la raiz del problema

May 2009

La raíz del problema

Factores determinantes y causas subyacentes de la pérdida de bosques, y motivaciones para

restaurarlos

Diciembre 2010

La raíz del problema: Factores determinantes y causas subyacentes de la pérdida de bosques, y motivaciones para restaurarlos

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La raíz del problema Así como un árbol que crece sano tiene sus raíces en un suelo profundo y fértil, nuestros esfuerzos por restaurar los bosques del mundo deben basarse en un conocimiento detallado y sólido, tanto de los problemas a enfrentar como de los muchos ejemplos exitosos de restauración de los bosques que existen en el mundo. Sin embargo, parece haber poco interés en identificar no sólo las verdaderas causas profundas de la desaparición de los bosques sino también las motivaciones que llevan a restaurarlos. En lugar de eso, las políticas mundiales y los incentivos para combatir la deforestación y la degradación de los bosques siguen estando subordinados a los intereses comerciales y económicos. Ahora que el clima y la diversidad biológica atraviesan una crisis que amenaza a la Madre Tierra y a la humanidad, resulta profundamente inquietante que los gobiernos estén dispuestos a correr el riesgo de fracasar nuevamente en su tentativa de detener la deforestación. Este informe de la GFC es el resultado de varios años de trabajo realizado gracias a la colaboración de cientos de expertos forestales del mundo. La conclusión a la que llegan es positiva y estimulante: es posible combatir con éxito la deforestación y la degradación de los bosques, restaurarlos y conservarlos, siempre y cuando se luche contra las verdaderas causas subyacentes de su desaparición. Esto implica reducir la demanda de madera y tierras, y defender los valores culturales, los territorios indígenas y las zonas conservadas por las comunidades. Para ello es también necesario redirigir las inversiones, consolidar la voluntad política y la capacidad, poner freno a la corrupción pertinaz, y adoptar estrategias para disminuir la pobreza. La mitigación del cambio climático también tendrá un considerable efecto positivo, puesto que los bosques son vulnerables a las variaciones del clima. Estos cambios requerirán también que reflexionemos sobre nuestras prioridades y perspectivas, alejándonos del enfoque neoliberal en el que se originan muchos de los factores determinantes de la deforestación y la degradación de los bosques. Es particularmente necesario integrar las estrategias de conservación y restauración de los bosques a las estrategias para lograr medios de vida sostenibles, coincidiendo con los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, y las conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático realizada en Cochabamba. Los planes de Pago de Servicios Ambientales que están de moda hoy en día implican que los bosques sólo pueden ser conservados si los propietarios de la tierra reciben una compensación financiera adecuada. Sin embargo, este informe muestra que sería más eficaz reducir la demanda internacional y adoptar un sistema de recompensas que respalde y fomente los sistemas de valores tradicionales y permita disponer de medios de vida sostenibles. Además, las estrategias integradas que favorecen la existencia de medios de vida sostenibles son financieramente más viables que los planes de PSA. En definitiva, la conclusión más impactante a la que llega este informe es que algunas de las estrategias más eficaces no requieren grandes sumas de dinero. Lo que sí requieren es el compromiso político de cambiar las cosas, y un enfoque del ecosistema de bosque que se base en los derechos, las necesidades y los valores culturales de los pueblos indígenas y las comunidades locales. Fiu Mata'ese Elisara-La'ulu Ole Siosiomaga Society Inc. (OLSSI), Samoa Presidente del Consejo Directivo de la Coalición Mundial por los Bosques


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Índice 1. Prefacio 2 2. Sinopsis 4 3. Introducción 6 4. Factores determinantes y causas subyacentes de la pérdida de bosques 7

• Persiste una gran demanda de madera Kenya: la tala del bosque Mau oriental

• El aumento inexorable de la demanda de tierras para plantaciones y otras formas de agricultura

Indonesia: la reglamentación nacional y la ayuda del Estado impulsan la deforestación Bangladesh: la “silvicultura social” hace peligrar los bosques de Shorea robusta Camerún: la agricultura toma el lugar de los bosques El Salvador: agricultores presionados en la Bahía de Jiquilisco Kenya: “Masai Mau es un bosque sitiado”

• Los conflictos por la tierra • Industrialización, urbanización e infraestructuras

Colombia: las comunidades indígenas contra el petróleo • Mala planificación central, falta de voluntad política e insuficiente capacidad

India: el Estado intenta apoderarse del manejo comunitario de los bosques • Extracción ilegal de madera y corrupción

El Salvador: corrupción en la Bahía de Jiquilisco y la Cordillera del Bálsamo • Pobreza y falta de fuentes de ingresos alternativas • Las políticas económicas neoliberales perpetúan el consumismo y la pobreza • El cambio climático y otras causas de desaparición “natural” de los bosques

5. Causas subyacentes e incentivos para conservar y restaurar los bosques 19

• Somos los custodios de la Madre Tierra Uganda: el clan Bahagya-Bafunjo y el bosque de Kintu El pueblo tribal Munda de Jharkhand, India

• Las comunidades conservan los bosques y la diversidad biológica Shinyanga, Tanzania: un buen ejemplo a seguir

• La protección y promoción de los medios de vida como factor determinante • Donde haya bosques, manará agua

Asegurando el abastecimiento de agua en Río de Janeiro Brasil: “Cultivando água boa”

• La transición hacia la agro-ecología y la agro-silvicultura • Poner coto a la corrupción y reforzar la protección de los bosques • La concienciación y el desarrollo de la capacidad organizativa de las comunidades

Los talleres sobre las causas subyacentes como parte de la solución 6. Conclusiones 7. Anexo 34

8. Lista de Socios Responsables para los Talleres por País 42


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2. Sinopsis Este informe resume los resultados de un programa mundial de talleres, de tres años de duración, organizado por la Coalición Mundial por los Bosques con el fin analizar las causas subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques (22 talleres nacionales), y las iniciativas de pueblos indígenas y comunidades locales para restaurarlos y conservarlos (8 talleres nacionales). En estas actividades participaron 1.750 personas de 24 países, provenientes de Organizaciones de Pueblos Indígenas, comunidades locales, organizaciones de la sociedad civil, gobiernos y universidades. A pesar de sus numerosos detalles y diferencias, los informes resultantes dan pruebas de gran unidad en cuanto al conocimiento y el análisis de las causas profundas de la deforestación y de lo que se necesita para restaurar y conservar los bosques. Así, las conclusiones a las que se llega son de gran importancia para el diseño de políticas que apunten a reducir la deforestación y la degradación de los bosques y a restaurar los existentes. Las medidas para detener la deforestación y la degradación de los bosques no tendrán posibilidades de éxito si no apuntan a combatir las verdaderas causas, entre las cuales figura la demanda excesiva de madera, identificada en muchos países como factor clave de la pérdida de bosques. Las políticas actuales, que promueven la bio-energía a base de madera, no harán sino acrecentar dicha demanda. Otras causas subyacentes de gran importancia son la demanda de tierras para plantaciones y otros tipos de agricultura, y los tirantes conflictos e incertidumbres en cuanto a la propiedad de diversas áreas de tierra y bosque. También en este caso las políticas para la mitigación del clima complican el problema en lugar de resolverlo, al promover la expansión de los agrocombustibles, la bio-energía y el monocultivo de árboles, que aumentan la demanda de tierras. Del mismo modo, los gobiernos no hacen nada para frenar la creciente demanda mundial de carne y productos lácteos, que desencadena la expansión de las fronteras agrícolas para la producción de alimento para ganado. La pérdida de bosques suele estar provocada por el desarrollo de la infraestructura y la minería, y por la ejecución de proyectos de urbanización e industrialización financiados por agencias bilaterales y multilaterales. Redireccionar esos flujos financieros sería mucho más beneficioso para los bosques y sus pobladores que inyectar millones de dólares, euros y coronas en el establecimiento de áreas protegidas de las cuales la gente suele estar excluida. En general, se encontró que gran parte de la pérdida de bosques era el resultado de políticas gubernamentales deliberadas y/o de la incapacidad de los gobiernos de formular, aplicar y hacer respetar políticas forestales adecuadas. Además, en muchos países la corrupción pertinaz sigue siendo un factor clave de la pérdida de bosques. La falta de alternativas económicas también fue considerada como una causa importante de deforestación en varios lugares; los participantes opinaron que las políticas forestales y sociales deberían integrarse mucho más, sobre todo en lo que respecta a los Objetivos de Desarrollo para el Milenio. También el cambio climático fue identificado como un factor de deforestación cada vez más importante. Por último, una causa igualmente importante, sobre la cual se asientan muchas de las enunciadas, son las políticas económicas neoliberales y el libre comercio, y muchos pensaron que lo que realmente se necesitaba era cambiar el sistema mismo: para que los bosques sobrevivan, hay que eliminar íntegramente el concepto de desarrollo ilimitado en un planeta limitado. Afortunadamente, este informe también presenta un panorama de las causas subyacente de la conservación y la restauración de los bosques, es decir los incentivos – en el más amplio sentido amplio – que han motivado a los habitantes de muchos lugares a restaurar y conservar sus bosques. El informe muestra por qué la participación de los pueblos indígenas y las comunidades dependientes de los bosques en el manejo de éstos es el modo de resolver con éxito el dilema actual. Los pueblos indígenas están especialmente motivados porque su vida, su cultura y su identidad están enteramente ligadas a la Tierra Madre, y porque ellos sí se sienten responsables por los bosques. En muchos países es fácil ver que las áreas boscosas que quedan coinciden con los territorios indígenas. Otro incentivo particularmente exitoso, que une a muchas partes diferentes, es la necesidad de proteger los recursos hídricos. Brasil tiene ya un excelente programa para la restauración de los


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bosques, en el cual participan 300.000 personas del Sur del país. También Kenya considera que las reservas de agua son la principal razón para proteger el complejo del bosque Mau. Este informe menciona muchos otros ejemplos, aportados por quienes participaron en los talleres, del éxito sorprendente que pueden tener los programas de restauración del bosque cuando cuentan con el concurso de la población y ofrecen alternativas de subsistencia. Además, el desarrollo de la agro-ecología y de iniciativas agroforestales social y ambientalmente sensatas tiene mucho para ofrecer en cuanto a la mitigación de los impactos de la agricultura industrial y el aumento de la seguridad y la soberanía alimentarias. Para lograr realmente detener la deforestación, restaurar los bosques del mundo y mitigar el cambio climático, es a esas áreas que habría que destinar fondos. Una conclusión alentadora a ese respecto es que para combatir las causas subyacentes de la pérdida de bosques no se requiere invertir enormes sumas sino asignar a este fin los flujos financieros actualmente dirigidos a la bio-energía, las plantaciones industriales de árboles, la minería y otras actividades destructivas. Los talleres concluyeron que se puede restaurar y salvar los bosques si a esto se destina un volumen menor, pero estable y bien dirigido, a programas integrados que respeten los territorios indígenas y las zonas conservadas por las comunidades, que protejan y promuevan los valores culturales y los sistemas de conocimiento, que informen cuando sea necesario sobre la importancia de los bosques para el agua y los medios de vida, y que ofrezcan oportunidades alternativas de generar ingresos para la subsistencia. Ahora bien, no es así como los gobiernos están hoy planeando utilizar el dinero destinado al clima. Hasta el momento, los fondos REDD apuntan a invertir sumas exorbitantes y financieramente inviables en planes de pago por servicios ambientales que harán peligrar esos mismos sistemas de valores gracias a los cuales tantas comunidades lograron conservar sus bosques. La insistencia en pagar por servicios ambientales proviene de la ambición de implementar proyectos de reducción de emisiones potencialmente lucrativos, que favorezcan la inversión privada. Además, los gobiernos no se han decidido aún a atacar las causas subyacentes de deforestación descritas en este informe. Tampoco están respaldando de manera apropiada y efectiva los proyectos de restauración y conservación de los bosques emprendidos por los pueblos indígenas y las comunidades locales. La conclusión a la que llega este informe, a saber que la demanda de madera y tierras sigue siendo un factor determinante de la pérdida de bosques, es también significativa cuando se observa la cantidad de subsidios y otras formas de ayuda que recibe la producción a gran escala de agrocombustibles y bio-energía a base de madera, industrias que ya están desencadenando un brusco aumento de la demanda de madera y tierras. En vísperas del Año de los Bosques de las Naciones Unidas, la Coalición Mundial por los Bosques espera que este informe contribuya a inspirar y centrar los debates políticos sobre uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo: detener la deforestación y la degradación de los bosques, y restaurar los que nos quedan. Esperamos que incida en el debate sobre REDD, impulsando a todos quienes participan en las negociaciones y discusiones a reconsiderar lo que realmente hay que hacer para proteger y restaurar los bosques del mundo.

Madera de Kigelia africana, usada en la construcción de viviendas, Tanzania. Fotografía: Roberto Faidutti


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3. Introducción En 1997, el Panel Intergubernamental sobre los Bosques concluyó que era necesario analizar y combatir las causas subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques, y exhortó a los gobiernos y demás partes interesadas a organizar un taller mundial sobre este tema. Un grupo de ONG y de OPI que habían estado trabajando juntas dentro de una red informal denominada Grupo de Trabajo de las ONG sobre los Bosques propuso ocuparse de poner en práctica dicha recomendación. En estrecha colaboración con numerosos actores gubernamentales y no gubernamentales, las ONG y las OPI organizaron ocho talleres regionales y un taller mundial sobre las causas subyacentes de la disminución de los bosques. Los resultados del taller mundial, que tuvo lugar en enero de 1999 con el auspicio del gobierno de Costa Rica, fueron comunicados al Foro Intergubernamental sobre los Bosques. Sin embargo, tanto el taller mundial como el Foro Intergubernamental sobre los Bosques concluyeron también que era necesario analizar el problema a nivel nacional, dado que, en muchos casos, las causas de la deforestación y la degradación de los bosques variaban según el país. En 2000, el Grupo de Trabajo de las ONG sobre los Bosques, que había adoptado el nombre de Coalición Mundial por los Bosques (Global Forest Coalition), tomó la iniciativa de crear un fondo de micro-subvenciones destinado a ayudar a las ONG, las OPI y los gobiernos de cada país a organizar talleres nacionales sobre las causas subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques. Se solicitó a Sobrevivencia / Amigos de la Tierra Paraguay que fuera la sede de dicho fondo en nombre de la Coalición. Esa primera etapa fue financiada por el gobierno francés. Entre 2001 y 2003, diez ONG, OPI y agencias gubernamentales recibieron ayuda para organizar talleres nacionales sobre el tema. Luego de una breve interrupción, el fondo volvió a funcionar en 2006, con la ayuda del Ministerio finlandés de Relaciones Exteriores y, más tarde, del Ministerio neerlandés de Relaciones Exteriores y de Swedbio. Desde entonces, el fondo ha subvencionado a 22 ONG y OPI de 22 países (Bangladesh, Bulgaria, Camerún, Colombia, Ecuador, El Salvador, Etiopía, Filipinas, Georgia, Ghana, India, Indonesia, Kenya, Nepal, Países Bajos, Panamá, Papúa Nueva Guinea, Paraguay, Tayikistán, Togo, Uganda y Ucrania), y ellas organizaron no menos de 45 talleres y asambleas de consulta, en las que participaron más de 2.000 representantes de gobiernos, comunidades, organizaciones de pueblos indígenas, asociaciones empresariales, organizaciones de mujeres, movimientos campesinos, ONG e instituciones científicas y de investigación. Además, durante el año 2010 fueron organizados ocho talleres nacionales para comprender más cabalmente lo que sí funciona bien: ¿Cuáles son las “causas subyacentes” de la conservación y la restauración de los bosques? ¿Qué ha llevado a tantos pueblos indígenas y comunidades locales a restaurar y conservar sus bosques? Pensamos que este informe responde a ambas preguntas. Esas preguntas son tanto más pertinentes cuanto que muchos países en desarrollo han comenzado a elaborar políticas nacionales con el fin de reducir las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques (REDD). Dichos procesos están siendo financiados principalmente por el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques del Banco Mundial, el programa UN-REDD administrado por la FAO, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y varias agencias bilaterales. El objetivo de esas estrategias es reducir la deforestación y la degradación para cumplir con las cláusulas relevantes de la Convención Marco sobre el Cambio Climático. Muchos de los países partes han enfatizado que, para ser eficaces, las estrategias REDD deben abordar el problema de las causas subyacentes de la pérdida de bosques.


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4. Factores determinantes y causas subyacentes de la pérdida de bosques

Persiste una gran demanda de madera La gran demanda de madera es un factor de deforestación importante y permanente. A nivel internacional, proviene principalmente del consumo excesivo de los países industrializados, pero también puede ser elevada a nivel nacional, sobre todo en los países donde la madera es el recurso más fácil de obtener. La madera se usa en general para la construcción de viviendas y muebles, como combustible y para la fabricación de papel. Ahora bien, hay pocos indicios de políticas nacionales o internacionales que busquen reducir la demanda de madera para disminuir la deforestación. Por el contrario, las políticas actuales de la UE y de EE.UU. sobre las energías renovables incentivan masivamente la producción a gran escala de bio-energía a base de madera, lo cual ya está provocando un fuerte aumento de la demanda de dicha materia prima. Ese aumento de la demanda fue mencionado específicamente como una de las causas subyacentes de la deforestación, en los talleres realizados en Bangladesh, Camerún, Ecuador, Papúa Nueva Guinea y Filipinas. El taller realizado en El Salvador mencionó la venta de madera a los aserraderos, y el de Nepal se refirió al aumento del número de fábricas de muebles. El uso de madera para la construcción de casas fue considerado como un problema clave en Nepal y en Kenya.

