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Sib. NORMA ALVARAD O ataviada con la clásica pollera, quien ha sido ele- gida Reina de las Fiest a del Santo Patrón de Da . vid (San José) p de l a Cuarta Feria Regional Chi- ricana en el próximo me s r ' , FEBRERO DE 1944 - SUSTO

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Sib. NORMA ALVARAD O

ataviada con la clásicapollera, quien ha sido ele-gida Reina de las Fiest adel Santo Patrón de Da .vid (San José) p de l aCuarta Feria Regional Chi-ricana en el próximo me s

r

' , FEBRERO DE 1944 -

SUSTO

LA POLLERA - EL VESTIDO NACIONALPor MATILDE OBARRIO DE MALLET (LADY MALLET )

Se cree que el vestido nacional de Panamá fue originalmente un vestido gitano, reformado con e ltranscurso del tiempo. En los días de la Colonia era el atavío de las sirvientas de los primitivos pobla-dores de Panamá .

Era particularmente usado por las niñeras, y el vestido es tan bonito y tan apropiado en un clim acaliente, que aún las señoras de la nobleza a veces lo usaban en la reserva del hogar, durante la

s horas calurosas del día. Aun hay, hoy día, en las familias españolas de Panamá, viejas sirvientas qu enunca usan otro vestido . Estas mujeres viejas, reliquias de una edad ya pasada, gozan en hablar d eél, de su antiguo respeto para su amos, del encantador recuerdo de los hechos pasados y de la de-voción por las familias en cuyas casas algunas de esas sirvientas hablan nacido, de esclavos que habla nsido puestos en libertad, siendo raros tesoros qua vemos desaparecer con verdadera tristeza, pue

s nunca serán reemplazados.

Un cuidadoso estudio del vestido nacional demuestra su origen gitano . El rosario de cuentas d emadera tallada que usa una gitana, y el escapulario de tela, fueron copiados en oro sólido por los no-bles españoles, quienes deseaban ataviarse sus sirvientas en una forma digna de su fortuna y posición .El cabestrillo, es también una idea gitana . Los aretes de enorme media luna fueron copiados en oro yperlas, y un encantador adorno del cabello conocido como lapajuela, es una copia del puñal que algu-nas gitanas acostumbran llevar en el cabello .

Una de las pajuelas de mi colección, tiene una hoja de oro sólido, exquisitamente labrada, mientra sque el mango es un trabajo de arte en filigrana y perlas ; en el reverso de la hoja un gancho, parasujetarla al cabello . Otra clase do pajuela, tras que el mango es un trabajo de arte en filigrana y perlas ,en el revés también en la forma de un pequeño puñal, sirve para un propósito especial ; uno de los extre-mos es un afilado mondadientes, y el otro ha sido ahormado como una pequeña concha, que se usab apara limpiar los oídos. (1) .

Dos clases de peinetas se usan ; una con una franja de oro labrado, llamada de balcón, por su pare-cido con la barandilla de un balcón, Estas se colocan hacia la parte de atrás de la cabeza, a cada la -do . Las otras, que se llaman de perlas porque su trabajo de oro está coronado con perlas, se usan un po-co más hacia el frente . A veces se usa coral en lugar de perlas .

Flores de oro y perlas se esparcen por la cabeza, de las cuales se acostumbra usar cuatro pares .Son hechas en tal forma, que el pedúnculo tiembla al menor movimiento de la dueña, y de aquí el nom-bre que se les ha dado: tembleques. Los tembleques se usan a ambos lados de la cabeza, detrás de la sorejas, con muchos jazmines, claveles y botones de rosas . En las sienes, al nivel de los ojos, se pegabanmonedas de oro . Esta costumbre no prevalece ya (2) . Pero yo tengo "parches" en mí colección de prendasde pollera y siempre los usaba .

Ocho botones de sólido oro tallado, se usan para sostener las faldas . Las faldas son dos, muy am-plias, hechas de vuelos graduados, con yardas y yardas de encajes . Están abiertas a los lados ; cada ex-tremidad tiene un ojal para pasar las cintas a través, y éstas se anudan al frente y a la espalda, cos-tumbre que es gitana también .

Se usan anillos en los dedos, pero no se acostumbra ponerse brazaletes . Se me ha dicho que esto s edebe al hecho de que los brazaletes se consideraban como un signo de esclavitud, y ese emblem

a no podía encontrar ambiente entre los gitanos.

La cadena chata es la única parte del vestido que es absolutamente panameña, por su significado .La palabra Panamá es india, y significa variedad o abundancia de peces ; se dió a toda la costa que bor-deaba la bahía, debido a la gran cantidad de peces que se encuentran en sus aguas . Pedrarias, el fundado rde la vieja Panamá, y Fernández de Córdoba, fundador de la segunda ciudad del mismo nombre, no s epuede decir que las bautizaron con ese nombre . Simplemente continuaron usando el nombre por el eria lesta región era conocida por sus primitivos habitantes .

(Pasa a la 31 de la cubierta )

(1) Esta pajuela pequeña se acostumbra usar, desde hace varios años, colgada del cabestrillo, y puede ser de plata uera . La grande de la cabeza, ya no se usa .

(2) O lo que llamaban "parches" que consistían en una plaquita de oro labrado en cuadro con una perlita en e lcentro ; esta plaquita estaba colada a un pedacito de terciopelo para facilitar el pegarla al cutis con el jugo de una frut asilvestre que se llanta moyuyo".

jazVQQOp

ORGANO DE LA LOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCI A

DIRECTOR : JOSE GUILLERMO BATALLA

REDACTOR JEFE : JUAN ANTONIO SUS'T' O

SUMARIO

Portada .—Señorita Norma Alvarado, Reina de las Fiestas Patronales de David y de l a

Cuarta Feria Regional Chiricana .—(Marzo de 1944) .

Portada

(interior) .—La Pollera :

el vestido

nacional,

por

Matilde

Obarrio de

Mallet .

Páginas

Gerencia y Junta Directiva de la Lotería Nacional 2

Editoriales .—Un gran acierto . J . G . B 3

En la proximidad del Carnaval . J . G . B 4

Presidentes de Panamá (Don José Domingo de Obaldía)__ 5

Gabinetes de la República, por Ernesto J . Castillero y J . A . Susto ___ 8

La Pollera, por Ernesto J . Nicolau 8

Pescao, por Federico Tuñón _ . __ 1 3

Cuento de Lotería .—Peor es nada, por Marzo Marín Mirones 1 4

AYER Y HOY (Gráficas) 16 y 1 7

Cosas de Antaño.El Mulato Urriola, por Periquillo de los Palotes 1 8

Carta Edicto sobre excomunión mayor contra ciertos bailes (1776) _ 2 1

Breve historia del carnaval panameño, por Guillermo Andreve 2 2

Datos para los orígenes del tamborito (1770), por E . J . Castillero_ 2 4

Números favorecidos por la suerte en Enero y Febrero de 1944 2 5

La Odisea de Momo (poesía) por José Gmo . Batalla

_26

Dedicatoria a la Reina (poesía) por José Gmo . Batalla _27

FEBRERO

N" 3 3

1944

GERENTE :

Samuel Lewis Jr .

