la educación cristiana en los documentos de la iglesia

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LA EDUCACIÓN CRISTIANA EN LOS DOCUMENTOS MAGISTRALES DE LA IGLESIA. Mons. Wojciech Adalberto Pelc [email protected] Vicario Episcopal para Educación de la Diócesis de Ciudad del Este Director de la Pastoral Universitaria de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción Sede Alto Paraná, Paraguay. 2012

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Educación Cristiana en el Magisterio de la Iglesia

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  • LA EDUCACIN CRISTIANA EN LOS DOCUMENTOS MAGISTRALES DE LA

    IGLESIA.

    Mons. Wojciech Adalberto Pelc

    [email protected]

    Vicario Episcopal para Educacin de la Dicesis de Ciudad del Este

    Director de la Pastoral Universitaria de la Universidad Catlica Nuestra Seora de la

    Asuncin Sede Alto Paran, Paraguay.

    2012

  • 1

    RESUMEN

    El trabajo presenta una revisin de los principales documentos papales referentes

    a la educacin cristiana: Divini Illius Magistri, Gravissimum Educationis,

    Codex Iuri Canonici, Catecismo de la Iglesia Catlica yEl Directorio General

    para la Catequesis. Adems se presenta el resumen y las citas ms importantes de

    los documentos de Sagrada Congregacin para la Educacin Catlica: El Laico

    Catlico testigo de la fe en la Escuela, Dimensin Religiosa de la Educacin en

    la Escuela Catlica, La Escuela Catlica en los umbrales del tercer milenio, .

    Las personas consagradas y sumisin en la escuela, "Educar juntos en la Escuela

    Catlica y Carta Circular n. 520/2009 a los Eminentsimos y Excelentsimos

    Presidentes de las Conferencias Episcopales sobre la enseanza de la religin en la

    escuela; a partir de estos se define la Educacin Cristiana, la misin y la

    responsabilidad de la Iglesia en este campo; y se presentan las orientaciones de los

    citados documentos en cuanto a la enseanza de la religin y catequesis pre

    sacramental y su aplicacin en el campo educativo. Se dan las propuestas y

    orientaciones para el trabajo del capelln, los docentes, los padres y los estudiantes.

    Palabras claves: educacin cristiana, iglesia, familia, estado, libertad, moral,

    escuela catlica, Dios, Jesucristo, cultura, religin, profesor,

    Lnea temtica: los documentos eclesiales referentes a la educacin cristiana y su

    aplicacin en las escuelas y colegios catlicos.

  • 2

    INDICE

    Pg.

    ndice 1

    1. Introduccin 2

    2. Los principales documentos de la Iglesia sobre la Educacin Cristiana .. 3

    2.1. Divini Illius Magistri. .. 4

    2.2. Gravsimus Educationis ... 6

    2.3. Codex Iuri Canonici ... 8

    2.4. Catecismo de la Iglesia Catlica . ...10

    2.5. El Directorio General para la Catequesis . .13

    2.6. La Escuela Catlica 15

    2.7. El Laico Catlico testigo de la fe en la Escuela .. 17

    2.8. Dimensin Religiosa de la Educacin en la Escuela Catlica ... 20

    2.9. La Escuela Catlica en los umbrales del tercer milenio . 23

    2.10. Las personas consagradas y sumisin en la escuela... 25

    2.11. Educar juntos en la Escuela Catlica. ................................. 26

    2.12. Carta Circular n. 520/2009 a los Eminentsimos y Excelentsimos Presidentes de

    las Conferencias Episcopales sobre la enseanza de la religin en la escuela

    .................................................... 30

    3. Propuestas para la educacin bsica y media sobre la organizacin de la educacin

    catlica. .... 32

    4. Consideraciones para la docencia a partir de los documentos referentes a la educacin

    catlica. .... 36

    5. Conclusiones y Recomendaciones ..... 37

    6. Referencias Bibliogrficas ........ 38

  • 3

    LA EDUCACIN CRISTIANA EN LOS DOCUMENTOS

    MAGISTRALES DE LA IGLESIA.

    1. INTRODUCCIN.

    En nuestros tiempos la educacin parece como una tarea compleja, desafiada por rpidos

    cambios sociales, econmicos y culturales. Su misin fundamental sigue siendo la

    formacin integral de la persona humana. A los nios, jvenes y estudiantes debe ser

    garantizada la posibilidad de desarrollar armnicamente las propias dotes fsicas, morales,

    intelectuales y espirituales. Ellos, tambin, deben ser ayudados a perfeccionar el sentido de

    responsabilidad, a aprender el recto uso de la libertad, y a participar activamente en la vida

    social.

    El objetivo de este trabajo es analizar la pedagoga emergente de los documentos de la

    Iglesia Catlica, mediante la realizacin de una revisin documental que parte de la

    seleccin de algunas citas relacionadas de los principales documentos pontificios y de la

    Sagrada Congregacin para la Educacin Catlica, referentes a la educacin cristiana con

    vistas a su aplicacin en la educacin primaria y secundaria.

    Este artculo se organiza en cuatro grandes apartados, una introduccin presentacin; una

    segunda parte, en la que se detallan los principales documentos de la Iglesia sobre la

    Educacin Cristiana y la resea de los aspectos fundamentales destacados en cada uno de

    ellos; un tercer apartado de Propuestas para la educacin bsica y media sobre la

    organizacin de la educacin catlica; y el cuarto, presenta algunas Consideraciones para

    la docencia a partir de los documentos referentes a la educacin catlica. Finalmente las

    conclusiones y recomendaciones.

  • 4

    2. LOS PRINCIPALES DOCUMENTOS DE LA IGLESIA SOBRE LA

    EDUCACIN CRISTIANA.

    2.1. Divini Illius Magistri es la encclica de Su Santidad Po XI sobre la educacin

    cristiana. El papa Pio XI escribe esta encclica en el ao 1929 y en ella define que

    2.1.1. En primer punto el papa define las sociedades encargadas de la educacin: La

    educacin no es una obra de los individuos, es una obra de la sociedad. Tres son las

    sociedades necesarias, distintas, pero armnicamente unidas por Dios, en el seno de las

    cuales nace el hombre: dos sociedades de orden natural, la familia y el Estado; la

    tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural. La familia es una sociedad imperfecta, porque

    no posee en s misma todos los medios necesarios para el logro perfecto de su fin propio;

    en cambio, el Estado es una sociedad perfecta, por tener en s mismo todos los medios

    necesarios para su fin propio. La tercera sociedad, en la cual nace el hombre, mediante el

    bautismo, a la vida de la gracia, es la Iglesia, sociedad de orden sobrenatural y universal,

    sociedad perfecta, porque tiene en s misma todos los medios indispensables para su fin,

    que es la salvacin eterna de los hombres, y, por lo tanto, suprema en su orden (Po XI

    1929).

    2.1.2. Define tambin con toda autoridad la misin de la Iglesia que En primer lugar,

    la educacin pertenece de un modo supereminente a la Iglesia por dos ttulos de orden

    sobrenatural, exclusivamente conferidos a ella por el mismo Dios, y por esto

    absolutamente superiores a cualquier otro ttulo de orden natural (Po XI 1929).

    2.1.3. Aclara tambin el rol de la Familia: La misin de la familia concuerda

    admirablemente con la misin educativa de la Iglesia, ya que ambas proceden de Dios de

    un modo muy semejante. Porque Dios comunica inmediatamente a la familia, en el orden

    natural, la fecundidad, principio de vida y, por tanto, principio de educacin para la vida,

    junto con la autoridad, principio del orden. La familia recibe, por tanto, inmediatamente

    del Creador la misin, y por esto mismo, el derecho de educar a la prole; derecho

    irrenunciable por estar inseparablemente unido a una estricta obligacin; y derecho anterior

    a cualquier otro derecho del Estado y de la sociedad, y, por lo mismo, inviolable por parte

    de toda potestad terrena (Po XI 1929).

    2.1.4. Referente al estado escribe: El Estado tiene la obligacin de tutelar con su

    legislacin el derecho antecedente que ms arriba hemos descrito de la familia en la

    educacin cristiana de la prole, y, por consiguiente, el deber de respetar el derecho

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    sobrenatural de la Iglesia sobre esta educacin cristiana. Igualmente es misin del Estado

    garantizar este derecho educativo de la prole en los casos en que falle, fsica o moralmente,

    la labor de los padres por dejadez, incapacidad o indignidad; porque el derecho educativo

    de los padres, como hemos declarado anteriormente, no es absoluto ni desptico, sino que

    est subordinado a la ley natural y divina, y, por esto mismo, queda no solamente sometido

    a la autoridad y juicio de la Iglesia, sino tambin a la vigilancia y tutela jurdica del Estado

    por razn de bien comn; y porque, adems, la familia no es una sociedad perfecta que

    tenga en s todos los medios necesarios para su pleno perfeccionamiento (Po XI 1929).

    2.1.5. En la relacin entre la Iglesia y el Estado Pio XI aclara que Ambas potestades

    son soberanas en su gnero. Cada una queda circunscrita dentro de ciertos lmites,

    definidos por su propia naturaleza y por su fin prximo, de donde resulta una como esfera

    determinada, dentro de la cual cada poder ejercita iure proprio su actividad (Po XI 1929).

    2.1.6. El tema del sujeto de la educacin est definido de esta manera: El sujeto de la

    educacin cristiana es el hombre todo entero, espritu unido al cuerpo en unidad de

    naturaleza, con todas sus facultades naturales y sobrenaturales, cual nos lo hacen

    conocer la recta razn y la revelacin; es decir, el hombre cado de su estado originario,

    pero redimido por Cristo y reintegrado a la condicin sobrenatural de hijo adoptivo de

    Dios, aunque no a los privilegios preternaturales de la inmortalidad del cuerpo y de la

    integridad o equilibro de sus inclinaciones. Quedan, por tanto, en la naturaleza humana los

    efectos del pecado original, particularmente la debilidad de la voluntad y las tendencias

    desordenadas del alma. Es necesariodesde la infancia corregir las inclinaciones

    desordenadas y fomentar las tendencias buenas, y sobre todo hay que iluminar el

    entendimiento y fortalecer la voluntad con las verdades sobrenaturales y los medios de la

    gracia, sin los cuales es imposible dominar las propias pasiones y alcanzar la debida

    perfeccin educativa de la Iglesia, que fue dotada por Cristo con la doctrina revelada y los

    sacramentos para que fuese maestra eficaz de todos los hombres. Por esta razn es falso

    todo naturalismo pedaggico que de cualquier modo excluya o merme la formacin

    sobrenatural cristiana en la instruccin de la juventud; y es errneo todo mtodo de

    educacin que se funde, total o parcialmente, en la negacin o en el olvido del pecado

    original y de la gracia, y, por consiguiente, sobre las solas fuerzas de la naturaleza humana.

