la fenomenologia del lugar-zamora

Hernán Zamora, 05/07/2005

Caracas : FAU-UCV 1 : 18

U n i v e r s i d a d C e n t r a l d e V e n e z u e l a FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

Comisión de Postgrado Maestría en Diseño Arquitectónico

Curso: SEMINARIO DE INVEST IGACIÓN EN PR OYECTO

Profesor: Arqº Edgar Aponte

LA FENOMENOLOGÍA DEL LUGAR ARQUITECTÓNICO APOSTILLAS PARA COMPRENDER UN DISCURSO FUNDADO EN LA TOPOLOGÍA DEL HABITAR

Hernán Zamora diciembre, 2004



CONTENIDO

PREÁMBULO.........................................................................................................................................................3

HABITAR ..............................................................................................................................................................4

TOPOLOGÍA ..........................................................................................................................................................5

LUGAR ARQUITECTÓNICO: UNA DEFINICIÓN FENOMENOLÓGICA .................................................................................5

Descripción espacial del lugar arquitectónico: dimensión, medida, posición y escala. .......................7

Descripción topológica del lugar arquitectónico: estancia, edificio, ciudad y territorio .......................7

Descripción del lugar arquitectónico según los modos del habitar: la toponimia .................................8

Descripción del lugar arquitectónico según la escala del habitar: la vecindad .....................................8

Descripción del lugar arquitectónico según la imagen del habitar: la topofilia .....................................9

PROBLEMA ARQUITECTÓNICO: UNA DEFINICIÓN INSTRUMENTAL ................................................................................9

MIS ÚTILES ARQUITECTÓNICOS.............................................................................................................................10

Construir / articular ( i ) ........................................................................................................................11

Armonía / tensión ( ii )............................................................................................................................11

Horizontalidad / horizontes ( iii ) ............................................................................................................11

Evocación / presencias ( iv ) ..................................................................................................................12

Deslumbramiento / umbrales ( v )...........................................................................................................12

GLOSARIO ..........................................................................................................................................................13

ÍNDICE DE IMÁGENES. ..........................................................................................................................................16

BIBLIOGRAFÍA.....................................................................................................................................................16



LA FENOMENOLOGÍA DEL LUGAR ARQUITECTÓNICO APOSTILLAS PARA COMPRENDER UN DISCURSO FUNDADO EN LA TOPOLOGÍA DEL HABITAR

PREÁMBULO

La cultura es una conversación perenne iniciada desde muy remota edad, en ella estamos sumergidos y de ella nos hacemos. Esa conversación se hace y deshace gracias al lenguaje: «El hombre es hechura del

lenguaje», dice Cadenas, «éste le sirve no sólo como medio principal de comunicación, para pensar y expresar

sus ideas y sentimientos, sino que también lo forma. Está unido en lo más hondo a su ser; es parte suya

esencial, propia, constitutiva» (1994:24) Porque el lenguaje es impronta de lo vivido, lo humano por acción del pensamiento1.

Por tal razón el ser humano no puede renunciar a comunicar. Toda acción humana dice, esto es, expone lo pensado, explícita o implícitamente. Pensamiento y lenguaje están unidos por los poderes de la abstracción y la imaginación. Para que ocurra una imagen debe producirse una abstracción, es decir, un despojo. Lo abstracto es lo inteligible de la cosa, o sea, lo intangible que ha sido creado en la mente y está resguardado por la memoria para el pensamiento. Allí en la mente esa imagen resguardada sufre una alquimia que la torna en logos, o en el germen de un logos. Pensar es laborar con lógicas. Imaginar es romper esa cripta y fraguar la imagen que puede venir aspirando a ser espacio, cosas, cuerpo. Mundo o yo. El instante entre pensar e imaginar es el instante poético. Por la abstracción, el mundo se hace presente en el yo. Por la imaginación, el yo emerge al mundo. El vehículo por el cual ese fenómeno ocurre, se hace posible, se realiza, es el lenguaje.

Así el discurso, como manifestación de alguna forma de lenguaje es siempre fenómeno de comunicación actuante y activada entre personas, en un aquí, durante un ya. Toda obra de arquitectura, todo edificio es un discurso, una construcción acerca de y en el mundo. Transformadora de y recreada por dicho mundo. El arquitecto no edifica; en realidad, él (o ella) imagina lo edificable. El proyecto es un ensayo teórico, una tesis de una parte del mundo que será creada por vez primera o recreada como un inacabable palimpsesto.

Pero un edificio, siendo discurso, no puede ser estudiado como un texto. Arquitectura y literatura son lenguajes de naturaleza distinta, de fines distintos, aunque coincidentes en su potencia comunicativa. Lo arquitectónico no puede ser estudiado según las ciencias o teorías desarrolladas para conocer las lenguas y los



idiomas. Para conocer el discurso arquitectónico hay que colocar toda semiología al servicio y a posteriori de una topología de lo habitable.

