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La discusion en torno al lihro 41Los suelos ;de Cuba", como reflejo de las contradicciones entre las escuelas edafologicas en los afios 30

FERNANDO ORTEGA SASTRIQUES

!RESUMEN

Se explican las razones que provocaron la apancwn de tres escuelas de clasificaci6n de suelos en los albores del presente siglo (la agrogeol6gica, en Alemania; la genetico-geografica, en Rusia; y la morfol6gico-empirica, en los EE.UU.) y su evoluci6n basta los aiios 30. El libro "Los suelos de Cuba" fue el primer gran tratado sobre los suelos de un pais tropical, realizado de acuer('o con la escw.c:ta nor teameric ::>.:-l:..t. En torno a el se de­sarrollo una polemica donde Rutten tom6 la palabra en nombre de los agroge6logos , mientras que Marbut asumi6 la defensa del sistema norte­americana. En la polemica, ambos trataron de usurpar el prestigio de la escuela de clasificaci6n genetica, para afirmar sus posiciones. La historia demostr6 que ninguno de los dos tuvo la raz6n.

1. SURGIMIENTO Y DESARROLLO DE LAS ESCUELAS EDAFOL6GICAS DE ClASIFICACI6N DE SUELOS

El suelo es el principal recurso de la humanidad; la grandeza y caida de grandes civilizaciones de la antigUedad ha sido determi­nada par la fertilidad o la degradacion de los suelos. Desde tem­prano el hombre aprendio a diferenciar las tierras buenas de las malas, sabre la base de su color, vegetacion, relieve, y otras ca­racteristicas; incluso en el Antiguo Testamento hay evidencias de esto. Antes de la conquista de Canaan, Moises envio exploradores, a quienes explicito: "observad como es el suelo, si es fertil o po­bre, si en el hay o no arboles, y caged del fruto del pais" (Num. 12, 21).

La primera evidencia escrita conocida en el occidente sabre una clasificacion de suelos se debe a Marco Porcio Caton (234-

Una version de este trabajo fue presentada en el Primer Congreso Latino­americano de Historia de Ia Ciencia y la Tecnologia, La Habana, julio de 1985. Manuscrito aprobado el 2 de agosto de 1985.

F. Ortega Sastriques pertenece al Instituto de Suelos, de Ia Academia ~e Ciencias de Cuba.

149 ane); en su libro "Agricultura", distingui6 los siguientes suelos del territorio de Roma: arcilloso~ rojos, negros suaves, arcillosos blancos y ticrras podridas. Los escritores posteriores e£tuvieron bajo la influencia de Caton y no aportaron gran cosa al perfec­cionamiento de la clasificaci6n de los suelos.

En el siglo XIII, Piero da Crescenzi (1230-1320) resumi6 en su libro "Opus ruralium comodorum" la experiencia agricola de la antigtiedad, e incorpor6 los avances alcanzados durante la Edad Media. Su obra fue copiada repetidamente hasta que, despues de la invenci6n de la imprenta, fue publicada en Augsburgo y Estras­burgo, en 1477. Fue uno de los primeros libros en imprimirse en el mundo y se considera que ha sido uno de los mas leidos de todos los tiempos, por lo que tuvo una gran influencia en el de­sarrollo agricola de Europa durante la Edad Media; sin embargo. en ei no se super6 la clasificaci6n de los suelos empleada en la Edad Antigua.

En el Renacimiento, los investigadores comenzaron a tratar de aclarar de que se alimentaban las plantas. El frances Bernard Palissy ( 1510-1589), tal vez fue el primero en plan tear la alimen­taci6n mineral de las plantas, pero sus ideas no fueron recono­cidas y no se divulgaron.

En la literatura cientifica europea predominaba la idea de que el suelo era el lugar donde se alojaban las rafces para que las plantas pudieran mantenerse en posicion vertical. En esta concepcion influyeron mucho las conclusiones experimentales del alquimista flamenco Jean Baptiste Van Helmont (1577-1644), el cual demostro el papel del gas carbonico en la alimentaci6n de las plantas, probando que el aumento de peso de estas no estaba en correspondencia con las perdidas de peso del suelo (BoULAINE,

1984); estas pruebas lo llevaron a concluir que la formaci6n de la masa vegetal estaba relacionada solamente con el agua, idea que compartian los grandes pensadores de la epoca como Francis Bacon (KOVDA, 1973). Es claro que mientras prevalecieron tales ideas no hubo serios intentos por desarrollar las clasificaciones de suelos.

