1 Bogotá, Septiembre 2012
La informalidad urbanística frente a las inundaciones
Cuando la “malicia indígena” sirve
Juan Carlos Castellanos
Profesionales Asociados para el Desarrollo
Urbano y Regional –PROADECUAR-
Palabras Clave: inundaciones, riesgo, informalidad, co-responsabilidad, muiscas
Aprendiendo del territorio
“!Tierra buena! ¡Tierra Buena!
¡Tierra que pone fin a nuestra pena!
Tierra de oro, tierra abastecida,
tierra para hacer perpetua casa
tierra con abundancia de comida
tierra donde se ve gente vestida
ya a sus tiempos no sabe mal la brasa
Tierra de bendición, clara y serena,
¡tierra que pone fin a nuestra pena”
Juan de Castellanos, “Elegías de Varones Ilustres de Indias”
El borde sur occidental de Bogotá en tiempos prehispánicos estaba habitado por los muiscas de
Bosa, gobernado por Techotiva, este territorio inundable era explotado para la producción de
alimentos de todo el reino de Bacatá, a la usanza del Nilo (aprovechando la riqueza orgánica
que dejaba el rio al retirarse en épocas secas) y mediante un elaborado sistema de canales; la
agricultura y la ganadería fueron los usos exclusivos de estos territorios hasta mediados del
siglo XX, y se mantuvo hasta la expedición del Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá.
Aun se encuentran algunas parcelas que producen hortalizas regadas con agua del Bogotá y
sus afluentes, en un área de fincas y haciendas (algunas de ellas surgidas desde la colonia,
como el caso de la Isla) e inclusive en algunos sectores aun habitan descendientes de los
muiscas originales. Estas grandes extensiones dedicadas a la ganadería o la agricultura,
aprovechando la disponibilidad de agua del Bogotá, pero ante la contaminación de este y la
llegada a la ciudad de campesinos desplazados por la violencia partidista de mediados del
siglo, paulatinamente comienzan a ser divididas y loteadas sin el cumplimento de los requisitos
legales, generando desarrollos informales, en los cuales se ubican los campesinos que
trabajaban en las misma haciendas o en la Central de Abastos de Corabastos inaugurada el 20
de julio de 1972.
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Patio Bonito en Kennedy y el Porvenir en Bosa son los territorios más representativos de estos
desarrollos informales de origen campesino, relativamente generosos en área para la unidad
habitacional, con patios que evocan los solares y huertas, aunque con limitados espacios para
zonas verdes y comunales, lograron consolidarse gracias a la autogestión impulsada por los
fuertes movimientos sociales urbanos que surgieron en los 70’s y que permitieron llevar los
servicios y la infraestructura a sus pobladores mediante programas de mejoramiento barrial
impulsados por las instituciones.
Ante la demanda de suelo para el desarrollo de vivienda de interés social, el POT de Bogotá,
designa el borde occidental de la ciudad como zona de expansión urbana; para habilitar este
territorio la Empresa de Acueducto construye el sistema del Canal Cundinamarca y sus
afluentes en lo que se denomina la Cuenca del Tintal; la administración crea a
METROVIVIENDA como banco de tierras para el impulso de la urbanización en esta y otras
zonas de la ciudad, en torno a estos desarrollos de origen informal pre existentes.
METROVIVIENDA impulsó el desarrollo de las ciudadelas el Recreo y el Porvenir en Bosa, en
torno a las cuales promotores privados construyen urbanizaciones como Santiago de las
Atalayas y Alameda del Río y se genera un intenso proceso urbanístico del sur occidente de la
ciudad, con viviendas de interés social. En el sector del Tintal Central cerca a Patio Bonito en
Kennedy, Pedro Gómez desarrolla la urbanización Tierra Buena y Colsubsidio promueve la
construcción del conjunto Ipanema.
En el segundo semestre de 2011, producto de los cambios climáticos, el caudal del Rio Bogotá
se incrementó y aunque no se desbordó, el agua negra y nauseabunda del Fucha, uno de sus
afluentes principales, se devolvió por el Cundinamarca y sus canales aferentes, llegando hasta
urbanizaciones legales impulsadas y controladas por la Administración Distrital, como Tierra
Buena, San Diego y El Recreo; en contraste desarrollos de origen informal contiguos a estas,
como San Bernardino, Patio Bonito, y Santafé, no sufrieron las mismas afectaciones
Las diferencias en los efectos de las inundaciones sobre los desarrollos formales e informales
de Kennedy y Bosa, obedecen a varias razones que son objeto de esta ponencia,
principalmente se debe a procesos de mejoramiento barrial y el trabajo conjunto que por
ejemplo incrementó la altura del terreno con rellenos ilegales y reforzó los jarillones de los ríos,
con los residuos del desarrollo urbanístico de la ciudad. La informalidad cuestionada y
sancionada, que retoma prácticas ancestrales muiscas, fue más efectiva que la ciudad
planificada, para reaccionar ante el cambio climático.
