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La Enfermedad de Alzheimer: Desentrañando el Misterio Tabla de Contenido Prefacio Introducción El impacto de la enfermedad de Alzheimer Desentrañando el misterio Parte 1: Un paseo a través del cerebro Dentro del cerebro humano El cerebro en acción El cerebro envejecido Las neuronas y sus funciones Communicación: El envío de millones de mensajes por sequndo Metabolismo: Convertir productos químicos y nutrientes en energía para mantener las neuronas en funcionamiento Reparación: Mantener las neuronas de larga vida en buenas condiciones de funcionamiento Placas y nudos: Los sellos particulares de la enfermedad de Alzheimer Las placas amiloideas Desde la APP a las beta-amiloideas Nudos neurofibrilares El cerebro cambiante de la enfermedad de Alzheimer Alzheimer pre-clínico Alzheimer leve Alzheimer moderado Alzheimer severo

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La Enfermedad de Alzheimer:

Desentrañando el Misterio

Tabla de Contenido Prefacio

Introducción

El impacto de la enfermedad de Alzheimer

Desentrañando el misterio

Parte 1: Un paseo a través del cerebro

Dentro del cerebro humano

• El cerebro en acción • El cerebro envejecido

Las neuronas y sus funciones

• Communicación: El envío de millones de mensajes por sequndo • Metabolismo: Convertir productos químicos y nutrientes en energía para

mantener las neuronas en funcionamiento • Reparación: Mantener las neuronas de larga vida en buenas condiciones de

funcionamiento • Placas y nudos: Los sellos particulares de la enfermedad de Alzheimer

Las placas amiloideas

• Desde la APP a las beta-amiloideas • Nudos neurofibrilares

El cerebro cambiante de la enfermedad de Alzheimer

• Alzheimer pre-clínico • Alzheimer leve • Alzheimer moderado • Alzheimer severo

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Parte 2: Investigación realizada sobre la enfermedad de Alzheimer — Encontrando nuevas respuestas y haciendo mejores preguntas

La búsqueda de las causas

• Factores genéticos que contribuyen a la enfermedad de Alzheimer o El ADN, los cromosomas y los genes

• Otros factores que contribuyen en la enfermedad de Alzheimer o El lado humano de la investigacíon sobre la enfermedad de Alzheimer

Nuevas técnicas para ayudar en el diagnóstico de Alzheimer

• Téchnicas actuales para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer

La búsqueda de nuevos tratamientos

• Ayudando a los enfermos de Alzheimer a mantener su funcionamiento mental • La desaceleración, el retraso, o la prevención de la enfermedad de Alzheimer • Controlando los síntomas • El lado humano de la investigación de la enfermedad de Alzheimer

Mejorar el apoyo a las familias y a las personas que cuidan enfermos de Alzheimer

La realidad, lo positivo y lo negativo del cuidado de una persona con Alzheimer

Ciencia a la vanguardia

Glosario

Para Mayor Información

Créditos

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Prefacio Durante las últimas décadas, la enfermedad de Alzheimer (Alzheimer's Disease o AD por su sigla en inglés) ha salido a la luz. Anteriormente considerada como un trastorno poco común, ahora se ve como el principal problema de salud pública que afecta a millones de estadounidenses y sus familias. La investigación sobre la enfermedad de Alzheimer también ha crecido. El pequeño grupo de pioneros que realizó la investigación sobre la enfermedad en los años setenta ha aumentado a miles de científicos en laboratorios e instituciones en todo el mundo.

El principal organismo dentro de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por su sigla en inglés) encargado de la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer es el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento (NIA, por su sigla en inglés), el cual inició su programa contra el Alzheimer en 1978. Desde entonces, el estudio de esta enfermedad se ha convertido en una de las prioridades mayores de NIA. Otros institutos de NIH también realizan y patrocinan estudios sobre la enfermedad de Alzheimer, entre ellos el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, el Instituto Nacional de Salud Mental y el Instituto Nacional de Investigación en Enfermería.

En el sector privado, la Asociación de Alzheimer, otras organizaciones voluntarias y la industria privada también están trabajando para combatir esta enfermedad. En conjunto, patrocinan la investigación, contribuyen a las decisiones en políticas públicas, informan y educan al público y prestan servicios fundamentales a las personas que padecen de la enfermedad de Alzheimer y a sus familias. El apoyo que ellos otorgan a la investigación es fundamental en el esfuerzo para comprender y derrotar este trastorno.

Gracias a estos grupos, el estudio de la enfermedad de Alzheimer está avanzando rápidamente. Este folleto explica qué es la enfermedad de Alzheimer, describe lo que hemos aprendido hasta la fecha y proporciona un breve resumen de la dirección de la investigación en el futuro.

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Introducción A menudo, María tenía miedo, un temor anónimo, sin forma. Su mente deteriorada no podía ponerle un nombre o dar una explicación a este temor. Las personas y los recuerdos aparecían para luego desaparecer. No podía diferenciar entre la realidad y los recuerdos de la gente que conocía. El baño ya no estaba donde estaba ayer. Vestirse se convirtió en una prueba dura e insuperable… María perdió gradualmente la capacidad para comprender lo que sus ojos y los oídos le decían.... estaba preocupada por sus cosas: una silla y la vajilla que había pertenecido a su madre. Le recordaron que se lo habían dicho una y otra vez, pero no podía recordar donde estaban sus cosas. Quizás alguien se las había robado. Había perdido tanto....

María se alegró cuando vino su familia a visitarla. A veces recordaba sus nombres; pero por lo general no podía. Nunca recordaba que la habían venido a ver la semana pasada, por lo que los regañaba regularmente por abandonarla... se complació cuando no trataron de recordarle lo que acababa de decir o que habían venido la última semana, o si recordaba a esta persona o a esta otra. Lo que más le gustaba era que la abrazaran y que la amaran.

Este extracto de "El Día de 36 Horas", un libro para las familias y personas que cuidan a enfermos de Alzheimer y otras enfermedades similares, da una idea de lo que el paciente que tiene Alzheimer está pensando y sintiendo. La pérdida gradual de la capacidad mental y de la memoria asusta y provoca frustración, tanto para la persona con la enfermedad como para su familia y sus amigos. Hace poco, no podíamos hacer mucho por María u otras personas como ella. Felizmente, esta situación está cambiando. Miles de científicos, organizaciones voluntarias, profesionales de asistencia médica y familias están trabajando para conocer más sobre la enfermedad de Alzheimer. También se están encontrando maneras de controlar, tratar y con el tiempo quizás prevenir esta terrible enfermedad.

Alzheimer es una enfermedad irreversible y progresiva que afecta el cerebro y que destruye lentamente la memoria y las aptitudes del pensamiento, y que con el tiempo incluso destruye la capacidad para llevar a cabo las tareas más sencillas. Aunque el riesgo de desarrollar Alzheimer aumenta con la edad— en la mayoría de las personas con Alzheimer los primeros síntomas aparecen después de los 60 años de edad— la enfermedad no es parte del envejecimiento normal. Es causada por una enfermedad que afecta al cerebro. Sin enfermedades, el cerebro humano con frecuencia puede funcionar bien hasta los 100 años de vida.

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El impacto de la enfermedad de Alzheimer Alzheimer es la causa más común de demencia entre las personas de 65 años o más. La demencia es la pérdida de la memoria, la razón, el juicio y el lenguaje a tal grado que interfiere con la vida cotidiana y las actividades de una persona. No es una enfermedad en sí misma, sino un grupo de síntomas que a menudo acompaña a una enfermedad o afección.

El Alzheimer es uno de los principales problemas de salud pública para los Estados Unidos porque tiene repercusiones enormes sobre los individuos, las familias, el sistema de atención de salud y la sociedad. Los científicos calculan que hasta 4 millones de personas tienen Alzheimer. Por cada 5 años más allá de los 65 años de edad, el porcentaje de personas con Alzheimer se duplica.

Más de 34 millones de personas tienen 65 años de edad o más. Este número corresponde al 13 por ciento de la población total de los Estados Unidos. El porcentaje de personas de más de 65 años aumentará rápidamente en los próximos años a medida que la generación de los “baby boomers” (personas nacidas después de la segunda guerra mundial) alcanza los 65 años de edad. Además, el grupo de personas de 85 años—el grupo con el riesgo más alto de desarrollar Alzheimer—es el segmento de crecimiento más rápido de la población. Para el año 2050, se espera que 14 millones de estadounidenses tengan Alzheimer si se mantienen los números actuales y no existen tratamientos para prevenir la enfermedad.

Un poco más de la mitad de las personas con Alzheimer son cuidadas en sus casas, mientras el resto se encuentra en diferentes clases de centros de atención. Un estudio reciente calcula que el costo anual de cuidar a una persona con Alzheimer en 1996 era entre $18.400 y $36.100, dependiendo de cuán avanzada estaba la enfermedad y de si la persona estaba siendo cuidada en casa. El costo de atención ha aumentando en forma sostenida desde entonces. El costo nacional de atender a las personas con Alzheimer se piensa podría llegar a cerca de $100 mil millones cada año.

El costo de la atención no es sólo financiero. Las familias, los amigos y las personas que cuidan a enfermos de Alzheimer luchan contra el gran estrés emocional y físico que representa hacer frente a los cambios físicos y mentales de sus seres queridos. Estas personas deben manejar muchas responsabilidades y adaptarse a sus funciones nuevas y siempre cambiantes. A medida que la enfermedad empeora y el cuidado en la casa se torna cada vez más difícil, los miembros de la familia se enfrentan con decisiones difíciles acerca de la atención a largo plazo. El número y las necesidades de las personas que cuidan a estos enfermos crecerán al mismo ritmo que la edad de la población y el número de personas con Alzheimer.

¿Cuántos casos nuevos de Alzheimer hubo en 1995? ¿Cuántos casos nuevos podrían ocurrir en el futuro?

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Los investigadores proyectaron recientemente el número de casos nuevos de Alzheimer que podrían ocurrir cada año durante los próximos 50 años si las tendencias de la población actual siguen y si no surge ningún tratamiento preventivo.

Calculan que el número de casos nuevos cada año se duplicará entre 1995 y 2050—de 377.000 a 959.000. Dos factores se combinan para causar este aumento:

• El hecho de que el riesgo de desarrollar Alzheimer aumenta con la edad. • El número creciente de personas mayores, especialmente de más de 85 años de

edad.

El número anual de casos nuevos comenzará a subir bruscamente alrededor del año 2040, cuando toda la generación de los "baby boomers" alcance los 65 años de edad.

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Desentrañando el misterio Pensar en la enfermedad de Alzheimer conduce a preguntas tales como: ¿Desarrollaré Alzheimer? ¿Cómo se desarrolla? ¿Qué lo causa? ¿Qué se puede hacer para curar o prevenir Alzheimer? Los científicos se hacen las mismas preguntas y este folleto describe la búsqueda de las respuestas. Está escrito para personas con Alzheimer, los miembros de la familia, los amigos y las personas encargadas del cuidado de los enfermos, y para otras personas interesadas en saber más sobre esta condición.

Desentrañando el misterio tiene dos partes. La Parte 1 da a los lectores los elementos básicos—un “paseo” a través del cerebro. Las ilustraciones y el texto exponen cómo es y funciona un cerebro saludable y lo que sucede en un cerebro afectado por Alzheimer. La Parte 2 habla sobre la investigación actual y los adelantos que nos están acercando a una forma de controlar, y con el tiempo derrotar, la enfermedad de Alzheimer. En este documento, los términos en negrita serán definidos en un glosario al final del folleto.

El final del folleto también incluye una lista de publicaciones y recursos que los familiares y aquellos que cuidan a los pacientes de Alzheimer pueden encontrar útiles a medida que lidian a diario con la enfermedad. Un folleto como éste no habría sido posible hace 25 años atrás. Aparte de algunas cosas básicas, sabíamos muy poco acerca de la enfermedad de Alzheimer. Ni siquiera sabíamos que era una enfermedad, algo diferente al envejecimiento normal. Hoy sabemos mucho más acerca de la enfermedad de Alzheimer—qué es, quién la contrae, cómo se desarrolla y el curso que sigue. Somos más capaces de diagnosticarla temprano y con exactitud. Incluso tenemos algunas ideas prometedoras sobre posibles tratamientos. Los estudios recientes están empezando a centrarse en los factores que podrían usarse para reducir el riesgo de las personas de desarrollar Alzheimer en el futuro. La investigación realizada durante las dos últimas décadas ha profundizado la comprensión que tenemos de esta enfermedad devastadora. La investigación también ha ampliado nuestro conocimiento de la función cerebral en las personas mayores sanas y maneras para identificar la forma de reducir la declinación de la función mental relacionada con la edad.

¿Dónde son atendidas las personas con Alzheimer?

• El hogar • Residencias con asistencia para personas mayores (aquellas personas en las etapas

iniciales de la enfermedad) • Hogares para convalecientes • Unidades de atención especial

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PARTE 1: Un paseo a través del cerebro El cerebro es un órgano extraordinario. Aparentemente sin ningún esfuerzo, nos permite llevar a cabo cada faceta de nuestras vidas cotidianas. Administra muchas de las funciones corporales que suceden sin nuestro conocimiento o dirección, como la respiración, la circulación de la sangre y la digestión. También dirige todas las funciones que llevamos a cabo conscientemente. Podemos hablar, mover, ver, recordar, sentir emociones y tomar decisiones debido a la mezcla complicada de los procesos químicos y eléctricos que tienen lugar en nuestros cerebros.

Nuestros cerebros están compuestos de células nerviosas y de otros tipos de células. Las células nerviosas también se llaman neuronas. La función de las neuronas en todos los animales es básicamente la misma, a pesar de que los animales son diferentes unos de otros. Lo que diferencia a los seres humanos de los animales es el número de células nerviosas que tenemos en la corteza cerebral, regiones que son proporcionalmente mucho más grandes en los seres humanos que en otros animales. Estas regiones son las partes del cerebro donde las funciones cognitivas, como el pensamiento, el aprendizaje, el habla, la memoria y la toma de decisiones se llevan a cabo. Las interconexiones entre las células nerviosas en estas regiones también nos diferencian de otros animales.

Para comprender la enfermedad de Alzheimer, es importante conocer un poco acerca del cerebro. La Parte 1 de Desentrañando el misterio primero nos muestra el interior del cerebro normal, cómo funciona y lo que sucede cuando envejece. Luego, nos muestra lo que le sucede al cerebro cuando tiene Alzheimer y cómo la enfermedad destruye lentamente las capacidades mentales y físicas de una persona.