Pero, advierto, no pretendo “develar verdad” alguna, trato de conocer constructivamente. El conocimiento que se concibe desde el construccionismo social es una producción discursiva de un grupo humano determinado que actúa en un contexto definido y en un tiempo histórico propio. No hay una realidad sino tantas como puedan ser pensadas o percibidas, por tanto, toda realidad es siempre relativa. Su origen es, en consecuencia, subjetivo e interactivo y sólo se puede alcanzarse a partir de actos de interpretación y conversación entre los actores que lo producen. El conocimiento así entendido es una construcción que transforma y se transforma, siempre, en el tiempo presente de quienes devienen como artífices de aquel. (Zamora, 2003: 38).

Digo proceder fenomenológicamente, es decir, intentado “poner entre paréntesis” los rasgos de mis pensamientos, mis prejuicios y horizontes, a la vez que observo, describo e interpreto la realidad de lo arquitectónico como un fenómeno que acontece por y para la vivencia del habitar humano.

Este texto presenta primero los dos conceptos esenciales en la construcción de todo mi discurso: habitar y topología. Procedo luego a explicar fenomenológicamente la noción de lugar arquitectónico y de seguido a conceptualizar lo que puedo identificar como un problema arquitectónico, dirigido a la formulación de futuras investigaciones. Finalmente, expongo lo que Horacio Torrent llama “útiles arquitectónicos”, refiriéndose a las preconcepciones que guían las lógicas de proyecto de un arquitecto. Esto es una declaración en contrapunto con las reflexiones teóricas expuestas preliminarmente. Complemento con un glosario mínimo, unas imágenes y la bibliografía referida en algún momento.

En resumen, he tratado de exponer que mi campo de interés en la arquitectura está centrado en la noción de lugar arquitectónico, concibiendo al proyecto arquitectónico como una producción discursiva del arquitecto. Mis temas son los relativos al habitar como origen de todo lugar arquitectónico y mi modo de aproximación es topológica y fenomenológica.

HABITAR

Somos en tanto estamos y ese nuestro estar es reconocernos entre: estar entre los bordes del cosmos; entre los otros que junto a cada uno de nosotros estamos, ante las cosas recibidas, producidas y cultivadas; cuidando la tierra que nos acoge, mientras escuchamos las voces de antiguos dioses que prometen retornar. Nuestro estar no es sosegado, ni inmóvil. Estar aquí es mirar hacia un allá al que nos proyectamos. Estar ahí es



disponernos ya a regresar luego de haber llegado. No hay inmovilidad sustancial, sólo movilidad que funda, crea y recrea nuestro estar. Puro cambio. Puro ya no ser y ser.

Habitar2 es saberse mortal en simultánea y absoluta dependencia y relación con tierra, cielo y dioses, esto es, reconociendo aquello a lo que estamos unidos, ante lo que estamos y junto a los horizontes que heredamos y ofrecemos. Ser es la unión de todo lo diferente. Lo uno es el ser y su otredad. Habitar es ser uno.

TOPOLOGÍA

El concepto de lugar es una interpretación empírica del fenómeno del espacio, y puede ser entendido como: “el primer límite inmóvil del cuerpo continente” (según Aristóteles). Supone el reconocimiento de realidades en situación de contigüidad: continente (un ‘algo’ que contiene), límite (hasta dónde llega ese continente y se transforma en contenido) y contenido (lo que está en). El lugar es un estado subsiguiente de la noción de vacío, al definir propiedades cualitativas de esa relación entre realidades (arriba, abajo, adentro, afuera, etc.) y previo a la abstracción que origina la noción de espacio, en tanto extensión y posición cuantificable. El lugar también puede ser definido como “relación entre fenómenos bien fundados” (según Leibniz) a partir de los cuales siempre es posible interpretar aquello que contiene, lo contenido y el límite entre ambos.

Del estudio de las relaciones de contigüidad y/o continuidad, y de las propiedades de posición, distancia y magnitud, referidas a los términos genéricos de la noción de lugar (continente, límite y contenido) surge una comprensión topológica de la realidad. Así, apoyándonos en el concepto de lugar, decimos que topología es el estudio de la razón (o razones) que espacialmente caracteriza, limita y permite un particular conocimiento de un

fenómeno (o más) en relación con otro (o varios).

LUGAR ARQUITECTÓNICO: UNA DEFINICIÓN FENOMENOLÓGICA

Por el estado de conciencia de un yo (individual o social) surgen las nociones: cielo, tierra, yo-nosotros,

horizontes; adelante-atrás, izquierda-derecha, arriba-abajo. Por aquellas cuatro realidades primigenias se fundan éstas, las tres dimensiones esenciales que espacializan la experiencia del habitar. Así surge como orden primordial el espacio habitable.3

Ese yo (individual o social) consciente de su estar entre cielo y tierra, contemplando y buscando entre horizontes, transforma el mundo con artefactos que acompañan su habitar, median su relación con el cosmos.



Usar es darle sentido a una cosa en el mundo para realizar en y por él cuidado o transformación. Es un acto inteligible, razonable, mejorable. Por una particular producción de sentido otorgado a ciertas cosas del mundo, a ciertos artefactos, comprendemos y creamos artefactos elementales; partes con las cuales creamos y comprendemos artefactos mayores y complejos. Cuando esa producción de sentido manifiesta un estado consciente de relación entre un yo y esos ciertos artefactos, a partir del habitar, concebimos lo arquitectónico. Dicho de otro modo, cuando concebimos una determinada realidad como continente del habitar humano, y este habitar humano como el contenido que origina todo sentido, entonces el límite entre ambos fenómenos es el artefacto arquitectónico interpretado como lugar.

