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RESUMEN DEL SERMÓN Más de un millón de enfermos Covid-19. Muchas personas están sufriendo la perdida de sus seres queridos sin poder despedirse, otros han podido hacerlo por teléfono. El mundo está de duelo y a la vez luchando por sobrevivir. Así estaba Job, quién en su duelo por perder diez hijos, perdió sus posesiones y le fue impuesta una enfermedad de muerte. “Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El SEÑOR ha dado; el SEÑOR ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del SEÑOR!»” (Job 1:21). Job pudo bendecir a Dios porque puso su dolor en el Dios soberano que conocía y amaba, se consoló en el convencimiento del poder de Dios. La semana pasada iniciamos la serie “Incomparable”, la cual tiene como propósito conocer a Dios en sus atributos para que seamos consolados y fortalecidos en nuestro Redentor, pero también para que retomemos el camino de la piedad y el temor hacia Él. Aprendíamos que la soberanía de Dios es el derecho y poder que Él tiene de obrar todo según el consejo o el placer de su propia voluntad. Dios ha decretado lo que estamos enfrentando, por tanto, debemos de hacer lo que Dios nos ha mandado, mientras descansamos en lo que hace soberanamente. En otras palabras, obediencia y confianza. También decíamos que esta soberanía de Dios requiere tres condiciones: autoridad, voluntad y poder. Dios es la autoridad porque es el único que tiene derecho de gobernar. Al ser el creador es el dueño, por tanto, puede hacer lo que quiera. No solo tiene la autoridad, sino la voluntad para hacer todo según el sabio deseo de ella. Él ordena lo que debemos hacer y decreta lo que hará. Pero hay un tercer elemento importante que es lo que hace que todo funcione, y es que Dios también tiene poder, que es la fuerza para ejecutar lo que ha decretado su voluntad. Es la fuerza y habilidad por la que Dios hace y sostiene lo que eligió. Dios tiene el poder infinito para ejecutar sus decretos como para hacer valer su derecho de gobierno. A este poder infinito para gobernar, en teología se le llama omnipotencia. Dios es todopoderoso. Por cuanto tiene la autoridad, voluntad y el poder, Él es todopoderoso para gobernar. La semana pasada estudiamos de la autoridad y la voluntad de Dios. Este día aprenderemos de su poder. I. ¿QUÉ SIGNIFICA QUE DIOS ES PODEROSO? En el libro de Job, cuando Bildad (uno de los “amigos” que fue a visitar a Job en su padecimiento), mencionó un concepto torcido del poder de Dios, Job le enseñó la doctrina diciendo que por cuanto Dios formó los cielos, la tierra, el infierno y todo cuanto hay; todo está ante su presencia siempre. Y concluye: “¡Y esto es sólo una muestra de sus obras, un murmullo que logramos escuchar! ¿Quién podrá comprender su trueno poderoso?” (Job 26:14) La Biblia nos enseña que, aun con todas sus maravillas y belleza, la creación solo es una muestra del eterno, infinito, inagotable, irresistible y absoluto poder de Dios. Dios es poderoso. Así como su voluntad es absoluta, también su poder. Por eso dice el Salmo 135:6: “Todo cuanto el SEÑOR quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.” Así como la voluntad de Dios es soberana, así su poder es inagotable. Si la voluntad de Dios determina o elige lo que quiere hacer, su poder lo ejecuta. Job 12:6 dice que “con Dios está la fuerza”. El Salmo 62:11 dice que “el poder le pertenece a Dios”. El poder no es algo que Dios tiene, necesita o requiere, el poder es Él mismo, Él es el Poderoso. Por eso leemos en Apocalipsis 11:17: “Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar.” Su poder es parte de su esencia y divinidad. Él no necesita poder, Él es. Así como el sol alumbra y el fuego calienta, así Dios actúa poderosamente porque Él es todopoderoso. En tiempos como hoy, significa que cuando rogamos a Dios no nos dará fuerzas, sino que Él mismo viene a ser nuestra fuerza, escondite y consuelo. La razón por la que podemos recibir y disfrutar su amor, gracia y bondad, es porque Él es poderoso. Hermanos, el poder de Dios es lo que hace manifestar activamente todos sus otros atributos para nosotros. Es por el poder de Dios que podemos experimentar la gracia, bondad y la misericordia de Dios. Como dice Romanos 1:20: “Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad...” La Biblia nos está diciendo que el poder de Dios es lo que hace que tomen vida para nosotros sus otros atributos. © 2020 Iglesia Gracia sobre Gracia. Todos los Derechos Reservados LA OMNIPOTENCIA DE DIOS INTRODUCCIÓN A LA SOBERANÍA DE DIOS (2 a PARTE) PASTOR JAVIER DOMÍNGUEZ Domingo 5 de abril 2020

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Page 1: LA OMNIPOTENCIA DE DIOS INTRODUCCIÓN A LA SOBERANÍA DE ...static.graciasobregracia.org/san-salvador/content/... · Redentor, pero también para que retomemos el camino de la piedad

RESUMEN DEL SERMÓN

Más de un millón de enfermos Covid-19. Muchas personas están sufriendo la perdida de sus seres queridos sin poder despedirse, otros han podido hacerlo por teléfono. El mundo está de duelo y a la vez luchando por sobrevivir.

Así estaba Job, quién en su duelo por perder diez hijos, perdió sus posesiones y le fue impuesta una enfermedad de muerte. “Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El SEÑOR ha dado; el SEÑOR ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del SEÑOR!»” (Job 1:21). Job pudo bendecir a Dios porque puso su dolor en el Dios soberano que conocía y amaba, se consoló en el convencimiento del poder de Dios.

La semana pasada iniciamos la serie “Incomparable”, la cual tiene como propósito conocer a Dios en sus atributos para que seamos consolados y fortalecidos en nuestro Redentor, pero también para que retomemos el camino de la piedad y el temor hacia Él. Aprendíamos que la soberanía de Dios es el derecho y poder que Él tiene de obrar todo según el consejo o el placer de su propia voluntad. Dios ha decretado lo que estamos enfrentando, por tanto, debemos de hacer lo que Dios nos ha mandado, mientras descansamos en lo que hace soberanamente. En otras palabras, obediencia y confianza.