Las estadísticas vitales del cerebro

• Peso adulto: cerca de 3 libras • Tamaño adulto: el de una coliflor mediana • Número de neuronas: 100.000.000.000 (100 mil millones) • Número de sinapsis (el espacio entre las neuronas): 100.000.000.000.000 (100

billones)

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Dentro del cerebro humano

Los tres actores principales

• Los hemisferios del cerebro constituyen el 85 por ciento del peso del cerebro. Las miles de millones de neuronas en los dos hemisferios están conectadas por un espeso manojo de nervios llamado cuerpo calloso. Los científicos piensan que los dos hemisferios difieren no tanto en lo que se enfocan (la idea de “lo lógico” frente a “lo artístico”), sino en cómo procesan información. El hemisferio izquierdo parece centrarse en los detalles (tales como reconocer una cara particular en una multitud). El hemisferio derecho se centra en generalidades (tales como comprender la posición relativa de objetos en el espacio). Los hemisferios cerebrales tienen una capa exterior llamada corteza cerebral. Aquí es donde el cerebro procesa la información sensorial recibida del mundo exterior, controla los movimientos voluntarios y regula el pensamiento consciente y la actividad mental.

• El cerebelo cubre un poco más del 10 por ciento del cerebro. Está a cargo del equilibrio y de la coordinación. El cerebelo también tiene dos hemisferios que siempre están recibiendo información de los ojos, oídos, músculos y articulaciones acerca de los movimientos y la posición del cuerpo. Una vez que el cerebelo procesa esta información, ésta viaja a través del resto del cerebro y la médula espinal para emitir instrucciones al cuerpo. El trabajo del cerebelo nos permite caminar sin tropiezos, mantener nuestro equilibrio y dar la vuelta sin tener que pensar para hacerlo.

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• El tallo cerebral está ubicado en la base del cerebro. Conecta la médula espinal con el resto del cerebro. Aunque es el más pequeño de los tres actores principales, sus funciones son cruciales para la supervivencia. El tallo cerebral controla las funciones automáticas que nos mantienen vivos—nuestra frecuencia cardiaca, la presión arterial y la respiración. También retransmite la información entre el cerebro y la médula espinal, que luego emite mensajes a los músculos, la piel y a otros órganos. El descanso y el sueño también son controlados por el tallo cerebral.

Otras partes cruciales

Existen otras partes esenciales del cerebro que están ubicadas en el interior de los hemisferios:

• El sistema límbico—o visceral—vincula el tallo cerebral con elementos de alto razonamiento de la corteza cerebral. Controla las emociones y el comportamiento instintivo. También es donde está ubicado el sentido del olfato.

• El hipocampo es parte importante del proceso de aprendizaje y de la memoria a corto plazo. Se considera como la parte del cerebro donde los recuerdos a corto plazo se transforman en recuerdos a largo plazo, para luego ser almacenados en otras áreas del cerebro.

• El tálamo recibe la información sensorial y límbica, la procesa, y luego la envía a la corteza cerebral.

• El hipotálamo es una estructura bajo el tálamo que vigila las actividades como la temperatura corporal y el consumo de alimentos. Da instrucciones para corregir cualquier desajuste. El hipotálamo también controla el reloj interno del cuerpo.

El cerebro en acción Nuevas técnicas de imaginología permiten a los científicos vigilar la función cerebral en las personas vivas. Esto ha abierto mundos de conocimiento acerca de la función cerebral normal y cómo cambia con la edad o con las enfermedades.

Una de estas técnicas se llama tomografía por emisión de positrones, o TEP de exploración (PET, sigla en inglés). La PET mide el flujo sanguíneo y metabolismo de la glucosa en todo el cerebro (para más información sobre el metabolismo vea la sección Las neuronas y sus funciones). Cuando las células nerviosas de una región del cerebro se activan, el flujo sanguíneo y el metabolismo aumentan en esas regiones. Estos aumentos se ven generalmente como colores rojos y amarillos en una PET. Las sombras azules y negras indican una disminución o falta de actividad dentro de una región cerebral. Esencialmente, una PET produce un “mapa” del cerebro activo.

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Los científicos usan las exploraciones de la PET para ver lo que sucede en el cerebro cuando una persona realiza una actividad física o mental, descansa, duerme o sueña. Los científicos también pueden inyectar productos químicos marcados con un rastreador que se encenderá durante las PET. Estos rastreadores pueden seguir la actividad de los productos químicos cerebrales, por ejemplo los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. Algunos de estos neurotransmisores se alteran con la edad, enfermedades y medicamentos.

Escuchando

palabras Diciendo palabras

Viendo palabras Pensando en palabras

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El cerebro envejecido A medida que una persona envejece, se producen cambios en todas las partes del cuerpo, incluyendo el cerebro:

• Algunas neuronas se encogen, especialmente las más grandes en áreas importantes para el aprendizaje, la memoria, la planificación y otras actividades mentales complejas.

• Los nudos y las placas se desarrollan en las neuronas y en las áreas circundantes, sin embargo en cantidades mucho más pequeñas que cuando una persona tiene Alzheimer (para más información refiérase a la sección Placas y nudos).

• El daño ocasionado por los radicales libres aumenta (los radicales libres son una clase de molécula que reacciona fácilmente con otras moléculas para más información sobre estas moléculas refiérase a la sección Daño oxidativo de los radicales libres).

¿Cuál es el impacto de estos cambios? Las personas mayores sanas pueden notar una disminución moderada en la capacidad de aprender cosas nuevas y recordar información, como por ejemplo, recordar nombres. Igualmente, pueden llevar a cabo de manera deficiente tareas complejas relacionadas con la atención, el aprendizaje y la memoria. Sin embargo, si se les da el tiempo suficiente para cumplir este tipo de tareas, el puntaje de las personas sanas con edades entre 70 y 80 años es a menudo el mismo que el de los adultos más jóvenes. A medida que estas personas envejecen, los adultos a menudo mejoran su vocabulario y otros tipos de conocimiento verbal.

Las neuronas y su funcionamiento El cerebro humano está formado por miles de millones de neuronas. Cada una tiene un cuerpo, axón, y muchas dendritas. El cuerpo de las células contiene un núcleo, que controla las actividades de toda la célula y de varias otras estructuras que cumplen funciones específicas. El axón, que es mucho más angosto que un cabello humano, se expande hacia el exterior del cuerpo de la célula y transmite mensajes a otras neuronas. A veces, los mensajes tienen que desplazarse grandes distancias (¡hasta 5 pies!). Las dendritas también se ramifican o extienden del cuerpo de las células. Reciben mensajes de los axones de otras células nerviosas. Cada célula nerviosa está conectada a miles de otras células nerviosas a través de sus axones y dendritas. Las neuronas están rodeadas por las células gliales, que las apoyan, protegen y nutren.

Los grupos de neuronas en el cerebro tienen trabajos especiales. Por ejemplo, algunos se relacionan con el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Otros se encargan de la

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recepción de la información sensorial. Otros se comunican con los músculos, estimulándolos a la acción.

Son varios los procesos que tienen que funcionar en conjunto y sin tropiezos para que las neuronas sobrevivan y permanezcan saludables. Estos procesos son la comunicación, el metabolismo y la reparación.

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Comunicación: El envío de millones de mensajes por segundo Imagine los cables de telecomunicación que funcionan en nuestras calles. Todo el día y la noche, millones de llamadas telefónicas pasan a través de cables de fibra óptica a velocidades increíbles, dejando que las personas hagan negocios, den instrucciones, se rían, o se enteren de algunas noticias. Multiplique eso por cientos de veces y eso es el cerebro. Las neuronas son grandes comunicadoras, siempre en contacto con sus vecinos.

A medida que una neurona recibe mensajes de las células que la rodean, una carga eléctrica, o impulso nervioso, se acumula. Esta descarga se desplaza hacia la parte baja del axón hasta que llega al final. Aquí, se desencadena la liberación de mensajeros químicos llamados neurotransmisores, que se mueven desde el axón hacia las dendritas o los cuerpos de otras neuronas a través de un espacio diminuto. Una neurona típica tiene hasta 15 mil de estos espacios diminutos o sinapsis. Después de que pasan a través de las sinapsis, los neurotransmisores se unen a receptores específicos en el extremo receptor de las dendritas de las neuronas vecinas. También pueden unirse directamente a los cuerpos de las células.

Una vez que los receptores se activan, abren canales a través de la membrana de las células hacia el interior del nervio receptor de la célula, o comienzan otros procesos que determinan cuál será el siguiente paso del nervio receptor. Algunos neurotransmisores inhiben la función de las células nerviosas (o sea, hacen que sea menos probable que la célula del nervio envíe una señal eléctrica hacia el axón). Otros neurotransmisores estimulan las células nerviosas; preparan la célula receptora para tornarse activa o enviar una señal eléctrica a través del axón a otras neuronas que se encuentran en el mismo camino.

En cualquier momento, millones de estas señales pasan rápidamente por las vías en el cerebro, permitiéndole recibir y procesar la información, hacer ajustes y dar instrucciones a diversas partes del cuerpo. Si las neuronas se desconectan, se enferman y podrían morir.

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Metabolismo: Convertir productos químicos y nutrientes en energía para mantener las neuronas en funcionamiento El metabolismo es el proceso mediante el cual las células y las moléculas procesan productos químicos y nutrientes para generar energía y formar elementos fundamentales que fabrican moléculas celulares nuevas, como las proteínas. El metabolismo eficaz necesita suficiente sangre circulando para proveer a las células con oxígeno y glucosa, un tipo de azúcar. La glucosa es la única fuente de energía generalmente disponible para el cerebro. Sin oxígeno o glucosa, las neuronas no pueden sobrevivir.

Esta figura muestra las neuronas de ratas jóvenes y ancianas en reposo y con aumento de la duración de la estimulación. Cuando las neuronas son estimuladas, aumenta el metabolismo. Las neuronas estimuladas de las ratas jóvenes mantienen el calcio dentro de los niveles normales. Las ratas más viejas no pueden hacer esto. Altos niveles de calcio en las neuronas viejas pueden hacerlas susceptibles a la disfunción y la muerte. La escala de color es un índice del calcio celular donde el color rojo indica los niveles más altos.

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Reparación: Mantener las neuronas de larga vida en buenas condiciones de funcionamiento A diferencia de la mayoría de las células que tienen una duración de vida bastante corta, las células nerviosas que se generan en el feto o poco tiempo después del nacimiento viven mucho tiempo. Las neuronas cerebrales pueden vivir hasta 100 años o más. En un adulto, cuando las neuronas mueren debido a enfermedades o lesiones, por lo general no son reemplazadas. La investigación reciente, sin embargo, indica que en algunas regiones cerebrales pueden nacer neuronas nuevas, aun en un cerebro viejo.

Para evitar su propia muerte, las neuronas vivientes deben mantenerse y renovarse constantemente. Si la limpieza y la reparación de las células se vuelven más lentas o se detienen por cualquier motivo, la célula nerviosa no funciona bien y con el tiempo, muere.

Esta figura muestra los efectos del ejercicio sobre los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (brain-derived neurotrophic factor o BDNF, por su sigla en inglés) en el hipocampo de las ratas. Los factores de crecimiento como el BDNF ayudan a muchas neuronas a sobrevivir. Los niveles del mensaje que hace el BDNF son mucho mayores en las ratas que ejercitan (A) que en las que no (B). El ejercicio puede beneficiar la salud de las neuronas sanas en las ratas al provocar que las neuronas fabriquen un BDNF más seguro. Los colores rojo y amarillo indican los niveles más altos de BDNF, mientras que el verde y el azul indican el más bajo.

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Placas y nudos: Los sellos particulares de la enfermedad de Alzheimer La enfermedad de Alzheimer interrumpe cada uno de los tres procesos que mantienen las neuronas saludables: la comunicación, el metabolismo y la reparación. Esta interrupción causa que ciertas células nerviosas que se encuentran en el cerebro interrumpan su función, pierdan las conexiones con otras células nerviosas, y por último, mueran. La destrucción y la muerte de las células nerviosas provocan una falla en la memoria, cambios de personalidad, problemas para llevar a cabo las actividades diarias y otras características de la enfermedad.

Los cerebros de los pacientes con Alzheimer tienen una abundancia de dos estructuras anormales—las beta-amiloideas y los nudos neurofibrilares. Esto es especialmente cierto en aquellas regiones del cerebro importantes para la memoria. Las placas son densas, principalmente depósitos insolubles (que no pueden disolverse) de proteína y de material celular acumulados afuera y alrededor de las neuronas. Los nudos son fibras retorcidas insolubles que se acumulan dentro de la célula nerviosa. A pesar de que muchas personas mayores desarrollan placas y nudos, los cerebros de los pacientes de Alzheimer los tienen en un grado mucho mayor. Los científicos han sabido de la formación de estas placas y nudos por muchos años, pero investigaciones recientes han revelado mucho más acerca de lo que los componen, cómo se forman y de sus roles en la enfermedad de Alzheimer.

Las placas amiloideas Las placas están hechas de beta-amiloideas, un fragmento proteico que forma parte de una proteína más grande llamada proteína precursora de amiloidea (APP, por su sigla en inglés). Estos fragmentos se agrupan y mezclan con otras moléculas, neuronas y células no nerviosas. En la enfermedad de Alzheimer, las placas se desarrollan en el hipocampo, una estructura en el cerebro que ayuda a codificar los recuerdos, y en otras áreas de la corteza cerebral que se usan para pensar y tomar decisiones. Todavía no sabemos si las placas beta-amiloideas causan Alzheimer o si son un subproducto del proceso de Alzheimer. Sí sabemos que los cambios en la estructura de la APP pueden causar una forma rara y hereditaria de Alzheimer (para más información sobre el Alzheimer hereditario refiérase a la sección Los genes y la enfermedad de Alzheimer de aparición temprana o precoz).

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Una placa de la enfermedad de Alzheimer

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Desde la APP a las beta-amiloideas La APP es una proteína que pareciera ser importante para ayudar al crecimiento y la supervivencia de las neuronas. La APP puede ayudar a curar a aquellas neuronas lesionadas y a que algunas partes de las neuronas se desarrollen después de una lesión cerebral. En el Alzheimer algo causa que la APP se divida en fragmentos, uno de los cuales se conoce como beta-amiloideos; con el tiempo, los fragmentos beta-amiloideos se acumulan en las placas.

La APP está asociada con la membrana celular, una pared delgada que envuelve la célula. Una vez que se ha formado, la APP penetra la membrana de la neurona y queda parcialmente adentro y parcialmente afuera de la célula.

Las enzimas (sustancias que causan o aceleran una reacción química) actúan sobre la APP y la cortan en fragmentos de proteína, uno de los cuales se llama beta-amiloidea.

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Los fragmentos beta-amiloideos empiezan a unirse en masas externas afuera de la célula, luego se unen a otras moléculas y a células no nerviosas para formar placas insolubles.

