la era digital: un reto para la educaciÓn
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Escuela Normal superior del Distrito de Barranquilla
Programa de formación complementaria
Estudiante:
Cristian Guancha
Profesor:
Juan Clavijo
IV semestre
Año:
2013
La era digital: un reto para la educación.
El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TICS) ha cambiado
talmente la forma en que vivimos. La llegada de estas nuevas tecnologías Smartphone,
televisión digital, Internet, etc., están transformando nuestro entorno. Paulatinamente se va
tecnificando la realidad en la que vivimos.
El personal docente debería comenzar por un proceso elemental en tecnologías de la
información buscando asentar unas bases sólidas para llevar a efecto un acceso a las nuevas
tecnologías desde una perspectiva pedagógica y educativa.
Estas tecnologías están permitiendo entrar a la humanidad en lo que se está dando en llamar
la era de la comunicación universal. es indudable que estas deberían estar presentes en el
sistema educativo como elementos de un gran protagonismo en la sociedad actual, como parte
del entorno vivencial para el que se está ofreciendo una educación a los niños y jóvenes, de tal
modo que les pueda permitir, en un proceso formativo integral, un completo y auténtico acceso
al conocimiento de la realidad que les conduzca a pautas de libertad y democracia para el
desarrollo social
La tecnología es una actividad social que no existe por sí sola, sin un estrecho nexo con el
hombre, es un producto creado por el hombre y del hombre. Ellas se han generalizado e
incorporado a ámbitos muy diversos de nuestras vidas transformándolas sustantivamente.
La tecnología en general -y especialmente las denominadas nuevas tecnologías
Permanentemente cambian el mundo en que vivimos, desde la producción social hasta la
comunicación y la sensibilidad humanas. Lo típico de esta tecnología es que ella incorpora de
modo sistemático y creciente los resultados científicos. Los problemas de su impacto se
reflejan con particular nitidez en las esferas que han experimentado en el último decenio los
progresos más espectaculares: la información y la comunicación.
Como ya reflexionaría Lengrand (1989), en nuestros tiempos la educación ha pasado de ser
una etapa vital preparatoria para la incorporación en una sociedad industrializada, a convertirse
en una necesidad permanente demandada por una sociedad de la información que avanza de
forma vertiginosa y cuyos miembros tienen como reto mantenerse dentro del colectivo incluido
en el nuevo marco tecnológico, y por tanto dentro de la sociedad en sí misma Consideramos
que la educación es una de las claves primordiales que puede hacer más fácil a los individuos
la consecución de este objetivo.
Para ello, dicha educación debe pasar por lograr que los alumnos del presente consigan al
menos unas competencias cognitivas mínimas que les hagan funcionales en el mundo
tecnológico que nos rodea, funcionales intelectivamente, es decir, no estamos hablando de
competencias técnicas (saber manejar una herramienta u otra, que también es importante),
sino de aquellas que se refieren a la forma de ver, entender y abordar el mundo y los
problemas que este plantea en la actualidad y en futuro próximo que nos tocará vivir.
El profesor Cabero (2004) nos plantea una lista de dichas competencias de las cuales
consideramos que son primordiales:
Adaptarse a un ambiente que se modifica rápidamente
Trabajar en equipo de forma colaborativa
Resolver problemas de forma creativa y buscando soluciones alternativas
Tomar iniciativas y ser independiente
En consecuencia consideramos que, cualquier pretensión de mantener los sistemas educativos
como contenedores de información que los alumnos deben asimilar y como centros de
acumulación de saberes y formas tradicionales para no sucumbir a la vorágine de las nuevas
tecnologías está más que fuera de lugar. Se seguirán dando así situaciones escolares
anacrónicas que harán aumentar no sólo la brecha comunicativa entre profesor y alumno, sino
que seguiremos formando sujetos que posiblemente se situarán en una de las otras categorías
de las brechas por no ser capaces de responder a las exigencias de su contexto.
No obstante como algo negativo, la realidad es obstinada y no se hace eco de lo que la teoría
de las necesidades de la sociedad indica; nuestras aulas, según Bartolomé (2004) , siguen
siendo reproductoras de sistemas no reflexivos, donde se pretende que el alumno ingiera unos
contenidos pero cuya digestión queda al libre hacer o manifestar de las condiciones propias de
cada alumno (contexto socio-familiar, condiciones intelectuales, etc.); según el autor, algunos
integrantes de la comunidad escolar esgrimen argumentos como que "los alumnos se pierden
si no se les dice exactamente donde está la información"; y siguiendo con su reflexión nos dice
que la educación y los educadores siguen viendo en la tecnología una amenaza latente, se
desestima la ayuda de los medios asignándoles la exclusiva de ser portadores de información
poco apropiada para el enriquecimiento de las personas; se habla de personas acríticas,
consumidas por los medios irreflexivos...
De cualquier manera el reto está planteado y nuestra responsabilidad como educadores y
como ciudadanos pasa por hacer, al menos en la parte que depende de nosotros mismos, que
las posibilidades que pueden plantear esas NTIC sean una realidad que haga avanzar el
mundo en el sentido de la mejora de la calidad de vida.
Interesante se vuelve la educación al responder a los retos que requiere la actual sociedad
tecnológica. En este contexto se hace hoy necesaria la integración de los principales
instrumentos tecnológicos, como protagonistas del mundo en el que vivimos, de tal manera que
el alumnado de Educación Primaria y Secundaria pueda realizar experiencias con los mismos
que le permitan su conocimiento y modos de producción. En ese sentido podrá comprobar la
presencia que tienen en prácticamente todos los aspectos de su vida cotidiana, y conocer las
formas de influencia de los poderosos medios de comunicación. Desarrollando procesos
formativos críticos será posible ayudarle para el adecuado empleo y selección de las nuevas
tecnologías de información y la comunicación, y hacer un consumo reflexivo y correcto de los
distintos productos mediáticos.
Como conclusión, por tanto, podemos afirmar que habría que comenzar por un proceso
formativo elemental del profesorado en tecnologías de la información y de los Medios de
comunicación masivos, buscando asentar unas bases sólidas desde las que llevar a efecto,
posteriormente, un acceso a las nuevas tecnologías, pero siempre, todo ello, desde una
perspectiva pedagógica. Supondría, fundamentalmente, un replanteamiento completo de los
actuales procesos formativos del profesorado, y en consecuencia del alumnado, en las
tecnologías y medios de comunicación, pero mucho más coherente dentro de los auténticos
contextos y demandas sociales. Éste es un reto que debe afrontarse sin mayor demora, pues
está en juego el desarrollo de toda una sociedad que se encuentre un proceso de
transformación y cambio. Nos corresponde a nosotros como docentes proponer mejoras
continuas en nuestros centros de estudios, en nuestras instituciones educativas, mediante
proyectos fructuosos debidamente estructurados, esto, propiciará acciones en la modalidad de
mejora y de calidad, ofreciendo un mejor servicio, esparciendo conciencia a los que se
encuentran en nuestro contexto, y comprometiéndonos a ser mejores eficaz y eficientemente,
recordemos que la educación es un deber social que nos exige a todos, al igual, el gobierno
tendrá que ser justo en su impartición de bienes y recursos con las instituciones educativas.
Bibliografía: Retos educativos en la era de la información, Grupo 05-Illustrator - José Miguel
Tulcán Muñoz consulta realizada el 11 de Septiembre.