También decíamos que esta soberanía de Dios requiere tres condiciones: autoridad, voluntad y poder. Dios es la autoridad porque es el único que tiene derecho de gobernar. Al ser el creador es el dueño, por tanto, puede hacer lo que quiera. No solo tiene la autoridad, sino la voluntad para hacer todo según el sabio deseo de ella. Él ordena lo que debemos hacer y decreta lo que hará. Pero hay un tercer elemento importante que es lo que hace que todo funcione, y es que Dios también tiene poder, que es la fuerza para ejecutar lo que ha decretado su voluntad. Es la fuerza y habilidad por la que Dios hace y sostiene lo que eligió. Dios tiene el poder infinito para ejecutar sus decretos como para hacer valer su derecho de gobierno. A este poder infinito para gobernar, en teología se le llama omnipotencia. Dios es todopoderoso. Por cuanto tiene la autoridad, voluntad y el poder, Él es todopoderoso para gobernar. La semana pasada estudiamos de la autoridad y la voluntad de Dios. Este día aprenderemos de su poder.

I. ¿QUÉ SIGNIFICA QUE DIOS ES PODEROSO?

En el libro de Job, cuando Bildad (uno de los “amigos” que fue a visitar a Job en su padecimiento), mencionó un concepto torcido del poder de Dios, Job le enseñó la doctrina diciendo que por cuanto Dios formó los cielos, la tierra, el infierno y todo cuanto hay; todo está ante su presencia siempre. Y concluye: “¡Y esto es sólo una muestra de sus obras, un murmullo que logramos escuchar! ¿Quién podrá comprender su trueno poderoso?” (Job 26:14) La Biblia nos enseña que, aun con todas sus maravillas y belleza, la creación solo es una muestra del eterno, infinito, inagotable, irresistible y absoluto poder de Dios. Dios es poderoso. Así como su voluntad es absoluta, también su poder.

Por eso dice el Salmo 135:6: “Todo cuanto el SEÑOR quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.” Así como la voluntad de Dios es soberana, así su poder es inagotable. Si la voluntad de Dios determina o elige lo que quiere hacer, su poder lo ejecuta. Job 12:6 dice que “con Dios está la fuerza”. El Salmo 62:11 dice que “el poder le pertenece a Dios”.

El poder no es algo que Dios tiene, necesita o requiere, el poder es Él mismo, Él es el Poderoso. Por eso leemos en Apocalipsis 11:17: “Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar.” Su poder es parte de su esencia y divinidad. Él no necesita poder, Él es. Así como el sol alumbra y el fuego calienta, así Dios actúa poderosamente porque Él es todopoderoso.

En tiempos como hoy, significa que cuando rogamos a Dios no nos dará fuerzas, sino que Él mismo viene a ser nuestra fuerza, escondite y consuelo. La razón por la que podemos recibir y disfrutar su amor, gracia y bondad, es porque Él es poderoso. Hermanos, el poder de Dios es lo que hace manifestar activamente todos sus otros atributos para nosotros.

Es por el poder de Dios que podemos experimentar la gracia, bondad y la misericordia de Dios. Como dice Romanos 1:20: “Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad...” La Biblia nos está diciendo que el poder de Dios es lo que hace que tomen vida para nosotros sus otros atributos.

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En el pasado, presente y futuro; hemos visto, vemos y veremos la omnipotencia de Dios.

III. ¿CÓMO NOS DEBERÍA DE IMPACTAR ESTE ATRIBUTO DEL DIOS SOBERANO?

Este atributo nos debe impactar de tal manera que respondamos de cuatro formas:

A. ARREPENTIMIENTO.

La rebelión es una guerra imposible, una guerra perdida ante un Dios Omnipotente.

Dice 1 Corintios 10:22 “¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El?” Y, Job 9:4b: “¿quién ha enfrentado al Señor sin sufrir daño?“ Hemos dicho que estos son tiempos de mucha reflexión... ¿lo has hecho? Te has puesto a pensar que cuando pecas contra alguien, pecas contra Dios. Cuando ofendes a alguien, te enfrentas a su dueño, a ese Dios todopoderoso. ¿Ya reflexionaste sobre tu arrogancia, tu amor por el dinero, por los títulos, sobre tu soberbia? ¿Has reflexionado en tu pecado de presunción, en ser rebelde a los mandatos de Dios, creyendo que puedes vivir como si Dios no se fija en tu vida? ¿Has reflexionado en tu práctica de pecado? ¿Qué necesitas para reflexionar además del Covid-19? Proverbios 29:1: “El hombre que después de mucha reprensión endurece la cerviz, de repente será quebrantado sin remedio.” Es decir, si aun a pesar de todas estas situaciones que vivimos nos mantenemos con una actitud de resistencia a Dios en lugar de con una actitud de humildad y arrepentimiento.

B. ESPERANZA

Dios promete porque puede cumplir. Pero en tu debilidad, si miras hacia tu realidad dudarás y preguntarás “¿cómo es eso posible?” pero es en la fe que contemplando la omnipotencia de Jesucristo responderás “todo es posible para Dios”. Pon tu esperanza firme sobre la Roca, Jesucristo y su Palabra.

C. SUMISIÓN EN EL SUFRIMIENTO

Dios puede hacer cualquier cosa, pero solo decide hacer aquello en que en su eterna sabiduría sabe que es mejor entre todas las posibilidades. Es por eso que en cualquier circunstancia que enfrentes, no pienses que Dios se ha equivocado u olvidado de ti, no dudes de las motivaciones internas de Dios. Él está obrando poderosamente en tu vida. Él no se agota, ni descansa (Isaías 40:27-28).

Dios no hace algo porque lo necesita, sino porque es feliz; descansa en esta verdad: porque Él es feliz, se ha propuesto que tú lo seas en Él. D. ADORACIÓN GENUINA

Dios tiene la autoridad o derecho de gobernar; la voluntad para elegir lo mejor, lo que le complace, lo que es bueno, perfecto; y el poder para realizarlo. Entonces, porque Él es

Soberano, dile “si es posible aparta de mí esta copa... pero no se haga como yo quiero, sino como tú”. Es lo que vemos en Jesucristo, se somete a la voluntad y el poder del Padre en adoración a Dios. Él es el hijo obediente, no solo es nuestro modelo, sino que día a día nos vamos transformando a su imagen. Es un tiempo para ser obedientes. Adoremos al Dios Soberano, seamos responsables en nuestro deber espiritual, mientras descansamos en su poder y majestad. Recuerda que Dios es poderoso para crear, juzgar, salvar y para preservar eternamente. ¡Jesús es nuestro Dios todopoderoso!

