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PLIEGO LA HUMANIDAD EN ‘EL FESTÍN DE LA MUERTE’ LUIS FERNANDO CRESPO Licenciado en Teología espiritual 2.809. 14-20 de julio de 2012 Literatura espiritual en una novela juvenil

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PLIEGO

LA HUMANIDAD EN ‘EL FESTÍN DE LA MUERTE’

Luis Fernando CrespoLicenciado en Teología espiritual

2.809. 14-20 de julio de 2012

Literatura espiritual en una novela juvenil

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El festín de la muerte¿es posible suscitar la

experiencia religiosa, abrir una ventana a la

trascendencia del ser humano, mostrar el ser esencial –el verdadero tesoro de la humanidad– a través de la literatura juvenil? en la actualidad, en medio de tantas historias románticas edulcoradas, de tantos vampiros que revolotean por las editoriales, de tantas distopías, ¿tiene cabida una literatura juvenil que muestre seres humanos verdaderamente humanos, abiertos al misterio de la existencia? ¿es posible una literatura de alcance, donde los protagonistas, en su aventura vital, muestren la naturaleza esencial del ser y lo dejen a un tiro de piedra de la Gracia de dios? Clásicos de este género narrativo, aparte de los cuentos populares recopilados por los hermanos Grimm, cumbre de la literatura con inteligencia espiritual, son El Señor de los Anillos y Las crónicas de Narnia.

aunque rara vez los cuentos hablan del más allá, de lo espiritual, “esas cosas terrenas de las que nos hablan los cuentos llevan en sí un contenido espiritual propio, en forma viviente, cuando no escondida. se trata de que ese mundo espiritual vuelva a encontrarse precisamente en sus encarnaciones terrenales. solo cuando el espíritu que dormita en el mundo terrenal sea descubierto y reconocido, quedará la Tierra, con todas sus criaturas, redimida” (Udo de Haes, El niño y los cuentos).

El festín de la muerte (sM), de Jesús Díez de Palma, premio Gran angular de este año, es una excelente novela que podemos entroncar en este tipo de literatura. una literatura que, sin ser explícitamente religiosa, nos muestra unos personajes abiertos al misterio de la vida y, en ella, a lo trascendental. a través de la historia coral de decenas de personajes vemos las múltiples caras de la guerra y, especialmente, a los protagonistas anónimos de la contienda. Vemos el rostro de la humanidad.

el título no deja lugar a dudas. Clamores de muerte recorren el libro, en sus personajes y en sus escenas. Tienen distintas tonalidades según el año y el lugar en el que se desarrolla la acción. Tienen diversas armonías, según la sensibilidad de los personajes que interpretan esta sinfonía humana, una humanidad con lo mejor y lo peor que el corazón de los hombres y mujeres podemos albergar. seres humanos que en tiempos de guerra se muestran tal como son, sin disfraces, desenmascarados por el instinto de supervivencia.

Mientras la royal air Force bombardea dresde, llenando de ruido, sangre, humo, destrucción e infinita tristeza la partitura del final de la guerra, Blake Clement-Moore, uno de sus pilotos,

estaba recordando que la ciudad que en aquel momento él y sus compatriotas reducían a cenizas era donde Schiller había compuesto la ‘Oda a la Alegría’, a la que Beethoven dotó de partitura musical.Lo mejor y lo peor, lo bello y lo

monstruoso, el bien y el mal, las acciones más nobles y las vilezas más infames recorren la segunda Guerra Mundial a través de esta excelente narración.

La cita de entrada a la novela, del poeta José Agustín Goytisolo, nos da el tono de la obra y hace de obertura: “Y encontré solo muerte, ruina y muerte bajo el cielo vacío”. se nos anuncia que solo encontraremos ruina y muerte. Bien lo parece.

sin embargo, al final de la novela, en su último párrafo, nos damos cuenta de que hemos estado peregrinando con la humanidad hacia la humanidad. algunos personajes la han mostrado desde el principio, otros solo la alcanzan cuando todo acaba y existe la posibilidad de comenzar una nueva vida, más allá de la muerte que toda guerra siembra en el ánimo y el corazón humano. nos hemos trasladado con los personajes, nos hemos transformado.

