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R E C U E R D O S G A R C Í A AGOSTO DE 1.998

Ningún Derecho está Reservado - Cópielo - Fotocópielo - Divúlguelo - Préstelo - Regálelo - Léalo e invite a que lo lean. Finalmente guárdelo, pero no tan escondido, algún día estaremos anímicamente en plan de releerlo, al fin y al cabo para eso son los recuerdos, para repetir o añorar vivencias pasadas. Si por fortuna, puede que no ahora, pero sí dentro de algunos años, los hoy niños de nuestra familia se encuentran con estos RECUERDOS GARCÍA, se que en ese momento valorarán su contenido y querrán ser continuadores de este mensaje.

LA GUERRA DE LOS MIL DÍAS Y LA

VOCACIÓN MILITAR EN LOS GARCÍA

Julio César García Vásquez

Agosto de 1.998

Cómo serían de valiosos para los descendientes de Joaquín García Rojas poder contar con el recuento de los hechos que él vivió durante su participación en la Guerra. La triste realidad es que esta información no ha llegado hasta hoy. Joaquín no la escribió o si lo hizo no se buscó la forma de perpetuarla, Julio César siendo historiador, nunca actúo como cronista de esos hechos o como recopilador de recuerdos familiares. Lo poco que se, lo escuche a Sor Magdalena. Es muy posible que la carencia de información respecto a Joaquín, que por este medio extiendo, tenga respuesta en algún otro familiar que conoce esta historia con mejor detalle o sabe dónde se puede conseguir la información sobre la participación de Joaquín en la Guerra.

Joaquín nació en 1875. Siendo un adolescente se casó, el 10 de enero de 1894. Cuando llegó la Guerra en 1899 era un joven, ya padre de tres hijos y otro más que ya venía en camino: Julio César, Carmen Emilia, Octavio y Ovidio. Mientras duraba la Guerra, Obdulia con sus niños se fue a vivir en una finca llamada La Loma en el camino que de Abejorral conducía a Santa Barbara. De estas vivencias, Carmen Emilia nos alcanzó a dejar una narración que la transcribimos en el tema No.1. Joaquín antes de la guerra no era militar, de tal forma que sus inicios en la milicia tuvieron que haber sido con los grados más bajos. Mucho debería influir que su hermano el General Laureano, era uno de los Comandantes del ejército en Antioquia y no podemos desconocer que estas circunstancias siempre han influido. Sin embargo una carrera militar hecha con base a ascensos de guerra, tiene que hacerse solo con dedicación, heroísmo, inteligencia, astucia, coraje y valor.

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Las piernas de Joaquín, en las cicatrices mostraban las heridas que recibió durante la Guerra. Durante su ausencia del hogar, el niño que Obdulia estaba esperando nació; Julio César y Carmen Emilia eran unos niños empezando a vivir, para el momento de la partida eran de cinco y tres años, cuando regresó ya los encontró con uso de razón y seguramente dominando las primeras letras. Octavio y Ovidio se murieron en esos años de guerra, de cualquier fiebre o infección, tan fácilmente como morían tantos niños en aquellas épocas. Nunca en las cartas que le enviaba Obdulia le contaron de la muerte de los niños, finalmente Joaquín así se hubiera enterado desde el inicio de la enfermedad nada hubiera podido hacer y una vez murieron tampoco podía venir a dar consuelo y posiblemente la familia consideró más prudente no informarle. En medio de estos ascensos por actos de valor en la Guerra, Joaquín fue llegando hasta obtener el grado de General. Mil días de tensión y de guerra templan cualquier carácter y así se convirtió Joaquín, en un hombre de una sola pieza. Cuando regresó de la Guerra en 1902, era un cuerpo joven de veintisiete (27) años, pero con una personalidad templada en las mejores forjas. Para Julio César y Carmen Emilia de tan tierna edad, esa ausencia de tres (3) años de Joaquín debería haber sido una eternidad y el regreso, una gran dicha para esos niños que habían pasado esa infancia acompañada sólo con la memoria

de un padre, que se encontraba ausente en la Guerra. Al regresar a abrazar sus cuatro (4) hijos tuvo que ser evidente la presencia cariñosa de los dos mayores y la ausencia de Octavio y Ovidio. Hasta allí llegó el coraje del valiente General, se tiró en una cama a llorar como un niño. Durante la Guerra debió pasar algún momento muy difícil y realizó una promesa de acción de gracias el 10 de mayo. Para esta fecha siempre mandaba a celebrar una misa de acción de gracias a la cual asistía devotamente con toda la familia. Hizo una promesa de no fumar ni tomar, no sabemos si fue durante o después de la Guerra. Lo cierto era que nunca se tomaba ni una copa de vino. El regreso a la casa de Joaquín después de la Guerra, nos fue narrado por Carmen Emilia y lo transcribiremos en el tema No.2. Pedro Olano García el futuro esposo de Carmen Emilia cuando se inició la Guerra, apenas tenía ocho (8) años, era el mayor de los hermanos y vivían en Bolívar. Allí llegó en los primeros días de diciembre de 1899 el Coronel Luis Ángel Ochoa en representación del Gobierno Legítimo para organizar el ejército y desde allí atravesar la cordillera occidental y llegar a Quibdo que estaba en poder de los revolucionarios. Pedro se sintió con el deber de ofrecerse como soldado, esta graciosa historia nos ha llegado narrada por Pedro Olano y la transcribiremos en el tema No.3. El General Laureano García Rojas es casi un mito en los recuerdos de familia, sin embargo cuando queremos entrar a detallar y profundizar sobre su vida, encontramos que la información que de él

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nos ha llegado cae más en las frases aisladas y en las simples anécdotas, sin llegar a conformar una relación pormenorizada de su vida y hechos. De Lauerano si se sabe y posiblemente ha sido falta de gestión tratar de conseguir en Marinilla o contactando un historiador militar que nos ayude a ubicar los documentos militares de las campañas por él realizadas, de los cuales sabemos su existencia. Del Diccionario Biográfico y Bibliográfico de Colombia transcribiré de Laureano una biografía en el tema No.4. Ramón García Duque en su Diario si tomó por oficio narrar y describir paso a paso los hechos y las impresiones sobre la guerra, documento valiosisimo que enriqueció la historia familia r gracias a la labor de Domingo García Gómez, que tuvo la paciencia y la dedicación no solo de conservar los manuscritos con la devoción de quien guarda un tesoro, sino de transcribirlos totalmente para que hoy podamos disfrutar de estos recuerdos. Transcribiré en el tema No. 5 gran parte de los textos del diario específicos a la GUERRA DE LOS MIL DÍAS. Gotas de Sangre García existen en todos los bandos, tanto entre los representantes del Gobierno, como entre los revolucionarios, y en el tema No. 6 se comentan algnos casos. Durante la época de la guerra la mayor autoridad en Antioquia era el Gobernador y en el tema No. 7 tratamos de encontrar algunas vinculaciones. Del texto de Historia de Colombia de Julio César García Valencia transcribiremos un tema específico a la Guerra de los Mil Días (Tema 8). 1- LA VIDA EN LA FINCA LA LOMA

DURANTE LA GUERRA

Carmen Emilia García de Olano

Los primeros recuerdos, es decir, los que guardo con más cariño son mis primeros años en La Loma, finca de mi abuelo don Santos Valencia. Cuando en los tiempo cuando mi papá estuvo en la guerra de los tres años, la vida en La Loma era tranquila, mucha unión con toda la familia. Quedaba La Loma en el camino que de Santa Bárbara conduce a Abejorral: era más bien cerca de Santa Barbara, tanto que viajábamos a pie. A La Loma iba mucho toda la familia. La casa de La Loma tenía un patio muy grande, a un lado quedaba la alcoba de mi abuelo don Santos Valencia y de abuelita Andrea (que era como la llamaba todo el mundo porque ella era muy amable y la querían mucho). Andábamos por las mangas, nos llevaban a bañar al río El Buey. Los domingos era el día de mercado, ese día iban a Santa Bárbara a mercar y en el almuerzo eran unos platados de arroz con huevos fritos y unas postreras de leche muy grandes. Había varias vacas y siempre asistíamos al ordeño y recuerdo todavía la primera totumita, así pequeña, amarillita, porque como no tenía más uso que guardar la leche; cada uno tenía su vasijita. A la hora de la ordeñada estábamos todos allí y nos tomábamos la primera postrera y después guardaban para la comida colgada en unas cuerdas de las vigas de la cocina. Como había tanta abundancia de todo, los bananos los guardaban en racimos verdes debajo de una cama para que se maduraran. Todos vivíamos pendientes de los que se iban madurando, nos los íbamos

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comiendo. Talvés no se veía un racimo maduro. Julio César siempre como el hermano mayor, se encaramaba en una talanquera que cercaba el patio y cantaba que “Carmen Emilia se estaba comiendo los bananos”. Creo que tuvieron que cambiarles de puesto. A Julio César lo mandaban a una finca; no se porque habiendo tanta leche allí, lo mandaban por unos quesos con una jiquera (como una bolsa grande tejida en cabuya) a una finca de un señor Vallejo a comprar los quesos y entonces él por todos los caminos iba picando por un rotico de manera que, cuando llegaba a la casa, iban más harinas que todo. Era tremendo ese Julio César. Como yo contaba que él se lo comía, entonces él se vengaba cantando que yo me comía los bananos que se iban madurando debajo de la cama. 2- REGRESO DE JOAQUÍN DE LA

GUERRA

Carmen Emilia García de Olano De La Loma ya habíamos regresado a Santa Bárbara. Me acuerdo de una vez que llegó mi papá de la guerra. Me acuerdo especialmente de por allá a media noche. Tocó por el frente de la casa, la casa quedaba en una esquina, pero el dió la vuelta por las pesebreras y entró por allá. Entonces yo fui la primera en salir a recibirlos y vi que como era un corredor muy largo, vi venir por allá una figura altísima y era un señor encapuchado y de polainas. Le tocó un aguacero, él era

bastante alto y así con eso se veía más; de manera que todos nos levantamos a verlo llegar por allá a media noche, después ya nos acostamos y al otro día por la mañana era un domingo y por ahí a las siete de la mañana fuimos a misa primero. Por la mañana llegaron una bestias muy cargadas, traían unos baúles venía de Panamá, los baúles eran de madera, eran una cajas donde cabía muy bien una persona, una madera muy bonita otros baúles eran como forrados en una lata grabada, muy bonitos también. Empiezan a abrir esos baúles, tenían muchas telas unas de seda que eran para mi mamá, dos pañolones con una fina bordada, de seda, uno blanco y otro negro, muy lujosos y con unos bordados que se descarretaba y era toda la parte de adelante bordada. Y entonces una tela que concordaban con esos pañolones una negra y otra azul con una rayitas azules y blancas. La tela era azul de rayitas azules y blancas, muy finas; en esa época se usaban los vestidos muy largos que llegaban al suelo, debajo tenía lo que hoy llamamos enaguas que en ese tiempo le decían falsa, entonces se ponía ese vestido largo que hacia a un lado se alzaba, la parte que quedaba visible bordada muy bonita. Tenía un vestido negro y otro azul que mandaron hacer donde las mejores modistas y mi mamá salía muy elegante a hacer sus visitas. Entonces como se alzaba el vestido hacia un lado y se veía la enagua y la parte bordada. Mi mamá a pesar de que era de cuerpo muy bajita se veía muy elegante, era bonita, dicen que era la muchacha más bonita que había en Santa Bárbara, era

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simpática, muy sociable y se arreglaba mucho, era muy elegante para salir a hacer sus visitas que se acostumbraba en ese tiempo, dedicando por ejemplo un mediodía para corresponder las visitas. Salía muy elegante sobre todo cuando ya tenía los vestidos que mi papá le trajo de Panamá. A pesar de ser bajita era bonita, sobre todo tenía una cabeza linda, linda, negra, negra, crespa y muy bonita, yo gozaba mucho haciéndole peinados, la sentaba a ella y me ponía a hacerle moños y cosas porque como era tan bonita ese pelo pues quedaba más bonito. Joaquín lo que trajo fue ropa y una vajilla muy bonita de la cual todavía hay piezas en algunas de las casas. En la casa se usaba esa vajilla. Vivíamos en Santa Bárbara y cuando iba alguien importante, gente noble, por ejemplo cuando iba algún obispo o monseñor o personas así notables, en la casa se prestaba esa vajilla y una cobija blanca bordada con seda, esa era la de mi papá. Se prestaba la vajilla, la cobija, se prestaban unas colchas muy bonitas que trajo también azules y blancas. Todo lo bonito que tenían, que había en la casa se prestaba y yo tenía entrada a esa casa donde se recibían esas personas notables y yo era la encargada de llevar todas esas cosas allá y por eso tenía entrada hasta los últimos rincones. Yo entraba por toda parte y tenía amistades con todos estos que iban.

3- YO FUI SOLDADO A LOS OCHO AÑOS

Pedro Olano García En diciembre de 1899 estaba en todo el furor de la guerra que se llamó de los mil días, la última con que fue azotada Colombia. Esta guerra terminó de una manera providencial. El Gobierno y el Episcopado colombianos consagraron la República al Corazón de Jesús y le ofrecieron levantar un templo en su honor, que es el hermosísimo que en Bogotá se conoce con el nombre del Templo del Voto Nacional, en el que cada Departamento colombiano está representado por un bellísimo altar, en las naves laterales. Una de las promesas del Corazón de Jesús fue la de que bendiciría la paz en los hogares en donde fuera honrado su Sagrado Corazón, y El, que nunca falta a sus promesas, la cumplió con el hogar colombiano, haciendo que quince días después, a los tres años de una lucha encarnizada, se celebrara el tratado de paz que se llamó Tratado de Nerlandia, y durante cincuenta años nada ha podido turbar la paz de Colombia, a pesar de los trágicos acontecimientos con que se ha visto amenazada. Mi padre, mi abuelo, y todos mis tíos, militaban en favor del gobierno legítimo. Yo era el mayor de la casa y acababa de cumplir ocho años, pero mi poca edad no podía eximirme de cumplir con lo que yo consideraba un deber, y así fue que ofrecí mis servicios como soldado al Coronel Luis Ángel Ochoa, al día siguiente de su llegada al pueblo.

