la historia de la litera ura ur guaya

20
or-e a 1 la historia de la litera ura ur guaya .--- --1

Upload: lamdan

Post on 07-Jan-2017

234 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: la historia de la litera ura ur guaya

or-e a 1la historia de la litera ura ur guaya

.--- --1

Page 2: la historia de la litera ura ur guaya

C.~PITULO ORIENTAL presentará semanalmente. en Su,tremta. y ocho fascículos, la historia de la literatura urugu;tj'a.El conjunto abarcará un panorama completo. desarrollado enextensión y en profundid~d, de las. obras más representativasdt:: la producción literaria nacional, desde la Conquista )' laPatria Vieja hasta nuestros días. El lector-podrá coleccionaJel texto ilustrado de estos fascículos, para contar con un volu­nl('!1 completo al cabo de su publicación; simultáneamente.separando las tapas podrá dispone. de una "..diosa iconograf íade la historia del país.L,)~ libros que acompañan a los fascículo!'. formap'án la.' Bihlioteca Uruguaya Fundamental".

Este fascículo ha sido preparado por laprofesora Sra. Merced.es Ramírez deRossiello, revisado por el Dr. CarlosMartínez Moreno y adaptado por el De·partamento Literario del Centro Editorde América Latina.

del Novecientos:María Eugenia

h\ historia de lalill'ratura uru.~lIaya

14. Las poetisasDelmira y

._ • . oIb..._ ...."'.....

Oelmira Agustini.

Page 3: la historia de la litera ura ur guaya

LAS POETISAS DEL900: DELMIRA YMARIA EUGENIA

En nuestra joven tradición literaria la gene­ración del 900 configura un modesto "siglo deoro" de apenas veinte años, pero generosa­mente constelado por importantes nombres quehan hecho de aquel período no sólo un puntode referenda para los técnicos, sino tambiénuna zona de retorno para los memoriosos.

la generación del 900 es una clave denuestra literatura: por la densidad, la cohe­sión, la calidad de las obras; por la atmósfe­ra irreal de aquellos años que parecen tanlejanos y no lo son; por el itinerario de aque­llas vidas que entretejieron la malld de un tiem­po desaparecido para siempre.

Parte de la atracción que ella ejerce provie­ne de dos creaciones y dos vidas singulares,antípodas y paralelas: las de Delmira Agustiniy María Eugenia Voz Ferreira.

Dos vidas; una opciónEntre las muchas peculiaridades de la gene­

ración del 900 debemos contar la presenciade dos mujeres que por su calidad excepcio­nal hubieran marcado un vértice en cualquierperíodo de nuestra literatura, pero que alexistir y crear contemporáneamente singulari.zan ese momento, al par de alumbrarse y es·c1arecerse una a la otra. Queremos señalar unhecho que por obvio puede pasar inadvertido:las obras líricas de Delmira Agustini y MaríaEugenia Voz Ferreira se ven mutuamente enri­quecidas cuando se entabla entre ellas el pa­ralelo que en forma espontánea sugiere sucoincidencia en el tiempo.

los grandes temas poetizados por ambas,con perspectivas, lenguaje y clima tan diferen­tes, se hacen más rotundos en ese juego declaroscuro inmediato que muestra la compa­ración. Poema a poema, vida a vida, se vorevelando el designio que las separa y las uneal mismo tiempo.

María Eugenia Voz Ferreira, nacida en 1875,inauguró cOn su hermano Carlos la tradiciónintelectual de la familia. Frecuentó los salonesfinisiculares en su primera juventud. Las foto­grafías permiten adivinar un tipo de bellezaprofunda, de éstas que se imponen por encimaa pesar de la· severidad del rostro: tal vez,solamente, a través de la mirada y los ojosque transparentan la excepcionalidad del almaque los ilumina.

Poco a poco se fue adentrando en la sole­dad, el descuido y la hurañía, hasta apagarseen 1924.

Delmira Agustini nació en 1886, en un ho­gar acomodado donde privaban el mal gustoy el convencionalismo habituales. Tuvo Sil

piano, su bordado, su pintura, su Club Uruguay,su traje de bodas de encaje de Bruselas. Eraostentosamente bella. Amó y fue amada.

Súbitamente, su vertiginoso tránsito de amorse vio quebrado en 1914 (el 6 de julio de eseaño fue asesinada por su ex-marido, EnríqueJob Reyes, quien en seguida se suicidó l.

Una eligió la soledad y encontró la deses­peración y el vacío. La otra eligió el amor yencontró la angustia y la muerte.

Delmira y María Eugenia, por sus vidas,los arquetipos clásicos de la opcióncompañía· y la soledad.

Page 4: la historia de la litera ura ur guaya

Dibujo de Goby para "El libro blanco" de Delmira.

'1 'Id ~ 1 l '.1 ''"' \ .'I.~. tÚlRUllA

LA ISLA --:..;..;==

DI:: LOS

I

---CANTICOS

MONTl!VIUl!O• · ..... 50" A fIAJot~EIi'O y Jt'AMOS" 5. A.o ¡..,,_

Can. H....lolo•• M'ln. 1"',

1925

210

Si la vida es amor, ¡bendita sea!¡Quiero más vida para amar! Hoy sientoQue no valen mil años de la ic:!et:'Lo que un minuto azul del sentimiento

"Explosión" (Delmira, El Libro Blanco)

cargando con la cruz de la quimera,ajustada a la sien ardua corona,sin poder claudicary sin tocar la carne de la vidajamás, jamás, jamás.

"Las quimeras" (María Eugenia,La Isla de los Cánticos)

y ambas sufrieron la inevitable contradicciónque cualquiera de los términos de la elecciónlleva impHcita.

l:rase una cadena fuerte como un destino,Sacra como una vida, sensible como un alma;La corté con un lirio y sigo mi caminoCon la frialdad magnífica de la Muerte ...

"la Ruptura" (Delmira,Los cálices vacíos)

¿Por qué no te plugo hacermelibre de secretas ansias,como la feliz doncellaque esta noche y otras tantasen el hueco de esos brazoshallará la suma de gracia?

"los desterrados" (María Eugenia,La Isla de los Cánticos)

TEMAS, TONO, RITMO DE CREACiÓN

Frente a este antagonismo de vida o dedestino, cabe señalar en El ~ib..o Blanco, Can­tos de la Mañana, L\)s Cálictl$ Vacíos y La Islade los C6nticos, la presencia ~e un gran tema:el amor.

Pero el amor en estos conjuntos es algomucho más trascendente que la consabida tra­gedia femenina obsesiva y polarizante. El amores fuente de poesía, eje existencial, ahonda­miento del ser; canto y rnetqf;sica a la vez.

Delmira clama por él desde El Libro' Blancoen un conjunto de poemas agn,lpaqos hacia elfinal de la selección: "rntimo", "Explosión","Amor", "El Intruso", "Desde lejos" y "la Copadel Amor". Es la etapa del amor presentido.

En Cantos ele la Maña.,a aparece el amorvivido, dador de 99zo ("Primavera") o engen­drador de sufrimiento ("El Vampirp"). En LosCálices Vacíos· sé da la -tercera instancia: elamor consumado, que culmina ~u v~rtiente pro­funda en el poema "Visión".

En La Isla de los Cánticos, diez y siete poe­mas entre cuarenta y uno que componen la

Page 5: la historia de la litera ura ur guaya

Delmira a los 5años (finesde 1891).