    A esta categora pertenecen, en general, todos esos sistemas pedaggicos modernos que,

    con diversos nombres, sitan el fundamento de la educacin en una pretendida autonoma

    y libertad ilimitada del nio o en la supresin de toda autoridad del educador, atribuyendo

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    al nio un primado exclusivo en la iniciativa y una actividad independiente de toda ley

    superior, natural y divina, en la obra de su educacin (Po XI 1929).

    2.1.7. En captulo tercero se define el ambiente de la educacin. Para lograr una

    educacin perfecta es de suma importancia velar para que las condiciones de todo lo que

    rodea al educando durante el perodo de su formacin, es decir, el conjunto de todas las

    circunstancias, que suele denominarse ambiente, correspondan idneamente al fin que se

    pretende. El primer ambiente natural y necesario de la educacin es la familia, destinada

    precisamente para esto por el Creador. Por esta razn, normalmente, la educacin ms

    eficaz y duradera es la que se recibe en una bien ordenada y disciplinada familia cristiana;

    educacin tanto ms eficaz cuanto ms claro y constante resplandezca en ella el buen

    ejemplo, sobre todo de los padres y el de los dems miembros de la familia. La Iglesia es el

    segundo ambiente donde a la debilidad de la naturaleza humana cada ha suministrado la

    divina bondad los abundantes auxilios de su gracia y los mltiples medios de que se halla

    enriquecida la Iglesia, esta gran familia de Cristo, que constituye por esta misma razn el

    ambiente educativo ms estrecha y armoniosamente unido con la familia cristiana. La

    escuela, considerada en su origen histrico, es por su misma naturaleza una

    institucin subsidiaria y complementaria de la familia y de la Iglesia; y la lgica

    consecuencia de este hecho es que la escuela pblica no solamente no debe ser contraria a

    la familia y a la Iglesia, sino que debe armonizarse positivamente con ellas, de tal forma

    que estos tres ambientes escuela, familia e Iglesia constituyan un nico santuario de la

    educacin cristiana (Po XI 1929).

    2.1.8. En captulo cuarto se define el fin y forma de la educacin cristiana que

    comprende todo el mbito de la vida humana, la sensible y la espiritual, la intelectual y la

    moral, la individual, la domstica y la civil, no para disminuirla o recortarla sino para

    elevarla, regularla y perfeccionarla segn los ejemplos y la doctrina de Jesucristo (Po XI

    1929).

    2.2. Gravsimus Educationis es la declaracin del Concilio Vaticano II sobre la

    Educacin Cristiana de la Juventud firmada el 28 de octubre del ao 1965 por el papa

    Pablo VI. El documento presenta los siguientes temas:

    2.2.1. El derecho universal a la educacin: Todos los hombres, de cualquier raza,

    condicin y edad, en cuanto participantes de la dignidad de la persona, tienen el derecho

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    inalienable de una educacin, que responda al propio fin, al propio carcter; al diferente

    sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias, y, al mismo tiempo, est

    abierta a las relaciones fraternas con otros pueblos a fin de fomentar en la tierra la

    verdadera unidad y la paz. Mas la verdadera educacin se propone la formacin de la

    persona humana en orden a su fin ltimo y al bien de las varias sociedades, de las que

    el hombre es miembro y de cuyas responsabilidades deber tomar parte una vez

    llegado a la madurez. Se pide que los nios y los adolescentes tienen derecho a que se

    les estimule a apreciar con recta conciencia los valores morales y a aceptarlos con adhesin

    personal y tambin a que se les estimule a conocer y amar ms a Dios. Ruega, pues,

    encarecidamente a todos los que gobiernan los pueblos o estn al frente de la educacin,

    que procuren que la juventud nunca se vea privada de este sagrado derecho (Pablo VI

    1965).

    2.2.2.La educacin cristiana es la que: busca, sobre todo, que los bautizados se hagan

    ms conscientes cada da del don de la fe, mientras son iniciados gradualmente en el

    conocimiento del misterio de la salvacin; aprendan a adorar a Dios Padre en el espritu y

    en verdad, ante todo en la accin litrgica, adaptndose a vivir segn el hombre nuevo en

    justicia y en santidad de verdad, y as lleguen al hombre perfecto, en la edad de la plenitud

    de Cristo y contribuyan al crecimiento del Cuerpo Mstico (Pablo VI 1965).

    2.2.3. El rol de la familia y de la Iglesia: Puesto que los padres han dado la vida a los

    hijos, estn gravemente obligados a la educacin de la prole y, por tanto, ellos son los

    primeros y principales educadores. La Iglesia, como Madre, est obligada a dar a sus

    hijos una educacin que llene su vida del espritu de Cristo y, al mismo tiempo, ayuda a

    todos los pueblos a promover la perfeccin cabal de la persona humana, incluso para el

    bien de la sociedad terrestre y para configurar ms humanamente la edificacin del

    mundo (Pablo VI 1965).

    2.2.4. Los medios: En el cumplimiento de la funcin de educar, la Iglesia se preocupa

    de todos los medios aptos, sobre todo de los que le son propios, el primero de los cuales es

    la instruccin catequtica, que ilumina y robustece la fe, anima la vida con el espritu de

    Cristo, lleva a una consciente y activa participacin del misterio litrgico y alienta a una

    accin apostlica. Entre todos los medios de educacin, el de mayor importancia es la

    escuela, que, en virtud de su misin, a la vez que cultiva con asiduo cuidado las facultades

    intelectuales, desarrolla la capacidad del recto juicio, introduce en el patrimonio de la

    cultura conquistado por las generaciones pasadas, promueve el sentido de los valores,

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    prepara a la vida profesional, fomenta el trato amistoso entre los alumnos de diversa ndole

    y condicin, contribuyendo a la mutua comprensin; adems, constituye como un centro de

    cuya laboriosidad y de cuyos beneficios deben participar a un tiempo las familias, los

    maestros, las diversas asociaciones que promueven la vida cultural, cvica y religiosa, la

    sociedad civil y toda la comunidad humana (Pablo VI 1965).

    2.2.5. La definicin de la escuela catlica: La presencia de la Iglesia en la tarea de la

    enseanza se manifiesta, sobre todo, por la escuela catlica. Ella busca, no es menor grado

    que las dems escuelas, los fines culturales y la formacin humana de la juventud. Su nota

    distintiva es crear un ambiente comunitario escolstico, animado por el espritu

    evanglico de libertad y de caridad, ayudar a los adolescentes para que en el desarrollo

    de la propia persona crezcan a un tiempo segn la nueva criatura que han sido hechos por

    el bautismo, y ordenar ltimamente toda la cultura humana segn el mensaje de salvacin,

    de suerte que quede iluminado por la fe el conocimiento que los alumnos van adquiriendo

    del mundo, de la vida y del hombre (Pablo VI 1965).

    2.2.6. La cooperacin: La cooperacin que en el orden diocesano, nacional o

    internacional se aprecia y se impone cada da ms, es tambin sumamente necesaria en el

    campo escolar; hay que procurar, con todo empeo, que se fomente entre las escuelas

    catlicas una conveniente coordinacin y se provea entre stas y las dems escuelas la

    colaboracin que exige el bien de todo el gnero humano (Pablo VI 1965).

    2.3. Codex Iuri Canonici es el Cdigo de Derecho Cannico que resume las leyes de

    la Sagrada Disciplina de la Iglesia. Fue promulgado por el papa Juan Pablo II el 25 de

    enero del ao 1983. Los cnones referentes a la educacin son los siguientes:

    Canon 217: Los fieles, puesto que estn llamados por el bautismo a llevar una vida

    congruente con la doctrina evanglica, tienen derecho a una educacin cristiana por la que

    se les instruya convenientemente en orden a conseguir la madurez de la persona humana y

    al mismo tiempo conocer y vivir el misterio de la salvacin.

    Canon 226, 2: Por haber transmitido la vida a sus hijos, los padres tienen el gravsimo

    deber y el derecho de educarlos; por tanto, corresponde a los padres cristianos en primer

    lugar procurar la educacin cristiana de sus hijos segn la doctrina enseada por la

    Iglesia.

    Canon 528, 1: El prroco est obligado a procurar que la palabra de Dios se anuncie en

    su integridad a quienes viven en la parroquia; cuide por tanto de que los fieles laicos sean

    adoctrinados en las verdades de la fe, sobre todo mediante la homila, que ha de hacerse los

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    domingos y fiestas de precepto, y la formacin catequtica; ha de fomentar las iniciativas

    con las que se promueva el espritu evanglico, tambin por lo que se refiere a la justicia

    social; debe procurar de manera particular la formacin catlica de los nios y de los

    jvenes y esforzarse con todos los medios posibles, tambin con la colaboracin de los

    fieles, para que el mensaje evanglico llegue igualmente a quienes hayan dejado de

    practicar o no profesen la verdadera fe.

    Canon 683: El Obispo diocesano puede visitar, personalmente o por medio de otro,

    durante la visita pastoral y tambin en caso de necesidad, las iglesias y oratorios a los que

    tienen acceso habitual los fieles, as como tambin las escuelas y otras obras de religin o

    de caridad, tanto espiritual como temporal, encomendadas a religiosos; pero no las escuelas

    abiertas exclusivamente a los alumnos propios del instituto.

    Canon 793: Los padres y quienes hacen sus veces tienen la obligacin y el derecho de

    educar a la prole; los padres catlicos tienen tambin la obligacin y el derecho de elegir

    aquellos medios e instituciones mediante los cuales, segn las circunstancias de cada lugar,

    puedan proveer mejor a la educacin catlica de los hijos.

    2. Tambin tienen derecho los padres a que la sociedad civil les proporcione las

    ayudas que necesiten para procurar a sus hijos una educacin catlica.

    Canon 794: De modo singular, el deber y derecho de educar compete a la Iglesia, a quien

    Dios ha confiado la misin de ayudar a los hombres para que puedan llegar a la plenitud de

    la vida cristiana.

    2. Los pastores de almas tienen el deber de disponer lo necesario para que todos los

    fieles reciban educacin catlica:

    Canon 795: Como la verdadera educacin debe procurar la formacin integral de la

    persona humana, en orden a su fin ltimo y, simultneamente, al bien comn de la

    sociedad, los nios y los jvenes han de ser educados de manera que puedan desarrollar

    armnicamente sus dotes fsicas, morales e intelectuales, adquieran un sentido ms

    perfecto de la responsabilidad y un uso recto de la libertad, y se preparen a participar

    activamente en la vida social.