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Este valiente y pundonoroso militar, que pocos meses después perdió la vida en un combate, llegó a Bolívar en los primeros días de diciembre de 1899, comandando un batallón de trescientos hombres, con los que pensaba atravesar las montañas del Chocó y caer sobre Quibdó, ciudad que estaba en poder de los revolucionarios. Al día siguiente de su llegada, me presenté ante el Coronel Ochoa, y sin más preámbulos le dije: - Coronel, usted debe conocer a mi tío el general Laureano García Rojas. Tanto él, como mi padre, mi abuelo y todos mis tíos, están peleando e favor del Gobierno. Yo vengo a que usted me reciba como soldado para ir con ustedes al Chocó. El Coronel se rió al oír mi ofrecimiento, pero me dijo con mucha amabilidad: - Bien se ve que usted no desmiente la raza. Soy amigo del General García, a quien admiro por su valor e hidalguía, y con mucho gusto lo recibo como soldado, pero con una condición. - Con que condición, mi Coronel? - Con la de que usted no duerma en el cuartel sino en su casa, para que acompañe a su mamá. Durante el día puede entrar y salir del cuartel cuantas veces quiera, pero acompañará a los reclutas en los ejercicios, para que vaya aprendiendo la milicia. - Y me da permiso, Coronel, de reunir algunos amigos y formar con ellos un pequeño batallón para enseñarles lo que aprenda? - Sí, puede reunir unos diez muchachos y darles clase de milicia, para lo cual le prestaremos unos rifles pequeños que hay

en el cuartel, pero en cambio le pido el favor de avisar a su abuelita y a su mamá que esta tarde usted me llevará a visitarlas, pues tengo mucho deseo de conocer a la madre y a las hermanas del General García. El Coronel llamó al Cabo de Guardia y a algunos oficiales y me presentó a ellos diciéndoles que yo era un nuevo soldado de la legitimidad, pero que por mi edad y mi patriotismo merecía algunas consideraciones que no se concedían a los soldados. Todos, al oírlo, clavaron en mí sus ojos de asombro, y solo el respeto al Coronel les hizo contener una carcajada que bailaba en sus labios, y, en cambio, se deshicieron en alabanzas a mi valor y patriotismo, los que, según ellos, me hacían digno de figurar entre los héroes más famosos de la historia. Quince días permaneció el ejercito en mi pueblo, y yo cumplí en conciencia, y como soldado en cuyas venas circulaba sangre de militares, todas las obligaciones de mi cargo, de acuerdo con las condiciones impuestas por el Coronel, o sea las de entrar y salir libremente del cuartel, presenciar los ejercicios de los reclutas y jugar con mis amigos a los soldados. Pero a pesar del fiel cumplimiento de mis obligaciones noté una irregularidad que no me satisfizo mucho y fue que el Habilitado del Batallón, al racionar cada ocho días a los soldados, no mencionaba mi nombre, y por este olvido, todos salían con dinero y yo con los bolsillos vacíos. Pero no me quejé al Coronel, porque pronto caí en la cuenta de que todos los soldados tenían que pagar su alimentación y yo no, y que ésta era la

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causa para que no se me racionara, lo que me pareció muy justo. Llegó el día en que el ejercito emprendiera su marcha, y yo, burlando la vigilancia de mi madre, me enrolé en las filas, pero me vio el Coronel y llamando a dos soldados les ordenó que me llevaran a la casa, en donde mi madre me encerró en una pieza en la que tuve que permanecer dos días mientras el ejercito se ponía a una distancia en que yo no pudiera alcanzarlo. 4- LAUREANO GARCÍA ROJAS

Tomado del Diccionario Biográfico y Bibliográfico de Colombia

En el hogar de don Laureano García Aristizábal y doña Ana María Rojas García sintió las caricias de la vida, y bajo el cielo de la ciudad de Marinilla nació el 2 de febrero de 1866. Pasó parte de su juventud en la población de Santa Bárbara y allí desempeñó por varios períodos el puesto de Alcalde. Contaba apenas 19 años cuando hizo las primeras armas en la revolución de 1885 y desde entonces se mostró un militar de valía, que en los campos de Marte, hizo visible su valor por más de una ocasión. Desempeñaba el puesto de Alcalde de Puerto Berrío, cuando estalló la guerra de 1895, y ya con el grado de teniente coronel, a órdenes del conocido militar general Rafael Reyes, se puso en servicio y dio cumplimiento a comisiones de peligro inminente. Se distinguió por su valor en el combate de Enciso y entonces en recompensa fue elevado a Coronel. El general García poseía documentos importantes sobre esta campaña que duró poco tiempo, y en ellos se halla

historiada esta lucha fraticida, que como todas, ha traído la ruina moral y el desprestigio de Colombia. Cuando empezó la guerra de los mil días, como jefe del batallón “Vencedor”, salió de la ciudad de Aburrá en dirección a Santander, y en el histórico campo de Lajas o Peralonso, defendió el puente que queda sobre el río; pero ya herido e inhabilitado para la lucha, vio que el general Rafael Uribe Uribe a la cabeza de unos pocos soldados que le seguían sin temor a la lluvia de metralla, ni al beso frío de la muerte, pasó el puente, haciéndose de vencido vencedor. En esta vez los generales García y Zuloaga, el presbítero José Ignacio Pineda y otros fueron prisioneros del ejército triunfante. Por motivo de la herida, el general García fue destinado a Antioquia y en ella le tocó dirigir la campaña en el Oeste del departamento. Más tarde estuvo como jefe de operaciones en los departamentos de Bolívar y Magdalena y combatió en Pivijay, Calamar y Soplaviento. En esta memorable campaña fue cuando el general Uribe Uribe se valió de la caballerosidad de este antioqueño para que le hiciera llegar a su señora una carta y algunos dineros. El general García no solo aceptó gustoso la comisión, sino que lo invitó a que pasara a su barco para que allí departieran amistosamente. Este rasgo ennoblecedor, y que pinta su valentía, fue aceptado por el jefe liberal, quien pasó al barco y allí se trataron como amigos. Se dieron después un abrazo de despedida y al día siguiente era vencido el general Uribe en el reñido combate de Magangué, por el amigo de la noche anterior. El general García era hidalgo como todo valiente y no desmintió la gallardía de los hijos de la montaña que defienden con entusiasmo sus opiniones pero respetan y consideran a los que

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profesan ideas contrarias. En el sangriento combate de Garrapatas en 1876, el valeroso general Cenón Figueredo fue hecho prisionero por las fuerzas conservadoras de Oriente, que estaban comandadas por el general Obdulio Duque, mártir en Morrogordo; y no sólo los dos soldados supieron respetar el heroísmo del prisionero liberal, sino que el jefe de la división “Giraldo” le tomó cariñosamente a su cuidado, lo trató con deferencia y en vez de entregarlo a la guardia para que lo custodiara, llevólo a su toldo de campaña y allí le ofreció su consideración y su lealtad. Este modo de proceder de los generales Duque y García, se conquistó el cariño de sus enemigos políticos hasta tal punto, que hoy guardan su memoria con simpatía y la recomiendan a la prosperidad. El general García desempeñó puestos de importancia, como el de comandante de Gendarmería de Antioquia; Inspector de la Nacional; Comandante de los Regimientos “Girardot” y “Córdoba” y de las brigadas de Medellín y Cartagena, y además Prefecto del Centro. De la costa pasó como jefe de División a Panamá y por esos lugares dio muestras de verdadero valor en el combate de Portobelo. Con justicia, pues, el Senado de la República concedió al General García con grandes merecimientos y altos elogios, el grado de General de División. Murió a los 64 años de edad, en la ciudad de Medellín, el 25 de febrero de 1930. Los servicios que prestó a la patria, tendrán en la historia de Colombia vida de mármol, porque la justicia la reclamará de los pueblos que lo conocieron. (J.S.M.). 5- FRAGMENTO DEL DIARIO DE

RAMÓN GARCÍA DUQUE,

DESDE NOVIEMBRE 12 DE 1899 HASTA JULIO 25 DE 1902

No se incluye el 9 de septiembre de 1900 donde hace remembranza de su hogar y la impresión de la batalla, por haber sido incluido en Recuerdos García de Mayo de 1998. Allí me encontró la Guerra de los Mil Días. Una noche; (noviembre 12 de 1899), supimos que se iban a levantar los liberales. Era Alcalde Don. Antonio José López y tenía muy poco personal. Resolvieron adelantarse y amarramos en la cárcel a los jefes liberales. Resolvimos los conservadores, el alcalde, otros amigos y yo, esperar a ver qué pasaba. Al fin soltaron a los jefes, quienes se fueron mansamente para sus casas. Un jefe liberal, Dn. Francisco Botero, me hizo llamar para que fuera a su finca a parlamentar. Nos encontramos en el camino. El jefe me insinuó que no me retirara de la unión y siguiera por cuenta suya al frente de la escuela. Yo, empeñado en afianzar en el poder de los Velistas, insistí en retirarme y seguí para Marinilla a ponerme a las órdenes de los Velistas. En Marinilla me nombraron Cabo Segundo y me enviaron a Medellín. Allí me asignaron para el Batallón Colombia. Regresé a Marinilla donde me ascendieron a Subteniente. Cuando me vieron actos de valor, me ascendieron a Teniente. Me daban comisiones de responsabilidad como la de traer vestuario de Medellín a Marinilla, defendiéndolo del enemigo como del General Tolosa. Me daban comisiones de espionaje a Rionegro.

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De Teniente me tocó la Campaña del Norte de Antioquía al mando del General Pedro Justo Berrío, (Zaragoza, Batalla de Zea, etc.) Berrío le insinuó al General Ricardo Zuluaga que me ascendiera, pero éste no lo hizo. Entonces el General Juan de Dios Giraldo si me ascendió a Capitán poniéndome como Segundo al frente del Batallón Jiménez. De primero nombraron al General Jesús María Gómez. De Marinilla salimos para Panamá con motivo de la muerte de Albán, gobernador de Panamá, Conservador. En Bocas de Todo, (Panamá), me tocó combatir mientras llegaba el General Ramón Buendía. Allí me ascendieron a Coronel. Peleamos 13 horas sin descansar, causando 100 bajas al General Buendía, pero fuimos cogidos presos los del Batallón Jiménez. Cuando nos liberaron fuimos a combatir a Punta de Peña y de allí salimos para Colón, centro de operaciones y seguir al centro de Panamá. Anécdota: La víspera del combate de Bocas de Toro, antes de llegar el General Gómez, siendo yo el jefe, llegó el General Trujillo, liberal, con bandera blanca a parlamentar en nombre del General Buendía. Me ofreció $5.000.oo y una beca para estudiar en Alemania, con tal de que no hiciera sacrificar más gente y poder entrar ellos a Bocas de Toro. Me negué en absoluto. Primera Parte de mi Diario (Diciembre

de 1.899 - Octubre de 1.902)

Militar, desde el 24 de diciembre de 1899, hasta principios del año de 1903. GUERRA DE LOS MIL DÍAS: Campañas bélicas en el Centro y el Norte de Antioquía, guerra en Panamá. El 24 de diciembre de 1889 me incorporé en Marinilla como soldado raso, en la “compañía Cívicos”. El 26 del mismo, me dieron una comisión y en la noche rondamos 23 casas campestres. El 30 del mismo mes seguimos para Medellín toda la compañía.

Año de 1.900 Enero de 1.900 El 4 de Enero de 1900 me designaron Comandante de ronda de esta ciudad. El 5 de Enero me propusieron como Teniente de una compañía y por haber sido disuelta, quedé como soldado. El 6 designaron oficiales para toda la compañía. El 9 me nombraron comandante para otra ronda. El 15 del mismo mes de Enero me hizo el Capitán L.P. Gómez, Cabo, con forzosa aceptación. El 19 nos volvimos para Marinilla a organizar fuerzas. Febrero de 1.900 El 1 de Febrero fui con el Coronel nuestro R. Ramírez, a la Ceja. De allí pasamos a la Unión y 8 jóvenes voluntarios se vinieron conmigo el 4. El 6 fue noche de alarma en Marinilla y fui enviado como espía. El 7 me hicieron Sargento Segundo. El 17 me nombraron para una comisión en Rionegro, con 20 jóvenes. El 18 me nombraron Sargento Primero

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El 22 del mismo Febrero, fui nombrado Alférez de la Segunda compañía del Batallón “Cívicos”. En este mismo día hicieron Teniente a Rafael Giraldo G. El 10 de Marzo fuimos a Rionegro a cobrar el comparto. El 28 salimos de Rionegro y por Marinilla llegamos a San Vicente. El 29 a Concepción, población enemiga e inhospitalaria. El 30 a Santiago, población importante pero mal situada. La primera compañía salió de allí para Yolombó y los de la Segunda seguimos a Caracolí. Abril de 1.900 Seguimos el 1 de Abril con dirección a Caracolí. Llegamos a San Roque. En esta ciudad fui nombrado Oficial de Servicio. El 2 llegamos a Caracolí donde recibimos 2.000 grases y algunas cajas de munición. El 3 de Abril de 1.900 conocí el tren o ferrocarril y regresé en él desde el “Hospital de la Empresa”. En este mismo día regresamos a Caracolí y llegamos a “La Cabaña”. El 4 llegamos a San Roque. En este trayecto se encuentra la bodeguita de Cristales. El 5 llegamos a Santo Domingo El 6 a Barbosa y allí nos armaron de grases. El 7 a Copacabana. El 8 a Medellín. Aquí pernoctamos hasta el 10, que seguimos a las 4 p.m. para Rionegro y el 11 llegamos a Marinilla (Miércoles Santo. Abril de 1.900). Por decreto del 17 de Abril de 1.900, fui ascendido a TENIENTE de la Primera Compañía del “Batallón Cívicos”. En esta misma fecha fué nombrado Ricardo Salazar, Primer Jefe de este Cuerpo y Luis F. Gómez, Segundo. El 20 fui nombrado Oficial de servicio.

El 21, siendo yo oficial de Servicio, tuvo lugar el “Bochorno” de Rionegro. Este día tuve mi primera decepción en la milicia: Exclusivamente yo, fui la única persona, con la ayuda de la Compañía del Carmen que estaba allí, exponiendo mi vida. Testigos de esto: Obdilón Duque, Indalecio Villegas, Félix Rodríguez, la mencionada compañía y otros, entre los Conservadores, Pablo Obregón, Aguirre y todos los del bochinche y a pesar de esto, el General Giraldo comunicó a Marinilla. Julio de 1.900 El 7 de Julio de 1.900, llegó a Medellín el General LAUREANO GARCÍA ROJAS, quién valerosamente condujo las tropas en “Las Lajas”. Los brillos de la gloria obtenidos con honor dan sus destellos a aquellos que de cualquier manera se rozan con el ser a que cubre. Por eso menciono con orgullo esta llegada del primo, porque él me ha distinguido con su cariño y porque ha procurado hacerme bien. Toda la división Giraldo salió a su encuentro, yendo a la cabeza la banda del Departamento. La admiración por este gallardo hijo de Antioquía, acalló, aún en su efervescencia, las pasiones políticas y por eso se veía que sin distinción de colores políticos se agrupaba la multitud cerca a la Estación de “El Edén”, con ansia de ver al personaje que llegaba. Una vez que a la distancia se divisó, la corneta tocó atención, los tambores redoblaron y una vez dada la señal, la Banda rompió con la Marsellesa, es decir, la pieza a cuyo son marchan triunfantes los Ejércitos franceses y cuyas vibrantes y nerviosas notas se estremecieron los corazones de aquella Nación, patria de Napoleón y de Juana de Arco, aquella inspiración sublime de Rouget de L´isle,

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parto de un cerebro arrebatado por un arrobamiento patriótico. Una vez presente Laureano, ahogaban las ¡vivas! las notas musicales y él, con humildad que no le ha sido habitual, se mostraba como indigno de tan justa recepción. Sobre la marcha se dejó oír la “Marcha de Gádiz” a cuyos acompasados sones marchaban las multitudes españolas sedientas de belleza a oír los galanos discursos de Castelar en su juventud. Una vez instalado en la Jefatura Militar de Antioquía, la banda tocó el Himno Nacional. ¡Que lástima que a una composición tan epopéyica le hubiera cabido la honra de acomodarle el arte celestial a un hijo de la mísera Italia! Uno, lejos de sus padres, ausente de los seres más queridos y separado de aquellos sitios que le recuerdan su niñez, siente algo así como melancolía, algo así como nostalgia. Una vez terminada la música, el fornido militar saludó a las Fuerzas Militares y a los demás concurrentes y protestó, modestamente, su indignidad de tan galana recepción, y animó, en términos sencillos pero enérgicos, a todos los corazones patriotas, a no dejarse subyugar por los usurpadores de nuestros derechos y de nuestras creencias. La orden general de ese día, no traía otra cosa que la bienvenida del General, que apareció en hojas sueltas. Es una pieza honorísima para el joven luchador en que lo hacen aparecer con timbre de gloria para los antioqueños. El 8 aparecieron algunos cartelones que decían así: Retreta para hoy a las 6 y ½ p.m. frente a la jefatura del Departamento que el General Jefe y el Gobernador dedican a gallardo y joven General LAUREANO GARCÍA, como saludo de bienvenida. El Director R.D´Alemán.

