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Asalto a la fortalezaLa dinámica evangelizadora adventista

a inicios de los ‘60

Edgardo D. Iuorno

ASALTO A LA FORTALEZALa Dinámica Evangelizadora

Adventista a Inicios de los 60

Edgardo D. Iuorno

DESCUBRA EDICIONESParaná, Entre Ríos

2015

ASALTO A LA FORTALEZA

PREFACIO

Siendo que las obras manifiestan la fe, las obras de la iglesia deben manifestar la fe de la iglesia. Cuando una iglesia minoritaria se estira más de lo que puede, e intenta cosas que no puede lograr por sí sola, y lo logra, eses es un cuerpo que ejerce fe y ve los frutos notables de la misma.

Tal fue el caso de los adventistas al iniciar los años 60. Los relatos que provienen de esa época nos hablan de una iglesia visionaria, esforzada, con metas altas y frutos notables. Una iglesia llena de fe, que obraba según esa fe!

El presente libro presente diversos testimonios que señalan las alturas que una iglesia puede alcanzar cuando se decide a asaltar la fortaleza del mundo y del pecado en el nombre del Señor, haciendo todo de su parte y dejando lo demás en manos del Todopoderoso.

Es mi propósito que estas páginas te contagien de la misma fe de aquellos antiguos hermanos, de manera que en tu iglesia seas una influencia entusiasta y optimista. Con Dios cualquier fortaleza puede ser conquistada.

El Autor.

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ÍNDICE

LEVANGELISMO PÚBLICO Perfil del pastor Salim Japas Evangelismo en Chillán Bautismo en el Lago Titicaca Evangelismo Mancomunado en Córdoba Evangelismo en San Cristóbal Una Carpeta Evangélica

Evangelismo en Valdivia

Gran Campaña de Evangelismo en la Asociación Bonaerense Evangelismo Austral Se Abren Nuevas Puertas La Clase Media Alta De Buenos Aires

II. IGLESIAS MOVILIZADAS Una Gira por la Misión del Norte Avances en Concordia Un Desenlace Inesperado Dos Niños Misioneros Actividades en Cuyo Comienzos en Formosa Fidelidad Recompensada Una Cosecha de Fe Quince Más Para el Señor Una Noche de VictoriaPredicadores Voluntarios en la Asociación Central

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Bautismos en PuiggariMilagros en FloridaEl Trabajo Por Los NiñosTrabajando con los Obreros VoluntariosUn Cuarteto EntusiastaCantando Predican la Venida de CristoLa Iglesia De Liniers, Bastión En El OesteAvances en Young, Uruguay.Actividades de la Iglesia de Morón Un Día de Fiesta en la Iglesia de Morón Una Gira Bendecida Palermo en Acción

III. INAUGURACIÓN DE TEMPLOS Renovación en Pergamino Inauguración en TandilUn Templo en Villa Adelina Un Acontecimiento en Los Polvorines ¡Por Fin, una Realidad en San Juan!La Inauguración del Templo de Avellaneda Hermanos que Construyen su Iglesia

IV. LA ESCUELA RADIOPOSTAL Giras de La Voz de la Esperanza Evangelismo Integral

V. LA OBRA EDUCATIVA Inauguración de la Escuela Primaria de Liniers Dos Campamentos InolvidablesLa Obra Educativa en la Asociación Bonaerense Piedra Fundamental en Urdinarrain

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VI. CLÍNICAS EN LA MISIÓN Una Obra Silenciosa Sembrando Para el Señor

VILLA OBRA DE LOS COLPORTORESFormando ColportoresAnunciado en un SueñoIncidente AnimadorProgresos en Necochea“Veo Algo Raro en Usted”Ganó 141 AlmasAyuda Especial en las Entregas

VIII. LA OBRA DE LA RECOLECCIÓNUn Arte OlvidadoUna Ciega Recolecta en el Casino

EPÍLOGO

SUPLEMENTO FOTOGRÁFICO

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CAPÍTULO IEVANGELISMO PÚBLICO

Perfil del pastor Salim Japas

El pastor Salim Japas tuvo una larga y fructífera actuación en el frente evangelístico, y fue uno de los protagonistas misioneros de la década del 60. Ha llevado a cabo conferencias evangélicas en Argentina, Chile, Estados Unidos y Uruguay, siempre con renovado éxito.

Relata que después de completar el curso secundario en el Instituto Florida ingresó en el Colegio Adventista del Plata. “Completé el curso ministerial, con la ayuda de Dios, en 1945. Al año siguiente me inicié como aspirante al ministerio en la Iglesia de Palermo, al lado del pastor Hugo Beskow”.

Conoció el mensaje en 1936. Visitaba el comercio de su padre un vendedor ambulante. Era adventista y no lo sabían. El le hablaba al padre en idioma árabe, acerca del Evangelio. “Cuando papá notó mi gran interés me dijo que compraría una Biblia. Se la compró a un colportor evangélico, y pagó $ 0,80 por ella. Ese colportor se hizo adventista después de 18 años”. Su nombre era Iginio Ramón, quien se unió a la Iglesia de Liniers por 1960. Ese vendedor adventista que visitaba a mi padre había sido ganado por otro colportor, el Hno. Cayetano Gigliotti”.

La familia de Salim no podía avenirse a la idea de que abandonara la fe de sus mayores. La situación se tornó tan

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difícil, que tuvo que salir del hogar. “Fui a Florida y estudié en el instituto. Ese año pasé días muy penosos por la escasez de dinero. Primero vendí mercancías de casa en casa, y luego me dediqué al colportaje. Los padecimientos me hicieron perder varios kilos de peso, y sin embargo no quise decir nada en mi casa por temor a que me hicieran volver, lo cual habría significado dejar de estudiar”.

“Al terminar en el instituto, trabajé un año con mi padre, con el entendido de que me dejaría ir a Puiggari. Sin embargo, se negó. Como era menor de edad, trabajé otro año con él. Luego le dije resueltamente que me iba al colegio, porque quería ser un ministro para servir al Señor”.

“Mientras preparaba mis cosas mi abuelo vino a decirme que según la costumbre árabe, yo, como hijo mayor, debía ser el heredero de la familia y jefe del hogar a la muerte de mi padre. Insistió en que me quedara. Le contesté: ‘Abuelo, no puedo quedarme de ninguna manera. Dios me llama, y no podría hacerlo aunque quisiera, porque me moriría’. Entonces me dijo: ‘Que Dios te bendiga’. Luego mi madre, con lágrimas, me rogó que quedara. Le expliqué que era imposible. Luego mi padre me prometió pasar todos sus bienes a mi nombre ante un escribano, con tal de que me quedara. También rehusé a ese generoso ofrecimiento, aun cuando me daba libertad para guardar el sábado y asistir a la iglesia. Cuando no pudo convencerme, me dijo:‘Que Dios te bendiga’. De modo que fui al colegio de Puiggari y terminé allá”.

Tiempo después Salim terminó estudios en el Instituto del Profesorado de Buenos Aires. Descubrió que su preparación

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era insuficiente para intentar una aproximación a ciertos sectores de la población. Mientras atendía primero la Iglesia de Florida, y luego la de Palermo, completó el curso del profesorado.

Antes de la iniciación del Congreso Mundial de San Francisco, los hermanos de la Asociación Sur de California le extendieron una invitación para celebrar conferencias para la población hispana adventista de esa asociación. En la localidad de Lynwood, California, se reunieron unos 1.200 hermanos de habla hispana, con los cuales tuvimos reuniones diarias.

Posteriormente llevaron a cabo reuniones para el público en el Centro Educacional situado en el corazón de la ciudad de Los Angeles. Luego fueron a San Francisco, al congreso, y allí los hermanos pidieron que la Unión Austral le permitiera quedar algunos meses más para celebrar un esfuerzo de evangelismo. En realidad fueron tres esfuerzos simultáneos en tres lugares distintos, y en cada uno tuvimos dos reuniones por día, en horas diferentes. Indudablemente fue un esfuerzo grande, pero con la bendición de Dios fue posible realizarlo. Los hermanos de la asociación pusieron a su disposición un automóvil con el cual pudo desplazarse con rapidez y comodidad, y eso economizó energías y facilitó la tarea. Además, el cuerpo de obreros latinos colaboró magníficamente en la campaña.

La estrategia fue ofrecer un curso de investigación bíblica. Las primeras fueron conferencias para captar el interés, pero después seguimos con los estudios bíblicos. Esa investigación duró 26 clases. El público se interesó intensamente

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y poco a poco fue haciendo decisiones por la verdad. Antes de salir de allí habían bautizado, gracias a Dios, 102 almas. Luego hicieron otro bautismo, y más personas se agregaron al pueblo de Dios.

El pastor Japas cuenta que hacia 1962 habían trazado planes para la ciudad de Montevideo. “Estamos pensando con optimismo en las bendiciones del Señor, aunque Montevideo ha sido tradicionalmente una ciudad dif cil para la evangelización. Dependemos del poder de Dios y del favor de los hermanos y obreros a fin de realizar una propagación del Evangelio que nos permita ganar a muchas -almas para el reino de los cielos. Después de esa campaña llevaremos a cabo otra en la ciudad de San Juan, en la Asociación de Cuyo”.

“Los pastores y evangelistas creemos en la eficacia de la obra de la hermandad. Debemos movilizar esas fuerzas, instruirlas y ponerlas al trabajo, porque así la obra se completará en poco tiempo. Dios bendiga a nuestras iglesias e instituciones, Dios bendiga a nuestros ministros y miembros. Que todos unidos cumplamos nuestra responsabilidad y terminemos la obra que el Cielo nos ha encomendado”.

La Argentina ha sido ricamente bendecida por Dios en predicadores, y ha “exportado” mensajeros a todas partes del mundo. Por la gracia de Dios hombres capaces como Salim Japas y tantos otros van a seguir surgiendo. Hombres valientes, estudiosos y esforzados que le den a la trompeta el sonido que la hora requiere. Junto a una iglesia reavivada, los triunfos de antaño pronto serán superados, para la gloria de Dios y el apresuramiento de su regreso.

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Evangelismo en Chillán

El pastor Arturo Schmidt escribiendo desde Chillán (Chile), informó de un bautismo de quince almas. “La presencia de Dios —escribe— se hizo sentir en la congregación que concurrió. El templo se tornó estrecho. Al final solicitamos que los que se quisieran preparar para un próximo bautismo lo manifestaran, y así lo hicieron muchos. Tomamos sus nombres, y para alegría nuestra y gloria de Dios, 95 personas solicitaron ser bautizadas”.

El pastor Schmidt sigue diciendo en su carta:“Bien, sigo dictando conferencias en una iglesia evangélica. Hace poco comencé a estudiar con el pastor en forma sistemática todos los lunes de tarde, y ya puedo dar alguna información sobre el resultado. El pastor y su esposa están guardando el sábado, resueltos a formar parte de la Iglesia Adventista. El lunes pasado, después del estudio, me dijo que aunque todos lo abandonen él va a seguir la verdad. Tiene cinco iglesias a su cargo. Me pidió encarecidamente que le ayudara en las otras iglesias a convencer a los hermanos. Así que juntos fuimos a una iglesia suya de San Carlos, y allí hice uso de la palabra y arreglamos que los martes tendría la reunión a mi cargo. La congregación estaba compuesta de unas 70 personas. Estamos haciendo planes para ir a todos los demás lugares. El Señor está abriendo puertas hermosas. Habrá naturalmente mucho que hacer en este lugar, pues hay otros cinco pastores evangélicos que dependen de él y tendremos que trabajar intensamente con ellos. Pero el pastor al cual me refiero, cree que la claridad de la

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Palabra los va a convencer. Dios puede darnos una rica cosecha de almas”.

El presidente de la Unión, el pastor Héctor J. Peverini, informando de estos logros, concluía diciendo que “Dios tiene muchos hijos sinceros en otras iglesias evangélicas. Antes del fin no pocos aceptarán el mensaje especial de las Escrituras para este tiempo. Dios nos ayude a ser fieles en su presentación”.

Bautismo en el Lago Titicaca

El pastor Juan Riffel, director de Actividad Misionera de la División Sudamericana, recordaba cuando en 1905, F. L. Perry, como vanguardia, abriéndose paso entre las dificultades y penurias, fue el primer misionero adventista que desembarcó en las costas peruanas. Supo ganar la confianza y el cariño de los “hijos del Inca” y pronto llegó al lugar de más necesidad de toda la región: Puno, ciudad situada, en las márgenes del lago Titicaca.