Fotograflapublicadá en

"Fray Mocho"el 17 de

julio de 1917.

LA OTRA ISLA DELOS CANTICOS

En 1959, después de ~a muerte de Carlos VozFerreira, Emilio Oribe reunió en un libro los ma.nusaitos inéditas de Maria Eugenia.

El carácter casi pástumo de la Isla Se los Cán­ticos, el hecho ele que la poetisa hubiera seleccio·nado --de entre un conjunto que se sabia eranumeroso-- sálo cuarenta y un poemas para in.tegrar su libro y el celo extremado con que suhermano custadiá el material desechado, aaecen.taran la prolongada expectativa que concitá la'0170 Isla de los Cánticos.

El "Dr. Emilio Oribetrabajá con amor en losviejos papeles y prologá con fineza esle lomo depoesla. No escapa al lector de la Otra Isla delos Cánticos que el fervor encomiástico de susjuicios se apoya, más que en una objetiva coli·bracián de la obro, en la admir<Jcián incondicio­nal a la imagen de una poetisa que fue su amiga.Esta frase lo revela: ..Ahora, desaparecidas lasalusiones encornadas que aún se vislumbran cuan·dose 'leen aquellas poeslas, es evidente que de­ben colocarse, por su fúlgido contenido idiomático,junto a las obras de la madurez y de la perfec­cián; osI los limites del universo poético de laautora se ensancharán más allá del azar humano,para ofrecerle mayores basamentos a su grandezadefinitiva".

Creemos que la 0170 Isla de los Cánticos noenriquece en absoluto la significación y lo cali·dad de la IIrica de María Eugenia, consagrada yadefinitivamente en 1925. Y sí que estos poemas,como algunos incluidos en su primer libro, danla encarnadura de su existencia ávida de amory desolada al mismo tiempo.

selección, se despliegon en torno del amor:desde el fallido madrigal de pésimo gusto("Miraje") hasta el gemido de "Los desterra­dos", pasando por la impostada y sonora so­berbia de "Heroica". Querido, -añorado, desa­fiado, nutrido acaso con el equívoco de unadelicada e imperceptible insinuación ("Vozbeata"), o tal vez una histoda real, con despe­dida ("Invitación al olvido") y muerte ("His­toria póstuma").

Delmira cantó las ensoñaciones de enamo­rada solitaria, la plenitud -goce y sufrimien­to- de la amante, la saciedad que demasiadopronto apagó una sed que parecía inextingui­ble. Pero siempre, en la ficción del ensueñoo en el vértigo real del cuerpo, en el transportealado que va de lo erótico a lo espiritual, enla gracia de estar amando o en el recuento dela frustración, está en el centro mismo de laautenticidad.

María Eugenia cantó, en 'poemas de pobrí­sima calidad, breves escenas idílicas; o, condesplante de amazona, lanzó un reto al másconvencional e inverosími·1 de los amadores.¿Posibles máscaras de una historia descono­cida y verdadera? Lo cierto es que en su poe­sía amatoria el amor está dado con una notafalsa, con un tono desafinado. En cambio nadiecomo ella para cantar el más seco, el más en­conado de los dolores: el de una vida de laque el amor está ausente.

Hemos dicho antes que el amor en estas doscreadoras es algo más que biografía. Expe­riencia que por su propia sustancia es busca;nunca agotado en sí mismo, el amor engendraen la carne o en la palabra criaturas impre­visibles y únicas.

2ft

Page 6: la historia de la litera ura ur guaya

MarIa Eugenia Voz. Ferreira.

Así en La Isla de los Cánticos muchas com­posiciones, como "Barcarola de un escéptico","El ataúd flotante", "El regreso" o "Únicopoema", son creaciones que tienen el amorcomo origen, remoto pero seguro, en tanto quesu ausencia es la que ha determinado en elalma del poeta el paisaje interior,la realidadsubjetiva y la concepción metaf;sica que canta.

En cuanto a Delmira, nos inclinamos a pen­sar que, paradójicamente, la muerte no frustróen ella la tarea creadora. El tema del amor yahabía sido ahondado y trascendido en sus in­tensas posibilidades líricas. Y sí, en cambio,que la enfermedad y la muerte de María Eu­genia cegaron una fuente de rica vena queno estaba agotada.

Por otra parte, el ritmo de la labor creadoraen una y otra parecen confirmar esta hipótesis.

María Eugenia Voz Ferreira no cumplió sinoen el año de su muerte con el propósito deordenar sus poemas dispersos, algunos éditos,otros entregados en copias manuscritas a susamigos; y aun así, La Isla de los Cánticos, suúnico libro, apareció póstumamente, al coidadode Carlos Voz Ferreira.

Labor lenta, esporádica, casi desmayada,como si se hubiera acompasado al ritmo can·sino de su existencia contemp'lativa y arrasada.

212

Delmira. Agustini escribió fecundamente des­de los diez años de edad. Publicó tres librosde poesía en seis años y dejó material inéditosuficiente como para que se organizaran otrosdos: El Rosario de Eros y Los Astros del Abismo.La adivinación, el magnetismo,la fecundidad,la urgencia de su quehacer de poeta se acuer­dan con su breve vida quemada en etapas ful­gurantes y con la temática extenuante de sulírica.

LA ESTRELLA: VÉRTIGO Y MEDITACiÓN

Podemos trasladar esta apreciación sobre ~I

ritmo de creación al ritmo interior de los poe­mas: ambos revelan igualmente la pulsación delas dos vidas.

Nada mejor que escoger dos composicionesque tienen el mismo tema para apreciar nosólo el fluir lírico, sino para esbozar las sus­tanciales diferencias del lenguaje poético.

Ceguera (Delmira)

Me abismo en una rara ceguera luminosa.Un astro, casi un alma, me ha velado la Vida.¿Se ha prendido en mí como brillante mariposa,O en su disco de luz he quedado prendida?

Page 7: la historia de la litera ura ur guaya

No sé•..Rara ceguera que me borras el mundo,

Estrella, casi alma, con que asciendo o me[hundo:

¡Da tu luz y vélame eternamente el mundo!

La estrella misteriosa (Maria ,Eugenia)

Yo no sé dónde está, pero su luz me llama,¡Oh misteriosa estrella de un inmutable sino!. ..Me nombra con el eco de un silencio divinoy el ·luminar oculto de una invisible llama.

Si alguna vez acaso me aparto del camino,con una fuerza ignota de nuevo me reclama.Gloria, quimera, fénix, fantástico oriflamao un imposible amor extraño y peregrino ...

y sigo eternamente por la desierta vía,tras la fatal estrella cuya atracción me guía,mas nunca, nunca, nunca a revelarse llega!

Pero su luz me llama, su silencio me nombra,mientras mis torpes brazos· rastrean en la

[sombracon la desolación de una esperanza ciega.

El poema de Delmira expresa en el primerverso, en forma de radical antítesis, la calidadfundamental de esta ceguera: es luminosa alpar que, por eso mismo, rara.

También el primer verso de la segunda es­trofa 10' declara: "rara ceguera que me borrasel mundo". Vidente para el punto intenso yluminoso, enceguecido para el mundo y lavida, el poeta define la. luminaria de manera ....reiterada y apr0J!:imativa: "Un astro, casi un ~.alma ... "i "Estrella, casi alma ... ". No seelige ningún término visual que nos alcance lacondición del objeto, sino una entidad abs-tracta, mucho más intensa por lo que de cargasignificativa de vida, avidez de posesión y donde entrega tiene la palabra alma.

