la globalización popular y el sistema mundial no hegemónico

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  • 7/31/2019 La globalizacin popular y el sistema mundial no hegemnico

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    Introduccin

    M illones de personas en todo el mundo se encuentran directa o indirecta-mente involucradas en lo que he denominado globalizacin econmica des-de abajo o globalizacin popular, en calidad de productores, vendedores

    La globalizacin

    popular y elsistema mundialno-hegemnico

    G ustavo L ins R ibeiRo

    Actualmente, la ilicitud global

    llama mucho la atencin por su escala

    y poder. Sin embargo, separar lolcito de lo ilcito resulta ms complejo

    de lo que parece a primera vista, y el

    mundo actual est lejos de ser el

    escenario de una disputa entre honestos

    y deshonestos. En este artculo se

    analizan los procesos de globalizacin

    orquestados por gente del pueblo, quehan dado lugar en Amrica Latina a

    enormes mercados articulados con la

    dispora china. En ese marco, se analiza

    la ambivalencia de la piratera: si es

    cierto que asume un potencial subversivo

    frente al capitalismo, al mismo tiempo

    se mezcla contradictoriamente conl, al enlazarse con las necesidades

    de consumo del mundo contemporneo.

    Gustavo Lins Ribeiro: doctor en Antropologa por la City University of New York. Es profesortitular del Departamento de Antropologa, coordinador del Laboratorio de Estudios de la Glo- balizacin y el Desarrollo de la Universidad de Brasilia e investigador del Consejo Nacional deInvestigacin y Desarrollo Tecnolgico de Brasil. Fue presidente del Consejo Mundial de Aso-ciaciones Antropolgicas. Su ltimo libro esGlobalization from Below: The Worlds Other Economy (coeditado con Gordon Mathews y Carlos Alba Vega, Routledge, Londres, 2012).Palabras claves: globalizacin popular, sistema mundial no-hegemnico, capitalismo, piratera,Amrica Latina.Nota: este artculo es una versin actualizada y ampliada de la ponencia presentada en laiii

    Conferencia Esther Hermitte, Instituto de Desarrollo Econmico y Social, Buenos Aires, 24 denoviembre de 2006, y de los artculos publicados en laRevista Brasileira de Cincias Sociaisvol. 25No 74, 2010 y enAlambre. Comunicacin, Informacin y Cultura No 1, 3/2008. Traduccin del portu-gus de Sara Daitch.

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    o consumidores1. Quin no ha visto productos pirateados, electrnicos,ropas, carteras, zapatillas y juguetes o bagatelas globales, que se venden en

    mercados populares o son ofrecidos por vendedores ambulantes en sus pues-tos y en las calles de cualquier ciudad?

    Parte de la de nicin de globalizacin popular se re ere a la participacinde agentes sociales que, en general, no son considerados en los estudiossobre globalizacin, o si lo son, solo guran como migrantes o transmi -grantes. La mayora de las veces no se tiene en cuenta la existencia de unsistema ms amplio, de escala global, cuyos alcances y variadas interco-nexiones es necesario estudiar. Los agentes sociales que me interesan son,para decirlo de una manera simple y directa, gente del pueblo. Existe unaglobalizacin econmica no-hegemnica formada por mercados popularesy ujos de comercio que estn, en gran medida, animados por gente delpueblo y no por representantes de las elites. Aqu utilizo el adjetivo popu-lar de forma anloga a como lo usa Nstor Garca Canclini en su ya clsicoLas culturas populares en el capitalismo2 . Siguiendo a este autor, puedo decirque las globalizaciones populares, en plural, se con guran en un procesode apropiacin desigual de los bienes econmicos y culturales del mundoglobalizado por parte de los sectores subalternos3 . Tales procesos sonrealizados por el pueblo compartiendo las condiciones generales de produc-cin, circulacin y consumo del sistema en que vive (...) y a la vez dndose

    1. Hace algunos aos, hemos investigado con estudiantes de la Universidad de Brasilia lo quehe denominado otras globalizaciones polticas y econmicas, formas de globalizacin des-de abajo. Ver G. Lins Ribeiro: Other Globalizations. Alter-native Transnational Processes andAgents enSrie AntropolgiaNo 389, Universidad de Brasilia, Brasilia, 2006; Economic Globali-zation from Below enEtnogr ca No 2, 2006, pp. 233-249; El sistema mundial no-hegemnico yla globalizacin popular enAnuario de Estudios en Antropologa Social 2006 , ides , Buenos Aires,2007, pp. 7-19; De Guangdong a Caruaru enLe Monde diplomatique Brasil vol. 2 No 20, 3/2009,

    pp. 8-9; Non-Hegemonic Globalizations. Alter-native Transnational Processes and Agents enAnthropological Theoryvol. 9 No 3, 2009, pp. 1-33; De Guangdong a Caruaru enRevista Brasileirade Sociologia da Emoovol. 8 No 24, 2009, pp. 510-522. En este artculo solo me interesan las otrasglobalizaciones econmicas. Muchos de los datos que se encuentran aqu estn tomados de lostrabajos de Angelo Jos Styro de Souza: Feira do Paraguai: territrio e poder. Histria e mem-ria, tesis de licenciatura, Universidad de Brasilia, 2000; Breno Einstein Figueiredo: De feirantesda feira do Paraguai a micro-empresrios, tesis de licenciatura, Universidad de Brasilia, 2001;Munich Nascimento: A rua 25 de Maro e a imigrao srio-libanesa para So Paulo, tesis delicenciatura, Universidad de Brasilia, 2006; Rachel Dubard de Moura Rocha: Nem daqui, nemda China. Um estudo antropolgico sobre identidades multifacetadas dos migrantes chineses naFeira dos Importados, Braslia,df , tesis de licenciatura, Universidad de Brasilia, 2007; GustavoPaulo Santos: Consumo de metforas: conotaes e usos sociais de logomarcas em estudos com-parados, tesis de licenciatura, Universidad de Brasilia, 2008; y Carolina Vicente Ferreira Lima:Consumo feminino de produtos de superlogomarcas e produtos piratas de superlogomarcas,tesis de licenciatura, Universidad de Brasilia, 2008.2. Nueva Imagen, Mxico,df , 1982.3. Ibd., p. 62.

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    sus propias estructuras4 . Existe tanto una interpenetracin como una inte-raccin con ictiva entre lo popular y lo hegemnico 5 .

    Los mercados, los ujos y las redes de comercio de la globalizacin popu -lar forman parte del sistema mundial no-hegemnico. En general, sus acti-vidades se consideran ilegales o contrabando. Los poderes establecidosllaman productos piratas a la gran cantidad de mercaderas que all sevenden. Estas actividades son ilegtimas desde el punto de vista de los po-derosos que las combaten en nombre de la legalidad. As, es imposible en-trar en esta arena sin abordar primero la discusin sobre lo que es legal eilegal, lcito e ilcito.

    Legal / ilegal, lcito / ilcito

    En la actualidad, la ilicitud global llama mucho la atencin por su escalay poder. Moiss Nam, editor de la revistaForeign Policy , public en 2005Ilcito. Cmo tra cantes, contrabandistas y piratas estn cambiando el mundo 6 , unlibro cannico dentro de la literatura conservadora dedicado a divulgar,en palabras de Itty Abraham y Willem Van Schendel, la existencia de unespectro que atemoriza a la globalizacin, el fantasma del crimen orga-nizado internacional7. El libro de Nam presenta una visin alarmante decmo el comercio global ilcito, que mueve miles de millones de dlarespor ao, representa una amenaza para la buena salud de la sociedad y elcapitalismo contemporneos. Es curioso que su autor termine por abrazarla tesis nada neoliberal de que el creciente debilitamiento de los Estados,provocado por la intensi cacin de la globalizacin, es un factor primor -dial para el aumento de las actividades ilcitas en el mundo. Nam brindauna de nicin de comercio global ilcito emblemtica de la interpreta -

    cin conservadora:Es el comercio que rompe las reglas: las leyes, las reglamentaciones, las licencias, losimpuestos, las prohibiciones y todos los procedimientos que las naciones emplean paraorganizar los negocios, proteger a sus ciudadanos, reunir recursos e implementar cdi-gos morales. Incluye las compraventas que son estrictamente ilegales en todas partes yotras que pueden ser ilegales en algunos pases y aceptadas en otros. El comercio ilcito

    4. Ibd.5. Ibd., p. 63.6. Illicit: How Smugglers, Traf ckers, and Copycats are Hijacking the Global Economy , Doubleday, Nue-va York, 2005. La edicin en espaol fue publicada por Debate, Barcelona, 2006.7. Introduction: The Making of Illicitness en W. Van Schendel e I. Abraham (eds.):Illicit Flowsand Criminal Things , Indiana University Press, Bloomington, 2005, p. 2.