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Es tiempo de verano, tiempo de lectura también para los más jóvenes. En medio de la amplia oferta editorial dirigida a este público, sin embargo, escasean las propuestas que, sin ser explícitamente religiosas, nos muestren a seres verdaderamente humanos, abiertos al misterio de la existencia y a lo trascendente. El festín de la muerte (SM), de Jesús Díez de Palma, Premio Gran Angular de este año, es una excelente novela que podemos entroncar en este tipo de literatura. A través de la historia coral de decenas de personajes, vemos las múltiples caras de la guerra y, especialmente, a los protagonistas anónimos de la contienda. Vemos el rostro de la humanidad.

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La lectura nos ha servido como camino de iniciación, de humanización: es una literatura espiritual.

en la última escena de la novela vemos que pavel Tachenko, en medio de la barbarie y la ferocidad de la violación a una niña y a su madre por parte de sus correligionarios, se ha encontrado con su propia humanidad. al mirar a otro ser humano, víctima indefensa, se ha abierto a la compasión. el contacto con la violencia y la muerte, como a tantos personajes de la novela, le ha transformado, y le hace trasladarse, cambiar de lugar existencial:

[pavel] se había llevado los dedos a los botones de la bragueta, que torpemente trataba de desabrochar con los nervios de la excitación, cuando vio por primera vez la cara de la niña. Sus miradas se cruzaron en una centésima de segundo, aunque las aterrorizadas pupilas de Erika no repararon en las suyas.pavel descubre que algo debía de haber en su corazón distinto al odio, algo que le había impedido participar en el martirio de aquellas dos hembras, en su vengativo sacrificio.pavel Tachenko decide recuperar

su ser verdaderamente hombre y defender a la madre y a la hija que iban a ser violadas. recién convertido a su verdadero ser, pasa de perseguidor a defensor de la verdadera humanidad.

Mientras cambiaba el cargador de la metralleta dio unos pasos hacia la puerta para sentarse, apoyado en el quicial, con el arma en la mano, dispuesto a defender hasta la muerte, como le habían enseñado, aquella

posición estratégica, aquel miserable refugio subterráneo que encerraba, así lo había entendido por fin Pavel, su patria, la humanidad.Muerte y humanidad. Las dos

hermanadas en esta novela, entretejidas en el ser del hombre, donde se representa el drama del ser humano. Tan espiritual.

I. Y ENCONTRÉ SOLO MUERTE, RUINA Y MUERTE, BAJO UN CIELO VACÍO

Todas las muertes que nos presenta el libro son cercanas y abrasan a quien las contempla o lee: muertes de parejas que se aman, de hijos, muertes familiares, muertes heroicas, muertes sin sentido, muertes que no dejan lugar a la esperanza, que rompen el futuro, que dejan aturdido por la violencia gratuita que las genera, por la banalización de la violencia; la violencia de la guerra es ruina y muerte. desde el primer capítulo se nos informa que la muerte había comenzado un festín que duraría seis años.

El festín de la muerte parece reducir al absurdo cualquier intento de esperanza, de celebración, de victoria, como sucede en el caso de la muerte del niño Jacques Legrand, si cabe más sin sentido que todas las muertes. La muerte de Hanna y Jaroslav guillotina toda posibilidad de futuro, de permanecer, de descendencia. La muerte aniquila el objetivo que mantiene con vida y hace luchar nuestra vida, como le sucede al soldado Juan delgado, de la división azul.

La muerte acecha a neville Clement-Moore y le saca paulatinamente de la vida. La muerte en vida de agnieszka Kalinowska la hará desear la muerte, anhelada como definitiva liberación, durante su estancia en el campo de concentración. La muerte de una novicia clarisa desata un vendaval de locura y desesperación en el teniente elizalde. La muerte del propio teniente elizalde, tras un gesto de compasión, le lleva a alcanzar la muerte reconciliado con la vida. La muerte del teniente de las ss, verdadero “malvado” en la novela, nos produce alivio… y nos hace comprender que, como lectores, hemos caído también en la dinámica de la muerte.

II. Y ENCONTRÉ MUERTE, RUINA Y MUERTE, BAJO UN CIELO VACÍO

Hasta ahora solo hemos destacado la muerte. pero la cita que abre el libro habla de la ruina y de la muerte bajo el cielo vacío.

desde una lectura de fe, podemos comprender que el cielo está vacío porque dios se ha vaciado para enriquecernos, para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

en la novela el cielo está vacío porque dios está escondido (Deus absconditus) ante el problema del mal, del humo, de la sangre, del festín de la muerte. ¿Cómo poder decir “Tú eres un dios escondido, el dios de israel, el salvador” (profeta Isaías), en medio de las barbaries la segunda Guerra Mundial?

