la relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

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() 'TECNOLóGrco DE MONTERREY Biblioteca Camp.,g Ciudad,,,_ ,,,,.. . ....., ..,.,x,cc INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY EGAP GOBIERNO Y POLÍTICA PÚBLICA CIUDAD DE MÉXICO La relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo en la formulación de Políticas Públicas en México EGAP ,_::_·~-~_;_;,' Gobierno y PoVtka Pública _ TECNOL.OC1C(] DE ll/ONTERRE."/ Héctor Castillo Huertero Mendoza Proyecto de Investigación Aplicada Maestría en Administración Pública y Política Pública Asesor: Dr. Miguel Angel Valverde Loya Fecha de tém1ino de tesina: Mayo de 2012

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Page 1: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

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'TECNOLóGrco DE MONTERREY

Biblioteca Camp.,g Ciudad,,,_ ,,,,.. . ....., ..,.,x,cc

INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS

SUPERIORES DE MONTERREY

EGAP GOBIERNO Y POLÍTICA PÚBLICA CIUDAD DE MÉXICO

La relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo en la formulación de Políticas Públicas en México

EGAP ,_::_·~-~_;_;,' Gobierno y PoVtka Pública

_ TECNOL.OC1C(] DE ll/ONTERRE."/

Héctor Castillo Huertero Mendoza

Proyecto de Investigación Aplicada

Maestría en Administración Pública y Política Pública

Asesor: Dr. Miguel Angel Valverde Loya

Fecha de tém1ino de tesina: Mayo de 2012

Page 2: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

RESUMEN EJECUTIVO

México transitó de un sistema autoritario a uno democrático en el que la división de

poderes ha traído corno consecuencia una nueva forma de generar consensos. El Presidente

de la República ya no es el gobernante con poderes ilimitados y debe buscar acercamientos

con el Poder Legislativo para sacar adelante su agenda nacional; el Poder Judicial ha

adquirido mayor independencia y sus resoluciones de controversias constitucionales e

interpretación de las normas jurídicas han sido un factor decisivo en este sistema de pesos y

contrapesos. Los medios de comunicación y la propia ciudadanía, por su parte, han sido

pieza clave para legitimar el actuar gubernamental y generar cambios que emanan desde la

sociedad civil.

A pesar de ello, se perciben algunas deficiencias en esta nueva dinámica que hacen

necesario considerar la implementación de principios de los regímenes parlamentarios y

que podrían ayudar a generar mayores entendimientos entre la clase política, para de esa

fonna tener una democracia más efectiva y un sistema político más gobernable.

Por lo anterior, se presentará una propuesta de reformas que recoge elementos de

teoría política, experiencia de otros países y lo más importante toma como punto de partida

la propia historia de nuestro país.

Page 3: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

ÍNDICE

Introducción ......................................................................................... 3

l. Marco teórico ....................................................................................... 7

l. l. Democracia .................................................................................... 8

1.2. Gobernabilidad ............................................................................. .. 11

1.3. Presidencialismo y Parlamentarismo ...................................................... 16

2. Procesos de poder político y políticas públicas ................................................ 23

2.1. Planeación .................................................................................... 26

2.2. Implementación .............................................................................. 36

2.3. Evaluación .................................................................................... 38

3. Marco histórico .................................................................................... 44

3.1. La Transición en México ................................................................... 44

3.2. Evolución de la planeación ................................................................. 51

3.3. El proceso de discusión y aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación

y la Ley de Ingresos y la formación de mayorias parlamentarias ...................... 53

4. Hacia una nueva relación entre poderes ........................................................ 56

5. Conclusiones ....................................................................................... 66

6. Anexos .............................................................................................. 69

7. Bibliografía .......................... .. ............................................................ 70

2

Page 4: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

INTRODUCCIÓN

Durante prácticamente todo el siglo pasado y lo que va de éste el Estado Mexicano ha

transitado por diversas etapas que van desde una revolución, a un régimen autoritario y más

recientemente a la consolidación de un régimen democrático.

Posterior a la Revolución Mexicana se tuvo la necesitad de crear un pai1ido político

lo suficientemente fuerte para lograr el aglutinamiento de caudillos y tener cambios

pacíficos de poder. Este hecho derivó en un régimen presidencialista con poderes

metaconstitucionales, que a lo largo de 70 años convirtieron al Presidente de la República

en jefe del partido político, del legislativo, del judicial y del mismo sistema federal. (Casar,

1996)

Imperaba un poder central sin el contrapeso de los gobiernos locales dominado en

ocasiones por caciques, un poder Ejecutivo sin el control del Legislativo y del Judicial, un

partido dominante sin la presión de la competencia abierta. Las organizaciones obreras y

campesinas, así como también las cámaras empresariales, entroncaban en un partido

hegemónico que, a su vez, era el interlocutor preferencial del gobierno.

Este tipo de organizaciones y liderazgos, acostumbrados a arrancar prestaciones y

servicios del gobierno a cambio de contener el conflicto, comenzaron a perder fuerza

apenas el gobierno no disponía de recursos para repartir y obligaba a buscar otras

alternativas más racionales de planteamientos y solución de los problemas sociales.

Resultado de todo esto, aparecieron fracturas en la elite política, se separaron gmpos de

aliados, se escindieron las organizaciones, aumentó la votación de los partidos de oposición

al gobierno. y muy promisoriamente, se extendió la pluralidad y autonomía política.

Así, en 1997 el Partido Revolucionario Institucional (PRl) perdió por primera vez la

mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, comenzando con ello una etapa caracterizada

por la falta de entendimientos entre el Legislativo y el Ejecutivo.

En este escenario las políticas públicas -entendidas como el esfuerzo para atender y

recomendar procesos de toma de decisiones y acción para los gobiernos en base a

necesidades que surgen en primer momento de la sociedad- adquieren un papel

fundamental en este proceso, ya que son la vía mediante la cual se vincula el origen y los

fines del ejercicio del poder. Esto es, si se cuenta con un gobierno electo legítima y

Page 5: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

democráticamente que implementa políticas de manera eficiente y eficaz, satisfaciendo las

necesidades básicas de la sociedad, es muy probable que su ejercicio va a ser evaluado de

manera favorable y la continuidad del gobierno y de sus políticas públicas en el mediano y

largo plazos se encuentran garantizadas.

Si estos procesos se cumplen a cabalidad la gobemabilidad de un Estado se encuentra

implícitamente garantizada al no existir elementos distorsionadores que pongan en riesgo la

estabilidad política del gobierno.

No obstante, en la práctica llevar a cabo un esquema de esta naturaleza resulta

complicado y en muchas ocasiones dificulta el ejercicio de poder del gobierno en tumo al

existir elementos distorsionadores, como intervención de actores externos en el diseño e

implementación de programas públicos, intereses personales o cupulares de los actores y

partidos políticos, rivalidades entre los actores por conservar o alcanzar el poder, entre

otros.

Como se mencionó, a partir de que se comenzó a generar una apertura en el sistema

político mexicano, el poder de intervención del Presidente de la República en los procesos

de toma de decisión se vio menguado hasta que en 1997 el partido hegemónico perdió la

mayoría en el Congreso de la Unión, hecho que derivó en una falta de acuerdos que hasta la

fecha han llegado a generar parálisis legislativa cuestiones torales y los resultados en

general pueden clasificarse como endebles, partiendo de la premisa que cuando existen

gobiernos divididos es más difícil alcanzar acuerdos de largo plazo y las políticas que se

aprueban son cortoplacistas.

En este sentido, entre los principales problemas que esto conlleva se encuentran los

siguientes:

1. A nivel federal el Presidente de la República tiene la obligación constitucional de

presentar un Plan Nacional de Desarrollo en el que se fijan los grandes objetivos de

la agenda política nacional que se perseguirán durante su sexenio. En los hechos

tanto en el Presupuesto de Egresos de la Federación como en la Ley de Ingresos el

Legislativo posee facultades para recibir, discutir, modificar y aprobar dichos

instrumentos.

Page 6: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Esto tiene como consecuencia que los objetivos originalmente planteados por el

Ejecutivo sean en ocasiones modificados sustantivamente al fijarse la entrega de

resultados de manera anual y no sexenal, tomando en consideración que el período

de ejercicio de los legisladores es de tres años y las legislaturas buscan legitimar su

actuación proponiendo reformas cortoplacistas que no necesariamente responden a

los tiempos establecidos en el plan sexenal, así como al hecho de que en ocasiones

diputados y senadores buscan privilegiar obras públicas para sus distritos a fin de

acumular capital político para obtener algún otro encargo.

Esto último se ve reflejado en la aprobación del Presupuesto de Egresos de la

Federación, en donde al calor de las negociaciones en ocasiones se apmeban

partidas presupuestales para determinadas obras sin que realmente se cuenten con

los proyectos ejecutivos y estudios técnicos para su implementación, lo que al paso

del tiempo deriva en subejercicios por parte de las dependencias de la

Administración Pública Federal, que además son acusadas por los mismos

legisladores de no ejercer el recurso aprobado cuando fueron ellos los que

aprobaron partidas sin tener los recursos técnicos disponibles para su

implementación.

2. La falta de planes locales y microrregionales hace que los Comités de Planeación

para el Desarrollo Estatal (Coplades) -encargados de coordinar la planeación entre

las entidades federativas y municipios con la Federación-, sea poco productivo. Ello

obedece entre otras causas a las siguientes: 1) falta de alineación y desarticulación

entre los objetivos locales y nacionales fijados en el Plan Nacional de Desarrollo; 2)

los pe1iodos de gobierno municipal son muy cortos y de manera general se puede

decir que el primer año sirve para conocer claramente los problemas y planear

alternativas de solución, el segundo para implementar programas públicos y el

tercero para preparar la entrega y en muchos casos buscar otros cargos públicos,

dejando en ocasiones el cargo público antes de que concluya su ejercicio; y 3) en

ocasiones los presidentes municipales, que son el primer contacto de la sociedad

con un gobierno, no están lo suficientemente capacitados para el diseño,

implementación y evaluación de políticas públicas y por tanto las propuestas que

generan son escasas o nulas.

..

.J

Page 7: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Lo anterior genera una codependencia de los gobiernos locales a la Federación o

bien descoordinación entre los programas que deben implementarse al existir metas

contrarias entre los poderes de la Federación.

3. Finalmente, si bien se contempla en el Sistema Nacional de Planeación Democrática

la figura de foros de consulta popular, en los hechos no existe y la planeación se

lleva a cabo bajo una dinámica de arriba hacia abajo, lo que impide articular

intereses nacionales. Este problema se ve agudizado ante el pluralismo político que

se ha generado en el país durante los últimos años.

Lo que se desprende de todo esto es que si bien se han generado avances en la

legislación al establecerse ordenamientos claros sobre la planeación democrática en

México, el marco institucional responde a un contexto que no es acorde con los postulados

democráticos y en ocasiones impide la implementación de programas públicos.

Además un problema mayor es que la evaluación en México es aún incipiente y por

tanto las sanciones en caso de incumplimiento prácticamente no existen, aunado al hecho

de que el impulso de una cultura política democrática es fundamental para el desaITollo del

país.

Al ser el Ejecutivo y el Legislativo los responsables primarios de establecer el mmbo

del país por medio de la planeación, implementación y evaluación de políticas públicas,

resulta pertinente analizar la viabilidad de incorporar elementos de regímenes

semipresidenciales o parlamentarios que brinden mayor gobemabilidad y continuidad a las

políticas públicas. Lo que se pretende realmente con esto es crear un sistema de pesos y

contrapesos en el que existan equilibrios políticos y responsabilidades compartidas entre

ambos poderes.

Este hecho pone énfasis en crear mecanismos para que en el análisis, discusión y

aprobación del Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos se plantee la plurianualidad de

los presupuestos y definir un nuevo proceso de discusión entre el Ejecutivo y el Legislativo

que venga acompañado de responsabilidades puntuales para cada poder. En este sentido, se

pretende analizar adicionalmente el devolver a la Cámara de Senadores la facultad de

aprobar el Presupuesto Federal, al ser la depositaria de la representación federal. Cabe

mencionar que mientras en la Constitución de 1824 ambas cámaras aprobaban el

Page 8: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

presupuesto, en 1857 esta facultad fue exclusiva de la Cámara de Diputados cuando México

adoptó el sistema de asamblea única y al restablecerse el Senado en 1874 la Cámara de

Diputados retuvo la atribución en materia presupuestal.

Todo ello viene acompañado de analizar la viabilidad de una verdadera reforma de

Estado que incluya la reelección de legisladores y alcaldes como un ejercicio de rendición

de cuentas y estímulo para continuar en cargos públicos, crear gobiernos de coalición,

implementar la figura de jefe de gabinete, segunda vuelta, referéndum, entre otras.

Para lograr lo anterior, se pretende en primera instancia abordar conceptos teóricos

sobre democracia, gobernabilidad, presidencialismo y parlamentarismo, procesos del poder

político y el contexto en el que se generan las políticas públicas, explicando por supuesto el

proceso de planeación, implementación y evaluación de las mismas. Esto con el propósito

de brindar un panorama claro del sistema político mexicano y el ambiente en el que se

desarrollan las políticas públicas

Posteriormente y a fin de conocer el espacio en donde nos encontramos en cuestión

de planeación, se pretende hacer un breve recorrido histórico por los que ha transitado el

sistema de planeación en México, además de los momentos que se han presentado en

nuestro país en aras consolidar un régimen democrático en nuestro país.

Finalmente, se analizará un caso práctico de toma de decisiones que involucra al

Ejecutivo y Legislativo para concluir con una propuesta que permita tener en México una

democracia gobernable en un marco de gobernabilidad democrática.

1. MARCO TEÓRICO

Con el propósito de tener una primera aproximación a los conceptos que se abordarán

en la presente investigación, se comenzará por explicar dos conceptos que se encuentran

estrechamente vinculados entres sí: democracia y gobernabilidad, así como uno de los

medios que puede ser más amena la adecuada interacción entre ambos, esto es el

presidencialismo o el parlamentarismo, no dejando a un lado por supuesto las distintas

7

Page 9: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

formas de gobierno como pueden ser el Federalismo, los sistemas electorales y de partidos,

la cultura política y las diversas formas de presentación popular.

1.1. Democracia

Etimológicamente la palabra democracia significa poder -kratos- del pueblo -demos-,

es decir, el pueblo participa en la actividad del gobierno (Sartori, 1997, pp. 3-25). Es

entendida como el sistema político mediante el cual el poder político se encuentra

distribuido y la soberanía reside en el pueblo.

Uno de los principales autores sobre democracia fue .Tohn Locke, quien fornrnló los

derechos naturales y principios democráticos del hombre: derechos de igualdad, libertad

individual, derecho a la propiedad, noción de gobierno con el consentimiento del pueblo o

soberanía, gobierno representativo (Bobbio, Liberalismo y Democracia, 1998, pp. 8-12).

Posteriormente Juan Jacobo Rousseau señaló que el pueblo es depositario del poder y

lo facilita. Rescata la importancia de la democracia directa y considera que la democracia

tiene una dimensión moral, es decir, una igualdad entre hombres (Rousseau, 1999).

La democracia en sentido lato se define como un tipo de Estado; sin embargo, se

habla también de democracia política, social y económica. La democracia política es la

reducción de las voluntades de millones de personas a un único comando, soportada por los

principios de igualdad jurídico-política, consentimiento de los gobernados, representación,

sufragio universal y fijación de los límites del poder.

En la democracia política la autoridad emana del pacto que existe entre gobernantes y

gobernados que se renueva periódicamente, en donde debiera existir un respeto in-estricto a

los derechos naturales del individuo- libertad, igualdad y propiedad-; el poder de delega a

órganos representativos; existe división de poderes y distintos niveles de gobierno para

limitar el poder del Estado y la regla general indica que todos participan en la elección de

sus gobernantes y en donde el voto de cada persona vale por ella misma. "Es la reducción

de las voluntades de millones de individuos a un único comando, es la que actúa para fines

democráticos en las peores condiciones" (Sartori, 1997, p. 11 ).

Page 10: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

La democracia social surgió con Tocqueville (Tocqueville, 2000, pp. 213-240), quien

analizó el sistema de Estados Unidos con un criterio sociológico y llegó a la conclusión de

que la sociedad estadounidense se caracterizaba por una igualdad de condiciones con un

espíritu igualitario, es decir, existe una estructura social horizontal en vez de una vertical.

Esta igualdad deriva de los migrantes europeos que llegaron a Norteamérica huyendo de los

atavismos feudales con sus sistemas corporativos, las jerarquías nobiliarias con su sistema

de castas y los regímenes despóticos con sus arbitrariedades.

Lo que observa este autor es la tensión que existe entre las fuerzas que qmeren

concentrar el poder en la sociedad y en la política -fuerzas aristocráticas- y las fuerzas que

desean distribuir ese poder en la sociedad y en la política -fuerzas democráticas-. En este

entorno, la sociedad civil se convirtió en el principal aliado de la democracia política.

Este espíritu social igualitario de la democracia inquietó al autor ante la amenaza de

caer en los excesos de la democracia directa o el asambleísmo. A fin de canalizar esta

energía por la vía institucional propuso recurrir a los métodos sugeridos por Montesquieu:

división y equilibrio de poderes, asociaciones plurales que eviten la concentración de poder

y gobierno representativo.

Giovanni Sartorti, por su parte, afinna que la "democracia social es el conjunto de las

democracias primarias -pequeñas comunidades y asociaciones voluntarias concretas- que

vigorizan y alimentan la democracia desde la base, a partir de la sociedad civil" (Sartori,

1997,p.6).

En relación a la democracia económica, Sartori la define como la democracia que

existe en el lugar de trabajo, dentro de la organización y la gestión del trabajo. A este

respecto, señala que en Estado y Revolución Lenin dice y se contradice; pero al final

concluye que el comunismo al abolir la política cancela consecuentemente a la democracia

y en este sentido el marxismo no despliega una democracia económica. La democracia

económica y la teoría económica de la democracia son, no obstante la similitud de

expresiones, cosas totalmente ajenas una de otra.