Los artefactos elementales que en conjunto definen un lugar arquitectónico son: suelo, techo, pared.4 Suelo es el artefacto que media la relación de un yo con la tierra; techo, el que media dicha relación con el cielo y pared, el que hace lo propio con el horizonte. De todos ellos, la pared simboliza la imaginación plena: la tierra nos es absolutamente tangible, soporta nuestra existencia; contemplamos el cielo y percibimos el aire y la luz como sus manifestaciones, nuestro aliento depende de ellos; el horizonte es una construcción que hacemos desde la ilusión que se forma en nosotros, a través de nuestros sentidos, acerca de la relación entre cielo y tierra5. Así, el límite de un lugar arquitectónico no es necesariamente tangible, sino también percibido y, muy importante, construido, vale decir, pensado.6

La topología esencial de lo arquitectónico se funda en la noción de adentro. Adentro es estar entre7. La existencia humana no puede concebirse sino desde esa condición, como afirmamos al declarar el habitar. Así, toda mirada fenomenológica de lo arquitectónico reconoce primero un habitar (contenido) en relación con un mundo (continente) para comprender luego y cabalmente el artefacto que media dicha relación entre ambos (límite). Toda categoría posterior es un nombrar de variaciones derivadas de lo afirmado; así, afuera es otro

adentro en el que, circunstancialmente, no estamos y, por tanto, no estamos entre sus límites.

La relación de un yo consciente de su estar junto a otro yo, entre un nosotros o frente a un ellos, con los

otros, define la vida de un lugar arquitectónico. Esto importa porque, aunque contemplemos y laboremos con insistencia los límites de un continente para acoger el habitar como contenido, sólo la intensidad de este otorga sentido y realidad a aquellos.

La relación de un yo con un sitio define la forma primigenia de un lugar arquitectónico. Comprendiendo al sitio como aquella parte del mundo que no ha recibido ni ha sido transformada por el habitar y sólo desde éste recibe toda posible interpretación como lugar arquitectónico. Un sitio puede ser natural o artificial: el primero es todo el mundo natural, la Naturaleza aún no tocada por mano humana; el segundo, es el mundo construido por la naturaleza humana, como hecho o proyecto. Un baldío urbano o rural. Incluso una geografía, pues esta es la



representación de los límites de una porción de la biosfera desde los cuales se comprende originalmente un habitar.

Descripción espacial del lugar arquitectónico: dimensión, medida, posición y escala.

Al estar un yo entre las cosas del mundo y comprendiendo topológicamente su relación respecto a ellas se construye la dimensión, es decir, aquello respecto de lo cual se hace inteligible un aspecto de la realidad y se “toma la medida” de ese estar. Dimensión es toda dualidad construida con referencia a la cual medir.

La dimensión vertical declara que el ser aviene entre la tierra y el cielo; sobre la tierra y bajo el cielo. La dimensión horizontal se construye desde otras dos dimensiones: la longitud, referida a un ser posicionado entre horizontes que se imaginan delante y atrás de sí; y la latitud, cuando se refiere a horizontes reconocidos a ambos lados de ese yo que significa. La dimensión vertical relacionada con la longitud, produce lateralidad; y con la latitud produce frontalidad.

Medir es describir la relación de lo que se halla entre el par dialéctico de la dimensión. Alude a la cercanía y, en contrapartida, a la lejanía. Ambas categorías son valores subjetivos productos del acto de medir, esto es, lo que afirmamos primitivamente de la relación del yo con los elementos del cosmos y nombramos distancia. Medir también es comparar, decir cuán parecido o diferente es ese yo respecto de la parte del cosmos con la que se relaciona. De esa comparación surgen los valores extensos-subjetivos de altura y anchura, referidos siempre a una dimensión de la realidad considerada.

Por la posición se describe la topología del ser con el mundo, por la medida se precisa esa descripción en cuanto a cercanía (distancia) y comparación de tamaños8 (magnitud).

La “toma de medida” original es la escala; una intuición devenida teoría que pautará razón, medidas y proporciones de cada una de las partes de una realidad arquitectónica entre sí y de todas esas partes con respecto al todo. Refiere la pertenencia o sentidos que muestra el artefacto arquitectónico respecto a lo humano, social, rural, urbano, público, colectivo, privado o íntimo. La escala es la metáfora esencial del arquitecto.

Descripción topológica del lugar arquitectónico: estancia, edificio, ciudad y territorio

La relación un yo con artefactos arquitectónicos elementales o primarios construye un lugar arquitectónico. Así se crea la estancia y esta es la unidad de análisis de lo arquitectónico.9



Las variaciones de definición y realidad de ese habitar con los artefactos arquitectónicos primarios produce las distintas variaciones de definición y realidad de una estancia.