El 22 de Julio de 1.900 murió el querido amigo y bizarro soldado Luis M. Vélez. Feliz el que muere al servicio de una causa justa y jóvenes distinguidos como este que abandonan las comodidades de un hogar, por venir a sufrir las peripecias de un cuartel y las calamidades de una campaña. Murió como debía morir, con la sonrisa en los labios, porque tenía de entusiasmo repleto el corazón y con el semblante tranquilo, porque tenía el alma repleta de satisfacción. Me amó y veneró sus restos!… El 31 de Julio de 1.900 tuvo lugar la Posesión del vicepresidente, señor Marroquín, como encargado del Poder Ejecutivo, es decir, se redimió Colombia. Agosto de 1.900 El 16 de Agosto se posesionó como Gobernador de Antioquía el político por excelencia, el hombre sin tacha, Marcelino Vélez. El 11 de Agosto fuimos a una comisión a “La Mosca”, la Primera compañía. Regresamos a esta ciudad el 12. El 19 salió todo el Batallón Cívico con dirección a Salamina. Un poco arriba de El Poblado nos alcanzó la orden de contramarcha. No fue muy bien aceptada por mí y varios otros, esta noticia, por la circunstancia de estar amañados en la Guarnición de Medellín y porque jóvenes que algún día deseamos honrar a nuestro pueblo y a nuestras familias, deseamos la Campaña. Seguimos a Medellín. Campaña del Norte de Antioquía: Combate de Zea. El 23 de Agosto salimos de Medellín y llegamos a San Pedro. El 24 a Santa Rosa, pasando por Entrerríos a las 2 p.m. Recibimos orden de marchar en la mitad de la noche, pero por varias ocupaciones y por no creerlo de urgencia, no se

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efectuó el viaje hasta las 6 de la mañana del 25, que llegamos a “Malabrigo” y no seguimos de allí, por haber sabido que R. Jaramillo, a quien íbamos a combatir, había abandonado a Yarumal. En “Malabrigo”, al despuntar la luz del 26, me acordé del Bardo de nuestras Montañas, el Cantor Antioqueño, el poeta lírico, Epifanio Mejía, quien víctima de las revoluciones de agitado cerebro, yace en el Manicomio de Medellín. “Quiere amanecer”, fue inspiración que concibió aquí y que lanzó a las calles con escándalo de belleza. En realidad allí amanece muy bello: Las montañas más cercanas del ocaso principian a los primeros albores de la luz a tomar un tinte azul claro abrillantado que conmueve de belleza. Esos celajes blanquecinos se destacan en el fondo azul de los cielos. Esos rayos saetas que hacen aparecer las cordilleras del Oriente como un inmenso volcán, el rumor de las cascadas, el gorgogeo de las aves y esa suavidad de frescura del campo y de las perfumadas flores de aquellas pintorescas montañas, hacen aquel paraje, en esa hora risueña, una verdadera inspiración. Esa suavidad en que los cielos cambian su ropaje de crespón negro adornado de estrellas, por un tenue velo azul con jirones de franca blanquecina, hacen exclamar a uno con el alma rebosante de entusiasmo: ¡Que cosas las de Dios!. En la tarde del 26 llegamos a Yarumal. Ciudad de gente simpática y hospitalaria. Supimos allí que el enemigo había acampado en “San Lorenzo”. A marchas forzadas seguimos a “Campamento” allí nos enteramos que el enemigo había seguido hasta Anorí. En Campamento permanecimos hasta el 28, (Agosto de 1.900) y todo el Batallón reunido seguimos hasta “La Loma de la Rosa”, donde acampamos hasta el 1 de Septiembre. En esta fecha hicimos de

noche un pequeño movimiento: Acampamos en “Palmita”, salimos de allí y pasamos el Río Nechí a las 8. Encontramos el Puente de La Soledad, pasamos por Anorí a las 12, encontramos el puente del mismo nombre destruido y llegamos a “La Centella” a las 6 p.m. En Anorí nos ordenaron avanzar al trote dizque porque Jaramillo se había encontrado con Ospina, lo que resultó ser falso. De “La Centella” seguimos el 2 de Septiembre. Pasamos por “Cruces” de Anorí hasta que llegamos a la Vega de “El Hatillo”. Allí estaba la avanzada del enemigo. Después de un leve tiroteo, seguimos a paso de huracán hasta “LOS ARRABALES DE ZEA”. El grueso del Ejército Revolucionario estaba peleando con las Fuerzas del General Ospina, desde las 6 a.m. por la parte norte de la población, favorecidos por la hondonada y las últimas tinieblas de la noche, se tomaron las primeras casuchitas de la Población por el Barrio El Sabroso. Viendo el General Ospina su ruina, al constatar que los Revolucionarios se habían tomado el poblado, después él estaba hacia el sur a 5 cuadras, se vio en la dolorosa y fatal necesidad de prender fuego, es decir, destruir en un instante y echar a perder en pocas horas el fruto cosechado mediante un largo y penosísimo trabajo de centenares de negritos, pero no hizo otra cosa que preferir el bien general a un bien relativamente particular. Aquí principia a tomar esta jornada la forma de un combate formidable, con su cortejo de toda clase de ruinas. El plomo destructor y el fuego aniquilador hicieron su agosto y como con funesto entusiasmo se disputaban la palma. Por una parte el estridente silbido de las balas

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acompañadas de su detonación y por otro el bramido de las llamas incendiarias y el estruendo de los techos que se caían. Las ¡mueras! de unos y las ¡vivas! de otros, los lamentos de estos y los estertores de aquellos, el humo del incendio y de las descargas, el calor del clima y del combate, forman un cuadro que no se puede leer más que estas palabras: ¡GUERRAS CIVILES! … El incendio sólo cesaba por intervalos cortos. A eso de las 3 p.m. llegó el General Berrío con su División llamada “Del Norte”. El fuego se endureció de una manera horrorosa. Como la compañía Del Norte picó la retaguardia de los Revolucionarios, estos huyeron hacia la montaña por el Norte. Fue motivo par no sorprenderlos el haberles dado aviso oportuno por medio de disparos. Una avanzada que tenía en el ataque, fue con la que inició el tiroteo la vanguardia de La Columna. Como lo mencioné atrás, dije que a la llegada se había encrudecido el Combate, en efecto, la línea de tiradores de la vanguardia de Rodolfo, quedó encerrada por nuestros fuegos y los del General Ospina. Como los de Berrío no tuviéramos conocimiento cuál era el dueño de la Plaza en ese momento y estando seguros que dentro de la montaña pequeña que nos separaba de la población, había enemigos, la línea de tiradores de la columna que llegaba, se puso a dar fuego en dirección a la montaña. Ecos repentinos de truenos lejanos que semejan algo así como el gemido o quejido de un viviente monstruo con dimensiones de nuestra República. Septiembre de 1.900 Al día siguiente, 4 de septiembre, salieron algunas comisiones a recorrer el Campo de Batalla. Se encontraron 18

muertos y 11 heridos del enemigo y 5 muertos y 11 heridos de los nuestros. Se creen eran más de 40 los muertos y heridos las bajas del enemigo, pues por estar en una montaña, fueron muchos los heridos que retiraron, según informes de prisioneros. Después de calentar el día, se vieron muchos gallinazos que frecuentaban las cañadas. Los prisioneros fueron más de 20 y se cree que el enemigo se dispersó por completo. El 5 de Septiembre de 1.900, permanecimos allí en LAS RUINAS DE ZEA. El 6 nos volvimos al “Hatillo”. En estos 5 últimos días nos racionaron con media libra de carne y un cuarto de panela. El 6 pasamos con panela y valía una libra de dulce 4 fuertes. 9 de Septiembre de 1.900. Hoy domingo, hubo misa en este Campamento. Tan común y tan singular sacrificio, tan pocas las ceremonias y tan Grandioso lo Celebrado, lo pequeño del recinto y lo grandioso de la obra, hacen que estampe aquí con ideas, mal bosquejadas, las impresiones que recibí oyéndolas: una Misa en medio de esta naturaleza, tan agreste sin otro Templo que la inmensa Bóveda del Cielo, sin otro pavimento que el mullido césped, adornado con graciosas fuentecillas, es cosa demasiado bella. Una misa sin otros oyentes que los defensores de la Religión y del Derecho, atrincherados por inmensos murallones azules a lo lejos y armados de un corazón creyente que los hace respetar de los enemigos espirituales y de un rifle con sus municiones que los hace temer de los infelices enemigos corporales, cosa que conmueve, sin otra banda que la de cuatro trompetas guerreras y sin otro canto que el de la multitud de avecillas que cantando y gorgojeando otras y silbando aquellas, pululan por el espacio en aquella hora risueña y simpática. Es cosa

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algo más que bella. La brisa batía los arbustos como con galanura, el céfiro soplaba con tal intermitencia y tan agradablemente, que hacían oír como acompañados los murmullos de los arroyuelos y los montes que parecían erguirse con orgullo, daban a este sitio, a esta hora primaveral, una belleza que tal vez tendrían pocos sitios de mundo. Fué esta misa como un Tedeum en Acción de Gracias. Como un Magnificat que estas pobres gentes cantamos al Señor Nuestro Dios, como un holocausto cuyo perfume envuelto en caprichosas columnas de humo, subiera a lo más encumbrado de los Cielos a pedir paz para Colombia y a rendir agradecimiento al Dador de todo bien y que allá en una montaña, allá en la más empinada Cumbre de Gólgota, estableció este Grandioso Sacrificio. Gran felicidad es que en el momento de los muertos el Sacerdote no hubiera tenido que lamentar la muerte de ninguno de los nuestros en el Combate. Solo tuvimos un herido grave y tal vez sigue mejor. El 10 de Septiembre de 1.900, salimos de “El Hatillo” y llegamos a “Trozos”. Hubo necesidad de pasar a “Tencho Bravo”, de tan funesta fama, a las 2 de la tarde, con el agua a la cintura. Allí llegamos a las 6 p.m., hora en que la noche de luna principiaba, todavía oculta, a darnos tintes de sus resplandores. Al principio se vio asomar allá a lo lejos un arco de oro y como tembloroso fue creciendo hasta que lo vimos lleno como flotando sobre las montañas. Multitud de nubecillas que figuraban pececillos de topacio nadando en ese inmenso mar azul: llegaba la noche. El 11, salimos de “Trozos” y después de cruzar el Río Porce en balsa, llegamos a “Saltillo” ¡Que penosa marcha!: Por trochas casi intransitables, por sobre peñascos horribles, dando pasos

peligrosos por cuestas, cerca de dos leguas y sin ver por un momento por trechos grandes, la esplendorosa luz del sol, pasamos ese día. El 12 salimos de “Saltillo” a las 10 a.m. Por esperar algunos retrasados, llegamos hasta “Plata-chica”. Recorrimos casi todo el tiempo por las márgenes del Río Nechí, después de atravezarlo por más de 20 veces y de una perdida por entre el río, llegamos a Remedios el 13 de Septiembre. Allí tuvimos el placer de encontrar a los compañeros del Batallón Naranjo, y se reunió un gran número de gente: Cívicos, Naranjos, Escuadrón Julio Arboleda, Ricaurte, vencedor de Remedios, Córdoba, Gómez de Santo Domingo y Pagola que ha sido nuestro compañero desde Medellín. El 15 ocurrió en esta plaza un desagradable incidente por política. Hubo una serie de discusiones y por influencia de los principales Jefes, no ocurrió ninguna desgracia. El 16 marcha en dirección a San Roque el Batallón Córdoba, comandado por Berrío. Le quitaron la munición y armas que tenía sobrantes. El 18 salimos de Remedios y llegamos al caserío de “El Tigre”. Pasamos ese día por la simpática población de Santa Isabel. Allí encontramos abastecimiento de todo. En este día tocamos algunas vegas de Río Ité. El 19 salimos de “El Tigre” y pasando por el Alto de Sabanalarga, de vastísimo horizonte, llegamos a la Puerta. Andar por estos caminos, de Remedios para acá, se nos hace un paseo vespertino por una de las carreras de Medellín, siente uno un cambio inmensamente agradable, por una parte, encuentra piso firme, descumbrado y sin ningún peligro y por otra esas poéticas casuchitas de montaña donde no falta una totuma de mazamorra, una arepa o un trago y

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cuando menos, una de esas risueñas y tímidas negritas desenvueltas y vigorosas, que tan bien han pintado los escritores de costumbres antioqueñas y de las que me atrevo a decir que si algunas son corrompidas de cuerpo, de alma no lo son, porque, por su desgracia, quizás, han nacido en una comarca donde las costumbres están diezmadas de inmoralidad, ni siquiera esa hipocresía que se necesita para ciertos vicios. La estadía en Remedios no fue muy agradable. La vida de ese pueblo ha sido muy mal recomendada y ahora que esta plaza está ocupada por militares, puede decirse que la vida que allí se lleva es de bestias. Bailar, beber, jugar y enamorar es, por desgracia, el destino de casi todas las gentes que allí habitan. Aunque en la malicia se le evitan a uno un tanto los sentimientos de piedad, siente uno algo así como desespero, no de implorar una oración. El 20 de septiembre salimos de “La Puerta” y llegamos a Yolombó a las 2 de la tarde. El día fue caluroso, pero el camino descansado v bueno. A las personas les causó admiración la precipitud con que este Batallón marcha. Pero son jóvenes voluntarios que pueden marchar como quieran, amantes de sus familias que desean que sepan de ellos. El 21 salimos de Yolombó, pasamos por La Quiebra a la 1:00 p.m. de allí divisamos las grandiosas curvas de Río Grande, que unido con el Chicó, tributan las aguas al Porce. Llegamos al mismo día a Santo Domingo, donde encontramos el Batallón Montoya. El 22 salimos de Santo Domingo y llegamos a Barbosa. El 23 salimos de Barbosa y pasando por Girardota a las 12 md. llegamos a Copacabana. Es decir, nos pusimos al rededor de la Capital un mes después de haber salido de ella.