La novela muestra el cielo vacío. un cielo que no responde cuando se le increpa, cuando, tras la desgracia, varios personajes claman a ¿dios? porque en ese cielo hay dioses de escayola, muy diferentes al dios incomprensible pero vivo, creador, que trasciende el propio misterio. el verdadero dios es al que increpa Job en la Biblia.

dios guarda aparente silencio. Jean pierre, tras la muerte de su hermano, pareciera dejar de creer en dios, pero deja de creer en un falso dios.

Durante más de mil noches habían rogado a Dios por el alma de su madre, por el regreso de su padre, por el fin de la guerra. Rezaban con los ojos

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Curiosamente, es en esa fiesta del nacimiento de Cristo en la que se desarrollan muchos de los episodios de esta novela.

el día de navidad la lógica humana también se altera, como durante la guerra. el absoluto se hace finito, el trascendente inmanente, el todo poderoso todo frágil, dios se hace carne mortal en un niño que nace pobre en un lugar desconocido del mundo. Cambia el paradigma, entra la paradoja, para comprender la historia de la humanidad.

La guerra pone de manifiesto la elección de cualquier ser humano: podemos renacer al bien que nos forma o al mal que nos deforma.

III. LA APOTEOSIS DE LA HUMANIDAD

en medio de tanta muerte, de tanta desolación, la novela está llena de gestos de humanidad, de amor.

“el amor está prohibido por la ley de la guerra”, dice el abuelo de Jacques y Jean pierre. pero no es así en la guerra que nos describe esta novela, porque junto a la muerte hay amor. una crítica al festín de la muerte señala: “amor entre hermanos, amor de padres e hijos, amor entre amigos o camaradas, amor de pareja (…). Me gustaría definir esta obra como un canto al amor (además de a la paz) en medio del horror más profundo” (El Tiramilla).

es el amor al que estamos llamados por el hecho de ser humanos. aunque, como a pavel, el sufrimiento de la guerra le haya llevado a vivir en el odio, que le hace tan inhumano.

Si el sentido de la vida es disfrutar de los días, esperar con ilusión los venideros y amar y dejarse amar, a Pavel se lo habían arrancado antes de que nadie pudiese enseñárselo. Para él la vida no era más que mantenerse respirando hasta el día siguiente, odiar y dejarse odiar.Como ya hemos señalado, solo al final

de la novela pavel volverá a ser humano, por la compasión.

desde el amor podemos situarnos ante el sufrimiento, dejarnos transformar por él y transformar:

“ante el sufrimiento del otro, de la llamada de dolor, lo primero que se impone es la escucha. esta reacción

de la humanidad, alaridos de terror y espanto que se elevan hasta el cielo:

“el sufrimiento es un grito que suplica consuelo.

no nos sentimos consolados si no recibimos una respuesta a la pregunta del por qué. ¿por qué tengo que padecer? ¿por qué tiene que sufrir mi hijo? son preguntas estas que tocan la concepción de vida, preguntas profundas que esperan respuesta.

¿Qué respuesta se articula desde la opción por Cristo? Jesús mismo padeció. Consigo la respuesta si me fijo atentamente en la manera en que se acercó a los que sufrían, en la manera que él mismo padeció e iluminó el sufrimiento. el sufrimiento no le es ajeno a su existencia” (Francesc Torralba).

“Ecce homo”: “este es el hombre”, dice Pilatos ante un Cristo azotado y coronado de espinas. esta es la humanidad.

Con su humanidad dios nos abre la puerta a la divinidad, que es comunión de amor. amor que el mismo dios ha manifestado en un niño que no ha encontrado lugar para nacer en la ciudad y, tras venir a la vida, ha sido colocado en un pesebre, donde comen los animales, prefiguración de la tumba donde reposará su cuerpo torturado por una crucifixión.

Cristo ha venido a mostrarnos la condición humana en plenitud. su hacerse hombre, su asumir en todo la condición humana, el proceso de humanización de dios, su hacerse carne, su encarnación la celebramos en la navidad.

dirigidos hacia una imagen de yeso del Niño Jesús que, desde su capillita de madera, miraba hacia un cielo en el que Jacques y Jean Pierre solo habían vislumbrado bombarderos. Jean Pierre miró la estatua, y estaba a punto de pedirle a Dios que salvase el alma de su hermanito cuando se sorprendió rogando que le devolviese la vida. Se lo exigió y, mientras lo hacía, supo que Dios no era capaz de hacer tales cosas, ni de cuidar a su madre, ni de devolverle a su padre, que seguramente llevaría cuatro años muerto. Solo él había sobrevivido a la guerra. Jean Pierre le hubiese suplicado al Niño Jesús que le llevase con Él, con su familia, pero se vio desprovisto de fuerza y de imaginación para hablar con un trozo de yeso modelado y pintado.no deja de ser curioso que el libro de

Job, obra de la literatura universal, a la par que libro revelado para los judíos y cristianos, es el estudio más profundo del problema del mal en la Biblia, que se expresa por medio de una narrativa dramática sobre un individuo en particular y su familia.