Ubicación histórica y geográfica
A su llegada al territorio del actual Bogotá, los conquistadores europeos encontraron al sur
occidente, sobre la margen izquierda del río Bogotá y entre las cuencas bajas del Fucha y el
Tunjuelo, el distrito de “Bosa”, el cual hacia parte de la confederación de tribus de Bacatá, bajo
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la autoridad administrativa y religiosa del Zipa. Allí Gonzalo Jimenez de Quesada instaló su
campamento, donde a principios de 1538 retuvo y asesinó al Zipa Sagipa así como a
Cuxinimpaba y Cucinimegua herederos legítimos del trono de Tisquesusa, también allí se
encuentra con los otros dos conquistadores, Nicolás de Federmán y Sebastián de Belalcázar,
antes de fundar Santafe.
Gobernado por el cacique Techotiva, el amplio territorio que incluía las actuales localidades de
Kennedy y Ciudad Bolívar, limitaba con Suacha, Fontibón (Hontibón o Hyntiba), Teusaquillo
(Thybzacá o Teusacá) y Usme. En lengua muisca Bosa significa dos y además “cercado que
guarda y protege las mieses” este era el segundo distrito en importancia en la confederación,
pues por su fertilidad de origen aluvial, era la fuente principal de alimentos cultivados como
maíz, papa, cubios, ibias, chuguas y hortalizas, abundaban peces, curíes, aves endémicas de
pantano como patos y venados. (foto 1)
La Sabana presenta regularmente cada año un incremento del caudal del río Bogotá, los
Muiscas y los campesinos habitantes de su cuenca, se adaptaron a las inundaciones cíclicas
para cultivar, construyeron sistemas extensivos de terrazas (camellones prehispánicos) a lo
largo de la ribera del río.
Con la llegada de los conquistadores se inicia el régimen de las grandes haciendas, que surgen
de las encomiendas, el territorio referido era muy apetecido por la presencia de indígenas, es
así como en 1.558 los repartimientos de Bosa, Suacha y Funza fueron dados en encomienda a
un compañero de Jiménez de Quesada, Pedro de Colmenares uno de los primeros regidores y
alcalde de la ciudad. Los dos primeros repartimientos fueron luego asignados en 1601 al
capitán Luis de Colmenares, quien ordenó la construcción de las dos capillas doctrineras de
San Bernardino las cuales estuvieron listas en 1618 y de las cuales aún se conserva la de Bosa
(ver foto 2).
Junto a las encomiendas surgen los resguardos que reducen el territorio y concentran a los
indígenas para la producción intensiva, en 1591 se crea el resguardo de Bosa. Las tierras
paulatinamente comienzan a ser repartidas en unidades cada vez menores e ingresan nuevos
sectores como la iglesia y los comerciantes, lo cual sumado al cambio de productos agrícolas
por trigo y cebada y la ganadería extensiva, producen cambios en las técnicas de
aprovechamiento de la tierra, se desarrollan cultivos permanentes y se afecta el manejo de los
ciclos del río y las prácticas ancestrales; los antiguos camellones se remplazan por la práctica
del relleno de los canales, chucuas y humedales para el pastoreo y los sistemas de manejo del
agua se sustituyen por los “vallados”, desarrollados por los españoles.
El periodo feudal sustentado en la mita, promueve que los indígenas a pesar de poseer tierras
comunales, se concentren en el servicio a los hacendados y paulatinamente dejen a un lado
sus prácticas agrícolas y rituales, así como la relación con el agua.
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En el Atlas Histórico de Bogotá, se consigna “En 1779, los 611 indios de Soacha se
encontraban distribuidos en las parcialidades de Baquirá, Fusquin, Soato, Tuso y Usaquén.
Moreno y Escandón impuso por esta época la disolución de algunos resguardos, Usaquén sería
el primero en desaparecer y luego en orden Bosa y Soacha.” (Escovar A, Mariño M, Peña C,
2004; p. 21) En 1850, el artículo 4 de la Ley del 22 de junio, ordena la disolución del Resguardo
de Bosa, aunque esta se realizó apenas en 1869, según los escrituras que aun poseen
personas de la comunidad muisca de Bosa.
Escovar A, Mariño M y Peña C estiman que las haciendas para fines de la colonia ocupaban del
sesenta al setenta por ciento del territorio de la Sabana y casi la totalidad de la tierra plana y
fértil. El área restante se distribuía entre los resguardos, indígenas y una serie de medianas
propiedades ubicadas en faldas y cerros, o en terrenos parcialmente inundables. (Atlas
Histórico de Bogotá, p. 18). En el cementerio de Bosa reposan los restos del general Anastacio
Diaz, terrateniente que perteneció a la guerrilla de los Mochuelos y luchó en la guerra de los mil
días, quien según Ines Alonso, nieta ilegitima del general, detentaba el poder de la mayoría de
las tierras del antiguo territorio de Bosa, desde Ciudad Bolívar hasta la hacienda Tagaste
El sistema de producción sustentado en las haciendas, persiste hasta mediados del siglo XX,
cuando la violencia partidista inicia la reconfiguración del territorio nacional, y los predios del
accidente de Bogotá comienzan a ser parcelados de manera informal, con el consentimiento o
promovido por sus dueños que encuentran en esta venta un mayor y mejor uso para sus tierras.
