la guirnalda (madrid). 1-1-1867
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7/25/2019 La Guirnalda (Madrid). 1-1-1867
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RELIGIN.11I3T0RIA-
P O E S A S . B I O G R A F A S -
DOVELAS. CUE.NTOS.
ANCDOTAS.CUADROS
n E
COSTUMBRES.^HIGIE-
NB.ECONOMA DOUSTl-
CA.CHARAtlAS.
'
ACERTIJOS JERO
GLFICOS. BOTNICA.
ASTRONOMA. BELLAS
ARTES.NOTICIAS O B E S -
PeCT. CULOS.
DIBUJOS
P A R A J BORDAR
MSI
C A , E T C . , E T C .
L GUIRN LD
P E R I D I C O Q U I N C E N A L D E D I C A D O A L B E L L O S E X O .
Ao I. Madrid 1. de En ero de 18 67 .
Nm. 1.
S U M A R I O d e l a s m a t e r i a s c o n t e n i d a s e n e s t e n m e r o . C e n s a o s , d e J e r n i m o M o r a n . C a n c i n , d e A F e r n a n d e z G u e r -
r a . L a M M i ' e d e D i o s , d e V . O l i v a r e s B i e c G o t a s d e r o c i , d e M a n u e l C a f i e t e. E l f e s t i n c e l e s t i a l , l e y e n d a p i a d o s a . E l
c a b e l l o s u e l t o , f b u l a , d e J . E . H a r t z e n b u s c h . R e v i s t a , d e V . O . B . M i s c e l n e a . C u e n t o C h a r a d a , d e J . M o r a n .
C O N S E J O S
JULIA
,
CECILIA
, JACOBA, FILOMENA, todas en fin
.
las lin
das y laboriosas jvenes que concedis el favor
L a
G u i r n a l d a de en treteneros con sus flores , estad persua
didas de que el peridico acariciado, mejor que no leido,
por vuestros bellos ojos, procurar corresponder tan
envidiable distincin erigindose en defensor del bello sexo.
Se ha hecho moda en estos ltimos tiempos hablar de lo
que se llama la emancipacin de la mujer, como si el hom
bre hubiera alguna vez dejado de ser vuestro esclavo desde
que la pursima luz del Evangelio inund el orbe todo con
sus celestiales resplandores.
Si os hallis con buen nimo para seguir los consejos
de los que se precian de ser vuestros verdaderos amigos,
no creis p or Dios esos alucinados utopistas qu e, tituln
dose abogados de vuestros derechos, son ms bien destrui
dores de lo que constituye vuestra mayor fuerza, vuestro
mayor encanto. Pretenden arrancaros de esa atmsfera de
poesa, impregnada de ter]J |a filial, de amor materno,
de sentimientos dulces, atflputos hechiceros de vuestra
naturaleza, para que entreis compartir con el hombre los
destinos sociales que po rl^ suya est llamado. Esto seria
alarman te si no fuera ridculo; y el escollo aparece de tan
to bulto que no le sealamos para las mujeres en ge
neral, cuyo buen sentido es acaso superior al del hombre,
sino para tal cual individualidad que pudiera tropezar en
l por alucinada inadvertida.
No es verdad que os reis vosotras mismas de los fla
mantes sistemas de esos candidos innovadores que os qu ie
ren llevar la tribun a, los gimn asios, la ct ed ra,
la bolsa comercial y desde all tal vez los asaltos de es
grima y los rudos ejercicios de la guerra?No hac e m u
chos dias que daban los diarios la noticia de la eleccin de
una
ciud d n
para diputado del Parlaniento en uno de los
Estados de Amrica, y aqu en Europa misma, donde la
extravagancia sube menos de punto no hemos visto tam
bin que se ] a dado otra ciud d n , francesa por ms
seas, la investidura de b chiller d Como singularidad
pase, as cual se presenta como fenmeno en los anales del
gnero humano alguna que otra mujer que ha salido de su
rbita para resplandecer con fulgores que le son estraos.
Pero en medio de sus talentos y pesar de su refulgencia
esos seres son por lo genoral bien desg raciad os. Mranlas
las dems mujeres com o intrusas en las regione s de su
dulce imperio, y los iiombres al otorgarlas el dictado de
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L A G U I R N A L D A .
s bi s
en su desdeosa com placencia, pocas veces las rin
den aquel culto que anhelis todas y en que se cifra el sen
timiento ms grato que hace palpitar vuestros corazones.
Pero al hablaros de esta suerte no creis que varaos
recomen daros la ignorancia. Ms ciencia y mayor talento
necesita la que se educa para se r mujer de su casa que to
das las
m ris bidill s
reunidas.