El pastor F. A. Stahl y su abnegada esposa se establecieron en 1911 en La Platería, lugar situado en las márgenes del lago y a 30 km de Puno. El distinguido etnólogo argentino, Ciro Torres L., al comentar con muchos elogios la obra de los adventistas, dice: “Se han establecido en el propio corazón del pueblo aimara. Han vencido con dulzura, con hechos, con leal humanismo...Les han ayudado a construir una casa moderna, modesta, limpia...Les han enseñado más tarde, a vestir, a comer, a respetar no por el terror y el castigo material o espiritual, sino a respetar por convivencia y solidaridad humana. Les han enseñado a leer y escribir, [enseñanza] impartida

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después por los propios aimaras, a sus 'hermanos. Establecieron escuelas secundarias y talleres. Les enseñaron a manejar máquinas, a aprender idiomas. ... Elevaron así a la vida, a, la cultura y a la dignidad humana a más de setenta mil aimaras”

Riffel relata su visita junto con los pastores Wellesley Muir, presidente de la Misión del Lago Titicaca y W. J. Jajnerson, director de Actividad Misionera de la Unión Incaica. “Llegamos un viernes de tarde a la estación misionera de La Platería. Impresionaba rodear el lago por un camino que serpentea entre las montañas, y ver nuestras escuelas, las iglesias establecidas, y las casas de los hermanos; pero, también conmovían las aldeas y la gente que encontrábamos mientras nuestra camioneta adelantaba; hombres descalzos, mal vestidos, afectados por la cocaína de la coca que mascaban, y caminando, parecía, sin rumbo ni dirección, con una expresión triste y sin esperanza.

Llegamos a La Platería. Faltaba una hora y media para la puesta del sol. Un gran grupo de hermanos nos esperaba alrededor del templo para brindarnos una cordial bienvenida. Todos estaban sonrientes y felices, bien vestidos y limpios, con sus himnarios y Biblias debajo del brazo”

La evangelización adventista implicó también la restauración de las personas. El ingreso a los libros de la iglesia es solo una pequeña parte del largo proceso por el cual una persona inicia y se afianza en una vida nueva, de modo que el mundo vea la clara diferencia que hace la Palabra de Dios en la vida de las personas.

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Evangelismo Mancomunado en Córdoba

El pastor Juan A. Bonjour, otrora profesor de Biblia del Colegio Adventista del Plata, hablaba de una iniciativa de la Unión Austral en colaboración con la Asociación Argentina Central, las misiones del Norte y Cuyo, y el Colegio Adventista, del Plata. La idea era organizar el primer ciclo de conferencias públicas de verano con la participación de jóvenes estudiantes Teología y algunos de sus profesores. Una de estas conferencias, financiada por la Unión y la Asociación Central, se llevó a cabo en la ciudad de Córdoba. Llevaron adelante la tarea el pastor Jorge Sittner, a cargo de la iglesia de Córdoba, y dos jóvenes misioneros. La Misión del Norte cedió al pastor Carlos E. Aeschlimann para que fuera el evangelista durante las semanas iniciales. La Misión de Cuyo, por su parte, hizo arreglos para que Angel Leondadis y Roberto Gullón también colaboraran en el ciclo. Por su parte, el Colegio cedió a los profesores Justo J. Vallejos y el mismo Bonjour. El joven Mario Veloso estaba encargado de la dirección de toda la propaganda impresa, afiches, cartas, volantes, etc. Bonjour a su vez debía ocuparse de la propaganda periodística y radial.

Finalmente llegó el momento anhelado en todo ciclo, el día de la primera conferencia. A pesar de la conocida orientación religiosa de la que tiene fama Córdoba, y los calores desusados de las semanas estivales, el público colmó la sala de la Sociedad Española que tenía capacidad para un poco más de quinientas personas. Pese a ser época de vacaciones y seguir arreciando en forma poco común los calores del verano, él público se mantuvo con manifiesto espíritu de interés en los

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notables mensajes de esperanza y orientación que el pastor Aeschlimann vertía en cada conferencia. La noche en la que se ofreció la Biblia se recibieron 185 direcciones de personas que la deseaban. Estas constituyeron el núcleo de interesados con quienes los colaboradores concretaron estudios bíblicos en sus hogares.

Después de la duodécima conferencia el ciclo pasó al templo, cuya capacidad era de unas doscientas personas.Interesó particularmente el cursillo bíblico que se comenzó a dictar los miércoles de noche, titulado “En la búsqueda de la verdad”. El sábado 5 de marzo se realizó el bautismo de algunos interesados y se sumaron 50 direcciones que visitar con probabilidades de interés.

Vistos estos resultados y la posibilidad de una gran cosecha de almas, la, Asociación Central creyó prudente solicitar a los campos que cedieron sus obreros que les permitieran prolongar la estadía de algunos de ellos. De acuerdo con este temperamento, el pastor Aeschlimann aceptó seguir trabajando hasta fines de mayo, Roberto Gullón un mes más, Walter Weiss, dos; el profesor Vallejos y Helmut Ott algunas semanas más. Permanecerían continuadamente el pastor Jorge Sittner, Mario Veloso y el pastor Mauricio Bruno, quien habiéndose radicado en Córdoba con fines de estudio, dedicaría la mitad de su tiempo a actividades evangélicas.

Esta acción reveló la conveniencia de trabajar en equipos formados por un buen número de obreros. Asimismo resultó loable la cooperación de obreros capaces que dependían de

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diferentes administraciones, mancomunados ante el gran desafío que representaba, y aún representa, la gran ciudad de Córdoba.

Todo intercambio de obreros siempre resulta en el beneficio de la obra misma, y refresca al predicador haciéndole cambiar de panorama y aportándole nuevas perspectivas. Si bien no es apropiado que todos los pastores sean itinerantes, como lo fue por razones obligadas en los comienzos de la obra adventista a mitad del siglo XIX, cierta medida de intercambio desarrolla al misionero y lo renueva para la obra diaria que desarrolla en su propio campo de labor.

Evangelismo en San Cristóbal

El pastor Francisco Scarcella, una vez evangelista del Gran Rosario, informa que fue invitado por la Asociación Argentina Central a celebrar un mes de reuniones de reavivamiento y evangelismo en la ciudad de San Cristóbal. Este importante centro ferroviario del país está a cuatro horas de la ciudad de Santa Fe, y su población era en ese entonces de 20.000 habitantes.

“Este lugar se distingue por ser uno de los primeros que vieron surgir la obra adventista en la Argentina. Ha sido la cuna de familias que dieron a varios de sus hijos para servir en la causa que amamos, las familias Kalbermatter, Mangold y Rostán”. A fines de 1959 se inauguró un hermoso templo con capacidad para cien personas. La obra en esa zona era atendida por el pastor Samuel Brack.

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Se impartió la primera conferencia en un cine, con la excelente asistencia de 250 personas. “Proseguimos las reuniones en el templo, tres noches por semana, con buen público”, cuenta Scarcella.

El trabajo de predicación se acompañó con una intensa labor personal realizada en los hogares de los interesados, a fin de ganar su simpatía y comenzar estudios bíblicos.

Al cabo de un mes de labores se vio una demostración de lo que el Espíritu de Dios puede hacer cuando la iglesia se consagra al Señor. “Siete preciosas joyas se añadieron a la corona real de Cristo. Cinco de ellas habían sido preparadas por el pastor Brack, y dos por el hermano Bono. El templo estuvo repleto, y aun hubo personas que contemplaron desde afuera la emotiva ceremonia bautismal, y escucharon los sentidos testimonios de fe y gozo dados por los catecúmenos.

Como resultados concretos de este mes de evangelismo, además de lo mencionado, han quedado veinte buenos creyentes con los que estudió Samuel Brack; entre ellos un doctor en bioquímica y su esposa. “La iglesia ha quedado reanimada al ver regresar a su seno a varios de sus hijos que habían dejado la fe, y al mismo tiempo al recibir el apoyo de los nuevos conversos que escuchaban con ellos el mensaje adventista para esta hora”.

Vale la pena destacar el esfuerzo de un grupo de hermanos que vivían en el campo y que concurrieron fielmente a las reuniones, a pesar de las largas distancias que debían recorrer.

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Aunque la población hoy en día crece mucho más en las ciudades que en las zonas rurales, hay muchos distritos e iglesias que aún sostienen la llama de la verdad en zonas menos pobladas. Los oradores más elocuentes son asignados a las ciudades más populosas, y en los lugares más pequeños los esfuerzos son más arduos.

Así como Pablo aconseja darle más atención a los miembros del cuerpo más débiles, la predicación en las localidades rurales o semi rurales sigue teniendo importancia. Seguramente los lugares más trillados no sean los más productivos, pero así como cuidamos con amor a los abuelos, debemos tratar con una honra especial a las “iglesias abuelas” que han dado vida a otros grupos, distritos y provisto tantos recursos y obreros para la misión adventista.

Una Carpeta Evangélica

El pastor Salina Japas, activo y entusiasta evangelista de la Asociación Bonaerense, preparó 60 carpetas con la experiencia cosechada en la campaña de evangelización que él dirigió en la Iglesia de Avellaneda en la segunda mitad de 1960. Dedicó ese trabajo “a los hombres y a las mujeres que hacen de la predicación de! Evangelio su tarea más importante”. Allí entregó un excelente material aprovechable para una campaña de evangelización: programas de actividades, volantes, invitaciones a las conferencias con los temas a desarrollarse, instrucciones, informes, cartas-invitación, afiches murales, cuestionarios para el público, certificados, y otra cantidad de material. La iniciativa del pastor Japas fue imitada por otros, y

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logró un caudal de experiencia valiosa a disposición de los ganadores de almas.

La iglesia continúa equipando de manera excelente a los predicadores que colaboran en las tres o cuatro semanas de cosecha del año. En algunos lugares también se anima a los laicos a emprender ciclos de evangelización más extensos en donde se pueda enseñar toda la doctrina adventista. Aunque la predicación satelital tiene sus ventajas, es necesario seguir fomentando los dones en las iglesias, de los cuales también surgen las vocaciones ministeriales. Si un evangelista formó a otros, su obra perdura más allá de sus años activos.

Evangelismo en Valdivia

El pastor José Riffel, director de Actividad Misionera de la Asociación Sur de Chile, refería que el alquilado donde se habían reunido durante años los miembros de la antigua Iglesia de Valdivia hacía ya tiempo que resultaba inadecuado para satisfacer las necesidades de la obra en esa ciudad.

A fines de 1959 se comenzó a construir un templo en la avenida más transitada y en un punto estratégico; pero la construcción quedó interrumpida por el terremoto de mayo de 1960. El edificio inconcluso soportó el sismo y sirvió de refugio durante meses a 150 damnificados. Fue el único templo que quedó en pie, por la gracia de Dios!

A comienzos de 1961 se continuó la edificación, y el templo se inauguró el 7 de octubre de 1961. Asistieron el gobernado de Valdivia y el alcalde de la ciudad; el primero soltó

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la cinta y el segundo pronunció un discurso. El pastor Carlos Ayala, presidente de la Asociación Sur de Chile tuvo a su cargo el sermón, y el pastor Niels Wensell ofreció la oración le consagración.

A continuación el pastor Salim Japas, evangelista de la Unión Austral, comenzó un ciclo de conferencias. La asistencia fue extraordinaria: la nave del templo se colmó. Más de 800 personas escucharon atentas la primera conferencia. Entre los asistentes se advirtió la presencia de las autoridades provinciales y municipales, del cónsul de la Argentina, de algunas autoridades religiosas y periodistas.

El coro de 32 voces de la Iglesia de Temuco colaboró eficazmente en las dos primeras conferencias, y dejó una buena impresión

Radio Baquedano transmitió tanto el acto de inauguración como la primera conferencia; la segunda fue propalada por Radio Sur. La prensa local publicó fotografías y comentarios. Las emisoras citadas ofrecieron espacios para que el pastor Japas disertara en microprogramas diarios de cinco minutos, y en conferencias radiales de más duración. Diferentes centros y la Universidad Técnica del Estado también lo invitaron a desarrollar varios temas.

En la segunda conferencia 386 personas dejaron sus direcciones para comenzar a ser visitadas. Los integrantes del equipo evangélico Andrés Gutiérrez, Walter Cameron, Gilberto Velázquez y Brunilda Grimal, trabajan activamente atendiendo a

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éstas y muchas otras personas, por cinco meses, y con un blanco de 200 almas.

La visión estratégica y territorial de la iglesia a inicios de los 60 era encomiable. No se conformaban con una presencia modesta en las ciudades, sino que apuntaban a la mayor centralidad posible, desde lo edilicio, evangelizador y comunicacional. Además llama la atención la importancia que se le prestaba a las relaciones públicas.

Felizmente en la actualidad cada campo misionero cuenta con un director de comunicación. Aunque parte de la tarea consiste en la promoción interna de programas de la iglesia, y la preparación de informes audiovisuales para comisiones, las posibilidades evangelizadoras de esta función son notables. Algunas de ellas, como se hacía en años anteriores, son los contactos con los medios de mayor audiencia en cada ciudad, y las relaciones públicas con autoridades y personas de peso en la comunidad.

Si los directores de comunicación asumen esta línea de trabajo, que en el pasado era más bien propulsada por los evangelistas y directores de colportaje, puede abrirse un horizonte de mayor trascendencia para la obra de la iglesia. La promoción interna, aunque es necesaria, no debiera consumir el tiempo de los directores de comunicación.

Gran Campana de Evangelismo en la Asociación Bonaerense

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Carlos E. Aeschlimann, evangelista de la Asociación Bonaerense, comentaba que el campo “cuenta con la mitad de la población de la República Argentina, unos diez millones de habitantes. La ciudad de Buenos Aires con sus alrededores es uno de los conglomerados humanos más importantes del mundo. La provincia de Buenos Aires cuenta con decenas de pujantes ciudades. Todo esto constituye un desafío tremendo para el pueblo de Dios que tiene la tarea de evangelizar este inmenso territorio”.