“Lamentablemente, quienes pagan el precio de la globalización y del consumismo son les ecosistemas naturales y las comunidades indígenas o tradicionales situadas en regiones geográficamente aisladas y alejadas de los centros de consumo (principalmente las zonas urbanas y semi-urbanas). Los sistemas naturales son explotados sin piedad para obtener materias primas y fuentes de energía, para crear y mantener estilos de vida basados en necesidades a menudo creadas y perpetuadas artificialmente (por medio de campañas publicitarias, discursos intelectuales, etc.), con total desprecio de lo que eso cuesta a la Madre Tierra. En segundo lugar, las materias primas y fuentes de energía mencionadas se usan para alimentar el crecimiento de una economía industrial a base de emisiones (de combustibles fósiles) que parte del principio de la competencia y del libre comercio... sin considerar si esos productos son realmente necesarios o si pueden tener consecuencias perjudiciales (por ejemplo, el cambio climático) para el mundo en general. Dado que la economía de mercado supone la existencia potencial de un número infinito de consumidores... necesita fuentes de materias primas y de energía igualmente inagotables. Desafortunadamente, existe un límite a lo que se puede extraer de la naturaleza sin poner el peligro el equilibrio del ecosistema.” Fuente: informe sobre la India

Cedrela, una especie invasora, Tanzania. Fotografía: Gillian Allard

Producción de viruta para la generación de bio-energía.


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1 En muchos países, la recolección y la quema de madera para fabricar carbón representan un problema; así lo mencionaron los talleres organizados en Etiopía, Kenya, Nepal y Georgia. En países muy pobres, donde los cortes de corriente son una realidad cotidiana, no sólo las comunidades pobres compran y almacenan madera y carbón para casos de emergencia: a falta de fuentes de energía alternativas, se vuelve indispensable para todos disponer de combustibles de ese tipo. En Nepal y otros países, muchos hogares usan sólo madera como combustible, simplemente porque no tienen electricidad. En Camerún, Ghana y Panamá, se hizo notar que los productos y servicios de los bosques suelen subestimarse y que también esto es una causa subyacente de la deforestación. En Camerún, se agrego que la excesiva capacidad de las plantas de procesamiento hace que requieran un aporte permanente de materia prima. El aumento inexorable de la demanda de tierras para plantaciones y otras formas de agricultura Las plantaciones industriales de árboles, la agricultura intensiva y los grandes establecimientos ganaderos son causas mayores de deforestación y un motivo de gran preocupación para los participantes de los talleres sobre las causas subyacentes realizados en Bangladesh, Camerún, Colombia, El Salvador, Ecuador, Indonesia, Kenya, Nepal, Papúa Nueva Guinea, Paraguay y Filipinas. Muchos países informaron que el índice de deforestación era elevado principalmente porque se elimina el bosque para plantar en su lugar otros árboles, como la palma aceitera (porque el aceite de palma es un ingrediente fundamental de gran variedad de alimentos preparados, y se usa cada vez más para producir biodiésel como combustible para el transporte). Otras especies y productos también acarrean problemas: en Bangladesh, en la región de Mymensingh, las plantaciones de especies exóticas como la hevea, la acacia, el eucalipto, el ananá y el banano (así como las

1 Como se cita en www.bbc.co.uk/news/science-environment-11564773

Kenya: la tala del bosque Mau oriental La necesidad de madera para construcción es uno de los factores de deforestación en el bosque Mau oriental. Las mayores empresas madereras de Kenya, Timsales y Comply, están ubicadas respectivamente en las ciudades de Elburgon y Nakuru, en los límites del bosque. La producción de madera es la principal económica de Elburgon y da empleo a unas 30.000 personas. Esas grandes compañías extraen madera para exportación, mientras cientos de pequeñas empresas madereras abastecen el mercado local, en Nakuru, Molo, Elburgon y otras ciudades vecinas. Si bien la vivienda es una necesidad apremiante para todos, la madera para construcción que se vende en el país es acaparada por las clases media y alta: en Kenya, cuanto más caro es el material utilizado, más alto es el estatus social que uno tiene en la sociedad. Así, los ricos optan por casas de piedra que requieren grandes cantidades de madera para hacer el techo, mientras que la clase media elige casas enteramente de madera. Los más pobres sólo pueden acceder a casas de barro con techo de paja. La madera de construcción que sale del área de Narok llega hasta los hogares de Nairobi, Kisii, Kisumu e incluso hasta Malindi, en el litoral. Tienen gran demanda la madera de Podocarpus y la de cedro rojo, por considerarlas confiables y duraderas. La demanda de madera para energía en los hogares sigue siendo constante, especialmente porque el petróleo, el gasoil, el queroseno, el gas y la electricidad son muy caros. El carbón es la alternativa más económica, sobre todo para los hogares de los centros urbanos, que también necesitan energía barata para hervir los cereales, el alimento más barato de todos. El carbón de Ololoipangi, en Narok del sur, es transportado en cientos de camiones hacia mercados tan alejados como los de Nairobi, Kisumi, Kisii, Kiambu y Nakuru. La leña es la única alternativa para los hogares rurales. Sin embargo, un reciente informe del Instituto de Investigación Forestal de Kenya (KEFRI) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que “El gobierno keniata ha decidido salvar el Bosque Mau y tiene planes para combatir la causa principal de su destrucción: la presencia de 20.000 familias. Algunas ya han sido reubicadas.” 1 Fuente: informe sobre Kenya


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plantaciones de mandioca y plantas medicinales) estarían provocando la degradación del bosque y amenazando los medios de vida de sus habitantes, los pueblos Garo y Koch.

Los representantes de Camerún también comentaron la actitud de ciertas élites, que están dispuestas a destruir grandes extensiones de bosque para obtener ganancias realizando plantaciones de palma aceitera o de banano. Otro problema que se mencionó en Bangladesh es que se recurre a la “silvicultura social” para crear lo que no es más que plantaciones de árboles.

2 La transformación de los bosques en tierras de cultivo, sobre todo para producir madera y exportarla hacia países industrializados, prosigue a toda marcha en muchos países del mundo, con consecuencias devastadoras. Algunos productos agrícolas que se comercializan en gran volumen, como la soja (que se usa en los alimentos, como forraje y, últimamente, para producir biodiésel para el transporte) requieren cada vez más tierras y provocan la destrucción de grandes extensiones de bosque, como sucede en la Amazonía.3 También fueron mencionados otros casos menos conocidos:

2 Ver también: http://www.thedailystar.net/newDesign/news-details.php?nid=102617 por ivestigación relevante. 3 Por más información ver: www.blccarchives.org/2006/07/the_bakweri_lan.html#more

Bangladesh: la “silvicultura social” hace peligrar los bosques de Shorea robusta Muchas de las causas de deforestación directas e indirectas mencionadas en este informe existen en Bangladesh. Sin embargo, en el bosque de Shorea robusta (“sal”) del distrito de Mymensingh, la silvicultura social está teniendo efectos inesperados. La llamada silvicultura “social”, “comunitaria” o “participativa” en los bosques nacionales conlleva grandes negocios financieros, gracias a los préstamos de instituciones financieras internacionales que, de hecho, se usan para extender las plantaciones con la participación de la población. Este sistema llevó a los funcionarios gubernamentales a deforestar para realizar plantaciones, y contribuyó a destruir rápidamente la diversidad biológica de los bosques nacionales. En Modhupur, por ejemplo, donde antes había plantas medicinales en abundancia, es hoy difícil encontrar ciertas especies nativas como Gandhi Gazari, Ajuli, Dud Kuruj, Sesra, Jiga, Jogini Chakra, Kaika, Sidha, Sajna o Amloki. Fuente: informe sobre Bangladesh2

Indonesia: la reglamentación nacional y la ayuda del Estado impulsan la deforestación El taller organizado en Indonesia encontró que la reglamentación del país en materia de bosques es incoherente, que hay una gran disparidad entre los objetivos y las políticas nacionales y locales, y que estas contradicciones son el principal motor de la deforestación y la degradación de los bosques. El gobierno nacional subvenciona al sector forestal y al de la palma aceitera otorgándoles préstamos a bajo interés, importantes rebajas arancelarias para la importación de máquinas de procesamiento de madera y garantías en cuanto al abastecimiento de materia prima. Las normas sobre las plantaciones y los tratados de inversión nacionales e internacionales también contribuyen en gran medida a fomentar la deforestación y la degradación de los bosques. Fuente: informe sobre Indonesia

Las plantaciones de árboles degradan los bosques y tienen un efecto

negativo sobre los medios de vida.


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el cultivo de jengibre en las montañas de Chittagong, y la producción de coca (utilizada por las industrias de alimentación y cosméticos y para la producción de cocaína) en Colombia.

La deforestación para la cría de ganado tiene consecuencias catastróficas, como sucede en la Amazonía, donde el 73% del ganado brasileño se cría en zonas que fueron boscosas.4 Se trata de un problema apremiante también en otros países, y fue mencionado en los talleres de Colombia y Nepal. Por supuesto, a medida que crece la demanda de tierras crecen también las tensiones entre las agroindustrias y las poblaciones locales, y entre las poblaciones mismas. Los representantes de El Salvador, por ejemplo, señalaron que los grandes terratenientes presionaban sin cesar a los pequeños agricultores para que les vendieran sus campos.

Tanto en Camerún como en El Salvador fueron mencionados los problemas asociados a las actividades de pequeños agricultores en las márgenes de los bosques. En Ecuador, por ejemplo, las comunidades Cachi de la costa quieren ensanchar la zona que pueden cultivas. En Camerún, la 4 From forest to fork: The UK’s contribution to deforestation in Brazil, octubre de 2010, Amigos de la Tierra (Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte), http://www.foe.co.uk/resource/reports/from_forest_to_fork.pdf.

El Salvador: agricultores presionados en la Bahía de Jiquilisco Desde 1990, las fuentes de agua dulce y salada disminuyeron en un 75% y un 50% respectivamente. La razón principal es que los grandes terratenientes intentan comprar los campos de los pequeños y medianos agricultores, como sucede en el cinturón de manglares de la Bahía de Jiquilisco. Estos aceptan vender porque necesitan dinero pero, al hacerlo, se arriesgan a perder el acceso al mar y a las tierras del litoral donde siempre obtuvieron alimentos y forraje. Se considera que, en esta región, las principales causas directas y subyacentes de la deforestación son:

• la concentración de tierras en manos de un puñado de propietarios y el cambio de uso de los suelos, que se dedican sobre todo a cultivos de exportación como el algodón, y a la creación de praderas para alimentar ganado;

• la ejecución de grandes proyectos por parte de la industria turística; • el hecho de que las instituciones responsables no hagan respetar la legislación forestal; • la pobreza económica; • fenómenos debidos al cambio climático, como las tormentas tropicales recurrentes.

Fuente: informa sobre El Salvador

Camerún: la agricultura toma el lugar de los bosques Los bosques de la región suroeste de Camerún están amenazados por la presencia de empresas agroindustriales, por la extensión de las pequeñas propiedades agrícolas y por la explotación clandestina, pues todos – particulares, comunidades, empresas y Estado – se vuelcan hacia la tierra y los bosques como fuentes de ingresos. En la zona estudiada funcionan dos importantes compañías agroindustriales: la empresa estatal Cameroon Development Corporation (CDC), productora de caucho, aceite de palma y bananas, y Palmol Cameroon, productora de aceite de palma. Debido a la crisis económica, ambas redujeron el número de empleados. Esto tuvo un efecto inmediato sobre la deforestación, pues obligó a las personas despedidas a volver a explotar ilegalmente los bosques. La situación se complica aún más debido a la falta de reconocimiento de los derechos territoriales de las comunidades. Dicho problema hizo surgir un movimiento local, el Movimiento Bakweri de Reclamación de Tierras (en inglés BLCM). El BLCM exige indemnización y la restitución de las tierras que, luego de ser expropiadas por Alemania en el siglo XIX, fueron recuperadas por el gobierno de Camerún en 1951 y están hoy controladas por la CDC. La expansión de pequeños establecimientos agrícolas se atribuye a los efectos negativos de los programas de ajuste estructural, pues la gente recurre a la tierra para sobrevivir gracias al cultivo de productos alimenticios. La pobreza y el crecimiento demográfico son causas importantes de la presión que soportan los bosques. Fuente: informe sobre Camerún


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creación de pequeñas plantaciones de palma aceitera y de hevea para aumentar los ingresos aumenta la presión sobre los bosques. Del mismo modo, en Kenya, la fuerte competencia por la tierra tiene efectos graves sobre los bosques, por diversas razones: el desplazamiento de colonos hacia los bosques, la deforestación para la obtención de tierras cultivables, la venta de tierras baratas a agricultores de zonas vecinas por parte de pobladores indígenas o locales que desean conseguir dinero en forma rápida para mejorar su situación. Durante el taller de Bangladesh, los participantes insistieron sobre el problema de la competencia entre comunidades indígenas y colonos, y se manifestaron muy preocupados por el método de cultivo sobre chamizado (jhum) que practican los colonos bengalíes en los territorios indígenas.

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5 Como lo describe el PNUMA, ver: www.iapad.org/publications/mau_crisis_2005f.pdf

Kenya: “Masai Mau es un bosque sitiado” El bosque Masai Mau forma parte del Complejo Mau, el mayor bosque de Kenya. Los Ogiek dependen de él para la caza y la recolección de miel (“ogiek” significa, literalmente, custodio de todas las plantas y animales salvajes), mientras que los Masai encuentran allí agua y alimento para el ganado durante la estación seca. Este bosque está retrocediendo a toda velocidad debido a la competencia permanente de las poblaciones indígenas entre ellas (provocada por la legislación territorial de origen colonial), pero también a los conflictos entre las poblaciones no indígenas que necesitan tierras fértiles. La situación se volvió aún más compleja cuando el Consejo del Condado de Narok otorgó títulos de propiedad ilegales a los consejeros locales. 5 El capitalismo occidental se está arraigando en las comunidades indígenas de Kenya. Esto lleva a las poblaciones de recolectores-cazadores y de pastores a emprender actividades remunerativas para mejorar su situación. Así, las poblaciones rurales adyacentes a Masai Mau vendieron sus tierras para conseguir rápidamente grandes sumas de dinero. Los principales compradores son los Kipsigis, agricultores de los distritos de Bomet y Kericho; en menos de cinco años deforestaron y degradaron miles de acres de bosque. La producción de cereales invade sin cesar las márgenes del bosque; el cultivo de trigo resulta muy atractivo porque es muy rentable pero, si bien la región de Narok es hoy la mayor productora de trigo del país, esto no se debe a la mejora de las técnicas agrícolas sino al aumento de la superficie plantada. Esto conlleva un aumento de la deforestación. Además de destruir el ecosistema boscoso, la deforestación reduce las reservas de agua y la productividad de la tierra, como se vio durante las graves sequías de 2005 y 2006. El PNUMA estimó que 10 millones de keniatas dependen del agua que baja de Masai Mau, incluso para la generación de electricidad.6

Por otra parte, la necesidad de madera de construcción es un factor de deforestación en el bosque Mau oriental. Las mayores empresas madereras del país, Timsales y Comply, están instaladas en Elburgon y Nacuru respectivamente, dos ciudades ubicadas en el linde del bosque. La demanda de madera como fuente de energía para los hogares es constante, sobre todo debido al alto precio del petróleo, del fuel-oil, del queroseno, del gas y de la electricidad. El carbón es la opción menos onerosa, sobre todo en los centros urbanos. El carbón producido en Ololoipangi, Narok Sur, es transportado por cientos de camiones hasta mercados tan remotos como los de Nairobi, Kisumi, Kisii, Kiambu y Nakuru. Los Ogiek salieron muy mal parados cuando los británicos crearon reservas tribales en Kenya: inicialmente, ni siquiera recibieron tierras, porque vivían en pequeños grupos dispersos. Esta diferenciación fue creando progresivamente fuertes tensiones entre los Ogiek y los Masai, así como conflictos territoriales y culturales. Además, desde 1993 el gobierno de Kenya estableció a personas de otras comunidades en el bosque Mau, lo cual exacerbó aún más el problema, pues los Ogiek se alarman al ver que se destruye el bosque del cual depende su existencia. Las tensiones permanentes los llevaron a buscar refugio en el bosque, pero también obligaron a muchos de ellos a abandonar su estilo de vida tradicional. Casi el 90% de los Ogiek se han vuelto agricultores o pastores, y sólo el 10% restante vive en el bosque.7 Su futuro está en juego, pero la situación podría mejorar: gracias a las presiones locales e internacionales, el gobierno formó un consejo de ancianos encargado de tratar el problema de ese pueblo en el bosque Mau, y en él participan 60 Ogiek. Por otra parte, el proyecto de R-PIN presentado por Kenya al Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques dice que “Los habitantes del bosque y las poblaciones aledañas... tienen un papel fundamental en la protección, la gestión y la conservación de esos bosques, que son bienes nacionales importantes... El programa REDD propuesto será ejecutado aplicando la Ley Forestal de 2005, que apunta a garantizar la participación comunitaria en la gestión de los bosques. Esto permitirá a los pueblos indígenas beneficiarse con las actividades de forestación, reforestación, restauración y conservación de los bosques”. 8 Fuente: informe sobre Kenya


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Los conflictos por la tierra La inseguridad de los derechos territoriales fue mencionada en los talleres de Bangladesh, Camerún, Ghana, Filipinas y Tayikistán como causa importante de deforestación y conflictos, aunque por razones diferentes. La más importante es quizás la inseguridad en materia de ocupación y propiedad de las tierras a la que están sometidos muchos habitantes tradicionales del bosque, pueblos indígenas que se ocupan de él desde hace siglos. Los gobiernos nacionales raras veces reconocen sus derechos, y a menudo son expulsados de sus territorios, incluso por medio de la violencia. Eso sucedió luego de la creación de muchas áreas protegidas, y podría suceder también con el sistema REDD, a medida que los bosques se vuelven económicamente más valiosos y por ende más interesantes para los inversores. El taller colombiano criticó que se recurra a la creación de áreas protegidas para conservar los bosques, y recordó que dicho sistema no había logrado frenar la deforestación durante los últimos 20 años. Del mismo modo, el taller filipino afirmó que el concepto de “área protegida” viola los derechos de los pueblos indígenas a los recursos del bosque al impedirles recorrer sus territorios tradicionales y de obtener allí su sustento. La imposibilidad de ingresar en sus tierras también está provocando la desaparición de los conocimientos tradicionales sobre el manejo sostenible de los bosques. En algunos países, los conflictos derivados de la incertidumbre jurídica con respecto a quienes tienen derecho a vivir en el bosque se ven agravados por las disposiciones constitucionales sobre la propiedad de los bosques y las tierras. Por ejemplo, el principio de terra nullius que se aplica en Etiopía implica que las tierras desocupadas carecen de propietario y que el gobierno puede darlas a quien quiera. Dado que el término “desocupado” no ha sido definido, se teme que los bosques comunitarios caigan dentro de esa categoría. De modo similar, en Filipinas, los bosques habitados por indígenas son considerados tierras nacionales o propiedad del gobierno, en virtud de la Declaración Presidencial nº 705. Las leyes de este tipo privan a los pueblos indígenas de sus derechos inherentes y de su responsabilidad tradicional de mantener, desarrollar y proteger los bosques; además, legalizan la apropiación de tierras. Esto tiene una consecuencia inmediata catastrófica para los jóvenes indígenas, que comienzan a perder su identidad y su cultura: arrastrados hacia el laberinto moral de las ciudades, deben luchar para conservar sus creencias tradicionales o sumergirse en la cultura urbana y sus peligros. Las apropiaciones de tierras de este tipo también figuraron en el taller colombiano, donde se mencionó la afectación de parte de los resguardos indígenas a la minería y la extracción de hidrocarburos. Esta modificación de las fronteras de las reservas es escandalosa y representa una violación extrema de los derechos de los pueblos indígenas. No es por tanto sorprendente que la participación de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la concepción de políticas e instituciones para el manejo de los bosques sea también un problema acuciante, persistente y muy generalizado. Se lo encuentra incluso en proyectos piloto del sistema REDD que, en un principio, habían sido presentados como ventajosos para dichos pueblos.9 Industrialización, urbanización e infraestructuras La industrialización, la urbanización y la proliferación de la construcción de infraestructuras fueron consideradas como factores determinantes de la deforestación en los talleres de Bangladesh, Bulgaria, Camerún, Colombia, El Salvador, Ghana, India, Kenya, Nepal, Panamá, Papúa Nueva Guinea y Filipinas. Si bien es indispensable desarrollar la economía de los países pobres, nada parece indicar que dicho desarrollo se realice respetando los bosques, a pesar de los pedidos y requerimientos de las comunidades y los pueblos afectados y de las organizaciones de la sociedad civil.