Qu no sabe una madre que emplea las tres potencias
de su alma y pone sus cinco sentidos en dirigir por el buen
sendero los hijos de sus entraas? Arrancadlos en la pri
mera niez de su maternal direccin: entregdselos al ma
yor sabio conocido y veris con cuntas dificultades se
estrella al tratar de captarse la voluntad de aquellos peque-
uelos, con qu inconvenientes lucha para conquistar sus
afectos, para hacerse dueo de su confianza, para dirigir,
en fin, con acierto sus primeros pasos. La mujer de su casa
sabe adivina todo lo que conv iene la familia para su
bienestar y su ve ntura. Legisla para el hogar domstico con
mayor tino quizs que lo hace para la sociedad el juriscon
sulto de ms crdito. Distribuyendo los recursos de que
dispone suele desplegar conocimientos econmicos, no
imaginados siquiera por consumados estadistas. Si acude
las enfermedades de sus hijos, estad ciertos de que su soli
citud amorosa, su incesante desvelo, sus instintivas provi
dencias, han de ser de tanto provecho al menos como las
tisanas medicinales y la ciencia toda del facultativo. Su re
trica encierra mejor que otra alguna el secreto de la per
suasin . Su literat ura su poesa, en fin habis visto
nunca cuadro m as potico que el que ofrece una bu ena
mad re contando sus hijuelos, la lum bre del hogar do
ms tico, los cuen tos de la Hada que proteg a sus ab aeli-
tos porque practicaban la virtud?.. . .
JERNIMO MORAN.
>AAA/3tl AA/x^
i j ^
Hierve en su centro el mar, y al fiero empuje
del huracn bravio
que al par del trueno y de las olas ruje,
contra bancos de arena
eorre encallar el msero navio.
Gime la herida enieua,
silba en el mstil desgarrado el viento;
y rebramando el pilago saudo,
suelto al choque violento,
en ltigo se torna el cable rudo.
Ms brense las nubes, y el piloto
ve que se amansa el noto,
ve esplendorosa estrella,
y su esperanza y salvacin con ella.
Activo labrador que no reposa
cuando en los soles breves
reinan las lluvias y apretadas nieves,
y a ganado infeliz el lobo acosa,
' si oye de peregrina
inquieta golondrina
el alegre chirrido
volando en torno del antiguo nido,
prsago el corazn la luz espera
y las flores do dulce prim avera.
De enfermo lecho en ansiedad amarga
cuenta las horas del dolor sombras
(mientras la noche embarga
callada al orbe con sus nieblas fras)
desgraciado mortal; y en su desmayo
logr alivio y consuelo
al despuntar el amoroso rayo
del alba por los mbitos del cielo.
jGul templan la amargura
abril, aurora, estrella hermosa y puraf
jCunto el amor alcanzal
Blsamo del dolor es la esperanza.
A . F E R N A N D E Z G U E R R A .
>> fciHa q
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LA GUIRNALDA.
Nada es la verdad ms potico que el sencillo tocador
en que la joven doncella cariosa madre trenzan sus her
mosos cabellos presidido por una imagen de la Virge n, y
adornado con arom ticas flores que perfuman aquel re
cinto:
ningn placer puede compararse con el que tiene el
padre al estampar un beso en el rostro angelical de su hija
dormida con la sonrisa en los labios, porque la sorp ren
di el sueo recitando las oraciones de costumbre.
Quin confunde el dulce y tran quilo sem blante de la
mujer candorosa con el que es hijo de un estudiado clcu
lo ; ni la conversacin de la que es hipcrita , con el len
guaje de la inocencia?
H4 dado Dios tan m arcados atractivos la virtud , que
es imposible dejar de conocerla perfectamente.
Y no se crea por eso que en los artculos religiosos que
pensamos publicar vamos recomendar la austeridad de
i'is conven tos den tro de cuyos silenciosos claustro s se en
cierran tantas virtudes heroicas en el sexo mas db il: no
solo son aceptables los ojos de Dios el cilicio y los ayu-
?ios,
la vida austera y llena de privaciones.
La hija que cuida su anciano padre hasta que la muer-
i) lo arrebata de su co mp aa; la esposa que con su trato
afectuoso proc ura alejar su mar ido de la disipacin en
(ue vive; la madre que educa
sus hijos en la virtud, si
tienen como base de sus acciones la piedad, tambin son
tipos de la mujer cristiana ; es decir, el bello ideal de^ues-
ipaslectoras.
Nos dirigimos, por tanto, la que vive en sociedad , no
para halagar su vanidad sus pasiones , sino para e stimu
larla al trabajo y robustecer ms sus virtudes. Porque no
os el caprichoso prendido, ni la coquetera de un adornlo
(|ue llama ms la atencin en una mujer. Estas superficia-
iidades, causa de entretenimiento y base muchas veces de
ana conversacin in spida, pierden inmediatam ente su
(afecto : sus principales atractivos son su dulce y carioso
t r a to ,
su inocencia y candor, su virtud.
Qu estrao e s, pue s, que procuremos robustecer tan
slida base de educacin haciendo que ocupe un lugar pre
ferente la que puede servir de modelo la mujer en todos
los estados de su vida?
Mara Santsima es el clarsimo espejo en que p ueden
mirarse las hijas, las esposas y las madres ; las que ven son
rer en sus casas la dicha y la tranquilidad, lo mismo que las
que son visitadas por la desgracia y el dolor.
