la informalidad urbanística frente a las inundaciones

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1 Bogotá, Septiembre 2012 La informalidad urbanística frente a las inundaciones Cuando la “malicia indígena” sirve Juan Carlos Castellanos Profesionales Asociados para el Desarrollo Urbano y Regional PROADECUAR- Palabras Clave: inundaciones, riesgo, informalidad, co-responsabilidad, muiscas Aprendiendo del territorio “!Tierra buena! ¡Tierra Buena! ¡Tierra que pone fin a nuestra pena! Tierra de oro, tierra abastecida, tierra para hacer perpetua casa tierra con abundancia de comida tierra donde se ve gente vestida ya a sus tiempos no sabe mal la brasa Tierra de bendición, clara y serena, ¡tierra que pone fin a nuestra pena” Juan de Castellanos, “Elegías de Varones Ilustres de Indias” El borde sur occidental de Bogotá en tiempos prehispánicos estaba habitado por los muiscas de Bosa, gobernado por Techotiva, este territorio inundable era explotado para la producción de alimentos de todo el reino de Bacatá, a la usanza del Nilo (aprovechando la riqueza orgánica que dejaba el rio al retirarse en épocas secas) y mediante un elaborado sistema de canales; la agricultura y la ganadería fueron los usos exclusivos de estos territorios hasta mediados del siglo XX, y se mantuvo hasta la expedición del Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá. Aun se encuentran algunas parcelas que producen hortalizas regadas con agua del Bogotá y sus afluentes, en un área de fincas y haciendas (algunas de ellas surgidas desde la colonia, como el caso de la Isla) e inclusive en algunos sectores aun habitan descendientes de los muiscas originales. Estas grandes extensiones dedicadas a la ganadería o la agricultura, aprovechando la disponibilidad de agua del Bogotá, pero ante la contaminación de este y la llegada a la ciudad de campesinos desplazados por la violencia partidista de mediados del siglo, paulatinamente comienzan a ser divididas y loteadas sin el cumplimento de los requisitos legales, generando desarrollos informales, en los cuales se ubican los campesinos que trabajaban en las misma haciendas o en la Central de Abastos de Corabastos inaugurada el 20 de julio de 1972.

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Cuando la “malicia indígena” sirve

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1 Bogotá, Septiembre 2012

La informalidad urbanística frente a las inundaciones

Cuando la “malicia indígena” sirve

Juan Carlos Castellanos

Profesionales Asociados para el Desarrollo

Urbano y Regional –PROADECUAR-

Palabras Clave: inundaciones, riesgo, informalidad, co-responsabilidad, muiscas

Aprendiendo del territorio

“!Tierra buena! ¡Tierra Buena!

¡Tierra que pone fin a nuestra pena!

Tierra de oro, tierra abastecida,

tierra para hacer perpetua casa

tierra con abundancia de comida

tierra donde se ve gente vestida

ya a sus tiempos no sabe mal la brasa

Tierra de bendición, clara y serena,

¡tierra que pone fin a nuestra pena”

Juan de Castellanos, “Elegías de Varones Ilustres de Indias”

El borde sur occidental de Bogotá en tiempos prehispánicos estaba habitado por los muiscas de

Bosa, gobernado por Techotiva, este territorio inundable era explotado para la producción de

alimentos de todo el reino de Bacatá, a la usanza del Nilo (aprovechando la riqueza orgánica

que dejaba el rio al retirarse en épocas secas) y mediante un elaborado sistema de canales; la

agricultura y la ganadería fueron los usos exclusivos de estos territorios hasta mediados del

siglo XX, y se mantuvo hasta la expedición del Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá.

Aun se encuentran algunas parcelas que producen hortalizas regadas con agua del Bogotá y

sus afluentes, en un área de fincas y haciendas (algunas de ellas surgidas desde la colonia,

como el caso de la Isla) e inclusive en algunos sectores aun habitan descendientes de los

muiscas originales. Estas grandes extensiones dedicadas a la ganadería o la agricultura,

aprovechando la disponibilidad de agua del Bogotá, pero ante la contaminación de este y la

llegada a la ciudad de campesinos desplazados por la violencia partidista de mediados del

siglo, paulatinamente comienzan a ser divididas y loteadas sin el cumplimento de los requisitos

legales, generando desarrollos informales, en los cuales se ubican los campesinos que

trabajaban en las misma haciendas o en la Central de Abastos de Corabastos inaugurada el 20

de julio de 1972.

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Patio Bonito en Kennedy y el Porvenir en Bosa son los territorios más representativos de estos

desarrollos informales de origen campesino, relativamente generosos en área para la unidad

habitacional, con patios que evocan los solares y huertas, aunque con limitados espacios para

zonas verdes y comunales, lograron consolidarse gracias a la autogestión impulsada por los

fuertes movimientos sociales urbanos que surgieron en los 70’s y que permitieron llevar los

servicios y la infraestructura a sus pobladores mediante programas de mejoramiento barrial

impulsados por las instituciones.

Ante la demanda de suelo para el desarrollo de vivienda de interés social, el POT de Bogotá,

designa el borde occidental de la ciudad como zona de expansión urbana; para habilitar este

territorio la Empresa de Acueducto construye el sistema del Canal Cundinamarca y sus

afluentes en lo que se denomina la Cuenca del Tintal; la administración crea a

METROVIVIENDA como banco de tierras para el impulso de la urbanización en esta y otras

zonas de la ciudad, en torno a estos desarrollos de origen informal pre existentes.