Sin embargo en el sector donde se encuentran los ríos Tunjuelo y Bogotá permanecieron las
veredas de San José y San Bernardino habitadas por raizales muiscas aunque con una cultura
netamente campesina.
Gustavo Rojas Pinilla, mediante el Decreto N° 3640 de 1954, anexa Bosa al Distrito Especial de
Bogotá y se inicia la ocupación de las antiguas haciendas por personas de escasos recursos,
las cuales gracias a los relativos precios de los lotes pueden desarrollar sus viviendas
progresivamente, aunque no recibían los predios urbanizados y tuvieran que recurrir a la
ilegalidad e informalidad para satisfacer sus necesidades de servicios e infraestructura de
ciudad, la inversión era más baja y les permitía accesibilidad. Los primeros loteos se dan en los
cerros orientales de la ciudad.
La informalidad en el sector de Patio Bonito
La parcelación del occidente ese inicia en los 70’s, algunas de estas haciendas fueron el
Porvenir, el Corzo, la Tintal en Bosa y los Pantanos (sobre la cual se desarrolla Patio Bonito).
En los años sesenta con la creación de la Central de Abastos CORABASTOS, el 20 de julio de
1972, se genera un nuevo polo de desarrollo para la ciudad; en ese mismo año, los propietarios
de la hacienda, Moreno Escobar y Fernando Samario Chaparro decidieron terminar los potreros
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y dividirlos en lotes más pequeños, así surge el barrio que se conoce como Patio Bonito primer
sector.
Siguiendo el ejemplo de Moreno Escobar, los propietarios de las haciendas aledañas decidieron
hacer lo mismo dando origen a múltiples asentamientos informales que hoy conocemos como
Patio Bonito, la población a través de varias movilizaciones y luchas por la demanda de
servicios se organiza y logra la transformación del sector a través de modelos autogestionarios,
lo cual sumado a la grave inundación de 1979, impulsó la reconfiguración del territorio y la
generación de los demás barrios en la década de los ochenta, cuando se intensifica el proceso
de ocupación de los predios sin urbanismo.
Se venden lotes sin servicios ofrecidos por urbanizadores piratas, quienes además promueven
el relleno de zonas de humedal como La Vaca en el Amparo y la ocupación de zonas que
previamente se destinaban a la disposición de basuras como Britalia y Class, que perteneció a
la comunidad de los Claretianos de Bosa.
En 1.983 el Concejo de Bogotá aprueba el Plan Ciudad Bolívar, para conmemorar el
bicentenario del natalicio del libertador, con lo cual se pretendía ordenar el territorio y
orientando el crecimiento de la ciudad hacia zonas de menor vocación agropecuaria y
promoviendo la “destugurización” o desmarginalización de la mayor área de desarrollos
informales de América Latina, para convertirla en un modelo de desarrollo urbano.
Para el Plan Ciudad Bolivar se recurrió a un préstamo del BID, se generó la localidad 19 del
Distrito en lo que hasta ese momento eran veredas de Bosa, aunque el plan cubría además de
esta otras localidades de Bogotá, como Bosa y Kennedy, siendo desde ese momento priorizado
en todos los programas, la intervención en Patio Bonito
La administración de Bogotá ha desarrollado varios programas de mejoramiento barrial, que
priorizaron la zona de Patio Bonito y en 1994, con la administración de Jaime Castro, se hace
énfasis en el mejoramiento de las condiciones de alcantarillado de los barrios de origen
informal, como un componente fundamental de con el Plan Santafé I, pues hasta el momento el
sistema se conectaba con los antiguos vallados de las haciendas, generando afectos nocivos
para la salud, este Plan se inicia ejecutar en 1996 y se orienta a la construcción de
alcantarillados en los barrios y el realce de los jarillones del río Bogotá, para evitar las
inundaciones del borde occidental de la ciudad.
Uno de los programas más efectivos, Obras con Saldo Pedagógico, involucra la comunidad en
la realización de las obras, surge en la primera administración de Mockus y se mantiene hasta
Moreno con el nombre Obras con Participación Ciudadana.
El Plan de Desarrollo de Peñalosa (1998-2001), planteó el programa de desmarginalización,
que pretendía elevar la calidad de vida de la población residente en barrios con deficiencias en
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infraestructura y servicios sociales; el modelo de intervención se fundamentaba en la noción de
“ciudadela”, buscando la autosuficiencia del territorio, se optimiza la construcción de vías, redes
de servicios públicos y equipamientos colectivos. Los proyectos contemplaron la legalización de
barrios; la reubicación de familias establecidas en zonas de riesgo; el mejoramiento barrial y de
vivienda, la construcción de vías locales, redes de servicios públicos y edificios dotacionales,
como novedad se creó Metrovivienda como banco de tierras para prevenir la proliferación de
desarrollos informales y planteó el desarrollo de las ciudadelas El Recreo y El Porvenir en
zonas aledañas a las zonas de desmarginalización.