A pesar de las "pruebas" sobre la alimentacion puramente hidrica de las plantas, la practica demostraba que los suelos os­curos eran mas fertiles que los claros. El desarrollo de la quimica permitio que en el siglo XVIII se comenzaran a extraer del suelo los "jugos de la tierra", que se suponia alimentaban a las plantas,

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pues eran mas abundantes en los suelos oscuros, fertiles, que en los claros, menos fertiles.

Esos "jugos de la tierra" eran el humus, que tal vez F. K. Achard (1786) fuera el primero en extraer (WAKSMAN, 1938). A partir de entonces comenz6 a formarse la teoria sabre la alimen­tacion humica de las plantas, finalmente estructurada por el ale­ro,an Albrecht Daniel Thaer (1752-1828).

En el inicio del siglo XIX, el geologo ginebrino Nicolas-Theo­dore de · Saussure (1767-1845) estableci6 que el potasio, el calcio y el f6sforo son constituyentes constantes de los vegetales (Bou­LAINE, 1984 ); pero tal vez su mayor aporte fue el introducir el metodo experimental cuantitativo en las investigaciones agricolas. Este metoda fue tornado por el quimico aleman Justus von Liebig (1803-1873) para demostrar la nutrici6n mineral de las plantas,. Con su trabajo "La qufmica organica y sus aplicaciones a la qui­mica agricola y a la fisiologfa", aparecido en 1840, naci6 la agro­quimica moden1a.

Tanto la teoria sobre la nutrici6n hfunica como la relativa a la mineral consideraban importante solo alguna parte del suelo, separada del resto de sus constituyentes y ajena al resto de sus propiedades y leyes. El suelo era, para ambas teorias, un material casi inerte, donde se encontraban los "jui!OS de la tierra" o las sales minerales. Se comprende que ambas teorias impulsaran poco los problemas sabre la clasificad6n de los suelos.

A pesar de lo anterior, la intemificacion de la agricultura y) sobre todo, la necesidad de los estados de imponer gravamenes sobre las tierras, diferenciados de acuerdo con la fertilidad de los suelos, oblig6 a que se elaboraran clasificaciones de suelos mis complejas.

En aquel entonces, una de las clasificaciones de suelos . mas extendida era la del aleman G. Walz, la cual era aceptada sin re­servas pot Liebig; en ella se leia: "El suelo consiste en rocas de~ sintegradas y de otros restos, · sobre la misma roca o no importa sobre que roca. El suelo transportado, sin embargo, puede segu~r siendo el mismo y se corresponde a las rocas donde tuvo su ori­gen" (BOULAINE, 1984).

Es clara que · la aceptaci6n de una definid6n de tal indole impulsara la clasificaci6n de los suelos desde · posiciones pura­mente geologicas. De esta manera, surgi6 en Alemania la agro~ geologia. ·

€>RTEGA: POU:MICA ENTRE ESCUEilAS EDAFOLOGICAS 89

Para los agroge6logos, lo principal en el suelo es el materiaP del cual proviene, de donde se deriva el resto de sus propiedades.

Un poco mas tarde, en los EE.UU. los problemas de la ,clasi­ficaci6n de los suelos comenzaron a desarrollarse de otra manera. Se consideraba que los su~los debian clasificarse por sus caracte­risticas externas, apreciables a simple vista. Los suelos semeja:n­tes morfol6gicamente formaban las series de suelos, dentro de las cuales ellos pod:ian diferir solamente poi: la textura. Cada nueva serie tomaba el nombre del lugar donde era vista por primera ve~ (idea inspirada en las "formaciones", tomada de los ge6logos) y ese lugar se convertia en patron por el cual se comparaban los suelos de otros lugares.

