LA ORGANIZACIÓN DE LA JORNADA ESCOLAR EN EL MARCO DEL

PROYECTO EDUCATIVO DE UN CENTRO CATÓLICO.

UN DEBATE SIN CONCLUSIÓN.

D. Francisco Morales Yago

LA ORGANIZACIÓN DE LA JORNADA ESCOLAR EN EL MARCO DEL PROYECTO EDUCATIVO DE UN CENTRO CATÓLICO. UN DEBATE SIN CONCLUSIÓN.

Francisco José Morales Yago∗ Fundación Educación Católica

Presentación Introducción 1. Antecedentes y estado actual del tema

1.1. Referencias bibliográficas y estado actual del tema 1.2. El valor del tiempo en las organizaciones educativas 1.3. Retos de la Jornada escolar en una sociedad inmersa en el proceso de

globalización

2. Efectos de la organización de la jornada escolar en la vida del centro y su Proyecto Educativo como centro Católico

2.1. Proyecto Educativo Católico y tiempos escolares 2.2. Fatiga, atención y rendimiento académico 2.3. Organización de actividades extraescolares o “paraescolares” 2.4. Convivencia y clima escolar 2.5. Incidencia de la Jornada Escolar en la organización general del centro 3. Geografía de la organización de la jornada escolar en España y Europa 3.1. Organización de la jornada escolar en España 3.2. El tiempo escolar en los países de la Unión Europea 4. Conclusiones para debatir sobre las ventajas e inconvenientes de los modelos de

jornada escolar.

5. Bibliografía y recursos empleados.

∗ Responsable del área de Calidad de la Fundación Educación Católica.

Presentación

Desde hace varios años la organización de la jornada escolar y en concreto de la elección del horario ha sido uno de los asuntos que más polémicas y declaraciones ha levantado en el mundo educativo. El artículo que presentamos intentará adentrarse dando una visión global a este complejo tema; aunque de entrada el objetivo esencial es dejar por escrito lo presentado en la ponencia que encabeza este trabajo y que ha tenido la oportunidad de “viajar” durante este año 2010 a lo largo y ancho de la geografía española con motivo de las Jornadas Organizadas por FERE para Equipos Directivos bajo el lema: “El proyecto educativo de la Escuela Católica” organizado por el departamento Jurídico-Económico de Escuela Católicas. Deseamos que el contenido sea lo suficientemente clarificador para introducirnos en el diagnóstico, reflexión y toma de decisiones apropiada de tal manera que los distintos colectivos que componen una comunidad educativa puedan tener una opinión acertada acerca de los beneficios y perjuicios que pueden acarrear los dos modelos de organización de la jornada escolar que conviven actualmente en el sistema educativo español; la jornada partida (todas las clases se establecen en un solo periodo) y la continua (se establecen dos periodos de clases, quedando divididos por la hora de la comida).

Sin embargo nuestro interés, no residirá exclusivamente en clarificar las

posibles ventajas e inconvenientes de cada uno de estos modelos de organización escolar, pretendemos presentar la bibliografía más destacada sobre el tema y los estudios llevados a efectos, que por cierto son a nuestro entender pocos desde el punto de vista científico y muchos más desde posibles corrientes de opinión que obedecen más a cuestiones de índole laboral o de organización familiar que a beneficios de rendimiento académico o de posible renovación pedagógica en el ámbito de las aulas y organización general de los centros educativos.

La extensión de la jornada continua o de mañana a tenor de los datos generados en estos últimos años parece arrastrar una tendencia imparable pese a que no exista ningún estudio científico concluyente o al menos no hemos tenido la oportunidad de conocerlo, que demuestre rotundamente que esta propuesta de jornada escolar continua constituya un avance significativo para los alumnos desde un punto de vista pedagógico, convivencial y socializador, cuestiones todas esenciales para elevar la calidad de la enseñanza, en un país que ocupa puestos muy bajos en relación a sus potencialidades, según nos informa la OCDE 1en el popular informe PISA, que tantas ampollas ha levantado entre las autoridades educativas españolas en la última década.

Lo que parece claro es que el tema no está dejando indiferente a las diversas comunidades educativas, y en muchos casos más que propiciar un debate sereno, enciende situaciones dolorosas y enfrentamientos entre profesores y familias y entre las propias familias (Feito Alonso, R. 2007)2

Para la elaboración de este trabajo hemos intentado conocer y reflexionar sobre los distintos informes que en este aspecto han sido editados, evitando las noticias mediáticas, que tienen un gran impacto informativo pero carecen en la mayoría de las ocasiones de rigor y seriedad documental. Para ello han sido utilizadas diferentes fuentes de varias publicaciones de revistas especializadas en educación e

1 Panorama de la Educación 2009. Ed. Santillana 2 Feito Alonso, R (2007) Tiempos escolares. El debate sobre la jornada continua y partida. Rev. Cuadernos de pedagogía.

informes de organismos de reconocido prestigio que esencialmente parten de profesores de distintas universidades españolas. Sólo a partir de estudios rigurosos y contrastados se podrán tomar las decisiones más convenientes; teniendo siempre presente que los alumnos de cada centro educativo deben ser los mayores beneficiados y que en la preparación de su futuro todos tenemos una gran responsabilidad; esencialmente los padres y a continuación los centros educativos, en donde la figura de los profesores será esencial.

De entrada para iniciar nuestra reflexión sobre los modelos de jornadas escolar y el valor del tiempo en la educación se nos ocurren dos preguntas claves que actuarán como hilo conductor del trabajo llevado a cabo; la primera pregunta sería: ¿Cuál es la Misión de la escuela católica actualmente?, para ello tendremos que hacer alusión al diseño del Proyecto Educativo de Centro con la herramienta básica de trabajo. Respecto a la segunda pregunta: ¿A quién puede beneficiar un posible cambio de la Jornada escolar pasando a organizarse del horario partido al continuado en horario de mañanas?, evidentemente el colectivo de profesores y parte de las familias serían los más implicados. Intentaremos dar respuesta a estas dos preguntas en las páginas que encontraremos a continuación, reiteramos nuestro deseo de que el presente trabajo pueda servir como una formación y reflexión que repercuta esencialmente en los alumnos; sin olvidar a profesores y padres y también dada la naturaleza de este encuentro a los Titulares y Equipos Directivos de los centros, ya que de ellos depende fundamentalmente la toma de decisiones. Introducción.

A comienzos de los años 90 con la llegada de la LOGSE muchos maestros

pasaron de los colegios de enseñanza Infantil y Primaria (C.E.I.P) a los Institutos de Secundaria (I.E.S.) ya que mediante una serie de cursos propuestos a tal efecto consiguieron la habilitación para impartir enseñanzas en 1º Ciclo de ESO puesto que a partir de la promulgación de la LOGSE quedaban reguladas estas enseñanzas a los titulados universitarios con niveles de licenciatura.

El traslado de los maestros a los I.E.S. contrajo un cambio sustancial en su horario lectivo que derivaba hacia el trabajo matinal y una reducción horaria de “horas de tiza” considerable, mientras que el sueldo se mantenía igual tanto para los que se quedaron en los colegios como para los que se trasladaron a los I.E.S., con la salvedad de que los primeros continuaron con su horario de mañana y tarde, así como las 25 horas de clases que para el caso de los trasladados se redujeron a 18.

Evidentemente, la mayoría de los sindicatos consideraron la nueva situación generada como un auténtico agravio y desde entonces iniciaron un proceso de búsqueda de igualdad horaria, en el cual estaba claro que la Jornada continua era la mejor solución ya que se intentaba contentar a los que habían quedado con más horas de trabajo en los centros de Primaria frente a los supuestos beneficiados que habían pasado a los I.E.S, aunque los maestros que estaban en los colegios continuaban dando más horas de clases, el efecto era estimulante; suponía un acercamiento al modelo de jornada que tienen la mayoría de los funcionarios españoles, exceptuando aquellos que por razones obvias deben organizarse en turnos (personal sanitario, policía, etc.)

Otros motivos para la modificación del horario de jornada escolar fueron los que ocurrieron en algunas ciudades en donde la mayoría de los padres de familia tenían trabajos de mañana, se solicitaron estos cambios para mayor comodidad de los

mismos, ya que aquellos alumnos que regresaban al mediodía a casa para comer y después debían de regresar al colegio, sólo harían un viaje de ida y otro de vuelta para llevar y recoger a sus hijos y teniendo la tarde libre era muy comprensible que la quisieran pasar con sus hijos; el caso de las ciudades de Toledo o Alcalá de Henares fueron de los más relevantes.

Otras razones para llevar a cambio esta modificación fueron en las Islas Canarias la situación climática, se aludía que el excesivo calor por las tardes en la mayoría de los meses del curso escolar; un elemento poco favorecedor para el proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos.

También en el algunos casos se argumentó la potencialidad que pueden tener determinadas actividades extraescolares para la formación del alumnado de forma más integral, de hecho algunos padres han creído que para formar mejor a sus hijos era necesario una “educación a la carta” en la cual la escuela no debía tener la exclusividad y era obvio que había que generar tiempo para hacer posible esta forma de educar más diversificada y menos monopolizada por la Escuela.

Después de dos décadas de jornada continua en algunos lugares y tal como señalábamos anteriormente, hasta la fecha ningún estudio suficientemente amplio argumenta en profundidad que la Jornada Continua sea mejor para incrementar el rendimiento escolar del alumnado, como en algunos colectivos han querido dar a entender. El “mito matutino” sobre concentración de azúcar, menor cansancio, etc., ha quedado superado por otros autores3 que demuestran claramente que los niños no están más concentrados por la mañana, más bien el conjunto de mañana y tarde hacen que el aprendizaje sea más racional, poniendo por medio tiempos para la ingesta y el descanso.

En los centros educativos el valor esencial debería ser la búsqueda de la mayor formación de los alumnos, tanto académica como humana, para ello no se puede escatimar en tiempos, ni en recursos. El profesorado de los centros deberá entender que su trabajo tiene un carácter de servicio público y que por muy legítimo que sea pretender mejorar en calidad de vida al no tener que ir trabajo por la tardes nos parece poco adecuado para el fin último que son los alumnos y su proceso de aprendizaje y vivencia en el Centro el estricto horario matinal. 1. Antecedentes y estado actual del tema 1.1. Referencias bibliográficas y estado actual del tema

La sociedad española ha experimentado cambios muy profundos en las tres últimas décadas, no solamente desde el punto de vista político con la llegada del régimen democrático, también la economía, emigración o vertebración del estado son temas de gran calado social que han generado una nueva sociedad que necesita formarse, madurar, aplicar un sentido crítico; para alcanzar estos valores creemos que el papel de la Educación es vital, como elemento que puede garantizar una evolución en la mejora de la sociedad.