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Nudos neurofibrilares Las neuronas sanas tienen una estructura interna de apoyo en parte constituida por estructuras llamadas microtúbulos. Estos actúan como rastreadores, guiando a los nutrientes y a las moléculas desde el cuerpo de la célula hacia el extremo final del axón y de vuelta a la célula. Una clase especial de proteína, llamada tau, estabiliza los microtúbulos. En el Alzheimer, la proteína tau cambia químicamente. Empieza a formar pareja con otras hebras de tau y forman un enredo. Cuando esto sucede, los microtúbulos se desintegran, colapsando el sistema de transporte de las neuronas. Esto puede dar lugar inicialmente al mal funcionamiento de la comunicación entre las neuronas y posteriormente a la muerte de las células.

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El cerebro cambiante de la enfermedad de Alzheimer Nadie sabe exactamente qué hace que comience el proceso de la enfermedad de Alzheimer o por qué algunos de los cambios normales asociados con el envejecimiento se vuelven más extremos y destructivos en los pacientes con la enfermedad. Sí conocemos mucho, sin embargo, acerca de lo que sucede en el cerebro una vez que el Alzheimer se afianza y sobre los cambios físicos y mentales que ocurren con el transcurso del tiempo. El tiempo que transcurre entre el diagnóstico y la muerte varía—desde 3 años si el paciente tiene más de 80 años cuando es diagnosticado, hasta 10 años o más si el paciente es más joven. Aunque el curso de Alzheimer no es el mismo en todos los pacientes, los síntomas se desarrollan generalmente en las mismas etapas.

Estudio TEP* de un

cerebro normal Estudio TEP* de un

cerebro con Alzheimer

* Tomografía por emisión de positrones, o PET Scan en inglés

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Alzheimer pre-clínico El Alzheimer empieza en la corteza entorinal ubicada cerca del hipocampo y con conexiones directas a éste. Luego procede al hipocampo, estructura esencial para la formación de los recuerdos a corto plazo y a largo plazo. Las regiones afectadas empiezan a atrofiarse (encogerse). Estos cambios cerebrales probablemente comienzan 10 a 20 años antes de que cualquier señal se haga evidente y aparezcan los síntomas. La pérdida de la memoria, la primera señal visible, es la característica principal de la deficiencia cognitiva leve (mild cognitive impairment, o MCI, por su sigla en inglés) (para más información refiérase a la sección Criterios para determinar una ‘probable’ enfermedad de Alzheimer). Muchos científicos piensan que la deficiencia cognitiva leve es una fase inicial y transitoria entre el envejecimiento normal del cerebro y la enfermedad de Alzheimer.

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Alzheimer leve A medida que la enfermedad empieza a afectar la corteza cerebral, la pérdida de la memoria continúa y surgen cambios en otras capacidades cognitivas. El diagnóstico clínico de la enfermedad de Alzheimer se hace generalmente durante esta etapa. Las señales del Alzheimer leve incluyen:

• Pérdida de la memoria • Confusión acerca de la ubicación de lugares familiares (perderse es el primer

paso) • Demora en realizar las tareas diarias • Dificultad para manejar dinero y pagar cuentas • Juicio deficiente que lleva a tomar decisiones erróneas • Pérdida de la espontaneidad y del sentido de iniciativa • Cambios en el estado de ánimo y de la personalidad, aumento de la ansiedad

El creciente número de placas y nudos primero daña las áreas del cerebro que controlan la memoria, el lenguaje y el razonamiento. No es hasta en etapas posteriores de la enfermedad que las capacidades físicas decaen. Esto conduce a una situación en el tipo de Alzheimer leve en donde una persona parece estar sana, pero en realidad tiene cada vez más dificultades para comprender el mundo que la rodea. La comprensión de que algo está mal a menudo viene de manera gradual porque las señales precoces de la enfermedad pueden ser confundidas con cambios que suceden de manera normal con el envejecimiento. La aceptación de estas señales y la decisión de someterse a pruebas de diagnóstico pueden ser un obstáculo grande para los pacientes y las familias.

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Alzheimer moderado En esta etapa, el daño del Alzheimer se ha difundido aún más hacia las áreas de la corteza cerebral que controlan el lenguaje, el razonamiento, el procesamiento sensorial y el pensamiento consciente. Las regiones afectadas siguen atrofiándose y las señales y los síntomas de la enfermedad se tornan más pronunciados y generalizados. Podrían llegar a presentarse problemas de comportamiento, como la deambulación o vagabundeo y la agitación. La supervisión y atención más intensiva se vuelven necesarias, y esto puede ser difícil para muchos cónyuges y familias. Los síntomas de esta etapa pueden incluir:

• Aumento de la pérdida de la memoria y confusión • Períodos más cortos de concentración • Problemas para reconocer a los amigos y a los miembros de la familia • Dificultades con el lenguaje; problemas para leer, escribir, trabajar con números • Dificultad para organizar pensamientos y pensar lógicamente • Incapacidad para aprender cosas nuevas o a hacer frente a situaciones nuevas o

inesperadas • Inquietud, agitación, ansiedad, constantes ganas de llorar, vagabundeo

(deambulación)—especialmente en la tarde o en la noche • Afirmaciones o movimiento repetitivos, contracciones musculares ocasionales • Alucinaciones, falsas ilusiones, suspicacia o paranoia, irritabilidad • Pérdida de control de los impulsos (expresada a través de malos modales en la

mesa, desvestirse en momentos o lugares inapropiados, o usar un lenguaje vulgar) • Problemas de percepción motora (dificultades para levantarse de una silla o poner

la mesa).

El comportamiento es el resultado de procesos cerebrales complejos que tienen lugar en una fracción de un segundo en un cerebro sano. En la enfermedad de Alzheimer, muchos de estos procesos están perturbados y esto da lugar a comportamientos angustiantes o inapropiados. Por ejemplo, una persona puede enojarse y rehusar a bañarse o vestirse porque no comprende lo que la persona que lo cuida le está pidiendo que haga. Y si comprende, no puede recordar cómo hacerlo. La ira es una forma de ocultar su confusión y ansiedad. O, una persona con Alzheimer puede seguir constantemente a su esposo o a la persona que lo cuida e inquietarse cuando la persona no está cerca. Para una persona que no puede recordar el pasado o prever el futuro, el mundo que la rodea puede volverse extraño y hasta peligroso. Mantenerse cerca de la persona que los cuida o de un familiar quizá sea la única cosa que tiene sentido y le proporciona seguridad. Quitarse la ropa puede parecer razonable para una persona con Alzheimer si por ejemplo tiene calor y no comprende ni recuerda que desvestirse en público no es aceptable.

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Alzheimer severo En la última etapa de Alzheimer, las placas y los nudos están esparcidos por todo el cerebro y algunas áreas del cerebro se han atrofiado aún más. Los pacientes no pueden reconocer a la familia y a los seres queridos ni comunicarse de ninguna forma. Dependen completamente de otras personas. Todo el sentido de la personalidad propia parece desaparecer. Otros síntomas pueden incluir:

• Pérdida de peso • Crisis convulsivas, infecciones de la piel, dificultad para tragar • Gemidos, lamentaciones, o gruñidos • Aumento de las horas de sueño • Falta de control de la vejiga y del intestino

Al final, los pacientes pueden estar en cama mucho o todo el tiempo. La mayoría de las personas con Alzheimer muere de otras enfermedades, con frecuencia neumonía de aspiración. Este tipo de neumonía sucede cuando una persona no es capaz de tragar adecuadamente y los alimentos o los líquidos son llevados por la respiración a los pulmones.

Enfermedad de Alzheimer pre-clínica

Enfermedad de Alzheimer leve a moderada

Enfermedad de Alzheimer severa

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Las zonas en azul indican las áreas afectadas en las varias etapas de la enfermedad de

Alzheimer.

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PARTE 2: Investigación sobre el Alzheimer - Encontrando nuevas respuestas y haciendo mejores preguntas En los 25 últimos años, los científicos han estudiado la enfermedad de Alzheimer desde muchos ángulos. Han mirado a las poblaciones para ver cuántos casos de Alzheimer ocurren y para descubrir si existen conexiones entre la enfermedad y los modos de vida o los antecedentes genéticos. Han realizado estudios clínicos con personas mayores saludables y con personas en diversas etapas de Alzheimer. Han examinado las células nerviosas individuales para ver cómo las moléculas beta-amiloideas y de otro tipo afectan la capacidad de las células de funcionar normalmente.

Estos estudios han conducido a mejores pruebas de diagnóstico, a nuevas maneras de manejar los aspectos de la conducta de las personas que sufren de Alzheimer y a un número creciente de nuevos medicamentos. Los resultados de la investigación actual están dirigiendo a los científicos a un futuro prometedor. También están ayudando a los investigadores a que hagan mejores preguntas sobre aquellos temas que están todavía poco claros.

La Parte 2 de Desentrañando el misterio describe lo que estamos aprendiendo en nuestra búsqueda de:

• Las causas de la enfermedad de Alzheimer • Nuevas técnicas para ayudar en el diagnóstico • Nuevos tratamientos • Maneras de mejorar el apoyo a las familias y a las personas que cuidan adultos

con Alzheimer

Los resultados de esta investigación nos acercarán al día cuando podamos prevenir o hasta curar esta devastadora enfermedad que les arrebata a nuestros familiares y amigos mayores su posesión más preciada—sus mentes.

Entonces y ahora: El rápido ritmo del desarrollo en la investigación de la enfermedad de Alzheimer Lo que no sabíamos antes Lo que sabemos hasta ahora (2002)

Hace 15 años

• No conocíamos ninguno de los genes que podrían causar Alzheimer.

• Conocemos los tres genes principales del Alzheimer de aparición temprana y uno de los principales genes del factor de riesgo

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• No teníamos idea de las vías biológicas que participan en el desarrollo de daños al cerebro durante la enfermedad de Alzheimer.

del Alzheimer de aparición tardía.

• Conocemos mucho acerca de las vías que conducen al desarrollo de las placas beta-amiloideas en el cerebro—una de las características principales de Alzheimer.

Hace 10 años

• No podíamos modelar la enfermedad en los animales.

• Los científicos han desarrollado clases especiales de ratones que producen placas beta-amiloideas.

Hace 5 años

• NIH no financiaba ningún ensayo clínico de prevención.

• No teníamos manera de identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar Alzheimer.

• NIH está financiando ensayos clínicos que evalúan las maneras posibles de prevenir Alzheimer.

• Podemos identificar a los individuos con alto riesgo mediante la formación de imágenes, pruebas neuropsicológicas y entrevistas estructuradas.

Hace 1 año

• No comprendíamos nada sobre cuánto se relacionan entre sí las placas y los nudos.

• Al desarrollar otra clase de ratones que tienen tanto placas como nudos, ahora sabemos que las placas pueden influir en el desarrollo de los nudos.

La búsqueda de las causas Una de las piezas más importantes para desentrañar el misterio del Alzheimer es determinar lo que causa la enfermedad. En primer lugar, ¿Qué hace que el proceso de la enfermedad empiece? ¿Qué es lo que empeora con el transcurso del tiempo? ¿Por qué aumenta el número de personas con la enfermedad con el aumento de la edad? ¿Por qué lo desarrollan algunas personas mientras que otras siguen siendo saludables?

Algunas enfermedades, como el sarampión o la neumonía, tienen causas específicas. Pueden prevenirse con vacunas o curarse con antibióticos. Otras, como la diabetes o la artritis, se desarrollan cuando los factores genéticos, el modo de vida y el medio ambiente

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colaboran para causar que el proceso de la enfermedad comience. La importancia de cada uno de estos factores quizá es diferente para cada individuo.

El Alzheimer encaja en este segundo grupo de enfermedades. Todavía no entendemos completamente lo que causa Alzheimer, pero sabemos que se desarrolla a causa de una compleja serie de sucesos que tienen lugar en el cerebro durante un largo período. Muchos estudios están explorando los factores que influyen en la causa y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

Factores genéticos que contribuyen a la enfermedad de Alzheimer En los últimos años, el trabajo de detective realizado por los científicos ha resultado en el descubrimiento de enlaces genéticos involucrados con los dos tipos principales de Alzheimer. Uno de ellos, el tipo más raro, es la enfermedad de Alzheimer de aparición temprana o precoz. Afecta generalmente a las personas entre 30 y 60 años de edad. Algunos casos de este tipo de Alzheimer son hereditarios y se denominan Alzheimer familiar (FAD, por su sigla en inglés). El otro tipo es la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía. Es la forma más común y ocurre en aquellas personas de 65 años de edad y mayores.

Los genes y la enfermedad de Alzheimer de aparición temprana o precoz

En las últimas décadas, los investigadores que trabajan con Alzheimer se han dado cuenta que algunos casos, en particular aquellos casos de Alzheimer precoz, se heredan en las familias. Esto los ha llevado a examinar muestras de ADN de estas familias para ver si tenían algún rasgo genético en común. Los cromosomas 21, 14 y 1 se convirtieron en el foco de atención. Los científicos encontraron que algunas familias tienen una mutación en ciertos genes en estos cromosomas. En el cromosoma 21, la mutación hace que se produzca una proteína precursora amiloidea anormal (APP). En el cromosoma 14, la mutación causa que se produzca una proteína anormal llamada presenilin 1. En el cromosoma 1, la mutación causa que otra proteína anormal se produzca. Esta proteína, llamada presenilin 2, es muy similar a la presenilin 1. Aunque sólo uno de estos genes heredados de uno de los padres contenga una mutación, la persona desarrollará inevitablemente Alzheimer precoz. Esto significa que en estas familias, los niños tienen hasta un 50 por ciento de probabilidades de desarrollar la enfermedad si uno de sus padres la tiene.

Aunque el Alzheimer precoz es muy raro y las mutaciones en estos tres genes no desempeñan una función en la aparición de la forma más común de Alzheimer, estos resultados fueron cruciales porque mostraron que la genética es en verdad un factor en la

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aparición de Alzheimer y ayudó a identificar a los actores claves en el proceso del trastorno. Además, comprobaron que las mutaciones en la APP pueden provocar Alzheimer, destacando la función clave de la beta-amiloidea en la enfermedad. Muchos científicos creen que las mutaciones en cada uno de estos genes causan una sobreproducción de beta-amiloidea perjudicial para el cerebro.

Los resultados también sentaron las bases para muchos otros estudios que han aumentado nuestros conocimientos y han creado nuevas posibilidades para futuros tratamientos. Por ejemplo, en los últimos años, una serie de experimentos sumamente complejos han revelado que la presenilin podría ser en realidad una de las enzimas (sustancias que causan o aceleran una reacción química) que la APP utiliza para formar beta-amiloidea (fragmento proteico que es el componente principal de las placas de Alzheimer). Este descubrimiento ha ayudado a aclarar cómo la presenilin participaría en las primeras etapas de Alzheimer. También ha dado a los científicos metas para crear nuevos medicamentos y ha estimulado nuevos estudios en el tubo de ensayo, en los animales y hasta en las personas.

