14-03-11

Un ciervo pequeño corre por una calle oscura perseguido por un hombre. Llega al final de la calle y voltea a la derecha, hacia abajo. A su lado corre un rio muy angosto. El ciervo cruza el rio y corre el su misma dirección desde la otra orilla. Se detiene en un vado y ve pasar un pez un poco mas grande que el e intenta cogerlo con el hocico pero falla. Pasa una gallina negra con puntos blancos y la coge, luego pasa una pierna de cabra y la coge. La pierna tiene el aspecto de haber sido expuesta al fuego. Llega el hombre y le pide al ciervo lo que ha cogido. El hombre ve la gallina y la toma por las patas. El hombre tiene en sus manos una tijera eléctrica. El ciervo ahora es un niño que forcejea con el hombre por la gallina. El hombre se la quita y con la tijera eléctrica le corta el cabello al niño. En la esquina antes de terminar la calle y llegar al rio hay una muchacha delgada de pelo negro que observa a los dos. El niño le quita la tijera al hombre y como no puede llegar hasta su cabeza para cortarle el pelo, se la pasa por encima del pecho cortando los vellos. Se acerca la muchacha, es blanca, de pelo negro lacio, rostro anguloso. Trae un vestido azul hasta las rodillas, un cinturón blanco, y una chompa de lana gris. El niño al verla se abraza a ella y le cuenta. El hombre dice que lo ha visto comiendo cosas podridas en el rio, gusanos. El niño se excusa diciendo que hasta las personas con mucho dinero comen gusanos. Cuando termina de decir gusanos un hombre gordo, blanco, canoso y viejo, se acerco a la escena con una niña. El gordo dijo que los gusanos que se comían los ricos eran gusanos muy limpios. Al niño le pareció que gusanos limpios o sucios eran lo mismo. La niña se levanto el vestido para mostrar sus zapatos. Cuando tuvo la falda cubriéndole el rostro pudo verse un frasco de vidrio del tamaño de la mitad de su cuerpo. Dentro del frasco había un líquido blanquecino con pequeñas esferas blancas flotando en el y se veía el rostro de la niña dentro. Abrieron el frasco intentando rescatar a la niña. Hurgaban en el contenido. El hombre saco algo grande pensando seria la niña, pero al verlo era la pierna chamuscada que ahora se descomponía y se le deprendía la carne. El hombre que sujetaba la pierna vio caer un pedazo grande de carne dejando ver el hueso, en él estaba impresa una frase que decía que no verían a la niña hasta que le devolvieran la pierna.