SUBGERENTE

Rolando de la Guardia

TESORERO :

Carlos M . Arango

SECRETARIO :

José A . SierraLA JUNTA DIRECTIVA D E

LA LOTERIA NACIONALDE BENEFICENCIA

Presidente :

Coronel Manuel Pino R . ,MINISTRO DE SALUBRIDAD Y OBRAS PUBLICA S

Vice Presidente :

Carmen E. de de la GuardiaPRESIDENTA DE LA CRUZ ROJA NACIONAL

Secretario :

José Antonio Sierra

DIRECTORES

Juan Antonio GuizadoCOMANDANTE DEL CUERPO DE BOMBEROS

Padre : Doming o SoldattiDIRECTOR DEL HOSPICIO DE HUERFANO S

Roberto Chiar iPRESIDENTE DE LA CAMARA DE COMERCI O

Eduardo de Alb aGERENTE DEL BANCO NACIONAL

Ing. Manuel J . ZárateSUPERINTENDENTE DEL HOSPITAL SANTO TOMAS

EditorialI,L~

CIUDAD DE PANAMA ,

REPUBLICA DE PANAMA

N" 33 . FEBRERO DE 194 4

UN GRAN ACIERTO

N carta que enseguida reproducimos, el señor Gerente deesta institución, don Samuel Lewis Jr., ha remitido adon Tomás Gabriel Duque, Director de "La Estrella d ePanamá% con fecha 17 de los corrientes, la apreciabl esuma de B/.5.000.00, para que sea agregada a la colecta

pública en buena hora iniciada por dicho órgano periodístico par ala compra del bombardero "Panamá-Zona del Canal%

Dice así la referida comunicación :Señor don Tomás Gabriel Duque,Director de la Estrella de Panamá ,Ciudad.Señor Director :

Con la aprobación entusiasta del Excmo. Sr. Presidente de laRepública, Don Ricardo Adolfo de la Guardia y debidamente auto -rizado por la Junta Directiva de la Lotería Nacional, le acompañocheque N° 3956 por CINCO MIL BALBOAS (B/.5.000.00) con queesta Institución contribuye a acrecentar los fondos para la compradel bombardero "Panamá-Zona del Canal".

Estoy seguro de que esta donación cuenta con la simpatía d enuestro pueblo que es esencialmente democrático y que compren -de que, en toda forma, debemos ayudar a los Estados Unidos en l alucha heroica que libra contra el totalitarismo .

De Ud. atento y seguro servidor ,SAMUEL LEWIS Jr., Gerente .

Digno de toda loa es el paso dado a este respecto por la Junt aDirectiva de la Lotería Nacional, con la aprobación entusiasta de lExcmo. Señor Presidente de la República, don Ricardo Adolfo dela Guardia. Todo lo que se haga con el propósito de fortalecer loslazos espirituales y materiales que nos unen al gran pueblo norte -americano tiene que despertar nuestras más vivas simpatías y tien eque merecer un respaldo decidido y caluroso por parte de nuestra co -lectividad. Todo cuanto pueda contribuir al triunfo de la causa de-mocrática, que tiene en los Estados Unidos de América su más des-tacado paladín, debe interesar profundamente a cuantos anhela-mos la extirpación definitiva de las fuerzas totalitarias en el mundo .

Y en el caso específico de la Lotería Nacional, este paso en -vuelve, además, una justificada expresión de reciprocidad, consi-derado el hecho de que gran parte de los favorecedores de est

a empresa de positivo beneficio para el pueblo panameño la constituye nnuestros vecinos y amigos de la Zona del Canal .

Bien está, pues, esta contribución que acaba de votar la Junt aDirectiva de la Lotería Nacional, en un elevado espíritu de com-prensión internacional y de adhesión a los postulados de la libertad .

J. G. B.

Editorial EN LA PROXIMIDAD DEL CARNAVAL

COMO si no fuera suficiente este perpetuo carnaval de lavida, en que con dificultad sabemos a ciencia cierta s iel amigo que nos hace protestas de cariño lleva puestala sinceridad como una máscara o si la mano que co ncalor se nos tiende lleva escondido el áspid con que qui-

siera darnos la mortal mordedura ; como si no bastara la farsa quede manera perenne suele predominar en la mayor parte de las ac-tividades que se desarrollan en los escenarios del mundo, sobr

e todo en el nuestro, y fuera de imperiosa urgencia que el ritmonormalde la brega diaria lo tuviesen que quebrantar la carcajada iró-

nica del burlado Pierrot, el repiqueteo sonoro de los cascabeles d eArlequín o el acento armonioso de la voluble Colombina, este des -preocupado y querido pueblo nuestro que deseáramos ver siempr een actitudes gallardas y cuyas raigambres tradicionales lo habili-tan para las más nobles realizaciones ; este pueblo nuestro, repeti-mos, cuya buena fama nos inspira el más vivo interés, se dispone ,a juzgar por los movimientos que ya se advierten, a rendirle suacostumbrada y ruidosa pleitesía al Hijo de la Noche y el Sueño ,que tan festejado fuera en los viejos tiempos romanos del "pan ycirco%

Tales preparativos, entre los que descuellan los concurridos sa-raos y bailes integrados en su gran mayoría por criaturas casi im-berbes, que generalmente degeneran en semilleros de lascivia yfuentes dañinas de relajamiento moral, constituyen una nota dis-cordante de indiferentismo y una lamentable manifestación de in -cultura en esta hora trágica en que, a costa del sacrificio de millo-nes de vidas y el exterminio de una porción enorme del mundo civi-lizado, libra la humanidad la contienda bélica más espantosa qu eregistra la historia, en su empeño por asegurar el triunfo de lo sideales democráticos y el derecho de todos a una existencia qu etenga como bases fundamentales los dictados de la justicia .

La celebración de las carnestolendas, que por buen número deaños ha venido siendo entre nosotros un venero de lucro para el co-mercio local y una atracción del turismo, resulta absurda e irritant een estos momentos en que, entre el estrépito de las bombas demo-ledoras y los ayes lastimeros de las víctimas que van cayendo com oespigas segadas por un simun devastador, desaparecen poco a poc olas conquistas más valiosas del genio y de la mano del hombre .

Por suerte, durante los últimos años nuestras autoridades ha ntenido el acierto de no participar oficialmente en las festividade sdel Dios Momo . Y esto tenía que ser así, toda vez que -en una form au otra somos parte beligerante en el actual conflicto.

Toca ahora al pueblo panameño, si es que desea manteners edentro del área que marcan la nobleza de sentimientos y la piedadcristiana, abstenerse por completo de las charangas aguardientosas ;de las comparsas estrafalarias que preceden a la reina de faz pinto-rreada y su séquito bufo; de las tonadas alegres y de los grifos ju-bilosos; en fin, de todo aquello que en esta hora de angustias debeconsiderarse como un agravio al duelo inmenso que aflige al géne-ro humano y como un contraste cínico del cuadro pavoroso que pre-senta esta gran hecatombe cuyas consecuencias nos llegan com omensajes palpitantes de dolor y, de zozobra, como tristes ecos deun cataclismo mortífero y aterrador .

Ojalá que nuestra voz no se pierda en el vacío, en obsequio a lbuen nombre y la cultura del pueblo panameño .

J. G. B.

PRESIDENTES DE PANAMA

DON JOSE DOMINGO DE OBALDI APrimer Designado, encargado del Poder Ejecutivo :

24 Junio de 1907 - 27 de Diciembre de 1907 .

Segundo Presidente Constitucional :

19 de Octubre de 1908 - 19 de Marzo de 1910 .