Una historia genética diferente en la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía

Mientras algunos científicos estaban centrados en la función de los cromosomas 21, 14, y 1 en la aparición del Alzheimer precoz, otros estaban buscando en otro lugar para ver si podían encontrar indicios genéticos de la forma de aparición tardía. Para 1992, estos investigadores habían reducido la búsqueda a una región del cromosoma 19. Al mismo tiempo, otros colegas estaban buscando las proteínas que unen a las beta-amiloideas. Estaban esperando aclarar algunos de los pasos de las fases iniciales del proceso de aparición de la enfermedad. Encontraron que una forma de una proteína llamada apolipoproteína E (ApoE) se unía rápida y firmemente a las beta-amiloideas. También encontraron que el gen que produce ApoE estaba ubicado en la misma región del cromosoma 19 especificado por los genetistas. Este resultado los condujo a sugerir que una forma de este gen era un factor de riesgo de la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía.

Otros estudios desde entonces han revelado que el gen que produce ApoE viene en varias formas, o alelos—e2, e3 y e4. El alelo de e2 de APOE es relativamente raro y puede proporcionar algún tipo de protección contra la enfermedad. Si el Alzheimer se presenta en una persona con este alelo, la enfermedad se desarrollará en etapas posteriores de la vida. El APOE e3 es el alelo más común. Los investigadores piensan que juega una función neutral en la aparición de Alzheimer. El APOE e4 ocurre en cerca del 40 por ciento de todos los pacientes con Alzheimer que contraen la enfermedad en etapas posteriores de la vida, aunque no está limitado a las personas cuyas familias tienen antecedentes de Alzheimer. Los pacientes con Alzheimer que no tienen antecedentes familiares conocidos de la enfermedad tienen también mayores probabilidades de tener un alelo de e4 de APOE que las personas que no tienen Alzheimer. Docenas de estudios han confirmado que el alelo de e4 de APOE aumenta el riesgo del desarrollar Alzheimer.

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Estos estudios también han ayudado a explicar algunas de las variaciones en la edad en la se presenta la enfermedad. Sin embargo, la herencia de un alelo de e4 de APOE no significa que una persona definitivamente vaya a desarrollar Alzheimer. Algunas personas con un par de alelos de e4 de APOE nunca contraen la enfermedad y otros que sí desarrollan la enfermedad no tienen un alelo e4 de APOE.

Aunque todavía no se sabe exactamente cómo el e4 de APOE aumenta el riesgo de Alzheimer, una teoría es que cuando su producto proteico se une rápida y firmemente a las beta-amiloideas, la amiloidea, que normalmente es soluble, se convierte en insoluble. Esto podría significar que tiene una mayor probabilidad de depositarse y acumularse en las placas.

Mientras los científicos están trabajando para comprender más plenamente el gen de APOE y su función en la aparición del Alzheimer, también han identificado regiones en otros cromosomas que podrían contener factores de riesgo genéticos. Por ejemplo, en el año 2000, tres equipos de científicos, usando tres estrategias diferentes, publicaron estudios que revelaban que el cromosoma 10 tiene una región que puede contener varios genes que podrían aumentar el riesgo de desarrollar Alzheimer. La identificación de estos genes es un paso importante en el proceso de investigación que conducirá a comprender cómo los cambios en las estructuras de las proteínas hacen que comience el proceso de desarrollar la enfermedad y la secuencia de los eventos que ocurren una vez que la enfermedad se ha desarrollado. Una vez comprendidos estos procesos, los científicos pueden buscar nuevas maneras para diagnosticar, tratar o incluso prevenir Alzheimer.

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El ADN, los cromosomas y los genes: El asombroso centro de control del cuerpo El núcleo de casi todas las células humanas contiene una vasta base de datos de información química. Esta base de datos lleva todas las instrucciones que la célula necesita para cumplir con su función. Esta base de datos es el ADN. El ADN tiene forma de dos hebras largas, entrelazadas, similares a hilos envasados en unidades llamadas cromosomas. Cada célula tiene 46 cromosomas distribuidos en 23 pares. Los cromosomas están constituidos de cuatro productos químicos, o bases, organizados en diversos modelos de secuencia. Las personas heredan material en cada cromosoma de cada padre.

Cada cromosoma tiene miles de segmentos, llamados genes. La secuencia de las bases en un gen le dice a la célula cómo fabricar proteínas específicas. Las proteínas determinan las características físicas de los organismos vivos. También dirigen casi todo el aspecto de la construcción, operación y reparación del organismo. Aunque sean leves, las alteraciones en un gen pueden producir una proteína anormal, que, a su vez, puede conducir a la disfunción de las células, y con el tiempo, a las enfermedades. Cualquier cambio poco común en el ADN de un gen que causa una enfermedad se llama una mutación. Otros cambios más comunes (o frecuentes) en el ADN de un gen no causan automáticamente enfermedades, pero pueden aumentar las posibilidades de que una persona contraiga una enfermedad particular. Cuando esto sucede, al gen alterado o mutado se le denomina factor de riesgo genético.

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Otros factores involucrados en la enfermedad de Alzheimer Aunque la genética explica algo de las causas de la enfermedad, no lo explica todo. Por lo tanto, los investigadores han considerado otras posibilidades que podrían revelar cómo comienza y se desarrolla el proceso de la enfermedad de Alzheimer.

Beta-amiloidea

Todavía no sabemos si las placas de beta-amiloidea causan Alzheimer o si son un subproducto del proceso de la enfermedad. Sí sabemos, sin embargo, que la formación de beta-amiloideas de APP es un proceso clave en la enfermedad. Por eso, conocer más acerca de las beta-amiloideas es una parte importante en el curso de la investigación relacionada con el Alzheimer. Los investigadores están estudiando:

• La naturaleza de la beta-amiloidea • Maneras en que podría ser tóxica para las neuronas • Maneras en que las placas se forman y se depositan • Maneras en que la beta-amiloidea y las placas podrían ser reducidas en el cerebro

Tau En los últimos años, los científicos han estado prestando mayor atención a tau, otro sello particular de la enfermedad de Alzheimer. Esta proteína se encuentra comúnmente en las células nerviosas del cerebro. En Alzheimer, tau experimenta cambios que provocan que se acumule anormalmente en filamentos enredados en las neuronas (para más información refiérase a la sección Un paseo a través del cerebro). Al estudiar tau y lo que puede salir mal, los investigadores han encontrado que las anormalidades de esta proteína son también fuente de otras enfermedades neurodegenerativas raras. Estas enfermedades, llamadas taupatías, incluyen demencia frontotemporal, enfermedades de Pick, parálisis supranuclear y degeneración corticobasal. Todas éstas comparten algunas características, pero también cada una tiene características propias que las diferencia entre ellas y de Alzheimer. Los signos característicos y los síntomas incluyen cambios en la personalidad, el comportamiento social y la capacidad para hablar; dificultades para pensar y tomar decisiones; coordinación y equilibrio deficiente; síntomas psiquiátricos; y demencia. Adelantos recientes incluyen el descubrimiento que mutaciones en tau causan una demencia frontotemporal llamada taupatía con parkinsonismo vinculada al

Un nudo de la enfermedad de Alzheimer

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cromosoma 17 (FTDP-17). El desarrollo de varios modelos de ratones que producen nudos de tau permitirá a los investigadores abordar muchas preguntas sin respuesta acerca de estas enfermedades. El desarrollo de un ratón “transgénico doble” que tiene tantos nudos tau como placas de beta amiloidea, también conducirá a extender las apreciaciones acerca de la enfermedad de Alzheimer.

Factores de riesgo cardiovascular

Varios estudios recientes han descubierto una conexión posible entre los factores relacionados con las enfermedades cardiovasculares y el Alzheimer. Uno de estos estudios ha revelado que los niveles elevados de un aminoácido llamado homocisteína, son un factor de riesgo de cardiopatías, y están asociados con un mayor riesgo del desarrollo de Alzheimer. La relación entre el Alzheimer y la homocisteína es particularmente interesante, porque los niveles sanguíneos de la homocisteína pueden reducirse mediante un aumento de la ingesta de ácido fólico y de vitaminas B6 y B12. De hecho, en otros estudios los científicos han mostrado que el ácido fólico puede proteger contra la pérdida de células nerviosas en las regiones cerebrales afectadas por el Alzheimer. Los investigadores también han encontrado que el uso de estatinas, el tipo más común de los medicamentos para disminuir los niveles de colesterol, está asociado con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Daño oxidativo de los radicales libres

Otra área promisoria de la investigación se relaciona con una teoría de larga data sobre el envejecimiento. Esta teoría indica que con el transcurso del tiempo, el daño realizado por una clase de molécula llamada radical libre se puede acumular en las neuronas, causando pérdida de la función. Los radicales libres pueden ayudar a las células de ciertas maneras, como a combatir la infección. Sin embargo, demasiados radicales libres pueden dañar las células porque son muy activos y fácilmente pueden alterar otras moléculas vecinas, como las de las membranas de las células de la neurona o del ADN. Las moléculas resultantes pueden iniciar una reacción en cadena, liberando más radicales libres que pueden extender el daño a las neuronas. Esta clase de daño se llama oxidativo, y puede contribuir al desarrollo del Alzheimer al alterar la delicada maquinaria que controla el flujo de las sustancias dentro y fuera de la célula. Las características únicas del cerebro, incluyendo su alta tasa de metabolismo y las células de larga vida, pueden hacerlo especialmente sensible al daño oxidativo durante el transcurso de la vida. Algunos estudios epidemiológicos y de laboratorio indican que los antioxidantes de los suplementos alimenticios o de los alimentos pueden proporcionar alguna protección contra el desarrollo de Alzheimer. Otros estudios indican que los regímenes alimenticios bajos en calorías pueden proteger contra el desarrollo de la enfermedad al desacelerar las tasas metabólicas.

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Inflamación

Otro conjunto de pistas acerca de las causas del inicio del Alzheimer es la inflamación en el cerebro. Este proceso forma parte del sistema inmunitario y ayuda a que el cuerpo reaccione a lesiones o enfermedades. La fiebre, la hinchazón, el dolor o el enrojecimiento en otras partes del cuerpo son a menudo signos de inflamación. Dado que las células y los compuestos que se sabe participan en la inflamación se encuentran en las placas de Alzheimer, algunos investigadores piensan que pueden desempeñar una función en el desarrollo del Alzheimer.

Sin embargo, difieren en si la inflamación es un signo bueno o malo. Algunos piensan que es perjudicial, que desencadena un círculo vicioso de eventos que en último término hace que las neuronas mueran. Las pruebas de muchos estudios apoyan esta idea.

Otros científicos creen que algunos aspectos del proceso inflamatorio quizá sean útiles—que forman parte de un proceso curativo en el cerebro. Por ejemplo, ciertos procesos inflamatorios pueden desempeñar una función al combatir la acumulación de las placas. Muchos estudios actualmente examinan las diferentes partes del proceso inflamatorio en forma más profunda y sus efectos sobre el Alzheimer.

Infarto cerebral

Todos hemos escuchado alguna vez los consejos para vivir una vida larga y saludable: comer bien, hacer ejercicio, no fumar, usar el cinturón de seguridad. Todos estos hábitos pueden ayudar a prevenir los ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y las lesiones. Este asesoramiento incluso podría tener alguna relevancia en la enfermedad de Alzheimer. Los resultados de un estudio a largo plazo sobre el envejecimiento y el Alzheimer muestran que los participantes que han tenido accidentes cerebrovasculares en ciertas regiones cerebrales tuvieron más síntomas de demencia que podrían ser explicados por el número de placas y de nudos en el tejido cerebral. Estos resultados indican que el daño a los vasos sanguíneos en el cerebro no sería suficiente para causar Alzheimer, pero que sí podrían empeorar los síntomas clínicos de la enfermedad de Alzheimer.

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El Lado Humano de la Investigación Sobre la Enfermedad de Alzheimer

El Estudio de Órdenes Religiosas y el Estudio Sobre las Monjas: Vidas al servicio que siguen incluso después de la muerte.

Una manera en que los científicos han tratado de desentrañar el misterio de la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades complejas, como las cardiopatías o el cáncer, es comparar las características, los modos de vida y las tasas de enfermedades en diferentes grupos de personas. Este enfoque a menudo ha proporcionado indicios sobre el motivo por el cual algunas personas contraen una enfermedad y otras no.

Otra manera es estudiar a un grupo de personas con el transcurso del tiempo. La idea es que los datos recogidos durante años revelarán pistas importantes acerca de los orígenes de la enfermedad que está siendo investigada. El conocimiento adquirido también puede sentar las bases para un tratamiento a futuro o estrategias de prevención. El Framingham Heart Study (Estudio del Corazón Framingham) es un ejemplo famoso de esta clase de estudio. Ha seguido dos generaciones de los residentes de Massachussets durante 50 años, y sus resultados han revolucionado la manera en que pensamos, tratamos y prevenimos las enfermedades cardiovasculares.

El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento patrocina dos estudios sobre la enfermedad de Alzheimer que están usando este enfoque—pero con un ángulo único. Estos proyectos estudian miembros de comunidades religiosas.

Desde 1990, los científicos han estado trabajando con más de 650 monjas de la comunidad School Sisters of Notre Dame, que viven en diversas partes de los Estados Unidos. El estudio de las monjas es una ampliación de un proyecto piloto iniciado en 1986 con la comunidad de las School Sisters of Notre Dame en el convento de Mankato, Minnesota.

Desde 1993, los científicos también han estado investigando las capacidades mentales y físicas de las monjas mayores, los sacerdotes y los hermanos en el Religious Orders Study (Estudio de Órdenes Religiosas). Más de 30 comunidades religiosas en una docena de Estados están participando en este estudio.

Todos los participantes en ambos estudios acceden a realizarse exámenes funcionales físicos y mentales detallados cada año. Los voluntarios pueden pasar décadas en el estudio, repitiendo las pruebas cada año. Estos exámenes ayudan a los investigadores a conocer más a fondo los efectos sobre el cerebro de los trastornos del envejecimiento y de otro tipo, y la enfermedad de Alzheimer. Los participantes también acceden a donar sus cerebros al estudio cuando mueran. Esto permitirá a los investigadores comparar el valor de muchos años de información clínica y psicológica con los resultados de los

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exámenes del tejido cerebral después de la muerte. Estos voluntarios consideran su participación en estos estudios como una oportunidad maravillosa para seguir sus vidas de servicio a otros. Una participante en el estudio dice, “Se pueden quedar con mi cerebro. ¿Qué beneficio me reportará tenerlo cuando esté seis pies bajo tierra?”