Para habilitar las antiguas haciendas para el desarrollo de las ciudadelas, se hizo necesario el
impulso de la construcción del Canal Cundinamarca, contemplado en el programa Santa fe I,
como el embalse artificial más grande de la ciudad.
De acuerdo con Carlos Alberto Torres Tovar en “Pobreza urbana y mejoramiento integral de
barrios en Bogotá de los 1.6 billones de pesos previstos para Desmarginalización en todo la
ciudad, ante la no venta de la ETB, se invirtieron 933.717 millones de pesos correspondientes al
56% de lo previsto, de estos, aproximadamente el 60% corresponde a la inversión de la
Empresa de Acueducto de Alcantarillado. (U.N. 2009)
En el Plan “Bogotá para Vivir Todos del Mismo Lado”, de Mockus el Programa de
Desmarginalización, se transformó en el Programa de Mejoramiento Integral de Barrios -PMIB,
coordinado por la Caja de Vivienda Popular, se priorizó la intervención en 26 Unidades de
Planeamiento Zonal - UPZ tipo 1, siendo de acuerdo con la cifras suministrada por la Línea de
Investigación: Estudios en Vivienda de la Maestría en Hábitat , de Universidad Nacional de
Colombia,(2009), la de mayor inversión precisamente la UPZ Patio Bonito seguida de Bosa
Occidental. En Patio Bonito se intervino un área de 266 Ha. En 39 barrios y 930 lotes, que
corresponde al 23,31% del total del programa para toda la ciudad
Luego de la aprobación del POT, nediante el decreto 398 de 2004, que reglamenta la UPZ Nº
82, Patio Bonito; se la define como una UPZ prioritaria de intervención del “Subprograma de
Mejoramiento Integral”, establecido en el artículo 296 del Decreto Distrital 190 de 2004 (por el
cual se compiló el Plan de Ordenamiento Territorial ) “por estar conformada con asentamientos
humanos de origen ilegal, con uso residencial predominante, de estratos 1 y 2, los cuales
presentan serias deficiencias de infraestructura, accesibilidad, equipamientos y espacio
público”; por lo tanto, “se orientarán las acciones de complementación, ordenamiento o
adecuación requeridas tanto en el espacio urbano como en las unidades de vivienda.”
Esta UPZ se incorpora a la Operación Estratégica Centralidad Corabastos, la cual, “tiene como
directrices generales la diversificación y aumento de la oferta de productos y servicios actuales,
integrar el área a los sectores urbanos circundantes a través de la red vial y el sistema de
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espacio público, recuperar los humedales de techo, la vaca y el burro y complementar la red de
saneamiento básico.”
A partir de las clasificaciones del POT, esta UPZ se rige por el Tratamiento de Mejoramiento
Integral, por aplicar en esta el Subprograma de Mejoramiento Integral, el cual “se aplica en los
asentamientos de origen informal y otras áreas que presentan importantes deficiencias en la
infraestructura o en el equipamiento urbano y que precisa una doble actuación: definir un
conjunto de acciones para mejorar las condiciones del espacio público y privado y definir las
normas para las construcciones populares adecuadas a su realidad.”
Mediante el decreto 410 de 2004, en virtud que la UPZ No. 86, El Porvenir, estaba conformada
en un 40% con asentamientos humanos de origen ilegal, con condiciones similares a las de
Patio Bonito también se le asigna el mismo tratamiento, mediante la intervención del
Subprograma de Mejoramiento Integral y se le integra a la Operación Estratégica Centralidad
“Corabastos"
Sin embargo hay una diferencia, la UPZ Porvenir está conformada por las áreas residenciales
en el Tratamiento de Consolidación, constituidas por la Ciudadela El Porvenir, y la Urbanización
Santiago de las Atalayas, que son desarrollos legalizados, a los cuales luego se une Alameda
del Rio.
La reglamentación de estas UPZ busca el aprovechamiento del territorio y la optimización del
uso del suelo y la recuperación ambiental de la Zona de Manejo Especial del río Bogotá y en
relación con la vivienda establecer los mecanismos, desarrollar las estrategias y estudiar las
soluciones que logren el cumplimiento de las normas urbanísticas, de sismo resistencia y
condiciones de habitabilidad de las viviendas objeto de Mejoramiento Integral, mediante
acciones de reconocimiento de vivienda de estratos 1 y 2 y legalización de títulos de propiedad,
en coordinación con el Programa de Mejoramiento de Vivienda.
En relación con la participación comunitaria, se pretende desarrollar mecanismos de articulación
social a la gestión institucional sobre el ordenamiento y mejoramiento urbano a escala zonal
que fomente el trabajo colectivo y el control social.
Qué pasó con las inundaciones?
Tal como lo referimos previamente esta es una zona que corresponde a la zona de ronda del
Río Bogotá, por lo tanto es susceptible de inundación, la fuerza del agua socava los jarillones y
desestabiliza los taludes porque los erosiona, se presenta constantemente el riesgo de
inundación por rompimiento de estas barreras especialmente cuando se generan crecidas del
caudal, tal como ocurrió en Noviembre de 1979, cuando el desbordamiento del Bogotá afectó la
zona de Patio Bonito y de Bosa, los periódicos de la época dan cuenta del rompimiento de los
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jarillones que permitieron la salida del caudal anegando las zonas de cultivos de hortalizas en
Bosa (ver fotos 3 y 4) hecho que según la prensa tenía antecedentes en estos sectores.