PREGUNTAS DE APLICACIÓN

1. ¿De qué manera conocer que Dios es Omnipotente cambia tu actitud en medio de la crisis que estamos viviendo? ¿Cómo conocer que Dios es poderoso te ayuda a confiar más en Él? ¿Cómo conocer que Él es poderoso te ayuda a perseverar como cristiano?

2. A la luz de este atributo… ¿la oración es poderosa o lo es Dios a quién oramos? (dar tiempo que respondan) ¿cómo este atributo de Dios cambia tu forma de ver al oración?

3. ¿De qué formas conocer que Dios es Omnipotente te hace estar más consciente de tu misión de hacer discípulos?

4. ¿De qué debes arrepentirte hoy al conocer este atributo? ¿Qué pecado debes confesar hoy ante tu Dios Poderoso?

5. ¿Cómo conocer que Jesucristo es Dios Poderoso te lleva a tener esperanza?

6. ¿En qué formas específicas mostrarás hoy tu sumisión a Dios, aun en medio del sufrimiento?

7. ¿Cómo cambia tu vida de adoración el conocer que tu Dios Soberano es Todopoderoso?

VERSÍCULO A MEMORIZAR

“¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios! ¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios!” Josué 22:22

Tan solo pensemos: ¿Qué serían las promesas de Dios sino mentiras si Él no tuviera el poder para cumplirlas? Su misericordia sería solamente lástima si no tuviera el poder para ayudarnos. Su justicia sería una fantasía si no tuviera poder para castigar al pecador. Su amor, hipocresía y su bondad serían una ilusión si no tuviera el poder de aplicarlas y ejecutarlas. Pero también su poder es eterno inescrutable, insondable, inmedible. No conoce límites. Por eso dice Efesios 1:19“…cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz”. Así, Dios puede hacer lo quiera, pero solo hace lo que Él quiso. Así lo dice Efesios 3:20: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir...” Así de inmedible es el poder de Dios. Solo vemos un brillo, una parte de todo lo que en su poder Él puede hacer. Esto nos da ánimo en tiempos de mucha dificultad, pues Dios sabiendo todas las posibilidades para todo aspecto de nuestra vida, eligió y determinó lo que es mejor según sus propios propósitos en nosotros para Él ser glorificado.

También, el poder de Dios es la garantía de su propia felicidad e inmutabilidad. Por eso Dios no cambia. Con todo esto podemos decir “¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios! ¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios!” (Josué 22:22)

II. ¿DÓNDE VEMOS SU PODER?

Lo vemos desde la creación. Desde el primer versículo de la Biblia “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1). La Biblia exalta el majestuoso poder de Dios. Dios creó todo sin medios ni ayuda, hizo todo de la nada, dijo y fue hecho. Así la creación muestra la plenitud del poder de Dios.

También lo vemos en su providencia, es decir en la capacidad que Dios tiene para preservar y dar continuidad a su creación. Por eso Pablo, cuando estaba enseñando en el Aerópago afirmó en Hechos 17:18 que todos nos movemos y existimos en Él. Es decir, es por su poder que todo sigue su curso. Dios crea y preserva. Vemos su poder cuando Adán pecó y Dios ejecutó sus juicios justos sobre el pecador, pero a su vez prometió salvación por medio de la simiente. Vemos el poder de Dios en la promesa de la simiente a Abraham diciéndole “¿Hay algo demasiado difícil para el Señor?” (Génesis 18:14)

Vemos el poder de Dios en el sufrimiento de los justos. Job dijo “Sé que puedes hacer todo, y que ningún pensamiento tuyo puede ser disminuido o agotado” (Job 42:2). Que sumisión la del siervo que sufre, reconociendo el poder de su redentor. También en la promesa de salvación “Oh Israel ¿cómo puedes decir que el SEÑOR no ve tus dificultades ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos? 28 ¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido? El SEÑOR es el Dios eterno, el Creador de toda la tierra.

Él nunca se debilita ni se cansa...” (Isaías 40:27-28) Dios no se cansa ni se debilita, porque es la plenitud de su propio poder. Nada es imposible para Dios. Estés donde estés, confía en tu creador, descansa en su poder. No dudes de

los motivos de Dios, sus motivos son santos, buenos y perfectos porque Él no puede ir en contra de su naturaleza, descansa en sus decretos sobre tu vida, porque Él se va a glorificar. Descansa en Él. En cada página de la Biblia podemos ver el poder de Dios, pero donde vemos el clímax de esta majestad de Dios es en Jesucristo. Jesús es la encarnación del poder de Dios. Por eso en Isaías 52:10 a Jesús se le llama el “brazo santo” del Señor por medio del cual salvará a sus escogidos.

Su concepción fue un acto de poder. El ángel dijo a María “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.” (Lucas1:35) También cuando Jesús creció, la Biblia dice que Dios lo ungió con gracia y poder (Hechos10:38). En su ministerio Jesús hizo “obras poderosas” como señales que decían y demostraban que Él es Dios todopoderoso encarnado. En la cruz a Jesús se le llama “Cristo, el poder de Dios” (1 Corintios1:23-24), porque ahí fue en donde Jesús, el poder Dios encarnado, venció al pecado y a Satanás.

También lo vemos en su resurrección. Jesús resucitó en "el poder de Dios” (2 Corintios 13:4), por lo que ahora se le llama “Hijo de Dios con Poder” (Romanos 1:4). Él es ahora el poder mediador de la gracia salvadora para todos los elegidos“ por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los que tú le has dado” (Juan 17:2).

Así el poder de Dios lo experimentamos en nuestra regeneración a la cual se le llama nueva creación, un poder creativo de Dios (2 Corintios 4:6; 5:17), porque en la nueva creación Dios tiene que vencer nuestra resistencia. Por eso cuando los discípulos le preguntaron a Jesús quién podía salvarse, respondió “para el hombre es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.” (Marcos 10:27) Vemos el poder de Dios en nuestra preservación. Es en este Cristo resucitado que con poder nos salva, que ahora somos “guardados por el poder de Dios” (1 Pedro e1:5). El mismo poder creador, es el que nos salva, y es también el que nos preserva para Él. Nuestra salvación y su preservación no depende de nosotros, sino del gran poder de Dios. Nosotros somos hijos para siempre. ¡Jesús es poderoso, pues Él es el creador y quien sustenta todo por la palabra de su poder (Hebreos 1:2-3). También vemos su poder funcionando en la iglesia a través el evangelio que proclamamos, porque el evangelio mismo es poder de Dios.