Esta clasificaci6n se conoci6 como morfol6gica, por prestarle atenci6n fundamental a la forma del perfil, y fue tratada de em~ pirica por los edaf6logos europeos.

En 1877, la Sociedad Econ6mica Imperial de San Petersburgo le encomend6 a Vasili Vasilevich Dokuchaev ( 1846-1903) Ia tarea de realizar profundas investigaciones sobre los suelos "cherno­ziom" del Imperio Ruso. Fruto de su trabajo fue la puhlicaci6n del libro "El Chernoziom ruso", en 1883. Su aparici6n se toma como el nacimiento de la edafologia como ciencia independiente. Por primera vez el suelo fue tratado como un cuerpo hist6rico­natural independiente, sujeto a sus propias leyes de desarrollo y con propiedades cualitativas inberentes a el (DoBROVOLSKir, 1983; ORTEGA, 1983).

Este enfoque se reflej6 en la clasificaci6n de los. suelos, la cual pudo hacerse tomando en cuenta las propias !eyes de desa,.,. rrollo del objeto en estudio; se tuvo, al fin, una guia para pode17 elegir aquellas propiedades del suelo mas importantes a conside­rar para el disefio de las clasificaciones.

DoKUCHAEV (1899) demostr6 que la distribuci6n geografica de los suelos no es casual, sino que eilta regida por leyes; asi mismo explic6 los factores que rigen esa distribuci6n, entre los cualei destac6 el clima.

De esa manera, a principios de siglo existian tres escuelas de clasificacion de ~;uelos: la agrogeo16gica, surgida en Alemania, J'ero extendida por Europa Central y Occidental; la morfol6gico­empirica, en los EE.UU.; y la genetico-geografica, en el Imperio Ruso.

9e CI!;NCIAS OE LA AGRICULTURA 28/ 86

La obra original de Dokuchaev es muy poco conocida. Escrita .en 1883, solo fue reimpresa al ruso moderno en 1936, por lo que hoy dia es casi imposible obtenerla. Aunque parezca increible, esa obra de tanta importancia solo ha sido traducida ::tl checo (en 1951), al ucraniano (en 1952), al rumano (en 1953) y al li­·tuano (en 1957). N unca fue traducida a los idiomas mas univer­:sales, como el ingles, el frances, el espafiol o el aleman (KRUPE­

'NIKOV, 1983) .

Las ideas de Dokuchaev penetraron en el occidente fundamen­talmente .a traves de los trabajos de Konstantin Dimitrievich Glinka (1867-1927). Dos de sus libros, "Los grandes grupos de suelos del mundo y su formacion" y "Edafologia", fueron tradu­,cidos al aleman en 1914, y de ahi al ingles, en 1927, a petici6n de Curtis Flechter Marbut (1863-1935}, entonces Jefe del Servicio de Suelos de los EE.UU.

En la segunda decada del siglo, tanto la tendencia agrogeo­l6gica como la morfol6gico-empirica habian agotado ya sus posi­bilidades de desarrollo te6rico, por lo que resultaba muy dificil un perfeccionamiento ulterior de sus sistemas clasificatorios. Esto ·explica la gran acogida de las ideas dokuchaevianas, a pesar de •que llegaban desde el pais donde se acababa de implantar el pri­mer estado de obreros y campesinos.

Ambas escuelas de clasificaci6n hicieron lo posible por incor­porar en sus esquemas las nuevas ideas que habian recibido de 1a edafologia dokuchaeviana. Pero esas ideas estaban modificadas por el prisma de los seguidores de Dokuchaev. Mientras el maes­tro introdujo el concepto de "factores de formaci6n", donde acla­raba la importancia de cada uno de ellos, aunque destacando el clima como el mas importante, sus seguidores tendieron a aumen­tar desmesuradamente el papel del clima, de lo cual se derivaron .clasificaciones de suelos consideradas, con mayor o menor raz6n, como clasificacione11 climaticas.

Ademas de la desviaci6n climatica, en la URSS apareci6 una nueva teoria edafol6gica que, aunque se arropaba con la termino­logfa dokuchaeviana, le era totalmente opuesta. Esta fue la teoria ,sabre el "proceso edafogenico unico", desarrollada por Vasili Ro­bertovich Williams (1863-1939), e implantada como la unica linea verdadera, bajo la autoridad del Presidente de la Academia de rCiencias Agricolas de Ia URSS, Trofim Lisenko . .,.