    Canon 798: Los padres han de confiar sus hijos a aquellas escuelas en las que se imparta

    una educacin catlica; pero, si esto no es posible, tienen la obligacin de procurar que,

    fuera de las escuelas, se organice la debida educacin catlica.

    Canon 801: Los institutos religiosos que tienen por misin propia la enseanza,

    permaneciendo fieles a esta misin suya, procuren dedicarse a la educacin catlica

  • 10

    tambin por medio de sus escuelas, establecidas con el consentimiento del Obispo

    diocesano.

    Canon 804 1: Depende de la autoridad de la Iglesia la enseanza y educacin religiosa

    catlica que se imparte en cualesquiera escuelas o se lleva a cabo en los diversos medios de

    comunicacin social; corresponde a la Conferencia Episcopal dar normas generales sobre

    esta actividad, y compete al Obispo diocesano organizarla y ejercer vigilancia sobre la

    misma.

    Canon 835 4: A los dems fieles les corresponde tambin una parte propia en la

    funcin de santificar, participando activamente, segn su modo propio, en las

    celebraciones litrgicas y especialmente en la Eucarista; en la misma funcin participan de

    modo peculiar los padres, impregnado de espritu cristiano la vida conyugal y procurando

    la educacin cristiana de sus hijos.

    Canon 1055: La alianza matrimonial, por la que el varn y la mujer constituyen entre s

    un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma ndole natural al bien de los cnyuges

    y a la generacin y educacin de la prole, fue elevada por Cristo Seor a la dignidad de

    sacramento entre bautizados.

    Canon 1136: Los padres tienen la obligacin gravsima y el derecho primario de cuidar

    en la medida de sus fuerzas de la educacin de la prole, tanto fsica, social y cultural como

    moral y religiosa.

    2.4. Catecismo de la Iglesia Catlica fue entregado a los obispos y a las Iglesias

    particulares mediante la Constitucin Apostlica Fidei Depositum el 11 octubre 1992 y

    firmado por el papa Juan Pablo II. El Catecismo de la Iglesia Catlica se articula en torno

    a cuatro dimensiones fundamentales de la vida cristiana: la profesin de fe, la celebracin

    litrgica, la moral evanglica y la oracin. Las cuatro brotan de un mismo ncleo, el

    misterio cristiano, que:

    es el objeto de la fe (primera parte);

    es celebrado y comunicado en las acciones litrgicas (segunda parte);

    est presente para iluminar y sostener a los hijos de Dios en su obrar (tercera parte);

  • 11

    es el fundamento de nuestra oracin, cuya expresin privilegiada es el Padre nuestro y

    que constituye el objeto de nuestra peticin, nuestra alabanza y nuestra intercesin (cuarta

    parte).

    Esta articulacin cuatripartita desarrolla los aspectos esenciales de la fe:

    creer en Dios creador, Uno y Trino, y en su designio salvfico;

    ser santificado por El en la vida sacramental;

    amarle con todo el corazn y amar al prjimo como a s mismo;

    orar esperando la venida de su Reino y el encuentro cara a cara en su Reino (Juan Pablo

    II, 1997)

    Deberes de los padres

    Art. 2221 La fecundidad del amor conyugal no se reduce a la sola procreacin de los

    hijos, sino que debe extenderse tambin a su educacin moral y a su formacin espiritual.

    El papel de los padres en la educacin tiene tanto peso que, cuando falta, difcilmente

    puede suplirse. El derecho y el deber de la educacin son para los padres primordiales e

    inalienables.

    Art. 2222 Los padres deben mirar a sus hijos como a hijos de Dios y respetarlos como a

    personas humanas. Han de educar a sus hijos en el cumplimiento de la ley de Dios,

    mostrndose ellos mismos obedientes a la voluntad del Padre de los cielos.

    Art. 2223 Los padres son los primeros responsables de la educacin de sus hijos.

    Testimonian esta responsabilidad ante todo por la creacin de un hogar, donde la ternura,

    el perdn, el respeto, la fidelidad y el servicio desinteresado son norma. La familia es un

    lugar apropiado para la educacin de las virtudes. Esta requiere el aprendizaje de la

    abnegacin, de un sano juicio, del dominio de s, condiciones de toda libertad verdadera.

    Los padres han de ensear a los hijos a subordinar las dimensiones materiales e instintivas

    a las interiores y espirituales. Es una grave responsabilidad para los padres dar buenos

    ejemplos a sus hijos. Sabiendo reconocer ante sus hijos sus propios defectos, se hacen ms

    aptos para guiarlos y corregirlos:

    El que ama a su hijo, le corrige sin cesar [...] el que ensea a su hijo, sacar provecho de

    l (Si 30, 1-2). Padres, no exasperis a vuestros hijos, sino formadlos ms bien mediante

    la instruccin y la correccin segn el Seo (Ef 6, 4).

    Art. 2224 La familia constituye un medio natural para la iniciacin del ser humano en la

    solidaridad y en las responsabilidades comunitarias. Los padres deben ensear a los hijos a

    guardarse de los riesgos y las degradaciones que amenazan a las sociedades humanas.

  • 12

    Art. 2225 Por la gracia del sacramento del matrimonio, los padres han recibido la

    responsabilidad y el privilegio de evangelizar a sus hijos. Desde su primera edad, debern

    iniciarlos en los misterios de la fe, de los que ellos son para sus hijos los primeros [...]

    heraldos de la fe. Desde su ms tierna infancia, deben asociarlos a la vida de la Iglesia. La

    forma de vida en la familia puede alimentar las disposiciones afectivas que, durante toda la

    vida, sern autnticos cimientos y apoyos de una fe viva.

    Art. 2226 La educacin en la fe por los padres debe comenzar desde la ms tierna

    infancia. Esta educacin se hace ya cuando los miembros de la familia se ayudan a crecer

    en la fe mediante el testimonio de una vida cristiana de acuerdo con el Evangelio. La

    catequesis familiar precede, acompaa y enriquece las otras formas de enseanza de la fe.

    Los padres tienen la misin de ensear a sus hijos a orar y a descubrir su vocacin de hijos

    de Dios La parroquia es la comunidad eucarstica y el corazn de la vida litrgica de las

    familias cristianas; es un lugar privilegiado para la catequesis de los nios y de los padres.

    Art. 2227 Los hijos, a su vez, contribuyen al crecimiento de sus padres en la santidad.

    Todos y cada uno deben otorgarse generosamente y sin cansarse el mutuo perdn exigido

    por las ofensas, las querellas, las injusticias y las omisiones. El afecto mutuo lo sugiere. La

    caridad de Cristo lo exige (Mt 18, 21-22; Lc 17, 4).

    Art. 2228 Durante la infancia, el respeto y el afecto de los padres se traducen ante todo

    en el cuidado y la atencin que consagran para educar a sus hijos, y para proveer a sus

    necesidades fsicas y espirituales. En el transcurso del crecimiento, el mismo respeto y la

    misma dedicacin llevan a los padres a ensear a sus hijos a usar rectamente de su razn y

    de su libertad.

    Art. 2229. Los padres, como primeros responsables de la educacin de sus hijos, tienen

    el derecho de elegir para ellos una escuela que corresponda a sus propias convicciones.

    Este derecho es fundamental. En cuanto sea posible, los padres tienen el deber de elegir las

    escuelas que mejor les ayuden en su tarea de educadores cristianos Los poderes pblicos

    tienen el deber de garantizar este derecho de los padres y de asegurar las condiciones reales

    de su ejercicio.

    Art. 2230 Cuando llegan a la edad correspondiente, los hijos tienen el deber y el derecho

    de elegir su profesin y su estado de vida. Estas nuevas responsabilidades debern

    asumirlas en una relacin de confianza con sus padres, cuyo parecer y consejo pedirn y

    recibirn dcilmente. Los padres deben cuidar de no presionar a sus hijos ni en la eleccin

    de una profesin ni en la de su futuro cnyuge. Esta indispensable prudencia no impide,

  • 13

    sino al contrario, ayudar a los hijos con consejos juiciosos, particularmente cuando stos se

    proponen fundar un hogar.

    Art. 2231 Hay quienes no se casan para poder cuidar a sus padres, o sus hermanos y

    hermanas, para dedicarse ms exclusivamente a una profesin o por otros motivos dignos.

    Estas personas pueden contribuir grandemente al bien de la familia humana.

    2.5. El Directorio General para la Catequesis. Su Santidad el Papa Juan Pablo II, el 25

    de agosto de 1997, ha aprobado el presente Directorio General para la Catequesis y ha

    autorizado la publicacin.

    2.5.1. Un capitulo se dedica a la catequesis y enseanza religiosa escolar. La relacin

    entre enseanza religiosa escolar y catequesis es una relacin de distincin y de

    complementariedad: Hay un nexo indisoluble y una clara distincin entre enseanza de la

    religin y catequesis. Lo que confiere a la enseanza religiosa escolar su caracterstica

    propia es el hecho de estar llamada a penetrar en el mbito de la cultura y de relacionarse

    con los dems saberes. Como forma original del ministerio de la Palabra, en efecto, la

    enseanza religiosa escolar hace presente el Evangelio en el proceso personal de

    asimilacin, sistemtica y crtica, de la cultura. Para ello es necesario que la enseanza

    religiosa escolar aparezca como disciplina escolar, con la misma exigencia de

    sistematicidad y rigor que las dems materias. Ha de presentar el mensaje y acontecimiento

    cristiano con la misma seriedad y profundidad con que las dems disciplinas presentan sus

    saberes. No se sita, sin embargo, junto a ellas como algo accesorio, sino en un necesario

    dilogo interdisciplinar. Este dilogo ha de establecerse, ante todo, en aquel nivel en que

    cada disciplina configura la personalidad del alumno. As, la presentacin del mensaje

    cristiano incidir en el modo de concebir, desde el Evangelio, el origen del mundo y el

    sentido de la historia, el fundamento de los valores ticos, la funcin de las religiones en la

    cultura, el destino del hombre, la relacin con la naturaleza.... La enseanza religiosa

    escolar, mediante este dilogo interdisciplinar, funda, potencia, desarrolla y completa la

    accin educadora de la escuela (Juan Pablo II, 1997).

    2.5.2. El siguiente capitula est dedicado a la naturaleza, finalidad y tarea de la

    catequesis. La naturaleza de la catequesis est definida as El verdadero sujeto de la

    catequesis es la Iglesia que, como continuadora de la misin de Jesucristo Maestro y

    animada por el Espritu, ha sido enviada para ser maestra de la fe. Por ello, la Iglesia,

    imitando a la Madre del Seor, conserva fielmente el Evangelio en su corazn, lo anuncia,

  • 14

    lo celebra, lo vive y lo transmite en la catequesis a todos aquellos que han decidido seguir a

    Jesucristo. El fin definitivo de la catequesis es poner a uno no slo en contacto sino

    en comunin, en intimidad con Jesucristo (Juan Pablo II, 1997).