La narrativa dramática está presente en El festín de la muerte: dramática sobre unos individuos que padecen la historia de la humanidad, historia donde dios actúa salvíficamente (religión judía y cristiana) y se encarna (religión cristiana).

el cielo está vacío porque dios se ha vaciado, y en Cristo se ha hecho hombre. se han abierto los cielos y en la tierra ha germinado el salvador (isaías): “Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz”. (san Pablo, Carta a los Filipenses 2, 6-8)

no hace alarde de la categoría de dios, es un hombre cualquiera, un dios escondido, que manifiesta la plenitud del hombre; en el sufrimiento compartido por los personajes de El festín de la muerte.

Tanta muerte, tanto sufrimiento vertido en los acontecimientos narrados, en las tragedias vitales vividas por los personajes de la novela, son clamores

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es la primordial y la única digna de credibilidad. ayudar a alguien no es, de entrada, una cuestión teológica, sino de empatía. no se trata de convencer o de instruir, sino de escuchar, de ser receptivo a su clamor y de entrar, en la medida que se pueda, en su piel.

después de la escucha y de la empatía hace falta ir más lejos, hay que tratar de comprender. el tercer paso es la curación. este es el camino que deriva de la opción cristiana… Contra la punzada de dolor no vale la resignación, tampoco la indiferencia. se impone la necesidad de escuchar y de curar con esa Fuerza interior que hace maravillas a través de nosotros” (Francesc Torralba).

así se comportan en muchas ocasiones los personajes de El festín de la muerte. Capaces de escuchar al otro, de ponerse en su lugar, de tratar de comprenderle, de sanarle desde una actitud de amor gratuito.

“dios es la fuente del amor: amémonos, pues, los unos a los otros. el que ama es hijo de dios y conoce a dios. el que no ama no conoce a dios, porque dios es amor (…). es cierto que a dios jamás lo vio nadie; pero si nos amamos unos a otros, dios vive en nosotros, y su amor alcanza en nosotros cumbres de perfección” (1 Jn 4, 7 y ss).

1. Personajes llenos de amor◼ Edna Clement-Moore cumple el

mandamiento de amar a sus enemigos: por ello se convierte en el prototipo de este ser humano que con su actuación llena de esperanza el horror de la guerra.

edna discrepa de su hermano, que solo piensa salvarse aniquilando alemanes. ella va más allá: sabe que su salvación viene con la donación incondicional que supone salvar a sus enemigos. al comienzo de la novela encontramos que edna dice:

También me gustaría ayudar a los pilotos alemanes derribados.su hermano, el soldado, reacciona de

manera muy diferente:Puede que sean buenos chicos –dijo después de meditar–, pero créeme: si no acabamos con ellos, ellos nos matarán a todos.en la contestación a su hermano edna

muestra una clarividencia que la hará más humana:

Tal vez –admitió Edna–, pero de nada nos servirá ganar la guerra si para entonces todos nos hemos vuelto nazis.al final de la novela se nos cuenta

cómo edna ha actuado desde el principio de la contienda:

Una vez iniciada la guerra la empresa que más enemigos le había reportado era su continua intercesión por los prisioneros alemanes y sus vanos esfuerzos por conseguir una guerra humanizada. edna muestra su humanidad

poniéndose en el lugar de los inocentes que sufren, aunque sean sus enemigos alemanes:

Edna, enemiga declarada del nacionalsocialismo, se había lanzado a una campaña en defensa del pueblo alemán, al que trataba de liberar de sus estigmas, y esa era precisamente la corriente contraria a la que la mayoría

de los británicos había decidido seguir. A todos les resultaba más fácil creer que luchaban contra monstruos inhumanos, que pensar que los soldados alemanes o los civiles que morían en los bombardeos eran tan inocentes como los británicos, los polacos o los franceses. ◼ Hans Müller. si hay un personaje

que a lo largo de toda la novela, en sus apariciones, está teñido de humanidad, y parece estar de más en el horror de la guerra, es Hans. Él no quiere que se prolongue la guerra. Lo que desea es regresar a su hogar (recuérdese lo que significa el hogar, el lugar donde la persona se encuentra con su verdad de ser humano, con el tesoro de su naturaleza esencial). Hans quiere regresar a su hogar y encontrarse con su paternidad, generadora de vida, y con la inocencia de su hijo, muestra de la fecundidad vital.