METROVIVIENDA impulsó el desarrollo de las ciudadelas el Recreo y el Porvenir en Bosa, en

torno a las cuales promotores privados construyen urbanizaciones como Santiago de las

Atalayas y Alameda del Río y se genera un intenso proceso urbanístico del sur occidente de la

ciudad, con viviendas de interés social. En el sector del Tintal Central cerca a Patio Bonito en

Kennedy, Pedro Gómez desarrolla la urbanización Tierra Buena y Colsubsidio promueve la

construcción del conjunto Ipanema.

En el segundo semestre de 2011, producto de los cambios climáticos, el caudal del Rio Bogotá

se incrementó y aunque no se desbordó, el agua negra y nauseabunda del Fucha, uno de sus

afluentes principales, se devolvió por el Cundinamarca y sus canales aferentes, llegando hasta

urbanizaciones legales impulsadas y controladas por la Administración Distrital, como Tierra

Buena, San Diego y El Recreo; en contraste desarrollos de origen informal contiguos a estas,

como San Bernardino, Patio Bonito, y Santafé, no sufrieron las mismas afectaciones

Las diferencias en los efectos de las inundaciones sobre los desarrollos formales e informales

de Kennedy y Bosa, obedecen a varias razones que son objeto de esta ponencia,

principalmente se debe a procesos de mejoramiento barrial y el trabajo conjunto que por

ejemplo incrementó la altura del terreno con rellenos ilegales y reforzó los jarillones de los ríos,

con los residuos del desarrollo urbanístico de la ciudad. La informalidad cuestionada y

sancionada, que retoma prácticas ancestrales muiscas, fue más efectiva que la ciudad

planificada, para reaccionar ante el cambio climático.

Ubicación histórica y geográfica

A su llegada al territorio del actual Bogotá, los conquistadores europeos encontraron al sur

occidente, sobre la margen izquierda del río Bogotá y entre las cuencas bajas del Fucha y el

Tunjuelo, el distrito de “Bosa”, el cual hacia parte de la confederación de tribus de Bacatá, bajo

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la autoridad administrativa y religiosa del Zipa. Allí Gonzalo Jimenez de Quesada instaló su

campamento, donde a principios de 1538 retuvo y asesinó al Zipa Sagipa así como a

Cuxinimpaba y Cucinimegua herederos legítimos del trono de Tisquesusa, también allí se

encuentra con los otros dos conquistadores, Nicolás de Federmán y Sebastián de Belalcázar,

antes de fundar Santafe.

Gobernado por el cacique Techotiva, el amplio territorio que incluía las actuales localidades de

Kennedy y Ciudad Bolívar, limitaba con Suacha, Fontibón (Hontibón o Hyntiba), Teusaquillo

(Thybzacá o Teusacá) y Usme. En lengua muisca Bosa significa dos y además “cercado que

guarda y protege las mieses” este era el segundo distrito en importancia en la confederación,

pues por su fertilidad de origen aluvial, era la fuente principal de alimentos cultivados como

maíz, papa, cubios, ibias, chuguas y hortalizas, abundaban peces, curíes, aves endémicas de

pantano como patos y venados. (foto 1)

La Sabana presenta regularmente cada año un incremento del caudal del río Bogotá, los

Muiscas y los campesinos habitantes de su cuenca, se adaptaron a las inundaciones cíclicas

para cultivar, construyeron sistemas extensivos de terrazas (camellones prehispánicos) a lo

largo de la ribera del río.

Con la llegada de los conquistadores se inicia el régimen de las grandes haciendas, que surgen

de las encomiendas, el territorio referido era muy apetecido por la presencia de indígenas, es

así como en 1.558 los repartimientos de Bosa, Suacha y Funza fueron dados en encomienda a

un compañero de Jiménez de Quesada, Pedro de Colmenares uno de los primeros regidores y

alcalde de la ciudad. Los dos primeros repartimientos fueron luego asignados en 1601 al

capitán Luis de Colmenares, quien ordenó la construcción de las dos capillas doctrineras de

San Bernardino las cuales estuvieron listas en 1618 y de las cuales aún se conserva la de Bosa

(ver foto 2).

Junto a las encomiendas surgen los resguardos que reducen el territorio y concentran a los

indígenas para la producción intensiva, en 1591 se crea el resguardo de Bosa. Las tierras

paulatinamente comienzan a ser repartidas en unidades cada vez menores e ingresan nuevos

sectores como la iglesia y los comerciantes, lo cual sumado al cambio de productos agrícolas

por trigo y cebada y la ganadería extensiva, producen cambios en las técnicas de

aprovechamiento de la tierra, se desarrollan cultivos permanentes y se afecta el manejo de los

ciclos del río y las prácticas ancestrales; los antiguos camellones se remplazan por la práctica

del relleno de los canales, chucuas y humedales para el pastoreo y los sistemas de manejo del

agua se sustituyen por los “vallados”, desarrollados por los españoles.

El periodo feudal sustentado en la mita, promueve que los indígenas a pesar de poseer tierras

comunales, se concentren en el servicio a los hacendados y paulatinamente dejen a un lado

sus prácticas agrícolas y rituales, así como la relación con el agua.

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En el Atlas Histórico de Bogotá, se consigna “En 1779, los 611 indios de Soacha se

encontraban distribuidos en las parcialidades de Baquirá, Fusquin, Soato, Tuso y Usaquén.