La relación entre el creador y el astro estáplanteada desde el comienzo de una maneraabsoluta: "Me abismo", y, más tarde, "as­ciendo o me hundo". Es un vértigo trazado enun espacio indefinido, sin arriba ni abajo. Es elvértigo del ser. Los verbos utilizados mentanun movrmiento en el que la voluntad, si existe,tiene sólo una participación inicial. El tránsitoes en sí mismo irrefrenable.

Los dos versos finales de la primera estrofaexpresan la misteriosa naturaleza del vínculoque une con fatalidad a la poetisa y la estre­lla. Yeso misteriosa naturaleza está traducidaen una interrogación que desarrolla una com­paración reversible. ¿Quién es el insecto yquién es la luz? En una permanente metamor­fosis, tan pronto Delmira es la estrella queseduce al astro-mariposa, tan pronto es la

Delmira Agustini.

Page 8: la historia de la litera ura ur guaya

criatura fascinada, prendida --:hasta morir­en el disco de luz.

la estrofa final es una invocaclon de dosversos y un ruego en el tercero: "¡Dame tuluz y vélame eternamente el mundo!". En estepoema intenso y oscuro pese a tanto deslum­bramiento, el misterio se acrecienta hacia el,fin. ¿Está sintiendo, al hacer esta súplica, quela ceguera que le vela la vida y le borra elmundo se atenúa y que ella cobra, con la vi­dencia, una lucidez para lo real que la alejade esa comunión sustancial con el astro? ¿Oteme perder alguna vez, más tarde -y de ahíel adverbio "eternamente"-,Ia sombra quela aísla de la realidad y la instala en ese vi­brante ahondamiento de lo esencial con que E'Iastro la nutre?

El poema de María Eugenia, soneto de Verspalejandrino, también plantea, aunque en for­ma más explayada y transpprente, la relaciónentre poeta y estrella. los dos cuartetos can­tan la fuerza, el místerio y la tenacidad con

que el llamado del astro se ejerce. los patétl­costercetos,la melancólica esterilidad de laobediencia a ese llamado mudo, invisible yvelado.

El primer verso tiene relación directa con elsustantivo y el adjetivo del título. En efecto,la luz de la estrella y su misterio se dicenen él. la 'estrella está aludida no por su pre­sencia, sino por su ausencia. Con cinco pala­bras,María Eugenia consigue sumir en tinie­blas toda luminosidad: "Yo no sé dónde es­tá ... ". la cualidad misteriosa se traduce porla eficacia de un llamado de luz que, en poéti­ca trasposición sensorial, se hace oir. Esta luzse trasmuta en el "silencio divino" del tercerverso y el llamado .es, ahora, un "me nom­bra". Es la individuación del ser concreto quea lo largo del poema contará sus momentá­neos desvíos y su definitiva fidelidad.

"Si alguna vez, acaso, me aparto del camino..."

...

214

UNA BELLA ESTATUADESPEDAZADA

Perdón si le mole~lo una vez más. NecesitoeSfF;!>irle. Hoy he logrado un mqmenlo de calmaen mi eterna exaltación dolorosa. Y ~slas sonmis horas más Iris les. En ellas llega a la c!?ncienciade ';;i inconciencia. Yo no sé ~i su neuraslenia haalcanzado' ~u;,ca eJ' grado de 'a mio. Yo' no sés¡'Ud. ha mirpdo' alguna vez la locura cara acara y ha luchado ca" ella en la soledad angus.liosa de un espírilu hermélico. No ~ay, no puedeh;;bersensacián más horrible... y el ansia, elansia inmensa de p~dir socarra contra lodo -ean­tra '. el lerrible yo sobre lC?do-::-' a otro espíritumártir del mismo martirio. Acaso su voluntad másfuerte ;,ecesariamenl", que la mía, nC) le dej;;'rácomprender jamás el sufrimienlo ~e mi debilidaden lucha conIra tanlo horror... y en 101 caso,si viviera Ud. cien a~os, la vida deblfl resultarlecarla para r~ir de mí. Si es que Darlo puede reirde nadie. Pero si par alguna cifinicÍad mórbidallega Ud. a perciq)r mi ~spíritu, n¡i verdadero es­pírilu, en el lorpelliro de mí locura, me lendrá Ud.la niás profu"da, la' más afectuosa compasiónque pueda sentir jamás.. Piense Ud. que ni aún me queda la esperanzade la muerle porque la imagino llena de vidashorribles. Y el derecho del sueño se me ha negadocasi d", nacimiento. Y la primera vez que desbordami locura es anle Ud. ¿Por qué? Nadie debió der~su"ar más i'llponenle a mi limidez. ¿Cómo ha­cerle creer en ella a Ud. que sálo conoce lo va­len'lía de mi inconciencia? Tal vez porque le r~­conoci IOás esencia divina que a lodos los huma-

nos Irolados hasla ahora. Y por 1.0 lanlo, másindulgencia. A veces me a~usla qli osadía 'J aveces -¿a qué negarIo?- me reprocho el deso~­

tre de mi orgullo. Me parece una bella eslolueldespeda~ada a ~us Ries... :;lé que 101 homenajenada vale pIna Ud. per~ Y9 no puedo hacerlomás grande. .

A mediad!!s d'El octub,!, p..iensl) inlernar qli neu­rosis en un sanalorio ~!' c:\Snde, bien o mal, saldreen noviembre o diciembre para casarme. He re­suel.to arrojarqle ~I abis;;;~ me9ros~ del casamien­lo. No sé: 101 vez en el fondp me espe.-a la feli-cidad. i la vida es Ion rfl~ei . "

¿Quiere. Ud. d!liar caer en un alma que a~aso

se aleja para siempre, una 501q palabra polernol?¿Quiere Ud. escribirme una vez más, áunque seala úllimo, poro decirme qu'l "O me despr",cio?

. ." . • D.

eetrla de Deln1lra Aguslinl l:I R':ll>;n DQ(lo. Sin fe~lla.

HEROICAluis Enrique: Deseando:¡ disipQr por complelo su

Qnllguo re'ncor, yo quería' ser pronla y compla­cienle al cespcínder su cQrlQ, pero me dice usleden ellQ "que 'conmigo prefiere el combQIe al buenacuerdo" . .. y me esloba movilizando. la misiónque me impongo anle usled es, pues, QmbiguQ yordUQ: complQcerlo, combQtiéndolo.

Me invila usled a colQbocar en su cruzQda; lohQré, en PQrle, eslo es: enrolándome en IQ legióncontrQriQ. De aIro modo sería "'buen acuerdo" yusled no lo quiere osi.

Creo' que en eslos dlQS VQ Q celebrarse un fes­livQI prÓ-GermQnií:l y, si IQ pereZQ nihilisla qiJese me hfl c>oueslp siempre Q toaQ realidad me lo

Page 9: la historia de la litera ura ur guaya

Oelmira ell brátos de su madré.

permite, diré algunas palabras de elogio sobre lamilitarización prusiana, que considero la mejor or­ganizada y que suponga en profunda discordanciade simpatía con el autor de Madame Clichy.Pongo así Hmi fuerza al servicio de una ideo",como usted me fo indico.; conservándome fiel ami dable rol de complacerlo y combatirlo. le en­vío los "pequeños dedos" pera que usted los. ..quiero decir, para que usted les haga lo que diceen su carla que les hace. Van despojados dealavios: sin sortijas, sin guantes. Usted, partida­rio de la coquetería, tal vez los preferiría ornadoscon algunas de estas prendas, pera esto sería ya"buen acuerdo" y usled no lo quiere así. Además,cualquiera de esos prendas podría servir de escudo,y en su afán de "combate" ellos no quieren quenada, nada se interponga.

