la estructura del pensamiento levistraussiano

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Revisla A.E.N. Vol. VII. N. n 23. 1987 La estructura del pensamiento lévistraussiano «Víctima de una doble invalidez, todo lo que percibió me hiere, y me repro- cho sin cesar por no haber sabido mirar lo suficiente.» «En búsqueda del poder» «El conocimiento no se apoya sobre una renuncia o sobre un truéque, sino que consiste en una selección de los aspectos -verdaderos-, es decir, los que coinciden con las propiedades de mi pensamiento. No porque, como lo querían los neokantianos, éste ejerza una verdadera compulsión sobre las co- sas, sino más bien porque él mismo es un objeto. Siendo de-este mundo, participa de su misma naturaleza.» «Cómo se llega a ser etnógrafo» Isabel CERDEIRA INTRODUCCION RESUMEN Avancemos ahora, Este trabajo es un intento de penetrar la propia estructura del tratando de introducir- pensamiento lévistraussiano, en su intento de reconstruir los ar- nos en la propia estruc- duos caminos del espfritu, que se nos manifiesta a través de su tura del pensamiento lé- obra ((E! pensamiento salvaje», continuación del ((Totemismo en la vistraussiano, sirvién- actualidad», y a mitad de camino entre ((Las estructuras elementa- donos también del aná- les del parentesco» y (das mitológicas». La hipótesis central que se perfila es la identidad estructural entre pensamiento salvaje y pen- lisis de otros textos so- samiento histórico. Para Lévi-Strauss el pensamiento-espfritu es bre sus construcciones algo dado y constituido desde el principio, su universalidad le sitúa mitológicas, sin olvidar fuera de la historia para hallar su lugar en la naturaleza, es un ope- nuestra estrecha rela- rador natural. Espíritu-movimiento-operación de la materia que ción con «las estructu- actúa-piensa sin necesidad de ser pensado, produciendo formas ras elementales del pa- de vida humana antes de saberse y posibles de ser inteligibles me- rentesco», que perma- diante la lectura del sistema relacional que las determina, cuyo pa- necen presentes a nues- radigma es la metáfora del intercambio de mujeres mediante ese tras espaldas. diálogo ininterrumpido que es la alianza de los hombres hablándo- se (sí mismo) entre (de mujer) desde el principio y para siempre. El modelo lógico-teó- rico que subyace y constituye toda la pro- ABSTRACT ducción lévistraussiana The purpose of this work is to try to discover the characteristic en su intento de definir/ structure of the lévistraussian thought in its intention of recons- ordenar el fenómeno/ tructing the hard ways of the spirit, which are shown through his mundo humano es el book ((La pensée sauvage», that follows ((Le totémisme aujourd'huÍ» modelo de la «mercan- and is halfway between ((Les structures élémentaires de la paren- cía» ya analizado por té» and ((Mythologiques». The central hypothesis that takes shape MARX en su concepción is the structural identity between wild thought-spirit is something epistemológica del given and established from the beginning. Its universality places it «mercado racional» co- beyond the history to find its place within the nature. It is a natural agent. It is a spirit-movement-performance of the material and it mo sistema de inter- acts-thinks without needing to be thought, bringing about of hu- cambio de mercancías/ valores y mercancías/ 607

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Ensayo sobre el estructuralismo

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  • Revisla A.E.N. Vol. VII. N. n 23. 1987

    La estructura del pensamiento lvistraussiano

    Vctima de una doble invalidez, todo lo que percibi me hiere, y me reprocho sin cesar por no haber sabido mirar lo suficiente.

    En bsqueda del poder

    El conocimiento no se apoya sobre una renuncia o sobre un truque, sino que consiste en una seleccin de los aspectos -verdaderos-, es decir, los que coinciden con las propiedades de mi pensamiento. No porque, como lo queran los neokantianos, ste ejerza una verdadera compulsin sobre las cosas, sino ms bien porque l mismo es un objeto. Siendo de-este mundo, participa de su misma naturaleza.

    Cmo se llega a ser etngrafo

    Isabel CERDEIRA

    INTRODUCCION RESUMEN

    Avancemos ahora, Este trabajo es un intento de penetrar la propia estructura del tratando de introducir

    pensamiento lvistraussiano, en su intento de reconstruir los ar nos en la propia estrucduos caminos del espfritu, que se nos manifiesta a travs de su tura del pensamiento lobra ((E! pensamiento salvaje, continuacin del ((Totemismo en la

    vistraussiano, sirvinactualidad, y a mitad de camino entre ((Las estructuras elementa donos tambin del anles del parentesco y (das mitolgicas. La hiptesis central que se perfila es la identidad estructural entre pensamiento salvaje y pen lisis de otros textos sosamiento histrico. Para Lvi-Strauss el pensamiento-espfritu es bre sus construcciones algo dado y constituido desde el principio, su universalidad le sita mitolgicas, sin olvidar fuera de la historia para hallar su lugar en la naturaleza, es un ope nuestra estrecha relarador natural. Espritu-movimiento-operacin de la materia que cin con las estructuacta-piensa sin necesidad de ser pensado, produciendo formas ras elementales del pade vida humana antes de saberse y posibles de ser inteligibles me rentesco, que permadiante la lectura del sistema relacional que las determina, cuyo pa

    necen presentes a nuesradigma es la metfora del intercambio de mujeres mediante ese tras espaldas. dilogo ininterrumpido que es la alianza de los hombres hablndose (s mismo) entre s (de mujer) desde el principio y para siempre. El modelo lgico-te

    rico que subyace y constituye toda la proABSTRACT duccin lvistraussiana

    The purpose of this work is to try to discover the characteristic en su intento de definir/ structure of the lvistraussian thought in its intention of recons ordenar el fenmeno/ tructing the hard ways of the spirit, which are shown through his mundo humano es el book ((La pense sauvage, that follows ((Le totmisme aujourd'hu modelo de la mercanand is halfway between ((Les structures lmentaires de la paren ca ya analizado port and ((Mythologiques. The central hypothesis that takes shape MARX en su concepcinis the structural identity between wild thought-spirit is something

    epistemolgica delgiven and established from the beginning. Its universality places it mercado racional cobeyond the history to find its place within the nature. It is a natural

    agent. It is a spirit-movement-performance of the material and it mo sistema de inter

    acts-thinks without needing to be thought, bringing about of hu- cambio de mercancas/

    valores y mercancas/

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  • La estructura del pensamiento lvistraussiano Revista A.E.N. Vol. VII. N. n 23. 1987

    signos. Toda la lgica rnan lite before these become aware of themselves. The these froms of

