la muerte de la Épica

Upload: bruno-ragazzi

Post on 24-Feb-2018

223 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    1/48

    Revista de potica medieval.

    14 2005 ), pp. 47-94

    LA MUERTE DE LA PICA?

    LAS METAMORFOSIS DE UN G NERO UTERARIO

    ENTRE LA MODERNIDAD Y LA POSMOD ERNIDAD

    Jos Manuel Pedrosa

    Universidad de Alcal

    Reflexionar sobre

    la

    muerte

    de la

    novela

    o

    sobre

    la

    muerte

    de la

    tragedia

    se ha convertido en prctica comn entre los crticos litera

    rios de las ltimas generaciones. Desde que Jos Ortega y Gasset

    anunciase la muerte de la novela en sus

    Ideas sobre

    la

    novela

    publica

    das en el ya lejano 1925, o desde que George Steiner publicase en

    1961 un libro clebre que llevaba el ttulo de

    Lamuertedela tragedia,

    la discusin sobre si estos dos grandes gneros literarios han llegado o

    se hallan cerca del agotamiento ha provocado opiniones y juicios

    encontrados -a veces polmicos- entre crticos, autores, editores y

    pblico. Agoniza la novela? Ha muerto ya la tragedia? Los argu

    mentos de Ortega eran a un tiempo difusos y clarividentes. En

    1925,

    la

    modernidad no haba desembocado todava en el perodo de crisis de

    las grandes ideologas y de los grandes discursos - o de los grandes

    relatos , como afirmara Lyotard- que supuestamente traera consigo

    la posmodemidad a partir de la dcada de 1970. Pero lo cierto es que

    Ortega acert, dcadas antes de que se desarrollase la aplastante cultura

    televisiva e informtica en que vivimos inmersos, al relacionar el mer

    cado

    de la oferta cultural y la dificultad para mantener la innovacin y

    la originalidad como causas de la previsible crisis de la novela:

    7

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    2/48

    Los editores se quejan de que mengua el mercado de la novela.

    Acaece, en efecto, que se venden menos novelas que antesyque relati

    vamente aumenta la demanda de libros con contenido ideolgico...

    Poco ha reflexionado sobre las condiciones de la obra artstica quien

    no admite que un gnero literario se agote... Es un error representarse

    la novela -y me refiero sobre todo a la moderna- como un orbe infini

    to del cual pueden extraerse siempre nuevas formas. Mejor fuera ima

    ginarla como una cantera de vientre enorme, pero finito. Existe en la

    novela un nmero definido de temas posibles. Los obreros de la hora

    prima encontraron con facilidad nuevos bloques, nuevasfiguras nue

    vos

    temas.

    Los obreros de hoy se encuentran, en cambio, con que slo

    quedan pequeas y profundas venas de piedra.

    Sobre ese repertorio de posibilidades objetivas que es el gnero trabaja

    el talento.Ycuando la cantera se agota, el talento, por grande que sea,

    no puede hacer nada .

    Steiner, por su parte, habl en 1961

    de La m uerte de la

    tragedia

    como un acontecimiento ya consumado en la historia de la literatura.

    Para l , la tragedia en cuanto gnero literario de perfil claramente defi

    nido haba quedado sentenciada en el largo proceso que llev a que el

    verso cediera a la prosa el papel de molde privilegiado de los discursos

    narrativos:

    Hacia 1820 Stendhal declar reiteradas veces que la tragedia slo

    sobrevivira en la hteratura moderna si se la escriba en prosa...

    oes fcil describirelproceso, pero representaunode los principa

    les cambios en la sensibilidad occidental. El verso ya no est en el cen

    tro del discurso comunicativo. Ya no es , como lo fuera desde Homero

    hasta Milton, el almacn natural del conocimiento y los sentimientos

    tradicionales.Yano le proporciona a la sociedad el principal registro de

    la pasada grandezaosu marco natural para la profeca, segn sucediera

    con Virgilio y Dante. El verso se ha vuelto asunto privado. Se trata de

    un lenguaje especial que el poeta individual insina, a fuerzadetalento

    personal, en la conciencia de sus contemporneos, convencindoles de

    que aprendan y acaso transmitan sus propios usos de las palabras. La

    poesa se ha vuelto esencialmente lrica; es decir, se trata de poesa de

    la visin privadayno del acontecimiento pblicoonacional. La epope

    ya de la conciencia nacional rusa es uerray Paz y no un poema de

    estilo heroico. La crnica del descenso del alma moderna al infierno no

    Jos Ortega y Gasset,

    Ideas sobre la novela

    [1925], en

    Obras completas

    lU,

    Madrid,

    Revista deOccidente 1947,pp.

    387-419,

    pp.

    387-388.

    48

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    3/48

    es unaDivina Commedia sino la ficcin en prosa de Dostoyesvski y

    Kafka. Ahora es la prosa el lenguaje natural de la exposicin,lajustifi

    cacinyla experiencia registrada^

    El propio Steiner apunt, en otro momento deLa

    muerte

    de la tra-

    gedia algo que nos interesa ahora mucho a nosotros: que ya en el

    Troilo

    y

    Cressida

    de Shakespeare se poda apreciar el choque entre el

    ideal heroico y el realismo prosaico", especialmente en la escena en

    que Tersites "pronuncia un grosero epitafio sobre la tradicin entera de

    la caballera heroica", cuando impreca "Siempre guerras y lascivia

    Es lo nico que est de moda. Que un diablo ardiente se los lleve ^

    La imprecacin de Shakespeare y el comentario de Steiner nos van

    a ser muy tiles a nosotros para entrar en nuestro tema de anlisis.

    Porque, aunque se refieran a la crisis -ya en poca de Shakespeare-

    del discurso trgico, los dos son aplicables tambin a la crisis del dis

    curso pico. "Siempre guerras y lascivia " es, en efecto, un grito de

    hartazgo y de repulsa del comn denominador temtico de la tragedia

    y de la pica, y as parece reconocerlo Steiner cuando aprecia en l "el

    choque entre el idealheroico [ntese que no dice "el idealtrgico ] y

    el realismo prosaico".

    Pero se puede verdaderamente afirmar que ha muerto o que est

    muriendo la pica, de igual modo que, segn han afirmado, algo aven

    turadamente quiz, muchos crticos, habran muerto o estaran murien

    do la novela o la tragedia? Ha desaparecido la pica como gnero

    literario, o simplemente se ha metamorfoseado, infiltrado, desemboca

    do o desaguado en otros gneros con el fin de garantizar su supervi

    vencia, utilizando estrategias como las que ya previo Stendhal cuando

    -como recordaba Steiner- adverta que "la tragedia slo sobrevivira

    en la literatura moderna si se la escriba en prosa"?

    Si partimos de la definicin y del paradigma clsicos y estrictos

    -aristotlicos- de los gneros literarios, a nadie podra extraar que

    dijsemos que la pica es un gnero que est hoy muerto, al menos

    en la tradicin literaria occidental. La gran pica europea dio frutos

    ^

    George Steiner,La

    muerte

    de la

    tragedia

    trad. E. L. Revol, Barcelona, Azul,

    2001,pp.

    9

    y 227.

    ' Steiner,La muerte de latragedia

    pp.

    187-188.

    49

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    4/48

    insuperables en la obra de Homero o de Virgilio, y en las canciones

    de gesta romnicas y germnicas medievales -q ue en algunos rinco

    nes del mundo eslavo aguantaron hasta el mismo siglo XX-. Pero

    Tasso, Boiardo, Ariosto, Ercilla, Lope -autor, recordmoslo, del lar

    gusimo y extravagante poema pico

    Jerusaln conquistada-

    no

    dejaron de alumbrar epgonos muy residuales de un gnero que en el

    Renacimiento estaba en evidente decadencia, si lo contemplamos al

    menos a la luz de la cegadora tradicin anterior. El que la pica culta

    de los siglos XVI y XVII fuese, en efecto, tan mediocre, el que la

    pica oral se extinguiese en los pases de la Europa occidental antes

    de que llegase el Renacimiento, el que en los pases eslavos haya

    sobrevivido hasta el siglo XX, pero como reliquia casi fsil y en

    reas y en condiciones socioculturales de extrema marginalidad, y el

    que siga viva, aunque en acelerada decadencia, en algunas tradicio

    nes exticas de frica y de Asia, parecen hechos que refuerzan la

    impresin de que la pica es, hoy, como mnimo, un plido moribun

    do,un eco apagado o ya prcticamente inaudible de gloriosas tradi

    ciones del pasado.

    Es cierto que en cualquiera de los manuales ms al uso de teora

    literaria podemos encontrar definiciones que identifican la pica con

    un gnero esencialmente clsico y medieval que qued agotado y

    extinguido, en Occidente, en los inicios de la Edad Moderna. Y es

    cierto tambin que algunos de los ms agudos y renovadores crticos

    literarios del siglo XX han aceptado tambin, como cosa natural, que

    la pica, que tanta importancia tuvo en la tradicional clasificacin aris

    totlica de los gneros literarios, dej de tenerla a medida que se fue

    ron desarrollando los gneros modernos. Grard Genette, por ejemplo,

    intent explicar, en iccin y diccin el modo en que la pica, que

    gozaba en la

    Potica

    de Aristteles de una consideracin privilegiada

    en cuanto gnero excelsamente ficcional -m ucho ms que la modes

    ta lrica-, acab desapareciendo del esquema que muchos crticos tra

    zaron de los gneros modernos, al tiempo que ganaban espacio la

    novela -heredera legtima, segn l, de la p ica- y la lrica -su antago

    nista tradicional-:

    5

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    5/48

    Para Aristteles, la creatividad del poeta no se manifiesta en el

    nivel de la forma verbal, sino en el de la ficcin, es decir, de la inven

    cin y la disposicin de una historia. El poeta , dice, debe ser ms

    artfice de historias que de versos, ya que por la ficcin es poeta y lo

    que finge son acciones . Dicho de otro modo: lo que hace el poeta no

    es la diccin, sino la

    ficcin.

    Esa posicin categrica explica la expul

    sin -o, mejor dicho, la ausencia- de toda poesa no ficcional de tipo

    lrico, satrico, didcticoode otra ndole, de la esfera de la potica...

    La esfera de laficcin coextensiva, pues, a la de la poesa como

    creacin, se subdivide en ella [en la tradicin aristotlica] en dos

    modos de representacin -el narrativoyel dramtico-yen dos niveles

    de dignidad de los temas representados -el noble y el vulgar-, de

    donde se derivan esos cuatro grandes gneros que son la tragedia

    (tema noble en modo dramtico), la epopeya (tema noble en modo

    narrativo), la comedia (tema vulgar en modo dramtico) y la parodia

    (tema vulgar en modo narrativo), que la novela moderna substituy

    con toda naturalidad'*.