Todas estas variaciones generadas recientemente tienen una clara repercusión en la escuela, y por supuesto están auspiciando nuevos cambios que han visto un claro reflejo en la profusión de diversas leyes educativas, las cuales han ido apareciendo al 3 Gimeno Sacristán, J El valor del tiempo en la educación. Ed. Morata. 2008

ritmo de alternancia en el poder de los dos grandes partidos políticos que agrupan a la mayoría de los electores españoles. La pluralidad de Leyes del sistema educativo español es un fenómeno singular, hasta el punto de que han venido coexistiendo en vigor artículos de la Ley General de Educación (LGE de 1970), Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación (LODE de 1985), Ley Orgánica del Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE de 1990), Ley Orgánica de la Participación, la Evaluación y el Gobierno de los Centros Docentes (LOPEG de 1995), Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE de 2002) y actualmente desde 2006 la Ley Orgánica de Educación (LOE).

La aprobación de la última Ley de Educación (LOE) ha supuesto un cambio en esta tendencia acumulativa, quedando derogadas todas las leyes anteriores, a excepción de la LODE de 1985.

La LOCE fue la cuarta y la LOE es la quinta Ley Orgánica, en sólo 20 años, que pretenden regular el sistema educativo español. Un triste récord, máxime cuando la última fue aprobada sin el consenso social y político del principal partido de la Oposición (representaba un 45%) para que le diera la necesaria estabilidad. El actual gobierno paralizó la anterior ley (la LOCE) porque, se decía, había sido aprobada sin consenso y sin debate. Sin embargo la LOE ha sido aprobada con el respaldo de, tan sólo, el 55% del congreso, convirtiéndose en la ley educativa de nuestra democracia con menos respaldo parlamentario.

La organización de la jornada escolar y su orientación hacia el denominado horario continuo, también ha sido una novedad en el panorama educativo, aunque ha provocado graves enfrentamientos por su implantación o no entre los diversos colectivos que componen esta amplia parcela de la sociedad; de padres contra padres, de profesores entre ellos y contra los padres, de ambos con la administración educativa. Lo que podía haberse convertido en un debate sobre la organización en general del tiempo para la educación y con ello un aumento de la calidad para el alumnado al final ha terminado en muchas ocasiones en luchas de intereses, perjudicando esencialmente a los alumnos, que por cierto han sido los convidados de piedra, ya que todos han decidido por ellos, dada se supone su escasez de juicio para emitir opiniones.

Un breve bosquejo por las publicaciones llevadas al efecto nos lleva a señalar que gran parte de los estudios muestran serias dudas sobre esta implantación de la jornada escolar en horario exclusivo de mañana, dejando las tardes para supuestas actividades extraescolares o simplemente la responsabilidad de los padres que se supone podrán estar con sus hijos.

Sin ánimo de ser exhaustivos nos gustaría indicar los estudios más relevantes sobre el tema; comenzando por los trabajos publicados en enero de 1992 en la revista educativa “Cuadernos de Pedagogía” (nº 206), el autor Miguel Ángel Pereyra hace un recorrido por la jornada escolar en Europa en donde se constata la gran variedad de unos países a otros, aunque se muestra partidario de lanzar un debate “sosegado, en el que se discuta la construcción de ese nuevo conocimiento de la organización del tiempo y de la institución escolar” en ello coincide el artículo de Francisco Delgado Ruiz4 en donde se reclama que antes de iniciar ningún cambio en el proceso de cambio de jornada escolar se replanteen las funciones que debe cumplir la escuela, de objetivos, currículo, recursos y materiales, para desarrollar en consecuencia una organización horaria flexible, ideas recogidas de la investigadora húngaro-francesa

4 Cuadernos de Pedagogía nº 365 año 2007, Francisco Delgado es padre de alumnos, dirigente de AMPA y presidente de CEAPA

Aniko Husti5 en sus trabajos dedicados a la movilidad en los tiempos escolares frente a la rigidez de los horarios dedicados a cada materia.

También en esta línea de flexibilización de los tiempos escolares se ha posicionado la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres (CEAPA), de hecho entre los diversos informes publicados destaca el documento denominado: “Funciones de la escuela y tiempos escolares en el nuevo escenario local”6 en el cual se indica que “la escuela no puede dar respuesta a las nuevas funciones, ya que el tiempo escolar tal y como actualmente funciona, así como los distintos modelos de jornadas escolares que hoy tenemos son obsoletas y arcaicas, rígidas e inmóviles. Situación que impide la incorporación a un mismo paquete todos los conocimientos básicos que el alumnado necesita y que, hoy por hoy, andan fraccionados y dispersos”,

Otro autor el cual he dedicado varios trabajos ha sido el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela José Antonio Caride Gómez, desde el año 1992 este autor viene señalando que no existe una jornada escolar ideal y que la supuesta ventaja de la jornada escolar continua sobre la partida “no conlleva mejoras relevantes en aspectos sustanciales de la calidad institucional de las escuelas ni en la calidad de la enseñanza; no en la medida en que los profesores la expresan su satisfacción por esta jornada”, e incluso al hablar de forma más genérica sobre el uso del tiempo señala que para “romper la actual organización rígida y obsoleta , nos bastará sustituir jornada partida por jornada única, habrá que replantear nuevas formas de imaginar y distribuir el tiempo, en la escuela pero también en la sociedad”. Finalmente Caride comentará que a priori la jornada escolar continua permite incrementar de forma sensible el tiempo libre a disposición del alumnado, con repercusiones que se estiman positivas en cuestiones que se vinculan a las relaciones familiares aunque se hace también explicito el comentario de que durante el tiempo en el hogar se aumentan las tareas académicas y domésticas, así como una mayor exposición a la pasividad (televisión, internet) y ello se incrementa cuando los padres no puede estar presentes en la casa.

Otro experto en el tema ha sido el profesor de la Universidad Complutense, Rafael Feito Alonso, en su artículo publicado en “Cuadernos de Pedagogía” (nº 365 del año 2007) pone en duda las supuestas ventaja de la jornada continua como las relativas al cansancio del alumnado, rendimiento, mejora de la vida familiar o actividades extraescolares; advirtiendo dos riesgos importantes: el deterioro de la convivencia entre el profesorado y familias; aludiendo a la falta de tiempo para el diálogo y el choque de intereses y por otro lado el trasvase del alumnado desde la escuela pública, más proclive a la jornada continua a la escuela privada que desde el principio se ha visto menos reticente a la adopción del modelo de jornada continua.

El artículo de Isabel Ridao y Javier Gil7 es quizás uno de los más significativos en cuanto la jornada escolar y el rendimiento escolar de los alumnos, aunque posteriormente haremos referencia a este trabajo con mayor amplitud es importante señalar que se registran mejore calificaciones en el alumnado en los centros con jornada partida, si bien el modelo de jornada continua sería superior su aceptación a juicio de los profesores.

5 Aniko Husti es citada por muchos autores como fruto de su trabajo titulado: “Del tiempo escolar uniforme a la planificación del tiempo móvil” en la Revista de educación nº 298 (1992) 6 Encuentro estatal de CEAPA en Albacete. Mayo de 2003 7 Revista de Educación. Nº 327 año 2002

En esa línea Joan Doménech y Jesús Viñas señalan en su trabajo8 que “hay un reconocimiento general de la relación del tiempo de aprendizaje con su resultado de aprendizaje….de todas maneras parece que si los educadores tenemos más tiempo aumentará la calidad de nuestra actividad educativa. De ahí la reivindicación de la comunidad educativa de que los alumnos tengan mayor tiempo para su educación”

Hasta el momento los anteriores autores han presentado la doble cara de la moneda y han expresado posibles preferencias por un modelo u otro; a continuación los artículos que indicamos muestran una clara inclinación hacia un modelo u otro; en primer lugar destacaríamos aquellos debidos a representantes de asociaciones de padres o de sindicatos; por ejemplo la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (FAPAR) en un informe publicado en 2006 señalaba entre sus conclusiones que una “posible modificación de la jornada no puede basarse exclusivamente en los intereses laborales de los docentes” y que “parece lógico que ante el fracaso escolar se incremente el tiempo escolar obligatorio para todo el alumnado, y no incrementar el periodo de tiempo libre para que las familias organicen mejor la formación extraescolar de sus hijos, ya que esto significaría incrementar las diferencias de rendimientos escolares en función de las posibilidades familiares”.

El artículo de Manuel Marreño Morales9 publicado hace muchos años, fue en su momento un claro exponente de las bondades que podría traer la jornada continua ya que se argumentaron razones de todo índole para este cambio: racionaliza el horario del alumno y profesorado, facilita la dedicación a otro tipo de actividades, las instalaciones del colegio quedan disponibles por la tarde para el barrio, permite mejorar las relaciones interfamiliares, etc.

En la misma línea se argumentó el beneficio que suponía la implantación de la jornada escolar continua por el sindicato de profesores ANPE, pionero según ellos mismos en la implantación de este modelo del cual argumentan entre otras razones que aumenta la flexibilidad de los tiempos escolares, permite los mecanismos de refuerzo educativo previstos por la Ley, facilita los compromisos pedagógicos y la colaboración con las familias, de hecho Julio Almeida10 señala la implantación de la jornada continua como una oportunidad histórica para renovar la escuela y avanzar en un mayor grado de bienestar para las familias.

También por otro lado señalan que la jornada continua añade nuevos tiempos escolares. Este tipo de jornada permite a las familias que lo demandan actividades de refuerzo para sus hijos fuera de un horario lectivo y también un estudio apoyado o dirigido. Hoy en día las actividades realizadas fuera de las aulas están cubriendo en algunos casos facetas de ocio y en otras, ampliación del currículo, en ocasiones a este tipo de demanda sólo pueden responder las familias con un cierto nivel económico. Por ello, se plantean unas actividades extraescolares que estuvieran ligadas a los fines educativos que se pretenden, especialmente del alumnado más desfavorecido.