A todo lugar arquitectónico que es lugar de estancias, nombramos edificio.

Un lugar de edificios es un pueblo, una ciudad o una metrópolis. Su escala la determina la escala del “yo” social que la habita y construye.

Un territorio es el continente natural de alguna ciudad.

Descripción del lugar arquitectónico según los modos del habitar: la toponimia

La relación un yo con artefactos arquitectónicos elementales o primarios construye la estancia. Para pensar en esa realidad sin describirla le damos nombre, así la toponimia.

El habitar acontece de acuerdo a lo que hacemos. Dicho de otro modo, nuestro hacer define los modos de nuestro habitar. Nuestros modos de habitar básicos son tres: permanencia, tránsito o ausencia. Sobre estos tres modos, en razón de sus variaciones propias y relativas, se construyen todos los oficios humanos.

De acuerdo al modo de habitar nombramos la estancia: si sólo transitamos, pronunciamos pasillo, corredor o calle; si permanecemos en ella, dormitorio, patio o plaza. Si estamos ausentes: tumba, monumento o altar.

Descripción del lugar arquitectónico según la escala del habitar: la vecindad

La escala del habitar se produce de comprender un yo junto y entre otros yoes. Surge de quien o quienes habitan. Esto define la vecindad 10que acontece a partir de la estancia y/o el edificio como unidad de análisis. La vecindad puede ser humana o metahumana.

Las vecindades humanas son: pública, colectiva, social, familiar o íntima. La vecindad pública refiere a todas las personas de una sociedad. La colectiva, a una comunidad de personas en relación a una sociedad. La social, a una comunidad de familias. La familiar, a una comunidad de personas en razón de su parentesco. La íntima, a una persona o pareja. Entre cada una de estas categorías acontecen distintos grados de intensidad.

Las vecindades metahumanas refieren a las instituciones; estas son esencialmente tres: sagrada, política o cultural. Las vecindades sagradas son las que representan a las sociedades según la fe. Las vecindades políticas, representan a las sociedades como Estados. Las culturales representan las



manifestaciones holísticas de una sociedad en el mundo.11 Así, tres “fuerzas” originan el universo de instituciones humanas: fe, poder y/o logos.

Descripción del lugar arquitectónico según la imagen del habitar: la topofilia

Cuando decimos conocer, recordar y conversar lugares arquitectónicos manifestamos una topofilia.12 Ello se apoya en las nociones de patrimonio, tradición y progreso. Produce la declaración de modelos, bien sea comunes, convencionales o “propios”.

La topofilia se describe desde un bienestar asociado a una estancia y de ella se deducen rasgos topológicos y/o vecindarios que el arquitecto intenta recrear durante su acción de proyecto.

La topofilia es una construcción, íntima o social, que argumenta la biografía proyectual de un arquitecto.13

PROBLEMA ARQUITECTÓNICO: UNA DEFINICIÓN INSTRUMENTAL

Decimos que un problema es arquitectónico cuando está referido a la relaciones espaciales implicadas por las vecindades. Un problema de vecindad conlleva una determinada topología y una topología siempre implica unos determinados problemas vecindarios (en buena medida, imprevisibles). Los problemas arquitectónicos son, esencialmente, problemas de vecindad.

En todo caso, el arquitecto (o la arquitecta) sólo puede hablar de cómo la topología del habitar, de facto, participa o propicia un problema arquitectónico. Las lógicas social, psicológica, antropológica o etcétera, han de estar acotadas para el arquitecto según las lógicas espaciales de las mismas. Mas allá de esto, en términos profesionales, el arquitecto debe escuchar, observar y atender. Siempre, desde la conciencia de estar comprendiendo o interpretando las versiones extra-arquitectónicas de la realidad desde sus implicaciones topológico-habitacionales.

El arquitecto, sin alienarse del yo originario de lo arquitectónico, mira los artefactos que componen lo edificado. Es su deber profesional mirar esos artefactos desde los ojos del ser ahí. Cuando este ser ahí es observado con atención cognoscente, entonces otra profesión se acerca: psicología, política, antropología, sociología. En la misma medida en que esa otra profesión se acerca, el arquitecto desaparece.



MIS ÚTILES ARQUITECTÓNICOS

Como arquitecto recibí una formación que tenía por modelo un artefacto arquitectónico existente en la mente de nuestros profesores, resultante de proyectar en planta según Mies van der Rohe y en sección según Le Corbusier: la fusión de la planta del pabellón de Barcelona con la sección longitudinal de la casa para el doctor Curruchet. Ello acontecía en un momento en el cual un aliento mal entendido como postmoderno se alzaba –con Venturi, Rossi, Botta y Boffil como abanderados– y cuando, a decir de Zevi, el saqueo historicista y la caricaturización de los cánones ponía de manifiesto actitudes obnubiladas, desesperanzadas, cínicas y nihilistas.

MI tabla de flotación íntima fue la obra de Louis Kahn. Mientras todos mis compañeros más cercanos procuraban emular a Mies a Wright y a Corbu, cuando no a Aalto, yo miraba con insistencia leía y me esforzaba por calcar el museo Kimbell, el centro Salk de la Jolla, la biblioteca de Exeter y el museo de Arte Británico de Yale. Modelos venezolanos eran una ausencia notoria y casi absoluta.