Su am or, su pureza, su candor, sus dolores, su resig
nacin, pueden servirnos de leccin elocuente que todos
podemos aprovechar, sea cual fuere la situacin en que nos
hallemos.
Por esta causa, desde que nos decidimos publicar este
peri dico, formamos el pi-opsito de que en cada nm ero
apareciese un articulito ligero dedicado la Santsima Vir
gen en una de sus advocaciones misterios ms notables
del mes c orresp ondien te, tarea que damos hoy principio,
por via de prem bulo, con una advocacin que no tiene
da, mes ni ao p rop io, pero que es la base y fundamento
de todas las dems;
M R
ES LA M DRE DE D IOS.
Nadie estraar, segn nuestro modo de ver, que al co
menzar la gratsima tarea de entretejer para la Santsima
Virgen una tan m odesta como fervorosa guirnalda, que des
de ahora le ofrecemos, demo s principio con el ms preciado
de todos sus ttulo s, con la mayor de todas sus preroga-
tivas.
Porque si Mara fu toda hermosa y sin mancha; si es la
protectora de los hombres, si es su Madre; si su nombre
es la palabra que invoca el que so v afligido el que se
encuentra en el mayor peligro, es porque siendo la Madr
de Dios, tiene bastante autoridad para pedir su Hijo qu
no descargue el brazo de su justicia levantado ya para
castigar al hombre.
Cuando Dios lanz ste del Paraso por su primor pe
cado y maldijo la tierra que pisaba, templ el rigor de su
justicia la consideracin de que vendra una mujer que ha
ba de quebrantar la cabeza de la serpiente, y que en
ELL
encarnara el Hijo de Dios, para que quedase lavada aquella
mancha.
Por Mara produc e, pues, la tierra no solo las espinas y
abrojos que la condenara la justicia divina, sino tambin
aromticas flores que embalsaman la atmsfera; por la
Virgen inmaculada no descienden siempre las aguas con
vertidas en torrentes, sino que generalmente son cintas de
pursimo cristal que se deslizan lamiendo cariosament
las faldas de los montes ms encrespados y produciendo
multitud de variados colores; por
ELL
el aquiln no e
siempre el furioso huracn que arranca y troncha osrbole
ms corpulentos, sino q ue la mayor parle de las veces es la
brisa que purifica el aire y trae la ciudad los perfumes de
campo; por Mara abren sus capullos las flores al despunta
el alba
y
canta el ruiseor en la enram ada: porque si no fu
aniquilada la naturaleza y todava sonre pesar de habe
sido maldecida por su Creador al ver la ingratitud de su rey
ni se ejecut en todo su rigor el decreto divino, fu porque
en el mom ento mismo de lanzar aquel terrible an atema
dispona la clemenc ia del S uprem o Hacedor el futuro nac i
miento de una mujer, que seria la madre de un Hombre
Dios.
Porque Mara habia sido destinada para ser la Madre de
Dios,
fu adems prodigiosa su Natividad; se oper en
ELL
el miste rio de la Encarn acin del Verbo divi no ; se hall en
el portal de Beln en que acababa de nace r el Rey de cielo
y tierr a, y reciba por EL las ofrendas de sencillos pas
tores y hermosas zagalas, y los dones de poderosos mo nar
cas; por eso sigui todos los pasos de nuestro Redento
hasta que espir crucificado; y es, en fin, nuestra Madre
como tal nuestro refugio y consuelo, nuestra alegra y l
ms halagea esperanza.
Virgen pursima Vos que, como
M DRE
DE DIOS hab
esperimentado inmensos goces y tambin acerbos dolores
que habis subido al cielo, del que sois la puerta, sobre u
trono de nu bes , rodeada de ngeles y coronada de estrellas
rogad por nosotros.
V.
OLIVARES BIEC.
Aprobado por la censura eclesistica.
> f r f i a
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L A
G U I R N A L D A
G O T A S
DE ROC O
(Pa ra el &Ibum de la sefiorita de )
Ya undi su disco fulgente
En el hondo m^r la luna
Silenciosa;
Ya se muestra por oriente
1 alba mecida en cuna
De oro y rosa.
Recoge la noche umbra
Su manto de luces bellas
Vacilantes;
Enla
ancha
regin vacia
Desparecen las estrellas
Rutilantes.
Nace en remoto horizonte
Rsea claridad que augura
Mayor lumbre;
Vuela sbito, ydelmonte
Corona, en rfaga para.
La ardua cumbre.
(Cunto matiz peregrino
Ya es ncar la oscura nube
Pasagera;
Ya en celaje purpurino
La luz se derrama y sube
Por la esfera.
Despiertan lascasias flores
Al soplo baadoenhielo
De la auro ra;
Y el
ngel
de los amores
Desde
elclaro azuldelcielo
Perlas llora.
Leves auras las conducen,
En tomos transformadas
Fecundantes,
Y difanas relucen
En lashojas salpicadas
Cual brillantes.
Cada
lor
abre al tesoro
De este llanto que da vida
Su corola;
Por l la perpetua es oro,
Tiria prpura encendida
La amapola.
Guardad en cliz amante
Esos jugos soberanas.