Conscientes del sagrado deber de terminar la obra, la asociación votó la mayor suma en su historia: $ 600.000, para llevar adelante el plan evangélico. Se conformaron cuatro equipos evangélicos que trabajarían en forma simultánea: en Palermo, dirigido por el pastor Silvio Fernández y dos colaboradores, en Avellaneda, dirigido por el pastor Mario Collins y dos colaboradores, en Liniers, dirigido por Jorge Grieve y dos colaboradores, y en Morón, dirigido por Aeschlimann y dos colaboradores.

Estos doce obreros divididos en cuatro equipos se dedicarían el año entero al evangelismo directo, procurando ganar 200 almas. Pero todos los pastores y obreros harían evangelismo junto a sus misioneros voluntarios.

“Se piensa asistir a un despertar extraordinario de las fuerzas laicas. El punto de partida ha sido la gran asamblea de misioneros voluntarios que se celebró en Buenos Aires desde el 30 de marzo al 2 de abril. Creemos que nuestros hermanos, bien instruidos y entusiasmados, harán maravillas para Dios”, se entusiasmaba el evangelista.

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También se pretendía conquistar para Cristo el interior de la provincia. La primera ciudad elegida fue Tandil donde se había adquirido una hermosa propiedad. El misionero Víctor Collins viajó primero para preparar la cruzada evangélica que en el mes de octubre, dirigiría el evangelista de la asociación.

La asociación tuvo el blanco de bautizar 480 almas ese año, y estaban organizados como para lograr esta meta.

Es interesante el enfoque de consagrar algunos pastores distritales el año entero al trabajo de la evangelización. Si bien no es posible hacerlo de continuo, porque todo distrito tiene demandas diversas, la iglesia en Buenos Aires tenía una visión ambiciosa de crecimiento que no podía concretarse sin tiempo y dedicación absolutas. De esta manera el distrito elegido cobraba impulso y el mismo obrero ganaba una experiencia que le serviría el resto de su vida.

Evangelismo Austral

El pastor Arturo Schmidt, entonces evangelista de la Asociación Sur de Chile, tenía planes en Punta Arenas, la segunda ciudad más austral del mundo, situada en la costa del estrecho de Magallanes. Contaba en ese entonces con aproximadamente setenta mil habitantes; su clima es frío y seco, y ofrece panoramas nevados muy hermosos. La obra adventista comenzó allí por 1920, cuando algunos de los pioneros del movimiento adventista, como el pastor Francisco Westphal y

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otros, llevaron la semilla de la verdad bautizando algunas almas en las heladas aguas del estrecho.

El hermano Alejandro Bacigalupi, comerciante de Punta Arenas y fiel miembro de nuestra iglesia, ofreció a la Asociación Sur de Chile pagar íntegramente un ciclo de conferencias. Así fué como en el mes de febrero de 1960 se iniciaron las conferencias evangelizadoras. El equipo estaba formado por el Hno. Werner Mayr y la Hna. Ester Contreras, como obreros bíblicos; el pastor Rubén Pereyra colaboró durante algunas semanas, y el pastor Schmidt fue el evangelista.

Los miembros de la iglesia también colaboraron en forma realmente eficaz; el Hno. Amoldo Vázquez, como fiel colportor, y el Hno. Ruiz, diácono de la iglesia, dieron estudios bíblicos, y los demás repartieron volantes e invitaron a sus familiares y vecinos a las conferencias.

Dios bendijo ricamente los humildes esfuerzos; fueron bautizadas 44 personas, y quedaron más de cien estudiando luego del ciclo. Muchos nuevos conversos fructificaron rápidamente. La Hna. Tila de Ivanovic, bautizada el lde mayo, el 14 de agosto presentó a dos personas que fueron bautizadas. La Hna. Aída Martínez, también bautizada también a inicios de mayo, presentó a otra señora en el bautismo del 14 de agosto.

La Iglesia de Punta Arenas experimentó así un verdadero despertar con la llegada de los nuevos hermanos, y reinó entonces un espíritu misionero y de colaboración en todas las campañas siguientes. Entre las personas bautizadas hubo varias que con la dirección de Dios fueron de gran ayuda a la obra en esta lejana ciudad austral. Fue bautizado un ingeniero civil con

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su esposa, y su madre y su cuñada también fueron conectadas con la iglesia. Fue bautizada también la presidenta del cuerpo femenino de bomberos, y su esposo y sus hijos también fueron bautizados. Varias familias completas gozaron así en la esperanza de la pronta venida de Jesús.

El problema de Punta Arenas era que su local de cultos resultaba muy estrecho; los sábados se llenaba completamente, y había que agregar sillas y bancos viejos, y con todo no era posible contener a los hermanos. En las reuniones nocturnas, especialmente los domingos, había gente que debía irse por no poder entrar en el local.

Así se comenzó la construcción de un templo amplio para esa iglesia. Las posibilidades eran excelentes para ganar a muchas almas. Un ciclo de evangelismo bien hecho es el impulso para una obra mejor y mayor.

No puede dejarse sin destacar la obra eficaz de la escuela de la iglesia bajo la dirección de Norma Barraza. Fueron bautizados algunos padres de alumnos que conocieron el mensaje por medio de la escuela.

El acto de fe del hermano Bacigalupi, quien financió el ciclo, fue grandemente recompensado. Dios devuelve con creces estas inversiones hechas para ganar almas. Dios induzca a otros hermanos a seguir este digno ejemplo de financiar algún ciclo de evangelización. También fueron meritorios los esfuerzos de los hermanos Werner Mayr, como obrero destacado allí, de la obrera bíblica, Srta. Ester Contreras, y del Hno. Amoldo Vázquez como colportor, quienes pese al frío, el hielo y la nieve,

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trabajaron en favor de las almas. La generosidad y el esfuerzo demuestran la pasión por las almas, ayer y hoy.

Se Abren Nuevas Puertas

El pastor Agustín Avila, durante su ministerio en San Juan, encaró un esfuerzo público en la Iglesia. “Creimos que sería de gran ayuda incluir en la serie algunos temas sobre arqueología bíblica y el hallazgo de los “Rollos del Mar Muerto”. Para sorpresa del evangelista, estos temas despertaron el interés de la colectividad israelita de San Juan.

Fue en esa oportunidad cuando el presidente de la Asociación de Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalén lo invitó en nombre de esa institución a dictar una o más conferencias sobre los ítems mencionados más arriba. Con la anticipación debida, la mencionada sociedad hizo las publicaciones, y el día 16 de octubre, ante la expectativa de la colectividad judía y de los dirigentes de la Iglesia Adventista de San Juan, se presentó la conferencia mencionada. Se fueron tocando los principales puntos de la arqueología bíblica y los trabajos de investigación realizados en Ur de los Caldeos, Jericó, Megido, Jatson, los rollos del Mar Muerto y los edificios hallados en las orillas de ese mar.

Todo el tema estuvo ilustrado con proyecciones luminosas y acompañado de relatos e historias interesantes.El interés despertado había colmado el salón de la Sociedad Israelita. Asistió un 70 % de personas de origen judío y el resto eran cristianos de distintas iglesias de la ciudad.

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La conferencia fue escuchada con mucho interés y al término de la misma, se pidió públicamente que tan pronto como fuera posible se iniciara una serie de estudios bíblicos, cosa que fue aceptada por los organizadores. Hubo manifestaciones personales de gran interés y de esta manera se abrieron puertas impensadas para la predicación del mensaje.

De alguna manera el pastor Avila, y posteriormente Daniel Belvedere, avanzaban en una línea explorada en su momento por el pastor Daniel Hammerly Dupuy: la de las conferencias eruditas para un público culto y elitista. Si bien la evangelización de esta clase de personas era lenta y trabajosa, la iglesia en su momento invirtió recursos y animó oradores que enfrentaran a las audiencias más difíciles. Probablemente la cosecha no haya sido muy abundante, pero reflejaba la preocupación de la iglesia por llegar a todas las personas con el mensaje final, partiendo desde lo cultural y guiando a lo espiritual.

La Clase Media Alta De Buenos Aires

Uno de los hombres que mejor entendió la mente del porteño por estudiarla y abordarla en sus campañas fue el pastor Daniel Belvedere, quien por los inicios del 60 estaba comenzando su ministerio en la Misión de Cuyo. Con el tiempo Belvedere realizó estudios de doctorado en la Universidad Andrews, y sistematizó el abordaje evangelizador adventista orientado a la clase media porteña. Es interesante notar las conclusiones de su tesis.

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“La voluntad de Dios es que se evangelice a toda persona, sin discriminación de clases. En el Antiguo Testamento la estrategia evangelizadora fue centrípeta mientras que la establecida en el Nuevo es centrifuga. En ambos modelos Dios planeó usar a sus seguidores como instrumentos evangelizadores, sin hacer la discriminación actual entre ministros y laicos.

Las formas de evangelización más llamativas registradas en las Escrituras son el evangelio de la salud, el testimonio, el evangelismo personal, el evangelismo relacional dentro del circuito de relaciones del creyente, las reuniones en casas de familia, el trabajo por la gente del mismo nivel del creyente y el evangelismo público. Los temas más utilizados son la salvación, el testimonio personal y las profecías. Lo investigado muestra que la población que se quiere evangelizar suele tener una actitud defensiva, narcisista, individualista, competitiva, arrogante y autoritaria. Además, es secularista y su ética utilitaria suele producirles un vacío interior difícil de llenar.

La mayoría de los porteños de clase media alta son católicos, pero los militantes representan el segmento menor. Estos últimos pueden estar integrados al Movimiento Familiar Cristiano, los Cursillos de Cristiandad, el Opus Dei u otros movimientos. Las barreras más frecuentes que bloquean la evangelización de la población blanco son: lamente secularizada, las amenazas a su posición económica (cuando su actividad está reñida con el evangelio), las presiones del círculo

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íntimo, los prejuicios y la poca disposición a asistir a actos públicos.

Elena G. de White enfatiza la necesidad de hacer planes inteligentes, entrenar a quienes deban evangelizar a las clases altas y dedicar recursos para ello. Los métodos que recomienda incluyen la obra médico-misionera, el evangelismo público en locales adecuados y el evangelismo personal, incluyendo los pequeños grupos. También recomienda una temática con sólido contenido que encare aspectos relativos a la salud, la Biblia y la vida en Cristo.

Es poco lo que han escrito otros autores acerca de la evangelización de las clases altas. Sin embargo, hay quienes enfocaron la evangelización de la generación de los boomers. En los últimos años también se ha escrito acerca del secularismo posmodernista y cómo alcanzarlo con el evangelio. Entre las propuestas que se presentan, resultan útiles las que se refieren al evangelismo relacional, incluyendo el trabajo mediante los pequeños grupos.

Cuando se opta por el evangelismo público es necesario hacer un estudio previo de las características de la población a fin de adoptar estrategias y métodos compatibles con los códigos mentales de esa población. Esto incluye a los sitios de reunión, la temática y la metodología que se utilizará.

La conversión de la población blanca suele ser lenta y difícil, pero se complica más cuando la iglesia no se preocupa lo suficiente por evangelizarla y retenerla. Sin embargo, cierto sector de la hermandad es consciente de la necesidad de buscar

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formas inteligentes de hacerlo. Por esta razón, teniendo en cuenta que Dios quiere que se evangelice a todos los niveles de la sociedad, incluyendo a la población blanco, la administración debería motivar a los pastores y a los laicos de Buenos Aires para evangelizar a la clase media alta de dicha ciudad. Tanto la asociación como la iglesia local deberían trazar planes concretos para realizar la tarea.

Además, considerando las características de la población blanca y las barreras que dificultan su evangelización, habría que alcanzarla mediante el evangelismo relacional, especialmente en pequeños grupos en casas de familia. Por lo tanto, habría que ayudar a los pastores y a los laicos a adquirir destreza en ese tipo de evangelismo.

Asimismo, teniendo en cuenta el interés de la población blanco por el área de la salud, se concluye que habría que utilizar los programas que exhiben un estilo de vida saludable.Se deberían crear nuevos programas de salud que satisfagan las necesidades presentes del público que se quiere evangelizar.

También, debido a las características religiosas de la población blanca y a sus prejuicios contra las sectas, habría que evitar los programas de estilo protestante, con conferencias que se parezcan a cultos y que tengan un orador único, con aire de predicador. En su lugar, se deberían adoptar modalidades aceptables para la cultura de la población blanca.

La estrategia que se adopte debería dar la imagen de una iglesia coherente, amorosa y respetuosa que ofrece un mensaje que resuelve los problemas que estresan al hombre y a la mujer de hoy.

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En el caso de optar por el evangelismo público, convendría valerse de los lugares a los que esa gente acude para sus seminarios de perfeccionamiento profesional, utilizando la metodología, habitual de esos eventos” .

Estas conclusiones, basadas en el estudio y la experimentación del pastor Belvedere en sus ciclos de evangelización, resultaron orientadoras para toda una generación de evangelistas laicos y pastores evangelistas. La iglesia aprendió a tener una estrategia, a respetarla, y a formar parte de un todo integrado al orador de la campaña.