    Para Genette, el viejo sistema aristotlico que la novela moderna

    substituy con toda naturalidad , fue reemplazado por otro en que la

    pica simplemente ni se mencionaba:

    El nuevo sistema, ilustrado por innumerables variaciones sobre la

    trada pico-dramtico-lrico, consiste, pues, en repudiar el monopolio

    ficcional en pro de unaespeciede duopoliomso menos declarado, en

    el que la literaridad quedara vinculada en adelante a dos grandes

    tipos:

    por

    un

    lado, laficcin(dramtica

    o

    narrativa); por

    otro,

    la poesa

    lrica, cada vez con ms frecuencia designada con el trminopoesaa

    secas.

    La versin ms elaborada

    y

    original de ese reparto, pese al carcter

    fielmente aristotlico (como hemos visto) de su problemtica inicial,

    es sin dudaLa lgica de los gneros literariosde Kte Hamburger, ya

    citada, que no reconoce, en la esfera de la

    Dichtung

    sino dos gne

    ros fundamentales: elficcionalomimticoy ellrico caracterizados

    los dos, pero cada uno a su modo, por una ruptura con el rgimen ordi

    nario de la lengua, que consiste en lo que Hamburger llama enuncia

    dos de la realidad , actos de habla autnticos ejecutados a propsito de

    la realidad porun yo-origen realydeterminado. En la

    ficcin

    no nos

    encontramos con enunciados de realidad, sino con enunciados ficcio-

    nales cuyo verdadero yo-origen no es el autor ni el narrador, sino los

    Grard Genette, iccin

    y diccin

    ed. C.

    Manzano, Barcelona, Lumen,

    1993,

    p.

    16.

    51

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    6/48

    personajes ficticios, cuyos puntos de vista y situacin espaciotemporal

    rigen toda la enunciacin del relato, hasta en el detalle gramatical de

    sus frases, y

    a fortiori

    del texto dramtico. En la poesa lrica, nos

    encontramos sin duda con enunciados de realidad y, por tanto, con

    actos de lenguaje autnticos, pero cuyo origen permanece indetermina

    do,

    pues, por esencial, no puede identificarse con certeza el yolrico

    ni con el poeta en persona ni con otro sujeto determinado alguno. El

    enunciado putativo de un texto literarionoes,pues, nunca una persona

    real, sino ora un personaje ficticio (en laficcin ora un yo indetermi

    nado (en la poesa lrica), lo que constituye en cierto modo una forma

    atenuada de fcticidad^

    Muy a cuento, tras las palabras en que Genette defenda que la

    novela haba ocupado modernamente el lugar tradicional de la pica

    en el paradigma de los gneros literarios, vienen las que el novelista

    britnico Henry James incluy en un agudo artculo terico sobre El

    futuro de la novela que enfatizaba la potencia avasalladora de la

    novela moderna en comparacin precisamente con la pica:

    Los comienzos, como todos sabemos, son, por lo general, cosas

    pequeas, pero las continuaciones no siempre son notablemente gran

    des,y el lugar que ocupa en el mundo la prolongada fbula en prosa ha

    llegado a ser, en nuestra poca, entre los incidentes de la literatura, el

    ejemplo ms sorprendente que pueda nombrarse de crecimiento raudo y

    extravagante, un desarrollo que ha superado lo que en principio era de

    esperar. La fortuna de esta forma difcilmente habra podido presagiarse

    en su cuna. El germen de la pica en general era ms reconocible en el

    primerc ntobrbaro queelgermen de la novela, tal como la conocemos

    hoy, en la primera ancdota contada con el propsito de divertir. Tarde

    lleg,en verdad, la novela a la conciencia de s misma, pero ha hecho

    todo lo posible desde entonces para recuperar las oportunidades perdi

    das.En la actualidad, el caudal crece y crece, amenazando a todo el

    campo de lasletras,como parece amenudo,con una inundacin .

    Algunos estudiosos han llegado a situar en un pasado muy remoto,

    muy anterior incluso a la eclosin de la modernidad, la crisis de la

    pica. De esa opinin era, por ejemplo, Sigmund Freud, quien, en

    ' Genette, icciny diccin,pp.19-20.

    ' Henry James, El futuro de la novela .Laimaginacin literaria, Barcelona,

    Alba, 2000,

    pp.

    283-295,

    p.

    283.

    5

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    7/48

    algunos de los abundantes juicios literarios que dej dispersos a lo

    largo de toda su obra -en este caso en oiss

    y

    la religin

    monotesta-

    se mostraba convencido de que la pica, gnero asociado, segn l, a

    la prehistoria estaba herida ya de muerte nada menos que en la

    poca de Alejandro M agno:

    Tambin se conocen epopeyas populares entre otros pueblos: ale

    manes, hindes,finlandeses corresponde a los historiadores de la lite

    ratura el investigar si su origen puede atribuirse a las mismas condi

    ciones que intervinieron en el caso de los griegos. Por mi parte, creo

    que tal investigacin arrojara resultado positivo. En suma, la condi

    cin bsicadesu aparicin,que reohaber establecido, es la siguiente:

    debe existir un sector de la prehistoria que, inmediatamente despus

    de transcurrido, hubo de parecer pleno de sentido, importante, gran

    dioso quiz, siempre heroico, pero que, siendo tan remoto, pertene

    ciendo a pocas tan lejanas, slo pudo llegar a las generaciones ulte

    riores a travs de una tradicin confusa e incompleta. Ha causado sor

    presa el hecho de que la epopeya se haya extinguido como gnero

    potico en pocas ulteriores; pero la explicacin quiz resida en que

    ya no se dieron sus condiciones bsicas; el material arcaico ya haba

    sido elaborado, y para todos los sucesos posteriores la historiografa

    vino a ocupar el lugar de latradicin.Los ms heroicos actos de nues

    tros das ya no pueden inspirar una epopeya, y el propio Alejandro

    Magno tuvo razones para lamentarse de que no encontrara ningn

    Homero'.

    A Freud se deben otros comentarios sumamente interesantes ahora

    para nosotros, porque relacionan la pica con el anhelo del hombre de

    volver hacia

    el

    pasado, esperando ver realizado all

    el

    eterno sueo de

    la edad de oro . Es decir, con una concepcin cannica del gnero,

    convertido en modelo que desde un pasado glorioso proyectara una

    influencia plida y nostlgica hacia el presente:

    Las pocas muy remotas cautivan la fantasa humana con atraccin

    poderosa, a veces enigmtica. Cada vez que el hombre se siente insa

    tisfecho con su presente -y esto sucede muy a menudo-, se vuelve

    hacia el pasado, esperando ver realizado all el eterno sueo de la edad

    de oro. Probablemente siga hallndose todava bajo el hechizo de su

    ' Sigmund Freud, oiss y lareligin monotesta trad. R. Rey Ardid, Madrid,

    Alianza, reed.

    2001,

    pp.

    85-86.

    5

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    8/48

    infancia, que una memoa harto parcial le evoca como una poca de

    imperturbable bienaventuranza. Cuando slo quedan del pasado los

    fragmentarios y esfumados recuerdos que llamamos tradicin, los

    artistas sienten un incentivo especial, pues entonces pueden colmar

    libremente y al arbitrio de su fantasa las lagunas del recuerdo, plas

    mando conforme a sus propsitos la imagen de la poca que pretenden

    evocar. Casi podra decirse que la tradicin es tanto ms til para el

    poeta cuanto ms incierto sea su contenido. De modo que no es nece

    sario asombrarse de la importancia que la tradicin tiene para la poe

    sa; por lo dems, la analoga con las condiciones precisas de las cua

    les depende la epopeya nos inclinar un tanto en favor de la extraa

    hiptesis de que entre los judos habra sido la tradicin de Moiss la

    que transform el culto de Jahve, adaptndolo a la antigua religin

    mosaica. Pero en lo restante ambos casos an discrepan mucho entre

    s:

    en uno, el resultado es una creacin potica; en otro, una religin; y

    en cuanto a esta ltima, hemos aceptado que, bajo el impulso de la tra

    dicin, es reproducida con una fidelidad que, naturalmente no tiene

    parangn en el caso de la epopeya'.

    Ramn Menndez Pidal fue ms flexible y abierto en sus aprecia

    ciones que Freud, ya que admita que la pica medieval haba encon

    trado nuevos y modernos cauces de pervivencia hasta el presente,

    infiltrndose en el teatro barroco, o en la exaltada literatura romnti

    ca, por ejemplo. Para Menndez Pidal, que dedic un libro entero

    -L aepopeya castellanaatravsde laliteratura espaola

    (1945)- a la

    cuestin, no haba que descartar ni siquiera que la primitiva epopeya

    puede todava ser fecunda en lo futuro . La muerte de la pica era, por

    tanto, una eventualidad desestimable para el gran fillogo, que al

    menos coincidi con Freud en la consideracin de su carcter canni

    co,

    modlico, inspirador de las tradiciones literarias modernas:

    La materia heroica, vivida por pasin de actualidad y poetizada en

    los siglos que vieron los orgenes de la nacin, no muri con los intere

    ses y gustos de esas remotas edades... Cuando el Romancero viva

    recluido slo entre las gentes de baja

    servil condicin , los recuerdos

    de los hroes antiguos le abrieron camino tambin entre las clases eleva

    das.Los hroes del pasado se reanimaron despus para cooperar en la

    penosa pugna por la constitucin definitiva del teatro, y esto no slo en

    ' Freud, oissy lareliginmono testa p.86.

    54

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    9/48

    Espaa, pues segn la expresin de Comeille, el Cid que haba ganado

    batallas despus de muerto, alcanz, al cabo de seiscientos aos, un

    nuevo triunfo en Francia . Ms tarde, cuando por favorecer una tenden

    cia literaria extica, las leyendas picas eran condenadas al olvido den

    tro de su misma patria, resurgan por todas partes en el extranjero, sir

    viendo de apoyo al romanticismo en la empresa de despertar la concien

    cia nacional en todos los pueblos, y libertar de reglas mortecinas el

    arte...

    Esta larga supervivencia de la primitiva epopeya puede todava ser

    fecunda en lo futuro. De esas viejas ficciones, ciertamente, se ha

    desentraado ya muchas veces al aliento... Esas viejas ficciones, cuan

    to ms primitivas, interesarn siempre ante todo porque sus hroes,

    conductores de pueblos, llevan en s

    l

    misterio que envuelve los oscu

    ros orgenes de nuestra civilizacin, de nuestra manera de ser; y sin

    embargo, no se ha aplicado la intuicin potica a profundizar en el

    arcasmo, en el estudio guiador no ya de la arqueologa, que se limita a

    reconstituir la vida pasada en sus exterioridades, insignificantes para el

    arte, sino de la que podamos llamarpsicolog arquelgica la que,

    mediante una entraable comprensin de la ancdota tradicional nos

    revela el alma ingenua, desmesurada y tormentosa de esas generacio

    nes extinguidas, los secretos de su energa y su dureza. Los poetas

    desde el Renacimiento ac, atentos slo a realzar el contenido patri

    tico y caballeresco de las viejasficciones en lo dems se han esforza

    do por explicar, segn nuestros pensamientos modernos, las acciones y

    mviles antiguos, en lugar de, al contrario, tomar lo antiguo en s

    mismo, como un antecedente explicativo de lo moderno. Cuanto ms

    el ideario y los sentimientos arcaicos choquen con los modernos, ms

    deben atraer al artista capaz de revelamos la novedad del arcasmo,

    haciendo revivir esa raza de hombres desaparecidos, a los cuales, por

    muy extraos que nos sintamos, nos une un atavismo ineluctable, que

    pesar sobre nosotros an despus que la idea de patria, primera inspi

    radora de esas creaciones heroicas, haya sufrido transformaciones ine

    vitables'.