6 Ver: http://www.ogiek.org/news/010206maasai.htm. 7 See http://www.ogiek.org/indepth/owc-org-profile.htm 8 The Forest Carbon Partnership Facility (FCPF), Readiness Plan ldea Note (R-PIN), Gobierno de Kenya, 8 de marzo de 2008, http://www.forestcarbonpartnership.org/fcp/sites/forestcarbonpartnership.org/files/Documents/PDF/Kenya_FCPF_R_PIN.pdf. 9 Ver REDD: la realidad en blanco y negro, Friends of the Earth International, a publicarse próximamente, www.foei.org.


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Además, parecería que, en algunos países, dichos factores están obstaculizando proyectos comunitarios específicamente concebidos para conservar los bosques. En la India, por ejemplo, la conservación comunitaria de los bosques se ve directamente amenazada por el gobierno, que permite a empresas privadas y públicas excavar minas, construir carreteras y ejecutar proyectos industriales de otro tipo. En todos los lugares concernidos, la población ha protestado contra la deforestación que eso implica. El gobierno suele ignorar las iniciativas comunitarias, impidiendo así que la población se beneficie; en cambio, acepta dar subsidios, facilidades y otros estímulos a las grandes empresas en cuestión. En ciertos casos, el apoyo gubernamental llega al extremo de cerrar los ojos ante las violaciones de las leyes y políticas ambientales que cometen dichas empresas. Los sectores industriales más considerados como amenazas directas para los bosques fueron la minería, el petróleo y el gas, sobre todo en Bangladesh, Camerún, Colombia, India, Papúa Nueva Guinea y Filipinas. En Bangladesh se mencionó la prospección gasera, sobre todo en la región de Sylhet, y en Camerún, la contaminación petrolera de los manglares del país por parte de la Sociedad Nacional de Refinación (SONARA).

La construcción de carreteras, viviendas, represas y otras instalaciones de gran tamaño figura entre las principales causas de la pérdida de bosques. Las carreteras fueron vistas como un problema clave por los talleres de El Salvador, India, Kenya y Panamá. El Salvador, por ejemplo, padece el saqueo sistemático de recursos naturales debido a la ejecución de grandes proyectos como campos de golf, viviendas de alto nivel y nuevas carreteras, sobre todo en las zonas de Monte San Jacinto, El Boquerón, Cordillera del Bálsamo y Finca El Espino. Lo más importante es que la mayor parte de esos proyectos no apuntan a beneficiar a la población de bajos recursos; por el contrario, están destinados a satisfacer las necesidades de las grandes empresas y las élites locales e internacionales. También fue mencionada la IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional en Sudamérica), un plan de desarrollo transcontinental que incluye la construcción de nuevas carreteras,

Colombia: las comunidades indígenas contra el petróleo El taller colombiano sobre las causas subyacentes de deforestación y degradación tuvo lugar en la selva de Orinoquía, en la Maloka Maguaré. Su objetivo era reunir a las autoridades espirituales tradicionales y los líderes indígenas de Orinoquía y Amazonía, para que identificaran los peligros que se ciernen sobre sus territorios. El taller permitió también documentar un estudio de caso (Puerto Gaitán, Meta), examinar la situación actual del proceso de titularización de los territorios indígenas, y reflexionar sobre el sistema REDD con el fin de incluir este tema relativamente nuevo en el programa de actividades indígenas a nivel nacional, regional e internacional. El caso de Puerto Gaitán fue muy ilustrativo. Alrededor de la zona hay muchos terrenos de prospección petrolera, y las comunidades indígenas de los cinco resguardos en los que el petróleo provocó conflictos – Wacoyo, Vencedor-Pirirí, Walabó, Corozal y Tapaojo – dicen que la industria petrolera trajo problemas de prostitución y alcoholismo y que los lugareños ya no pueden pescar en sus territorios. A partir de la década de 1940, varios grupos indígenas de la Orinoquía colombiana sufrieron un intenso proceso de etnocidio y expropiación territorial, durante el cual se mató a miles de personas para robar sus tierras. Así perdieron territorios en Puerto López, sobre el río Manacacias, en casi toda la cuenca del río Meta, en el lago Carimagua, en casi toda la región del río Casanare, en Caño Cabiona, en Casibare y en buena parte de Vichada. Fueron expulsados por la fuerza de la reserva de Yurimena, de la de San Luis-Puerto Livinaca, de parte de la reserva de Guacoyo y de parte de las reservas de Asaliba, Planas, Unuma y Vencedor Pirirí. El grupo indígena Sikuani, de Puerto Gaitán, ve especialmente amenazados su acceso al territorio y sus derechos humanos, como resultado directo de la prospección y explotación petrolera que realizan diez empresas, la más importante de las cuales es Pacific Rubiales (productora canadiense-colombiana de petróleo y gas natural). El Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER) modificó las fronteras de los resguardos indígenas, de modo que una parte de sus territorios pasó a manos privadas. Sin consulta ni acuerdo de las comunidades, INCODER transfirió ilegalmente los títulos de propiedad a colonos no pertenecientes a la comunidad Sikuani. Fuente: estudio de caso sobre Colombia

Deforestación del bosque de la aldea Lapanga para ensanchar una carretera en la India. Fotografía: Kalpavriksh (Pune/Delhi) y Vasundhara (Bubhaneswar)


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hidrovías, puertos e instalaciones energéticas y de comunicación, con el fin de extraer y exportar los recursos naturales del continente y de desarrollar la agricultura industrial. Treinta y un proyectos prioritarios están en obra en toda Sudamérica, de un costo total de 4.300 millones de dólares. El mayor es el complejo hidroeléctrico y la hidrovía Madeira-Marmoreé-Beni-Madre de Dios, en la Amazonía, donde dos represas gigantes transformarán el río Madeira (el mayor afluente del Amazonas) en una colosal vía navegable. La IIRSA podría fomentar la extracción ilegal de madera a lo largo de las nuevas carreteras y vías fluviales, en desmedro de vastas extensiones de la selva amazónica.10 También las represas son motivo de preocupación, sobre todo en Filipinas y Bangladesh. En los montes Chittagong de Bangladesh, por ejemplo, las intervenciones debidas al proyecto hidroeléctrico de Karnaphuli y a la represa de Kaptai son la causa principal de la deforestación de las montañas. También en Bangladesh fue mencionada la conversión de tierras boscosas para fines militares. La urbanización fue considerada como factor clave de la pérdida de bosques en países como Bulgaria, El Salvador y Kenya. Los participantes del taller keniata, por ejemplo, señalaron que la expansión de zonas urbanas conlleva un gran peligro para los bosques del país: Nairobi pone en peligro los bosques de Ngong y Karura; Kakamega el bosque de Kakamega, y Nakuru el de Menengai. Las ciudades de Elburgon y Molo hacen presión sobre los bosques Mau y Molo. Las ciudades crecen muy rápido, debido en parte al éxodo rural, que es uno de los más intensos de África. Todo aquel que termina los estudios secundarios se muda a los centros urbanos, pensando que sólo allí podrá avanzar en su carrera. El crecimiento demográfico que ocurre en varios países implica el aumento de la demanda de tierras, carreteras y viviendas, lo cual intensifica considerablemente la demande de madera y, por lo tanto, la deforestación, como sucede en Camerún, Etiopía, Ghana, Kenya, Nepal y Panamá. Según los talleres de Colombia, El Salvador, Panamá y Filipinas el turismo, e incluso el ecoturismo, impulsan la deforestación. (Sin embargo, algunos pensaron que también podría fomentar la restauración de los bosques, aunque especificaron que todo depende del tipo de turismo, incluso en el subsector ecoturístico). Ahora bien, la falta de infraestructuras puede también ser un inconveniente. En Kenya, por ejemplo, la red vial es casi inexistente en torno a Masai Mau, sobre todo en Narok Sur. Las rutas, cuando existen, se vuelven impracticables durante la estación lluviosa. Esto hace casi imposible vigilar la extracción de madera y el comercio del carbón, y hacerles respetar las leyes forestales. El transporte local de los troncos ilegales hacia el mercado se hace a lomo de burro. Mala planificación central, falta de voluntad política e insuficiente capacidad En varios talleres, una serie de problemas relativos a la capacidad y la responsabilidad de los gobiernos centrales y locales surgieron como causa subyacente de la deforestación y la degradación de los bosques (además de la corrupción de la que hablaremos luego). Los países afectados fueron Bangladesh, Camerún, El Salvador, Georgia, Ghana, India, Kenya, Panamá, Papúa Nueva Guinea, Filipinas y Ucrania. La falta de gobernanza y de una planificación central eficaz se consideró primordial, con leves diferencias según el país. En Georgia, por ejemplo, se señaló el número insuficiente de funcionarios calificados o informados sobre el manejo sostenible de los bosques, la escasa planificación, el monopolio estatal sobre el manejo y la propiedad de los recursos forestales, los puntos débiles de la legislación, la falta de financiación adecuada para lograr la viabilidad del sector forestal, y la no adopción de un enfoque intersectorial. El taller de Panamá criticó la falta de políticas estatales claras para la vigilancia de los bosques, el sistema nacional de áreas protegidas, el reconocimiento de los territorios ancestrales indígenas como unidades de conservación, el desarrollo económico de las regiones o territorios Kuna, y el desarrollo estratégico de regiones o pueblos. En el taller de la India surgieron preocupaciones por la poca atención que se presta a los bosques en la planificación y el presupuesto asignado por el gobierno central y los gobiernos estatales, la

10 Por más información ver la página de IIRSA/International Rivers, consultada el 28 de octubre de 2010: http://www.internationalrivers.org/en/am%C3%A9rica-latina/iirsa.


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debilidad de los mecanismos de control, que no permiten luchar contra las violaciones de la reglamentación cometidas por la mafia forestal, los industriales y otros, y la debilidad o la distorsión del mandato de organismos oficiales tales como el Ministerio de Medio Ambiente y Bosques y los departamentos forestales estatales. En El Salvador no hay disposiciones municipales que reglamenten las actividades forestales, y tanto la política como la legislación ambiental del Estado siguen permitiendo la ejecución de proyectos de construcción que implican deforestar. En Ucrania, las reformas en materia de comercialización con respecto al sector forestal no fueron las apropiadas, y el Estado sigue controlando el manejo de los bosques y la extracción de madera; la inversión financiera es insuficiente, y las consideraciones económicas de corto plazo tienen prioridad sobre los métodos de gestión forestal. En Ghana, la capacidad institucional es insuficiente, así como los recursos asignados a la conservación de los bosques y la promoción de la investigación en materia de silvicultura. Las políticas gubernamentales carecen de coherencia, los contratos para la comercialización de madera están mal formulados, y la distribución de los ingresos es injusta. En Panamá se habló del problema que implica el método directivo e inapropiado para la toma de decisiones; además, ni el sistema que se aplica a la propiedad privada ni el que rige la propiedad estatal han logrado restaurar los bosques. La falta de capacidad y de voluntad política fue considerada como clave en países como Bulgaria, Camerún, El Salvador, Georgia, Ghana, panamá y Filipinas, donde los problemas mencionados fueron la falta de equipamiento apropiado, la mala gestión de los títulos de propiedad, y la aplicación de sistemas obsoletos. Los gobiernos no desean o no pueden hacer cumplir la legislación forestal y otras leyes nacionales sobre el ambiente, sobre todo cuando hay en juego proyectos de gran envergadura o requerimientos contradictorios de los sectores forestal y aceitero. En Ecuador, por ejemplo, las comunidades quieren proteger los bosques, pero el Ministerio del Medio Ambiente sigue otorgando permisos de explotación, incluso en las reservas protegidas. En general, esa actitud negligente, que suele estar acompañada por la corrupción, lleva a las comunidades locales a desconfiar de las autoridades, lo cual podría complicar las iniciativas futuras de manejo de los bosques y las consultas correspondientes. A esto se agrega que las poblaciones locales carecen de información sobre la gestión y la reglamentación forestal, debido a que no fueron consultadas. Para poder restaurar los bosques del mundo será necesario eliminar dichos obstáculos.

Extracción ilegal de madera y corrupción Extracción ilegal de madera y corrupción

India: el Estado intenta apoderarse del manejo comunitario de los bosques El taller de la India permitió saber que el Departamento Forestal intenta apoderarse de los bosques comunitarios, transformando las iniciativas de manejo comunitario, que son muy elaboradas, flexibles, matizadas y apropiadas a cada lugar, en proyectos uniformes de manejo colectivo sobre los cuales el Estado pueda ejercer un control mucho mayor. Esto ha hecho surgir muchos problemas que agravan la deforestación, la degradación de los bosques y la falta de poder de las poblaciones del bosque. Fuente: informe sobre la India

Deforestación en la Amazonía.

Impacto de las plantaciones en la Amazonía. Fotografía: Camila Moreno


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La extracción ilegal de madera y la corrupción siguen siendo causas clave de la deforestación y la degradación de los bosques, como se vio en los talleres de Bangladesh (Sundarbans), Bulgaria, Camerún, El Salvador, Georgia, Ghana, Indonesia, Kenya, Nepal, Panamá y Papúa Nueva Guinea. En Bulgaria, por ejemplo, uno de los más graves problemas de los bosques es la tala ilegal combinada con la corrupción: así lo dijo el 71% de las personas entrevistadas, y una investigación posterior lo confirmó. Sin embargo, las causas subyacentes de la tala ilegal y la corrupción son variables, y es necesario tenerlo en cuenta para poner fin a la deforestación. Por ejemplo, cuando la explotación clandestina proviene de la existencia de economías paralelas en el sector forestal, de intereses económicos “prioritarios” y de la corrupción, debe ser tratada de manera totalmente diferente a la que proviene de la pobreza económica, de la falta de combustible y de la carencia de medios de vida alternativos. La corrupción es endémica en muchos lugares y representa un obstáculo considerable para la aplicación de medidas de protección de los bosques. Así sucede en Bulgaria, El Salvador, Ghana, Kenya, Panamá y Papúa Nueva Guinea. Los culpables de esto son funcionarios gubernamentales, empresas y, a veces, incluso líderes comunitarios. Las leyes quizás existan, pero no son aplicadas, por falta de voluntad política y porque no se asignan a este efecto los recursos financieros necesarios. Eso facilita la proliferación de la corrupción y el otorgamiento de permisos, a pesar de que la legislación nacional e internacional proteja los ecosistemas y las especies en peligro. En ciertos casos, se requiere muy poco dinero para comprar el consentimiento de los líderes comunitarios. Tal situación resultó evidente, por ejemplo, en los estudios de caso sobre las regiones central y litoral de El Salvador, donde algunos funcionarios del Ministerio del Medio Ambiente favorecen y defienden los intereses de las élites económicas que emprenden grandes obras de infraestructura. (El Taller de El Salvador permitió a los participantes conocer mucho mejor todo el problema de la corrupción y las relaciones directas entre la deforestación y la ausencia de leyes estrictas, o la falta de aplicación de las existentes.)

