la nación en josé martí

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Manuel Benjamín Rodríguez Sandoval. LA NACIÓN DE JOSÉ MARTÍ EN: “NUESTRA AMÉRICA”. Sediento de saber infatigable, del Tíber, del Jordán y del Eurotas las aguas beberé, y en sus orillas, asentado en escombros solitarios de quebrantadas míseras naciones, me daré a meditar: altas lecciones, altos ejemplos sacará mi mente de su desolación: ¡cuánto es sublime la voz de los sepulcros y ruinas! Placeres de la melancolía. José María Heredia. Durante el siglo XIX los procesos de independencia en América Latina fueron el acontecimiento más destacado que determinará los procesos políticos, económicos y culturales que se llevarán a cabo durante dicho siglo. José Martí inmiscuido de manera profunda en las problemáticas de su tiempo, de los problemas que aquejaban a su Cuba querida y de la independencia pendiente que tenía esta de España, además sabedor de los dolores que aquejan a “Nuestra América”, tuvo una visión, una táctica y una estrategia para combatir el imperialismo, buscando con

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Manuel Benjamín R.S.

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Page 1: La Nación en  José Martí

Manuel Benjamín Rodríguez Sandoval.

LA NACIÓN DE JOSÉ MARTÍ EN: “NUESTRA AMÉRICA”.

Sediento de saber infatigable,del Tíber, del Jordán y del Eurotas

las aguas beberé, y en sus orillas,asentado en escombros solitarios

de quebrantadas míseras naciones,me daré a meditar: altas lecciones,

altos ejemplos sacará mi mentede su desolación: ¡cuánto es sublime

la voz de los sepulcros y ruinas!

Placeres de la melancolía.

José María Heredia.

Durante el siglo XIX los procesos de independencia en América Latina fueron el

acontecimiento más destacado que determinará los procesos políticos, económicos y

culturales que se llevarán a cabo durante dicho siglo.

José Martí inmiscuido de manera profunda en las problemáticas de su tiempo, de los

problemas que aquejaban a su Cuba querida y de la independencia pendiente que

tenía esta de España, además sabedor de los dolores que aquejan a “Nuestra

América”, tuvo una visión, una táctica y una estrategia para combatir el imperialismo,

buscando con esta lucha la segunda independencia de los pueblos americanos.

Estrategia es política.

Hombre patriota que logro intuir la personalidad de A.L. y que mediante su pluma

combativa logro- a través de una extraña mezcla de política y literatura, de crónicas y

poesías- mostrarnos que A.L era sobre todo un hermoso proyecto en realización.

Acérrimo rival de la vida norteamericana (mas no-evidentemente-de su pueblo), de la

desigualdad inhumana que abunda en algunas de sus calles en medio de tanta

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riqueza, de las luchas obreras reprimidas de Chicago y en general de la hipocresía y

codicia que ostenta esta nación. Por todo ello, Martí advertía de traer modelos

importados, de estereotipos culturales, políticos, de modos de vida y no solo de los

norteamericanos sino de cualquier otro pueblo: “La incapacidad no está en el país

naciente, que pide formas que se le acomoden y grandeza útil, sino en los que quieren

regir pueblos originales, de composición singular y violenta, con leyes heredadas de

cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos, de diecinueve siglos de

monarquía en Francia. Con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro

del llanero. Con una frase de Siayés no se desestanca la sangre cuajada de la raza

india1”

Es por ser consciente de eso, que Martí dedico gran parte de sus reflexiones al

problema nacional, cuestión que nos ocupa en este pequeño trabajo. De hecho no

hubo pensador en A.L. que no hubiera pensado el problema de la nación. Desde Teresa

de Mier como “proto-nacionalista”, pasando por Facundo Sarmiento, Simón

Rodríguez, Morelos, Simón Bolívar, Francisco Morazán, etc. Todos pensaron la

problemática de lo nacional a partir de las condiciones coloniales que persistían en

los países de entonces, recién independizados. Y aunque muchos de esos pensadores

tuvieran métodos y posiciones políticas contrarias, todos ellos estaban en busca de lo

mismo: la construcción de una nación y de una identidad nacional.

