveles de gobierno.

    Ica es el otro extremo. Dispone de mejores tierras, y son bajo riego. Lasinversiones pblicas acumuladas en infraestructura de distinto tipo carreteras,electrificacin, comunicaciones en general potencian las oportunidadeseconmicas. Los bienes pblicos alcanzan a ms poblacin en calidad y cantidad.Ms del 60% de los agricultores tienen un nivel de educacin superior a la primaria.Un ncleo de empresas agroexportadoras muy modernas ha contribuido a unaelevacin de las tecnologas utilizadas, pero al mismo tiempo est llevando a uno desus valles el de Ica al colapso, debido a un uso irresponsable del agua subterrnea.Como otros departamentos que tienen una parte importante de su territorio en ellitoral, Ica se ha beneficiado de los seculares sesgos pro costeos de las polticaspblicas; tanto, que es posible que sea el Estado, y no la agroindustria exportadora, elque asuma el gasto que significa derivar aguas de la cuenca oriental para elevarnuevamente el nivel de la napa fretica.

    San Martn es un departamento tradicionalmente de inmigrantes y, como esfrecuente en zonas con esa caracterstica, la poblacin es muy emprendedora. Elsuyo es un tipo de dinamismo distinto del de Ica, pues el departamento amaznico

    depende ms de los pequeos y medianos inversionistas locales, y esto a pesar deque los niveles educativos son muy deficientes: solo el 30% de sus agricultores hansuperado la educacin primaria. En los ltimos lustros, San Martn se ha beneficiadode algunas inversiones importantes en infraestructura est mucho mejorcomunicada con los mercados que antes y de un gobierno regional consideradoentre los mejores del pas.

    Esta heterogeneidad de las tres regiones mencionadas se replica, sin duda,en el resto de departamentos peruanos. Es una diversidad que muchas vecesimplica beneficios gubernamentales para algunos y marginaciones para otros, locual se refleja al final en las cifras no solo de la productividad econmica, sinotambin de los niveles educativos o de acceso a la salud. Nuestros gobernantesdeben entender que la gran y potencial diversidad de nuestro pas no debe convertirseen smbolo de inequidades a nivel regional.

    Publicacin del Centro Peruano de Estudios Sociales

    Av. Salaverry 818, Jess Mara, Lima 11/ PerTelf. (511) 4336610

    Email: [email protected]: www.larevistaagraria.orgFacebook: /LaRevistaAgraria

    Twitter: @RevistaAgraria

    Directora fundadoraBertha Consiglieri (1950-2007)

    Director Fernando Eguren

    Comit editorialLaureano del Castillo, Javier Alvarado,Beatriz Salazar, Ricardo Marapi, Jaime

    Escobedo, Pedro Castillo, Miguel Pintado

    Correccin/DiagramacinAntonio Luya / Jos Rodrguez

    Distribucin gratuita con La Repblica elltimo mircoles de cada mes.

    Fernando Eguren Director

    La diversidad del Per no debe ser smbolo de inequidad

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    S in duda, los cambios econmicos, so-ciales y polticos que se han producidoen todos los sectores de la economaperuana en los ltimos dieciocho aos,han ido configurando nuestra actual es-tructura agraria. No obstante, esta lti-ma no se ha conformado con cambioshomogneos o similares en los departa-mentos, sino, ms bien, con procesos

    muy diferentes entre ellos y, en general,entre las regiones naturales.En este artculo compararemos a tres

    departamentos de cada regin natural,que vienen destacando por alguna va-riable agroeconmica (volumen de expor-taciones, produccin de biocombusti-bles, evolucin de unidades agropecua-rias [UA]), aunque ello no necesariamen-

    te implique un desarrollo econmico de-partamental: Ica (en la costa), Cajamarca(en la sierra) y San Martn (en la selva).Por ltimo, examinaremos algunas varia-bles claves que contextualizan a cadadepartamento y que pueden permitir darluces de su desempeo en los prximosaos.

    Variables agroeconmicas ycontexto regional

    Ica es uno de los departamentos msexitosos del pas, no solo porque desde2007 ocupa de manera sostenida el quin-to lugar de los departamentos que mscontribuyen a la conformacin del PBIagrcola con una participacin prome-dio de 5.7%, Ica ocupa el quinto lugar; elcuarto lo ocupa Cajamarca (6.2%), el ter-cero Arequipa (9%), el segundo La Li-bertad (12%) y el primero Lima (21%), parael periodo 2007-2012, segn el INEI,sino tambin por el rol que ha jugado lavinculacin con el mercado externo. Elgran nivel sostenido de las exportacio-

    nes de esprragos (ver grfico 1), uvas,etc., en los ltimos aos, as como los

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    Ica La Libertad Lima Otros

    Grfico 1. Participacin departamental en la produccin nacional de esprrago

    Fuente: SIRTOD, INEI.

    Por Miguel ngel Pintado

    F o t o R i c a r d o M a r a p i

    Mujeres ganaderas de Cajamarca. El bajoacceso a la educacin implica una ma- yor pobreza rural.

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    altos precios de estos productos (impul-sados por una creciente demanda exter-na y mayor valor agregado a algunosprocesos), son muestra del potencial deldepartamento. Sin duda, la intensa ex-portacin de estos productos agrope-cuarios no tradicionales es una variableagroeconmica fundamental en Ica.

    En el caso de Cajamarca, el crecimientode UA respecto al III Cenagro es, pro-bablemente, la variable agroeconmicaque ms ha llamado la atencin. En tr-minos absolutos, Cajamarca lidera la lis-ta de departamentos con una mayor can-tidad de UA en 2012 (340 mil). De las 496mil nuevas UA hacia 2012 en el Per,139 mil corresponden a las nuevas UAregistradas en Cajamarca; es decir, decada 7 nuevas UA en todo el Per, 2 selocalizan en un solo departamento: Ca-

    jamarca.Por su parte, una de las variables

    agroeconmicas que realza la posicinde San Martn en la selva, es el incre-mento de la produccin de biocombusti-bles, un tema que genera discusin entorno a la tendencia actual del cambio deuso de la tierra (el reemplazo de la pro-duccin para alimentos por biocombus-tibles). El cultivo de palma aceitera, prin-cipal insumo de la produccin de bio-combustible, ha venido creciendo en losltimos cinco aos (de 194 mil toneladasen 2008, a 319 mil en 2012, segn el INEI);a su vez, San Martn sigue mantenindo-

    se, desde 1994 hasta la actualidad, como

    el primer departamento productor de pal-ma aceitera en el Per.