El 14 de Octubre de 1908 le tocó al doc-

tor Eusebio A . Morales en su calidad d ePresidente de la Asamblea Nacional darl eposesión al señor de Obaldia, como

SegundoPresidente de la República. Al final d esu discurso dijo el Dr. Morales : "Vuestravida sin reproche, vuestra integridad in-sospechable y la sangre que circula porvuestras venas, son garantías superiores a ljuramento que acabáis de prestar. Yo noos exhortaré, señor, a que cumpláis vues-tro programa, vuestras promesas y vues-tros, juramentos, porque ello sería un aofensa a vuestra lealtad . Yo solo os exhort oa nombre de esta Corporación, que me hahonrado haciéndome su vocero, a que fun-déis el régimen de la ley y de la justicia,

para que cuando descendáis materialmen-te del sillón presidencial sea para eleva -ros a una altura inmaterial . digna de vues-tras obras".

«

Tomamos de "La Prensa" diario dirigi-do por don Guillermo Andreve, correspon-diente al 19 de Octubre de 1908, lo si-guiente :

"El señor Don José Domingo de Obal-día, nació en David, cabecera de la Pro-vincia de Chiriquí, el día 15 de Enero de1815 . Fueron sus padres don José de Obal-día y doña Ana Gallegos de Obaldía, am-bos pertenecientes a distinguidas familia s

LA LOTERIA

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del Istmo de Panamá . Estando aún en l ainfancia el ilustre vástago, a quien se re-fiere este boceto biográfico, se traslad ócon sus padres a Bogotá, capital de Co-lombia, que también se llamó Nueva Gra-nada, en donde ya don José de Obaldíahabía conquistado una brillante posició ncomo jurisconsulto y como político. Enefecto, desde 1851 había sido elegido Vi-cepresidente de la nación para el períodoen que fué Presidente el General José Hi-lario López, y fué reelegido para el mis-mo elevado puesto, dos años más tarde ,cuando se hizo la elección del General J

osé María Obando, para Presidente en e lperíodo de 1853 a 1858 . En esta épocatocó al Vicepresidente Obaldía ejercer po rvarios meses el Poder Ejecutivo, despuésde vencido el usurpador José María Melo ,y luego que el Senado juzgó y depuso a lPresidente Obando.

Mientras permaneció en Bogotá, don Jo -sé Domingo de Obaldía, estudió en los prin-cipales colegios de esa culta capital, yregresó con sus padres a Panamá despuésque las Provincias del Istmo fueron eri-gidas en Estado Soberano, en 1855 . De-dicóse entonces a administrar las propie-dades de sus padres, radicadas en la Pro-vincia de Chiriquí, y una vez alcanzadasu mayoría de edad, vino a esta ciudaden donde prestó sus servicios por vario saños a la empresa del Ferrocarril de Pa-namá (P.R.R . Co . )

Abandonó luego la posición que teníaen esta empresa para ir a . los Estados Uni-dos de Norte América a completar su edu-cación. Cerca de tres años permaneció enNew Haven, Connecticut y de allí volvió ,después de familiarizarse con el idioma in-glés y de adquirir conocimientos adecua -dos para la carrera del comercio . Enton-ces se dedicó en David a faenas agrícola sy a otros negocios importantes, en los cua-les formó el capital propio que hoy posee ,de no escasa importancia, a pesar de lo sdaños y perjuicios considerables que su-frió durante la revolución de 1899 a 1902 .

A la edad de 29 años casó el señor Obal-día con la señorita Manuela Jované, co nquien tuvo los siguientes hijos : José Aris-tides, José Domingo, José Lorenzo, Gene-roso, Agustín, Manuel, Gustavo y Fabio .La muerte le arrebató su esposa y mástarde se unió en segundas nupcias con do-ña Josefa, hermana legítima de la ante-

rior, y cuyas virtudes y alta distinción sonjustamente apreciadas por la sociedad e nque vive. De este segundo matrimonio so-lo ha tenido un hijo el señor Obaldía : elsimpático e inteligente —Mingo— el ter-cer José Domingo de la familia .

Durante el régimen de Colombia, el se -ñor Obaldía fué elegido dos veces Sena-dor de la República, pero no concurri óal Congreso sino después de la segundaelección, en 1903, cuando consideró su de-ber dejar oír su voz en la defensa de lTratado celebrado entre Estados Unidos yColombia para la construcción del canal através de este Istmo, obra de la cual debí adepender la salvación económica de lo spueblos que moran en esta región privi-legiada de la América . Cumplió su mi-sión con energía y entusiasmo abogand opor la aprobación del tratado en el Se -nado y en la prensa, a pesar de la hosti-lidad de todos sus colegas del Congresoy de la casi totalidad de los políticos bo-gotanos .

Su actitud franca y resuelta le mereciósin embargo la confianza del President ede la República señor Marroquín, quien l onombró Gobernador, de este entonces De-partamento de Colombia . Ejercía el seño rObaldía esas importantes funciones oficia -les cuando estalló el movimiento separa-tista de Panamá que emancipó este paí sdel Gobierno Colombiano, el 3 de Noviem-bre de 1903 .

Este histórico acontecimiento colocó a lseñor Obaldía en situación harto difícil .El, lo mismo que su ilustrado padre, ha-bían favorecido siempre la idea de con-quistar la autonomía absoluta del Istmo ,porque abrigaban la convicción de que Co-lombia carecía de los medios y aún de l avoluntad positiva de asegurar la felicidadde los panameños, estudiando con interéssus necesidades, y dando preferencia a latarea de satisfacerlas .

Por otro lado, como Agente en el Istm odel Gobierno Central, su deber era opo-nerse a toda tentativa de desmembracióndel territorio de Colombia, y por eso en e lmomento supremo se halló en el conflict ode dos graves exigentes deberes. Coloca-do sin embargo en la martirizante dis-yuntiva cualquier hombre de honor, aman -te de su tierra natal, habría procedido co-mo procedió el señor Obaldía : en vez deenfrentarse airado a los libertadores y a l

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LA LOTERIA

pueblo de su verdadera patria que reali-zaban un ideal que él mismo compartía ,dejó correr los acontecimientos, sin tomarparte directa en ellos pero también si nentrabarlos, dispuesto en lo íntimo a com-partir con sus amigos y coterráneos, en l ahora suprema, los azahares y tremendo ssacrificios que hubieran podido ser nece-sarios para afianzar la redención del Ist-mo, si las cosas no hubieran tomado un gi-ro tan favorable a los esfuerzos de los pa-nameños. Ningún principio moral pued eexigir a un hombre que en la lucha de lospropios contra extraños, preste a esto

s últimos servicio de verdugo a los seres aquienes más ama y a quienes le unen losvínculos regionales, sociales y consanguí-neos y la solidaridad de aspiraciones, afec-tos e intereses de todo orden . La negligen-cia del señor Obaldía en la represión de limpulso separatista, negligencia que los co-lombianos califican de connivencia y qu econdenan como odioso delito, no es, en e lcriterio de los panameños, sino una acció nnoble, justa y laudable, que ha contribuí-do en mucho a enaltecer el nombre de lseñor Obaldía en su patria y a hacerle aúnmás merecedor del premio que hoy se l econcede, , elevándolo a la Presidencia de l aRepública. Estamos seguros de que lo shombres sensatos de todo el mundo com-parten en este asunto el sentimiento de lo spanameños y se explican muy bien el jui-cio adverso de Colombia .

Se había restituido el señor Obaldía ala vida serena de su hogar, después de lgran suceso de la secesión de Panamá,cuando le llamó el Presidente Amador pa-ra confiarle la representación diplomátic ade nuestra República en Washington, co nel carácter de Enviado Extraordinario yMinistro Plenipotenciario . Desempeñó esa sfunciones con el mayor acierto y patriotis-mo desde Julio de 1904 hasta Junio d e1907 . Durante ese período solo s

e separó temporalmente, unos pocos meses, d ela Legación para ir a representar la Re -pública de Panamá en el tercer CongresoPanamericano de Río Janeiro, en el cua lse distinguió por la discreción y la in-teligencia con que interpretó el papel quele tocaba desempeñar .