Moreno y Escandón impuso por esta época la disolución de algunos resguardos, Usaquén sería

el primero en desaparecer y luego en orden Bosa y Soacha.” (Escovar A, Mariño M, Peña C,

2004; p. 21) En 1850, el artículo 4 de la Ley del 22 de junio, ordena la disolución del Resguardo

de Bosa, aunque esta se realizó apenas en 1869, según los escrituras que aun poseen

personas de la comunidad muisca de Bosa.

Escovar A, Mariño M y Peña C estiman que las haciendas para fines de la colonia ocupaban del

sesenta al setenta por ciento del territorio de la Sabana y casi la totalidad de la tierra plana y

fértil. El área restante se distribuía entre los resguardos, indígenas y una serie de medianas

propiedades ubicadas en faldas y cerros, o en terrenos parcialmente inundables. (Atlas

Histórico de Bogotá, p. 18). En el cementerio de Bosa reposan los restos del general Anastacio

Diaz, terrateniente que perteneció a la guerrilla de los Mochuelos y luchó en la guerra de los mil

días, quien según Ines Alonso, nieta ilegitima del general, detentaba el poder de la mayoría de

las tierras del antiguo territorio de Bosa, desde Ciudad Bolívar hasta la hacienda Tagaste

El sistema de producción sustentado en las haciendas, persiste hasta mediados del siglo XX,

cuando la violencia partidista inicia la reconfiguración del territorio nacional, y los predios del

accidente de Bogotá comienzan a ser parcelados de manera informal, con el consentimiento o

promovido por sus dueños que encuentran en esta venta un mayor y mejor uso para sus tierras.

Sin embargo en el sector donde se encuentran los ríos Tunjuelo y Bogotá permanecieron las

veredas de San José y San Bernardino habitadas por raizales muiscas aunque con una cultura

netamente campesina.

Gustavo Rojas Pinilla, mediante el Decreto N° 3640 de 1954, anexa Bosa al Distrito Especial de

Bogotá y se inicia la ocupación de las antiguas haciendas por personas de escasos recursos,

las cuales gracias a los relativos precios de los lotes pueden desarrollar sus viviendas

progresivamente, aunque no recibían los predios urbanizados y tuvieran que recurrir a la

ilegalidad e informalidad para satisfacer sus necesidades de servicios e infraestructura de

ciudad, la inversión era más baja y les permitía accesibilidad. Los primeros loteos se dan en los

cerros orientales de la ciudad.

La informalidad en el sector de Patio Bonito

La parcelación del occidente ese inicia en los 70’s, algunas de estas haciendas fueron el

Porvenir, el Corzo, la Tintal en Bosa y los Pantanos (sobre la cual se desarrolla Patio Bonito).

En los años sesenta con la creación de la Central de Abastos CORABASTOS, el 20 de julio de

1972, se genera un nuevo polo de desarrollo para la ciudad; en ese mismo año, los propietarios

de la hacienda, Moreno Escobar y Fernando Samario Chaparro decidieron terminar los potreros

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y dividirlos en lotes más pequeños, así surge el barrio que se conoce como Patio Bonito primer

sector.

Siguiendo el ejemplo de Moreno Escobar, los propietarios de las haciendas aledañas decidieron

hacer lo mismo dando origen a múltiples asentamientos informales que hoy conocemos como

Patio Bonito, la población a través de varias movilizaciones y luchas por la demanda de

servicios se organiza y logra la transformación del sector a través de modelos autogestionarios,

lo cual sumado a la grave inundación de 1979, impulsó la reconfiguración del territorio y la

generación de los demás barrios en la década de los ochenta, cuando se intensifica el proceso

de ocupación de los predios sin urbanismo.

Se venden lotes sin servicios ofrecidos por urbanizadores piratas, quienes además promueven

el relleno de zonas de humedal como La Vaca en el Amparo y la ocupación de zonas que

previamente se destinaban a la disposición de basuras como Britalia y Class, que perteneció a

la comunidad de los Claretianos de Bosa.

En 1.983 el Concejo de Bogotá aprueba el Plan Ciudad Bolívar, para conmemorar el

bicentenario del natalicio del libertador, con lo cual se pretendía ordenar el territorio y

orientando el crecimiento de la ciudad hacia zonas de menor vocación agropecuaria y

promoviendo la “destugurización” o desmarginalización de la mayor área de desarrollos

informales de América Latina, para convertirla en un modelo de desarrollo urbano.

Para el Plan Ciudad Bolivar se recurrió a un préstamo del BID, se generó la localidad 19 del

Distrito en lo que hasta ese momento eran veredas de Bosa, aunque el plan cubría además de

esta otras localidades de Bogotá, como Bosa y Kennedy, siendo desde ese momento priorizado

en todos los programas, la intervención en Patio Bonito

La administración de Bogotá ha desarrollado varios programas de mejoramiento barrial, que

priorizaron la zona de Patio Bonito y en 1994, con la administración de Jaime Castro, se hace

énfasis en el mejoramiento de las condiciones de alcantarillado de los barrios de origen

informal, como un componente fundamental de con el Plan Santafé I, pues hasta el momento el

sistema se conectaba con los antiguos vallados de las haciendas, generando afectos nocivos

para la salud, este Plan se inicia ejecutar en 1996 y se orienta a la construcción de

alcantarillados en los barrios y el realce de los jarillones del río Bogotá, para evitar las

inundaciones del borde occidental de la ciudad.

Uno de los programas más efectivos, Obras con Saldo Pedagógico, involucra la comunidad en

la realización de las obras, surge en la primera administración de Mockus y se mantiene hasta

Moreno con el nombre Obras con Participación Ciudadana.