Tiernas flore s;
Que su ser vivificante
Pone miedo en los gusanos
Roedores.
AI tmido albor del da.
En sus ms candidas horas
Engendrados,
Distribuyen la alegra.
De mil gracias seductoras
Adornados.
En ellos el bien reside
Y la ms alta belleza
Peregrina;
Por ellos el triunfo impide
A los vicios la pureza,
Que es divina.
Esmalte de los pensiles.
Astros del verde planto
(No lo dudes,
Nina de frescos abriles),
Esas
gol s de ro do
Son virtudes.
Ellas vuelven las flores
Que insecto vil marchitaba
Con su escoria.
Vida, matices y olores;
Y cuando la vida acaba,
Luz y gloria.
MARITEL CAETE.
&e
EL FESTN CELESTIAL.
Leyenda piadosa.
Erase un pobre rapazuelo de seis aos de edad lo su
mo. Hallndose cierto dia en la iglesia este nio oyendo al
cura esplicar la doctrin a, se fij mucho en estas palabras:
t Cuando se quiere en trar en el Paraiso es preciso ir de re
cho hacia l.
Preocupado con esta idea se puso desde luego en cami
no , yendo siempre en lnea recta por mon tes y por valles:
y andaba y andaba , sin torcerse ni volverse mirar atrs
Condjole, por fin, su camino una ciudad magnfica y
continuando por ella su marcha, lleg al medio de un sun
tuoso templo en ocasin que se estaba celebrando el Santo
sacrificio de la Misa. Viendo tanta grandeva y tan hermosa
brillantez se imagin que habia llegado al cielo, y posedo
del mayor jb ilo, se detuvo en su marc ha.
Luego que hubieron terminado los oficios divinos y que
d el templo solo, le dijo el sacristn que saliera . pero el
nio respond i: No, yo no sa lgo , ya estoy en el Paraiso y
aqu me quedo.
Tales palabras dejaron suspenso al sacris
tn , de modo que fu buscar al sacerdote y le dijo : en la
iglesia hay un nio que no quiere salir porque cree que est
en el Parais o. Si l lo cree as , replic el cu ra , es p reciso
dejarle. Pocos momentos despus lleg donde estaba el
nio y le pregunt si quera trabajar, lo que el mucha
chito respondi que con mucho gusto porque estaba habi
tuado al trab ajo , pero que no que ra salir del cielo.
Quedse , pues, en la iglesia y como veia que los fieles
adoraba n de rodillas una efigie de m adera del nio Je ss , se
imagin al punto que era su Dios, y dijo candorosamente
la imagen : < Oh Dios mi qu flaquito ests Sin duda las
ge nte s que vienen aqu no te dan de comer; mas no te nga s
cuidado, que yo partir mi pan contigo todos los das. En-
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LA GUIRNALDA.
tonces el nio oy una voz que le deca : Dsele los me-
nesterosos que tengan hambre, y as me alimentars.
En la puerta de la iglesia, cuyo servicio le destin el
cura, vio una pobre anciana que estendia su temblorosa y
descarnada mano los que pasaban , y el nio la dio la mi-
tad de su pan : despus mirla efigie de Jess y le pare-
ci que se sonrea: hizo lo mismo todos los dias, y la efigie
se mostraba cada vez mas contenta.
Algn tienipo despus cay enfermo el pobre rapaz y en
ocho diasno pudo moverse de la cama. Pero el primer da
que se levant fu arrodillarse los pies del nio Jess.
El sacerdote , siguiendo sus pasos, oy que as deca: Dios
mi, yo no tengo la culpa si no te he alimentado: me he vis-
to enfermo y no poda levantarme de la cama.
Como permaneca largo tiempo arrodillado en actitud
de xtasis, el cura le pregunt qu era lo que haca.
Oh padre mo contest l ; oye lo que me ha dicho
el nio Jess: Yo he visto tu buena voluntad y esto es bas-
tante. Disponte pues, porque el domingo prximo, t sers
lque venga conmigo al festn celeste.
Elbuen sacerdote crey que Dios le ordenaba que diese
la Comunin al pobre nio, y al efecto le prepar para este
gran da. El domingo asisti el nio al oficio divino, y des-
pus de haber tomado la Comunin, Dios le llev consigo y
le hizo sentar su diestra en el feslin celestial.
EL CABELLO SUELTO.
F b u l a (i).
Peinando estnJulieta
Cabellos largosyblondos.
Peinando estn lania
La rica madejade oro.
Sentada Julia delante
Deun tocador primoroso,
Las rubias penaientes hebras
Lleganalsueloporpoco.
Sujetndolos atrs
Nudo prieto antesqueflojo,
La mano
que ata el
cordn
No abarca elpeinado tronco.
Miralaniael espejo.
Recrendosesusojos
Aun m as
en la
mata hermosa
Queen labellezadelrostro.
Pasaelpeinelacriada.
Pidiendoensumiso tono
Que la infantil cabecita
Se estunmomentoenreposo.