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    Nueva Sociedad / Daniela Rico 2012

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    es altamente perjudicial, claro, para los negocios legtimos. Pero hay excepciones. As () existe una enorme rea gris entre transacciones legales e ilegales, un rea gris quelos comerciantes ilcitos han usado en su propio bene cio. 8

    Para Nam, el comercio global ilcito orece y triunfa en un mundo msinterconectado, que tiene fronteras ms porosas y poderosas tecnologas(como internet) en manos de civiles, menos barreras para el comercio y msagentes no estatales que operan en el escenario internacional. El presentees el paraso del contrabandista. El crimen organizado, a pesar de habersedescentralizado de manera creciente y de trabajar en red, tiene mayor poderpoltico y ha llegado a ocupar importantes espacios en los Estados ms dbi-

    les. Nam considera que, a pesar de la antigedad de las actividades ilcitasen el plano internacional, la actual inten-sidad del fenmeno lo sita en un nuevoescaln. Aun con su lenguaje conservador(el mal debe ser sofocado por el bien),Ilcito deja en claro, sin decirlo de esa forma, queel sistema mundial no-hegemnico tiendea crecer gracias al aumento de la compre-sin del tiempo-espacio por las mejorasde los sistemas de comunicacin y trans-porte, de las redes implementadas por elcapitalismo exible y del debilitamiento de

    la capacidad de intervencin y regulacin de los Estados. Nam percibe elcarcter sistmico del comercio global ilcito cuando plantea la existenciade un sistema formado por redes y nudos. En lnea con su visin negativa,este autor observa una oposicin global entre dos polos que lleva a la coli-sin entre puntos claros y agujeros negros geopolticos. Estos ltimos son loslugares donde las redes de tr co viven y orecen 9 y pueden coincidir con:a) Estados-nacin donde no existe el Estado de derecho; b) regiones fuera de laley y anrquicas dentro de algunos pases, como las reas montaosas deCrcega y los estados mexicanos de la frontera con Estados Unidos; c) reasde frontera, como el Tringulo de Oro del Sudeste asitico o la Triple Fron-tera en Amrica del Sur; d) sistemas de vecindades y localidades, como lascomunidades libanesas en las capitales de frica occidental; y e) los espaciosen internet. La diferencia entre puntos claros y agujeros negros geopolticosno reside en la presencia o en la ausencia de redes ilcitas puesto que ellas

    8. M. Nam: ob. cit., p. 2.9. Ibd., p. 261.

    Nam considera que,

    a pesar de la antigedad

    de las actividades ilcitas

    en el plano internacional,

    la actual intensidad

    del fenmeno lo sita enun nuevo escaln

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    mucho ms al problema histrico de la distribucin desigual de poder enun mundo econmica, poltica y culturalmente diferenciado. Muchos de los

    agentes y las corporaciones capitalistas que supuestamente cumplen en laactualidad con la ley y estn en apariencia expuestos a la voracidad de nue-vos agentes econmicos ilegales, estn o estuvieron en una posicin dondela lnea legal/ilegal tampoco es o era respetada12 . Como a rma Vera da Silva

    Telles, las relaciones inciertas entre lolcito, lo ilegal y lo ilcito constituyen unfenmeno transversal en la experienciacontempornea13 .

    Pero en esta discusin, as como en lasrelativas a la economa informal, la en-tidad central que est en juego es el Es-tado. Son las elites estatales las que han

    mantenido en el transcurso de los siglos el monopolio de la de nicin y la re -gulacin de la legalidad/ilegalidad. Es efectivamente lo que apuntan algunostrabajos como el de Josiah Heyman y Alan Smart; para ellos,

    La ley de los Estados crea inevitablemente sus contrapartidas, zonas de ambige-

    dad y de ilegalidad abierta. El hampa, los piratas y las bandas, los mercados negros,los migrantes ilegales, los contrabandistas y las redes de extorsin son tpicos quecausan una cierta atraccin sensacionalista o tal vez provocadora. Pero no existenseparados del Estado, ni el Estado de ellos. Habindose desarrollado necesariamen-te conectadas, la ley estatal y su evasin deben ser estudiadas juntas () es intere-sante investigar las condiciones bajo las cuales los gobiernos y las prcticas ilegalesgozan de algn tipo de simbiosis y aquellas que resultan en mayores o menoresgrados de con icto. 14

    Adems, se deben incluir las formas en las cuales la sociedad est estruc-turada, la dinmica de su poder poltico y de sus polticas econmicas, as como tambin coyunturas econmicas y percepciones culturales sobre co-rrupcin15 . Para entender lo que efectivamente ocurre, es necesario ir msall de una perspectiva negativa, que toma como base un pretendido mo-nopolio moral de la honestidad por parte de un segmento social. Es preciso,

    12. Carolyn Nordstrom:Global Outlaws. Crime, Money, and Power in the Contemporary World, Uni-versity of California Press, Berkeley, 2007.13. Ilegalismos urbanos e a cidade enNovos Estudos No 84, 2009, p. 156.

    14. J.McC. Heyman y A. Smart: States and Illegal Practices: An Overview en J.McC. Heyman(ed.):States and Illegal Practices , Berg, Oxford-Nueva York, 1999, p. 1.15. F. LaMond Tullis:Unintended Consequences: Illegal Drugs and Drug Policies in Nine Countries ,Lynne Rienner, Boulder, 1995; J.McC. Heyman y A. Smart: ob. cit., p. 5.

    Son las elites estatales

    las que han mantenido en

    el transcurso de los

    siglos el monopolio de lade nicin y la regulacin de

    la legalidad/ilegalidad

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    en palabras de Heyman y Smart, ir ms all del formalismo legal y polticopara reconocer que ilegalidad no necesariamente signi ca que las activida -

    des son ilegtimas cuando hay hegemonas incompletas y prcticas estatalesparciales y frecuentemente comprometidas16 . El anlisis histrico tambinha demostrado, en especial cuando se trata de los albores del Estado modernoe interventor, la fuerte relacin entre el Estado y las redes violentas, as comoel rol de la depredacin en la acumulacin de capital17 . Al mismo tiempo, y apesar de la creciente capacidad de imponer la ley que acompa la consolida-cin de los Estados a partir del sigloxix , no hay ninguna razn para suponerque la capacidad del Estado de imponer obediencia aumente siempre, o quedesa ar la ley sea un resultado temporal de la ine ciencia y de tcticas inapro -piadas de la aplicacin de la ley18 . Para estos autores, el Estado moderno noest hecho apenas de ley y orden, sino que es un complejo entramado entre lolegal y lo ilegal19 .

    En efecto, las relaciones entre lo legal y lo ilegal son multifacticas y comple- jas, ya que involucran intereses normativos, polticos y morales diversos. Enlo relativo al sistema mundial no-hegemnico, tambin puede enriquecersesu comprensin a travs de planteos cuyo foco se mueve en las fronteras entrela economa informal y la economa ilcita20 y entre lo ilcito y lo ilegal21 . Enel proceso de presentar las diferencias y las de niciones cruciales en la cons -truccin de la nocin de sistema mundial no-hegemnico, es preciso estable-cer una distincin na entre economa informal e ilcita y, en segundo lugar,entre lo que es ilegal y lo que es ilcito.

    Ilegal o informal?

    No es mi propsito entrar en la vasta discusin sobre economa informal omercado informal. En ella se encuentra, no obstante, un debate con gran inci-dencia sobre lo que me ocupa aqu: el poder de regulacin del Estado, la con-sideracin de la legitimidad de las prcticas de los actores econmicos, la rela-cin entre los universos formales e informales, el papel de la con anza, de lasredes sociales, etc. Tampoco llamar economa informal global a la globali-zacin popular, pues creo que el nfasis en la hegemona es ms esclarecedor

    16. Ob. cit., p. 8.17. Ibd.18. Ibd., p. 9.

    19. Ibd.20. Rosinaldo Silva de Sousa: Narcotr co y economa ilcita: las redes del crimen organizadoen Ro de Janeiro enRevista Mexicana de Sociologavol. 66 No 1, 2004.21. I. Abraham y W. Van Schendel: ob. cit.