Finalmente, aunque en las próximas páginas tendremos la oportunidad de citar a otros autores que han investigado sobre este tema, hemos de señalar a nuestro juicio

8 Joan Doménech y Jesús Viñas. La organización del tiempo y del tiempo en el centro educativo. Ed. Graó nº 123. (1997) 9 Cuadernos de Pedagogía nº 221 año 1994, Manuel Marrero Morales en esta época era miembro del Secretariado del STEC y de la confederación de STEs. 10 Julio Almeida, Catedrático de sociología en la Universidad de Córdoba publicó en la revista de opinión “Cuenta y Razón” nº114 de la Fundación de estudios sociológicos (FUNDES) en el año 2000 un artículo titulado: “Por la jornada continua”.

que los trabajos de José Gimeno Sacristán y por otro lado de Mariano Fernández Enguita pueden darnos el primero una visión contraria a la implantación de la jornada continua debido esencialmente a “la referencia fundamental en el debate sobre la jornada escolar no puede ser el interés del profesorado, ni el interés de los padres, ni siquiera, las razones pedagógicas. La referencia ha de ser el derecho de los niños y niños a una educación en condiciones de igualdad y de calidad”. Por su parte el profesor Fernández Enguita en su publicación11 se mantendrá crítico ante el nuevo modelo que evidencia la dinámica corporativa del profesorado, y siembra la alarma sobre los riesgos que la medida supone para los sectores más desfavorecidos y la intensificación de una “escuela-fábrica” en la que no cabe la pérdida de un minuto. Asociaciones de Padres y Madres. 1.2. El valor del tiempo en las organizaciones educativas

La estructuración y distribución del tiempo en la escuela es fruto de diversas decisiones impuestas esencialmente por las autoridades académicas a lo largo de mucho tiempo, a ello hay que sumarle una serie de factores que han traído como resultado la situación actual:

a) Factores organizativos: Según las leyes y regulaciones administrativas de escolaridad, el curriculum fija la distribución de las materias y su secuenciación horaria.

b) Factores laborales: En el marco del convenio colectivo que regula la jornada laboral de los docentes y PAS se exigen un determinado número de horas en el aula y fuera de ella para tareas diversas.

c) Factores económicos: El mantenimiento económico de un centro educativo supone unos horarios de apertura y cierre, hecho que repercute en una serie de gastos de mayor o menor cuantía; por ejemplo gastos energético, mantenimiento de actividades extraescolares, transporte escolar, comedor, etc.

d) En la elaboración de los horarios es importante tener en cuenta diversas consideraciones de orden fisiológico y psicológico (grado de cansancio, niveles de atención, etc) para ello es importante la alternancia de diversas materias, descansos, periodos de actividad, etc.

e) La LOE señala en su artículo 120.2 “Los centros, dispondrán de autonomía para elaborar, aprobar y ejecutar un proyecto educativo y un proyecto de gestión, así como la normas de organización y funcionamiento del centro”. Ello por tanto puede interpretarse como un avance hacia la descentralización del sistema aunque de facto las limitaciones son bastante estrictas en la capacidad de organizar los centros con unos horarios diferenciados.

Por otro lado la puesta en marcha de un centro educativo desde el punto de vista

de la administración del tiempo supone la administración de un recurso que siempre en criterio de los docentes es escaso. La sociedad considera que cuanto mayor sea el tiempo de escolarización, mayor será el nivel de educación, de hecho el notable esfuerzo de elevar la edad de escolarización obligatoria hasta los 16 años como una de las principales novedades de la LOGSE e incluso la declaración en fechas muy recientes (año 2009) del actual ministro de educación D. Ángel Gabilondo de elevar esa edad hasta los 18 años.

11 La Jornada Escolar Escolar: Propuestas para el debate. Ed. Ariel. (2001)

Existe por tanto una reconocimiento general de la relación del tiempo de aprendizaje con su resultado del aprendizaje, aunque expresamos ciertas reservas ya que también se debería contemplar no sólo la cantidad, también la calidad de ese tiempo sería un aspecto a tener en cuenta, no obstante la mayor parte de los educadores señala que con más tiempo en la impartición de sus respectivas materiales en el aula se alcanzaría un mayor de grado de comprensión y asimilación de las mismas.

El tiempo de las tareas académicas es muy importante que alcancen el mayor grado de calidad posible puesto que el alumno forma parte muy activa en su proceso de enseñanza-aprendizaje: integrando contenidos, memorizando, diseñando esquemas, resolviendo problemas o casos prácticos, experimentando, etc. 1.3. Retos en la organización de la Jornada escolar en una sociedad inmersa en el denominado proceso de globalización.

La expresión globalización es su sentido actual fue utilizada por primera vez en 1985 por Theodore Levitt en su libro The Globalization of Markets, para caracterizar los amplios cambios acontecidos en las últimas décadas en la economía internacional; la rápida difusión a lo largo y ancho del planeta de la producción, consumo, inversión y comercio de bienes, servicios, capital y tecnología. Desde entonces, este sentido del término, utilizado para designar los cambios estructurales más recientes, convive con otras acepciones, más concretas, como sinónimo de mercados mundiales, o incluso más abstractas, como su uso para designar las tendencias político sociales dominantes (el poder de las multinacionales, la ideología neoliberal, la cultura norteamericana hegemónica a escala mundial, etc...) Globalización es por tanto un término polisémico, que obliga cada vez que se utiliza a especificar en qué sentido se hace. (Arriola Palomares, J, 2003).

Como se ha señalado en numerosas ocasiones, el dinamismo de la sociedad genera situaciones nuevas a las que la educación debe dar una respuesta adecuada. Indudablemente, en todos los momentos de la historia los cambios no han sido tan rápido como lo son actualmente. Nos encontramos con situaciones nuevas, imprevisibles en muchos casos, que obligan a adoptar medidas de urgencia para dar una respuesta inmediata, ya que no pudieron planificarse con antelación. Por todo ello, las reformas educativas son necesarias, aunque transcurrido un cierto tiempo, responden a una realidad social que ya nada tiene que ver con la situación anterior.

Pero la educación no debe únicamente dar respuesta a nuevas situaciones sino que debería adelantarse y analizar las necesidades que pudieran derivarse de hechos que apuntan a cambios sociales, en algunos casos evidentes o previsibles. En otros casos debe buscar remedios inmediatos, fuera de estrategias de políticas educativas globales, integradas y coherentes en toda la organización, es decir, una política educativa integral.

En el comienzo del XXI, se pueden señalar algunas características del contexto social y los retos que debe afrontar la educación derivados de ellos. Es importante conocer de dónde se parte, cuál es la realidad social, qué cambios se han experimentado e incidido en la realidad social, en las políticas educativas, en los centros, en el profesorado, en los comportamientos de los estudiantes para realizar un análisis contextualizado que permita interpretar las evidencias a la luz de estos nuevos ejes sociales y educativos.

Uno de los principales argumentos que propone el cambio de la jornada escolar partida a la continua es precisamente que “la sociedad ha cambiado” y ello es palpable en el entorno inmediato por ejemplo las familias son más pequeñas, las comunidades son más anónimas, los adultos trabajan lejos del hogar y con horarios más concentrados; las mujeres, en particular, se incorporan paulatinamente al empleo.

La educación es más importante, pero la escuela desempeña un papel menor. La ciudad, con su densa oferta, compite con la institución escolar. Esta se muestra incapaz de ofrecer en buenas condiciones lo que ella misma proclama imprescindible: idiomas, informática, deportes, música y artes.

El grueso de la profesión docente está entrando en una dinámica corporativa

en la que sus reivindicaciones se justifican sin motivo como mejoras de la enseñanza o necesidades de los alumnos.

En ningún otro país de nuestro entorno está la concentración de la jornada sobre el tapete. Lo que se discute hoy es la reorganización y/o la prolongación del calendario (Francia, Reino Unido, EEUU), el paso de jornada continua a partida (Chile, Uruguay, Brasil) y, sobre todo, el paso a horarios internamente flexibles en cualquier tipo de jornada.

La globalización como nuevo marco de interacción mundial, conlleva una ruptura de fronteras visibles entre los pueblos del planeta hasta constituir lo que se ha llamado la “aldea global” (Macluham). Esta situación lleva a la mundialización de la economía, una mayor competitividad, valoración de la investigación y la innovación, mayor movilidad profesional, integración en y con otras culturas y, en consecuencia, un cambio en la educación.

Basta pensar y así lo contempla la propia L.O.E. en el título Preliminar al referirse al tercer principio que inspira la Ley, “consiste en un compromiso decidido con los objetivos educativos planteados por la Unión Europea para los próximos años. El proceso de construcción europea está llevando a una cierta convergencia de los sistemas de educación y formación que se ha traducido en el establecimiento de unos objetivos educativos comunes para este inicio del siglo XXI”. (L.O.E. 2006).

Prosigue la exposición aludiendo al interés de conformar una economía basada en el conocimiento, más competitiva y dinámica, capaz de lograr, entre otros, un mayor desarrollo económico y una mayor cohesión social.

Los costes sociales de la globalización, con la concepción de esta aldea global, pueden derivar en un pensamiento único que facilite la integración o provoque marginación en función de una cultura indiscutible. No cabe duda de que son muchas e importantes las ventajas de este nuevo orden mundial pero también está derivando en otras consecuencias no deseadas. Frente a este desafío surgen movimientos contraculturales, integrismos, en síntesis, respuestas difícilmente controlables. Las diferencias marcadas entre los países pobres y ricos y la mayor apertura de fronteras conlleva una fuerte presión migratoria sobre las mismas, para buscar simplemente la supervivencia. Este hecho, en progresión creciente en numerosos países, ha transformado el orden social y ha cambiado la realidad educativa, generando situaciones de multiculturalidad, que precisan atender a la diversidad de alumnado e impulsar el respeto, la tolerancia y el compañerismo para garantizar un clima de relaciones y de convivencia necesario.

2. Efectos de la organización de la jornada escolar en la vida del centro y su Proyecto Educativo Católico

Evidentemente el ritmo de trabajo y la organización escolar del centro cambia

notablemente de un modelo a otro de jornada escolar. Ante todo es necesario aclarar brevemente que es el Proyecto Educativo y como se puede ver modificado en el caso de un modelo u otro de jornada.

Teniendo presente lo anterior intentaremos a través de los siguientes puntos desarrollar en que medida la organización de la jornada escolar puede favorecer o perjudicar estos aspectos, para ello nos centraremos en cinco apartados: 2.1. Proyecto Educativo Católico y tiempos escolares El Proyecto Educativo de Centro (PEC) es el encargado de fijar objetivos y prioridades, concreta el currículo oficial, situándolo en su contexto. Su puesta en marcha en un reto que provoca a construir una auténtica comunidad educativa de vida, ello exige esfuerzo y trabajo, también fidelidad y creatividad hacia el Centro Educativo. En su elaboración deben intervenir los distintos colectivos que componen el centro: Equipo Directivo, Claustro de profesores y también el resto de la Comunidad Educativa; Alumnos, familias y PAS. Finalmente lo aprobará el Consejo Escolar y el Claustro de profesores realizará la concreción del currículo y los aspectos educativos de los proyectos y de la Programación General Anual. Los elementos que integran un Proyecto Educativo son los siguientes:

- En el caso de los centros privados o concertados la presencia del denominado “Carácter Propio”.