    Riego, educacin ymecanizacin

    Escogimos estas tres variables, puesestn muy vinculadas al factor tecnol-gico, principal motor de los cambios msimportantes en el proceso productivo enel mundo. El riego, como se sabe, es elprimer cambio tcnico con resultadospositivos para la actividad. El nivel edu-cativo del jefe de hogar es fundamental,en tanto nos mide una dimensin del ca-

    pital humano que determina gran partedel desempeo de los productores en su

    actividad productiva, ya sea por su ca-pacidad de negociar, una mejor utiliza-cin de insumos modernos, ventajas paraponer en prctica la asistencia tcnicarecibida, etctera; mientras que el gradode mecanizacin, a travs del uso del trac-tor, tambin viene aumentando la eficien-cia en los procesos de siembra y cose-cha de muchos cultivos (aunque, lgica-mente, tiene una limitacin ligada a laescala de la produccin).

    IcaUno de los elementos que acompaan

    el crecimiento de las exportaciones en Ica

    es el paso de superficies de secano a

    superficies bajo riego. La importancia decontar con mayores hectreas bajo riegoreside en el logro de un cambio tcnicofundamental, pues gran parte de la in-certidumbre (tiempo que tardan las llu-vias) es eliminada y controlada por una

    forma que ya no depende de la naturale-za: el riego.

    Otra de las variables claves es el gra-do de mecanizacin (en este caso redu-cimos el anlisis al uso de tractores) enla actividad, puesto que tambin pudohaber permitido acelerar el crecimientode las exportaciones en Ica mediante unincremento en los niveles de produccin,el rea cultivada, los rendimientos porhectrea, etc. Segn los datos de los l-timos dos Cenagros, el porcentaje de UAque utilizan tractores en Ica se mantieneen alrededor del 50%, cifra importantsi-ma, pues supera de lejos el promedionacional 1, tanto en 1994 (15.9%) comoen 2012 (22.7%).

    Y, finalmente, la educacin de los jefesde hogar tambin la consideramos comovariable clave en Ica, ya que ha tenidocambios positivos. Por ejemplo, un datointeresante es que, de 1994 a 2012, el niveleducativo superior de los jefes de hogarse increment de 10 a 22%, lo cual hablade un cambio importante en las caracte-rsticas de los conductores de los predios.

    CajamarcaEn este departamento, la situacin di-fiere sobremanera con respeto a Ica. Sibien se ha intensificado la pequea agri-cultura (gran crecimiento de UA, sobretodo las de menor tamao), ello no ha

    Fuente: Cenagros 1994 y 2012. Elaboracin: Cepes.

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    Cajamarca ncash Cusco La Libertad Piura

    Miles de UA

    Diferencia intercensal

    Grfico 2. Ranking de 5 departamentos con mayor diferencia de nuevas UA

    Ni vel edu cat iv o d el jef e d e h ogar (% UA ) Su p. b aj o (% h a)

    Cuadro 2. Variables claves en Cajamarca, 1994-2012

    Tractores(% UA)

    Sin nivel Primaria Secundaria Superior Riego Secano S u

    1994 24.2% 67.2% 7.1% 1.6% 19.8% 80.2% 3.6%

    2012 17.3% 59.9% 18.3% 4.5% 23.4% 76.6% 4.9%Fuente: Cenagros 1994 y 2012. Elaboracin: Cepes.

    Cuadro 1. Variables claves en Ica, 1994-2012

    Tractores(% UA)

    Sin nivel Primaria Secundaria Superior Riego Secano S usa

    1994 6.0% 59.5% 24.5% 10.4% 96.9% 3.1% 56.5%2012 3.5% 36.7% 37.7% 22.0% 91.3% 8.7% 49.1%

    Fuente: Cenagros 1994 y 2012. Elaboracin: Cepes.

    Ni vel ed uc at iv o d el jef e d e ho gar (% UA ) Sup . b aj o (% ha)

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    significado una mayor rentabilidad de laactividad agropecuaria. Las cifras depobreza de la Enaho 2012 ubican a Caja-marca como el segundo departamentoms pobre del Per (54.2% de pobres),situacin que se hace an ms crticacuando se observa la pobreza en el rearural en donde predomina la actividadagropecuaria. Al analizar las mismas va-riables claves que en Ica, notaremos al-gunas diferencias que pueden estar ex-plicando esta situacin. En primer lugar,la superficie bajo riego en Cajamarca su-bi ligeramente del 19.8% en 1994 al23.4% en 2012; es decir, menos del 25%de las UA estn bajo riego, cifra muy pordebajo del promedio nacional (36.2% deUA estn bajo riego) y mucho ms dis-tanciada que la de Ica (90% de UA estnbajo riego) para 2012. En segundo lugar,

    el porcentaje de UA que utilizan tracto-res no supera el 5%, tanto en 1994 comoen 2012; aqu la brecha de mecanizacinest muy marcada con respecto al pro-medio nacional (22.7%) y al de Ica(49.1%). Por ltimo, el nivel educativo delos jefes de hogar en Cajamarca tambinrevela una posicin desfavorable: en2012, alrededor del 17% de los producto-res no cuenta con ningn nivel de ins-truccin, 4.5 % tiene educacin superiory 7.1% cuenta con secundaria. Esto, sinduda, es un factor limitante para la adop-cin de prcticas agrcolas modernas concontenido tecnolgico.

    San MartnFinalmente, el caso de San Martn po-

    dra ubicarse en un rango intermedio conrelacin a Cajamarca e Ica; no es casual,por ejemplo, que San Martn ocupe laposicin 12 (donde 1 es el departamentoms pobre) entre 24 departamentos en loque se refiere a la incidencia de pobreza 2.En cuanto a las variables claves analiza-

    das, solo en riego San Martn no superaa Cajamarca: hacia 2012, solo el 10% desu superficie agrcola est bajo riego, loque evidencia que la actividad agrope-cuaria todava posee riesgos vinculadosa las condiciones climticas.

    En contraste, tanto en educacin comoen grado de mecanizacin, San Martntiene una posicin ms ventajosa queCajamarca, pero an lejos de la de Ica.De 1994 a 2012 hay un claro proceso decambio: se ha producido una reduccinen el porcentaje de jefes de hogar conprimaria, ligada a un amento en el por-centaje de jefes de hogar con secunda-ria. Este salto de nivel puede generarcondiciones favorables para el desarro-llo del sector agrario.

    Balance finalEn efecto, el breve anlisis de algunas

    de las principales variables claves den-tro del sector agrario para los tres depar-tamentos elegidos nos da algunos indi-

    cios de las causas que provocan la granheterogeneidad presente entre estos de-partamentos y que puede reflejar muybien las diferencias incluso regionales(costa, sierra y selva) que an persistenen el pas. Otra vez, las variables riego,

    educacin y grado de mecanizacin, pormencionar solo algunas, parecen sercondiciones necesarias para el buen des-empeo departamental en el aspectoagrario.

