la fórmula del deterioro
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ESTRATEGIA 1 Alta gerencia
El factor esencial de supervivencia
La fórmula del deterioro Las organizaciones se enfrentan a un nuevo espacio donde la dinámica y velocidad de los pro
cesos económicos, sociales y tecnológicos han acrecentado el nivel de inestabilidad de sus pará
metros habituales de convivencia. El impacto de esta transformación se manifiesta en mayor
heterogeneidad de los actores involucrados en las situaciones sociales.
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Por Marcelo Manucci
También en mayor velocidad en la interacción con cambios estructurales más profundos y, como consecuencia de ello, multiplicación exponencial de situaciones inéditas
5 sobre las cuales las personas deben tomar N
1i decisiones y definir movimientos de adapta-~ ción.
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z Todos los sistemas vivos son muy sensibles a .g ~ las condiciones de su entorno, porque de esta ~ sensibilidad depende su permanencia en ese
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ambiente. Fundamentalmente, todos los sistemas vivos están diseñados para registrar lo que aparece como "nuevo" en su entorno, lo que sale de los marcos habituales y cotidianos de interacción. Estas perturbaciones activan los registros de alerta necesarios para redefinir las respuestas frente a estos nuevos parámetros. Todos los sistemas vivos deben tener respuesta frente a lo nuevo del contexto, porque la indiferencia puede causar la desaparición del sistema. Lo que sucede es que casi todos los sistemas vivos tienen res-
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puestas automáticas (predeterminadas por genética), algunas especies de mamíferos superiores pueden tener respuestas aprendidas, pero solo las per~nnil~ pttPrlen tener respues
tas reflexivas. Están la riqueza y la trampa conviviendo en cada decisión cotidiana tanto individual como colectiva. Los sistemas humanos somos sensibles a las condiciones del contexto, igual que el resto de los sistemas vivos, con la singularidad que nuestra sensibilidad no tiene una neutralidad mecánica o genética. Nuestra singularidad
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está condimentada por interpretaciones, ideas, emociones, percepciones y valores. Esto implica que el contexto, para las personas, es un rompecabezas incompleto (porque cambia permanentemente) que define una imagen inconclusa del contexto (que siempre tendrá espacios vacíos por resolver). Lo interesante es que solo las personas podemos reflexionar que estamos tomando decisiones cotidianas sobre un contexto que tiene el alcance de un rompecabezas incompleto de certezas inconclusas. Por lo tanto, dependiendo de lo que vemos, de lo que sentimos, de lo que imaginamos, de lo que proyectamos, nuestras decisiones tendrán una sintonía más o menos cercana a la situación, estarán subestimadas o sobreestimadas respecto de las necesidades de intervención. Las respuestas de los sistemas humanos frente a "lo nuevo" dependen del rompecabezas que define sus condiciones de vida. Cada contingencia o ruptura que aparece en el contexto, introduce un espacio vacío en las imágenes subjetivas que las personas tienen del contexto. El factor esencial de supervivencia, depende de cómo se completan esos espacios vacíos. Esto significa con qué ideas, emociones, conceptos, experiencias, recuerdos, etc., se completa la imagen interna para
Marcelo Manucci. La eficacia de la inficiencia.
va de este proceso. Esta apertura a "lo nuevo" aumenta las demandas y las exigencias para las organizaciones. La debacle económica de los sistemas actuales crece con la
(aun los más rigurosos y precisos) terminan colapsando por emociones. En realidad las organizaciones, acostumbradas a manejar los sistemas humanos como sistemas mecánicos, no saben muy bien qué hacer con las emociones. Este factor que ha sido subestimado o ignorado en diseño organizacional, enmarcado en la idea que las emociones afectan la precisión, hoy el es punto crítico que mantiene a las organizaciones encerradas en una carrera de autodestrucción. En muchos casos, las organizaciones centran sus esfuerzos en aumentar potencia, tamaño y poder invirtiendo recursos para fortalecer la estructura física del sistema, desconociendo que el punto de vulnerabilidad de su desempeño es la capacidad emocional para abordar el contexto. En el caso de las organizaciones, cuando quedan atrapadas en este círculo paranoide, sus esfuerzos se concentran en luchar para conquistar más territorio o mantenerse refugiado en escalas menores de producción. Así, gran parte de las inversiones (por no decir la totalidad) está destinada a mantener la "fuerza" productiva de manera mecánica y burocrática; con muy poca inversión en la calidad de vida de quienes sostienen los procesos productivos. Por ello, los costos emocionales se transforman
{Las organizaciones, acostumbradas a manejar los sistemas humanos como sistemas mecánicos, no saben muy bien qué hacer con las emociones. Este factor que ha sido subestimado o ignorado en diseño organizacional. }
darle sentido y significación a esos aspectos
externos. La sensibilidad frente a lo nuevo define la permanencia de un sistema en su contexto. La sensibilidad de los sistemas humanos se define en la capacidad para generar nuevas respuestas frente las nuevas exigencias de su entorno. De lo contrario, las personas seguirán respondiendo a lo nuevo desde los viejos parámetros de convivencia.