El Plan de Desarrollo de Peñalosa (1998-2001), planteó el programa de desmarginalización,

que pretendía elevar la calidad de vida de la población residente en barrios con deficiencias en

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infraestructura y servicios sociales; el modelo de intervención se fundamentaba en la noción de

“ciudadela”, buscando la autosuficiencia del territorio, se optimiza la construcción de vías, redes

de servicios públicos y equipamientos colectivos. Los proyectos contemplaron la legalización de

barrios; la reubicación de familias establecidas en zonas de riesgo; el mejoramiento barrial y de

vivienda, la construcción de vías locales, redes de servicios públicos y edificios dotacionales,

como novedad se creó Metrovivienda como banco de tierras para prevenir la proliferación de

desarrollos informales y planteó el desarrollo de las ciudadelas El Recreo y El Porvenir en

zonas aledañas a las zonas de desmarginalización.

Para habilitar las antiguas haciendas para el desarrollo de las ciudadelas, se hizo necesario el

impulso de la construcción del Canal Cundinamarca, contemplado en el programa Santa fe I,

como el embalse artificial más grande de la ciudad.

De acuerdo con Carlos Alberto Torres Tovar en “Pobreza urbana y mejoramiento integral de

barrios en Bogotá de los 1.6 billones de pesos previstos para Desmarginalización en todo la

ciudad, ante la no venta de la ETB, se invirtieron 933.717 millones de pesos correspondientes al

56% de lo previsto, de estos, aproximadamente el 60% corresponde a la inversión de la

Empresa de Acueducto de Alcantarillado. (U.N. 2009)

En el Plan “Bogotá para Vivir Todos del Mismo Lado”, de Mockus el Programa de

Desmarginalización, se transformó en el Programa de Mejoramiento Integral de Barrios -PMIB,

coordinado por la Caja de Vivienda Popular, se priorizó la intervención en 26 Unidades de

Planeamiento Zonal - UPZ tipo 1, siendo de acuerdo con la cifras suministrada por la Línea de

Investigación: Estudios en Vivienda de la Maestría en Hábitat , de Universidad Nacional de

Colombia,(2009), la de mayor inversión precisamente la UPZ Patio Bonito seguida de Bosa

Occidental. En Patio Bonito se intervino un área de 266 Ha. En 39 barrios y 930 lotes, que

corresponde al 23,31% del total del programa para toda la ciudad

Luego de la aprobación del POT, nediante el decreto 398 de 2004, que reglamenta la UPZ Nº

82, Patio Bonito; se la define como una UPZ prioritaria de intervención del “Subprograma de

Mejoramiento Integral”, establecido en el artículo 296 del Decreto Distrital 190 de 2004 (por el

cual se compiló el Plan de Ordenamiento Territorial ) “por estar conformada con asentamientos

humanos de origen ilegal, con uso residencial predominante, de estratos 1 y 2, los cuales

presentan serias deficiencias de infraestructura, accesibilidad, equipamientos y espacio

público”; por lo tanto, “se orientarán las acciones de complementación, ordenamiento o

adecuación requeridas tanto en el espacio urbano como en las unidades de vivienda.”

Esta UPZ se incorpora a la Operación Estratégica Centralidad Corabastos, la cual, “tiene como

directrices generales la diversificación y aumento de la oferta de productos y servicios actuales,

integrar el área a los sectores urbanos circundantes a través de la red vial y el sistema de

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espacio público, recuperar los humedales de techo, la vaca y el burro y complementar la red de

saneamiento básico.”

A partir de las clasificaciones del POT, esta UPZ se rige por el Tratamiento de Mejoramiento

Integral, por aplicar en esta el Subprograma de Mejoramiento Integral, el cual “se aplica en los

asentamientos de origen informal y otras áreas que presentan importantes deficiencias en la

infraestructura o en el equipamiento urbano y que precisa una doble actuación: definir un

conjunto de acciones para mejorar las condiciones del espacio público y privado y definir las

normas para las construcciones populares adecuadas a su realidad.”

Mediante el decreto 410 de 2004, en virtud que la UPZ No. 86, El Porvenir, estaba conformada

en un 40% con asentamientos humanos de origen ilegal, con condiciones similares a las de

Patio Bonito también se le asigna el mismo tratamiento, mediante la intervención del

Subprograma de Mejoramiento Integral y se le integra a la Operación Estratégica Centralidad

“Corabastos"

Sin embargo hay una diferencia, la UPZ Porvenir está conformada por las áreas residenciales

en el Tratamiento de Consolidación, constituidas por la Ciudadela El Porvenir, y la Urbanización

Santiago de las Atalayas, que son desarrollos legalizados, a los cuales luego se une Alameda

del Rio.

La reglamentación de estas UPZ busca el aprovechamiento del territorio y la optimización del

uso del suelo y la recuperación ambiental de la Zona de Manejo Especial del río Bogotá y en

relación con la vivienda establecer los mecanismos, desarrollar las estrategias y estudiar las

soluciones que logren el cumplimiento de las normas urbanísticas, de sismo resistencia y

condiciones de habitabilidad de las viviendas objeto de Mejoramiento Integral, mediante

acciones de reconocimiento de vivienda de estratos 1 y 2 y legalización de títulos de propiedad,

en coordinación con el Programa de Mejoramiento de Vivienda.