    Si Freud encamaba al crtico que crea que la pica se encontraba

    ya agotada y moribunda en la misma antigedad, y Menndez Pidal al

    que consideraba que haba pervivido en la literatura de hroe (tea

    tral,

    novelstica, etc.) posterior, Jorge Luis Borges podra representar

    ' Ramn Menndez Pidal,Laepopey c stell n atr vsde laliter tur espa-

    ola Madrid, Espasa Calpe, reed. 1974, pp. 211-212.

    55

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    10/48

    al que defenda que la pica era, sobre todo, un gnero cargado de

    futuro. El gran escritor argentino se mostr extraordinariamente opti

    mista y confiado en la capacidad de la pica para sobrevivirse a s

    mism a y para seguir impregnan do y condicion ando las tradiciones lite

    rarias no ya del presente, sino del porvenir. En una conferencia titula

    da El arte de contar histo rias que pron unc i en la Universidad de

    Harvard en el curso 1967-1968 , y que luego pas a formar parte de su

    postuma

    Arte potica

    (2000), comenzaba Borges afirmando que la

    pica era la ms antigua forma de poesa :

    Los antiguos, cuando hablaban de un poeta -un hacedor - no lo

    consideraban nicamente como el emisor de esas elevadas notas lri

    cas,

    sino tambin como narrador de historias. Historias en las que

    podamos encontrar todas las voces de la humanidad: no slo lo lrico,

    lo meditativo, la melancola, sino tambin las voces del coraje y la

    esperanza. Quiere decir que voy a hablar de lo que supongo la ms

    antigua forma de poesa: la pica. Ocupmonos de ella un momento' .

    Tras repasar y glosar la

    Ilada

    y la

    Odisea

    el

    Beowulf

    las sagas

    nrdicas, y hasta la Biblia -que l identificaba sorprendentemente, al

    contrario de lo que haca Freud, con la tradicin pica-, defendi Bor

    ges que la novela mo derna era un sim ple epgon o trivial de la gran tra

    dicin pica del pasado:

    Esto degener en el relato con truco, y en los siglos XIX y XX la

    gentehainventado todaclase detramas. Estas tramas sona veces muy

    ingeniosas; si nos limitamos a contarlas, son ms ingeniosas que las

    tramas de lapica.Pero,por alguna razn,notamos en ellasalgo artifi

    cioso;o

    mejor,algotrivial .

    Tan confiado estaba Borges en el futuro de la pica, que lleg a

    profetizar el agotamiento y la sustitucin de la novela moderna por la

    pica de la que ella haba sido, al menos parcialmente, heredera:

    ' Jorge Luis Borges, El arte de contar historias .

    rte

    potica.

    Seis

    conferencias

    traduccin de Justo Navarro, prlogo de Pere Gimferrer, edicin, notas y eplogo de

    Calin-Andrei Mihailescu. Barcelona, Crtica, 2000, pp. 61-74, pp. 61-62.

    Borges,

    rte

    potica p. 68.

    6

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    11/48

    No creo haber ensayado la pica (aunque quiz haya dejado dos o

    tres h'neas picas). Es una tarea para hombres

    ms

    jvenes.

    Y

    conservo

    la esperanza de que lo harn, porque evidentemente todos tenemos la

    sensacin de que, en cierta medida, la novela est fracasando '-.

    Los autores modernos a los que Borges tena mayor estima eran,

    justamente, los que l consideraba capaces de crear literatura pica:

    Llegamos ahora a nuestro tiempo, donde encontramos esta circuns

    tancia verdaderamente extraa: hemos vivido dos guerras mundiales,

    pero,

    por alguna razn, no ha surgido de ellas una pica; excepto,

    quiz,

    Lx)s siete pilares de

    la

    sabidura.

    En

    Los siete pilares

    de

    lasabi-

    dura

    encuentro muchas cualidades picas. Pero el libro est lastrado

    por el hecho de que el hroe es el narrador, por lo que a veces debe

    empequeecerse, humanizarse, hacerse verosmil en exceso. De hecho,

    se ve obligado a incurrir en los trucos del novelista.

    Hay otro libro, hoy bastante olvidado, que le, me parece, en 1915:

    una novela llamadaLe Feu de Henri Barbusse. El autor era pacifista;

    era un libro contra la guerra. Pero, en cierta medida, la pica atravesa

    ba el libro (me acuerdo de una magnfica carga con bayonetas). Otro

    escritor que posea el sentido de lo pico fue Kipling. Lo comproba

    mos en un relato tan maravilloso como

    A

    Sahib s

    War

    Pero, de la

    misma manera que Kipling nunca practic el soneto porque considera

    ba que poda distanciarlo de sus lectores, nunca cultiv la pica, aun

    que podra haberlo hecho. Tambin recuerdo a Chesterton, que escri

    bi Labaladadelcaballoblanco un poema sobre las guerras del rey

    Alfredo contra los daneses. En l encontramos metforas muy raras

    (me pregunto cmo me olvid de citarlas en la charla anterior ): por

    ejemplo, "mrmol como slida luz de luna", "oro como fuego helado",

    donde el mrmol y el oro son comparados con dos cosas que son an

    ms elementales. Son comparados con la luz de la lunayel fuego,yno

    con el fuego exactamente, sino con un mgico fuego helado".

    Para Borges, tambin el cine, y sobre todo gneros como el

    Western

    haban trasladado hasta nuestra poca el testigo del repertorio

    pico:

    En cierta manera, la gente est ansiosa de pica. Pienso que la pica

    es una de esas cosas que los hombres necesitan. De todos los lugares (y

    ^

    Borges,Artepotica p. 72.

    " Borges,Artepotica

    p.

    70.

    57

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    12/48

    esto podra introducir una especie de anticlmax, pero es un hecho), ha

    sido Hollywood el que ms ha abastecido de pica al mundo. En todo el

    planeta, cuando la gente ve un

    westem

    -al contemplar la mitologa del

    jinete, el desierto, la justicia, el

    sheriff

    los disparos y todo eso-, creo

    que

    capta

    la emocin de la pica, lo sepa o no. A fn de cuentas, no es

    importante saberlo .

    Entre las predicciones de futuro que hizo Borges hay una que resul

    ta especialmente curiosa: la de que, de producirse una revitalizacin

    de la pica como historia cantada en verso, su principal foco de pro

    duccin habra de localizarse en los Estados Unidos:

    Creo que, si la narracin de historias y el canto del verso volvieran

    a reunirse, sucedera algo muy importante. Quiz empiece en Estados

    Unidos, pues, como ustedes saben, Estados Unidos posee un sentido

    tico de lo que est bien y lo que est m al. Quiz lo posean otros pa

    ses,pero no creo que se d tan evidentemente como lo descubro aqu.

    Si llegara a suceder, si pudiramos volver a la pica, entonces se

    habra conseguido algo muy grande .

    Las conclusiones fmales de Borges acerca del futuro de la pica

    eran casi exaltadas:

    Soy optimista y tengo esperanza: y, puesto que el futuro contiene

    muchas cosas -quiz el futuro contenga todas las cosas-, pienso que la

    pica volver a nosotros. Creo que el poeta volver a ser otra vez un

    hacedor. Quiero decir que contar una historia y la cantar tambin. Y

    no consideraremos diferentes esas dos cosas, tal como no las conside

    ramos diferentes en Homero o Virgilio .

    Nosotros carecemos, sin duda, de la visionaria imaginacin de Bor

    ges para imaginar el futuro de la literatura, y no podemos estar del

    todo seguros de si la pica ocupar, dentro de ese paradigma futuro, el

    papel central que le auguraba Borges. Aunque tampoco faltan indicios

    de que el genial fabulador argentino tuviera alguna razn, porque la

    Borges, rte

    potica

    pp. 71-72.

    Borges,

    rtepotica

    p.

    72.

    Borges, rtepotica pp. 73-74.

    58

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    13/48

    pica parece haberse infiltrado, de forma evidente, poderossima,

    incluso decisiva, en gneros modernos como la ciencia ficcin, el

    cmic, el cine, los hilos narrativos que articulan los juegos de ordena

    dor, etc. etc. etc. Su futuro podra estar, en consecuencia, incluso

    mucho ms asegurado que lo que prevea Borges.

    Pero no adelantemos acontecimientos, y empecemos constatando

    un hecho sorprendente y paradjico, pero cierto: el rastreo de la pica

    -o de sus derivados- en la edad moderna, e incluso en la ultimsima

    edad posmodema, revela de forma clara, inconfundible, recurrente, su

    asociacin a movimientos, a corrientes, a estilos, a autores, a obras,

    que pudiramos considerar netamente rupturistas, vanguardistas, inno

    vadoras. El que el gnero que para Freud se vinculaba estrechamente a

    la prehistoria, que para Borges era la ms antigua forma de poesa , y

    que para muchos tratadistas y tericos pas a mejor vida -a l menos en

    Occidente- en el invierno de la Edad Media y en los albores de la

    Edad M oderna, parezca hallarse muchas veces presente - e influyente-

    en los momentos en que la tradicin literaria cambiaba de rumbo para

    encaminarse hacia metas ms avanzadas, hacia horizontes ms moder

    nos,

    no deja de ser una paradoja asombrosa, pero que los hechos y los

    textos documentan de forma palmaria. Los ejemplos que podramos

    aducir son m uchos.

    Comencemos por uno absolutamente revelador y emblemtico: el

    prlogo que Victor Hugo antepuso, en 1827, a su

    Cromwell

    y que ha

    sido considerado el manifiesto terico ms impactante del romanticis

    mo europeo. En l defenda el gran polgrafo francs que la caracters

    tica defnitoria de la literatura clsica haba sido la sublimidad pica,

    mientras que en la modernidad se iba abriendo paso imparable su con

    trario, la comicidad grotesca. El punto de equilibrio entre ambas se

    localizara en el drama de Shakespeare, primer hito de la modernidad

    literaria, que al conciliar lo sublime con lo grotesco, habra dado lugar

    al arte nuevo del que Hugo se senta heredero:

    He aqu, pues, un principio desconocido enl Antigedad, un nuevo

    tipo introducido en la poesa; y, del mismo modo que una nueva condi

    cin del ser modifica enteramente al ser, he aqu una nueva formaquese

    desarrollaenel arte. Este tipo es lo grotesco. Esta formaesla comedia.

    59

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    14/48

    Permtasenos insistir sobre esto, puesto que acabamos de sealar el

    rasgo caracterstico, la diferencia fundamental que, a nuestro juicio,

    separa el arte moderno del arte antiguo, la forma actual de la forma

    muerta o, utilizando palabras ms vagas pero de mayor prestigio, la lite

    raturaromnticade la literamraclsica...