Estas eran afirmaciones de Kahn que, parafraseadas, aún hoy siguen siendo parte de mi teoría íntima:

De la unión de los contrarios resulta la armonía.

Todo edificio debe estar rodeado de ruinas; mostrarse atemporal como una ruina.

Los espacios son o servidores o servidos.

Si todo no cuadra, nada cuadra.

La arquitectura crea un mundo dentro del mundo. Todo edificio es una sociedad de estancias.

El deseo de ver del hombre perforó la pared y creó la ventana. Recuérdese el momento en que la

pared se fracturó y apareció la columna.

Lo que el hombre hace no puede hacerlo la naturaleza, si bien el hombre para hacerlo se vale de

todas la leyes de la naturaleza. Lo que preside la creación, el deseo de hacer, no existe en toda la

naturaleza.

Afuera es posible ver todas las cosas que ha creado Dios; pero al mirar adentro, se encuentra a

Dios.

La Arquitectura tiene presencia pero no tiene existencia. Sólo un obra de arquitectura tiene

presencia y es entregada como una ofrenda a la Arquitectura.



Por otra parte, mi historia personal me llevó a vivir y trabajar durante cinco años en Ciudad Bolívar. El arquitecto confundido que era sentía que la mano no podía dejar de repetir las formas de lo que veía: frontones, parapetas, capiteles, arcos y molduras abarrotaban mis dibujos de proyecto. El espíritu de antigüedad perenne que sentía compartir con Kahn hallaba en Angostura lugar y pertinencia. Sin embargo la producción era muy dudosa. Ello encontró ayuda para superarse de la relación con Farruco Sesto y Oscar Tenreiro. Del primero, comprendí una valoración de lo sencillo y franco en lo arquitectónico, la obra de César Portela se tornó en emblemática. Del segundo, ecos del último Le Corbusier reaparecían y William Curtis una voz a escuchar. En este momento el Mensaje a los estudiantes de Arquitectura, de Le Corbusier, se me convirtió en una lectura permanente.

Luego de esas experiencias y haciendo vida académica en la Facultad de Arquitectura de la Ciudad Universitaria de Caracas, pienso que estas cinco imágenes apoyan mi descripción acerca de los valores y criterios que me soportan durante el acto de proyectar lugares arquitectónicos en la actualidad:

Construir / articular ( i )

La totalidad es una resultante de la articulación ordenada de partes identificables, comprensibles y dependientes unas de otras. Las partes preceden a cualquier idea de totalidad y el arquitecto genera un orden que adecua, proporciona y compone aquellas respecto al modelo que significa esta. Más que totalidad, importa la idea de unidad, fruto de una unión o reunión de partes contrarias y disímiles.

Armonía / tensión ( ii )

La obra ha de ser aceptada. Hay que laborar para lograr esto. En ello radica la posibilidad de la Arquitectura como Arte. La aceptación se produce según los términos vitruvianos de utilidad, firmeza y belleza; a los que se agrega la noción de lugar. Pero de todos, el más difícil de racionalizar en la actualidad es el de belleza, toda vez que no hay un cánon estético predominante y, al contrario, muy diversos patrones actuantes. La tensión entre contrarios me auxilia en el proceso; a partir de definir siempre un patrón base respecto del cual adquiere valor y sentido un determinado evento.

Horizontalidad / horizontes ( iii )

El ser humano se mueve erguido sobre la tierra, está unido a ella aunque eleva su mirada al cielo y se esfuerza por alcanzarlo en el horizonte. Todo horizonte es proyecto y manifiesta terredad. Lo humano se extiende horizontalmente, en una red de miradas mutuas que se origina por el habitar. Habitar es, también



comprender horizontes. Así, el suelo es primordial en la definición de todo lugar arquitectónico y las paredes tienden a ser transparentes, cuando no, abstractas. El suelo extiende, comunica; la pared separa, soporta y contiene; el techo protege, ilumina y también contiene.

Evocación / presencias ( iv )

La vida es transcurso permanente, cambio, olvido y memoria. Quienes ya no están produjeron lugares en los que estamos quienes no estaremos, y donde estarán quienes hoy comienzan a estar o aún no están. Evocar es construir temporalidad, continuidad vital. Cada estancia es el discurso de una presencia en su temporalidad. Así, un corredor fue calle frente a la orilla indomable de un río; una galería, es balcón y refugio frente a un solazo abrumador y, tras los muros, patios mostrarán una domesticada naturaleza. Recrear estancias es evocar a quienes nos fundaron y proyectarlas a quienes muy probablemente habrán de olvidarnos, pero sentirán la intuición de esas ecos arquetipales.

Balcón, patio y corredor son las estancias que siempre procuro recrear.