Por su parte, de acuerdo con su 16gica, los agroge6logos co­locaban en sus esquemas clasificatorios a la roca madre en primer

•ORTEGA: .PIDLEMICA ENTRE ESCUELAS EDAFOL6GICAS 91

plano, pero incorporaron elementos de la edafologia genetica, · con los cuales abordaron los grados de alteracion de las rocas. · Los agrogeologos consideraban, con alguna razon, que su nuevo enfo. que era genetico. •

En los EE.UU., Marbut tomo las ideas de Dokuchaev y redes­cubrio los trabajos del naturalista norteamericano de origen ale­man Eugene Waldemar Hilgard (1833-1916), entre los que se des­taca "La influencia del clima en la formacion y composicion ·de los suelos." Decimos que redescubrio porque la obra de Hilgard fue silencinda como consecuencia de una gran disputa cientifica; surgida entre el y Milton Whitney (1860-1 927), entonces J efe del Servicio de Suelos de los EE.UU. (BouLAINE, 1984). Desde los afios 20 hasta su muerte, en 1935, Marbut trabajo en el intent(); de organizar las miles de series reconocidas en los EE.UU., en ca­tegorias superiores que respondieran a un ordenamiento genetico.

En esos momentos, en Francia comenzaba a desarrollarse una nueva escuela edafologica por la influencia de Valeri Agafonov (1863-1955), quien habia trabajado bajo las ordenes de Dokuchaev en la celebre expedicion a Poltava. Esta nueva escuela de edafo­logia dokuchaeviana genetica se desarrollo independientemente de la escuela sovietica, lo cual permitio que no sufriera por la des­viacion provocada por la imposicion de la teoria de Williams.

En las decadas del 20 y del 30 coexistian las siguientes escue• las principales: en Alemania y los Paises Bajos, la tendencia agro,.. geologica, complementada con ideas sobre los estados de evolucion: de la masa mineral; en los EE.UU., la morfologico-empir ica, su- · plementada con agrupam.ientos climaticos; en la Union Sovietica, la genetico.climatica, distorsionada por la teoria de Williams; en Francia, la genetico-climatica.

2. LA DISCUSION EN TORNO AL LIBRO "LOS SUEI,.OS DE CUBA"

Hasta entonces, casi todos los trabajos sobre suelos se habian realizado en los paises frios o templados, el conocimiento de los. suelos de los tropicos era muy escaso y fragmentario. El primer­estudio sistematico de los suelos de un pais de la zona tropical se realizo en Cuba en la decada del 20, dirigido por Hugh Hammond Bennett (1881-1960). Fruto de ese trabajo fue ellibro "Los suelos de Cuba", publicado en ingles (BENNETT y ALLISON, 1928), y en espaiiol solo en 1961. Como era de esperar, en el mismo se em• pleo la separacion en series de suelos, al igual que' se hacia en los EE.UU.

92 CIENCIAS DE tA AGRLCUL.TURA 2B/86c

Poco despues, los holandeses y los alemanes comenzaron a estudiar los sblelos de las Indias Orientales. Como es natural, tu~ vieron que estudiar detenidamente e1 trabajo de Bennett en Cuba, ya que en aquel entoll.ces era el -Lmico antecedente bibliognifico sobre los suelos tropicales. La clasificacion en series no pudo sa­tisfacerlos, pues es incompatible con el ordenamiento que emplea" ban los agroge6logos. Como resultado, RuTTEN (1933) lanzo una critica mordaz contra los trabajos desarrollados por Bennett en Cuba y contra la escuela americana en general, la cual fue publi­cada en la revista "De Indische Mercuur."

Marbut, entonces jefe del Servicio de Suelos de los EE.UU .• estaba profundamente comprometido con el trabajo de Bennett en Cuba ( el capitulo 12 del libro "Los suelos de Cuba" fue escrito por el); por esa razon, le parecio necesario responder a las criti­cas de Rutten, lo cual hizo en un tono aun mas sarcastico.