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    para las relaciones en juego. A los nes de mis objetivos en este artculo, essu ciente considerar la diferencia entre economa informal y economa ilcita

    presentada por Rosinaldo Silva de Sousa22

    , que permite dejar en claro la dis-tincin central que establezco entre crimen organizado global y globalizacinpopular. Lo que Sousa denomina economa informal equivale para m, enel plano global, a la globalizacin popular. Para Sousa, el sistema de comer-cio ilcito del cual forma parte el narcotr co, por ejemplo y la economainformal comparten dos caractersticas generales para su funcionamiento:el uso de la corrupcin y la importancia del valor con anza y de ciertosprincipios de reciprocidad23 . Entre tanto, para el sistema de comercio ilcitohay un tercer factor crucial, marginal a la dinmica de la economa infor-

    mal: el uso de la violencia. En suma, Sousadistingue la economa informal de la ilcitasegn las relaciones sociales diferenciadasparticulares de cada una. En la informal,que se bene cia de la omisin del Estado,prevalecen el valor con anza y determi -nados principios de reciprocidad; sus agen-tes no anhelan dominar los medios de laviolencia. En la economa ilcita, con anza

    y reciprocidad tambin estn presentes, pero prevalecen la violencia ilegti-ma y la corrupcin de los agentes pblicos. Para m, entonces, una diferenciafundamental entre el crimen organizado global y la globalizacin popularradica en la falta de centralidad, en esta ltima, de la violencia como un factorregulador de las actividades econmicas, especialmente en lo que respecta ala validez de los contratos entre los agentes econmicos.

    Abraham y Van Schendel enfatizan la diferencia entrelegal , lo que los Es-

    tados consideran como legtimo, ylcito , lo que las personas involucradasen redes transnacionales consideran como legtimo24 . As, numerosos ujosde personas, mercaderas e informaciones son considerados ilegales porquedesafan las normas de las autoridades formales, pero son considerados lcitospor las personas implicadas en las transacciones. Estos autores argumentanque existe una diferencia cualitativa de escala e intencin entre las activida-

    22. Narcotr co y economa ilcita: las redes del crimen organizado en Ro de Janeiro, cit.23. Larissa Lomnitz Adler: Informal Exchange Networks in Formal Systems: A Theoretical Mo-del enAmerican Anthropologist vol. 90 No 1, 1988, y Redes informales de intercambio en sistemasformales en L. Lomnitz Adler:Redes sociales, cultura y poder: ensayos de antropologa latinoamerica-na , Miguel ngel Porra, Mxico,df , 1994, pp. 152-166.24. Ob. cit., p. 4.

    Para el sistema de

    comercio ilcito hay

    un factor crucial,

    marginal a la dinmica de

    la economa informal:

    el uso de la violencia

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    des de bandas organizadas internacionalmente y las mltiples microprcticasque, a pesar de ser ilegales en un sentido formal, no son motivadas por una

    lgica estructural organizativa ni por un propsito uni cado25

    .Para analizar las lneas uidas entre lo lcito y lo ilcito en el mundo de los ujosglobales, Abraham y Van Schendel utilizan los conceptos de cadenas de mer-cancas (los trayectos recorridos por los bienes, desde su produccin hasta elconsumo) y espacios regulatorios (zonas en las cuales predominan conjuntosespec cos de normas o reglas, estatales o sociales). Se trata de una opcin in -terpretativa bastante productiva para pensar las prcticas transnacionales. Ellosde nen las actividades criminales transnacionales como formas de prcticas

    socialesque intersectan dos o msespacios regulatoriosy que violan por lo menosuna regla normativa o legal26 . Como es bien sabido, la produccin, la circula-cin y el consumo de mercancas pueden ocurrir en espacios circunscriptos oatravesar diferentes espacios regulatorios. De esta manera, ciertas mercancasque entran en determinados ujos y atraviesan ciertos espacios regulatoriospueden transformarse de legales en ilegales, o viceversa. Por ejemplo, las cajasde whisky escocs que se producen y exportan legalmente en un pas puedenser introducidas y vendidas ilegalmente en otro. La produccin de hojas de cocaen Bolivia es otro interesante ejemplo de cmo los signos se transforman segnlos diferentes espacios regulatorios. Si se produce en determinadas reas delpas y en cierta cantidad, la hoja de coca es legal y su produccin se entiendecomo legtimamente dirigida al consumo tradicional de las poblaciones indge-nas y campesinas. Fuera de esto, su produccin es ilegal y pasa a ser sospechosade orientarse al mercado de la coca-cocana27 . El lavado de dinero es visto porAbraham y Van Schendel como un ejemplo de legalizacin en las transforma-ciones posibles del par lcito-ilcito28 . La conversin de drogas ilegales en dineropermite, por medio del lavado, su conversin en ujos lcitos. Para estos auto -

    res, lo que determina la legalidad y la ilegalidad en diferentes puntos de lacadena de mercancas es la escala regulatoria espec ca en la cual el objeto seencuentra29 , por eso es importante identi car el origen de la autoridad regu -latoria y, en consecuencia, distinguir entre los orgenes poltico (legal e ilegal)y social (lcito e ilcito) de la autoridad regulatoria30 . Lcito/ilcito, entonces, sere eren mucho ms a las percepciones sociales que a la letra de la ley.

    25. Ibd.26. Ibd., p. 15.27. R. Silva de Sousa: Os cocaleros do Chapare: coca, cocana e polticas internacionais antidro-gas na Bolvia, tesis de doctorado, Universidad de Brasilia, 2006.28. Ob. cit.29. Ibd., p. 17.30. Ibd.

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    Al introducir el concepto de legitimidad social o licitud y contrastarlo con legiti-midad poltica o legalidad, buscamos resaltar la naturaleza polticamente derivadade esta distincin y sus bases morales-institucionales, en el propsito de ayudar adesnaturalizar la Ley como la condicin del sentido comn del espacio domsticonacional.31

    Frente a las di cultades para encontrar soluciones universales a las contradic -ciones existentes entre los pares legal/ilegal y lcito/ilcito, especialmente enel mbito transnacional que atraviesa las leyes enmarcadas por los Estados-nacin, Abraham y Van Schendel construyen una nocin cuya de nicin, enltima instancia, est determinada por los cruces entre lo lcito y lo ilegal y en-tre lo ilcito y lo legal: lo(i)lcito. Se interesan especialmente por el cruce entre lo

    lcito y lo ilegal que crea un espacio dondelo (i)lcitosigni ca actividades legalmenteabolidas pero socialmente sancionadas yprotegidas32 como aquellas que animan,debo mencionar, la globalizacin popular;es decir, las actividades de lossacoleirosyde los mercados populares de superlogos33 y gadgets globales. En muchos contextos,lo socialmente lcito domina lo formal-mente ilegal, como en el ejemplo presen-tado por los autores sobre la venta en Pa-

    quistn dedvd de pelculas producidas en la India. La visibilidad y el carcterrutinario de las actividades ilegales no impiden que el Estado las reprima, algoque con frecuencia lleva a cabo la polica en momentos de elevado sentido demisin cvica y pblica34 .

    Una advertencia antes de proseguir

    Al entrar en un universo de prcticas y representaciones sociales altamenteatravesado por valores, y donde el bien y el mal son en muchas oportunidadestenidos como absolutos, el anlisis sociolgico y antropolgico corre el riesgo deser acusado, en una lectura conservadora, de enaltecer el crimen y demonizar alEstado. Es claro que, en estos contextos complejos y delicados, no se trata ni de

    31. Ibd., p. 31.32. Ob. cit., p. 22.33. Hsiao-hung Chang denomin superlogos al conjunto de marcas altamente reconocidas a es-cala internacional y que se han tornado en smbolos globales de estatus privilegiado (Louis Vuitton,Fendi, Armani, Dior, Gucci, Nike, Adidas, Rolex, Ray-Ban, Sony y muchas otras). Hsiao-hung Chang:Fake Logos, Fake Theory, Fake Globalization enInter-Asia Cultural Studies vol. 5 No 2, 2004.34. I. Abraham y W. Van Schendel: ob. cit., p. 22.