Tanto Sartori como Norberto Bobbio (Bobbio, 1994, pp. 188-233) concluyen que

para que un Estado cuente con una democracia política es indispensable que también lo sea

social y económica. Para Bobbio la democracia es una fonna de gobierno contrapuesto a

q

Page 11: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

todas las formas de gobierno autoritarias y la define como un conjunto de reglas (primarias

o fm1damentales) que establecen quién está autorizado para tomar las decisiones colectivas

y bajo qué procedimientos. Señala que la regla fundamental de la democracia es la regla de

la mayoría (decisiones colectivas) y es indispensable que aquellos que están llamados a

decidir o a elegir a quienes deberán elegir, se planteen alternativas reales que estén en

condiciones de seleccionar entre una u otra, es decir, para una democracia es indispensable

que estén garantizados los derechos de libertad de opinión, de expresión, de libre

asociación y de reunión (Bobbio, 2002, pp. 23-48).

En este mismo sentido, Robert Dahl supone criterios mínimos de una democracia que

se fundamentan principalmente en elecciones libres, imparciales y frecuentes; mecanismos

de control; transparencia en la rendición de cuentas; una ciudadanía inclusiva; libertad de

expresión; derecho a la infonnación; fuentes alternativas de información; entre otros

requerimientos que se pueden añadir como medios de comunicación libres e imparciales

(Dahl, 2002).

Democracia quiere decir que el poder es legítimo sólo cuando su investidura viene de

abajo, sólo si emana de la voluntad popular. Hay democracia cuando existe una sociedad

abierta en la que la relación entre gobernantes y gobernados es entendida en el sentido de

que el Estado está al servicio de los ciudadanos y no los ciudadanos al servicio del Estado,

en el cual el gobierno existe para el pueblo y no viceversa. Como lo afirmó Abraham

Lincoln en un discurso pronunciado en Pennsylvania el 19 de noviembre de 1863 con

motivo de la inauguración del cementerio nacional donde descansan miles de soldados

muertos durante la Guerra Civil y que ha sido considerado personas como una de las

definiciones más acertadas de democracia " ... que estos honrosos muertos hagan crecer

nuestra adhesión a la causa por la cual ellos ofrecieron la última medida de su devoción,

que aquí tomemos la gran resolución de hacer que ellos no hayan muerto en vano, que esta

nación, bajo la protección de Dios, renazca a la libertad y que el gobierno del pueblo, por el

pueblo y para el pueblo no desaparezca jamás de la faz de la tierra"

A este respecto, vale la pena recordar la influencia que la ciudadanía ha tenido en el

derrocamiento de regímenes caracterizados por ser no precisamente democráticos y

recordar los sucedido entre 20 l O y 2012 en países del medio oriente -Tunez, Egipto, y

1íl

Page 12: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Libia principalmente, aunque no únicamente ya que en Sahara Occidental, Argelia,

Jordania, Siria, Yemen y otros países se han presentado rasgos similares que podrían

desencadenar otros derrocamientos-.

Una característica en común que se ha presentado en todos ellos es el papel de la

sociedad civil, dado que en muchos casos jóvenes universitarios aprovecharon las redes

sociales para difundir sus ideas libertarias y comenzaron a manifestarse en contra de

gobiernos autoritarios caracterizados por com1pción, nepotismo, sumergidos en crisis

económicas que se agravan por las grandes desigualdades económicas y que en la mayoría

de los casos con ayuda del exterior terminaron por derrocar estos regímenes autoritarios.

Si bien estas manifestaciones hacen creer la posibilidad de la expansión de la

democracia a nivel mundial, la realidad es que es impreciso responder en qué culminarán

toda vez que como se verá más adelante la democracia también requiere de instituciones

fuertes y consolidadas, capaces de resistir la fricción generada naturalmente por los actores

políticos para evitar que se formen lo que algunos autores han denominado

pseudemocracias y no democracias. Linz y Lypset llaman pseudemocracias a los regímenes

en que la existencia de instituciones políticas formalmente democráticas, tales como la

competencia electoral multipartidaria, enmascara la realidad de una dominación autoritaria

(Diamond, 2000, pp. 11-12).

1.2. Gobernabilidad

Una vez mostrado un panorama general sobre la democracia, sus definiciones, autores

acepciones y principios, se proseguirá por mencionar uno de los requerimientos para que

ésta se consolide y se generen gobiernos con buen grado de aceptación: la gobemabilidad.

Mucho se ha especulado sobre la definición del ténnino gobernabilidad y sobre las

acepciones del mismo concepto (v.g. gobemanza, gobernación), pero no se ha encontrado

una sola descripción que englobe todas las acepciones que ello implica.

Los primeros análisis sobre la gobemabilidad se presentan con las c01Tientes

filosóficas del iusnaturalismo y las teorías del contrato social. Por ejemplo, para Thomas

Hobbes si se otorga la soberanía al Leviatán es a cambio de que asegure nuestra existencia,

11.

Page 13: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

en contraposición a su llamado estado de naturaleza (Hobbes, 1966). John Locke diría que

el Estado debe dirimir mediante el derecho las controversias entre los particulares; debe

asegurar los bienes, la integridad fisica de la persona y de sus posesiones; por tanto, el fin

del gobierno es conseguir la paz, la seguridad y el bien de la población, para ello el Estado

debe gobernar mediante leyes fijas y establecidas, así como establecer jueces rectos e

imparciales y utilizar la fuerza para ejecutar las leyes y no para sostener decisiones

arbitrarias (Locke, 1976).

Jean Bodino la define en el sentido de que el gobierno debe actuar con base en

valores morales de razón, justicia y orden, encontrando su fin último y su justificación en la

realización de éstos (Bodino, 1997).

En el siglo XIX Max Weber no habló directamente sobre el tema; sin embargo, se

puede vincular con los dos supuestos principales de su teoría: el concepto de Estado y el de

racionalidad burocrática. La gobemabilidad hacia el interior de un Estado, que utiliza la

coerción de manera legítima, dentro de un detenninado tenitorio y con un aparato

burocrático racional, queda implícitamente garantizada.

Retomando a la filosofia política contemporánea, Norberto Bobbio toma en cuenta la

capacidad de una forma de gobierno para asegurar la estabilidad del poder. A este aspecto

de eficacia le suma la credibilidad de la ciudadanía, es decir, afinna que en la medida en

que un gobierno sea eficaz la legitimidad ante la población también lo será (Bobbio, 1998,

pp. l 03-109). Gianfranco Pasquino también retoma esta forma de concebir la

gobernabilidad, toda vez que considera que la disminución de confianza de los ciudadanos

respecto de las instituciones de gobierno y la falta de credibilidad en los gobernantes

provocan automáticamente una disminución de las capacidades de estos últimos para

afrontar los problemas.

Actualmente, entre las definiciones básicas se encuentran la que sugiere Xavier Arbós

y Salvador Giner: la gobernabilidad es la "cualidad propia de una comunidad política según

la cual sus instituciones de gobierno actúan eficazmente dentro de su espacio, de un modo

considerado legítimo por la ciudadanía, pennitiendo así el libre ejercicio de la voluntad

política del poder ejecutivo mediante la obediencia cívica del pueblo" (Arbós & Giner,

1993, p. 13). O bien la de Manuel Alcántara, quien conceptualiza a la gobernabilidad como

17

Page 14: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

"la situación en que concurre un conjunto de condiciones favorables para la acción de

gobierno de carácter medioambiental o intrínsecas a éste. Por el contrario, ingobemabilidad

se refiere a una situación disfuncional que dificulta la actividad y capacidad

gubernamental" (Alcántara, 1995, pp. 38-39).

Otros autores han destacado un elemento teleológico del Estado para asegurar la

gobernabilidad. "Jellinek lo señala como la unidad de asociación; Smend lo entiende como

una tendencia comunitaria y una voluntad de trabajar en común; Heller lo hace consistir en

la coordinación de las actividades de los individuos hacia metas comunes, este hecho

convierte al Estado en una unidad de acción. Otros autores hacen consistir el elemento

teleológico en la realización del bien común: Sánchez Agesta en la realización de los

valores individuales y sociales de la persona humana; González Uribe en el bien público

temporal; Dabin en la realización de aquellos fines determinados de acuerdo con sus

condiciones históricas" (Femández R. J., 1982, p. 49). Así, en toda actividad del Estado su

fin último será el de cooperar a la evolución progresiva, en primer lugar de sus miembros,

no sólo actuales sino futuros, y además colaborar a la evolución de la especie.

Estas definiciones procedimentales de la gobemabilidad están estrechamente

relacionadas con una forma de gobierno, que es la democracia, pero adquieren mayor

relevancia en procesos de cambio político. Mientras los regímenes autoritarios o totalitarios

cuentan con mayor control de la gobemabilidad puesto que las variables se encuentran

plenamente controladas y no existe espacio para la negociación o acuerdos. En la

democracia, al existir mayor libe1tad en el sistema político, la gobernabilidad puede

complicarse debido a diversas cuestiones, por lo que con en aras de asegurar un grado de

gobierno aceptable el Estado debe entre otras cosas contar estabilidad, la cual se logra en la

medida en que un gobierno tenga autoridad; que el régimen político se apegue a las reglas;

que la comunidad política asuma su papel como ciudadano y que se encuentren

legítimamente representados; que la clase política cumpla con los compromisos logrados a

través de la negociación; que se cuente con una situación económica favorable, entre otros

factores.

Bajo este tenor, surgen preocupaciones que autores como Alfred Stepan y Juan Linz

(Stepan, 1996) señalan como los problemas de gobernabilidad democrática en un proceso

Page 15: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

de cambio político. Dada la expenencia de estos procesos en América Latina, la

consolidación de las instituciones democráticas se puede poner en riesgo bajo la

ingobemabilidad, derivada de que actores políticos pierden cotos de poder, las

controversias que suscita la correlación de fuerzas entre mayorías y minorías, los espacios

de poder de las corporaciones o estamentos de la sociedad y la acción de los cacicazgos

locales.

De este modo, el maneJo ineficaz de los asuntos económicos, la incapacidad o

desatención para responder a elementales necesidades sociales, las tensiones institucionales

en el interior de los poderes de la democracia, la irrupción de la violencia (ya sea social y

desorganizada, con base en estmcturados movimientos rebeldes o animada por los poderes

invisibles del crimen organizado), y la erosión de la legitimidad democrática, debida a

episodios reiterados y manifiestos de corrupción política y enriquecimiento ilícito de

funcionarios gubernamentales, son factores típicos que han provocado situaciones de

ingobemabilidad en los países latinoamericanos.

De la misma manera, postular la democracia sin considerar la gobemabilidad puede

derivar en situaciones de inestabilidad política. Por estas razones, es pertinente la reflexión

simultánea en tomo a la gobemabilidad democrática y a la democracia gobernable. En una

democracia consolidada se cuentan con un número considerable de recursos institucionales

para prevenir y, en su caso, enfrentar los problemas de gobemabilidad. El federalismo, la

separación de poderes, el sistema de partidos, la correlación entre mayorías y minorías,

elecciones periódicas, las posibilidades de alternancia y las múltiples formas de

paiticipación ciudadana hacen de la democracia el espacio institucional idóneo para dirimir

pacíficamente la confrontación de programas y proyectos políticos. Se trata, entonces, de

que gobemabilidad y democracia se influyan provechosamente para propiciar gobiernos

democráticos, a la vez que legítimos, eficientes y responsables.

Un sistema será más gobernable en la medida en que posea mayor capacidad de

adaptación y mayor flexibilidad institucional respecto de los cambios de su entorno

nacional e internacional, económico, social y político.

Con base en las consideraciones anteriores es posible presentar una definición de

gobemabilidad capaz de integrar los conceptos a los que se hizo referencia. Se entiende por

1 .1.

Page 16: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

gobernabilidad un estado de equilibrio dinámico entre demandas sociales y la capacidad de

respuesta gubernamental de carácter democrático, a través de acuerdos políticos, consensos

sociales y desempeños gubernamentales. Esta definición, aun en su brevedad, permite

articular los principios de eficacia, eficiencia, legitimidad y estabilidad presentes en los

distintos análisis del tema de la gobernabilidad y la relación provechosa entre ésta y la

democracia. Asimismo, permite ubicar a la gobernabilidad en el plano de la relación entre

el sistema político democrático y la sociedad, evitando cargar a uno sólo de los términos de

la relación de gobierno la responsabilidad de mantener adecuadas condiciones de

gobernabilidad.

Así, en México el orden político de la nación debe transfonnarse en un esquema de

gobemabilidad democrática. Con ello se alude a dos niveles fundamentales de la política:

los procesos democráticos para la conformación de gobiernos legítimos y el ejercicio

gubernamental eficaz con vocación de servicio ciudadano. Legitimidad entendida como "la

creencia de que a pesar de sus limitaciones y fallos, las instituciones políticas sean mejores

que otras que pudieran haber sido establecidas, y que por tanto pueden exigir obediencia"

(Linz J. , 1987, p. 38); y eficacia concebida como "la capacidad de un régimen para

encontrar soluciones a problemas básicos con los que se enfrenta todo sistema político que

son percibidas más como satisfactorias que como insatisfactorias por los ciudadanos

conscientes" (Linz J. , 1987, p. 46). No obstante, esta interacción entre eficacia y

legitimidad se encuentra en función de diversos factores, como puede ser el interés general,

la democracia representativa y la participación en cuanto a supuestos ideológicos,

organizativos y funcionales.

Dentro de la definición se pueden incluir las siguientes categorí_as que permiten medir

el grado o capacidad de gobierno de un Estado:

• D~ficit de gobernabilidad: designa un desequilibrio entre el nivel de demandas sociales

y la capacidad de respuesta gubernamental, que es percibido como inaceptable por

actores políticamente organizados y que hacen uso eficaz de su capacidad para

amenazar la relación de gobierno en una situación dada. Estos desequilibrios o

anomalías pueden presentarse en diversas esferas de la sociedad (economía, política,

seguridad ciudadana, etc.).

1 ,.. _!_J

Page 17: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

• Crisis de gobernabilidad: describe una situación de proliferación de anomalías, es

decir, una conjunción de desequilibrios inesperados y/o intolerables entre demandas

sociales y respuestas gubernamentales.

• lngobernabilidad: es un concepto límite que designa la virtual disolución de la relación

de gobierno que une, por ambos lados, a los miembros de una comunidad política

(Camou, 1997).

Se entiende así que la gobernabilidad se presenta cuando existe calidad en el

desempeño gubernamental considerando las siguientes dimensiones: la capacidad de

adoptar oportunamente las decisiones y desafíos que exigen una respuesta gubernamental;

la efectividad de esas decisiones -obligación y acatamiento-, su aceptación social -

conformidad congmencia y a1111onía con intereses y anhelos de los diferentes grupos-; la

eficiencia de esas decisiones, y la coherencia de esas decisiones -ausencia de efectos

contradictorios- (Flifish, 1991, pp. 113-114).

En la última parte del siglo XX y lo que llevamos del XXI entre las causas que han

creado y amenazado la gobernabilidad de los países, principalmente en América Latina, se

encuentran la pobreza, la desigualdad y el narcotráfico (Zovatto, 2011 ). Este último incluso

ha puesto en duda la viabilidad de algunos Estados y su capacidad para cumplir una de sus

tareas fundamentales que es la protección de los ciudadanos y el cuidado de su patrimonio.

1.3. Presidencialismo y Parlamentarismo

Habiendo abordado conceptos básicos de democracia y gobernabilidad se procederá

por analizar el presidencialismo y parlamentarismo, en virtud de que son formas que

ayudan a que los regímenes democráticos funcionen correctamente. Todo ello debido a que

la tesis fundamental de esta investigación se enfoca en analizar la relación que existe en

México entre el ejecutivo y el legislativo resultado de la transición democrática y

alternancia de gobierno.

Juan Linz cuestiona que las diferencias entre regímenes parlamentarios,

presidenciales y semipresidenciales no han llamado la atención de la ciencia política, lo

cual se debe en parte a que "la mayoría de las democracias estables de Europa y la

16

Page 18: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Commonwealth han sido regímenes parlamentarios, y sólo unos pocos semipresidenciales o

semiparlamentarios, mientras que la mayoría de los países con constituciones

presidenciales han sido democracias inestables o regímenes autoritarios (Linz J. (., 1999, p.

45)".

Parlamentarismo

En el parlamentarismo la única institución democrática y legítima es el Parlamento, y

el gobierno deriva su autoridad de la confianza del mismo, ya sea por mayoría o por

tolerancia hacia gobiernos de minorías. Los primeros ministros no reciben su poder de una

identificación de los votantes ni pueden apelar clirectamente al pueblo contra los

parlamentarios que lo apoyan o contra su mismo partido, por lo que tienen poderes y

funciones limitadas. El parlamentarismo "es un régimen en el cual el gobierno está dividido

en dos elementos, uno de los cuales (el gabinete o gobierno, en el más estricto sentido de la

palabra) es políticamente responsable ante el Parlamento y tiene el derecho de disolverlo"

(Duverger, 1992, p. l 40).

En relación a este régimen, Manuel Jiménez Parga apunta que existen tres tipos de

parlamentarismo: dualista, monista y régimen de gabinete. El primero se caracteriza por

otorgar al jefe de Estado poderes políticos importantes; los ministros deben contar con la

confianza del jefe de Estado y del Parlamento; las funciones se reparten de acuerdo con un

principio de equilib1io político. En cuanto al monista, las funciones políticas más

importantes se le asignan a las cámaras y al gabinete, por lo que el jefe de Estado queda

simplemente como una magistratura moral y el gobierno es una emancipación del

Parlamento. El régimen de gabinete si bien se identifica con el parlamentarismo monista, su

diferencia radica en que el gabinete es una representación de la mayoría de las cámaras, por

lo que se da un entendimiento entre mayoría parlamentaria y gabinete (Jiménez de Parga,

1990,pp.135-136).