El 24 llegamos a Medellín. Volvimos, pues, a la Perla Colombiana, a la ciudad de las mujeres bellas, de los hombres ilustres, al sitio de los encantos para los viajeros, a la capital de Antioquía, el pueblo de dura cerviz del trabajo y del hogar cristiano. Después de recorrer despoblados de tantísima extensión, ve uno con desagrado tanta holgazanería que no hacen en estas capitales sino el oficio de zánganos que viven entregados a la vagancia, mientras otros, más bien más débiles, talan con energía esas montañas cumpliendo así la misión para la que fueron enviados: “Comerás tu pan con el sudor de tu frente”. Por necesidad fatal de los grandes sufrimientos y de las cruentas luchas resultan, generalmente, los mayores bienes. Las torturas más crueles y las penas más hondas son las que traen al alma los consuelos más inefables. Para fundar una iglesia fue necesario muchos mártires, para plantar una cementera es necesario arrancar de raíz los árboles y las débiles malezas que cubren esos sitios y por último, para establecer un gobierno es necesario quitar de cualquier manera, a toda costa, lo que obstruya su camino. Es por esto por lo que todo hombre patriota sacrifica no sólo sus intereses sino lo más preciado de su hogar y su familia, su vida y sus comodidades. Por eso, para el hombre abandonar todo eso voluntariamente, necesita tener una convicción interna y profunda de la justicia, de los principios que defiende y un aferramiento y amor intenso hacia la causa que abraza. Deseaba estampar aquí algo sobre los azares de la guerra, pero no lo hago por dos razones: Primero, porque estos azares son conocidos por media

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humanidad entera; y Segundo, porque creo compensarlo en esta idea: El soldado sufre en proporción igual a la misión que desempeña y puesto que su misión es derramar sangre, sus sufrimientos son los más de las veces, honrosos. “Tumbas solitarias”: En medio de la soledad todo es opaco, en medio de la oscuridad, todo es sombra; víctimas del pensar, todo es tristísimo y si transidos por el dolor estamos, todo se nos presenta desgarrador y fúnebre. Puede estar nuestro cerebro dominado por cualquier idea, puede nuestra imaginación formar cualquier imagen y si sus facultades psicológicas no están embotadas, algo como una impresión fuerte y simultánea lo detiene encontrarse una o varias tumbas en medio de la soledad de los montes. Murió de hambre, murió casi solo, fue víctima de una fiebre o de un puñal asesino; no tiene los auxilios espirituales; pasó a la región del olvido sin bendiciones; bajó a su última morada sin lágrimas… En Medellín permanecimos sin nada notable hasta el 11 de Enero de 1.901.

AÑO DE 1.901 Enero de 1.901. En esta fecha, 11 de Enero, seguimos para Marinilla. Si de poca distancia se siente tanto placer al regresar a nuestra casa paterna, como lo será de grandes distancias y después de tantos sufrimientos y peligros inminentes, logra uno volver? Febrero de 1.901. En Marinilla permanecí hasta el 17 de Febrero de 1.901, día en que por haber sido nombrado Capitán Habilitado del Batallón Jiménez, fui llamado a Medellín,

donde estuve estacionado. En Medellín permanecí hasta el 28 de Febrero que seguimos a Marinilla. Mayo de 1.901 Continué como habilitado hasta el 30 de Mayo, día en que fui ascendido a MAYOR. Siento, con toda sinceridad, que sólo al simpático Coronel Giraldo pudo caberle la idea de que yo podía ser eso, sin méritos militares de ninguna clase. ¡Cuándo dejaré de agradecer los benévolos términos y los honrosísimos conceptos que este acreditado y simpático Jefe emitió respecto a mí en el memorial de Petición! El estímulo a los jóvenes es lo que los hace capaces de grandes cosas. No es premiándome ningún mérito que me hacen Mayor, sino estimulándome. Dios quiera que con mi conducta y mis acciones pueda responder a este llamamiento y que corresponda como se debe al llamamiento de los más altos mandatarios del Departamento. Junio de 1.901 El 25 de Junio de este mismo año quedé encargado de la Comandancia del Batallón, mientras dura una licencia de más de 30 días del Coronel. Agosto de 1.901 Así continuamos sin novedad hasta el 13 de Agosto que seguí a El Retiro en una misión. De allí regresé por la Capilla a Belén el 15. (andaba con 100 hombres). Allí reuní al resto del Batallón que iba con el Coronel, y el 16 seguimos a Concepción a donde llegamos el 17 de agosto de 1.901, después de haber permanecido en La Magdalena.

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Eran las 11 de la mañana cuando repartidos en Guerrillas rodeamos a Concepción. Persuadidos de que el enemigo no estaba en dicho pueblo, hicimos reunir en la plaza las diferentes guerrillas y seguir inmediatamente para Alejandría. Abajo de la población, en las partidas para El Peñol, se dividió el Batallón, medio en dirección a Alejandría y medio en dirección al Peñol. El primero tropezó con la descubierta del enemigo, apenas dejó el camino de Santo Domingo ésta retrocedió y con el grueso de la Guerrilla, penetró desbandada por los bosques que dan al cerro de “Matasano”. Cuando salían a los llanos y el medio Batallón que seguía vía de El Peñol despuntaba la cordillera, inmediatamente rompieron los fuegos nuestros soldados, sin dar un tiro se desbandaron por toda esa colina. Pero el Estado Mayor, que continuaba junto, fue capturado. Faltaba solo el segundo jefe, Juan de la Cruz Henao, que había desertado la víspera, llevándose el dinero. El primer Jefe, Gabriel Isaza, confesó todo en la prisión. Después de algunos días de demora en Concepción, durante los cuales se hizo reclutamiento, en Alejandría se cobró un grueso comparto. Volvimos a Marinilla. Las señoras Conservadoras allí, nos han ofrecido una bandera.

AÑO DE 1.902

CAMPAÑA DE LA COSTA Enero de 1.902 El 31 de Enero de 1.902, salimos de Marinilla, llegamos a San Vicente. Febrero de 1.902 El 1 de Febrero a Concepción

El 2 a Santo Domingo El 3 permanecimos allí. El 4 a San Roque. El 5 a Hato Grande El 6 a Caracolí y El 7 a Puerto Berrío. El 8, a las 9 de la mañana, tomé, con medio Batallón Jiménez, el vapor “ZEA”. A las 3 p.m. pasamos por Barbacoas. Anclamos en Carchi. El 9 fuimos a San Pablo y pasamos por Cimitarra a las 5 menos cuarto de ese día. El 10 llegamos a Gamarra. El 11 seguimos y llegamos al Banco a las 4 p.m. El 12, a las 3 p.m. pasamos por Magangué. Al amanecer del 13 pasamos por Calamar, como se ve, el buque es de lo más lento conocido y ninguna novedad ha ocurrido. Este mismo día llegamos a Barranquilla. Allí encontramos a Laureano. Pareciome Barranquilla inhospitalaria en todo sentido. El 14 y 15 de febrero permanecimos en Barranquilla. El 16 por la tarde salimos de esta ciudad a las 5 de la tarde embarcamos en “El Canadá”, famoso buque francés. El 17 a las 4 p.m. llegamos a Colón (Panamá). Este día enfermé un poco. El 18 vinimos a Ciudad de Panamá en el tren de la tarde. Otros han dicho, y dirán, lo que es esta ciudad. Por mi parte digo que es hospitalaria y más para los antioqueños. Sus costumbres no son tan malas como en el interior se dice. Hay mujeres hermosas como las hay malas y corrompidas. Es el General Amaya el jefe superior y está gobernando el departamento, el Dr. Arjona es el secretario, por muerte del gran colombiano Albán, acaecida el 20 de Enero último. Los parques de la ciudad son aseados.

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Sin novedad, continuamos en ciudad de Panamá hasta el 22 en que recibimos orden de refundir el Batallón en 3 cuerpos y pasar al Escuadrón los Oficiales excedentes, medida que nos causó honda pena, teníamos que despedirnos de jóvenes simpáticos que me habían servido tanto. Hoy 22 de Febrero pasó al hospital el soldadito Ramón Sánchez. El 24 visité las Bocas, o sea el Muelle de Panamá. Había abordado “El Chile” y “El Declanché”, bellos y notables barcos mercantes. El 26 de Febrero recibió orden el Batallón de moverse a Gorgona. A las 3 de la tarde partimos en tren y llegamos a las 4 a esa simpática población. Está casi toda habitada por franceses. Marzo de 1.902 Seguimos sin novedad hasta el 4 de Marzo, (1.902), día este en que tuvimos la pena de perder ahogado al virtuoso joven, Rogelio Montoya, soldado del Batallón. Esto tuvo lugar a las 8 a.m. y no se pudo encontrar hasta el 5 a las 8 y ½. Hubo dos Misas en esta Iglesita por el descanso de su alma y por la tarde entierro. Marzo 4, en este día llegó a Panamá el General Victor M. Salazar, Gobernador. El 4 me ocurrió, a mi rareza, de amanecer triste, nervioso y mi dolor neurálgico más fuerte. Marzo 6, Francisco Serna está con viruelas. Es al primero que le han dado en el Batallón. El 9 conocí las fábricas de Ron del gringo. Es un edificio notable. Igualmente notable es el establecimiento de Monsier Janetten en Basobizpo, que conocí el 11. El 15 de Marzo dejamos a Gorgona para trasladarnos a Colón. Nos fue tan simpática Gorgona que con pesar dejamos esas gentes, que con tanto

esmero nos atendieron. Más doloroso aún si dejó un primo enfermo, el mismo Serna, mi contemporáneo y mi amigo de infancia. El 16, en Colón, ya comenzamos el trabajo de construcción de trincheras. Se ve que serán atacadas tanto esta plaza como la de Panamá, dado que los Revolucionarios cuentan con el triunfo de “Aguadulce”. El General Castro, uno de los derrotados de “Aguadulce”, pasó el 14 por Gorgona. El 18, a las 9 y ½ a.m. recibí telegrama de la muerte de mi primo Serna, ocurrida en Gorgona. ¡Que Dios haya recibido en su Seno el alma de este virtuoso joven, obediente soldado, noble amigo y excelente primo, que víctima de la fiebre de unas viruelas negras, exhaló su último suspiro lejos de su madre y de sus mismos compañeros, pero auxiliado divinamente. Esta muerte me causó doble dolor por la muerte de un primo querido, no es menos duro por la consideración de que si Dios dispone que yo vuelva a Antioquía quién sabe si yo tenga la pena de ver otro u otros de 7 primos que me acompañan. Que el Altísimo le dé consuelo a su afligida madre, tía que tanto quiero. Hoy están con fuerte fiebre Victor y Jesús María, otros primos míos. Marzo 20 de 1.902. En esta fecha escribo a Vicente, a Julio C. y a C. Abril de 1.902 Aún no sé de mi casa. Con fecha 1 de Abril de 1902 escribí a Vicente una larga carta. En este día siguió el Escuadrón para Barranquilla y con él, Jaime. En este mismo día hubo fusión de la división en 2 Batallones y salió de ella, con fortuna para mí, Elías H. Gómez. Con franqueza digo que este jefe no supo conservarse a la altura de su deber. En

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este mismo día ascendí a capitán a Victor, de la primera compañía. Abril 2. Acaeció la muerte del subteniente Evangelista Salazar. El 3 se tuvo aquí conocimiento de los grandes triunfos alcanzados por el Gobierno en Boyacá y Cundinamarca, el 28 de Marzo próximo pasado. Se tuvo conocimiento de la muerte del Dr. Sanclemente acaecida en Villeta el 19 de Marzo de 1.902. El 5 de Abril de 1.902, fui nombrado Jefe de la Expedición para Bocas del Toro. Zarpé a las 3 de la tarde de ese día en la chalupa “Marsellese”. Zarpé para ese punto con algo más de 50 hombres. En esa tarde nos hizo tempestad. Llegamos a Bocas el 6 a las 2 de la tarde. El 7, en compañía de las primeras autoridades de Bocas del Toro, fui a “Albán” o “Bastimentos” a efectuar una inspección. Isla llamada así porque allá fué donde Cristóbal Colón hizo “Bastimentos” a su llegada a estas tierras. Debo advertir que el habérseme enviado a la Comisión de esta Plaza, fue una distinción honrosísima, que agradeceré al General Giraldo, según nota recibida por el General respecto al jefe que debía enviar. El 13 se rumora la llegada del Barco “All Bank” de las Fuerzas Revolucionarias. El 14 temprano, atracó al muelle de cayuco trayendo a un embajador revolucionario: El General Ramón Buendía, jefe de operaciones revolucionarias, envió al General Liborio Trujillo, quienes estaban en el Barco “All Bank”, con una nota pidiendo la Plaza mediante capitulación. Se le contestó, negativamente. Sólo daban término de 4 horas para resolver. A uno de los principales de esta, que pensó por un momento que sería prudente entregarla, ya que veíamos el abandono

nuestro respecto de los jefes de la Capital y, además el abrumador número del enemigo, pues tenía algo más de 700 hombres bien armados y aquí sólo estábamos 103 individuos de tropa, le manifesté que el Código permitía la deliberación de esos casos hasta el más simple soldado y que por tanto yo entregaría el Cuartel hasta haber perdido la mitad de la gente y el último cartucho. Contaba con el apoyo de la Fuerza en ese caso. A mí, es cierto, me acompaña la circunstancia de ser hombre soltero, que mi trabajo en casa no le es indispensable para vivir. Hoy mismo 14 por la tarde, llegó el General Jesús María Gómez con una parte del Batallón, el mismo que se divisó allá en lotanaza, el vapor “Marsellese” que los conducía. La noche de este día 14 de Abril, fue de grande alarma. El 15 como el Buque Americano de Guerra está aquí, “El Machias”, desde el 12, pidió a los revolucionarios dos lanchas y botes que tenían de los norteamericanos y les fueron devueltos. Abril 16. Hoy se han movido del barco “All Bank”, algunas fuerzas revolucionarias. BATALLA DE BOCAS DEL TORO (ABRIL 17 DE 1902) Hoy, día de gran jornada, no he tenido lugar para mis apuntaciones. Son las 10 de la noche y aún no vuelve una comisión que anda en tratados con el enemigo. Por las mil ocupaciones que acompañan a un Combate, no he podido hacer algunos apuntes que a primera oportunidad serán hechos. Son las 10 p.m. del 18 de Abril y en casa de un extranjero puedo continuar mis apuntaciones. Son tantas las impresiones que a mí llegan, es tan angustiada si situación en este momento, por considerar