Saluda con su mós alto respeto.

María Eugenio Voz Ferreira.

Carta a Luis Enrique Azarola Gil. Sin fecha.

LA VOZ DE MARIA EUGENIAla voz de Maria Eugenia atesoraba una reso­

nancia de profetisa en el instante de la revelaciónritual. Una sonoridad de oboes, algo así como siella hablara al borde de una pequeña gruta, yel eco repercutiera sutilmente, amoldándose sobrelas palabras, como halo resonante de ellas, enun apoyo finisimo de sanoridades.

Yo pude oir su voz muchísimas veces. Vozdenunciarlora de infinitos desamares, alternandocon infelntiles lamentos y con afirmaciones foromidabl¡;;s.

Expresaba un riguroso concepto sobre el arte,conla sinceridad y la intransigencia de los pro­fetas. De súbito, cesaba aquel ritmo solemne,para reir, con una carcajada espléndida, o paraalternar con una expresión llana y hasta plebeya,como si estuviera arrepenfig(:J do hüber subidotanto.

Recordemos, por un momento "I'inflexion desvoix chsres qui se sont tués", que evoca Verlaine.¿Quiénes, enire SUs amigos, !!9 recuerdan, en estemomento, la voz de Morfa Eugenia, entre ias .ocesque no han callado y que no han muerto?

(Emilio Oribe: Teoría del Nous, 1934, pág. 265).

LA MIRADA DE DELMIRA( ... ) Cada vez que evoco un recuerdo se me

representa tal cual la vi en el dio de la últimaentrevista que me hiciera durante la tramitaciónde su divorcio. Toda vestida de roja: su traje deterciopelo rojo, rojo su pequeño y coquetón somobrero y rojos, muy rojos sus rojos labíos. Fue ésauna de las pocas veces que me habló de su di­vorcio y recuerdo perfectamente que al pronosti.carle yo una reconciliación me miró dulce y pro­fundamente", 11 con aquella su mirada celeste,inexplicable y suprema en cuya expresión secontenia tada una vida de amar y todo un hori·zonte de esperanzo". .. Parecerlo que el poetaque esto escribió años ha (no recuerdo quién fue)hubiera captado en ese mismo inslante la sublimi­dad de esta mirado" ...

(Recuerdos de la Dra. Aurora Curbelo larrasa, enOelmira Agustini, de Ofelia M. B. de Benvenuto,pág. 30).

215

Page 10: la historia de la litera ura ur guaya

Fotografía de Delmirc pu­blicada por "Fray Mo­cho" en Buenos Aires el16 de may::. -:le 1913.

'.0 sala familiar ~c cc­sC ele Delmira Agustini.

entre aIras, el poeta Juan Zorrillo de San Martín.

Marle

-

Page 11: la historia de la litera ura ur guaya

11

fCl Eugenia

71

"Y sigo eternamente por la desierta viotras la fatal estrella cuya atracción me guía..."

El astro ejerce una tiranía ineludible: "conuna fuerza ignota de nuevo me reclama". Fuer"­za que puede 'explicarse por la naturaleza dela quíntuple definición que abarca los versosfinales del segundo cuarteto. En el principio yfin de la serie, la gloria y el amor Iimposible,extraño, peregrino) y en medio todo lo quees también irreal e ina1canzable -quimera,fénix, oriflama.

Los tercetos culminan con una conmovedoraimagen visual. Los torpes brazos de MaríaEugenia -brazos ciegos, como su propia es­peranza- en un tanteo desolado intentanapresar el rastro de la estrella que, ya se sabe,jamás se mostrará.

A través del ejemplo hemos hecho una expe­riencia pocas veces posible. Dos poetas con­temporáneos, pertenecientes a un mismo ám­bito, 'enfrentados a un mismo tema, revelan 'lasinfinitas profundidades y posibilidades de lacreación poética.

Enmascarado en el símbolo luz ahonda cadacual, con un 'lenguaje distinto, el tema delideal o del destino, tan transitado por el ro­manticismo.

Pero ya desde el punto de partida estáplanteada la diferencia de los elementos poé­ticos y, por allí, de la vivencia real del senti­miento. Para una es Ceguera, es decit, un efec­to transformador y desquiciante. Un efecto quese da en un yo inmediato, corporal. Un ence­guecimiento alucinado que desfigura todo des­de que opera la desaparición de la vida y elmundo. Para la otra es La estrella misteriosa,una entidad concreta, lejana siempre, perosiempre ella en sí misma.

La enorme distancia que media entre losdos poemas es la que va de cantar el efectoa cantar la causa.

Hay en el primero un ritmo acelerado que,vimos, se traduce en los verbos de fuerzamagnética: abismarse, quedar prendido, ascen­der, hundirse. En el segundo hay un vacío en­tre el objeto ~estrella- y el sujeto -poe­ta-, desde que los separa una ilimitada dis­tancia. El astro en la altura y el poeta en latierra devastada. "Y sigo eternamente por ladesierta vía ... ". El ritmo del poema es lentoy su tono meditativo. Hay un tiempo y un es­pacio para ser llenados por la infatigabletarea de la inteligencia. Porque es fundamen­ta'lmente una actividad de lucidez la que ana­liza y nombra, en pleno ejercicio poético, laextraña naturaleza del llamado; la que escogelos sustantivos y adjetivos que trasmiten elmisterio: luz que llama, eco de un silencioI . 'umrnar oculto, invisible llama, amor imposible.

Delmira no ha definido la estrella más quecon una aposición aproximativa: casi alma, niha definido el vínculo más que con la ale­gría interrogativa de la maríposa yla luz, depor sí exhaustiva. Todo 'en su poema es cosaconsumada y profunda: una verdadera co­munión.

María Eugenía dedica el verso más largo denuestra lel.gua para deplorar la más absolutade las incomunicaciones: "mas nunca, nunca,nunca a revelarse llega".

Delmira Agustini"Y LOS HABlA BELLOS HASTA EL DOLOR YFEOS HASTA LA RISA".

El primer efecto que causa la lectura de laobra de Delmira Agustini es de desconcierto.Desconcierto ante la fecundidad y la riquezametafórica; ante el valor de su desnudez esen­cial para cantar el amor; ante Jos adivinacio­nes que la vida y la muerte habrían de con­firmar. Desconcierto, finalmente, ante la disparcalidad de su poesía, con altibajos violentosdel gusto.

Hay, seguramente, razones de tiempo en lacreación de su obra que explican la falta deuna depurada selección de poemas, o aun deciertas imágenes o versos. El hecho es queDelmira Agustini escribió mucho en poco tiem­po. Tal vez una certera premonición de lamuerte temprana la urgió a componer conapresuramiento. Tal vez el ambiente familiar laestimuló y aun la empujó a ser primero niñaprecoz y luego poetisa de moda. Lo cierto esque a su obra total le falta el necesario rigorde la autocrítica que sabe sacrificar sin vaci­laciones lo que el tiempo se encargará deaventajar y convertir en colgaje molesto.