De la Legación de Washington se se-paró definitivamente el señor Obaldía ,cuando vino a encargarse del Poder Eje-cutivo, como Primer Designado llamado aejercerla por haberse retirado el Presiden-te Amador, que se ausentó por seis me-ses en uso de licencia. Fué tan tinosa yconciliadora la política que implantó el se -ñor Obaldía en ese breve lapso de gobier-no, defendió con tanto celo los interese snacionales y dió muestras tan altas de pro-bidad, de justicia y de prudente energía ,que conquistó la adhesión y las simpatíasentusiastas y sinceras del pueblo paname-ño,las cuales acaban de manifestarse conavasallador y victorioso empuje en las re-cientes elecciones que han llevado, al se -ñor Obaldía a la cumbre del poder por cua-tro años ."

El doctor Carlos Antonio Mendoza, Se-gundo Designada encargado del Pode rEjecutivo, al dársele sepultura al cadáverdel Excmo. señor José Domingo de Obal-día, Presidente de la República, el 2 d eMarzo de 1910, dijo al finalizar su ora-ción : "Desde un extremo a otro del paísel alma nacional se ha conmovido al vercaer el hijo predilecto que dirigía sus des-tinos con juicio, moderación y benevolen-cia : y la manifestación que este cortej osignifica, nos revela cuán hondo, cuán es-pontáneo y sincero era el afecto qu

e inspiraba en todas las clases sociales y e ntodos los gremios el ciudadano ilustre queacaba de desaparecer . Y esos sentimien-tos son merecidos, pues ellos fueron con-quistados en la labor intensa de una vid asin reproches, con la posesión de un ca-rácter íntegro, noble, generoso y desinte-resado ; y con servicios reales, prestado sa su patria y a sus amigos Pero sípuedo expresar en términos que no deja nla menor duda sobre su significación, qu eel señor de Obaldía fue modelo de servi-dor público, que jamás le vi vacilar en e lcamino del honor y del deber, y que e lamor a su patria era inmenso . . . . : '

LA LOTERIA

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GABINETES DE LA REPUBLIC APor ERNESTO J . CASTILLERO y JUAN ANTONIO SUST O

V

DON JOSE DOMINGO DE OBALDI A

Fué electo segundo Presidente Cons-titucional y tomó posesión el 19 deoctubre de 1908.Murió el 19 de mar-zo de 1910, cuando sólo había gober-nado un año y cinco meses .

Su Gabinete fue compuesto asi r

Dr. Ramón M. Valdés, Gobierno y Justicia ; DonJosé Agustín Arango, Relaciones Exteriores ; Dr . Ca

rlosA. Mendoza, Hacienda y Tesoro ; Dr. Eusebio A.Morales, Instrucción Pública, y Don José E . Lefevre ,Fomento .

El 2 de Octubre los despachos de Instrucción Pú-blica y Fomento, por ausencia de los titulares, fu

eron encomendados a los Secretarios de HaciendayTesoro, Dr . Mendoza, y de Relaciones Exteriores ,señor Arango . Pero el día. 3, los Sub-Secretarios

respectivos. señores Don Angel M . Herrera y DonJuan Navarro D ., se encargaron de dichas Carteras ,mientras regresaban a sus puestos los titulares, l oque hicieron el 10 de. febrero de 1909 .

Por cortos días a finos de enero de 1909, se en -cargó de la Secretaría de Relaciones Exteriores e lSubsecretario, señor Don José M . Fernández. Almorir el señor Arango, Secretario en propiedad d eRelaciones Exteriores, hecho que ocurrió el 10 d emayo del propio año de 1909, fue encargado de l aCartera el día 13 el Dr . Valdés, Secretario de Go-bierno y Justicia, pero el 22 del mismo mes el Pre-sidente nombró Secretario al señor Don . Samue lLe vis .

A su vez el 19 de septiembre del mismo año s eseparó con licencia el Secretario de Gobierno y Jus-ticia, Dr. Valdés y se adscribió este despacho portres meses al Secretario de Relaciones Exteriores ,señor Lewis . A partir del 10 de febrero de 1910 es -tuvo encargado de la Secretaria de Relaciones Ex-teriores el Subsecretario, señor Don Rafael Neira A .

LA POLLERAPor ERNESTO J . NICOLAU

I

La pollera, según dice una muy respe-table dama panameña, en autorizada pro-ducción literaria inglesa (1), se cree qu efue originariamente un vestido gitano.Y el Reverendo Padre Fabo sostiene qu e"la pollera americana es un vestido ve

nido de Andalucía con su nombre y todo" .

Informa la dama citada que en los leja-nos días de la colonia, la pollera era el ata-vío común de las esclavas dé los primiti-vos señores de Panamá, y que, además fu eusada preferentemente por las nodrizas .

Para las primeras, arriba mencionadas ,su comodidad y frescura fueron las causa sprincipales de su adopción ; y para las se-gundas, la facilidad que brinda su anch oescote para sacar y guardar los pechos ubé -rrimos, sin mayor esfuerzo, pues ambas co-sas pueden ejecutarse con sólo retirar u npoco el corpiño e inclinando el cuerpo lige-ramente hacia adelante .

Con respecto a los dos casos arriba ano-tados, los motivos expresados son eviden-tes, pero hay algo más todavía, y es que ,en lo general, este vestido de la poller a estan apropiado para ser usado en un clim atropical tan fuerte como el nuestro, quebasta "las mismas señoras de la nobleza"(3) los usaban con frecuencia en la reser-va del hogar durante las lloras calurosa sdel día. Y las esclavas, en cambio, así co-mo las libertas, las hijas de éstas, en fin,todas las criollas, lo usaban diaria y li-bremente. De esta suerte resultó que ca-da mujer, cualquiera que fuera su condi-ción social, tenia su pollera para usarla asu gusto .

Y con respecto al estilo ancho del escot ey de la falda de la pollera panameña d elujo, conceptúanos, como cosa comproba-da por la tradición, que se debió a una imi-tación de la moda usada por las damas es-

pañolas, en la época de la colonización, conuna fuerte y marcada exageración . Y tam-bién, ese estilo amplio puede derivarse di-

o PAGINA 8

LA LOTERIA

rectamente de los bellos trajes usados e nlas fiestas de entonces, siempre más anchosque de ordinario, a los cuales solían ador-nar con flores, aves, frutos y figuras raras ,lodo tejido a mano con agujas y finas se -das de colores variados y brillantes, a se-mejanza de los que lucían las damas enlas cortes europeas, principalmente du-rante las fastuosas recepciones de Versai-lles, cuando la crinolina y el polizón lleva-ron el cetro de la moda femenina .

A la comodidad del traje se unió el clim atropical para imponer su diario uso, y as ífue corno vinieron, comodidad y clima, a

convertirse en sus dos fuerzas protectorascontra los peligros de la renovación cons-tante de la caprichosa moda femenina yevitaron su eclipse total en el escenario pa-nameño. Pero con todo y este esfuerzoprotector, la pollera, como traje diario, fu eperdiendo posiciones, año tras año, hastael extremo de que ya hoy no se la vé en laciudad de Panamá, pero sí se la encuentraen las aldeas del interior del país y con me -nos frecuencia en las capitales d

e provincias. Mas por fortuna, en muchas parte slos sabados y los domingos, en todos lo spueblos para sus fiestas patronales, parti-cularmente, y en la República entera du-rante los días del Carnaval, la pollera esabundante y resulta ser el vestido má satrayente del concurso por su belleza artís-tica, por su seducción irresistible y porqu erepresenta el alma nacional .