En Kenya, se consideró que los problemas políticos eran los principales responsables de la destrucción del bosque de Mau Oriental. Los participantes observaron que buena parte de la superficie boscosa había sido transferida a electores potenciales de las populosas comunidades. Además, los políticos se otorgaron a sí mismos vastas extensiones de tierra para venderlas a bajo precio con el fin de financiar sus campañas electorales. Durante una discusión abierta, todos los participantes del taller coincidieron en que muchos políticos pedían que se desclasificara ciertas zonas del bosque para poder cederlas a intrusos pertenecientes a su circunscripción electoral (ver el estudio de caso Kenya: la tala del bosque Mau Oriental). Además, parece que el personal forestal y los funcionarios de la administración distrital están bastante desanimados debido a que perciben sueldos muy bajos. Esto los lleva a aceptar sobornos, lo cual permite que prosperen la tala ilegal y el comercio del carbón. A pesar de las barreras destinadas a detener esas actividades, centenares de camiones cargados de dichos productos

El Salvador: corrupción en la Bahía de Jiquilisco y la Cordillera del Bálsamo Los dos estudios de caso sobre El Salvador, realizados en las zonas de Bahía de Jiquilisco y Cordillera del Bálsamo, revelaron la existencia de causas de deforestación comunes a ambas. Entre las principales figuran la corrupción y la no aplicación de las leyes ambientales. En el caso de Cordillera del Bálsamo, se observó que la situación permitía a ciertos grupos de interés, como empresas de construcción y grandes terratenientes, sobornar a los funcionarios. Además, la pobreza relativa de la zona predispone a la gente a aceptar los proyectos, sobre todo cuando se los presenta como socialmente responsables. Esto se agrega a las políticas públicas destinadas a facilitar proyectos de gran envergadura, turísticos o de otro tipo, ejecutados por actores poderosos en lugares como la Bahía de Jiquilisco. Los grandes proyectos de infraestructura, como la carretera trans-salvadoreña Transversal del Norte, están también respaldados por los tratados bilaterales e internacionales de comercio e inversión. Fuente: informe sobre El Salvador


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circulan cada semana por esas mismas carreteras sin ser detenidos. Los funcionarios encargados de las barreras se enriquecen gracias a los sobornos que reciben y, si bien algunos infractores son arrestados, pronto se los libera. A veces se confisca la madera y el carbón ilegales, pero los mismos funcionarios que lo hacen los dirigen al mercado negro. Entre otras ilegalidades mencionadas figuran la ocupación de tierras boscosas para dedicarlas a la agricultura, la vivienda y la industria en Mymensingh, Bangladesh, las actividades ilícitas de agentes exteriores en los territorios Kuna de panamá, y la exportación clandestina de productos a base de plantas en Nepal. Pobreza y falta de fuentes de ingresos alternativas La pobreza económica y la falta de medios de vida alternativos fueron mencionadas como causas subyacentes de la pérdida de bosques en Bangladesh, Camerún, Ecuador, El Salvador, Etiopía, Ghana, India, Kenya, Nepal y Panamá. El informe sobre la India comenta “la aparición de fallas en las relaciones, hasta ahora simbióticas, de la población y los bosques, y la falta de materiales apropiados... que obligan a personas extremadamente pobres a explotar los recursos del bosque de manera no sostenible o a colaborar con la mafia forestal”. En Ecuador, se describió una situación típica de la región amazónica: las personas necesitan dinero para alimentar a sus familias y educar a sus hijos, pero no tienen oportunidades económicas. Los bosques les importan pero, en casos de emergencia, venden madera a bajo precio. En San Pablo, una persona dijo: “Vendemos a los comerciantes que vienen de Quito, vendemos tablas para comprar ropa, comida, para cubrir las necesidades de la familia”. Las familias realizan la venta, a escondidas de las autoridades, porque necesitan dinero. Cuando contactan a alguna comunidad, los comerciantes intentan quedarse allí más tiempo para comprar más árboles. El desempleo es endémico y tiene considerables repercusiones sobre los bosques. En todas partes del mundo, los jóvenes sin trabajo recurren a los bosques para obtener productos no madereros o tierras de cultivo. En Kenya, por ejemplo, en la reserva de fauna de Masai Mara, el sector turístico ofrece algunos empleos pero éstos son muy codiciados y están reservados para trabajadores calificados que se suele traer de otros distritos. Aparte de eso, los únicos puestos disponibles están en la enseñanza y la administración local; no hay casi ninguna organización o empresa donde los jóvenes puedan trabajar. En la región de Narok, por ejemplo, la única industria es un molino harinero. La falta de educación es también una causa subyacente y muy importante de deforestación. Sin educación, la gente no puede encontrar o crear medios de vida alternativos, ni disminuir su dependencia de los recursos forestales. Precisamente, ésa es la situación general en Sundarbans, Bangladesh, donde el índice de alfabetización es muy bajo. Por otra parte, pocas personas poseen tierras agrícolas, y la zona no es apta para el cultivo del arroz. Así, la población se ve obligada a extraer productos del manglar para conseguir dinero y comprar los cereales que necesita. La crisis económica desencadena una intensificación de la deforestación en algunos lugares. En Camerún, por ejemplo, las empresas agroindustriales despidieron a trabajadores y eso hizo aumentar la tala clandestina. En Georgia, la población dependería cada vez más de los recursos del bosque debido al estancamiento económico y la depreciación de la moneda. El cambio climático y otras causas de desaparición “natural” de los bosques Es innegable que los bosques pueden desaparecer a causa de catástrofes naturales, como las tormentas tropicales y los incendios. Sin embargo, incluso en estos casos la situación se complica debido a la influencia humana, a nivel mundial en cuanto al cambio climático, y a nivel nacional en cuanto a las técnicas de manejo forestal. Así, en países como Bangladesh, El Salvador, Georgia, Ghana y Nepal, se atribuyó al cambio climático los incendios forestales, las tormentas tropicales, las inundaciones y las enfermedades; en otros (Bulgaria, Georgia y Kenya), se mencionó la insuficiencia de medidas de protección contra incendios, la inadecuación de los métodos para combatir plagas y enfermedades, y la falta de cuidado de los almácigos transplantados.


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Las políticas económicas neoliberales perpetúan el consumismo y la pobreza Varios países (Bangladesh, Camerún, El Salvador, Ghana, India, Panamá y Papúa Nueva Guinea) enfatizaron que la globalización económica neoliberal, centrada en el comercio internacional y la inversión, es la base de todas las causas subyacentes enunciadas (y es también, quizás, la más profunda de todas). Las políticas neoliberales y los acuerdos comerciales, junto con la deuda de muchos países pobres, perpetúan un modelo comercial que fomenta el consumismo, la producción industrial y la exportación de materias primas producidas en el Sur. También es un sistema que favorece a las grandes empresas poderosas, capaces de influir tanto sobre las políticas gubernamentales como sobre los precios del mercado, y que marginaliza cada vez más a quienes, por falta de dinero, no pueden participar en el proceso, o a quienes son percibidos como obstáculos. Toda esta estructura tan poco igualitaria está sostenida por los tratados de comercio e inversión, y por poderosos mecanismos para la resolución de diferendos, como el de la Organización Mundial de Comercio. Los programas de ajuste estructural (PAE) propuestos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han obligado a muchos países en desarrollo a depender más de sus exportaciones, en el marco de un programa de reestructuración económica más amplio que ha empobrecido a millones de personas. Así, el taller de Camerún señaló que la pobreza provocada por los PAE era una de las causas subyacentes del aumento de la tala clandestina y del debilitamiento de las autoridades encargadas del manejo de los bosques.

“La globalización y la crisis ecológica que vemos hoy en día están estrechamente relacionadas. La lógica de la etapa de globalización actual, donde dominan los intereses económicos, está basada en la externalización de los costos ambientales y sociales del desarrollo, y desemboca inevitablemente en la degradación ecológica, la disminución de la diversidad biológica, la degradación sociocultural, etc. Raras veces las empresas se hacen responsables de los daños que provocan en el ambiente. La globalización lleva a comercializar y a procesar los recursos forestales de la India para satisfacer la demanda de combustible del primer mundo. Por ejemplo, en la región de Orissa se explota implacablemente el mineral de hierro, el carbón y otros minerales primarios, sin preocuparse por el mantenimiento del hábitat natural.” Fuente: informe sobre la India

Mujer cargando forraje, Nepal. Fotografía: Patrick Durst


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5. Causas subyacentes e incentivos para conservar y restaurar los bosques Tanto en los talleres sobre las causas subyacentes de la pérdida de bosques como en los que estudiaron los motivos e incentivos que llevan a conservarlos, fueron propuestos varios métodos y alicientes para combatir las primeras y fomentar los segundos. Es particularmente interesante tener en cuenta que, si bien los talleres tuvieron lugar en muchas regiones diferentes del mundo, con más de 1.200 participantes que representaban múltiples culturas y perspectivas, sus conclusiones fueron notablemente solidarias, y muestran claramente lo que se considera esencial para conservar y restaurar los bosques del mundo. Lo que sigue es un resumen de dichas propuestas. (Cabe precisar que, más que de una “posición común”, se trata de una “evaluación colectiva”.) Somos los custodios de la Madre Tierra Los pueblos indígenas no ven los bosques de manera reductiva y mecánica. Los bosques forman parte de la existencia y la identidad de pueblos y comunidades, están intrínsecamente ligados a la vida misma, tanto en el plano espiritual como en el plano práctico. Los bosques son el centro de las tradiciones y la cultura de muchos pueblos indígenas, pero también son el lugar de origen de sus alimentos, medicamentos y materiales de construcción. Para algunos, el bosque alberga a sus dioses y, por lo tanto, tiene gran importancia espiritual. De este modo, los pueblos indígenas del mundo entero están muy motivados para conservar los bosques y restaurar los que otros han dañado, porque se ven a sí mismos como custodios de la Madre Tierra (la Pachamama de las culturas andinas). Durante el segundo taller organizado en Panamá en 2010, Geodisio Castillo explicó que “los pueblos indígenas siempre consideraron que este territorio era sagrado y que de su salud y conservación dependían el bienestar y la salud del planeta. Ésa es la visión que impulsó siempre a nuestras comunidades a mantener el territorio en buen estado y a restaurarlo. Intentamos recuperar las tierras ancestrales usurpadas y devolverles la vitalidad, recrear los bosques como eran en otros tiempos, antes del avance de la agricultura occidental y la deforestación”. Ha quedado ampliamente demostrado que los pueblos indígenas cuidan los bosques. En Panamá, por ejemplo, es fácil comprobar que los bosques que quedan se encuentran en sus zonas reservadas, las Comarcas. En Kenya, el apego que sienten los Yiaku por el bosque de Mukogodo garantiza su protección y conservación. La percepción del bosque como un todo fue considerada clave en casi todos los talleres sobre las causas de su conservación y restauración, en Colombia, Panamá, Tanzania, Uganda e India.

Cargando un canasto de plantas de sembradío, Filipinas. Fotografía: Patrick Durst


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El informe sobre Panamá señala que las áreas protegidas son una parte esencial de la respuesta pero sólo si los bosques de dichas áreas son manejados por los nativos del lugar, si son ellos quienes preservan esos bosques de los cuales dependen día a día. Sin embargo, la función que cumplen los pueblos indígenas en la protección de los bosques del mundo parece ser siempre ignorada, así como las ventajas que implicaría el aprovechar sus conocimientos y encargarles dirigir la restauración. Esto coincide con el desconocimiento persistente de los derechos de dichos pueblos, y en particular de sus derechos sobre las tierras y territorios que poseen u ocupan, como dice la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP).11 Es indispensable y urgente transformar completamente el modo como se desarrollan las iniciativas como el sistema REDD, dirigidas a reducir la deforestación. No basta consultar a los pueblos indígenas, incluirlos en los procesos de elaboración y decisión y lograr que participen equitativamente de los beneficios. Es absolutamente necesario comenzar por respetar el acceso de dichos pueblos a sus recursos forestales, velar por que dicho acceso no pueda verse interrumpido ni limitado, y aplicar realmente el principio del consentimiento previo, libre e informado. Más aún, convendría dejar de considerar los bosques como mercaderías comerciales y apelar a los pueblos indígenas para que dirijan la restauración de los bosques gracias a sus conocimientos y a los lazos persistentes que mantienen con ellos, prestándoles la ayuda financiera y el respaldo que sean necesarios. El taller colombiano llegó precisamente a esta conclusión: el actual proyecto REDD no cambia nada. Se limita a fijar un precio para cada cosa, sin intentar siquiera abordar las razones por las cuales existen las agro-industrias, el monocultivo y las plantaciones, los paramilitares o los sistemas de

11 La Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 13 de septiembre de 2007, por una mayoría de 144 Estados. Los principales artículos referentes a los pueblos indígenas y los bosques son: 18, 19, 25, 26, 31 (1) y 32 (1). Texto de la UNDRIP: http://www.un.org/esa/socdev/unpfii/es/drip.html.

El pueblo tribal Munda de Jharkhand, India En el sistema tradicional de manejo comunitario del bosque, llamado Mundari Khutkatti, que practica el pueblo tribal Munda, la vida y el sustento de los habitantes giran en torno a los bosques que han preservado y restaurado durante generaciones. Los incentivos monetarios no existen allí. Creen que los bosques pertenecen a la Madre Tierra y que ellos son los encargados de protegerlos y conservarlos para la posteridad. Los bosques forman parte de su vida cotidiana, de su cultura y su identidad, y alimentan a su comunidad. Creen firmemente que los beneficios económicos no contribuyen a que se los restaure y conserve; al contrario, temen que el dinero sea la causa de su ruina. Fuente: estudio de caso sobre la India

Uganda: el clan Bahagya-Bafunjo y el bosque de Kintu El bosque situado en la parte occidental de Uganda, en el distrito de Hoima, pertenece al clan Bahagya-Bafunjo. La ubicación de este bosque habría sido descubierta por los ancestros del jefe del clan. Las comunidades respetan el bosque por ser el hogar de su espíritu/dios (Isowera). Allí van los miembros de las aldeas y del clan para calmar sus espíritus y orar por el éxito de un casamiento, un buen trabajo, educación y dinero. Gracias a las connotaciones que le atribuyen, el bosque sobrevivió a los usurpadores, a los explotadores y a la conversión de tierras para la agricultura. También se transformó en un “centro de recursos” donde tienen lugar reuniones interculturales y donde se fomenta la investigación. Se trata de un precedente excelente para los visitantes de otras culturas, quienes pueden aprender a reproducir los mismos métodos en otros lugares para ayudar a conservar los bosques de sus regiones respectivas, en esta era de cambio climático. Senabulya Edward (Bosque de Kintu, Mukono) explicó que Kintu fue el primer rey de Buganda, el mayor reino tradicional del país; amaba mucho a la naturaleza y este bosque era el resultado de su afincamiento en dicho lugar. Dijo que se componía de árboles de casi 300 años, y que allí encuentran víveres y medicamentos. También dijo que no él permite cortar madera. Este bosque fue preservado gracias a las culturas y a amenazas de tipo “si cortas un árbol, morirás”. No alienta a la gente a plantar árboles occidentales (exóticos) porque arruinan el suelo y la diversidad biológica. También dijo que los árboles nativos son más importantes para la cultura. Para mantener y proteger los bosques, alienta a otros aldeanos a plantar tantos árboles como puedan, y exhorta al gobierno a hacer participar a la gente de la zona en su mantenimiento y protección. Fuente: estudio de caso de Uganda


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certificación. Según los participantes colombianos, los pueblos indígenas deberían aprovechar el momento actual para mostrar que su proyecto unificado puede tener éxito y, al hacerlo, recuperar el poder y la autodeterminación. El taller de Nepal enumeró las garantías mínimas que habría que dar a los pueblos indígenas y las comunidades locales para proteger sus medios de vida y crear otros: � Cuidar especialmente la cultura, las competencias y las tradiciones de los pueblos indígenas y

étnicos, pues dependen enteramente de la diversidad biológica. � Proteger los derechos de las comunidades indígenas y locales a los recursos naturales como el

bosque, la fauna, las hierbas medicinales, la tierra y el agua. � Hacer respetar el derecho de las poblaciones indígenas y étnicas a la educación, incluso superior,

para que estén capacitadas para defender sus derechos y su acceso a dichos recursos. � Garantizar la disponibilidad de fuentes de energía alternativas y gratuitas a las poblaciones

indígenas y étnicas cercanas a los bosques, para proteger y conservar el bosque y el medio ambiente.

� Dar a los pueblos indígenas y étnicos los medios para criar ganado. � Fomentar la explotación de productos forestales no madereros y el turismo basado en la cultura y

la ecología, para alentar a las comunidades locales a proteger el bosque. � Mejorar el acceso de las comunidades indígenas y étnicas que viven en el bosque o cerca de él a

los servicios de salud, las rutas, la electricidad, el agua potable y las comunicaciones. Las comunidades conservan los bosques y la diversidad biológica El manejo comunitario de los bosques centrado en las necesidades y la participación de las comunidades que de ellos dependen fue una de las recomendaciones principales de todos los talleres. También en este campo existen muchos ejemplos exitosos a imitar (el presente informe describe varios de ellos). Como dice el informe de Panamá, “El manejo comunitario de los bosques ha sido un logro ejemplar. En el mundo entero, los pueblos indígenas y demás comunidades locales han demostrado ser capaces de preparar y aplicar modelos de planificación forestal”. El informe agrega que también es indispensable rehabilitar y defender los valores espirituales y culturales asociados a los conocimientos tradicionales sobre el manejo de los bosques.

Bosque y terrazas, Nepal. Fotografía: Patrick Durst


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Los estudios de caso presentados en este informe muestran que los proyectos de restauración de bosques más exitosos son aquellos en los que las comunidades realmente participan. El taller de Tanzania señaló que, para restaurar los bosques, hay que hacer mucho más que plantar árboles. La población de Kongwa, por ejemplo, se vio motivada a restaurar sus bosques cuando comprendió que un ambiente restaurado recupera todas sus funciones (estabilización del suelo, regulación del clima local, seguridad alimentaria, conservación de la biodiversidad) y aumenta el bienestar de los habitantes. Los aldeanos pudieron ver que la erosión del suelo había disminuido, que los manantiales tenían más agua, que las plantas medicinales eran más numerosas y que, poco a poco, los animales salvajes volvían al bosque restaurado. Así, los productos y servicios del bosque aumentaron, y ellos comprendieron que, si proseguían la extracción de madera y la producción de carbón, sus medios de vida estarían en peligro. Esto los motivó a emprender proyectos de manejo forestal participativo. Los participantes etíopes afirmaron también que el manejo comunitario tiene éxito cuando las comunidades ven que tienen otras razones, más allá de las económicas, para conservar y restaurar los bosques.

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No obstante, es indispensable que los proyectos de restauración de los bosques sean diseñados con buen juicio. El informe sobre Tanzania, por ejemplo, dice que en la mayoría de los bosques comunitarios, cuando éstos tienen múltiples usos, se tiene por norma adoptar directivas sobre el manejo y la conservación de la biodiversidad.

12 Perspectiva Comunitaria sobre Mecanismos REDD, presentación en powerpoint realizada por Bhola Bhattarai, Secretario General, FECOFUN, 25 de setiembre de 2009, para el Taller Regional sobre REDD de la Coalición Mundial por los Bosques, Bangkok. 13 Ver Investing in people and nature. Introduction to the demonstration portfolio, www.unep-wcmc.org/forest/restoration/globalpartnership/docs/portfolio.pdf.