    estructuralista al conce human life may be intelligible throught the lecture of the relational bir el orden social como system that determines them, whose paradigm is the metaphor of un sistema de intercam women's interchange through that uninterrupted dialogue which bios recprocos repite el is the emergent alliance between men talking one another about mismo modelo terico, women from the beginning and for ever. que con LVIS-STRAUSS alcanza la escenificacin ms completa de PALABRAS CLAVE ese orden social total, Ley. Naturaleza. Cultura. Pensamiento mtico. Pensamiento al hacer posible el esta analgico. Pensamiento histrico. Pensamiento cientfico. identiblecimiento de la identi dad estructural. Sistema de intercambio. Prohibicin del incesto. dad formal entre los Alianza entre los hombres. Intercambio de mujeres. Reglas de protres niveles de inter piedad. Intercambios mercantiles. Sistema de signos. Intercamcambio simblico en bios de palabras. Sistema totmico. Lgica de lo concreto. Lgica

    simblica. Etica. Conciencia. Inconsciente. que el comportamiento social como significan-te semiolgico adviene: KEY WORDSla prohibicin del incesto para los intercambios Law. Nature. Culture. Mythical thought. Analogical thought. matrimoniales, las re Historical thought. Scientific thought. Structural identity. Inter

    change system. Incest prohibition. Alliance between meno Intergias de propiedad para change of women. Rules of ownership. Commercial interchanges. los intercambios mer System of symbols. Interchange of words. Totemic system. Logic

    cantiles, el sistema de of the concrete. Symbolical logic. Ethic. Conscience. The unsignos para los inter conscious. cambios de palabras. Este implcito modelo viene retroactiva no, la mujer permaneci, al mismo tiemmente proyectado sobre las distintas so po, como signo y como valor 1. ciedades y, de este modo, se concibe la Tal precariedad -as concebida desde historia universal como actuacin diferen el orden de la significacin - al remitir al cial del mismo proceso de racionalizacin plano de lo real y prolongarse fantasminstrumental de toda relacin social, don ticamente, de manera inevitable, en el de tanto las palabras como las muje imaginario, no supone algn obstculo a res imaginariamente devienen mercan la instauracin privilegiada de la ley del incas. Mucho antes que el modo de pro cesto, ya que es precisamente en el plano duccin capitalista de las sociedades oc de lo simblico donde mantiene su plenicidentales diera vigencia histrica a las tud como fundamento que hace posible categoras poltico-econmicas del mer toda significacin, fuera de cualesquiera cado, la mercanca y el valor de cam determinaciones histricas. Ley por antobio, al nivel de esas relaciones sociales nomasia, que, al configurarse a modo de de carcter elemental que son el inter fenmeno natural, origina la razn -es la cambio de palabras y el intercambio de razn misma -, como relacin intercomujeres, se ha producido ya la escisin municndose bajo la figura de una esracional de su valor significante como tructura anatmica general. valor en s y puro signo de valor. En Para LVIS-STRAUSS el espritu es algo uno y otro caso el carcter de signo su dado y constituido desde el principio, su planta al de valor, si bien en el mercado universalidad le sita fuera de la historia de mujeres la reduccin mantiene siempre

    1 LVI-STRAUSS, c.: Las estructuras elementales un nivel precario: Al revs de la palabra, del parentesco. Paidos, 1969. Buenos Aires, pgique se transform integralmente en sig- na 575.

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  • Lo estructuro del pensamiento lvistraussiano

    para hallar su lugar en la naturaleza, es un operador natural. Espritu/movimiento/ operacin de la materia que acta/piensa, sin necesidad de ser pensado, produciendo formas de vida humana antes de saberse y posibles de ser inteligibles mediante la lectura del sistema relacional que las determina, cuyo paradigma es la metfora del intercambio de mujeres mediante ese "dilogo ininterrumpido que es la alianza de los hombres hablndose (s mismo) entre s (de mujer) desde el principio y para siempre. Si en el nivel de lo simblico la naturaleza/materia produce la ley/razn/espritu, en el nivel de lo real y de lo imaginario lo producido es lo social -como comunicacin -, siendo la alianza entre los hombres por el intercambio de mujeres el modelo de toda otra posible comunicacin humana.

    IDENTIDAD ESTRUCTURAL EN1"RE PENSAMIENTO SALVAJE Y PENSAMIENTO HISTORICO

    El anlisis de. LVI-STRAUSS lleva a cabo en su obra El pensamiento salvaje, continuacin de El totemismo en la actualidad, nos adentra en el pensamiento del autor reconstruyendo los arduos caminos del espritu.

    La estructura que rige todo acontecimiento corno razn universal inconsciente al no ser histrica sino natural mantiene su identidad en las dos radicales formas de su aparicin fenomnica: pensamiento salvaje y pensamiento histrico. La ley del incesto,

  • La estructura del pensamiento lvistraussiano

    se encuentra en la base de todo pensamiento 4. Por otra parte, no parece muy exacto se

    alar la inferioridad de aqul por la ausencia del principio de determinacin, ms bien, la consideracin del rigor de que dan testimonio el pensamiento mgico y las prcticas rituales traduciran una aprehensin inconsciente de la verdad del determinismo, en este sentido existira una anticipacin a la ciencia en cuanto tal y ms an a mtodos y resultados obviados hasta el momento por ella misma, como es la perspectiva de la sistematizacin de los datos sensibles. No sera que el pensamiento mgico, esa gigantesca variacin sobre el tema del principio de causalidad -decan HUBERT y MAUSS... , se distingue menos de la ciencia por la ignorancia o el desdn del determinismo, que por una exigencia de determinismo ms imperiosa y ms intransigente, y que la ciencia puede, a todo lo ms, considerar irrazonable y precipitada? 5. Si el pensamiento mgico entabla un

    juego de relaciones homolgicas, previo proceso de rompimiento, entre las condiciones naturales y las condiciones sociales, utilizando la observacin y el inventario sistemtico de las relaciones, para construir sistemas totales (orden de la metfora), el hombre de ciencia actual produce sistemas especializados por medio de la bsqueda de relaciones cualitativas y cuantitativas entre los distintos ejemplares, familias, gneros y especies (orden de la metonimia). Existen, por tanto, dos modos distintos de pensamiento cientfico, que tanto el uno. como el otro son funcin, no de etapas desiguales de desarrollo del espritu humano, sino de los dos niveles estratgicos en que la naturaleza se deja atacar por el conocimiento cientfico: uno de ellos aproximativamente ajustado al de la percepcin y la imaginacin y el otro desplazado; como si las relaciones necesarias, que constituyen el

    4 LI:VI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 25. 5 LI:VI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 27.

    Revista A.E.N. Vol. VII. N. n 23. 1987

    objeto de toda ciencia - sea neoltica o moderna - pudiese alcanzarse por dos vas diferentes: una de ellas muy cercana a la intuicin sensible y la otra ms alejada 6.

    Dos vas diferentes, dos epifenmenos en los que el espritu se sabe mostrndose. A travs del sistema totmico -lgica concreta de las cualidades sensibles -, el pensamiento del primitivo aparece diferencial al del cientfico actual precisamente por la permanencia de lo fsico/sensible en lo inteligible. Las cualidades como valores significantes se integran en sistemas significativos sin que el signo haya sido desposedo en su totalidad de su valor sensible.