    De la fecunda unin del tipo grotesco y del tipo sublime nace el

    genio moderno, tan complejo, tan variado en sus formas, tan inagotable

    en sus creaciones, tan opuesto en esto a la uniforme simplicidad del

    genio antiguo...

    No es que podamos decir con verdad que la comedia y lo grotesco

    eran absolutamente desconocidos por

    los

    antiguos. La cosa sera adems

    imposible. Nada surge sin raz; la segunda poca se halla siempre en

    germen en la primera. Desde la

    liada

    Tersitas y Vulcano hacen come

    dia, uno para los hombres, el otro para

    los

    dioses...

    Pero se siente aququeestap rtedel artesehalla todava en la infan

    cia. La epopeya, que en esta poca imprime su forma a todo, la epqjeya

    cae sobre ella y la ahoga. El grotesco antiguo es tmido y busca siempre

    un lugar donde

    ocultarse.

    Se ve que no est seguro del terreno que pisa,

    porque no est en su naturaleza...

    De este modo, la comedia pasa casi desapercibida en el gran conjun

    to pico de la Antigedad. Ques,comparado con los carruajes olmpi

    cos, el carro de Tespis? Al lado de los colosos homricos. Esquilo,

    Sfocles y Eurpides, qu son Aristfanes y Plauto? Homero los arrastra

    del mismo modo que Hrcules arrastraba a las Pigmeas ocultas en su

    piel de len.

    En el pensamiento de los modernos, por el contraro, lo grotesco

    juega un papel inmenso. Se encuentra en cada uno de sus

    rincones

    por

    una parte, crea lo deforme y lo horrible; por otra, lo cmico y lo bufo.

    Envuelve la religin con mil supersticiones originales, y la poesa con

    mil imaginaciones pintorescas...

    ue eafrmarse con certeza que en la poca en que acabamos de

    detenemos, el predominio de lo grotesco sobre lo sublime es clarsimo...

    Ha llegado el momento en que va a establecerse el equilibro entre

    ambos principios. Un hombre, un poeta rey, poeta soverano segn la

    expresin que Dante dedica a Homero, va a

    fijarlo

    odo. Los dos genios

    rivales unen su doble llama, y deest llama brota Shakespeare.

    He aqu la cima potica de los tiempos modernos. Shakespeare es el

    Drama;

    y

    el drama que funde en un mismo aliento lo grotesco y lo subli

    me, lo terrible y lo bufo, la tragedia

    y

    la comedia, el drama es el carcter

    propio de la tercera poca

    de

    la poesa, de la literatura actual .

    Victor Hugo, Prlogo de

    Cromwell

    en anifiesto romntico trad. J. Melen-

    dres,

    Barcelona, Pennsula, 1989, pp. 34-36 y

    42-43.

    60

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    15/48

    En 1823 cuatro aos antes del romwellde Hugo Stendhal haba

    publicado suRacine et Shakspeare un manifiesto crtico mucho ms

    moderado que el de Hugo en que la palabra y el concepto delo pico

    tenan un valor peyorativo en contraposicin con lo trgico.Para

    Stendhal lo pico era lo simplemente retrico y ornamental y lo tr

    gicolo autnticamente profundo y emotivo:

    Qu obra literaria ha tenido ms xito en Francia en los ltimos

    aos?

    Las novelas de Walter Scott.

    Qu son las novelas de Waker Scott?

    Son tragedia romntica entremezclada con largas descripciones.

    enos objetarelxito deVsperassicilianas. Paria LosMcateos

    Rgulo.

    Estas piezas proporcionan mucho placer; pero no causan unplacer

    dramtico.

    El pblico que no goza desde luego de extremada libertad

    quiere escuchar recitar sentimientos generosos vertidos en hermosos

    versos.

    Pero se es un placer pico y no dramtico. Nunca llega a tener el

    grado de ilusin necesaria para causar una emocin profunda... Qu

    hay msrid uloque el argumento delParia por ejemplo? No resiste el

    ms mnimo examen. Todo el mundo ha hecho esta crtica pero esta cr-

    ticanoha sido atendida. Por qu? Porque el pblico no quiere ms que

    versos hermosos. El pblico busca en el teatro francs actual una suce-

    sin de odas pomposas y que estn fuertemente impregnadas de senti-

    mientos generosos. Basta con que estn ligadas por algunos lazos. Es

    como en losballetsde la calle Pelletier; la accin debe estar puesta ni-

    camente al servicio de pasos hermosos y para albergar para bien o para

    mal danzas agradables.

    Yome dirijo sin temor aestajuventud extraviada que ha credo que

    defenda el patriotismo y el honor nacional silbando a Shakespeare por

    el hecho de que l fuese ingls. Como yo me siento lleno de estima por

    la laboriosa juventud que es la esperanza de Francia les hablar en el

    lenguaje severo de la verdad.

    Toda la disputa entre Racine y Shakespeare se reduce a saber si

    observando las dos reglas de lugar y de tiempo se pueden componer

    piezas que estimulen vivamente a los espectadores del siglo XIX piezas

    que les hagan llorar

    y

    estremecerse o en otras palabras que les propor-

    cionen placer dramtico en lugar del placer pico que nos hace experi-

    mentar la cincuengsima representacin delPariao delRgulo.

    Yo defiendo que la observacin de las dos unidades de lugar y de

    espacio es una costumbre francesa costumbre profundamenteenracina-

    61

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    16/48

    da...Yo aseguro que estas unidades no son en absoluto necesarias para

    provocar

    n

    emocin profunda ni un verdadero efecto dramtico

    1'*.

    Resulta curioso que, medio siglo ms tarde, Leopoldo Alas Cla

    rn manifestase una postura acerca de

    lo pico

    en relacin con lo

    dramtico radicalmente diferente de las de Hugo y Stendhal. Si para

    Hugo el drama moderno era la conciliacin -alcanzada por Shakes

    peare- de lo pico y lo cmico, y si para Stendhal el drama moderno

    era la renuncia a lo retricamente pico en favor de lo autnticamen

    te trgico, para Clarn el drama de su poca era pura vacuidad deca

    dente del que, por desgracia, estaba por completo ausente la msica

    pica :

    El seor Valera dice que hoy no faltan ideales, y que no es su

    ausencia, por consiguiente, la causa del lamentable estado de la lite

    ratura dramtica. Y esto es lo que yo digo, aunque lo digo mucho

    peor. No slo para el individuo hay grandes ideas, sublimes senti

    mientos que lo entusiasman con toda la fe y el ardor de los tiempos;

    las sociedades, los pueblos, oyen todava los ecos de la msica pica

    (en el lato sentido de la palabra) y en su corazn encuentran otros

    ecos de sus cantos .

    De Clarn podemos traer a cuento precisamente en este momento

    que en su inmortal

    Regenta

    utiliz varias veces la palabra o el concep

    to de pica . No slo insinuado en su celebrrima primera frase, la

    heroica ciudad dorma la siesta ^ , sino tambin en escenas como

    aquella que defenda que

    la pica predomina lo mismo que en la infancia de los pueblos en la de

    los hombres. Ana so en adelante ms que nada batallas, una Ilada,

    mejor, un Ramayana sin argumento. Necesitaba un hroe y le encon

    tr:

    Germn, el nio de Colondres. Sin que l sospechara las aventuras

    '* Stendhal,

    Hacine et Shakespeare, 2

    vols., ed. P. Martino, Pars, Librairie

    Ancienne Honor Champion, 1925, pp.8-10.

    Leopoldo Alas

    Clarn,

    Ateneo. La decadencia del teatro y la proteccin del

    Gobierno ,Obras completasV rtculos 1875-1878),eds. J.-F. Botrel e Y. Lissor-

    gues,Oviedo, Nobel, 2002, pp. 444-448.

    Leopoldo Alas Clarn , La Regenta, 2vols., ed. J. Oleza, Madrid, Ctedra,

    2001,Lp . 135.

    62

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    17/48

    peligrosas en que su amiga le meta, se dejaba querer y acuda a las

    citas que ella le daba en la barca de TrboF'.

    Si en las reflexiones tericas de Hugo, Stendhal y Clarn, tres de los

    ms grandes renovadores y crticos de la literatura moderna, tena un

    papel de privilegio la discusin en tomo a lo pico, otro tanto sucedi

    con Charles Baudelaire, acaso el espritu ms inconformista y trans-

    gresor de la literatura europea del XIX. En ElMuseo clsicodel azar

    Bonne-Nouvelle

    ttulo de una extensa crtica a una exposicin que

    tuvo lugar en el ao 1846 en las galeras comerciales que llevaban ese

    nombre, reflexionaba Baudelaire sobre "el lado pico de la vida

    moderna", y anunciaba su intencin "de probar mediante ejemplos que

    nuestra poca no es menos fecunda que las antiguas en temas subli

    mes".

    Quin hubiera dicho que de la misma pluma que haba escan

    dalizado con las corrosivasFlores del mal poda salir tambin una

    defensa en toda regla de lo pico y de lo sublime en la vida moderna :

    Muchas personas atribuirn la decadencia de la pintura a la deca

    dencia de las costumbres... Cierto es que la gran tradicin se ha perdi

    do,y que la nueva no est formada.

    Qu era esa gran tradicin, sino la idealizacin ordinaria y acos

    tumbrada de la vida antigua; vida robusta y guerrera, estado defensivo

    de cada individuo que le prestaba el hbito de los movimientos serios,

    de las actitudes majestuosas oviolentas Aadan a eso la pompa pbli

    ca que se reflejaba en la vida privada. La vida antiguarepresentaba

    mucho; estaba pensada en particular para el placer de los ojos, y ese

    paganismo cotidiano ha servido m aravillosamente a las artes.

    Antes de buscar cul puede ser el lado pico de la vida moderna, y

    de probar mediante ejemplos que nuestra poca no es menos fecunda

    que las antiguas en temas sublimes, podemos armar que, puesto que

    todos los siglos y todos los pueblos han tenido su belleza, nosotros

    tenemos inevitablemente la nuestra. Est dentro del orden".

    Tampoco deja de admirar que el escandaloso Flaubert

    no

    tuviese nin

    gn reparo en cultivar lo que l mismo denomin -n o sin matices des

    credos ni peyorativos- "pica" en su originalsima novelaSalamb:

    '' "Clarn".La

    Regenta

    I, p. 252.

    " Charles Baudelaire,

    Salones

    y otros

    escritos sobre

    arte Madrid, Visor, 19%,

    pp .185-186.

    63

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    18/48

    No es pequea tarea la narracin y descripcin de una batalla anti

    gua, pues uno vuelve a caer en la eterna batalla pica que, siguiendo la

    tradicin de Homero, han hecho todos los escritores

    nobles.

    No hay

    ninguna gilipoUez que no toque en este maldito libro. Cuando lo haya

    acabado tendr un bonito peso menos en la conciencia^'.