    Abraham y Van Schendel

    construyen una nocin

    cuya de nicin, en ltima

    instancia, est determinada

    por los cruces entre

    lo lcito y lo ilegal y entre lo

    ilcito y lo legal: lo (i)lcito

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    una cosa ni de la otra. Reconocer que las lneas entre lo legal y lo ilegal se de nenpor relaciones histricas de poder y por el ejercicio de la hegemona no representa

    una posicin relativista, en la que todo lo que es ilegal es aceptable o toda legali-dad es absurda. En este universo, los dilemas de la investigacin antropolgicacrtica se sitan en medio de varias tensiones y el el de la balanza es el sentidocomn del investigador. As como no es posible tornar absolutos el Estado y lalegalidad, tampoco se pueden presentar como romnticas las prcticas ilegales.La cuestin es bien resumida por Heyman y Smart:

    Mucho de lo que es ilegal es peligroso y mucho de lo que es legal es razonable. Tanto elfraude nanciero como la violencia fsica deben ser prohibidos, procesados y castiga -dos. El mero hecho de que la ilegalidad persista y frecuentemente se entremezcle conel mundo legal y formal no justi ca una posicin puramente relativista. De la mismamanera, a pesar de que el Estado es un instrumento de fuerza organizada y de preda-cin (impuestos), en la medida en que incorpora elementos razonables de la ley, no seequipara completamente a la fuerza y a la predacin ilegales. Sin embargo, no podemossostener lo contrario, esto es, que todo lo que el Estado formal hace es moralmente e cazy que todas las actividades ilegales son inmorales y deberan ser suprimidas. Esto no sesostiene ni en el sentido emprico () ni en el sentido moral. En este ltimo caso, muchasactividades clasi cadas como ilegales tienen una amplia vida legtima en la sociedad (oen grupos particulares) y, en estas circunstancias, la respuesta estatal constituye mala

    legislacin, aumentando la ilegalidad, incluyendo aqu guerras de todo tipo que sonmoralmente peores que la violacin original. Un trabajo acadmico cuidadoso que tras-cienda la suposicin de que toda ley formal es buena y toda ilegalidad es un problemaque debe eliminarse y que, al mismo tiempo, apunte al balance espec co en cada caso,puede informar las elecciones morales pblicas que debemos hacer.35

    El sistema global no-hegemnico

    En primer lugar, har una rpida consideracin histrica, casi una digresin,para evitar un problema comn cuando el asunto que se discute es la glo- balizacin: la tendencia a creer que se trata de fenmenos nuevos que jamssucedieron. Muchas de las mercancas vendidas en el mbito de la globali-zacin popular son verdaderos simulacros, para usar la expresin de JeanBaudrillard, copias con altos niveles de perfeccin. En realidad, la produccinde copias no autorizadas es una actividad milenaria. Adems, no por casua-lidad el trmino utilizado de forma comn por los poderosos para referirse ala actividad de reproduccin y venta de copias no autorizadas de mercaderasvaloradas por los consumidores contemporneos es piratera, especialmen-te los superlogos, es decir, copias de grandes marcas mundiales36 . La piratera

    35. J.McC. Heyman y A. Smart: ob. cit., p. 21.36. H. Chang: ob. cit.

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    es una actividad muy antigua e histricamente ha sido un desafo y una alter-nativa a los modos predominantes de vida, trabajo y comercio.

    La piratera siempre fue un problema para los poderes establecidos. Hay re-gistros de actividad de piratas en el mar Mediterrneo anteriores a la pocadel Antiguo Egipto37 . Solo cuando Roma consigui imponer su poder navallas comunidades piratas desaparecieron de ese mbito, pero no as la pirate-ra propiamente dicha. Esta volvi a orecer, por ejemplo, en los siglos xvii

    y xviii , durante la denominada era doradade la piratera (1690-1730) en el Caribe, enla costa atlntica de Amrica, en la costa de

    frica occidental y en el ocano ndico38

    .Hay evidencias de que comunidades piratasejercieron un importante poder econmi-co en diferentes partes del mundo, inclusollegando a transformarse en centros regio-nales. Thomas Gallant, por caso, consideraque en varios lugares emprendedores mi-litares, como bandidos y piratas, proporcio-naron el tejido que articul el interior rural

    para zonas econmicas en desarrollo. Sus actividades facilitaron la insercincapitalista39 . Hasta la actualidad, piratas modernos atacan con regularidadlos barcos que atraviesan el mar del sur de China40 y las costas de Somalia.

    La existencia de protosistemas mundiales no-hegemnicos fue impulsada porel trabajo de los marineros que conectaban las tierras del Nuevo Mundo conEuropa, creando la circulacin de ideopanoramas diferentes de los de las cla-ses hegemnicas. As, ideas alternativas de sociedad, basadas en el comunismoprimitivo del Nuevo Mundo, inspiraron varias utopas europeas siglos atrs41 .Peter Linebaugh y Marcus Rediker a rman que, entre 1680 y 1760, con la con -solidacin y estabilizacin del capitalismo en el Atlntico, el barco a vela latpica mquina de este periodo de globalizacin combinaba las caractersti-cas de las fbricas y las de la prisin. En comparacin, los piratas construyeronun orden social autnomo, democrtico y multirracial en el mar42 .

    37. Angus Konstam:The History of Pirates , The Globe Pequot Press, Guilford, 2002.38. Ibd.39. T.W. Gallant: Brigandage, Piracy, Capitalism, and State-Formation: Transnational Crimefrom a Historical World-System Perspective en J.McC. Heyman (ed.): ob. cit., p. 37.40. A. Konstam: ob. cit.41. Peter Linebaugh y Marcus Rediker:The Many-Headed Hydra. Sailors, Slaves, Commoners, and theHidden History of the Revolutionary Atlantic , Beacon Press, Boston, 2000, p. 24.42. Ibd., p. 328.

    Hay evidencias de quecomunidades piratas

    ejercieron un importantepoder econmico endiferentes partes del

    mundo, incluso llegandoa transformarse en

    centros regionales

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    Como es posible observar, los proletarios de la expansin capitalista mar-tima (los marineros) y los agentes sociales que representaban una amenaza

    para los intereses hegemnicos estatales y privados por detrs de esta expan-sin (los piratas) estuvieron histricamente involucrados, en mayor o menormedida y con mayor o menor e cacia, en la construccin de sistemas mun -diales no-hegemnicos.

    En antropologa, el libro clsico de Eric Wolf,Europa y la gente sin historia 43 , es elrelato ms denso sobre los procesos histricos de interconexiones que crearonel sistema mundial (o sistema-mundo). Pero la nocin de sistema-mundo estdirectamente asociada al libro de Immanuel Wallerstein, publicado original-mente en 1974:El moderno sistema mundial. La agricultura capitalista y los orgenesde la economa-mundo europea en el sigloxvi 44 . Aqu, el uso que realizo del concep-to de sistema mundial no est tan prximo a la discusin sobre centro, periferiay semiperiferia, importantes elementos de la concepcin wallersteiniana quetoma prestados de la discusin sobre la dependencia. Para el concepto de sis-tema mundial estoy ms interesado en los siguientes aspectos destacados porWallerstein en otras de sus obras,Anlisis de sistemas-mundo:

    no estamos hablando de sistemas, economas, imperiosdel mundo (todo), sino de siste-mas, economas, imperiosque son un mundo (que muy posiblemente, en realidad confrecuencia no incluyen a todo el globo). Este es un concepto clave a considerar. Signi caque cuando hablamos de sistema-mundo estamos tratando con una zona espacio-temporal que atraviesa muchas unidades polticas y culturales, representando unazona integrada de actividad e instituciones que obedecen a ciertas reglas sistmicas.45

    Es justamente lo que el sistema mundial no-hegemnico constituye: una com-posicin de varias unidades situadas en diferentes espacios glocalesque estnconectados por agentes que operan en la globalizacin popular. La globaliza-

    cin popular est formada por redes que trabajan de manera articulada y queen general se encuentran en diferentes mercados que conforman los nudosdel sistema mundial no-hegemnico. Esta articulacin crea interconexionesque le con eren a este tipo de globalizacin un carcter sistmico y hacenque sus redes tengan un alcance de larga distancia. El sistema mundial no-hegemnico conecta muchas unidades en el mundo mediante ujos de infor -macin, personas, mercancas y capital.

    43. E. Wolf:Europa y la gente sin historia [1982], Fondo de Cultura Econmica, Mxico,df , 1987.

    44. Siglo Veintiuno de Espaa, Madrid, 1979.45. I. Wallerstein:World-Systems Analysis, Duke University Press, Durham-Londres, 2006, pp. 16-17. [Hay edicin en espaol:Anlisis de sistemas-mundo. Una introduccin , Siglo Veintiuno, Mxico,df , 2006].