La traduccion comentada de la respuesta de Marbut fue rea­lizada por Federico Poey y publicada en dos numeros consecutivos. de la revista "Cuba Agricola" del afio 1934.

Dejando a un lado los problemas de detalle, que constituyen la mayor parte del texto citado, se puede ver que la discusion gi-­raba en realidad sobre los sistemas de clasificacion.

Para Rutten, que se apoyaba en De Jongh, existian tres siste­mas de clasificacion: en Alemania y Rusia, el genetico, pero ellos.· diferian en que el aleman le prestaba mucha atencion al material geologico del cual se deriva el suelo, mientras que el de Rusia prestaba atencion exclusiva a los procesos [sic], los cuales depen­den de los factores climaticos. Por otra parte, consideraba que· el tercer sistema no era un sistema en si, pues era totalmente empirico, ya que tomaba en consideracion todos los caracteres al unfsono, lo que provocaba la separacion de un gran numcro de: series. Par eso, en el caso de Cuba, segun Rutten, la aplicaci6m del sistema empirico provoco que en el rapido estudio llevado a cabo por Bennett y sus colaboradores se distinguicran 90 series, por lo que considero que un estudio detallado llevaria la clasifi~ caci6n a un caos.

Seiia16 que otros irivestigadores que trabajan en las Indias,_ entre los que cit6 a Mohr y Harreveld-Lako, concordaban con el en que en el tr6pico habia que poner en primer lugar el material geologico y en segundo el intemperismo.

ORTiiGA: POLEM ICA E·JTRE ESCUELAS EDAFOL6GiCAS 93;

Coincidimos con Rutten en la critica al empirismo ael siste­ma americana, pero lo que mas se destaca en sus argumentos es que consideraba el enfoque agrogeologico como genetico, y al ruso como dependiente exclusivamente del clima.

Esto ultimo es totalmente falso, aunque los enemigos de la edafologia genetica lo han repetido tanto que hoy dia muchos lo creen. Marbut estuvo totalmente justificado cuartdo respondio: "Rutten demuestra un desconocimiento fundamental sabre el es­tado actual de las clasificaciones de suelos, de las bases sabre las que descansan, y de la relacion entre los distintos sistemas. La dasificacion rusa, como ei le llama, puede ser designada como climatologica, aunque todo aquel que la conozca sabe que su ver­dadera base son las caracteristicas del suelo .... " Luego MARBUT

(1934) demostro de forma mordaz y con mucho tina los errores en que se puede incurrir cuando se le da importancia capital a la roca madre en la clasificacion de los suelos, y concluyo diciendo: "Dios proteja al mundo de una clasificacion de suelos basada so­lamente en caracteristicas geol6gicas."

Hasta aqui, toda su argumentacion fue correcta, pero el mote .de "empirica" evidentemente le dolio. A esto, Marbut (1934) res­pondio: "Aparentemente, Rutten quiso hacer una critica a la cla­:sificacion americana al llamarle empirica. No es evidente lo que -quiere significar esa palabra, pero los autores que usan el sistema asi designado no tienen inconveniente alguno en aceptar ese nom­bre si, como parece, quiere decir que los suelos se clasifican por sus caracteristicas. Si ese fuera su significado, los sistemas mas universalmente aceptados de clasificacion de plantas, animales, rocas y minerales serian tambien empiricos, por lo que los edq.­fologos de los EE.UU. no estan avergonzados de ese nombre. La realidad del caso es que el sistema actualmente en uso en los EE.UU. es identico al que se usa en Rusia para las correspondien­;tes categorias."

Debo sefialar que el sistema en uso en esos momentos en los EE.UU. no era identico al que se empleaba· en la Union Sovietica, diriamos que ni siquiera parecido, ni tampoco era igual a los pri­meros esquemas de Dokuchaev o sus seguidores. Nuevamente vemos la tendencia de elevar el prestigio de su sistema tomando como base la supuesta coincidencia o parecido con el entonces mas estructurado sistema de la Union Sovietica.