    Dejemos ya el siglo XIX y entremos en el XX para intentar cono

    cer, aunque sea muy someramente, el papel quelo

    pico

    ha jugado en

    su literatura y en su metaliteratura, en su arte y en su esttica. Porque

    no es difcil constatar que el siglo XX, el mismo que dio un paso de

    gigante en los avances de la razn y de la ciencia, en la consagracin

    de las mquinas y de la tcnica, ha vuelto muchas veces la mirada

    hacia la pica, y la ha convertido, sorprendentemente, en referencia

    cannica de la literatura, del cine, de las artes, del pensamiento. node

    cualquier literatura ni de cualquier cine ni de cualquier arte, sino de la

    literatura y del arte de vanguardia, de los que proponen visiones del

    futuro, utopas del porvenir, que se visten muchas ms veces de las que

    pudiramos imaginar con el disfraz de las glorias picas del pasado.

    Puede que el crtico literario del siglo XX que ms profundas

    reflexiones y ms cerrada defensa ha hecho de la pica como siste

    ma literario cannico, como modelo artstico del gran arte del pre

    sente y mucho ms an del porvenir, haya sido Gyrgy Lukcs, el

    gran reivindicador de este gnero frente al de la tragedia. El canon

    pico-novelstico que formul Lukcs se opuso al canon trgico-

    novelstico de otro crtico marxista pero de mentalidad y conviccio

    nes bien diferentes: Theodor Adorno. Su polmica ha sido resumida

    as:

    Contra el anlisis de Lukcs, que ve la gnesis y justificacin del

    arte en las necesidades de la vida diaria, en Adorno el arte slo se reali

    za cuando niega lo real y aristocrticamente se aleja de la masa...

    Si la tragedia necesita crear una realidad ms intensaquela corriente,

    y slo puede representar los momentos en que se manifiesta la esencia

    de lo que se espera plasmar, el objeto del

    epos

    (y, luego, el de la novela)

    Gustave Flaubert, Carta a Emest Feydeau, 4

    de

    julio de 1860 ,

    Sobre

    la

    crea-

    cin literaria. xtractos de la correspondencia ed. C. Yepes, Madrid, Ediciones y

    Talleres de Escritura Fuentetaja, 1998,

    p.

    186.

    64

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    19/48

    es exhibir a los hombres en las circunstancias prosaicas de la cotidiani

    dad .

    Lukcs, paladn del realismo socialista -con su inevitable regusto

    pico-crea que la gran novela de los siglos XIX y XX era la que ms

    cerca estaba de la epopeya, es decir, de la descripcin de la vida y de

    la lucha por la vida del pueblo. stas son algunas de las palabras -m uy

    influidas por Hegel, Marx y Lenin- de Lukcs acerca de la pica,

    expresadas en su artculo fundamental, de 1913, Novela histrica y

    drama histrico :

    Como es natural existen arraigadas relaciones entre la gran pica y

    la tragedia; no fue casualidad que Aristteles subrayase ya tal corres

    pondencia. Pero en la antigedad la epopeya homrica y la tragedia

    clsica pertenecen a unas pocas claramente diferenciadas, y a pesar

    de todo su parentesco en algunas cuestiones bsicas relativas a conte

    nido y forma tienen unos caminos claramente separados en cuanto a su

    modelado. El drama de la antigedad surge del mundo pico. El creci

    miento histrico de los contrastes sociales en la vida produce la trage

    dia como gnero del conflicto configurador...

    Tanto la tragedia como la gran pica -epopeya y novela- represen

    tan el mundo objetivo externo pero la vida ntima de la persona slo

    en cuanto a sus sentimientos y pensamientos se manifiestan en hechos

    y acciones, en un efecto de cambio visible con la realidad objetiva y

    extema. sta es la lnea de separacin decisiva entre pica y drama por

    una parte y lrica por otra. Ms an: la gran pica y el drama da un

    cuadro totalde la realidad objetiva. Esto los diferencia de los dems

    gneros picos tanto formalmente como por su contenido; de ellos la

    novela se ha hecho especialmente importante para el desarrollo

    moderno. La pica y la novela se diferencian de las restantes subsespe-

    cies de la pica precisamente por este pensamiento totalitario: no se

    trata de una diferencia cuantitativa de la extensin, sino cualitativa del

    estilo artstico, del modelado artstico, una diferencia que atraviesa

    todos los momentos de la configuracin...

    Miguel Vedda, Vivencia trgica o plenitud pica: un captulo del debate

    Lukacs-Adomo ,

    nalectaMalacitana

    20 (1997),

    pp.

    611-623,

    pp.

    620 y 6 13.

    65

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    20/48

    Tanto la tragedia como la pica reivindican para s la configuracin

    de la totalidad del proceso vital...

    La problemtica especfica de la forma en gran pica y tragedia

    consiste precisamente en esta inmediatizacin de la totalidad de la

    vida...

    En la esttica de Hegel encontramos la determinacin ms profun

    da y principal de la diferencia entre la configuracin de la totalidad en

    la gran pica y en el drama. Como primera exigencia a la configura

    cin mundial de la gran pica, Hegel exige la totalidad de los

    objetos,que es configurada a causa de la conexin de la accin espe

    cial con su base substancial . Hegel subraya correctamente y con agu

    deza que aqu ose trata de la independencia del mundo de los objetos.

    Si el escritor pico la configura como si fuese independiente, pier

    de todo contenido potico. En la poesa, las cosas slo son importan

    tes, interesantes y atractivas como objetos de la actividad humana,

    como intervenciones de las relaciones de los hombresyde los destinos

    humanos entre s. Pero a pesar de todo, en la gran pica no son nunca

    un mero trasfondo decorativo o meros instrumentos tcnicos de la con

    duccin de la accin, que considerados en s mismos no podran exigir

    ningn verdadero inters. Una literatura pica que nicamente repre

    senta la vida ntima del hombre sin ningn efecto del cambio vivo con

    los objetos de su ambiente socio-histrico, se disuelve en una artstica

    falta de contomos y de substancia...

    Tambin el drama intenta una configuracin total del proceso vital.

    Pero esta totalidad se halla concentrada alrededor de un centro fijo,

    alrededor de la colisin dramtica. Es una reproduccin artstica del

    sistema -por as decirlo- de aquellas aspiraciones que, enfrentndose,

    participan en esta colisin central. La accin dramtica -dice Hegel-

    descansa por lo tanto esencialmente sobre una actuacin en colisin, y

    la verdadera unidad slo puede tener su razn en el movimiento

    totar...

    Hegel contrapone la totalidad del movimiento en el drama a la

    totalidad de los objetos en la gran pica. Qu significa esto desde el

    punto de vista de la forma pica y dramtica? Intentemos ilustrar este

    contrste con ayuda de un gran ejemplo histrico. En E l ey

    Lear

    Sha

    kespeare estructura la mayor y ms conmovedora tragedia que la lite

    ratura mundial conoce sobre la disolucin de la familia como comuni

    dad humana. Nadie podr substraerse a la impresin de la totalidad

    completa de esta configuracin. Pero, con qu medios se alcanza la

    66

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    21/48

    impresin de esta totalidad? En las relaciones entre Lear y sus hijas,

    entre Gloster y sus hijos, Shakespeare seala las grandes corrientes y

    movimientos tpicamente humanos y moralistas que nacen en forma

    extremada de la problematizacin y disolucin de la familia feudal.

    Como tales movimientos extremos, pero precisamente por su carcter

    extremado, constituyen un sistema completamente cerrado que en su

    movida dialctica agota todas las posturas humanas posibles ante esta

    colisin. Sin caer en una tautologa psicolgico-moral sera imposible

    aadir un nuevo miembro, una nueva corriente de movimiento, a este

    sistema. La "totalidad del movimiento" en este drama surge de la

    riqueza en la psicologa de los hombres que se hallan en mutua lucha,

    agrupados alrededor de la colisin, en esta totalidad agotadora con la

    cual -complementndose mutuamente- reflejan todas las posibilidades

    de este choque de la vida.

    Sinembargo,qu no se halla contenido en esta confguracin? Falta

    todo el ambiente vital de la relacin entre padres e hijos, faltan la base

    material de la famiUa, su crecimiento, suocaso,

    etc.

    Comprese si no, el

    presente drama con los grandes cuadros familiares que construyen la

    problemtica de la familia a la manera pica, como losBuddenbmokde

    Thomas Mann, con

    La obra de los rmamovdeGorki.

    Aqu qu ampli

    tud y profusin de las circunstancias de vida reales de la familia all,

    qu generalizacin de las propiedades de la humanidad, meramente

    humanas, morales, voluntariosas, convertibles en accin colisionada...".

    Los anlisis de Lukcs acerca de la pica moderna han sido tan

    influyentes que, en un artculo publicado en 1999, casi noventa aos

    despus del trabajo de Lukcs, por un hispanista norteamericano acer

    ca de

    El

    ao

    de las

    luces

    de

    Alejo Carpentier, se afirmaba lo siguiente:

    Siunotuviese que clasiflcar esta novela usando los criterios habitua

    les del sdesignacionesdepoticaygnero,entonceslostrminospica

    y

    novela histrica

    no estaran fuera de lugar. O no parece que tenga

    mos,enElsiglo de las lasluces,lo que a Lukcs le gustaba denominar

    la esencia determinante de la pica, que era "la totalidad de los obje

    tos""?

    " Gyrgy Lukcs, "Novela histrica y drama histrico" [1936-1937],Sociologa

    de la literatura, ed. P. Ludz, trad. M . Faber-Kaiser, Pennsula, Ediciones 62, 1989,

    pp.

    169-189,

    pp.

    169-170, 171, 172 y 173-175.

    " Neil Larsen,

    El

    siglo

    de las luces:

    modemism and epic",Modemism

    and Its

    Margins.Reinscribing Cultural

    Modem ityfrom

    Spain and LatinAm erica,

    eds.

    A. L.

    GeistyJ. B. Monlen, Nueva

    York

    Garland, 1999,

    pp.

    260-275,

    p.

    262.

    7

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    22/48

    En 1914, un ao despus de la aparicin del fundamental artculo

    de Lukcs, Jos Ortega y Gasset publicaba su primer libro, lasMedita-

    ciones

    del

    Quijote.En l haca una serie de intensas reflexiones compa

    rativas entre pica y novela, y aventuraba ideas e hiptesis sumamente

    originales sobre la relacin no ya entre ambas literaturas, sino entre

    ambas formas de contemplar y de asumir la vida. Recurdense, por

    ejemplo, pasajes como el que dice:

    Si las figuras picas son inventadas, si son naturalezas nicas e

    incomparables, que por s mismas tienen valor potico, los personajes

    de la novela son tpicos y extrapoticos; tmanse, no del mito, que es

    ya un elemento o atmsfera esttica y creadora, sino de la calle, del

    mundo fsico, del contomo real vivido por

    el

    autor

    y

    por

    el

    lector^'.

    Para Ortega,

    descargados los motivos picos, las simientes rm'ticas de todo valor

    dogmtico no slo perduran como esplndidos fantasmas insustituti-

    bles,

    sino que ganan en agilidad y poder plstico. Hacinados en la

    memoria literaria, escondidos en el subsuelo de la reminiscencia popu

    lar, constituyen una levadura potica eincalculable energa^.

    La pica fue una preocupacin constante de Ortega. Poesa del

    pasado es un artculo de la serie IM manera espaola de ver las

    cosas.