No valdría la pena hacer esta considera­ción si ella se aplicara ala obra primeriza,que generalmente en todo poeta es de tanteoy rectificación posterior. Pero es que en laobra delmiriana coexisten, desde el comienzohasta los ,libros póstumos, poemas que pidenpiadoso olvido junto a otros logrados con per­fección intemporal. Es posible afirmar en suproducción dos líneas: una procede de un nú­cleo fundamental -su don de auténtico poe­ta- ajeno al tiempo y a las concomitanciasambientales; otra recorre las adherencias dela época, de las lecturas y del medio. De ahíque desde El Ubro Blanco hasta Los Astros delAbismo podemos señalar dos ámbitos: unoenvejecido, irremediablemente celduco; otrofresco, permanente, esencial. En general, cuan­do la poetisa ~Iige el camino de la alegoría escuando méls féicilmente yerra el gusto. Sirvand!il ejemplo: "Por campos del ensueño", "La

217

Page 12: la historia de la litera ura ur guaya

sed", "El hac;la color de rosa", "la musa","Mi oración", "Carnaval", "El poeta y la dio­sa", "El poeta y la ilusión", "Mi musa triste","Misterio: ven", "Ave, envidia", "Serpentina"y "Mi plinto".

A veces se aprecian en un mismo poemasímiles vacuos -"el fa na'¡ sonrosado de Au­rora", "Fantasía estrena un raro traje de pe­drería"- junto a hallazgos insustituibles: "Elanda de oro COInta. .. la vela azul asciende"(en HEI poeta leva el ancla").

Para ilustrar la presencia paralela de lo ca­duco y lo perdurable, recordemos que ya enEl Libro Blanco aparecen poemas cumbres como"{ntima", "Explosión" y "El intruso".

"OH, TO QUE ME ARRANCASTE A LA TORREMAS FUERTE".

Ya hemos enunciado, al reparar en la ab­sorbente presencia del. tema del amor en lapoesía de Delmira Agustini, que pueden seña­larse tres instancias aproximadamente coinci­dentes con los tres libros éditos en su vida:El Libro 8lanco. presentimiento del omor; Can­tos de la Mañana, el amor vivido con el ha­llazgo del Tú; (.05 Cálices Vacíos, el amor consumado en la cORiunción con el amante. lacomplejidad subyace, sin embargo, tras eseesquema. la adivinación suple en la primeraetapa los vacíos de la espera, de mo~o talque el amor presentido es, en el plano poético,el canto del amor total. la traslación de loerótico a lo espiritual transforma, en 'la últimaetapa, el delirío de la carne en sustancia de

216

Delmira en 1913.

sueño. El amor, pues, es uno. Esperado enEl Libro Blanco o agotado en Los Cálices Va­cíos. Pero en ese cántico único podemos seña­lar algunas perspectivas esenciales del tema.

Desde "(ntima" y "Explosión",paslllndo por"las alas" hasta llegar a "Tu boca" y "¡Oh,Tú", encontramos una concepción particularno ya del amor sino del amar.

la mujer poeta ha experimentado tempra­namentela vocación del sentimiento. Y la hasentido con una fuerza proporcionada a todasu potencia vital y espiritual. Esa vocación noha sido el reclamo del desvalimiento sino unaíndole de un ser pleno de fuerza, inteligenciay gracia; capaz de abastecerse y nutrirse desu propia so'ledad. De ahí que los poemas quehemos nombrado antes planteen un conflictoentre la vocación para la entrega y la exigen­cia de una grandeza que conduce fatalmenteal ensimismamiento.

En la vida de .Delmira Agustini ese conflictono tuvo un desenlace real sino aparente. Esposible que una existencia más larga hubieralabrado otras alternativas previsibles. Un vai­vén angustioso entre 'la soledad mayestáticadel alma y la entrega dócil del cuerpo. O elencuentro definitivo del Tú capaz de reduciresa dO'lorosa dualidad. Sin embargo, la poesíamuestra una etapa de solución del antagonis­mo, Todos los poemas de este grupo temáticotienen un hálito dichoso que resulta del con·traste de las imágenes líricas que aluden almundo de la soberbia solitaria y 'las que dicenla sencilla, poderosa y feliz transformación dela entrega amorosa.

,d

Page 13: la historia de la litera ura ur guaya

. ..,...~......._ : ••---Dos de los

pocos fotografíasde Moría Eugenio

Voz Ferreiraque se han

divulgado hastaahora.

"Yo encerré I Mis ansias en mí misma y.todaentera I Como una torre de marfil me alcé"( ... ) "Yo sé que en nuestras vidas se produ­jo / El milagro inefable de'l reflejo / En el si­lencio de la noche mi alma / llega a 'la tuyacomo a un gran espejo" ("intima").

"Yo tenía ... / Dos alas ... ! / Dos alas, /QUe del Azur vivían como dos siderales raíces"( ... ) "Una sonriso tuya me despertó, paré­cerne. .. / i Y no siento mis alas!... / ¿Misalas? " / Yo las vi deshacerse entre mis bra­zos ... / ¡Era como un deshielo!" ("Las alas").

"Labor, 'labor de gloria, dolorosa y liviana; ITela donde mi espíritu -se fue labrando él mis­mo / Tú quedas en la testa soberbia de laroca / Y yo caigo, sín fin, en el sangrientoabismo" ("Tu boca").

"Yo vivía en la torre inclinada I De la Me­loncolía. .. I Las arañas del tedio, 'las arañasmás grises, / En silencio y en gris tejían y te­jían" ( ... ) "A veces yo temblaba / Del horrorde mi sima" ( ... ) "¡Oh, Tú que me arran­caste a la torre mós fuerte! / Que alzaste sua­vementela sombra como un velo / Que melograste rosas en la nieve del alma" ("¡Oh,Tú!" ).

"CON ALMA FOLGIDA Y CARNE SOMBRIA"

Hemos tomado como punto de partida denuestro análisis un dualismo que podría for­mularse bajo los símbolos estatua - mujer. Peroadentrándonos en la esencia misma de los poe­mas de amor, advertimos que otro conflicto,nueva máscara de aquél, organiza una zonade la poesía de Delmira Agustini. La vieja es­cisión maniquea alma-t:uerpo reaparece car­gada de un acento dramático. En "SupremoIdilio", de Cantos de la Mañana, larga com­posición alegórica, tras las imágenes de "unafigura blanca hasta la luz" y "un cuerpo te­nebroso", dialogan alma y cuerpo, bien y mal,hasta llegar a la conjunción del amor, "raíznutrida en la entraña del Cielo y del Averno".El mismo dualismo, planteado ahora con clari­dad estremecedora, reaparece en "El Cisne":"A veces ¡toda! soy alma; / Y a veces ¡toda!soy cuerpo".

En El Rosorio de Eros, desarrollado en cincosecuencias, hay un juego conflictivo entre losensual y lo espiritual: "el amor blanco y fríodel mármol", el amor sombrío que "como lamuerte pudre y ennoblece", el amor de fuego"sangre de mundos y rubor de cielos", elamor de luz, Hun río que es el camino de cris"tal del Bien:'; y el amor falso, Hde burla y fríomármol que el tedio barnizó de fuego".