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    Si denomino a este sistema no-hegemnico es porque existe un sistema he-gemnico46 . En realidad, los dos sistemas pueden de nirse por las relaciones

    que mantienen entre s y guardan analogas con lo que Nam denomin agu- jeros negros y puntos claros47 . El sistema hegemnico re eja la lgica ins -titucional y operativa de quienes detentan el poder, tanto en lo que respectaal Estado como al capital privado. En las ltimas dcadas, el sistema mundialhegemnico ha sido dominado por los intereses de la globalizacin capitalis-ta neoliberal. En el sistema hegemnico, que guarda una ntima relacin conel poder estatal, los agentes econmicos consiguen generar y mantener frentea la sociedad como un todo la apariencia de que ostentan el monopolio de lalegitimidad y legalidad de las transacciones econmicas, aun cuando estninvolucrados o sean sorprendidos en actividades ilegales. Un buen ejemploes lo que sucede en los puertos. En los ms organizados y de mayor capaci-dad operativa, apenas 5% de la carga de contenedores es efectivamente ins-peccionada48 . Entonces, la mayor parte del contrabando es realizada por lascorporaciones: Los medios de comunicacin y la cultura popular apuntanhacia oscuras organizaciones criminales como los principales contrabandis-

    tas pero, de hecho, las empresas legtimasy las corporaciones multinacionales sonlos principales transgresores. Subfactu-rar y presentar declaraciones falsas sobrelas mercaderas embarcadas son acciones bsicas en este negocio49 .

    El sistema mundial no-hegemnico noslleva a otros razonamientos y puede de-nirse de manera anloga a mi interpre -tacin sobre la globalizacin econmicano-hegemnica50 , una categora similar a

    la de sistema mundial no-hegemnico pero en la cual la sistematicidad de laglobalizacin popular no es el centro de la cuestin. Llamo a este sistema no-hegemnico y no anti-hegemnico porque sus agentes no intentan destruir

    46. Mi de nicin funde dos conceptos de economa poltica marxista. El primero es el de sistemamundial, al cual ya me refer, y el segundo, el de hegemona, de inspiracin gramsciana. Por he-gemona, entiendo el ejercicio naturalizado y silencioso del poder, la naturalizacin por parte delos diferentes grupos y clases sociales que constituyen una sociedad de las formas socialmenteapropiadas de reproduccin de la vida social.47. M. Nam: ob. cit.

    48. Carolyn Nordstrom:Global Outlaws. Crime, Money, and Power in the Contemporary World, Uni-versity of California Press, Berkeley, 2007.49. Ibd., pp. 119-120.50. G. Lins Ribeiro: Other Globalizations, cit.

    Llamo a este sistema

    no-hegemnico y no

    anti-hegemnico porque

    sus agentes no intentan

    destruir el capitalismo

    global o instalar algn tipo

    de alternativa radical

    al orden prevaleciente

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    el capitalismo global o instalar algn tipo de alternativa radical al orden pre-valeciente. Es no-hegemnico porque sus actividades desafan elestablishment

    econmico en todas partes en los niveles local, regional, nacional, internacio-nal y transnacional. Como consecuencia, sus agentes son percibidos como unaamenaza alestablishmenty sienten el poder de las elites polticas y econmicasque quieren controlarlos. En este sentido, son reveladoras las actitudes quetienen los Estados y las corporaciones en relacin con las prcticas del sistemano-hegemnico. La mayor parte del tiempo, estas actividades son tratadascomo asunto policial y son objeto de una elaborada accin represiva. Es ciertoque el sistema mundial no-hegemnico es un universo enorme que abarcaactividades ilegales, como el tr co de personas y de rganos, que es preciso

    reprimir. Pero de cualquier manera, una parte importante de la globalizacinno-hegemnica son aquellos trabajadores, como los vendedores ambulantes,cuyo crimen es trabajar fuera de los parmetros de nidos por el Estado.

    El sistema mundial no-hegemnico est integrado por diversos segmentos yredes estructurados en forma piramidal. En el vrtice se encuentran esquemasde lavado de dinero, actividades ma osas, todo tipo de corrupcin. No impor -ta cun poderosos y elitistas sean muchos de los agentes involucrados en elsistema no-hegemnico, ellos no pueden actuar solos. Existe una consistenteparticipacin de personas pobres en los segmentos ms bajos de esa estructu-ra piramidal. Para estos agentes sociales, el sistema mundial no-hegemnicoes un modo de vida y un mecanismo de movilidad social ascendente.Networ-king e intermediaciones son los cimientos de esta estructura en pirmide, deforma comparable a lo que denominconsorciacin: un proceso tpico de lasarticulaciones entre agentes transnacionales, nacionales, regionales y localesalrededor de grandes proyectos de infraestructura multimillonarios51 . Las ac-tividades de la base de la pirmide son lo que llamo la verdadera globalizacin

    desde abajo. Permiten el acceso a ujos de riqueza global que, de otra forma,nunca llegaran a los segmentos ms vulnerables de cualquier sociedad o eco-noma. Abren un camino hacia la movilidad ascendente o la posibilidad desobrevivir en economas nacionales y globales que no son capaces de proveerempleo a todos los ciudadanos. Estoy interesado en este segmento del sistemano-hegemnico y no en sus escalones superiores. Aun as, es necesario reiteraruna distincin crucial para comprender el sistema mundial no-hegemnico: larelativa al crimen organizado global y la globalizacin popular.

    51. G. Lins Ribeiro:Transnational Capitalism and Hydropolitics in Argentina: The Yacyreta High Dam,University Press of Florida, Gainesville, 1994 yCapitalismo transnacional y poltica hidroenergtica enla Argentina. La represa hidroelctrica de Yacyret , Universidad Nacional de Misiones, Posadas, 1999.

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    Aunque la actividad de globalizacin popular sea caracterizada, desde elpunto de vista del Estado, como contrabando, es bastante diferente si consi-

    deramos el llamado contrabando hormiga en la frontera entre Argentina yParaguay52 o los grandes esquemas de contrabando controlados por bandasorganizadas. As, lo que en general es indistinto desde el punto de vista delEstado, desde mi punto de vista puede ser parte de la economa (i)lcita glo- bal (de la globalizacin popular) o de la economa ilegal global (del crimenorganizado).

    La bibliografa especializada destaca la importancia de las redes sociales en elfuncionamiento de este universo. Heyman y Smart ofrecen una de nicin de

    red ilegal que es til para pensar la economa ilegal global53 . Para ellos, se tratade un tejido ordenado de personas enfocadas en una actividad ilegal, redesque implican, pero no necesariamente requieren, un mundo social alternati-vo al Estado formal y legal. Tales redes son vitales para las prcticas ilegales,ya que se caracterizan por relaciones basadas en la mutualidad, la con anza ylos intercambios54 . Segn mi perspectiva, las redes sociales ilegales realizan susprcticas ilegales en el interior de una estructura jerrquica, en la que prevalecenla conspiracin y la plani cacin centralizada, as como tambin el uso de laviolencia ilegtima. Si cambiamos el adjetivo ilegales por (i)lcitas, podremos buscar, analgicamente, una de nicin para pensar la economa (i)lcita global.As, en la globalizacin popular, operan las redes sociales (i)lcitas de forma des-centralizada, horizontal y basada en valores de con anza. Las redes sociales

    (i)lcitas realizan sus prcticas (i)lcitas so- bre o a partir de sistemas informales pre-viamente construidos por disporas, redesmigratorias o formas tpicas de la econo-ma popular (ferias y sus sistemas de mer-

    cados asociados, por ejemplo).Por otro lado, Nam llama la atencin so- bre el carcter simultneamente global ylocal de las redes involucradas en lo quedenomino sistema mundial no-hegem-nico y sobre su habilidad para explotar

    52. Ldia Schiavoni:Frgiles pasos, pesadas cargas. Las comerciantes fronterizas de Posadas-Encarna-cin , Centro Paraguayo de Estudios Sociolgicos / Editorial Universitaria de la Universidad Na-cional de Misiones, Asuncin-Posadas, 1993.53. J. McC. Heyman y A. Smart: ob. cit., p. 17.54. Ibd.