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la tropa, que difícilmente podré ordenar mis ideas: Era bien cerca de las 5 y ½ de la mañana de ayer, cuando llega el cuarto de ronda anunciando la proximidad del enemigo. Se destacaron 2 guerrillas de inspección, que fueron atacadas a las 2 cuadras, entradas éstas a las trincheras, éstas comenzaron a vomitar plomo sobre el enemigo que se precipitó a tomarlas por asalto. Una avalancha de más de 700 hombres se avanzaron y se vieron en la necesidad de retroceder, dejando en el campo una gran parte, a este empuje, nosotros tuvimos por el Flanco que me correspondió, 3 bajas. Un segundo ataque sucedió al primero y mayor número de bajas le costó su temeridad, teniendo que retroceder de nuevo. Retirada a la parte atacante a una distancia de 4 cuadras, aproximadamente, favorecidos por las casas, comenzaron a reponer las Guerrillas, percibidos nosotros de lo cual, les rompimos fuego a través de los edificios, que son de madera, fuegos que siempre eran contestados pero con alguna lentitud. Así se siguió en pocas bajas de ellos y con ninguna nuestra hasta las 11 a.m., que intentaron una tercera carga a nuestras trincheras. Nuestro esfuerzo fue supremo y el encono de ellos grandísimo, pero tuvieron que retroceder desesperados. Inmediatamente después, envían un embajador solicitando 2 horas de tregua para recoger muertos y heridos. Es decir, pidiendo tregua un Ejército de bien cerca de mil hombres contra 179 tiradores circunscritos en un círculo que por lo pequeño, lo rodeaban por completo. No accedimos a dicha tregua, pues por lo reducido de nuestras fuerzas y nuestro pertrecho que ya se terminaba, nos convenía la pronta decisión, sólo si

pedíamos que si se quería prorrogar la tregua hasta las 6 de la madrugada, accedíamos a ella, pues teníamos la noche, ya que no teníamos machetes no balas. Olvidaba decir, que en esta tercera carga nos hicieron 5 bajas con heridas leves las más. Nuestra situación era angustiadísima pero nos animaba el entusiasmo y denuedo de nuestros soldados que no cesaban de gritar vivas, mueras e insultos. ¡Pobrecitos! Ignoraban el vacío que tenían a retaguardia. Los anima en gran manera el efecto que hacía su bala al llegar al campo enemigo, pero no pensaban en el hueco que les quedaba en el cinturón. Después de esta tercera carga tuvimos ocasión de ver tres muertos, uno sobre otro, que quedaron frente a las trincheras por el Oeste. Viendo pues ellos, la temeraria resistencia de nuestras fuerzas, nos propusieron por cuarta vez la capitulación de nuestras fuerzas, pero de una manera honrosa. Era el caso para nosotros, ya que no nos quedaba casi ningún parque qué perder, y sí, vida de muchos soldados valientes que morían indefensos, pues nosotros solo habíamos perdido 5 soldados. Pero es el caso que mientras los emisarios hablaban con nosotros, intentaron una cuarta carga a toda la extensión de nuestras trincheras, carga que les costó, tal vez, más cara que las anteriores, después de la cual se tocó en uno y otro Campamento “Cesar el fuego”. POR MENORES La Guardia a órdenes del Subteniente E. Gómez, ocupó las trincheras de la calle por el Oeste y el resto de la Primera Compañía, cuyo despliegue me tocó, tuvo que recibir el fuerte ataque. Se recibieron algo más de 1.000 tiros; en este primer ataque perdimos en esa

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compañía a Roberto Cano, N. Martínez y Luis Giraldo; heridos B. González, José María Mora y E. Garcés. Por confesión de ellos mismos supimos que gastaron 68.000 tiros, que considerados los ataques, pueden distribuirse así: Ataque a las 5 a.m. 20.000 tiros Ataque a las 9 a.m. 15.000 Ataque de la 1 p.m. 10.000 Ataque a las 5 p.m. 13.000 y los 10.000 restantes, en tiradores de guerrillas y paviadores. Fue tanto el arrojo y la serenidad de todos nuestros soldados, que me animaban en gran manera y difícilmente se podía encontrar uno que no estuviera charlando cuando cesaban los fuegos y todos animados y entusiastas; los Oficiales, todos a la altura de su deber, animando más y más la tropa y dándoles pertrechos y comida. La serenidad del General Gómez, fue muchísima. Las bases del tratado celebrado fueron honrosas: Admiración al valor de nuestras Fuerzas y conceden pasaportes para todos los oficiales, Tropas y Jefes. en esta contienda ha tenido gran parte en contra nuestra el Comandante del Barco Americano “Machías”. El 18 fue la entrega que se hizo a una Escuadra Americana. Nada de tan hondas impresiones estampo, porque en mi memoria durarán siempre. El valor es siempre respetado y por eso ningún desprecio nuestra tropa recibió en los días siguientes. Estuvimos alojados en un muelle y aunque ninguna mortificación material otra que un poco de hambre, sí se veía en todos los rostros la resignación sino la angustia. El 19 de Abril de 1.902. Por fin en la mitad de este día se divisó allá en la entrada de la Bahía, “El Pinzón” y “El Marselle”, que ignorando lo sucedido,

erguían su popa hacia Bocas. No sé que extraña e indecisa impresión recibí en ese momento, ya que veía todo ese grupo de soldados indefensos recostados en el muelle y mi gran desconfianza de la generosidad del Partido Rojo. Se les hizo saber a los buques lo ocurrido y nosotros, por intervención del Cónsul Americano, fuimos puestos en el terreno neutral. Los jefes que llegaban y los buques que ocupaban la Plaza, llegaron a un arreglo que consistió en que los Revolucionarios entregarán la Plaza y los elementos de guerra que no nos habían tomado. Porque lo que era la libertad de nosotros está concebida por nuestra capitulación y el pasaporte para la tropa lo tenía en mi poder. A la 7 p.m. atracó el “Marselle” llegando el General Luis Gómez, quién es el Jefe de Operaciones. Tanto al Coronel como a mí nos dió un fuerte abrazo de felicitaciones y nos comunicó el arreglo. Esa misma noche pasé a bordo del “Pinzón” para abrazar al General Giraldo y demás amigos. Al día siguiente, 21, fui al “All Bank” para abrazar a Pineda, Hoyos y el resto del Batallón Jiménez. En la noche de este día evacuó la revolución la Plaza de Bocas, después de haber devuelto, aunque si con mucha delicadeza, los elementos que nos habían tomado. En las primeras horas del día 22 principiamos a ocuparla de nuevo. El 23 no ocurrió novedad. El 24 hubo una misa de Réquiem por el alma de los que murieron. Los acordes del órgano y las preces hicieron entrar la tristeza en mi alma, sentir los soldaditos, recordar a los míos y a mi … De todos recibí el 21 carta. Hoy todavía se han encontrado muertos de la Revolución y ha dejado aquí gran número de enfermos y heridos.

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Nos informan que llevaron todos los que creyeron que no morirían en el camino. Da verdadera tristeza el ver que tengamos qué destrozarnos así, los mismos hermanos: Era de causar verdadero horror que al recorrer parte del campamento de ellos, como lo hicimos el Coronel Gómez y yo, encontrar tan considerable número de muertos y después saber la gran multitud de heridos que se lamentaban diciendo que sus jefes, contando con el triunfo seguro, los habían arrastrado al sacrificio. Anoche me tocó la jefatura y tuve ocasión de ir donde dichos heridos y prodigarles toda clase de consideraciones y ofrecer todo lo que tuviere a mi alcance suministrarles. El capitán Acevedo que está allí me dio todos los informes de la multitud de heridos que sus Superiores habían llevado. 25 Hoy siguió en “El Pinzón” el General Gómez para Chiriquigrande con 500 hombres santandereanos y “La Marsella”. Se dice que el enemigo está en Puntapeña. 27 Hoy hubo combate en Chiriquigrande, sin saberse obedeciendo a qué. El General Gómez atacó al enemigo en atrincheramientos intocables y tuvo la pena de perder mucha tropa de los simpáticos Batallones Cúcuta y Casas. Traían bastantes oficiales heridos y el General Ferrero, grave. Aunque con la ayuda de Albán tomaron las primeras trincheras, se vieron en la necesidad de abandonar el campo y volver a esta plaza el 28. El 29 de Abril siguieron dichos batallones para Colón llevando sus heridos. El General Gómez queda aquí. Se ha hecho impopular en la División por el hecho de haber despreciado al General Giraldo cuando los Tratados del 19. Esto le ha causado gran mortificación al

General Giraldo y demasiada repugnancia a los que tanto lo queremos. Se encuentran aún muertos en los cenegales, éstos, de los enemigos. Ha quedado aquí toda la División Giraldo, compuesta de los Batallones Gómez, Jiménez y Albán, que por ser compuestos de Antioqueños, casi en su totalidad, fue agregado al primero de éstos. Mayo de 1.902 Sin novedad grave seguimos hasta el 10, día en que se nos ordenó embarcar en el “Pinzón”, que por la mañana de ese día se fondeó al frente. En efecto, a las 2 p.m., el Albán y el Jiménez seguimos abordo del Pinzón y no desapareció el sol de ese día sin dejarnos ver estas costarricenses montañas y en las primeras horas del 11 de Mayo (1.902) se fondeó frente a Puerto Limón. Allí se nos hizo una buena recepción presidida por el Gobernador de aquel Departamento. Solo el General Gómez saltó a tierra y a él sólo se hicieron los cumplidos. A las 3 p.m. levamos anclas y después de haber seguido costeando aquel país en busca del buque revolucionario, San Jacinto, regresamos en la noche y nos dirigimos a Chiriquigrande, donde llegamos a las 8 a.m. Desde el mar estudiamos y averiguamos la posición del enemigo y ese mismo día regresamos a Bocas, desembarcando a las 8 p.m. del 12. Hoy sigue para Colón el Pinzón y de seguro que llevará al General Giraldo. Si este jefe, que ha estado mal de salud, sigue para Antioquía, a mí me irá muy mal y de seguro que viviré descontento hasta que llegue a mi casa. El 15 de Mayo aparecieron millares de luces en todo el campo Liberal, el día de la refriega. Además de las luces había provisiones de todo género diseminados

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en toda la sabana: Eran los Chinos en sus creencias. Mayo 23 de 1.902. Son las 9 y acaba de fondear el “Pinzón” al frente de este Puerto trayendo al general Amaya y los batallones 6 Holguín, Colombia y Sucre. Vino, además, el general Luis M. Terán, como Jefe del Estado Mayor de esta división y el Coronel Amador Gómez como primer ayudante. No sé qué desengaño siento y algo así como nostalgia. No puedo llamarla cobardía porque no me siento capaz de un combate, pero algunas decepciones políticas que desde ahora principian a hacerme sufrir, porque las temo. Sucederán, no muy tarde, cosas que harán llorar a muchos patriotas. Dios no lo quiera, pero cuántos sacrificios resultarán inútiles? Siento algo así como tristeza cuando miro mis soldaditos. En las primeras horas de la noche, (10 en adelante), fui con unos amigos de aquí, (Bocas), a remar por la laguna en un pequeño barco de remos. Me complacía oyendo “sobre las olas”, “lamentos de un prisionero”, “tiempos fatuos”. La gente ha llegado trayendo 5 cañones y 1 metralla. Mayo 24. Hoy se regresó el “Pinzón” para Colón. Mayo 26. En esta noche regresó el Pinzón y trajo otros cuerpos. Mayo 27. Hoy siguió toda la expedición a Chiriquí a atacar al enemigo en sus posiciones de Punta de Peña. Mayo 29. Jueves de Corpus. Hoy se tuvo conocimiento aquí de Bocas que el enemigo, abandonando sus ventajosas posiciones de Punta de Peña, siguió para David. Han tenido muchas deserciones y van casi desorganizados. En idas como éste, que son de tanta solemnidad, lo celebra mi religioso pueblo, recuerda uno con algo así de nostalgia, tristeza, esa tierra querida. Por la noche hubo baile.

¡Que desgraciada tierra! Mas entusiasmo para una diversión tan profana que para nuestro gran culto. Bien hace mi querida madre en llorar más por mis peligros morales que por los corporales. En realidad ni conducta moral está en grave peligro, pero allí está la virgen, ella me salvará moral y materialmente. Mayo 31. Hoy termina el mes de las flores, mes que las plantas al producir el germen de sus semillas, adornan los campos, embellecen y perfuman el ambiente y hacen más coquetones los salones, descifran los bellos problemas de botánica, al mismo tiempo que los enamorados se sirven de los misteriosos y bellos mensajes. Junio de 1.902 Junio 1 (Bocas) Ya vino junio con sus mañanas tibias y luminosas, con su cielo esplendoroso y sereno, las frutas, mas las flores, perfuman los campos y hacen los manjares exquisitos. Al Sagrado Corazón de Jesús está consagrado este hermoso mes y se ven los templos adornados con las ya marchitas flores de Mayo y con las hermosas fruteras ricas por lo variado. Hoy hubo aquí, procesión del Corpus. Al descuido de los altares, se agregó el poco respeto y no mucho recogimiento de los concurrentes. Solo asistieron los advenedizos, pues aquí casi todos son Protestantes. Se dice que el enemigo se está reconcentrando en David y como el General Pompilio Gutierrez, ya está en Panamá, se cree inspeccionará hacia aquella parte por el lado del pacífico. La revolución parece que toca a su fin. Quién sabe qué seguirá! Quien sabe ahora que inventarán los grandes hombres de Colombia, para despedazar y arruinar a su

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querida patria. Creo que seguirá algo grave, pero ahora no diré nada. Cuando los cimientos no están firmes, cualquier conmoción hace trepidar el edificio y lo destruye, a menos en parte. ¿Habría pues necesidad de cambiar los cimientos? Junio 2 de 1.902 Todavía permanece en Chiriquigrande la expedición. Se aguarda que el Marselle regrese de Colón con órdenes, no soy partidario de que esa expedición siga por la montaña. Junio 3. Ayer llegó el Marselle se dice que hoy siguió para Colón el Pinzón de Chiriquigrande. Junio 5. Hoy recibimos orden de seguir a Punta de Peña. Como no acostumbro la bebida, me tomé unas copas, esto hizo que me durmiera y cuando me despertaron para salir, había levado anclas “El Marselle” y me demoré hasta el día siguiente, con todos los ayudantes y algunos enfermos. Aunque era muy cerca donde iba el batallón, y mas que todo por temperar, yo sentí profunda pena, pero los jefes me dijeron no tener cuidado, pues no era indispensable mi viaje por tener que despachar todavía algunos enfermos y el equipaje de la P.M. Junio 6 de 1902. Salimos a las 11 am. de Bocas y llegamos a Chiriquigrande a las 4 pm. Esta población es alegre y se extiende en toda la rivera del mar, dividida en dos partes: Chiriquigrande, propiamente dicha y la Ureca, separados los dos barrios por el río Chiriquigrande. Salimos en el tren a las 8 am. de Chiriquigrande y llegamos a las 9 y media a Punta Peña. Hay aquí una gran empresa de bananos. Junio 8. Hoy domingo no ocurre ninguna novedad. Sólo si, gran número de enfermos, 60. Este sitio es pintoresco, estas elevadas crestas nos deleitan porque nos hacen recordar nuestras queridas montañas Antioqueñas.