    No es casual que Ica tenga un buendesempeo en estas tres variables y, pa-ralelamente, sea uno de los departamen-tos menos pobres del pas (el segundomenos pobre despus de Madre de Dios,segn la Enaho 2012), con gran poten-cial exportador, etctera, mientras queCajamarca est ms rezagado en trmi-nos de pobreza, precisamente, cuandotiene un limitado desempeo en las tresvariables analizadas. Lgico, muchasms variables de naturaleza econmica,social y poltica entran en juego, por lo

    que es fundamental un anlisis ms ex-haustivo que permita identificar las cau-sas de estas diferencias interdepartamen-tales, las cuales son insumos important-simos para definir las polticas guberna-mentales hacia este sector.

    Notas1 Para mayor informacin, conslteseLRA

    155 (p. 5).2 Para mayor informacin, revsese la pgi-

    na 7 del documento disponible en la siguien-te direccin: .

    F o t o A r c

    h i v o

    C e p e s

    Campo de esprragos en Ica. El potencial de este departamento descansa en la intensa exporta-cin de productos agropecuarios no tradicionales.

    Cuadro 3. Variables claves en San Martn, 1994-2012

    Tractores(% UA)

    Sin nivel Primaria Secundaria Superior Riego Secano S usa

    1994 8.9% 71.5% 17.1% 2.5% 6.0% 94.0% 6.2%

    2012 6.2% 64.1% 25.1% 4.6% 10.3% 89.7% 8.0%Fuente: Cenagros 1994 y 2012. Elaboracin: Cepes.

    Ni vel ed uc at ivo del jef e d e h ogar (% UA ) Su p. b aj o (% h a)

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    La deforestacin de los bosques:un proceso indetenible

    Ricardo Marapi

    La deforestacin en el Per est alcan-zado niveles tan alarmantes que hasta lamisma NASA 1 expresa su preocupacinsobre el problema y ha revelado, recien-temente, la grave depredacin de ms demil hectreas de bosques en el departa-mento amaznico de Loreto, registradamediante fotografas satelitales.

    Las imgenes tomadas por la NASAdurante casi un ao, evidencian la devas-tacin de los bosques ubicados al este dela zona de Tamshiyacu, en el distrito lore-

    tano de Fernando Lores. Este problema sedebe, principalmente, a tres factores queamenazan al pas: el avance depredador dela minera ilegal, la tala ilegal de rboles yuna actividad agrcola desordenada.

    La minera ilegal, por ejemplo, ha sidola principal causa de que se triplique, enlos ltimos cinco aos, la deforestacinen la regin Madre de Dios: en 2008, latasa de deforestacin anual era de poco

    ms de 2 mil hectreas, cantidad que au-ment considerablemente a ms de 6 milhectreas en 2012 2.

    El problema en el Per es tan graveque, segn la ONU, la deforestacin seha incrementado a casi el doble del pro-medio mundial en los ltimos cinco aos.A nivel planetario, las cifras tambin sonterribles. Hace poco, un equipo de cien-tficos de quince universidades del mun-do present el primer mapa global, de altaresolucin, que muestra los alcances de

    la prdida de vegetacin (diario El Co-mercio, 16.11.2013). Las cifras reflejan lacatstrofe: entre 2000 y 2012 se perdie-ron, en el mundo, ms de 2.3 millones dekilmetros cuadrados de rea forestal.

    Las cifras reflejan ladevastacin

    En el caso del Per, la deforestacinest bordeando las 9.5 millones de hec-

    treas de bosques, equivalentes a casitres veces (2.7) el tamao de toda la re-gin Lima 3.

    Eso significa que ms del 15% del to-tal de bosques del pas han sido defo-restados, y las prdidas econmicas ac-tualmente alcanzan los 60 mil millones dedlares. Esto se agrava al conocer quecada ao se pierden aproximadamente 150mil hectreas de bosques, el equivalentea diez veces la superficie de toda la pro-vincia constitucional del Callao 4.

    Uno de los departamentos que causamayor preocupacin en relacin con eltema es Cusco. A pesar de estar ubicadoen la regin sierra, no debemos olvidarque el 40% del territorio cusqueo esamaznico. En los ltimos das, un estu-dio presentado por la Gerencia de Recur-sos Naturales del Gobierno Regional deCusco confirm que los niveles de defo-restacin han aumentado, en lugar de

    Las principales causas de la deforestacin en el pas son la minera ilegal, la tala ilegal y la desordenada actividad agrcola.

    F o t o R i c a r

    d o M a r a p

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    retroceder (diario La Repblica - ReginSur , 14.11.2013). Segn las autoridadescusqueas, los altos niveles de depre-dacin de los bosques le impediran alGobierno peruano cumplir con su com-promiso de reducir la deforestacin a ceroen 2021.

    Problemas para medir la realdeforestacin

    Sin embargo, las cifras no estaran re-velando la verdadera y dramtica situa-cin de la deforestacin en nuestro pas.El renombrado especialista Marc Douro-jeanni 5 revela que las cifras anunciadaspor el Ministerio del Ambiente sobre ladeforestacin acumulada a 2012, en laregin selva, no seran exactas. Douro-jeanni seala que la deforestacin acu-mulada en dicha regin, a 2012, fue de

    13.8 millones de hectreas, cantidad muysuperior a las 7.9 millones de hectreasque informaron las autoridades.

    Esta gran diferencia en las cifras sedebe a que el Per no ha definido conexactitud su rea amaznica, conoci-da como la regin selva. Hasta la d-cada de 1960, el Gobierno peruanoestimaba que la selva contaba con 77.9millones de hectreas; sin embargo, enla actualidad, el Gobierno afirma quela regin selva posee solo 72 millonesde hectreas.

    Segn Dourojeanni, no existe ningu-na explicacin tcnica para la desapa-ricin de casi 6 millones de hectreasde la regin selva, las que han sidotransferidas a la sierra, un hecho queoculta la gravedad de la deforestacinen el pas.

    Muchos gobiernos disfrazan la reali-dad mediante sus informaciones estads-ticas sobre destruccin de bosques tro-picales, critica Dourojeanni, quien aclaraque, sin embargo, en el caso del Gobier-

    no de Ollanta Humala, existe ms una fal-ta de inters en conocer la realidad de ladeforestacin, que un deseo de escon-derla. Lo cierto del caso es que el Per, apesar de avances tecnolgicos como lasimgenes satelitales, no cuenta con unametodologa certera para delimitar el reade los bosques y, por consiguiente, elverdadero tamao de la deforestacin.