    El pensamiento salvaje no distingue, el momento de la observacin y el de la interpretacin, tal como no registramos, primero, al observarlos, los signos emitidos por un interlocutor para tratar despus de comprenderlos: el habla, y la emisin sensible lleva consigo su significacin. y es que el lenguaje articulado se descompone en elementos, cada uno de los cuales no es un signo, sino el medio de un signo: unidad distintiva que no podra ser sustituida por otra sin que cambiara la significacin, y que podra estar, ella misma, desprovista de los atributos de esa significacin que expresa unindose u oponindose a otras unidades 7.

    Se trata de un pensamiento analgico basado en la clasificacin y la relacin, donde no interviene el supuesto principio de participacin ni ningn otro misticismo empastado de metafsica. Lgica de lo concreto en cuanto que lo sensible es significativo y lgica simblica en cuanto que observa, clasifica categorizando y establece relaciones binarias de oposicin o de isomorfismo y de este modo puede construir sistemas de equivalencia formales entre los signos: Lejos de ser como a menudo se ha pretendido, la obra de una "funcin fabuladora" que le vuelve la espalda a la realidad, los mitos y

    6 LI:VI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 33. 7 LEVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 323.

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  • La estructura del pensamiento lvistraussiano

    los ritos, ofrecen como su valor principal el preservar hasta nuestra poca, en forma residual, modos de observacin y de reflexin que estuvieron (y siguen estando, sin duda) exactamente adaptados a descubrimientos de un cierto tipo: los que autorizaba la naturaleza, a partir de la organizacin y de la explotacin reflexiva del mundo sensible en cuanto sensible. Esta ciencia de lo concreto tena que estar, por esencia, limitada a otros resultados que los prometidos a las ciencias exactas naturales, pero no fue menos cientfica, y sus resultados no fueron menos reales. Obtenidos diez mil aos antes que los otros, siguen siendo el sustrato de nuestra civilizacin 8.

    El eje sobre el que se articula esta lgica es la relacin entre lo sensible y lo inteligible, lo particular y lo universal, lo concreto y lo abstracto. El hombre primitivo no vive sumergido, por tanto, en un mundo oscuro regido por fuerzas irracionales, sino en un universo de signos y mensajes. Desde este punto de vista est ms cerca de la ciberntica que de la teologa medieval9.

    EL PENSAMIENTO MIl"ICO y SU REFERENCIA AL PENSAMIENTO CIENTIFICO

    Para ilustrar el pensamiento mtico siempre por referencia al cientfico, LvlSTRAUSS con exquisita intuicin - mago social- establece una perfecta analoga entre dicho pensamiento y el bricolage, como modelos operativos, aqul en el plano intelectual y ste en el tcnico, a su vez diferenciados por oposicin al del ingeniero. En ambos casos se cuenta con universos heterclitos y finitos, donde cada elemento representa un conjunto de relaciones a su vez concretas y virtuales; el conjunto de los medios no puede definirse por un proyecto sino por su instru

    8 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pgs. 34-35. 9 PAZ, O.: Glaude Lvi-Strauss o el nuevo festn

    de Esopo. Joaqun MORTIZ, 1967. Mxico, pg. 78.

    Revista A.E.N. Vol. VII. N. " 23. 1987

    mentalidad, por su capacidad de significar, contribuyendo de tal manera a definir un conjunto por realizar, pero que finalmente, no diferir del conjunto instrumental ms que por la disposicin interna de las partes 10. El pensamiento mtico a mitad de camino entre preceptos y conceptos est igual que la accin -del bricoleur preconstreido, en l extensin y comprensin constituyen una realidad solidaria. Desde las categoras, diacrona y sin

    crona, acontecimiento y estructura, en este juego de comparaciones entre las dos paradigmticas actuaciones del saber, contemplamos una inversin: El pensamiento mtico, ese bricoleur, elabora estructuras disponiendo acontecimientos, o ms bien residuos de acontecimientos, sus medios y sus resultados, gracias a las estructuras que fabrica sin tregua y que son sus hiptesis y sus teoras 11. La profunda observacin de BOAS hacia el pensamiento mtico: Se dira que los universos mitolgicos estn destinados a ser desmantelados apenas formados, para que nuevos universos nazcan de sus fragmentos 12, cobra aqu todo su significado; LVI-STRAUSS la completa puntualizando que en esta incesante reconstruccin los fines antiguos habrn de desempear el papel de medios o lo que es lo mismo los significados se truecan en significantes, y a la inversa, evitando as el puro devenir de las imgenes del mito. Esta aproximacin al pensamiento mtico, no puede arrojar la conclusin de que permanece prisionero de su bricolage en la bsqueda incansable de un sentido, el dinamismo liberador que adems despliega cuestiones a la ciencia por su resignacin contra el no-sentido, aspecto que hoy no es posible desatender. Se observa que el leitmotiv de la lgica

    prctico-terica actuante en la vida y pensamiento de las llamadas sociedades pri

    10 LVI-STRAUSS, C.: El pensamiento salvaje. Op. cit., pg. 38.

    11 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 43. 12 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 41.

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  • La estructura del pensamiento lvistraussiano

    mitivas son las separaciones diferenciales marcadas por la impronta de la permanencia (ahistoricidad) y la discontinuidad (orden lgico-analgico). Ms importante que el contenido que se les asigne importa la separacin en s que de este modo se transforma en elemento de un sistema apto para signi'ficar y realizar el juego de las identidades. LVIS-STRAUSS ofrece al respecto la metfora del enrejillado que se aplica sobre un texto para ser descifrado, pasando de la primera percepcin ante un objeto indistinto al cumplimiento de su objetivo de comprensin logrado por los efectos de cortes y contrastes que la mis- .. ma rejilla realiza, organizando los mensajes significantes.

    Es, por consiguiente, en una sociolgica donde hay que situar el anlisis del pensamiento totmico. Todo el fracaso para LVIS-STRAUSS de la clsica etnologa ha consistido en no haber comprendido que el totemismo, lejos de deber ser reificado elevndolo a institucin autnoma al ligarlo a un contenido determinado, recupera su valor como mtodo capaz de asimilar toda suerte de contenidos; pues al no constituir sino un caso particular del problema general de las clasificaciones lo suyo es la posibilidad de operar, el actuar como cdigo capaz de intercambiar mensajes: El totemismo o lo que pretende ser totemismo, corresponde a algunas modalidades arbitrariamente aisladas de un sistema formal, cuya funcin es la de garantizar la convertibilidad ideal de los diferentes niveles de la realidad social 13.