La madre, sentada cerca,
Leyendounpapelenfolio,
Finje tal vez nue la r ie ,
Contemplndola con gozo.
Djela ustedsinpeinar,*
No
s
cierto ^ue sienta bien ,
Nova deveras airoso.
Porla esclavina esparcido
Libreelcabellodeestorbos?
Siunacoronadeaquellas
Queenpremio gan,mepongo.
Vers qu bien
te
parezco.
Sinmas trenzadoniadornol
Bien, respondilamam)
Condesciendoen eseantojo.
Que tiene mucho de malo,
Sin lo quetienedetonto.
Virtudycabelloennia
Recogidasuna yotro,
Sevensiempre, aunque les eche
La modestiasurebozo.
Ponte lacorona,
anda
La quinta, olJardny eisoto;
Le escusasCatalina
Masde un rato fastidioso.
Bjase Julia
al
jardn
Corriendo cual gil corzo:
Se mira
en
estanque
y
fuente
Y ansia mirarseenarroyo.
Salealcampo, travesea
Bajo lacopadelolmo
Yal pi delnogaly eltilo
Que juntosleofrecen toldo,
Se inclinacoger del suelo
Cantitosque vredondos,
Ylasflotantes melenas
Enscianseledepolvo.
Sintaseen layerbaunrato,
Yelcabello vagaroso
Tambin sesienta,yestiende
Mantoque laenvuelveentorno.
Siente algo bulliren l,
Y mraleconasombro.
De
un
ejrcito
de
hormigas
Plagadosin saber cmo
Precisamente
era
insecto
Que ella mirabaconodio:
No dejabanen suhuerta
Niuna fruta, ni uncogollo.
Sacude, restriega dentro
Del ondulante manojo,
Bchuelosalcolodrillo
Se subendecincoen ocho.
Vsedeall,y en la senda.
Enuncallejn angos to.
Hallauncharco,y unacebo
Que encima descuella fosco.
Brinca valiente
la
nia,
Y
al dar el
salto brioso.
Selealzael pelo, ayudando
El cfiro consusoplo.
Rama,quebaja sala
En forma
de
alfanje corvo.
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LA GUIRNALDA.
Las crenchas sueltas agarra.
Codiciosa del despojo.
Pendi de su vanidad
El Absalon revoltoso.
Hasta que solt gimiendo
Porcin del rubio tesoro.
Con rios de Julia el rbol
Engalan sus pimpollos:
Punzada por ellos ella.
Cay del ramaje al lodo.
Encenagada, aturdida.
Del repeln horroroso.
Vuelve la quinta Julieta,
Murindose de sonrojo.
|Ay mam (dijo al entrar)
Vengo casa hecha un destrozo:
Queme lave Catalina,
Y me haga despus un moo.
La bondadosa mam
Le dijo con dulce modo.
Sabida la historia triste
Del columpio y del remojo.
Ya lo ves: la mujer
Es muy conveniente y propio
Recogimiento de pelo,
Jiecoffimiento de loo.t
J. E. HARTZENBUSCH.
REVISTA
Hace ya una ho ra , cuando men os , q ue estoy lanza en
rincipio este artculo. Es verdad que al considerar
Re tiro , p or el Botnico
Con aquella, pues , aunque la hora es intempestiva, os
visto esbeltas como las palmeras del desierto , vaporosas
Acaban de herirme los rayos de vuestra centellante mi-
he visto adornada vuestra boca con dientes de puro
rfil, he admirado vues tras frentes coronadas con hilos
simo de finsimo azabac he, y creo que hasta
mi pi sobre la cola de vuestros vestidos . . .
Pero vana ilusin dan en este mom ento las siete de
gare s, dorms envue ltas en sbanas de holanda , sin
Yo os discu lpo, sin embargo . Las frecuentes reuniones
costumb re, tal vez con no mucho agrado de vuestras
am as , quienes no obstante engais con vuestras
ms terrible mo rtanda d, pesar del estado valetud ina-
rio en que segn se dice se encuentran algunas de las
vctimas ; la costumbre que tambin segus en estos dias
de tocar con vuestros labios de rub las cristalinas copas,
libando en sus bordes el chispeante nctar como liban
las abejas los clices de las flores, hacen que en est e
tiempo os olvidis cuando llega el momento de descansar
de cu anto en otras ocasiones os des vela , y que ni las
palabras apasionadas de vuestro adorador pronunciadas
al tiempo de de spe dirse , ni los triunfos que vu estra sus-
ceptibilidad vuestro cario concede la que consideris
como rival, sean causa suficiente para quitaros la ms
completa tranquilidad durante ocho horas de sueo no in-
terrumpido.
Y por qu no habais de disfrutar siempre igual reposo?
No os aguarda al despertar el sculo de vuestras madres?
no amanecis con las mismas gracias de vuestra juventud?
no vais tener igual complacencia que antes cuando pon-
gis vuestras torneadas manos en las labores que tanta
aficin tenis, sobre las teclas del piano que tantos triunfos
os proporcionan? ya no esperis can igual impaciencia la
hora del paseo la del teatro para lucir las galas que os tie-
ne preparadas el cario de vuestros padres?