La palabra de Dios es poderosa, pues las armas de nuestra milicia “son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4-5) que se levantan contra el conocimiento de Dios. Dios es poderoso en las promesas de la Segunda Venida de Jesucristo. En el futuro veremos el poder de Dios cuando todos “Entonces verán al hijo del Hombre que viene en las nubes con gran poder y gloria.” (Marcos 13:26) Para castigar con poder al malvado (2 Tesalonicenses 1:9) y resucitar con poder a sus escogidos (1 Corintios 6:14) y crear nuevos cielos y tierra (Apocalipsis 21:1).

LA OMNIPOTENCIA DE DIOSINTRODUCCIÓN A LA SOBERANÍA DE DIOS (2a PARTE)

PASTOR JAVIER DOMÍNGUEZ

Domingo 5 de abril 2020

Page 2: LA OMNIPOTENCIA DE DIOS INTRODUCCIÓN A LA SOBERANÍA DE ...static.graciasobregracia.org/san-salvador/content/... · Redentor, pero también para que retomemos el camino de la piedad

RESUMEN DEL SERMÓN

Más de un millón de enfermos Covid-19. Muchas personas están sufriendo la perdida de sus seres queridos sin poder despedirse, otros han podido hacerlo por teléfono. El mundo está de duelo y a la vez luchando por sobrevivir.

Así estaba Job, quién en su duelo por perder diez hijos, perdió sus posesiones y le fue impuesta una enfermedad de muerte. “Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El SEÑOR ha dado; el SEÑOR ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del SEÑOR!»” (Job 1:21). Job pudo bendecir a Dios porque puso su dolor en el Dios soberano que conocía y amaba, se consoló en el convencimiento del poder de Dios.

La semana pasada iniciamos la serie “Incomparable”, la cual tiene como propósito conocer a Dios en sus atributos para que seamos consolados y fortalecidos en nuestro Redentor, pero también para que retomemos el camino de la piedad y el temor hacia Él. Aprendíamos que la soberanía de Dios es el derecho y poder que Él tiene de obrar todo según el consejo o el placer de su propia voluntad. Dios ha decretado lo que estamos enfrentando, por tanto, debemos de hacer lo que Dios nos ha mandado, mientras descansamos en lo que hace soberanamente. En otras palabras, obediencia y confianza.

También decíamos que esta soberanía de Dios requiere tres condiciones: autoridad, voluntad y poder. Dios es la autoridad porque es el único que tiene derecho de gobernar. Al ser el creador es el dueño, por tanto, puede hacer lo que quiera. No solo tiene la autoridad, sino la voluntad para hacer todo según el sabio deseo de ella. Él ordena lo que debemos hacer y decreta lo que hará. Pero hay un tercer elemento importante que es lo que hace que todo funcione, y es que Dios también tiene poder, que es la fuerza para ejecutar lo que ha decretado su voluntad. Es la fuerza y habilidad por la que Dios hace y sostiene lo que eligió. Dios tiene el poder infinito para ejecutar sus decretos como para hacer valer su derecho de gobierno. A este poder infinito para gobernar, en teología se le llama omnipotencia. Dios es todopoderoso. Por cuanto tiene la autoridad, voluntad y el poder, Él es todopoderoso para gobernar. La semana pasada estudiamos de la autoridad y la voluntad de Dios. Este día aprenderemos de su poder.

I. ¿QUÉ SIGNIFICA QUE DIOS ES PODEROSO?

En el libro de Job, cuando Bildad (uno de los “amigos” que fue a visitar a Job en su padecimiento), mencionó un concepto torcido del poder de Dios, Job le enseñó la doctrina diciendo que por cuanto Dios formó los cielos, la tierra, el infierno y todo cuanto hay; todo está ante su presencia siempre. Y concluye: “¡Y esto es sólo una muestra de sus obras, un murmullo que logramos escuchar! ¿Quién podrá comprender su trueno poderoso?” (Job 26:14) La Biblia nos enseña que, aun con todas sus maravillas y belleza, la creación solo es una muestra del eterno, infinito, inagotable, irresistible y absoluto poder de Dios. Dios es poderoso. Así como su voluntad es absoluta, también su poder.

Por eso dice el Salmo 135:6: “Todo cuanto el SEÑOR quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.” Así como la voluntad de Dios es soberana, así su poder es inagotable. Si la voluntad de Dios determina o elige lo que quiere hacer, su poder lo ejecuta. Job 12:6 dice que “con Dios está la fuerza”. El Salmo 62:11 dice que “el poder le pertenece a Dios”.

El poder no es algo que Dios tiene, necesita o requiere, el poder es Él mismo, Él es el Poderoso. Por eso leemos en Apocalipsis 11:17: “Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar.” Su poder es parte de su esencia y divinidad. Él no necesita poder, Él es. Así como el sol alumbra y el fuego calienta, así Dios actúa poderosamente porque Él es todopoderoso.

En tiempos como hoy, significa que cuando rogamos a Dios no nos dará fuerzas, sino que Él mismo viene a ser nuestra fuerza, escondite y consuelo. La razón por la que podemos recibir y disfrutar su amor, gracia y bondad, es porque Él es poderoso. Hermanos, el poder de Dios es lo que hace manifestar activamente todos sus otros atributos para nosotros.

Es por el poder de Dios que podemos experimentar la gracia, bondad y la misericordia de Dios. Como dice Romanos 1:20: “Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad...” La Biblia nos está diciendo que el poder de Dios es lo que hace que tomen vida para nosotros sus otros atributos.

En el pasado, presente y futuro; hemos visto, vemos y veremos la omnipotencia de Dios.

III. ¿CÓMO NOS DEBERÍA DE IMPACTAR ESTE ATRIBUTO DEL DIOS SOBERANO?

Este atributo nos debe impactar de tal manera que respondamos de cuatro formas:

A. ARREPENTIMIENTO.

La rebelión es una guerra imposible, una guerra perdida ante un Dios Omnipotente.