Junio 9. En este día fui a Chiriquigrande. Allí encontré al mulato Viveros, simpático General que había sido capturado en Tumaco y pudo escapar ahora de David. Junio 12 de 1902. Hoy murió el soldado José D. López, hijo de Aquilino. Siente uno así algo como tristeza al ver soldaditos que ignorando todo, vienen a servir de instrumento y de víctima para los jefes superiores especular y enriquecerse, aún con escándalo público. Junio 15 Domingo. Siempre en este día me acuerdo más de Marinilla y de los de allí. Junio 16. Se supo hoy aquí la muerte de José Alvarez (Güeco), perteneciente a este batallón, acaecida el 14 en Bocas. La fiebre siempre con su funesto entusiasmo. Junio 17 Hoy vino a este campamento el prestigioso General Reyes, Nicaragüense. Mis juicios hacia este personaje son muy favorables y tendré ocasión de emitirlos. Junio 22 Hoy, sin estar triste, he deseado y procurado estar solo. Alejándome del campamento, he gozado de imponente soledad en la selva. ¡Cuántos proyectos he formado, cuántas ilusiones me he forjado que de seguro mucho desechará el tiempo y desengañará la realidad cuando llegue! Junio 27 Hoy volví a Bocas donde tantos amigos y recuerdos encuentro. Vine con los alentados. El Coronel vendrá mañana con los enfermos. En esta travesía me ocurrió el percance de mojarse el baúl donde venía el archivo. Se mojó con agua salada. Junio 28. Hoy llegó el Coronel y el resto del Batallón. Junio 29. Se nos notifica viaje para Nicaragua. Llegó una nota por conducto del General Luis Gómez, de parte del gobernador, en la que se nos notifica seguir a las costas Atlánticas de esa República, para ver si están organizando

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allí patrullas para atacar a Colombia. Nos previno que no es una consulta sino una notificación, “porque yo estoy persuadido, dijo, que a Jefes como ustedes no se les embarca sin saber para donde van”. Se dispuso que se embarcaran de 300 a 350 hombres, fuera de oficiales y de los Nicaragüenses que allí en le puerto había. Junio 29 de 1902 Desde por la mañana nos embarcamos 2 jefes, 14 oficiales y 70 hombres de tropa del Batallón Jiménez, el resto de los tripulantes militares lo formaban los Batallones Albán y Gómez: El General Gómez, el General Teherán, el General Luis Moreno y otros jefes. Entre los Nicaragüenses iban: el doctor Manuel Calderón, el General Reyes, el doctor Chamorro, el General Mena, el Coronel Bolaños. A las 12 mm. levó anclas el inquieto Pinzón y ya. Cuando el sol se dejaba besar por las olas del mar, se divisaba allá a lo lejos esa línea azul de las primeras cordilleras Costarricenses. Junio 30. Todo este día el mar ha estado en calma pero debido a la construcción del barco, es mucho su movimiento y el mareo se extiende para los que no navegamos siempre. El mareo es enfermedad en plena salud, es morir viviendo, agonías de muerte que no tienen otro remedio que la quietud. Avanzada la tarde principiose a ver una línea azul que se destaca allá en lontananza por el NE. Es la Isla de Corn Island, donde arribamos a las 5 y media am. El General Mena con unos Nicaragüenses desembarca y a continuación lo hacemos nosotros. Se tomó preso al Inspector de Policía, llamado Gobernador y con sus dos policías fué llevado esta misma tarde a bordo. Yo pasé la noche en tierra pero sin ver otra cosa que entusiasmo por el General Reyes y su causa.

Julio de 1.902 Julio 2. La fuerte brisa de esta mañana continúa. Anoche se había dispuesto sacar de cada batallón 30 hombres y 6 oficiales para dar el asalto. Yo debía salir con los 30 del Jiménez. Vista la imposibilidad del desembarco, decidimos efectuar éste por Mongo Pus, lo que tampoco se pudo hacer porque amaneciendo había todavía fuerte brisa. De las 7 en adelante se convirtió en tempestad, tempestad que a todo el mundo hizo temer verdaderamente. Tuvimos pues, necesidad de regresar de nuevo a Corn Island donde permanecimos algunos días. Julio 3 de 1.902 Hoy se ha dado ración de tortuga para toda la fuerza. Julio 4 Hoy, en compañía con el Coronel. le di vuelta a la isla. 10 millas. Se anuncia movimiento sobre Blue Fields. En efecto, a las 5 pm de este día seguimos a Blue Fields. Junio 7 A las 4 am llegamos a Blue Fields. El objeto era que 100 hombres atacaran esta fortaleza por tierra, mientras los cañones del Pinzón le disparaban desde el mar. Principió el desembarco aunque el mar principiaba a enfurecerse, a fuerza de luchar contra las olas, favorecidos por la oscuridad aún existente, pudieron desembarcar unos 35 hombres de los organizados en Corn Island, pero la borrasca del mar y sobre todo los cañones, que percibidos de nuestra llegada, nos colocaron en los peñascos, no permitieron desembarcar más gente ni aún volver por los que habían desembarcado. Terrible expectación para los que quedaban y dolorosa para nosotros pero había que obedecer a las circunstancias. No se ha sabido de la suerte que correrían aquellos desgraciados, tal vez víctimas serias de su entusiasmo patriótico, de su justo odio al

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tiranuelo Zelaya y de ese amor a su libertad que con tanto cinismo les había quitado un Gobernante que es la vergüenza de los gobernantes Latinoamericanos. En vista de la imposibilidad para entrar, tuvimos que regresar avergonzados, si se quiere, pero jamás desmayados en esa empresa. Para colmo de desgracias, en este funesto día, al entrar en la laguna de Bocas se varó el barco y esto le acarreó males, que según me han informado, son de mucha consideración. Felizmente no hubo ninguna desgracia personal. Llegamos a Boca a las 10 pm del 8. Julio 9. No hubo novedad. Sólo sí tuvimos la pena de saber la muerte de Andrés Henao y Manuel S. Arteaga. Julio 12. En el Pinzón y en compañía del General Gómez, seguí en este día para Colón donde llegamos el 13 tarde por motivo de haberse dañado el buque. También venía allí Cárdenas y Julio Giraldo que seguían para Antioquia. Julio 14. En este día llegué a Panamá. Allí encontré a mi primo Joaquín García, el General. Julio 18. En la noche de este día avisaron de Flamenco la presencia de Padilla. Julio 19. Como nos anunciaron que el buque Alemán seguía a Bocas, esa misma tarde seguí en el tren de la mañana a Colón. A las 9 y media de ese día se presentó en la Bahía el Padilla y con la pequeña flotilla estuvo tiroteándose hasta las 2 de la tarde. Julio 20. A las 3 pm de este día zarpó para Bocas el Alemán, donde llegamos el 21 a las 9 am. Durante mi ausencia murió Rafaelito Salazar. Julio 25 El 24 regresó el Pinzón y el 25 salió para Colón toda la división dejando aquí en Boca sólo el Jiménez.

6. ALGUNAS GOTAS DE SANGRE

GARCÍA SE COMPARTÍAN ENTRE LOS REPRESENTANTES DEL GOBIERNO Y DE LOS REVOLUCIONARIOS

El recuerdos García de Julio de 1998 sobre la Independencia y los inicios de la República lo habíamos tratado de limitar históricamente el 8 de Julio de 1841 con el fusilamiento de Salvador Córdoba. La Guerra de los Mil Días se inició en Octubre de 1899, habiéndonos quedado un amplio vacío de 58 años, en los cuales se fueron empatando una revolución y sus guerras correspondientes como una sucesión interminable donde la paz parecería que nunca llegaría. Todo el tiempo fue de guerra y de derramamiento de sangre, de la cual mucha compartíamos en las dos posiciones. Quedamos comprometidos a tratar este período en un Recuerdos García futuro, donde aparecerán lejanos familiares como por ejemplo Pascual Bravo Echeverri que será uno de los que tendremos que necesariamente citar acompañados de otros de nuestros ascendientes. Seguramente cuando realicemos este ejercicio, muchos de las honrosas vinculaciones se limitarán a citar a un hijo de quienes figuraron antes de 1841 o al padre de quienes tomaron parte activa en la Guerra de los Mil Días, lo cual nos hará más fácil esta interconexión. En el tema 16 de Recuerdos García de Julio 1998 habíamos tratado algunas

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interconexiones que nos sirven de enlace para llegar a Pascual Bravo Echeverri.

AntonioEcheverri

Villa

IgnacioCristóbalEcheverriEchague

Echeverri Gallón

JoaquínIgnacio José

Echeverri

José IgnacioJosé Cosme

EcheverriEscobar

José MaríaGabriel

MelchorEcheverri

MarceloEcheverri

ObduliaValencia Echeverri

Julio CesarGarcía Valencia

AndreaEcheverri

Mejía

MarcelinaEcheverri

PascualBravo

Echeverri

ObduliaEscobar Bravo

Antonio Echeverri villa el cuarto abuelo de Julio Cesar García Valencia era primo hermano de Joaquín Echeverri Gallón el bisabuelo de Pascual Bravo Echeverri. • Pascual Bravo Echeverri nació el 3 de

Julio de 1838 fue Gobernador de Antioquía en 1863. Muerto en el combate del Cascajo el 4 de enero de 1864.

Para quienes se interesen en estudiar los pormenores de la guerra de los Mil Días en Antioquía, se encontrarán con personajes de lado y lado que siendo

parte fundamental del conflicto, en alguna forma hoy estamos emparentados lejanamente a ellos. Citaré solo algunos nombres: 1. Sebastián Mejía 2. Rafael Uribe Uribe 3. Fidel Cano 4. Carlos E. Restrepo 5. Marco Fidel Suárez 6. José Manuel Marroquín 6.1 Sebastian Mejía

Bartolomé

Velilla

Marceliano

Juan de DiosMejía

María RosaVelilla

FulgenciaVelilla

SebastiánMejía

Antonio JoséPiedrahita

Julio CesarGarcía Valencia

TeresitaPiedrahita

Fulgencia Velilla, la abuela de Teresita Piedrahita era prima hermana de María Rosa Velilla, la mamá de Sebastián Mejía. Teresita Piedrahita viene a ser prima cuarta de Sebastián Mejía. • Sebastián Mejía, literato muerto en

guerra.

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Fue uno de los comandantes de la División Ospina que salió de Medellín.

6.2 Rafael Uribe Uribe

EugenioRafael

Gaviria Ochoa

Rafael Gaviria Castro

CarlosGaviria Uribe

AbrahamGaviria

NemesioGaviria

Judith Gaviria

Sixta TuliaGaviria

Rafael Uribe Uribe

Julio CesarGarcía Valencia

Angela Ortíz Gaviria

Gabriel García Piedrahita

Rafael Gaviria Castro el bisabuelo de Angela Ortiz Gaviria fue primo hermano de Carlos Gaviria Uribe el abuelo de Sixta Tulia Gaviria, la esposa del General Rafael Uribe Uribe. De tal forma que Angela Ortiz Gaviria vendría a ser prima sexta de Sixta Tulia Gaviria la esposa del General Rafael Uribe Uribe. • Rafael Uribe Uribe, nació en la

Hacienda El Palmar en Valparaíso (Antioquía) el 12 de abril de 1859, cuando en su familia se vivía aún el dolor del cobarde y alevoso asesinato de su abuelo Heraclio Uribe Echeverri ocurrido solo uno y medio años otras el 27 de septiembre de 1857 en Rionegro.

Sus padres y abuelos habían vivido antes en Fredonia en los primeros años de su fundación y allí nacieron algunos de sus hermanos mayores. Fue un ardiente defensor de la libertad y por este motivo tomó su causa revolucionaria. En 1873 la familia Uribe Uribe se trasladó al Valle del Cauca cerca de Buga donde continuó estudios pasando después a estudiar en Bogotá en el Colegio del Rosario. Sin haber cumplido los 17 años participó de la Batalla de los Chancos donde fue gravemente herido en una pierna, pero por méritos de la batalla alcanzó el grado de Capitán. En 1880 se graduó en Derecho y Ciencias políticas. En 1882 y 1884 fue profesor de Ciencia Constitucional y Economía Política en la Universidad de Antioquia. En 1885 combatió en Cipirra cerca de Riosucio. En 1887 publicó un libro titulado Diccionario Abreviado de Galicismos y Correcciones del Lenguaje. Entre 1899 y 1902 participó como jefe revolucionario en la Guerra de los Mil Días y logró su mayor triunfo en la batalla de Peralonso. Se casó en Medellín el 8 de febrero de 1886 con Sixta Tulia Gaviria. Fue villanamente asesinado en Bogotá el 15 de octubre de 1814.

6.3 Fidel Cano

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RamónMercedesRafaelaArango

JoaquínArango

MarianoÁlvarez

Joaquín Cornelio

Cano Arango

Arturo Alvarez

CeciliaAlvarez

HernánGarcía

ObduliaArango

Juan Nepomuceno

Alvarez

FidelCano

Julio CesarGarcía Valencia

Joaquín Cornelio Cano Arango, el papá de Fidel Cano fue primo hermano de Joaquín Arango y de Mariano Alvarez. Cecilia Alvarez vendría a ser primo en quinto grado de Fidel Cano. • Fidel Cano Gutiérrez nació en San

Pedro el 17 de abril de 1852, se casó con María Jesús Villegas Botero. Murió en Medellín el 15 de enero de 1919.

6.4 Carlos E. Restrepo

NicolásMaría Josefa

VicenteRestrepo

Peláez

María AntoniaRestrepo

José FélixRestrepo Velez

María JosefaMejía Restrepo

CasianoBotero

FelipeRestrepoGranda

CarlotaMejía

GenovevaBotero

Pedro AntonioRestrepo

Andrea Echeverri

Mejía

LuisSantamaría

Carlos E.Restrepo

RosaVásquez

Ana DeliaSantamaría

JoaquínGarcía Rojas

ObduliaValencia

Julio CesarGarcía Valencia

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El abuelo de Carlos E. Restrepo, Felipe Restrepo Granda era hermano medio de José Félix Restrepo Vélez y estos dos a su vez eran primos hermanos de María Antonia Restrepo (cuarta abuelo de Rosa Vásquez) y María Josefa Mejía Restrepo (bisabuela de Obdulia Valencia). • Carlos E. Restrepo. Nació en

Medellín el 12 de septiembre de 1867, se casó con Isabel Gaviria Duque. Fue Presidente de Colombia de Agosto de 1910 al 7 de agosto de 1914. Murió el 6 de Junio de 1937.

• Pedro Antonio Restrepo. Nació el 11

de septiembre de 1815. Se casó con Concepción Ochoa Arango. Padre de quince hijos entre los cuales se cuenta Carlos E. Restrepo. Fue

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Senador y Representante en el Congreso de Colombia. Murió el 23 de enero de 1899.

6.5 Marco Fidel Suárez

Joaquín

Juan Fco.

Jaramillo Sánchez

Cosme Jaramillo Alvarez

Francisco Jaramillo

Vicente

Hermenegildo

Jaramillo Juana Jaramillo Sierra

Félix Barrientos

María Luisa Jaramillo M.

Teresita Piedrahita

Rosalía Suárez

Julio César García Valencia

José María Barrientos Jaramillo

Marco Fidel Suárez

Cosme Jaramillo Alvarez (el bisabuelo de Marco Fidel Suárez, por el lado de su padre) y Francisco Jaramillo (el bisabuelo de Teresita Piedrahita), fueron primos hermanos. Teresita Piedrahita vendría a ser prima séptima de Marco Fidel Suárez y Luz Ramírez García (Bisnieta de Vicente Jaramillo), vendría a ser también prima octava de Marco Fidel Suárez. La historia idiomática de Colombia ha tenido sus más importantes humanistas en: Rafael María Carrasquilla, Marco Fidel Suárez, Miguel Antonio Caro y Rufino José Cuervo. Por fortuna del destino Julio César García Valencia tuvo

la suerte de ser muy cercano a los dos primeros. De Rafael María Carrasquilla ya nos habíamos referido en el tema 28 de Recuerdos García de Julio de 1998, haciendo mención que Monseñor Rafael María Carrasquilla fue el padre espiritual de Julio César. Respecto a Marco Fidel Suárez, le tocó la suerte de haber sido este su director de tesis sobre la Historia de la Instrucción Pública en Antioquia y podríamos pensar que Marco Fidel Suárez se convirtió como un padrino en el ejercicio profesional y un orientador de la vocación hacia la educación que comprometieron la vida de Julio César. Este fue el VALIOSO CONCEPTO que Marco Fidel dió sobre su tesis.