Así, mientras el primer tipo de parlamentarismo otorga grandes facultades al jefe de

Estado, logrando un equilibrio de poderes entre las cámaras, en los dos restantes el

Parlamento es quien concentra mayor poder, con la diferencia que en el régimen de

gabinete responde a los intereses de quien ostenta la mayoría en las cámaras. Lo que se

17

Page 19: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

pretende afirmar con esto es que en este tipo de forma de gobierno las funciones del Estado

se depositan en órganos diferentes pero están en estrecha colaboración: el Legislativo y el

Ejecutivo realizan la labor más dinámica, mientras que el Poder Judicial permanece ajeno al

quehacer político inmediato y limita su actuación a dirimir los conflictos y a aplicar e

interpretar las n01mas.

En relación a los partidos políticos, el líder del partido mayoritario ocupa la posición

de primer ministro, con la aprobación del jefe de Estado. En un sistema bipartidista, no

pueden existir dudas sobre quién posee la mayoría en la cámara, en cambio, en uno

pluripartidista la lucha es más cerrada, en virtud de existir mayor competencia entre las

fuerzas políticas; a la vez, en este último es importante negociar y compartir el poder con la

finalidad de obtener apoyo para imponer a un primer ministro o tolerancia para un gobierno

minoritario.

Cuando el primer ministro pierde el control de su partido o pierde gobemabilidad, la

continuidad en el cargo podría generar crisis política. Para evitar esto, el partido busca un

reemplazo, se forma una nueva coalición o el apoyo de los partidos que sostienen al

gobierno se le retira. Ante ello, el Parlamento debe nombrar un nuevo ministro, para lo cual

se realizan elecciones que con frecuencia no resuelven el problema, pero ayudan a

minimizarlo. Es decir, la eficiencia del primer mandatario y la eficacia de las políticas

públicas se miden día a día, por lo que la pennanencia en el cargo depende en buena parte

de la actuación positiva que tenga en su gestión.

Presidencialismo

El primer sistema presidencial existente tiene como antecedente la Constitución

norteamericana de 1787, en la cual se configuró un nuevo tipo de relaciones entre el

Ejecutivo y Legislativo. Sin embargo, el sistema norteamericano a su vez también se basó

en otros sistemas, tales como el inglés, con la diferencia de que en lugar de tener un jefe de

Estado hereditario, se pensó en uno de elección popular con funciones limitadas en el

tiempo. La Constitución de Nueva York de 1777 y la de Massachussets de 1780

configuraron Ejecutivos independientes con rasgos principales que después estrncturaron la

presidencia norteamericana (Carpizo, 1992, pp. 15-16).

Page 20: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Los sistemas presidenciales son aquellos en los que el pueblo elige directamente a un

gobernante, generalmente con control de la composición de su gabinete y de la

administración por un tiempo determinado. El presidente es la cabeza del Estado y del

Gobierno, y tanto el Presidente como el Legislativo reclaman toda legitimidad democrática

al ser electos directamente por el pueblo. "El sistema presidencial se caracteriza por el

principio de separación de poderes en donde el presidente es designado por sufragio

universal, nombra y remueve a sus ministros y éstos no son responsables ante el

parlamento" (Duverger, 1992, p. 319).

Francisco Berlín afirma que "en sentido estricto y teórico del té1míno, en el

presidencialismo el jefe del Poder Ejecutivo es la figura preponderante en el régimen

político, debido a que sus funciones y poderes constituyen el centro del poder. Es tal la

centralización del Poder Ejecutivo, que éste dispone de una gran influencia en la

elaboración de leyes y torna de decisiones de los congresos y, en muchos casos, en la

designación de sus miembros y la de quienes deben presidir el órgano legislativo" (Berlín

Valenzuela, 1994, p. 13).

A través de estas definiciones se puede apreciar que mientras en el parlamentarismo

el gabinete rinde cuentas directamente al Parlamento, en el presidencialismo esto no

sucede, incluso el presidente puede nombrar libremente a sus colaboradores, protegerlos de

la crítica y llevar a cabo actos por encima de sus facultades.

Un problema que puede generar esta falta de rendición de cuentas entre poderes y que

en México se hace mucho más patente toda vez que el Presidente solamente tiene la

obligación constitucional de rendir un informe a la nación del estado que guarda la

administración pública del país, es que el Congreso puede llevar a cabo su mandato, pues al

no depender del Presidente puede darse el lujo de criticar, retar y hasta de manifestar

públicamente sus diferencias con el Ejecutivo. Cuando esto se presenta, el resultado

inevitable de la coexistencia de dos órganos independientes y legítimos es el

"estacionamiento" -deadlock- y la parálisis por la ausencia de mecamsmos

institucionalizados que mantengan a las legislaturas y los ejecutivos en consonancia o que

resuelvan el conflicto a través de la disolución del parlamento o por el voto de censura

(Casar, 1996).

·¡ 9

Page 21: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

En el sistema presidencial existe un ganador único que muchas veces responde a

intereses particulares, aumenta la tensión y la polarización, principalmente cuando se trata

de ganadores con una mayoría minoritaria, por lo que los partidos políticos perdedores

saben que tendrán que esperar un cierto período para volver a ejercer el poder. Bajo este

contexto, una vez celebrado el proceso electoral lo importante es resarcir las fracturas de la

campaña e incluso pensar en la posibilidad de incorporar a la oposición dentro del

gobierno, principalmente cuando el Presidente es electo por una pluralidad de votos y no

por una mayoría, debido a que se encuentra vulnerable ante la falta de legitimidad y ante la

probable presencia de un Congreso opositor.

Otra paradoja que puede enfrentar un presidente en una democracia es la

conformación de un Congreso opositor y el gobernar como una opción política clara de

partido. El primer caso puede dificultar la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo, así

como el desahogo de las iniciativas, que en ocasiones pueden generar importantes crisis de

gobemabilidad; en tanto que el gobernar de acuerdo con los principios del partido podría

generar un retroceso hacia un régimen autoritario y a la vez crear una gran brecha entre las

distintas ideologías que confonnan a una sociedad. Aunado a estos aspectos, el presidente

comúnmente gobierna en apoyo a la mayoría que lo eligió, ignorando a las minorías

opositoras que, en cierta fonna, se encuentran deslegitimadas, lo que les resta

representación al momento de tomar decisiones y con ello se incentiva la polarización

política.

A pesar de todo esto, una ventaja que presenta el presidencialismo es que el pueblo, y

no los políticos, eligen a la persona que los va a gobernar. En caso que existan sólo dos

fuerzas, se pueden presentar coaliciones con partidos extremistas para absorber su capital

político. "Con un electorado de tendencias centralistas moderadas, es poco posible que

cualquiera que haga alianzas o tome posiciones extremistas gane la elección. En una

elección de vuelta única, ninguno de los principales candidatos puede ignorar esas fuerzas

con las que de otra manera no estaría dispuesto a colaborar. En una de dos vueltas, el uno

puede apostar sus propias fuerzas y calcular cuánto pueden contribuir sus alianzas a una

coalición ganadora" (Linz J. (., 1999, pp. 54-55).

Page 22: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Al proponerse crear un Ejecutivo estable y poderoso, las constituciones tienen temor

a la personalización del poder a un monarca absoluto, por lo que introducen mecanismos

para limitar ese poder.

En el presidencialismo el gobernante no puede ser removido aunque haya perdido la

legitimidad de sus correligionarios y ciudadanos, aún cuando exista ingobemabilidad. De

tal manera que la única forma de derrocarlo es anticonstitucional, o bien, mediante un golpe

de Estado. En América Latina se han presentado casos recurrentes en los que se han

removido a presidentes por encima de la Constitución, tales como Alberto Fujimori y Hugo

Chávez con su Congreso, Femando Collo de Mello en Brasil (1992), Abdalá Buccaram en

Ecuador (1997), Raúl Cubas en Paraguay ( 1999), Jamil Mahuad en Ecuador (2000), Carlos

Mesa en Bolivia (2005), Manuel Zelaya en Honduras (2009), entre otros (Zovatto, 2011, p.

17). En esos casos, quién decide cuál poder se impone no es el electorado sino el Ejército,

lo cual crea una situación de ilegitimidad y crisis constitucional, mucho más grave que

cualquier cambio anticipado de gobierno en un régimen parlamentario.

En caso de incapacidad física del presidente, ésta se trata de ocultar hasta el final de

su período (Owen, 2011, pp. 207-270), -lo cual también sucede en el parlamentarismo- pero

en caso de muerte, en algunos países se tiene contemplada la figura del vicepresidente, o

bien, se puede integrar un gobierno provisional hasta convocar a nuevas elecciones. Cuando

el cargo de vicepresidente recae en el segundo lugar de la votación, puede existir el interés

de éste de derrocar al presidente; además de que el electorado, cuando la elección se ganó

por mayoría absoluta, puede inconformarse por representar intereses ajenos a los suyos.

Con respecto a la continuidad de las políticas, el sistema presidencial presenta un

problema, ya que existen políticas a largo plazo que el mismo cambio de régimen impide su

realización, por lo que con el fin de concluir los programas de gobierno muchas veces las

políticas públicas que se elaboran se encuentran mal diseñadas y mayoria de ellas son a

corto plazo pensando en período de gobierno del Presidente en turno.

"El presidencialismo es más adecuado en las repúblicas federales, puesto que el

presidente puede servir como un símbolo unificador y puede representar a la nación como

totalidad de una manera que el Parlamento no puede" (Linz J.(., 1999, p. 70). Sin embargo,

algunos estados como Alemania, Canadá, Australia, Italia, Bélgica, España funcionan como

21

Page 23: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

países federales con un parlamento. Austria se encuentra dentro de esta categoría de

semipresidencial o semiparlamentaria porque el presidente es elegido directamente. En

algunos países latinoamericanos "sería dudoso decir que un sistema presidencial serviría a

la integración nacional mejor que un sistema parlamentario" (Linz J.(., 1999, p. 71); sin

embargo, no se toma en cuenta que para lograr esto es indispensable contar con una cultura

política moderna, un sistema de partidos maduro y mecanismos para lograr mayorías

estables que permitan lograr acuerdos entre los poderes.

En México el sistema presidencial ha tenido características peculiares que pueden

resumirse en la exitosa penetración por parte del Ejecutivo en las instituciones que fueron

establecidas con el propósito de contrarrestar su poder.

A este respecto, María Amparo Casar señala que la abdicación que hizo el Congreso

de sus funciones a favor del presidente se debe a que éste pudo intervenir en el papel

representativo del Congreso de tal modo que logró que los legisladores actuaran como

aliados permanentemente del Ejecutivo. A través del control de reparto de cargos y la

continuidad de las carreras políticas, el Ejecutivo sentó las condiciones para que el

Congreso renunciara a sus atribuciones. Además interfirió en la competitividad del sistema

a través del manejo -legal o ilegal- de las elecciones, estableciendo una estructura de

incentivos que llevó a los representantes a servir al interés del Ejecutivo más que al de sus

electores.

Respecto al alcance de la competencia del Poder Judicial, - administración de justicia

y de guardián de la Constitución-, la autora citada considera que es limitado. La justicia

ordinaria se encuentra restringido por las inmensas prerrogativas del ministerio público, que

es parte del Poder Ejecutivo, y en la constante ampliación de los poderes judiciales y

jurisdiccionales del Ejecutivo a través de la creación de tribunales especializados.

Finalmente, en cuanto al Federalismo menciona que dos factores adicionales actuaron

a favor de su debilitamiento y subordinación al Ejecutivo: la comprobable tendencia a la

centralización por la vía nonnativa y a la concentración de recursos en manos de la

Federación, dado que la mayor parte de los ingresos estatales tienen su origen en recursos

federales (Casar, 1996).

22

Page 24: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

En suma, las causas del sometimiento de las entidades federativas al gobierno del

centro y al Ejecutivo pueden agruparse en aquellas de carácter político -normas que

restringen la competencia e incentivos que establecen la disciplina partidaria- las de

carácter constitucional -normas que permiten a la federación intervenir en los asuntos

locales- y las de tipo económico -concentración y distribución de recursos-.

Concluye que si queremos contestar la pregunta de qué fue lo que hizo posible esta

subordinación tenemos que recurrir al establecimiento de una estructura de incentivos y

castigos, controlada por la Presidencia y propiciada por el partido hegemónico y el sistema

de partidos. Son éstos los que constituyen las bases político institucionales del

presidencialismo mexicano.

Al intervenir en las instituciones, la Presidencia estableció el camino para su absoluto

predominio. A través de los poderes se estableció una estructura no competitiva de acceso y

distribución del poder que anuló las posibilidades de un desarrollo institucional equilibrado

y que permitió rebasar las limitaciones impuestas al Ejecutivo por la Constitución a través

del Federalismo y la división de poderes.

2. P RO C E S O S D E P O D E R P O L Í T l C O Y

POLÍTICAS PÚBLICAS

Durante gran paite de la evolución de la ciencia política la toma de decisiones no

ocupó un lugar trascendental en su estudio debido a que los gobiernos no contaban con

iniciativa propia ni capacidad para llevar a cabo propósitos y acciones, es decir, se

estudiaba a la política más que a las políticas. La teoría administrativa consideró que la

decisión política estaba dada por una visión dicotómica en la que los políticos eran los que

decidían y los administradores los que ejecutaban. Bajo este tenor, para Max Weber la

organización perfecta tenía valor solamente en función del apego a las reglas y

procedimientos que ya habían sido diseñados por las altas jerarquías y encaminados a

cumplir los objetivos de la organización de la forma más eficiente.

23

Page 25: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

En el siglo pasado esta visión cambió y su estudio se centró en analizar los procesos

que hacen posible la toma de decisiones e implementación de programas públicos, ya que si

bien la política era mostrada como un producto emanado de una persona o institución, en su

elaboración existe una gran diversidad de actores. De esta manera, la hechura de las

políticas se consideró un aspecto fundamental para legitimar el ejercicio gubernamental.

México no estuvo ajeno a este tipo de procesos. Durante el sexenio de Lázaro

Cárdenas se creó la Ley Orgánica del Presupuesto y se presentó el primer plan sexenal; más

concretamente a mediados de la década de los setenta se cambio la concepción del

presupuesto tradicional al presupuesto por programas, generando un cambio radical en su

formulación ya que en lugar de enfocarse simplemente en cómo gastar lo que tenía, se

replantearon las estructuras programáticas y se privilegió más la planeación y ejecución del

gasto público.

De esta manera, una vez descritos conceptos teóricos como democracia,

gobemabilidad, presidencialismo y parlamentarismo, se continuará por explicar un proceso

en el que la intervención de los actores antes mencionados -Ejecutivo y Legislativo- cobra

gran relevancia, y que es en el disefio e implementación de políticas públicas.

Para lograr lo anterior, se comenzará por describir los procesos de poder político,

haciendo énfasis en su ejercicio, que es la fase en donde se generan las políticas públicas y

en donde la interacción entre los distintos poderes del Estado cobra relevancia, para de esta

forma continuar cuestiones teóricas sobre la planeación, implementación y evaluación de

políticas públicas, intentando vincular estos requerimientos a soluciones prácticas para

lograr un mejor entendimiento entre poderes en México.

Los procesos del poder político se estudian en cuanto a su origen, ejercicio y fines. Su

origen comprende el análisis de la conformación de los órganos constituidos del Estado,

tanto de los que son electos por voto popular directo o indirecto como los que se integran

por designación. A este análisis se vinculan los sistemas de representación política, partidos

políticos y electoral. Además, por esta vía se determina la legitimidad y legalidad del origen

del poder político para iniciar programas gubernamentales.

En relación al ejercicio del poder, este proceso hace hincapié en la práctica del poder

político, es decir, se aboca al estudio de la administración pública y sus políticas. Se basa

Page 26: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

específicamente en el análisis de la forma de gobierno y en la manera en que se

implementan programas públicos. Por esta vía se determinan la legalidad del poder político

y sus niveles reales de distribución.

Por su parte, los fines del poder político se abocan a la terminación del ejercicio del

poder y de las políticas. Es el lugar en donde las necesidades del Estado, específicamente

de la sociedad, son cubiertas y el desempeño gubernamental es evaluado como positivo o

negativo.

El ejercicio del poder político es la vía práctica mediante la cual se vincula el origen y

sus fines, representando a su vez el modo de ser del poder. Es decir, si se cuenta con un

gobierno electo legítima y democráticamente que implementa políticas de manera eficiente

y eficaz, satisfaciendo las necesidades básicas de la sociedad, es muy probable que su

ejercicio va a ser evaluado de manera favorable. Si estos procesos se cumplen a cabalidad

la gobernabilidad de un Estado se encuentra implícitamente garantizada, al no existir

elementos distorsionadores que pongan en riesgo la estabilidad política del gobierno.

Como se advierte, las políticas públicas se encuentran en la fase de ejercicio del poder

y en un marco de gobernabilidad democrática, en donde las decisiones del gobierno son

sometidas a la opinión pública, la participación ciudadana es una pai1e fundamental en su

diseño e implementación. "Lo público es un espacio de todos, del Estado como ente

abstracto, del gobierno como redes de organizaciones -el Ejecutivo, el Congreso- y de la

sociedad como tejido orgánico y ciudadano". (Cabrero, 2000, p. 193)

William Jenkins define a la política pública como el conjunto de decisiones tomadas

por un actor o actores políticos preocupados por seleccionar metas y los medios para

alcanzarlos en una situación determinada y en donde, en principio, los actores políticos

deben tener el poder de dichas decisiones. (Jenkins, 1978, p. 15). Es un plan para alcanzar

un objetivo de interés público; puede referirse tanto a una idea -intenciones expresadas en

sentido amplio y, algunas veces, métodos para alcanzarlas- como a un programa -objetivos

y métodos más precisos de un diseño de políticas más elaborado-. (Banco Mundial, 201 O,

p. 8)

El proceso de la política pública se inicia cuando un gobierno detecta la existencia de

un problema que, por su importancia, merece atención y termina con la evaluación de los

7c;

Page 27: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

resultados que han tenido las acciones emprendidas para eliminar, mitigar o variar ese

problema. Este proceso se asimila a la noción de sistema, toda vez que ninguna fase aislada

tiene sentido en sí misma (Bañon & Canillo, 1997, p. 282)

Cuadro 1 El ciclo de las políticas públicas

' .