El material con que cuenta A.L.- y que Martí logro ver muy bien-, para construir su

identidad nacional es de características diversas, ya que si algo distingue a A.L. de

otros procesos de independencia, es su heterogeneidad étnica y social. Pero esta

heterogeneidad está marcada por un proceso de “colonialidad2” que nos ha

menguado, pero que a la vez nos da fuerza y rabia para salir de la larga noche: “Con

los pies en el rosario, la cabeza blanca y el cuerpo pinto de indio y criollo, vinimos

denodados, al mundo de las naciones…3”

Esto provocó que los sujetos más despojados, los más colonizados, los más

condenados, el indio y el negro, no entraran en los diferentes proyectos nacionales

de las clase oligarcas, o que entraran en mero papel como ley muerta y que nadie

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respetaba. Esta clase que mantenía el poder en las naciones recién formadas de

nuestra América menospreciaba al negro y al indio. Pero en Martí esto siempre fue

distinto. Sensible a la situación del indio y del negro los incluyo (sin dejar de ser esta

inclusión en parte paternalista) como pieza fundamental de su proyecto patriótico

“Nuestra América”, afirmando: “¡Estos hijos de nuestra América, que ha de salvarse

con sus indios, y va de menos a más…4”.

Reafirmando esta idea del indio, del negro y en general de cualquier hombre o mujer

de cualquier parte del mundo y combatiendo este dominio colonialista en la

educación, en nuestras ideas que giran alrededor de lo que Europa ha dicho, dice y

dirá, lo que Europa nos ha dicho al respecto de quienes éramos, quienes somos y

quienes seremos, negándonos nuestra propia historia, nuestro propio gobierno e

imponiéndonos su gobierno, Martí reclama que para las naciones latinoamericanas y

su liberación espiritual es más importante: “Conocer el país, y gobernarlo conforme al

conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías. La universidad europea ha de

ceder a la universidad americana. La historia americana, la de los incas acá, ha de

enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia

es preferible a la que no es nuestra. Los políticos nacionales han de remplazar a los

políticos exóticos. Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser

el de nuestras repúblicas…5”.

Pero para que toda esta diversidad y riqueza cultural se pueda desarrollar en su

máximo esplendor y salir de su estado de explotación hace falta luchar: “… el deber

urgente de nuestra América es enseñarse como es una en alma e intento, vencedora

veloz de un pasado sofocante, manchada sólo con la sangre de abono que arranca a las

manos la pelea con las ruinas, y la de las venas que nos dejaron picadas nuestros

dueños…6”. Luchar como un tigre que si muere, morirá, con las zarpas al aire. Luchar

es conocer y conocer es revolver: “La colonia continuo viviendo en la república; y

nuestra América se está salvando de su grandes yerros- de la soberbia de las ciudades

capitales, del triunfo ciego de los campesinos desdeñados, de la importación excesiva

de las ideas y formulas ajenas, del desdén inocuo e impolítico de la raza aborigen- por

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la virtud superior, abonada con sangre necesaria, de la república que lucha contra la

colonia7”.

Pero para que esta lucha sea efectiva y se obtenga la victoria, es vital la unidad

latinoamericana, es necesario que los pueblos latinoamericanos se unan y luchen

contra las fuerzas extranjeras y seudo- nacionales que los hace estar de rodillas. Es

necesario que los pueblos se pidan perdón unos a otros por agresiones y disputas

pasadas y que sobre todo haya justicia: “Los pueblos que todavía no se conocen han

de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos. Los que se enseñan

los puños, como hermanos celosos, que quieren los dos la misma tierra, o el de la casa

chica, que le tiene envidia al de la casa mejor, han de encajar, de modo que sea una, las

dos manos. Los que, al amparo de una tradición criminal, cercenaron, con el sable

tinto de sangre de sus mismas venas, la tierra del hermano vencido, del hermano

castigado más allá de sus culpas…8”

¡Pronto!, ¡pronto! Parece que nos grita Martí, e insiste ya con voz más calma, que no se

ponga el sol sobre vuestro enojo por que la guerra se aproxima, la guerra por la

liberación, la revolución.