Bogotá, 3 de Mayo de 1918 Sr. Rector del colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.- L.C. He leído la tesis que presenta para su doctorado el Sr. D. Julio César García, con el título de “Historia de la Instrucción Pública en Antioquia”. En cumplimiento de una formalidad reglamentaria, tengo la honra de informar a V.S. que el estudio del Sr. García, no solo llena las condiciones requeridas para un trabajo de esta clase, sino que es una obra extensa, fruto de investigación propia, llevada a cabo con inteligencia y con método. Es digno de aplauso el Sr. García por haber escogido un asunto de interés nacional, ilustrándolo con gran número de datos interesantes, muchos de ellos desconocidos, y poniendo particular esmero en honrar la memoria de varones modestos y beneméritos, que sirvieron a

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la Instrucción Pública en Antioquia con desinterés y consagración ejemplares. La tesis del Sr. García está escrita con amor a la tierra donde nació y a los hombres que la han ilustrado; pero con espíritu imparcial y sereno, que prefiere a vagas apologías y un noble anhelo de ser útil a la Patria y a la sociedad. Su tesis es una primicia que promete rica cosecha para lo futuro. Soy de V. S., muy atento, seguro servidor,

MARCO FIDEL SUAREZ Cuando Marco Fidel dio este concepto, era Presidente Electo de la República, triunfo que había obtenido el 10 de febrero de 1918 por una abrumadora mayoría en competencia con los doctores Guillermo Valencia y José María Lombana Barreneche. Transcribiremos algunos textos del libro DON MARCO FIDEL SUAREZ escrito por Bernardo Blair Gutiérrez. Muy diversos y contradictorios documentos se han publicado a propósito del reconocimiento de la paternidad del señor SUÁREZ, pero diremos la verdad con apoyo a los relatos hechos por muchos de los descendientes del señor José María Barrientos, uno de ellos el Dr. Guillermo Jaramillo Barrientos, natural de Fredonia y Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana, persona de gran distinción, jurista eminente y de muchas virtudes, quien en declaraciones para la prensa, y particularmente para el extinguido periódico “El Siglo” de Bogotá relató el caso así:

«Don Pepe Barrientos no le otorgó el apellido a su hijo por no lastimar a su esposa, pues era una época de puritanismo, muy difícil por aquellos días para estas cuestiones. Cuando la esposa de don Pepe murió, éste le ofreció el apellido a don Marcos, pero el gran escritor hubo de no aceptar, pues ya era muy divulgado el apellido Suárez por haberse ganado en esos días el resonante concurso sobre la gramática de Bello y creyó inoportuno hacer rectificaciones. No obstante, don Marcos siguió en sus cartas familiares firmándose Marco Fidel Barrientos Suárez. Tuvo por su padre un gran cariño y siempre le unió a él una amistad sin dobleces.» 1879. Cuando el pronunciamiento contra el general Tomás Rengifo, el señor SUÁREZ deja la Dirección de la Escuela de Hatoviejo e ingresa al ejército como oficial recibiendo el título de Teniente. Toma parte en la batalla de “El Cuchillón” y huye en derrota a Envigado. 1880. Llega a la capital del país en busca de mejores medios para su ambición intelectual e ingresa al Colegio del Espíritu Santo en donde, al igual que en el Seminario de Medellín, es alumno y catedrático. 1881. 29 de noviembre. Gana el concurso abierto el 10 de junio por la Academia Colombiana de la Lengua, con motivo del Centenario de D. Andrés Bello, con un trabajo sobre la interpretación de la gramática del ilustre patriarca de América. En este mismo años es recibido como Miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua y como consecuencia de las grandes virtudes de su trabajo investigativo.

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1883. Muy iniciado este año, entra a trabajar a órdenes de D. Miguel Antonio Caro, su otro par en las investigaciones filológicas, en la Biblioteca Nacional. Hecho notorio es la denominación oficial de Bello para Hatoviejo, en honor del gran humanista cuyo concurso ganó el hijo de Rosalía. 1884. En agosto es aceptado como Miembro Correspondiente de la Real Academia Española en asocio de otros ilustres colombianos y en reconocimiento a sus inmensos servicios a la lengua de Castilla. 1895. 15 de agosto. Contrae matrimonio con la esclarecida señorita doña Isabel de Orrantía y Borda, de linajuda familia, prima hermana del Marqués de Quiñones de León, embajador de España en Francia. El 24 de octubre se retira a la vida privada por recomendación expresa de su médico, pues había superado intensas etapas de trabajo. 1896. En julio concurre a la Cámara como representante por Antioquia y es nombrado Presidente de la Corporación. Recibe, así mismo, el nombramiento de Consejero de Estado. 1897. 5 de junio. Nace su primera hija María Antonia, por la que tuvo grande afecto y a la que le dedicó cariñosos cuidados de padre. 1898. El 15 de agosto se retira accidentalmente del cargo de Consejero de Estado y entra a la Cámara de Representantes a defender importantes proyectos del Gobierno sobre la organización de la justicia en Colombia.

1899. 9 de enero. Toma posesión del Ministerio de Instrucción Pública. Desde esta cartera despliega grande actividad en favor de los hijos del pueblo en Colombia. 2 de febrero. Nace su segundo hijo Gabriel, complemento de sus afectos paternales y una de sus grandes atracciones en la vida de hogar.

DE 1900 A 1909 1900. 26 de mayo. En esta fecha ocupa la cartera de hacienda y crédito público por nombramiento del Presidente Sanclemente y da pruebas de su capacidad para las finanzas públicas. 31 de julio. Al ser derrocado el régimen constitucional de Sanclemente ocupaba la cartera de Instrucción Pública. Con motivo del derrocamiento escribe una protesta que es célebre por los principios que contiene. En el transcurso de este mismo año pierde a su esposa doña Isabel Orrantía. 1903. Toma parte activa del debate presidencial a favor de la candidatura de D. Joaquín F. Vélez y en oposición a quienes sostenían la del general Rafael Reyes. 1904. 9 de noviembre. Ingresa a la Academia Antioqueña de historia como Miembro Correspondiente y escribe algunos ensayos de mucha importancia sobre temas diversos. 1910. Ocupa la cartera de Educación Pública llamado por el Presidente Carlos E. Restrepo. Le arman motín a bordo por algunas determinaciones adoptadas con relación a impedir influencias extrañas en la provisión del ejército. Por divergencias con el Presidente Restrepo,

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a propósito del nombramiento de un empleado para el ramo educativo en Antioquia, renuncia su alta dignidad y una vez en la vida civil toma la pluma y escribe numerosos artículos contra los amigos de la “Unidad Republicana”. 1911. Vuelve a la cartera de instrucción Pública, dados sus altos méritos y es elegido por el Congreso Colombiano como Primer Designado. 1917. En marzo, muere su progenitora, doña Rosalía Suárez, de cuya cuna nunca se supo, pues se ignora si nació en Bello, en Copacabana o en Girardota, que es lo más probable. Meses más tarde, el 23 de julio, la mayoría del Congreso proclama su candidatura presidencial. 1918. 10 de febrero. Resulta electo Presidente de la República por una abrumadora mayoría, en competencia con los doctores Guillermo Valencia y José María Lombana Barreneche. 7 de agosto. A las cuatro de la tarde, sin boato, dentro de una extraordinaria sencillez, en discurso digno del foro romano. toma posesión del cargo de Presidente. 1919. En febrero llega a Medellín como Presidente y se aloja en su choza de Hatoviejo, de donde ascendió humildemente, hasta escalar la mayor altura posible en Colombia.

SUÁREZ Y CARRASQUILLA Rafael María Carrasquilla, monseñor y literato, cumbre altísima de la oratoria sagrada en Colombia y filósofo de los grandes del medio nacional, está reputado como par de Gómez Restrepo para enfilar en la cuarta casilla de los

prestigiosos filológos ya mencionados: Caro, Cuervo y SUÁREZ. El sentido de análisis de la cultura colombiana; sus referencias con las formas de expresión de otras culturas; la historia crítica del pensamiento nacional, y su fuente ideológica frente a las disciplinas de la mente; la concatenación de las verdades externas expuestas en un lenguaje humano de soberana belleza y convicción, fueron las cualidades preeminentísimas de Rafael María Carrasquilla, cuyo estilo en veces se asemeja al de Bossuet y en ocasiones al de SUÁREZ. Las formas vigorosas que empleó dentro de su vocabulario nominado para decir las verdades, son, al fin, maneras de su elegante dicción y de su elocuencia. La inspiración que tuvo en la cátedra sagrada y la propiedad con que fijó su pensamiento ortodoxo en las páginas de libros, revistas y periódicos, recuerdan la maravillosa prosa de SUÁREZ, su perfecto dominio del lenguaje y su extraordinario acervo de sabiduría. Entre Carrasquilla y SUÁREZ puede establecerse un paralelo: la exaltación de Dios. El primero en sus grandes discursos fastuosos, el segundo en su oración a Jesucristo, dignificaron la persona humana de Jesús e hicieron el panegírico del Hombre-Dios. Carrasquilla hizo gala, a la inversa de SUÁREZ, de un vocabulario más matizado y SUÁREZ, en contraposición al primero, movió mayores ideas y fecundizó sus escritos con erudición sorprendente. Pero había además una perfecta comunidad de ideas. Una misma concepción religiosa, un mismos sentido

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de la unidad ideológica. Por sobre todo, Carrasquilla fue un gran filólogo, un estupendo gramático. 6.6 José Manuel Marroquín

Tomasa

Rosalía

María Ignacia

Mauris Berdaya

Rosalía

Juan Esteban

Genoveva

Ricaurte Mauris

Miguel Jerónimo De Posada

Rafael

Cayetano

Ricaurte Terreros

Bernardino Ricaurte Rigueiros

Trinidad Ricaurte

José Manuel Marroquín

Antonio Ricaurte

María Antonia Posada Mauris

José María Carrasquilla

Federico Carrasquilla

Clementina Carrasquilla

Ana Santamaría

Rosa Vásquez

Julio César García Valencia

Esta información se complementa con el tema No. 14 de Recuerdos García de Julio 1998. Con José Manuel Marroquín no hemos encontrado ningún enlace de consanguinidad. Juan Esteban Ricaurte Mauris y María Antonia Posada Mauris eran primos hermanos por el apellido de sus madres.

Juan Esteban Ricaurte y Bernardino Ricaurte (el abuelo de José Manuel Marroquín) eran primos hermanos por el apellido de sus padres. Entre María Antonia Posada Mauris y Bernardino Ricaurte Riguerios solo existía afinidad pero nada de consanguinidad. De tal forma que solo encontramos consanguinidad entre Juan Esteban Ricaurte Mauris y Rosa Vásquez, quienes vienen a ser primos sextos. Igualmente al quererle encontrar vinculación de consanguinidad por la rama Nariño tampoco la encontramos. Nos ayudaremos con el tema No. 28 de Recuerdos Garíca de Julio de 1998. Pedro Carrasquilla era primo hermano de Juan Carrasquilla, el cuarto abuelo de Rosa Vásquez. Rosa Vásquez vendría a ser prima sexta de Pedro Carrasquilla. Pedro Carrasquilla estaba casado con Cruz Ortega Nariño, una prima hermana de Trinidad Ricaurte Nariño, la mamá de José Manuel Marroquín.

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María Vásquez

Vicente Nariño Vásquez

Antonio

Benita

Dolores

Nariño

Trinidad Ricaurte Nariño

José Manuel Marroquín

Magdalena

José Vicente

Ortega Mesa

Tomás

Juan

Carrasquilla

José María Cruz Ortega Nariño

Pedro Carrasquilla

Juan Carrasquilla

José María Carrasquilla

Federico Carrasquilla

Clementina Carrasquilla

Ana Delia Santamaría

Rosa Vásquez

Julio César García Valencia

• José Manuel Marroquín.-

Por Julio César García Valencia Para el período de 1898 a 1904 fueron elegidos presidente y vicepresidente en su orden el doctor Manuel Antonio Sanclemente y don José Manuel Marroquín, en acuerdo de las dos fracciones conservadoras. Los liberales votaron por don Miguel Samper y el general Foción Soto.

Por ausencia del doctor Sanclemente entró a ejercer el mando el vicepresidente Marroquín el 7 de agosto, hasta el 3 de noviembre en que se posesionó el titular. Por los terminos conciliadores del programa de gobierno de Marroquín y por la inclusión en el ministerio de elementos históricos, se captó la simpatía de la oposición, hasta el punto de que históricos y liberales unidos trataron de impedir la posesión del doctor Sanclemente, quien el 3 de noviembre prestó juramento ante la Corte Suprema. El golpe de estado del 31 de julio de 1900 trajo nuevamente al poder al señor Marroquín y recrudeció la guerra que había estallado el 17 de octubre de 1899. Esta había quedado virtualmente vencida en la batalla de Palonegro, pero se prolongó hasta fines de 1902 en que firmaron los generales Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera, en representación de los revolucionarios liberales, los tratados del Nerlandia y del Wisconsin. Las dos fracciones de históricos y de nacionalistas depusieron los intereses de grupo y las diferencias accidentales en aras del bien común y defraudaron las esperanzas de los liberales en su apoyo o al menos en su neutralidad, los primeros al acudir a la defensa del gobierno de Sanclemente contra la revolución y los segundos al continuar prestando sus servicios al gobierno del señor Marroquín, después del 31 de julio de 1900.

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El señor Marroquín había nacido en Bogotá el 6 de agosto de 1827. Cursó humanidades en el Seminario y derecho en la Universidad Nacional. Pasó la mayor parte de su vida consagrado a labores literarias y docentes en su hacienda de Yerbabuena, donde escribió notables poesías festivas, como La Perrilla, y sus textos didácticos, entre los cuales sobresale su “Ortografía”. Fue contertulio de El Mosaico y miembro fundador de la Academia Colombiana de la Lengua, de la cual fue director. Fue rector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Como novelista y escritor de costumbres, publicó Entre primos; Blas Gil, Amores y Leyes y El Moro, que es una biografía de un caballo, verdadero prodigio de observación y de ingenio. A pesar de la guerra de los tres años y de sus desastrosas consecuencias, pues costó cerca de 100.000 vidas y la ruina casi total de la economía, en la administración Marroquín el ministro doctor José Joaquín Casas creó la Academia Colombiana de Historia en mayo de 1902 y el doctor Antonio José Uribe obtuvo del congreso la expedición de la ley 39 de 1903 y dictó el decreto 491 de 1904, fundamentos de nuestras legislación en materia de instrucción pública. Murió el expresidente Marroquín en Bogotá el 19 de septiembre de 1908. 7- LOS GOBERNADORES DE

ANTIOQUIA DURANTE LA GUERRA DE LOS MIL DÍAS COMPARTEN ALGUNAS GOTAS DE SANGRE GARCÍA

Rafael

Francisca

Botero Echeverri

NepomucenoArango Botero

Dolores Arango Uribe

Alejandro Gutiérrez Arango

Julio CésarGarcía Valencia

Casiano Botero

Genoveva Botero

Luis Santamaría

Ana Delia Santamaría

Rosa Vásquez

Cuando empezó la Guerra de los Mil Días en octubre de 1899 actuaba como Gobernador de Antioquia Alejandro Gutiérrez Arango. Casiano Botero el tercer abuelo de Rosa Vásquez, era primo hermano de Nepomuceno Arango Botero el abuelo de Alejandro Gutiérrez. Rosa Vásquez vendría a ser prima séptima de Alejandro Gutiérrez. • Alejandro Gutiérrez Arango nació en

Abejorral el 22 de septiembre de 1840. Hijo de José María Gutiérrez y de Dolores Arango, casados en Abejorral en 1836. Se casó con Eufemia Arango, hija de Gabriel Arango Palacios uno de los fundadores de Manizales.