Shinyanga, Tanzania: un buen ejemplo a seguir Desde 1985 hasta ahora, los agricultores y pastores del norte de Tanzania han restaurado 250.000 hectáreas de tierras degradadas. El caso de Shinyanga demuestra lo importante que es trabajar con la población local en todas las etapas del proceso de restauración del paisaje. Los habitantes de Shinyanga, como otras poblaciones dependientes de los bosques, tenían ya muchos conocimientos detallados sobre el valor y los usos de las diversas especies de árboles, que les permitían decidir si había que cortarlos o no. La degradación de las zonas boscosas se debía sobre todo a intervenciones exteriores, que no tenían en cuenta el saber consuetudinario. Gracias a los conocimientos de la comunidad y a la tradición de reservar áreas de pastoreo, era perfectamente posible restaurar las zonas boscosas de gran diversidad biológica. La participación local fue fundamental. El manejo está basado en el saber tradicional y las instituciones locales, más que en la creación de nuevos métodos. Cada aldea debió adoptar sus propias reglamentaciones para proteger los ngitilis comunales (predios de acacias y miombos), donde las actividades son vigiladas por guardianes tradicionales. Así se logró que la restauración fuera un éxito, como lo comprendieron los aldeanos. Ahora, tienen más posibilidades de ganarse la vida y de reducir los riesgos, ya que obtienen forraje para la estación seca y otros servicios y productos forestales no madereros. Los ngitilis están mejorando la conservación de la biodiversidad. Por ejemplo, al menos una decena de plantas medicinales fueron allí identificadas. La restauración del paisaje se vio beneficiada también por la iniciativa gubernamental de descentralización, que permitió determinar los derechos territoriales de las comunidades locales. Fuente: PNUMA – WCMC13

Nepal: bosques manejados por la comunidad En Nepal, poco más de un quinto de la superficie boscosa del país (1.219 millones de hectáreas de bosques) está manejado por las comunidades locales, por medio de 14.337 Grupos de Usuarios del Bosque Comunitario. Esos bosques son manejados con más eficacia y se degradan menos que los bosques manejados por el gobierno. Proveen a las comunidades recursos y medios de vida, incluso a las mujeres, Janajati y Dalits. Se trata de un modelo popular y exitoso, si bien aún no está bien definido a quién pertenece la tierra que, actualmente, es propiedad del gobierno. 12


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El bosque protegido por la comunidad de la aldea de Lapanga, en la India. Fotografía: Kalpavriksh (Pune/Delhi) y Vasundhara (Bubhaneswar)

En cambio, el taller de Uganda señala que le reforestación del bosque Mau y sus alrededores ha sido sólo “simbólica”. Según los participantes, fue realizada por algunas comunidades e individuos que crearon viveros de árboles para la venta, por empresas forestales, por algunas ONG y por el gobierno. A pesar de sus buenas intenciones, la mayoría de los árboles plantados son eucaliptos y cipreses exóticos, simplemente porque crecen rápido, pero estos árboles están degradando el bosque y haciendo peligrar los ríos (ya que, como se sabe, el eucalipto consume gran cantidad de agua). Es importante crear viveros de árboles indígenas. La falta de éstos fue un obstáculo para algunos proyectos comunitarios de reforestación, como el programa brasileño Cultivando água boa (ver más adelante), que hubiera podido plantar una mayor variedad de especies. En algunos países también es necesario proteger los métodos existentes de manejo comunitario de los bosques. Los participantes de la India, por ejemplo, expresaron el deseo de que el programa de manejo forestal conjunto del gobierno deje de apropiarse las iniciativas de manejo comunitario pues, al hacerlo, termina debilitando las instituciones comunitarias. Además, esto evitaría que otros se sirvan de las leyes vigentes para tomar el control de las tierras boscosas. Los participantes ucranianos recomendaron descentralizar el sector forestal y la silvicultura comunitaria, y agregaron que estarían de acuerdo en indemnizar a los propietarios cuando se les impide extraer madera por razones ecológicas. Prevén divulgar la experiencia del proyecto de desarrollo forestal FORZA realizado por Ucrania y Suiza, que tuvo una gran participación de los miembros de las comunidades locales en la toma de decisiones sobre el manejo de los bosques. Es de crucial importancia facilitar la participación de la comunidad en el manejo del bosque. Los representantes de Uganda hablaron de estímulos financieros: las aldeas vecinas del bosque Mabira están aplicando un sistema de manejo colectivo del bosque según el cual cada aldea recibe diez hectáreas donde plantar árboles o alquilarlas para que otros lo hagan. Sin embargo, el informe de Uganda comenta también que las comunidades espera mucho de ciertos planes que incluyen recompensas financieras, como el sistema propuesto por la ONU para reducir las emisiones debidas a la deforestación y la degradación de los bosques (REDD), y que se desalientan si no ven cumplidas sus esperanzas. En Nepal se observó que, para que la silvicultura comunitaria tenga éxito, se necesita una legislación apropiada, un proceso dinámico de cambio político y el apoyo de donantes exteriores. En conjunto, se comprueba que las estrategias de desarrollo nacionales, las políticas sectoriales y las iniciativas forestales que están firmemente arraigadas en el manejo y la restauración de los bosques dirigidos por las comunidades son medios notablemente exitosos de lograr que funcionen los proyectos de restauración de los bosques. La protección y promoción de los medios de vida como factor determinante Otro aspecto clave mencionado en la mayoría de los talleres fue el problema de la pobreza económica de muchas poblaciones dependientes de los bosques, sobre todo cuando esa pobreza las lleva a depender aún más de los bosques y a explotarlos en exceso. El mantenimiento y la mejora de los medios de vida es una motivación importante que lleva a la gente a restaurar los bosques. Por otra parte, se desprende de varios informes que el destino de los bosques del mundo está ligado al sistema económico dominante, que condena a la pobreza a personas y pueblos y provoca la deforestación, al fomentar la producción de madera, la agricultura industrial, la extracción minera y petrolera y otras actividades perjudiciales. Así pues, algunos talleres como el de la India y el de Papúa Nueva Guinea concluyeron que era absolutamente indispensable oponerse a la globalización destructora, a base de combustibles fósiles, y al “desarrollo” aberrante que conlleva, pues está destruyendo la autosuficiencia de las poblaciones


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del bosque. El grupo de El Salvador señaló que las mujeres participan muy especialmente en el manejo de los bosques y que es necesario combatir el sistema patriarcal en el cual viven muchas de ellas, para que puedan contribuir mejor a preservar los bosques naturales. La disminución del consumo en los países industrializados forma parte de ese desafío, y es indispensable para mejorar la suerte de los bosques del mundo. Haría disminuir la demanda de madera, reduciría el poder excesivo de las transnacionales y frenaría la asignación de tierras boscosas a actividades mineras o industriales, a la construcción de rutas y a la ejecución de grandes proyectos comerciales o de “desarrollo”. En lugar del sistema económico actual, los gobiernos, las comunidades y las personas deberían adoptar otros sistemas sostenibles, capaces de dar a todos seguridad social y la posibilidad de ganarse la vida, de volver posible el comercio equitativo y el consumo justo y sostenible. El uso de combustibles no fósiles y no madereros permitiría también proteger los bosques contra la prospección petrolera, la extracción de madera como fuente de energía y el cambio climático, proveyendo al mismo tiempo la energía necesaria a poblaciones que no cuentan con ella. También es crucial encontrar soluciones que favorezcan la creación y el desarrollo de medios de vida alternativos. Muchos talleres propusieron mitigar la pobreza creando oportunidades económicas alternativas y otros medios de obtener ingresos, asistencia médica y educación. En la India, por ejemplo, se propuso ayudar a las aldeas a mejorar sus medios de vida basados en el bosque y a encontrar otros, por ejemplo ampliando el campo de aplicación de la Ley de Garantía del Empleo Rural. En Tayikistán, las ONG de mujeres crearon una plataforma para la colaboración y el desarrollo de programas de microcréditos, con el fin de generar empleos en empresas respetuosas del ambiente para las mujeres de regiones montañosas remotas. En Kenya, el taller propuso el ecoturismo como fuente de ingresos alternativa (pero cabe señalar que, en otro taller, el ecoturismo fue considerado causa de deforestación, de modo que es indispensable conocer la naturaleza exacta y los efectos de las actividades en cuestión). Ucrania insistió también en la necesidad de una nueva visión holística, acompañada por investigaciones participativas e interdisciplinarias, para combinar exitosamente la protección, restauración y mejora de los bosques con la mejora del nivel de vida de los habitantes de la montaña, donde el desempleo y la despoblación son problemas apremiantes. Hay muchos ejemplos de manejo forestal comunitario que han permitido crear oportunidades de subsistencia viables. En las aldeas Taungiva del norte de Bengala, por ejemplo, una comunidad forestal es el motor principal de la regeneración y la conservación de los bosques de la zona. Aun sin percibir salario alguno, los habitantes trabajan y viven gracias al estímulo que representan la disponibilidad de tierras fértiles, los cultivos asociados y los productos forestales no madereros. En la India, en la región de Orissa, casi un tercio de los bosques están en manos de la comunidad, a pesar de las disposiciones del departamento forestal. El bosque ha contribuido a revivir la cultura de la población y ésta vive de lo que él produce: productos no madereros, productos secundarios, madera y cultivos asociados. También se puso en contacto con los mercados para vender su producción, desafiando las normas y reglamentos del departamento forestal. En otros tiempos, éste se habría opuesto, pero hoy en día tolera dichas iniciativas. Las comunidades piensan que la Ley de Derechos Forestales de 2006 les otorga el derecho de gobernar sus bosques y que esto contribuirá en mucho a la restauración y la conservación permanentes de éstos a largo plazo. Algunos talleres sugirieron que los bosques y sus productos podrían ser utilizados de manera más estratégica. En Nepal, por ejemplo, las instituciones forestales de base comunitaria son también una forma de capital que permite mejorar los ingresos rurales proveyendo otros bienes y servicios, además de los de la silvicultura. En Camerún, se propuso considerar los bosques no tanto como una fuente de productos económicos sino como un medio de contribuir al desarrollo en general y al bienestar de las comunidades locales en particular. El informe de Tanzania nos recuerda también que el simple acto de plantar un árbol puede ayudarnos a cumplir con los objetivos de desarrollo para el milenio: así, el proyecto de restauración ngitili contribuyó al cumplimiento de dichos objetivos al mejorar los ingresos, la educación y la salud de las familias, restaurando al mismo tiempo la diversidad biológica y la integridad del ecosistema (ver el informe sobre Tanzania). Donde haya bosques, manará agua La conservación de los bosques para proteger las reservas locales de agua fue considerada en muchos talleres (Brasil, Colombia, Tanzania) como una motivación importante para las comunidades.


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En Colombia, las comunidades ya están sufriendo las graves consecuencias de la falta de agua, y dan mucha importancia al bosque debido al papel que tiene en el abastecimiento de agua y oxígeno y en la regulación de la temperatura, así como en el mantenimiento de la diversidad biológica y la producción de alimentos. El conjunto de esos diversos factores llevan a la gente a conservar y restaurar los bosques. En lo referente a Brasil, el estudio de caso dice: “En los testimonios que hemos recogido durante los talleres, la razón más categórica para restaurar los bosques fue sin duda la obtención de agua. Si bien la importancia de los bosques para la biodiversidad, la recolección de alimentos, la caza y la extracción también fue mencionada, la función de los bosques en el ciclo hidrológico y para garantizar el abastecimiento constante de agua aparece como elemento fundamental de toda iniciativa de restauración, incluso en grupos con intereses diferentes en la región”. Entre los proyectos estudiados, la protección de las cuencas y la recuperación del bosque ribereño fueron siempre objetivos capaces de movilizar a las comunidades tradicionales y los pueblos indígenas, a los agricultores familiares e incluso las agro-industrias, el gobierno local y el gobierno central. Un ejemplo específico de esto es que, hablando del proyecto de reforestación del alto Xingú14 en Brasil, los participantes del taller explicaron que había interesado tanto a los grandes plantadores de soja (que usan tecnología GM e intensa mecanización) como a los indígenas del parque Xingú (un recinto boscoso rodeado de grandes plantaciones de soja): “Lo único que tenían en común era su absoluta dependencia del agua; es una cuestión de supervivencia”.

La restauración ecológica en Brasil apunta principalmente a conectar lo que resta de la Mata Atlántica y a crear (y garantizar) corredores ecológicos, refugios biológicos, bosques ribereños y cubierta forestal en las cercanías de los manantiales. La Mata Atlántica ha recibido una atención especial a este respecto porque siete de las nueve grandes cuencas hidrográficas de Brasil están ubicadas en ese bioma densamente poblado. Desde la década de 1980, se realizan investigaciones en materia de restauración ecológica, tanto en organismos públicos (EMBRAPA) como en universidades. También los proyectos de forestación están en constante progresión. En 2005, por ejemplo, el Fondo Nacional para el Medio Ambiente (FONAMA) recibió 254 propuestas referentes a la restauración y la plantación de vegetación en los bosques ribereños (ríos, lagos y otras masas de agua). Sin embargo, debido a la escasez de plantas y brotes de especies indígenas en los viveros, la variedad de especies plantadas no suele ser muy grande.

14 http://www.socioambiental.org/inst/camp/xingu/pgn/rioxingueregiao.html.

Asegurando el abastecimiento de agua en Río de Janeiro En Brasil, un hecho histórico en la restauración ecológica de los bosques tuvo lugar en el siglo XIX, en 1861, cuando el emperador Don Pedro II nombró al mayor Manoel Gomes Archer primer administrador de la Floresta da Tijuca (el bosque de Tijuca). El mayor Archer, con el trabajo de seis esclavos, plantó 60.000 árboles sobre una superficie de 16.000m2. Se piensa que es éste el mayor bosque urbano del mundo. Es también una muestra exuberante de lo que era la Mata Atlántica, hoy casi desaparecida. La Mata Atlántica original, considerada como uno de los ecosistemas más ricos en biodiversidad del planeta, cubría el 15% del territorio de Brasil y se extendía hasta Paraguay y Argentina. Hoy en día, el 93% de esa biomasa ha sido destruido. La restauración de la Floresta da Tijuca fue emprendida con el solo fin de recuperar las montañas degradadas por las antiguas plantaciones de café. El emperador Pedro II estaba motivado ante todo por la necesidad de abastecer de agua la ciudad de Río de Janeiro, que era entonces la capital del imperio brasileño. En el momento actual, la existencia de este bosque urbano es clave para la regulación del clima, de la humedad y de la calidad del aire, y tiene además un papel decisivo en la belleza panorámica que ha hecho de Río de Janeiro un destino turístico mundial. Fuente: estudio de caso sobre Brasil


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La transición hacia la agro-ecología y la agro-silvicultura Muchos talleres propusieron un enfoque de la agricultura y la silvicultura radicalmente diferente, dejando de lado el sistema de monocultivo, tan perjudicial para el planeta y sus habitantes. El informe de El Salvador concluyó que una manera práctica de abandonar el modelo económico actual consistiría en adoptar nuevos métodos agrícolas o desarrollar los existentes (basados en principios ecológicos), en conservar, reproducir e intercambiar semillas indígenas, y en imitar los proyectos exitosos de manejo de los bosques. En el taller organizado en Panamá en 2010, una presentación muy relevante puso mucho énfasis en las experiencias indígenas en cuanto a la conservación y la restauración de los ecosistemas de bosque, porque está científicamente demostrado que “durante milenios, nuestros agricultores del mundo entero aprovecharon sus conocimientos en materia de agro-ecología, también llamada

Brasil: “Cultivando água boa” El programa brasileño “Cultivando agua buena”, lanzado en 2003, es un ejemplo de restauración de bosques y ha demostrado ser capaz de catalizar otras iniciativas y de integrar a las comunidades. El programa se enfoca en la región sur del país, donde hubo una vez un bosque de 100.000 km2 que cubría buena parte de los Estados de Minas Gerais y Sấo Paulo y se extendía hasta Río Grande do Sul. A la sombra de ese enorme bosque subtropical de araucarias (Araucaria angustifolia) prosperaban muchas otras especies de gran valor comercial: cedro, imbuia, gameleira, timbuia y angico. Ahora, después de 150 años de explotación sistemática (primero para construir viviendas para los colonos, producir energía y liberar tierras para la agricultura, luego para exportar madera) ese rico ecosistema ha casi desaparecido y el bosque ya no existe. Sin embargo, el éxito económico de la región depende de la disponibilidad de agua para riego. Por ese motivo, hay varios programas públicos innovadores destinados a mejorar el abastecimiento y el consumo de este recurso colectivo. El programa “Cultivando agua buena”, lanzado en 2003, que aúna el desarrollo sostenible y la gestión integrada del agua, ha tenido un enorme éxito. Esto se debe en parte al hecho de que la población toma parte en él: casi 300.000 personas participan hoy en ese proceso global. La sexta reunión de evaluación del programa, que tuvo lugar en Foz do Iguaçu en 2008, reunió a 4.300 personas durante dos días. El programa incluye hoy 118 micro-cuencas hidrográficas del Paraná. En seis años, el programa logró: � restaurar 100.000 hectáreas de bosque, � plantar 44 millones de árboles, � recuperar 500 kilómetros de bosque ribereño, � cultivar más de 2,5 millones de plantas de semillero pertenecientes a más de 65 especies de la flora

indígena, � crear 10 refugios ecológicos de fauna, que permitieron recuperar muchas especies, como el gato-maracajá

(Leopardus wiedii), el gato-do-mato-pequeno (Leopardus tigrinus),el jaguatirica (Leopardus pardalis),el veado-bororó (Mazama nana) y el cervo-do-pantanal (Blastocerus dichotomus),

� formar un cuerpo de 10.400 docentes en ecología, � organizar a 1.700 “clasificadores de residuos” en asociaciones y cooperativas, � celebrar el hecho de que tres aldeas indígenas tuvieron un índice de mortalidad infantil igual a cero durante

el año anterior, � mejorar significativamente los jardines de hierbas medicinales, algunos de los cuales proveen hoy hierbas al