    Como puede verse lo nuclear se sita al nivel de la estructura significativa, el signo con su carcter de arbitrariedad a nivel conceptual queda vaciado de todo contenido concreto en el orden de la significacin, el principio lgico que rige es el de poder Qponer siempre trminos, que un empobrecimiento previo de la totalidad emprica permite concebir como si fueran distintos, necesidad - proporciona1de la vaciedad emprica del signo para po

    13 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 116.

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    Revista A.E.N. Vol. VII. N. n 23. 1987

    der mejor significar, aunque lo propio precisamente del pensamiento mtico sea el carcter sensible del signo, pero an en este caso, su articulacin significativa no es alcanzable directamente sino mediante el rodeo del sistema clasificatorio. As, cada civilizacin propende a sobrestimar la orientacin objetiva de su pensamiento, y es porque nunca est ausente 14. Orientacin objetiva que seala el carcter sagrado del signo al construirse en ese poder aadido sustentado en el aparente vaco, provocado, una vez que se ha borrado/ negado su corporeidad fsica, por su propia insercin en el sistema/cdigo; el poder radica en la operacin misma es esa operacin, exigencia primera, que crea sentido, importando menos el cmo oponen> cuya consideracin viene despus. Violencia inapelable del espritu? El comentario que LVI-STRAUSS hace a la proposicin de FLETCHER cada cosa sagrada debe estar en su lugar, indicando que se podra decir que es eso lo que la hace sagrada, puesto que al suprimirla, aunque sea en el pensamiento, el orden entero del universo quedara destruido, se torna clarividente.

    La codificacin en trminos totmicos de situaciones naturales no implica la experimentacin de las mismas que en s no tendran existencia propia al ser funcin de quien las define, dndoles una direccin determinada. No es la materia sino la forma la que introduce el principio de contradiccin / abstraccin. La naturaleza aparece como contradictoria nicamente por la accin humana, en los trminos en que su actividad se inscribe en ella, sistemas de transformacin, siendo el propio medio natural marcado as como sus cualidades connotadas con significaciones diferentes, segn las formas concretas que cobre dicha actividad. De nuevo, no importa tanto la materia de la contradiccin cuanto que ella exista, nico movimiento que asegura la diferencia/especificidad de lo humano, la permanencia

    14 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pgs. 13-14.

  • La estructura del pensamiento leVlstraussiano Revista A.E.N. Vol. VII. N. 023. 1987

    del privilegio del espritu, es el orden de lo simblico lo que est en juego no slo para comprender sino sobre todo para existir, toda empresa interpretativa que se fije en lo emprico/real o en sus proyecciones imaginarias sin tener en cuenta el orden estructural de la significacin puede cuando menos confundir realidades que no son de orden natural sino lgicas, y sera una gran casualidad que el orden social y el orden natural se prestasen de golpe a una sntesis armoniosa 15. Paralelamente quedan proscritas las relaciones directas del hombre con el medio natural una vez que lo que las media es precisamente su inteligibilidad el desempear -el papel de objetos de pensamiento-o El hombre no las percibe pasivamente, las tritura despus de haberlas reducido a conceptos, para desprender de ellas un sistema que nunca est predeterminado: suponiendo que la situacin sea la misma, se presta siempre a varias sistematizaciones posibles 16.

    LA UNIVERSALIDAD DEL INCESTO BASE DE LA ESTRUCTURA DEL PENSAMIENTO LEVISTRAUSSIANO

    Sin embargo, esta ausencia de predeterminacin del sistema que entendemos ligada al espacio que deja el vaco de lo real en el concepto, admite una excepcin precisamente referida a la ley del incesto y su ejemplificacin en las reglas de exogamia: El cambio de mujeres y el cambio de alimentos son medios de asegurar el encaje recproco de los grupos... (ejemplos de acumulacin en los sistemas totmicos-fenmeno privilegiado). Sin embargo, se sabe que la exogamia no est nunca completamente ausente, pues la perpetuacin del grupo se realiza ineluctablemente por medio de las mujeres, y los cambios matrimoniales son los nicos a los que corresponde siempre un conte

    15 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 143. 16 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 142.

    nido real, an si la manera particular en que cada sociedad los organiza, o concibe su mecanismo, permite introducir en dosis variables su contenido simblico 17.

    La universalidad del incesto es la base de toda la estructura de pensamiento lvistraussiana, metfora/realidad base de la perpetuacin del grupo humano y modelo/posibilidad de todo otro operador relacional.

    Planteando el totemismo como un sistema de representaciones factibles de ser comprendidas por un cdigo, lo que permite pasar de un sistema a otro, su expresin-manifestacin de las reglas de reciprocidad entre los grupos sociales, comporta una tica con prescripciones y prohibiciones de conductas que actan como formas institucionales en planos diferentes con fines complementarios o suplementarios. Prescripciones y prohibiciones cuya funcin es alcanzable siempre que se consideran como medios para significar la significacin dentro de un sistema lgico. Al respecto LVI-STRAUSS pone en cuestin la exclusividad de las regias de exogamia y alimenticias como caracterizacin del totemismo; todas las sociedades conciben una analoga entre relaciones sexuales y alimentacin, el lazo existente entre ellas no es casual sino metafrico, siendo el denominador comn entre una y otra en trminos semnticos, una conjuncin por complementariedad. Ahora bien, las prohibiciones alimenticias no son exclusivas de los sistemas totmicos, a la vez que sirven para marcar otros sistemas, no siempre acompaan a los sistemas de denominaciones inspiradas por los reinos naturales. Por otra parte, exogamia y prohibiciones alimenticias no son dos objetos de la naturaleza social que deben ser observados separadamente, constituyen, ms bien, dos modos que sirven para calificar concretamente una "praxis" que puede es-_ tar, como actividad social, vuelta hacia afuera o vuelta hacia dentro, y que posee

    17 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pgs. 162-163.

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  • La estruclUra del pensamiento lvistraussiano

    siempre estos dos orientaciones, aunque se manifiesten en planos y por medio de cdigos diferentes 18.

    LVI-STRAUSS arriba a estas conclusiones despus del trabajo analtico que construye sobre dos sistemas no histricos pero en apariencia opuestos, clasificacin totmica y rgimen de castas, poniendo en funcionamiento el sistema de transformacin mediante el cual demuestra la conexin formal entre uno y otro. Dicha conexin no es histrica, aparece como

  • La estructura del pensamiento lvistraussiano

    tenemos dos imgenes una natural y otra social articuladas cada una consigo mismo siendo la ley de exogamia el medio de conciliar la oposicin equilibrada entre diversidad y unidad: Coleccin suspendida entre dos sistemas, la especie es el operador que permite pasar (y an obliga a hacerlo), de la unidad de una multiplicidad a la diversidad de una unidad 23.