    Retos pendientes para combatirla deforestacin

    A pesar de que en el Per los bos-ques cubren el 52.3% del territorio na-

    cional, de manera increble es uno delos pocos pases en Sudamrica que notiene un inventario forestal. Esta caren-cia ha sido reprochada internacional-mente, porque el Per es el segundopas, luego de Brasil, con la mayor ex-tensin de bosques en Amrica Latina.Por eso, es saludable que el Gobiernoperuano, con el apoyo de las NacionesUnidas, se encuentre implementando elprimer Inventario Nacional Forestal, quetendr una duracin de cinco aos. Elprincipal objetivo es obtener informa-cin fidedigna y actualizada sobre lacapacidad forestal peruana; por ejem-plo, clasificar y medir los bosques, lasespecies de rboles y el entorno econ-mico y social que los rodean.

    Otra deuda pendiente que tiene el ac-tual Gobierno del presidente Ollanta Hu-mala es aprobar el reglamento de la Ley

    Forestal. Varios especialistas y organi-zaciones ambientales estn planteandoque la elaboracin y construccin de di-cho reglamento se debe realizar de ma-nera participativa, con el aporte de la ciu-dadana.

    Precisamente, hace unos das, el Go-bierno central por fin se decidi a pre-sentar el proyecto de reglamento de laLey Forestal y de Fauna Silvestre, Ley29763 6, que, a ms de dos aos de suaprobacin, extraamente sigue sin con-tar con un reglamento. Las autoridadeshan informado que realizarn diferentes

    audiencias para recoger y sistematizar,durante los prximos cinco meses, losaportes de organizaciones sociales, as como de instituciones privadas y pbli-cas de todo el pas.

    Sin duda, se necesita encontrar losmecanismos adecuados para lograr laparticipacin de los pueblos indgenasen la elaboracin del reglamento de laLey Forestal, ya que los bosques amaz-nicos significan un eje fundamental parasu forma de vida y, tambin, para la vidade todos los peruanos. Los bosques sonesenciales para conservar el medio am-biente, regular el clima y para el desarro-llo sostenible del pas. Se trata de unavisin que nuestras autoridades polti-cas parecen haber olvidado.

    Notas1 La Administracin Nacional de la Aeronu-

    tica y del Espacio del Gobierno de EE.UU.,ms conocida como NASA (por sus siglasen ingls).

    2 Investigacin del Instituto Carnegie de Cien-cias de Stanford, con el apoyo del Ministe-rio del Ambiente.

    3 Jos lvarez, director general de Diversidad Biolgica del Ministerio del Ambiente (dia-rio Gestin , 6.11.2013)

    4 Informe de Defensora del Pueblo (2010)..

    5 Profesor emrito de la Universidad Nacio-nal Agraria La Molina. .

    6 Resolucin Ministerial 374-2013-MINAGRI,30.9.2013.

    Mediante fotografas satelitales, la NASA registr la deforestacin de mil hectreas de bosques aleste de la zona de Tamshiyacu, en Loreto.

    rea deforestada

    Tamshiyacu

    R o A m

    a z o n

    a s

    F o t o N A S A

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    Seguridad alimentaria:los desafos del futuro

    Fernando Eguren

    En el nmero anterior de La Revista Agraria (n.o 156, octubre) afirmamos queel Gobierno central y el Congreso de laRepblica no estuvieron a la altura delas expectativas cuando el ao 2013 fuedeclarado oficialmente como de la Inver-sin para el Desarrollo Rural y la Seguri-dad Alimentaria. Aparte de los mil millo-nes de soles otorgados apresuradamen-

    te al Ministerio de Agricultura y Riegopara realizar obras de irrigacin en la sie-rra en un solo ao, sin ninguna estrate-gia ni prioridades claras el Minagriavanza a trompicones, nada digno demencin se ha hecho, ni para el desarro-llo rural ni para la seguridad alimentaria.Salvo, en el caso de la seguridad alimen-taria, de una ley aprobada, de Promocin

    de la Alimentacin Saludable, que hastael momento no ha sido reglamentada; deuna propuesta de Estrategia Nacional deSeguridad Alimentaria y Nutricional, quean no ha sido aprobada por el PoderEjecutivo; y de un proyecto de ley, quetampoco tiene cundo ser debatido en elplenario del Congreso.

    La importancia del tema no permite ta-les dilaciones. Es cierto que la desnutri-cin crnica infantil se ha reducido enlos ltimos aos al 18.1%, segn el MI-

    DIS (aun as, son ms de 530 mil nios!),pero tal promedio nacional no puede ocul-tar que en nuestro pas, social y territo-rialmente tan inequitativo, en algunaszonas dicha desnutricin alcanza a msde la mitad de los nios menores de cin-co aos (54.2% en Huancavelica) o man-tiene porcentajes que estn estancadosdesde hace tiempo (alrededor del 32%en Loreto).

    Tambin es preocupante que las auto-ridades del Ejecutivo y el Legislativo re-duzcan el tema alimentario a un proble-ma de la poblacin extremadamente po-bre, mientras que el resto del mundo esthaciendo proyecciones sobre si podrnabastecer a sus poblaciones en el largoplazo. Estas proyecciones se realizandebido a varias amenazas: desde los im-pactos que el cambio climtico puedetener sobre la produccin de alimentos,hasta las tremendas presiones que gran-des corporaciones ejercen sobre la tierray el agua, y cuya prioridad no es alimen-tar al mundo, sino cmo extraer de la agri-

    cultura la mxima ganancia.En el Per es tiempo no solo de serefectivo en la lucha contra la desnutri-cin, sino de prevenir los desafos delfuturo para tomar acciones desde hoy.

    Precisamente, este es el tema que serabordado en el foro Seguridad alimen-taria: desafos del futuro y tareas del pre-sente, organizado por CEPES y auspi-

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    NOVIEMBRE de 2013 9

    PROGRAMAMAANA

    08:30 Inscripcin09:00 Apertura. Rosmarie Hardmeier , Universidad Peruana Cayetano Heredia; Laureano del Castillo, director

    ejecutivo del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES)

    09:30 11:00 Seguridad alimentaria: desafo desde el futuro, tareas para el presenteExpositor: Fernando Eguren (Centro Peruano de Estudios Sociales, CEPES)Comentarios: Ana Mara Acevedo (FOVIDA), Eduardo Balln (Propuesta Ciudadana)

    11:15 12:45 Seguridad alimentaria y saludExpositor: Adrin Daz (Organizacin Panamericana de la Salud)Comentarios: Oscar Aquino (Instituto Nacional de Salud), Julio Castro (Foro Salud)

    TARDE14:15 15:45 Seguridad alimentaria y aspectos ambientales: el papel de la diversidad de ecosiste-

    mas y diversidad biolgicaExpositor: Juan Torres (Universidad Nacional Agraria La Molina)Comentarios: Juan Snchez (Centro Global para el Desarrollo y la Democracia), Hilda Araujo (Centro deInvestigacin y Tecnologa para los Pases Andinos, CITPA)

