la noción de tópica o lugar

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La noción de Tópica o Lugar. Alejandro Tapia. Uno de los conceptos centrales con los que Aristóteles construyó su Retórica es el concepto de Tópica. La Tópica es el conjunto de los lugares a los que recurre el pensamiento para formar argumentos, lo que implicaría de entrada entender que el razonamiento tiene una dimensión espacio-temporal. Técnicamente podríamos decir entonces que el objeto de estudio de la Retórica son los “lugares de pensamiento”, al menos en lo que llamamos Invención (primera de las partes de la retórica) que no es otra cosa que la búsqueda de los tópicos que son adecuados a cada situación para persuadir. Nosotros, en el diseño gráfico, hemos estudiado cómo, por ejemplo, cuando pedimos a los estudiantes que hagan un cartel para un evento de jazz, la mayoría recurre a la figura del saxofón, o cada vez que se hace una cartel para difundir el hábito de la lectura se recurre a la idea de las “aves que salen de un libro abierto”, como metáfora de lo que la imaginación es, para hablar de la lectura (tal expresión es por tanto una metonimia). En estos casos no es que los fenómenos estén aprehendidos irrevocablemente en tales imágenes, sino que más bien se ha recurrido a la “enciclopedia común” (la tópica) para realizar (o a aspirar a realizar) cierta comunicación. Esos “lugares de pensamiento”, por ser compartidos por una colectividad como sitios a los que normalmente se recurre para pensar, fueron entonces llamados lugares comunes. Aristóteles hizo un primer intento de clasificación de estos, y la Retórica constantemente ha afinado esta clasificación. Normalmente la noción de lugar común tiene en nuestro tiempo una connotación peyorativa, pues se considera que el pensamiento que recurre a tales lugares es pobre y redundante. Pero para los griegos no es este el sentido que tal noción

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Uno de los conceptos centrales con los que Aristóteles construyó su Retórica es el concepto de Tópica. La Tópica es el conjunto de los lugares a los que recurre el pensamiento para formar argumentos, lo que implicaría de entrada entender que el razonamiento tiene una dimensión espacio-temporal. Técnicamente podríamos decir entonces que el objeto de estudio de la Retórica son los “lugares de pensamiento”, al menos en lo que llamamos Invención (primera de las partes de la retórica) que no es otra cosa que la búsqueda de los tópicos que son adecuados a cada situación para persuadir.

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La nocin de Tpica o Lugar.Alejandro Tapia.

Uno de los conceptos centrales con los que Aristteles construy su Retrica es el concepto de Tpica. La Tpica es el conjunto de los lugares a los que recurre el pensamiento para formar argumentos, lo que implicara de entrada entender que el razonamiento tiene una dimensin espacio-temporal. Tcnicamente podramos decir entonces que el objeto de estudio de la Retrica son los lugares de pensamiento, al menos en lo que llamamos Invencin (primera de las partes de la retrica) que no es otra cosa que la bsqueda de los tpicos que son adecuados a cada situacin para persuadir.

Nosotros, en el diseo grfico, hemos estudiado cmo, por ejemplo, cuando pedimos a los estudiantes que hagan un cartel para un evento de jazz, la mayora recurre a la figura del saxofn, o cada vez que se hace una cartel para difundir el hbito de la lectura se recurre a la idea de las aves que salen de un libro abierto, como metfora de lo que la imaginacin es, para hablar de la lectura (tal expresin es por tanto una metonimia). En estos casos no es que los fenmenos estn aprehendidos irrevocablemente en tales imgenes, sino que ms bien se ha recurrido a la enciclopedia comn (la tpica) para realizar (o a aspirar a realizar) cierta comunicacin. Esos lugares de pensamiento, por ser compartidos por una colectividad como sitios a los que normalmente se recurre para pensar, fueron entonces llamados lugares comunes. Aristteles hizo un primer intento de clasificacin de estos, y la Retrica constantemente ha afinado esta clasificacin. Normalmente la nocin de lugar comn tiene en nuestro tiempo una connotacin peyorativa, pues se considera que el pensamiento que recurre a tales lugares es pobre y redundante. Pero para los griegos no es este el sentido que tal nocin quiere tener: en principio, porque la cultura est formada por tpicos de los que es indispensable tener un buen depsito en la memoria para poder pensar, incluso es condicin para la innovacin. Aristteles a su vez habla de que existen lugares propios y lugares nuevos.

Lugares propios son los tpicos de un campo especializado (es decir que tiene lugares propios para argumentar) mientras que los lugares nuevos son las nuevas colocaciones mentales que se requieren para la asimilacin de nuevas situaciones. Pero en todos los casos existe una interdependencia con lo lugares comunes, pues el lenguaje siempre acta en funcin de las creencias, los pensamientos y las acciones de una colectividad. Buena parte del discernimiento que se requiere para eliminar la ambigedad, la falacia y el malentendido depende del manejo de los lugares comunes. Tal cosa se ha podido comprobar por ejemplo en la invencin tecnolgica de las computadoras, que manejan algoritmos matemticos muy complejos para funcionar pero los cuales pueden ser domesticados a favor de los usuarios a partir de que sus trayectorias son hechas conos evidentes (o interfaces) gracias a los lugares comunes: sabemos qu es un clip, un archivo, un basurero, un lpiz, una lupa; y operando con estos lugares (tomados casi siempre de tpica de las oficinas) es que podemos entender a la mquina.