Enfrentar el presente desde el pasado El principio del deterioro para las organizaciones está sustentado en rigidez e imposibilidad para generar nuevas respuestas frente
.... ¡;:¡ nuevas situaciones de su entorno. Se enfren-~ tan al presente desde el pasado. El problema E (lJ
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se agrava porque estamos viviendo un contexto en transformación. El paisaje cotidiano de las últimas décadas se está redefiniendo, sin tener aún precisión de la imagen definiti-
dificultad para redefinir modelos de negocios y modelos productivos desde nuevas perspectivas y parámetros de diseño. Los diseños clásicos han quedado atrapados en un circuito de respuestas compulsivas que tiene como consecuencias la imposibilidad para llevar a los sistemas sociales a nuevos órdenes de crecimiento y desarrollo. En este marco, la cotidianeidad de las organizaciones está centrada en la administración de las restricciones, más que a la generación de alternativas y posibilidades de desarrollo. ¿Por qué hacemos todo lo posible por fracasar? Porque las decisiones frente a un nuevo contexto están basadas en parámetros que no cuadran con la dinámica de estas condiciones de interacción, por lo tanto no solo agrandan los problemas, sino que además fortalecen la vulnerabilidad estructural del sistema (organización, empresa, sociedad). En los sistemas humanos, todos los procesos
en una de las variables de mayor impacto laboral que 'aún siguen siendo subestimados o reducidos a problemas personales. El círculo de deterioro se instala cuando se dan tres condiciones estructurales en las organizaciones: a) cuando están ahogadas en su propia rutina reduciendo su vida cotidiana a una secuencia compulsiva de acciones estereotipadas; b) cuando su actividad se sustenta en síntomas estructurales que transforman sus posibildades de desarrollo en un conjunto de comportamientos hipocondríacos; e) cuando se tornan emocionalmente frágiles restringiendo sus movimientos a un
territorio hostil de limitaciones y amenazas. Solo los sistemas humanos pueden tener estas condiciones estructurales de deterioro. Inclusive las pueden sostener en el tiempo (y a veces, hasta alimentar), por eso pueden vivir paradojalmente. El resto de los sistemas vivos no pueden sostener sus contradiccio-
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nes por mucho tiempo. Estas condiciones establecen círculo de deterioro en los sistemas sociales, que podríamos expresar en una fórmula que involucra: la ineficiencia (la dificultad de respuesta frente a lo nuevo), la inercia (la imposibilidad de transformación) y la resistencia (el miedo a la desintegración). Las organizaciones se vuelven ineficientes por las falencias en su diseño estructural para responder a las exigencias de su entorno. La ineficiencia tiene relación con el colapso del diseño rígido que la deja sin repertorio de respuesta frente a las características del contexto actual. Por ello, los sistemas ineficientes (aquellos que se apartan de su diseño o no cumplen el conjunto de instrucciones establecidas) tienen más libertad para generar alternativas estructurales adaptativas que le permiten moverse y ensayar respuestas posibles. Ser eficiente implica cumplir con un proto
colo de referencia o procedimientos establecidos para lograr determinada respuesta. La paradoja que nos plantea la "eficacia de la ineficiencia" es que estos comportamientos ineficientes, aunque disfuncionales, suelen ser las mejores respuestas posibles de un sistema que no encuentra otros parámetros de referencia para actuar de manera eficaz. Es
contexto. Por ello, la ineficiencia es una respuesta estructural de supervivencia. Las organizaciones quedan inertes porque no saben cómo operar frente a nuevas condiciones de vida. La inercia se instala frente al temor que genera "lo nuevo". Así, los siste-