- Análisis de las características del entorno escolar y las necesidad educativas que en función del mismo, ha de satisfacer.

- Organización general del centro. - Adecuación de los objetivos generales de las etapas educativas que se

imparten al contexto socioeconómico y cultural del centro y a las características del alumnado.

- La concreción del currículo y el tratamiento transversal de la educación en valores en las distintas áreas.

- El plan de fomento de la lectura y el desarrollo de la comprensión lectora. - Los principios de la orientación educativa, las medidas de atención a la

diversidad del alumnado y el plan de acción tutorial. - El reglamento de régimen interior y Plan de convivencia. - Los medios previstos para facilitar e impulsar la colaboración entre los distintos

sectores de la comunidad educativa. - Las medidas de coordinación con otras etapas educativas anteriores y

posteriores. - Las decisiones sobre la coordinación con los servicios sociales y educativos del

municipio y las relaciones previstas con otras instituciones, para la mejor consecución de los fines establecidos.

- Las directrices generales para elaborar el plan de evaluación de la práctica docente.

- Las medidas organizativas para que los alumnos cuyos padres o tutores no hayan optado para que no cursen enseñanzas de religión reciban la debida atención educativa.

¿Qué es el carácter propio en la escuela católica?

Es el elemento diferenciador que le confiere sentido, individualidad e Identidad, esencialmente mantiene unos principios inspiradores:

1. Formación integral de la persona, de acuerdo con una concepción cristiana de la persona, de la vida y del mundo.

2. Vivencia de los valores evangélicos, a través de los cuales revelamos el amor que Dios nos tiene

3. Opción por los más débiles, en todas sus dimensiones: económicas, intelectual, espiritual u otro tipo de limitación.

4. Compromiso con la justicia y la solidaridad universal, con una participación activa en la transformación y mejora de la sociedad

5. Relaciones y clima educativo basado en la sencillez 6. Respeto a la vida y la naturaleza, fomentado la responsabilidad ante el

progreso de la ciencia y la tecnología.

Respecto a la acción educativa se deben favorecer los siguientes principios:

1. Educación Integral (Dimensión pedagógica, alto nivel académico..) 2. Atención a la diversidad (bajas y altas capacidades, inmigrantes, etc.) 3. Compromiso social (Una escuela solidaria, sensible…) 4. Relaciones cercanas y de colaboración (clima de colegio) 5. Educación en la Fe ( Dios existe y se hace presente en nuestras vidas;

apertura a la trascendencia) 6. Educación para el ocio (alternativas al consumo, fin de semana, etc.) 7. Las TIC, proyectos de Bilingüismo, etc al servicio de la educación 8. Evaluación sistemática que evalúa el nivel de mejora de la calidad

Finalmente es importante que el proyecto educativo del centro recoja las acciones

necesarias para formar una verdadera Comunidad Educativa. La relación entre Entidad titular, profesores, padres, alumnos y PAS debe orientarse hace un ambiente de corresponsabilidad que contribuya a conseguir un buen nivel de formación, para ello se requiere:

1. Compartir y aportar, con espíritu de servicio, nuestra competencia y habilidades 2. Esforzarse por construir una comunidad viva en la que todos busquemos el

bien de los demás. 3. Buscar espacios de encuentro para convivir y compartir

2.2. Fatiga , atención y rendimiento académico

La experiencia común nos indica que nuestro nivel de actividad no es constante a lo largo del día. Estas variaciones en la actividad que desarrollamos durante el día, la semana o el año son estudiadas por la Cronopsicología cuyo interés se centra en el análisis de los ritmos psicológicos en el ser humano. La base de la Cronopsicología es la Cronobiología, cuyo fundamento es el estudio de los ritmos biológicos, que se definen como el cambio regular y periódico de las funciones psicológicas; los más conocidos son los que tienen una frecuencia de aproximadamente 24 horas (ritmos circadianos), como el relacionado con la vigilia y el sueño.

Diversas investigaciones empíricas sobre los ritmos biológicos (Sánchez-

López, 1999) coinciden en señalar tres características: 1) son endógenos; 2) persisten en ausencia de señales de información temporales, aunque, a la larga, pueden modificarse y 3) forman parte del patrimonio hereditario. La atención es un proceso psicológico básico para la adaptación al entorno del ser humano, pues no sólo es un componente básico del funcionamiento cognitivo, sino que, además, juega un papel primordial en el desarrollo de la cognición. La atención es uno de los primeros procesos psicológicos dentro de las diferentes fases del procesamiento de información humano, y de ahí su importancia en los procesos de aprendizaje del escolar. En el contexto de una clase escolar, puede ser considerada como una capacidad permanente que el niño necesita a la hora de realizar cualquier aprendizaje. Normalmente es operativizada utilizando tareas que el niño tiene que realizar rápidamente y sin cometer errores (es uno de los procesos básicos más estudiados por la Cronopsicología y su funcionamiento y variaciones dependen de ritmos biológicos (en particular del nivel de vigilancia psicológico) más que de fenómenos externos, aunque sin omitir la relevancia que éstos últimos tienen.

La atención presenta un aumento de su eficiencia en el curso de la mañana, con un pico máximo a mitad de la mañana, una bajada al inicio de la tarde y una recuperación que se estabiliza al final de la tarde. Este patrón, corresponde al ritmo atencional del adulto y del niño mayor. Testu12 (1994) señala que considerando las diversas líneas de investigación sobre las variaciones en la actividad intelectual puede concluir que éstas se dan cuando consideramos pruebas tanto escolares como psicométricas y además estas variaciones se producen, también, en la elección de estrategias cognitivas para resolver problemas.

Según Feito poco se sabe sobre si se rinde más o menos en cualquiera de las jornadas. Uno de los informes más completos sobre esta cuestión, el realizado por Caride (1993), señalaba que tres cuartas partes del profesorado decían que el rendimiento es mayor en la continua. Sin embargo, sus datos indican que hay entre un 10% y un 20% más de fracaso escolar en los centros de continua. No obstante, no es un dato concluyente aunque sí indiciario: pudiera ser que estos peores resultados fuesen anteriores al cambio de jornada.

En el informe francés de L’expertise collective (Autoría compartida, 2000) se detecta una caída en el rendimiento a las 13.40 y un considerable aumento a las 16.20. Cuando se analizan distintos países europeos se observa una caída muy fuerte en la última hora de la jornada única alemana entre las 12.00 y las 13.00. Sin embargo, en España se detecta una subida del rendimiento a partir de las 15.00. En el estudio de Sánchez-López y Díaz Morales se realizaron pruebas de atención a 497 alumnos y alumnas de segundo y sexto de Primaria de colegios con jornada continua y partida de Alcalá de Henares. Esto es lo que concluyeron: “En los alumnos/as de 7 años, de jornada continua, aparece un perfil en el nivel de atención muy poco variable. Es decir, a lo largo de la jornada escolar continua los alumnos/as de 7 años mantienen un nivel muy similar durante toda la jornada. Sin embargo, los alumnos/as de 11 años en jornada continua, muestran una fuerte disminución en el nivel atencional tras el recreo (12.00 a 12.30 horas), recuperando su nivel de atención medio, al final de la jornada escolar. (En la jornada continua el alumnado permanece tres horas seguidas en clase, de 09.00 a 12.00). Por otra parte, tanto los alumnos/as de 7 años como los

12 Francois Testu es citado por la mayoría de los autores como uno de los principales especialistas en el estudio de los ritmos escolares, es conocido su libro: Cronopsicologia y Ritmos escolares. Ed. Masson, 1992

de 11 años, en jornada partida, muestran semejantes variaciones (aunque de diferente modo) en su nivel de atención. Lo que diferencia a los alumnos/as de 7 y 11 años, es que muestran un perfil de variación en el nivel atencional inverso, es decir, mientras que los alumnos de 7 años muestran su mejor momento al inicio y final de la mañana, y sus peores momentos a media mañana y por la tarde, los alumnos/as de 11 años muestran sus peores momentos solamente al inicio de la mañana, con una muy ligera disminución por la tarde” (Sánchez-López y Díaz, 2001).

Quizás la diferencia fundamental de este estudio con respecto al de L’expertise collective sea que en el de Alcalá de Henares se pasaron unas pruebas objetivas a los niños de la jornada partida entre las 14.40 y las 15.00, en lugar de hacerlo en una franja horaria más tardía. Lo que se observa es que para los alumnos de segundo de Primaria estos veinte minutos son sensiblemente peores que la última media hora de sus compañeros de la jornada matinal (de 13.30 a 14.00). Los autores advierten que los resultados son preliminares y que se precisan más investigaciones para contrastar y validar, o no, sus resultados.

Hubiera sido muy fácil hacer un estudio que nos permitiera saber fehacientemente si baja o no el rendimiento al pasar a la jornada continua. Hubiese bastado con hacer circular unas pruebas objetivas a distintas horas a alumnos de centros de los que se sabía que presumiblemente al año siguiente iban a pasar a la jornada matinal. Si los alumnos siguieran siendo aproximadamente los mismos, hubiera sido suficiente con repetir la misma prueba varios años consecutivos. Desgraciadamente este estudio longitudinal no se ha acometido y es posible que nunca lleguemos a saber lo que sucede.

En el informe citado anteriormente de Fernández Enguita, llega a la conclusión de que el rendimiento académico no cae en picado, como tampoco lo hace la capacidad de concentración por la tarde. Existen actividades para las que aumenta la memoria a largo plazo más por la tarde que por la mañana. Rebate así uno de los argumentos esgrimidos por quienes son partidarios de que no haya clases por las tardes.

Otra aportación interesante es el trabajo realizado por el profesor Javier Rouco13 de la Universidad de Santiago de Compostela quien aportó diferentes gráficos que mostraban los niveles de fatiga, sueño, hambre y capacidad de atención en el alumnado cuando participaban de un modelo de jornada única o partida, siendo superiores en los que comprimen el horario lectivo en las mañanas. La unión de todos estos factores hace ver claramente que la capacidad de rendimiento de los chicos y chicas es mayor a lo largo de toda la jornada cuando ésta es partida frente a la continuada.

Gráfico nº 1 Nivel de “autofatiga” percibida por los alumnos

13 El profesor Javier Rouco fue invitado a participar en unas jornadas organizadas por FAPAR (Federación de padres de Aragón) sobre la organización de la jornada escolar, fue en junio de 2006.

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10

20

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40

50

9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

Jornada continua

Jornada partida

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de Javier Rouco.

Se observa en el gráfico que porcentualmente el nivel de fatiga de mantiene más estable en la jornada partida, mientras que en la continua, el segmento más aprovechable es la hora de 10-11, mientras que la dos últimas horas de la mañana se perciben niveles muy altos.