Por otra parte, Marbut no tenia razon al comparar la clasifi­·cacion de los suelos en series con las clasificaciones de otros rei-

'94 CIENCIAS DE LA AGRICIJLTURA 28/Bi

nos de la naturaleza. En esas clasificaciones es verdad que se l!lsan las caracteristicas externas, visibles, de los objetos para su ordenamiento, pero estas se toman de acuerdo con una teoria, ya sea la de la evoluci6n, la de las estructuras cristalograficas, u otras. En la clasificaci6n de los suelos por series, estos se agru­pan al margen de toda teoria. En una serie se incluyen todos los. perfiles de suelos que tienen todas sus caracteristicas semejantes, a excepci6n de la textura (MARBUT, 1928b) , pero dada la gran variabilidad de los suelos y a que la mayor parte de las diferen­cias ~on cuantitativas, resulta tremendamente subjetivo establecer si un perfil determinado pertenece a una u otra serie cercana .. Hasta hoy dia ebto se resuelve, en la edafologia norteamericana~

con el uso de expertos regionales; 0 sea, en ultima instancia, er unico criteria es la opinion del perito regional. He ahi la base del empirismo criticado por Rutten, que Marbut no llega a res.-­ponder.

En su respuesta a Rutten, Marbut seiial6 que algunos cientf­ficos que trabajaban en el tr6pico se estaban alejando de las po-­iiciones agrogeol6gicas, aceptando las ideas de la escuela ameri­cana; entre estos cit6 al prestigioso E. C. J. Mohr. Sin embargo,. al consultar la ultima obra de Mohr sabre los suelos tropicales, publicada en 1954, y que es una modernizaci6n de lo planteado­por el en la edici6n de 1933, se observa que solo acept6 la sepa­raci6n de pedalfer y pedocal de MARBt:T (1928a), pero nada mas. de la escuela americana (MOHR y VA:-.-: BAREx, 1954). Su clasifi­caci6n es un extraiio hibrido de la agrogeologia con terminos de: la edafologia sovietica.

La escuela americana tambien fue atacada en aquel entonces; por el ingles G. Milne, el cual no pudo aplicar sus principios en los estudios de los suelos del Africa Oriental. Milne senal6 el vacio existente entre el nivel taxon6mico de la serie y el gran gru.­po de suelo (MILNE, 1935).

La clasificaci6n estructurada por Marbut partia del nivel tax0'­n6mico superior al inferior, guiado por concepciones te6ricas ge­neticas, pero debfa entontrarse con las series y familias de sue­los, niveles taxonomicos que se habian formado de abajo hacia arriba, de forma totalmente empirica. La union de ambas lineas era dificil, y por eso al aplicarse en los estudios concretos se en­coBtraba el vacio seiialado por Milne.

Marbut elabor6 un gigante de cabeza de oro y piernas de plomo, pero con el vjentre de barro.

0RTEGA: POLEMICA ENTRE ESCUELAS EDAFOLOGIO>.~ 9S

En el capitulo XII del libro "Los suelos de Cuba", Marbut debi6 haber agrupado a las series de sueloi, descritas por Bennett y colaboradores en Cuba; sin embargo, el capitulo se reduce a explicar de manera algo confusa los principios del sistema, pero sin poder aplicarlo. ~orprende que Rutten no se agarrara de este hecho en su critica.

La obra de Bennett en Cuba fue l!ln catalizador que hizo afliY­rar las contradicciones entre las dos escuelas edafol6gicas pdnci­pales de los afios 30.

Como hemos podido apreciar, tanto la escuela americana como la agrogeol6gica se consideraban a s:i mismas geneticas. La segua­da consideraba que estaba por encima de la dokuchaeviana, pues "superaba" su error "climatico"; la primera se declaraba "iden­tica" a la sovietica. En realidad, eran intentos de tamar para si el prestigio adquirido por la obra de Dokuchaev.

Dado el aislamiento cientifico y diplomatico a que estuvo so­metida la Union Sovietica, sus edaf6logos no tuvieron oportuni­dad de conocer el tr6pico hasta mucho mas ta.:de. Ademas. en esos afios la edafologia sovietica estaba inmersa en la crisis pro­vocada por las teorias de Williams y Lisenko. La voz de los .eda­f6logos sovieticos, . que hubieran podido aclarar las cosas, no se :hizo oir.