    16:00 17:30 Seguridad alimentaria, matriz de hogares y tipo de productores

    Expositor: Carlos Amat y Len (Universidad del Pacfico)Comentarios: Ricardo Fort (GRADE), Waldemar Mercado (Universidad Nacional Agraria La Molina)17:30 18:30 Mesa redonda: Desafos futuros y tareas del presente desde los organismos intergubernamentales, FAO, PMA, CAN

    MAANA09:00 10:30 Seguridad alimentaria y desarrollo econmico

    Expositor: Eduardo Zegarra (GRADE)Comentarios: Alberto Garca (FAO), Julio Gamero (consultor)

    10:45 12:00 Importancia de los microorganismos del suelo en la seguridad alimentariaExpositora: Doris Ziga (Universidad Nacional Agraria La Molina)Comentarios: Mario Tapia (Universidad Nacional Agraria La Molina), Maria Mayer (Grupo Yanapa)

    12:00 13:00 Mesa redonda: Desafos futuros y tareas del presente desde la Cooperacin Internacional, OXFAM, SOSFaim, Heifer Per, Welthungerhilfe, Agrnomos y Veterinarios sin Frontera, Pan para el Mundo

    TARDE14:30 16:00 Recursos hdricos y seguridad alimentariaExpositor: Laureano del Castillo (Centro Peruano de Estudios Sociales, CEPES)Comentarios: Alejandro Seminario (consultor), Armando Guevara (Pontificia Universidad Catlica del Per)

    16:15 17:30. Seguridad alimentaria y los retos de la infraestructura de transporte y comunicacionesExpositor: Ral Torres (Ministerio de Transportes y Comunicaciones)Comentarios: Benjamn Marticorena (Pontificia Universidad Catlica del Per), Jorge lvarez Z. (Ministerio deTransportes y Comunicaciones)

    17:30 18:30 Mesa redonda: Desafos futuros y tareas del presente desde el Estado y la sociedad civil, Ministerio de Agricultura,Congreso de la Repblica, CONVEAGRO, Sociedad Nacional de Industrias, Universidad Cayetano Heredia

    CLAUSURALocal: Auditorio Hugo Lumbreras Cruz, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Avenida Armendriz N. o 445, Miraflores.

    ciado por varias instituciones, que ten-dr lugar el jueves 28 y el viernes 29 denoviembre 1. Es una iniciativa que porprimera vez permitir una reflexin sobreescenarios futuros de la seguridad einseguridad alimentaria, y lo har des-de distintas disciplinas: la economa, la

    agronoma, la sociologa, la biologa y laecologa (ver arriba el programa del foro).Adems de las exposiciones y comenta-rios de especialistas en el tema, desdesus enfoques especficos, habr mesasredondas en las que instituciones multi-laterales, de la cooperacin al desarrollo

    1 El foro se desarrollar en el auditorio Hugo Lumbreras Cruz, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.Av. Armendriz n. o 445, Miraflores.

    2 Pueden inscribirse en , o a ,o llamando al telfono 433-6610.

    y de los sectores pblico, privado y de lasociedad civil del pas, reflexionarn so-bre la visin y responsabilidades de suspropias instituciones ante las incertidum-bres del largo plazo.

    Los lectores de La Revista Agrariaestn invitados 2.

    J U E V E S 2 8 D E N O V I E M B R E

    V I E R N E S 2 9 D E N O V I E M B R E

    FORO Seguridad alimentaria:Desafos del futuro, tareas del presente

    Carlos Amat y Len

    Adrin Daz

    Eduardo Zegarra

    Juan Torres

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    LRA visit y conoci la experiencia de una comunidad huancavelicana

    La invalorable labor comunal paraconservar los bofedales

    En los conflictos derivados de la com-petencia por recursos hdricos entre lacosta y las zonas altoandinas, los usua-rios de agua de la costa suelen argumen-tar que la sierra sobre todo, las cabe-ceras de cuenca es un espacio casidespoblado, donde no solo no existeactividad econmica significativa, sino,adems, los pocos que habitan estas zo-nas no saben cmo sacar provecho delos recursos naturales. Esta es una desus justificaciones para proponer que elagua se trasvase a la costa, donde, se-gn su visin, s se la sabe aprovechar.

    Sin embargo, esta percepcin no re-fleja la realidad. En muchas zonas de laspartes altas de las cuencas puede encon-trarse una floreciente actividad de comu-nidades pastoriles que cran gran canti-dad de camlidos sudamericanos y que,de ese modo, han logrado dinamizar laeconoma local. Esas comunidades, me-diante faenas comunales tradicionales deirrigacin artesanal, han logrado conser-

    var e incluso ampliar los bofedales1

    delos que dependen sus animales para ali-

    mentarse, enfrentando de ese modo lamenor disponibilidad de agua en sus te-rritorios, cuya situacin podra agravar-se con el cambio climtico.

    Los canales artesanales deCarhuancho

    Un ejemplo es el caso de la comuni-dad indgena de Carhuancho, en la partealta de la cuenca del ro Pampas, en eldistrito de Pilpichaca, provincia de Hua-ytar, departamento de Huancavelica. LRA visit esta comunidad y comprobque desarrolla una pujante actividad eco-nmica basada en la crianza de ms de36,000 alpacas. Los alpaqueros, graciasa su organizacin comunal, han construi-do una amplia red de canales artesanalesque suman ms de 30 km. Estos canalespermiten la conservacin de los bofeda-les, que adems de proveer pastos natu-rales para las alpacas, funcionan comoalmacenes naturales de agua y regulanel flujo del recurso hdrico.

    Silvano Guerrero, comunero de Car-huancho, explica que la zona de bofeda-

    les en las riberas del ro Carhuancho semantiene verde todo el ao, gracias altrabajo de los alpaqueros. En todo estero, en ambas mrgenes, hay canales deriego y lagunas artificiales, con noventay ocho sistemas de riego artesanal, tra-bajados por toda la gente para llevaragua, destaca.

    La importancia estratgica delos bofedales

    Guerrero estudi este sistema tradicio-nal de canales de irrigacin junto al in-vestigador Andrs Verzij, de la Universi-dad de Wageningen (Holanda) 2, ellosidentificaron tres tipos de canales en di-cho sistema. El primer tipo se usa paraampliar los bofedales, para lo cual seconstruye el canal a unas docenas demetros del borde de los bofedales exis-tentes, y con ellos se riega la zona com-prendida entre el bofedal y el canal. Elproceso puede tardar aos, pero da bue-nos resultados.

    El segundo tipo de canal corre a tra-vs de los bofedales ya existentes y se

    Beatriz Salazar y Nelly Rivera

    Bofedales en las alturas huancavelicanas. Las comu-nidades campesinas se encargan de su conservacin,apesar que no son compensadas por esa labor.