En relación con la participación comunitaria, se pretende desarrollar mecanismos de articulación

social a la gestión institucional sobre el ordenamiento y mejoramiento urbano a escala zonal

que fomente el trabajo colectivo y el control social.

Qué pasó con las inundaciones?

Tal como lo referimos previamente esta es una zona que corresponde a la zona de ronda del

Río Bogotá, por lo tanto es susceptible de inundación, la fuerza del agua socava los jarillones y

desestabiliza los taludes porque los erosiona, se presenta constantemente el riesgo de

inundación por rompimiento de estas barreras especialmente cuando se generan crecidas del

caudal, tal como ocurrió en Noviembre de 1979, cuando el desbordamiento del Bogotá afectó la

zona de Patio Bonito y de Bosa, los periódicos de la época dan cuenta del rompimiento de los

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jarillones que permitieron la salida del caudal anegando las zonas de cultivos de hortalizas en

Bosa (ver fotos 3 y 4) hecho que según la prensa tenía antecedentes en estos sectores.

Para superar la emergencia los habitantes del sector recurrían a la colocación de materiales de

diversa índole para realzar los jarrillones, sin una planeación o disposición técnica en cuanto a

compactación y calidad de los materiales; la inversión de la administración también se

concentra en el fortalecimiento y realce de los jarillones del Rio para evitar su desbordamiento,

además de la construcción y mejoramiento de las redes de alcantarillado contra los

encharcamientos de las calles producto de la insuficiente evacuación de las lluvias y a la

reubicación de familias; medidas que al parecer fueron efectivas porque no se reportaron más

desbordamientos.

A principios de la década del noventa, se programaron otras intervenciones a través del

programa Bogotá V, que se convirtió en Santafe I, este se proponía el realce y fortalecimiento

de los jarilllones, para que quedaran más altos que la orilla derecha (nuevamente encerrar el

Río) y proveer de alcantarillado de aguas lluvias el sector , este programa inició en 1996 y

contemplaba la construcción del Canal Cundinamarca, como la solución de fondo para el

tratamiento de las aguas lluvias del sector de manera independiente y evitar las inundaciones.

El canal estuvo listo hasta el 2006 y permitió la habilitación de las anteriores fincas para el

desarrollo de vivienda de interés social, pues de acuerdo con las previsiones técnicas, estas

obras mitigaban el riesgo de inundación de manera definitiva, al permitir la conducción de las

aguas lluvias a través de canales aferentes, para su posterior evacuación al Bogotá a través de

la estación elevadora de Gibraltar. (Ver imagen 1)

Es común escuchar entre la gente que el agua siempre tiende a recuperar sus territorios, hasta

la fecha no se han presentado inundaciones por desbordamiento del Bogotá en la cuenca

media que corresponde a su paso por la ciudad, donde la pendiente tiende a cero; sin embargo

en mayo de 2008 (apenas a escasos dos años de entrar en funcionamiento) el Canal

Cundinamarca se llenó de las aguas negras del Río Fucha, esta agua se devolvió a través de

los canales aferentes y a través de los pozos de inspección (comúnmente llamados

alcantarillas) se filtró a las calles y llegó a las viviendas de Tierra Buena junto a Patio Bonito y

Alameda del Río en Bosa. (Ver foto 5)

La explicación dada por la administración fue que el movimiento telúrico originado en Puente

Quetame desestabilizó el jarrillón del Fucha que estaba en obra, lo cual se suma a la ola

invernal de ese momento, generó el desbordamiento del Fucha al Cundinamarca, es decir que

la obra prevista para evacuar las aguas lluvias, se convirtió en el canal de aguas negras para

llevarlas a las calles y viviendas.

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Es importante precisar que el Fucha recoge el sistema de alcantarillado de casi el 50% de la

ciudad y presenta un alto grado de contaminación y que el Canal Cundinamarca fue diseñado

para el manejo de aguas lluvias de su área aferente y no para recibir aportes del Sistema de

bombeo de la estación de Fontibón o del Río Fucha.

En el primer semestre de 2011, producto del fenómeno de la niña, se presentaron inundaciones

en municipios de costado derecho del Río, como Chia y Mosquera, en Bogotá se presentó

desbordamiento a la altura de la Caro; el agua llegó hasta la Universidad de la Sabana y

urbanizaciones de estratos socioeconómicos altos; como medida de mitigación se realzaron los

jarillones, (otra vez aprisionar el río)

Efectivamente en el segundo periodo de lluvias del 2011, no se presentaron afectaciones con

la misma intensidad en estos municipios, ni en las costosas urbanizaciones ni mucho menos en

la universidad; tampoco se presentó desbordamiento del Rio en su paso por la ciudad, pero… el

agua volvió por sus predios.

Los mismos sectores que habían sido afectados en el 2008 esta vez, a través de los afluentes

del Cundinamarca, recibieron otro reflujo de aguas negras provenientes del Fucha, aunque esta

ocasión la intensidad fue mayor y la inundación se amplió a sectores vecinos, todos construidos

con licencias urbanísticas. Curiosamente los sectores vecinos, correspondientes a desarrollos

de origen informal sufrieron apenas unos encharcamientos en algunas vías, e inclusive otros

sectores no fueron afectados.