Para superar la emergencia los habitantes del sector recurrían a la colocación de materiales de
diversa índole para realzar los jarrillones, sin una planeación o disposición técnica en cuanto a
compactación y calidad de los materiales; la inversión de la administración también se
concentra en el fortalecimiento y realce de los jarillones del Rio para evitar su desbordamiento,
además de la construcción y mejoramiento de las redes de alcantarillado contra los
encharcamientos de las calles producto de la insuficiente evacuación de las lluvias y a la
reubicación de familias; medidas que al parecer fueron efectivas porque no se reportaron más
desbordamientos.
A principios de la década del noventa, se programaron otras intervenciones a través del
programa Bogotá V, que se convirtió en Santafe I, este se proponía el realce y fortalecimiento
de los jarilllones, para que quedaran más altos que la orilla derecha (nuevamente encerrar el
Río) y proveer de alcantarillado de aguas lluvias el sector , este programa inició en 1996 y
contemplaba la construcción del Canal Cundinamarca, como la solución de fondo para el
tratamiento de las aguas lluvias del sector de manera independiente y evitar las inundaciones.
El canal estuvo listo hasta el 2006 y permitió la habilitación de las anteriores fincas para el
desarrollo de vivienda de interés social, pues de acuerdo con las previsiones técnicas, estas
obras mitigaban el riesgo de inundación de manera definitiva, al permitir la conducción de las
aguas lluvias a través de canales aferentes, para su posterior evacuación al Bogotá a través de
la estación elevadora de Gibraltar. (Ver imagen 1)
Es común escuchar entre la gente que el agua siempre tiende a recuperar sus territorios, hasta
la fecha no se han presentado inundaciones por desbordamiento del Bogotá en la cuenca
media que corresponde a su paso por la ciudad, donde la pendiente tiende a cero; sin embargo
en mayo de 2008 (apenas a escasos dos años de entrar en funcionamiento) el Canal
Cundinamarca se llenó de las aguas negras del Río Fucha, esta agua se devolvió a través de
los canales aferentes y a través de los pozos de inspección (comúnmente llamados
alcantarillas) se filtró a las calles y llegó a las viviendas de Tierra Buena junto a Patio Bonito y
Alameda del Río en Bosa. (Ver foto 5)
La explicación dada por la administración fue que el movimiento telúrico originado en Puente
Quetame desestabilizó el jarrillón del Fucha que estaba en obra, lo cual se suma a la ola
invernal de ese momento, generó el desbordamiento del Fucha al Cundinamarca, es decir que
la obra prevista para evacuar las aguas lluvias, se convirtió en el canal de aguas negras para
llevarlas a las calles y viviendas.
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Es importante precisar que el Fucha recoge el sistema de alcantarillado de casi el 50% de la
ciudad y presenta un alto grado de contaminación y que el Canal Cundinamarca fue diseñado
para el manejo de aguas lluvias de su área aferente y no para recibir aportes del Sistema de
bombeo de la estación de Fontibón o del Río Fucha.
En el primer semestre de 2011, producto del fenómeno de la niña, se presentaron inundaciones
en municipios de costado derecho del Río, como Chia y Mosquera, en Bogotá se presentó
desbordamiento a la altura de la Caro; el agua llegó hasta la Universidad de la Sabana y
urbanizaciones de estratos socioeconómicos altos; como medida de mitigación se realzaron los
jarillones, (otra vez aprisionar el río)
Efectivamente en el segundo periodo de lluvias del 2011, no se presentaron afectaciones con
la misma intensidad en estos municipios, ni en las costosas urbanizaciones ni mucho menos en
la universidad; tampoco se presentó desbordamiento del Rio en su paso por la ciudad, pero… el
agua volvió por sus predios.
Los mismos sectores que habían sido afectados en el 2008 esta vez, a través de los afluentes
del Cundinamarca, recibieron otro reflujo de aguas negras provenientes del Fucha, aunque esta
ocasión la intensidad fue mayor y la inundación se amplió a sectores vecinos, todos construidos
con licencias urbanísticas. Curiosamente los sectores vecinos, correspondientes a desarrollos
de origen informal sufrieron apenas unos encharcamientos en algunas vías, e inclusive otros
sectores no fueron afectados.