    F o t o i n t e r n e t

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    utiliza para el riego de reas que tienenescasa capacidad de retencin o dondeel flujo de agua subterrnea est blo-queado. Estos canales se encuentran enlos terrenos que flanquean el ro Car-huancho y son vitales para el sosteni-miento del bofedal, que actualmente estamenazado por el retroceso de los gla-ciares y la erosin del lecho del ro. Eltercer tipo de canal es utilizado estricta-mente para el transporte de agua, sin elobjetivo de extender o mantener los bo-fedales.

    Los servicios ambientalesproporcionados por los

    huancavelicanosEstos valiosos ecosistemas altoandi-

    nos a cuya conservacin contribuyenlos comuneros huancavelicanos pres-

    tan servicios ambientales hidrolgicos alvalle de Ica y sus agricultores especial-mente a los agroexportadores, pues laslagunas y bofedales captan el agua en lasalturas, la que luego es trasvasada y utili-zada en Ica durante cuatro meses al ao.A pesar de ello, los comuneros huanca-velicanos no reciben ninguna compensa-cin y, por el contrario, son discrimina-dos, pues la administracin del ProyectoEspecial Tambo-Ccaracocha (Petacc), quegestiona las obras del trasvase, ha sidoencargada al Gobierno Regional de Ica,excluyendo a los huancavelicanos de latoma de decisiones respecto al uso de lasaguas de las lagunas en su territorio.

    Ya existen iniciativas enfocadas en estaproblemtica, como la evaluacin delServicio Ambiental Hidrolgico en lacuenca integrada Huancavelica-Ica, ini-ciada por el Prodern 3, que est disean-do un esquema de pago por serviciosambientales. Sin embargo, esta iniciativaan encuentra resistencias entre los agri-cultores iqueos que fueron encuesta-

    dos por el Prodern: solo el 39% del totalde los encuestados se mostr dispuestoa contribuir econmicamente dentro deun esquema de compensacin en el cualse pagara 0.0028 soles/m3 3-4.

    Estas experiencias nos muestran quelos pobladores de las zonas altoandinassaben gestionar su territorio y que, alhacerlo, prestan servicios ambientalesque deberan ser reconocidos y compen-sados econmicamente 5. Sin embargo,ello no es suficiente; tambin es esencial

    Testimonios de comuneroshuancavelicanos de Carhuancho

    Hacemos acequias artesanales por gravedad; tambin reservorios para losriegos por aspersin; y por el fro estamos haciendo los cobertizos con

    nuestros propios recursos. El agua es importante porque, si no, no tendramosalimentacin o riego para el pasto de las alpacas ( Diana Quispe Guerrero ).

    Las mujeres hacemos pequeos trabajos de riego, pero hay zonas que sonsecas, con escasez de agua, y as nomas se quedan. Los pastos amanecen

    cocinados o crocantes. Tambin usamos guano del corral, los residuos de losanimales y regamos. Hacemos ese trabajo ( Estela Clemente ).

    Aprovechamos la poca de lluvias para hacer acequias y zanjas de infiltra-cin, para que en esas zanjas se deposite el agua. Tambin estamos cercando

    con malla a las alpacas, para mantener nuestros pastos naturales ( Po Policar-po Cepida Guerrero ).

    Cuando era nio, los abuelos acordaron sacar un canal porque en el pueblono haba agua. Ellos comenzaron a sacar a pulso, con lampa y pico; eso fue

    un esfuerzo de la comunidad ( Fortunato Melgar ).

    Realmente, Carhuancho tiene ms alpacas porque han aumentado. Laalpaca es como oro: vendemos la lana y comemos su carne. As es ( Fran-

    cisco Sulca ).

    Cuando era nio, toda la cordillera era nevada y haba suficiente agua. No nece-sitbamos jalar acequias, porque haba puquiales suficientes. Pero hoy ya no hay

    agua para nuestras alpacas; tenemos que ir a puquialitos ( Tefano Maymas ).

    Visite: www.observatoriocambioclimatico.org

    1

    2

    3

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    5

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    1 2 3

    4 5 6

    establecer mecanismos para que, en elcaso de trasvases como el Petacc,los actores de ambas cuencas involucra-

    das tengan participacin en los espaciosde tomas de decisin sobre la gestindel agua. Esta es an una tarea pendien-te en el conflicto hdrico entre Huanca-velica e Ica, y en muchos otros en todoel pas.

    Notas1 Bofedal es un humedal de altura, y se consi-

    dera una pradera nativa poco extensa, con permanente humedad. Generalmente se for-ma en zonas sobre los 3,800 m.s.n.m., don-de las planicies almacenan agua de lluvia.

    2 Verzijl, Andres; Guerrero Quispe, Silvano(2013). The system nobody sees: irriga-ted wetland management and alpaca her-ding in the peruvian Andes.MountainResearch and Development . Agosto, pp.280-293.

    3 El Programa de Desarrollo Econmico Sos-tenible y Gestin Estratgica de los Recur-sos Naturales en las Regiones de Apurmac, Ayacucho, Huancavelica, Junn y Pasco Prodern, es un programa de cooperacinbilateral directa entre el Gobierno peruano y el Reino de Blgica.

    4 .5 Informes sobre los esquemas de pago por

    servicios ambientales en el Per, en .

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    En el Per, en trminos formales, lasprincipales causas de conflictos so-ciales tienen relacin con el sectoragrario y el de industrias extractivas.Dependiendo de la fuente de informa-cin, esta clase de conflictos repre-senta, en promedio, un 70% u 80% deltotal. Sin embargo, todava es necesa-ria una discusin ms profunda sobrela situacin de la conflictividad exis-tente en el Per, tanto en trminos delnmero real de conflictos, como encuanto a sus causas, escenarios, pro-tagonistas e intereses en disputa. Eneste artculo pretendemos aportar adicho debate a partir del anlisis delos reportes de conflictos socialespublicados por la Defensora del Pue-blo (DP) y la Presidencia del Consejode Ministros (PCM).

    Las limitaciones del conceptoconflicto socio-ambientalDesde 2004, la DP publica un repor-

    te mensual de conflictos sociales quedestaca por la predominancia de los de-nominados conflictos socio-ambien-tales 1. Con el paso de los aos, la ti-pologa de conflictos sociales utiliza-da por la DP, en particular el tipo con-flicto socio-ambiental, no aporta aidentificar el origen real de las dispu-tas existentes y tampoco permite co-nocer los verdaderos rostros e intere-ses que estn en juego tras la mayorade ellas.

    La definicin de conflicto socio-am-biental utilizada por la DP 2 se diluye enmedio de un discurso ambientalista quees utilizado por actores privados paraencaminar sus demandas de fondo,

    pero que por esomismo no deberaser reproducidopor el Estado sinmayor reflexin.