Además, al saludarse cara a cara unos a otros los pueblos latinoamericanos en

actitud solidaria se preguntaran entre ellos ¿Cómo somos? Y se contestaran, con

respeto y cariño, como son y se alagaran unos a otros en lo que se tengan que alagar,

pero sobre todo: “… han de vivir criticándose, porque la crítica es la salud; pero con un

solo pecho y una sola mente9”. Salud que amplia enormemente lo que cada uno de los

pueblos latinoamericanos son y que confirman nuestra unidad. En nuestras miradas

podemos sentir nuestra conexión como naciones oprimidas y en nuestro dialogo

podemos escuchar los ecos de la voz del pasado que nos dice que formamos parte de

una misma raíz histórica.

Pero el problema de la independencia para Martí no es solo un cambio de las formas

sociales que imperan en el mundo colonial, para que un pueblo se quite la carga que lo

condena y que atrapa su corporalidad, sus sueños, sus gustos, sus pensamientos,

logrando penetrar atreves de una cultura de explotación y discriminación en el ser

Page 5: La Nación en  José Martí

mismo del colonizado, es necesario un hombre nuevo, un hombre real, un cambio de

espíritu: “la razón de todos en las cosas de todos, y no la razón universitaria de unos

sobre la razón campestre de otros. El problema de la independencia no era el cambio

de formas, sino el cambio de espíritu10”.

Este problema que vio Martí, no es cuestión menor y de hecho se sigue debatiendo en

gran parte de A.L. Para poner un ejemplo actual, citare una entrevista al ecuatoriano

Alberto Acosta en donde podemos ver la situación actual de Ecuador y como perviven

rastros coloniales de tipo racistas:

“En la actualidad, en un escenario donde el racismo ha aflorado de manera brutal, en

una sociedad racista como la ecuatoriana y como en general las latinoamericanas, el

peso de la colonialidad del poder aflora con redoblada fuerza. Cuando desde el

gobierno se dice “de qué se quejan estos indios tales y cuales, si les hemos atendido

como nunca, si les hemos dado cuanto querían”, asoma la vieja lógica de dominación

de raíz colonial. No se busca ni se respeta a los actores con capacidad de respuesta

propia, sino a seguidores11”.

Entonces yo pienso que en este inicio de siglo nos enfrentamos a problemas nuevos,

pero que están directamente relacionados con problemáticas pasadas que nunca se

lograron soslayar a favor de los más necesitados, por lo que los conflictos sociales y la

violencia tanto represiva como revolucionaria está a flor de piel en la actualidad

latinoamericana, en estas naciones nuestras tan gastadas de tanto y tanto golpe. Pero

una violencia que no se acompaña de una reflexión, que no es dirigida por un

proyecto político-social similar al propuesto por José Martí en “Nuestra América”

será catastrófica. Al igual que una reflexión meramente filosófica, política, económica

o de cualquier tipo mental, sin ir acompañada de la justa y digna violencia de los

pueblos de nuestra América-cuando la ocasión lo amerite-, será infructuosa o de muy

corto alcance.

No olvidar a Martí no es simplemente recordarlo, es sobre todo reflexionarlo y

politizarlo, es decir, tratar de llevarlo a la práctica, porque si hay algún literato,

Page 6: La Nación en  José Martí

pensador, político y revolucionario en América Latina que sus ideas sean dignas de

admiración y un ejemplo a seguir, es el de José Martí.