    Las tareas de la catequesis que realizan su finalidad son:

    Propiciar el conocimiento de la fe,

    La educacin litrgica,

    La formacin moral,

    Ensear a orar

    La educacin para la vida comunitaria,

    La iniciacin a la misin (Juan Pablo II1997).

    2.5.3. El captulo dedicado a la pedagoga empieza con la pedagoga de Dios: La

    salvacin de la persona, que es el fin de la revelacin, se manifiesta tambin como fruto de

    una original y eficaz pedagoga de Dios a lo largo de la historia. La pedagoga de

    Jesucristo est definida como: . Con las palabras, signos, obras de Jess, a lo largo de toda

    su breve pero intensa vida, los discpulos tuvieron la experiencia directa de los rasgos

    fundamentales de la pedagoga de Jess, consignndolos despus en los evangelios: la

    acogida del otro, en especial del pobre, del pequeo, del pecador como persona amada y

    buscada por Dios; el anuncio genuino del Reino de Dios como buena noticia de la verdad y

    de la misericordia del Padre; un estilo de amor tierno y fuerte que libera del mal y

    promueve la vida; la invitacin apremiante a un modo de vivir sostenido por la fe en Dios,

    la esperanza en el Reino y la caridad hacia el prjimo; el empleo de todos los recursos

    propios de la comunicacin interpersonal, como la palabra, el silencio, la metfora, la

    imagen, el ejemplo, y otros tantos signos, como era habitual en los profetas bblicos.

    Invitando a los discpulos a seguirle totalmente y sin condiciones, Cristo les ensea la

    pedagoga de la fe en la medida en que comparten plenamente su misin y su destino. La

    pedagoga de la Iglesia es la consecuente con anteriores: Desde sus comienzos la Iglesia,

    que es en Cristo como un sacramento, vive su misin en continuidad visible y actual con la

    pedagoga del Padre y del Hijo. Ella, siendo nuestra Madre es tambin educadora de

    nuestra fe.

    Estas son las razones profundas por las que la comunidad cristiana es en s misma

    catequesis viviente. Siendo lo que es, anuncia, celebra, vive y permanece siempre como el

    espacio vital indispensable y primario de la catequesis (Juan Pablo II1997).

    2.5.4. En lo referente a la pedagoga divina y catequesis leemos: La catequesis, en

    cuanto comunicacin de la Revelacin divina, se inspira radicalmente en la pedagoga de

  • 15

    Dios tal como se realiza en Cristo y en la Iglesia, toma de ella sus lneas constitutivas y,

    bajo la gua del Espritu Santo, desarrolla una sabia sntesis de esa pedagoga, favoreciendo

    as una verdadera experiencia de fe y un encuentro filial con Dios. De este modo la

    catequesis:

    es una pedagoga que se inserta y sirve al dilogo de la salvacin entre Dios y la persona,

    poniendo de relieve debidamente el destino universal de esa salvacin; en lo que concierne

    a Dios, subraya la iniciativa divina, la motivacin amorosa, la gratuidad, el respeto de la

    libertad; en lo que se refiere al hombre, pone en evidencia la dignidad del don recibido y la

    exigencia de crecer constantemente en El;

    acepta el principio del carcter progresivo de la Revelacin, de la transcendencia y

    carcter misterioso de la Palabra de Dios, as como su adaptacin a las diversas personas y

    culturas;

    reconoce la centralidad de Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne, que determina a la

    catequesis como pedagoga de la encarnacin, por la que el Evangelio se ha de proponer

    siempre para la vida y en la vida de las personas;

    reconoce el valor de la experiencia comunitaria de la fe, como propia del Pueblo de Dios,

    de la Iglesia;

    se enraza en la relacin interpersonal y hace suyo el proceso del dilogo;

    se hace pedagoga de signos, en la que se entrecruzan hechos y palabras, enseanza y

    experiencia;

    encuentra tanto su fuerza de verdad como su compromiso permanente de dar testimonio

    en el inagotable amor divino, que es el Espritu Santo, ya que ese amor de Dios es la razn

    ltima de su revelacin (Juan Pablo II1997).

    2.6. La Escuela Catlica es el documento elaborado por la Sagrada Congregacin

    para la Educacin Catlica, y firmado por Gabriel Mara Cardenal Garrone, el 19 de marzo

    de 1977. Se present este documento para definir identidad y su misin de la Escuela

    Catlica en el mundo de hoy. Habla sobre la naturaleza y caractersticas de una escuela que

    quiere definirse y presentarse como catlica Sus temas principales son:

    2.6.1. Lamisin de la Iglesia y los medios para alcanzarlo: La misin de la Iglesia es,

    pues, evangelizar; es decir, proclamar a todos el gozoso anuncio de la salvacin, engendrar

    con el bautismo nuevas creaturas en Cristo y de educarlas para que vivan conscientemente

    como hijos de Dios. ) Para llevar a trmino esta misin, la Iglesia crea sus propias

    escuelas, porque reconoce en la escuela un medio privilegiado para la formacin integral

  • 16

    del hombre, en cuanto que ella es un centro donde se elabora y se trasmite una concepcin

    especfica del mundo, del hombre y de la historia (Garrone 1977).

    2.6.2. El proyecto educativo de la Escuela Catlica est definido de la siguiente manera:

    La Escuela Catlica entra de lleno en la misin salvfica de la Iglesia y particularmente en

    la exigencia de la educacin a la fe. Sabiendo que la conciencia psicolgica y moral son

    llamadas por Cristo a una simultnea plenitud como condicin para que el hombre reciba

    convenientemente los dones divinos de la verdad y de la gracia, la Iglesia se siente

    comprometida a promover en sus hijos la plena conciencia de que han sido regenerados a

    una vida nueva. El proyecto educativo de la Escuela Catlica se define precisamente por su

    referencia explcita al Evangelio de Jesucristo, con el intento de arraigarlo en la

    conciencia y en la vida de los jvenes, teniendo en cuenta los condicionamientos culturales

    de hoy (Garrone 1977).

    2.6.3. La definicin de la funcin de la escuela en general, es: lugar de formacin

    integral mediante la asimilacin sistemtica y crtica de la cultura. La escuela es

    verdaderamente un lugar privilegiado de promocin integral mediante un encuentro vivo y

    vital con el patrimonio cultural. en la escuela se ensea para educar, es decir, para

    formar al hombre desde dentro, para liberarlo de los condicionamientos que pudieran

    impedirle vivir plenamente como hombre (Garrone 1977).

    2.6.4. El carcter propio de la escuela catlica se define de la siguiente manera: En el

    proyecto educativo de la Escuela Catlica, Cristo es el fundamento: El revela y

    promueve el sentido nuevo de la existencia y la transforma capacitando al hombre a vivir

    de manera divina, es decir, a pensar, querer y actuar segn el Evangelio, haciendo de las

    bienaventuranzas la norma de su vida. Precisamente por la referencia explcita, y

    compartida por todos los miembros de la comunidad escolar, a la visin cristiana, aunque

    sea en grado diverso, es por lo que la escuela es catlica, porque los principios

    evanglicos se convierten para ella en normas educativas, motivaciones interiores y al

    mismo tiempo metas finales (Garrone 1977).

    2.6.5. La sntesis entre la fe y la cultura se explica de este modo: , la Escuela Catlica

    parte de una concepcin profunda del saber humano en cuanto tal, y no pretende en modo

    alguno desviar la enseanza del objetivo que le corresponde en la educacin escolar. A

    la luz de tal concepcin global de la misin educativa de la Escuela Catlica, el maestro se

    encuentra en las mejores condiciones para guiar al alumno a profundizar en la fe y, al

    mismo tiempo, para enriquecer e iluminar el saber humano con los datos de la fe (Garrone

    1977).

  • 17

    2.6.6. Sntesis entre fe y vida esta as presentada: Para lograr la sntesis entre fe y vida

    en la persona del alumno, la Iglesia sabe que el hombre necesita ser formado en un proceso

    de continua conversin para que llegue a ser aquello que Dios quiere que sea. Ella ensea a

    los jvenes a dialogar con Dios en las diversas situaciones de su vida personal. Los

    estimula a superar el individualismo y a descubrir, a la luz de la fe, que estn llamados a

    vivir, de una manera responsable, una vocacin especfica en un contexto de solidaridad

    con los dems hombres. La trama misma de la humana existencia los invita, en cuanto

    cristiano, a comprometerse en el servicio de Dios en favor de los propios hermanos y a

    transformar el mundo para que venga a ser una digna morada de los hombres. la

    Escuela Catlica se esfuerza por crear en el mbito de la comunidad escolar un clima que

    ayude al alumno a vivir su fe de una manera cada da ms madura, y a adquirir

    gradualmente una actitud pronta para asumir las responsabilidades de su bautismo

    (Garrone 1977).

    2.6.7. Referente a la enseanza religiosa se aclara que: la enseanza religiosa en las

    escuelas, no puede limitarse a los cursos de religin previstos por los programas escolares.

    Debe ser impartida en la escuela de una manera explcita y sistemtica, para evitar que se

    cree en el alumno un desequilibrio entre la cultura profana y la cultura religiosa (Garrone

    1977).

    2.6.8. Referente a los maestros el documento nos dice: Los maestros, con la accin y el

    testimonio, estn entre los protagonistas ms importantes que han de mantener el carcter

    especfico de la Escuela Catlica. Las organizaciones profesionales que se proponen

    proteger los intereses de cuantos trabajan en el campo educativo deben tambin ser

    consideradas dentro del cuadro de la misin especfica de la Escuela Catlica (Garrone

    1977).

    2.7. El Laico Catlico testigo de la fe en la Escuela es el documento elaborado por

    Sagrada Congregacin para la Educacin Catlica y firmado por su prefecto William

    Cardenal Baum el 15 de octubre del ao 1982. Define este documento la identidad y la

    misin del laico en la escuela. En este documento se presentan los temas:

    2.7.1. El laico en la Iglesia: tiene la vocacin a la santidad personal y al apostolado,

    comn a todos los fieles. A los laicos pertenece por propia vocacin buscar el Reino de

    Dios, tratando y ordenando, segn Dios, los asuntos temporales. Viviendo en todas las

    actividades y profesiones del mundo y en las condiciones ordinarias de la vida familiar y

    social, estn llamados por Dios a cumplir en ella su propio cometido, guindose por el

  • 18

    espritu evanglico, de modo que, igual que la levadura, contribuyan desde dentro a la

    santificacin del mundo y de este modo manifiesten a Cristo a los dems, brillando, ante

    todo, con el testimonio de su vida, de su fe, esperanza y caridad (Baum 1982).