En su Diagnóstico Técnico DI-6104 de 2012, el Fondo para la Prevención de Emercencias –
FOPAE expresa: “Se presentó la inundación por reflujo con láminas de agua hasta de 1.20
metros de altura, en el sector comprendido por las Calles 58 Sur a Calle 75A Sur entre Carreras
92A a 106A aproximadamente, debido posiblemente a la sobrecarga de volúmenes de agua y/o
caudales en el sistema de alcantarillado del Canal Cundinamarca y sus canales afluentes que
tienen la función de drenar gran parte de las localidades de Bosa y Kennedy, lo cual conllevó a
sobrepasar la capacidad máxima de almacenamiento del sistema en comento, generando el
reflujo del sistema por las redes menores de alcantarillado de aguas lluvias hacia las vías,
parqueaderos, zonas comunes y zonas residenciales del sector de Tierrabuena de la localidad
de Kennedy, ubicados en las áreas de influencia de los canales Calle 38 sur y Américas, desde
la Avenida Longitudinal de Occidente – ALO, paralela al Canal Cundinamarca, hasta
inmediaciones de la Carrera 106 A, tal como se evidencia en la figura 12, donde se aprecia la
localización y delimitación de la afectación en comento.” (Ver figura 1)
Para el sector de Bosa, se presenta el Diagnóstico Técnico DI-6103 que refiere como zonas
afectadas: “los conjuntos Alameda del Río y Ciudadela el Recreo de la localidad de Bosa,
ubicados en las áreas de influencia de los canales Tintal IV, Santa Isabel y Tintal III ” (Ver figura
2) en la relación de predios afectados de manera directa se reporta un consolidado de 6.673
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predios, todos correspondientes a urbanizaciones de la Ciudadela el Recreo y otras dos
urbanizaciones desarrolladas por promotores privados. No se reportan predios de origen
informal afectados
En la localidad de Kennedy, se reportan 2005 predios afectados, apenas cuatro de ellos
pertenecen al barrio Las Palmitas del sector de Patio Bonito y los demás hacen parte de tres
urbanizaciones, entre estas Tierra Buena (desarrollo promovido por Pedro Gómez) y Quintas de
Ipanema (promovido por Colsubsidio).
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado explicó oficialmente a la opinión pública y los
organismos de control:
a) La cota del río Bogotá, superó en 10 cm la cota que alcanzaría el río para un periodo de
retorno de 100 años, con la sección hidráulica adecuada.
b) Esta condición extrema del río constituyó una restricción a la descarga a flujo libre con
la que deben entregar los tornillos de Arquímedes desde el Canal Cundinamarca.
c) Esta restricción limitó severamente la efectividad del bombeo de las aguas lluvias, no
por deficiencias mecánicas de los tornillos, sino por una restricción hidráulica extrema.
Es decir que no se desbordó el Río Bogotá, pero su alto caudal impidió el normal
funcionamiento del sistema de drenado, presentando resistencia a la descarga del Fucha, como
de la planta elevadora de Gibraltar que descarga el Canal Cundinamarca; este embalse artificial
además de la carga no prevista por el desbordamiento del Fucha recibió la sobrecarga de los
de seis (6) canales y tres (3) colectores principales que drenan la cuenca del Tintal.
aproximadamente 2.800 hectáreas de las localidades de Kennedy, Bosa y Fontibón.
El problema es de todos y la solución también
A manera de conclusión, podemos decir que la inversión realizada en los barrios de origen
informal en la cuenca del Tintal, ha sido efectiva, pues frente a recientes emergencias es nula o
muy escasa la afectación; claro es importante tener en cuenta que de acuerdo con el
levantamiento topográfico realizado por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (Grafica 1),
las zonas que se inundaron están a menor altura, es importante revisar estas condiciones
topográficas para la ubicación de futuros asentamientos, pues recurrir al relleno puede mejorar
la altura, pero aumenta la vulnerabilidad frente a movimientos telúricos por la licuefacción del
terreno.
Por más obras y adecuaciones técnicas que se realicen, no podemos olvidar como lo reconoce
la Subdirección de Emergencia del FOPAE en su diagnóstico técnico para la emergencia del
2011 (Emergencia SIRE No. 3381 Nivel Emergencia III) que “en general las zonas afectadas
por reflujo asociado a los altos niveles del Canal Cundinamarca y sus afluentes, se cataloga en
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amenaza media de inundación por desbordamiento de acuerdo al plano normativo del Plan de
Ordenamiento Territorial vigente para Bogotá”
Los sistemas de alcantarillado de Bogotá presentan afectaciones en su funcionalidad
disminuyendo su eficiencia en las temporadas invernales, pues con el incremento de los niveles
del agua, las entregas de las estaciones elevadoras quedan sumergidas y/o ahogadas en sus
descargas a los ríos, generando en ocasiones reflujo e inundación de las plantas elevadoras;
adicionalmente se presenta el reflujo de la red de alcantarillado aferente, conllevando
inundaciones y/o encharcamientos en zonas habitadas.
Los cambios climáticos, modifican caudales y niveles históricos reportados en las últimas
temporadas invernales, pero las afectaciones también son de origen antrópico, los realces a los
jarillones y las intervenciones a la ronda para el desarrollo de asentamiento informales (tanto
para personas de altos como bajos ingresos), han eliminado paulatinamente las planicies
aluviales de amortiguación de las crecientes.
La estrangulación del cauce de los ríos, buscando protección contra inundaciones mediante los
jarillones, además de la sedimentación del cauce por los desechos sólidos arrojados y por el
pasar del tiempo, modifica los ciclos naturales del agua.