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CAPÍTULO II.IGLESIAS MOVILIZADAS

Una Gira por la Misión del Norte

El pastor Adán Mayer, director de Actividad Misionera de la Unión Austral, viajó desde el 27 de septiembre al 16 de octubre de 1962 junto al pastor Atilio Giannelli, y desde Oberá, también con el pastor Treptow.

Mayer cuenta que “por primera vez visité a la Iglesia de Villa Angela. Tuvimos reuniones desde el viernes de noche hasta el domingo inclusive. Asistieron hermanos de los alrededores, algunos de los cuales tuvieron que recorrer más de 70 km en carro. Un hermano tuvo que recorrer varias leguas en tractor y otros fueron buscados en un camión de un hermano de la iglesia. La asistencia fue excelente y especialmente la de las últimas noches. Abel Peverini, anciano de la iglesia, junto a Eugenio Dalaco y otros hermanos, están atendiendo la iglesia, a los aislados y también a los interesados. Quedamos todos gratamente impresionados por los buenos hermanos que tenemos en este lugar”. Los hermanos mayores siempre deben atender a los menores, y las iglesias más grandes a las más pequeñas y alejadas.

El pastor Am érico Quispe, junto con los “ 120 de Hoy”, estaba trabajando activamente en muchos barrios de la ciudad. La Iglesia de Posadas estaba organizada en grupos misioneros; repartieron folletos e inscribieron a varias personas a la Escuela Radiopostal; luego ellos mismos los atendían. En esa iglesia existió un espíritu misionero contagioso.

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En Aristóbulo del Valle, había una iglesia de 200 miembros y una escuela con muchos alumnos. Tuvieron un total de cinco reuniones bien concurridas ya que los hermanos recibían pocas visitas y estaban deseosos de escuchar la Palabra de Dios. Pasando luego por 25 de Mayo, localidad cercana del Brasil, vieron un pequeño templo y buenos hermanos. La última noche asistió un buen número de simpatizantes y el templo estaba repleto. En 2 de Mayo vieron un templo nuevo construido por los hermanos, cuyo terreno fue donado por uno de ellos. Ya resultaba chico, pues contaba con un buen número de asistentes.

Pasando hacia El Soberbio, donde cuatro años antes había solamente una o dos familias, hoy tenían un templo y estaban por edificar una escuela.

Los pastores visitantes tuvieron seis reuniones y un bautismo. Quedaron admirados de la obra que hacían los hermanos del lugar, que tenían ocho almas listas para sellar su pacto con Dios, además de un buen número de interesado.

Campo Ramón fue el último lugar que visitaron. La escuela estaba realizando una obra muy buena. En verdad todo Misiones estaba madura para el Evangelio, pero el problema en su momento era la falta de obreros para cosechar la gran mies.

Hoy en día se estudia la posibilidad de que la provincia sea una asociación. El tiempo ha pasado pero el empuje de los hermanos misioneros, en sentido doble, es un ejemplo para la feligresía de todo el país.

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Avances en Concordia

El pastor Walter Solís comentó que durante el año 1962, en la Iglesia de Concordia seguimos planearon tener bautismos frecuentes, convencidos de que ello beneficiaría a la iglesia. Así fue como realizaron varias ceremonias.

Antes de uno de los bautismos, cuando el país estaba conmovido por problemas nacionales, se anunciaron tres conferencias orientadoras que cu lm in arían con u n a ceremonia bautismal.

Las reuniones resultaron llenas de bendiciones. En la última había más de 50 adultos no adventistas. La propaganda fue gratuita en su mayor parte, y la hicieron mediante los diarios y la radio de la ciudad.

A la última conferencia asistieron el pastor Feder y Héctor Pontigo, de la Asociación Central Argentina. Ellos proyectaron una película movible de nuestra obra, la cual llamó mucho la atención.

El domingo en la noche tuvieron el bautismo. Hubo buena asistencia, y unas 40 personas manifestaron su deseo de unir su suerte a la del pueblo de Dios.

El lunes se invitó a ver la película “Uno en veinte mil”. A pesar de ser día laborable, acudieron muchos. La sociedad de jóvenes invitó a la concurrencia al programa que se presentaría en honor de las madres, y nuevamente el salón se llenó.

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Dios bendijo los planes de su iglesia. Una de las personas bautizadas, Cecilia de González, fue preparada por Carlos Hanow, obrero voluntario. Otros hermanos estaban colaborando eficazmente en la preparación de los candidatos.

De manera interesante cada ceremonia bautismal era el puntapié para sembrar más interesados. Sigue siendo válido el principio de que “un bautismo genera más bautismos”.

Tiempo después, el pastor Werner Vyhmeister, profesor del Colegio Adventista de Puiggari, cuenta que en febrero celebraron un cursillo bíblico intensivo en la ciudad de Concordia, Entre Ríos. Durante 16 días consecutivos 85 personas asistieron a las instrucciones bíblicas, amenizadas con proyecciones luminosas y cantos.

Nancy Weber de Vyhmeister dictó un cursillo de dietética: siete clases teóricas presentadas en la iglesia y tres prácticas desarrolladas en la casa de la hermana Sara Gómez. La última clase versó acerca de la manera como una dueña de casa debe prepararse para el sábado y realizar las tareas durante ese día.

El cursillo tuvo la eficiente colaboración de Víctor Esterri y Walter Solís, pastor de la Iglesia de Concordia. Como resultado 56 personas recibieron un certificado por su asistencia al 75 % de las clases o más. Veinticuatro de ellas recibieron un Nuevo Testamento por haber tenido asistencia perfecta. Se efectuó el bautismo de tres personas, y 24 respondieron a la invitación de dar sus nombres para recibir estudios adicionales.

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El pastor Vyhmeister informaba que “las posibilidades son buenas en Concordia. La colaboración de los hermanos fue excelente en todo lo que les pedimos”. La participación continua de los profesores en la iglesia local es de gran valor para la congregación y es de renovación para ellos mismos.

Un Desenlace Inesperado

El pastor Santiago Bernhardt cuenta que “llegó por primera vez a nuestras oficinas de la Asociación de Cuyo un señor, con el pretexto de mostrarnos un álbum con fotos y muestras de maderas del sur de la Argentina y de Chile. Como la muestra no tenía utilidad para nosotros, lo despedimos entregándole al mismo tiempo un ejemplar de Vida Feliz e invitándolo a escuchar las audiciones de La Voz de la Esperanza”.

Como lo notaron algo preocupado, le preguntaron en qué otra cosa podían servirle. Contestó que le agradaban los mensajes de La Voz, pero que en su hogar le ponían obstáculos porque su esposa era católica. Al cabo de una amena y corta conversación, le obsequiaron otro número de Vida Feliz y un Ideal Cristiano, y se despidieron. Esto sucedió un jueves por la mañana.

“El lunes siguiente, este señor volvió a nuestra oficina, y no pudo disimular su nerviosismo. Le preguntamos qué deseaba y en qué podíamos serle útiles.—En ... en nada; no, nada, Sr. Bernhardt. Muchas gracias —respondió—. Sólo venía para saber si ya ha despachado mi solicitud para el curso por correspondencia”.

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“Luego se disculpó y se dispuso a salir. Desde luego, nos dimos cuenta de que detrás de ese “nada” había un “algo”, de modo que nos interpusimos entre él y la escalera, ganándole de mano en el descenso.Cuando estábamos por llegar a la puerta de salida, una señora desconocida y que daba muestras de nerviosidad y preocupación, llegó frente a la escalera. La saludamos y le preguntamos qué deseaba O a quién buscaba. Otra vez oímos la misma contestación anterior:—En ... en nada, señor. Sólo venía para mirar...”

“En ese instante, llegamos frente a ella con nuestro visitante. Los rostros de ambos se demudaron, y se miraron extrañados. Cuando volví a preguntarle qué deseaba, me contestó: —Vea, señor: este caballero es mi esposo. Soy católica militante. Estoy prendida todo el tiempo del manto de la Virgen, buscando paz para mi alma. Rezo el Ave María de mañana cuando me levanto, cuando visto a los niños, cuando voy de compras, cuando estoy en la cocina, en cualquier lugar, para ver si puedo conseguir aunque sea un poco de esa paz que ella ofrece a las almas atribuladas.

—Sin duda —le dijimos, usted gozará de una profunda paz cristiana, gracias a su piadoso modo de proceder. —Hasta por ahí nada más . . . —Yo también soy cristiano —le dijimos—, y hace tiempo que estoy asido del manto de Jesús nuestro Señor, y tengo mucha paz, tanta como para ofrecerle a usted, mi buena señora. Luego invitamos a ambos a acompañamos a nuestra oficina”.

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Conversamos franca y extensamente acerca de los problemas que surgen en el hogar cuando ambos cónyuges no tienen las mismas ideas religiosas. Estábamos en eso cuando el pastor Agustín Avila, de la Iglesia de Mendoza, apareció inesperadamente. Con él oramos por ellos. La señora nos hizo la siguiente confesión: —Estoy emocionada. Perdonen que no pueda reprimir las lágrimas. Tengo una tremenda lucha conmigo y con mi esposo. Ahora comienzo a sentir una dulce quietud y paz en mi corazón. Confieso que odiaba a los pastores adventistas. No quería tener nada que ver con ustedes. En varias oportunidades le apagué la radio a mi esposo para que no escuchara La Voz de la Esperanza. No me explico lo que sucede. Hoy salí de casa sin saber dónde ir. No entiendo por qué estoy aquí delante de ustedes, y nada menos que en compañía de mi esposo, a quien hace tres días prohibí terminantemente regresar a mi casa. Me parece todo tan extraño esto que les digo.

“Mientras decía esto se acerco al esposo, y con mano cariñosa le secó unas lágrimas que rodaban por sus mejillas, diciéndole al mismos tiempo: No llores, viejito, ya pasara todo. Vámonos a casa y el manto de nuestro Señor nos cobijara y volveremos a ser felices”.

“Luego se dieron un apretón ae manos reconciliatorio y nos despedimos, pero no sin antes concertar el día y la hora de nuestra próxima entrevista. Aceptaron gustosos, pero ella manifestó temor por lo que dirían los sacerdotes, quienes la visitaban a menudo en su casa”.

Después de la primera visita, habiendo comparado minuciosamente las distintas versiones de la Biblia y el

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catecismo, la señora nos dijo: —Ustedes son los primeros hombres, después de los sacerdotes, que entran en mi casa para hablarnos de Dios y traernos la paz que tanto buscábamos y para hacernos felices. Ahora siento que somos hermanos en el Señor, y por favor vuelvan para continuar con los estudios acerca de la Biblia”.

“En uno de los últimos bautismos realizados en el templo adventista de Mendoza, el señor de nuestro relato pasó al frente manifestando públicamente su deseo de unirse a la Iglesia Adventista mediante el bautismo. Ha recibido casi todos los estudios preparatorios, y no dudamos de que, Dios mediante, dentro de poco él y su esposa se unirán a la iglesia remanente”.

Al que está atento y con ganas de testificar, la providencia le concede muchas ocasiones para que lo haga. Dios une al que sabe con el que necesita, y así su Palabra va conquistando los corazones, ayer y hoy.

Dos Niños Misioneros

Pese a que la Iglesia de San Martín había estado prácticamente sin pastor, contaba con un grupo excelente de obreros voluntarios, capaces y consagrados. San Martín, iglesia activa y emprendedora, tenía miembros que se caracterizaron por su espíritu misionero. Dos de ellos eran niños de cinco y seis años de edad quienes, en el primer trimestre de 1962 cuando escucharon el informe del misionero trimestral donde se pedía ayuda para varios proyectos misioneros de la obra desearon sumarse a la tarea: hablamos de Ariel y Claudio Tucci.

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Los hermanitos hicieron una rústica alcancía para reunir fondos vara el decimotercer sábado. Sin ayuda de nadie, tomaron las maderas de un cajón e hicieron una alcancía que salió bastante grande y pesada y comenzaron a recolectar para los niños pobres de la División Sudafricana. A cada persona que llegaba a la casa, le pedían su colaboración; no quedó ni un pariente ni vecino sin ser visitado.Al finalizar el trimestre llevaron la alcancía a la iglesia, donde fue abierta, y con sorpresa se vio que estos dos niños habían alcanzado la suma de 185 pesos!

La ofrenda del decimotercer sábado es la ocasión de ir sembrando ideales misioneros en la mente de los niños. Si las maestras los estimulan a ahorrar y juntar, se obtendrá un tesoro mucho más rico que el de la ofrenda en sí misma. La generosidad y espíritu misionero que se siembre en un pequeño lo acompañará toda la vida.

Actividades en Cuyo

Los pastores Santiago Bernhardt y Adán Mayer visitaron las iglesias de Cuyo con el propósito de celebrar asambleas de actividad misionera y reuniones de inspiración, para dar un envión final a la obra iniciada por los valientes obreros voluntarios.

En San Juan se presentaron vistas en colores acerca del avance de nuestra obra dentro del territorio de la unión. El sábado de mañana hubo una concentración de hermanos de las

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iglesias de San Juan, Villa Krause y Albardón. En la tarde se trataron temas misioneros. El domingo de mañana, doce entusiastas parejas salieron a vender revistas Vida Feliz. Después de dos horas de trabajo regresaron con más de $ 2.600,00 pesos como producto de la venta.