De lo expuesto deducimos que la poller ano es ni gitana ni española, sino que es decreación pura y netamente panameñ a

II

Los estilos de la Pollera

Tenemos entendido que sólo existendos clases de polleras, que son : la pollerallamada de lujo y la dedicada al uso dia-rio, también llamada "pollera montuna" .De cada una de estas polleras nos ocupa -reinos separadamente .

La pollera que sin temor a equivocarno sbien pudiéramos calificar, lisa y llanamen-te, de típica, es aquella que h̀oy conocemoscon el inapropiado denominativo de polle-ra montuna . Y sostenemos que es impro-pio, porque esa pollera no es oriunda demonte alguno, sino que, por el contrario,fue inventada en la ciudad de Panamá en

donde se generalizó tanto su uso, que s uejemplo trascendió a los distintos pueblosdel país, y así llegó a ser la pollera popu-lar por excelencia ; y es típica porque fu eel distintivo y, a la vez, patrimonio artís-tico de las esclavas panameñas ; y, po

r último, porque ese fue el estilo primitivo qu ese usó en el pueblo panameño, preferente -mente y con tan grande profusión, que so.abundancia dió a la ciudad un fuerte as-pecto de rancio sabor lugareño y su fiso-nomía se conservó intacta, a través de lossiglos, hasta las postrimerías del pasado yen los albores del presente .

Esta pollera, la típica, o por seguir l acostumbre, la pollera montuna, s

e compone de las siguientes piezas: Un corpiñ oamplio, de gran escote, de corte sencillo, ycuando más adornado está, lleva enjareta-do un hilo de lana alrededor del borde yuna mota del mismo material en mitad delpecho y otra a la espalda. Este corpiñotiene mangas cortas cubiertas por un aarandela que arropa el 'busto desde lo shombros hasta la cintura, en forma de un agrande charretera . Su material es de co-lor blanco. La falda de esta pollera es delancho de una falda corriente y llega hast ael tobillo de la mujer. No tiene, tampoco ,vistosos adornos de aguja y unicamenteluce aquellos que por lo común trae la te -la conocida con el nombre de zaraza sobreun fondo morado, rosado o rosa vieja . Loszapatos para el uso diario son de cabritilla ,suela de cuero, pero sin tacones . La ca-beza de esta pollera es poco adornada ;cuando más, un clavel, unos jazmines, ouna rosa en cada moño, a veces us

a sombrero ala pedrada hechos en Penonomé,La Pintada o en Las Tablas, y no se pon etembleques. En las fiestas si se usaba tem-bleques y zapatillas de pana o raso . Cuan-do la empollerada es pobre, súple la falt ade prendas legitimas con cadenas de lat adorada, o de cuentas de cristales y aretesfalsos. Cuando es mujer rica, lleva tercia-da la chácara simbólica y una o dos cade-nas chatas de oro fino que demuestran po-sición económica holgada . También se

pone un gran pañuelo de seda de color (re-gularmente rojo) doblado en forma detriángulo y amarrado por dos puntas entanto que la otra cae sobre las espalda .

Como la mayoría de las mujeres usaba nesa clase de pollera, era muy frecuente en -

LA LOTERIA

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contrarla en todos los bailes, saraos y cum-biambas populares y privados . Su sim-pática presencia se hizo tan indispensable ,que tornóse irremplazable; principalmeri-te cuando había tamborito . De este ínti-timo contacto nace una afinidad tan es-trecha entre tamborito y pollera, que n oes posible imaginar el uno sin la otra, oviceversa-

III

La Pollera de Luj o

El corpiño y la falda de esta pollera so nmás grandes que los usados en la poller aya descrita .

Este corpiño se desprende de un primo-roso mundillo (4) que forma el borde su -

perior, y tiene la prisma forma del de l apollera montuna, o sea igual a una grancharretera, pero se distingue del anterioren que está formado por dos grandes aran-delas. La primera, que nace de los hom-bros en la forma dicha, desciende a la mi -tad del busto ; y la segunda que sale debaj ode la primera, cae hasta cubrir la cintura ,o algo más. De esta distribución result acompleta la visibilidad del conjunto . AnI-has arandelas lucen sus adornos tejidos, yterminan en dos circunferencias de bellísi-mos encajes .

La falda de esta pollera de lujo, tiene laforma de una campana, que de la cintur apara abajo va ensanchando gradualmente,hasta llegar al borde formando una circun -ferencia de tres metros de diámetro, más omenos, . (5) Está dividida en dos lados cu-yas cuatro cintas, pasando por . sus ojalescorrespondientes, se enlazan al frente y ala espalda. En cada extremo de las aber-turas de la cintura, se prende un hermos obotón de oro tallado ; y al frente, de modoque cuelguen sobre la falda, en todo el cen-tro del vientre, se colocan dos cintas deunos quince centímetros de largo y anch ocorriente, y otras dos iguales en lo parteposterior . Por lo regular estas cintas sonde color rojo .

Desde la cintura al final, la falda se di-vide en dos secciones, por medio de un afranja circular de mundillo, de unos cua-tro centímetros de ancho, en todo el centro .En cada una de estas dos secciones se des-tacan los adornos, tejidos o bordados so-bre la misma tela, en cuya confección la

dueña ha lucido sus habilidades manuale sy buen gusto . A lo largo del borde de l asección inferior, corre una franja de mun-dillo de dos centímetros de ancho, y pe-gado a éste remata, como complemento, u nancho encaje. Este llega hasta el tobillode la empollerada sin barrer' el suelo .

Por debajo de esta hermosa falda, el pe-ticote, amarrado y abotonado de igual ma-nera, es de fino hilo pero más grueso queaquella, siempre blanco y anchísimo ; perocuando la pollera es de las llamadas d etalco en sombra, el peticóte lleva los ador-nos tejidos a pura aguja, y la transparen-cia de la tela superior permite verlos e nondulaciones caprichosas (6) . Usa zapa-tillas de pana, raso o terciopelo, con suel ade cuero, pero sin tacones . (7) .

La cabeza de la empollerada lleva el ca-bello bien asentadito, y partido en dos pormedio de una bien marcada línea recta, enel mismo centro, y estas dos divisiones seanudan en un moño corto que cae tras decada oreja. Estos dos moños se llenan d etembleques, unas veces son blancos y otra sde colores variados y brillantes, simulandomariposas y bellas flores También se po-nen muchos jazmines, algunos claveles obotones de rosas . Sobre la cabeza, y a ca-da lado, en primer término, van las peine-tas de balcón (8) y un poco más adelante ,las perlas . De este conjunto de tembleque sde vistosos colores, de prendas de oro yperlas, de claveles y flores, brota deslum-brante el hechizo embrujador .

La larga cadena chafa, cuelga del cuello .Cadena esta, formada con menuditas esca-mas de pescado, todas de oro, y unidas endos cordoncillos del mismo metal, lleva a lextremo un pescadito también de oro. Es-te capricho simboliza el nombre de Pana-má, cuyo significado indigena es, precisa-mente, abundancia de peces . Algunas da-mas, en el lugar del pez, colocan un esca-pulario .