Las cuencas de los ríos han sido rellenadas para formar terraplenes o jarillones, con diversos
materiales (como arcillas, material vegetal, escombros de construcción, basuras y otros
desechos acumulados sin compactación técnica), reduciendo las zonas de inundación y/o
humedales de los ríos invadiendo de viviendas o industrias a la ronda, las cuales además
vierten desechos líquidos y sólidos directamente al cauce.
A pesar del mantenimiento de las fuentes hídricas y el mejoramiento de las condiciones de
saneamiento básico realizadas a través de los programas de mejoramiento de los barrios, se
presenta incremento de desechos sólidos y residuos de origen doméstico en los sistemas de
alcantarillado y los canales, afectando los sistemas de drenaje, especialmente el sector del
canal de la calle 38 sur (denominado de los muiscas) y el canal Tintal II, que fueron
precisamente los que generaron las principales afectaciones.
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado ha informado a las alcaldías locales de Kennedy,
Bosa y la Secretaría Distrital de Ambiente – S.D.A, la invasión de terrenos públicos en torno al
Canal Cundinamarca, por parte de familias de recicladores quienes vierten gran cantidad de
desechos y contaminan con sus animales los canales de aguas lluvias, por lo que se requiere la
intervención urgente de los Inspectores de Policía para la recuperación de éstos espacios
públicos y el control de los animales. (Ver foto 6)
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Las soluciones de vivienda en la Bogotá Humana
Escuchemos la voz del agua como lo hacían nuestros ancestros, así podremos dialogar con
ella, aprender de ella y hacerla de nuevo nuestra madre.
Bosa y Soacha fueron de importancia religiosa para los muiscas, el cronista Fray Pedro Simón,
primer cura de Bosa y luego regente de los franciscanos, narra en Noticias Historiales, sobre
Bochica: “l Dicen que vino por la parte del este, que son los llanos que llaman de continuados
de Venezuela y entro a este Reino por el pueblo de Pasca, al sur de esta ciudad de Santa
fe…Desde allí vino al pueblo de Bosa,… donde se murió un camello que traía, cuyos huesos
procuraron conservar los naturales…dicen que fue la costilla que adoraban en la lagunilla
Bosachio los indios de Bosa y Soacha” (1.982. Tomo III, p 374).
Simón resalta en el texto referido la importancia ritual del agua, “hacían estas ofrendas no en
cualquiera aguas sino en aquellas que parecía había alguna particular razón, por extraordinario
su sitio, asiento y disposición, como en partes extraordinarias de ríos, como lo hacían en una
parte peñascosa del de Bosa, cuando pasa por cerca de un cerro que llaman de tabaco, dos
leguas y media de esta ciudad de Santafe, en lagunas de sitios y puestos peregrinos, como se
hacían en una cuesta que está cerca de este paso del río, en la mitad de tierra que hay desde
el río hasta el pueblo de Suacha… Ofrecían los indígenas pedazos de oro, para tener mejor
suerte en las pesquerías” (T. III p. 323)
El cronista relaciona nuevamente la relación de la región con el agua, refiriendo el relato de la
inundación que creó Chibchacum en castigo a los pobladores de la sabana y el origen del Salto
de Tequendama cuando Bochica rompe las rocas con una vara de oro, de esto dice: “El agua
de la Sabana no tiene otro lugar para salir que el suroeste, donde se junta en todas un copioso
río que llaman Bonsa, este halla una estrechura ya al desembocar al valle que llaman de
Tequendama…cuando viene el invierno grandes pedazos se anegan en especial cerca de
Bosa, Fontibón y Funza”. (T. III p. 379)
La primeros habitantes de este Bosa, convivían con las inundaciones y las aprovechaban, con
el nuevo Plan de Desarrollo de la ciudad que contempla el agua como ordenadora del territorio,
esta experiencia nos puede permitir ver la informalidad desde otra perspectiva, identificando
algunos aspectos positivos de los desarrollos urbanísticos por autogestión comunitaria y nos
hace un llamado de atención para que en los programas de mejoramiento de barrios,
rescatemos prácticas ancestrales para convivir con el agua y no de espalda a esta. No es
suficiente la vivienda formal, es prioritaria la vivienda adecuada, con participación de sus
próximos habitantes en la construcción de su hábitat a la usanza de los muiscas de este
territorio.
La informalidad es un estado mental no una condición física, esta no es nociva sino cuando
trasgrede lo legal, los niveles de solidaridad que pululan en los desarrollos informales, pueden
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ser los insumos para el control social a la invasión de la ronda y disposición de basuras y
escombros y principalmente para la autogestión comunitaria en los procesos urbanísticos y la
gestión compartida frente al ambiente; por ejemplo en el Plan Parcial Campo Verde, que
presenta zonas suceptibles de inundación pueden desarrollarse humedales artificiales que
pueden sostenerse mediante la modalidad de administración comunitaria.
Los costos de la atención d emergencias como la de diciembre pasado le cuestan mucho al
desarrollo de la ciudad, que se financia con nuestros impuestos, por eso debemos continuar
con el desarrollo del mejoramiento de los barrios frente a la gestión colectiva del riesgo y
prevenir la generación de nuevas invasiones.