Dice 1 Corintios 10:22 “¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El?” Y, Job 9:4b: “¿quién ha enfrentado al Señor sin sufrir daño?“ Hemos dicho que estos son tiempos de mucha reflexión... ¿lo has hecho? Te has puesto a pensar que cuando pecas contra alguien, pecas contra Dios. Cuando ofendes a alguien, te enfrentas a su dueño, a ese Dios todopoderoso. ¿Ya reflexionaste sobre tu arrogancia, tu amor por el dinero, por los títulos, sobre tu soberbia? ¿Has reflexionado en tu pecado de presunción, en ser rebelde a los mandatos de Dios, creyendo que puedes vivir como si Dios no se fija en tu vida? ¿Has reflexionado en tu práctica de pecado? ¿Qué necesitas para reflexionar además del Covid-19? Proverbios 29:1: “El hombre que después de mucha reprensión endurece la cerviz, de repente será quebrantado sin remedio.” Es decir, si aun a pesar de todas estas situaciones que vivimos nos mantenemos con una actitud de resistencia a Dios en lugar de con una actitud de humildad y arrepentimiento.

B. ESPERANZA

Dios promete porque puede cumplir. Pero en tu debilidad, si miras hacia tu realidad dudarás y preguntarás “¿cómo es eso posible?” pero es en la fe que contemplando la omnipotencia de Jesucristo responderás “todo es posible para Dios”. Pon tu esperanza firme sobre la Roca, Jesucristo y su Palabra.

C. SUMISIÓN EN EL SUFRIMIENTO

Dios puede hacer cualquier cosa, pero solo decide hacer aquello en que en su eterna sabiduría sabe que es mejor entre todas las posibilidades. Es por eso que en cualquier circunstancia que enfrentes, no pienses que Dios se ha equivocado u olvidado de ti, no dudes de las motivaciones internas de Dios. Él está obrando poderosamente en tu vida. Él no se agota, ni descansa (Isaías 40:27-28).

Dios no hace algo porque lo necesita, sino porque es feliz; descansa en esta verdad: porque Él es feliz, se ha propuesto que tú lo seas en Él. D. ADORACIÓN GENUINA

Dios tiene la autoridad o derecho de gobernar; la voluntad para elegir lo mejor, lo que le complace, lo que es bueno, perfecto; y el poder para realizarlo. Entonces, porque Él es

Soberano, dile “si es posible aparta de mí esta copa... pero no se haga como yo quiero, sino como tú”. Es lo que vemos en Jesucristo, se somete a la voluntad y el poder del Padre en adoración a Dios. Él es el hijo obediente, no solo es nuestro modelo, sino que día a día nos vamos transformando a su imagen. Es un tiempo para ser obedientes. Adoremos al Dios Soberano, seamos responsables en nuestro deber espiritual, mientras descansamos en su poder y majestad. Recuerda que Dios es poderoso para crear, juzgar, salvar y para preservar eternamente. ¡Jesús es nuestro Dios todopoderoso!

PREGUNTAS DE APLICACIÓN

1. ¿De qué manera conocer que Dios es Omnipotente cambia tu actitud en medio de la crisis que estamos viviendo? ¿Cómo conocer que Dios es poderoso te ayuda a confiar más en Él? ¿Cómo conocer que Él es poderoso te ayuda a perseverar como cristiano?

2. A la luz de este atributo… ¿la oración es poderosa o lo es Dios a quién oramos? (dar tiempo que respondan) ¿cómo este atributo de Dios cambia tu forma de ver al oración?

3. ¿De qué formas conocer que Dios es Omnipotente te hace estar más consciente de tu misión de hacer discípulos?

4. ¿De qué debes arrepentirte hoy al conocer este atributo? ¿Qué pecado debes confesar hoy ante tu Dios Poderoso?

5. ¿Cómo conocer que Jesucristo es Dios Poderoso te lleva a tener esperanza?

6. ¿En qué formas específicas mostrarás hoy tu sumisión a Dios, aun en medio del sufrimiento?

7. ¿Cómo cambia tu vida de adoración el conocer que tu Dios Soberano es Todopoderoso?

VERSÍCULO A MEMORIZAR

“¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios! ¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios!” Josué 22:22

LA OMNIPOTENCIA DE DIOS INTRODUCCIÓN A LA SOBERANÍA DE DIOS (2a PARTE)

© 2

020

Igle

sia

Gra

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sobr

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raci

a. T

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los

Der

echo

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ados

Tan solo pensemos: ¿Qué serían las promesas de Dios sino mentiras si Él no tuviera el poder para cumplirlas? Su misericordia sería solamente lástima si no tuviera el poder para ayudarnos. Su justicia sería una fantasía si no tuviera poder para castigar al pecador. Su amor, hipocresía y su bondad serían una ilusión si no tuviera el poder de aplicarlas y ejecutarlas. Pero también su poder es eterno inescrutable, insondable, inmedible. No conoce límites. Por eso dice Efesios 1:19“…cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz”. Así, Dios puede hacer lo quiera, pero solo hace lo que Él quiso. Así lo dice Efesios 3:20: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir...” Así de inmedible es el poder de Dios. Solo vemos un brillo, una parte de todo lo que en su poder Él puede hacer. Esto nos da ánimo en tiempos de mucha dificultad, pues Dios sabiendo todas las posibilidades para todo aspecto de nuestra vida, eligió y determinó lo que es mejor según sus propios propósitos en nosotros para Él ser glorificado.

También, el poder de Dios es la garantía de su propia felicidad e inmutabilidad. Por eso Dios no cambia. Con todo esto podemos decir “¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios! ¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios!” (Josué 22:22)

II. ¿DÓNDE VEMOS SU PODER?

Lo vemos desde la creación. Desde el primer versículo de la Biblia “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1). La Biblia exalta el majestuoso poder de Dios. Dios creó todo sin medios ni ayuda, hizo todo de la nada, dijo y fue hecho. Así la creación muestra la plenitud del poder de Dios.