~ ~ ~ ~

I

Como se mencionará más adelante, la políticas públicas necesariamente se encuentran

vinculadas a la presupuestación de recursos para su implementación. En nuestro país este

tipo de temas resultaban irrelevantes debido al control que tenía el Ejecutivo sobre

Legislativo, sin embargo, cuando esto cambia en 1997 la aprobación de presupuestos para

los programas generó la necesidad de crear una dinámica de entendimientos y

negociaciones entre el Presidente de la República y el Congreso de la Unión.

El estudio de las políticas públicas conlleva distintas fases: planeación,

implementación y evaluación, las cuales a su vez se conjuntan entre ellas mismas en todo el

ciclo a fin de retroalimentar la política y con-egir disfunciones que se registren en el

proceso.

2.1. Planeación

En el estudio de las políticas públicas la planeación es vital porque permite trazar un

esquema general de acciones que se implementarán en cierto tiempo, con determinados

recursos y logrando metas estandarizadas. Es en este ambiente donde la planeación y la

política se entrelazan, ya que mientras la primera permite augurar consecuencias futuras, la

política se enfoca en la elección de alternativas establecidas en el plan.

26

Page 28: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

La evolución de la planeación ha sufrido variantes importantes que dependen de

situaciones coyunturales. El libre mercado pretendió establecer una conceptualización del

individuo sobre el grupo social, de tal manera que las ganancias y satisfacciones de los

individuos generaran bienestar social -A. Smith-, es decir, no habría mano rectora y, por

ende, planeación. 1 Esta perspectiva consideraba que para vivir en una sociedad feliz, los

individuos deben ser felices y en la medida en que el individuo aporte algo a la sociedad, lo

aporta al Estado.

Como en el ejercicio de este modelo no se contaba con un aparato encargado de

realizar los procesos de planeación, surgió entonces el enfoque sociológico, en donde se le

da una connotación distinta a la sociedad respecto al individuo. Aquí, la rectoría del Estado

ayudaría a las partes de la sociedad que no pudieron salir adelante y aparece como rector de

la actividad social y económica, toda vez que cuenta con los recursos necesarios para

hacerlo (territorio, población, soberanía y orden jurídico). De esta manera, si una población

anhelaba convertirse en Estado requería necesariamente de la planeación para ayudar a la

sociedad en su desarrollo.

Debido al paternalismo surgido de este enfoque, con la industrialización se le

impusieron barreras al Estado. Por un lado la industria colaboraría para alcanzar un

desarrollo económico y social, pero el Estado la limitaría al considerar que requiere de su

intervención para apoyaí la libre competencia y prohibir la existencia de monopolios; por lo

que si bien se protege a la sociedad, también se hace lo propio con la industria de manera

regulatoria.

Actualmente la planeación se ha visto minimizada por el avance de la globalización

en todos los campos, ya que los cambios económicos que acontecen en otras regiones del

mundo afectan directamente las economías de los demás, y los planes que se tenían

establecidos deben en ocasiones replantearse o suspenderse. Por este motivo, el Estado ya

no cuenta con la rectoría de la economía y, por ende, la planeación no depende

directamente de los Estados sino de los rambios y situaciones que se presentan en el mundo

e incluso de parámetros establecidos por las propias empresas.

1 Pudiera deducirse que esta percepción de Smith obedece a que en su época se gesló la independencia de Estados Unidos, los cuales veían el bienestar individualmente, a diferencia de su país -Gran Bretaña- en donde la planeación se enconiraba cenlralizada.

')7

Page 29: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Los factores y evolución de la planeación muestran la antesala para afirmar que este

proceso debe conectar conocimiento a la acción pública, a fin de aprovechar los cambios

derivados de situaciones coyunturales para que los programas se implementen

adecuadamente y se evite el rompimiento del tejido social que existe entre la población y el

gobierno.

Definir, planear y estmcturar problemas públicos

Si se considera que las políticas surgen en base a necesidades sociales y la decisión

que se haga de las mismas afectará a un sector de la población, su definición es básica en el

producto esperado por la sociedad. Por ello, el estudio de los procesos y la metodología

para lograr una adecuada estmcturación de políticas públicas son hen-amientas

fundamentales que pem1iten satisfacer esas necesidades.

A continuación se presentará un propuesta metodológica (Bardach, 1999, pp. 13-47),

a través de la cual se mencionan los requisitos que debe contener el planteamiento y

estmcturación de los problemas públicos, haciendo mención que no existe una regla fija

para su utilización porque todo depende del problema a abordar.

Bardach propone un manual para el estudio de las políticas públicas sustentado en

ocho pasos, los cuales se acotarán a cuatro condiciones que no deben ser obviadas:

definición del problema, obtención de infom1ación, constrncción de alternativas y selección

de criterios.

Para tener éxito en una política pública y evitar desviaciones e interferencias de

comunicación, es preciso contar con una definición precisa del problema. Una vez logrado

esto, se debe realizar una búsqueda de analogías e información que lleve a la resolución del

conflicto con la finalidad de elaborar alternativas que permitan elegir la que represente

menores costos, basadas en criterios previamente establecidos.

Resulta pertinente realizar un análisis costo-beneficio, es decir, hacer más con menos

y de esa manera maximizar resultados minimizando costos. Asimismo, se deben buscar los

medios que satisfagan de manera más adecuada las metas y objetivos, así como apegarse al

marco normativo que rige en el lugar donde se pretende implementar el programa.

Page 30: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Para lograr lo anterior, en primer lugar el proceso de planeación estratégica obliga a

la elaboración de mapas mentales que incluyan una cosmogonía -qué se puede hacer y qué

no se puede hacer partiendo de las potencialidad internas-, una cosmovisión -

potencialidades y limitaciones generadas por factores externos-, una cronología de hechos

que rodea a la situación, una genealogía que surge de la cronología y pemlite identificar las

causas por las que se ha actuado de determinada forma, un mapeo de actores que

intervienen en el proceso de acción a realizar, tanto los que están a favor como en contra, y

un análisis FODA que permita tener bien ubicados el lugar en el que se encuentra

determinado actor o situación. Una vez que se cuenta con todo eso, la definición de visión y

misión resulta más fácil y al final pe1mitirá tener una razón clara para actuar, toda vez que

se responden a preguntas sobre qué, para qué y cómo se va a abordar determinado

problema.

Definición del problema.- Tradicionalmente se pensaba que el problema existía, que

estaba ahí y que se podía reconocer con facilidad; sin embargo, la realidad muestra lo

contrario, los problemas no existen, sino que son constrnidos, definidos subjetiva e

interesadamente por un observador.

Para definir un problema existen diversos aspectos que no deben soslayarse por

la importancia que representa su estrncturación: olvidar la retórica, maximizar

consecuencias, cuantificar datos o rangos, establecer eslabonamientos y evitar

establecer una solución implícita.

El primer planteamiento del problema lo realiza la parte interesada en su

solución. Si bien para el analista esta retórica es útil en un principio, lo importante será

trabajar con objetividad para definir el problema con los recursos políticos e

institucionales disponibles. De lo contrario, el planteamiento que se haga del mismo

puede asociarse a más de una cuestión.

En este sentido, en un primer momento podría argumentarse que la falta de

entendimiento entre el Ejecutivo y Legislativo provoca que la agenda nacional sufra

cambios sustanciales, pero se olvida que los estados y municipios igualmente son

c01Tesponsables ya que contemplan objetivos específicos que no necesariamente son

acordes a los de la Federación, debido entre otras cosas a la diferencia en los periodos

70

Page 31: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

de gobierno, a la ideología de los partidos que los postulan y su consecuente relación

con el gobierno central, a la autonomía que han adquirido los gobiernos locales y a su

consecuente concentración de poder político.

En cuanto a la maximización de consecuencias y a fin de evitar situaciones que

puedan convertirse en problemas futuros, resulta de utilidad pensar en términos de

excesos y deficiencias. Volviendo al mismo tema entre Ejecutivo y Legislativo, es

previsible que mientras se sigan demorando propuestas de desarrollo económico

esgrimiendo argumentos como la defensa de la soberanía, el interés de los trabajadores

y la lucha de clases -tales como las iniciativas que encuentran en el Congreso en

materia energética, laboral y fiscal- otros países continuarán logrando avances

importantes en sus economías y México quedará más rezagado en cuanto a su

competitividad en el contexto internacional, que en voz de los economistas es un factor

indispensable para el desarrollo de las naciones.

Por otro lado, en la medida de lo posible es preciso cuantificar el problema y

establecer rangos para la obtención de datos más precisos, establecer causalidades y

eslabonamientos debido a que regulannente un problema se encuentra unido a una

cadena y, por ende, a otro conflicto. Si se hace un ejercicio de iniciativas presentadas

por el Ejecutivo y aprobadas por el Legislativo, puede concluirse que desde que existe

un gobierno dividido los proyectos presentados por el Presidente al Congreso de la

Unión disminuyeron considerablemente y si bien fueron aprobados en su mayoría, no

necesariamente representan cambios cualitativos importantes. (Nacif, 2010, pp. 45-84)

Finalmente, establecer una solución implícita al problema podría derivar en una

percepción eITÓnea o en una restricción de soluciones que se tengan del mismo. Por tal

motivo, se deben evitar plantear cuestiones con un solucionador integrado; por

ejemplo, el cambio en las relaciones del Ejecutivo y Legislativo conlleva el análisis

adicional de proponer reformas que incorporen la reelección de legisladores y alcaldes

para lograr una verdadera profesionalización y que cuenten con mayor tiempo de

planear, implementar y evaluar programas públicos; además de c01Tesponsabilidad del

Legislativo frente al Ejecutivo en lo referente al Plan Nacional de Desarrollo; fomento

Page 32: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

a los procesos transparencia y rendición de cuentas; meJores mecamsmos de

evaluación de programas y desempeño público, entre otros.

Los elementos antes mencionados son herramientas que pueden servir al

analista y al tomador de decisiones al establecimiento de un planteamiento adecuado

del problema que facilitará su solución. Un problema bien estrncturado tiene la

característica de contar con un solucionador común, es decir, cualquier conocedor de

su estructura tiene en principio los elementos para resolverlo.

Obtención de información.- El segundo punto para definir un problema es el relativo

a la información. Contar con información concreta y adecuada es un aspecto

fundamental porque proporciona el conocimiento necesario para formular análisis y

propuestas alternas.

Para conocer realmente acerca del tema que se reqrnere investigar, es

indispensable en primer lugar tener una idea clara del problema, lo cual se logra a

través de la estructuración del mismo. Los hechos que ocurren en el exterior

simplemente dan la pauta para conocer aspectos en los que la investigación requiere

profundizar. Una vez que se conoce el entorno y la situación que rodea al problema, es

preciso allegarse de info1mación que pennita adquirir conocimientos sobre el tema de

estudio, ya sea a través de libros, encuestas, entrevistas, periódicos, intemet, entre

otros; toda vez que por este medio es factible conocer la naturaleza del conflicto,

definir sus características específicas y buscar respuestas alternativas de personas que

han reflexionado sobre el asunto.

De igual forma, en la hechura de las políticas el tiempo es un factor que

cotidianamente impide lograr una investigación rigurosa; para ello, lo importante será

seleccionar solamente aquella información que aporte algo a su solución, así como

prever de antemano el tiempo necesario para obtenerla, sobre todo tratándose de

enh·evistas.

En la medida de lo posible se deben buscar analogías, info1mación y opciones

de otras fuentes y actores, debido a que muchos problemas que se presentan en la

sociedad no se encuentran aislados y existen grandes posibilidades de que en otras

regiones, países o incluso ramos se presenten situaciones similares. En este sentido, es

Page 33: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

pertinente analizar si existen antecedentes que puedan influir en la decisión y si las

fuentes logran fortificarla desde un punto de vista cuantitativo.

Pese a todo ello, la cuestión más importante en relación a la obtención de

información reside en que no debe perderse de vista que ésta tiene sentido solamente en

cuanto ayude a tomar mejores decisiones. La relevancia de este aspecto radica en que al

a1legarse de demasiada información suele derivarse en la pérdida del rumbo en la

investigación. Por tal motivo, este proceso de búsqueda es recomendable realizarlo de

lo general a lo particular para lograr una mejor comprensión de la situación y de esa

manera evitar confusiones al momento de elaborar el análisis.

Construcción de alternativas.- Por alternativas se entienden las distintas opciones que

pueden elegirse en la toma de una decisión. Por esta razón, es importante en primera

instancia contar con el mayor número de posibilidades para desechar las que no se

consideren indispensables y enriquecer, con la opinión de otros actores, aquellas que

tengan viabilidad de ser tomadas en cuenta para su implementación. En este análisis es

pertinente, aunque no prioritario, ponderar las consecuencias de las alternativas para

elegir aquella que represente mayores beneficios con menores costos.

Una vez desechadas las alternativas que no se consideren viables, se cuenta con

un número reducido de opciones que pueden llegar a implementarse. En este sentido,

una alternativa entre más simplificada se encuentre mayor será su grado de

comprensión y para lograr esto, es preciso diferenciar en la medida de lo posible entre

alternativas básicas y secundaiias. Las primeras hacen pensar que existen razones por

las cuales se debe intervenir para que la gente o instituciones cambien su conducta. Las

secundarias buscan los medios o recursos necesarios para intervenir.

Este ejercicio resulta dable porque permite diferenciar claramente entre las

opciones con las que se cuentan y los medios que se requieren para su implementación.

Asimismo, cuando se cuentan con diversas alternativas, es factible comparar las

instituciones o recursos que pueden ser utilizados en forma paralela o complementaria

en la implementación de las otras.

Así por ejemplo, si se pretende contar con una forn1a de gobierno en el que

existan mayores entendimientos entre el Ejecutivo y Legislativo para diseñar,

Page 34: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

implementar y evaluar políticas públicas de mayor calado y tener un desarrollo integral

del país, entre las alternativas que pueden explorarse se encuentran:

Segunda vuelta

1 Iniciativas preferente

Sanciones y remoción al Ejecutivo y Legislativo en caso de incumplimiento

Intervención en la elaboración del PND

Transparencia y servicio civil 1 de carrera

Jefe de Gabinete

Requisitos para cargos de representación

Integración del Senado

Voto de censura

1 Reelección

Transparencia y rendición de cuentas

1 •

Instituto Federal Electoral

Cuadro 2

Tribunal Electoral

Poder Ejecutivo

Poder Legislativo

Secretaria de la Función Pública

Auditoría Superior de la Federación

Poder legislativo

Sociedad Civil

Poder Legislativo

Poder Ejecutivo

Poder Legislativo

Poder Legislativo

Congresos Locales

Legislaturas locales

Poder legislativo

Poder Legislativo

Presidentes municipales

Partidos Políticos

Legitimidad en caso de elecciones cerradas

Obligatoriedad de aprobar agendas estratégicas

Mayor responsabilidad en el diseño de políticas públicas

Legitimidad para implementar programas

Profesionalización de órganos técnicos en la elaboración de leyes

Capacidad para administrar políticas públicas

Coordinación entre Ejecutivo y Legislativo

Mayor preparación para ejercer cargos públicos

Sentido federalista y no partidista

Mejor distribución de facultades legislativas

Responsabilidad del gobierno ante el Congreso

Profesionalización en el servicio público

Continuidad de políticas públicas

Credibilidad por parte de la ciudadania

Democracia electoral

La primera columna define la alternativa a considerar, el segundo los actores

responsables de ejecución y la tercera los resultados que pueden derivar su aplicación.

Si consideramos la primer alternativa, en caso de optar por una segunda vuelta electoral

los responsables de implementarla serían los órganos electorales con los que contamos

y el resultado sería obtener un mayor grado de legitimidad del gobernante, ya que como

33

Page 35: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

se vio en el 2006 y como bien lo señala Bobbio la legalidad debe ir acompañada de la

aceptación de la ciudadanía.

El hecho de disponer con diversas alternativas no significa que solamente se

deba elegir una, ya que algunas veces una elección es complementaria de la otra, o bien

a través de una argumentación perfectamente solventada se puede lograr la aplicación

de dos o más opciones.

Selección de criterios.- Si bien todas estas herramientas son útiles en la hechura de las

políticas, el establecimiento de criterios también es un aspecto fundamental al ser

normas evaluativas que permiten juzgar la viabilidad o incompetencia de un programa.

Bajo este contexto, es conveniente mencionar que es posible establecer tantos criterios

como se crea conveniente y conforme las necesidades de la sociedad lo requieran.

En cualquier política el principal criterio a considerar es la efectividad, es decir,

cubrir adecuadamente la demanda planteada. No obstante, éste puede complementarse

y a la vez desagregarse en dos más: eficiencia y eficacia. La eficiencia trata de lograr el

objetivo con menores costos, maximizando las utilidades individuales y beneficios,

"refiere un alcance de resultados medidos en relación a los recursos disponibles"

(Medina & Mejía, 1993, p. 172); y la eficacia corresponde al registro sobre el alcance

de los objetivos o metas establecidas respecto a la actividad en el menor tiempo.

La igualdad, equidad y justicia también juegan un papel significativo en el

establecimiento de criterios. Sin embargo, en ocasiones estos criterios suelen ser muy

subjetivos debido a que el valor que se asigna a cada uno de ellos depende de los

individuos, es decir, el peso que se les otorga se encuentra en función de la

ponderación y argumentación que conciba el analista, el tomador de decisiones y el

cliente a quien va dirigida la política.

Por otro lado, criterios de legalidad, viabilidad y solidez resultan elementales

porque de no tomarse en consideración la política pública se encuentra condenada al

fracaso. Es importante que el curso de acción a implementar cause interés entre la

población y tenga factibilidad política, es decir, que sea políticamente pensable, que no

esté constitucionalmente prohibido y que no sea imposible de implementar

administrativa o económicamente. En un estado de Derecho el gobierno no opera en el

Page 36: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

vacío, ya que no siempre lo deseable es factible y, por ende, existen limitaciones que

no deben considerarse como fatalidades insuperables.