    Las redes sociales

    (i)lcitas realizan sus

    prcticas (i)lcitas sobre o

    a partir de sistemas

    informales previamente

    construidos por disporas,

    redes migratorias

    o formas tpicas de la

    economa popular

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    con rapidez su movilidad internacional, lo cual potencia bastante su capa-cidad de escapar al control de los Estados nacionales55 . Adems, es preciso

    enfatizar la exibilidad de estas redes. Como todas las redes sociales, las re -des ilegales/(i)lcitas pueden armarse y desarmarse segn las circunstanciasy sus intereses. Pueden desarmarse, por ejemplo, cuando una actividad ilegalya no es necesaria o ventajosa. Estrictamente, no se necesitan grandes redes oextensas articulaciones de redes para realizar conexiones de larga distancia,o incluso globales. De hecho, las mercancas que uyen dentro del sistemamundial no-hegemnico pueden cambiar varias veces de mano, atravesandodiversos espacios regulatorios, hasta llegar a los consumidores nales.

    De esta manera, el sistema est integrado por una intrincada red de nudos,que son puntos de interconexin entre vendedores y compradores. Tales nudosvaran en tamao e importancia para la reproduccin del sistema y puedenser desde pequeos aglomerados de barracas de vendedores ambulantes queatienden las necesidades de consumidores nales, hasta megacentros, en granmedida destinados a intermediarios, cuya in uencia econmica tiene alcanceinternacional, como los localizados en Dubai (Emiratos rabes Unidos), queabastecen a diversos pases europeos56 , o en el espacio social transfronterizo57 de Foz de Iguaz-Ciudad del Este58 . Hay tambin megacentros de alcance

    55. M. Nam: ob. cit., p. 34.56. Alain Tarrius:La remonte des Suds: afghans et marocains en Europe Mridionale,LAube, Pars,2007; V. da Silva Telles: ob. cit.57. La nocin deespacio social transfronterizopermite entender las relaciones sociales, culturales,polticas y de parentesco que los agentes sociales desarrollan en reas fronterizas, donde la fron-tera opera como un aparato taxonmico complejo y bastante exible. (V. al respecto Elvia JimnezMarcano: La construccin de espacios sociales transfronterizos entre Santa Elena de Uairen [Ve-nezuela] y Villa Pacaraima [Brasil], tesis de doctorado, Flacso / Universidad de Brasilia, 1996). Laexibilidad que los agentes sociales experimentan en zonas fronterizas se debe en buena medidaa la ine ciencia de los agentes del Estado o a su connivencia con otros agentes sociales que ope -

    ran internamente en el espacio transfronterizo. Una vez que los espacios sociales transfronterizosponen en jaque la lgica clasi catoria del Estado-nacin, los mayores entre ellos son, en general,universos transnacionales propensos a ser territorios globales fragmentados, conectados a los cir-cuitos globales de personas, bienes e informacin. Las fronteras son frecuentemente reconocidascomo lugares donde los lmites del poder del Estado son puestos en jaque por agentes de la globali-zacin popular (v. I. Abraham y W. Van Schendel: ob. cit., p. 14; v. tb. M. Nam: ob. cit.). Abraham yVan Schendel consideran las fronteras como un espacio tpico para el desarrollo de lo (i)lcito, hechofavorecido por la interseccin de mltiples autoridades que compiten entre s, ya que los Estadosvecinos tienen con frecuencia puntos de vista diferentes sobre la ley y lo lcito. Estos autores ponencomo ejemplos las fronteras entre la India, Bangladesh, China y Myanmar y mencionan los casinosy las compras a travs de las fronteras como fenmenos comunes (ob. cit., p. 22 y ss.).58. Fernando Rabossi: Nas ruas de Ciudad del Este: vidas e vendas num mercado de fronteira,tesis de doctorado, Universidade Federal do Rio de Janeiro, 2004; Rosana Pinheiro Machado: Agarantia soy yo: etnogra a das prticas comerciais entre camels e sacoleiros na cidade de PortoAlegre e na fronteira Brasil/Paraguai, tesis de maestra, Universidade Federal do Rio Grande doSul, 2005, y Made in China. Produo e circulao de mercadorias no circuito China-Paraguai-Brasil, tesis de doctorado, Universidade Federal do Rio Grande do Sul, 2009.

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    nacional, como la calle 25 de Maro, en la ciudad de San Pablo59 y Tepito, enla Ciudad de Mxico, que abastecen a agentes de la globalizacin popular que

    operan en un radio que puede alcanzar algunos millares de kilmetros y cru-zar pases. Tepito, por ejemplo, el tianguis global (tianguis signi ca feria devendedores ambulantes en nahutl, lengua indgena an ampliamente habla-da en Mxico), conecta a travs de redes migratorias la Ciudad de Mxico conLos ngeles, eneeuu 60 . Tambin se encuentran importantes centros de actua-cin regional o local como los San Andresitos (en alusin a la isla caribea ypuerto libre de San Andrs), en Colombia; en Brasil, las Feiras do Paraguai enla ciudad de Caruaru (en el estado de Pernambuco)61 y en Brasilia62 , el readel centro de Ro de Janeiro conocida como Saara y el Shopping Oiapoque, enBelo Horizonte63 . No podemos dejar de incluir el Barrio Chino de Nueva York y el famoso Mercado de la Seda (Xiu Shui), en Beijing. El ejemplo de Caruarues particularmente interesante dada la centralidad que hace ms de 150 aosmantiene en el sistema regional la feria de la ciudad, cuya in uencia alcanzamuchas ciudades de todo el Nordeste brasileo. Adems, este caso muestracmo la existencia previa de un sistema migratorio popular, el de los pernam- bucanos hacia San Pablo, ofrece una estructura til para las dinmicas de laglobalizacin popular64 . Las mercancas procedentes de Ciudad del Este o dela calle 25 de Maro alimentan la Feira do Paraguai, el sector de gadgets glo- bales de la Feria de Caruaru, que, a su vez, alimenta a una gran cantidad deotras ferias menores y de pequeos comerciantes en todo el Nordeste. La Feirado Paraguai permite visualizar perfectamente cmo se extiende la capilaridaddel sistema mundial no-hegemnico a travs de la globalizacin popular, lle-gando a lugares distantes e inusitados. En realidad, estos nudos del sistema mundial no-hegemnico son mercadosde mayor o menor envergadura. Los mercados pueden desempear el papel de

    nexos entre diferentes ujos a travs de la articulacin de redes con objeti -vos semejantes y comunes. As, varias redes de poca extensin acaban gene-rando un efecto de largo alcance. Los mercados pueden ser tanto puntos de

    59. Erica Mancuso Schaden: Imigrao rabe: um olhar sobre a rua 25 de Maro, informe deavance de investigacin, Universidad Provincial de Campinas, 2005, mimeo; M. Nascimento:ob. cit.60. Sandra Alarcn:El tianguis global , Universidad Iberoamericana, Mxico,df , 2008.61. Maria Rejane Souza de Britto Lyra: Sulanca x muamba. Rede social que alimenta a migraode retorno enSo Paulo em Perspectivavol. 19 No 4, 2005.62. A.J. Styro de Souza: ob. cit.; B.E. Figueiredo: ob. cit.63. Cristina Aparecida Vilas Bas: Ter para ser socialmente. Representaes e prticas do con -sumo no shopping Oiapoque, Belo Horizonte, tesis de maestra, Ponti cia Universidad Catlicade Minas Gerais, 2009.64. M.R. Souza de Britto Lyra: ob. cit.

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    articulacin de estas redes como ellocus de articulacin entre las actividadesde la economa ilegal global y de la economa (i)lcita global. Ciudad del Este,

    dada su magnitud, es un claro ejemplo deello, con su asociacin con enormes y po-derosos esquemas de lavado de dinero y,al mismo tiempo, la presencia de millaresde sacoleiros. Tambin la calle 25 de Maroen San Pablo, debido a su dimensin (aun-que menor que la de Ciudad del Este), esun excelente ejemplo de un mercado, unnudo del sistema mundial no-hegemni-co que demuestra la presencia de grandesintermediarios y de miradas de redes desacoleiros. Cabe destacar que existe unadiferenciacin interna en este universo que puede presentarse bajo la formade una estructura piramidal establecida internamente en las redes de tran-sacciones entre grandes y pequeos proveedores, por ejemplo. En el interiorde tal estructura, puede haber agentes y redes sociales involucrados en dife-rentes momentos y aspectos de las actividades econmicas lcitas, (i)lcitas eilegales. Nada impide que se pase del sistema no-hegemnico al hegemnicoy viceversa.