    2.7.2. La escuela: tiene un valor y una importancia bsica entre todos los medios de

    educacin que ayudan y completan el ejercicio de este derecho y deber de la familia.

    Por tanto, en virtud de su misin, corresponde a la escuela cultivar con asiduo cuidado las

    facultades intelectuales, creativas y estticas del hombre, desarrollar rectamente la

    capacidad de juicio, la voluntad y la afectividad, promover el sentido de los valores,

    favorecer las actitudes justas y los comportamientos adecuados, introducir en el patrimonio

    cultural conquistado por las generaciones anteriores, preparar para la vida profesional y

    fomentar el trato amistoso entre los alumnos de diversa ndole y condicin, inducindolos a

    comprenderse mutuamente. Tambin por estos motivos entra la escuela en la misin propia

    de la Iglesia (Baum 1982).

    2.7.3. El laico catlico como educador debe comprender que: no se habla aqu del

    profesor como de un profesional que se limita a comunicar de forma sistemtica en la

    escuela una serie de conocimientos, sino del educador, del formador de hombres. Pero

    adems la profesionalidad de todo educador tiene una caracterstica especfica que

    adquiere su significacin ms profunda en el caso del educador catlico: la comunicacin

    de la verdad. En efecto para el educador catlico cualquier verdad ser siempre una

    participacin de la Verdad, y la comunicacin de la verdad como realizacin de su vida

    profesional se convierte en un rasgo fundamental de su participacin peculiar en el oficio

    proftico de Cristo, que prolonga con su magisterio. La formacin integral del hombre

    como finalidad de la educacin, incluye el desarrollo de todas las facultades humanas del

    educando, su preparacin para la vida profesional, la formacin de su sentido tico y

    social, su apertura a la trascendencia y su educacin religiosa. Toda escuela, y todo

    educador en ella, debe procurar formar personalidades fuertes y responsables, capaces de

    hacer opciones libres y justas, preparando as a los jvenes para abrirse progresivamente a

    la realidad y formarse una determinada concepcin de la vida (Baum 1982).

    2.7.4. La comunicacin de la cultura: Para el educador catlico tiene especial

    importancia considerar la profunda relacin que hay entre la cultura y la Iglesia. Pues sta,

    no slo influye en la cultura y es, a su vez, condicionada por ella, sino que la asume, en

    todo aquello que es compatible con la Revelacin, y le es necesaria para proclamar el

    mensaje de Cristo, expresndolo adecuadamente segn los caracteres culturales de cada

    pueblo y cada poca. Por eso mismo, la comunicacin de la cultura, para merecer la

  • 19

    calificacin de educativa, adems de ser orgnica tiene que ser crtica y valorativa,

    histrica y dinmica. La fe proporciona al educador catlico algunas premisas esenciales

    para realizar esa crtica y esa valoracin, y le hace ver el quehacer histrico del hombre

    como una historia de salvacin llamada a desembocar en la plenitud del Reino, que sita

    constantemente a la cultura en una lnea creadora de perfeccionamiento y de futuro

    (Baum 1982).

    2.7.5. Escuela comunidad: La comunidad educativa de la escuela es as, a su vez,

    escuela de pertenencia a comunidades sociales ms amplias, y cuando esa comunidad

    educativa llega al mismo tiempo a ser cristiana, como est llamada a ser en ltimo trmino

    la comunidad de la escuela catlica, dicha comunidad es el espacio donde el educador tiene

    la gran oportunidad de ensear a vivir experimentalmente al educando lo que significa ser

    miembro de la gran comunidad que es la Iglesia. El educador laico catlico es aquel que

    ejercita su ministerio en la Iglesia viviendo desde la fe su vocacin secular en la estructura

    comunitaria de la escuela, con la mayor calidad profesional posible y con una proyeccin

    apostlica de esa fe en la formacin integral del hombre, en la comunicacin de la cultura,

    en la prctica de una pedagoga de contacto directo y personal con el alumno y en la

    animacin espiritual de la comunidad educativa a la que pertenece y de aquellos

    estamentos y personas con los que la comunidad educativa se relaciona. A l, como

    miembro de esa comunidad, confan la familia y la Iglesia la tarea educativa en la escuela

    (Baum 1982).

    2.7.6. La misin del profesor laico: procurar suscitar en los educandos los valores

    cristianos: la libertad respetuosa con los dems, la responsabilidad consciente, la sincera y

    permanente bsqueda de la verdad, la crtica equilibrada y serena, la solidaridad y el

    servicio hacia todos los hombres, la sensibilidad hacia la justicia, la especial conciencia de

    ser llamados a ser agentes positivos de cambio en una sociedad en continua

    transformacin (Baum 1982).

    2.7.7. Testimonio de la propia vida: Ante el alumno en formacin cobra un relieve

    especial la preeminencia que la conducta tiene siempre sobre la palabra. Cuanto ms viva

    el educador el modelo de hombre que presenta como ideal tanto ms ser ste creble y

    asequible (Baum 1982).

    2.7.8. Contacto directo y personal debera ser: relacin personal, que nunca puede ser

    un monlogo y debe estar presidida en el educador por la conviccin de que constituye un

    mutuo enriquecimiento, exige al mismo tiempo del educador catlico la permanente

    conciencia de su misin. El educador no puede olvidar la necesidad de compaa y gua

  • 20

    que el alumno tiene en su crecimiento y la ayuda que precisa para superar sus dudas y

    desorientaciones (Baum 1982).

    2.7.9. El educador catlico como profesor de religin: se transmite no la propia

    doctrina o la de otro maestro, sino la enseanza de Jesucristo. Por consiguiente en la

    transmisin de la misma, y tomando en cuenta el auditorio al que se dirigen, los profesores

    de religin, al igual que los catequistas, tendrn el buen criterio de recoger en el campo de

    la investigacin teolgica lo que pueda iluminar su propia reflexin y su enseanza,

    acudiendo a las verdaderas fuentes, a la luz del Magisterio, del que dependen en el

    desempeo de su funcin, y se abstendrn de turbar el espritu de los nios y de los jvenes

    con teoras extraas. Sigan con fidelidad las normas de los episcopados locales en lo

    concerniente a la propia formacin teolgica y pedaggica y a la programacin de la

    materia y tengan especialmente en cuenta la gran importancia que el testimonio de vida y

    una espiritualidad intensamente vivida juegan en este campo (Baum 1982).

    2.7.10. Actualizacin y formacin permanente. Cada laico profesor debe tener

    presente que: la vocacin de educador requiere una continua prontitud para renovarse y

    adaptarse. El hecho de que esa necesidad de actualizacin sea constante, la convierte en

    una tarea de formacin permanente. sta no afecta slo a la formacin profesional, sino

    tambin a la religiosa y, en general, al enriquecimiento de toda la personalidad, pues la

    Iglesia tiene que adaptar constantemente su misin pastoral a las circunstancias de los

    hombres de cada poca, en orden a hacerles llegar de manera comprensible y apropiada a

    su condicin, el mensaje cristiano (Baum 1982).

    2.7.11. Apoyo de la Iglesia en la fe, la palabra y la vida sacramental. Es primero en

    su propia fe donde el laico catlico tiene que buscar ese apoyo. En la fe hallar con

    seguridad la humildad, la esperanza y la caridad que necesita para perseverar en su

    vocacin. Porque todo educador precisa de humildad para reconocer sus limitaciones, sus

    errores, la necesidad de constante superacin y la constatacin de que el ideal que persigue

    le desbordar siempre. Precisa tambin de una firme esperanza, porque nunca puede llegar

    a percibir en plenitud los frutos de la tarea que realiza con sus alumnos. Y necesita, en fin,

    una permanente y creciente caridad que ame siempre en sus alumnos al hombre hecho a

    imagen y semejanza de Dios y elevado a hijo suyo por la redencin de Jesucristo, esa fe

    humilde, esa esperanza y esa caridad, reciben su ayuda de la Iglesia a travs de la Palabra,

    de la vida sacramental y de la oracin de todo el Pueblo de Dios (Baum 1982).

  • 21

    2.8. Dimensin Religiosa de la Educacin en la Escuela Catlica es el documento

    elaborado por Sagrada Congregacin para la Educacin Catlica y firmado por su prefecto

    William Cardenal Baum el 7 de abril de 1988. En este documento Sagrada Congregacin

    para la Educacin Catlica dirige una cordial invitacin a todos los Excelentsimos

    Ordinarios locales y a los Reverendsimos Superiores y Superioras de los Institutos

    dedicados a la educacin de la juventud, a fin de que examinen si se han seguido tales

    directrices del Concilio. El documento trata slo de las escuelas catlicas, de todas las

    escuelas e instituciones de enseanza y educacin de cualquier orden y nivel pre-

    universitario dependientes de la autoridad eclesistica, orientados a la formacin de la

    juventud laica (Baum 1988).

    Sus temas principales son:

    2.8.1. La juventud en un mundo que cambia. Gran nmero de escuelas catlicas se

    encuentran en aquellas partes del mundo donde se producen actualmente profundos

    cambios de mentalidad y de vida. Se trata de grandes reas urbanizadas, industrializadas,

    que progresan en la llamada economa terciaria. Se caracterizan por la amplia

    disponibilidad de bienes de consumo, mltiples oportunidades de estudio, complejos

    sistemas de comunicacin (Baum 1988).

    2.8.2. La situacin juvenil. Muchos de ellos viven con gran inestabilidad. Muchos

    jvenes viven en un ambiente pobre en relaciones y sufren, por lo tanto, soledad y falta de

    afecto. Una gran masa de jvenes mira con intranquilidad su propio porvenir. No pocos

    jvenes, al no saber dar un sentido a su vida, con tal de huir de la soledad, se refugian en el

    alcohol, la droga, el erotismo, en exticas experiencias, etc. Los expertos se preguntan si

    ciertos comportamientos juveniles no pueden interpretarse como sustitutivos para rellenar

    el vaco religioso: culto pagano al cuerpo, evasin en la droga, gigantesco ritos de masas

    que pueden desembocar en formas de fanatismo o de alienacin. Los educadores no deben

    limitarse a observar los fenmenos, sino que deben buscar sus causas. Quiz haya

    carencias en el punto de partida, es decir, en el ambiente familiar. Tal vez es insuficiente la

    propuesta de la comunidad eclesial. La formacin cristiana de la infancia y de la primera

    adolescencia no siempre resiste los choques del ambiente. Quiz deba buscarse la causa,

    alguna vez, en la propia escuela catlica (Baum 1988).