También lo vemos en su providencia, es decir en la capacidad que Dios tiene para preservar y dar continuidad a su creación. Por eso Pablo, cuando estaba enseñando en el Aerópago afirmó en Hechos 17:18 que todos nos movemos y existimos en Él. Es decir, es por su poder que todo sigue su curso. Dios crea y preserva. Vemos su poder cuando Adán pecó y Dios ejecutó sus juicios justos sobre el pecador, pero a su vez prometió salvación por medio de la simiente. Vemos el poder de Dios en la promesa de la simiente a Abraham diciéndole “¿Hay algo demasiado difícil para el Señor?” (Génesis 18:14)

Vemos el poder de Dios en el sufrimiento de los justos. Job dijo “Sé que puedes hacer todo, y que ningún pensamiento tuyo puede ser disminuido o agotado” (Job 42:2). Que sumisión la del siervo que sufre, reconociendo el poder de su redentor. También en la promesa de salvación “Oh Israel ¿cómo puedes decir que el SEÑOR no ve tus dificultades ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos? 28 ¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido? El SEÑOR es el Dios eterno, el Creador de toda la tierra.

Él nunca se debilita ni se cansa...” (Isaías 40:27-28) Dios no se cansa ni se debilita, porque es la plenitud de su propio poder. Nada es imposible para Dios. Estés donde estés, confía en tu creador, descansa en su poder. No dudes de

los motivos de Dios, sus motivos son santos, buenos y perfectos porque Él no puede ir en contra de su naturaleza, descansa en sus decretos sobre tu vida, porque Él se va a glorificar. Descansa en Él. En cada página de la Biblia podemos ver el poder de Dios, pero donde vemos el clímax de esta majestad de Dios es en Jesucristo. Jesús es la encarnación del poder de Dios. Por eso en Isaías 52:10 a Jesús se le llama el “brazo santo” del Señor por medio del cual salvará a sus escogidos.

Su concepción fue un acto de poder. El ángel dijo a María “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.” (Lucas1:35) También cuando Jesús creció, la Biblia dice que Dios lo ungió con gracia y poder (Hechos10:38). En su ministerio Jesús hizo “obras poderosas” como señales que decían y demostraban que Él es Dios todopoderoso encarnado. En la cruz a Jesús se le llama “Cristo, el poder de Dios” (1 Corintios1:23-24), porque ahí fue en donde Jesús, el poder Dios encarnado, venció al pecado y a Satanás.

También lo vemos en su resurrección. Jesús resucitó en "el poder de Dios” (2 Corintios 13:4), por lo que ahora se le llama “Hijo de Dios con Poder” (Romanos 1:4). Él es ahora el poder mediador de la gracia salvadora para todos los elegidos“ por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los que tú le has dado” (Juan 17:2).

Así el poder de Dios lo experimentamos en nuestra regeneración a la cual se le llama nueva creación, un poder creativo de Dios (2 Corintios 4:6; 5:17), porque en la nueva creación Dios tiene que vencer nuestra resistencia. Por eso cuando los discípulos le preguntaron a Jesús quién podía salvarse, respondió “para el hombre es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.” (Marcos 10:27) Vemos el poder de Dios en nuestra preservación. Es en este Cristo resucitado que con poder nos salva, que ahora somos “guardados por el poder de Dios” (1 Pedro e1:5). El mismo poder creador, es el que nos salva, y es también el que nos preserva para Él. Nuestra salvación y su preservación no depende de nosotros, sino del gran poder de Dios. Nosotros somos hijos para siempre. ¡Jesús es poderoso, pues Él es el creador y quien sustenta todo por la palabra de su poder (Hebreos 1:2-3). También vemos su poder funcionando en la iglesia a través el evangelio que proclamamos, porque el evangelio mismo es poder de Dios.

La palabra de Dios es poderosa, pues las armas de nuestra milicia “son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4-5) que se levantan contra el conocimiento de Dios. Dios es poderoso en las promesas de la Segunda Venida de Jesucristo. En el futuro veremos el poder de Dios cuando todos “Entonces verán al hijo del Hombre que viene en las nubes con gran poder y gloria.” (Marcos 13:26) Para castigar con poder al malvado (2 Tesalonicenses 1:9) y resucitar con poder a sus escogidos (1 Corintios 6:14) y crear nuevos cielos y tierra (Apocalipsis 21:1).

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RESUMEN DEL SERMÓN

Más de un millón de enfermos Covid-19. Muchas personas están sufriendo la perdida de sus seres queridos sin poder despedirse, otros han podido hacerlo por teléfono. El mundo está de duelo y a la vez luchando por sobrevivir.

Así estaba Job, quién en su duelo por perder diez hijos, perdió sus posesiones y le fue impuesta una enfermedad de muerte. “Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El SEÑOR ha dado; el SEÑOR ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del SEÑOR!»” (Job 1:21). Job pudo bendecir a Dios porque puso su dolor en el Dios soberano que conocía y amaba, se consoló en el convencimiento del poder de Dios.

La semana pasada iniciamos la serie “Incomparable”, la cual tiene como propósito conocer a Dios en sus atributos para que seamos consolados y fortalecidos en nuestro Redentor, pero también para que retomemos el camino de la piedad y el temor hacia Él. Aprendíamos que la soberanía de Dios es el derecho y poder que Él tiene de obrar todo según el consejo o el placer de su propia voluntad. Dios ha decretado lo que estamos enfrentando, por tanto, debemos de hacer lo que Dios nos ha mandado, mientras descansamos en lo que hace soberanamente. En otras palabras, obediencia y confianza.

También decíamos que esta soberanía de Dios requiere tres condiciones: autoridad, voluntad y poder. Dios es la autoridad porque es el único que tiene derecho de gobernar. Al ser el creador es el dueño, por tanto, puede hacer lo que quiera. No solo tiene la autoridad, sino la voluntad para hacer todo según el sabio deseo de ella. Él ordena lo que debemos hacer y decreta lo que hará. Pero hay un tercer elemento importante que es lo que hace que todo funcione, y es que Dios también tiene poder, que es la fuerza para ejecutar lo que ha decretado su voluntad. Es la fuerza y habilidad por la que Dios hace y sostiene lo que eligió. Dios tiene el poder infinito para ejecutar sus decretos como para hacer valer su derecho de gobierno. A este poder infinito para gobernar, en teología se le llama omnipotencia. Dios es todopoderoso. Por cuanto tiene la autoridad, voluntad y el poder, Él es todopoderoso para gobernar. La semana pasada estudiamos de la autoridad y la voluntad de Dios. Este día aprenderemos de su poder.