    As, casos comoel de los proyectosmineros Conga oTa Mara son pre-sentados a la opi-nin pblica comoconflictos socio-a m b i e n t a l e s ,cuando en la raz

    del conflicto hay mucho ms que unproblema ambiental, pues tambin estimplicado el acceso y control territorialde la tierra y el agua existentes en lazona. Por esa razn, la elaboracin oaprobacin de los estudios de impactoambiental (EIA) de los proyectos mi-neros mencionados no han sido deter-minantes para la solucin de los con-flictos.

    Al igual que esos casos, cuntosms del total de conflictos registradospor la DP como conflictos socio-am-bientales tendrn en juego el accesoy control poltico, econmico, social y/ o cultural de la tierra y el agua? Paraeste artculo, ahondamos en los seisltimos reportes defensoriales y encon-tramos que, al menos, un 50% del totalde conflictos socio-ambientales regis-trados (activos y latentes) tienen rela-cin con el control territorial de la tie-rra y/o el agua (ver cuadro 1). No des-cartamos que en el 50% restante tam-bin existan disputas por el acceso y/o

    el control de ambos recursos, pero laetiqueta socio-ambiental del conflic-to no ayuda a advertir sus verdaderascausas e intereses en juego.

    La PCM y la desaparicin devarios conflictos

    Esperbamos que con el funciona-miento de la Oficina Nacional de Dilo-go y Sostenibilidad de la PCM, el mo-nitoreo de los conflictos sociales en el

    Cuadro 1. Conflictos sociales de los ltimos seis reportesdefensoriales 2013

    M es Total Total conflictos Por cont rol ter ritori alc on fl ic to s s oc io -am bi en tal es de ag ua y/o t ier ra

    Mayo 225 149 75

    Junio 223 145 74

    Julio 225 148 79

    Agosto 223 147 75

    Setiembre 223 148 74

    Octubre 220 145 70

    Fuente: Defensora del Pueblo. Elaboracin propia.

    Conflictos sociales.Por qu peleamos?

    Carla Pimentel y Jaime Escobedo

    Los diferentes re- portes y boletinesoficiales de la DP y la PCM sobrelos conflictos so-ciales no aclaranel real origen dedichas disputas.

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    Visi te : ht tp: / /www.observator iot ierras . info

    Per se perfeccionase. Sinembargo, muchas de las li-mitaciones anotadas en elcaso de la DP se repiten enel caso de la PCM.

    Hasta la fecha,son doce los re-portes de con-flictos socialesemitidos por laPCM con el ttu-lo Willaqniki(El que avisa),reportes que resaltan por el nmeromenor de conflictos registrados encomparacin con los reportes defen-soriales. En promedio, los ltimos seismeses, el reporte de la PCM registra 62conflictos, cuando en el mismo perio-do la DP reconoce aproximadamente174. Por qu hay tanta disparidad enlas cifras? Existen diferencias concep-tuales y metodolgicas en la forma derecojo y reporte de los conflictos porparte de la DP y la PCM. Para empezar,

    la PCM ha excluido de su tipologa deconflictos el trmino genrico socio-ambiental y, en su lugar, organiza losconflictos segn tengan relacin conel sector extractivo, agrario y laboral,principalmente.

    En segundo lugar, los reportes de laPCM ponen la mirada sobre los con-flictos sociales entre privados, e impl-citamente exceptan los conflictosdonde interviene activamente el Go-bierno (central, regional y local), con

    lo cual un buen nmero de conflictosque en la actualidad existen y regis-trados por la DP en sus reportes des-aparecen 3.

    Por ltimo, el sentido preventivoque la PCM busca dar a su interven-cin en materia de conflictos socia-les, claramente declarado desde el t-tulo de sus reportes (El que avisa),puede ocasionar que varios de loscasos catalogados por esta institucincomo en prevencin sean, en reali-

    dad, conflictos activos que el Gobier-no atiende.De todos modos, incluso con esas

    diferencias metodolgicas y concep-tuales, los reportes de la DP y la PCMcoinciden en un punto: proporcional-mente, el nmero de conflictos rela-cionados con el sector agrario y el deindustrias extractivas (ver cuadros 2y 3) forman parte del grueso de con-flictos sociales existentes en la actua-lidad; entre el 70 y 80% del total.

    Cuadro 2. Defensora del Pueblo, promedio de conflictos activos (semestre mayo-octubre 2013)Miner a Hidrocarburos Energt icos Fores tal Angro indust r i a Suma de N. % del total Total confl i

    conf li ctos de confli ctos activos

    92 17 4 3 2 118 68 174

    Fuente: Defensora del Pueblo. Elaboracin propia.

    Cuadro 3. PCM, promedio de conflictos activos (semestre mayo-octubre 2013)

    Minera Hidrocarburos Agrarios Hdricos Energticos Suma de N. % del total Total de(formal e informal) de conflictos de conflictos conflictos activos

    32 8 6 2 1 49 79 63

    Fuente: Oficina Nacional de Dilogo y Sostenibilidad. Elaboracin propia.

    Hay que insistir en que esta eviden-cia cuente con un mejor tratamiento yque los reportes que emiten las institu-ciones del Estado nos permitan, al fin,conocer las causas de fondo, los esce-narios, los protagonistas y los intere-ses frecuentes asociados con la con-flictividad social en el Per. Por lo pron-to, nuestra breve revisin de casos nosha dado una pista de que buena partede ellos tienen relacin con el acceso yel control territorial de la tierra y el agua.

    Notas1 En casi una dcada, su nmero siempre

    ha estado por encima del 50% del totalde conflictos.

    2 Que incluye a todos los conflictos cuyadinmica gira en torno al control, uso y/oacceso al ambiente y sus recursos.

    3 Buena parte de estos conflictos donde elGobierno es protagonista, tienen relacincon la implementacin o modificacin denormas, el cumplimiento y ejecucin deacuerdos, actas, etc.

    Protestas en Arequipa contra el proyecto Ta Mara. El conflicto es complejo y va ms all de un problema ambiental. Existe una disputa por elacceso y control de la tierra y el agua.

    F o t o : I

    d e e l e r a d

    i o W i l m e r

    C a r

    b a j a l

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    Ante amenaza de transnacionales que acaparan sistema alimentario

    Recuperar el comercio justo paralos pequeos productores

    Pierril Lacroix, coordinador regional del proyecto Mercados Campesinos

    U n puado de empresas transnacio-nales pretende dominar y acaparar elactual sistema alimentario mundial.Esa es la reciente advertencia que sos-tienen las organizaciones campesinasmiembros de la Coordinadora Latinoa-mericana y del Caribe de PequeosProductores de Comercio Justo(CLAC) 1, que estn planteando un sis-tema alimentario ms justo y sosteni-ble a travs del comercio justo.

    Desde hace veinte aos, los peque-os agricultores organizados denun-cian que han sido excluidos de las

    oportunidades del comercio interna-cional. Frente a ello, ha venido cre-ciendo una propuesta alternativa de-nominada comercio justo, que es ges-tionada en el campo internacional pordiferentes iniciativas y sistemas decertificacin 2.