    2.8.3. Concepto de ambiente educativo cristiano. Este es el conjunto de elementos

    coexistentes y cooperantes capaces de ofrecer condiciones favorables al proceso formativo.

    Todo proceso educativo se desarrolla en ciertas condiciones de espacio y tiempo, en

    presencia de personas que actan y se influyen recprocamente, siguiendo un programa

  • 22

    racionalmente ordenado y aceptado libremente. Por tanto, personas, espacios, tiempo,

    relaciones, enseanza, estudio y actividades diversas son elementos que hay que considerar

    en una visin orgnica del ambiente educativo. Desde el primer da de su ingreso en la

    escuela catlica, el alumno debe recibir la impresin de encontrarse en un ambiente nuevo,

    iluminado por la fe y con caractersticas peculiares, un ambiente animado del espritu

    evanglico de caridad y libertad (Baum 1988).

    2.8.4. La escuela catlica como ambiente fsico. Muchos alumnos frecuentan la

    escuela catlica desde la infancia hasta la madurez. Es justo que sientan la escuela como

    una prolongacin de su casa. Es obligado, tambin, que la escuela-casa posea alguna de

    aquellas caractersticas que hacen agradable la vida en un ambiente familiar feliz (Baum

    1988).

    2.8.5. La escuela catlica como ambiente eclesial educador. La escuela catlica

    desempea un verdadero y especfico servicio pastoral, pues efecta una mediacin

    cultural, fiel a la nueva evanglica y, al mismo tiempo, respetuosa de la autonoma y

    competencia propias de la investigacin cientfica. La escuela catlica encuentra su

    verdadera justificacin en la misin misma de la Iglesia; se basa en un proyecto educativo

    en el que se funden armnicamente fe, cultura y vida. Por su medio la Iglesia local

    evangeliza, educa y colabora en la formacin de un ambiente moralmente sano y firme en

    el pueblo (Baum 1988).

    2.8.6. La escuela catlica como comunidad abierta. La escuela catlica tiene inters

    en proseguir e intensificar la colaboracin con las familias. Esta colaboracin tiene por

    objeto no slo las cuestiones escolares, sino que tiende, sobre todo, a la realizacin del

    proyecto educativo, y se acrecienta cuando se trata de cuestiones delicadas, como: la

    formacin religiosa, moral y sexual, la orientacin profesional y la opcin por vocaciones

    especiales. La tradicin catlica ensea que la familia tiene una misin educativa propia y

    original, que viene de Dios (Baum 1988).

    2.8.7. Dimensin religiosa de la vida escolar. Los alumnos emplean la mayor parte de

    sus das y de su juventud en la vida y trabajo escolares. A menudo se identifica escuela

    con enseanza. En realidad la docencia es slo una parte de la vida escolar. En la

    compleja vida escolar, la escuela catlica, totalmente afn a las otras escuelas, difiere de

    ellas en un punto esencial: ella est anclada en el Evangelio, de donde le viene su

    inspiracin y su fuerza (Baum 1988).

    2.8.8. Dimensin religiosa de la cultura escolar. En esta escuela, la cultura humana

    sigue siendo cultura humana, expuesta con objetividad cientfica. Pero el profesor y el

  • 23

    alumno creyentes exponen y reciben crticamente la cultura sin separarla de la fe. Si se

    diera esta separacin sera un empobrecimiento espiritual (Baum 1988).

    2.8.9. Identidad de la enseanza religiosa escolar. Laescuela tiene, por un lado una

    estructura civil con metas, mtodos y caractersticas comunes a cualquier otra institucin

    escolar. Y, por otro, se presenta tambin como comunidad cristiana, teniendo en su base

    un proyecto educativo cristiano cuya raz est en Cristo y en su Evangelio (Baum 1988).

    2.8.10. Orientaciones para una presentacin orgnica del hecho y del mensaje

    cristiano. El profesor, resume y expone con lenguaje actual la cristologa. Segn el nivel

    de la escuela, antepone las necesarias nociones sobre la Sagrada Escritura, particularmente

    sobre los Evangelios, la divina Revelacin y la Tradicin viva de la Iglesia. Con estas

    bases, orienta la investigacin sobre el Seor Jess. Su persona, su mensaje, sus obras y el

    hecho histrico de su resurreccin permiten remontarse al misterio de su divinidad. La

    madurez de los alumnos permite extender las reflexiones sobre Jess Salvador, Sacerdote,

    Maestro de la humanidad y Seor del universo. Junto a l comienza a perfilarse la figura de

    Mara, su Madre Santsima, colaboradora en su misin. . El profesor dispone de un camino

    seguro para acercar a los jvenes al misterio revelado por Dios, en cuanto es humanamente

    posible (Baum 1988).

    2.8.11. Orientaciones para una presentacin orgnica de la vida cristiana. Dado

    que toda verdad de fe es generadora de educacin y de vida, es preciso guiar prontamente a

    los alumnos a descubrir estas conexiones. Para mejor establecer la unin entre fe y vida en

    el campo de la tica religiosa, ser til una reflexin sobre las primeras comunidades

    cristianas. En ellas, el anuncio evanglico iba acompaado de la oracin y de las

    celebraciones sacramentales. Todo esto tiene valor permanente. Los alumnos llegarn a

    comprender qu es la virtud de la fe: adhesin plena, libre, personal, afectuosa y ayudada

    de la gracia a Dios que se revela mediante el Hijo. La vida de fe se manifiesta con actos de

    religin. Esto se realiza en la oracin privada y en la litrgica, que no es una de tantas

    formas de orar: es la oracin oficial de la Iglesia, que actualiza el misterio de Cristo en

    nosotros. Especialmente mediante el sacrificio y sacramento eucarstico y el sacramento de

    la reconciliacin (Baum 1988).

    2.8.12. El profesor de religin. Se espera, que sea una persona rica en dones naturales

    y de gracia, capaz de manifestarlos en la vida; preparada adecuadamente para la enseanza,

    con amplia base cultural y profesional, pedaggica y didctica, y abierta al dilogo (Baum

    1988).

  • 24

    2.9. La Escuela Catlica en los umbrales del tercer milenio Es la carta circular

    elaborado por y firmado por su prefecto Pio Cardenal Laghi el 28 de diciembre de 1997.

    Por la presente carta circular, a cuantos estn comprometidos en la educacin escolar, a

    fin de hacerles llegar una palabra de aliento y de esperanza. En particular esta carta se

    propone compartir tanto la satisfaccin por los resultados positivos logrados por la escuela

    catlica, como sus preocupaciones por las dificultades que encuentra (Laghi 1997).

    2.9.1. xitos y dificultades. Enlaescuela catlica, a pesar de las dificultades, ha querido

    seguir siendo corresponsable del desarrollo social y cultural de las diferentes comunidades

    y pueblos, de los que forma parte, compartiendo los xitos y las esperanzas, los

    sufrimientos, las dificultades y el esfuerzo para un autntico progreso humano y

    comunitario. Nos sentimos obligados a reconocer el impulso dado por la escuela catlica a

    la renovacin pedaggica y didctica, y el gran esfuerzo prodigado por tantos fieles, sobre

    todo por cuantos, consagrados y laicos, viven su funcin docente como vocacin y

    autntico apostolado. La escuela catlica, de este modo, se ve obligada a relacionarse con

    adolescentes y jvenes que viven las dificultades de los tiempos actuales. Entre las

    dificultades hay que contar tambin las situaciones de orden poltico, social y cultural que

    impiden o dificultan la asistencia a la escuela catlica (Laghi 1997).

    2.9.2. La persona y su educacin. La persona de cada uno, en sus necesidades

    materiales y espirituales, es el centro del magisterio de Jess: por esto el fin de la escuela

    catlica es la promocin de la persona humana. Este conocimiento manifiesta que la

    persona ocupa el centro en el proyecto educativo de la escuela catlica, refuerza su

    compromiso educativo y la hace idnea para formar personalidades fuertes (Laghi 1997).

    2.9.3. La escuela catlica en el corazn de la Iglesia. La eclesialidad de la escuela

    catlica est, pues, escrita en el corazn mismo de su identidad de institucin escolar. Ella

    es verdadero y propio sujeto eclesial en razn de su accin escolar, en la que se funden

    armnicamente fe, cultura y vida (Laghi 1997).

    2.9.4. Identidad cultural de la escuela catlica. De la naturaleza de la escuela catlica

    deriva tambin uno de los elementos ms expresivos de la originalidad de su proyecto

    educativo: la sntesis entre cultura y fe. En efecto, el saber, considerado en la perspectiva

    de la fe, llega a ser sabidura y visin de vida. El esfuerzo para conjugar razn y fe, llegado

    a ser el alma de cada una de las disciplinas, las unifica, articula y coordina, haciendo

    emerger en el interior mismo del saber escolar, la visin cristiana del mundo y de la vida,

    de la cultura y de la historia (Laghi 1997).

  • 25

    2.9.5. El cuidado de la instruccin es amor. En la dimensin eclesial se fundamenta

    tambin la caracterstica de la escuela catlica como escuela para todos, con especial

    atencin hacia los ms dbiles. En muchas partes del mundo, todava hoy, es la pobreza

    material la que impide que muchos nios y jvenes sean instruidos y que reciban una

    adecuada formacin humana y cristiana (Laghi 1997).

    2.9.6. La escuela catlica al servicio de la sociedad. La escuela catlica no debe ser

    considerada separadamente de las otras instituciones educativas y gestionada como cuerpo

    aparte, sino que debe relacionarse con el mundo de la poltica, de la economa, de la

    cultura y con la sociedad en su complejidad (Laghi 1997).

    2.9.7. Estilo educativo de la comunidad educadora. En la escuela catlica los

    educadores cristianos, como personas y como comunidad, son los primeros responsables

    en crear el peculiar estilo cristiano. La docencia es una actividad de extraordinario peso

    moral, una de las ms altas y creativas del hombre: el docente, en efecto, no escribe sobre

    materia inerte, sino sobre el alma misma de los hombres (Laghi 1997).

    2.10. Las personas consagradas y sumisin en la escuela Es el documento que nos

    acerca reflexiones y orientaciones de Sagrada Congregacin para la Educacin Catlica,

    firmados por su prefecto Zenn Cardenal Grocholewski el 28 de octubre de ao 2002. El

    documento desea compartir algunas reflexiones, ofrecer algunas orientaciones y suscitar

    ulteriores profundizaciones en la misin educativa y la presencia de las personas

    consagradas en la escuela, no slo catlica. El presente documento se dirige principalmente

    a los miembros de los institutos de vida consagrada y de las sociedades de vida apostlica,

    y tambin a cuantos, comprometidos en la misin educativa de la Iglesia, han asumido de

    formas diversas los consejos evanglicos (Grocholewski 2002).