Pero es en el poema "Ofrendando elque abre Los Cálices Vacíos donde elmo espíritu-materia está mós tol'ahnelntesado. Después de definir la

Page 14: la historia de la litera ura ur guaya

poema se resuelve en el verso final que en­cierra el modo de la ofrenda: "con alma fúl­gida y carne sombría". El poeta disocia launidad viviente en carne y alma. El alma essideral, . fúlgida, implícitamente solitaria. Lacarne es sombría, terrenal, también solitaria.Pero ambas confluyen juntamente en la "y"copulativa, que restituye la unidad vital en elmomento de -la ofrenda. En este verso se resu­me de modo formulario uno de los grandestemas que Rubén Darío, como Delmira, abordópersistentemente.

LO ONfRICO y LO COLOQUIAL.

Muchos aspectos importantes de la poesíadelmiriana habrán de quedar excluídos de es­tas consideraciones, necesariamente breves.Para finalizar, hemos de referirnos a dos lí­neas poemáticas que tienen que ver con eltono~ A este respecto, recordamos haber se­ñalado un camino casi siempre fallido: el ale­górico. La parte más importante de la obra deDelmira Agustini es aquélla que Se alimentadel mundo sobrecogedor del sueño. De esazona amplísima e inagotable se extraen lasimágenes poéticas más originales, desde que ladesrealización libera la capacidad creadora yle permite el sondeo en los estratos más in­explorados. Es en ese ámbito independizadode los cánones de la lógica y la realidad don­de el poeta fragua la perfección del poema,perfección que a menudo está ausente deaquellos poemas deliberados en los que pre­domina un vertiginoso eslabonamiento meta­fórico.

La otra línea, que llamamos coloquial, im­plica un Tú inmedioto hacia quien el poeta sedirige. Es siempre un Tú mudo (muerte, aman­te, vida) frente al cual hay una vibración in­tensa y verdadera. Es un puente que se tien­de entre el Yo y el Tú, con un lenguaje espe­cialmente íntimo.

Como ejemplo del primer grupo proponemos,de Cantos de la Mañana, el poema cuyo ver·so inicial es "La intensa realidad de un, sueño'lúgubre", "Tú dormías" y "Los relicarios dul­ces"; y de Los Cálices Vacíós, "Luz púrpura",

Los poemas coloquiales se expresan en laserie integrada por "De mi numen a la muer­te" e "'ntima'-', de El libro Blanco; "Vida", deLos Cantos de la Mañana; "Nocturno", "Tuboca" y "¡Oh, Tú!", de Los Cálices Vacíos.

Dejamos como un tríptico final pa,a la COn.sideración del lector, tres grandes poemas enlos que la línea onírica y la coloquial conflu­yen. Tres poemas que comunican la esencia másdelicada y compleja de Delmira Agustini y supoesía: "El intruso", de El Libro Blanco; "Vi­sión", de Los Cálices Vacíos y "Mis amores",de El Rosario de Eros.

220

Reunión familiar en casa de Delmira Aguslini.

Page 15: la historia de la litera ura ur guaya

María Eugenia Vaz Ferreira"EL ALMA A MEDIA LUZ, SOLA Y DISTANTE"

La Isla de los Cánticos recoge, seleccionadapor la propia autora, la producción de todauna vida. Es de suponer, pues, que decantadapor el tiempo y sometida a esa mirada desapa­sionada que puede alcanzarse en el últimotramo del peregrinaje, sea una colección queMaría Eugenia estimó como representativa desu ser profundo y de sus logros de poeta.

los cuarenta y tres años que nos separande la editio princeps muestran, sin embargo,que la autora no supo ser el justo juez de supropia obra.

¿Quién podrá saber nunca qué tiernas debi­lidades, qué desdibujadas sonrisas le hicieroncobijar a las endebles criaturas literarias quetrasuntan una aspiración al amor? Son poemasque nada aportan a su gloria, pero que con­fieren un contorno enternecido a su descarna­da figura; y que evocan una etapa en que laesperanza y la ilusión acompañaban y atem­peraban un dolor que habría de ser cada vezmás y más implacable. También ellos tienenalgo que decir, entonces, junto a la serie delos grandes poemas de sesgo metafísico y losnocturnos que la crítica ha destacado tradi­cionalmente.

No creemos que ninguna anécdota, queningún episodio, que ninguna circunstancia ex­terior a la propia vocación de María EugeniaVoz Ferreira puedan valer como explicacióndel gradual pasaje de la etapa de la posibi­lidad del <¡mor a la etapa de la soledad defi­nitiva. Tampoco será posible determinar nuncahasta qué punto la opción por la desierta víafue lúcidamente voluntaria o fatalmente inde­clinable. Simplemente se consumó con su re­doblada carga de dolor, enriqueciendo lanada con un penetrante análisis que ahonda­ba año a año la desolación. Y es en esa zonacalcinada donde el poeta se encuentra a símismo 'y donde una voz ensombrecida y bellaparece elevarse en un grave canto:

Alma mía,que la red seca y vadono te atreviste a arrojar.Entre la arena y las olasexisten dos cosas solas:morir o matar.

Alma míaque traes la red vacíade las orillas del mar ...

LA AVENTURA DEL ALMA

Pocos libros de poes;a logran trasmitir unaimagen tan verdadera del poeta como La Isla

de los Cánticos. Toda la vida se trasparentaen él; desde las influencias literarias de la épo­ca -parnasianismo y modernismo- hasta losavatares de un corazón tierno y orgulloso.Pero es al llegar a la zona de los poemas detono existencial donde el lector se enfrentaa la grande aventura de un alma.

Esta serie poemática se encuentra distribuidaa lo largo del libro alternada con los poemascircunstanciales, los de tema estético y losamatorios. En esa distribución aparentementeinconexa hay, sin embargo, una ordenaciónestricta que va marcando los hitos de un ca­mino irreversible. Desde "Resurrección", queabre la serie, hasta "Enmudecer", que cierrael libro, María Eugenia ha ido poetizando alo largo de toda su vida una historia sin anéc­dota, sin paisaje exterior, casi sin personaje,pero con un desarrollo progresivo hacia elgran silencio final. Alma adentro, año a año,una inteligencia clara yesin piedad va regis­trando la presencia de las últimas expectati­vas: "en cánticos de vida y esperanza / micorazón florecerá de nuevo" ("Resurrección"),"Tu fresco soplo serena la exaltación de mialma" ("Elegía crepuscular") y la persisten­cia de los recuerdos cálidos: "También como avosotros / miráronme gozosas las pupilas / querayaron en tórridos incendios"; pero, también,la pesado carga de la reclamada soledad:"y voy como vosotros / también inaccesible eimpotente / cargando con la cruz de la qui­mera / ajustada a la sien ardua corona ... "("las quimeras").

la inteligencia que esclarece las raices delsufrimiento se da pausa por una vez en esatarea de abstracción y aparece un poema dis­tinto, encarnado, con un personaje, anécdotay circunstancia. Es el más biográfico y, si noel más conmovedor, el que da más tregua alo humano de la tragedia femenina. Nos refe­rimos a "los desterrados", con su pudorosolamento: "¿Por qué no te plugo hacerme /libre de secretas ansias, / como la feliz don­cella / que esta noche y otras tantas / en elhueco de esos brazos / hallará la suma gra­cia?".

También "El regreso" es un poema expresi­vo de un deseo. Sin urgencia, sin angustia, elcanto se I~vanta casi con dichosa certeza: "Al­guna vez me llamarás de nuevo / y he devolver a ti, tierra propicia, / con la ofrendavital inmaculada, / en su sayal mortuorio todaenvuelta / como· en una bandera libertaria".