Deslumbramiento / umbrales ( v )

Entrar, en el trópico, es entrar a la sombra.14 Es tan fuerte la luz del sol que nuestra creación de estancias es, ante todo, construcción de amables deslumbramientos. Esto significa que, aún cuando se está a la sombra, se siente el fulgor del sol ante nosotros y su resplandor por reflejos ilumina nuestras estancias asombradas. Nosotros “tallamos” las sombras con luz, porque nuestra luz es tan intensa que sólo en muy pocos momentos del día se deja tocar por las sombras. Así, crear una estancia es, ante todo, crear una sombra tocada de luz, esto es, umbrales. Todas nuestras estancias son umbrales.



GLOSARIO

Vacío: concepto relacional referido a la ausencia de algo. Contrario a materia. Estado en el que todas las magnitudes observables tienden a anularse. (Del latín vacivus, desprovisto de materia). Sistema dinámico complejo constituido por pares de partícula-antipartícula.15 Estadio muy primitivo, básico o preliminar de la noción de espacio.

Materia: concentración intensa de mucha energía (según la física contemporánea). Uno de los componentes, junto a la forma, de algo (según Aristóteles).

Forma: El límite de una cosa, qué y por qué de alguna realidad, junto a la noción de materia (según Aristóteles). Figura latente e invisible de algo (concepción clásica, según Ferrater Mora).

Lugar: interpretación empírica de espacio, entendido como: “el primer límite inmóvil del cuerpo continente” (según Aristóteles). Supone el reconocimiento de realidades en situación de contigüidad: continente, límite y contenido. Sería un estado subsiguiente de la noción de vacío al definir propiedades cualitativas de esa relación entre realidades (arriba, abajo, adentro, afuera, etc.) y previo a la abstracción que origina la noción de espacio. También puede ser definido como “relación entre fenómenos bien fundados” (según Leibniz).

Espacio: concepto relacional de posición y extensión entre realidades. Deriva en orden geométrico. No es entidad. Estadio superior o elaborado a partir de las nociones de vacío y lugar, según la identificación de propiedades cualitativas asignables a dicha condición primitiva de vacío (lo que determina posición y convierte al vacío en lugar) y a la definición de propiedades cuantitativas (lo que determina la extensión).

Campo: universo de aspectos en función de los cuales consideramos el acontecimiento de una realidad. Supone la integración de los conceptos espacio-tiempo.

Tiempo: concepto relacional de sucesión y duración entre realidades. Deriva en orden numérico. No es entidad.

Lugar arquitectónico: asunto esencial que compete al arquitecto. Arquitecto (o arquitecta) es quien cultiva el arte de edificar. Lo edificado es aquello que ha sido pensado y fabricado para acoger, sustentar y/o acompañar la existencia humana. Un lugar arquitectónico es toda fábrica puesta en razón y en relación con el acontecer de la realidad humana. El lugar arquitectónico es un artefacto hecho de suelos, paredes y techos, en concordancia al orden espacial que los genera,



reconociendo esencialmente el habitar del ser humano. Adquiere connotación de campo, cuando se reconocen o conciben, fenomenológicamente, dimensiones que se yuxtaponen a las 3 dimensiones iniciales de la existencia y realidades que califican, caracterizan o modifican la percepción de los tres elementos generadores de lo arquitectónico. Para que un lugar arquitectónico acontezca, alguien (individual o social) ha de estar entre alguna expresión de suelos, paredes y techos. Así siempre se está adentro. Afuera es otro adentro en el que circunstancialmente no se está.

Lugar urbano: la noción de lugar arquitectónico comprendida desde la escala de la ciudad o de la metrópolis. Un determinado conjunto de lugares arquitectónicos en la ciudad o en la metrópolis.

Territorio: el continente que acoge al lugar arquitectónico, o al lugar urbano, comprendido desde toda su extensión geográfica. El mayor continente habitado, pensado e imaginado.

Sitio: espacio donde se ignoran las relaciones de un posible habitar. Lugar no arquitecturizado o urbanizado. Estadio primitivo del lugar arquitectónico y/o del lugar urbano en el territorio.

Parcela: sitio urbanizado, mas no arquitecturizado. Estadio primitivo del lugar arquitectónico en la ciudad.

Dimensión: concepto referido a aquellas cosas del mundo entre las que se está y en relación a las cuales se toma la medida de ese nuestro estar.

Escala: es la toma de medida original, que pautará la razón, medidas y proporciones de cada una de las partes entre sí, y de todas las partes con respecto al todo. Se refiere a la pertenencia o sentidos del artefacto arquitectónico respecto a lo humano, lo social, lo rural, urbano, público, colectivo, privado o íntimo. Es la metáfora esencial del arquitecto.

Medida: una posición determinada respecto de una dimensión.

En un sentido subjetivo (según cada dimensión): - lejos-cerca (adelante-atrás) - ancho-estrecho (izquierda-derecha) - alto-bajo (arriba-abajo)

En un sentido objetivo-antropométrico (aplicado indistintamente a cada dimensión): - brazos - pies - pulgadas

En un sentido objetivo-científico (aplicado indistintamente a cada dimensión): - cordel



- varas - metro

Acontecimiento: «Hecho o suceso, especialmente si son importantes» Acontecer: «v. Referido a un hecho, producirse, realizarse u ocurrir; acaecer, suceder. Del latín contingere (y este de con por cun y tango, tocar). Tocar, alcanzar, estar próximo, tener relación, provenir»16. Sugiere la vivencia directa o intensa, por experiencia o conciencia, de un hecho. Un hecho vivido o en vivencia.