    2.10.1. En la escuela de Cristo maestro. La vida consagrada, enraizada

    profundamente en los ejemplos y enseanzas de Cristo el Seor, es un don de Dios Padre a

    su Iglesia por medio del Espritu. Con la profesin de los consejos evanglicos los rasgos

    caractersticos de Jess virgen, pobre y obediente tienen una tpica y permanente

    visibilidad en medio del mundo, y la mirada de los fieles es atrada hacia el misterio del

    Reino de Dios que ya acta en la historia, pero espera su plena realizacin en el cielo.

    La inmediata referencia a Cristo y la naturaleza ntima de don para la Iglesia y el mundo,

    son elementos que definen identidad y finalidad de la vida consagrada. En cierto modo,

    la vida consagrada puede ser comparada con una escuela, que cada persona consagrada

    est llamada a frecuentar durante toda su vida (Grocholewski 2002).

  • 26

    2.10.2. El dinamismo de la reciprocidad. La misin educativa se pone en prctica con la

    colaboracin entre varios sujetos alumnos/as, padres de familia, enseantes, personal no

    docente y entidad gestora que forman la comunidad educativa. sta tiene la posibilidad

    de crear un ambiente de vida en que los valores estn mediados por relaciones

    interpersonales autnticas entre los diversos miembros que la componen. Su finalidad ms

    alta es la educacin integral de la persona (Grocholewski 2002).

    2.10.3. Orientar hacia la bsqueda de sentido. Una dimensin esencial del itinerario de

    bsqueda es la educacin en la libertad, propia de toda escuela fiel a su cometido. La

    educacin en la libertad es accin de humanizacin, pues tiende al desarrollo pleno de la

    personalidad. En efecto, la educacin misma hay que verla como adquisicin, crecimiento

    y posesin de libertad (Grocholewski 2002).

    2.10.4. La enseanza de la religin. En la escuela catlica, la enseanza de la religin

    tiene el cometido de ayudar a los alumnos a madurar una postura personal en materia

    religiosa, coherente y respetuosa con las posiciones de los dems, contribuyendo de esa

    forma a su crecimiento y a una ms acabada comprensin de la realidad (Grocholewski

    2002).

    2.10.5. Acompaamiento personalizado. Las personas consagradas, con la sensibilidad

    propia de su formacin, ofrecen un acompaamiento personalizado mediante la escucha

    atenta y el dilogo. En efecto, estn convencidas de que la educacin es cosa de corazn y

    de que, en consecuencia, slo mediante la relacin personal se puede poner en marcha un

    autntico proceso formativo (Grocholewski 2002).

    2.10.6. Coparticipacin solidaria con los pobres. La opcin preferencial por los pobres

    lleva a evitar todo tipo de exclusin. En el mbito escolar, a veces est presente una

    planificacin del proyecto educativo en funcin de grupos sociales ms o menos

    acomodados, mientras que la atencin a los ms necesitados se encuentra claramente en

    segundo plano(Grocholewski 2002).

    2.10.7. La defensa de los derechos del nio. Para las personas consagradas

    comprometidas en la misin educativa resulta una tarea ineludible dedicarse a la tutela y

    promocin de los derechos de los nios (Grocholewski 2002).

    2.10.8. Educar para la paz partiendo del corazn. Las personas consagradas, testigos

    de Cristo prncipe de la paz, captan la urgencia de poner la educacin para la paz entre los

    objetivos primarios de su propia accin formativa ofreciendo su contribucin especfica

    para alimentar en el corazn de los alumnos y alumnas la voluntad de hacerse

    constructores de paz (Grocholewski 2002).

  • 27

    2.11. "Educar juntos en la Escuela Catlica Es el documento que nos trae las

    reflexiones y orientaciones de Sagrada Congregacin para la Educacin Catlica, firmados

    por su prefecto Zenn Cardenal Grocholewski el 8 de septiembre de 2007. Este

    documento se sita en continuidad con textos anteriores de la Congregacin para la

    educacin catlica referentes a la educacin y a la escuela y tiene en cuenta claramente las

    distintas situaciones en que se encuentran las instituciones escolares catlicas en las

    diversas regiones del mundo. En l se quiere llamar la atencin sobre tres aspectos

    fundamentales que conciernen a la colaboracin entre fieles laicos y consagrados en la

    escuela catlica: la comunin en la misin educativa, el camino necesario de formacin en

    la comunin para la misin educativa compartida y, finalmente, la apertura hacia los dems

    como fruto de la comunin (Grocholewski 2007).

    2.11.1. Desafos educativos catlicos: Resulta particularmente urgente ofrecer a los

    jvenes un itinerario de formacin escolar que no se reduzca a la fruicin individualista e

    instrumental de un servicio slo con vistas a conseguir un ttulo. Adems del aprendizaje

    de los conocimientos, es necesario que los estudiantes hagan una experiencia fuerte de

    compartir con los educadores. Para conseguir la feliz realizacin de esta experiencia, los

    educadores deben ser interlocutores acogedores y preparados, capaces de suscitar y

    orientar las mejores energas de los estudiantes hacia la bsqueda de la verdad y el sentido

    de la existencia, hacia una construccin positiva de s mismos y de la vida, en el horizonte

    de una formacin integral. Por otra parte, no es posible una verdadera educacin sin la luz

    de la verdad (Grocholewski 2007).

    2.11.2. El proyecto de la escuela catlica slo es convincente si lo realizan personas

    profundamente motivadas, en cuanto testigos de un encuentro vivo con Cristo, pues el

    misterio del hombre slo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado. Por tanto,

    personas que se reconocen en la adhesin personal y comunitaria al Seor, asumindolo

    como fundamento y referencia constante de la relacin interpersonal y de la colaboracin

    recproca entre educador y educando (Grocholewski 2007).

    2.11.3. La realizacin de una verdadera comunidad educativa, construida sobre la base

    de valores de proyectos compartidos, representa para la escuela catlica una ardua tarea a

    realizar. En efecto, la presencia en ella de alumnos, e incluso de profesores, procedentes de

    contextos culturales y religiosos diversos requiere un compromiso de discernimiento y

    acompaamiento an mayor. La elaboracin de un proyecto compartido se convierte en un

  • 28

    llamamiento imprescindible que ha de impulsar a la escuela catlica a definirse como lugar

    de experiencia eclesial (Grocholewski 2007).

    2.11.4. La comunin en la misin educativa. Cuando los cristianos hablan de

    comunin, se refieren al misterio eterno, revelado en Cristo, de la comunin de amor que

    es la vida misma de Dios-Trinidad. Al mismo tiempo, tambin se dice que el cristiano es

    copartcipe de esta comunin en el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia (Grocholewski

    2007).

    2.11.5. Educar en comunin y para la comunin. La educacin, precisamente porque

    aspira a hacer al hombre ms hombre, slo puede realizarse autnticamente en un contexto

    relacional y comunitario. No es casual que el ambiente educativo primero y originario est

    constituido por la comunidad natural de la familia. La escuela, a su vez, se sita junto a la

    familia como un espacio educativo comunitario, orgnico e intencional que acompaa su

    compromiso educativo, segn la lgica de la subsidiariedad (Grocholewski 2007).

    2.11.6. Las personas consagradas y los fieles laicos juntos en la escuela. As, en las

    escuelas catlicas nacidas de las familias religiosas, o bien de las dicesis, de las

    parroquias o de los fieles, y que hoy cuentan con la presencia de movimientos eclesiales,

    esta espiritualidad de comunin tendr que traducirse en una actitud de profunda

    fraternidad evanglica entre las personas que se identifican, respectivamente, en los

    carismas de los institutos de vida consagrada, en los de los movimientos o las nuevas

    comunidades, o bien en los dems fieles que actan en la escuela. De este modo, la

    comunidad educativa hace espacio a los dones del Espritu y reconoce esta diversidad

    como riqueza (Grocholewski 2007).

    2.11.7. Un camino de formacin para educar juntos. Esto implica, con respecto a los

    educadores, una disponibilidad al aprendizaje y al desarrollo de los conocimientos, a la

    renovacin y a la actualizacin de las metodologas, pero tambin a la formacin espiritual,

    religiosa, y a la misin compartida. En el contexto actual, esto es particularmente necesario

    para responder a las instancias que vienen de un mundo en continuo y rpido cambio, en el

    que se hace cada vez ms difcil educar (Grocholewski 2007).

    2.11.8. Formacin profesional. Uno de los requisitos fundamentales del educador de la

    escuela catlica es que posea una slida formacin profesional. La poca calidad de la

    enseanza, debida a la insuficiente preparacin profesional o al inadecuado uso de los

    mtodos pedaggicos, repercute inevitablemente en perjuicio de la eficacia de la formacin

    integral del educando y en el testimonio cultural que el educador debe ofrecer. la

    sntesis entre fe, cultura y vida que los educadores de la escuela catlica estn llamados a

  • 29

    realizar, se logra mediante la integracin de los diversos contenidos del saber humano,

    especificado en las diversas disciplinas, a la luz del mensaje evanglico, y mediante el

    desarrollo de las virtudes que caracterizan al cristiano. los educadores catlicos

    necesitan tambin y sobre todo una formacin del corazn: se les ha de guiar hacia ese

    encuentro con Dios en Cristo, que suscite en ellos el amor y abra su espritu al otro, de

    modo que, para ellos, el amor al prjimo ya no sea un mandamiento por as decir impuesto

    desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual acta por la caridad

    (Grocholewski 2007).

    2.11.9. Formacin teolgica y espiritual. La transmisin del mensaje cristiano a travs

    de la enseanza implica dominio en el conocimiento de las verdades de la fe y de los

    principios de la vida espiritual, lo cual requiere un continuo perfeccionamiento

    (Grocholewski 2007).

    2.11.10. La aportacin de los consagrados a la formacin compartida. Las personas

    consagradas, por la profesin de los consejos evanglicos, manifiestan vivir para Dios y de

    Dios. De esta forma se convierten en testimonios concretos del amor trinitario, para que los

    hombres puedan sentir el atractivo de la belleza divina. Por tanto, la primera y original

    contribucin a la misin compartida es la radicalidad evanglica de la vida de las personas

    consagradas. Por razn de su camino vocacional, poseen una preparacin teolgico-

    espiritual que, basada en el misterio de Cristo, que vive en la Iglesia, necesita progresar

    incesantemente en sintona con la Iglesia que camina en la historia hacia la verdad plena

    (Grocholewski 2007).