En cada oreja lleva una preciosa mos-queta, tallada en oro y algunas veces conadornos de coral . La tostada para la cin-tura, y los parches (9) que se pegaban enlas sienes, ya no se usan, o se usan poco

La chalina de seda, es un adminicul oadecuado ,

La pollera no usa medias . Lleva som-brero jipi-•japa, llamado Panamá, pero l eresta vistosidad a una cabeza bien arre .

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glada. Y, por último, también se pone un abolsita de mallas de seda con dos divisio-nes, cerradas por dos anillos, pendiente de.la cintura . En un lado guarda las moneda sde oro (10) y en el otro la plata menuda .

"El material más comúnmente usado (11 )es una tela llamada coco o coquilo . En al-gunos casos se adornan con hermosos di-bujos de punto de marca . Uno de los má sbonitos de esta clase es el llamado "Valla-rino°, y otros se distinguían también porlos nombres de distinguidas familias anti-tiguas, lo que hace suponer que las dama sespañolas competían unas con otras en in-ventar hermosos dibujos para los vestido s(te sus sirvientas, El trabajo de aguja er ala principal ocupación de estas dama s(l2) „

En vista de esta estimulante competen-cia, resultó que año tras año, la pollera pa-nameña, recibiendo valiosas iniciativas yartísticas reformas, fue adot•nándose me-jor ; y con el cuidado cariñosa que en su la-borioso confección le prodigaron las bella spanameñas, de todas las épocas, llegamo shoy a contar con el privilegio de poseer unlindo traje nacional, si nó el mejor, por lomenos, capaz de competir en elegancia yen hermosura, en belleza y en arte, con losmejores trajes típicos de cualquier partedel mundo

1 V

El baile cle la Pollera

En el Gran Tambor de Orden, en el Tol-do, en los Centros Sociales, en las casasparticulares, ere las ,plazas ' públicas y enlas calles, durante los clásicos días de loN

Carnavales, y en todas las demostracionesde arte popular, resulta cano una Reina ,dominadora del ambiente, de la volunta dy del corazón : La Pollera .

Lleva la hermosa cabeza erguida sobr eel busto ebúrneo ,y fuerte, trigueño o son-rosado, oliente a perfume sensual de car-ne fresca y limpia ; adornada con la poli-cromía fantástica de los brillantes temble-ques de vistosos colores, claveles y jazmi-nes, y peinetas de balcón y astas de oro en -garzando blancas perlas ; el gran corpiñ ode glorioso escote coronado por la famos acadena chata sobre la piel desnuda y pal-pitante ; y la amplia falda de linón de coco,llena de dibujos de punto de marca o detalco en sombra, cuajada de encajes ni-

veos y bellos, grande y suave, con la . ampli -tud suficiente para que la hermosa y li-ndamuchacha, libremente, sienta retozar, ba-jo sus pliegues acogedores, la fiesta de lacarne moza vibrando de alegría, corno un amillonada de campanitas de cristal y oro;cantando en un ambiente misterioso y ce-lestial, todo lleno de perfumes tropicale sy ansias de amor .

Y viene una, y viei .sn cien : ya estan lis-tas para la danza riente.

El círculo se forma, y las hermosas po-lleras baten palmas .

Resuena el nronorritnio africano deltambor. Los redoblautes repican, con suscallosos dedos, sobre las extremidades decuero de sus instrumentos cilíndricos ,acompañando lá tambora .

La música, única y criolla, en alas de lverso panameño, rasga el aire y enciendela alearía .

De pronto un bailador se lanza al centro(leí ruedo, y galante saca de la mano a l ahermosa empollerada que la parece máspropicia .

Y se inicia el•baile .Los danzante se van frente a los tambo-

res, y, tras el cumplido de los tres golpe sreglamentarios del repicador, se enfunda nen un torbellino de saltos, giros y movi-mientos excitantes . La hermosa empolle-rada también canta su alegre tonada a lacual responde el coro, al ritmo cadenciosodel estribillo de la canción propia .

Entusiasmada la bailadora por su triun-fo risueño, se sarandea suave y graciosa -mente ; gira sobre sí misma, se inclina y seendereza, y agarrando la falda amplia, conambas enanos, forma con ella la ilusión d eun fantástico abanico español, manejad ocon prestancia andaluza de refinada con-quetería . Con gracia y donosura, se mue-ve hacia la izquierda y hácia la derecha ,cruza el ruedo y lo circunda con un soste-nido y ondulante movimiento de sus cade-ras seductoras, y luego, ante el asombrad oparejo, describe el revuelo encantador d ela ninfa que huye, ocultándose bajo el ale-teo deslumbrador de una grandiosa mari-posa de luz .

Las parejas de pronto se encuentran d enuevo, se miran, se acercan y se separan ,pero siempre los sones monorrítmicos ymisteriosos de los tambores, y el embruj ode lq canción nativa, jlnpulsan con vehe-

LA LGTERIA

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mencia al hombre a una simulada persecu-ción lujuriante y lujuriosa . El también ,al atacar, luce su flexibilidad anatómica a lperseguir n la zagala arisca : se agacha y s eendereza, con los brazos rodea la cabezaele la pollera, sin tocarla, la abanica con e lsombrero, y trata de seguir muy de cercasus atrayentes movimientos . Pero élla lehuye, se le escapa, le vuelve las espaldas yde pronto se le avalanza de frente en unalarde de prevocación, adelantando el bus -to hermoso y su beba cara, deslumbrante ,para ahuyentar al endiablado perseguidor .Esfuerzo inútil porque él, insistente, est áfirme en su terquedad amorosa . Entoncesélla se torna tierna, gira de nuevo sobre s imisma ; hace venias encantadoras, versa-Ilescas, inclinándo el cuerpo hácia adelan-te y hácia atrás, y, arrancando a los espec-

tadores arras atronadores, vítores y aplau-sos de entusiasmo, al centro vuelve tem-blorosa de emoción, para terminar triun-falmente, sosteniendo con orgullo crioll oel ondulante movimiento de sus cadera spoderosas, frente al repicador .

Lluvias de monedas y de sombreros hal lcaído sobre la hechicera, y élla correspon-de con dulces miradas y sonrisas do sim-patía .

Nuevas parejas se suceden a lo largo d ela noche, y las emociones, renovadas, vanpasando atravesando corazones

Las luces, en caprichos multiformes, s equiebran sobre las cabezas majas, embru-jadoras, y la alegría contagiosa se prolon-ga hasta el amanecer, como una mueca d eburla para el Dolor que vela .

NOTA S

1 .—Señora Matilde Obarrio de Mallet—`Bosquejosde la Vida Colonial de Panamá" . Obra publi-cada en inglés al principio de este siglo, Tra-ducción hecha por el Lic . Agustin Ferrari .Véase Boletín .

8 .—Boletín No. 4 de la Academia Panameña de laLengua .

3 .—Lady Mallet . Obra citada.

4 .--Se conoce con el nombre de mundillo al encaj eque se hace en una almohadilla larga y redon-da, de la cual toma su nombre .

F .--Realmente, el ancho del borde de las faldas d elas polleras vlria de acuerdo con su tamaño .

G .—El laico en sombra generalmente se hace d edos telas cosidas entre si. El dibujo ee haceen una de las telas cine siempre es más grues a

que la otra y se coloca con pequeños ribetes ,imperceptibles, después de haberlo recortad o

cuidadosamente . Véase Lady Mallet . Obracitada .

, . —Antiguamente estos zapatos se usaban dentr oele la casa ; y parí salir a la calle ae ponía n:obre los mismos unas babuchas, sin talones,

con tacones de madera, las cuales se descalza -ban al entrar en la iglesia o en una casa . o. e.Esta costumbre se debía al mal estado de la scalles de la ciudad.