Vemos as tambin la enorme relacin que se puede establecer entre la palabra y la imagen, o entre el razonamiento y el diseo, a travs del concepto de tpico como lugar de pensamiento o como colocacin mental, pues toda perspectiva sobre cualquier tema depende del lugar desde el que se le aprecia (y por definicin los hombres son sujetos que varan de lugares, pues su condicin es la indeterminacin). Sin embargo hay un hecho interesante: la nocin misma de tpica es metafrica, est tomada de la arquitectura, y esta condicin no es gratuita, pues recordamos las cosas por el lugar que ocupan en el espacio, o dicho de otra forma, slo podemos pensar en lo que aparece, lo que se manifiesta, y de ah la enorme importancia que la retrica concede a lo epidctico (lo que manifiesta su ser en una presencia especfica) para persuadir. Las reglas mismas de la polis dependen de la lgica de las presencias, la plasticidad de las nociones, la elocuencia de las formas. Los lugares son pues polticos.

Ejemplos que siempre me han parecido cruciales en la retrica del diseo es el estudio de los lugares desde los que se emprenden las acciones cotidianas y que contienen una falacia, ya que stos terminan por generar diseos que a la postre generan problemas para la polis. Un caso es el de las rampas para los discapacitados en los espacios pblicos, que durante siglos no fueron consideradas, despus fueron consideradas de forma insuficiente, hasta que un da visit un teatro donde se haban reorganizado totalmente los lugares de pensamiento y el arquitecto haba colocado una rampa en forma de caracol en el centro de la entrada (la forma ms llamativa de la portada del edificio) y las escaleras para personas sin silla de ruedas corran por las laterales. Era un teatro donde la idea de ser iguales implicaba no ofrecer ayuda sino generar mayores derechos a los discapacitados. La arquitectura como todas las formas epidcticas manifiesta acuerdos sociales tcitos, y podramos pensar la ciudad retricamente como el conjunto de los emplazamientos que consignan en el espacio los lugares desde los que debemos proceder y comportarnos: El estudio de estos mecanismos retricos bien merece una investigacin propia: analizar los lugares de pensamiento desde los que procede lo construido y comprender cules son sus consecuencias para la accin, he ah tambin un proyecto para la arquitectura y el diseo.Y para mejor alimentar este trabajo, el trabajo de invencin y de proyectacin, se ha formulado a su vez la posibilidad de un nuevo procedimiento: generar arquitectura a partir de la literatura. Si consideramos que un relato es una arquitectura, que organiza la experiencia conforme a los lugares que pone en juego dentro del convenio de lectura, qu mejor arquitectura que aqulla que hiciera posible habitar fsicamente los argumentos formulados en Juan Rulfo, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges o Joo Guimares Rosa. Pensemos sobre todo que estos escritores incursionaron en la tpica literaria de sus culturas y generaron nuevos lugares para reorganizar nuestro lugar en el mundo. no es posible generar las metforas arquitectnicas capaces de especializar la experiencia de su lectura en nuestros infaustos espacios latinoamericanos? He ah un reto mayor para nuestra tpica y para nuestra retrica arquitectnica y disestica: ensear a actuar conforme a los modelos de pensamiento literario que ms profundamente han penetrado nuestra condicin.

Este proyecto ha sido asumido, al menos como inicio, por tres interesados en el diseo, la arquitectura y la literatura, que en conjunto asumirn las miradas desde Brasil, Chile y Mxico: Luis Antonio Jorge, Alicia Paz y un servidor, esperando que se sume tambin Lyara Apostlico (desde Brasilia) en la ardua tarea de emprender tambin, junto con nosotros, la arquitectura de un sitio web con el pensamiento de Guimares Rosa. Y es que, parafreasando al autor del Grande Serto: Veredas, (y cambiando la palabra literatura por arquitectura) podramos decir:

A lngua (a arquitetura) portuguesa (e latinoamericana), aqui no Brasil (Mxico o Chile) , est uma vergonha e uma misria. Est descala e despenteada;.... preciso distend-la, destorc-la, obrig-la a fazer ginstica, desenvolver-lhe msculos. Dar-lhe preciso, exatido, agudeza, plasticidade, calado, motores. E preciso refundi-la no tacho, mexendo muitas horas. ... A nossa literatura (arquitectura o diseo), com poucas excees, um valor negativo, um coc de cachorro no tapete de um salo. Naturalmente palavrosos, piegas, sem imaginao criadora, imitadores, ocos, incultos, apressados, preguiosos, vaidosos, pacientes, no cuidamos da exatido...... Quem pode, deve preparar-se, armar-se, e lutar contra esse estado de coisas. uma revoluo branca, uma srie de golpes de estado.Carta de Guimares Rosa a Vicente Guimares, 11 de mayo, 1947

Traduccin:

La lengua portuguesa, aqu en Brasil (la arquitectura latinoamericana), est hecha una vergenza y una miseria. Est descalza y despeinada Es preciso distenderla, destorcerla, obligarla a hacer gimnasia, desarrollare msculos. Darle precisin, exactitud, agudeza, plasticidad, relieve, motores. Es preciso refundirla en el cazo, meneando muchas horasNuestra literatura (nuestra arquitectura), con pocas excepciones, es un valor negativo, una cabeza de cachorro en el tapete de un gran saln. Naturalmente habladores, sentimentales, sin imaginacin creadora, imitadores, huecos, incultos, apresados, prejuiciosos, vanos, impacientes, no cuidamos de la exactitudquien pueda, debe prepararse, armarse, y luchar contra ese estado de cosas. Es una revolucin blanca, una serie de golpes de estado