En Nueva California y Lavalle celebraron reuniones espirituales en los hogares de los hermanos Popick y Gómez, a quienes encontraron de buen ánimo en el Señor.

Yendo hacia el sur mendocino, en San Rafael tuvieron dos reuniones misioneras, visitaron a varios alumnos de la Escuela Radiopostal, y demás hogares de hermanos en la fe. En General Alvear, iglesia atendida por el pastor Carlos Beloqui, realizaron una bendecida reunión en la localidad de el Ceibo, con la asistencia de unas 50 personas.

Posteriormente en San Carlos, San Martín y Godoy Cruz, los hermanos de estos lugares se gozaron al ver los avances de la obra realizados en la Unión Austral. Además obtuvieron provecho de las reuniones misioneras celebradas con ellos. El nuevo y entusiasta grupo de hermanos de Guaymallén que se organizó como resultado del ciclo de conferencias La Voz de Ja Juventud dado por la Iglesia de Mendoza también disfrutó de una bendecida reunión.

También se alegraron de que como resultado de la obra que efectuaran algunos de nuestros obreros voluntarios de la Iglesia de Mendoza, surgiera un hermoso grupo de creyentes en Dorrego, reunidos en casa del hermano Morán. Asistieron unas

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50 personas a la reunión celebrada. Cantaron, proyectaron vistas, y hablaron de la inspiración y los triunfos de la Biblia.

También se acordaron de los presos, como manda el evangelio. En la penitenciaría de Mendoza se organizó una escuela sabática con 30 miembros, como resultado de las visitas semanales de los obreros voluntarios, y de las lecciones de la Escuela Radiopostal. El sábado de tarde, unos 50 reclusos escucharon con emoción las palabras consoladoras de las Escrituras vertidas por el pastor Mayer.

Un sábado de tarde se efectuó en la iglesia Mendoza una asamblea de actividad misionera, con la participación de los directores del departamento de la unión y la misión y de los pastores Niels Wensell, Agustín Avila, y el hermano Cabrera, director misionero de la iglesia. Se presentaron nuevos ¡planes de trabajo y se relataron algunos triunfos logrados por el trabajo misionero.

En la actualidad la obra en Cuyo volvió a organizarse de manera independiente, y los avances del pasado esperan repetirse con la ayuda del mismo Dios de antaño.

Comienzos en Formosa

El hermano Pascual Dos Santos relató que el 19 de diciembre de 1962 se organizó la Iglesia de Formosa. Fue emocionante el momento cuando Irma de Cecotto consignó la primera firma en el libro de actas. Fue la familia Cecotto quien sembró por primera vez la semilla de la verdad en este lugar.

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Hubo algunos casos interesantes de conversión. Victoriano Careaga es un ex predicador de otra denominación que hacía las veces de pastor en una amplia zona de Formosa y el Chaco. Ultimamente estaba alejado de su iglesia porque había descubierto que sus enseñanzas no estaban de acuerdo con las Sagradas Escrituras. Lo encontraron en una reunión de barrio a la que lo invitó un amigo. “Hoy se goza en la verdad y la predica con mucho celo. Ya tiene a varios simpatizantes. Y como es albañil, ha construido un bautisterio en la iglesia, en el cual él mismo y su esposa sellaron su pacto con Dios”, contaba Dos Santos.

Otro caso interesante fue el de Roberto Medina, que había asistido a nuestra iglesia durante 25 años sin bautizarse. Esta vez, lleno de gozo, fue sepultado en las aguas bautismales. La nueva iglesia comenzó con 41 miembros, y con 60 en la escuela sabática. Hay varios simpatizantes que asistían a los cultos del sábado.

Se preveía la creación de un dispensario médico de atención gratuita, y una escuela nocturna al comienzo del período lectivo de 1963.

Desde ese momento el evangelio empezó a desparramarse en la provincia, y hoy en día dos distritos atienden los hermanos esparcidos en aquel lugar.

Fidelidad Recompensada

El pastor Ricardo J. D’Argenio cuenta de la hermana Juana de Villasloa, fiel miembro de la Iglesia Adventista de

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Asunción (Paraguay). Hacía ya más de dos años que trabajaba de cocinera en la misma casa, donde apreciaban su trabajo por la honradez y seriedad manifestada. Con justicia se puede decir que había sido un fiel testimonio de la verdad en dicho hogar. “Pero en las últimas semanas, sus patrones se opusieron a que asistiera a las reuniones de nuestra iglesia y en especial el sábado por la mañana, argumentando que la necesitaban para las labores del día”, cuenta el pastor. Juana contaba llorosa su problema, pidiendo que la iglesia la recordase en sus oraciones. Dios la estaba probando en su fidelidad. “Mis patrones decidieron que debo elegir entre mi trabajo y mi iglesia”, contaba la apenada hermana.

Después de esta última conversación pasaron unos días, y el miércoles siguiente, antes de la reunión de oración, la hermana Villasloa se dirigía al pastor con una sonrisa radiante. Relató lo siguiente: “El domingo por la mañana fui hasta la casa de mis patrones para hacer los arreglos y retirar mis pertenencias. Antes de hacer el arreglo, invité a la dueña de casa a escuchar el programa de La Voz de la Esperanza, a lo cual ella accedió. Lo escuchamos con mucho interés. El título de la conferencia de ese domingo era “El valor de una creencia”. Cuando terminó el programa, mi patrona, sin mediar otras palabras, me dijo: Juana, puedes quedarte en nuestra casa todo el tiempo que quieras y ser fiel a Dios y a sus mandamientos. Apreciamos mucho tu fidelidad y tu honradez”.

De más está decir que esta hermana emocionada aceptó quedarse para continuar sus labores y con una oración silenciosa agradeció al Señor por su misericordia.

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La predicación de la iglesia, por maravillosa que sea, siempre debe ser ratificada en la vida de sus miembros, lo cual añade poder y credibilidad al mensaje hablado. Un adventista con principios y fidelidad es un testimonio irrefutable ante un mundo que siempre nos examina más de lo que pensamos.

Una Cosecha de Fe

El pastor Santiago Bernhardt, director de Escuela Sabática de la Asociación Argentina Central, relata otra prueba de fe, vivida por el Hno. Gerometta, quien prometió dar al Señor una de las 40 líneas de caña que iba a plantar. Cuando llegó el tiempo de la cosecha se comprobó que cada línea dió un promedio de tres toneladas de caña en lugar de una a una y media, que era lo acostumbrado en las chacras sembradas a su debido tiempo. Como resultado, el fondo de inversión de la escuela sabática recibió una buena suma, y más todavía ingresó a la tesorería por concepto de diezmos y ofrendas”. El Creador nunca falló ni falla a los que pactan con El.

Quince Más para el Señor

El pastor Ricardo J. D’Argenio, de la Iglesia de Asunción, Paraguay, anhelaba por un despertar que sacudiera a los 300.000 habitantes que poblaban la ciudad capital en ese entonces. Un buen avance se dio cuando quince personas entraron en el seno de nuestra iglesia. La bendición del Señor, unida a los esfuerzos de los instructores bíblicos Benjamín Bustos, H. Saldía y J. Ferreira junto con la entusiasta y eficaz

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colaboración de los hermanos, hicieron posible que estos nuevos hermanos se unieran con la iglesia.

Animador para todos los presentes era contemplar esos rostros que denotaban genuina satisfacción por el paso que estaban dando. Algunos de ellos al dar su testimonio y hablar de pruebas y dificultades que tuvieron que vencer antes del bautismo, no hicieron más que confirmar que el cristiano depende completamente de la misericordia de Dios.

“La Iglesia de Asunción sabe que resta mucho camino por recorrer. Es evidente la necesidad de una bendición especial del cielo cuando consideramos la proporción de adventistas con la de habitantes de esta gran ciudad”. Aún en los sitios duros, como era en aquel entonces aquella ciudad paraguaya, la bendición de Dios acompaña a los pastores y laicos unidos.

Una Noche de Victoria

El sábado 16 de agosto la gente comenzó a llegar temprano a la Iglesia de Avellaneda. Se había anunciado la celebración de un bautismo para las 19:30. A la hora señalada el templo estaba lleno; habían venido los miembros de la iglesia y muchas visitas, entre las que se encontraban numerosos parientes de los catecúmenos, de los cuales algunos asistían por primera vez a un templo adventista.

El pastor Héctor J. Peverini expuso el significado del rito del bautismo. El pastor Eduardo Pereyra, de la Iglesia de Avellaneda, formuló algunas preguntas a los catecúmenos,

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quienes, puestos de pie ante la congregación, contestaron afirmativamente. Después de estos breves preliminares, se apagaron las luces, se corrieron las cortinas verdes del bautisterio y apareció un rectángulo iluminado con un hermoso paisaje como fondo.

El pastor Mario A. Collins ofició en la administración del bautismo a las cinco personas que habían decidido sellar en esa forma su decisión de seguir a su Salvador.

Después de la ceremonia, el pastor Collins les preguntó cómo habían conocido la verdad adventista, y qué sentimientos los embargaban en ese momento. El hermano José Córdoba dijo: “Acepté la verdad porque sentí en mi corazón la necesidad de hacerlo”. Lucy Ocanto declaró: “Esta es la alegría más profunda que haya embargado mi vida”.

Cuando el pastor Collins hizo la invitación a los que desearan bautizarse en el futuro cercano, apoyada por la intervención oportuna del coro de la iglesia, cerca de 50 personas se adelantaron en respuesta. Cuando el coro terminó de cantar “Oh profundo amor de Cristo”, la plataforma estaba llena de gente conmovida.

Contribuyeron a la mejor realización de esta ceremonia la hermana Elba Rimaudo, quien recitó con mucho sentimiento una poesía muy adecuada a la ocasión, y los miembros del coro de la iglesia, que, bajo la excelente dirección de Rubén Córdoba, supieron llegar a los corazones de la audiencia.

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Las ceremonias bautismales de la iglesia hace medio siglo eran vistas como una verdadera reunión evangelizadora. Los hermanos de la iglesia asistían acompañados de muchos interesados porque sabían que en esas ocasiones las decisiones por el bautismo se facilitaban de manera muy especial. No extrañan, en consecuencia, los repetidos informes de decenas de personas que pasaran a los llamados al bautismo.

Predicadores Voluntarios en la Asociación Central

La Sociedad de Beneficencia Dorcas de la iglesia de Colonia La Paz, en combinación con la Cooperadora Escolar, efectuó su tradicional fiesta del 12 de octubre. Después de un excelente programa a cargo de los alumnos de la escuela que preside la señorita Noemí Kremer, se procedió a la venta de los comestibles y prendas de vestir confeccionadas por las hermanas Dorcas, alcanzándose una entrada global de más de $ 15.000,00 pesos de aquel momento. La vinculación con la comunidad siempre beneficia a la iglesia.

El hermano Luis Casali, anciano de la iglesia de Villa Ocampo dictó un ciclo de conferencias públicas. Al principio hubo poca asistencia, pero Dios bendijo los esfuerzos y el templo se empezó a llenar con [varias personas más se están preparando para un bautismo futuro.

En esa misma zona, los hermanos Federico Casali e Idilio Rihner, anciano de iglesia y director de actividad misionera respectivamente, celebraron reuniones todos los sábados de tarde en el paraje denominado “El Pavón” situado a 15 kilómetros al norte de Las Toscas. Asistieron de 60 a 70

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personas no adventistas! El pastor Mario Veloso, obrero de la vasta zona del norte santafecino, que inició estas reuniones, informó de un bautismo de varios interesados. Ambos hermanos habían sido capacitados para formar parte de los “ 120 de Hoy”, un plan de movilización laica.

En Avellaneda, el sábado 31 de octubre de 1960 se bautizaron tres almas como fruto del esfuerzo de algunos de los predicadores voluntarios formados por el pastor Veloso. Posteriormente el pastor Veloso llegó a ser un reconocido dirigente de la iglesia mundial, pero aprendió los beneficios de capacitar personas desde los comienzos de su ministerio.

En el barrio de Tiro Suizo, Rosario, una hermana recibió un billete de $500,00, por un juego de la Semana de Extensión Misionera. Cuando nuestra hermana se dispuso a dar el vuelto recibió la siguiente orden categórica: “Por favor, señora, ponga el total del importe a beneficio de la obra que Uds. propulsan”.

En Puiggari tampoco se quedarían de brazos cruzados. Cuarenta y ocho hermanos, incluyendo al director y vicedirector del Colegio Adventista del Plata, al Dr. Carlos E. Westphal, ex director del sanatorio, pastores, profesores, empleados y alumnos de ambas instituciones, fueron investidos en el grupo de los “ 120 de Hoy”. La ceremonia estuvo a cargo del pastor Adán Mayer. El pastor Samuel Weber dictó el cursillo basado en el Manual del Obrero Voluntario.

Las capacitaciones de inicios de la década del 60 no quedaban en la nada. Los hermanos adventistas que asistían a

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una capacitación no iban de compromiso sino con el interés de aprender para hacer. No extraña, en consecuencia, que se vieran rápidos avances luego de estas escuelas misioneras.