El actuar dentro del marco jurídico vigente es un requerimiento indispensable

en la elaboración de alternativas, dado que es posible contar con grandes opciones,

pero no son factibles si no pasan por el filtro de la legalidad. Asimismo, al momento de

elegir una alternativa es preciso visualizar la viabilidad política con la que cuenta para

su implementación. Si una política es poco- aceptada o altamente rechazada por los

actores a quienes va dirigida, no tiene posibilidades reales de ejecutarse.

Es preciso identificar las restricciones que son reales o potenciales y separarlas

de los obstáculos ficticios. Sólo en base en ello será posible evaluar su importancia que

permita establecer estrategias de ejecución y, además se estará en posibilidad de

estimar costos y beneficios de manera tal que se puedan relajar algunas restricciones no

fijas. Asimismo, si el problema no es soluble es preciso conocer las razones que

impiden su ejecución, los métodos de solución que se admiten y si son sólo respecto a

ciertas restricciones o condiciones o sobre el programa en general.

Las restricciones son condiciones esenciales que penniten expandir el campo de

lo políticamente viable, ya que permiten descubrir nuevas posibilidades, mantener un

comportamiento racional y hacen posible el pronóstico y aprendizaje. Con ello se

busca además que al fracasar una política en razón de alguno de estos criterios, no se

vuelva a presentar esta situación, en vii1ud de que a través de la retroalimentación se

pueden evitar este tipo de impedimentos en el tiempo

Volviendo al análisis de las alternativas que se expusieron en el cuadro anterior,

podía deducirse que cuentan con criterios de efectividad que conlleva a su vez

eficiencia y eficacia, ya que por ejemplo con la iniciativa preferente podrían

seleccionarse iniciativas que necesariamente deberían ser dictaminadas, evitando con

ello que se sean enviadas a la congeladora legislativa. Asimismo, cuenta con equidad

en la toma de decisiones ya que hay coITesponsabilidad en el diseño y evaluación de

las políticas públicas. Sin duda lo cuestionable sería realmente su factibilidad política

para que su implementación sea viable, en virtud de que algunos actores políticos -por

ejemplo los gobernadores- podrían ver disminuido su poder político al permitir que los

Page 37: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

senadores intei-vengan en la aprobación del presupuesto y lo relativo a la transparencia

y rendición de cuentas no ser necesariamente de su agrado. En este sentido la cuestión

es plantear realmente un criterio de solidez que permita lograr el éxito de

instrumentación, misma que pudiera generarse a través de una estrategia de

comunicación hacia la ciudadanía y los círculos intelectuales a fin de obtener la

legitimidad indispensable para su aprobación.

2.2. Implementación

Probablemente uno de los temas más estudiados y analizados dentro del campo de las

políticas públicas es el de la instrumentación. A partir del estudio de casos concretos,

diversos autores llegaron a establecer conclusiones diversas derivadas de la heterogeneidad

de estos asuntos, otros emprendieron una labor más enfocada a delinear marcos teóricos de

referencia y algunos más -Richard Elmore y Paul Sabatier- acuñaron modelos de

implementación denominados mapeo retrospectivo y mapeo prospectivo, y de arriba hacia

abajo y de abajo hacia an-iba, respectivamente (Buendía, 1999). Estas concepciones fueron

diseñadas para diferenciar los fines de la instrumentación en función de la naturaleza de los

temas y motivos de los actores políticos y receptores de políticas.

En el mapeo retrospectivo y en la línea de arriba hacia abajo existe un interés especial

en mantener el marco jurídico, de división de poderes y jerarquías políticas para obtener los

objetivos planteados en la formulación de las políticas. Su implementación se basa en

reglas establecidas con el propósito de que las tareas se encuentren lo más dete1minada y

especificadamente posible, es decir, todo gira alrededor de la columna vertebral estructural

porque de esa manera se podrá tener un control de las variables.

En cambio, en el mapeo prospectivo y de abajo hacia arriba se acepta cierta relajación

en la formalidad tanto de las jerarquías como en las decisiones y acciones de los actores a

través de la discrecionalidad. Igualmente, se intentan mantener ciertas variables, pero más

que conservar el control del proceso, deben saberse operar confonne la situación lo

reqmera.

Page 38: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Mientras una corriente asume que la interacción social representa la columna

vertebral del análisis, la otra persigue la obtención perfecta de los objetivos. No obstante,

en la práctica estos dos enfoques no se presentan de manera aislada.

Se puede afirmar que la etapa de implementación es considerada como la más

brillante dentro de las políticas, en virtud de que a los ciudadanos no les atañe tanto el

proceso de planeación y elaboración de alternativas, sino el servicio en sí mismo.

La concepción de mapeo prospectivo o de abajo hacia arriba se registra con mayor

frecuencia en las políticas públicas, al estar más abierto el proceso de participación de la

sociedad en la toma de decisiones. Este aspecto mantiene estrecha relación con la

definición de gobernabilidad, ya que cómo se mencionó, es un estado de equilibrio

dinámico entre demandas sociales y la capacidad de respuesta gubernamental de carácter

democrático.

En la medida de lo posible es oportuno supervisar y estimular el trabajo de la

instrumentación para que éste se vuelva más productivo. Sin embargo, cuando grupos de

tomadores de decisiones antagónicos conviven en el mismo entorno o la ejecución de un

programa depende de otros poderes del Estado o de instancias estatales y locales, suelen

presentarse conflictos de intereses o de atribuciones.

Lewis Gunn menciona que para lograr una mejor instrumentación es preciso que si

existen varios eslabones en el proceso, el número de ellos sea mínimo (Preessman &

Wildavsky, 1998, p. 28). Al mismo tiempo, que exista preferentemente una sola unidad

instrumentadora que no necesite de otras para lograr su objetivo, o en caso contrario, que

las interrelaciones entre ambas sean mínimas tanto en número como en importancia.

Buy Peters considera que las políticas que representan un elemento fundamental de

participación ciudadana y variación local pueden ser adecuadas para un enfoque de abajo

hacia arriba; mientras aquellas en las que la igualdad es significativa, por ejemplo, las que

involucran derechos civiles, políticos o sociales, pueden ser mejores candidatas a usar el

enfoque de arriba hacia abajo (Peters, 1995, p. 272).

Un aspecto fundamental en el éxito la implementación de una política pública reside

en especificar de la manera más clara posible un calendario de ejecución y los responsables

17

Page 39: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

de la misma, con el propósito de medir tiempos de instrumentación y determinar

responsables y sanciones en caso de incumplimiento.

Probablemente uno de los condicionantes para una implementación realmente

eficiente y eficaz en México resida en la intervención de un buen número de actores.

Anteriormente el Ejecutivo definía prioridades y asignaba recursos confonne a sus

prioridades, pero ahora además de la planeación que hace el Ejecutivo del gasto público, la

Cámara de Diputados adquiere un rol protagónico en la asignación de recursos y en

ocasiones se satisfacen programas impulsados por ellos mismos o por los gobernadores que

acuden a gestionar sus recursos directamente ante los legisladores. Por ello una de las

propuestas que se pretenden explorar reside en que existan medidas de apremio para los

legisladores en la evaluación de políticas públicas -al ser ellos corresponsables en su

asignación- y por otro lado la intervención del Senado de la República en la aprobación del

presupuesto de egresos al ser precisamente los representantes de los estados de la

República, aunado por supuesto a una reforma al método de nombramiento de los propios

senadores para que conlleven justamente la representación de las entidades.

2.3. Evaluación

La evaluación ha sido crucial en la formulación de alternativas para la

implementación de programas, debido a que permite apreciar los cambios que deben

efectuarse para corregir desviaciones, mejorar las líneas de acción o suprimir programas y

acciones cuando se consideren innecesarios.

Uno de los principales problemas a los qm: se enfrentan diversos Estados, incluyendo

México, es la falta de evaluación, ya que poco o nada se realiza al respecto y el

cumplimiento de las demandas sociales no es cubierto adecuadamente. Es por ello que en

este apartado se analizarán los conocimientos y técnicas de evaluación, así como los

diferentes elementos teórico-metodológicos para la evaluación de las políticas públicas,

todo esto a través de la revisión y comprensión del marco conceptual, tipologías, métodos,

racionalidades, responsables y diversos criterios de evaluación correspondientes.

Page 40: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Para tal efecto, dicho apartado se dividirá en tres subtemas en donde se abordará la

evaluación y el control; la evaluación ex ante y ex post de las políticas públicas; y los

indicadores.

Es importante mencionar que la evaluación tiene lugar en todo el ciclo de la política

pública. Esto es, el planteamiento del problema deriva de indicadores que permiten

identificar una disfunción. Asimismo, mediante el control de gestión se puede medir el

avance o retroceso en el cumplimiento de las metas, la adecuada distribución de los

recursos asignados, la cobertura del programa, entre otros aspectos. Una vez implementado

el programa es posible examinar si el cambio se produjo en la dirección deseada y en el

grado de responsabilidad de la política para logro de ese cambio.

Para llevar a cabo la evaluación se utilizan criterios múltiples que pem1iten comparar

diversos programas para tomar una decisión:

e Eficiencia.- Es el cumplimiento de los objetivos y metas programadas con un mínimo

de recursos.

• E_{tcacia. Lo importante es el logro de los objetivos y hacer concretas las metas en el

tiempo programado.

• Efectividad.- Una política será efectiva en la medida en que su impacto produzca un

resultado positivo.

• Calidad.- Provee bienes y servicios que satisfacen completamente a los clientes internos

y externos conociendo sus expectativas implícitas y explícitas.

• Rentabilidad.- Consiste en comparar los recursos generados con la inversión.

• Productividad.- Es la relación que mide la cantidad de artículos o servicios producidos

en relación con el volumen de insumos empleados.

• Equidad.- Se puede obtener eliminando las diferencias en los aspectos económicos y

sociales en los diversos sectores de la sociedad.

Page 41: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

La evaluación y el control

A lo largo del estudio de las políticas el control se ha concebido en dos visiones:

corno reglas de tipo burocrático en donde la existencia de niveles jerárquicos permiten un

estricto apego a las órdenes dictadas por los mandos superiores a fin de que la

gobemabilidad se encuentre garantizada; y corno control organizacional basado en técnicas,

niveles y conocimiento profesionales.

Algunos teóricos llegaron a la conclusión de que el control jerárquico no funciona

frente a las condiciones de complejidad y desarrollo de las actuales organizaciones, debido

a que no se logran realmente los objetivos que permiten satisfacer las necesidades de la

población. Por tal motivo, manifiestan la necesidad de lograr otros mecanismos de

participación y aceptación de ciertos roles en las organizaciones que pasan por el manejo de

una identidad colectiva y participación en el diseño de objetivos.

Bajo este tenor, el control organizacional se encuentra más identificado con el

concepto de política pública y con los sistemas democráticos, en virtud de que tomando en

consideración que uno de los fines de la gobemabilidad es cubrir las demandas de la

comunidad a la cual sirve, el estilo de gestión y la rendición de cuentas hacia la sociedad

debe ser la premisa básica de su actuación, además de que las políticas que se elaboran

deben estar encaminadas a satisfacer esta necesidad.

El control de gestión se encuentra ligado fundamentalmente al logro de criterios

como eficacia y eficiencia. De esta forma, el control se convierte en un insumo del proceso

y no en Ún fin en sí mismo, esto es, se trata de un control que interviene para mejorar los

procesos antes de que estos lleguen a su realización total. Los sistemas de control deben

conducir a la procreación e interpretación de la información relevante para la gestión

organizacional y corresponden a la generación de un sistema de evaluación.

En este orden de ideas, existe gran vinculación entre las actividades de control de

gestión y de evaluación. Mientras el primero se orienta más hacia el análisis de resultados a

corto plazo que permitan el logro de metas, la evaluación otorga más peso al resultado final

y a los impactos contextuales. No obstante, no se trata de cualquier tipo de evaluación, sino

solamente de aquella que se realiza una vez implementada la política y no la que se lleva a

cabo antes de la instrumentación, como se analizará más delante de este apartado.

Page 42: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Además de los controles formales que establecen en las leyes y reglamentos, la

presión que ejercen los grupos políticos, sociales, medios de comunicación y otros

coadyuvan a mantener vigilada la actividad administrativa.

Lo que se pretende afirmar con esto es que en los sistemas democráticos la

participación de la sociedad es un elemento fundamental que coadyuvará a legitimar el

ejercicio gubernamental, independientemente de los demás sistemas formales de evaluación

con los que se cuenten.

La evaluación ex ante y ex post

Una vez que se mencionó la función del control de gestión en el ámbito de las

políticas públicas, así como su diferencia con la evaluación, se continuará por describir la

función de la evaluación ex ante y ex post, así como los distintos métodos e instnunentos

en los que se apoyan cada una de ellas. Bajo este panorama, es imp011ante diferenciar entre

la evaluación que se realiza antes de implementar el programa y aquella que se realiza una

vez instrumentada la política. Al primer tipo de evaluación se le conoce como evaluación

ex ante y al segundo ex post o evaluación de resultados (Cardozo & Moreno, 1983).

- Evaluación ex ante o prospectiva.- Este tipo de evaluación es la que acompaña a la etapa

de diseño del programa y utiliza metodologías de optimización. Se comparan los efectos

esperados de las distintas alternativas de solución y en su formulación se tiene un carácter

de anticipación a las posibles consecuencias. En síntesis, se realiza un análisis costo­

beneficio.

Entre los métodos para tomar decisiones se encuentran los árboles de decisión,

análisis costo-eficiencia, análisis costo-beneficio y teoría de juegos. Estos a su vez son

apoyados por otras técnicas que sirven como herramientas que permiten enriquecer estos

modelos, entre los que destacan las ecuaciones en diferencias, teoría de colas, modelos de

simulación y las cadenas de Markov.

Todos estos métodos permiten adecuar los medios a los fines para incrementar la

racionalidad y eficiencia del programa.

Page 43: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

- Evaluación ex post o retrospectiva.- La evaluación de resultados finales se realiza para

medir los efectos de la política una vez implementada. En ésta también se mide la

eficiencia, pero no opera en condiciones de incertidumbre como sucede en la evaluación ex

ante, en virtud de que el programa ya está instrumentado y no existen indicadores que

puedan alterar el rumbo de la política. Asimismo, los datos son más precisos dado que se

cuentan con resultados concretos.

Al igual que en la evaluación ex ante, la evaluación retrospectiva cuenta con diversos

métodos de apoyo, como son el análisis de excedente de productividad, los balances

sociales y los estudios cuasiexperimentales. Las encuestas, entrevistas y focus group son

otro tipo de métodos que pueden ser utilizados tanto en la evaluación ex ante como en la ex

post.

De lo anterior se desprende que para contar con mayor efectividad en la aplicación de

una política pública, es importante realizar procesos de evaluación desde el planteamiento

hasta la conclusión del programa, apoyándose en algunos métodos. Si este ejercicio se

realiza durante todo el proceso de implementación, tomando en consideración la percepción

de la ciudadanía y respetando los límites de actuación de cada organización, el resultado

será más eficaz y legítimo, toda vez que se cuenta con la aprobación de la sociedad, quien

es la beneficiaria real de la política, lo que coadyuva a mantener a un país, entidad

federativa o municipio como gobernables.

Indicadores y evaluación del desempeño en las organizaciones públicas

Para concluir este apartado, se realizará una breve exposición sobre la utilidad de los

indicadores en el proceso de evaluación de las políticas públicas. Medina y Mejía realizan

un vasto análisis en relación con este tema, quienes consideran al indicador como el

esquema de seguimiento en donde se establecen diversos criterios para acotar los múltiples

hechos o efectos que las distintas acciones de una operación pueden generar. Estos autores

señalan que los indicadores determinan los niveles de actuación y desempeño, muestran

tendencias y desviaciones, y permiten medir el avance de los objetivos (Medina & Mejía,

1993).

47

Page 44: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

En este contexto, es útil considerarlos como un cúmulo de acciones o herramientas

que permiten tomar mejores decisiones y no como un conjunto de resultados ya que

permiten dar seguimiento a los compromisos, monitorear el cumplimiento de objetivos

estratégicos, monitorear la eficiencia de los programas, evaluar la eficacia del gasto y

evaluar los resultados institucionales.

Existen indicadores que por sí mismos miden el logro de las metas u objetivos; sin

embargo, hay otros que deben ser construidos o bien requieren de varios tipos de ellos para

evaluar un fenómeno específico. Bajo este panorama, como se mencionó en el

establecimiento de criterios, es fundamental considerar varios tipos de indicadores y no

acotarse a uno sólo, toda vez que el logro de éste se encuentra determinado por el

cumplimiento de los demás.

Asimismo, es importante diferenciar entre indicadores de control de gestión e

indicadores de evaluación. A pesar de que ambos presentan semejanzas en cuanto a sus

fines, el control de gestión se orienta más hacia el análisis de desempeños y puede

intervenir en cualquier etapa del proceso de implementación. En tanto, el indicador de

evaluación tiene mayor injerencia en el resultado final.

En este sentido, resulta de consideración situar el lugar que ocupa el indicador en el

proceso de la política pública. De esta manera existen indicadores de objetivos, de medios y

de resultados. Los primeros consideran la generación de info1mación sobre los recursos

utilizados para la realización de la actividad, analizan las actividades de la unidad

implementadora y de los usuarios a quienes va dirigido el producto o servicio.

Conjuntamente, los indicadores de medios refieren la capacidad para generar una

respuesta a las demandas de la población, lo cual se puede lograr mediante la comparación

de dos o más períodos de tiempo determinado. Los de resultados se abocan esencialmente a

la efectividad con la que se implementó el programa y la calidad o grado de satisfacción de

los usuarios o clientes.

Los indicadores facilitan apreciar distintos aspectos de los resultados obtenidos, tales

como: impacto porque evalúa el alcance en el cumplimiento de objetivos; coberh1ra porque

evalúa el volumen de atención de la población objetivo; eficiencia porque evalúa el

aprovechamiento de recursos; calidad porque evalúa la pertinencia en que recibe el usuario

43

Page 45: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

el producto o servicio la satisfacción del usuario respecto a su expectativa; y la alineación

de recursos porque evalúa la congruencia de los recursos asignados con los erogados.