A partir de "El regreso", la aventura meta­física asume claramente las características deun viaje hacia la nada, ya casi sin temblor ysin dolor. En correspondencia con ese despo­jamiento -entrega voluntaria o pérdida in­querida- los símbolos se van haciendo másabstractos y el paisaje interior más surrealista.

221

Page 16: la historia de la litera ura ur guaya

Es la playa vacía de "Barcarola de un escép­tico" o el símbolo definitorio del ataúd flo­tante.

Gradua"lmente, el lenguaje se depura hastano ser más que el pulso del puro pensamiento,como en esta égloga nocturna del tedio:

Grito de sapollega hasta mí de las nocturnas charcas ..."la tierra está borrosa y las estrellas"me han vuelto las espaldas

Grito de sapo, muecade la armonía, sin" tono, sin eco,llega hasta mí de las nocturnas charcas ...

La vaciedad de mi profundo hastíorima con él el dúo de la nada.

("La rima vacua").

srMBOLOS DE LA REALIDAD-Cuatro nocturnos: "Sólo tú", "Hacia la no­

che", "Nocturno" e "Invocación", son clarasformulaciones de una aspiración.

El poeta -ha deambulado por una tierra in­hospitalaria para su ambigüedad. "Y no ten­go camino; / mis pasos van por la salvajeselva / en un perpetuo afán contradictorío"("El regreso") y ha expresado su único yúltimo deseo en e"1 mismo poema: "He de vol­ver a ti, propicia tierra".

Es éste el momento de reparar en una notaconstante de la poesía de María Eugenia: laausencia de un prójimo concreto. Su lirismoITa creado una realidad despoblada de todaotra cosa que no fuera su propia figura solita­ria. No hay, entonces, la oposición "del otro",ni el enfrentamiento con un "tú" que es siein­pre perturbador. María Eugenia no ha sidoadversaria de nada ni de nadie. Ella pudohaber dicho nada menos y simplemente quela vida no es propicia y que la muerte sí lo es.Pero en ese mundo que le fue tan profunda­mente incómodo, encontró" algo que tenía lacalma, el silencio y el acogimiento de la muer­te. Era la noche y la convirtió en símbolo."Solo tú, noche profunda, / me fuiste siemprepropicia;" ("Sólo tú").

La noche es el territorio natal de su alma,porque es el apaciguamiento de la vida y elborramiento de la realidad. Dentro de eseterritorio ha encontrado otro símbolo, que loes al mismo tiempo de su alma: "¡Oh! noche,yo tendria / una palma futura desplegada .1sobre el gran desierto" ("Hacia la noche").

El árbol es otra prefiguración de su ser.Se nutre por sí mismo de la tierra; es solitario,silencioso, ajeno a todo lo que no sea su len­to y radical existir; sin dolor, sin temor, sindeseo. "Árbol nocturno, alma mía ..• ".

222

Y frente a la quietud propICia de estos sím­bolos de su aspiración: lo tierra-muerte, elárbol-alma, la noche-muerte cotidiana, se opo­ne el omnipresente símbolo del mar. Once poe­mas cont.ienen alusiones reveladoras de su sig­nificado. El mar es el vaivén turbulento de loreal, el ruido del mundo, la angustia de lacarne. Presencia alarmante, se la rehuye siem­pre. O se la contempla desde un vuelo ensoledad, como el del pájaro misterioso de"Único poema".

"DE PRONTO UN PÁJARO ERRANTE CRUZÓLA EXTENSiÓN MARINA".

A propósito de "Único poema" escribió Car­los Voz Ferreira: "Había pruebas de cuarentay tres poesías, de las cuales ella había deter­minado cuarenta para esta selección. Entre lastres eliminadas figuraba la titulada "Únicopoema", la cual me impresionó tanto que lepregunté la razón de la exclusión. «Nadie laentendió», me dijo y accedió fácilmente a mipedido de que la volviera a incluir, por locual he creído mi deber intercalarla".

La fraternal insistencia adelantó en treintay cuatro años la publicación de este poema,que de otra manera" hubiera debido esperarLa Otra Isla de los Cánticos para ser conocido.

Es efectivamente un poema hermético dentrode su absoluta sobriedad. En cinco estrofas desencillos yersos octosílabos se plantea el enig­ma más' impenetrable de nuestra lírica. Lastres primeras estrofas describen un mar irreal-sin nombre y sin orilla-: es la imagen dela existencia universal y en ella, revirtiendo lavieja concepción del ciclo vital,' la muerte esla vieja madre de la vida. Las olas, movidaspor la mecánica desapasionada de la muerte,son el nacer y son el morir. La soledad, espe­cie de diputada de la muerte, inventa un juegoimpasible con cunas y tumbas. Yeso es todo.Reversibilidad indiferenciado entre los dos ex­tremos de la existencia; ajenidad total de lamadre engendradora ante la aventura delhombre.

Esta concepción pesimista y yerma se tra­duce en visión oníric;a. Soñé es la palabra clavedel segundo verso. La imagen está contempla­da desde una perspectiva de altura y por elloes estática. a pesar de las fórmulas verbales"daba máquina", "cesaban", "renacían" y"estaba jugando".

En la cuarta estrofa se quiebra la inmovili­dad: "De pronto un pájaro errante cruzó".La presencia del pájaro solitario y sin nombrecrea ung extensión ilimitada a través de unaprolongada sensación auditiva: "Cruzó la ex­tensión marina. I "Chojé"... "Chojé" ... re­pitiendo / su quejosa mancha iba. / Sepultóse

Page 17: la historia de la litera ura ur guaya

en lontananza I goteando "Chojé". " "Cho-ié" ... p .

Hay en la onomatopeya mojé una tristezarefinada y áspera. Es como la gota de sangreque mana de una herida desconocida; un la­mento, una melancolía sin regreso que des­ciende, como un adiós, sobre la extensióndesierta.

Simétrico del soñé del segundo verso, eldesperté del penúltimo aprieta el circuito delenigma: "Desperté y sobre las olas I me echéa volar otra vez". El poeta, al soñar, ve elmar y el pájaro que lo sobrevuela hasta desa­parecer en el horizonte; el poeta despierta yal despertar es, él mismo, el pájaro que soñó.El ave recobrada con la vigilia reemprende el

BIBLlOGRAFIA BASleA

SOBRE MARIA EUGENIA VAZ FERREIRA:

Sarandy Cabrera: Dos poetisas del Novecien­tos, revista Número, Montevideo, 1950.

Esther de Cáceres: Ser y poesía de MaríaEugenia Vaz Ferreira, Prólogo a I.G Isla de losCánticos.

Emilio Oribe: Teoría del Nous, Montevideo,1934.

Emilio Oribe: Prólogo a La Otra Isla de losCánticos, Montevideo, 1959.

Mercedes Pinto: Las Poetisas, 1ero grupo, enHistoria sintética de la Literatura Uruguaya(Plan Reyles 1, tomo 11, Montevideo, 1930.

Alberto Zum Felde: Proceso Intelectucil del Uru­guay, Montevideo, 1a. edic: 1930, 20. edic.1941, 30. edic. 1967.

SOBRE DELMIRA AGUSTINI:

Sarah Bollo: Delmira Agustini, Revista Ibero­americana de Literatura, N9 4, Montevideo,1962.

Sarandy Cabrera: Dos poetisas del Novecien­tos, revista Número, Montevideo, 1950.