Ah no sabis sin duda, mis queridas lectoras, lo que
es padecer, y por eso dais tan grande importancia cosas
que no la merecen.
Esas ideas que os inquietan son mo ntaas de nieve que
se han de derretir en el momento que las toque un rayo del
sol de medioda; son fantasmas que vuestra imaginacin
ha dado vida, pero que no tienen derecho para roba ros
la tranquilidad ; son ilusiones que des apareceriaa en el
mom ento que pudierais sujetarlas al clculo al fri exa-
men de la experiencia.
Y no creis por eso que trate de ridiculizar aquel esta -
do tan digno.de inters.
Las jvene s que en los dias de su primave ra ven con la
mayor impasibilidad sin conmoverse toda clase de aconte-
cimientos; para las que son palabras sin sentido las de ca -
rio
amor y amistad; las que nu nc ah a interesado una
voz simptica, son propsito para figurar tras de un mos-
trador, para llevar la contabilidad de una casa de comer-
cio, para discu rrir con el homb re sobre la m anera de eje-
cutar las operaciones en la Bolsa, para todo, en fin, menos
para ocupar el rincon cto que la mujer la madre tien e
siem pre en la casa, d e don de sale la luz apacible que da du l-
zura al cuadro familia, en donde descansa el hombre fati-
gado por el trabajo del da abruma do por el peso de los
negocios y planes que forja en su cabeza, y en el que solo
se respira una atmsfera saturada de amor impregn ada
de una tranquilidad y paz imperturbables.
Quizs preguntar alguna de vosotras, mis apreciadas
lectora s, y dnde est la revista que prom ete el ttulo de
este artculo? Sino la habis encontrado, ola busquis.
Sobre qu se haba de hablar en el primer nmero de
un peridico que aparece adems en el da l.del ao?
Habia de ser la revista del mes ant erio r, del ao ltimo
de toda la hum anidad? Qu razn habia para fijar un p e-
rodo?
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LA
GUIRNALDA.
Al considerar que
l a G u i r n a l d a
es peridico que
os pertenece esclusivamente, pens ocuparme de los trajes
fantsticos y caprichosos prendidos con que cubri su des
nudez la primera dlas Evas, segn el parecer de todos los
tratadistas de m od as; tambin pas por mi imaginacin
examinar los tiempos tan famosos de Maricastaa,
aquellos en que rabi el rey, que tan fecundos han sido en
acontecimieatos como saben vuestras mamas; he temido,
sin embargo, suscitar rivalidades con las que nada gana un
peridico naciente , evitando adems por este medio que
los manes de los Pipinos, Barba-rojas y otros mil vinieran
turb ar mi descanso por no haber preferido sus hechos glo
riosos los de los otros, que siempre, segn ellos , haban
sido unos mseros malandrines.
La redaccin de este artculo se acomoda adems una
frmula social. Nada mas inspido que un a p rimera visita.
El que es presentado en una casa, si toma la palabra,
que no ser poco, habla del tiempo, compara las ventajas
del verano sobre el invierno vice-versa , se ocupa del c
lera cuando est presente por las muertes que ocurren, y
cuando ha desaparecido por las que dejan de ocurrir; trata
por todos los tonos los funestos desastres de un dia de revo
lucin, y se aprovecha, en fin, de todo acontecimiento ge
neral para filosofar la altura de todas las inteligencias. No
esperis que en el primer dia diga cul es el objeto de su
visita; le falta confianza: ms adela nte decla rar su inte n
cin sin rodeo alguno.
L a G u i r n a l d a os-visita por primera vez ; as es que
no debe estraaros la falta de fundamento que en esta re
vista notareis, resultado sin duda de la turbacin que me
producen vuestras primeras miradas. Dichoso mil veces si
llegis, mis queridas amigas, hasta estas lneas: no os habr
cansado mi salutacin, tanto como me lo hacen temer el
aprecio que os profeso, y el deseo que tengo de agradaros.
V. O. B.
- * 0 X ) 0 5
MISCELNEA.
E Q
uno de los s iguie ntes nmeros nos oc upare mo s de los es
pectcu los de t ea t ros y en especia l de l as funciones de pera , l i
mi tndonos hoy dec i r , que e l
Faufio
que es la novedad del
Real en es tos d as , obt iene un xi to dudoso. L a Bo rgh i , que s in
du da t i ene grand es facul tades para l as s i tuac io nes t rgicas , ca
rece en nues t ro e ntender de l a espres ion nece sar ia par a re pr e
senta r l a candidez de Ma rgar i t a en los t res pr ime ros ac tos : Gra-
z iani t iene un a voz dur a y que no se acomoda con los can tos
dulc em ente apas iona dos de es ta pera ; y Selva , e l g ran Mef l s t-
feles , representa l as mi l maravi l l as su papel infernal . Tan biea
lo hace , que nosot ros qui s iramo s ver lo menos diabl ico: l a ca r
ca jada de l fina l de l t e rcer ac to nos parece ms que ex age rad a . . .
En qu se parecen las mujeres los montes?