El gran número de participantes matriculados en el estudio asegura que algunos voluntarios todavía tendrán función cerebral normal en el momento de la muerte. Otros habrán desarrollado señales clínicas de la enfermedad de Alzheimer. Aun otros tendrán otros trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson. Los exámenes anuales permiten a los investigadores detectar señales de la enfermedad de Alzheimer entre los participantes y rastrear, año a año, el progreso y el tratamiento de la enfermedad entre los que la desarrollan.

¿Pero por qué trabajar con órdenes religiosas? ¿Qué hay de especial acerca de ellas? Una razón por la cual los miembros de las órdenes religiosas son buenos participantes en estudios es porque a menudo viven juntos y tienen modos de vida, niveles educativos, rutinas y actividades diarias similares. Esto reduce las variaciones entre los participantes que dificultan la interpretación de los resultados de una investigación para los científicos. También se hace más fácil para el personal de estudio seguir el rastro de los voluntarios con el transcurso del tiempo y mantener información completa sobre ellos.

El trabajo con estos participantes ha permitido a los equipos de investigación explorar varias ideas apasionantes. Por ejemplo, el equipo de Religious Orders Study trabajó recientemente con sus participantes para examinar una hipótesis sobre “el uso y la pérdida” de la capacidad mental. En una evaluación inicial, los investigadores preguntaron a más de 700 sacerdotes y monjas acerca de la cantidad de tiempo que pasaban en siete actividades comunes que incluyen el procesamiento significativo de información: ver televisión; escuchar radio; leer periódicos o revistas; leer libros; jugar a los naipes, las damas y armar rompecabezas; y visitar museos. Después de seguir la pista a los participantes por 4 años y medio, los investigadores encontraron que, en promedio, el riesgo de desarrollar Alzheimer era un 47 por ciento inferior en aquellos participantes que realizaron estas actividades con mayor frecuencia que en aquellos que las hicieron con menor frecuencia. Las razones de este resultado no están enteramente claras, pero quizá sea que las actividades que estimulan el cerebro lo protegen de alguna manera. O, quizás existe otro mecanismo que fortalece las aptitudes de procesamiento de información para compensar las disminuciones relacionadas con la edad en otras áreas cognitivas.

El estudio tiene un tesoro particularmente rico para trabajar—las autobiografías escritas por las monjas cuando entraron a la orden. Estos registros personales proporcionan información básica sobre las vidas y las familias de cada monja y son una medida objetiva de la capacidad de cada una de pensar, recordar y presentar ideas por escrito. Los investigadores del estudio han encontrado una conexión fascinante entre sus aptitudes de redacción y sus capacidades cognitivas posteriores. El equipo de investigación realizó un análisis de las autobiografías para determinar la complejidad gramatical y la “densidad” de las ideas en cada una de ellas. Luego examinó el tejido cerebral de las monjas que

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habían muerto. Los investigadores encontraron que la mayoría de las monjas cuyo tejido cerebral mostraba señales significativas de Alzheimer había escrito autobiografías con complejidad gramatical y densidad de ideas bajas. Aunque las razones de este enlace no se comprenden plenamente, una capacidad lingüística mayor en la niñez puede proveer alguna protección contra las influencias que conducen al desarrollo de Alzheimer.

Nuevas Técnicas para Ayudar en el Diagnóstico de Alzheimer Un hombre sano de unos sesenta años empieza a notar que su memoria no es tan buena como solía ser. Cada vez más a menudo, tendrá una palabra en la punta de la lengua, pero apenas podrá recordarla. Se olvida de los nombres, comete errores cuando paga sus cuentas y se encuentra a menudo confundido o preocupado por el ajetreo normal de la vida a su alrededor. Una noche, se encuentra repentinamente caminando en un vecindario a un par de millas de su casa. No tiene idea de cómo llegó allí.

No hace mucho tiempo, la condición de este hombre habría sido incluida dentro de una enfermedad amplia llamada “demencia” o “demencia senil”. Hoy, la imagen es muy diferente. Ahora sabemos que la enfermedad de Alzheimer y las enfermedades de otro tipo relacionadas con la demencia son enfermedades diferentes. Armados con este conocimiento, hemos mejorado rápidamente nuestra capacidad de diagnosticar con exactitud la enfermedad de Alzheimer. Estamos todavía a cierta distancia de la meta máxima—diagnóstico precoz, confiable, válido, de bajo costo—pero los médicos experimentados ahora pueden diagnosticar el Alzheimer con hasta 90 por ciento de exactitud. El diagnóstico precoz tiene varias ventajas. Por ejemplo, muchas condiciones causan síntomas que imitan a los de las personas con Alzheimer. Descubrir que esta enfermedad no es el problema puede incentivar a las personas a conseguir tratamiento para la condición real. Para el porcentaje pequeño de demencias que son tratables o reversibles, el diagnóstico precoz aumenta las perspectivas de tratamiento con éxito.

Aun cuando la causa de la demencia resulte ser la enfermedad de Alzheimer, es bueno determinarla lo más pronto posible. Uno de los beneficios es de carácter médico. Los medicamentos ahora disponibles para tratar el Alzheimer pueden ayudar a algunas personas a mantener sus capacidades mentales durante meses o años, aunque no cambien el curso fundamental de la enfermedad (para más información sobre estos medicamentos ver la sección Ayudando a los enfermos de Alzheimer a mantener su funcionamiento mental).

Otros beneficios son prácticos. Mientras más temprano conozcan el diagnóstico las personas con Alzheimer y sus familias, más tiempo tendrán para organizar sus vidas, manejar los asuntos financieros, establecer un poder legal, tratar otros temas legales, crear una red de apoyo, o hasta hacer planes para participar en una investigación. Poder

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participar el mayor tiempo posible en la toma de decisiones sobre el presente y el futuro es importante para muchas personas con Alzheimer.

Por último, los científicos también ven las ventajas del diagnóstico precoz. Las pruebas en desarrollo que pueden revelar lo que está sucediendo en el cerebro en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer, les ayudarán a comprender más acerca de la causa y la aparición de ésta. También ayudará a los científicos a aprender cuándo y cómo comenzar los medicamentos y los tratamientos de otro tipo para que puedan ser más eficaces.

Los científicos están explorando maneras para ayudar a los médicos a hacer un diagnóstico temprano y más preciso de Alzheimer. Por ejemplo, algunos estudios están centrándose en los cambios en la personalidad y el funcionamiento mental. Estos cambios pueden medirse mediante pruebas de memoria y de rememoración. Las pruebas que miden las capacidades de personas en áreas como el pensamiento abstracto, planificación y lenguaje también pueden ayudar a especificar los cambios en la función cerebral.

Los investigadores están trabajando mucho para mejorar estas pruebas estandarizadas de manera que puedan rastrear mejor los cambios que apunten hacia un diagnóstico precoz o para predecir quiénes están en mayor peligro de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en el futuro.

Otros estudios están examinando la relación entre el daño precoz en el tejido cerebral y los síntomas externos. Otros más están buscando cambios en la química de la sangre que quizá indiquen la progresión de la enfermedad de Alzheimer.

Una de las áreas más alentadoras de la investigación en curso es el diagnóstico neural por imágenes. En la última década, los científicos han desarrollado varios sistemas de imaginología muy complejos que se han usado en muchas áreas de la medicina, incluyendo en la enfermedad de Alzheimer. Ejemplos de esto son la tomografía por emisión de positrones (TEP, o PET por su sigla en inglés), la tomografía computarizada por emisión única de fotones (SPECT), y las imágenes por resonancia magnética (MRI). Estas “ventanas” al cerebro viviente pueden ayudar a los científicos a medir los cambios iniciales en la función o estructura cerebral para identificar a aquellas personas que están en las mismas etapas de la enfermedad—antes de que desarrollen señales y síntomas.

Estos tipos de exploraciones son principalmente herramientas de investigación, pero un día, el diagnóstico neural por imágenes quizá se use más comúnmente para ayudar a diagnosticar la enfermedad de Alzheimer de manera precoz. Estas herramientas podrían usarse algún día para vigilar el progreso de la enfermedad y para evaluar las respuestas de los pacientes a los medicamentos.

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Causas de la demencia

La demencia es la pérdida del funcionamiento cognitivo—pensamiento, memoria y razonamiento—a tal grado que interfiere con la vida cotidiana y las actividades de una persona. No es una enfermedad en sí misma, sino un grupo de síntomas que a menudo acompaña una enfermedad o condición. Algunas demencias son tratables o curables; otras son menos receptivas al tratamiento.

Causas tratables de la demencia • efectos secundarios de los medicamentos • depresión • deficiencia de vitamina B12 • alcoholismo crónico • ciertos tumores o infecciones en el cerebro • coágulos que oprimen el cerebro • desajustes metabólicos, incluidos los trastornos de tiroides, riñón o hígado

Otras causas de la demencia • enfermedad de Alzheimer • demencia vascular • demencia frontotemporal, incluyendo: • demencia frontotemporal con parkinsonismo vinculado al cromosoma 17 (FTDP-17) • enfermedad de Pick • parálisis supranuclear • degeneración corticobasal

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Técnicas Actuales para el Diagnóstico de la Enfermedad de Alzheimer Un diagnóstico definitivo de la enfermedad de Alzheimer es todavía sólo posible después de la muerte, a través de una autopsia, cuando las placas y los nudos pueden verse. Pero con las técnicas disponibles, los médicos pueden estar bastante seguros de diagnosticar correctamente a una persona viva. Aquí mencionamos cómo lo hacen.

Reúnen antecedentes detallados sobre los pacientes, incluyendo:

• Una descripción de cómo y cuándo comenzaron los síntomas • Una descripción del paciente y del trastorno médico, incluyendo antecedentes

generales familiares • Una evaluación del estado emocional del paciente y de su medio ambiente

Reciben información a través de los miembros de la familia o de los amigos íntimos:

• Las personas cercanas al paciente pueden brindar información valiosa sobre cómo ha cambiado su comportamiento y su personalidad; muchas veces, la familia y los amigos saben que algo anda mal aun antes de que los cambios sean evidentes en las pruebas de diagnóstico.

Realizan exámenes físicos y neurológicos y pruebas de laboratorio:

• Los exámenes de sangre y otras pruebas médicas ayudan a determinar el funcionamiento neurológico y a identificar las causas de la demencia no relacionada con el Alzheimer.

Realizan una tomografía computarizada (CT) o una prueba de imágenes por resonancia magnética (MRI):

• Los exámenes cerebrales como éstos pueden detectar accidentes cerebrovasculares o tumores, o pueden revelar cambios en la estructura y en el funcionamiento del cerebro que indican el desarrollo de Alzheimer precoz.

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Realizan una prueba neuropsicológica:

• Las pruebas de Preguntas y Respuestas o las tareas de otro tipo que miden la memoria, las aptitudes del lenguaje, la capacidad de hacer ejercicios matemáticos y las capacidades de otro tipo relacionadas al funcionamiento cerebral, indican la clase de cambios cognitivos que ocurren en el cerebro.

Criterios para determinar una “probable” enfermedad de Alzheimer

Dado que no existe ninguna prueba biológica sencilla y confiable para diagnosticar Alzheimer, el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares y la Asociación de Alzheimer han establecido criterios para ayudar a los médicos a diagnosticar Alzheimer. Estos criterios también ayudan a los médicos a distinguir entre las formas de Alzheimer y otros tipos de demencias. La enfermedad de Alzheimer “probable” se determina cuando una persona tiene:

• demencia confirmada mediante un examen clínico y neuropsicológico • problemas en al menos dos áreas del funcionamiento mental • empeoramiento progresivo de la memoria y de otra función mental • ningún trastorno de la conciencia (no existen períodos en blanco) • comienzo de los síntomas entre los 40 y los 90 años de edad • ninguna otra enfermedad que pudiera incluir demencia

A medida que envejecen, algunas personas desarrollan un déficit de memoria mayor de lo que se espera para su edad. Sin embargo, otros aspectos de la función cognitiva no son afectados, de manera que estas personas no satisfacen todos los criterios establecidos en el diagnóstico de Alzheimer. Por lo tanto, se dice que tienen una “deficiencia cognitiva leve” (MCI, por su sigla en inglés). Cerca del 40 por ciento de estos individuos desarrollarán Alzheimer en un período de 3 años. Otros, sin embargo, no desarrollarán la enfermedad, al menos en el plazo estudiado hasta ahora (hasta aproximadamente 6 años). La comprensión de las características y el desarrollo de MCI es esencial para ayudar a los médicos a diagnosticar las fases iniciales del Alzheimer.

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La Búsqueda de Nuevos Tratamientos La investigación realizada en las dos últimas décadas ha revelado muchas piezas del rompecabezas de la enfermedad de Alzheimer. Usando los recientes adelantos en genética y biología molecular, los científicos han empezado a poner estas piezas en su lugar. De esta manera, han aumentado enormemente nuestra comprensión sobre la enfermedad y han abierto muchas vías que podrían conducir a tratamientos eficaces.

Se ha aclarado que probablemente no hay una "varita mágica" que prevendrá o curará la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, los científicos quizás puedan identificar intervenciones que pueden usarse para reducir el riesgo y tratar la enfermedad. Actualmente, se estima que el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento, otros Institutos de NIH y la industria privada están conduciendo ensayos clínicos (estudios que incluyen a seres humanos donde se prueba rigurosamente la eficacia de las intervenciones) en alrededor de 30 compuestos que podrían actuar contra el Alzheimer. Estos estudios se centran en tres áreas principales:

• ayudar a las personas con Alzheimer a mantener su funcionamiento mental • desacelerar el progreso de Alzheimer, retardando su aparición o previniendo la

enfermedad • controlar los síntomas

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Ayudando a los Enfermos de Alzheimer a Mantener su Funcionamiento A mediados de los años setenta, los científicos descubrieron que los niveles de un neurotransmisor llamado acetilcolina caían bruscamente en las personas con Alzheimer. Este descubrimiento fue el primero que relacionó a la enfermedad de Alzheimer con cambios bioquímicos en el cerebro.

Los científicos han encontrado que la acetilcolina juega un papel fundamental en el proceso de formar recuerdos. Es también usada por las neuronas en el hipocampo y la corteza cerebral, las cuales son áreas del cerebro muy importantes para la función de la memoria.

A finales del año 2003, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) había aprobado cinco medicamentos para el tratamiento de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Cuatro de estos medicamentos son conocidos como inhibidores de colinesterasa y son recetados para tratar síntomas leves a moderados de Alzheimer. El primero, tacrina (Cognex), ha sido reemplazado por tres medicamentos más nuevos—donepezilo (Aricept), rivastigmina (Exelon) y galantamina (Reminyl). Todos funcionan al detener o retrasar la acción de la acetilcolinesterasa, una enzima que normalmente descompone la acetilcolina. Estos medicamentos mejoran algunas de las capacidades de los pacientes para llevar a cabo actividades cotidianas, pueden ayudar a mejorar ciertas funciones del pensamiento, la memoria o el habla, y también a controlar ciertos síntomas relacionados con el comportamiento. Sin embargo, estos medicamentos no detendrán ni revertirán la enfermedad y sólo ayudarán a los pacientes durante algunos meses o unos pocos años.