    2.11.11. La aportacin de los laicos a la formacin compartida. Los laicos, a la vez

    que son invitados a profundizar su vocacin como educadores de la escuela catlica en

    comunin con los consagrados, tambin son llamados a ofrecer al itinerario formativo

    comn la aportacin original e insustituible de su propia identidad eclesial (Grocholewski

    2007).

    2.11.12. Formacin en el espritu de comunin para educar. Los educadores, tambin

    a travs del itinerario formativo, deben construir sus relaciones, tanto en el mbito

    profesional como en el personal y espiritual, segn la lgica de la comunin. Esto implica

    que cada uno asuma actitudes de disponibilidad, de acogida y de profundo intercambio, de

    convivialidad y vida fraterna, dentro de la misma comunidad educativa (Grocholewski

    2007).

    2.11.13. Testimonio y cultura de la comunin. . En la obra educativa, y especialmente

    en la educacin en la fe, que es la cumbre de la formacin de la persona y su horizonte ms

  • 30

    adecuado, es central en concreto la figura del testigo. Los maestros, en cuanto testigos,

    deben dar razn de la esperanza que alimenta su vida, viviendo la verdad que proponen a

    sus alumnos, siempre en referencia a Aquel con quien se han encontrado y cuya gran

    bondad han experimentado con alegra. De este modo, la vida de comunin de la

    comunidad educativa asume el valor de principio educativo, de paradigma que orienta su

    accin formativa como servicio para la realizacin de una cultura de la comunin. Por

    tanto, la comunidad escolar catlica, a travs de los instrumentos de la enseanza y el

    aprendizaje, no transmite la cultura como medio de poder y de dominio, sino como un

    medio de comunin y de escucha de la voz de los hombres, de los acontecimientos y de las

    cosas (Grocholewski 2007).

    2.11.14. La comunin para abrirse a los dems. La comunin vivida por los educadores

    de la escuela catlica contribuye a que todo el ambiente educativo sea espacio para una

    comunin abierta a la realidad externa y no replegada en s misma. Educar en la comunin

    y para la comunin significa orientar a los estudiantes a crecer autnticamente como

    personas, capaces de abrirse progresivamente a la realidad y de formarse una concepcin

    determinada de la vida, que les ayude a ampliar su mirada y su corazn al mundo que los

    rodea, con capacidad de lectura crtica, sentido de corresponsabilidad y voluntad de

    compromiso constructivo (Grocholewski 2007).

    2.11.15. Constructores de comunin abierta. Los laicos que, por razn de sus

    relaciones familiares y sociales, viven inmersos en el mundo, pueden favorecer la apertura

    de la comunidad educativa a una relacin constructiva con las instituciones culturales,

    civiles y polticas, as como con las distintas agregaciones sociales desde las ms

    informales hasta las ms organizadas presentes en el territorio. Otro pilar de la comunin

    abierta es la relacin entre la escuela catlica y las familias que la han elegido para la

    educacin de sus hijos. Esa relacin se configura como plena participacin de los padres en

    la vida de la comunidad educativa, no slo en razn de su primordial responsabilidad en la

    educacin de los hijos, sino tambin en virtud del compartir la identidad y el proyecto que

    caracterizan la escuela catlica y que ellos deben conocer y aprobar, con disponibilidad

    interior. Las asociaciones y los grupos de inspiracin cristiana, que renen a los padres

    de las escuelas catlicas, representan otro puente entre la comunidad educativa y la

    realidad circundante. Tambin a nivel eclesial, la experiencia de comunin vivida dentro

    de la escuela catlica puede y debe abrirse a un intercambio enriquecedor en un mbito

    ms amplio de comunin con la parroquia, la dicesis, los movimientos eclesiales y la

    Iglesia universal. Los miembros del clero diocesano y los laicos de la comunidad

  • 31

    cristiana local, que no siempre poseen un adecuado conocimiento de la escuela catlica,

    deben redescubrirla como escuela de la comunidad cristiana, expresin viva de la misma

    Iglesia de Cristo a la que pertenecen (Grocholewski 2007).

    2.12. Carta Circular n. 520/2009 a los Eminentsimos y Excelentsimos Presidentes

    de las Conferencias Episcopales sobre la enseanza de la religin en la escuela. Es la

    carta deSagrada Congregacin para la Educacin Catlica firmada por su prefecto Zenn

    Cardenal Grocholewski el 5 de mayo del ao 2009.

    2.12.1. El papel de la escuela en la formacin catlica de las nuevas generaciones.

    La educacin se presenta hoy como una tarea compleja, vasta y urgente. La complejidad

    actual corre el riesgo de hacer perder lo esencial, es decir, la formacin de la persona

    humana en su integridad, en particular por cuanto concierne la dimensin religiosa y

    espiritual (Grocholewski 2009).

    2.12.2. Naturaleza e identidad de la escuela catlica. La escuela catlica es un verdadero

    y real sujeto eclesial en razn de su accin escolar, donde se fundan en armona la fe, la

    cultura y la vida. Una escuela catlica se caracteriza por el vnculo institucional que

    mantiene con la jerarqua de la Iglesia, la cual garantiza que la enseanza y la educacin

    estn fundadas en los principios de la fe catlica y sean impartidas por maestros de

    doctrina recta y vida honesta. En estos centros educativos, abiertos a todos los que

    compartan y respeten el proyecto educativo, se tiene que alcanzar un ambiente escolar

    impregnado del espritu evanglico de libertad y de caridad, que favorezca un desarrollo

    armnico de la personalidad de cada individuo. An sabiendo cuanto hoy eso sea

    problemtico, es deseable que, para la formacin de la persona, exista una gran sintona

    educativa entre escuela y familia, con el fin de evitar tensiones o fracturas en el proyecto

    educativo. Por lo tanto es necesario que exista una estrecha y activa colaboracin entre

    padres, docentes y ejecutivos de las escuelas; adems, es oportuno fomentar los

    instrumentos de participacin de los padres en la vida escolar: asociaciones, reuniones,

    etc. (Grocholewski 2009).

    2.12.3. La enseanza de la religin en la escuela. La enseanza de la religin en la

    escuela constituye una exigencia de la concepcin antropolgica abierta a la dimensin

    trascendente del ser humano: es un aspecto del derecho a la educacin. Sin esta materia,

    los alumnos estaran privados de un elemento esencial para su formacin y para su

    desarrollo personal, que les ayuda a alcanzar una armona vital entre fe y cultura. La

    formacin moral y la educacin religiosa tambin favorecen el desarrollo de la

  • 32

    responsabilidad personal y social, as como de las dems virtudes cvicas, y constituyen

    pues una relevante contribucin al bien comn de la sociedad. Se violan, adems, los

    derechos de los padres, si se obliga a los hijos a asistir a lecciones escolares que no

    corresponden a la persuasin religiosa de los padres, o si se impone un nico sistema de

    educacin del que se excluye totalmente la formacin religiosa. (Declaracin Dignitatis

    Humanae 5; Cf. c. 799 CIC; Santa Sede, Carta de los derechos de la familia, 24 de

    noviembre de 1983, art. 5, c-d). Esta afirmacin encuentra correspondencia en la

    Declaracin universal de los derechos humanos (art. 26), y en muchas otras declaraciones

    y convenciones de la comunidad internacional (Grocholewski 2009).

    2.12.4. La enseanza de la religin en la escuela catlica. La enseanza de la religin

    en las escuelas catlicas identifica su proyecto educativo. En efecto, el carcter propio y

    la razn profunda de la escuela catlica, el motivo por el cual deberan preferirla los padres

    catlicos, es precisamente la calidad de la enseanza religiosa integrada en la educacin de

    los alumnos. en la divulgacin de la fe religiosa y en la introduccin de costumbres

    hay que abstenerse siempre de cualquier clase de actos que puedan tener sabor a coaccin

    o a persuasin deshonesta o menos recta (Grocholewski 2009).

    2.12.5. Enseanza de la religin catlica bajo el perfil cultural y relacin con la

    catequesis. La enseanza escolar de la religin se encuadra en la misin evangelizadora

    de la Iglesia. Es diferente y complementaria a la catequesis en la parroquia y a otras

    actividades, como la educacin cristiana familiar o las iniciativas de formacin permanente

    de los fieles. Adems del diferente mbito donde cada una es impartida, son diferentes las

    finalidades que se proponen: la catequesis se propone promover la adhesin personal a

    Cristo y la maduracin de la vida cristiana en sus diferentes aspectos; la enseanza escolar

    de la religin transmite a los alumnos los conocimientos sobre la identidad del cristianismo

    y de la vida cristiana. es necesario que la enseanza religiosa escolar aparezca como

    disciplina escolar, con la misma exigencia de sistematicidad y rigor que las dems

    materias. Ha de presentar el mensaje y acontecimiento cristiano con la misma seriedad y

    profundidad con que las dems disciplinas presentan sus saberes. No se sita, sin embargo,

    junto a ellas como algo accesorio, sino en un necesario dilogo interdisciplinario

    (Grocholewski 2009).

  • 33

    3. PROPUESTAS PARA LA EDUCACIN BSICA Y MEDIA SOBRE LA

    ORGANIZACIN DE LA EDUCACIN CATLICA.

    3.1. La definicin de la Educacin Cristiana. El Concilio Vaticano IIla define como la

    que: busca, sobre todo, que los bautizadosse hagan ms conscientes cada da del don de

    la fe, mientras son iniciados gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvacin;

    aprendan a adorar a Dios Padre en el espritu y en verdad, ante todo en la accin litrgica,

    adaptndose a vivir segn el hombre nuevo en justicia y en santidad de verdad, y as

    lleguen al hombre perfecto, en la edad de la plenitud de Cristo y contribuyan al crecimiento

    del Cuerpo Mstico (Pablo VI 1965).

    3.2. La misin de la Iglesia. Enprimer lugar los documentos del Magisterio definen su

    propia identidad y su misin. La Iglesia recibe la misin de anunciar el reino de Cristo

    y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en tierra el germen y el principio

    de ese reino.(Pablo VI 1965). Esta misin asume la jerarqua por la razn de recibir esta

    autoridad de los apstoles. Los obispos con sus presbteros, sus colaboradores, tienen

    como primer deber el anunciar el Evangelio de Dios, segn el orden del Seor (Juan Pablo

    1992). La misin de la Iglesia es, pues, evangelizar; es decir, proclamar a todos el gozoso

    anuncio de la salvacin, engendrar con el bautismo nuevas creaturas en Cristo y de

    educarlas para que vivan conscientemente como hijos de Dios.Para llevar a trmino esta

    misin, la I