Sistema Único de Salud. El programa incluye 70 proyectos y subproyectos, sobre temas tales como: educación ecológica para la durabilidad, métodos de conservación del agua y el suelo, jóvenes jardineros, manejo de desechos, agricultura orgánica, agricultura familiar, diversificación de la producción, “más peces en nuestras aguas”, plantas medicinales, supervisión y evaluación del medio ambiente, y durabilidad de las comunidades indígenas. El proyecto tuvo tanto éxito que se convirtió en un movimiento; hoy tiene más de 2.000 asociados que trabajan todo el año, entre los que figuran agencias gubernamentales, ONG, institutos de enseñanza, cooperativas, asociaciones comunitarias y el sector privado. En 2005, el programa recibió el premio Carta de la Tierra +5, como modelo de gestión participativa de proyectos socio-ecológicos. Paradójicamente, el programa está dirigido y casi íntegramente financiado por Itaipú, la segunda represa hidroeléctrica del mundo, que causó graves daños ecológicos y sociales en la región. Pero, obviamente, también la represa necesita agua para funcionar. Todo Brasil depende en gran medida de la hidroelectricidad, de modo que los habitantes del país tienen sumo interés en proteger y restaurar los bosques. Fuente: estudio de caso sobre Brasil


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agricultura orgánica o ecológica, y de agro-silvicultura para proteger sus cultivos contra las plagas, los virus y las infecciones fúngicas. Entre esas técnicas figuran sistemas sofisticados de cultivos alternativos múltiples y cultivos asociados.” El autor se mostró especialmente preocupado por la eventual desaparición de ciertos conocimientos esenciales sobre, por ejemplo, los usos y el mantenimiento de árboles y plantas silvestres o cultivadas. Si bien existen proyectos de agro-silvicultura y agro-ecología, generalmente son de pequeñas dimensiones. En Brasil, por ejemplo, hay proyectos agro-silvícolas en la Amazonía, realizados principalmente a título experimental, para reemplazo de la agricultura sobre chamizo o para recuperar zonas degradadas por la ganadería. Dichos programas están dirigidos a los pequeños agricultores, y no a los medianos y grandes terratenientes agro-industriales. El taller ucraniano trató de la posibilidad de adoptar un enfoque de “retorno a la naturaleza” para el manejo de los bosques. Eso implica utilizar el sistema de talas progresivas, la tala selectiva para evitar la degradación del bosque (cambio en la composición de las especies de árboles, fragmentación), y la prohibición de la tala rasa. Los participantes reclamaron también una vigilancia sistemática del estado, la productividad y la diversidad biológica de los ecosistemas boscosos de todo el país. Otro enfoque multifuncional propuesto incluiría la evaluación de los múltiples bienes y servicios de los ecosistemas, la mejora de las posibilidades de comercialización, y la adopción de estímulos económicos, sobre todo en lo relativo a la extracción de madera. También sería necesario dar una orientación ecológica al sector forestal, aplicando tecnologías favorables para el ambiente y de bajo consumo de energía. Poner coto a la corrupción y reforzar la protección de los bosques Se desprende de las conclusiones de todos los talleres que es urgente mejorar la protección legal de los bosques, reforzando las leyes o adoptando otras nuevas y haciéndolas respetar. Es indispensable poner coto a la corrupción (por ejemplo, en el caso de la adjudicación de permisos de explotación forestal), para lograr proteger y restaurar los bosques del mundo. Las medidas para evitar la tala ilegal con fines comerciales necesitan ser considerablemente mejoradas. Según algunos talleres, existe la necesidad real de dar los recursos necesarios a quienes se ocupan de la protección y la restauración de los bosques, tanto si se trata de comunidades o de empresas estatales, y de fijar normas y procedimientos internacionales sobre el manejo de los bosques. La concienciación y el desarrollo de la capacidad organizativa de las comunidades Los talleres hallaron también que la concienciación y la educación eran de crucial importancia. Tal es precisamente el caso en la Amazonía brasileña. A pesar del índice alarmante de deforestación y degradación de los bosques, y de la posibilidad de llegar a un punto de no retorno, la presencia de grandes extensiones de selva aún intacta da lugar a la idea generalizada de que no es necesario invertir en restaurarla. Muchos piensan que el bosque sigue ahí y que se va a regenerar por sí mismo, sin saber que la capacidad de auto-regeneración de la selva amazónica se ve cada vez más comprometida debido al uso del fuego para renovar las pasturas y de la proliferación de monocultivos agrícolas (que usan OGM y, por ende, agroquímicos nocivos para los insectos y demás polinizadores indispensables para la regeneración natural). En cambio, los habitantes de los Estados brasileños que cubría en otros tiempos la Mata Atlántica saben muy bien que quedan pocos bosques y, por lo tanto, están mucho más conscientes de la necesidad de restaurarlos. Muchos talleres concluyeron que, para evitar la deforestación y fomentar la restauración de los bosques, era indispensable aumentar la capacidad de las comunidades de organizarse, dar su opinión y hacerse oír. Entre los aspectos esenciales a mejorar figuran, en El Salvador por ejemplo, reforzar la capacidad organizativa en general y la capacidad de hacer respetar los derechos territoriales, de obtener refugio y alimento, de defenderse de la pobreza y de proteger los bosques. Para ello, es importante constituir alianzas entre las diversas partes interesadas de la sociedad civil, y hacer que las comunidades afectadas y el público en general estén conscientes de los efectos de la deforestación. Los participantes de Bulgaria comentaron también que la sociedad civil no tiene aún mucha influencia sobre la política forestal nacional y que carece de la información necesaria. Todas las partes


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interesadas, incluso las comunidades locales, deberían poder participar en los diversos procesos relacionados con la política forestal, por medio de campañas de información, consultas públicas y asambleas regionales y locales. Ésa es una de las condiciones más importantes para el desarrollo futuro del sector forestal. Una manera de lograrlo sería, por ejemplo, organizar audiencias públicas y demostraciones, reunir las informaciones pertinentes en bases de datos, servirse de los medios de comunicación para denunciar los megaproyectos y sus impactos sobre el ambiente, y desarrollar planes de manejo comunitario de los bosques. Los participantes de Ucrania hablaron también de la necesidad de prever la realización en los medios de presentaciones y discusiones profesionales, imparciales y objetivas, y de organizar cursos en las escuelas sobre los principios de silvicultura sostenible. Los propios talleres fueron oportunidades importantes, y a menudo sin precedentes, para que las personas se reunieran y discutieran sobre la conservación y la restauración de los bosques. Están al tanto de las causas subyacentes de la deforestación y la reforestación, y saben que son complejas, pero las ocasiones para profundizar ese conocimiento y coordinar actividades son mínimas. Los participantes potenciales en intercambios de este tipo son los pueblos indígenas, las comunidades locales, las organizaciones de la sociedad civil, los científicos, los empresarios y los representantes de las organizaciones nacionales competentes.

Los talleres sobre las causas subyacentes como parte de la solución Los talleres contribuyeron, a menudo directamente, a reforzar las capacidades y a realizar actividades mediáticas sobre la deforestación. En Bulgaria, por ejemplo, les participantes notaron que el taller nacional había sido una plataforma valiosa para discutir sobre los problemas relativos a los bosques. Gracias a la realización del taller y de una campaña de información al respecto, muchas personas – y sobre todo las que se ocupan del tema a nivel regional y local, los jóvenes y las mujeres – se enteraron de lo que se estaba haciendo en materia de política forestal, y eso les permitió participar, por ejemplo, en la redacción de la nueva Ley Forestal. La Sociedad Búlgara para la Protección de los pájaros (BSPB) tuvo más posibilidades de ocuparse de la política forestal, aumentó su cooperación con diversas partes interesadas del sector forestal y reforzó su posición; también participó en la elaboración de la nueva Ley Forestal. Durante todo el proceso surgieron ideas de nuevos proyectos: fueron presentadas varias propuestas (incluido un proyecto común con la Executive Forest Agency) para luchar contra la degradación de los bosques y mejorar la protección de la biodiversidad forestal. En el taller de Indonesia, los participantes publicaron una declaración colectiva en uno de los principales diarios del país. En Tayikistán, el taller fue la primera oportunidad en 18 años de hablar largo y tendido de la cuestión forestal, con la contribución de todas las partes interesadas; esto reforzó la cooperación y el compromiso de todos para seguir ocupándose de los problemas ecológicos. Fuente: estudios de caso sobre Bulgaria, Indonesia y Tayikistán

Las hojas de Lophira se usan en una ceremonia relacionada con los árboles, Camerún. Fotografía: Roberto Faidutti


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6. Conclusiones: atacar las causas reales y defender las iniciativas realmente exitosas Si bien la opinión general hoy día es que sólo se puede detener la deforestación y la degradación de los bosques atacando sus causas profundas, los análisis del tema suelen ser erróneos o incompletos. Además, es extraordinaria la falta de coherencia que existe entre muchas de las propuestas nacionales e intergubernamentales para reducir las emisiones debidas a la deforestación y a la degradación de los bosques, y las verdaderas causas subyacentes de la disminución de éstos. En verdad, las políticas y planes de estímulo propuestos parecen inspirados por intereses comerciales y económicos, y basarse en el aumento de la financiación privada, más que en el deseo de responder a las causas identificadas. Esto conlleva el riesgo de que los intentos de reducir o detener la deforestación fallen una vez más, a pesar de las crisis del clima y de la biodiversidad que ya se manifiestan. Este informe, basado en las opiniones de más de 1.200 personas de diversas partes del mundo y en numerosos estudios de caso, sostiene que las medidas más eficaces para detener la deforestación y la degradación de los bosques y fomentar su conservación y restauración son las siguientes: Reducir la demanda de madera La demanda de madera, que sigue siendo alta tanto en los mercados nacionales como en los internacionales, fue considerada como una de las causas más importantes de deforestación y de degradación de los bosques. Sin embargo, no hay muchas señales de que los gobiernos estén estudiando o elaborando políticas para reducirla. Al contrario, se prevé que las políticas de promoción de la bio-energía a gran escala, sobre todo europeas y norteamericanas, harán que la demanda de madera y otros productos agrícolas aumente considerablemente. Por ese motivo, es probable que fracasen políticas tales como el proyecto sobre Reducción de las Emisiones de la Deforestación y la Degradación en los Países en Desarrollo (REDD). El hecho de que la madera sea un recurso renovable no compensa la demanda permanente. La madera debe ser producida en forma sostenible para que la regeneración natural sea posible. Clasificar la madera como “producto sostenible” implica desconocer el concepto de capacidad de persistencia de los ecosistemas. La extracción de madera en cantidad sostenible sigue siendo la norma en muchas comunidades rurales, donde mujeres y niños recogen pequeñas cantidades de madera para uso familiar. La soberanía en lo referente a la madera implica equilibrar el consumo y la producción locales de madera para mantener tanto el bosque como a las comunidades que viven en armonía con él. Sin embargo, el consumo de madera para la industria y la construcción es demasiado para ser viable; es por eso que la producción de madera fue señalada como una de las primeras causas de la pérdida de bosques en al menos ocho de los países que participaron en el programa. Por todo esto, es muy probable que las políticas actuales y en estudio para promover el rápido desarrollo de la producción de bio-energía a base de madera provoquen una disminución aún mayor de los bosques durante la próxima década. Las políticas contradictorias como éstas, que podrían incluso agravar la crisis climática, deben ser inmediatamente revertidas. Reducir la demanda de tierras La existencia de los bosques depende de la disponibilidad de tierras, no del dinero (contrariamente a lo que se suele pensar en los círculos climáticos). Durante millones de años, los bosques fueron perfectamente capaces de conservarse a sí mismos, sin ninguna inversión financiera ni “manejo forestal sostenible”. Los problemas surgen cuando las plantaciones, la agricultura, la minería y otras actividades industriales compiten por la tierra en la que crecen los bosques. De ahí se desprende que las políticas más eficaces para restaurar y conservar los bosques serán probablemente las que apunten a reducir la demanda de tierras. Sin embargo, está sucediendo exactamente lo contrario: muchas políticas actuales acrecientan la demanda de tierras, por ejemplo las que ofrecen subsidios y otros incentivos para fomentar la


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producción de agrocombustibles y bio-energía. Esto va totalmente en contra de los esfuerzos de la comunidad internacional por reducir la deforestación. Según un informe reciente, los actuales objetivos europeos en materia de agrocombustibles para el transporte requerirán, sólo ellos, 69.000 kilómetros cuadrados de tierras adicionales de aquí a 2020.15 Abandonar dichos objetivos, subsidios e incentivos es un requisito previo para lograr conservar los bosques. Otro factor determinante de la demanda creciente de tierras es el aumento del consumo de carne y productos lácteos producidos en forma intensiva. Esto requiere enormes extensiones de tierra para producir soja y otros alimentos para ganado, así como para la cría misma de los animales. Como se señala en muchos de los informes nacionales presentados, los grandes monocultivos de árboles son también un factor clave de la demanda de tierras, además de monopolizar las reservas de agua y de degradar los suelos. Combinado con el hecho de que los monocultivos de árboles tienen una tasa de empleo muy baja por hectárea, esto lleva a que la gente se vea empujada hacia la frontera del bosque y ejerza más presión sobre él. En contraste, los sistemas de agricultura integrados y sostenibles, de pequeña escala y basados en principios agro-ecológicos, mantienen la soberanía alimentaria y proveen muchos más empleos por hectárea, disminuyendo así la presión sobre los bosques y demás ecosistemas. Respaldar los valores culturales, los territorios indígenas y las áreas conservadas por la comunidad Como muestran los informes sobre las causas subyacentes de la restauración y la conservación de los bosques, hay muchos ejemplos de territorios indígenas y de áreas manejadas por la comunidad donde los bosques han sido usados, conservados e incluso restaurados en forma sostenible y exitosa. Los pueblos indígenas y las comunidades de países tan variados como Nepal, Brasil, Colombia, Uganda, Panamá, India y Tanzania han demostrado que es posible conservar y restaurar los bosques, y obtener medios de vida sostenibles, a un costo relativamente bajo. En general, sus razones para proteger los bosques están mucho más relacionadas con sus valores espirituales y culturales, y con un conocimiento adecuado del papel que pueden tener los bosques en el mantenimiento de los medios de subsistencia y las reservas de agua, que con incentivos financieros. Eso va del orgullo cultural y de la idea de ser “los custodios de la Madre Tierra” hasta la simple conciencia de que los bosques son fundamentales para el agua y el sustento de la gente en general. Así, para tener éxito, las políticas de conservación y restauración deberían respetar, fomentar e incentivar los sistemas de valores culturales y tradicionales de los pueblos indígenas, así como su compromiso con la conservación y la restauración de los bosques y su saber al respecto. Los subsidios y demás incentivos financieros pueden intervenir en esos planes de apoyo, pero también pueden destruir los sistemas de valores que originaron dichas iniciativas exitosas, al sugerir que sólo es obligatorio conservar los bosques cuando a uno se le paga por hacerlo. Otra conclusión importante, referida al denominado Pago de Servicios Ambientales (PSA), es que, en ocasiones, los programas de concienciación sobre los ecosistemas boscosos, dirigidos tanto a las autoridades como a las comunidades locales, bastan para generar la voluntad política y publica de proteger los bosques. Dichas políticas son mucho más económicas y financieramente viables que los planes PSA, que pueden tener un costo exorbitante y requerir una inversión financiera permanente. También es crucial respetar la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, que no trata sólo de derechos humanos: es una declaración de principios fundamental, que habla de los conflictos relativos a la posesión de la tierra y reconoce los territorios indígenas donde, debido a sus sistemas de valores, los pueblos indígenas han conservado los bosques.

15 En esta cifra no está incluido el uso de agrocombustibles para calefacción y generación de energía en la UE, ni el uso propuesto de agrocombustible para la aviación. Instituto para la Política Ambiental Europea (IEEP), noviembre de 2010: “Anticipated Indirect Land Use Change Associated with Expanded Use of Biofuels in the EU: An Analysis of Member State Performance”, Catherine Bowyer, Senior Policy Analyst, http://www.foeeurope.org/agrofuels/ILUC_report_November2010.pdf.


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Otras medidas importantes para defender las áreas conservadas por la comunidad y los territorios indígenas consisten en mejorar la capacidad organizativa y las instituciones internas de las comunidades, y en apoyar las iniciativas agro-ecológicas y las agro-silvícolas que sean ecológica y socialmente sólidas, incluso en el marco de las estrategias para la soberanía alimentaria y energética. Redirigir las inversiones financieras Las infraestructuras, la minería, la industrialización y la urbanización fueron mencionadas como factores claves de deforestación en muchos países. Cabe señalar que la mayoría de esos proyectos están financiados total o parcialmente por agencias e inversores bilaterales y multilaterales. Hablar de la necesidad de “coherencia política” es un eufemismo, puesto que instituciones como el Banco Mundial siguen gastando en proyectos destructores de los bosques diez veces más que lo que asignan a mecanismos supuestamente destinados a reducir la deforestación, como el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques y el Programa de Inversión Forestal. Es indispensable que los esfuerzos por reducir la deforestación se concentren, como prerrequisito, en redirigir los flujos financieros destructores de bosques y los incentivos contraproducentes. Encarar la falta de capacidad y de voluntad política, y poner coto a la corrupción La mala planificación central, la falta de voluntad política, la corrupción y la capacidad insuficiente para desarrollar y aplicar políticas forestales apropiadas fueron mencionadas como causas significativas en muchos países. Así, desaparecen bosques debido a políticas gubernamentales deliberadas pero también por no hacer respetar las políticas forestales existentes. Resulta urgente reforzar la capacidad de las instituciones encargadas de la conservación de los bosques a nivel nacional (desincentivando así la corrupción), y respetar y fortalecer las instituciones autónomas de los pueblos indígenas y las comunidades locales, con el fin de aprovechar sus conocimientos y su compromiso con la conservación y la restauración de los bosques. Además, los gobiernos deberían combatir la tala ilegal y la corrupción tomando medidas fuertes para mejorar el cumplimiento de las leyes, con iniciativas tales como la prohibición de importar madera ilegal o producida de forma no sostenible. Integrar las estrategias forestales y las de reducción de la pobreza El consumo excesivo y la consiguiente demanda de madera y tierras deben ser enfrentados en forma prioritaria, pero también es necesario luchar contra la pobreza económica y la falta de medios de vida alternativos, que también fueron identificados como factores determinantes de la pérdida de bosques. Varios países atribuyeron la deforestación a la falta de alternativas económicas. La integración de una reforma agraria y políticas agrícolas viables, que fomenten métodos respetuosos del ambiente y provean trabajo e ingresos a la población rural, ocupando al mismo tiempo un área relativamente pequeña, contribuiría a combatir la pérdida de bosques. La protección de los bosques puede también mitigar directamente la pobreza, dado que los bosques suelen proveer recursos muy necesarios a los que la gente puede recurrir en momentos de gran necesidad.16 En general, se comprueba la necesidad de integrar las estrategias de conservación y restauración de los bosques con las estrategias para garantizar medios de vida sostenibles, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Las políticas de conservación y restauración apropiadas, socialmente justas y basadas en derechos pueden contribuir en mucho a alcanzar no sólo el objetivo nº 7, “garantizar la sostenibilidad del medio ambiente”, sino muchos de los otros. Si están bien diseñadas, esas políticas pueden contribuir a mitigar la pobreza y a lograr la soberanía alimentaria, beneficiar a las mujeres librándolas de la obligación de recolectar leña, agua y forraje, y ayudar a erradicar enfermedades mortales. En cambio, si están mal diseñadas pueden ir en contra de los

16 “Los bosques y la reducción de la pobreza”, sitio web de la FAO consultado el 9 de noviembre de 2010, www.fao.org/forestry/livelihoods/es/.