Luisa Luisi: La poesía de Delmira Agustini, en"A través de libros y de autores", Bs. As., 1925.

vuelo y al volar engendrará nuevamente elpaisaje del sueño -mar sin nombre y sin ori­llas- que será contemplado hasta el próximodespertar.

Es un poema indefinidamente circular en elque la dualidad dormir-velar carece de senti­do: la realidad es realidad de sueño; despertarsignifica el reingreso al soñar.

Esa repetición infinita traduce el sentido sub­consciente que su existencia ha tenido paraMaría Eugenia: una inmensa realidad soñada,sólo habitada por la muerte y la soledad.· Y elpájaro misterioso es el reflejo de su propiaimagen: una criatura sufriente que traza la lí­nea de un vuelo contemplativo y errante quese dirige hacia la nada.

Ofelia Machado de Benvenuto: Delmira Agus­tini, Montevideo, 1944.

Raúl Montero Bustamante: Obras poéticas deDelmira Agustini, prólogo a la edición oficialde obras poéticas de D. A., Montevideo, 1940.

Emilio Oribe: Delmira Agustini, en Historiasintética de la Literatura Uruguaya (Plan deReyles 1, tomo 11, Montevideo, 1930.

Emir Rodríguez Monegal: Sexo y poesía enel 900 uruguayo, en revista "Mundo Nuevo",N9 16.

Clara Silva: Genio y figura de Delmira Agus­tini, Buenos Aires, 1968.

Varios: Cartas a Delmira Agustini, revista Fuen­tes (órgano del INIAL, año 1, N9 1, Monte­video, agosto 19611.

Varios: Delmira Agustini y André Giot de Ba­det, revista Fuentes, año 1, N9 1, Montevideo,agosto 1961.

Alberto Zum Felde: Proceso Intelectual delUruguay.

Alberto Zum Felde: Prólogo a Poesías comple­tas de D. A., Ed. Losada, Bs. As., 1944.

Alberto Zum Felde: Significación de DelmiraAgustini, Catálogo de la Exposición de docu­mentos y objetos de D. A., Montevideo, 1963.

Page 18: la historia de la litera ura ur guaya

"INTIMAMENTE HERIDA"

224

Delmira se casó con Enrique Job Reyesel 14 de agosto de 1913, luego de unnoviazgo que duró seis años. Son conocidaslas instancias que llevaron a lo rópida di­solución del matrimonio. Al mes de lo boda,lo esposo volvió o su hogar paterno, hu­yendo "de tanta vulgaridad". Se inicióluego el juicio de divorcio o iniciativo deDelmiro, quien, no obstante, continuó vién~

dose con Reyes esporódicamente. Próximoo dictarse la sentencia, el 6 de julio de1914 Delmira fue muerta o bolazos porsu esposo en lo habitación que éste arren­daba, en uno casa de lo familia de JuanManuel GÓmez. Reyes murió pocos mo­mentos después de dispararse un tiro en lacabeza.

lo carta que va a leerse fUe escrito enel período en que se tramitaba el juicio dedivorcia y tuvo como motivación --ocasionale intencional- el poema Serpentino quela poetisa enviara dedicada 01 escritorargentino Manuel Ugarte, quien fue unode sus testigos de bodas.

Su carta me ha hecho casi más mol quesu silencio. Yo creía que Vd. me interpretabamejor. Estoy cierta de no haberle dicho enmi arabesco literario uno sola cosa que nofuera verdad, y que no fuera, eso sí, máspálido que la verdad. Y lo más raro delcaso es que protesto de sus palabras, y enel fondo tal vez le doy la razón. Es cierto,yo no he sido absolutamente sincera conVd. Pero piense Vd. que hay sinceridadesdifíciles. Ese ligerísimo velo artístico era casinecesario ... Piense Vd. que yo debo adi­vinar y decir. Piense Vd. que todo lo queyo le he dicho y le digo se podría conden­sar en dos palabras. En dos palabras quepueden ser las más dulces, las más simples,o las más difíciles y dolorosas ... Piense Vd.que esas dos palabras que yo pude enconciencio decirle al otro día de conocerlo,han debido ahogarse en mis labios ya queno en mi alma. Para ser absolutamente sin­cera, yo debí decirlas; yo debí decirle queVd. hizo el tormento de mi noche de bodasy de mi absurda luna de miel... Lo quepudo ser a la larga una novela humorística,se convirtió en tragedia. Lo que yo sufríaquella noche no podré decírselo nunca.

Entré a la sola como a un sepulcro sin másconsuelo que el de pensar que lo vería.Mientras me vestían pregunté no sé cuántasveces si había llegado. Podría contarle to­dos mis gestos de aquello noche. .. La únicamirada conciente que tuve, el único saludoinoportuno que inicié fueron para Vd. Tuveun relámpago de felicidad. Me pareció unmomento que Vd. me miraba y me com­prendía. Que su espíritu estaba bien cercadel mío entre toda aquella gente molesta.Después, entre besos y saludos, lo único queyo esperaba era su mano. Lo único que yodeseaba era tenerle cerca un momento. Elmomento del retrato. .. y después sufrir, su-frir hasta que me despedí de Vd y des-pués sufrir más, sufrir lo indecible .

Vd., sin saberlo sacudió mi vida. Yo pudedecirle que todo esto era en mí nuevo, te­rrible y delicioso. Yo no esperaba nodo, yono podía esperar nada que no fuera amargode este sentimiento; y Jo voluptuosidad másfuerte de mi vida ha sido hundirme en él.'Yo sabía que Vd. venía para irse dejándo­me la tristeza del recuerdo y nado más. Yyo prefería eso, y prefiero el sueño delo que pudo ser a todas las realidades enque Vd. no vibre. Yo debí decirle todo eso,y más, paro ser absolutamente sincera. Pero,entre otras cosas, he tenido miedo de des­cubrirme. muy en el fondo, una de esas po­bres almas débiles enteramente rendidas alamor. Imagine Vd. esa miseria frente a susonrisa un poquito irónica de poderoso ...y yo, que he sabido sonreir tan irÓnicamentecomo Vd....

Ya está dicho. Si después de todo estovuelve Vd. a acusarme de engañadora ysutil, yo lo acusaré simplemente de mal in­térprete sentimental. Nunca le acusaría denada peor. Ni esperaría a que la brisa deprimavera me trojero perfumes de allá poroescribirle sin saber por qué.

Y conste que me siento íntimamente herida.

Delmira.

Corto o Manuel Ugarte. Sin fecha.

Page 19: la historia de la litera ura ur guaya

En CAPÍTULO ORIENTALN9 15 .FLORENCIO, SÁNCHEZ;EL TEATRO NACIONALy junto con el fascículo, el libroBARRANCA ABAJO Y EN FAMILIA,de Florencio Sánchez

Indice

-HACIA UN TEATRO NACIONAL-LA MASCARA ROMANTICA-DEL NACIONALISMO AL INDIVIDUA·

LISMO-BALANCE y LIQUIDACIóN DEL DRAMA

GAUCHESCO-LA TEORIA DRAMATICA-EL DRAMA DEL CRIOLLO-EL DRAMA DE LOS BURGUESES-SANCHEZ y EL TEATRO NACIONAL

Page 20: la historia de la litera ura ur guaya

Este fascículo.. con el libro que contieneLOS CALlCES VACIOS yLA ISLA DE LOS CANTICOSconstituye la entrega N.O 14de CAPITULO ORIENTAL

CENTROEDITORDE AMERICALATINA,

Rincón predilecto de Delmiro Agustini en la sala familiar.