    En el segundo caso las dos imgenes sern reemplazadas por una unidad socionatural nica, pero fragmentada, la diversidad se impone sobre la unidad; los grupos sociales se contemplan no en sus relaciones recprocas sino cada uno por su cuenta, segn la imagen que se forman de un modelo natural que se perpetua hereditariamente, siguiendo un orden diferente al sociolgico; su articulacin en el seno de la sociedad aparece como ms frgil. Segn sean tomados, como modelos

    de diferenciacin, uno u otro, la simetra de los sistemas que representan ser invertida. El principio de diferenciacin en los grupos totmicos est tomado de la naturaleza y en las castas profesionales de la cultura. No obstante, esta simetra, no existe ms que en un cambio ideolgico, carece de base concreta, pues as como las especialidades profesionales constituyen especies sociales distintas, las mujeres pertenecen siempre a la misma especie natural aunque provengan de secciones diferentes: Las castas naturalizan falsamente una cultura verdadera, los grupos totmicos culturalizan verdaderamente una falsa naturaleza24.

    De hecho solamente existen dos modelos verdaderos de diversidad concreta, el de las especies en el plano de la naturaleza y el de las funciones en el plano de la cultura, entre ellos el que ilustra los cambios matrimoniales mantiene un carcter equvoco; las mujeres, semejantes en cuanto a la naturaleza solamente por un acto cultural se las puede considerar diferentes. Es decir, tendramos, por un lado,

    23 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 200. 24 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 188.

    Revista A .E.N. Vol. VlI. N. 023. 1987

    el sistema de los seres (naturales) y el sistema de los objetos (manufacturados), ambos son captados por el pensamiento en forma de transformacin en el seno de un grupo; por otro lado, y como trmino medio, estara el sistema de mujeres.

    De estos tres sistemas slo el de los seres posee aparte del hombre una realidad natural y nicamente el de los objetos posee una existencia social desde el hombre. Sin embargo, la plenitud de que cada uno goza en un plano se transforma en carencia en el otro en cuanto a la posibilidad de ser manejado/traducido: Un alimento de uso general no puede ser totemizado integralmente por una razn anloga las castas no pueden evitar ser endofuncionales. Este hecho impedira la realizacin de la reciprocidad en trminos absolutos. La conclusin a la que arriba LVI-STRAUSS es contundente: Lgicamente hablando, la reciprocidad de los cambios matrimoniales representa una forma igualmente impura, puesto que se sita a mitad de camino entre un modelo natural y un modelo cultural. Pero es este carcter hbrido el que le permite funcionar de manera perfecta. Asociados a una o a otra forma, a ambas, o exclusivamente presente, slo ella puede aspirar a la universalidad 25.

    El intercambio de mujeres, explicitacin de la ley universal del incesto, es en ltimo trmino el nico resquicio posible que deja la naturaleza para engranar el dispositivo que pondr en movimiento el hecho humano, la propia produccin del hecho cultural, que por l y en l se crea como manifestacin de una operacin compleja del espritu. No es lo mismo introducir una diversidad (socialmente) constituyente en el seno de una sola especie natural: la especie humana, o proyectar en el pIano social la diversidad (naturalmente) constituida de la sespecies vegetales y animales 26. Se entiende que si el grupo se mantiene, el espritu, aun sin saberse,

    25 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pgs. 190-191. 26 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 187.

    615

  • La estructura del pensamiento lvistraussiano

    opera en la primera direccin, elevando a principio constituyente de todo orden

    . social/humano, con carcter de necesidad, la ley del incesto. Intercambio de mujeres -o parodia de

    no poder evitar haber nacido de mujer, pero el hombre nacido de una mujer, puede hacer de modo que haya nacido de otra parte, e inventarse? 27 -, nunca completamente ausente en ningn sistema, pues es el nico al que corresponde siempre un contenido real, especfico, la perpetuacin del grupo se realiza ineluctablemente, por medio de las mujeres, como produccin biolgica y reproduccin social. Mujeres/objetos de valor significante, medios de dicha buscados por sus amos, en su pura funcionalidad productora de seres biolgicos y como bienes lo ms preciados por su porosidad para ser marcados. Por lo mismo mujeres/ signos de tal valor universales, cuyo contenido simblico ser variablemente arbitrado por cada sociedad, entre considerarlas heterogneas culturalmente como en los grupos totmicos o naturalmente heterogneos al igual que en las castas; en uno y otro caso se trata de arreglar cuentas con la simetra que postulan entre naturaleza y cultura. Los grupos totmicos al ser homogneos en cuanto a la funcin (cambio entre s de objetos naturales: las mujeres) deben ser heterogneos en la estructura (obligacin estatutaria de producir cada uno mujeres de especie social diferente); por el contrario las castas siendo heterogneas en su funcin (cambio entre s autntico de objetos culturales) pueden ser homogneas en su estructura (las mujeres se diversi'fican como las especies naturales).

    En ambos casos se est al nivel del concepto, ha sido necesaria la operacin del espritu q~e conciba la abstraccin mujer, una Mujer con maysculas, producto final del desarrollo sufrido por una idea de mujer que se ha impuesto, para vaciarla/

    27 LEMOINE-LuCCIONI, E.: El grito. Paidos, 1982. Buenos Aires, pg. 30.

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    desposeerla de todo contenido emprico real e imaginario, excepto el marcado por el libre juego de la significacin: Las mujeres son naturalmente intercambiables (desde el punto de vista de su estructura anatmica y de sus funciones fisiolgicas) y la cultura encuentra, en lo que las concierne, el campo libre para jugar el gran juego de la diferenciacin (ya sea que sta se conciba de manera positiva o negativa, y, por tanto, se aproveche para fundar, ya sea la exogamia, ya sea la endogamia)>> 28.

    Aparece el dios al que indiferentemente se inmola todo/un hombre y en el que se inmola toda/una mujer, puesto que La Mujer como abstraccin no existe, es all en el concepto/ espacio vaco donde se la de'fine, donde todas son iguales, por una necesidad lgica. De este modo la idea de la mujer la desconoce, de su existencia una mujer no se debe, salvo como La Mujer objeto semntico, que al ser fundado como tal inevitablemente sentencia como trmino de una relacin estructural a todo otro trmino que la constituye -an a aqul que se erige o imaginariamente acta como sujeto constituyente -, pues desde entonces el hombre y la mujer no seran ms que soportes de una relacin objetivada del espritu, donde cada uno jugara el papel de sujeto u objeto del intercambio a niveles reales o imaginarios, pero donde lo que est realmente en juego, es la perpetuacin de la especie, en tanto orden social humano sostenido por la accin del espritu, como orden simblico, orden de la razn en sus diferentes manifestaciones. La reciprocidad verdadera es el resultado de la articulacin de dos procesos: el de la naturaleza, que se desarrolla a travs de las mujeres generadoras de hombres y de mujeres; y el de la cultura, que los hombres desarrollan calificando socialmente a estas mujeres a medida que son engendradas naturalmente 29.