3. M AR C O H I S T Ó R I C O

Una vez detallado el proceso de planeación, implementación y evaluación de políticas

públicas, se proseguirá por analizar dos cuestiones fundamentales para esta investigación:

el proceso de transición de un sistema autoritario a uno democrático en México y la

evolución de la planeación en nuestro país.

Lo anterior con el propósito de definir un marco referencial que permita entender el

proceso de discusión y aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación y la Ley de

Ingresos, instrumentos en los que convergen el poder Ejecutivo, Legislativo y en ocasiones

el Judicial, y los cuales representan el mecanismo de planeación e implementación de las

políticas públicas en nuestro país.

3.1. La Transición en México

Como resultado de la Revolución Mexicana., en vez de la elección ciudadana derivada

de la participación democrática, plural y competitiva, el fundamento de la legitimidad

gubernamental se basó en la capacidad de la acción de gobierno para satisfacer

puntualmente las demandas sociales. Este estilo de gobierno encontró sus razones en la

ideología nacional, la justicia social y el desarrollo del país, cuyos resultados fueron un

gobierno autoritario y deficitario que tuvo sus límites en 1968 cuando el entonces

presidente Gustavo Díaz Ordaz ordenó reprimir con toda la fuerza del Estado al

movimiento estudiantil de 1968.

Durante el periodo de Luis Echeverría persistía un aparato de gobierno muy disperso,

misceláneo, asentado prácticamente en todos los sectores de la economía, sin un

ordenamiento de prioridades y sin vínculos funcionales estables entre las muchas y variadas

agencias gubernamentales.

4.d.

Page 46: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

La cuestión de fondo era un autoritarismo sm controles: un poder central sm el

contrapeso de los gobiernos locales, dominado mu.chas veces por caciques, un Poder

Ejecutivo que controlaba el Legislativo y del Judicial, un partido dominante sin la presión

de la competencia abierta. Las organizaciones obreras y campesinas, así como también las

cámaras empresariales, entroncaban en un partido hegemónico que, a su vez, era el

interlocutor preferencial del gobierno. (Aguilar, 1992, pp. 131-14 7).

Apoyado y legitimado por la maquinaria electoral del PRI, el Presidente regía de

manera directa -además de su propio ámbito burocrático-ejecutivo y el de la ciudad de

México- la vida de los grandes poderes subordinados. Éstos eran de tres tipos: fom1ales,

corporados y reales. Los poderes formales eran el legislativo, el judicial, los gobiernos

estatales y municipales. Los poderes corporados estaban en su mayoría dentro del PRI, en

sus sectores obrero, campesino y popular. Los poderes reales tenían armas y gente armada:

los caciques y el ejército (Krauze, 2009, p. 120)

Estos poderes subordinados, acostumbrados a arrancar prestaciones y servicios del

gobierno a cambio de contener el conflicto, comenzaron a perder fuerza apenas el gobierno

no disponía de recursos para repartir y obligaba a buscar otras alternativas más racionales

de planteamientos y solución de los problemas sociales. Resultado de ello, aparecieron

fracturas en la élite política, se separaron gmpos de aliados, se escindieron las

organizaciones, aumentó la votación de los partidos de oposición al gobierno, y muy

promisoriamente, se extendió la pluralidad y autonomía política.

En los primeros años del gobierno del Presidente José López Portillo ( 1976-1977) se

presentó un primer proceso de autocorrección gubernamental: la reforma política y

administrativa, esta última con pocos resultados. La reforma política de 1977 promovida

por Jesús Reyes Heroles abrió paso a un nuevo sistema de partidos con el objetivo de

incluir a la entonces principal fuerza de la izquierda opositora, el Partido Comunista

Mexicano, privado de sus derechos legales desde 1948. Los antecedentes de aquel cambio

se remontan a las movilizaciones de protesta de mediados y fines de los años sesenta, entre

las cuales el movimiento estudiantil de 1968 fue un punto de llegada. Las guerrillas rural y

urbana habían irrnmpido en el escenario; un sistema monolítico empujó a centenares de

activistas de izquierda a buscar con las armas el cambio que parecía negado a través de los

45

Page 47: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

cauces legales. En las elecciones de 1976 el pluripartidismo se colapsó por la decisión del

PAN de no lanzar candidato presidencial. La sovietización del sistema electoral mexicano

alcanzó en aquel año su punto máximo: partido único, candidato presidencial único

(Alcocer, 2007).

En 1985 se dio paso a lo que De La Madrid llamó el adelgazamiento del Estado, que

en otros países se llamaba redimensionamiento, término usado para designar la necesidad

de recortar la desmesurada intervención estatal por su patología e improductividad. La

reforma electoral de 1986 se enfocó a la integración de las Cámaras del Congreso,

ampliando el espacio legislativo para las minorías al duplicar el número de curules de

representación proporcional en la Cámara de Diputados, e instaurando la primera Asamblea

de Representantes del Distrito Federal y el primer Tribunal Electoral.

En 1990 se creó el Instituto Federal Electoral y se dio el segundo paso en la creación

de un Tribunal Electoral con facultades todavía limitadas pero mayores a las de su

antecesor. El Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe)

sepultó al anterior de 1986 y dejó atrás la ley electoral de Reyes Heroles.

En septiembre de 1993 otra reforma abrió el espacio para la presencia opositora en el

Senado al incluir la figura de primera minoría, se eliminó la cláusula de gobernabilidad y la

facultad de juez y parte que tenían las Cámaras de Diputados y Senadores para convertirse

en colegios electorales y calificar su propia elección.

El l de enero de 1994, el mismo día en que entraba en vigor el Tratado de Libre

Comercio de América del Norte, la aparición y acciones armadas del EZLN en Chiapas

generaron un reacomodo en las perspectivas del proceso electoral que ya se había iniciado.

Asegurar la realización de los comicios programados para ese mismo año en condiciones de

civilidad y sin rupturas en el flanco izquierdo del espectro partidista pasó a ser un objetivo

de Estado. La ciudadanización del IFE y la adopción de múltiples candados de seguridad

para hacer frente a la desconfianza fueron parte de la respuesta a la emergencia. Tanto el

presidente Carlos Salinas como el candidato presidencial del PRl, Luis Donaldo Colosio,

respaldaron las propuestas del secretario de Gobernación y presidente del Consejo General

del IFE, Jorge Carpizo. El 21 de marzo de 1994 el mismo Carpizo dio a conocer los

principales acuerdos pactados entre el gobierno y los partidos políticos. Dos días más tarde

Page 48: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

el candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio fue asesinado en Tijuana. Pese a la

tragedia la reforma no se detuvo, por el contrario, profundizó sus medidas y alcanzó sus

objetivos.

Con la reforma de 1996 la autonomía del IFE se consolidó con la salida del secretario

de Gobernación de la presidencia del Consejo General; las medidas en favor de la confianza

adoptadas por acuerdo político en 1994 fueron llevadas al texto del Cofipe; un nuevo

modelo de financiamiento público puso fin a los privilegios que por décadas había

disfrutado el partido oficial y emparejó las condiciones de la competencia. El Tribunal

Electoral fue transfonnado en órgano especializado del Poder Judicial federal y se le dotó

de plena jurisdicción en elecciones tanto federales como locales. El Senado experimentó

una radical transformación en su integración y en el Distrito Federal se abrió paso al

ejercicio pleno de los derechos políticos de los ciudadanos. En 2003 se introdujeron al

Cofipe normas obligatorias en materia de equidad de género y en 2005 se reglamentó el

derecho al voto de los ciudadanos mexicanos residentes en el extranjero (Akocer, 2007).

Lo que empezó como un forzado saneamiento de las finanzas públicas terminó como

pluralismo político, transición democrática, autonomía de la sociedad civil. El paso del

Estado-Nación al Estado de Derecho: transición de la Dominación territorial a la

dominación legal.

Sin duda entre los hechos más sobresalientes de los últimos afios del siglo pasado y

que han marcado un punto de inflexión para el escenario político actual se encuentran el

cuestionamiento de la elección presidencial de 1988, en la cual queda la percepción de un

fraude electoral operado desde la Secretaría de Gobernación en su otrora papel de

organizadora de las elecciones; el reconocimiento del triunfo de la primera gubernatura

para un partido de oposición en el estado de Baja California en 1989; la refonna electoral

en l 996 que le dio autonomía IFE; una apertura en el Poder Legislativo en 1997 que

eliminó las mayorías absolutas de un partido político y consecuentemente obligó al

Ejecutivo Federal a generar nuevos mecanismos para el logro de consenso y formación de

mayorías parlamentarias; y una anhelada alternancia en la Presidencia de la República en el

afio 2000.

47

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Page 49: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

No obstante, durante el gobierno de esta alternancia la inequidad de los medios de

comunicación continuó y en campañas electorales se hizo más evidente. Los partidos

políticos gastaron centenares de millones de pesos en la contratación de 251 horas de

propaganda política en la televisión y la radio de todo el país. Los medios, a su vez, se

ocuparon de esas campañas y de sus candidatos presidenciales en más de 6 mil 200 horas

en sus noticieros y programas de discusión. Los ciudadanos se enteraron qué decían de sí

mismos pero, sobre todo, de las acusaciones que propinaban a sus adversarios los

candidatos principales (Trejo, 2006).

En ese periodo de gobierno se utilizó la comunicación social para lograr tres

objetivos: emplear los canales de infonnación masivos corno una forma de acrecentar la

popularidad y aceptación del Presidente de la República; utilizar a los medios para la

autopromoción y el culto a la personalidad de los servidores públicos con fines de

proselitismo electoral; y aprovechar a los medios de difusión colectivos para descalificar a

otras instituciones del Estado, como el Congreso y algunos partidos políticos.

Se desdeñaron los problemas que se fueron acumulando a partir de 1977. Se pasó por

alto que desde entonces los partidos empezaron a destinar porciones cada vez mayores del

generoso financiamiento público a la compra de tiempo en televisión y radio, tendencia que

se agudizaría sin freno a partir del 2000. También se dejó de lado que el fenómeno anterior

conducía, irremediablemente, a la búsqueda de recursos privados, muchas veces de origen

ilegal, destinados a comprar más tiempo en esos medios. Se permitió entregar a los partidos

en las campañas intermedias financiamiento público en igual monto que en elecciones

presidenciales.

También se hizo a un lado el hecho de que recursos cada vez más cuantiosos,

entregados por el !FE a los partidos como financiamiento para sus actividades ordinarias y

parte del que no se podía gastar en elecciones intem1edias, tuvieran como destino final las

campañas para gobernadores y presidentes municipales, que entraron también al circulo de

la televisión y la radio. El tan generoso como derrochador modelo de financiamiento

público, alimentado además por recursos de origen privado, no se acompañó de un riguroso

sistema de fiscalización y vigilancia por parte del IFE.

48

Page 50: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Así, en el 2006 se llegó a la elección presidencial con profundos problemas: un marco

jurídico insuficiente; una estructura electoral institucional debilitada porque la renovación

del consejo electoral en 2003 no fue por consenso sino por repartición de cuotas; adicción

abierta de partidos y candidatos presidenciales al spot de televisión o radio como

instrumento privilegiado de la propaganda electoral; un Ejecutivo federal protagónico; tm

clima de agudo enfrentamiento; injerencia de actores cuya intervención está proscrita por la

ley; el papel asumido por los concesionarios de la televisión, y una aguda intervención de

cámaras empresariales para denostar a candidatos.

Como resultado de ello se generó una crisis que puso en jaque al sistema político,

toda vez derivado del estrecho margen que existió entre el ganador de las elecciones

presidenciales en el 2006 -35.89% del candidato del PAN contra 35.31 % del PRD- y a las

debilidades institucionales a las que se hizo referencia, la toma de posesión del presidente

Felipe Calderón estuvo a punto de ser boicoteada.

Ante este escenario, uno de los grandes retos del presidente electo fue precisamente

buscar la legitimidad para poder articular sus propuestas de campaña en acciones de

gobierno. Un primer paso fue buscar alianzas políticas -en este caso con el PRI y un sector

moderado de la oposición- que permitieran obtener el reconocimiento al gobierno y

posteriormente lograr pactos para impulsar la agenda de gobierno.

En el 2007 se planteó la necesidad de aprobar una reforma electoral con el objetivo de

evitar que este tipo de situaciones se presentaran nuevamente, pero a la postre ha sido

duramente criticada por responder a un ánimo revanchista de la oposición. Así los

principales ejes en los que se basó dicha reforma fueron:

Disminuir el gasto de las campañas electorales.

Fortalecer las atribuciones y facultades de las autoridades electorales federales.

Diseüar una nueva forma de acceso de los partidos políticos a los medios masivos

de comunicación y que éstos sean distribuidos a través de los tiempos oficiales.

Se instituyó que los funcionarios públicos no podrían utilizar los recursos que tenían

encomendados para apoyar a alguna de las campañas para que las campañas fueran

más equilibradas.

49

Page 51: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

A manera de concluir este apartado, si bien se puede afinnar que las bases para

pensar en el establecimiento de un régimen democrático han sido planteadas en nuestro país

-conjunto de reglas y procedimientos para tomar las decisiones; libertad de opinión, de

expresión, de libre asociación, de reunión; elecciones libres, imparciales y frecuentes;

mecanismos de control; transparencia en la rendición de cuentas; ciudadanía inclusiva;

derecho a la información- es preciso señalar que algunos de estos fundamentos no se han

cumplido a cabalidad.

En México las elecciones presidenciales han sido deformadas por uno o vanos

mecanismos: la restricción forzada de opciones, la inexistencia de alternativas, el

establecimiento de un sistema no competitivo y el fraude (Casar, 1996).

En el ámbito electoral persisten resistencias -principalmente a nivel local- para que

los procesos locales se lleven a cabo de manera imparcial, independiente, con la certeza,

legalidad y objetividad que rigen los principios en esta materia. Algunos gobernadores se

han convertido en señores feudales y jefes de campaña, quienes con tal de conservar sus

cotos de poder y privilegios emplean la estructura gubernamental para cooptar el voto que

favorezca a los candidatos de oposición, condicionan apoyos de programas sociales,

utilizan recursos públicos para privilegiar a sus candidatos y en algunos casos mantienen el

control de los medios de comunicación y de las autoridades electorales locales.

La transparencia y rendición de cuentas también ha sido un aspecto que genera

resistencias por parte de las autoridades. Aunque existe una ley federal que regula todo un

procedimiento para que cualquier ciudadano obtenga información del gobierno, persisten

actitudes que bajo el argumento de ser información reservada y confidencial impiden el

acceso a esta infonnación. Estas resistencias se vuelven más visibles a nivel local, en donde

existe mucha opacidad y aversión para implementar leyes de esta naturaleza.

En materia de opinión pública, algunos medios de comunicación representan un

verdadero obstáculo para consolidar la democracia, ya que su libertad e imparcialidad

quedan en entredicho, lo que pone en duda la veracidad en la inf01mación que emiten y

vulnera principios de libertad de opinión y expresión.

Mencionado de manera breve el proceso de transición en México, se proseguirá por

mencionar las etapas por las que ha transitado la planeación, para inmediatamente después

sn

Page 52: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

explicar el proceso de negociación del paquete presupuesta} que se genera entre el

Ejecutivo y el Legislativo.

3.2. Evolución de la planeación

El antecedente de la planeación en nuestro país data de 1930 cuando se expidió la Ley

sobre Planeación General de la República, que daba origen a una Comisión de Programa,

órgano dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, cuyo propósito

era la elaboración de estudios, planes y programas para coordinar el desaiTOllo material del

país.

El plan sexenal de Lázaro Cárdenas de 1934 a 1940 estableció por primera vez los

objetivos y la acción de gobierno, incorporó el concepto de desarrollo económico, poniendo

énfasis en superar las difíciles condiciones del sector externo y partió de un amplio

diagnóstico del sector agrario y educativo.

En 1935 se creó la Ley Orgánica del Presupuesto con ia intención de regular y

reglamentar la forma, composición y seguimiento de los temas relacionados con el

presupuesto. En estos años se utilizó el Sistema de Presupuesto Tradicional o presupuesto

por objeto de gasto que autorizaba gastos de acuerdo con la línea de responsabilidad y

jerarquía administrativa, distribuyendo en primer lugar el gasto a los tres poderes del

Estado, después a las secretarías y por último al resto de las unidades administrativas.

En 1959 se creó la Secretaría de la Presidencia, la cual junto con la Secretaría de

Hacienda y la Secretaría de Patrimonio Nacional, se encargaron de planear, coordinar y

vigilar la inversión pública.

Este sistema tradicional de presupuestación tuvo fallas debido a que las asignaciones

que se realizaban para obra pública no estaban necesariamente sujetas a un proceso de

planeación, se limitaba a que no se gastara más de lo presupuestado y no tenía una idea

clara del destino de los recursos.

Fue así que en 1976 se creó la Secretaría de Programación y Presupuesto y se

estableció el Sistema de Presupuesto por Programas, el cual se enfoca hacia las cosas que el

:S1

Page 53: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

gobierno realiza y no a los insumos que adquiere, de tal forma que las tareas, objetivos y

costos se elaboran en función de metas (Guerrero & López, 2000).

A principios de los ochenta se elevó a rango constitucional la creación de un Sistema

Nacional de Planeación Democrática (SNPD), con el que se pretendía integrar los diversos

componentes de la planeación que a lo largo de la historia se fueron creando.

En 1982 se presentó una reforma administrativa y gubernamental de mayor calado.

La idea de la planeación democrática pretendió recobrar el carácter público y pactado de la

acción del gobierno con el fin de que la sociedad pudiera saber la fonna en que se iba a

gobernar.

De esta forma, en 1983 se realizaron modificaciones constitucionales a los artículos

25, 26, 27 y 28 y se promulgó la Ley de Planeación que abrogó a la de 1930,

estableciéndose el marco jurídico para insertar la planeación pública en un sistema

dinámico cuya consecuencia fue la formulación en 1983 del primer Plan Nacional de

Desarrollo (PND).