Hans es un soldado que juega el juego de la vida. antes de ir a la guerra ha sido futbolista, ha jugado. Quiere mantener su ser auténtico durante la guerra, intuyendo que solo su ser lo que es le salvará de la muerte.

Hans quiere jugar. porque sabe que el juego, siempre, pero más que nunca en medio de la seriedad de la guerra, es fuente de salvación. el juego le permite entrar en contacto con el otro, con el enemigo potencial; el juego abre a lenguajes imprevisibles, más allá de toda comprensión; el juego hace que se ponga en el lugar del otro, a su altura.

Hans quiere establecer vínculos de relación, de amistad. por ello se ofrece y comparte:

–¡Jacq! ¿Tú gustas chocolate? Hans ex-trajo del bolsillo media tableta de cho-colate envuelta en platilla y se la tendió a Jacques. Este, que se había detenido, miraba el regalo con voluptuosidad, sin atreverse a volver con el soldado.el comportamiento de Hans, sincero,

cambia la percepción del niño francés sobre el soldado alemán: ya no es un invasor malo, sino un enemigo bueno. Le gustaría responder a su hermano, que le regaña por establecer contacto con él, “que Hans era bueno”.

Hans se da cuenta de que los niños también participan del lenguaje y de la lógica de la guerra, que solo podrá ser superada cuando abandone su uniforme y quede desnudo en su propio ser humano.

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pues todos entendemos el lenguaje de la compasión, de la liberación, que es el lenguaje del ser humano.

Juan respiró, feliz, satisfecho, conven-cido de haber obrado bien por una vez.Basten estos tres prototipos de

humanidad, edna, Hans y Juan, más allá de su ideología, de su país de origen, de sus creencias, para comprender que El festín de la muerte da ocasión también a mostrar el lado más bondadoso del ser humano.

2. Gestos de humanidadrecojo algunos gestos de ser humano

en plenitud. son los gestos anónimos que no pasarán a la historia de la humanidad, pero que la constituyen. siempre tienen cabida en una novela:

‣ La mirada que recrea al otro y le devuelve su integridad

Jaroslav sabe ver en Hanna, en sus piernas frágiles, marcadas por la poliomielitis, dos árboles preciosos. sabe mirar en su interior, no quedarse en su exterior marcado por la discapacidad.

No hay árboles como tú en Polonia. No, los árboles como tú están en la selva africana o en Indochina. Allí están los árboles más preciosos, pero están escondidos, nadie los ve.Jaroslaw muestra cómo es la mirada

que recrea a la persona, que la acepta en su totalidad, en su realidad. una mirada que le devuelve su condición de ser digno de amor, que la convierte en persona amada.

‣ El amor con vocación de eternidad en medio de la finitud y la fragilidad

Los aviones se acercaron tanto que pu-dieron distinguir las bombas colgadas

blicano, –pensó Juan–, igual que puede ser español, ruso o alemán, pero por debajo de ello un hombre es un hombre. La cuestión sería poner esta condición por encima de todo lo demás.ahí Juan delgado va a dar un salto

mortal, pues su enemigo, si hubiera tenido ocasión, le hubiera asesinado a él. pero él no puede matar a otro ser humano.

No quería verle la cara, temía recordarla en pesadillas durante el resto de su vida. Así, de espaldas, no era más que un soldado, un soldado enemigo. Si veía su cara, se convertiría en un ser humano como él.por eso es capaz de hacer un gesto en

contra de la lógica de la guerra. sabe que si le descubren sus compañeros liberando a un prisionero será juzgado por alta traición. La lógica de la guerra va, en ocasiones, contra la lógica de la humanidad. Y él prefiere continuar siendo humano, romper la dinámica de la guerra y de la muerte:

Juan volvió a agacharse y se dirigió al ruso. –Vete –le dijo–, y le señaló el camino que debía seguir, al lado contrario por donde avanzaban sus compañeros.El niño permanecía inmóvil, perplejo.–Vete, vete –susurró Juan–, y le empujó.Pavel recorrió un par de metros a ga-tas y se volvió sin dar crédito a lo que estaba viviendo.–Vete, vete –le volvió a decir el soldado nazi–.La acción de Juan tendrá sus

consecuencias. pavel ha aprendido lo que es la bondad. Y al final de la novela él también será capaz de repetir el gesto y de liberar él también a dos mujeres alemanas que están siendo vejadas y violadas. También les dirá lo mismo, “vete, vete”, creyendo que está hablando en alemán, en vez de castellano. Las mujeres serán capaces de comprender que son salvadas,

al final de la novela, Hans, despojándose de su uniforme que le hace ser para la guerra, naciendo de nuevo el día de navidad, es cuando comienza la posibilidad de volver a su verdadero hogar.

◼ Juan Delgado es uno de los personajes de la novela que tiene mayor capacidad de ponerse en el lugar del otro, sea quien sea. esta empatía es la que le irá transformando y le permitirá regresar con vida junto a su madre, que también representa el origen de la vida, aunque vuelva mutilado, pues la guerra siempre deja heridas.

Juan ha caminado con los otros soldados, podemos decir que se ha puesto en sus zapatos, y va transformando su percepción y su corazón:

En aquellas interminables marchas, Juan fue trabando amistad con algunos compañeros, en su mayoría falangistas, a quienes había jurado odio eterno.También es capaz de ponerse en el

lugar del desconocido, un anciano judío, que es atropellado ignominiosamente, vituperado y despreciado por unos soldados alemanes. Juan sale en su defensa, pues no puede ver la injusticia cometida contra el débil.

pero Juan, como si entrara en una dinámica del semper magis, va más allá, y es capaz de ponerse en el lugar de pavel, el niño ruso que acaba de hacer prisionero. no es un niño niño, sino un niño convertido en monstruo por la dinámica de la guerra.

incapaz de comunicarse con su prisionero, en un momento de máximo dramatismo vital, Juan reflexiona y nos da una clave constante de la novela. Todos somos seres humanos, más allá de nuestras diferencias por raza, ideología, opción política o religión. Todos podemos comprendernos desde esa realidad que nos une más de lo que las otras nos separan. pero para ello es necesario que nos reconozcamos como hombres, y que a ello le concedamos la mayor trascendencia real.

¿Qué hacía que dos jóvenes des-conocidos se matasen sin ni si-quiera entenderse?¿Cómo podían discutir?¿Cómo podían ofenderse? Y si llegasen a comunicarse, acaso no sería más fácil que compartiesen senti-mientos e incluso aficiones? Un hombre puede ser comunista o fascista, o repu-

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bajo su fuselaje, las cruces negras y blancas pintadas en las alas y la sinies-tra esvástica en la cola. Un escalofrío de terror sacudió al mismo tiempo sus cuerpos sin que se pudiese saber de quién había partido. Se abrazaron con fuerza.–Te quiero –dijo Jaroslaw–. –Te quiero –le confirmó Hanna–, mien-tras unas ensordecedoras y terroríficas sirenas anunciaban el picado de los Stuka.Ambos se fundieron en un apasionado beso, que era a un tiempo despedida y compromiso de eternidad, un beso de paz que guardaba todo su amor, toda su esperanza.‣ Solidarizarse con el destino

de las víctimas, por amorpor amor a su hija Hanna, a su

recuerdo, a Jaroslaw, judío que la amó como nadie, agnieska, cristiana polaca, se sorprende diciendo a otra persona:

“Yo también quiero ser judía”.esa opción, que la lleva hasta el campo

de exterminio, le hace comprender que en “aquel momento lo más cristiano era ser judío”, es decir, aceptar el sufrimiento del inocente y unirse a él.

‣ La lucha por lo que es justo, por la libertad (religiosa)

son pequeños gestos de resistencia activa que tienen un profundo significado, pues hacen al ser humano defender lo que cree, aunque a veces arriesgue la vida y pueda llevar a derramar la propia sangre. nos recuerdan que el ser humano tiene una semilla de héroe en su interior.