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derechos y necesidades de las comunidades locales, sobre todo si esos derechos y necesidades no están integrados desde el inicio. Detener el cambio climático El cambio climático es también una causa subyacente del actual aumento de los llamados factores “naturales” de pérdida de bosques, como incendios, sequías, tormentas y plagas. Algunos de los ecosistemas más importantes del mundo, como la selva amazónica y los bosques boreales, podrían desaparecer en unas pocas décadas por motivos relacionados con el cambio climático.17 A mediano o largo plazo, el cambio climático podría convertirse en causa principal de la pérdida de bosques, a menos que se logre detenerlo efectivamente. Por eso, todo sistema que pretenda reducir la deforestación debe también apoyar y promover esfuerzos para mitigar y adaptarse al cambio climático, sin lo cual estará condenado a fracasar. Por ejemplo, debido a los muchos problemas no resueltos en materia de permanencia, fugas y contabilización apropiada, la inclusión de los bosques en los mercados de emisiones conspiraría contra todo el régimen climático y, por lo tanto, sería el golpe de gracia para los bosques del mundo.18 Cambiar el sistema Varios talleres consideraron como causa subyacente las políticas económicas neoliberales, sobre todo porque ellas mismas están en el centro de muchos otros factores y causas antes mencionados. Por ejemplo, es muy poco probable que se pueda detener el cambio climático o reducir la demanda de madera y tierras, sin haber revisado a fondo las políticas económicas neoliberales y los regímenes comerciales. Del mismo modo, la visión neoliberal que tienen muchas instituciones financieras internacionales las lleva a invertir mucho más dinero en industrias destructivas pero rentables, que en la conservación de los bosques (y a justificar ambas cosas al mismo tiempo). No se podrá detener la pérdida de bosques a menos de realizar un profundo cambio en el sistema mismo, que sigue promoviendo el crecimiento ilimitado en un planeta limitado. Y finalmente, una buena noticia: no se necesita un montón de dinero No habrá posibilidad alguna de conservar y restaurar los bosques, a menos de combatir las causas subyacentes de la deforestación y de reconocer los factores que llevan realmente a los individuos, los pueblos indígenas, las comunidades y los gobiernos a conservarlos y restaurarlos. La conclusión más alentadora de este informe es quizás que muchas de las estrategias más prometedoras no requieren un volumen significativo de dinero. Más bien requieren un enfoque progresista y previsor, centrado en los ecosistemas boscosos, y basado en los derechos, necesidades y sistemas de valores culturales de los pueblos indígenas y las comunidades locales. Sin embargo, lo que sí es indispensable es un aumento significativo de la voluntad política por parte de los gobiernos, y redireccionar además los flujos financieros existentes. En esto último se debería incluir la eliminación de subsidios y otros respaldos financieros otorgados a la bio-energía y los agrocombustibles. Se estima que, en 2008, la Unión Europea gastó más de tres mil millones de euros en subsidiar la producción de agrocombustibles.19 También implicaría redirigir las inversiones actualmente destinadas a la producción y el consumo excesivos de carne y lácteos, y a políticas destructivas en materia de infraestructura, minería y urbanización. Por supuesto, para mejorar la capacidad de los gobiernos de desarrollar, aplicar y hacer respetar políticas forestales basadas en los derechos y socialmente justas se necesita algún dinero, pero no las decenas de miles de millones de dólares de los que se habla actualmente. Las conclusiones de este informe dejan en claro que la conservación de los bosques podría integrarse con éxito en un 17 Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (2010), Panorama de la Biodiversidad Mundial 3, Montreal, http://gbo3.cbd.int/the-outlook/gbo3.aspx. 18 Coalición Mundial por los Bosques y Comisión de la UICN para políticas ambientales, económicas y sociales, 2008: “The Hottest REDD issues: Rights, Equity, Development, Deforestation and Governance by Indigenous Peoples and Local Communities”, GFC 2008, http://www.globalforestcoalition.org/img/userpics/File/publications/Hottest-REDD-Issues.pdf. 19 http://www.globalsubsidies.org/files/assets/bf_eunion_2010update.pdf.


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acuerdo mundial más amplio, por el cual los países ricos en bosques se comprometerían a conservarlos, mientras que los países del Norte se comprometerían a cumplir con los objetivos necesarios de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (el Acuerdo de los Pueblos de Cochabamba20 propone una reducción del 49% con relación a los niveles de 1990, de aquí a 2020), a pagar su deuda ecológica, a adoptar medidas para reducir radicalmente la demanda de energía, madera, forraje y otros productos agrícolas, y a proveer recursos financieros significativos y adicionales para la mitigación del cambio climático y la adaptación en general (el Acuerdo de los Pueblos de Cochabamba propone el 0,6% del PBI). Es necesario dar nuevo impulso a la concienciación, no sólo sobre la importancia de los bosques para la supervivencia humana y los medios de vida de las comunidades locales, sino también sobre los sistemas de valores culturales y tradicionales que han impulsado a tanta gente a conservar y restaurar los bosques. Es poco probable que el “Pago de Servicios Ambientales” favorezca dichos sistemas de valores, puesto que sugiere que los bosques sólo pueden ser conservados si los propietarios de la tierra en la que crecen reciben una compensación financiera. Hay sistemas más apropiados y equitativos para incentivar a los pueblos indígenas y las comunidades locales a conservar y restaurar los bosques; las recompensas financieras pueden ser uno de ellos, teniendo en cuenta el principio del reparto justo y equitativo, pero dichas recompensas tendrían que apuntar a fomentar y estimular los sistemas de valores tradicionales y a proveer medios de vida alternativos donde fuera necesario. Las estrategias de ese tipo, que favorecen la existencia de medios de vida sostenibles para mujeres y hombres, son mucho más viables del punto de vista financiero que los sistemas PSA. Y lo más importante es que favorecen la implementación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y de instrumentos sobre derechos humanos tales como la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.

20 Acuerdo de los Pueblos, Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático, Cochabamba, Bolivia, 22 de abril de 2010.

Una joven Masai carga leña recogida en la sabana árida, Tanzania. Fotografía: J. Lejeune


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7. Anexo Talleres sobre causas subyacentes Bangladesh El 10 de mayo de 2008, el Instituto de Asuntos Culturales de Bangladesh organizó un taller que convocó a 120 participantes. La principal causa subyacente mencionada es el sistema capitalista, el cual transforma el saqueo de los bosques en un negocio lucrativo. Los proyectos de desarrollo, como las plantaciones y las represas, también han contribuido a la pérdida de recursos naturales.

Bulgaria En setiembre de 2009, la Sociedad Búlgara para la Protección de las Aves organizó un taller en Kardzahili, en el cual participaron más de 30 actores políticos y expertos en silvicultura y biodiversidad. Los participantes estuvieron de acuerdo en que la tala ilegal y el manejo forestal insostenible eran las principales causas de la deforestación. La mayoría vinculó las prácticas forestales ilegales con la corrupción en el sector forestal búlgaro. Dijeron que la sociedad civil debería tener una voz mucho más fuerte en el debate nacional sobre bosques.

Camerún El 28 y 29 de agosto de 2009, el Instituto de Asuntos Culturales de Camerún organizó un taller en Yaundé sobre las causas subyacentes de la pérdida de bosques. Los participantes mencionaron el Programa de Ajuste Estructural como una de las principales causas subyacentes de la deforestación. La pobreza aumentó y provocó que más tierras boscosas fueran convertidas en parcelas agrícolas. También generó un incremento de la tala ilegal. La expansión de las plantaciones para la producción de caucho y aceite de palma contribuyó también a hacer disminuir los bosques. El informe de Preparación para REDD de Camerún menciona un aumento de las actividades agrícolas como la principal causa de la deforestación, sobre todo por la utilización del método de tala y quema. El informe señala también que, como la mayor parte de la producción maderera es para la exportación, el mercado interno se ve forzado a veces a recurrir a la tala ilegal. La explotación de la madera para combustible y las actividades mineras son también mencionadas como causas de la pérdida de bosques.

Colombia Entre el 16 y el 18 de agosto de 2009, el Grupo Ecológico INEM-GREI y CENSAT Agua Viva organizaron un taller en Villavicencio. Alrededor de 40 personas participaron en el mismo, incluyendo autoridades tradicionales y gobiernos de comunidades indígenas. Un taller adicional sobre causas subyacentes de la conservación forestal tuvo lugar en 2010 (ver abajo). Los participantes declararon que la expansión de los monocultivos para la producción de agrocombustibles es uno de los principales factores de deforestación. Otras causas reconocidas son el conflicto armado y los proyectos a gran escala. Un problema generalizado es la falta de reconocimiento de los grupos indígenas y de su contribución para la protección del bosque. Las principales causas de la pérdida de bosques mencionadas en el informe de Preparación para REDD elaborado por el gobierno colombiano para el Banco Mundial son en cierta forma similares, en cuanto a que incluyen la expansión de la frontera agrícola, la construcción de proyectos de infraestructura, los incendios forestales, la extracción de madera para energía y el manejo forestal insostenible.


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El Salvador Del 30 de setiembre al 2 de octubre de 2009, el Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada organizó un taller sobre las causas subyacentes de la deforestación. Los participantes coincidieron en que la principal causa de la deforestación es la implementación de políticas neoliberales que implican la explotación de los recursos naturales con el único fin de obtener ganancias económicas. Otros factores que contribuyen son el incumplimiento de la ley y la corrupción. El informe de Preparación para REDD presentado por el gobierno de El Salvador al Banco Mundial menciona la pobreza y la presión demográfica como causas subyacentes de la deforestación y la degradación forestal. Asimismo, considera la extracción de madera para combustible y la expansión agrícola como causas directas. Etiopía Del 25 al 27 de noviembre de 2008, MELCA Mahiber organizó un taller en Etiopía. El mismo tuvo lugar en el bosque Chilimo y convocó a más de 70 personas. Los participantes señalaron que la confusión en torno a la propiedad de los bosques y la falta de derechos territoriales de las comunidades locales representan una amenaza para los bosques de Etiopía. Los valores sociales y culturales llevan a las comunidades locales a hacer uso del bosque en forma sostenible, pero sus derechos están bajo amenaza constante. El plan de Preparación para REDD presentado al Banco Mundial por Etiopía señala el uso insostenible del bosque (sobre todo madera para combustible), la expansión agrícola y la debilidad de algunas disposiciones institucionales como las principales causas de la deforestación.

Ecuador Varios talleres sobre las causas subyacentes de la pérdida de bosques tuvieron lugar en Ecuador durante 2007 y 2008. La cantidad total de participantes rondó las 120 personas. Los talleres fueron organizados por la Asociación Indígena de Limococha. Los participantes señalaron como causas subyacentes la pobreza y una legislación débil. A falta de alternativas económicas, las comunidades y las familias suelen firmar contratos con empresas madereras para obtener el tan necesario dinero. Sin embargo, a menudo esto genera frustración cuando ven que los pagos se retrasan y la tierra es destruida. Otro factor que contribuye es la falta de títulos de propiedad de la tierra, porque “las comunidades no pueden proteger la tierra si ésta no les pertenece.” Georgia El Instituto Forestal Vasil Gulisahvili organizó un taller en Tblisi, el 8 de agosto de 2007, al que asistieron participaron 20 personas. Los participantes señalaron que el estancamiento de la economía llevó a que la población dependiera cada vez más de los recursos forestales. El escaso cumplimiento de la leyes, un mal manejo forestal y el monopolio del Estado en cuanto a la gestión y propiedad de los bosques contribuyen también a su desaparición. Según los participantes no hay fondos, investigación ni información suficiente sobre silvicultura sostenible. Ghana El Instituto de Asuntos Culturales de Ghana realizó un taller en Accra, el 20 y 21 de marzo de 2009, donde se hicieron presentes 49 personas. Los participantes mencionaron una variedad de factores socio-económicos y políticos como causas de la pérdida de bosques: problemas en cuanto a la propiedad de la tierra y el sistema de tenencia de


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tierras; crecimiento demográfico; informalidad del mercado de productos forestales no madereros, y falta de recursos para las instituciones forestales. El informe de Preparación para REDD presentado por Ghana al Banco Mundial sugiere que no hay un solo factor dominante. Sostiene que en las causas subyacentes inciden una serie de factores políticos, económicos y demográficos, y enumera como causas inmediatas: la capacidad ociosa de la industria forestal; las fallas políticas y de mercado; la población en aumento; la demanda creciente de productos agrícolas y madereros; la gran demanda de madera y productos forestales en el mercado internacional; la importante dependencia del carbón y la madera para generar energía en zonas urbanas y rurales; el desarrollo tecnológico limitado en el campo de la agricultura; la utilización continua de los métodos de “tala y quema” periódica para mantener la fertilidad del suelo y el uso del fuego en el manejo de la tierra. India Las organizaciones Kalpavriksh y Vasundhara organizaron un taller en Bhabaneswar, Orissa, del 26 al 28 de enero de 2008. Según los participantes, la deforestación en la India es el resultado del mal camino de “desarrollo” (como la minería y la industria) que promueven las políticas de globalización, y de la disminución del poder de las comunidades que habitan el bosque, que no reciben reconocimiento ni apoyo, sobre todo cuando toman la iniciativa de aplicar sus propios métodos de manejo para proteger los bosques. En 2010 se organizó un taller adicional para analizar las causas subyacentes de la conservación de los bosques (ver abajo). Indonesia Forest Watch Indonesia organizó un taller en Jakarta, el 27 y 28 de octubre de 2008, en el cual participaron 41 personas. Los participantes dividieron las causas de la pérdida de bosques en Indonesia en dos tipos: conversión de bosques y extracción de madera. Las causas subyacentes que contribuyen a esto son la gran demanda y los altos precios de mercado de la madera y el aceite de palma, y la ayuda del gobierno y de las instituciones financieras. El informe de Preparación para REDD sostiene que la deforestación en Indonesia puede clasificarse en dos categorías: la deforestación planeada y la no planeada. Sostiene que la deforestación planeada es más que nada el resultado de la rápida multiplicación de las plantaciones de árboles para la industria de la celulosa y el papel y para la del aceite de palma. Según el informe, la deforestación no planificada resulta de los incendios forestales, la invasión de los bosques, los niveles insostenibles de tala en concesiones forestales legalmente autorizadas, y la tala ilegal en pequeña y gran escala. El informe menciona además que “si la población de Indonesia sigue creciendo (…), habrá también una presión continua por una reforma agraria y una readjudicación de tierras boscosas para alimentar a un número cada vez mayor de personas. Los pueblos que dependen del bosque ejercen una gran presión sobre las tierras boscosas ya que sus fuentes de sustento son limitadas.” Kenia En diciembre de 2009, Dorobo Trust organizó un taller en Nakura sobre las causas subyacentes de la deforestación. Durante el mismo, se presentaron estudios de caso sobre dichas causas subyacentes en cinco bosques diferentes. Dichos estudios mostraron los beneficios socio-económicos y ambientales que los bosques proveen a sus habitantes. Muchos bosques de Kenia albergan etnias que han vivido en ellos desde tiempos inmemoriales, cazando animales salvajes, recolectando frutas, miel y hierbas medicinales. Su estilo de vida tradicional ayuda a conservar y preservar el bosque.