    Su contenido es bsicamente literario, pero revela una de las

    grandes preocupaciones de Ortega y Gasset: el peso de lo antiguo en el

    presente, la omnipresencia de la tradicin en la modernidad:

    Nadie ignora hoy que laIliada por lo menos nuestraIliada no ha

    sido nunca entendida por el pueblo. Es decir, que fue desde luego una

    obra arcaizante. El rapsoda compone en un lenguaje convencional que

    le sonaba a l mismo como algo viejo, sacramental y rudo. Las cos

    tumbres que presta a los p>ersonajes son tambin de vetusta aspereza.

    Quin lo dira? Homero, un arcaizante: la infancia de la poesa con-

    Jos OrtegayGasset,

    editaciones

    del

    Quijote

    ed J. M aras, Madrid, Ctedra,

    reed. 2001,p. 199.

    ^

    Ortega y Gasset,

    editacionesdel Qu ijote

    p. 200. Vanse otras reflexiones de

    Ortega sobre la pica en Jos Ortega y Gasset, Tres textos recuperados .

    Revista

    de

    Occidente 205 (1998),pp.75-80.

    68

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    23/48

    sistiendo en una ficcin arqueolgica Quin lo dira? Y no se trata

    meramente de que en la pica haya arcasmo, sino de que la pica es

    arcasmo y esencialmente no es sino arcasmo. El tema de la pica es

    el pasado ideal, la absoluta antigedad, decamos. Ahora aadimos que

    el arcasmo es la forma literaria de la pica, el instrumento de poetiza-

    cin.

    Esto me parece de una importancia suma para que veamos claro el

    sentido de la novela. E)espus de Homero fueron necesarios a Grecia

    muchos siglos hasta aceptar lo actual como posibilidadpotica.En rigor

    no lo acept nunca

    ex bund nti

    coris Potico estrictamente era para

    Grecia slo lo antiguo, mejor an, lo primario en el orden del tiempo.

    No lo antiguo del romanticismo, que se parece demasiado a lo antiguo

    de los chamarileros y ejerce una atraccin morbosa, suscitando perverti-

    das complacencias por lo que tiene de ruinoso, de carcomido, de

    f r-

    mentado, de caduco. Todas estas cosas moribundas contienen slo una

    belleza refleja, y no son ellas, sino las nubes de emocin que su aspecto

    en nosotros levanta fuente de poesa. Mas para el griego fue belleza un

    atributo ntimo de las cosas esenciales: lo accidental y momentneo le

    pareca

    exento deella.

    Tuvieron un sentido racionalista

    de

    la esttica que

    les impeda separarelvalor poticodela dignidad metafsica. Bello juz-

    gaban

    lo

    que contiene en

    s el

    origen

    y

    la

    norma,

    la causa

    y

    el mdulo de

    los fenmenos. Y este universo cerrado del mito pico est compuesto

    exclusivamente de objetos esenciales y ejemplares que fueron realidad

    cuando este mundo nuestro

    no

    haba comenzado an

    existir.

    Del orbe pico al que nos rodea

    no

    haba comunicacin, compuerta

    ni

    resquicio.

    Toda esta vida nuestra con su hoy y con su ayer pertenece

    a una segunda etapa de la vida csmica. Formamos parte de una reali-

    dad sucednea y decada: los hombres que nos rodean no lo son en el

    mismo sentido que Ulises y Hctor. Hasta el punto que no sabemos

    bien si Ulises y Hctor son hombres o son dioses. Lx)s dioses estaban

    entonces ms al nivel de los hombres, porque stos eran divinos.

    Dnde acaba el dios y empieza el hombre para Homero? El problema

    revela la decadencia de nuestro m undo. Las figuras picas correspon-

    den a una fauna desaparecida, cuyo carcter es precisamente la indife-

    rencia entre el dios y el hombre, por lo menos la contigidad entre

    ambas especies. De aqul se llega a ste, sin ms peldao que el desliz

    de una diosa o la brama de un dios.

    En suma, para los griegos son plenamente poticas slo las cosas

    que fueron primero, no por ser antiguas, sino por ser las ms antiguas,

    por contener en s los principios y las causas. Elstockde mitos que

    constituan a la vez la religin, la fsica y la historia tradicionales,

    encierra todo el material potico del arte griego en su buena poca.

    69

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    24/48

    El poeta tiene que partir de l y dentro de l moverse, aunque sea

    -como los trgicos- para modificarlo. No cabe en la mente de estos

    hombres que pueda inventarse un objeto potico, como no cabra en la

    nuestra que se fantaseara una ley mecnica. Con esto queda marcada la

    limitacin de la pica y del arte griego en general, ya que hasta su hora

    de decadencia no logra ste desprenderse del tero mtico.

    Homero cree que las cosas acontecieron como sus hexmetros nos

    refieren: el auditorio lo crea tambin. Ms an: Homero no pretende

    contar nada nuevo...Lx)que l cuenta lo sabe ya el pblico, y Homero

    sabe que lo sabe. Su operacin no es propiamente creadora y huye de

    sorprender al que escucha. Se trata simplemente de una labor artstica,

    ms an que potica, de una virtuosidad tcnica^'.

    La reivindicacin de lo pico como gnero cannico de la moderni

    dad encamada en el optimista socialismo que defenda Lukcs tiene el

    contrapeso de la crisis de la pica que Jean-Fran90is Lyotard seal

    como caracterstico del pesimismo postmodemista. En su fundamental

    tratado Lacondicinpostmoderna Lyotard identificaba la crisis de

    los grandes relatos de la posmodemidad con la crisis de la pica de

    los relatos m odernos:

    Qu hacen los cientficos en la televisin, entrevistados en los

    peridicos, despus de algn descubrimiento ? Cuentan una epopeya

    de un saber perfectamente no-pico. Satisfacen as las reglas del juego

    narrativo, cuya presin, no slo sobre los usuarios de los media, sino

    adems en su fuero interno, sigue siendo considerable. Pues un hecho

    como ste no es ni trivial ni aadido: se refiere a la relacin del saber

    cientfico con el saber popular , o lo que queda de ste. El Estado

    puede gastar mucho para que la ciencia pueda presentarse como epo

    peya; a travs de ella, se hace creble, crea el asentimiento pblico del

    que sus propios decididores tienen necesidad...

    El modo

    de

    legitimacin del que hablamos, que reintroduce el relato

    como validez del saber, puede tomar as dos direcciones, segn repre

    sente al sujeto del relato como cognitivo o como prctico: como un

    hroe del conocimiento o como un hroe de la libertad.

    Y,

    en razn de

    esta alternativa, no slo la legitimacin no tiene siempre el mismo sen-

    ^

    Jos Ortega

    y

    Gasset, Poesa del pasado .

    editaciones

    y

    otros

    ensayos ed. I.

    Fox. M adrid, Castalia,1988, pp.201-203.

    7

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    25/48

    tido,

    sino queelpropiorelato p are cey comoinsuficiente para dar una

    versin completa .

    Algunos filsofo s posteriores a Lyotard han asumido que, en efec

    to,

    lleg el fin de los grandes relatos picos, pero tambin han hablado

    de su sustitucin por otro tipo de relatos, mucho menos ambiciosos,

    mucho ms relativistas, que tienen tambin pretensiones picas.

    Manuel Cruz, uno de los ms representativosilso osespaoles con

    temporneos, public en el ao 2002 un artculo titulado Nuevos

    tiempos, nuevas picas que resulta absolutamente revelador sobre

    esta nuevapic menor fugaz y acomodaticia, que sera caracterstica

    de la posmodemidad:

    El relato pico de una determinada generacin -para decirlo de una

    manera rpida, la que permaneci en el poder en Espaa durante cator

    ce aos y haca gala de haber participado de manera activa durante su

    juventud en la lucha contra el franquismo-, gentes de algo ms de cin

    cuenta aos en definitiva, hace tiempo que viene dando signos ostento

    sos de agotamiento. Resultara tan tedioso a estas alturas reiterarellis

    tado de fracasos, renuncias y decepciones que ha protagonizado (o

    padecido) ese grupo, que nos podemos ahorrar dicho captulo y pasar

    directamente a un aspecto particular de la cuestin, el que hace refe

    rencia a la funcin que se le hizo cumplir al mencionado relato para, a

    continuacin, plantear el asunto de las presuntas novedades que, en

    materia de representacin del propio pasado, estn aportando quienes

    vienen detrs...

    En lo tocante a la elaboracin de una pica, probablemente, la men

    cionada generacin actu como lo hicieron muchas otras del pasado, a

    pesar de su empeo por ser tan diferente a todas las anteriores. Tambin

    ello se sinti en la necesidad -o no supo resistirse a la tentacin, a los

    efectos tanto da -deinstituirimmomento fundacional al que poder refe

    rirse en lo sucesivo como normaygua.En su caso, la situacin origina

    ria en laquesupuestamente definil sactitudesyvalores con los que se

    ha ido enfijcntando a todo lo que ha seguido suele quedar sumariamente

    nombrada tr vsdel rtulo dem yo del

    68...

    Anunciaba al empezar que este relato pico me interesaba sobre

    todo como punto de partida para poner a prueba una pequeaymodesta

    intuicin. Tengo para m que estamos asistiendo a la emergencia de un

    ' Jean-Fran9ois Lyotard,

    La

    condicinpostmoderna trad. M. Antoln Rato,

    Madrid, Ctedra, reed. 1987, pp. 57-58.

    71

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    26/48

    nuevo relato, protagonizado -si el corte de la quincena de aos sirve

    para diferenciar generaciones- por el siguiente grupo generacional, el

    de quienes rondan la cuarentena. Parece estar emergiendo una nueva

    pica cuyo momento fundacional no tendra ya que ver ni con el fran

    quismo ni con la clandestinidad, ni tan siquiera con las luchas polticas

    de la primera hora de la transicin, sino con ese momento algo poste

    rior de la sociedad espaolarepresentado emblemticamente, por lo

    que en trminos periodsticos se suele tipificar como los aos de la

    movida.

    Tal vez sea una mera casualidad, pero en los ltimos tiempos tengo

    la sensacin de estarme tropezando cada vez con mayor frecuencia con

    reportajes en televisin, declaraciones en revistas o entrevistas en

    suplementos dominicales de peridicos de gran tirada, en los que

    alguien, sea novelista prometedor, artista plstico cotizado o cantante

    de xito (en cualquier caso, de unos cuarenta y poco ms o menos)

    hace referencia a aquellos aos, los de su juventud a fn de cuentas,

    como aos de una mxima intensidad, slo que en unregistroabierta

    mente distinto al de la generacin anterior...

    La secuencia del relato acostumbra a tener siempre el mismo o

    parecido signo: alusin inicial a tormentosas pocas de promiscuidad y

    sexo duro, con indiscriminado consumo de todo tipo de sustancias y

    aventuras en cualquier orden de experiencia inimaginable, etc., tras las

    cuales se pasa a la descripcin de la situacin actual...