Adicionalmente, se elaboraron diversos programas nacionales con una visión

sectorial de la administración pública, y con un horizonte, al igual que en PND, de mediano

plazo. Se realizaron los primeros intentos institucionales por establecer programas

operativos anuales, a paitir de los cuales se integró el Presupuesto de Egresos de la

Federación, cuya pretensión era ser congruente con el PND y los programas naciones -hoy

sectoriales-.

En 1995 corno parte del Programa de Modernización Administrativa (Prornap) se

consideró necesario mejorar la eficiencia de los mecanismos de evaluación del desempeño

y la fonnación de indicadores.

Actualmente, el referente legal sobre la planeación en México se ubica en la

Constitución Política los Estados Unidos Mexicanos básicamente en los artículos 25, 26,

27, 28, 123 y 131, y por su artículo 73, fracciones XXIX, incisos D, E y F, de los que

de1ivan facultades legislativas del Congreso de la Unión en esta materia y en uso de las

cuales expide leyes para regular la actividad económica, como la Ley de Planeación, la Ley

de Inversión Extranjera, la Ley de Propiedad Industrial, la Ley de la Competencia

Económica, la Ley Federal del Trabajo y la Ley Federal sobre Metrología y Normalización

Page 54: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Por otra parte, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaría (LFPRH)

publicada en 2006 sustituyó a la Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal.

Dicho ordenamiento tiene por objeto reglamentar el Presupuesto de Egresos de la

Federación, la cuenta de la hacienda pública federal, las retribuciones a los servidores

públicos, así como cuidar que no se realicen gastos no presupuestados y que el uso de los

recursos federales sea eficiente, eficaz y con honradez. (Vazquez, 20 l O)

3.3. El proceso de discusión y aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación

(PEF) y la Ley de Ingresos y la formación de mayorías parlamentarias.

Para determinar el financiamiento de las políticas públicas el Ejecutivo propone a la

Cámara de Diputados de manera anual la Ley de Ingresos de la Federación y el Proyecto de

Presupuesto de Egresos de la Federación. Estas cámara baja examina, discute, modifica y

aprueba estos instrumentos para definir el gasto federal.

La elaboración del proyecto de Presupuesto de Egresos, como uno de los

instrumentos fundamentales del SNPD, recae entre las responsabilidades de la Secretaría de

Hacienda y Crédito Público (SHCP) y se realiza con base en ajustes, negociaciones y

actividades de convalidación, con las cuales las dependencias y entidades elaboran sus

programas y proyectos, analizan su viabilidad y establecen prioridades con base en los

lineamientos, n01mas y políticas que reciben para ello por parte de la SHCP. Ésta, a su vez,

acopia la información, la analiza y finalmente elabora e integra la propuesta que se enviará

a la Cámara de Diputados, que en su caso dete1minará su aprobación.

A este respecto, Shugart y Carey discuten cmco casos teóricos de poderes

presupuestales en manos del ejecutivo: (Casar, 1996):

1. El Ejecutivo prepara el presupuesto y no se admite modificación.

2. El Congreso puede reducir pero no aumentar el número de mbros presupuestales.

3. El presidente impone un techo presupuesta) sobre el gasto total dentro del cual el

Congreso puede llevar acabo modificaciones.

4. El congreso puede aumentar el presupuesto de gasto siempre y cuando aumenten los

mgresos.

5. El congreso tiene autoridad para preparar o modificar el presupuesto.

S3

Page 55: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Estos autores otorgan el valor de ocho a los presidentes que tienen a su disposición

todos los instmmentos y de acuerdo a esta valoración el Ejecutivo más poderoso de

América Latina es Argentina, seguido pro chile, Colombia, Perú y Brasil; y en el extremo

opuesto se encuentran Nicaragua y Paraguay. México se encuentra en la categoría de

presidencias potencialmente marginales porque el instrumento más poderoso con el que

cuenta es el veto.

Resulta importante menc10nar que en México la aprobación del Presupuesto de

Egresos de la Federación es un acto administrativo y no tiene el carácter fonnal de ley al

sólo ser aprobado por una de las Cámaras del Congreso de la Unión. Esta facultad deviene

de la constitución de 1857, ya que mientras en la Constitución de 1824 ambas cámaras

aprobaban el presupuesto, en 1857 esta facultad fue exclusiva de la Cámara de Diputados

cuando México adoptó el sistema de asamblea única y al restablecerse el Senado en 1874 la

Cámara de Diputados ren1vo la atribución en materia presupuesta!.

En este contexto, vale la pena recordar lo sucedido en 2005 cuando se presentó una

disputa de poderes en este ámbito porque el Legislativo modificó el presupuesto

originalmente enviado por el Ejecutivo, alterando los programas y operación del gobierno

federal. Derivado de este acto el Presidente de la República formuló observaciones al

proyecto aprobado por la Cámara de Diputados que previsiblemente fueron rechazadas

porque al porque aprobarlas se hubiera reconocido la facultad del presidente para vetar el

presupuesto. Ante ello el Ejecutivo presentó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación

una controversia constin1cional para que el máximo órgano jurisdiccional se pronunciara

sobre los alcances para enviar observaciones en este tema, y finalmente le dio la razón al

Ejecutivo en el sentido de que tiene facultades para vetar el presupuesto.

Con dicha resolución de la Corte se sentó un precedente único en nuestro país al

validar la facultad del Ejecutivo Federal para presentar observaciones al Presupuesto de

Egresos, aún cuando emana de un acto administrativo de una sola de la Cámaras que

integran el Congreso de la Unión.

Un aspecto que vale la pena resaltar en esta investigación responde a la productividad

legislativa en gobiernos divididos. Mientras en los gobiernos unificados el Presidente de la

República generaba gran parte de la producción legislativa y su porcentaje de aprobación

Page 56: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

era de prácticamente el 100% en ambas cámaras, a partir de 1997 cuando el Ejecutivo

federal enfrentó una cámara minoritaria su productividad legislativa ha ido disminuyendo

paulatinamente hasta nuestro días, sin que esto necesariamente sea un referente negativo ya

que a pesar de que en los últimos años se han conformado congresos en los que el partido

en el gobierno no cuenta con la mayoría para la aprobación de leyes, la productividad con

todo ello sigue siendo aceptable (Véase anexo 1 ).

Este aspecto tiene un referente claro en la conformación de coaliciones mínimas

ganadoras para la aprobación de proyectos legislativos, en donde el liderazgo presidencial y

la disciplina partidista -que conlleva un mecanismo de premios y castigos para lograr un

solo bloque como grupo parlamentario- juegan un papel fundamental para el impulso de los

proyectos del Presidente y del partido en el poder. En este ambiente, resulta indispensable

tener un mapa claro del espectro ideológico en el que se encuentra los proyectos a discutir

con respecto a la posición en la que se encuentran los partidos ajenos al Presidente, para de

esa forma establecer claramente el punto de paiiida de negociación con las fuerzas

opositoras.

El veto presidencial también se vuelve un instrumento importante de control y en

cierta medida de coerción para impulsar los proyectos, toda vez que el contar con la

mayoría parlamentaria para superar el veto genera presión en las fuerzas opositoras y obliga

a las partes a buscar alternativas de solución.

Lo cierto es que los gobiernos divididos no generan las condiciones óptimas para

promover cambios radicales que en ocasiones son necesarios, debido a que la amplitud en

las preferencias ideológicas de los partidos representados en el Congreso impiden la

formación de mayorías estables para sacar a buen puerto los proyectos y las políticas

públicas que finalmente se aprueban suelen ser de corto plazo y no resuelven los problemas

de fondo, pero al menos generan pequeños cambios incrementales que de otra forma no

serían aprobados. Las políticas no se hacen de una vez y para siempre, sino que se hacen y

se rehacen interminablemente (Lindblorn, 2000, pp. 227-254).

Para concluir este apartado, es preciso mencionar que un aspecto relevante de los

gobiernos divididos es el aumento en la cantidad de iniciativas presentadas en los últimos

años en ambas cámaras. Una primera respuesta para explicar este fenómeno sería que ante

SS

Page 57: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

la falta de capacidad del Presiente para controlar la agenda en el Congreso, los partidos de

oposición buscan influir en la confección de políticas públicas a través de la legislación.

Lo cie1io es que en los hechos el aumento de iniciativas hace prácticamente imposible

su aprobación y refleja la necesidad de crear mecanismos para dictaminar asuntos que

realmente respondan a criterios cualitativos y no cuantitativos. Este fenómeno igualmente

es fomentado erróneamente por algunos organismos encargados de medir la productividad

legislativa y por los propios legisladores que privilegian tomar como referente el número de

iniciativas presentadas contra aprobadas y no consideran que en ocasiones los proyectos

responden a promesas de campaña, a compromisos con los representados que no

necesariamente cuentan con criterios sólidos y que no tienen factibilidad política de ser

aprobados.

40 H A e i A u N A N u E V A R E L A e l ó N E N T R E p o D E R E s

Finalmente se presentarán una serie de propuestas que incluyen algunos elementos de

los sistemas parlamentarios pero que se prevé podrían ayudar generar un mayor

entendimiento entre los poderes del Estado, principalmente entre el Ejecutivo y el

Legislativo en tm esquema de pesos y contrapesos, para de esta forma tener un régimen en

el que la democracia que se ha forjado durante las últimas décadas sea gobernable

democráticamente y en el que la participación de la sociedad en su conjunto sea una

realidad.

Antes de comenzar a desarrollar este apartado, se considera oportuno retomar lo

expuesto por Sartori en el sentido de que en las democracia la oposición es un órgano de la

soberanía popular tan vital como el gobierno y cancelarla significa cancelar la soberanía del

pueblo. Los sistemas democráticos modernos se apoyan sobre las reglas mayoritarias ( el

mandato es de quien obtiene más votos y el mando es ejercido por quien detenta más

cuntles en el parlamento), sobre mecanismos electivos y sobre la transmisión representativa

del poder. Eso quiere decir que el pueblo que cuenta es, sobre todo, aquella porción que

entra en las específicas mayorías electorales victoriosas; y que cada vez más, una serie de

mecanismos de conversión separan el gobernar de los gobernados (Sartori, 1997).

Page 58: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

La democracia es poder del pueblo sobre el pueblo, gobierno del pueblo sobre sí

mismo. Si este trayecto no es vigilado, si en el proceso de transmisión del poder los

controlados se substraen del poder de los controladores, el gobierno sobre el pueblo corre el

riesgo de no tener ninguna relación con el gobierno del pueblo.

Un primer problema que puede apreciarse en materia de planeación es justamente su

diseño institucional, debido a que se definen reglas a seis años y el ejercicio del gasto, su

seguimiento, auditorias y evaluación de programas se realiza en forma anual. Por mandato

legal, el Legislativo le otorga facultades al Ejecutivo para planear a mediano plazo; sin

embargo, en los hechos los instrumentos más importantes de la planeación -PEF y la Ley

de Ingresos- deben ser discutidos de manera anual. Dada la correlación de fuerzas

existentes, son sometidos a grandes presiones políticas que desbordan el criterio de política

pública de Estado y el análisis técnico y financiero, y en consecuencia ocasionan grandes

impactos en los objetivos originalmente planeados.

A este respecto, Gutiérrez, Lujambio y Valadés consideran que "el resultado del

diseño institucional-histórico en pleno gobierno dividido a partir de 1997, provocó un

proceso presupuestario menos orientado hacia el polo del debate especializado sobre la

calidad de la política pública fondeada por los presupuestos de Estado, y más orientado

hacia el otro polo de debate, no especializado, de estira y afloje para la reasignación de

fondos entre programas generales".

El PND no le genera responsabilidades directas al Congreso en su formulación, pero

indirectamente sí en su ejecución con la aprobación del PEF y la Ley de Ingresos, lo que en

muchas ocasiones genera cambios a los objetivos nacionales originalmente planteados en el

PND. En este sentido, los autores antes citados coinciden en que en México "no se

establece la vinculación entre el presupuesto anual y el Plan Nacional de Desarrollo"

(Gutiérrez, Lujambio, & Valadés, 2001, p. 29). Además, la coordinación entre Federación,

estados y municipios se da generalmente mediante una negociación político-presupuestaria

y no en un interés de desarrollo regional de largo plazo.

Todo esto en primer lugar plantea la necesidad de analizar la viabilidad de

implementar un esquema en el que los legisladores sean corresponsables en la elaboración

del PND para que sean obligados en los asuntos relacionados con la planeación,

,~· ;.., > 1

Page 59: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

presupuestación y financiamiento de los programas a cargo del Estado. La Ley de

Planeación solamente contempla que el Ejecutivo tiene la obligación de enviar al Congreso

de la Unión el PND para su examen y opinión, así como informes de los resultados en la

ejecución del plan y los programas; sin embargo, no se plantea la obligación del Congreso

para rendir cuentas siendo que con la aprobación del Presupuesto de Egresos y Ley de

Ingresos se le brinda factibilidad económica a los programas planteados en el PND.

Al ser el Poder Legislativo el responsable de aprobar dichos instrumentos debiera

plantearse un esquema de corresponsabilidad en donde que el Congreso no solamente opine

sobre el PND, smo que lo apmebe y se creé un sistema integral de seguimiento y

evaluación de las políticas públicas que evalúe a ambos poderes y deslinde

responsabilidades.

Adicionalmente se propone que el Senado de la República participe en la aprobación

del Presupuesto de Egresos, al ser el órgano que expresa la voluntad de la entidades

federativas en la asignación de los recursos. Se trata en definitiva de generar un esquema de

rendición de cuentas, de un ejercicio institucional basado en pesos y contrapesos entre

poderes públicos legítimos y de que el país avance por la senda democrática. Esta propuesta

sin duda alguna generaría posiblemente malestar entre los gobernadores, quienes han

adquirido un peso político relevante ante el debilitamiento de la Presidencia de la

República; sin embargo, para darle viabilidad política se podría pensar volver al esquema

en el que los senadores sean nombrados por las legislaturas locales, corno estaba previsto

en la Constitución de 1824, con lo cual se fortalecería además el espíritu federalista del

Estado mexicano.

Esta propuesta de ninguna manera interfiere con la representación proporcional, ya

que se parte de la premisa de que si desaparecieran los plurinominales se tendría un

bipartidisrno en muchos estados y de lo que se trata precisamente es de fomentar la

pai1icipación de las minorías que quedan excluidas en los procesos de selección de

candidatos, de tal fon11a que los partidos políticos concedan estos espacios de

representación proporcional a las minorías y no a las cuotas partidistas o meritocráticas,

para lograr que la diversidad social se vea reflejada en una verdadera diversidad política.

Page 60: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Un segundo problema que se detectó en la investigación radica en la evaluación de

las políticas públicas. Si bien en la LFPRH se incorporan herramientas de medición de la

gestión pública, principalmente indicadores que midan la evolución de los programas, el

proceso de negociación político-legislativo no permite que se aborden temas claves de la

gestión pública, como la evaluación del impacto de programas, la transparencia y rendición

de cuentas en los tres órdenes de gobierno o nuevos mecanismos para formular de manera

más eficiente el presupuesto y facilitar su ejercicio plurianual.

Recientemente uno de los esfuerzos más claros en este sentido es la implantación del

Sistema de Evaluación del Desempeño (SED), previsto en la LFPRH, como uno de los

principales componentes basado en resultados. Este sistema implica una nueva dinámica

que refuerza el vínculo entre el proceso presupuestario y las actividades de planeación, así

como las de ejecución y evaluación de las políticas públicas. Sus principales componentes

son un conjunto de evaluaciones de los programas, las instituciones y las políticas públicas,

así como un agregado de acciones estratégicas para mejorar el quehacer de la

administración pública, por medio de los cuales se pretende que ambos elementos se

orienten a beneficiar a la sociedad.

El gobierno del Presidente Vicente Fox desarrolló un sofisticado sistema para

rnonitorear metas presidenciales así como también metas (ministe1iales) sectoriales. La

Secretaría de la Función Pública fue técnicamente responsable de monitorear una gran

cantidad de indicadores e informar el avance periódicamente al Presidente y a su gabinete.

Asimismo, el Presidente tenía comisionados a cargo de cada una de las áreas de prioridades

presidenciales. Estos experimentos fueron desacreditados con el tiempo y finalmente

abandonados. Los secretarios sectoriales no veían que sus propios desafíos estuviesen bien

representados en las metas de desempeño seleccionadas y las prioridades presidenciales no

fueron lo suficientemente orientadoras respecto del aporte de cada sector hacia los objetivos

de la administración. Las agencias ejecutoras autónomas o semi-autónomas estaban

reguladas por inercia o por sus propias metas particulares. Las metas prioritarias no fueron

necesariamente reflejadas en el presupuesto.

Al final, el ejercicio no dio la impresión de haber aportado a la cohesión estratégica

de las acciones de gobierno. Más bien parece haber llevado a la fmstración con la gestión

59

Page 61: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

por resultados, y a más fragmentación que integración. Como resultado, el gobierno del

Presidente Calderón intentó desarrollar un monitoreo de las metas presidenciales con perfil

más bajo, que esté vinculado con el monitoreo y la evaluación de programas

presupuestarios (Secretaría de Hacienda) y programas sociales (Secretaría de Desarrollo

Social). (Banco Mundial, 2010, p. 29)

Si bien es cierto que se han generado avances en materia de evaluación, tales como

los Programas Anuales de Evaluación a cargo de la SHCP, la Secretaría de la Función

Pública y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social; y la propia

entidad de fiscalización superior de la Federación desempeña un papel importante en la

revisión de la cuenta pública de los 3 poderes del Estado y su campo de acción se ha venido

ampliando de manera gradual, todavía no se logran revisar a profundidad y de manera

cualitativa los alcances de los programas establecidos en el PND ni los resultados de la

gestión institucional.

Así, una segunda propuesta radica en una adecuación de las leyes e instituciones para

hacerlas más funcionales en el entorno político y global, más determinantes en el desa1Tol10

económico y social y más democráticas frente a la sociedad. En este sentido, es importante

analizar la instauración de los presupuestos plurianuales para dar continuidad a los

programas públicos en caso de que no se aprnebe el PEF; del fomento de la cultura de la

evaluación que bien puede ser a través de la creación de una Ley Federal de Evaluación; y

del impulso de las políticas basadas en resultados, que permiten asignar recursos confonne

se vaya demostrando el cumplimiento de objetivos fijados en los programas sectoriales o

institucionales, para lo cual se fijan indicadores de desempeño en todo el proceso de

implementación de la política pública (González, 20 I O).