    28 LVI-STRAUSS, e.: El pensamiento salvaje. Op. cit., pgs. 186-187.

    29 LVI-STRAUSS, e., op. cit., pg. 186.

  • La estructura del pensamiento lvistraussiano Revista A.E.N. Vol. VII. N. n 23. 1987

    Sin embargo, es el espacio que el hombre ocupa en la estructura significante identificndose como sujeto real de toda operacin que le sita ahora en un lugar ilusorio de privilegio que no puede no contaminar hasta cuestionarlo el mismo nivel simblico. La fecundidad natural es a las mujeres lo que la potencia social es a los hombres, as como en la sociedad de los hombres, los no-iniciados estn respecto de los iniciados en la mism.a relacin que las mujeres estn respecto de los hombres en el plano de la sociedad general. Pero, por este hecho, los hombres renuncian a encarnar el lado feliz de la existencia, puesto que no pueden, a la vez, regirlo y personificarlo 30. Esta observacin lvistraussiana introducida en el desglose analtico que realiza a propsito de la mitologa de los MURNGIN, australianos septentrionales con el fin de establecer. una ley de equivalencia entre contrastes significativos, se obvice de los lugares comunes recorridos por su imaginario en sus representaciones lgicas. Cabe preguntarse como su famosa frase, quin afeitara al barbero?, a propsito de lo endofunciona! inevitable en toda casta, quin desmitificara el mito lvistraussiano?, pregunta que remite al sentido del sentido o en trminos de Octavio PAZ, qu dice el pensamiento, cul es el sentido de la significacin? De otra manera, si el espritu conlleva siempre una tica, si bien no apriorsticamente determinada, salvo en lo que hace a la ley de incesto postulada irrevocablemente como universal, en esa/su exteriorizacin, con quin y a qu niveles establece relaciones de complicidad?

    EL PENSAMIENTO MITICO COMO OPUESTO A LA HISTORIA

    Orden lgico-analgico y ahistrico orden de lo concreto atemporal, el espritu se manifiesta a travs del pensamiento

    30 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 141.

    mtico como opuesto a la historia. Entre la historia y los sistemas clasificatorios se dibuja una antipata de raz. As como los mitos son concebidos y los ritos actuados, el totemismo es casi siempre vivido y de ah le viene la permanente tensin entre el carcter estructural de la clasificacin y el estadstico de su soporte demogrfico; la funcin se impone inevitablemente a la estructura, pero la leccin del totemismo es que sta sobrevive an cuando la estructura misma sucumbe al acontecimiento. A diferencia de lo postulado por SAUSSURE para la lengua que va de lo arbitrario a la motivaci6n, los sistemas totmicos van de la motivacin a lo arbitrario: Los esquemas conceptuales (en el lmite, simple oposicin binaria) son forzados constantemente para introducir elementos tomados en otras partes; y... estas aadiduras acarrean a menudo una modificacin del sistema. A veces, tambin, no logran insertarse en el esquema, y el aspecto sistemtico se halla trastornado o provisionalmente suspendido 31 Aparece constantemente esta lucha

    entre historia y sistema, pero la historia al menos tericamente est subordinada al sistema. El sistema de clasificaciones es el mejor ejemplo que muestra la resistencia de los primitivos al cambio que implica toda sucesin histrica, lo suyo es reflejarse en la identidad de s mismos. Las clasificaciones totmicas reparten sus grupos entre dos series, una original, las especies zoolgicas y botnicas en su aspecto sobrenatural, y la otra resultado, los grupos humanos en su aspecto cultural. La primera es origen de la segunda, pero una segunda relacin temporal se superpone, la posibilidad de la coexistencia de ambas en el tiempo permite en el presente/hoy la relacin constante con el origen: Las dos series existen en el tiempo, pero disfrutan de un rgimen atemporal, puesto que, siendo reales as la una como la otra, navegan en conserva, y permanecen tales

    31 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 229.

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  • La estructura del pensamiento lvistraussiano

    cuales eran en el instante de su separacin 32.

    Las sociedades que eligen el camino de la historia deben renunciar a la doble serie finita y postular diversamente una serie nica e infinita. La filosofa de la finitud que pone en prctica el pensamiento salvaje no se adviene con la acumulacin sin fin que caracteriza el proceso de las sociedades histricas, aqu, la serie resultado, no se contempla en la serie original sino que, confundindose con ella forma una serie nica donde cada trmino es resultado por relacin al que le precede y original por relacin al que le sigue. El hombre histrico acta/produciendo con sus ideas, el primitivo las atesora/gozndolas. Para el primero, la imagen de este o aquel pueblo es la consecuencia de su historia, como si la imagen que l tiene del mundo estuviera sostenida por una proyeccin histrica; por el contrario, para el segundo la historia a modo de disolucin permanente entra en el ciclo de los fenmenos recurrentes, suavizando de este modo su amenazadora virulencia. De ah viene tambin la renovacin del inters que ha inspirado. Esta lengua de vocabulario restringido, que sabe expresar cualquier mensaje mediante combinaciones de oposiciones entre unidades constitutivas. Esta lgica de la comprehensin para la que los contenidos son indisociables de la forma, esta sistemtica de las clases finitas, este universo formado de significaciones, no se nos manifiesta ya como los testimonios retrospectivos de un tiempo 33.

    Sin embargo, cabra objetar a LvlSTRAUSS que esta divisin tajante entre sociedades salvajes e histricas o entre sociedades fras y calientes como por necesidad l mismo prefiere denominarlas, olvida que el tiempo cclico que caracteriza a las primeras y cuyo fin es obrar de manera que el orden de sucesin temporal influya lo menos posible en el contenido de cada una, frente al tiempo lineal de

    32 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pg. 337. 33 LVI-STRAUSS, C., op. cit., pgs. 386-387.

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    las segundas que interiorizaran el devenir histrico para hacer de l el motor de su desarrollo, aparece tambin entre civilizaciones consideradas histricas; de hecho, tal vez nicamente el Occidente moderno se ha identi'ficado de un modo total y frentico casi compulsivo con la historia. El fenmeno obsesivo-persecutorio del desencato/compulsin autodestructora de sus oscilantes versiones comer-ser comido, se delinea como sntoma tpico de la reflexin / reflejo proyectado por las aceleradas sociedades histricas actuales.