Bautismos en Puiggari

El sábado 14 de noviembre de 1959 fue un día inolvidable para todos los que tuvieron la opor tunidad de presenciar el bautismo que se realizó en el templo donde se congregaba la iglesia de Puiggari. En esa ocasión se usó por primera vez el bautisterio construido en la parte posterior del templo. Los pastores Gastón Clouzet y Juan Armando Bonjour, profesor de Biblia del Colegio Adventista del Plata, bautizaron a 43 preciosas almas que sellaron su testimonio de fidelidad a Dios mediante el símbolo instituido para representar el nuevo nacimiento.

El nuevo bautisterio dió a la ceremonia un marco de solemnidad y reverencia, con lo cual realmente se glorificó el nombre de Dios, y sirvió para la edificación espiritual de todos los asistentes. Entre la numerosa concurrencia hubo varios visitantes distinguidos que siguieron con suma atención y respeto cada paso del solemne servicio. Es indudable que se ha llenado una necesidad que resultaba evidente. Los miembros de la Iglesia de Puiggari así lo han comprendido pues ya han aportado y prometido varias decenas de miles de pesos para esa obra.

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Milagros en Florida

El pastor Enrique Chaij contaba de setenta milagros modernos ocurridos en el distrito de Florida, Buenos Aires, en ese entonces a cargo del pastor Víctor Aeschlimann. En diferente grado y medida, cada una de estas almas fue objeto de un verdadero milagro. “El abandono de hábitos pecaminosos, de amistades malsanas, un cambio radical y evidente en los sentimientos, conversaciones y hechos, una entrega total a Dios, en suma, la transformación de una vida, no es obra de hombres sino del Espíritu de Dios. Es un milagro tan real como los que realizara Jesús dos milenios atrás”

En gran medida, esta hermosa cosecha de almas fue el resultado de los cuatro semanas de conferencias públicas efectuados durante el año, a razón de una por trimestre. La duración de cada uno de ellos fue de una semana, con reuniones diarias. Estos eventos de siembra tuvieron las ventajas de despertar el interés (que luego se atendía personalmente); los hermanos estaban más dispuestos a asistir (aumentando así la posibilidad de que vengan acompañados de visitas); dejaban más tiempo libre al obrero, que puede dedicarse al trabajo pastora] y especialmente a la atención del interés suscitado.

No debe olvidarse, además, la parte importante cumplida por los hermanos laicos, quienes en más de un caso fueron los verdaderos instrumentos en la ganancia de las almas, ya sea por haber invitado y acompañado siempre a los interesados como por haberles dado los estudios bíblicos. En esta actividad se ha destacado la Iglesia de Los Polvorines, una de las cinco del distrito hace medio siglo. Esta iglesia bautizó durante el año a

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veinte nuevas almas; una suma notable si recordamos que a principios de ese año la iglesia contaba con unos sesenta miembros.

Entre todas las personas bautizadas se hallaba el señor Udovic, quien fuera sacerdote católico en su Croacia natal.Llegó a interesarse tan vivamente en las verdades de la Palabra de Dios que se convirtió en uno de los interesados más entusiastas.

Hoy en día las iglesias mencionadas son cabecera de sus respectivos distritos pastorales. La zona que antes era atendida por un solo distrito ahora está cubierta por varios pastores. No obstante el compromiso misionero de los hermanos de la zona norte del conurbano bonaerense hace medio siglo puede seguir inspirando a quienes los suceden en el camino. Hay espacio todavía para seguir avanzando en la tan hacinada Buenos Aires del nuevo milenio.

Como se ve, los inicios de los 60 pasado fueron años de progreso y bendiciones para el distrito de Florida, situado en la parte norte del Gran Buenos Aires, y que comprendía las iglesias de Florida, Instituto Florida, Los Polvorines, Punta Chica y Villa Adelina.

Entre los progresos habidos se destacaron el aumento de las ofrendas y los diezmos, lo que indudablemente denotaba mayor generosidad y fidelidad por parte de la hermandad; el notable éxito logrado en la campaña de la Recolección Anual, y la organización del Club de Conquistadores.

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Fue digno de mención el crecimiento numérico que ha tenido la feligresía en este sector de la obra. Como resultado del trabajo evangélico efectuado en el distrito, en el que tomaron parte activa los obreros voluntarios, 73 nuevas almas pasaron a engrosar las filas del pueblo de Dios.

El impulso que la iglesia de Florida tuvo en esos años fue determinante para que de esta iglesia surgieran varios distritos más. Por ejemplo, dos de las iglesias de aquel distrito hoy en día encabezan los propios: la iglesia del Instituto y la de Polvorines. Asimismo, el hecho de que en ambos lugares se haya fundado una escuela adventista terminó de consolidar la obra y agregarle la dinámica propia de la obra diaria que realiza la educación cristiana.

El Trabajo Por Los Niños

En Ramírez, provincia de Entre Ríos, al mismo tiempo que se dictaron conferencias de orientación espiritual para los adultos, personas capacitadas en el trato con los niños, atendían sus inquietudes. Era admirable ver el interés de los menores en ese lugar. Todos los sábados por la tarde, entre 130 y 160 chicos se reunían en el mismo salón donde se daban las conferencias. Allí los jóvenes Héctor Ferri y Héctor Lemos, del Colegio Adventista del Plata, junto con algunos colaboradores, presentaron cantos adecuados, relatos bíblicos y curiosidades de interés.

Algo que demuestro el deseo creciente de los ñiños de escuchar las historias bíblicas fue el hecho de que a pesar del

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tiempo lluvioso y frío que afectaba esa zona, no faltaron a las reuniones. No les preocupa ni el frío, ni la lluvia, ni el barro.No solamente se realizaron dichas reuniones, sino que además utilizando la Escuela Radiopostal, inscribieron a 137 menores en el curso infantil. Unos 131 de los mencionados terminaron primero el curso y esperaban el certificado correspondiente. Tal fue la propaganda que los mismos chicos hicieron a favor de la Escuela Radiopostal, que 50 más decidieron hacer lo mismo que sus amigos.

El hermano Ferri entregaba casa por casa las lecciones; de esa manera se relaciona con los padres de los niños. Todos los padres estuvieron felices de ver a sus hijos estudiando las lecciones, y algunos de ellos hasta estudiaban con sus niños diciendo que nunca antes tuvieron en sus manos literatura tan buena.

Una de las niñas solicitó varias lecciones para entregar a sus amigas. En la escuela aprovechó un recreo para repartirlas.La maestra, un tanto indignada, le dijo que seguir el curso de la Escuela Radiopostal era pecado mortal. “No importa, señorita- respondió cortésmente la niña— si esto que es tan lido y bueno es pecado mortal como usted dice, yo seguiré pecando”. Sus amiguitas imitaron su actitud y terminaron de contestar las últimas lecciones”.

Se aprecia que a inicios del 60 la radio estaba fuertemente conectada con los estudios bíblicos. Había una buena cantidad de personas disponibles para llevar a los oyentes las lecciones radiopostales, las cuales funcionaban como una especie de introducción para el estudio más profundo y definido

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de las enseñanzas adventistas. De esta manera los medios se vinculaban con la iglesia, y muchos oyentes eran ganados para la iglesia. Sin la conexión humana los medios no pueden sembrar para que se coseche.

En consecuencia, a la par que se invierte en los medios masivos y digitales, se hace imprescindible contar con voluntarios que cierren el círculo.

Trabajando con los Obreros Voluntarios

Daniel Iuorno, pastor de la Iglesia de El Porvenir, Lima, comentaba del placer de trabajar usando las fuerzas voluntarias de la iglesia para llevar adelante la predicación del Evangelio. “Cuando los hermanos llegan a comprender las gloriosas posibilidades que tienen al cooperar con Dios en la salvación de las almas, las bendiciones se derraman abundantemente sobre ellos, sobre la predicación y sobre las almas que deben ser amonestadas”, decía.

Disponiendo el pastor Iuorno de escasos medios financieros, y de un insuficiente número de auxiliares para cumplir la responsabilidad de evangelizar una zona densamente poblada como la que pastoreaba, inició no obstante las actividades evangélicas con un cursillo para obreros voluntarios. En esa clase, no solamente dio la instrucción, sino que junto a los hermanos hizo los planes para la acción a desarrollar en el evangelismo. A partir de pocas semanas de tener en marcha el cursillo, comenzó una semana de evangelismo de seis reuniones para el público. Anunciaron temas religiosos, y en la cuarta

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reunión presentaron la Biblia. Siguiendo un plan especial tomaron direcciones todas las noches, teniendo resultados altamente satisfactorios.

“Desde que presentamos la Biblia, anunciamos la iniciación de un cursillo bíblico de doce lecciones que habrían de darse semanalmente; que proveeríamos de las lecciones a los que se inscribieran y, que se otorgaría un hermoso certificado a quienes asistieran por lo menos a nueve clases. Desde un principio reinó entre todos muchísimo entusiasmo; asistentes interesados y obreros voluntarios. En total se inscribieron más de 300 personas”, cuenta Iuorno.

Un elemento que resultó de mucha ayuda fue el uso de tarjetas para la inscripción. A partir de la primera lección los obreros voluntarios comenzaron a trabajar en forma organizada. Todos los simpatizantes inscriptos en el cursillo bíblico eran visitados por los hermanos los sábados de tarde. A quienes no habían asistido se les daba el estudio, y a quienes habían estado se les repasaba la lección. A todos se les daba material de lectura sobre el tema considerado, y de esta manera una multitud de interesados estaba siendo instruido semanalmente en tres aspectos: la clase del cursillo, la visita de los instructores bíblicos voluntarios y, la lectura de las publicaciones dejadas. Al entrar a cada clase, las personas daban sus nombres a fin de registrar la asistencia.

Cuando se presentó el tema del sábado y la necesidad de observarlo, 125 personas prometieron hacerlo con la ayuda de Dios. Cuando compararon los nombres con las listas de interesados había frutos de cada una de las 18 parejas. De esta

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manera Daniel Iuorno celebraba la movilización de la iglesia y el crecimiento saludable de la misma.

“Cuando hermanos venían al cursillo de obreros voluntarios, ocasión en que informaban el trabajo realizado, y se continuaba dando instrucción sobre el arte de dar estudios bíblicos, contestar objeciones y conducir con éxito el interés despertado. Ha sido inspirador escuchar a los hermanos hablar del gozo que han sentido al poder dar con tanta facilidad estudios bíblicos. La gente que visitaban eran personas que se habían inscripto en el estudio de la Biblia, por lo tanto mostraban especial interés en su estudio. En contacto con ellas, repasaban un tema que era conocido por ambos, los que visitaban y los que eran visitados; de modo que se confirmaban las verdades que constituyen pilares de la fe adventista”.

El pastor Iuorno, mediante la feliz experiencia de la iglesia de El Porvenir, muestra la manera de generar un círculo virtuoso en la evangelización pastoral: capacitar-enviar-seguir capacitando-cosechar-enviar de nuevo con los ganados. De esta manera la iglesia se reanima y crece de manera saludable.

Antes de concluir el cursillo bíblico realizado en la Iglesia de El Porvenir, comenzaron a observar el inmenso gozo de los hermanos al ir descubriendo almas definitivamente interesadas en la verdad. Cada pareja fué provista de una carpeta en la cual llevaba copias de las lecciones ya presentadas en el cursillo, y luego una hoja en la cual figuraba cada nombre dado a su cuidado donde registraba los resultados de la visita, el número de hogares visitados, número de estudios dados y personas que asistieron al total de sus estudios.

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Como era de esperar, todos fueron informando resultados halagüeños. Cada semana estos hermanos daban aproximadamente 40 estudios bíblicos, a los cuales asistía un promedio de 60 personas. Este trabajo era acompañado con la invitación a la siguiente clase del cursillo bíblico; y los hermanos recibían y daban la bienvenida en el vestíbulo de la iglesia a sus interesados.

“Llenaba el corazón de entusiasmo ver el espíritu de compañerismo en ese vestíbulo, manifestado en los hermanos que atendían cortesmente a sus interesados momentos antes de comenzar el nuevo estudio. Participaron, además, el cuarteto masculino y el coro de la iglesia en todas las reuniones”, cuenta Iuorno.

Llegando al final de las clases bíblicas la última lección versaba sobre el tema del bautismo. Al concluir, invitaron a las personas que asistieran al rito bautismal a realizarse en la hora de la siguiente clase. “Preparamos invitaciones especiales, y los obreros voluntarios nuevamente entraron en acción al visitar a todos sus interesados e invitarlos al acto. Ya teníamos, entre los candidatos, a seis personas ganadas en acciones anteriores por los obreros voluntarios”, cuenta el pastor Iuorno. El rito se realizó ante un número extraordinario de interesados. El presidente de la Unión Incaica, pastor John Elick, nos asistió con su valiosa ayuda. El ambiente fue solemne.

Después del bautismo los nuevos creyentes dieron testimonio de su aceptación de la fe; y un caso que impresionó profundamente a los presentes fue el de un señor, comisario de una de las comisarías de la ciudad, quien intervino en un robo

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cometido contra una hermana. Comenzó a tratar a la misma y por su intermedio fue conociendo el mensaje de Dios, y en esta ocasión, con el corazón lleno de gozo, esta hermana pasó a dar la bienvenida al seno de la iglesia a esta nueva alma ganada para el Señor.