El quinto medicamento es memantina (Namenda), la cual es recetada para tratar síntomas moderados a severos de Alzheimer. Este medicamento parece funcionar regulando el exceso de glutamato en el cerebro. Glutamato es otra sustancia química involucrada en el funcionamiento de la memoria. Al igual que los inhibidores de la colinesterasa, la memantina no detendrá o retrasará los efectos de la enfermedad; más bien, estudios han demostrado que la memantina puede detener la pérdida de las funciones cotidianas en pacientes con Alzheimer moderado o severo.

Ayudar a las personas con Alzheimer a vivir sus vidas cotidianas y a mantener sus capacidades mentales es una de las metas más importantes de la investigación que se realiza sobre los tratamientos de la enfermedad de Alzheimer. Muchos investigadores están trabajando para desarrollar nuevos y mejores medicamentos que puedan preservar esta función fundamental por tanto tiempo como sea posible.

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La Desaceleración, el Retraso, o la Prevención de la Enfermedad de Alzheimer Entender como se desarrolla la enfermedad de Alzheimer—de principio a fin—es importante para encontrar medicamentos u otros factores que desaceleren, retrasen, o hasta prevengan la enfermedad. Esa es la corriente de pensamiento que sustenta esta área de la investigación del tratamiento de la enfermedad.

Los investigadores están considerando otros posibles tratamientos médicos. Por ejemplo, la inflamación del tejido en el cerebro y la sobreproducción de los radicales libres son dos procesos que se cree son una característica del Alzheimer. Ensayos clínicos están tratando de determinar si los agentes antiinflamatorios y otros agentes específicos que protegen contra el daño oxidativo podrían retardar o prevenir el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

Los científicos están también realizando ensayos clínicos para ver si las sustancias que solían reducir los factores de riesgo cardiovascular también ayudan a reducir el riesgo de desarrollar el Alzheimer o a retrasar el desarrollo de la enfermedad. Estos ensayos clínicos están probando si la administración de suplementos de ácido fólico y de vitaminas B6 y B12 podría retardar la tasa de disminución cognitiva en los hombres y las mujeres normales, en las mujeres con mayor riesgo de desarrollar demencia y en otras personas diagnosticadas con Alzheimer.

También se está conduciendo un estudio de estatina, el tipo de medicamento más común para reducir el colesterol, para verificar si estos medicamentos pueden retardar la velocidad con que progresa la enfermedad en pacientes con Alzheimer.

El estrógeno es una hormona producida por los ovarios de la mujer durante sus años fértiles. Durante los últimos 25 años, los estudios en animales y de laboratorio, así como también estudios de observación de las mujeres, han indicado que el estrógeno tiene algunos efectos positivos sobre el funcionamiento de la memoria. Estos resultados han creado interés científico en la relación entre el estrógeno, la memoria y la función cognitiva.

Varios estudios examinaron los efectos del estrógeno en las mujeres posmenopáusicas con Alzheimer leve a moderado, y ninguno de ellos demostró que el estrógeno tuviera un efecto positivo en las mujeres que ya tienen Alzheimer. Sin embargo, los científicos pensaron que aun si el estrógeno no retarda el desarrollo de la enfermedad en mujeres que ya tienen Alzheimer, puede que la terapia hormonal para la menopausia afecte de algún modo la disminución de la función cognitiva relacionada con la edad o proteja a la mujer de desarrollar Alzheimer.

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En el año 2002, un extenso ensayo clínico indicó que la terapia combinada de estrógeno y progestina, seguida diariamente por un poco más de 5 años, aumentó el riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer del seno en algunas mujeres. Recientemente, un estudio de ese ensayo clínico indicó que la misma terapia seguida todos los días por mujeres de más de 65 años aumentó las posibilidades de que éstas desarrollaran demencia.

Los científicos continúan evaluando el estrógeno solo para prevenir la demencia. El NIA está conduciendo un ensayo clínico con estrógeno solo para prevenir o retardar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en mujeres mayores de nivel cognitivo normal con una historia familiar de demencia.

Las dudas continúan. Los científicos no saben si el estrógeno o la progestina causan el riesgo elevado de la enfermedad. ¿Cambiaría el resultado si se le añade algún otro agente al estrógeno o la progestina? ¿Sería de gran ayuda o daño iniciar la terapia alrededor de los 50 años de edad, en vez de los 65? Se necesita investigar aún más este tema tan complejo. Otra área de trabajo incluye el factor de crecimiento nervioso (NGF, por su sigla en inglés). El NGF es uno de varios factores de crecimiento en el cuerpo que mantiene la salud de las neuronas. También promueve el crecimiento de los axones y de las dendritas, de las divisiones de las neuronas que conectan con otras neuronas y que son esenciales para la capacidad de comunicación de las células nerviosas (para más información sobre la estructura y función de las neuronas, refiérase a la sección Un paseo a través del cerebro). En los estudios han aparecido varios indicios que relacionan el NGF con neuronas que utilizan la acetilcolina como un neurotransmisor, de manera que los investigadores están ansiosos por ver lo que sucede cuando el NGF se une al tejido cerebral envejecido. En estudios en animales, los investigadores han podido revertir la mayoría del encogimiento neuronal relacionado con la edad y la pérdida de la capacidad de producir acetilcolina. Este éxito ha conducido a una prueba a pequeña escala y financiada por el sector privado de terapia de genes para determinar si este procedimiento puede llevarse a cabo con seguridad en seres humanos y si reduce o no los síntomas del Alzheimer.

Por último, varios ensayos clínicos están centrándose en las fases iniciales del proceso de la enfermedad. Por ejemplo, los científicos están desarrollando medicamentos para prevenir que las enzimas separen a las beta-amiloideas del APP. Otros están trabajando en maneras de detener la agrupación de beta-amiloidea que forma placas. Los equipos de investigadores están estudiando ciertas enzimas que al parecer pueden romper las beta-amiloideas en pedazos después de que se liberan de las células, pero antes de que tengan la oportunidad de formar placas. Otros científicos están explorando la función de los sistemas de otros neurotransmisores diferentes de la acetilcolina, como el glutamato. Un área especialmente activa de la investigación incluye la posibilidad de que una vacuna podría estimular el sistema inmunitario y eliminar las placas que se han formado, detener la acumulación de beta-amiloideas y de placas, o hasta eliminar aquellas que ya se han formado.

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Ciencia a la vanguardia

Inmunización contra la enfermedad de Alzheimer: ¿Sólo una buena idea o una posibilidad real?

Vacunarse contra el sarampión, tétanos, poliomielitis y otro tipo enfermedades es una práctica común en estos días. Una persona es inyectada con una forma debilitada de una bacteria o virus que causa la enfermedad. Su sistema inmunitario se moviliza para luchar contra la infección y esto protege a la persona de contraer la enfermedad. Un científico se preguntaba si este enfoque podría funcionar también en el caso de la enfermedad de Alzheimer.

Los investigadores han desarrollado clases especiales de ratones (llamados ratones transgénicos) que generan gradualmente placas de beta-amiloideas en el cerebro. Estos ratones son instrumentos inestimables para probar cómo se puede detener la formación de placas. En el curso de varios estudios, los científicos probaron los efectos de las inyecciones de una vacuna compuesta de beta-amiloideas y de una sustancia que estimula el sistema inmunitario. Descubrieron que la inmunización a largo plazo daba como resultado una disminución de los depósitos de beta-amiloidea en los cerebros de los ratones. Los ratones transgénicos similares que también habían sido inmunizados se desempeñaron mucho mejor en las pruebas de memoria que se hicieron que el grupo de estos ratones que no habían sido inmunizados.

Estos alentadores descubrimientos condujeron a estudios preliminares en seres humanos para probar la inocuidad (seguridad) y la eficacia de la vacuna. Basado en los resultados positivos, se diseñó un estudio adicional para medir la respuesta inmunitaria en los participantes con Alzheimer que recibieron inmunizaciones con la vacuna de beta-amiloidea. En este estudio, que empezó a finales de 2001, algunos de los participantes desarrollaron de manera inesperada una inflamación en el cerebro. Como resultado de esta complicación, las empresas farmacéuticas que estaban realizando la investigación detuvieron la prueba y están supervisando de cerca la salud de los participantes.

A pesar de la desilusión, los científicos y los patrocinadores involucrados en esta investigación recalcan que se ha obtenido una cantidad enorme de información muy valiosa a través de este trabajo. No es extraño tener contratiempos con un concepto revolucionario y están trabajando en la implementación de otras estrategias posibles.

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Controlando los Síntomas “Mi padre por lo general está agitado. Se pasea de un lado a otro, retorciendo sus manos y llorando. Sé que él está triste o preocupado por algo, pero que no puede decirme lo que le molesta. Preguntarle lo altera más”.

“La semana pasada visité a mi abuela en el hogar de ancianos. Lo pasamos muy bien. Ayer fui a verla nuevamente. Cuando entré a su habitación comenzó a gritar y a pedir ayuda. Yo no sabía qué hacer”.

“Mi mamá ha estado levantándose por las noches y deambulando por la casa. Anoche la encontré vestida y tratando de salir de la casa. Desde entonces ninguno de nosotros puede dormir”.

"Mi esposo solía ser tan simpático, tranquilo. Ahora, repentinamente me grita y dice cosas horribles. La semana pasada se enojó cuando nuestra hija vino con su familia y nos sentamos a comer. Nunca sé cuando va a suceder. Él ha cambiado tanto que a veces me asusta”.

A medida que la enfermedad de Alzheimer deteriora la memoria y las capacidades mentales, también empieza a afectar las emociones y el comportamiento de las personas. Entre un 70 y un 90 por ciento de las personas con Alzheimer con el tiempo desarrolla uno o más síntomas de la conducta. Estos incluyen insomnio, deambular y caminar de un lado para otro, agresión, agitación, ira, depresión y alucinaciones y delusiones. Algunos de estos síntomas pueden empeorar en las noches, un fenómeno llamado “sundowning” (al ponerse el sol), o durante las rutinas diarias, especialmente durante el baño.

A diferencia de un accidente cerebrovascular, en el que el daño a una parte del cerebro ocurre inmediatamente, el daño producido por el Alzheimer avanza de manera progresiva con el transcurso del tiempo y afecta diferentes partes del cerebro. Hasta las tareas más pequeñas requieren que el cerebro participe en un proceso complejo que puede incluir a más de una región del cerebro. Si este proceso se interrumpe, la persona quizás no pueda realizar la tarea o quizás actúe de una manera extraña o inapropiada.

Considerando el aumento de nuestra comprensión acerca de los efectos del Alzheimer sobre el cerebro, el comportamiento que parece extraño repentinamente tiene sentido:

Para un hombre que ya no puede distinguir entre el pasado y el presente, la angustia causada por la muerte de su padre puede ser tan real hoy como lo fue hace muchos años atrás. Un joven desconocido que aparece repentinamente en su habitación, podría amenazar y aterrorizar a una mujer que no reconoce a su nieto.

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Los sentimientos de responsabilidad hacia un trabajo nocturno del pasado resurgen y obligan a una mujer a levantarse en la noche para ir trabajar.

Sentarse a una comida familiar puede producir ansiedad cuando una persona no tiene ninguna idea de cómo utilizar el cuchillo y el tenedor delante de otras personas y siente que la conversación y la actividad son abrumadoras.

Los síntomas conductuales (cambios en la conducta) son uno de los aspectos más difíciles de manejar para las familias y quienes cuidan a personas que padecen de la enfermedad de Alzheimer. Son aspectos emocionales y perturbadores. Son también una señal visible del cambio terrible que ha ocurrido en la persona con Alzheimer. Los investigadores están aprendiendo más acerca de por qué ocurren y están estudiando nuevos tratamientos—con o sin medicamentos—para tratar a las personas con Alzheimer.

Muchos ensayos clínicos que se llevan a cabo ahora y otros planificados a futuro están considerando maneras de tratar la agitación. Estas pruebas involucran a participantes que están viviendo en hogares para convalecientes o en casa y estudian una variedad de medicamentos, incluyendo un betabloqueador, un medicamento contra las crisis convulsivas, un inhibidor de colinesterasa y un antipsicótico.

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El Lado Humano de la Investigacion de la Enfermedad de Alzheimer

Participación en un ensayo clínico Los rápidos adelantos en nuestro conocimiento sobre la enfermedad de Alzheimer nos han conducido al desarrollo de muchos medicamentos nuevos y estrategias de tratamiento. Sin embargo, antes de que estas estrategias puedan ser adoptadas, deben mostrar su eficacia en los pacientes. Esto significa que los ensayos clínicos—estudios en personas para probar rigurosamente cuán eficaz es ese tratamiento—se han convertido en una parte cada vez más importante de la investigación de Alzheimer. Los adelantos en el tratamiento son sólo posibles mediante la participación de los pacientes y los miembros de la familia en los ensayos clínicos.

Los ensayos clínicos son la manera principal en que los investigadores determinan si un tratamiento promisorio es seguro y eficaz para los pacientes. Los ensayos clínicos también les dicen a los investigadores cuáles tratamientos son más eficaces que otros. Las pruebas tienen lugar en instalaciones privadas de investigación, hospitales universitarios, centros de investigación especializados en Alzheimer y en consultorios médicos.

La participación en un ensayo clínico es un gran paso para las personas con Alzheimer y aquellos que los cuidan. Por eso los médicos y el personal de ensayos clínicos pasan mucho tiempo conversando con los participantes acerca de lo que significa participar en una prueba y de los pros y contras de la participación. Aquí enumeramos algunas cosas que los posibles participantes quieran saber acerca de los ensayos clínicos.

¿Qué clase de pruebas hay?

• Las pruebas de tratamientos con medicamentos existentes evalúan si un medicamento o compuesto ya aprobado es útil para otras finalidades. Por ejemplo, una prueba actual está tratando de determinar si los medicamentos antiinflamatorios utilizados para tratar la artritis podrían ayudar a prevenir el Alzheimer.

• Las pruebas de tratamiento con medicamentos o estrategias experimentales determinan si un medicamento o estrategia de tratamiento podría ayudar a mejorar la función cognitiva o a reducir los síntomas en las personas con Alzheimer, desacelerar su progresión o prevenirla. Los medicamentos probados en estas pruebas son desarrollados a partir del conocimiento sobre los mecanismos involucrados en el proceso de la enfermedad de Alzheimer. La acción de estos compuestos se prueba rigurosamente en el cultivo de tejidos y en los animales. Los estudios de inocuidad (seguridad) y de eficacia también se conducen en animales antes de que se prueben en seres humanos.