En su Diagnóstico Técnico DI-6104 de 2012, el Fondo para la Prevención de Emercencias –

FOPAE expresa: “Se presentó la inundación por reflujo con láminas de agua hasta de 1.20

metros de altura, en el sector comprendido por las Calles 58 Sur a Calle 75A Sur entre Carreras

92A a 106A aproximadamente, debido posiblemente a la sobrecarga de volúmenes de agua y/o

caudales en el sistema de alcantarillado del Canal Cundinamarca y sus canales afluentes que

tienen la función de drenar gran parte de las localidades de Bosa y Kennedy, lo cual conllevó a

sobrepasar la capacidad máxima de almacenamiento del sistema en comento, generando el

reflujo del sistema por las redes menores de alcantarillado de aguas lluvias hacia las vías,

parqueaderos, zonas comunes y zonas residenciales del sector de Tierrabuena de la localidad

de Kennedy, ubicados en las áreas de influencia de los canales Calle 38 sur y Américas, desde

la Avenida Longitudinal de Occidente – ALO, paralela al Canal Cundinamarca, hasta

inmediaciones de la Carrera 106 A, tal como se evidencia en la figura 12, donde se aprecia la

localización y delimitación de la afectación en comento.” (Ver figura 1)

Para el sector de Bosa, se presenta el Diagnóstico Técnico DI-6103 que refiere como zonas

afectadas: “los conjuntos Alameda del Río y Ciudadela el Recreo de la localidad de Bosa,

ubicados en las áreas de influencia de los canales Tintal IV, Santa Isabel y Tintal III ” (Ver figura

2) en la relación de predios afectados de manera directa se reporta un consolidado de 6.673

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predios, todos correspondientes a urbanizaciones de la Ciudadela el Recreo y otras dos

urbanizaciones desarrolladas por promotores privados. No se reportan predios de origen

informal afectados

En la localidad de Kennedy, se reportan 2005 predios afectados, apenas cuatro de ellos

pertenecen al barrio Las Palmitas del sector de Patio Bonito y los demás hacen parte de tres

urbanizaciones, entre estas Tierra Buena (desarrollo promovido por Pedro Gómez) y Quintas de

Ipanema (promovido por Colsubsidio).

La Empresa de Acueducto y Alcantarillado explicó oficialmente a la opinión pública y los

organismos de control:

a) La cota del río Bogotá, superó en 10 cm la cota que alcanzaría el río para un periodo de

retorno de 100 años, con la sección hidráulica adecuada.

b) Esta condición extrema del río constituyó una restricción a la descarga a flujo libre con

la que deben entregar los tornillos de Arquímedes desde el Canal Cundinamarca.

c) Esta restricción limitó severamente la efectividad del bombeo de las aguas lluvias, no

por deficiencias mecánicas de los tornillos, sino por una restricción hidráulica extrema.

Es decir que no se desbordó el Río Bogotá, pero su alto caudal impidió el normal

funcionamiento del sistema de drenado, presentando resistencia a la descarga del Fucha, como

de la planta elevadora de Gibraltar que descarga el Canal Cundinamarca; este embalse artificial

además de la carga no prevista por el desbordamiento del Fucha recibió la sobrecarga de los

de seis (6) canales y tres (3) colectores principales que drenan la cuenca del Tintal.

aproximadamente 2.800 hectáreas de las localidades de Kennedy, Bosa y Fontibón.

El problema es de todos y la solución también

A manera de conclusión, podemos decir que la inversión realizada en los barrios de origen

informal en la cuenca del Tintal, ha sido efectiva, pues frente a recientes emergencias es nula o

muy escasa la afectación; claro es importante tener en cuenta que de acuerdo con el

levantamiento topográfico realizado por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (Grafica 1),

las zonas que se inundaron están a menor altura, es importante revisar estas condiciones

topográficas para la ubicación de futuros asentamientos, pues recurrir al relleno puede mejorar

la altura, pero aumenta la vulnerabilidad frente a movimientos telúricos por la licuefacción del

terreno.

Por más obras y adecuaciones técnicas que se realicen, no podemos olvidar como lo reconoce

la Subdirección de Emergencia del FOPAE en su diagnóstico técnico para la emergencia del

2011 (Emergencia SIRE No. 3381 Nivel Emergencia III) que “en general las zonas afectadas

por reflujo asociado a los altos niveles del Canal Cundinamarca y sus afluentes, se cataloga en

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amenaza media de inundación por desbordamiento de acuerdo al plano normativo del Plan de

Ordenamiento Territorial vigente para Bogotá”

Los sistemas de alcantarillado de Bogotá presentan afectaciones en su funcionalidad

disminuyendo su eficiencia en las temporadas invernales, pues con el incremento de los niveles

del agua, las entregas de las estaciones elevadoras quedan sumergidas y/o ahogadas en sus

descargas a los ríos, generando en ocasiones reflujo e inundación de las plantas elevadoras;

adicionalmente se presenta el reflujo de la red de alcantarillado aferente, conllevando

inundaciones y/o encharcamientos en zonas habitadas.

Los cambios climáticos, modifican caudales y niveles históricos reportados en las últimas

temporadas invernales, pero las afectaciones también son de origen antrópico, los realces a los

jarillones y las intervenciones a la ronda para el desarrollo de asentamiento informales (tanto

para personas de altos como bajos ingresos), han eliminado paulatinamente las planicies

aluviales de amortiguación de las crecientes.

La estrangulación del cauce de los ríos, buscando protección contra inundaciones mediante los

jarillones, además de la sedimentación del cauce por los desechos sólidos arrojados y por el

pasar del tiempo, modifica los ciclos naturales del agua.