8 .—Estas peinetas deben su nombre al parecidoque tienen con una baleónilla de balcón .las de perlas, llevaban en sus extremidade s

una hilera de ellas. En muchas partes, estaspeinetas se usan poco ; lamentable actitud por-que :on un bello adorno para la cabeza de laempollerada .

0 .—La tostada era "una placa muy ornamentada ,toda de oro y de una. forma que embonaba e nla cintura sobre el vientre como la hebilla deun cinturon moderno, y de tamaño podía me-dir unas seis pulgadas de largo por tres de an -

cho y se sostenía con una faja más o menosancha de terciopelo o de charol" . o, e. Losparches eran un cuadrito de oro labrado co nuna perlita en el centro . También Be usabanmonedas de oro en el mismo sitio .

10 .—Esta costumbre no la observa nadie hoyen día.

ll .—Véase Lady Mallet, obra citada .

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LA L OT H R I A

PESCAOPor FEDERICO TUfaO N

( . . . La danza inicia sus pininos ,

el danzón, ya crecido, la hace a u n

lado y se adueaa del salón . . . )

De un ensayó TAMBORITO .

Otra vez los Carnavales se anuncian conel claro pregón de sus cascabeles que, po rhoy, y para estar a ta moda, resonarán e n"tinieblas". Ya distantes aquellos minuto sen que su música tuvo en nuestro ánim oresonancia simpática queda aún en el co -razón, tornado ya en espectador reflexivo ,como la huella leve de un buque lejano so-bre el mar. En nuestra superficie espü-i-tual siguen vagando en lentas ondas lo stestimonios del trazado que antes hizo laproa apresurada de esa nave de fiesta qu eavanza y hiere, aunque dulcifica la herid aenjugando los bordes con suave gasa de es -pumas . Nos agrada el breve paréntesi sdionisiaco que convencionalmente hace-mos para perdonarnos mutuamente el pe -cado de vivir alegres, y, subsiste, un poc osofocado por el recato que ya comenzamosa considerar necesario, el ímpetu de ayer .Es urgente pedir a la uva la euforia conte-nida en su cápsula diminuta, y usar pres-tada la alegría de su jugo maravilloso .

Otra vez los Carnavales y con ellos re-gresa hasta nosotros, en sus tres tiemposde pregón, clímax, y adiós, la danza ex-traña que se llama Pescao .

Es motivo de especulación personal e : .sortilegio que sobre los panameftos ejercensus notas populares hasta el punto de qu eya se ha convertido en un himno festivo .

Así vemos que avanza en intensidad unareunión de baile y música; los ánimos vanllenándose poco a poco de locura ritual, elfrenes¡ de la danza desplaza de los centrosde gravedad regulares la parsimonia y l acircunspección; de los labios de un feli-grés, ya entrance, surge la petición, en se-guida corea : Que se toque Pescao! y seelevan, con la unción de un canto litúrgi-co, sus notas exoreizantes hasta que, ante sde cumplirse el rito dionisiaco, se abrenen impulso unánime todos los labios par aque surja y se materialice en el aire com-puesto por los fragmentos de divinida dque cada uno llevaba dentro de su giro, el

dios riente que ha de presidir la fiesta .Con el Pescao ocurre, a no dudarlo, uno

de los casos más extraños de sentimenta-lismo colectivo. De la misma manera qu eesos individuos salidos de la extrema po-breza, que regresan, ya maduros y famo-sos, al solar donde transcurrió su doloros aniñez y se recrean en recordar el trincad ocrecí viento, nosotros contemplamos enaquella danza un desarrollo de nuestr amúsica auténtica, de la música panameñ apara las ciudades, desplazada cuando yadaba frutos magníficos, por sus hermano sliricos más maduros y experimentados : elson y el danzón .

En nuestra historia ti ay que distingui rtres períodos claramente diferenciados : elprecanalero, el de construcción del Cana ly el que le ha seguido. El Pescao habíaconocido a la República de Panamá cuan -do llevaba en su vienire, con una gravide z¡'ala¡, la ruta interocéanica . Varias tenta-tivas (le dar a luz una obra semejante ha-bían abortado . Pero la República seguí aesperando que se completara, por la pre-sencia de la semilla fecundadora, la medi arealidad que ya tenía en su centro por la .sola razón de su posición geográfica, com oun óvulo ávido . Por aquellos tiempos, apesar de que Panana era como esas ma-dres pobres que pueden parir un hijo qu eluego será rey, llevaba una existencia mi-sérrima : Chozas, malaria, tamborito .

La excavación del Canal comenzó y co nlas obras, cierta cotrtodidad . El pueblo setransformaba en villa y la música pueble-rina se hizo bailable en parejas abrazadas ,para la gente de la ciudad . Hubo muchastentativas, numerosas danzas que ahora n omenciono por el temor de dejar alguna sinnombrar. Ocurrió, sin embargo, que un amodalidad coreográfica y tina expresió nmusical parecida a las nuestras se habíandesarrollado fuera del país ; y, como somosimportadores por excelencia, a nuestra splayas llegaron como a una nueva feria si nfecha de cierre, los productos de todo e lmundo y los compradores de los siete ma-res . Importamos zapatos y voces, auto -móviles, vicios y vestidos, música también .Así nuestra danza se deslizó por la suave

LA LOTERIA

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pendiente der danzón hermano, y, muchoantes de que éste ejerciera su imperialis-nIo sobre el inundo entero, ya tenía en nos -otros una devota colonia . Por lo mismoque no éramos culturalmente fuertes, no sdominó imponiéndonos su advenediz apersonalidad. No pudimos ofrecer ade-cuada resistencia a su invasión de nota smusicales. Las maracas, elcornelín y elbongó, sustituyeron al violín, la flauta y l aguitarra con que queridos músicos, aún vi -vos, deleitaron a nuestros padres . Así co-nnenzó la tercera etapa de nuestra historiacercana. Cuando se inaugura el Canal e ltráfico de mereancias y el tránsito de via-jeros se intensiffica enormemente. . Cam-bia nuestro aspecto exterior como ciudad ,nuestra psicologia como pueblo, nuestro sapetitos c,,mo adultos . Las fiestas y cos-tumbres sufrieron un colapso . Eramosotros, mejores o peores ; pero diferentes.La madre que llevaba en su vientre el niñoque podia ser rey, vió angustiada que elvaticinio se cumplía, pero sin que ella conr-particra el destino del infante : el Canalnos tiranizaba .

Con Pescao está materializado en eltiempo y el espacio todo nuestro inmediatopasado lirico. De allí en adelante la mú-sica no pudo seguirnos, como tannpoc onuestras fiestas y nuestras costumbres . Lainúsica que se vanagloriaba 'de su coche

pueblerino Grado por caballos, pernram:rió alrás de nosotros que montarnos auto -móviles de las mejores marcas y últim aserie .

Pero quedó corno un trémolo la danzaPescao . Como punto de linea divisori centre la etapa canalera 'y lo que vino des-pués, canta con si¡ pulmón joven de prin-cipios de siglo el himno jocundo lleno devigor ; lleva la cabeza coronada de mirtos ;tiene embriaguez de chicha fuerte y sed deagua del Chorrillo ; hora anticipadamentepor los dolores que habríamos de sufrir .