Por ultimo quiero resaltar que Martí - dicen- no era muy apto para la pelea, para la

lucha armada, murió de cara al sol, hasta el último momento de su vida lucho por la

libertad de los pueblos americanos, como otros tantos referentes que son ya nuestros

clásicos. Martí pertenece a esa camada de latinoamericanos de la talla de Bolívar,

Josefa Ortiz, Sucre, Morelos, Zapata, Sandino, Ernesto Guevara, Roque Dalton, Otto

Rene Castillo, Lucio Caballas y otros tantos más luchadores latinoamericanos

anónimos, que aunque no sean famosos o reconocido su nombre como tal, su

dignidad, su valentía y su amor a la patria y sobre todo su lucha son motivantes.

Page 7: La Nación en  José Martí

1Martí, José. “Nuestra América”. Mi tiempo: un nuevo mundo. Una antología general.

Ed. SEP/UNAM. México D.F., 1982. Pág. 207.

2Mignolo, Walter. “La idea de América Latina”. Ed. Gedisa. Barcelona, 2007.

3 Martí, José. “Nuestra América”. Mi tiempo: un nuevo mundo. Una antología general.

Ed. SEP/UNAM. México D.F., 1982. Pág. 208.

4 Ídem. Pág. 206.

5 Ídem. Pág. 208.

6 Ídem Pág. 212.

7 Ídem Pág. 209.

8 Ídem Pág. 205.

9 Ídem. Pág. 209.

10 Ídem.

11 Acosta, Alberto “¿Fin del ciclo de los gobiernos progresista en América Latina?”.

Revista digital MEMORIA. México D.F. 2015. En:

http://revistamemoria.mx/?p=706

Page 8: La Nación en  José Martí

Tomar un café entre gatos…..

Coger cualquier día de verano…

Coger cualquier día de invierno…

Coger cualquier día….

Un tatuaje “aca” de moda….

Unos tennis creative recreation….

O tal vez unas botitas Camper…

El…los wiskis que te expropiaste…

El…los rones que te mamaste…

Y la xelas que fardeaste…

El… mezcal que te fiaron….

El américa-pumas que te moniaste…

Tu gato negro…

Tu gata gris…

Tus gatos de colores…

El perro que no deja de ladrar….

Tu mota que ya se te va a acabar…

La amiga que ya no te quiso hablar más…

Ser un patán…

Estudiar en la universida´….

Unos cuadros que me quiten y den paz…

Page 9: La Nación en  José Martí

Esa salvia que no me pude acabar….

Y ese coño del que mi lengua no se puede despegar…

Así toda rayadita….

Así toda bonita…

Así toda tu….

El mar que nunca acabare de explorar…

La luna que es como tú, presente en su asuencia …

Esa cegatura de poderte ver…

Esa pereza de no quererte ver…

Ese amor que ya no me hace perder la razón…

Esa mi vejez prematura…

Ese jazz que orquesta toda esta sinfonía de locuara…

Mis valedores que todo lo pueden….

El cine que me quito y después me fomento mis ansias tontas de leer…

Leer…

Comer….

Beber…

Dormir….

Besar…

Abrazar (te)…

Extrañarte y no saber ni que pedo…

Page 10: La Nación en  José Martí

Huir del pedo….

Sentarse a descansar, esperar….

No… ser futurista mejor…

Moverse en el tiempo a velocidades supersónicas…

Los picapiedras…

Huasu era verde…

El sahaggy un compa, grifote…

Yo siempre quise ser un padrote…

Si de esos que son bien buenotes….

Coger (te)… si otra vez…

No por culero sino por “cool” y bien pinche ñero…

del norte de la ciudad…

periferia underground …

Periferia que el periférico une..

tlahuac, Iztapalapa la GAM mis compas de ahí mero son…

tu de Coyoacán o Inter lomas…

el pulque y la macoña no están hechos para todos…

mi banqueta no te la presto…

mi barrio es de todos pero no de ti…

vete a la verga…

dijo: yo te cargo…

Page 11: La Nación en  José Martí

liberarse y ser…