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La conversión de los bosques en tierras agrícolas es motivo de gran preocupación en Kenia. Los participantes observaron que el Programa de Ajuste Estructural establecido en los años 1980 también contribuyó a la deforestación. El plan de Preparación para REDD también menciona la expansión agrícola y los emprendimientos públicos o privados como principales motores de la deforestación. Pero también señala otros factores como la tala ilegal, el pastoreo incontrolado y la producción de carbón. Países Bajos Dos eventos acerca de las causas subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques fueron desarrollados en los Países Bajos en junio de 2007 y mayo de 2008, organizados por el Corporate Europe Observatory y la Coalición Mundial por los Bosques. Los participantes discutieron sobre los impactos que el consumo de agrocombustibles genera sobre los bosques, dentro y fuera de los Países Bajos. Los talleres desembocaron en la exigencia de una moratoria europea sobre nuevos objetivos e incentivos para los biocombustibles, lo cual fue apoyado por casi 200 organizaciones. Nepal El Instituto de Asuntos Culturales de Nepal organizó un taller el 29 y 30 de noviembre de 2007 en Katmandú, al cual asistieron 63 personas. Los participantes detectaron una amplia variedad de causas de la deforestación, como el crecimiento de la población, la pobreza y las ganancias económicas, entre otras. Estuvieron de acuerdo en que la pobreza es el factor crucial de la degradación forestal. La Nota de Preparación para REDD que Nepal elaboró para el Banco Mundial observa que algunas de las causas subyacentes son muy amplias e incluyen factores como el incremento de la población y su distribución, la pobreza, la escasez de tierra y la situación actual de Nepal en cuanto al crecimiento económico y el desarrollo comercial. Otros factores culturales y de gobierno son transversales y subyacen también tras una serie de factores directos de la deforestación y la degradación forestal. La falta de claridad en cuanto a la propiedad de la tierra y los derechos de uso, las políticas débiles y la escasa planificación contribuyen en gran medida a la deforestación y la degradación forestal en Nepal. El 63% de todos los bosques y sabanas, si bien oficialmente son manejados por el gobierno, en los hechos son recursos de acceso libre con escaso control sobre su uso. (La información del taller realizado en 2010 sobre las causas subyacentes de la restauración de los bosques en tierras de propiedad comunitaria figura más adelante.) Panamá El 18 y 19 de mayo de 2007 se organizó un taller en la ciudad de Panamá. Los 43 participantes señalaron que los Pueblos Indígenas panameños están bajo la presión de muchos factores (económicos, comerciales, educacionales, demográficos y otros), lo cual tiene un impacto negativo sobre sus bosques y su medio ambiente. La mayoría de los participantes enfatizaron que las causas básicas de la pérdida de bosques son los modelos de consumo insostenibles, los acuerdos de comercio y la falta de reconocimiento de los valores no económicos de los bosques. Una preocupación adicional es la falta de participación de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales en el desarrollo de políticas e instituciones vinculadas con el manejo forestal. Un aspecto positivo es que quienes crecieron en el bosque aprendieron a adaptarse a la naturaleza. El manejo del bosque comunitario ha sido un logro ejemplar; esta conclusión fue analizada en profundidad durante el taller de 2010 sobre las causas subyacentes de la conservación de los bosques (ver abajo). El informe de Panamá sobre la Preparación para REDD identifica seis causas de deforestación principales: prácticas agrícolas tradicionales y mecanizadas; ganadería extensiva; aprovechamiento de los bosques de manera desordenada e insostenible; desarrollo urbano mal planificado; prácticas


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inadecuadas para la explotación de los recursos mineros; y bajo nivel de educación y cultura ambiental. Como causas subyacentes se enumeran las siguientes: el desarrollo excesivo, la extrema pobreza, el cultivo de pasturas y una valoración incorrecta de los recursos forestales. Paraguay Entre el 22 de setiembre y el 24 de noviembre de 2007, se organizaron ocho talleres de consulta en diversas comunidades indígenas del Chaco paraguayo. El taller interétnico tuvo lugar en Cruce Pioneros, del 10 al 12 de diciembre. Más de 400 personas participaron en los talleres comunitarios, con 15 a 120 participantes en cada uno. Las reuniones fueron organizadas por la Fundación Ivy Porã y los Pueblos Indígenas. En los ocho talleres comunitarios surgieron diversas preocupaciones y quejas de las comunidades indígenas. Sus pobladores ven que las puertas de sus “supermercados” (los bosques) se cierran para ellos, o que se los destruye. Se sienten discriminados al ver que las tierras boscosas van a parar a manos de agricultores que explotan los bosques a su antojo para obtener importantes ganancias. El informe R-PIN de Paraguay sostiene que, si bien los factores de deforestación en Paraguay son ligeramente diferentes en las dos grandes regiones del país, las causas principales de la deforestación son principalmente la cría de ganado y la agricultura. Respecto a la degradación, los factores determinantes son la extracción de biomasa, las actividades de tala y quema para despejar zonas para la agricultura y la ganadería. Filipinas La Red de Jóvenes Indígenas de Asia Pacífico (APIYN por su nombre en inglés) organizó un taller el 18 y 19 de abril de 2007, en el cual participaron 120 jóvenes indígenas y otras personas. Algunas de las principales preocupaciones que surgieron del taller fueron las siguientes:

• La rápida degradación de los bosques y otros recursos forestales; • la falta de voluntad política para hacer cumplir las leyes forestales y otras leyes de protección

al medio ambiente; • la destrucción continua de los bosques y recursos debido a la minería a cielo abierto, la tala,

las plantaciones de palma aceitera, las represas y el concepto de “eco-parques” turísticos, y • el desplazamiento de comunidades indígenas para dar lugar a la ejecución de proyectos

gubernamentales. Papúa Nueva Guinea Entre el 13 y el 17 de noviembre se desarrolló en Kiunga, Provincia Occidental, un taller sobre las causas subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques. Las presentaciones mostraron que los troncos enteros, destinados a los mercados de exportación, son la principal producción de los bosques de Papúa Nueva Guinea. Por otra parte, la capacidad para procesar los productos naturales del bosque de este país es limitada, lo cual agrava el problema de las ganancias mínimas que generan las operaciones forestales para la población local. China es el principal destino de las exportaciones de troncos, pero la demanda está impulsada sobre todo por Occidente. A partir de las discusiones quedó claro que, para los propietarios de tierras, la principal preocupación es encontrar formas alternativas de generar ingresos. El Plan de Preparación para REDD de Papúa Nueva Guinea declara que los principales factores de la pérdida de bosques son la producción de madera y la agricultura de subsistencia. Tayikistán Noosfera organizó un taller el 22 y 23 de octubre de 2008 en Dushanbe, con la participación de 77 personas. Este taller y los estudios de caso relacionados fueron una oportunidad única para que todas las partes interesadas en el bosque discutieran y cooperaran entre ellas. Se lograron acuerdos sobre cooperación futura y se elaboraron recomendaciones para las autoridades encargadas de diseñar políticas.


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Togo En junio de 2009, el taller organizado por Jeunes Volontaires pour l’Environnement tuvo mucho éxito: en él participaron 85 personas de todos los niveles de la sociedad e incluso de los países vecinos. Se elaboraron recomendaciones para establecer un comité sobre bosques más abierto, inclusivo y transparente, con la participación de todas las partes interesadas. Ucrania Green Cross Society organizó un taller en Kosiv, del 20 al 22 de setiembre de 2009, en el cual participaron 45 personas. Los asistentes concluyeron que se necesita una investigación específica para identificar las causas subyacentes de la pérdida y la degradación de los bosques de montaña, a saber: reformas de mercado imperfectas en materia de silvicultura (monopolio del Estado sobre las tierras boscosas y la extracción de madera); predominio de instrumentos reguladores administrativos en el gobierno; consideraciones económicas de corto plazo en el manejo forestal; escasez de inversiones financieras en silvicultura; falta de conciencia ambiental entre los lugareños; falta de participación pública en la toma de decisiones.

Uganda En noviembre del 2009, la Climate and Development Initiatives organizó en Uganda un taller sobre las causas subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques. Más de 20 mujeres y hombres representando a las organizaciones no gubernamentales, Pueblos Indígenas e instituciones de investigación participaron en la reunión, que elaboraron entre otras cosas, sobre los vínculos entre los bosques y el cambio climático y los impactos de los proyectos de compensación de carbono.

Talleres sobre las causas subyacentes de la conservación y la restauración de los bosques, 2010

Brasil Entre febrero y julio de 2010, NAT-Amigos de la Tierra Brasil condujo una serie de talleres sobre REDD, los derechos indígenas, la biodiversidad, y la conservación y la restauración del bosque dirigida por la comunidad. De los testimonios recogidos durante los talleres se desprende que el motivo en el cual se hace mayor énfasis para restaurar los bosques es, sin duda alguna, el asegurar la provisión de agua. Si bien se destacó la importancia de los bosques para la biodiversidad, la recolección de alimentos, la caza y para propósitos extractivos, el papel de los bosques en el ciclo del agua y como garantía de un abastecimiento constante de este recurso se mencionó como un elemento clave para unir a los actores en iniciativas de restauración, incluso entre grupos con diferentes intereses en el territorio. Entre los proyectos e iniciativas analizadas, la protección de las cuencas y la recuperación de los bosques ribereños aparecieron constantemente como elementos clave, capaces de atraer a las comunidades tradicionales y los Pueblos Indígenas, así como a los establecimientos agrícolas familiares e industriales, y a los gobiernos locales y estatales. De igual manera, el reconocimiento del impacto de las plantaciones de árboles sobre las reservas de agua ha sido un elemento importante para unir a los diversos actores contra la expansión de las plantaciones, incluso a las poblaciones urbanas que no se ven afectadas directamente por los otros impactos de las plantaciones como la concentración de la tierra, la pérdida de biodiversidad, las malas condiciones de trabajo, etc. Colombia En Colombia, se observó que las comunidades ya están experimentando graves consecuencias debido a la falta de recursos hídricos, y que le dan gran importancia al bosque por el papel que tiene en la provisión de agua y oxígeno y en la regulación de la temperatura, así como en el mantenimiento de la diversidad biológica y la provisión de alimentos. Estas diversas razones entrelazadas constituyen la motivación de la conservación y la restauración.


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En la mayoría de los casos, la importancia de los bosques es intrínseca a la vida misma. “Un bosque tiene su propia música: allí, el silencio transmite un millón de sonidos,” dice la gente, considerando que la alteración de los bosques implica simultáneamente un cambio en las culturas y estrategias de adaptación. El bosque es parte de la identidad de las comunidades y de sus proyectos de vida. Las estrategias para la reforestación incluyen la creación de viveros de árboles nativos, el trabajo hacia el manejo comunitario de los bosques, y la recuperación de las cuencas. En este sentido, la elaboración y el desarrollo de planes para la vida de la comunidad emergen como una estrategia primordial, en oposición a los proyectos que buscan mercantilizar la vida. India El 29 y 30 de mayo de 2010, Equations y el Foro Nacional de Pueblos del Bosque y Trabajadores Forestales (NFFPFW por su nombre en inglés) organizaron un taller sobre conservación y restauración de los bosques comunitarios en Rajabhatkhawa, con la participación de 48 personas. La gestión comunitaria tradicional de los bosques que practican los Mundas, el Sistema Mundari Khutkatti en Jharkhand, fue mencionada. En este sistema, la vida y el sustento de la comunidad se centran en los bosques que sus miembros han protegido y restaurado durante generaciones, sin ningún incentivo monetario. Ellos creen que los bosques pertenecen a la madre tierra y que ellos son sus custodios, los administradores que los protegen y conservan para la posteridad. Los bosques son parte integral de su vida cotidiana, su cultura y su identidad. En Orissa, alrededor de un tercio de los bosques está actualmente bajo control comunitario, en desafío de los mandatos del departamento forestal. La silvicultura comunitaria se ha practicado durante los últimos 100 años en cinco distritos de Orissa. Ahora es un estilo de vida para ellos; su cultura ha revivido y la práctica se ha mantenido porque las comunidades obtienen enormes incentivos de los bosques en términos de productos forestales no madereros y productos forestales menores. La población de una aldea del bosque del norte de Bengala es la principal fuerza detrás de la regeneración y la conservación de los bosques. Incluso sin salario, trabajan y viven gracias al incentivo que representan la disponibilidad de tierra cultivable, los cultivos asociados y los productos forestales no madereros. Nepal El 28 y 29 de mayo de 2010, Kamala Thapa Magar organizó un taller en Gorkha sobre las causas de la restauración de los bosques en Nepal. El taller concluyó que la silvicultura comunitaria ha demostrado ser una herramienta eficaz para la restauración. Los indígenas fueron los primeros que manejaron el bosque; tienen su propio conocimiento para protegerlo y saben cómo utilizarlo de manera sustentable. Durante las últimas dos décadas, la silvicultura comunitaria ha ayudado a regenerar áreas sustanciales de bosques degradados y ha contribuido a mejorar los medios de vida y a conferir poder a las comunidades y los individuos. Hoy en día, hay en Nepal aproximadamente 14.500 grupos de usuarios del bosque comunitario, con casi 1,6 millones hogares miembros, lo cual significa que un 33% de la población está involucrada. Panamá Entre el 17 y el 19 de mayo de 2010, la Asociación Indígena por el Ambiente (AIA) organizó un taller en la ciudad de Panamá sobre la Conservación y la Restauración de los Territorios Indígenas. Los participantes concluyeron que los valores indígenas son la principal razón de las comunidades indígenas para conservar sus bosques. Un presentador dijo: “Los indígenas han considerado siempre que esta tierra es sagrada y que el bienestar y la salud del planeta dependen de su salud y su conservación. Esta es la visión que ha motivado y sigue motivando a nuestras comunidades a mantener la conservación y la restauración de nuestros territorios. Buscamos recuperar tierras ancestrales usurpadas y restaurar su vitalidad, recrear los bosques como fueron alguna vez, antes de la expansión de la agricultura occidental y la deforestación.”


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Tanzania Lawyers’ Environmental Action Team (LEAT) organizó un taller sobre REDD y la conservación y restauración comunitaria de los bosques en julio de 2010. Un participante de Kongwa dijo que restaurar los bosques significa mucho más que plantar árboles. La comunidad local de Kongwa ha sido motivada a restaurar sus bosques por los servicios que brinda un paisaje de bosque restaurado, incluyendo la estabilización del suelo, la regulación del clima local, la seguridad alimentaria, la conservación de la diversidad biológica y el aumento del bienestar humano. Entre los muchos objetivos que tiene la comunidad figuran también: restaurar los bosques degradados en el territorio de la aldea, mejorar la provisión de servicios y productos forestales para los aldeanos y conservar mejor la biodiversidad y el medio ambiente a nivel local. Como medio para mejorar su situación económica las comunidades tienden a invertir donde pueden obtener mejores y más rápidos beneficios en un corto plazo. Según otro participante, las comunidades de Kilwa están motivadas para restaurar los bosques porque comprenden la importancia de tener árboles, para obtener su sustento pero también para conservar el ecosistema. Ha habido mucha tala y producción de carbón en la región, y la comunidad local sabe que si continúan las actividades como éstas, sus medios de vida estarán en peligro. Por ello, la comunidad ha asumido un papel activo y participa totalmente en el Manejo Forestal Participativo, con el fin de proteger y conservar sus bosques.

Uganda En mayo de 2010, la Asociación Nacional de Ambientalistas Profesionales (NAPE por su nombre en inglés) organizó un taller en Uganda. Durante el mismo, varias personas que viven con los bosques expresaron su opinión sobre lo que éstos representan para ellos. Nyakatura Peter, de Kihagya, habitante de un bosque perteneciente al clan Bahagya-Bafunjo del distrito Hoima, Uganda occidental, dijo: “Es en este bosque que la comunidad y los miembros del clan obtienen paz para sus espíritus y allí rezan por matrimonios ricos y exitosos, buenos trabajos, educación y dinero. Las comunidades respetan su bosque y es por el significado que los miembros de la comunidad le otorgan que el bosque ha sobrevivido a los invasores, a los leñadores y a la conversión de tierras para la agricultura. También se ha transformado en un centro de recursos, donde tienen lugar reuniones interculturales y donde se fomenta la investigación. Representa un maravilloso precedente para visitantes de otras culturas que pueden ver cómo reproducir esos mismos métodos en otro lugar, para ayudar a conservar los bosques en pie en sus respectivas regiones, en esta era de cambio climático.”


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8. Lista de Socios Responsables para los Talleres por País País Responsable Organización Correo electrónico Bangladesh Dhaka Institute of Cultural Affairs Mohammad Azizur Rahman [email protected]

Brasil 2010 Friends of the Earth Brazil Camila Moreno [email protected]

Bulgaria Bulgarian Society for the Protection Vanya Ratarova [email protected]

of Birds/ BirdLife Bulgaria

Camerún ICA Cameroon Ndameu Benoît Anthony [email protected] /

[email protected]

Colombia Asociación Grupo Ecológico INEM-GREI [email protected]

Colombia 2010 Censat Agua Viva Tatiana Roa [email protected]

Ecuador Asociación Indigena de Limoncocha Johnson Hugo Cerda [email protected]

Shiguango

El Salvador Salvadorian Centre for Appropriate Silvia Quiroa [email protected]

Technology

Etiopía MELCA MAHIBER Million Belay [email protected]

Georgia Vasili Gulisashvili Forest Institute Alexander Urushadze [email protected]

Merab Machavariani

Ghana ICA-Ghana Peter Maar [email protected]

India Kalpavriksh Vasundhara, Milindwani

India 2010 Equations and National Forum of Souparna Lahiri [email protected]

Forest Peoples and Forest Workers

Indonesia FOREST WATCH INDONESIA Christian P. P. Purba [email protected] ; [email protected]

Kenya Dorobo Trust Kanyinke Sena [email protected]

Nepal ICA-Nepal Tatwa Timsina [email protected]

Nepal 2010 Federation of Community Forest Dil Raj Khanal [email protected]

Users Of Nepal

Países Bajos Corporate Europe Observatory (CEO) Nina Holland [email protected]

Panamá Fundación para la Promoción del Marcial Arias Garcia [email protected]

Conocimiento Indigena

Panamá 2010 Indigenous Environmental Association Marcial Arias Garcia [email protected]

(AIA) of Panama

Papúa NG CELFOR-PNG Peter Bosip [email protected]

Paraguay Fundacion Yvy Pora Cesar Romero [email protected]

Filipinas Asia Pacific Indigenous Jennifer Awingan [email protected]

Youth Network (APIYN) [email protected]

Tayikistán NOOSFERA Tatyana Novikova [email protected]

Tanzania 2010 LEAT Emmanuel Massawe [email protected]

Togo Jeunes Volontaires pour Alouka Sena [email protected]

l’Environnement (JVE) Saskia de Melker

Uganda Climate and Development Initiatives Richard Kimbowa [email protected]

(CDI) Timothy Byakola [email protected]

Uganda 2010 National Asssociation of Professional Frank Muramuzi [email protected]

Environmentalists (NAPE)

Ucrania Green Cross Society [email protected]


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Contacto:

Simone Lovera, coordinadora general, Global Forest Coalition Bruselas 2273, Asunción, Paraguay

e-mail: [email protected] Teléfono: +595-21-663654 – Fax: 595-21-621080

www.globalforestcoalition.org

Créditos

Copyright Global Forest Coalition Texto Ronnie Hall, Janneke Romijn Diseño Yolanda Sikking Esta publicación ha sido realizada gracias a la generosa contribución de Swedbio y del Ministerio neerlandés de Relaciones Exteriores. Las opiniones expresadas en esta publicación no reflejan necesariamente las de nuestros patrocinadores. Referencia para citas: La raíz del problema: Factores determinantes y causas subyacentes de la pérdida de bosques, y motivaciones para restaurarlos, Coalición Mundial por los Bosques, diciembre de 2010. Coordinadoras de proyectos de la GFC: Andrey Laletin y Simone Lovera Global Forest Coalition, Bruselas 2273 Asunción, Paraguay Correo electrónico: [email protected] Fotos de tapa: Plantación en Escocia. Fotografía: Wally Menne, Timberwatch Foto de contratapa: Kuna Yala pueblo en Panamá. Fotografía: Marcial Arias, Global Forest Coalition Esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente, con fines educativos o no lucrativos, sin requerir la autorización expresa del propietario del copyright pero indicando la fuente.

Diciembre 2010