Aquella pintada en el templo significaba para ellas –y esperaban que para todo el que la leyese– que aquella iglesia

seguía viva, que Polonia seguía exis-tiendo y pretendía expresar, sobre todo, su esperanza en el futuro y su rebeldía contra el orden de cosas establecido por los alemanes, contra la odiosa doctrina nazi, contra la guerra.‣ Quien se niega a aceptar la dinámica

de la violencia para llegar a la pazasí el ejemplo de una mujer alemana,

en la que impera el sentido común:La señora Schneider solía hablar de sí misma como una campesina inculta, pero le sobraba sentido común, algo que parecía faltar a tantos dirigentes y generales que se tenían por sabios e ilustrados. Ella nos sabía ni de política ni de historia. O bien admitía la opinión general, o bien la de su marido, que en nada se parecía a esta. El Sr. Schneider detestaba a los nazis. Él tampoco era muy instruido, pero no le parecía que se pudiese construir una sociedad partiendo del odio. ¿Qué había pasado con los judíos?o desde la constatación de los soldados:Pronto se convencieron de que ellos estaban allí para ayudarlos, para liberarlos del comunismo que Stalin les imponía desde el Kremlin de Moscú, sin darse cuenta de lo extraña que resultaba una liberación que se lograba por medio del bombardeo de sus ciudades y la quema de sus campos.La violencia no es el camino. solo

genera muerte y produce monstruos. sigue el teniente elizalde con los últimos pensamientos de su vida:

Si te pasas al enemigo igual tomarían represalias. Hemos creado un monstruo… Iba a añadir: “Igual o peor que al que combatimos”, pero eso ya no fue capaz de pronunciarlo.

3. Practicar la misericordiaLa novela está llena de gente anónima

que hace el bien, que practica la misericordia. Tomamos como prototipo la historia de Jean pierre y Jacques, hermanos desplazados por la guerra, en su peregrinar. su camino se llena de ángeles de la guarda que cuidan de ellos para que lleguen sanos y salvos a su destino. desde parís, recién ocupado por las fuerzas nazis, hasta normandía, todavía libre, donde esperan encontrar refugio en casa de unos tíos. el viaje, el camino, es al mismo tiempo una peregrinación iniciática a la vida, en medio de su fragilidad y precariedad. Gente anónima les muestra el verdadero rostro de la humanidad, de su bondad.

∙ Dar posada al peregrinoUn matrimonio compatriota de los seño-res Kolber los recibió y los condujo inme-diatamente a una espaciosa habitación con dos camas, en las que se acostaron vestidos y continuaron durmiendo…∙ Dar de comer al hambriento–¡Niños! –volvió a gritar desde lejos–, y Jean Pierre y Jacques se volvieron para verla acercarse corriendo.–Para el camino –les dijo mientras partía la larga barra de pan en dos mitades y le daba una a cada uno–.∙ Enseñar al que no sabeÉl mismo cogió sus maletas y los acom-pañó hasta la estrecha carretera que pasaba al otro lado de la estación. Les indicó la dirección que debían seguir y se volvió corriendo hacia el tren.∙ Cargar el peso de la humanidad

sufriente, aunque suponga una sobrecarga

Un automóvil cargado hasta arriba se detuvo a escasos metros por delante de ellos. De él salió un hombre gordo, con la camisa remangada y con tirantes.(…) Luego les dijo que los podría llevar hasta Bayeux, que irían descansados en el coche, aunque no había sitio para el equipaje. Jean Pierre contestó que no abandonarían el cochecito y el buen señor se avino a subirlo, encima del colchón y las maletas que ya portaba la baca del sobrecargado automóvil. Del coche había salido un chaval de unos trece años, que ayudó a su padre a montar el cochecito y atarlo con un trozo de cuerda.estas personas anónimas han sido los

cireneos, las verónicas, que han hecho

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tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel”.

a continuación, dios desvelará su nombre, su ser: “Yo soy el que soy”. un ser que es amor.

un dios que, en medio de tanto festín de muerte, a través del amor del ser humano, muestra al hombre a lo que está llamado, lo que le concede la plenitud de su humanidad, lo que le hace divino: el amor.

en un artículo en el que se estudia la relación entre dios y la literatura infantil y juvenil se señala: “pero la misión de una ficción no es dar explicaciones respecto a nada, sino narrar los comportamientos y hechos concretos de una historia. por tanto, en ella no debe haber más lecciones que las que puedan desprenderse legítimamente de lo que se cuenta. es decir, debe hablar o no de dios según lo requieran el argumento y la personalidad de los protagonistas, y ‘lo religioso’ no tiene por qué verse ni mucho ni poco sino lo necesario. por tanto, a la hora de mostrar conceptos sobre dios y formas de práctica religiosa, en las novelas aparecerán enfoques distintos, los de ayer como se tenían ayer, los de hoy como se tienen hoy. esto se ve bien en relatos realistas de calidad reconocida” (Luis Daniel González).