En que t i enen fa ldas .
Y un jubn dos par roquias?
En que t i enen dos mangas .
Y los meta les l as v iandas?
En que se toman.
Y las damas del dia los carpinteros?
En que gas tan mucha cola .
i;
El s e xo m a s c u l i no a c a ba de a dqu i r i r uu nue vo i m p or t a n t e
t tu lo a l aprec io de l as h i j as de Eva . Has ta aqu , segn la mayo
r a de e l l as lo conf iesa , con una ma gnan imida d que las hon ra , e l
hom bre l as servia de apoy o; de hoy ms c uand o u n q uda m no
les pres te u t i l idad para o t ra cosa puede s ervi r l as a l men os d
pararayos.
Vase en comprobacin lo que le mos hace a lg un o
meses en c ier to per idico:
n sabio de Par s , l l amado Bandn , despus de haber formad
una es tad s t i ca de l as personas muer tas causa de los ra yo s , d e
c lara que las mujeres no deben tem er e l f lu ido e lc t r i co , po rqu
compara t ivamente con ls hombres , solo son a tacadas en propo
cin de un 28 por 100. Mr . Bandn declara que e l rayo demue
t ra especia l predi lecc in por e l sexo mascul ino, y que donde hay
una mujer y un hombre , s te ser invar iablemente e l her ido.
Este f lamante de scubr im iento viene dar una gra nde im po r
tancia a l sexo mascul ino en genera l y a l hombre de e levad
e s t a t u r a e n pa r t i c u l a r , que s e r a una ve r da de r a c uc a a pa r a l a
m u j e r e s , s i e m pr e que l a a t m s f e r a s e e nc ue n t r e c a r ga da d
e lec t r i c idad.
Hem os tenido ocas in de admirar los re t ra t os de S. M. l a Ken
y de S. A. R. e l Pr nc ipe de A stur ia s pr imo rosame nte borda do
en l i tograf a , por l a seor i t a doa Carmen Baldor , ma es t r a d
pr imera enseanza en l a c iudad de Valencia . El t amao de amba
obras es e l de t a r j e ta , y en su e jecucin no se sabe qu apre c ia
ms,
si la correccin del dibu jo , la d el icadeza de los det al les ,
a rmo na de l conjunto e l ac ier to y l impieza de l c laro -oscu ro. Da
mos la ms cump l ida enh orab uena t an hbi l profesora que y
anter iormente haba f i j ado la a tencin de l as personas entendida
en e l ram o de bordados con su s exce lentes t rabajo s de l mism
gnero, representando a lgunos in teresantes epi sodios de l a guer r
de frica.
Una seora t enia dos cr iadas muy holgazanas . Cier to d ia pre
gunt una de e l l as :Basi l i sa , qu es tas hac iendo?Nada, se
o r i t a .Pue s m e a g r a da : y t , Ma r u j a , qu ha c e s ? Es t oy a yu
da ndo m i c om pa e r a .
El da 22 del mes pasado se verif icaron los exmenes en el co
legio de nias t i tu lado Nuestra Seora de la Asuncin e s t a b l
c ido en la p lazuela de l ngel , n m . 15, p i so p r inc ipa l ; habien d
s ido agra dable men te sorprend idos los que as i s t i e ron, a l ver l a
di s t in tas l abores y cuadros bordados por sus a lumnas , que se ha
l laban colocadas en e l mismo loca l , as como las conte s tac ion e
dada s por unas n ias de t an cor ta edad l as pre gun tas que le
hac an su s profesores, tan to en histo ria, g:eografa, ar i t m tic a
doc t r ina cr i s t i an a , como en id ioma f rancs y m sic a ; pres id i
ac to e l seor cura pr roco de l a ig les ia de San Sebas t ian . En s iguiente d ia , que fu e l domingo 23, se ver i f i c t ambin la d i s
t r ibucin de diplomas y medal las con que su di rec tora ha quer id
premiar l as que ms se d i s t inguieron en los e jerc ic ios , y todo
quedaron a l t amente complac idos a l ver l as colecc iones de plana
escr i t as por l as a lumnas , admirando e l buen orden que re ina e
todos los pormenores propios de un es tablec imiento de es ta c lase
Recom endam os los padres ce losos por l a buena educac i
de sus n ias que no de jen de vi s i t a r d icho colegio , pues es tamo
seguros de que cuando vean e l s i s t ema excelente que r i je en e
m i s m o nos a g r a de c e r n po r e s t a m a n i f e s t a c i n .
C alz ad o. Los chinos v j apones es emplea n en la fabr icac i
de sus zapatos la corteza de ciertos rboles, la seda, el hierro, e
cobre , l a p la ta e l oro , s eg n lo perm i te su for tun a . Las bo ta
que usa n son ta n anchas , que l es s i rven de bo ls i l lo , en dond
guardan papeles y abanicos .
En Es pa a s e ha c e n a l pa r ga t a s de e s pa r t o pa r a l a s c l a s epobres; y los aldeanos rusos las l levan de corteza de t i lo.