I. ¿QUÉ SIGNIFICA QUE DIOS ES PODEROSO?

En el libro de Job, cuando Bildad (uno de los “amigos” que fue a visitar a Job en su padecimiento), mencionó un concepto torcido del poder de Dios, Job le enseñó la doctrina diciendo que por cuanto Dios formó los cielos, la tierra, el infierno y todo cuanto hay; todo está ante su presencia siempre. Y concluye: “¡Y esto es sólo una muestra de sus obras, un murmullo que logramos escuchar! ¿Quién podrá comprender su trueno poderoso?” (Job 26:14) La Biblia nos enseña que, aun con todas sus maravillas y belleza, la creación solo es una muestra del eterno, infinito, inagotable, irresistible y absoluto poder de Dios. Dios es poderoso. Así como su voluntad es absoluta, también su poder.

Por eso dice el Salmo 135:6: “Todo cuanto el SEÑOR quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.” Así como la voluntad de Dios es soberana, así su poder es inagotable. Si la voluntad de Dios determina o elige lo que quiere hacer, su poder lo ejecuta. Job 12:6 dice que “con Dios está la fuerza”. El Salmo 62:11 dice que “el poder le pertenece a Dios”.

El poder no es algo que Dios tiene, necesita o requiere, el poder es Él mismo, Él es el Poderoso. Por eso leemos en Apocalipsis 11:17: “Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar.” Su poder es parte de su esencia y divinidad. Él no necesita poder, Él es. Así como el sol alumbra y el fuego calienta, así Dios actúa poderosamente porque Él es todopoderoso.

En tiempos como hoy, significa que cuando rogamos a Dios no nos dará fuerzas, sino que Él mismo viene a ser nuestra fuerza, escondite y consuelo. La razón por la que podemos recibir y disfrutar su amor, gracia y bondad, es porque Él es poderoso. Hermanos, el poder de Dios es lo que hace manifestar activamente todos sus otros atributos para nosotros.

Es por el poder de Dios que podemos experimentar la gracia, bondad y la misericordia de Dios. Como dice Romanos 1:20: “Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad...” La Biblia nos está diciendo que el poder de Dios es lo que hace que tomen vida para nosotros sus otros atributos.

LA OMNIPOTENCIA DE DIOS INTRODUCCIÓN A LA SOBERANÍA DE DIOS (2a PARTE)

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En el pasado, presente y futuro; hemos visto, vemos y veremos la omnipotencia de Dios.

III. ¿CÓMO NOS DEBERÍA DE IMPACTAR ESTE ATRIBUTO DEL DIOS SOBERANO?

Este atributo nos debe impactar de tal manera que respondamos de cuatro formas:

A. ARREPENTIMIENTO.

La rebelión es una guerra imposible, una guerra perdida ante un Dios Omnipotente.

Dice 1 Corintios 10:22 “¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El?” Y, Job 9:4b: “¿quién ha enfrentado al Señor sin sufrir daño?“ Hemos dicho que estos son tiempos de mucha reflexión... ¿lo has hecho? Te has puesto a pensar que cuando pecas contra alguien, pecas contra Dios. Cuando ofendes a alguien, te enfrentas a su dueño, a ese Dios todopoderoso. ¿Ya reflexionaste sobre tu arrogancia, tu amor por el dinero, por los títulos, sobre tu soberbia? ¿Has reflexionado en tu pecado de presunción, en ser rebelde a los mandatos de Dios, creyendo que puedes vivir como si Dios no se fija en tu vida? ¿Has reflexionado en tu práctica de pecado? ¿Qué necesitas para reflexionar además del Covid-19? Proverbios 29:1: “El hombre que después de mucha reprensión endurece la cerviz, de repente será quebrantado sin remedio.” Es decir, si aun a pesar de todas estas situaciones que vivimos nos mantenemos con una actitud de resistencia a Dios en lugar de con una actitud de humildad y arrepentimiento.

B. ESPERANZA

Dios promete porque puede cumplir. Pero en tu debilidad, si miras hacia tu realidad dudarás y preguntarás “¿cómo es eso posible?” pero es en la fe que contemplando la omnipotencia de Jesucristo responderás “todo es posible para Dios”. Pon tu esperanza firme sobre la Roca, Jesucristo y su Palabra.

C. SUMISIÓN EN EL SUFRIMIENTO

Dios puede hacer cualquier cosa, pero solo decide hacer aquello en que en su eterna sabiduría sabe que es mejor entre todas las posibilidades. Es por eso que en cualquier circunstancia que enfrentes, no pienses que Dios se ha equivocado u olvidado de ti, no dudes de las motivaciones internas de Dios. Él está obrando poderosamente en tu vida. Él no se agota, ni descansa (Isaías 40:27-28).

Dios no hace algo porque lo necesita, sino porque es feliz; descansa en esta verdad: porque Él es feliz, se ha propuesto que tú lo seas en Él. D. ADORACIÓN GENUINA

Dios tiene la autoridad o derecho de gobernar; la voluntad para elegir lo mejor, lo que le complace, lo que es bueno, perfecto; y el poder para realizarlo. Entonces, porque Él es

Soberano, dile “si es posible aparta de mí esta copa... pero no se haga como yo quiero, sino como tú”. Es lo que vemos en Jesucristo, se somete a la voluntad y el poder del Padre en adoración a Dios. Él es el hijo obediente, no solo es nuestro modelo, sino que día a día nos vamos transformando a su imagen. Es un tiempo para ser obedientes. Adoremos al Dios Soberano, seamos responsables en nuestro deber espiritual, mientras descansamos en su poder y majestad. Recuerda que Dios es poderoso para crear, juzgar, salvar y para preservar eternamente. ¡Jesús es nuestro Dios todopoderoso!

PREGUNTAS DE APLICACIÓN

1. ¿De qué manera conocer que Dios es Omnipotente cambia tu actitud en medio de la crisis que estamos viviendo? ¿Cómo conocer que Dios es poderoso te ayuda a confiar más en Él? ¿Cómo conocer que Él es poderoso te ayuda a perseverar como cristiano?

2. A la luz de este atributo… ¿la oración es poderosa o lo es Dios a quién oramos? (dar tiempo que respondan) ¿cómo este atributo de Dios cambia tu forma de ver al oración?

3. ¿De qué formas conocer que Dios es Omnipotente te hace estar más consciente de tu misión de hacer discípulos?

4. ¿De qué debes arrepentirte hoy al conocer este atributo? ¿Qué pecado debes confesar hoy ante tu Dios Poderoso?