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Desde que era un niño acompañó a su padre en las labores del campo y en la colonización de Chinchiná, Guicaica y Manizales.

En 1869, como Alcalde de Manizales en

los inicios de la ciudad, realizó reparto de lotes y de terrenos a los pobladores.

Participó en las guerras civiles. Por sus

servicios a la patria y sus actos de valores en la guerra, el Congreso le otorgó el título de General de la República.

En 1898, siendo Presidente Sanclemente,

fue nombrado Ministro del Tesoro. El 29 de marzo de 1899 fue nombrado

Gobernador de Antioquia, cargo que desempeñó hasta el 15 de agosto de 1900.

Llevando apenas seis meses de Gobierno

se inició la Guerra de los Mil Días. Cuando se creó el Departamento de

Caldas fue el primer gobernador. Para suceder a Alejandro Gutiérrez en la

Gobernación, fue nombrado el General Marceliano Vélez, quien la recibió el 16 de agosto de 1900 y permaneció hasta el 18 de diciembre de 1900, sucediéndolo durante cuatro meses Abraham Moreno, quien gobernó hasta el 18 de abril de 1901. Al día siguiente, el 19 de abril de 1901 nuevamente se hizo cargo de la gobernación Marceliano Vélez, quien continuó hasta el 3 de junio de 1902.

Desde esta fecha hasta el final de la

Guerra, la Gobernación fue ocupada sucesivamente por:

Desde Hasta

Justiniano Macías 6-06-1902 4-07-1902 Rafael Giraldo Viana 4-07-1902 28-01-1903 (Fin de la Guerra) 21-11-1902 Esteban Jaramillo 28-01-1903 28-02-1903

Manuela Ochoa

Ignacio Javier Vélez

Rafaela

José María

Vélez Ochoa

Cristobal Vélez

José Manuel Arango Vélez

Mariana Arango Jaramillo

MarcelianoVélez Barreneche

Obdulia Arango Arango

Arturo Alvarez

Cecilia Alvarez

Julio CésarGarcía Valencia

Hernán García

José Manuel Arango Vélez el tercer abuelo de Cecilia Alvarez, era primo hermano de Cristóbal Vélez el papá de Marceliano. Cecilia Alvarez vendría a ser prima sexta del General Marceliano Vélez Barreneche. Marceliano Vélez actúo como Gobernador de Antioquia en varias oportunidades. Algunos de sus datos biográficos los tomaremos de Historias de Antioquia de Francisco Duque Betancur.

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GOBERNACIÓN DEL GENERAL MARCELIANO VELEZ.- Aunque sólo después habría de sancionarse la nueva Constitución, puede decirse que ya el General Marceliano Vélez se consideró como Gobernador de Antioquia o Jefe Civil Militar, porque el Presidente Núñez había proclamado en público después de la batalla de la Humareda, que la Constitución de 1863 había dejado de existir. El General Marceliano Vélez inauguró su Gobierno el 21 de septiembre de 1885. Había nacido en Envigado el 18 de junio de 1832 y fueron sus padres los esposos Don Cristóbal Vélez y Doña Gertrudis Barreneche. Descendía del antiguo Capitán español Juan Vélez de Rivero, por cuya ilustre familia era emparentado con Zea, Girardot, José Félix y José Manuel Restrepo, como con otros muchos personajes distinguidos de estas familias. Huérfano y cuando apenas contaba doce años se dirigió hasta Santa Marta para procurarse el principio de su educación bajo la tutela de su tío, el Coronel Mariano Barreneche. Después de algunos estudios volvió a Antioquia para continuarlos en el Colegio Provincial, hoy Universidad de Antioquia, donde fue el primer abogado que se graduó en el departamento el 25 de mayo 1853, ceremonia que tuvo lugar en el templo de San Francisco, hoy de San Ignacio, situado en la plazuela José Félix de Restrepo, lugar en el cual se colocó una placa conmemorativa. El señor Vélez se dedicó desde entonces a su profesión y a la agricultura; pero cuando la causa de sus convicciones y el servicio a la patria lo llamaron, conforme a su conciencia, no vaciló en viajar a los campos de batalla, como a los cuerpos colegiados para prestar el contingente de su valor y de sus luces hasta el punto de figurar con

su nombre durante medio siglo en la Historia Nacional y ser postulado para la Presidencia de la República en compañía de Don Miguel Antonio Caro. Historiador de distinta filiación política, como Don Luis Latorre Mendoza, apunta de él: “Distinguióse como mandatario el Dr. Vélez por magnánimo, por hidalgo, y por la más acrisolada honradez. Este grande hombre ocupa un elevado puesto en la historia de Antioquia”. De Luis Latorre Mendoza se dijo que “sus manos que siempre esgrimieron la espada, no se mancharon con sangre de hermanos”. Isabel Melguizo la esposa de Abraham Moreno, era prima tercera de Teresita Piedrahita. Abraham Moreno era tío abuelo de Clara Gómez Gómez y tío bisabuelo de Domingo García Gómez (el familiar que posee la CRUZ DE LOS GARCÍA). Soledad Hoyos Gómez era cuñada de Gaspar Moreno y a su vez era concuñado de Pedro Ignacio y Gertrudis García Alzate. Existen otros ramales algo más distantes que interconectan familiares García con Abraham Moreno. La biografía de Abraham Moreno la tomaremos de la Historia de Antioquia de Francisco Duque Betancur.

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José Antonio

Esteban Hoyos Villegas

Gertrudis Pedro Ignacio García Alzate

José Antonio Rosalía Raimundo Ramírez

Soledad María Ignacia Beatriz Hoyos Gómez

Gaspar Moreno

Vicente Zacarías Pioquinto

María Rita Gómez Hoyos

Juan Nepomuceno

Moreno

José María Melguizo Madrid

Andrea

Abraham Moreno

Isabel Melguizo

VictorianaGómez Moreno

Fulgencio

Antonio José Gómez Gómez

Rosario Melguizo

Ramón García Duque

Domingo García Gómez

Julio CésarGarcía Valencia

Clara Gómez Gómez

Román Gómez Gómez

María Luisa Jaramillo M.

Teresita Piedrahita

Abraham Moreno, nacido en Marinilla el 13 de marzo de 1835 e hijo de Don Nepomuceno Moreno y de su esposa Doña Rita Gómez. Hizo sus primeros estudios en el colegio del mismo lugar de su nacimiento y los continuó después en el Colegio Provincial de Medellín, a cargo entonces del Dr. Pedro Antonio

Restrepo Escobar; por carencia de recursos no alcanzó a terminar su carrera, pasó a desempeñar el cargo de Secretario de Juzgado de Circuito de Santa Rosa y luego el de Juez del Crimen en el mismo Circuito. Tomó parte al lado del Dr. Berrío en la revolución del 63 y en seguida fue Diputado a la Asamblea Constituyente, Magistrado del Tribunal, Secretario de Hacienda del Estado, Representante al Congreso de la Unión y sustituto del Presidente de Estado. Fue además Catedrático de la Universidad e historiador. En el corto período de tres meses en que le tocó actuar como Gobernador, es muy explicable que no haya ocurrido algo de especial mención; pero es seguro que dejó buen nombre en su ejercicio porque otra vez fue llamado a desempeñarlo por un período semejante, y más tarde llegó al Ministerio de Gobierno con el Presidente Quintero Calderón. A Don Abraham Moreno correspondió, aún antes de terminarse la guerra, el honor como gobernante, en su carácter de Jefe Civil y Militar del Departamento, de dictar el Decreto No 13 de 1901 por el cual se reorganizaba y se daba nueva vida a la Universidad de Antioquia, cuyas labores se habían suspendido por la guerra, y en tal virtud se abrió nuevamente el colegio el 8 de abril de ese año y se confió el rectorado al Dr. Carlos E. Restrepo, quien más tarde habría de ser Presidente de la República. Por el mismo decreto se creó también el Liceo de la Universidad. El señor Moreno desempeñó antes, entre otros cargos , el de Secretario de Hacienda desde 1864 hasta 1873, durante la administración del Dr. Pedro

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Justo Berrío. Nació en Marinilla el 13 de marzo de 1835 y murió el 13 de junio de 1914. Rafael María Giraldo y Viana, quien ejerció la Gobernación de Antioquia desde el 4 de julio de 1902, era cuñado de Abraham Moreno. En el tema No.12 de Recuerdos García de Julio - 1998, encontramos los elementos para iniciar la interconexión con Rafael María Giraldo y Viana. Habíamos llegado hasta enunciar en ese tema que su padre Rafael María Giraldo Zuloaga fue Gobernador de Antioquia en 1856. María Zuloaga Salazar la tercera abuela y Florentina Zuloaga Gómez la cuarta abuela de Clara Emilia Gómez Vargas eran primas hermanas de Rafael María Giraldo Zuloaga, de tal forma que Clara Emilia vendría a ser: Prima quinta de Rafael María Giraldo Zuloaga y prima sexta de Rafael María Giraldo y Viana. Le correspondió a Rafael María Giraldo y Viana la firma de la paz y fin de la guerra el 21 de noviembre de 1902. Ejerció la gobernación hasta el 28 de enero de 1903 y murió en Bogotá tres meses después, el 24 de abril de 1903.

Pedro Ignacio

María Izabel

García Alzate

1José María 2 Alberto Gómez García

María Ignacia

Zuloaga Gómez

Florentina Zuloaga Gómez

Rafael María Giraldo Zuloaga

María Zuloaga Salazar

Valeria Gómez Zuloaga

María de Jesús

Isabel

Rafael María

Giraldo y Viana

Abraham

Eladio Moreno Gómez

María de Jesús Gómez Gómez

María Mercedes Gómez Zuloaga

Julio César García Vásquez

Julio César García Valencia

Clara EmiliaGómez Vargas

Jairo E. Gómez

Emilio Gómez

María Bernarda Gómez Olarte

Espo

sos

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José Antonio Juan Tomás Jaramillo Ossa

Narcisa Jaramillo

José Antonio Jaramillo

Eduardo Walker

Bernardino Pedro Jaramillo

María Luisa Walker Robledo Bartolomé

Velilla

Fulgencia Velilla

Antonio José Piedrahita

Teresita Piedrahita

Julio CésarGarcía Valencia

Esteban Jaramillo Gutiérrez

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Ver R.G.Julio 1998

Narcisa Jaramillo Ruiz la tercera abuela de Teresita Piedrahita, era prima hermana de José Antonio Jaramillo Echeverri el abuelo de Esteban Jaramillo. De tal forma que Teresita Piedrahita viene a ser prima séptima de Esteban Jaramillo. • Esteban Jaramillo Gutiérrez.- Nació

en Abejorral el 2 de septiembre de 1874. Estudió Derecho y se graduó el 25 de septiembre de 1895.

Cuando apenas tenía 28 años , el 28 de

enero de 1903, fue nombrado Gobernador de Antioquia ejerciendo por un corto período de 28 días.

Posteriormente fue Ministro y llegó a

sobresalir como uno de los financistas y economistas más importantes que han existido en Colombia.

8- CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LAS GUERRAS CIVILES DEL SIGLO PASADO.- SEPARACIÓN DE PANAMÁ

Julio César García Valencia

El pasado siglo fue para Colombia una época de permanentes guerras civiles. Descontando las revoluciones internas de los Estados Federales, que pasaron de 40, el número de nuestras guerras civiles puede concretarse en 10, lo que da un promedio de una por década. Como causas de las contiendas armadas podemos citar: a) Las luchas entre centralistas y

federalistas; b) Sectarismo de orden filosófico-

religioso; c) Injusticia política o social; d) La ambición del poder en los

caudillos y en los partidos políticos, que se lanzaban a la lucha para conquistarlo y retenerlo el mayor tiempo posible;

e) La situación de pobreza y la carencia de industrias en que se hallaba el país.

Las consecuencias de las guerras civiles fueron inmensas: − Millares de jóvenes murieron en los

campos de combate, quedaron heridos y en incapacidad de prestar su esfuerzo en las labores intelectuales, agrícolas y mineras que necesitaba con urgencia el país.

− Quedaron aniquilados muchos hogares y muchas riquezas, justamente cuando la república hubiera podido recobrarse de los inmensos gastos y compromisos

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pendientes como consecuencia de la emancipación y de las campañas libertadoras. Cada revolución creaba nuevos odios que iban a producir después otra distinta.

− El crédito exterior de Colombia sufrió graves perjuicios.

− El debilitamiento de los vínculos nacionales entre las secciones del país, hasta el peligro de la integridad nacional, como acaeció después de nuestra última guerra civil.

− La ruina fiscal que produjo el régimen de papel moneda que llegó a extremos indecibles.

− Empobrecimiento del país. − Estancamiento del progreso. Guerra de los mil días.- Entre las causas de esta sangrienta guerra (1899-1902) se cuentan: 1. La desorganización en el gobierno. 2. La división del partido conservador. 3. La ambición de mando del partido

opuesto. La revolución estalló el 17 de octubre en Santander y cubrió muy pronto todo el territorio. Hubo muchos combates entre los cuales se destacaron el de Los Obispos, Peralonso y Palonegro. Este último combate duró desde el 11 hasta el 26 de mayo de 1900. Por fortuna ante la periódica desolación, ante los males sin cuento de la última guerra civil que condujo a la desmembración de la patria, los partidos políticos reaccionaron contra la guerra y en 1902 se firmó el tratado de paz de Nerlandia y el 21 de noviembre del mismo año se firmó en el barco de guerra norteamericano Wisconsin la paz definitiva entre los partidos políticos colombianos.

Separación de Panamá.- Una de las trágicas consecuencias de la guerra de los mil días fue la separación de Panamá. La guerra de los mil días se intensificó especialmente en el departamento del Istmo. El gobierno de los Estados Unidos adquirió los derechos de la Compañía francesa del canal y el 22 de enero de 1903 se celebró el tratado Herrán-Hay entre el ministro de Colombia don Tomás Herrán y el secretario del estado americano Mr. John Hay, por el cual se autorizaba el traspaso y se concedía una faja de 5 kilómetros a través del istmo para construir por ella el canal que los Estados Unidos explotarían por 99 años, pagando a Colombia 10 millones de pesos al contado y un cuarto de millón por cada año de privilegio, a partir de la terminación de la obra, para lo cual se calculaba un término de 9 años. Ese tratado fue negado por unanimidad en el senado de Colombia, por obra de la oposición que encabezó don Miguel Antonio Caro. En Panamá se produjo un movimiento separatista. Gobernaba el istmo José Domingo Obaldía. El doctor Manuel Amador Guerrero negoció con Estados Unidos el apoyo al movimiento y obtuvo que el comandante de la guarnición, coronel Esteban Huertas, se pusiera de parte de los panameños y apresara a los jefes colombianos generales Juan B. Tovar y Ramón Amaya. El 13 de noviembre de 1903 se proclamó la separación e inmediatamente fue reconocida la nueva república por el presidente de los Estados Unidos, Teodoro Roosevelt, quien no vaciló en declarar ante el mundo: “Yo me tomé a Panamá”. El gobierno americano se opuso siempre a cualquier intento de Colombia para recuperar el istmo.

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