    A MODO DE CONCLUSION; LA NATURALEZA HUMANA COMO PROPORCION

    La historia del pensamiento de Occidente se explica por las distintas traducciones sobre las relaciones entre hombre y naturaleza, sujeto y objeto, ser y sentido. El pienso luego existo inclinar irremediablemente la balanza hacia el sujeto como yo consciente que culminar en la fenomenologa husserliana y la lgica de WITTGENSTEIN. Idealismo y materialismo van a estar igualmente impregnados por esta monolgica del sujeto que se crece a expensas de hacer enmudecer al cosmos. LVI-STRAUSS trata de romper este interminable dilogo sobre el s mismo, emplazando a la historia y elaborando una crtica del sentido; disuelve el entendimiento en la naturaleza: Reintegrar a la cultura en la naturaleza, y, finalmente, a la vida en el conjunto de sus condiciones fsicoqumicas (La oposicin entre naturaleza y cultura, sobre la que antao insistimos - Estructuras elementales del parentesco, captulos 1y 11-, hoy nos parece ofrecer, sobre todo, un valor metodogico) 34. Postula frente al sujeto un nosotros, que carente de intimidad no produce juicios sino que vehicula operaciones mentales -es su exterioridad -; un nosotros que apenas se sabe cosa entre las cosas, ms

    34 LVISTRAUSS, C., op. cit., pg. 358.

  • La estructura del pensamiento levistrausslUno Revista A.E.N. Vol. VI/. N. 023. 1987

    que como trasparencia a travs de la cual la cosa espritu mira a las otras cosas y se deja mirar por ellas. Radical negacin de la conciencia en dilogo consigo misma y con el objeto: Ahora es la naturaleza la que habla consigo misma, a travs del hombre y sin que ste se d cuenta. No es el hombre sino el mundo el que no puede salir de s mismo 35.

    Reduccin del hombre a una ilusin, la ilusin de la conciencia, por la que pagar el precio de su identidad para siempre dividida, cifra momentnea de una operacin, signo de cambio, el hombre en s ni siquiera es inaccesible. Basta, pues, con que la historia se aleje de nosotros en la duracin, o que nosotros nos alejarnos de ella por el pensamiento, para que deje de ser interiorizable y pierda su inteligibilidad, ilusin que se vincula a una interioridad provisional. Pero que no se nos haga decir que el hombre puede o debe desprenderse de esta interioridad. No est en su poder el hacerlo, y la sabidura consiste, para l, en contemplarse vivindola, sabiendo (pero en otro registro) que lo que l vive tan completa e intensamente es un mito, que se les manifestar como tal a los hombres de un siglo prximo, que le parecer eso a l mismo, quiz, de aqu a algunos aos, y que, a los hombres de un prximo milenio, no les parecer de ninguna manera 36.

    Definitiva elaboracin de la sentencia nietzschiana de la muerte de Dios, ya sistematizada desde FREUD con la tesis del descentramiento que sufre el yo en toda la tpica freudiana por su sumisin an histrica al inconsciente, que, LACAN, vaciar de todo contenido para postular un engranaje como soporte -dispositivo necesario en la especie hombre - cuya adecuada colocacin de las piezas permitir el advenimiento del sujeto, la posibilidad de que el espritu se manifieste. Entre las geometras lvistraussiana y lacaniana, a pesar del paralelismo formal que las caracteriza, se entrev un resquicio a fa

    35 PAZ, O., op. cit., pg. 118. 36 LVI-STRAUSS, C., op. cit., p~g. 370.

    vor de este ltimo para reintroducir el lugar de lo sagrado que haba sido recusado, y no nicamente para comprender el papel de intermediario que juega en el advenimiento de ese hombre soporte/signo de/en un sistema, sino incluso para negarlo, pervertirlo y, en definitiva, cuestionarIo. Parece que quisiera ser truncado el lar

    go camino recorrido por la razn occidental desde que inaugurara sus pilares, constituyndose como lagos poltico en el estrecho perodo que media la lgica poltica de PLATN y ARISTTELES, hasta sus ms modernas versiones filosficas de la conciencia y autoconciencia, sea individual o colectiva, consciente o inconsciente, utpica o desventurada. LVI-STRAUSS emprende este audaz empeo, casi a modo de deshacer lo andado, sin poder evitar su presencia, para refugiarse como antao en un lagos pretendidamente fsico, desenfadadamente materialista; ya que toda la cultura desde el lenguaje, es un sistema de comunicaciones que acta por modelos combinatorios de complejidad diversa, susceptibles todos ellos de ser inteligibles mediante la construccin de apropiados lenguajes formales.

    La naturaleza deviene, ahora, una selva de smbolos, cuya estructura que no es histrica sino natural est regida por la razn universal inconsciente; slo desde ella se puede hablar de naturaleza humana; el hombre es apenas un momento, un vaco receptor /trasmisor de mensajes que la naturaleza emite, pues ella a su vez se concreta en un mensaje. Pensamiento, razn, sensibilidad, pasiones, son formas de lo mismo que no escapan a la relacin y al nmero, concepcin de la naturaleza humana como proporcin. LVI-STRAUSS, en un primer movimiento, reduce la pluralidad de las sociedades e historias a una dicotoma que las engloba y las disuelve: pensamiento salvaje y pensamiento domstico. En seguida, descubre que esta oposicin es parte de otra oposicin fundamental: naturaleza y cultura. En un tercer momento, revela la identidad entre las

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  • La estructura del pensamiento lvistraussiano Revista A.E.N. Vol. VII. N." 23. 1987

    dos ltimas: los productos de la cultura - mitos, instituciones, lenguaje - , no son esencialmente distintos a los productos naturales ni obedecen a leyes diferentes a las que rigen a sus homlogos, las clulas. Todo es materia viva que cambia. La materia misma se evapora: es una operacin, una relacin. La cultura es una metfora del espritu humano y ste no es sino una metfora de las clulas y sus reacciones qumicas que, a su vez, son otra metfora 37.

    La naturaleza se presenta, es una estructura que emite significados. Parece, entonces, necesaria una semntica y la pregunta por el sentido retorna como inevitable. La historia del pensamiento se divide, por un lado, a favor de una concepcin del hombre como receptor en posesin de la clave que descifra los mensajes que Dios, la naturaleza emite; por otro, afirmando que el emisor es el hombre. La fuerza que cobra la segunda postura a partir de KANT desemboca, en virtud de la operacin dialctica actuada por HEGEL y sus discpulos, en una permutacin total de los trminos: la ininteligibilidad de la naturaleza se transforma en significacin histrica; la historia disuelve el ser en el sentido, proclamacin del marxismo que a la pregunta sobre el sentido responde que todo sentido es histrico.

    Diversamente LVI-STRAUSS dando un atrevido paso, afirma rotundamente que sentido y no sentido es la misma cosa, palabra del Iluminado, verdad del principio ahora transfigurada por nuestra historia, el sentido no es ms que una operacin. Cada hombre y cada sociedad estn condenados a "perforar el muro de la necesidad" y a cumplir el duro deber de la historia, a sabiendas de que cada movimiento de liberacin los encierra an ms en su prisin 38. Para LVI-STRAUSS slo hay una-salida momentnea que nombra como desprendimiento y equivale a la disolucin del sentido en el ser a sabien

    37 PAZ, O., op. cit., pg. 119. 38 PAZ. O., op. cit., pg. 124.

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    das de que ste no tenga otra identidad que la nada.