De la misma manera que las estalactita stejen sus calcáreos monumentos con l aacumulación de gotas de agua que se fil-tran en el suelo y llegan, casi sólidas hastael punto final de su blanco tejido, dond ese endurecen en la duda de quedar o des -prenderse, el Pescao llegó, después de re -correr el subsuelo de nuestra vida cana-lera--gola est r emecida saturada de graci ay alegría,--para quedarse allí, en el vérticelírico, coma final de una época . Por esodecimos que con Pescao ocurre uno de lo scasos más extraños ele sentimentalismo co-lectivo ; y, de la misma manera que indivi-duos salidos de la extrema pobreza, regre -

€uncca ya maduros, progresistas y tristes ,.:1 solar donde transcurrió nuestra pobrepero libre niñez, y recordamos, gritando ,aquellos tiempos lejanos y tan nuestros .

CUENTO DE LOTERíA

PEOR. ES NADA .Por MARIO MARIN MIRONE S

Paseaba yo cierta tarde por uno de lo sbarrios elegantes de la ciudad y como m ellamase la atención una casita nueva y co-quetona, rodeada de verdura, el chofer,un panameño verboso me dijo : veo que austed, señor, como a todos, le llama laatención la casita de PEOR ES NADA.

Confieso desde luego que el nombre qu edió a la casa el chofer me llamó máe la .atención que la casa misma, y pregunté :

La casa de Peor es Nada? Y por qué l allaman así?

—Le diré, señor, que se debe a que e ldueño la hizo con dinero que ganó en laLotería . El espíritu de un amigo le dijo qu ecomprara un número y con ese número ga-nó. Solo que no compró el billete entero ysu suerte no fue completa ; pero Peor esNada.

IIas despertado mi curiosidad, dije a lchofer : anda, cuenta bien el caso. Cómoocurrió ello ?

—Pues verá : Juan Blanco Moreno, e ldueño, se acostó una noche temprano por-

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LA L OT E R I A

qUe se sentía muy cansado. Pero no 1labriadormido ni una hora cuando de pronto des-pertó y dijo a su mujer, que leía al lado desu cama : pronto Zobe, busca lápiz y pa-pel y apunta el número 8765 . Zobeida Prie-to, a quien su marido llama siempre congran cariño Zobe, refunfuñó un poco, qui-so que Juan le explicara el por qué debí aapuntar ese número, pero éste le dijo : dé-jame seguir durmiendo, mañana te cuento .

Al día siguiente Juan no se acordaba de lincidente, pero cuando estaba desayunan -do, Zobeida se lo recordó. Y entonces Juanle dijo : anoche tuve un sueño . Me encon-traba en una fiesta del Club de los Doc ePares, en animada terna' la con mi buenamigo Eduardo Fernández, el que murióel día de Pascuas del año pasado, en unchoque de automóviles, cuando se acercó anosotros un. muchacho zonzo, a quien lla-man Bizcotela y que vende billetes a lapuerta del Cecilia a ofrecernos la suerte .Eduardo entonces le tomó un billete, el8765, y melo mostró diciéndome : éste va aser el premiado el domingo . Te aconsej oque lo compres. Tomé en broma la cosa, n ole di importancia y como en eso comenza-ba la orquesta a tocar se te ve, se te ve, m efui a bailar y olvidé el asunto. Pero luego ,cuando concluyó la fiesta, al retirarme de lClub, encontré a Eduardo aguardándomeen la puerta. Se me acercó y me dijo : M' edará mucha pena que no compres el 8765 ,porque perderías la ocasión de ganarte l alotería .

La señora Zobeida, que no cree en sue-ños, brujas ni espíritus, sin que por eso sehaga el ánimo a pasar por debajo de unaescalera portátil ni aunque la desuellen ,ni a barrer de noche, ni a, abrir un para-guas dentro de la casa, y que no deja d etocar maderas si ve un tuerto, dijo a Juanque eso nada significaba. Comiste muchoanoche, te acostaste en seguida y te di ópesadilla .

Pero Juan no veía las cosas del mism omodo y se dió a cavilar cómo conseguiría

dinero para cómprar el billete, si acaso l oencontraba y le pareció lo mejor pedirl oprestado a Zobeida, que estaba juntand osus economías para comprar una radiola .Pero no sabía como abordarla porque Zobees amiga del ahorro y partidaria, de lo mí omío y lo tuyo mío y difícilmente se le hacesoltar un triste urraca.

Acabado . el desayuno, salieron Juan yZobeida juntos : ella a comprar unos enca-jes y una caja de polvos y él para dirigirs ea hacer números en la ferretería en que tra-baja como tenedor de libros. Como vivíanen la Bola de Plata, cerca del Cecilia, l aprimera persona que encontraron al sali rde zaguán fue * el zonzo Bizcotela que lesmetía por los ojos un billete diciéndole aJuan : cómprelo señor Juan, que este seráel premiado. Y ese billete era el 8765 !

La coincidencia emocionó a Juan, quie nse .hizo el ánimo a pedir prestado a su Zobelos nueve balboas necesarios para hacersedel billete, pero ésta, terca como un musul-mán, se negó al préstamo, atribuyendo apura casualidad todo lo ocurrido . Juan tra-tó en vano de convencerla, pues Zobe creíaque comprar un billete entero era despilfa-rrar el dinero, ya que con una o dos frac-ciones tenía suficiente . La discusión fuelarga y al cabo de ella Juan consiguió qu eZobeida le prestara tres balboas para com-prar seis fracciones, que resultaron el do-mingo inmediato premiados con seis milbalboas .

De suponerse es la cólera de Juan, e lmaldecirse a sí mismo, el acusar a Zobei-da, la cual como término a cada una de la sinnumerables discusiones, le decía a su ma -rido con las más despampanante cachaza :confórmate, Juan ; Peor es nada.

Y por eso cuando decidieron emprendercon este dinerito la construcción de su nid ode palomas, el público, en ejercicio de underecho que nadie le ha disputado nunca ,lo bautizó con un nombre apropiado : Lacasa de PEOR ES NADA .

O

LA LOTERíA

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AYER

Esta fotografía nos muestra lo que era la actual Plaza " 5de Mayo", allá en los comienzos del presente siglo .

Gracias al valioso archivo de don Carlos En.dara, nos esposible enseñar a nuestros lectores esta vista, que nos recuer -

da el 11 de Agosto de 1901, cuando hizo su entrada solemne aesta ciudad el Obispo, Dr . Francisco Javier Junguito, quien sei s

años antes había estado en el Istmo como Superio- de los Jesui -tas, y supo, gracias a su celo y su talento, captarsa la simpatí a

y el aprecio de la grey panameña.

Nótese la indumentaria de nuestros abuelos, los vistoso suniformes de los militares que componían el batallón " Colom-

bia", los modestos y humildes coches y carretas y las fachada sde las casas, que la piqueta demoledora de la civilización ha

transformado .

HOY

Enfocada desde el mismo sitio, la estación del ferrocarril ,se ve lo que era ayer la plazuela que está hoy consagrada a la

memoria de los bomberos mártires en la explosión del Polvorín .

La escuela pública de niñas de 1901, es en la actualida duna modesta morada de los hijos de Baco y posada de niñas fá -

ciles. Aquellas viejas casuchas, mal olientes y de feo aspecto ,son hoy cabarets, refugio de la gente elegante y hoteles mo -

dernos.

Los coches y carretas, tirados por mansos caballos y filo-sóficos burros, posando sobre calles empedradas, han sido sus -

tituídos por elegantes autos, y la arteria principal de la ciudades de ladrillos Las antiguas levitas han dado sitio a la s

"guayaberas" y a vestidos de nuevo cuño .

Lo que va de ayer a hoy!