5. ¿Cómo conocer que Jesucristo es Dios Poderoso te lleva a tener esperanza?

6. ¿En qué formas específicas mostrarás hoy tu sumisión a Dios, aun en medio del sufrimiento?

7. ¿Cómo cambia tu vida de adoración el conocer que tu Dios Soberano es Todopoderoso?

VERSÍCULO A MEMORIZAR

“¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios! ¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios!” Josué 22:22

Tan solo pensemos: ¿Qué serían las promesas de Dios sino mentiras si Él no tuviera el poder para cumplirlas? Su misericordia sería solamente lástima si no tuviera el poder para ayudarnos. Su justicia sería una fantasía si no tuviera poder para castigar al pecador. Su amor, hipocresía y su bondad serían una ilusión si no tuviera el poder de aplicarlas y ejecutarlas. Pero también su poder es eterno inescrutable, insondable, inmedible. No conoce límites. Por eso dice Efesios 1:19“…cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz”. Así, Dios puede hacer lo quiera, pero solo hace lo que Él quiso. Así lo dice Efesios 3:20: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir...” Así de inmedible es el poder de Dios. Solo vemos un brillo, una parte de todo lo que en su poder Él puede hacer. Esto nos da ánimo en tiempos de mucha dificultad, pues Dios sabiendo todas las posibilidades para todo aspecto de nuestra vida, eligió y determinó lo que es mejor según sus propios propósitos en nosotros para Él ser glorificado.

También, el poder de Dios es la garantía de su propia felicidad e inmutabilidad. Por eso Dios no cambia. Con todo esto podemos decir “¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios! ¡El SEÑOR, el Poderoso, es Dios!” (Josué 22:22)

II. ¿DÓNDE VEMOS SU PODER?

Lo vemos desde la creación. Desde el primer versículo de la Biblia “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1). La Biblia exalta el majestuoso poder de Dios. Dios creó todo sin medios ni ayuda, hizo todo de la nada, dijo y fue hecho. Así la creación muestra la plenitud del poder de Dios.

También lo vemos en su providencia, es decir en la capacidad que Dios tiene para preservar y dar continuidad a su creación. Por eso Pablo, cuando estaba enseñando en el Aerópago afirmó en Hechos 17:18 que todos nos movemos y existimos en Él. Es decir, es por su poder que todo sigue su curso. Dios crea y preserva. Vemos su poder cuando Adán pecó y Dios ejecutó sus juicios justos sobre el pecador, pero a su vez prometió salvación por medio de la simiente. Vemos el poder de Dios en la promesa de la simiente a Abraham diciéndole “¿Hay algo demasiado difícil para el Señor?” (Génesis 18:14)

Vemos el poder de Dios en el sufrimiento de los justos. Job dijo “Sé que puedes hacer todo, y que ningún pensamiento tuyo puede ser disminuido o agotado” (Job 42:2). Que sumisión la del siervo que sufre, reconociendo el poder de su redentor. También en la promesa de salvación “Oh Israel ¿cómo puedes decir que el SEÑOR no ve tus dificultades ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos? 28 ¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido? El SEÑOR es el Dios eterno, el Creador de toda la tierra.

Él nunca se debilita ni se cansa...” (Isaías 40:27-28) Dios no se cansa ni se debilita, porque es la plenitud de su propio poder. Nada es imposible para Dios. Estés donde estés, confía en tu creador, descansa en su poder. No dudes de

los motivos de Dios, sus motivos son santos, buenos y perfectos porque Él no puede ir en contra de su naturaleza, descansa en sus decretos sobre tu vida, porque Él se va a glorificar. Descansa en Él. En cada página de la Biblia podemos ver el poder de Dios, pero donde vemos el clímax de esta majestad de Dios es en Jesucristo. Jesús es la encarnación del poder de Dios. Por eso en Isaías 52:10 a Jesús se le llama el “brazo santo” del Señor por medio del cual salvará a sus escogidos.

Su concepción fue un acto de poder. El ángel dijo a María “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.” (Lucas1:35) También cuando Jesús creció, la Biblia dice que Dios lo ungió con gracia y poder (Hechos10:38). En su ministerio Jesús hizo “obras poderosas” como señales que decían y demostraban que Él es Dios todopoderoso encarnado. En la cruz a Jesús se le llama “Cristo, el poder de Dios” (1 Corintios1:23-24), porque ahí fue en donde Jesús, el poder Dios encarnado, venció al pecado y a Satanás.

También lo vemos en su resurrección. Jesús resucitó en "el poder de Dios” (2 Corintios 13:4), por lo que ahora se le llama “Hijo de Dios con Poder” (Romanos 1:4). Él es ahora el poder mediador de la gracia salvadora para todos los elegidos“ por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los que tú le has dado” (Juan 17:2).

Así el poder de Dios lo experimentamos en nuestra regeneración a la cual se le llama nueva creación, un poder creativo de Dios (2 Corintios 4:6; 5:17), porque en la nueva creación Dios tiene que vencer nuestra resistencia. Por eso cuando los discípulos le preguntaron a Jesús quién podía salvarse, respondió “para el hombre es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.” (Marcos 10:27) Vemos el poder de Dios en nuestra preservación. Es en este Cristo resucitado que con poder nos salva, que ahora somos “guardados por el poder de Dios” (1 Pedro e1:5). El mismo poder creador, es el que nos salva, y es también el que nos preserva para Él. Nuestra salvación y su preservación no depende de nosotros, sino del gran poder de Dios. Nosotros somos hijos para siempre. ¡Jesús es poderoso, pues Él es el creador y quien sustenta todo por la palabra de su poder (Hebreos 1:2-3). También vemos su poder funcionando en la iglesia a través el evangelio que proclamamos, porque el evangelio mismo es poder de Dios.

La palabra de Dios es poderosa, pues las armas de nuestra milicia “son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4-5) que se levantan contra el conocimiento de Dios. Dios es poderoso en las promesas de la Segunda Venida de Jesucristo. En el futuro veremos el poder de Dios cuando todos “Entonces verán al hijo del Hombre que viene en las nubes con gran poder y gloria.” (Marcos 13:26) Para castigar con poder al malvado (2 Tesalonicenses 1:9) y resucitar con poder a sus escogidos (1 Corintios 6:14) y crear nuevos cielos y tierra (Apocalipsis 21:1).