Las cuencas de los ríos han sido rellenadas para formar terraplenes o jarillones, con diversos

materiales (como arcillas, material vegetal, escombros de construcción, basuras y otros

desechos acumulados sin compactación técnica), reduciendo las zonas de inundación y/o

humedales de los ríos invadiendo de viviendas o industrias a la ronda, las cuales además

vierten desechos líquidos y sólidos directamente al cauce.

A pesar del mantenimiento de las fuentes hídricas y el mejoramiento de las condiciones de

saneamiento básico realizadas a través de los programas de mejoramiento de los barrios, se

presenta incremento de desechos sólidos y residuos de origen doméstico en los sistemas de

alcantarillado y los canales, afectando los sistemas de drenaje, especialmente el sector del

canal de la calle 38 sur (denominado de los muiscas) y el canal Tintal II, que fueron

precisamente los que generaron las principales afectaciones.

La Empresa de Acueducto y Alcantarillado ha informado a las alcaldías locales de Kennedy,

Bosa y la Secretaría Distrital de Ambiente – S.D.A, la invasión de terrenos públicos en torno al

Canal Cundinamarca, por parte de familias de recicladores quienes vierten gran cantidad de

desechos y contaminan con sus animales los canales de aguas lluvias, por lo que se requiere la

intervención urgente de los Inspectores de Policía para la recuperación de éstos espacios

públicos y el control de los animales. (Ver foto 6)

12 Bogotá, Septiembre 2012

Las soluciones de vivienda en la Bogotá Humana

Escuchemos la voz del agua como lo hacían nuestros ancestros, así podremos dialogar con

ella, aprender de ella y hacerla de nuevo nuestra madre.

Bosa y Soacha fueron de importancia religiosa para los muiscas, el cronista Fray Pedro Simón,

primer cura de Bosa y luego regente de los franciscanos, narra en Noticias Historiales, sobre

Bochica: “l Dicen que vino por la parte del este, que son los llanos que llaman de continuados

de Venezuela y entro a este Reino por el pueblo de Pasca, al sur de esta ciudad de Santa

fe…Desde allí vino al pueblo de Bosa,… donde se murió un camello que traía, cuyos huesos

procuraron conservar los naturales…dicen que fue la costilla que adoraban en la lagunilla

Bosachio los indios de Bosa y Soacha” (1.982. Tomo III, p 374).

Simón resalta en el texto referido la importancia ritual del agua, “hacían estas ofrendas no en

cualquiera aguas sino en aquellas que parecía había alguna particular razón, por extraordinario

su sitio, asiento y disposición, como en partes extraordinarias de ríos, como lo hacían en una

parte peñascosa del de Bosa, cuando pasa por cerca de un cerro que llaman de tabaco, dos

leguas y media de esta ciudad de Santafe, en lagunas de sitios y puestos peregrinos, como se

hacían en una cuesta que está cerca de este paso del río, en la mitad de tierra que hay desde

el río hasta el pueblo de Suacha… Ofrecían los indígenas pedazos de oro, para tener mejor

suerte en las pesquerías” (T. III p. 323)

El cronista relaciona nuevamente la relación de la región con el agua, refiriendo el relato de la

inundación que creó Chibchacum en castigo a los pobladores de la sabana y el origen del Salto

de Tequendama cuando Bochica rompe las rocas con una vara de oro, de esto dice: “El agua

de la Sabana no tiene otro lugar para salir que el suroeste, donde se junta en todas un copioso

río que llaman Bonsa, este halla una estrechura ya al desembocar al valle que llaman de

Tequendama…cuando viene el invierno grandes pedazos se anegan en especial cerca de

Bosa, Fontibón y Funza”. (T. III p. 379)

La primeros habitantes de este Bosa, convivían con las inundaciones y las aprovechaban, con

el nuevo Plan de Desarrollo de la ciudad que contempla el agua como ordenadora del territorio,

esta experiencia nos puede permitir ver la informalidad desde otra perspectiva, identificando

algunos aspectos positivos de los desarrollos urbanísticos por autogestión comunitaria y nos

hace un llamado de atención para que en los programas de mejoramiento de barrios,

rescatemos prácticas ancestrales para convivir con el agua y no de espalda a esta. No es

suficiente la vivienda formal, es prioritaria la vivienda adecuada, con participación de sus

próximos habitantes en la construcción de su hábitat a la usanza de los muiscas de este

territorio.

La informalidad es un estado mental no una condición física, esta no es nociva sino cuando

trasgrede lo legal, los niveles de solidaridad que pululan en los desarrollos informales, pueden

13 Bogotá, Septiembre 2012

ser los insumos para el control social a la invasión de la ronda y disposición de basuras y

escombros y principalmente para la autogestión comunitaria en los procesos urbanísticos y la

gestión compartida frente al ambiente; por ejemplo en el Plan Parcial Campo Verde, que

presenta zonas suceptibles de inundación pueden desarrollarse humedales artificiales que

pueden sostenerse mediante la modalidad de administración comunitaria.

Los costos de la atención d emergencias como la de diciembre pasado le cuestan mucho al

desarrollo de la ciudad, que se financia con nuestros impuestos, por eso debemos continuar

con el desarrollo del mejoramiento de los barrios frente a la gestión colectiva del riesgo y

prevenir la generación de nuevas invasiones.

Además del control social, es necesario un mayor control por parte de las autoridades distritales

y locales de Bogotá, quienes en el marco del decreto 332 de 2004 (Artículo 16) deben realizar o

exigir, según el caso, análisis de riesgos, planes de contingencia y de medidas de prevención y

mitigación en los siguientes eventos:

1. En los proyectos de inversión del Banco de Proyectos de Inversión del Distrito (EBI)

2. En el otorgamiento o renovación de licencias, concesiones, permisos y otras autorizaciones

administrativas, ya sea como condición o requisito previo para su expedición o como parte de

su contenido mismo.