En cuanto a niveles de sueño los datos indican que en la primera hora de mañana la sensación de sueño es bastante generalizada, mientras que la tarde curiosamente presenta niveles bajos de sueño, desmontando en gran parte del denominado “mito matutino”14 Gráfico nº 2 Nivel de “sueño” percibida por los alumnos

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10

20

30

40

50

9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

Jornada continua

Jornada partida

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de Javier Rouco.

Otra cuestión importante que puede influir en el rendimiento y atención del alumnado es la sensación de hambre, en la jornada continuada se percibe que el nivel de sensación de hambre comienza antes y para ello ha sido necesario en algunos centros llevar a cabo un segundo recreo de unos 20 minutos con el fin de que los alumnos pueda ingerir algún alimento o tomar un zumo, aunque en la última hora estos niveles se vuelven a situar altos; en el caso de la jornada partida la sensación de hambre alcanza un gran nivel en la hora de antes de salir del centro, mientras que por la tarde los datos son prácticamente insignificantes, los alumnos tienen los mismos niveles que a primera hora de la mañana, que es cuando vienen de casa habiendo desayunado hace poco tiempo.

14 www.mineduc.cl/revista/anteriores/julio01/internacional.htm

Gráfico nº 3 Nivel de “sensación de hambre” percibida por los alumnos

0

5

10

15

20

25

9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

Jornada continua

Jornada partida

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de Javier Rouco.

El último nivel que vamos a analizar será uno de los más importantes y resume perfectamente el trabajo de los anteriores; se trata de la capacidad de atención del alumnado, es aquí además donde ha quedado patente que comprimir los contenidos de cada curso en una jornada única hace que la falta obvia de tiempo impida instrumentar los mecanismos de apoyo necesarios para una atención individualizada al alumnado. Podríamos interpretar estos factores como pedagógicos, pero no podemos olvidarnos que también hay factores sociales que desaconsejan este modelo comprimido de jornada puesto que hay familias que no pueden compatibilizar su vida laboral con la familiar. En este caso estaríamos fomentando la desigualdad entre quienes disponen de recursos suficientes para atender sus necesidades y quienes por no poder subsanarlas, quedan en desventaja, siendo esto último una grave contradicción con el principio de igualdad de oportunidades y compensación, que debe cumplir la escuela, como servicio público que es.

Gráfico nº 4 Nivel de “capacidad de atención” percibida en los alumnos

9,5

10

10,5

11

11,5

12

12,5

Principio de Jornada  Final de jornada

Jornada continua

Jornada partida

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de Javier Rouco.

Finalmente en el trabajo citado anteriormente de Isabel Ridao y Javier Gil se observa una superioridad de rendimiento escolar en los alumnos que siguen horarios de jornada partida, de tal modo que en estos centros el porcentaje de alumnos sin problemas en ninguna materia asciende al 77,2 % frente al 69,4% que se encuentran

en idéntica situación en los centros con jornada continua. Además, no se registran en el primero de los modelos de jornada casos extremos de alumnos con siete u ocho materias calificadas negativamente, y la presencia de alumnos con cuatro materias en las que necesitan mejorar es sólo testimonial. La superioridad apuntada en el rendimiento de los alumnos que asisten a centros con jornada partida se refleja también al examinar las medias alcanzadas para la variable de rendimiento.

A diferencia de los resultados relacionados con los alumnos, el profesorado se muestra claramente partidario de la jornada continua, de hecho un 51,2% está completamente de acuerdo con que este modelo de jornada favorece el rendimiento de los alumnos, mientras que esta posición únicamente se sitúa el 13,5% de los profesores de centros con jornada partida Cuadro nº 1 Distribución de frecuencias para el número de materias en las que el alumno necesita mejorar: Jornada Partida Jornada Continua

Nº Materias Nº alumnos % Nº Materias Nº alumnos % 0 1 2 3 4 5 6 7 8

338 42 25 19 12 1 1

77,2 9,6 5,7 4,3 2,7 0,2 0,2

0 1 2 3 4 5 6 7 8

441 63 45 39 25 9 6 3 4

69,4 9,9 7,1 6,1 3,9 1,4 0,9 0,5 0,6

Total 438 100,00 635 100,00 Perdidos 35 32

Fuente: Ridao y Gil (2002)

El mapa de resultados académicos que presenta informes de gran rigor como es PISA muestra en general un panorama de la educación en España bastante preocupante, ya que el índice de fracaso escolar es una los mayores de los países de la OCDE ya que los alumnos que no acaban la ESO en España han crecido del 29,9% al 31% en los último cinco años, mientras que en la UE se han reducido del 17,1% al 14,8%.

Como señalábamos al comienzo de este trabajo la extensión de la jornada continua parece una tendencia imparable pese a que no hay ningún estudio que demuestre que esta medida es positiva para los alumnos desde un punto de vista puramente pedagógico. Sin embargo, pese a la presión, fundamentalmente de los sindicatos del sector, que luchan por la mejora de las condiciones de trabajo y horarios laborales de los docentes y también de parte de muchos padres, las administraciones educativas dejan cada vez más en manos de los consejos escolares la posibilidad de que cada centro pida acogerse a esta modalidad de jornada.

No obstante, a tenor del rendimiento de los escolares, el mayor porcentaje de alumnado que acumula retrasos a partir de 4º curso de la ESO, según el nivel educativo en el que se retrasó por primera vez, coincide con las comunidades donde está implantada la jornada continua de manera generalizada, entendiendo el fracaso escolar como la tasa de alumnos que no promocionan de curso según la edad establecida.

Se da la circunstancia de que es precisamente en aquellas comunidades

autónomas en las que está más implantada la jornada continua en los centros de Primaria donde se dan las tasas más altas de fracaso escolar, frente aquellas otras CCAA como Navarra, País Vasco o Cataluña, que apuestan por la jornada partida en Primaria. Diferencia por comunidades Canarias fue una de las comunidades pioneras en implantar la jornada continua de forma generalizada hace ya algunos años (100% en La Palma, Fuerteventura, Lanzarote y El Hierro), aunque el consejero en su momento D. José Miguel Ruano, lamentó haber cedido ante las presiones de sindicatos y padres en este tema. También está bastante generalizada, en algunos casos por “imperativo legal”, en las Islas Baleares, en Ceuta y en Melilla, en Andalucía, en Castilla-La Mancha y en Extremadura, donde la jornada continua se aplica incluso en los centros privados. Por el contrario, en otras comunidades autónomas ni siquiera se contempla esta posibilidad. Es el caso del País Vasco, Valencia, Navarra y Cataluña, donde los centros mantienen la jornada partida de mañana y tarde.

No cabe dudas que el abultado fracaso escolar en Andalucía, Murcia, Canarias o Extremadura no es solamente achacable a la jornada escolar, ya que los datos muestran un retraso histórico de estas comunidades autónomas, lo que sí está claro es que según los partidarios de la jornada continua, su implantación ayudaría a reducir el fracaso escolar puesto que el rendimiento del alumnado se suponía sería mayor, nada más lejos de la realidad, ya que en vez de acortar distancias en resultados positivos en relación a otras CC.AA, su índice de fracaso escolar se ha mantenido e incluso en algún caso ha crecido, como es el caso de Andalucía en un 7,5%

Figura nº1 Mapa del fracaso escolar en España

Fuente: Magisnet

2.3. Organización de actividades extraescolares

En la normativa diseñada para el cambio de Jornada Escolar, las distintas comunidades autónomas exigen a los centros la presentación de un programa de actividades extraescolares que garantice en el caso de lo deseen los padres la permanencia de los niños en el centro por las tardes.

Junto a la jornada escolar aparece con mucha fuerza toda la actividad relacionada con las actividades extraescolares; según el profesor Mariano Fernández Enguita15 se pueden señalar cinco grandes razones para la proliferación de la actividad extraescolar, aunque según este autor solamente una parece justificar su existencia a favor de la jornada continua; la primera, y la más mentada, es su contribución a un desarrollo personal más completo e integral. Es claro que en ellas encuentran cobijo los aprendizajes y las prácticas, fundamentalmente expresivos, que consideramos, por un lado, necesarios para los niños y jóvenes y, por otro, insuficientemente atendidos por la escuela, tales como los de carácter deportivo y artístico. La segunda, especialmente presente para las familias más conscientes, en cualquier aspecto, de la importancia de la educación, es que en ellas pueden encontrarse otros aprendizajes, más instrumentales, relacionados con la incorporación al mundo del trabajo y, en particular, con la evolución más reciente del mismo. Es el caso de las lenguas extranjeras y la informática, sobre cuya importancia no nos cansamos nadie de repetir pero cuya incorporación a la escuela es también harto deficiente. La tercera, que atraviesa las anteriores, es que sirven, sencillamente, para llenar y desafiar la capacidad y las ganas de aprender de los niños, que la escuela está muy lejos de satisfacer. Sobre este respecto, las actividades extraescolares son potencialmente procesos de enseñanza-aprendizaje orientados, con norte y sentido, alternativos al desorden de la calle o de los medios de comunicación de masas, a la vez que a la rigidez y hasta anquilosamiento de la escuela. La cuarta, igualmente transversal, es que representan un elemento de libertad, un mercado, frente al modelo de racionamiento obligatorio que encarna la escuela, en el que el interés ha de seguir al objetivo en vez de lo contrario. En ellas pueden los escolares hacer valer sus inclinaciones y preferencias, probar y equivocarse, abandonar lo que no les interesa y así sucesivamente. Por último, aunque no por su importancia, el motivo maldito: son una forma de mantener a los niños ocupados, más o menos entretenidos y bajo custodia cuando la escuela los envía a casa demasiado pronto en relación con las necesidades, las posibilidades o las preferencias de las familia.

Por otro lado las actividades extraescolares que se exigen para la jornada continua quedan al albur de las preferencias presupuestarias de los ayuntamientos. Como se puede observar en el informe del profesor Caride en Galicia, los niños en cuyas familias ambos progenitores trabajan tienen mayor tendencia a realizar actividades extraescolares. La estrategia de cierto sector de clase media es la de una búsqueda clara de diferenciación a través de las extraescolares fuera del colegio.