La experiencia en países como Suecia, Argentina, Brasil, Australia, Canadá, Nueva

Zelanda, Reino Unido, Alemania, Paraguay, Umguay, entre otros, ha demostrado las

bondades de los presupuestos plurianuales. En Suecia, por ejemplo, el presupuesto es anual

pero el Parlamento puede valorar las ventajas de aprobarlo por dos años, también puede

adoptar decisiones presupuestales por lapsos más amplios con relación a actividades

específicas.

Page 62: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

En Umguay el Presupuesto General abarca cinco años, que coincide con el periodo

presidencial. Transcurrido un año, se presentan al Congreso, además de la rendición de

cuentas, una serie de modificaciones sujetas a su aprobación. En Reino Unido, desde 1980

existe un marco plurianual denominado Estrategia Financiera de Mediano Plazo, sobre el

cual se realizan las proyecciones monetarias y fiscales. Las proyecciones son a tres años, de

tipo rotativo: una vez transcurrido el primer año se elimina y se agrega un nuevo tercer año.

Canadá inició con proyecciones a cinco años y posteriormente pasó a un régimen

bienal, a consecuencia de muchos desvíos entre lo proyectado y lo realizado, además de que

un periodo tan largo aumentaba la incertidumbre en vez de reducirla. En Alemania, en 1969

la Ley de Principios Presupuestarios estableció la obligación del Gobierno Federal y de los

gobiernos subnacionales para elaborar una planificación financiera quinquenal al margen

del presupuesto plurianual. En Brasil, el presupuesto del Gobierno Federal, con vigencia

anual, se vincula con el sistema de planificación que se concreta en un plan de cuatro años,

conocido como Plano Brasil, y que se aprueba por Ley al inicio de cada periodo

presidencial.

En resumen, es preciso establecer un sistema de reglas de actuación para la clase

gobernante, de procesamiento de acuerdos para las fuerzas políticas y de participación de la

sociedad civil.

Ahora bien, retomando la discusión sobre presidencialismo y parlamentarismo

expuesta en el primer capítulo, es preciso recordar que la característica esencial del régimen

presidencial consiste en la ausencia de responsabilidad política del gobierno frente al

parlamento y en la consecuente incapacidad de aquél para disolver éste. Esta determinación

estructural implica per se que el gobierno y su titular poseen una fuerza superior a la del

Poder Legislativo, basado en un modelo de independencia recíproca de los órganos

constituidos del Estado. (Covían Andrade, 2000, p. 334). Así, puede entenderse el hecho de

que el presidencialismo privilegie el bicameralismu -cámara de alta y cámara baja-, ya que

como contraparte tiene un Ejecutivo fuerte que asume las funciones de jefe de Estado y Jefe

de Gobierno en una misma persona.

En el parlamentarismo sucede lo contrario, ya que el espíritu de este régimen es

contar con un paramento fuerte y por ello privilegia tener una sola cámara en el legislativo

Page 63: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

y dividir el Ejecutivo en un jefe de Estado y un jefe de Gobierno para que el parlamento

tenga un poder sobre el Ejecutivo. No obstante, es importante destacar que esta regla no

siempre aplica necesariamente, ya que existen regímenes parlamentarios (España, Irlanda,

Alemania, Italia) que cuentan con sistemas bicamarales y ambos poderes se encuentran

divididos.

Como complemento de lo anterior, otros autores refieren que el motivo principal de

contar con una Cámara revisora obedece a dos cuestiones principales: corregir errores que

puedan surgir en la elaboración de n01mas por parte de Cámara de origen y en sistemas

Federales para otorgar representación a los estados que la integran.

En este sentido y en el ánimo de satisfacer ambos supuestos se propone que entre los

requisitos que debiera tener un integrante de la cámara alta, es decir del Senado de la

República en nuestro país, es haber sido previamente diputada o diputado federal para

brindar mayor experiencia en su función revisora. Este mismo ejercicio se plantean para las

diputaciones federales, es decir, que se establezca como requisito haber sido participado

previamente en una legislatura local y se propone además delimitar claramente las

funciones que deban desempeñar cada cámara, principalmente las de control político, a la

luz de las legislativas que en sí mismas desempeñan cada una de ellas.

Con el fin de fortalecer la profesionalización del servicio público y fomentar la

continuidad de las políticas públicas, esas propuestas debieran ir acompañadas de la

reelección de presidentes municipales y legisladores, así corno crear incentivos de

participación, tales como participar en foros públicos, intervenir en tribuna para presentar

temas legislativos, establecer la obligatoriedad de acudir a las reuniones de comisiones y

presentar infonnes legislativos.

Adicionalmente, se considera indispensable generar mecanismos para que el servicio

civil de carrera en el legislativo sea una realidad que no responda necesariamente a

coyunturas políticas, a fin de que los órganos técnicos de las cámaras participen más

activamente en el seguimiento de los programas públicos, con metodologías e indicadores

previamente establecidos. Esto sin duda ayudaría abatir la falta de experiencia que suele

generarse con el cambio de legislaturas.

Page 64: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

A este respecto, un informe del Banco Mundial alude al Congreso de Estados Unidos

(ejemplo más cercano a los sistemas presidenciales de América Latina), el cual desempeña

un papel clave en la formulación de políticas y cuenta con una fuerte oficina de

presupuestos y comisiones técnicas para hacerlo. La capacidad técnica de los parlamentos

de América Latina para desarrollas ideas de políticas y fo1mular y evaluar propuestas de

políticas provenientes del ejecutivo no es muy sólida. A pesar de no contar con el poder

técnico y político del congreso de Estados Unidos, sí cuentan con un mandato para

formular y son políticamente más fuertes que la mayoria de los sistemas parlamentarios.

Por tanto, proporcionar a los congresos una base técnica más sólida para crear políticas o

evaluar propuestas podría mejorar la fonnulación de políticas en América Latina. (Banco

Mundial, 2010, pp. 5-7)

En cuanto al poder Ejecutivo, en países de la OCDE se recomienda que el paso más

importante para mejorar el proceso de fonnulación de políticas es fortalecer el centro de

gobierno, en términos de capacidad política para administrar políticas y de una secretaría

técnica para respaldar esta función. Lo anterior en virtud de que la oficina del presidente es

habitualmente fuerte en asuntos políticos, incluyendo el manejo de relaciones con otros

poderes y niveles de gobierno y está cada vez más comprometida en exigir resultados de los

ministerios y agendas ejecutoras. Pero, por io general, esta oficina posee poco

conocimiento técnico de políticas y las secretarías técnicas son, generalmente, débiles o

inexistentes. En este mismo sentido, el documento del Banco Mundial menciona que a

menudo los ministerios de hacienda son relativamente fuertes en asuntos de políticas, pero

tienden a tener un punto de vista predominantemente fiscal, en contraposición a un punto

de vista de interés público más amplio.

Una buena formulación de políticas comienza con la combinación de una autoridad

política efectiva y conocimiento técnico en el centro del gobierno. La autoridad política es

responsable del programa general del gobierno; supervisa la concepción de las ideas

políticas, decide qué políticas deben llevarse adelante, coordina entre los sectores y

supervisa que las políticas se implementan según su cometido. En muchos países con

sistemas parlamentarios, la autoridad política está constituida por el gabinete. En el sistema

de gobierno presidencial de Estados Unidos, el presidente concentra mucha de esa

autoridad política dentro de su propia oficina, pero también comparte parte de la autoridad

63

Page 65: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

con el Congreso.

En una economía compleja y moderna, la autoridad política posiblemente no podría

llevar a cabo estas funciones de formulación de políticas sin el respaldo de una secretaría

técnica fuerte, expertas en la administración de procesos operativos que promueven o

evalúan ideas de políticas, garantizan su coordinación y consistencia y se ocupan de su

implementación. El paso más importante para mejorar el proceso de formulación de

políticas en los países de la región sería fortalecer el centro, en términos tanto de capacidad

política para gestionar políticas como de una secretaría técnica para respaldar esta función.

(Banco Mundial, 2010, pp. 31-32).

Esto nos lleva analizar la propuesta de instaurar una Jefatura de Gabinete que tenga

capacidad de administrar políticas públicas y coordinar las labores entre el Ejecutivo y el

Legislativo o la incorporación de gobiernos de coalición con una agenda legislativa

previamente acordada. La función del Jefe de Gabinete radicaría principalmente en unificar

los criterios de la Administración Pública Federal y en coordinar los procesos de

implementación y evaluación de las políticas públicas, haciendo partícipe y corresponsable

al Congreso de la Unión como se propuso en capítulos anteriores, con suficiente capacidad

política de operación ante los partidos políticos y el Congreso de la Unión.

Por otro lado, se propone incorporar otros elementos de los sistemas parlamentarios,

tomando en consideración que el sistema político mexicano privilegió la consolidación de

un presidencialismo fuerte y el legislativo fungió solamente como órgano legitimador del

Ejecutivo.

Uno de ellos sería el establecimiento del voto de censura para tener mayor

responsabilidad del gobierno ante el Congreso. La pregunta que cabría aquí reside en qué

Cámara del Congreso de la Unión lo llevaría a cabo. Mientras en Alemania y España -­

regímenes parlamentarios que cuentan con sistemas bicarnerales- esta facultad es ejercida

por el Bunderstag y el Congreso de diputados, respectivamente, en Italia esta facultad la

ejerce ambas cámaras. El espíritu del parlamentarismo europeo es que esta función de

control la lleve a cabo la cámara de representantes, lo que en nuestro país sería la de

Diputados; sin embargo, se propone que en México esta facultad pudiera ser ejercida por el

Senado de la República, en el entendido de que contarían con mayor experiencia legislativa

Page 66: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

y madurez política al haber ejercido previamente el cargo de diputado local y federal como

se propuso anteriormente.

Paralelamente, sería conveniente analizar la propuesta de incorporar este voto de

censura a los gobernadores, en virtud de que en las entidades federativas es donde persisten

mayores atrasos del sistema democrático.

Otra alternativa para otorgar legitimidad en caso de elecciones cerradas, sería la

realización de segundas vueltas electorales para Presidente de la República en caso de que

algún candidato no obtenga más del 50% de los sufragios a menos que exista una diferencia

de 20% entre el primer y segundo lugar, lo que implicaría a su vez una elección solamente

de los dos punteros y la consecuente declinación de los demás candidatos que participan en

la elección, quienes podrían ocupar los primeros lugares en las listas plurinominales de sus

partidos en caso de que obtengan el registro como instituto político.

Se considera que estas serie de alternativas propuesta, aunadas a la iniciativa

preferente que le permita al Ejecutivo federal privilegiar una agenda específica y la

obligatoriedad para el Congreso de la Unión de aprobarla o desecharla; así como la

transparencia y rendición de cuentas de los paiiiclos políticos ayudarían a que el sistema

político mexicano cobrara dinamismo en la planeación, ejecución y evaluación de políticas

públicas.

La pregunta que redunda en todo esto sería qué cambios privilegiar primero. A este

respecto vale la pena citar la teoría de racionalidad limitada, cuyo fin es alcanzar un

resultado satisfactorio mínimo antes que aspirar al máximo, cuya comparación es "la

diferencia entre buscar en un pajar para encontrar en él la aguja más puntiaguda, y buscar

en el pajar la aguja lo bastante puntiaguda como para poder coser con ella" (March &

Simon, 1993, p. 162). Esto es, se considera que se deben buscar los cambios en los que

exista mayor consenso entre las fuerzas políticas y que tengan factibilidad política de

llevarse a cabo. Las conclusiones de la Comisión Ejecutiva de Negociación y Constrncción

de Acuerdos del Congreso de la Unión pudiera ser un referente sobre lo que podría avanzar

en primera instancia para lograr consolidar una democracia de calidad, con justicia social y

en el que no existan diferencias entre la clase política gobernante y la sociedad civil.

Page 67: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

5. C O N C L U S I O N E S

En el trascurso de la investigación se abordaron cuestiones relacionados con los

cambios que ha sufrido México a lo largo de los últimos años, principalmente los generados

durante el último tercio del siglo pasado, en donde la con-elación de fuerzas entre los

poderes Ejecutivo y Legislativo adquirió una dinámica peculiar resultado de la transición de

un sistema autoritario a uno democrático.

Tuvimos un Estado desarrollador, que no podía ser más que dirigista frente a la

atrasada economía nacional, pero que en los años setenta terminó en estancamiento

económico y en funestas crisis fiscales que destruyeron capitales, patrimonios, activos y

recursos humanos calificados. Vivimos por décadas en el marco de un sistema político

compacto, estructurado ve1iicalmente, socialmente pacificador y estabilizador, pero que a

fines de los años sesenta inició su decadencia con represión de disidencias, estrangulación

del pluralismo político y manipulación electoral.

Asistimos en los años ochenta a un intento público de renovación de la economía,

centrada en la competitividad e innovación de los mercados, pero que ab01ió casi enseguida

por la paradoja de que la libertad de los mercados era producto de la decisión discrecional

del poder político y nuestras sorprendentes manías estatistas. El intento tenninó además en

otra funesta crisis fiscal que demunbó la economía nacional entre 1994 y 1995.

Ante el desencanto de la ciudadanía y la misma presión por generar un cambio, en el

año 2000 tuvimos por primera vez en la historia de México una alternancia pacífica que si

bien ha permitido implementar cambios estructurales, también es preciso reconocer que se

ha visto opacada por una lucha en contra de fuerzas que buscan desestabilizar al país y

poner en jaque nuestra democracia, como puede ser el narcotráfico, el crimen organizado,

la pobreza y la desigualdad social

Hemos vivido una transición democrática cuyas elecciones han sido en mucho una

selección adversa de dirigentes, pues buen número de los gobernantes elegidos han actuado

en sentido contrario a las expectativas ciudadanas y han mostrado no poseer la inteligencia

política para idear alianzas que hagan posible las reformas que la democracia requiere

(Aguilar, 201 O).

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Page 68: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Esta situación refleja igualmente el sentir de una ciudadanía que no se siente

plenamente representada y saca a relucir un problema digno de consideración: la dicotomía

entre la clase gobernante y la sociedad civil. En una democracia consolidada esta brecha no

debería existir y los representantes populares debieran mantener informados y responder

necesariamente a los intereses de sus votantes. Al respecto, vale la pena mencionar el

trabajo de Gaetano Mosca y Vilfredo Pareto. Esa clase a la que Mosca dedicó gran pa11e de

su obra es la minoría política que en cualquier tipo de sociedad, estructura y época,

controla realmente el poder en beneficio propio -aunque no exclusivo-. La existencia de esa

minoría presupone su contraparte: una mayoría gobernada y obediente, con poca o ninguna

capacidad de defender sus legítimos intereses (Mosca, 1984, pp. 106-131 ). Desde esta

perspectiva, la concepción del proceso político y social gira en tomo a dos clases, y

cualquier forma de gobierno -incluido el democrático- resulta no ser más que una fachada

más o menos elaborada tras la que siempre se oculta una oligarquía.

Para Mosca, la dinámica de la historia se explica no tanto por la lucha entre la

minoría dirigente y la mayoría dirigida, sino por el conflicto entre la tendencia de los

elementos dominantes a monopolizar el poder y trasmitirlo a sus herederos y la tendencia a

la dislocación de los viejos a1Teglos por la constante emergencia de nuevas fuentes de

riqueza, de formas económicas, de conocimientos o, incluso, de religiones. En este campo,

Pareto fue más específico: la decadencia de las viejas élites alienta el surgimiento de

nuevos elementos que finalmente las desplazan en un proceso que se conoce como la

circulación de las élites (Pareto, I 980, pp. 241-332).

Por ello, en esta investigación se plantearon en un pnmer momento aspectos

relacionados con la democracia, la gobernabilidad, las políticas públicas y el

presidencialismo, a fin de vincular la historia de nuestro país con la teoría política y

plantear la posibilidad de implementar elementos del sistema parlamentario en México para

tener una democracia más gobernable.

Entre las propuestas concretas que se propusieron para hacer más dinámico el proceso

de planeación, ejecución y evaluación de las políticas públicas se encuentran las siguientes:

Corresponsabilidad del Congreso de la Unión para la aprobación y seguimiento del

Plan Nacional de Desa1Tol10.

r--; ni

Page 69: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

Aprobación de presupuestos plurianuales.

Creación de una Ley Federal de Evaluación.

Participación del Senado de la República en la aprobación del Presupuesto de

Egresos de la Federación.

Nombramiento de los Senadores por parte de los Congresos locales.

Establecimiento de un sistema meritocrático para ejercer cargos públicos (Diputado

Local, Diputado Federal, Senador)

Reelección de alcaldes y legisladores.

Implementación de un verdadero servicio civil de carrera en el Poder Legislativo.

Instauración del Jefe de Gabinete

Establecimiento del voto de censura

Segunda vuelta electoral para el caso de Presidente de la República.

Iniciativa preferente

Transparencia y rendición de cuentas de los partidos políticos.

Se considera que con la impiementación de estos elementos es posible brindarle

mayor vitalidad a nuestro sistema político y crear condiciones más favorables para dar

respuestas a las demandas de la sociedad.

Lo verdaderamente cierto es que tenemos una oportunidad que no debemos soslayar

para seguir avanzando en la consolidación de un sistema democrático, y esta investigación

precisamente se concentró en buscar alterativas que ayuden a generar un sistema más

gobernable, en el que los políticos actúen como verdaderos estadistas y en el que el

entendimiento entre los poderes sea una realidad para que la ciudadanía se sienta

dignamente representada.

La esperanza radica tener la capacidad de construir los entendimientos mínimos para

hacer que la democracia mexicana consolide sus instituciones y lleve a cabo las reformas

que se necesitan para ser viables como país en las próximas generaciones.

68

Page 70: La relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en

6. ANEXOS

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