de las estructuras disfuncionales? ¿Cuál es la función de los síntomas? En los sistemas sociales, la función de las disfunciones es mantener la integridad del sistema. Las manifestaciones sintomáticas son manifestaciones que expresan las dificultades de transformación de un sistema. Los síntomas sociales surgen como respuesta cuando no hay otras respuestas. Frente a la imposibilidad de generar otras condiciones de vida, las estructuras sintomáticas son un factor de organización interna. Los síntomas "entretienen" al sistema que se focal iza en la disfunción ante la imposibilidad de abordar su propia transformación. Las organizaciones se resisten frente a lo nuevo porque no le encuentran sentido y perciben a estos factores desconocidos como una amenaza a su existencia. Este factor impacta en la motivación de las personas y su compromiso con un proceso de transformación. Las emociones dependen de una ecuación química que prepara al cuerpo para una respuesta definida. Las emociones se activan a partir del reconocimiento de determinada situación. Esa ecuación química cuando se mezcla con pensamientos genera experiencias personales que definen las respuestas y las conductas cotidianas.
{El principio del deterioro para las organizaciones está sustentado en rigidez e imposibilidad para generar nuevas respuestas frente nuevas situaciones de su entorno. Se enfrentan al presente desde el pasado. }
decir, apartarse de un protocolo de respuesta establecido es la mejor conducta para lograr mejores respuestas adaptativas. Los problemas se agudizan cuando las respuestas ineficientes transitorias se establecen como normativas de funcionamiento. Es decir cuando el adjetivo "ineficiente" se transforma en un sustantivo que define la dinámica de un sistema. En un mundo que se ha preocupado por la eficacia y la precisión, nuestra hipótesis sobre "la ineficiencia eficaz" del desempeño es que constituye una respuesta adaptativa de permanencia. Esto significa que los sistemas humanos se vuelven ineficientes, para man-
S tener la eficacia en la interacción con el con-"' 1i texto. En muchas situaciones sucede que, si E ·~ el sistema respeta su estructura burocrática ~ de referencia pierde la capacidad de diálogo ~ con el entorno, queda sin respuestas frente a .i d d "' etermina as exigencias e innovaciones del
mas humanos quedan inertes porque no saben cómo dar el siguiente paso frente a un contexto que desafía sus condiciones de vida. La inercia conlleva la contradicción interna que lleva a los sistemas a avanzar hacia nuevas condiciones de vida pero haciendo todo lo posible por retroceder a estructuras conocidas. Los sistemas humanos no enferman por ataques exteriores, sino por la dificultad o la imposibilidad para procesar las perturbaciones externas. En este marco, lo que comúnmente llamamos "síntomas" suelen responder "formas de vida" que tienen una función en el sistema. Cuando las condiciones sintomáticas perduran, se transforman en una alternativa para prevenir el colapso del sistema (su desintegración). Esto significa que el síntoma es necesario para mantener la estructura del sistema. Dicho de otro modo, "lo que hace mal, hace bien': Pero, ¿cuál es la función
La ciaridad y rigurosidad técnica de las instrucciones no garantiza la efectividad de la ejecución. Entre el diseño y la implementación existe un proceso emocional, cognitivo, subjetivo que define la brecha de desempeño. En este marco, podemos ver que muchos procesos modelos organizacionales, por su nivel de rigidez no están pensados para que sean ejecutados por personas. Estos modelos se manifiestan en procesos productivos que se reducen a un conjunto de instrucciones que termina colapsando por la disponibilidad emocional de las personas para ejecutar o desarrollar esas instrucciones. En los
sistemas humanos, los procesos técnicos, colapsan por las condiciones de este entramado químico-simbólico. Por ello, forzar la implementación de las instrucciones no garantiza una ecuación química adecuada que sustente la interpretación, la comprensión y la aceptación de determinadas tareas. M