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¿Cuáles son las fases de los ensayos clínicos?

• Durante la Fase I, un equipo de estudio administra el tratamiento a un número pequeño de voluntarios y examina su acción en el cuerpo, inocuidad y efectos a diversas dosis. Las pruebas de la Fase I duran en general sólo algunos meses.

• Si los resultados indican que el tratamiento parece seguro, se probará en los ensayos clínicos de las Fases II y III. Estas pruebas incluyen a un gran número de personas durante períodos más largos. En estas pruebas, el equipo de estudio desea conocer si el tratamiento es seguro y eficaz y qué efectos secundarios podría llegar a desarrollar.

• Después que estas fases han sido completadas y los investigadores están satisfechos con la inocuidad y eficacia del tratamiento, el equipo de estudio presenta los datos a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para su aprobación. La FDA examina los datos y decide aprobar o no el medicamento o el tratamiento para uso en pacientes.

¿Qué sucede cuando una persona se inscribe para un ensayo clínico?

Primero es importante estar informado sobre el estudio. El personal del estudio explica la prueba detalladamente a las personas interesadas en participar y describe los riesgos y los beneficios posibles. El personal también habla de los derechos de los participantes en las investigaciones voluntarias, incluyendo el derecho de dejar el estudio en cualquier momento. Los participantes y sus familias tienen derecho a pedir que esta información se repita y sea explicada hasta que comprendan la naturaleza del estudio y de cualquier riesgo posible.

Una vez que se han respondido todas las preguntas y si todavía hay interés por formar parte del estudio, al participante se le pide que firme un formulario de autorización, llamado formulario de consentimiento informado. Las leyes y los reglamentos con respecto al consentimiento informado difieren de estado a estado y de una institución de investigación a otra, pero todos están destinados a asegurar que los participantes estén protegidos y bien atendidos. En algunos casos, el participante no podrá proporcionar su consentimiento informado debido a los problemas de memoria y confusión. En tales casos, es posible que un representante autorizado (generalmente un miembro de la familia) dé el permiso para que el paciente pueda participar. Por ejemplo, el participante podría haber otorgado permiso para participar en pruebas clínicas como parte del poder legal. La persona (apoderado) que ejerce el poder legal puede decidir dejar participar al paciente en una prueba, si está convencido que eso es lo que el paciente habría hecho de haber podido dar su consentimiento. Si este es el caso, es importante que los pacientes estén de acuerdo en participar en el estudio, aunque ya no puedan consentir formalmente. Los estados tienen diferentes leyes acerca de quién puede ser un representante legal. Estas leyes están

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evolucionando a medida de que los investigadores y el público intentan resolver los temas éticos del consentimiento por poder.

A continuación, los pacientes pasan por un proceso de evaluación para ver si califican para participar en el estudio. Si califican y pueden participar, podrán seguir adelante con las otras partes del estudio.

¿Qué sucede durante un ensayo?

Si los participantes están de acuerdo en participar en el estudio y el proceso de evaluación indica que son buenos candidatos, tienen una visita de “punto de comparación” (baseline, en inglés) con el personal del estudio. Esta visita incluye un examen físico completo y pruebas extensas cognitivas y físicas. Esta información le da al equipo de estudio un punto de partida para comparar los cambios mentales y físicos que sucederán en el futuro. Los participantes también reciben los medicamentos de la prueba o tratamiento. A medida que el estudio avanza, los pacientes y los miembros de la familia de los participantes generalmente deben seguir las estrictas instrucciones de los medicamentos o del tratamiento y mantener registros detallados de los síntomas. A menudo, los participantes visitan el consultorio o el centro de investigación para someterse a exámenes físicos y cognitivos, exámenes de sangre y muestras de orina y para conversar con el personal de estudio. Estas visitas permiten a los investigadores evaluar los efectos del medicamento de la prueba o tratamiento, ver cómo está progresando la enfermedad y ver cómo se encuentran el participante y la persona que lo cuida.

En la mayoría de los ensayos clínicos, los participantes son asignados al azar a un grupo de estudio. Este grupo, el grupo de prueba, recibe el medicamento experimental. Otros grupos pueden recibir un medicamento diferente o un placebo (una sustancia inactiva que se parece al medicamento en estudio). Tener grupos diferentes es importante porque sólo al compararlos los investigadores pueden estar seguros de que los cambios en el grupo de prueba son el resultado del tratamiento experimental y no de otro factor. En muchas pruebas, nadie—ni siquiera el equipo de estudio—sabe quien está tomando el medicamento experimental y quien está tomando el placebo o algún medicamento de otro tipo. A esto se le conoce como “enmascaramiento”, es decir, que el paciente o el familiar y el personal están "ciegos" al tratamiento que se está recibiendo.

¿Qué deben considerar las personas antes de participar en un ensayo clínico?

Las expectativas y las motivaciones. Los ensayos clínicos en general no tienen resultados milagrosos. El medicamento a prueba o tratamiento puede aliviar un síntoma, cambiar la medida de una prueba clínica o reducir el riesgo de muerte. Con una enfermedad tan compleja como el Alzheimer, es improbable que un medicamento cure o prevenga la enfermedad. Algunas personas deciden no participar o abandonar un estudio porque esta realidad no satisface sus expectativas. Otros participan porque comprenden

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que aunque el beneficio es pequeño, están haciendo una contribución valiosa al conocimiento que ayudará a pacientes futuros.

La incertidumbre. Algunas familias pasan un mal momento con la incertidumbre de la participación—no saber si la persona está tomando el medicamento a prueba o el placebo, no poder elegir el grupo de estudio, no saber durante mucho tiempo si el estudio tuvo éxito o no. La comunicación constante y abierta con el personal de estudio puede ayudar a contrarrestar esta frustración.

Encontrando el ensayo clínico adecuado. Algunos ensayos clínicos quieren participantes que están cognitivamente sanos o que sólo tienen síntomas leves, porque están probando un medicamento que quizá retrase la disminución de la función cognitiva. Otras pruebas están interesadas en el trabajo con participantes que tienen Alzheimer más avanzado, porque están probando un medicamento que quizá reduzca los síntomas relacionados con la conducta, o están probando nuevas estrategias para ayudar a las personas que cuidan enfermos de Alzheimer. Aunque un participante no pueda reunir los requisitos para una prueba, quizá podrá participar en otra.

El más grande de los beneficios. Muchas familias encuentran que el beneficio más grande de participar en un ensayo clínico es el contacto regular con el equipo de estudio. Estas visitas brindan una oportunidad para conseguir atención de vanguardia y también para conversar de una manera continua con expertos en Alzheimer que tienen una gran experiencia práctica y una perspectiva amplia sobre la enfermedad. El equipo de estudio comprende y puede proporcionar asesoramiento sobre los aspectos emocionales y físicos de la persona con la enfermedad de Alzheimer y la experiencia de sus cuidadores. También pueden indicar las maneras de hacer frente al presente y dar apreciaciones sobre qué esperar en el futuro. Además pueden compartir información acerca de grupos de apoyo y otros recursos útiles.

Para más información acerca de los ensayos clínicos de Alzheimer, visite la base de datos del Centro de Educación y Referencia sobre la Enfermedad de Alzheimer del NIA (ADEAR) en el portal de Internet www.alzheimers.org/trials/index.html. Este sitio incluye una lista de ensayos clínicos en la enfermedad de Alzheimer y demencia que se llevan a cabo en centros médicos en todos los Estados Unidos. También proporciona información sobre las fases de los ensayos clínicos y cómo participar y explica el proceso de desarrollo de los medicamentos. El portal también proporciona enlaces a otros portales útiles con información afín. Para información adicional (en inglés), visite el portal de los ensayos clínicos de la Asociación de Alzheimer en http://www.alz.org/Resources/TopicIndex/WebTools.asp#research y los Institutos Nacionales de la Salud en www.clinicaltrials.gov.

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Mejorar el Apoyo a las Familias y a las Personas que Cuidan Enfermos de Alzheimer Quizás uno de los mayores costos de la enfermedad de Alzheimer es el costo físico y emocional de la familia, las personas que los cuidan y los amigos de los enfermos. Los cambios en la personalidad y las capacidades mentales del ser amado; la necesidad de proporcionar una atención constante y cariñosa hasta al final de la vida; y las exigencias de bañar, vestir, y atender al enfermo que son responsabilidad del cuidador pueden ser difíciles de sobrellevar. Muchas personas que atienden enfermos deben desempeñar roles nuevos y poco familiares para la familia y estos cambios pueden ser tan difíciles como tristes. No es una sorpresa que quienes cuidan personas con demencia pasan significativamente más tiempo en las tareas de atención que otras personas que cuidan a enfermos de otro tipo.

Aunque la investigación sobre el apoyo a quienes cuidan estos enfermos está todavía en su etapa inicial, ya hemos aprendido mucho acerca de los aspectos únicos de las personalidades y las situaciones en las que se ven envueltas estas personas. Por ejemplo, un estudio sobre las respuestas psicológicas y físicas de estas personas reveló que no todos tienen la misma respuesta a la atención. Ciertas características parecen hacer a algunas personas que cuidan enfermos más sensibles al estrés físico y emocional asociado con la atención de la demencia. Estas características incluyen ser un cónyuge masculino (esposo), tener pocas interrupciones en las responsabilidades de atención y tener enfermedades preexistentes.

La investigación sobre las personas que cuidan enfermos de Alzheimer también está empezando a definir las características de los programas de apoyo que pudieran ser sumamente útiles para grupos particulares de personas que cuidan enfermos. Por ejemplo, programas de apoyo que reúnen a las personas que cuidan enfermos con voluntarios especializados que también han sido cuidadores de demencia, parecen ayudar. Estos programas son especialmente útiles para aquellas personas cuyas redes de apoyo social son débiles o que se encuentran en situaciones muy estresantes. Otra investigación ha confirmado que la información y las necesidades de solucionar los problemas de las personas que cuidan enfermos de Alzheimer evolucionan con el transcurso del tiempo a medida que se producen cambios en la persona con Alzheimer. Los programas de apoyo pueden responder al ofrecer servicios de información orientada a diferentes etapas de la enfermedad.

Una de las situaciones más difíciles que muchas familias enfrentan es el tener que decidir si deben colocar a un ser querido que padece de la enfermedad de Alzheimer en un hogar para convalecientes u otro tipo de establecimiento de atención, y de ser así, cuándo. Una vez que esta decisión se toma, los familiares deben decidir qué tipo de atención es mejor para la persona con la enfermedad y para ellos. Muchos investigadores están trabajando para identificar estrategias que pueden conducir a mejorar la calidad de la atención en

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diversos establecimientos, incluyendo hogares de ancianos, centros de atención de personas jubiladas, hogares para convalecientes y unidades de atención especial (un área separada dentro de un hogar para convalecientes o un establecimiento diseñado especialmente para que allí vivan los pacientes con demencia).

¿Quiénes son las personas que cuidan a los enfermos de Alzheimer?

Estas personas varían según la cultura y el grupo étnico involucrado. La mayoría son miembros de la familia:

• Cónyuges: Este es el grupo más grande. La mayoría de los esposos y esposas también son ancianos y muchos tienen sus propios problemas de salud.

• Hijas: El segundo grupo más grande de cuidadores son las hijas. Muchas tienen niños y son casadas. Balancear sus responsabilidades es algo extremadamente estresante para estos miembros de la “generación sándwich”.

• Nueras: Muchas mujeres de este grupo atienden a una persona mayor con Alzheimer. Son el tercer grupo más grande de cuidadores.

• Hijos: A pesar de que muchos participan en la atención diaria de un padre o madre con Alzheimer, los hijos varones a menudo se centran en los aspectos financieros, legales y administrativos de la atención.

• Hermanos y hermanas: Los hermanos pueden asumir la responsabilidad primaria de la atención si viven muy cerca, pero muchos son mayores y hacen frente a sus propias debilidades o problemas de salud.

• Nietos: Los nietos mayores pueden convertirse en ayudantes principales al atender a una persona con Alzheimer. Los nietos adolescentes o jóvenes pueden necesitar ayuda y apoyo extras si la atención de sus padres está muy concentrada en el abuelo enfermo, o si el abuelo con Alzheimer vive en el hogar de la familia.

• Otros: Los amigos, vecinos y miembros de una iglesia también pueden ayudar a cuidar a una persona con Alzheimer.

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La Realidad, lo Positivo y lo Negativo del Cuidado de Una Persona con Alzheimer La realidad de alguien encargado del cuidado de un paciente con Alzheimer quizá incluya estos elementos:

• El esfuerzo físico y el compromiso de tiempo: Ayudar al enfermo a bañarse, comer, vestirse y a realizar otras actividades cotidianas toma mucho tiempo. A medida que progresa la enfermedad, aumenta la necesidad de esta clase de ayuda. Debido a los problemas de comportamiento y a los problemas de seguridad, la persona que cuida a enfermos de Alzheimer está siempre “de guardia”, aun cuando no ayuda activamente al enfermo.

• Costos financieros: Los costos de la atención varían, pero pueden ser altos dependiendo de si la persona se atiende en casa o en un centro de atención residencial y de cuánta ayuda tiene el cuidador. Muchos de ellos abandonan sus trabajos o reducen sus horas de trabajo y esto también tiene implicaciones financieras.

• Pérdida psicológica: Las personas que cuidan a los enfermos a menudo experimentan un profundo sentido de pérdida a medida que la enfermedad se lleva lentamente a su esposo, esposa, padre, madre o amigo. La relación que tuvieron una vez y los planes hechos para el futuro deben cambiarse radicalmente. Las personas que cuidan a los enfermos deben aceptar “el largo adiós”.

Muchos estudios de investigación han revelado que el cuidado de una persona con Alzheimer puede tener algunos efectos negativos sobre el cuidador...

• complicaciones laborales • dificultad emocional • fatiga y mala salud física • aislamiento social • conflicto familiar • menos tiempo para el ocio, para sí mismo y los otros miembros de la familia

...pero la investigación ha indicado que la atención también tiene importantes efectos positivos:

• da un nuevo sentido de la finalidad o el significado en la vida • permite cumplir el compromiso de toda la vida con el cónyuge • brinda la oportunidad de devolver a un padre o madre un poco de lo que se recibió

de ellos. • permite la renovación de la fe religiosa • fortalece los vínculos con las personas mediante nuevas relaciones o relaciones

existentes más estrechas

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Ciencia a la Vanguardia Estudio de nuevas maneras para ayudar a los cuidadores de enfermos

Era medianoche, el final de un largo día atendiendo a su esposo. Estaba exhausta, pero no podía dormir. Hace un año se habría sentido totalmente sola, incapaz de compartir las dificultades de la atención y desesperada por obtener ideas sobre cómo hacer frente a los cambiantes estados de ánimo de su esposo y su aislamiento del mundo que lo rodea. Esta noche era diferente. Fue a la sala de estar, prendió su computadora y se conectó con un grupo de apoyo de asistencia familiar. Envió un mensaje y pronto recibió respuestas de varios compañeros. Sabían lo que ella estaba sintiendo. Sus palabras de comprensión y apoyo la aliviaron y contribuyeron a darle la fuerza que ella necesitaba durante los días que venían.