no cabe duda de que El festín de la muerte, de Jesús díez de palma, es un relato realista, de calidad reconocida, que abre al público juvenil, y a cualquier lector adulto que sepa disfrutar con la buena literatura, a la dimensión espiritual de la vida, a través los personajes que se mueven en su obra polifónica. Y eso, teniendo en cuenta la situación de la literatura juvenil en la actualidad, es todo un logro. el premio Gran angular ha aumentado su prestigio premiando una novela como esta. Tan llena del espíritu de dios que aletea en la humanidad.

cese de la violencia, por el reencuentro de los seres queridos. En el viejo templo, confundida con el incienso, flotaba una mezcla de esperanza y melancolía, de anhelos y desaliento.pareciera que rezar lo que produce es

justo lo contrario de lo que se desea.A Juan le dolían las rodillas y todos los huesos, por lo que se movía cons-tantemente, tratando así de aliviar sus molestias físicas. De igual modo, sus pensamientos no lograban permane-cer en la oración y el recogimiento, y lo mismo se detenían en las llagas del crucificado. A la mañana siguiente se celebraría el juicio, y Juan suplicaba a Dios, a Jesús, a la Virgen y a todos los santos que le devolviesen a su padre, que les permitiesen volver a ser una familia, a vivir en paz.el padre de Juan será condenado, y

morirá en al cárcel.en esta novela, dios ¿quién es? ¿a qué

dios se dirigen los personajes? ¿dios es más que una exclamación en el camino, a lo largo de una historia de salvación?

un conductor quiere ayudar a los hermanos que huyen de la guerra:

–¿Adónde vais? –preguntó–.–A Normandía –respondió Jean Pierre, olvidando que ya estaban en aquella región–, a casa de nuestros tíos.–¿Y vuestros padres? –quiso saber el señor–.Jean Pierre tragó saliva antes de con-testar:–Mamá está en el hospital de Beauvais; papá, en el frente.–¡Dios mío! –exclamó el conductor–.aunque será toda la novela, con su

muerte, su ruina y su muerte la que se alza como un clamor de la humanidad hacia el cielo, ¿vacío?, esperando la liberación.

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Moisés escucha a dios en la teofanía del Monte sinaí. a un dios que no es ajeno al sufrimiento de su pueblo, al dios que ha escuchado su clamor.

Yahvé dijo: “Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues conozco sus sufrimientos. así que he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una

más llevadero el particular vía crucis de los hermanos Legrand.

son los héroes anónimos que han puesto de relieve el verdadero rostro de la humanidad, y pueden ayudarnos a desvelar el nuestro.

“Leemos estas historias no tanto por la curiosidad de saber cómo han actuado otros; lo que nos intriga es imaginar cómo actuaríamos, como habríamos actuado nosotros” (Antonio Muñoz Molina).

IV. LA ORACIÓN EN MEDIO DE LA TRIBULACIÓN

Jesús, en medio de su martirio en la cruz, consciente de su muerte inminente, se dirige a dios con las palabras del salmo 22: “¡dios mío, dios mío, porqué me has abandonado?”, que en hebreo se dice “Eloí, Eloí, lamá sabaktaní”.

ante los desastres de la guerra, edna se pregunta delante de dios:

–¿Por qué? –se preguntó pensando en los jóvenes, ingleses y alemanes, que aquel día habían dejado de vivir–. ¿Por qué, Dios mío, hemos tenido que llegar a esto? dios, aparentemente, calla.el cielo parece vacío ante tanta

muerte. el sin sentido son las tinieblas que envuelven el mundo entre las violencias de la guerra, verdadero jinete del apocalipsis. en esa situación los personajes de nuestra novela también se dirigen a dios. Ya hemos visto cómo Jean pierre, tras la muerte de su hermano, no es capaz de seguir dirigiéndose a la imagen de yeso del niño Jesús, pues experimenta el silencio de un dios que no atiende sus súplicas.

El silencio de Diosen nuestra novela la oración casi

nunca es escuchada, ni en el día de navidad. eso produce desaliento.

Gloria a Dios en lo más alto y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. No eran solo las voces o las silenciosas plegarias de quienes se habían reuni-do bajo la bóveda de aquella pequeña iglesia normanda, sino que millones de oraciones, colectivas e individuales, en francés y en alemán, en inglés y en polaco, en neerlandés, en italiano, en griego, en danés, en noruego… se alza-ban en aquellos momentos hacia el cielo y rogaban por el fin de la guerra, por el

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