Hay una rotunda menor participación en actividades extraescolares dentro del colegio en los centros con jornada continua que en los de jornada partida. (Testu, 1992, p. 79). El problema es que, en cualquier caso, la gran mayoría de los colegios se han ido vaciando por las tardes y la oferta de actividades en ellos se ha ido estrechando en consecuencia. No hay tanto de lo que extrañarse. Por un lado, la realización de las actividades en los colegios supone algunas ventajas, particularmente que los niños no precisan desplazarse; en jornada continua, si se han quedado al comedor y, por otro, que a veces son gratuitas o muy baratas. Sin embargo, estas ventajas no están aseguradas, pues si el niño come en casa tiene que 15 La Jornada Escolar. Propuestas para el debate. Ed. Ariel. Madrid. 2001

volver y, en tal caso, puede que no viva tan cerca o que viva más cerca de otras entidades que ofrecen actividades; por otra parte, algunas actividades pueden no ser más baratas que fuera de la escuela, ya que las asociaciones de padres no están al tanto de los precios de mercado, o porque requieren inversiones específicas que en otros sitios ya están hechas; o pueden ser más baratas pero arrojar una relación calidad-precio sensiblemente inferior.

Otras características es dudoso que puedan considerarse ventajas, como permanecer en un recinto conocido y con compañeros también conocidos y, no digamos, con profesores conocidos, pues eso puede acercar a cualquiera a un punto de saturación. Pero lo más importante es que pueden presentar y, a menudo, presentan notables desventajas. Primera, la más que probable mezcla de edades y niveles debida al pequeño número de asistentes por actividad; segunda, la inexperiencia de los monitores, a menudo reclutados entre los miembros de la AMPA, en sus aledaños o entre los restos del mercado; tercera, la posible inadecuación de instalaciones y equipos; cuarta, su dependencia de los avatares de la escuela, tales como vacaciones, fiestas y otros. En general, puede decirse, aunque sin entenderlo como una afirmación absoluta, que el abanico de actividades que ofrecen los centros no es especialmente atractivo: mucho fútbol y actividades más o menos mortecinas de bajo coste. Algunas ofertas parecen especialmente diseñadas para espantar a la clientela, y en verdad que lo consiguen. Sea como sea, y si no lo han hecho ya desde el principio, una vez consolidada la jornada continua pasado el primer año el profesorado termina de desentenderse por completo de las extraescolares.

El resultado es que, en primer lugar, una parte de los escolares se queda sin extraescolares. Esto no es necesariamente malo en sí mismo, pues cabe preguntarse qué sentido tiene añadir horas de lengua extranjera cuando no se obtiene un rendimiento suficiente en lengua española, o acudir a informática cuando no se puede con las matemáticas. Podría hacerse una defensa de cualquiera de esas opciones, pero sólo dentro de un proyecto integrado, no como un cúmulo de actividades dispersas. La actividad extraescolar que un sector importante de alumnos necesitaría es precisamente más escuela, es decir, una actividad de refuerzo, y esto, curiosamente, ni siquiera se plantea en el contexto del debate sobre la jornada, a pesar de que el paso a la continua lo facilitaría, de hecho en Comunidades autónomas como Cataluña o Aragón se ha puesto en marcha la denominada “Sexta hora” y muy recientemente el MEC ha señalado que está por la labor de fomentar la jornada partida como buena para el aumento de la calidad educativa16. 2.4. Convivencia y clima escolar

La función de socialización que siempre ha existido en la escuela, juega

actualmente un papel más determinante que en épocas anteriores, ya que en gran medida ha desaparecido la familia extensa o numerosa y los padres en la mayor parte de los casos pasan muchas horas al día fuera del hogar, por ello la escuela cada vez se encuentra más con alumnos que carecen de la socialización primaria y que antes desarrollaba la familia, por tanto en cierta medida la escuela debe transmitir una serie de hábitos y valores que antes se iban adquiriendo por la permeabilidad de ese contacto prolongado de la familia y los niños.

No deja de ser una contradicción o quizás un realidad que se intente conciliar la vida laboral y familiar ajustando el trabajo de todos al horario matinal y por la tanto la posibilidad de tener las tardes libres para hacer más vida familiar y que por otro lado cada vez los padres estén ambos más tiempo fuera de casa y los niños deban pasar 16 Noticia publicada en el periódico Magisnet 13 junio de 2009

más tiempo solos o acompañados por otras personas que no son sus padres, de hecho el papel de los abuelos o personas contratadas para el cuidado de los niños se ha incrementado mucho en las últimas décadas, es cada vez es más frecuente ver abuelos al mando del cochecito de sus nietos y abuelas que esperan a mediodía la salida de los niños del colegio. Son abuelos jóvenes que, para bien o para mal, viven una segunda paternidad. El nuevo rol de los abuelos es consecuencia también de los cambios en la estructura familiar y de los difíciles horarios de trabajo de sus hijos.

Pieza fundamental para el mantenimiento de la unidad familiar, los abuelos son portadores de la historia, transmisores de cultura y en ocasiones ejercen una labor de mediación en los conflictos entre la segunda y la tercera generación. Históricamente, la figura del abuelo ha sido un referente en la vida de las familias, ligada, sobre todo, a la infancia de los niños. Sin embargo, en nuestros días es frecuente encontrar adultos con abuelas y abuelos vivos.

Los abuelos españoles de hoy conforman un auténtico ejército. Fueron padres jóvenes en la época del baby-boom -entre 1957 y 1977 y son responsables, por tanto, del incremento de población en España. La coincidencia de este fenómeno con el aumento de la esperanza de vida, especialmente en el varón, ha generalizado la experiencia de ser abuelo, mientras que la jubilación más temprana ha contribuido a crear su estatus de hombre relativamente libre en el uso de su tiempo y en buen estado de salud, que puede dedicar más tiempo a sus nietos como señala Lourdes Pérez Ortiz17

Por otro lado los defensores de la jornada escolar continua aluden a que en este tipo de jornada al marcharse lo niños a comer a su casa se evitan las horas de mayor problemática en cuanto a convivencia y situaciones de violencia en los centros como es la espera después de comer hasta que comienzan las clases como ocurre en la jornada partida; de entrada esta reflexión puede tener su lógica, el problema es que con la jornada escolar continúa no han disminuido el número de comensales, ya que muchos padres que tienen horario de mañana y han sido los mayores reivindicadores para el cambio de jornada escolar prefieren llevarse a casa a sus hijos con la comida hecha en el colegio puesto que salen del trabajo hacia las tres de la tarde, un hora demasiado dilatada para llegar con sus hijos a casa y entonces empezar a comer; por tanto el supuesto problema de “violencia” se mantiene también en la jornada continua, aunque lejos de esto lo que pensamos precisamente es que estos espacios de tiempo también pueden ser muy educativos si se planifican tareas atractivas y formativas para los alumnos y no tienen porque incrementar situaciones de enfrentamientos entre los niños.

Por último interesa recordar que es cierto que con motivo de la decisión por el cambio o no de jornada escolar, han surgido muchos problemas y divisiones entre los distintos miembros de las comunidades educativas, reproches y divisiones han sido motivos para alterar el buen clima que debe existir en un centro educativo y no malestar e incluso posturas irreconciliables entre unos y otros, un espectáculo en definitiva lamentable tal como recuerda el profesor Feito en uno de sus artículos al respecto.18

17 Profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, en su informe "La estructura social de la vejez en España. Nuevas y viejas formas de envejecer".

18 Artículo publicado en Cuadernos de Pedagogía nº 365. Año 2007

2.5. Incidencia de la Jornada Escolar en la organización general del centro

Como anteriormente señalábamos el Proyecto Educativo de Centro (P.E.C)

enumera y define el conjunto de rasgos que dan identidad a un centro educativo. Entre las características de nuestro P.E.C., podemos destacar las siguientes:

- Establece la educación que se pretende y la escuela que se desea. - Perfila el modelo de formación del alumnado. - Confirma el perfil del centro. - Es integral y vinculante para todos los miembros de la comunidad educativa. - Destaca el conocimiento del entorno y de las características del propio centro. - Abre las posibilidades de participación a toda la comunidad educativa.

En definitiva un centro educativo, como cualquier identidad depende de una

organización y entre sus objetivos esenciales están tal como recoge la propia Ley de Educación19: el pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades de los alumnos, para ello es necesario optimizar los recursos existentes, tanto humanos como materiales y entre ellos no cabe dudas se encuentra el recurso del tiempo que incide directamente en cómo se organiza cada centro. El planteamiento de la jornada escolar continua hace una clara referencia hacia una mejor organización ya que según sus defensores al concentrar el horario de clases por la mañanas queda más tiempos para otro tipos de acciones como serían; la formación del profesorado y todo tipo de reuniones: claustros, departamentos, atención a familias así como un amplio abanico de posibilidades para la realización de talleres y actividades extraescolares, lo que en la práctica parece lógico se observa que a la hora de ponerlo en práctica no es tan efectivo, ya que también hay que tener en cuenta la tendencia del profesorado a cubrir sus horas de complementarias en el centro en los huecos de la mañana que no son estrictamente de “tiza” de hecho se han producido situaciones peculiares denunciadas en muchos casos por los padres, por ejemplo tutorías de atención a familias de 14,00-15,00 horas o realización de la denominada hora “exclusiva” de 8.00-9,00 de la mañana.

Por otro lado respecto a la realización de cursos de formación del profesorado no ha existido una demanda mayor en las CC.AA. que actualmente tienen implantada la jornada continua con respecto a las que permanecen con jornada partida de hecho tal como señala Feito20 “El hecho de que los maestros tengan las tardes libres no se ha traducido en un intensificación, ni en una disminución de su formación permanente”. Aunque como señala el trabajo anteriormente citado de Ridao y Gil respecto al profesorado, tal como se refleja en la siguiente tabla, más de la mitad de los profesores de centros de jornada continua (51,1%) están completamente de acuerdo con que este modelo de jornada favorece el rendimiento de los alumnos, mientras que en esta posición únicamente se sitúa el 13,5% de los profesores con jornada partida, está claro que el profesorado es partidario de la jornada continua de forma mayoritaria, la cuestión es saber que valoran los profesores para apostar esta jornada, si priman las cuestiones académicas y de rendimiento o las aspiraciones personales en la mejora laboral y la no asistencia al centro la mayor parte de las tardes.

