la pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el...

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Page 1: La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el trabajo diario se reanuda en sueños de una pesca
Page 2: La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el trabajo diario se reanuda en sueños de una pesca
Page 3: La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el trabajo diario se reanuda en sueños de una pesca

La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido,y el trabajo diario se reanudaen sueños de una pesca presumiblemente copiosaen las aguas tranquilas del Lagodonde tantos días, y hoy de nuevo,el Maestro se aparece y dice:

Page 4: La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el trabajo diario se reanuda en sueños de una pesca

-“Muchachos, echad otra vez la red…”.

-¿Otra vez…?-

-Otra vez, sí, os lo digo-.

Page 5: La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el trabajo diario se reanuda en sueños de una pesca

Y de pronto, la red de peces se llena, tantos, que la barca a un lado se escora,mientras en la playa, sobre un fuego en ascuas, el Maestro pescado preparapara saciar de la Humanidad el hambre.

Page 6: La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el trabajo diario se reanuda en sueños de una pesca

Acorde con el momento,el arpa, tenue oleaje cimbreasobre el místico lago; Kinneret es rezo y plegaria apenas bisbiseada suavemente sobre el agua.

Page 7: La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el trabajo diario se reanuda en sueños de una pesca

Más allá del tiempo quedarán eternizados los recuerdos,ciento cincuenta y tres peces grandes se han contado,icono fehaciente,para calmar el hambrede una Humanidad necesitada de esperanza, comprensión, ternura, y alimento.

Page 8: La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el trabajo diario se reanuda en sueños de una pesca

La barca de Pedro, mientras tanto, se balancea tranquilasobre las aguas azules del Lagoal ventalle suave de abril en primavera,y sobre la playa, en la arena, la voz amiga del Maestro sobresaleinvitando al banquete festivo de la Pascua nueva y eterna.

Page 9: La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido, y el trabajo diario se reanuda en sueños de una pesca

La Pascua, entre azucenas blancas y amapolas rojas, de resurrección y de vida, ha florecido,y el trabajo diario se reanudaen sueños de una pesca presumiblemente copiosaen las aguas tranquilas del Lagodonde tantos días, y hoy de nuevo,el Maestro se aparece y dice:“Muchachos, echad otra vez la red…”.-¿Otra vez…?--Otra vez, sí, os lo digo-.

Y de pronto, la red de peces se llena, tantos, que la barca a un lado se escora,mientras en la playa, sobre un fuego en ascuas, el Maestro pescado preparapara saciar de la Humanidad el hambre.

Acorde con el momento,el arpa, tenue oleaje cimbreasobre el místico lago; Kinneret es rezo y plegaria apenas bisbiseada suavemente sobre el agua.

Más allá del tiempo quedarán eternizados los recuerdos,ciento cincuenta y tres peces grandesse han contado,icono fehaciente,para calmar el hambrede una Humanidad necesitadade esperanza, comprensión, ternura, y alimento.

La barca de Pedro, mientras tanto, se balancea tranquilasobre las aguas azules del Lagoal ventalle suave de abril en primavera,y sobre la playa, en la arena, la voz amiga del Maestro sobresale invitando al banquete festivo de la Pascua nueva y eterna.

Juan Manuel del Río