    El sistema mundial no-hegemnico puede servir como una forma de realizarla acumulacin primitiva de capital. Como tal, puede ser til para un capita-lista individual como forma de acumular en un determinado momento de sutrayectoria econmica, o puede ser permanentemente utilizado para tal n.No obstante, es necesario notar junto con Chang que

    la proliferacin de productos falsi cados adopta casi las mismas rutas del capitalismoglobal con tcticas glocales de maniobras incluso ms exibles y giles para escaparde las redadas nacionales. (...) Las logo(marcas) falsas se diseminan por todo el mundoy constituyen con xito un mercado global que simultneamente duplica la creacinde redes del capitalismo y lo desestabiliza como una subversin falsi cada. 65

    La globalizacin popular est conformada por nudos (los mercados popula-res) y ujos (los viajes). As como hay nudos mayores, existen ujos mayores omenores que abarcan grandes o pequeas distancias. De este modo, las redessociales transnacionales que estimulan los ujos internos al sistema mundial

    65. Ob. cit., p. 223.

    Ciudad del Este, dada

    su magnitud, es un claro

    ejemplo, con su asociacin

    con enormes y poderosos

    esquemas de lavado

    de dinero y, al mismo

    tiempo, la presencia demillares de sacoleiros

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    intertnicos69 . En otros casos, como en las Feiras do Paraguai en Brasilia70 yen Caruaru (Pernambuco, Brasil), o en Tepito71 , en Ciudad de Mxico, tambin

    es posible notar una creciente presencia china. De hecho, la globalizacinpopular puede haberse transformado en el mayor impulsor del crecimientode la migracin china en Brasil y en otros pases como Argentina y Mxico.Disporas de la envergadura de la china y la libanesa proporcionan una basealtamente orgnica para desarrollar actividades transnacionales, ya que lasredes migratorias pueden propiciar con anza y previsibilidad, como est im -plcito en la nocin china de guanxi , en un universo donde es baja la capaci-dad de implementar la ley72 .

    Algunas consideraciones sobre la esfera de la produccin. Los trabajos reali-zados sobre aspectos espec cos del sistema mundial no-hegemnico suelenconcentrarse en la circulacin de personas y mercancas73 . El hecho de que enel interior de este universo se destaquen los mercados se explica por sus ca-ractersticas de espacios pblicos, en los cuales es posible efectuar un trabajode campo con cierta facilidad. Hablar de este sistema considerando tambinlas unidades productivas que lo componen representa una tarea etnogr camucho ms ardua. Las fbricas no son exactamente espacios pblicos. Por elcontrario, como ya indicaba Karl Marx enEl capital , los capitalistas exigendejar fuera del alcance de la vista las transformaciones que all ocurren, yesto es ms notorio cuando se trata de unidades de produccin vinculadas ala economa (i)lcita global.

    Si comenzramos por hablar de donde se producen las mercancas, los centrosfundamentales del sistema se encuentran en Asia, en lugares como Taiwn,Corea del Sur, Singapur, Malasia y especialmente China. El hecho de quediferentes reas de Asia se hayan transformado en el centro de produccin de

    69. Neiva Vieira da Cunha: Libaneses e Chineses: sucesso, con ito e disputa numa rua de co -mrcio do Rio de Janeiro, ponencia presentada en lavi Reunin de Antropologa del Mercosur,Montevideo, 16 y 18 de noviembre de 2005.70. R. Dubard de Moura Rocha: ob. cit.71. S. Alarcn: ob. cit.72. Ver R. Pinheiro Machado: Made in China, cit.; Marcos de Arajo Silva: Guanxi nos trpicos:um estudo sobre a dispora chinesa em Pernambuco, tesis de maestra, Universidad Federal dePernambuco, 2008; y This Isnt Contraband, Im Clean: A Study of Borders of Incorporation andExclusion among Chinese Immigrants in Pernambuco enVibrant No 6, 2009, pp. 152-169.73. V., por ejemplo, R. Pinheiro Machado: A garantia soy yo, cit., y Made in China, cit.; M.Nascimento: ob. cit.; Yulian Konstantinov: Patterns of Reinterpretation: Trader-Tourism in the

    Balkans (Bulgaria) as a Picaresque Metaphorical Enactment of Post-Totalitarianism enAmericanEthnologist vol. 23 No 4, 1996; Janet MacGaffey y Rmy Bazenguissa-Ganga:Congo-Paris: Trans-national Traders on the Margins of the Law , The International African Institute / James Currey /Indiana University Press, Oxford-Bloomington, 2000.

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    las mercancas del sistema mundial no-hegemnico est relacionado, en granmedida, con el poder de la economa de Japn, uno de los mayores mercados

    de artculos de lujo. Taiwn, Corea del Sur y Hong Kong, por ejemplo, fuerongrandes centros productores de mercancas falsas destinadas al mercado ja-pons. A su vez, China se transform rpidamente en la principal proveedorade productos falsos para todo el mundo; en palabras de Chang, hoy en da,inclusive en Taiwn, los productos Louis Vuitton falsi cados son importa -dos principalmente de China 74 . As, este pas no solo es la nia mimada dela globalizacin hegemnica75 , sino que es tambin el centro de la globaliza-cin no-hegemnica, de la globalizacin popular. De hecho, cualquier inves-tigacin sobre la produccin de bagatelas globales y de copias no autorizadasdebera privilegiar sin duda la provincia de Guangdong, en el sur de China,donde el boom econmico de las ltimas dcadas se ha expresado tambinen una enorme produccin de bienes para los mercados de la globalizacinpopular76 . Las ciudades de Dongguan, Shenzhen, Hong Kong y Guangzhou(Cantn) conforman, probablemente, la mayor zona de produccin de mer-cancas del sistema mundial no-hegemnico, el comienzo de una cadena demercancas en la cual las ganancias se acumulan de manera fantstica.

    Guangdong ha sido histricamente una gran puerta de entrada para el comer-cio con el mundo y para la emigracin. La importancia de Guangdong y de sucapital, Cantn, como medio de contacto con Occidente llev a los portuguesesa colonizar Macao entre 1557 y 1999. En 1841, tambin en la desembocaduradel ro de las Perlas, los ingleses fundaron Hong Kong, un enclave comercial delimperio britnico. La soberana china sobre Hong Kong fue reconquistada en1997. Actualmente, Macao y Hong Kong son Regiones Administrativas Espe-ciales de la Repblica Popular China, de acuerdo con el modelo un pas, dossistemas. Ms importante an para comprender esta rea como el centro del

    sistema mundial no-hegemnico es el fabuloso desarrollo de Shenzhen, enChina continental. En 1980, se convirti en la primera Zona Econmica Espe-cial. Situada a pocos kilmetros de Hong Kong, en la regin econmica msdinmica de China, en el delta del ro de las Perlas, Shenzhen es el corazn delsistema productivo de las mercancas de la globalizacin popular.

    Hong Kong y Shenzhen desarrollan diferentes relaciones complementarias.La ex-colonia britnica es una gran puerta de entrada para lossacoleirosde

    74. H. Chang: ob. cit., p. 230.75. V., por ejemplo, Doug Guthrie:China and Globalization. The Social, Economic and Political Trans- formation of Chinese Society , Routledge, Nueva York, 2006.76. Buena parte de lo que sigue se basa en R. Pinheiro Machado: Made in China, cit.

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    todo el mundo, que penetran de manera creciente en el territorio de Chinacontinental y van a Shenzhen, portando visas de un da adquiridas en Hong

    Kong para hacer sus compras en centros comerciales como el de Luohu. Mu-chos de estossacoleirospueden hacer sus compras en lo que tal vez sea el edi-cio ms globalizado del sistema mundial no-hegemnico, Chungking Man -sions, en Hong Kong77 . Construido en la dcada de 1960, posee cinco bloquescon 17 pisos. Sus dos primeros niveles estn formados por pequeos negociospara compradores de ms de 100 nacio-nalidades. El resto de las plantas sonrestaurantes y pensiones que albergan aviajeros provenientes especialmente deAsia, Oriente Medio y frica.