Evento: «Suceso, especialmente el imprevisto o el que no es seguro que ocurra. Del latín eventus (de evenio, suceso, acontecimiento, accidente, caso. Evenio, de e y venio: Venir, llegar, salir; resultar, ocurrir, acaecer. Venio: venir, llegar, arribar.)».17 Sugiere la experiencia o conciencia de un hecho que se aviene, imprevisible e incierto. Un hecho vivenciable, no necesariamente vivido.

HZ : 07/12/04 l..........................................................................................................................................................................



ÍNDICE DE IMÁGENES.

i Zamora, Hernán. 1993. Muro de mampostería, Casa “La Etcétera”, Ciudad Bolívar. Archivo del autor.

ii Grosso, María M. 1993. “Silueta”. Centro de las Artes. Ciudad Bolívar. Archivo del autor.

iii Grosso, María M. 1993. “Horizontes”. Cubierta del Centro de las Artes, Ciudad Bolívar. Archivo del autor.

iv Puerto de los cocos, galería Blohm; cerca de 1910; s/a. Colección C. R. Archivo fotográfico de la nación.

v Zamora, Hernán. 2004. “Corredor del Paseo Orinoco”. Dibujo a tinta sobre papel. Archivo del autor.

BIBLIOGRAFÍA.

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CADENAS, Rafael. (1994) En torno al lenguaje. Caracas: UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA, 5ª

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GUITIÁN, Carmen Dyna (1998a) “La Biografía Proyectual: ¿Una posibilidad de encuentro entre investigación y diseño arquitectónico?” en Tecnología y Construcción, Caracas: UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA, vol. 14-2, pp. 9-13

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PÉREZ OYARZÚN, Fernando; ARAVENA, Alejandro y QUINTANILLA CHALA, José (2002). Los hechos de la arquitectura. Santiago de Chile: ARQ Y FAU-UCV, 2ª.

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1 Lenguaje y lengua son fenómenos humanos distintos. Lenguaje es la facultad humana para comunicarse y está intrínsecamente

relacionada con el pensamiento y las emociones. Lengua es uno de los sistemas (por tanto, una realidad estructurada por lo humano) que es producto e instrumento de un lenguaje específico, el del habla. Mantienen una relación dialéctica, esto es, por el lenguaje se crea la lengua, y por la lengua se recrea el lenguaje. Lengua y habla constituyen un idioma, en tanto contextualización de una de las realizaciones específicas de las posibilidades del lenguaje. El castellano, el alemán y el francés son idiomas, lenguas-hablas unidas a una historicidad, a una geografía y a una cultura determinada. Porque el lenguaje no se realiza únicamente a través de la lengua-habla, la música, la matemática, el teatro y la arquitectura son otros sistemas-comunicativos gracias a los cuales también se realiza la facultad humana del lenguaje. (Rodríguez, 1968: 7-11 y 13-19).

2 El vocablo habitar deriva del latín habitare y este de la raíz latina habere, habeo, que significa “tener, ocupar, poseer; contener, encerrar, guardar, mantener; tener en sí, consigo”. Habitar no deriva de hábito; éste último viene de habitus (que proviene también de habeo) y está referido a la imagen o “manera de ser, apariencia externa, vestido”. Tener, como acto físico de aprehender algo y poseer, como el acto consciente y psicológico de apropiarse, hacer propio, incorporar; dan paso a la noción de lo que hay, eso que está en un ahí y ahora, ante la vista. Deviene patrimonio y/o tradición. Cuando tener y poseer involucran las nociones de espacio y tiempo, en los conceptos de residir (asentado en) y morar (detenido en), referidos a un ser y un lugar, entonces hablamos de habitar.

3 «En la relación entre la sociedad y la naturaleza están involucradas las relaciones y las fuerzas sociales, también está involucrada la naturaleza con su estructura física ecosistémica. De esta relación se derivan múltiples consecuencias, en representaciones, prácticas, obras y en dinámica ecológica; el conjunto de dichas consecuencias es el ambiente (...) El ambiente [es] una condición de naturaleza socialmente mediada y de sociedad posibilitada por la naturaleza. (...) No existe ambiente fuera de la relación sociedad-naturaleza como tampoco existe determinación de parte alguna de esta relación. Desde el mismo momento en que imaginamos o pensamos ambiente, lo estamos socializando; desde el instante en que se verifica el hecho en las tres dimensiones del espacio, le otorgamos lugar. / Cuando ese lugar se convierte en lugar para la existencia social, se trata del espacio habitable. Concurrencia de condiciones físico-naturales y de realización social de las relaciones y fuerza constitutivas de la sociedad». (Guitián, 1998b: 170-171).