    Toda generacin precisa de una pica propia para constituirse

    como tal, para obtener una cierta densidad histrica, para reivindicar

    ante el

    resto

    de la sociedad su derecho a una cuota de protagonismo en

    lo colectivo... En la segunda de las dos picas aludidas tambin se pro

    clama alguna modalidad de desengao o decepcin respecto a las ilu

    siones tan excesivas de la temprana juventud, registro ste, como se

    deja ver con facilidad, extremadamente prximo a aquel clebre

    desen-

    canto

    que termin por ser la imagen de marca e

    la generacin del 8?K

    En realidad, lo que parece que est pasando en nuestros das, en el

    plano al menos de la reexin y de la crtica cultural y literaria, es que el

    concepto de pica se halla completamente desestructurado, atomiza

    do,sometido a cambiantes, arbitrarias y subjetivas manipulaciones est

    ticas,

    verbales, ideolgicas, convertido en un significante abierto a todo

    tipo de significados, en una especie de trmino en perpetua y subjetiva

    Manuel Cruz, Nuevos tiempos, nuevas picas .El

    Pas,

    28 de mayo de 2002,

    pp.

    13-14.

    7

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    27/48

    redefinicin, cada vez ms alejado de su acepcin concreta y original

    -la que fue formulada por Aristteles, por ejemplo-ycercano a un pers-

    pectivismo relativista que cada pensador se siente autorizado para defi

    nir, y no una, sino muchas veces, ni de una sola manera, sino

    e

    varias.

    Un ejemplo absolutamente significativo es el del

    filsofo

    y narrador

    alemn Emst

    Jnger

    quien gust de hablar, en sus aforismos, de la pica:

    Epopeya cortesana, novela social, obra edificante, poesa blica,

    lrica proletaria, pornografa: todos casilleros. Lo que hay que juzgar

    no

    es bajo qu pabelln, sino cmo navega cada uno.

    En contraste con la pica, la poesa lrica vive de lo atemporal.

    Refleja lo imperecedero. Perecederas en cambio son la historia, la

    sociedad, la ciencia, y con ellas el poema que se les dedica. Esto no

    excluye que pueda tener una gran repercusin .

    Otro pensador alemn ms o menos contemporneo -aunque de

    ideas y esttica muy diferentes de las de Jnger- fue el gran fillogo

    judo Victor Klemperer. Todo su libro

    LTI

    LalenguadelTercerReich.

    puntes

    de unfillogoes un intento de analizar el lenguaje heroico o

    pico del nazismo, de desentraar los resortes mediante los cuales un

    estilo literario, una nostalgia esttica, puede contaminar todo un estilo

    y una esttica de poltica, de historia, de vida. Su prlogo se titula, de

    forma bien reveladora, Herosmo (en vez de un prefacio) , y contiene

    ancdotas como la siguiente:

    Un da de diciembre de 1941,Paul K. volvi radiante del trabajo.

    Acababa

    e

    leer

    el

    parte de guerra, camino de casa:

    -Les va fatal en frica -dijo.

    Le pregunt si lo reconocan... porque normalmente slo informa

    ban de sus victorias.

    -Escriben: Nuestras tropas que luchan heroicamente . Heroica

    mente suena a necrolgica, crame.

    Desde entonces, la palabra heroicamente son muchsimas veces

    a necrologa en los partes de guerra

    y

    nunca nos enga .

    Emst Jnger,El

    autor y

    la

    escritura

    trad. R. Alcalde, Barcelona, Gedisa,

    2003,

    pp.66y

    71.

    Victor Klemperer,LTI. Lalengua delTercerReich. puntes de un fillogo

    Barcelona, M inscula,

    2001,p.

    21.

    7

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    28/48

    A Klemperer, lo pico le produca tal repugnancia que ni siquiera

    sus formas sugeridas en

    E l

    ngel

    azul

    una pelcula protagonizada por

    un icono de la oposicin a los nazis como fue Marlene Dietrich, logr

    despertar su aprobacin:

    El 8 de julio de 1932 vimos, sealan mis diarios, la pelcula El

    ngelazul una obra que es ya casi todo un clsico . Lo que se conci-

    be y se realiza con forma pica siempre aparecer simplificado y ten-

    der a lo sensacionalista cuando adopta forma dramtica o, ms an,

    cinematogrfica... Slo en escasos momentos me atrap o me cautiv

    cuanto ocurra en la pantalla^.

    Otro ejemplo del sesgo personal, subjetivo, abierto, con que cada

    pensador expresa hoy sus ideas sobre la pica, es el del escritor austr-

    aco Peter Handke, quien ha reflexionado muchsimas veces, y a lo

    largo de toda su obra, sobre ese concepto. He aqu algunos de sus afo-

    rismos:

    Despus de algunas pelculas me siento, por un

    momento,

    como un

    hroe: despus de algunos libros s que lo soy (y tambin me s obli-

    gado a ello).

    Una epopeya compuesta de haikusque, sin embargo, no puedan

    reconocerse como piezas individuales; sin argumento, sin intriga, sin

    dramatismo,

    y no

    obstante

    narrativa:

    no se me ocurre nada

    s

    sublime.

    Modo pico de decir lahora: Cuando las aves del alba, recin sali-

    das de su sueo, se burlaban de los animales de la noche, agotados de

    darse caza unos a otros, agotados de amarse unos a otros...

    Aunque sea un cuento para nios: tiene que ser pico, precisamente

    aquel poema pico que se corresponde conmigo (y contigo).

    La mirada pica es aquella que, en el enorme vestbulo de la esta-

    cin de trenes, permanece inmutable, y afectada por todo .

    Klemperer,L77,p.33.

    Peter Handke, istoria

    del

    lpiz.Vida

    y

    escritura trad. J.

    A.

    Alemany, Barcelo-

    na, Pennsula, reed.

    2003, pp.

    24, 80, 139, 375 y 408.

    7

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    29/48

    Otro ejemplo de la flexible apertura con que se utiliza hoy el con

    cepto de pica nos lo proporciona el siguiente aforismo del filsofo

    Rafael Argullol:

    El filsofo surgi porque la temeridad del hroe se haba hecho

    insoportable; pronto, sin embargo, la filosofa sinti nostalgia de la

    pica y se propuso hazaas arriesgadas. La entera historia de la filoso

    fa es la historia de una nostalgia .

    El pensamiento de la crtica literaria actual se ha hecho tan abierto

    y tan atrevido que ha llegado a proponer asociaciones ciertamente

    paradjicas, como la que liga, por ejemplo, lasRimasde Gustavo

    Adolfo Bcquer -quintaesencia aparente de lo lrico- con la pica.

    Luis Garca Montero ha titulado nada menos que La pica de la inti

    midad uno de los captulos de su libro

    Gigante

    y extrao. Las

    Rimas

    de

    Gustavo Adolfo Bcquer

    (2001), y ha afirmado lo siguiente:

    LasRimas son una pica de la intimidad, una reflexin heroica

    sobre los territorios de la poesa lrica. El poeta vuelve a pedirle su lira

    a Clo, pero en este caso las batallas se celebran en los abismos de la

    intimidad, es decir, en una intimidad convertida en abismo...

    Frente a la poesa de su tiempo, Gustavo Adolfo necesita dignificar

    la subjetividad, llamar la atencin sobre el carcter

    pico

    de su lucha...

    Entre la suavidad moderada y la epopeya de los poetas civiles, Bc

    quer descubre en la ideologa esttica la posibilidad de crear una pica

    de la intimidad. La ambigedad expresiva que el esteticismo moderno

    supone siempre en el pensamiento burgus estalla, ahora de un modo

    incontenible, impulsada

    y

    acorralada al mismo tiempo por la melancola

    y la lucidez. Los versos hieren la piel del hedonismo con la espada nti

    madela tragedia, porque yanobasta con serunsochantre para disfrutar

    de la felicidad,yla inteligencia matizaelpoder religiosodelas lgrimas,

    el consuelo de la nueva sacralizacin, porque el poeta llega a sentir

    pudor ante los excesos teatrales del sentimiento. La brevedad de la ana

    crentica y las hazaas de la pica se unen en lasRimaspara condensar

    la batalla contempornea

    del

    artista, el abismo de la subjetividad...

    Enormemente significativo me parece elinicio dela

    rim

    23,un texto

    claveen l definicin lricadeBcquer,que nosrecuerdaconclaridad las

    '* Rafael Argullol,El

    cazador

    de

    instantes Cuaderno

    de

    travesa 1990-1995 ,

    Barcelona, Destino, reed. 2002,

    p.

    98.

    7

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    30/48

    metforas y los tonos picos de Homero: No bien aparecal Aurora de

    rosados dedos... . En esta nueva pica, los dedos rosados no vienen a

    levantardellecho al m dohijo de Ulises, sino a cerrarlosojos del poeta,

    a permitirqueel sueo se convierta en una incierta aventura de subjetivi

    dad...

    La nueva pica justifica el tono blico de la poesa amorosa de las

    Rimas.

    Una simple lista de versos puede dar idea de la insistencia con

    la que Bcquer utiliza un vocabulario y una imaginera de tonos agre

    sivos: domando el rebelde, mezquino idioma ; como huracn que

    empuja ; sobre el oscuro campo de batalla ; quema invisible atms

    fera abrasada ; mientras clavas / en mi pupila tu pupila ; se clavan

    tus ojos ; risas y llanto arrancan ; T eras el huracn y yo la alta /

    torre que desafa su poder ; Cuando me lo contaron sent el Mo / de

    una hoja de acero en las entraas ; la pupila inmvil / clavada en la

    pared ; Me ha herido recatndose en las sombras ; partime a san

    gre fra el corazn ; Como se arranca el hierro de una herida ; Aun

    para combatir mi firme empeo ; Me rodean, me acosan / y uno tras

    otro a clavarme viene, / el agudo aguijn que el alma encona .

    Se trata de una ambicin heroica, pica, que se relaciona por con

    traste con la intimidad, y que desemboca inevitablemente, como toda

    historia trgica, en la muerte, en el sacrificio...

    Tarea difcil que nos condena de un solo golpe, en apretada confu

    sin, al orgullo divino y a la realidad ms vulgar, al cielo y al infierno,

    al espritu y al m alditismo, a la purezayal artificio, a las eternidades y

    a la fugacidad. Plenitud de plenitudes, contradiccin de contradiccio

    nes.

    De ah el herosmo, la pica subjetivadelpoeta moderno .

    Sabemos que Juan Ramn Jimnez, otro de los ms grandes reno

    vadores -como lo fue Bcquer- del lenguaje potico en nuestra len

    gua, y tambin uno de los ms originales y constantes pensadores

    sobre la esencia de lo potico, dise en alguna ocasin un plan para

    la edicin de su obra completa en prosa lrica,quejams lleg a hacer

    se realidad. El poeta pens en darle el ttulo deHistoriay el subttulo

    deLricaypica enprosa^ ,tan paradjico como revelador de la origi

    nalidad del empeo.

    Luis Garca Montero, La picadela intimidad .Gigante

    y

    extrao.Las Rimas

    de

    Gustavo dolfoBcquer Barcelona, Tusquets, 2001 , pp. 96-105, pp. 96-97, 98,

    101-102, 102 y 105.