Dejaron bien en claro que después de tres meses de trabajo, aún no estábamos bautizando a los interesados, resultado inmediato de este cursillo, pues comprendían que debían aumentar sus conocimientos y completar su preparación.

Al finalizar esta sencilla ceremonia, hicieron el llamado a los que habiendo presenciado este rito que quisieran expresar al Señor su decisión de hacer también ellos la voluntad de Dios dando este paso. Inmensa fue la alegría de la iglesia al ver de pie a toda una multitud que silenciosamente fue pasando al altar. “Pedimos también sus nombres y direcciones antes de orar por ellos, y después encontramos que 140 personas habían participado de esta bienaventurada resolución”. Al clasificar los nombres encontramos que 50 de ellos pertenecían al trabajo realizado por los obreros voluntarios. Ellos comenzaban a ver los primeros resultados de su acción misionera. Una pareja tenía siete nombres que además de haber resuelto anteriormente guardar el sábado, ahora decidían también dar el paso del bautismo.

Dedicaron un sábado, a la hora del sermón, para que los voluntarios contaran a la iglesia lo que Dios está haciendo con ellos. Cada pareja narró algún incidente, y se vio cómo todos consiguieron resultados que llenaban el corazón de gozo. En más de un caso, al narrar la pareja sus incidentes, estaban en la

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iglesia —a la hora del culto participando con nosotros en la adoración— las personas interesadas en la verdad, que ahora estaban comenzando a guardar el sábado.

Organizamos entonces la clase de visitas de la escuela sabática; comenzamos con muchísimas personas, tantas que en el local no cabían. Creyeron que pronto el número se reduciría en algo y que tendrían suficiente espacio, pero se equivocaron.La clase continuó en aumento de tal manera que se dieron problemas de espacio físico. ¡Clase de visitas con 80 miembros!El estudio diario de los tales, al segundo sábado de tener el folleto, sobrepasaba el 50%.

Luego del cursillo bíblico nadie pensaba que el trabajo concluiría. No, de ninguna manera. La clase final el 40% de los asistentes eran miembros de la iglesia, el resto personas nuevas. Los acompañaron el pastor W. E. Jamerson, director de Actividad Misionera de la Unión Incaica, y el Hno. Edward Bryan, director de la misma actividad en la Misión Peruana. En el mismo momento de terminar la entrega de certificados, anunciamos la iniciación de un cursillo complementario, al cual invitamos a todos los que habían concluido, y a la vez éstos siguieron viniendo con otros amigos, familiares y conocidos.

Esta cadena no podría cortarse, y continuaron con ella buscando y alcanzando nuevas almas. En el futuro, durante muchos meses, realizaron un bautismo cada mes a fin de ir bautizando a los preparados. Antes de mucho cosecharon más de 60 almas, la mayoría de las cuales correspondían a los obreros voluntarios.

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Algunos testimonios de participantes de las clases son dignos de mención: “El presente cursillo bíblico ha aumentado mi conocimiento de la Biblia. Reconozco que he vivido en tinieblas y doy gracias a Dios por haberme quitado la venda de los ojos, y que Dios nos bendiga a todos nosotros”. “Al concluir este cursillo, me siento más unida a nuestro Dios. He aprendido a soportar con resignación este mundo, y trataré cada día de vivir para ser una de las escogidas cuando venga nuestro Señor, el único Dios verdadero”. “El beneficio que he recibido de este cursillo ha sido ir conociendo poco a poco la Santa Palabra de da era amarga y desordenada. Añora ha comenzado una nueva era de tranquilidad y gozo. Deseo dedicar los días de mi vida al servicio de Dios nuestro Señor”. “Bueno, yo tenía mi religión...creía en Dios, pero no estaba conforme con mi vida. No sé qué cosa me faltaba; vivía intranquila, desesperada; pero desde que he venido a la casa de Dios, me considero feliz. Vivo tranquila, conforme con lo que tengo, y abrigando una gran esperanza. Quiero considerarme como una de las vírgenes prudentes, y estar preparada para cuando venga el Señor”.

Daniel Iuorno decía: “damos gracias a Dios por lo que él nos ha ayudado a hacer hasta aquí. Consideramos que somos más deudores que nunca, pues lo que hemos logrado con la ayuda de Dios, y la colaboración de los hermanos, nos compromete a proponernos más elevados blancos y alcanzar mayores alturas”.

Esto precisamente hicieron el año siguiente: ir por más almas. “Al dejar atrás el Año del Evangelismo Voluntario, no podemos menos que pensar en los beneficios alcanzados, y comprender que tenemos por delante una extraordinaria

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jornada de triunfos, si ponemos nuestras manos al arado y fijamos los ojos en el Conductor”.

Encarando el año 1961 se preguntaban: “¿Qué haremos en nuestra Iglesia de El Porvenir en 1961? Prestar debida atención a los interesados que los hermanos han conseguido durante 1960. Muchos de ellos ya son miembros de la iglesia, y están listos para salir a trabajar en favor de los que moran en las tinieblas. Luego nos organizaremos como nunca antes para abarcar el mayor número posible de hogares con el mensaje.El año pasado trabajaron 18 parejas en nuestra iglesia; y este año esperamos separar a sus componentes, y a cada uno darle un nuevo compañero para que se forme a su lado aprovechando su experiencia. Así tendremos 36 parejas, con las cuales esperamos comenzar obra nueva en 180 hogares”.

Para ayudarse en esta tarea, los hermanos encargaron 20 proyectoras, que compraron por su cuenta. Cada semana ilustrarían sus estudios bíblicos. Paralelamente, en la iglesia se presentó semanalmente el mismo tema dado por los instructores en los hogares; también se utilizaron proyecciones, y además el sistema de sonido estereofónico. De este modo avanzaron juntos y en forma complementaria, los instructores voluntarios y el evangelista.

“Esperamos utilizar con abundancias los estudios bíblicos escritos y las publicaciones, para adoctrinar cabalmente a los nuevos simpatizantes en la verdad. ¿Cómo conseguiremos 180 lugares nuevos donde comenzar? Dedicaremos varias semanas al trabajo de visitación con folletos, después de lo cual invitaremos a la gente a una breve serie de reuniones en la

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iglesia, destinadas a despertar el interés en las verdades de la Palabra de Dios. Quienes hayan manifestado interés en sus hogares, serán atendidos especialmente para instarlos a dar el paso decisivo, y al mismo tiempo alcanzar a sus familiares y amigos. Con la ayuda de Dios esperamos duplicar el número de personas bautizadas el año pasado”, animaba el pastor Iuorno.

El ejemplo de la iglesia de El Porvenir muestra el ideal de una iglesia cabecera de distrito. Ser la más grande, y la que más tiempo demanda del pastor, implica que debe ser la más productiva. Lógicamente con el tiempo se dan problemas de espacio, lo cual hace necesario plantar una nueva iglesia, con el 25 % de la asistencia. Si una iglesia cabecera se convierte en plantadora, su utilidad será permanente. De lo contrario llegará a ser una pieza de museo y una preocupación más que una bendición.Un Cuarteto Entusiasta

En las brillantes pantallas de los televisores de Buenos Aires aparecieron cuatro rostros conocidos en las iglesias del Gran Buenos Aires. Eran Humberto M. Rasi, profesor del Instituto Adventista Florida, Hugo Bustos, corredor de Alimentos Gránix y estudiante de medicina, Daniel Rosa, linotipista de la Casa Editora Sudamericana y estudiante de odontología, y Roberto Fanfoni, constructor.

Estos cuatro jóvenes constituyeron un armonioso cuarteto que cultivó el don del canto para honra y gloria de Dios. El propósito que los animó fue alabar al Creador mediante el canto, presentándose en casi todas las iglesias de su zona, ya sea en los servicios de culto, en las conferencias

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evangélicas o en los programas que presentan las sociedades de jóvenes, las Dorcas u otros departamentos. Ya han cantado más de 200 himnos en público.

Actuaron por primera vez en televisión en septiembre de 1960, en un programa de aficionados. Tal vez fuera ésta la primera actuación de un conjunto adventista de canto en TV en el Río de la Plata. Poco después, en noviembre, tomaron parte dos veces más en un programa de aficionados. Salieron vencedores en la primera rueda y llegaron a estar entre los finalistas, con buenas probabilidades de clasificarse entre los vencedores.

Días después la voz bien modulada de un locutor de LRA, Radio Nacional de Buenos Aires, anunció media hora de música sacra con la participación del cuarteto “ARPA”.

Después de su aparición en TV y en radio se oyeron elogiosos comentarios. He aquí dos de ellos: “Da gusto ver a jóvenes que se dedican a la música seria, sin dejarse tentar por lo popular, que es lo que da dinero”. “Hace mucho que no oigo un cuarteto acapella con esa armonía”. Recibieron además una felicitación especial del director artístico de Radio Nacional,Prof. Franze.

Humberto Rasi, el director del cuarteto, contaba que se proponían colaborar intensamente en las campañas de evangelismo, y que esperaban realizar giras más extensas para llevar también a otros lugares el mensaje déi amor de Dios por medio del canto.

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Cantando Predican la Venida de Cristo

El pastor Salim Japas relata que en la iglesia de Concepción no era únicamente conocida por su hermoso templo, uno de los más grandes de la Unión en ese entonces, ni por el gran desarrollo de la obra en ese lugar y sus vastos y hermosos alrededores. A orillas del río Bío-Bío, nacía el cuarteto “Armonías de Esperanza”, formado por jóvenes cuyo único propósito fue dar a conocer el mensaje del tercer ángel a través de hermosas melodías.

Sus componentes, ninguno de los cuales pasaba de los 31 años, fueron todos miembros activos de la Iglesia de Concepción; dos de ellos ancianos de iglesia, y los otros dos, directores de obra misionera. En su vida privada desarrollaban actividades diversas, lo cual no era impedimento para que se reunieran periódicamente, y con oración y dedicación ensayasen los himnos que más tarde inspirarían a muchas almas a aceptar a Cristo.

Su director, Oscar Yáñez, el bajo del conjunto, era profesor de matemáticas en uno de los importantes liceos de la ciudad. Mario Pizarro, barítono, trabajaba independientemente como sastre. Su hermano, Alejo Pizarro, segundo tenor, era contador de una importante firma en Concepción. Y por último el primer tenor, Hugo Mejías era un avanzado estudiante de Pedagogía en Castellano de la Universidad de Concepción.

Larga y muy bendecida por Dios fue la trayectoria de este conjunto, y no podría explicarse de otra manera, ya que a pesar de las muchas invitaciones a participar en programas artísticos y

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radiales y abarcar otros campos del canto su propósito no fue otro que el de ganar almas para el reino de los cielos.

El cuarteto fue conformado con el afán de cooperar en los esfuerzos realizados por el pastor Arturo Schmidt en Concepción y posteriormente en Talcahuano y Chillán. Desde entonces, el cuarteto Armonías de Esperanza trabajó intensamente cooperando en los diversos esfuerzos de la ciudad y la zona, como a la vez presentando programas propios como “La vida de Jesús a través de los cantos”, “La verdadera alabanza a Dios mediante el canto”, etc. y visitando iglesias de norte a sur del país.

Su actuación en los congresos bienales de su asociación fue siempre bien recibida. Fue destacada también su presentación en el Congreso de Jóvenes celebrado en Córdoba, que constituyó una verdadera revelación y a la vez una inspiración para la juventud.

Al presentarse en algunas emisoras del país, han cantado siempre de preferencia, himnos, dando a conocer la obra adventista en sus diversos aspectos y haciendo resaltar la proximidad de la venida de Cristo.

Al desarrollarse en Concepción un ciclo de conferencias a cargo de “La Voz de la Juventud”, como parte de los números musicales, el cuarteto Armonías de Esperanza ponía siempre la nota de relieve.

Por invitación del pastor Japas visitaron la ciudad de Valdivia para cooperar en su campaña evangelística. Cantaron

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en el Teatro Cervantes con motivo de la conferencia pronunciada por el pastor sobre el tema “Salvemos a nuestros Hijos”. Asimismo dieron recitales religiosos en las dos conferencias dadas en el templo. Tres de las cuatro emisoras de la ciudad de Valdivia les cedieron espacio para dar dos recitales en cada radio. También visitaron el diario “El Correo de Valdivia” en donde, después de cantar para los redactores les sacaron una fotografía que fue publicada con un elogioso comentario.

Todo eso prestigió la obra adventista, y alentó los esfuerzos misioneros de la iglesia.

En los diferentes registros de inicios de los 60 se ve la importancia que se le daba al prestigio de la obra. Los dirigentes de la iglesia eran conscientes que una obra prestigiosa encontraba más y mejores puertas abiertas. Cuidaban con gran celo la imagen que la iglesia diera en todos sus ministerios, incluido el ministerio de la música.

Los evangelistas adventistas siempre se valieron de la buena música espiritual, con preferencia hacia los cuartetos vocales masculinos. La línea era trazada por los famosos Heraldos del Rey, y todos los conjuntos que surgían se alineaban en ese estilo musical.