Los hab i tante s de Ka mts cht ca fabr ican su ca lzado de l a p i
de ba l lena ; en l as i s l as Maldvias usan chne las de f in s ima m a
dera , pero se l as qui tan cuando rec iben la v i s i t a de a lgn perso
naje de impor tancia .
En los pr imeros d as de l c r i s t i ani smo se acos tumbraba of rece
un par de zapatos los novios , juntamente con e l ani l lo nupcia
En a lgun os pa ses se obl igaba los pr inc ipa les mag na tes
l l evar suspendidos a l cuel lo los zapatos de l monarca en seal d
sumis in y reverencia .
CUENTO CHARADA.
Com o primera y segiMila
s ob r e un pob r e m e ne s t r a l ,
pesan cuat ro h i jos que t i ene
de s ie te aos e l que ms .
Tr i s tes son para l l as Pascuas
a l e g r e s de N a v i da d ,
-
7/25/2019 La Guirnalda (Madrid). 1-1-1867
8/8
LA GUIRNALDA.
porque n i aun
Icrccra
p u e d e
sus pequeuelos dar .
Y en tanto los cuat ro coro
p i d e n , c o m o e s n a t u r a l ,
que l a
tercera
y
segunda
les regale su pap.
(Y o qu i e ro t u r rn . . . e s c l am a
la ch iqu i t na P i l a r ;
ly yo t am bin d i ce o t ro ;
iy yo c l i ian los dem s.
_
\A j
h i j o s de m i s en t r aas
8 e l que naci en un por ta l ,
no hace un mi lagro es ta noche
mal lo vamos pasar .
Los nios como inspi radas
r e sponden , vaya s i ha r ,
que esta noche es ISIoche buena
y m aana N av idad .
En es to la puer ta se abre
y pene t r a en e l de svn
l a he rm osa j oven que hab i t a
en e l cua r t o p r i nc ipa l .
Su apos tu r a e s e l egan t e ,
su ros t ro es noble s in par ,
r bril la en l y en s us ojos
a luz de la car idad.
Vecino, muy buenas noches;
ven id pequeos ac ,
y tomad las colaciones
que os t ra igo en es te cabs .
Es to pa r a t , Juan i t o ,
y es to ot ro para Pi lar ;
e s t a ca j a pa r a A n ton io ,
y es to para es te rapaz .
Y ahora m e da r i s un beso
y Dios y no l lor is ms ,
que es ta noche es Noche buena
y m aana N av idad .
Y mient ras los n ios r en ,
l lenos de fe l ic idad,
de gra t i tud l lora e l padre
en e l fondo del desvn.
D espus que queda ron so los ,
las ca jas a l des tapar ,
en una, que por mas seas ,
e l
ludo
e l nom bre la d .
Hal l un bi l le te de banco
e l h o n r a d o m e n e s t r a l ,
y sobre e l dulce esculpidas
e s t a s f r a se s adem s :
Si e l padie lo desdease ,
los h i jos lo aceptarn,
que e s t a noche e s N oche b uen a
y m aana N av idad .
JERNIMO MORAN.
Lasolucin en el nmero inmediato.
~ 3 g - o -
JEROGLFICO.
Lasolucin en elnmero prximo.
w
l i l i
_
E s p l i c a c i o n d e l o s d i b u j o s d e l p l i e g o q u e a c o m p a a e s t e
n m e r o .
N m . I . " Cenefas para sb ana s . . . . Rea lce .
N m. 2 . " Cenef l ta par a pau elo . . . . Realce y pl um et is .
A dornos y nom bres Lau s in .
N m . 3 . A beceda r io ch ino L i t og ra f a l au s in .
Aleg or a re l ig iosa
J .
G
capr icho
V. s .
N m . 4. A. B. C >
P. C. A . O . R. de capr ich o,
abecedar io
U n r e c u er d o , e t c ., e tc . . . .
Por lodo lo no firmado, el editor responsable, D. BLAS BERNAL.
M A D U 1 S e 7
Estab. tipogrfico de D. JO S M .
de
LEZCANO y RO LDAN.
CALLE
DE L
SAORAMENTOj
N M 5
LA GUIRNALDA ver la luz publca los dias 1. y 16
de
cada mes.
El precio de la suscricion es en M adrid 4rs. al mes; en provincias 14 rs. por trimestre ade-
lantado, remitiendo su importe directamente la Administracin en libranzas sellos de cor-
reos,
50rs .al ao en igual forma. En el extranjero y Ultramar 20 rs. igualmente por trimestre
adelantado.
La suscricion podr hacerse en M adrid en la Administracin del peridico, en casa de los
seores Duran, Carrera de San Jernimo; San Martin, Puerta del Sol; Moya y Plaza, calle de
Carretas, y Calleja y compaa, en la misma calle; y en provincias en los puntos en que se es-
tablezcan corresponsales.
Los nmeros sueltos se venden 6 rs. en la Administracin de
hk
GUIRNALDA, calle de
Jacom etrezo, nmeros 7 y 9 , cuarto tercero de la derecha, donde se dirigirn los pedidos ytoda clase de reclamaciones.