19 La LOE en su artículo nº 2.1. señala entre los fines de la Educación: El pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades de los alumnos. 20 Rafael Feito Alonso. “Tiempos escolares” publicado en Cuadernos de Pedagogía nº 365. (2007)

Cuadro nº 2 Distribución de frecuencias para las opiniones de los profesores sobre el grado en que el modelo de jornada favorece el rendimiento GRADO DE ACUERDO

JORNADA PARTIDA Nº %

GRADO DE ACUERDO

JORNADA CONTINUA Nº %

1 2 3 4 5

2 1,8 18 16,2 34 30,6 42 37,8 15 13,5

1 2 3 4 5

1 0,6 4 2,4

19 11,6 56 34,1 84 51,2

Total 111 100,00 Total 164 100,00 Fuente. Revista de Educación. MEC 2002

Respecto a la organización de apoyos escolares y atención en general a la diversidad tampoco se constatan avances en el tiempo de atención a los alumnos que demandan estos mayores esfuerzos de atención por parte del profesorado, de hecho son escasos los talleres de apoyo escolar al alumnado por las tardes ya que la única solución para ofertar estas necesidades hubiera sido el aumento de personal docente por parte de las autoridades académicas, cuestión poco factible económicamente; más bien las actividades de la tarde han derivado en los centros educativos hacia materias no curriculares, de carácter generalmente más lúdico como son los deportes, por el contrario aquellas familias que han tenido posibilidades económicas o el apoyo de algún familiar que se haya hecho cargo de los niños, mientras que los padres trabajan han accedido a actividades extraescolares fuera del centro escolar, que se supone tienen más calidad pedagógica, de hecho las academias y ludotecas privadas han proliferado, también en cierto que algunos ayuntamientos han apostado por el pago o subvención de estas actividades, como en el caso general del Deporte escolar en Andalucía o más particular el ayuntamiento de Albacete en el denominado proyecto “Albacete ciudad educadora”. 3. Geografía de la organización de la jornada escolar en España y Europa 3.1. El caso de España.

El mapa de la distribución de la jornada escolar en España es variado,

advirtiéndose una cierta tendencia a que las comunidades autónomas del sur hayan optado por la jornada continua mientras que las del norte se mantienen en la jornada partida, aunque claro está con algunas particularidades en cada caso, lo que sí parece claro es que aquellas que han accedido a la jornada continua no han planteado de nuevo la vuelta al modelo anterior, mientras que algunas de jornada partida han iniciado procesos piloto e incluso en algún caso, como pueden ser determinados municipios han cambiado al nuevo modelo.

En el cuadro que presentamos a continuación basado en un informe del Gabinete técnico de FETE-UGT y CEAPA21 se muestran claramente estas tendencias y situación actual; en el 100% de la jornada escolar continua tenemos las CC.AA. autónomas de: Canarias, Ceuta, Extremadura, con un 99%: Murcia, Baleares con un

21 La CEAPA, ha publicado en 2009 un informe pormenonizado por CC.AA, de la situación actual de la jornada escolar, es bastante completo y fuente de referencia para nuestro trabajo. Se publicó en el periódico Magisterio en su edición de 4-11-2009.

86%, mientras que Andalucía y Asturias con un 80% , Castilla-La Mancha con un 78%, y Galicia en un 60% por el contrario las CC.AA. que permanecen con mayor porcentaje de jornada escolar partida son; Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana que se encuentran al 100%, mientras que Navarra en un 97%, País Vasco en 95%, 84% Cantabria, 82% en Madrid, 62% en La Rioja y finalmente el 60% en Castilla-León. No tenemos datos sobre Melilla.

Generalmente las consejerías de educación de las distintas CC.AA. han facilitado o puesto obstáculos al proceso de cambio hacia la jornada continua, no dependiendo de su signo político puesto que existen autonomías que desde hace mucho tiempo están gobernadas por el PSOE que presentan los dos modelos de jornada; por ejemplo la continua para Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha y por otro lado también con jornada partida como es el caso de Aragón o Cantabria. Igual ocurre con el PP, por ejemplo Murcia tiene jornada continua; mientras que en Valencia, La Rioja o Madrid la opuesta es claramente hacia la jornada partida.

Otra cuestión sería indicar que piensan los distintos partidos políticos sobre los modelos de jornada escolar, la indefinición o falta de criterios entre ellos mismos es la norma habitual y un claro reflejo son como anteriormente señalábamos la diversas de posturas en las distintas CC.AA. independientemente de que quien las esté gobernando en el presente o lo hizo en el pasado.

El P.S.O.E. afirma que se debe analizar cada caso y que lo importante es abrir 12 horas diarias, 7 días a la semana y 11 meses al año, aunque observamos que en aquellas CC.AA. en donde gobierna el PSOE la jornada escolar continua se ha generalizado como es el caso de Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha, así como otras también gobernadas en fechas más recientes están avanzando mucho en el tema, como es el caso de Galicia o Asturias, aunque hay también destacados líderes socialistas como la Sra. Eva Almunia (Consejera de Educación de Aragón) que ha manifestado a la pregunta sobre la LOE; ¿Y en esa ley se hablará de la jornada partida o continua en los colegios?

“Intuyo que será uno de los debates que saldrá. Seguro, porque el profesorado es una parte importante. Si lo que quiere es que le diga mi opinión al respecto le diré que la jornada continua no termina de dar excesivos buenos resultados de acuerdo con los informes que tenemos. Tenemos la obligación de abordar de manera clara y seria cuáles deben ser los tiempos escolares y cómo aprovechar los espacios. Yo apuesto por ampliar los tiempos escolares”.22

En cuanto al P.P. tampoco se decanta por ninguna, pide que se tenga en cuenta el clima de España, la opinión de familias y no salir nunca después de las cinco de la tarde, la postura en las CC.AA. autónomas gobernadas por el PP es muy contradictoria, así en Valencia y Madrid (excepto zona de Alcalá) se manifiestan contrarios; mientras que en Murcia la mayoría de los centros públicos se han adherido. I.U. ha expresado claramente su opinión sobre Jornada continua “ya que se trata de una reivindicación histórica del profesorado y pedagógicamente es mejor concentrar horarios” Por el contrario, C.I.U. y PNV afirman que la Jornada partida es mejor ya que el rendimiento es mayor en los alumnos, así lo han mantenido en Cataluña hasta que perdieron el poder los de CIU y continúan en el PNV. 22 Declaraciones de Eva Almunia, actualmente Secretaria General de Educación del MEC al periodista Nicolás Espada el 25-02-2006

Gráfico nº 5 Distribución de la Jornada Escolar en las CC.AA. (en %)

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Andalucia

Aragón

Asturia

sBaleares

Canaria

sCantabria

Castilla‐La M

ancha

Castilla‐León

Cataluña

Ceuta

Valencia

Extrem

adura

Galicia

La Rioja

Madrid

Murcia

Navarra

País Vasco

Jornada Partida

Jornada continua 

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del gabinete técnico de FETE-UGT y CEAPA

Otra cuestión aludida para el cambio de jornada escolar desde la partida a la continua ha sido la climatología de determinadas zonas del país, especialmente del sur, de hecho Canarias y Andalucía argumentaron para justificar este cambio las altas temperaturas registradas, hecho que dificulta la concentración por las tardes de alumnos y profesores. Si observamos el mapa de medias de temperaturas anuales ofrecido por la Agencia Estatal de Meteorología se sitúa en nunca por encima de los 20º, realidad que se puede combatir en los meses más calurosos (mayo y octubre) puesto que en Septiembre y Junio solamente hay clases por la tarde con algún tipo de aparato acondicionador, al igual que ocurre en invierno con la instalación de calefacción en la mayor parte de los centros escolares del país. Figura nº 2 Mapa de España de Temperatura medias anuales

Fuente: AEMET

º De todas formas hemos recurrido a la estadística para ver las medias mensuales de las CC.AA. que son más calurosas y que todas ellas coinciden en tener la jornada escolar continuada. Cuadro nº 3 Temperaturas medias de CC.AA. del Sur con jornada continua CC.AA. Ene. Febr. Mar. Abril Mayo Jun. Julio Ago. Sept. Oct. Nov. Dic. Media

anualAndalucía (Sevilla) 10,9 12,5 14,9 16,5 19,7 23,8 27,2 27 24,5 19,7 14,4 11,9 18,6 Canarias (Tenerife) 17.9 18 18,7 19,2 20,6 22,4 24,6 25,1 24,6 23 21 19 21,2

Extremadura (Badajoz) 8,5 10,3 12,7 14,5 18 22,5 25,7 25,3 22,6 17,4 12,5 9,6 16,6

Murcia (Murcia ciudad

10,1 11,7 13,5 15,6 19 23,1 26,2 26,7 23,6 18,8 14,1 11,1 17,8

Fuente: Elaboración Propia a partir de los datos de la AEMET (1971-2000)

No obstante, también convendría exponer los datos de las Temperaturas Medias más altas de los dos meses escolares más cálidos en los cuales hasta el cambio de jornada escolar hubo clases por las tardes, se trata lógicamente de Mayo y Octubre; no obstante el Ministerio recomienda que el valor medio de las aulas y lugares de trabajo sea de 21º; veamos los datos: Cuadro nº 4 Temperaturas medias más altas de CC.AA. del Sur con jornada continua

CC.AA. Mayo Año que se produjo Octubre Año que se

produjo Andalucía (Sevilla) 23,7 1995 23,2 2009

Canarias (Tenerife) 18,2 1996 21,2 1983

Extremadura (Badajoz) 21,1 1995 20,3 1995

Murcia (Murcia ciudad) 21,6 1964 21,5 2006

Fuente: Elaboración Propia a partir de los datos de la AEMET (1940-2009)

3.2. El caso de los países de la Unión Europea

No hay una jornada escolar para todos los países europeos sino que cada uno lo hace de forma distinta.

Adjuntamos una tabla comparativa de los horarios escolares en Europa. La novedad de los datos que se reflejan en esta tabla, quizá, radica en que dadas las diferencias de organización del horario en los distintos países, se utiliza el parámetro de horas lectivas anuales (descontados los recreo que en España son lectivos pero que no son contados en ningún país). Según estos datos España está en la media de horas lectivas anuales, ni somos quienes más horas tenemos, ni quienes menos. El tema de las vacaciones largas o no, nos vienen, por tanto, determinadas, sin ser muchas veces de gusto del personal docente, por motivos de tipo climático y cultural-religioso, por ejemplo las horas de luz solar o cuando anoche es datos muy revelador para los países del norte en donde en muchos casos a las 4,00 de la tarde en invierno ya es de noche.

De estos países tienen jornada continua Alemania, Dinamarca e Italia, sin duda reconocidos como desarrollados. En estos tres países la importancia de las actividades de tiempo libre, desarrolladas por la escuela, por los municipios y en el marco del vivo asociacionismo presente en sus sociedades, tiene en general un fuerte protagonismo. En realidad, la escuela no termina con las primeras horas de la tarde, sino que se prolonga. En Italia están en el empeño de implantar la jornada de "Tempo pleno" (tiempo completo) para la enseñanza elemental.

Grecia tiene una jornada única (como ocurre también en algunos centros portugueses) de mañana o de tarde debido a la rotación de alumnado en los centros, ya que faltan centros escolares. En cuanto a Luxemburgo se mantienen dos días a la semana con jornada sólo de mañana y en Francia un día a la semana (miércoles) también de jornada de mañana.