    J. Blasco y T. Gmez Tnieba,JuanRamn Jimnez: la prosa de un poeta,

    Valladolid, Grammalea, 1994,

    p.

    85,

    nota 153.

    76

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    31/48

    La pretensin de Juan Ramn Jimnez no dej de conocer curiosas

    y tardas ramificaciones. En la obra de muchos ms autores modernos,

    muchos de ellos de signo o de tendencias rupturistas, incluso vanguar

    distas, quedaron declaradas o fueron detectadas -en opinin de algu

    nos crticos- las vetas de lo pico. El que el trmino nueva poesa

    pica se halle bien acuado y consolidado en la poesa espaola

    moderna es buen sntoma de ello. Al respecto ha dicho Jos Ramn

    Trujillo lo siguiente:

    Si poemas picos como laIlada los cantares de gesta romnicos,

    los indios ahabharatay

    Ramayana

    los cantares germnicos deHil-

    debrando

    y Beowulfolos poemas an con vitalidad ucranianos y rusos

    del lago Onega, los blgaros y los serbo-croatas estudiados por M.

    Parry y Lord poseen evidentes parecidos, no parece tan evidente que la

    poesa contempornea comparta con ellos los mismos rasgos. Y, sin

    embargo, hablamos en la actualidad de pica o nueva pica para

    referimos a una parte de la misma.

    El ya desaparecido Julio Lpez fue quien primero emple el tr

    mino pica para referirse a algunos poetas contemporneos como

    Julio Llamazares. El xito del apelativo fue tal, que veinte aos des

    pus, en libros de crtica o en congresos como ste en el que nos

    encontramos, suele haber un apartado bajo tal epgrafe. Posiblemente

    ha sido Garca Martn, que ha apostado decididamente por l, quien

    lo ha popularizado definitivamente, sobre todo en la forma nueva

    pica . Muchos otros crticos lo han seguido en su empleo, como

    Garca Posada, Morante, Lucas, Rico o M artnez, bien que ste lti

    mo lo matiza llamndolo acordes pico-lricos . La popularidad del

    trmino entre la crtica no se corresponde, sin embargo, con un

    nmero amplio de poetas que puedan incluirse en l. Y no existen

    tampoco unas lneas claras ni unas caractersticas comunes que defi

    nan esta tendencia o subgnero .

    Entre los poemas que Trujillo considera representativos de esta

    nueva pica espaola figuran producciones de Julio Llamazares,

    Julio Martnez Mesanza, Luis Alberto de Cuenca, Carlos Martnez

    Aguirre, Pedro J. de la Pea, Juan Luis Calbarro, etc. Otros ms se

    ' ' Jos Ramn Trujillo, pica y nueva pica .

    Poetas

    en el 2000.

    odernidad

    y

    transvanguardia ed. S. Montesa. Mlaga, Publicaciones del Congreso de Literatura

    Espaola Contempornea,

    2001,

    pp. 373-386,

    p.

    373.

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    32/48

    podran sumar a esta nmina, como el Francisco Brines de los Versos

    picos^.Pero volvamos a los comentarios de Trujillo:

    La crtica epoesa espaola, prcticamente sin voces en contra, ha

    acuado el marbete de nueva pica para encuadrar dos estilos muy

    diferentes, si no contrapuestos, dentro de la poesa desarrollada a partir

    de los aos ochenta: de una parte, aquella realizada sobre todo por

    Julio Llamazares, caracterizada por la evocacin de una edad de oro

    ahistrica mediante la utilizacin del versculo, smbolos y metforas

    de gran dificultad; de otra, la poesa que emplea smbolos y temas de

    carcter heroico -no necesariamente m edievales-, representada funda

    mentalmente por Julio Martnez Mesanza y por fragmentos de la obra

    de otros autores. Desde un punto de vistafilolgicoradicional, resulta

    insostenible el apelativo de pica para ambos estilos, que son en reali

    dad dos formas diferentes de elega de carcter alegrico -irracionalis

    ta una; moral la otra-, resultantes de un ejercicio de nostalgia. Las

    caractersticas tradicionales de la pica (la oralidad y la utilizacin de

    unas tramas conocidas previamente por el narrador y su auditorio, el

    empleo de elementos dramticos y musicales como constitutivos fun

    damentales -operformance-,la narratividad como mtodo de transmi

    sin de una memoria y una moral colectiva y tradicional, su aparicin

    en una poca heroica que vara en funcin de las lenguas y los pa

    ses, la falta de un autor tal como hoy lo conocemos -habitualmente

    annimo-, la objetividad, la repeticin de frmulas fijas y pasajes, las

    descripciones y enumeraciones, etc.) se encuentran del todo ausentes

    de la denominada nueva pica , que sin embargo s estn presentes en

    numerosas pelculas de Hollywood. Esta contradiccin, no sealada

    debidamente por la crtica, debera conducir a una nueva propuesta de

    encuadramiento de los autores (cuyo mrito y originalidad hay que

    valorar al margen de cuanto hemos dicho) dentro de la lrica espaola

    contempornea

    y

    de marcosfilolgic mentevlidos*'.

    * Vase Jos Luis Gmez Tor, Versos picosde Francisco Brines: hacia una

    pica del amor

    y

    del cuerpo .

    Revistad eFilologade laUniversidad de LaLaguna,

    21 (2003),pp.153-164.

    Trujillo, pica y nueva pica , p. 386. Vase tambin Jos Ramn Trujillo,

    Pervivencia de la pica en la poesa espaola contempornea . ElCid Historia,

    literatura

    y leyenda,ed. G. Santonja, Madrid, Sociedad Estatal Nuevo Milenio,

    2001,

    pp. 163-186. Vanse, en el mismo volumen, los estudios de Francisco Javier

    Diez de Revenga, Poema, realidad y mito: el Cid y los poetas del siglo XX (pp.

    109-123); Eladio Mateos, El segundo destierro del Cid: Rodrigo Daz de Vivar en

    el exilio espaol de 1939 (pp. 131-146); Christoph Rodiek, El mito cidiano fuera

    de Espaa (pp.149-162) y Juan Manuel Gonzlez, En la estela delCantar delCid:

    78

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    33/48

    Resulta muy curioso apreciar cmo uno de los poetas habitualmen-

    te incluido en este elenco de autores

    neopicos,

    Julio Martnez M esan-

    za, al reflexionar sobre esta supuesta corriente o estilo, ha tratado de

    devolver al trmino pica su significacin original, distinguiendo

    entre el gnero pico clsico, agotado sin duda desde hace siglos en

    Occidente, y las proyecciones modernas de lo pico (que se aplicar

    an a ciertos motivos e intenciones de obras pertenecientes a gneros

    que no son el pico ), que l no da por definitivamente clausuradas,

    pero tampoco por extraordinariamente vitales:

    Las que siguen son unas pocas reflexiones que intentan justificar la

    imposibilidad de que la pica, al menos en la sociedad occidental,

    vuelva a ocupar una posicin de privilegio...

    La pica ha dejado de existir, pero no la guerra, que es ms antigua

    y tambin ms moderna que la pica. Las formas de la guerra no han

    dejado de cambiar y adaptarse a los tiempos: es ms, se puede decir

    que la forma de la guerra determina la forma de las pocas, su estilo.

    Los smbolos de la pica, sin embargo, guardan una estrecha relacin

    con un momento determinado de la historia de cada pueblo, un

    momento matinal en el que todo es posible y en el que incluso la gue

    rra es alegra, brutal y desorientada alegra...

    No todo en la pica es valor, valer y servir, pero la pica, sin el

    valor, el valer y el servir, sera otra cosa, no sera pica. El valor que da

    nombre a los valores; el ms valer y el menos valer; el orgullo y la

    satisfaccin de servir: todas stas son cosas que no forman parte de las

    prioridades del hombre mod erno. No quiero decir que no existan, pero

    necesidad de una nueva pica en la poesa espaola (pp. 187-192). Vase , adems

    de la bibliografa qu e ofrece Trujillo en el prime r artculo citado, Julio Lp ez, T c

    nica y lenguaje de la poesa pica (a propsito de

    ltimas horas en Lisca Blanca ,

    nsula,

    407 (1980 ), p. 14 [acerca de la poesa pica de Csar Antonio M olina]; y

    Jos Mara Bermejo, Medardo Fraile: pica de lo cotidiano ,

    Nueva Estafeta,

    25

    (1980), pp. 82-8 5; Julio Lpez, Po esa social y pica andaluza , Nueva Estafeta,

    21-22 (198 0), pp . 161-162 y En bus ca de la poesa pica: del nuevo estilo a la

    nueva moral ,Nueva Estafeta, 9-10 (1979), pp. 126-132; Arturo Casas, pica de la

    intimidad en lvarez Caccamo , nsula, 543 (1992), pp. 24-25; Yolanda Novo,

    pica y ceremonial de la escritura en Derivas de Csar Antonio Molina , nsula,

    491 (1987), pp. 16-17; Antonio Martnez M enchn, La doble orilla de Jos Mara

    Merino ,

    Cua dernos Hispanoamericanos,

    439 (1987), pp.

    115-121;

    Jos Luis Garca

    M artn, Tendencias de la poesa ltim a . Los Cuadernos del Norte, 9 (1988), pp.

    150-153.

    79

  • 7/24/2019 La Muerte de La pica

    34/48

    se mantienen en un segundo

    plano.Y,

    sin su presencia activa, no puede

    haber pica.

    El gnero pico ha desaparecido de la nmina de los gneros que

    se practican en la actualidad, pero el concepto de lo pico y el adjetivo

    pico

    pueden seguir aplicndose a ciertos motivos e intenciones de

    obras pertenecientes a gneros que no son el pico. Se utiliza el adjeti

    vo pico para los detalles, como algo completamente ajeno a la

    modernidad, no se lleva bien con lo fragmentario, que es la forma que

    han elegido para presentarse en sociedad ciertas reminiscencias picas.

    Vuelvo a decir que la pica, en sentido estricto, tiene slo una pervi-

    vencia filolgica*-.

    Si en el terreno de la crtica del verso, es decir, en los dominios ms

    claros y reconocidos de la lrica, ha logrado abrirse camino, en tiem

    pos modernos -y posmodemos-, el concepto de pica, otro tanto, si no

    ms,

    podra decirse que ha ocurrido en el terreno de la narrativa.

    Recordemos que, por ejemplo, el cubano Alejo Carpentier ha sido

    muchas veces mencionado como representante ilustre de un gnero de

    novela pica tpicamente hispanoamericano. No desdeaba l

    mismo esta clasificacin, como muestran sus palabras:

    Pero esto no quiere decir que la novela, en general, est en crisis.

    Est en crisis donde se la somete a los viejos mdulos. Est viva, y

    bien viva, por el contrario, donde se convierte en novela pica, donde

    la posibilidad de ser pica la sustrae a la ancdota demasiado particu

    lar, donde su movimiento mismo le permite vivir en funcin de su

    poca, expresando realidades que son las del tiempo en que vive el

    novelista, del tiempo que les es posible asir*'.

    ien aos desoledad la obra maestra eGabriel Garca

    Mrquez,

    ha

    sido muchas veces calificada denovela