    LVI-STRAUSS nos a'frenta / enfrenta con la siguiente disyuntiva: toda la historia occidental es una demostracin de que la distincin entre sentido y ausencia de sentido es ilusoria. Precisamente cuando se afirma el sentido como histrico su culminacin es una negacin del sentido. Inexistente el yo permanece un nosotros insustancial, apenas perceptible por una combinacin de elementos. La sentencia del Suda al comienzo de nuestra historia se realiza slo en su cierre: Unicamente el hombre libre del fardo de la necesidad histrica y de la tirana de la autoridad podr contemplar sin miedo su propia nadera 39. Sin embargo, parecera que esta sentencia ha podido ser pronunciada nicamente despus de un recorrido, remite no a una entrada sino a una salida, implica la palabra, el sentido, el movimiento, la dialctica, la historia, no es un a priori sino un a posteriori, no es un conocimiento sino una memoria, un desconocimiento, una sabidura, no es la disolucin de la palabra, de la historia, sino su resolucin. Desprendimiento, desconocimiento, el fsico cartesiano occidental de Las estructuras elementales del parentesco se encuentra en el lmite con el metafsico budista oriental de El pensamiento salvaje, pero sin olvidar que, a pesar de todo, el hombre ha de cumplir el duro deber de la historia, vencer la batalla de la necesidad.

    Si para PEIRCE el significado de la significacin es significar, para LVI-STRAUSS sentido y no sentido son lo mismo, sin negar ni contradecir la respuesta circular que PEIRCE da a la pregunta sobre el sentido, la enfrenta consigo misma y su movimiento trascribe ahora el diagrama de la espiral. No hay salida y toda la historia del pensamiento y de la ciencia occidentales no han sido sino un continuo de demostraciones suplementarias de la conclusin a la que quisiramos escapan>, el sentido

    39 PAZ, C., op. cit., pg. 124.

  • La estructura del pensamiento lvistraussiano

    como relacin, como conjunto de operaciones fsico-qumicas del cerebro. Segn M. DUFRENNE, estaramos ante una evolucin del pensamiento lvistraussiano que va de una primera etapa marcada por un idealismo dogmatista, idealismo del espritu inconsciente a una segunda materialista caracterizada por la consideracin del espritu como cosa cuyo fu ncionamiento coincide con la actividad neuronal del cerebro. Se trata del materialismo ms coherente que nunca haya existido (DOMENACH). DERRIDA, diversamente, piensa que, conservando y anulando a la vez oposiciones conceptuales heredadas, el pensamiento de LVI-STRAUSS al igual que el de SAUSSURE se mantiene en los lmites: A veces en el interior de una conceptualidad no criticada, a veces pensado sobre las clausuras y trabajando en su desconstruccin, An si no se advierte una evolucin ni sobre todo un arrepentimiento, en la utilizacin como valor metodolgico de los conceptos de naturaleza y cultura, desde Las estructuras elementales del parentesco hasta El pensamiento salvaje. Sin embargo, la cancelacin de la frontera entre naturaleza y cultura no se produce por el mismo gesto desde Las estructuras... a El pensamiento salvaje. En el primer caso, se trata ms bien de respetar la originalidad de una sutura escandalosa. En el segundo, de una reduccin, por cuidado que ponga en no "disolver" la especificidad de lo que analiza4O,

    El sentido vehicula para LVI-STRAUSS un saber del vaco, operacin inconsciente del espritu que transforma en signos aquello que recibe del exterior, Fuera de todo finalismo el inconsciente lvistraussiano slo conoce el movimiento compulsivo; su configuracin como lugar vaco apto para operar/significar todo material exterior, como el estmago los alimentos que lo atraviesan, le alejan de aquellas concebidas por FREUD y MARX, para

    40 DERRIS, J.: De la gramatologa. Siglo XXI, 1978. Mxico, pg. 137.

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    quienes inconsciente e historia lejos de ser aparatos vacos son realidades que continuamente cambian el hombre y se transforman a s mismas; el materialismo de FREUD y MARX no suprime la idea de finalidad, simplemente la desplaza de la conciencia y de este modo no hace ms que fortificarla, pues de alguna. manera est continuamente imponiendo su mandato. Para uno y otro an hay esperanza: utpica en MARX por la praxis transformadora, pesimista de FREUD por el equilibrio siempre roto entre deseo y represin, pero en ambos se accede a un saber activo. Con LVI-STRAUSS se pasa de la accin mediatizada por el inconsciente a la contemplacin compulsiva de lo mismo. Todo sentido es justificable de un menor sentido, que le da su ms alto sentido; y si esta regresin culmina finalmente en reconocer "una ley contingente de la que se puede decir, solamente: as es y no de otra manera" (SARTRE), esta perspectiva no tiene nada de alarmante para un pensamiento al que no angustia ninguna trascendencia, aunque fuese en forma larvada. Pues el hombre hubiese obtenido todo lo que hubiese podido desear razonablemente si, con la sola condicin de inclinarse ante esta ley contingente, lograse determinar su forma prctica, y situar todo lo dems en un medio de inteligibilidad41,

    Se trata, en ltimo trmino, de absolver siempre a la historia, y precisamente absolver porque es en ella -all donde un sentido se proclama justificando/explicando/regulando/normativizando que el pecado existe; fenmeno de exculpacin, que en Europa y desde las Cruzadas puesta la mirada en Asia por un vago terror que el Gran Turco infunda, no ha hecho ms que ir tomando forma, reconstruyndose 42 -. Fue necesaria la mxima racionalizacin para que el borrn/la mutila

    41 LVI-STRAUSS, C.: El pensamiento salvaje. Op. cit., pg. 370.

    42 GROSRICHARD, A.: Estructura del Harn. Petrel, 1981. Barcelona.

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    cin se produjera, y con el paso al vaco de la estructura, a esta presencia ausente (LVI-STRAUSS), a ese lugar despojado privilegiado (la situacin analtica-LAcAN), donde lo simblico insiste, la recurrente presencia de la contradiccin sincrnica, Todo esfuerzo por comprender destruye el objeto al que nos habamos vinculado, en beneficio de un esfuerzo que lo abole en provecho de un tercero, y as sucesivamente, hasta que accedemos a la nica presencia verdadera, que es aquella en la que se desvanece la distincin entre sentido y falta de sentido (Tristes trpicos)>>,

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    Del orden regido por la densidad de la carga afectiva, de la sustancia pesada llena de sentido, al puro juego de los signos sustancia ligera. Del exceso de sentido que supone la propia lgebra de parentesco, al pensarla sobre la alianza de los hombres por el reparto de las mujeres, a la negacin inconsciente, al tan trado y llevado formalismo lvistraussiano condicin sine qua non de la inteligibilidad de lo humano. Concepcin de un inconsciente puramente formal que no retiene ms que la imagen de un depsito de leyes (KRISTEVA).

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