El cuidado de una persona con Alzheimer conlleva estrés y dificultades especiales. Como resultado, los grupos de apoyo siempre han sido una característica importante de los programas para personas que cuidan enfermos de Alzheimer. Los grupos de apoyo convencional han sido enormemente útiles para muchas de estas personas, pero tienen algunos inconvenientes. La asistencia de un grupo incluye encontrar transporte y organización para atender a la persona con Alzheimer. La hora de la reunión del grupo quizás no coincida con el momento en que el asistente necesita el consejo o expresar sus sentimientos. Algunos no se sienten cómodos tratando sus experiencias públicamente en un grupo. Los miembros de algunos grupos étnicos o culturales se resisten particularmente a asociarse a un grupo tradicional de apoyo.

En 1989, una investigadora tuvo una idea para crear un nuevo y radicalmente diferente sistema de apoyo a los asistentes familiares. Organizó un sistema por computadora que operaría 24 horas al día, 7 días a la semana. Proporcionaría asesoramiento médico e información acerca de los últimos desarrollos en la investigación sobre Alzheimer. También incluiría un componente conocido como “cartelera de avisos” que les permitiría a los cuidadores compartir ideas y dar y recibir apoyo al colocar los mensajes en línea. El proyecto proporcionaría una computadora si fuese necesario y educaría a los usuarios en el manejo del equipo. Desde el comienzo, ella invitó a la Asociación de Alzheimer local a trabajar con ella para llevar a cabo la idea. Esta asociación sigue prosperando hasta hoy.

Aunque muchas personas dudaron que los cuidadores adultos y ancianos con poca o ninguna experiencia en computación quisieran conectarse en línea con otros cuidadores, el proyecto, llamado Centro de Apoyo de la Enfermedad de Alzheimer (Alzheimer’s Disease Support Center), fue un éxito desde el principio. En realidad, la cartelera de avisos, llamado Foro de Cuidadores, pronto se convirtió en el elemento más popular. Los usuarios estaban ansiosos por comunicarse, intercambiar experiencias y sentimientos y aprender de los demás. Pronto se convirtieron en, como ellos lo llamaron, una “familia por computadora”.

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Los científicos que han estado realizando la investigación con sistemas de apoyo por computadora han encontrado que estos tienen dos cualidades que los hacen especialmente útiles:

• Llegan a muchas personas simultáneamente. Muchos usuarios pueden conectarse para conseguir la información que se publica en el sistema. Además de proporcionar listas de publicaciones y de materiales útiles, los sistemas publican información sobre grupos tradicionales de apoyo, centros de cuidado diario para ancianos (daycare) y servicios de otro tipo. También proporcionan un módulo de “Preguntas y Respuestas” donde los usuarios pueden conseguir respuestas a preguntas específicas de atención respondidas por un equipo de médicos, enfermeras, asistentes sociales, psicólogos y personal de la Asociación de Alzheimer. Además, los usuarios pueden acceder a un archivo de preguntas y respuestas hechas anteriormente y organizadas por tema. Los usuarios también pueden interactuar entre sí mediante el componente de la cartelera de avisos.

• Los sistemas por computadora abordan algunos de los inconvenientes de los grupos tradicionales de apoyo. Ponen el control del proceso de apoyo en las manos del usuario. Los usuarios pueden conversar con otras personas y obtener ayuda cuando la necesitan, de día o de noche. Algunos usuarios se conectan diariamente; otros se conectan sólo cuando tienen una pregunta o necesidad específica. Dado que la computadora está en casa, no necesitan hacer arreglos especiales para llegar a la reunión del grupo de apoyo. Los usuarios pueden expresarse públicamente o pueden ser anónimos, si así lo desean. Por cada usuario que coloca mensajes en el sistema, los investigadores han documentado que algunos sólo leen los mensajes que otros usuarios han colocado. Estos usuarios parecen beneficiarse del vínculo con otras personas que enfrentan situaciones similares y pueden, con el correr del tiempo, empezar a participar más activamente.

Uno de los descubrimientos más fascinantes de este proyecto es la rapidez con la que los usuarios superaron las barreras planteadas por un sistema de comunicación electrónico. Aquí hemos enumerado algunas de las técnicas que los usuarios han adoptado para “humanizar” el sistema, especialmente el Foro de Cuidadores:

• Con el uso de la puntuación digital, los usuarios han incorporado una variedad de símbolos en sus mensajes para representar caras y gestos. Ellos también escriben palabras con faltas de ortografía intencionalmente y manipulan la colocación de las letras. Todos estos dispositivos ayudan a los usuarios a transmitir sus sentimientos.

• Los usuarios conversan sobre todo tipo de cosas, no sólo sobre los temas del cuidado. Compartir los detalles de la vida cotidiana—bodas, actividades de los niños, aficiones, o hasta hablar del clima—parece ayudar a los usuarios a reducir sus sentimientos de aislamiento y darle un sentido de normalidad y de equilibrio a sus relaciones con otros.

• Las amistades logradas a través de la computadora se han convertido en reuniones ordinarias y cenas de amigos.

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En el año 2000, el NIA patrocinó un estudio de seguimiento al proyecto original. El estudio, llamado Computer Mediated Support for Family Caregivers (Apoyo mediado por computación para los familiares cuidadores), o CO-MES, explora la mejor manera a través de la cual las computadoras pueden ser usadas para proporcionar información y apoyo a los cuidadores de enfermos. El equipo de estudio está tratando de aprender más acerca de quién usa este tipo de apoyo, y si es que los grupos de apoyo por computadora ayudan a reducir los efectos negativos de la atención. En el estudio se están investigando dos tipos de grupos por computadora—un grupo conducido por un cuidador y el otro por una enfermera. Muchas de las características del sistema son iguales que antes, aunque los usuarios ahora obtienen acceso al sistema a través de Internet. El sistema también tiene un espacio de conversación interactiva, que permite a los usuarios tener conversaciones “en tiempo real”. Al mismo tiempo, el grupo original de apoyo por computadora sigue operando.

:-) :)ing :-o :-| ( )s [abrazos]

"Estoy muuuuuuuuy cansado."

"Fue reeeeeeeeealmente espantoso."

"...esta es la forma en que tengo que pensar para no D

E P

R I M I R M E"

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Glosario Para mayor referencia, los términos en inglés están en paréntesis.

Acetilcolina (acetylcholine) – neurotransmisor que desempeña un papel importante en las funciones del aprendizaje y la memoria.

ADN (ácido desoxirribonucleico) (DNA, deoxyribonucleic acid) – molécula trenzada, doble y larga dentro del núcleo de la célula que forma los cromosomas y contiene los genes.

Apolipoproteína E (apolipoprotein E) – proteína que transporta el colesterol en la sangre y que parece desempeñar alguna función en el cerebro. El gen que produce ApoE viene en varias formas, o alelos—e2, e3 y e4. El alelo de e2 de APOE es relativamente poco común y puede proporcionar algún tipo de protección contra el Alzheimer. El e3 de APOE es el alelo más común y parece jugar una función neutral en el desarrollo del Alzheimer. El e4 de APOE se produce en cerca del 40 por ciento de todos los pacientes con Alzheimer que contraen la enfermedad en edad avanzada; aumenta el riesgo de desarrollar Alzheimer.

Axón (axon) – parte larga, similar a un tubo, de una neurona que transmite señales a otras células.

Beta-amiloidea (beta-amyloid) – parte de la proteína de APP encontrada en depósitos insolubles afuera de las neuronas y que forma el núcleo de las placas.

Célula glial (glial cell) – célula especializada que soporta, protege o nutre células nerviosas.

Cerebelo (cerebellum) – parte del cerebro responsable por mantener el equilibrio y la coordinación del cuerpo.

Corteza cerebral (cerebral cortex) – capa exterior de células nerviosas que rodean los hemisferios cerebrales.

Corteza entorinal (entorhinal cortex) – área profunda dentro del cerebro en donde comienza el daño provocado por el Alzheimer.

Cromosoma (chromosome) – estructura en forma de hilo muy delgado en el núcleo de la célula que contiene el ADN, secuencias que constituyen los genes; la mayoría de las células humanas contienen 23 pares de cromosomas.

Cuerpo calloso (corpus callosum) – manojo espeso de nervios que conecta los dos hemisferios de los hemisferios cerebrales.

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Demencia (dementia) – término amplio referente a los síntomas asociados con la disminución de la función cognitiva y que interfiere con la vida y actividades cotidianas.

Dendritas (dendrites) – extensión, parecida a una rama, de neuronas que reciben mensajes de otras neuronas.

Enfermedad de Alzheimer aparición temprana o precoz (early-onset Alzheimer’s disease) – forma rara del Alzheimer que generalmente empieza a afectar a las personas entre los 30 y 60 años de edad; se llama Alzheimer familiar (FAD, por su sigla en inglés) si se da en la familia.

Enfermedad de Alzheimer aparición tardía (late-onset Alzheimer’s disease) – forma más común de Alzheimer. Ocurre en las personas de 65 años o más.

Ensayo clínico (clinical trial) – estudio de investigación que involucra a seres humanos y que prueba rigurosamente la eficacia de los tratamientos o medicamentos.

Enzima (enzyme) – sustancia que causa o acelera una reacción química.

Factor de crecimiento nervioso (NGF, nerve growth factor) – sustancia que mantiene la salud de las células nerviosas. El NGF también promueve el crecimiento de los axones y las dendritas, las partes de la célula nerviosa que son esenciales para completar la función de comunicarse con otras células nerviosas.

Factor de riesgo genético (genetic risk factor) – cambio en el ADN de una célula que no causa una enfermedad, pero que puede aumentar las posibilidades de que una persona contraiga una enfermedad.

Funciones cognitivas (cognitive functions) – todos los aspectos del pensamiento consciente y de la actividad mental, incluyendo aprendizaje, percepción, toma de decisiones y memoria.

Gen (gene) – unidad biológica de herencia pasada de los padres a los hijos; los genes son segmentos del ADN y contienen instrucciones que le dicen a una célula cómo hacer proteínas específicas.

Hemisferios cerebrales (cerebral hemispheres) – porción más grande del cerebro, compuesta por miles de millones de células nerviosas en dos estructuras conectadas por el cuerpo calloso; los hemisferios cerebrales controlan el pensamiento consciente, el lenguaje, la toma de decisiones, las emociones, el movimiento y las funciones sensoriales.

Hipocampo (hippocampus) – estructura en el cerebro que desempeña un rol principal en la función del aprendizaje y la memoria y participa en convertir a la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo.

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Hipotálamo (hypothalamus) – estructura en el cerebro abajo del tálamo que vigila actividades como la temperatura corporal y el consumo de alimentos.

Imágenes por resonancia magnética (MRI, magnetic resonance imaging) – diagnóstico y técnica de investigación que usa campos magnéticos para generar una imagen computarizada de las estructuras internas en el cuerpo; las MRI son muy claras y particularmente buenas para la formación de imágenes del cerebro y de tejidos blandos.

Metabolismo (metabolism) – todos los procesos químicos que tienen lugar dentro del cuerpo. En algunas reacciones metabólicas, las moléculas complejas se descomponen para liberar energía; en otras, las células usan energía para producir compuestos complejos de otros más sencillos (como por ejemplo, hacer proteínas de aminoácidos).

Microtúbulos (microtubules) – estructura de apoyo interna de las neuronas que guía a los nutrientes y a las moléculas del cuerpo de la célula hacia el final del axón y de vuelta a la célula.

Mutación (mutation) – cambio inusual en el ADN de una célula que puede provocar una enfermedad.

Neurona (neuron) – célula nerviosa del cerebro.

Neurotransmisor (neurotransmitter) – mensajero químico entre las neuronas; sustancia que es liberada por el axón en una neurona y que excita (estimula) o inhibe (calma) la actividad de una neurona vecina.

Núcleo (nucleus) – órgano dentro de una célula que contiene cromosomas y controla muchas de sus actividades.

Nudos neurofibrilares (neurofibrillary tangles) – depósitos de proteínas tau trenzadas que se encuentran en el cuerpo de las células de las neuronas del Alzheimer.

Placas amiloideas (amyloid plaques) – depósitos insolubles encontrados en los espacios entre las células nerviosas en el cerebro, compuestos por beta-amiloidea, otras moléculas y diferentes clases de células nerviosas y no nerviosas.

Proteína precursora de amiloidea (APP, amyloid precursor protein) – proteína más grande desde donde se forma la beta-amiloidea.

Radical libre (free radical) – molécula de oxígeno sumamente reactiva que se mezcla fácilmente con otras moléculas, a veces provocando daño a otras células.

Ratones transgénicos (transgenic mice) – ratones que tienen un gen humano (APP) insertado en sus cromosomas. Los ratones que portan el gen mutado de APP humano a menudo desarrollan placas en el cerebro a medida que envejecen.

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Sinapsis (synapse) – pequeño espacio entre las células nerviosas a través del cual pasan los neurotransmisores.

Sistema límbico (limbic system) – región cerebral que vincula el tronco encefálico con los elementos mayores del razonamiento de la corteza cerebral; controla las emociones, el comportamiento instintivo y el sentido del olfato.

Tálamo (thalamus) – órgano pequeño al frente de los hemisferios cerebrales que envía información sensorial a la corteza cerebral y de vuelta al cuerpo.

Tallo cerebral (brain stem) – parte del cerebro que conecta el cerebro a la médula espinal y que controla las funciones automáticas del cuerpo, como la respiración, la frecuencia cardiaca y la presión arterial.

Tau (tau) – proteína y componente principal de los filamentos helicoides pareados en nudos neurofibrilares; estas proteínas ayudan a mantener la estructura de los microtúbulos en las células nerviosas normales.

Tomografía computarizada por emisión única de fotones (SPECT, single photon emission computerized tomography) – técnica de imaginología que permite a los investigadores vigilar el flujo sanguíneo a diferentes partes del cerebro.

Tomografía por emisión de positrones (TEP) (PET, positron emission tomography) – técnica de imaginología que permite a los investigadores observar y medir la actividad en diferentes partes del cerebro mediante el monitoreo del flujo sanguíneo y de las concentraciones de sustancias como el oxígeno y la glucosa en los tejidos cerebrales.

Ventrículo (ventricle) – cavidad dentro del cerebro que contiene líquido cefalorraquídeo. Durante la enfermedad de Alzheimer, el tejido cerebral se encoge y los ventrículos se agrandan.