.3. EPfLOGO

:En las discusiones cient:ificas el tiempo es el mejor juez. La agro­geologia no pudo desarrollarse mas y actualmente se puede con­siderar desechada, aunque en paises como Chile, donde la influen­cia alemana fue muy fuerte, a(m en sus mapas de suelos se reflejan :aspectos de la agrogeologia (por ejemplo: suelos granfticos).

La escuela edafol6gica americana renunci6 a su intento de •conciliar su sistema morfol6gico-empfrico con el genetico · y estruc­tur6 un esquema totalmente nuevo. Aunque los autore,s del nuevo resquema consideran qt.le no han abandonado las bas~~ . geneticas (USDA, 1975), consideramos que su nuevo enfoqu~ traiciona las bases dokuchaevianas .

De todo lo anterior se puede colegir que ninguno : de los dos contendi<mtes de los afios 30 tuvo toda la raz6n, y que ambos cri· ticaron con justeza a su contrario.

La clasificaci6n genetica para los suelos del tr6pico comenz6 a elaborarse por los edaf6logos franceses en sus colonias. El triun-

96 CIENCIAS DE LA AGRICULTURA 28/ 86

fo de las revoluciones china, vietnamita y cubana permiti6 que los edaf6logos sovieticos se pusieran en contacto con los suelos del tr6pico y que comenzara el desarrollo independiente de la eda­fologia en Cuba. En los esquemas elaborados para los suelos de Cuba hay mucho de la escuela francesa, pero se puede decir que no hay diferencias substanciales de enfoque entre la escuela fran­cesa y la sovietica.

En la actualidad, el enfoque de casi todos los esquemas ela­borados por los diver sos edafologos franceses y sovieticos es ge­netico-climatico, genetico-geografico o una mezcla de ambos, al tratar los suelos de dimas templados; pero al tratar los suelos del tr6pico abundan los enfoques genetico-mineral6gicos, e inclu­sive han surgido esquemas mineral6gico-climaticos y otros donde se renuncia por completo a la gem!tica y a la zonalidad de los suelos, dejando un punto de vista completamente mineral6gico (por ejemplo, vease a LAMOUReux et al. , 1983).

Esta vuelta atras a las posiciones de la agrogeologia se lanza en contra de los factores y procesos de formaci6n; o sea, contra las bases mismas de las ensefianzas de Dokuchaev, bajo la con­signa de luchar por la "objetividad."

' Lo anterior demuestra la necesidad de desarrollar a{m mas,.

sobre nuevas bases, los esquemas de clasificaci6n para los suelos tropicales. La elevada edad absoluta de la mayor parte de los suelos t ropicales, el claro policiclismo de su formaci6n y la irn­portancia de las cortezas de intemperismo asi lo exigen.

Lograr que esa reestructuraci6n se haga desde la 6pt1ca do­kuchaeviana, como lo plante6 GUERA.srMov (1972) al analizar las. clasificaciones de suelos de Cuba, es nuestra tarea. Luchar contra las corrientes "objetivistas" que se plantean con bastante fuerza dentro de la escuela edafol6gica francesa y que a veces se reflejan en t rabajos de edaf6logos sovieticos [por ejemplo, el esquema de DENisov (1971) para el Africa], es nuestro deber.

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THE CONTROVERSY ON "THE SOILS OF CUBA" AS A REFLECTION OF CO!I..1TRADICTIO~S AMONG SCHOOLS OF EDAPHOLOGY DURING THE 1930s

ABSTUCT

An explanation is proposed for the rise , early this century, of three schools of soil classification (the agrogeologic school in Germany; the genetico­geographic, in Russia; and the morpho-empirical, in the United States) and their development up to the 1930s. The book entitled "The soils of Cuba" was the first great treatise on the soils of a t ropical country, performed according to the North American School. In the controversy following its publication Rutten spoke on behalf of agrogeologists, while Marbut took up the defense of the North American System. Both claimed for themselves the prestige of the genetic school c f classification, but history has demon­strated that they were both w rong.

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