Por otra parte podemos constatar diferencias entre el calendario del alumnado europeo entre los 7 años y los 10 años. La comparación de ambos datos en los distintos países nos muestran que en la mayoría de ellos existe un incremento de horas conforme se van haciendo mayores los chicos y chicas. De esta forma Dinamarca, Alemania, Grecia, Irlanda, Austria, Finlandia, Noruega... diseñan calendarios anuales de alrededor de las 600 horas para sus estudiantes de hasta los siete años de edad; unas 200 horas menos que para la edad de 10 años. Esta distribución del tiempo hace que en la realidad el alumnado español más joven esté a la cabeza de horas lectivas recibidas en el entorno europeo.

Cuadro nº 5 Situación de la Jornada Escolar en Europa

Fuente: "Las Cifras Clave de la educación en la Unión Europea", editado por la Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas. 1997.

Países Jornada Continua

Carga Diaria en minutos

Días al año de clase

Carga anual De horas

Alemania Si 227 188 712 Austria 250-208 180/214 750 Bélgica 280 182 849 Bulgaria 200 165 550 Dinamarca Si 216 200 720 Escocia 300 190 950 España 270 180 810 Finlandia 207 190 656 Francia 282 180 846 Grecia Si 261/270 175 761/788 Hungría 225 185 638 Inglaterra/Gales 282 190 893 Irlandia 280 183 854 Islanda 240 160 640 Italia Si 270 200 900 Liechtenstein 270 200 900 Luxemburgo 265 212 936 Noruega 261 190 827 Países Bajos 300 200 1000 Polonia 207 185 638 Portugal Mixta 300 175 875 República Checa 216 184 662 Rumania 230 170 652 Suecia 178/192 Ulster 300 190 950

4. Conclusiones para debatir sobre las ventajas e inconvenientes de los modelos de jornada escolar.

El proyecto Educativo de centro es una de los principales herramientas para configurar la identidad de nuestros centros católicos, en el mismo se define cuestiones tan básicas como: ¿Quiénes somos?, ¿Qué queremos? y ¿Cómo nos organizamos”. Precisamente teniendo en cuenta esta última pregunta, es muy importante que reflexionemos sobre como organizamos el tiempo escolar en el centro, entendiendo que no sólo instruimos, también formamos personas y para ello se requiere tiempo tanto en el sentido de la calidad del mismo como en su cuantificación.

La recomendación a la que llegamos de evitar la Jornada Continua, no es un capricho para quien suscribe este trabajo y ni mucho menos se trata de contradecir a familias y quizás lo más cómodo para las entidades titulares sería acceder para evitar enfrentamientos.

Observamos que los intereses personales muy legítimos, pero no compartidos, de los mayores han prevalecido sobre el interés general del alumnado, desoyendo los consejos de diversos profesionales de la Educación que han señalado encarecidamente no se acceda a este nuevo modelo:

“La calidad y eficacia de la Escuela no mejora por tener una jornada continua, lo mejor para los niños no es atiborrarles de conocimientos en un periodo compacto”

Cesar Coll (Catedrático Psicología Evolutiva Universidad de Barcelona) “Un horario intensivo de cinco horas, no respeta el ritmo de atención y aprendizaje de los alumnos de infantil y primaria y se ha mostrado muy inadecuado incluso para la enseñanza universitaria, es decir, para jóvenes a partir de 18 años que disponen de mucha más independencia, más recursos cognoscitivos y más libertad de movimiento que los escolares”

Amalio Blanco (Catedrático Sociología Universidad Autónoma Madrid) “Debe quedar bien claro que la reivindicación de la jornada matinal nada tiene que ver con la innovación educativa. Pretende exclusivamente mejorar el horario laboral de los funcionarios docentes”

Rafael Feito Alonso (Profesor titular de Sociología de la Educación de la UCM) “En los centros con Jornada Escolar continua el fracaso escolar es mayor un 10 % que en los Centros que la tienen partida”

José Antonio Caride Gómez (profesor universitario en Galicia) “Es superior el rendimiento escolar en los centros con Jornada Partida; el 77,2% de los alumnos aprueban todas la asignaturas, mientras que en la Jornada Continua lo hacen un 69,4%. Por otro lado los alumnos con Jornada Partida no suelen suspender más de cuatro asignaturas, mientras que los de Jornada Continua llegan a las cinco o seis”

Profesores Isabel Ridao y Javier Flores, de la Universidad de Sevilla) “Uno de los inconvenientes claros de la Jornada continuada allá donde se ha implantado es que ha sometido a fuerte presión el horario de la mañana, con diversos efectos. El primero, que introduce un apresuramiento en la actividad tanto de los alumnos como de los profesores que no ayuda a hacer de la escuela un trabajo satisfactorio. El segundo, que esta presión pasa pronto a arañar minutos no desdeñables a las clases, con lo cual se reduce de hecho, aunque no derecho, el horario escolar”. Subsidiariamente, si, como se decía en muchos casos, se pretendía ofrecer a los alumnos una imagen menos burocrática y más creativa de la escuela a través de la oferta variada de actividades extraescolares libre, etc., lo que se está consiguiendo con unas tardes cada vez más despobladas, en muchos casos con centros simplemente cerrados, y unas mañanas comprimidas y apresuradas justamente lo contrario.

(Mariano Fernández Enguita, Universidad de Salamanca)

Finalmente fruto de nuestra experiencia personal por los Centros Concertados que tienen la Jornada Escolar continuada hemos observado: - Que se reducen los tiempos de estancia en el centro por parte del alumnado,

profesorado y padres, la escuela pierde valor como primer lugar de aprendizaje. Lo que un niño debe aprender bien se da en la escuela, se confunde lo elemental que difunde la escuela con otras tareas que también son educativas y favorables provenientes de academias, actividades deportivas, etc., pero que no tienen el mismo rango, e incluso con una buena organización no hay porque renunciar a ellas.

- Las prometidas actividades extraescolares que deben ofertar por las tardes los

centros cuando se acceda la Jornada Continuada, en la mayoría de los casos acaban por desaparecer, les falta calidad, no pueden competir con la oferta externa. Evidentemente la mayoría de los padres en el caso de que los niños coman en casa no están dispuestos a realizar otro viaje para que asistan. También en muchos casos las deben pagar, y no todos pueden, ello contribuye a que los más desfavorecidos se queden si asistir a las mismas y los que tienen mayor capacidad económica busquen las de mayor calidad.

- En algunas CC.AA., bien los ayuntamientos o las propias consejerías se han

comprometido a subvencionar estas actividades, el problema ha sido que los monitores en muchos casos poco han tenido que ver con el Proyecto Educativo del Centro e incluso al estar mal pagados su interés por desarrollar bien las actividades ha sido lamentable.

- Las clases tienen un sentido más comprimido, da la sensación que se quiere acabar

antes sin tener muy claro para que tantas prisas, se priorizan las asignaturas básicas, mientras que las otras se relegan a una importancia secundaria. Ello no contribuye a la formación integral de los alumnos.

- En muchos casos los colegios a partir de la dos de la tarde se convierten en

auténticos desiertos, se desaprovechan los recursos existentes y las grandes inversiones realizadas.

- Actividades extraescolares como son actos religiosos, deportes, tiempos de

convivencia, refuerzos, talleres, tienden a desaparecer, puesto que se concibe más al Centro como un lugar de expedición de conocimientos que espacio de convivencia y aprendizaje en el sentido más amplio de la palabra.

- Los centros que tienen implantado este modelo de Jornada presentan un diferente

grado de satisfacción, por un parte un grupo de profesores están satisfechos puesto que se sienten liberados de tener que permanecer en el centro por las tardes, han ganado tiempo para ellos y sus proyectos personales, otros por el contrario se sienten agobiados y con sensación de que las cosas nunca se acaban bien. También las familias que tienen un horario de mañana manifiestan la comodidad que supone el ahorro de viajes y el estar disfrutando de sus hijos por las tardes, pero ¿Qué ocurre con aquellos padres que ambos trabajan en horario partido?. Pues que muchos niños se quedan solos en casa y menos estudiar hacen de todo, máxime con las posibilidades que ofrecen las Nuevas Tecnologías y el peligro que entraña la televisión.

- Los niños evidentemente se adaptan a todo, pero por señalar un ejemplo; ¿es

normal que un niño de 3 años esté tantas horas sin comer? hay que recordar que el sentido del tiempo para un niño nada tiene que ver con el de una persona adulta.

Estamos de acuerdo en el diálogo sosegado sobre este tema con las familias, aunque vemos que para mejorar el nivel de nuestros alumnos habrá que ser esencialmente muy reivindicativos con las autoridades académicas, no para que impongan por decreto el modelo de Jornada Escolar Continua, más bien para que se intenten mejorar otros aspectos que son más urgentes y que elevarían mucho el nivel de preparación de los alumnos, en ello los padres también deberían ser tan activos como lo están haciendo en el cambio de Jornada Escolar, por ejemplo deberíamos emplear todos nuestros esfuerzos en abordar cuestiones tan importantes como:

Técnicas de atención, concentración y compresión lectora Tiempos y espacios para vivir la FE Motivación hacia el estudio-Reflexión sobre Práctica Docente Incorporación de nuevos recursos y TIC Fomento de los idiomas Mejora de la comunicación con alumnos y familias Mayor apoyo a los alumnos con problemas de aprendizaje o con altas capacidades Dedicación a la formación docente (cursos, etc.)

Y por supuesto en el aumento del módulo económico de concierto que como todos

conocemos es claramente deficitario y lleva a los centro a tener que aprovechar al máximo los recursos para no caer en el colapso económico.

Son todas esas y muchas más las razones que nos deberían unir a favor de nuestros alumnos y por tanto evitar distanciamientos entre los propios padres, profesorado y las entidades titulares de los Centros Concertados Católicos, que a la postre son las que tienen la capacidad de decidir de forma independiente y de acuerdo a su Proyecto Educativo y Carácter Propio.

En definitiva observamos que el deseo de la modificación de la Jornada Escolar se debe más a intereses personales y sindicales que a criterios de orden pedagógico, cuestión que no podemos compartir desde nuestra forma de entender la enseñanza y la responsabilidad adquirida con las familias que han tenido la deferencia de confiarnos a sus hijos en nuestros centros educativos, de entrada en opinión personal creemos que se ha empezado a construir la “casa por el tejado” ya que antes de resolver el horario laboral de las familias hemos querido adelantar el de la escuela y también quizás sin abrir un debate sereno sobre la conveniencia o no de la jornada continua. Todos debemos hacer un esfuerzo de reflexión sobre la situación actual de la escuela y cuáles son sus demandas más inmediatas, incluso diríamos que urgentes; no creemos sea prioritario como han querido darnos a entender el tema del paso a la Jornada Continua para mejorar la Calidad ofertada que todos deseamos mejore sustancialmente.

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