Además del control social, es necesario un mayor control por parte de las autoridades distritales
y locales de Bogotá, quienes en el marco del decreto 332 de 2004 (Artículo 16) deben realizar o
exigir, según el caso, análisis de riesgos, planes de contingencia y de medidas de prevención y
mitigación en los siguientes eventos:
1. En los proyectos de inversión del Banco de Proyectos de Inversión del Distrito (EBI)
2. En el otorgamiento o renovación de licencias, concesiones, permisos y otras autorizaciones
administrativas, ya sea como condición o requisito previo para su expedición o como parte de
su contenido mismo.
3. En los procesos de prefactibilidad, factibilidad y diseño de obras y proyectos.
4. En los términos de referencia o en los pliegos de condiciones para la celebración de
contratos o como una obligación específica a cargo de la persona que celebre el respectivo
contrato con la administración.
5. En los procesos de organización y prestación de servicios públicos, tanto en el diseño de los
planes como en los procedimientos de operación permanente.
6. En la elaboración de los planes maestros de equipamientos del sector social.
7. En los instrumentos de gestión urbana derivados del Plan de Ordenamiento Territorial y
8. En las licencias de urbanismo y de construcción conforme a lo previsto en el Plan de
Ordenamiento Territorial.
Finalmente corresponde a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR,
adelantar las gestiones pertinentes que permitan agilizar la adecuación hidráulica del Río
Bogotá, además de adquirir y adecuar áreas para el aumento de la capacidad hidráulica del rio,
recuperando los espacios del agua, generando humedales artificiales para amortiguar las
crecientes mediante inundaciones controladas y además para controlar la contaminación
mediante técnicas bióticas.
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Bibliografía consultada
Aguado Fray Pedro, “Recopilación Historial“, Tomo I, Biblioteca de la Presidencia de la
Republica, Bogotá 1.956.
Castellanos Juan de, “Elegías de Varones Ilustres de Indias “, Biblioteca de la
Presidencia de la República, Bogotá 1.955
Decreto Distrital 398 de 2004
Decreto Distrital 410 de 2004
Diagnóstico Técnico DI-6104 Subdirección de Emergencias Evento SIRE No. 450983 -
Emergencia SIRE No. 3381 Nivel Emergencia III, FOPAE 2011
Diagnóstico Técnico DI-6103 Subdirección de Emergencias Evento SIRE No. 450983 -
Emergencia SIRE No. 3382 Nivel Emergencia III, FOPAE 2011
Escovar Alberto, Mariño Margarita, Peña Cesar, “Atlas Histórico de Bogotá 1.538 –
1.910”, Corporación La candelaria, Alcaldía Mayor de Bogotá, Editorial Planeta,
Bogotá, 2.004.
Simón Fray Pedro, “Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme y las
Indias Occidentales “,Biblioteca del Banco Popular, Bogotá 1.978.
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Hospital pablo VI de Bosa ESE
Plan de Ordenamiento Territorial de Santafé de Bogotá Distrito Capital. Documento
Técnico Soporte. Alcaldía Mayor de Bogotá. Departamento Administrativo de Planeación
Distrital, 2.002
Velasquez , M. y Castellanos J.C. 2005. Boletin Hojas al Aire. Cabildo Muisca de Bosa:
Patrimonio Vivo. Bogota: Fundación Cultural Chiminigagua.
* Juan Carlos Castellanos es Especialista de la Universidad Nacional, en Mercados y Políticas
del Suelo en América Latina, fue alcalde local de Bosa entre 2008 y 2010; es consultor de la
Fundación VERITAS AID e integrante de la Asociación de Profesionales para el Desarrollo
Urbano y Regional PROADECUAR, una organización sin ánimo de lucro creada en 1994 desde
la localidad de Ciudad Bolívar, como estrategia para superar la estigmatización y para apoyar el
capital social para el desarrollo urbano, en el mayor conglomerado informal de América Latina
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Relación de imágenes:
Foto 1 Una de las aves endémicas del sector que aun hoy habitan los humedales
Foto 2 Capilla doctrinera de San Bernardino en Bosa, patrimonio arquitectónico de
principios de siglo XVII
Foto 3 El Tiempo del 16 de noviembre de 1979, anunciando la inundación del Río
Bogotá
Foto 4 El Tiempo del 18 de noviembre anunciando la inundación
Imagen 1 Ilustración del funcionamiento del Canal Cundinamarca
Foto 5 Inundación en Alameda del Río – Bosa
Figura 1 Localización y delimitación de los Cuadrantes de afectación por reflujo en el
sector de Tierrabuena de la localidad de Kennedy.
Figura 2 Localización y delimitación de los Cuadrantes de afectación por reflujo en los
sectores de Alameda del Río y Ciudadela el Recreo localidad de Bosa
Grafica 1 Cuenca del Tintal, con curvas de nivel
Foto 6 Contaminación del canal Cundinamarca a la altura de Patio Bonito.
imagen 6