    Estas reas de China poseen una histo-ria de produccin de copias que se re-monta, por lo menos, al sigloxix 78 . All se copiaban bienes occidentales para laventa en el interior de China y, a la in-versa, bienes chinos para la venta a Occidente. En lo que respecta a la produc-cin de mercancas para el sistema mundial no-hegemnico, Chang llega a hablarde una industria global de falsi caciones 79 . La (re)produccin de copias desuperlogos an sigue el modo tradicional de produccin de mercancas, queest basado en la divisin y explotacin global del trabajo, en el sistema deproduccin de fbrica y, espec camente, en el ahora ms que conocido siste -ma deoutsourcing hacia todo el mundo80 . En Amrica del Sur, Paraguay es unconocido centro productor. En Brasil en Minas Gerais, por ejemplo existenpequeas fbricas que copian zapatillas de marcas famosas81 .

    Por qu existe la globalizacin popular? Originales y copias

    Ms all de los elementos que ya han sido sealados ampliamente en la bi- bliografa sobre economa informal como el no pago de impuestos, la ausen-cia de mecanismos de responsabilizacin en las transacciones comerciales yla prestacin de servicios o la precariedad de los trabajadores involucrados,

    77. Gordon Mathews: Chungking Mansions: A Center of Low-End Globalization en Ethnology vol. xlvi No 2, 2008, pp. 169-183.78. R. Pinheiro Machado: Made in China, cit.79. H. Chang: ob. cit., p. 224.80. Ibd., p. 204.81. G.P. Santos: ob. cit.

    En lo que respecta a

    la produccin de

    mercancas para el sistemamundial no-hegemnico,

    Chang llega a hablar

    de una industria global de

    falsi caciones

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    la globalizacin popular se apoya fuertemente en la existencia de superlogosy en la actual capacidad de producir copias tan perfectas que cada vez es ms

    difcil, o irrelevante, identi car las diferencias entre los bienes falsi cados ysus originales.

    En gran medida, los productos pira-tas toman como base para su enormerentabilidad la produccin de copias desuperlogos. El superlogo est ancladoen un excedente de valor excepcional,ampliamente basado en su valor simb-lico, en lo que representa como smbolode estatus para los consumidores. Esteexcedente de valor es adicionado a unamercanca mediante el mantenimiento

    del monopolio encarnado en la propiedad del superlogo. Manteniendo, ma-nipulando y administrando superlogos, las grandes corporaciones logranocupar nichos exclusivos en el mercado de smbolos globales de estatus y,en ltima instancia, incrementar enormemente sus ganancias. Esos nichosmonoplicos son estratgicos para la acumulacin de las empresas capita-listas. As, las copias no autorizadas signi can una amenaza para uno de losncleos duros de la reproduccin del capitalismo: la posesin de derechos depropiedad sobre determinadas mercancas, ya que son estos derechos los quepermiten, justamente, mantener los nichos monoplicos. La diferencia entre el valor real del objeto espec co y su extraordinario valorsimblico excedente es lo que da impulso al mercado de copias de superlo-gos, siempre vendidas, claro, por precios mucho menores que los originales.

    Adems del hecho de que no pagan impuestos, algo tpico de las economasinformales, el bajo precio de las copias proviene de una combinacin de facto-res, entre los cuales destaco la sobreexplotacin de una fuerza de trabajo pre-carizada (en Shenzhen, por ejemplo, son migrantes, en general, recientementeproletarizados82 ); la no remuneracin de una serie de factores que entran en lacomposicin del precio del bien de lujo como, por ejemplo, en la industria dela alta costura, des les, revistas, publicidad y tiendas so sticadas; el uso delmercado formal como campo de pruebas, esto es, se hacen copias solo de losmodelos de mayor xito de ventas de un superlogo.

    82. Ver R. Pinheiro Machado: Made in China, cit.

    El superlogo est anclado

    en un excedente de valor

    excepcional, ampliamente

    basado en su valor simblico,

    en lo que representa

    como smbolo de estatus

    para los consumidores

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    Los superlogos, originales o copias, desempean un papel clave en la eco-noma simblica del lujo, en tiempos en los que la distincin de estatus se

    confunde con la capacidad de poseer determinados objetos y de manipularimgenes que con eren a los consumidores identidades sociales diferencia -das83 . Las copias permiten a los consumidores manejar de manera conscientelos juegos sociales basados en la distincin, que son formas de crear, mante-ner y reproducir estatus. En ltima instancia, son formas de manipular lasimpresiones en las interacciones sociales con nes muy diversos, pero queterminan por redundar en una bsqueda de poder personal dentro de unasociedad individualista y consumista.

    La industria de copias impulsa una disputa por el control del extraordinariovalor agregado por el superlogo a las mercancas. No obstante, el impactode la copia sobre la industria de bienes autnticos no es necesariamente ne-gativo. El escritor brasileo Mrio de Andrade mencionaba que la copia davalor al original. De hecho, cuanto mayor es el nmero de copias, ms valortendr el original, especialmente para un segmento cada vez ms restringidode connaisseurs capaces de cotejar la autenticidad en objetos/smbolos ver-daderamente originales y portadores de los signi cados de distincin socialms deseados. En realidad, las copias se subdividen en diferentes categoras.Las de tercera lnea son imitaciones burdas que traen, por ejemplo, erroresgroseros como la grafa equivocada del superlogo. Las de segunda lnea sonrplicas bastante razonables, mientras que las copias de primera lnea pue-den ser verdaderos simulacros cuya falsedad a veces solo es detectada porespecialistas. El precio de los productos vara de acuerdo con la calidad de lacopia. Circula la leyenda de que en Shenzhen existen fbricas que producen bienes originales durante el da y falsi cados durante la noche. En este caso,no habra diferencia entre el original y la copia, a no ser el sello del superlogo

    adherido al primero. La creciente calidad de las copias bien podra ser lo queatrajo a consumidores de clase media y clase media alta a realizar comprasen nudos del sistema mundial no-hegemnico, como el Shopping Oiapoque enBelo Horizonte y la Feira do Paraguai en Brasilia. De cualquier manera, estees un mercado atravesado por la dinmica de la moda, lo que lo torna verda-deramente ms voltil y caprichoso.

    Con todo, las copias de superlogos de ropas, zapatos y accesorios estn per-diendo su lugar de principal fuente de ingresos de la industria de productos

    falsos en favor de losdvd y programas pirateados. Esto es coherente con la83. C. Vicente Ferreira Lima: ob. cit.; G.P. Santos: ob. cit.

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    hegemona del capitalismo electrnico-informtico y con su exibilidad in -terior, en especial por su capacidad de reproduccin de copias perfectas. Es

    cada vez ms simple copiar msica, pelculas, imgenes, textos y otros ma-teriales protegidos porcopyright , desde internet o desde otras fuentes de tec-nologa digital. Las modi caciones introducidas por las nuevas tecnologasde reproduccin en los ltimos aos son rpidamente apropiadas, no solopor adolescentes en sus casas, sino por personas interesadas en ganar dineroen las calles y los mercados del sistema mundial no-hegemnico. El siste-ma normativo que intenta regular la propiedad intelectual de los superlogosglobales, y en especial de los bienes culturales capaces de ser reproducidoselectrnicamente, va a contramano de la innovacin tecnolgica contempor-nea, que permite potenciar enormemente a individuos y redes y su capacidadde hacer copias. Al no dar cuenta de las nuevas dinmicas y de las mltiplese imaginativas apropiaciones que constantemente realizan millones de per-sonas en todo el mundo, el sistema normativo actual pre ere criminalizar yestigmatizar este universo. De esta manera, se transforma en un obstculopara la liberacin de una gigantesca energa emprendedora y creativa situadaen diferentes partes del globo, y que termina por realizarse a travs de ope-raciones que con frecuencia ocurren bajo el paraguas del sistema mundialno-hegemnico.

    En la prctica, la piratera revela el absurdo valor excedente que se agrega ala mercanca por la propiedad del superlogo. Como el capitalismo est basadoen la apropiacin socialmente sancionada de excedentes, al denunciar esteexcedente extraordinario, la piratera asume un potencial subversivo que,como ya se mencion, alcanza uno de los ncleos duros del capitalismo, almismo tiempo que se mezcla contradictoriamente con l al enlazarse con laspropias necesidades de consumo, de (re)produccin de identidades sociales y

    de distincin bajo la gida del capitalismo electrnico-informtico.El impulso estructural brindado por las tecnologas contemporneas de re-produccin y por el aumento de la capacidad de comunicarse y viajar haciadistintos lugares del mundo lleva a creer que la globalizacin popular conti-nuar consolidando y estrechando, de manera heterodoxa, los nexos entre losdiversos nudos del sistema mundial no-hegemnico.