3. En los procesos de prefactibilidad, factibilidad y diseño de obras y proyectos.

4. En los términos de referencia o en los pliegos de condiciones para la celebración de

contratos o como una obligación específica a cargo de la persona que celebre el respectivo

contrato con la administración.

5. En los procesos de organización y prestación de servicios públicos, tanto en el diseño de los

planes como en los procedimientos de operación permanente.

6. En la elaboración de los planes maestros de equipamientos del sector social.

7. En los instrumentos de gestión urbana derivados del Plan de Ordenamiento Territorial y

8. En las licencias de urbanismo y de construcción conforme a lo previsto en el Plan de

Ordenamiento Territorial.

Finalmente corresponde a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR,

adelantar las gestiones pertinentes que permitan agilizar la adecuación hidráulica del Río

Bogotá, además de adquirir y adecuar áreas para el aumento de la capacidad hidráulica del rio,

recuperando los espacios del agua, generando humedales artificiales para amortiguar las

crecientes mediante inundaciones controladas y además para controlar la contaminación

mediante técnicas bióticas.

14 Bogotá, Septiembre 2012

Bibliografía consultada

Aguado Fray Pedro, “Recopilación Historial“, Tomo I, Biblioteca de la Presidencia de la

Republica, Bogotá 1.956.

Castellanos Juan de, “Elegías de Varones Ilustres de Indias “, Biblioteca de la

Presidencia de la República, Bogotá 1.955

Decreto Distrital 398 de 2004

Decreto Distrital 410 de 2004

Diagnóstico Técnico DI-6104 Subdirección de Emergencias Evento SIRE No. 450983 -

Emergencia SIRE No. 3381 Nivel Emergencia III, FOPAE 2011

Diagnóstico Técnico DI-6103 Subdirección de Emergencias Evento SIRE No. 450983 -

Emergencia SIRE No. 3382 Nivel Emergencia III, FOPAE 2011

Escovar Alberto, Mariño Margarita, Peña Cesar, “Atlas Histórico de Bogotá 1.538 –

1.910”, Corporación La candelaria, Alcaldía Mayor de Bogotá, Editorial Planeta,

Bogotá, 2.004.

Simón Fray Pedro, “Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme y las

Indias Occidentales “,Biblioteca del Banco Popular, Bogotá 1.978.

Martinez M., Casallas R. y Chiguazuque M.N. 2007. Los Seres del Agua. Memoria,

contaminación ambiental y cultura en el cabildo indígena Muisca de Bosa. Bogotá:

Hospital pablo VI de Bosa ESE

Plan de Ordenamiento Territorial de Santafé de Bogotá Distrito Capital. Documento

Técnico Soporte. Alcaldía Mayor de Bogotá. Departamento Administrativo de Planeación

Distrital, 2.002

Velasquez , M. y Castellanos J.C. 2005. Boletin Hojas al Aire. Cabildo Muisca de Bosa:

Patrimonio Vivo. Bogota: Fundación Cultural Chiminigagua.

* Juan Carlos Castellanos es Especialista de la Universidad Nacional, en Mercados y Políticas

del Suelo en América Latina, fue alcalde local de Bosa entre 2008 y 2010; es consultor de la

Fundación VERITAS AID e integrante de la Asociación de Profesionales para el Desarrollo

Urbano y Regional PROADECUAR, una organización sin ánimo de lucro creada en 1994 desde

la localidad de Ciudad Bolívar, como estrategia para superar la estigmatización y para apoyar el

capital social para el desarrollo urbano, en el mayor conglomerado informal de América Latina

[email protected] / [email protected] / [email protected]

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ANEXO IMÁGENES

16 Bogotá, Septiembre 2012

Figura 1

17 Bogotá, Septiembre 2012

Figura 2

18 Bogotá, Septiembre 2012

Foto 1

19 Bogotá, Septiembre 2012

Foto 2

20 Bogotá, Septiembre 2012

Foto 3

21 Bogotá, Septiembre 2012

Foto 4

22 Bogotá, Septiembre 2012

Foto 5

Grafica 1

23 Bogotá, Septiembre 2012

Imagen 1

24 Bogotá, Septiembre 2012

Relación de imágenes:

Foto 1 Una de las aves endémicas del sector que aun hoy habitan los humedales

Foto 2 Capilla doctrinera de San Bernardino en Bosa, patrimonio arquitectónico de

principios de siglo XVII

Foto 3 El Tiempo del 16 de noviembre de 1979, anunciando la inundación del Río

Bogotá

Foto 4 El Tiempo del 18 de noviembre anunciando la inundación

Imagen 1 Ilustración del funcionamiento del Canal Cundinamarca

Foto 5 Inundación en Alameda del Río – Bosa

Figura 1 Localización y delimitación de los Cuadrantes de afectación por reflujo en el

sector de Tierrabuena de la localidad de Kennedy.

Figura 2 Localización y delimitación de los Cuadrantes de afectación por reflujo en los

sectores de Alameda del Río y Ciudadela el Recreo localidad de Bosa

Grafica 1 Cuenca del Tintal, con curvas de nivel

Foto 6 Contaminación del canal Cundinamarca a la altura de Patio Bonito.

imagen 6