4 En Arquitectura: forma, espacio y orden, de Francis Ching, libro de texto primordial para la formación inicial de todo arquitecto contemporáneo, se definen como elementos primarios de la forma arquitectónica el punto, la línea, el plano y el volumen. Si bien estos conceptos son necesarios para conocer aspectos formales de cualquier artefacto arquitectónico, pienso que están al servicio de los conceptos primordiales de suelo, techo y pared, en tanto estos son conceptos que implican siempre un habitante, esencia insoslayable de toda realidad arquitectónica. Estos, junto al habitante, son “sustancia primera” de un lugar arquitectónico; por lo tanto, toda concepción formal o geométrica es instrumento para el conocimiento de esas superficies experienciables.

5 Hoy decimos saber que el espacio extraterrestre no tiene límites (o que no lo conocemos o podemos conocer), que no es un cuerpo y por tanto, nuestro planeta no tendría exactamente un lugar sino forma. Esta interpretación sería básicamente un error, puesto que los campos gravitacionales de los cuerpos celestes definen relaciones entre ellos y por tanto, posición, extensión y límites.

6 Uso el verbo construir en lugar de concebir, para implicar una socialización implícita en tal acto, trascendente a una individualidad que hallo sugerida en la idea de concepción.

7 Adentro deriva de ad intro, el prefijo ad, de muy variadas significaciones, alude a relaciones de dirección, tendencia, proximidad, contacto. La raíz intro proviene de inter, preposición acusativa de lugar que significa entre, en, en medio de. Estar adentro es haber entrado y entrar es dirigirse a estar entre. Lo que ha entrado se ha relacionado con otras cosas de modo que se sitúa en medio de ellas.

8 Tamaño: del latín tam magnus, tan grande. 9 El interiorismo arquitectónico es la profesión de la arquitectura orientada a laborar con énfasis en la estancia, casi exclusivamente,

aunque en relación con las estancias contiguas; en consecuencia, su unidad de análisis es el mobiliario. La arquitectura, en tanto profesión originaria, tiene su énfasis en el edificio en sí, como conjunto de estancias relacionadas y emplazadas en la ciudad. El urbanismo es la profesión de la arquitectura que estudia la ciudad como conjunto de edificios relacionados y emplazados en un territorio; su unidad de análisis es entonces el edificio. Cabe la advertencia de que no uso el vocablo edificio como coloquialmente lo usamos en Venezuela; no aludo sólo a la torre (bien sea de apartamentos u oficinas) sino a todo lugar arquitectónico, con lo cual incluyo en ese concepto a los lugares públicos: plazas, aceras, calles, parques, etc; por cuanto todo sitio arquitectónicamente transformado ha sido edificado para darle realidad.

10 Vecino quiere decir cercano, próximo o inmediato. Referido a las personas, alude a la condición de vivir juntos en un lugar (barrio, pueblo o edificio) teniendo viviendas independientes. La voz latina de la que deriva es vicinus y esta de vicus (del gr. oikos), que es barrio, aldea, caserío, lugarejo, comarca o pueblo. Vecino es un concepto que describe una relación por, entre y desde las personas; por extensión se aplica a otras realidades del mundo, pero su origen proviene de y describe dicha



relación entre personas e implica cotidianidad y semejanza. Vecindad, en consecuencia, es la condición de estar próximos, cercanos o contiguos.

11 Los deportes, las artes plásticas y las ciencias son sólo algunas de estas manifestaciones entre las cuales, incluso, hay que considerar a lo sagrado y lo político.

12 «Nos confiaremos, pues, al poder de abstracción de todas las regiones de intimidad. Ninguna intimidad auténtica rechaza. Todos los espacios de intimidad se designan por una atracción. Repitamos una vez más que su estar es bienestar. En dichas condiciones, el topoanálisis tiene la marca de una topofilia. Y debemos estudiar los albergues y las habitaciones en el sentido de esta evaluación». BACHELARD, Gastón. (1957). La poética del espacio. D.F. México: FONDO DE CULTURA ECONÓMICA. 1986 (2ª reimpresión de la 2ª edición en español, 1975), pp. 42-43. [subrayados míos].

13 La profesora Dyna Guitián nombró como biografía proyectual: «Método para reconocer e interpretar el recorrido proposicional y cognoscitivo del [arquitecto] para elucidar sus condiciones para la construcción de un modelo propio. Este método requiere una introspección en todo el proceso formativo [y durante el desempeño de su] oficio, reconocer los modelos transitados y, sobre todo, ser capaz de reconstruir los constructos básicos que subyacen en la actividad propositiva del [arquitecto]» (1998a:12). La “actividad propositiva del arquitecto” es proyectar-diseñar lugares arquitectónicos.

14 Esa expresión creo que es atribuida a Villanueva. No estoy seguro. 15 Anotación hecha a partir de la lectura correspondiente al concepto en: CORTÉS M., Jordi y MARTÍNEZ R., Antoni (1996) Diccionario

de filosofía en CD-ROM. Barcelona: Editorial HERDER. 16 Tomado de: MALDONADO G., Concepción (ed.) Clave. Diccionario de uso del español actual. Madrid: SM, 3ª, 1999 y también de:

BLANQUEZ FRAILE, Agustín (1984) Diccionario manual Latino-español y español-latino. Barcelona: SOPENA 17 Ibíd.

la fenomenologia del lugar-zamora

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