    El principio del comercio justo esplantear un acceso al mercado en con-diciones ms justas para pequeosproductores, sobre la base de preciosmnimos garantizados, relaciones co-merciales solidarias y reduccin de in-termediarios en las cadenas.

    pia esencia, pues haba sido creadopara permitir, fundamentalmente, quelos pequeos productores organiza-dos tengan un acceso diferenciado yprotegido al mercado. Este recientecambio genera, ciertamente, un creci-miento del mercado global de comer-cio justo, pero a la vez significa unacompetencia desleal para los peque-os productores, cuyas ventas en co-mercio justo ya no crecen debido a laentrada de esos nuevos y grandes ac-tores.

    Las organizaciones exigenreivindicar el comercio justoEn ese escenario, las organizacio-

    nes de productores latinoamericanosse han pronunciado recientemente,reivindicando el respeto a los princi-pios del comercio justo. Ms de 120representantes de las organizacionesmiembros de la CLAC, de Bolivia,Per, Ecuador, Colombia y Centro-amrica, se reunieron del 6 al 8 denoviembre en la ciudad de Cusco,donde plantearon tomar una serie deacciones a fin de recuperar el comer-

    En el Per, en particular, muchos pe-queos productores han podido me-

    jorar sus condiciones de vida graciasal comercio justo. La CoordinadoraNacional de Comercio Justo en el Per(CNCJ) estima que ms de 100 organi-zaciones de productores y 60 mil fami-lias campesinas del Per se beneficiandel comercio justo 3.

    Amenazas al comercio justoSin embargo, en los ltimos aos,

    el sistema internacional de comercio jus to ha atravesado cambios impor-

    tantes en un escenario de crecientecompetencia por el mercado. Esoscambios se deben, por un lado, a laapertura del sistema de comercio jus-to Flo Internacional (el principal re-ferente de comercio justo, con un 80%del mercado) a grandes corporacio-nes dedicadas a la importacin y dis-tribucin de alimentos; y, por otrolado, a un sistema de agricultura bajocontrato y plantaciones a gran esca-la.

    Este cambio en el sistema de comer-cio justo es contradictorio con su pro-

    120 representantes de la CLAC se reunieron en Cusco y plantearon recuperar el comercio justo para los pequeos productores.

    F o t o : A

    A V S F C u s c o

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    Agricultura y cambio climtico: nuevas tec- nologas en la mitiga- cin y adaptacin de la agricultura al cam- bio climtico . Comi-sin Econmica para

    Amrica Latina y elCaribe (CEPAL). San-tiago de Chile: CEPAL,2013.Se trata de la memoria deltercer seminario regionalde agricultura y cambiocl imt ico, real izado enSantiago el 27 y 28 de se-tiembre de 2012. Se advierte que el cambio climtico ten-dr impactos negativos en la agricultura, sobre todo enregiones tropicales y subtropicales, pues aun cuando unaumento moderado de la temperatura y la fertilizacin porCO 2 traigan aumentos de rendimientos de algunos culti-

    vos sobre todo en regio-nes templadas, ta lesefectos disminuiran si elaumento de la temperaturasobrepasa los 3 C. El textopuede descargarse desde.

    Plan de Inversin Fo- restal. Per . Climate In-vestment Funds. Lima:Climate InvestmentFunds, 2013.Este plan considera cuatroproyectos. Tres de ellos son

    intervenciones piloto, con enfoque regional, que enfren-tan la deforestacin y degradacin en los tres mbitosprioritarios identificados. El cuarto es de aplicacin na-cional y est centrado en cambios transformacionales enmateria de polticas, institucionalidad e instrumentos apli-cados para la conservacin de los bosques. El documen-to puede descargarse desde .

    Huella de carbono, exportaciones y estrategias empresariales frente al cambio climtico . Froh-mann, Alicia y Ximena Olmos. Santiago de Chile:Comisin Econmicapara Amrica Latina yel Caribe (CEPAL),2013.El presente texto deseamostrar cmo AmricaLatina ya est sufriendolos efectos directos delcalentamiento global, consequas, deshielos, inun-daciones y fenmenosclimticos ext remos. Todoesto repercutir grave-mente en la agricultura, laseguridad alimentaria, elabastecimiento de agua,la salud pblica y la cali-dad de vida y de los ecosistemas. Parece fundamental,entonces, tomar ms en serio las inversiones en efi-ciencia energtica y en energas renovables no conven-cionales, contener la deforestacin, particularmente enlas selvas tropicales, y gestionar adecuadamente loscultivos de biocombustible para evitar la desertificacin

    y el dao a la biodiversidad. Documento descargabledesde .

    licaciones publicaciones publicaciones publicaciones publicaciones pub

    Proyecto Mercados Campesinos Promoviendo la seguridad y soberanaalimentaria en los mercados locales

    cio justo para los pequeos produc-tores mediante:

    La consolidacin de plataformas derepresentacin de los pequeos pro-ductores de comercio justo a nivel na-cional, andino y latinoamericano, parasu incidencia en diferentes espacios.

    Las organizaciones latinoamerica-nas deben desarrollar y consolidarsu propio sello de comercio justo,el smbolo de pequeos producto-res (SPP), como herramienta clavede promocin de la produccin cam-pesina en los mercados nacionalese internacionales.

    Impulsar el comercio justo en los mer-cados internos de los pases produc-

    tores, mediante productos procesa-dos con valor agregado, as como elfomento de canales de distribucinms directos a los consumidores.

    Incidir en la inclusin preferencialde los productos campesinos de ca-lidad certificados en los programasde compras pblicas de alimentos.

    Esos desafos planteados por las or-ganizaciones aportan una serie de ac-ciones para que los productores yconsumidores latinoamericanos recu-peren su capacidad colectiva para pro-ducir, comercializar y consumir alimen-tos, con base en sus culturas y nece-sidades, frente al actual dominio deun puado de empresas transnacio-

    nales 4 que estn acaparando el siste-ma alimentario mundial.

    Notas1 .2 Los sistemas de certif icacin contemplan

    un conjunto de normas y estndares decalidad establecidos a nivel pblico o pri-vado, y verificados por terceros.

    3 Para mayor informacin sobre comercio justo en el Per, pueden contactar con Ral Claver, representante de la CNCJ Per: .

    4 Segn Oxfam, las diez principales em- presas de al imentos y bebidas (CocaCola, Nestl, Unilever, General Mills, Mars, Pepsico, Kellogs, Danone, Monde-lez International ex Kraft y Asociated Brit ish Foods) real izan ventas de 1,100millones de dlares por da.

  • 8/13/2019 LA REVISTA AGRARIA N 157 - Noviembre

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