Con el correr del tiempo algunos cuartetos alcanzaron excelente nivel y, como le sucediera a “Armonías de Esperanza”, recibieron propuestas artísticas. Algunos conjuntos comenzaron a cantar en sitios seculares, pero la experiencia no fue buena ni benefició a la iglesia de manera alguna.

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Parece ser que el estilo clásico y enfocado en la evangelización es el camino más seguro para los conjuntos musicales adventistas. De lo contrario la esencia se disuelve, y los objetivos pasan a ser más bien comerciales y artísticos que espirituales.

Llama la atención también que el pastor Japas subrayara el compromiso de los cantantes del cuarteto con su iglesia local. Suele suceder que los músicos adventistas están en todos lados menos en su iglesia. Pero la base de todo siempre está en la iglesia local, y el primer compromiso debe ser asumido en ella.

La Iglesia De Liniers, Bastión En El Oeste

Jorge Grieve, pastor en Liniers, Buenos Aires, informaba que a principios de 1960 la iglesia contaba con una feligresía de 328 miembros. Su celo misionero rindió un precioso fruto para el reino de Dios dando origen a las iglesias de Caseros, Flores y Morón. Ubicada en una zona de mucha afluencia de gente, aprovechaban la ventaja para sembrar profusamente en los miles de personas que diariamente pasan cerca de ella.

En 1960 se llevó a cabo el siguiente plan misionero: se eligieron dos zonas diferentes, que se trabajaron con ayuda de folletos, volantes e invitaciones personales, a continuación de lo cual se comenzó un ciclo de conferencias en cada lugar. El hermano Italo Mena cedió su saloncito que utilizaba como taller

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de fotografía, y en él cada viernes se predicó la palabra a los atentos oyentes que desde temprano se congregaban. “Desde el mismo comienzo vimos que el Señor aprobaba lo que hacíamos para él, y que el Espíritu Santo impresionaba los corazones”, contaba Grieve.

En el segundo lugar, tuvieron a disposición el saloncito del hermano Juan Siles, ubicado en Villa Lugano, Buenos Aires. Ese local, utilizado como vivienda durante la semana, el domingo de noche era transformado rápidamente en un recinto para conferencias. Como resultado de seis meses de labor, se organizó un nuevo grupo bajo la eficaz dirección del Hno. Luis Di Prinzio, secundado por entusiastas jóvenes.

Los sábados el lugar resultaba insuficiente, porque había 60 miembros de escuela sabática. Esto los indujo a orar pidiendo que el Señor los guiara para conseguir un local más grande a fin de organizar este grupo como iglesia.

Las conferencias celebradas en la Iglesia de Liniers contaban semana a semana con la asistencia de un numeroso público. “Terminamos estas reuniones con un cursillo bíblico. Por la gracia de Dios, como resultado de ello, quedaron estudiando en 132 hogares. Grieve contaba con la ayuda de la instructora bíblica Rosa Pizzolanti, y además con la leal colaboración de los hermanos de la iglesia.

“A los llamados hechos en oportunidad de los cuatro bautismos han respondido 115 preciosas almas. Y hasta ahora se han unido a la iglesia mediante el bautismo 56 perzonas”, declaraba Grieve. “El Señor llama a sus elegidos de diversas maneras y de diferentes lugares. Un joven fué llamado de las

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filas del ateísmo. Una señora procedía de un pueblo de Jujuy, desde donde había venido buscando a los adventistas como resultado de haber leído unos folletos entregados por un colportor; actualmente está bautizada y hace planes para volver a su lugar natal para levantar un saloncito donde celebrar reuniones. Y así podríamos seguir citando más casos interesantes”, remarcaba el citado pastor.

Como hace evidente este testimonio de Liniers, el evangelismo, una vez que se inicia, es una rueda que gira dentro de otra y no se puede detener. Los intereses se multiplican, los lugares se abren al mensaje, y se deben asumir las responsabilidades que esto conlleva.

Por otra parte vuelve a notarse la trascendencia de una iglesia plantada en una ubicación estratégica. De hecho una iglesia así colocada está destinada a ser madre de otras congregaciones, como pasó con la iglesia de Liniers.

Avances en Young, Uruguay.

Orlando E. Osan, tesorero de la Misión Uruguaya, informaba de la alegría vivida por la Iglesia de Young, Río Negro (Uruguay), el 29 de abril de 1960. El pastor Enoch de Oliveira, su esposa y Osan, estuvieron desde el viernes por la tarde en dicha localidad con el fin de acompañar a los hermanos en las reuniones de esa noche y del sábado.

Aprovecharon la ocasión para celebrar el rito de la Cena del Señor, y por la tarde, por pedido de los catecúmenos, fueron a un arroyo cercano para realizar el bautismo de ocho personas,

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ganadas por el pastor, maestros, La Voz de la Esperanza y los hermanos laicos con su trabajo personal silencioso pero efectivo. Las personas que más de cerca tuvieron a su cargo el adoctrinamiento de los nuevos hermanos fueron Atilio Dupertuis, Joel Leiva y Armando Moráis.

Entre los testimonios dados por algunas de las personas que se bautizaron en esa oportunidad estaba el de la hermana Catalina H. de Mazur: “Es difícil describir la inmensa alegría y paz que siento en mi interior, al dar mi testimonio al unirme a este pueblo que predica que los mandamientos de Dios aún están en vigencia. No tengo palabras para agradecer a la Iglesia Adventista y a las lecciones de la Escuela Radiopostal, que fueron las que me ayudaron a comprender las doctrinas. Muy agradecida estoy a los pastores y misioneros que se preocuparon por mí, de guiarme hasta los pies de Jesucristo, y a aceptarlo como único Salvador. Anhelo con toda mi alma permanecer fiel y firme a estas doctrinas hasta el fin, con la fortaleza de Cristo. También se sumó Carlos Alberto Quintana, diciendo: “He entregado toda mi juventud, toda mi dinámica voluntad enteramente a Cristo mi Salvador por medio de su sagrado precepto: el bautismo. Como adventista, quiero que el Señor me utilice de acuerdo a su santa voluntad; sólo así cubriré en parte la infinita deuda de amor y de sangre. Quiero manifestar mi profundo agradecimiento a las personas que me ayudaron a decidirme y alentaron mi espíritu. Es mi exhortación a cada uno de los que aún no han dado el paso del bautismo que tomen para sí las tiernas y dulces palabras del Señor: ‘Dame hijo mío tu

/ • , • • • y ycorazón, y miren tus ojos por mis caminos *

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La hermana Olga Konovaluk agregó lo siguiente: “Doy gracias de todo corazón a la Escuela Radiopostal por los momentos tan hermosos que pasé estudiando las lecciones. Ellas me infundieron más esperanza en Cristo y aprendí a amarlo cada vez más y a guardar los mandamientos de Dios”.

Tuve el gusto de conocer algunos parientes de estas personas bautizadas en Young, porque allí comencé mi ministerio. El trabajo realizado de manera continua y constante por los hermanos de la iglesia siempre es bendecido y fortalecido. Ganar una buena familia para la iglesia es ganar obreros para toda una vida, mayordomos fieles para la misión, y solidez y estabilidad para un distrito. Cuando la misión avanza desde las entrañas de la iglesia, y no mediante empujones esporádicos, es más sana y duradera.

Actividades de la Iglesia de Morón

David P. Gullón, pastor de la Iglesia de Morón, relataba que el 14 de abril de 1962, después de un esmerado trabajo de los hermanos en colaboración con el equipo evangélico, compuesto por el evangelista de la Asociación Bonaerense, pastor Carlos E. Aeschlimann, los hermanos Ramón Espinosa, Walter Ullrich y el pastor local, se inició una campaña de evangelismo, que dirigiera en su primera parte el dinámico evangelista del campo. Para la conferencia de apertura, actuó la Agrupación Coral Bach. El recital de música sacra que presentó fue muy apreciado.

Durante dos meses, el pastor Aeschlimann continuó con el ciclo de conferencias y antes de su partida para los Estados

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Unidos, Gullón se hizo cargo de la segunda parte de la campaña evangélica, dictando el cursillo de investigación bíblica “La verdad para nuestro siglo”, todos los sábados por la noche a partir del 23 de junio.

El pastor Aeschlimann encadenó sus dos últimos temas de tal manera con los que seguirían después en el cursillo, que el cambio fue casi imperceptible, contando con un auditorio regular en cada una de las clases.

En forma casi simultánea, los hermanos comenzaron obra nueva en cinco lugares, dirigiendo ciclos cortos de conferencias todos los domingos. Con el fin de capacitarlos para esa obra, se dictaron los sábados de tarde dos cursillos en la iglesia: uno para predicadores voluntarios y el otro para preparar instructores bíblicos. Cada hermano encargado de dirigir un grupo tuvo a su vez un equipo formado por otros hermanos que de la zona, incluyendo también al dueño de casa, pues las reuniones se realizaron en casas de feligreses.

Después de cuatro meses de trabajo intensivo, el 11 de agosto fue el primer bautismo del año. Fue un día de verdadero regocijo para la iglesia, en el cual quince almas sellaron su pacto con el Señor.

A pesar de las circunstancias climáticas adversas, el templo estaba lleno desde el mismo comienzo. La ceremonia se llevó a cabo en la hora de la conferencia con el fin de aprovechar su poder evangelizador.

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Se dio apertura al acto con unas palabras de bienvenida y el coro Mensajeros de Paz de la Iglesia de Morón, presentó un himno para la ocasión. El pastor Silvio Fernández que ofició el bautismo, disertó acerca de los “Pasos que conducen al bautismo”.

Al apagarse las luces del salón, resaltó el bautisterio muy bien iluminado y adornado con flores que embellecían aún más el cuadro del fondo. Durante el bautismo hubo música suave de órgano y coral, que aumentaba de volumen en los intervalos.Se entregaron los certificados a los que se habían bautizado y los hermanos que los habían llevado a la iglesia pasaron a saludarlos. Se apagaron de nuevo las luces del salón, quedando sólo la iluminación del bautisterio, mientras el coro pasaba al frente y el que hizo el llamado se dirigía a la plataforma. Se hizo el llamado para que aceptaran la invitación del Espíritu y siguieran a Cristo los que así lo sintieran. Mientras pasaban adelante, el coro cantó una estrofa del himno “A tu puerta Cristo está: Abrele”. De nuevo siguió el llamado invitando a los pecadores a entregar su vida a Cristo. Cantó el coro la segunda estrofa, entretanto se hacía el llamado. En forma sincronizada se proyectaron vistas en colores que hablaban del pedido del Señor, todo el tiempo que duró el llamado. El coro cantó la última estrofa y unas veinte personas se adelantaron. Cuando se pidió que levantaran sus manos todos los que deseaban que se los recordara en la oración final para que Dios les diera fuerza para hacer esta decisión en otro momento, otras diez personas respondieron a la invitación mientras el salón permanecía en la penumbra y el auditorio oraba en silencio.

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Luego de esta etapa continuaron estudiando con unas 110 personas esperando cosecharlas hasta el fin del año.

Algunos obreros voluntarios destacados fueron el hermano Mariano Ledo, quien predicó en dos lugares semanalmente; Eduardo Loffredo quien daba estudios bíblicos y usaba su vehículo para hacer obra evangélica; José M. García atendiendo otro grupo y poniendo su vehículo a disposición del pastor Gullón dos tardes por semana para hacer obra evangélica, y Florindo López, quien entregó numerosos interesados a los obreros.

El empuje de la iglesia de Morón, donde fue formado quien escribe, ha dado inicio a muchas iglesias y un colegio primario y secundario. Ha sido una costumbre que la iglesia forme algún nuevo grupo de manera periódica, “prestando” alguno de sus mejores valores por un tiempo hasta que se consolida la nueva iglesia. Mi propio padre viajaba dos horas en colectivo cada sábado por un tiempo para apoyar una nueva iglesia que surgía. El ejemplo de una generación es imitado por otra, para bien o para mal. La dedicación y fuerza misionera que se manifiesten ponen la medida del futuro.

Un Día de Fiesta en la Iglesia de Morón

El pastor Fernando Chaij relata que “con todos los pasillos habituales cubiertos de sillas, el templo de la Iglesia de Morón (Prov. de Buenos Aires) rebosaba de público la tarde del sábado 14 de noviembre de 1960. La iglesia estaba de fiesta. Como culminación del esfuerzo laico realizado por los

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hermanos, y de un cursillo bíblico, ese día pudieron sepultar en las aguas del hermoso bautisterio a 10 almas”.

La concurrencia extraordinaria se debió exclusivamente al trabajo de los hermanos. Los asistentes siguieron con profunda atención y reverencia todos los detalles de la reunión. El tema inicial del día fue “La respuesta a la pregunta suprema del alma”. Después de una breve disertación dada por el pastor H. Cairus, presidente de la Asociación Bonaerense, se continuó hablando acerca del significado del bautismo.

Cuando luego del acto se preguntó cuántos resolvían entregarse a Cristo y participar en un próximo bautismo fue conmovedor ver que en respuesta 45 personas se adelantaban por los pasillos hacia el frente para que se orara por ellos. Los tales constituyeron el núcleo de una nueva clase bíblica.

De éstos, treinta estaban ya estudiando la verdad, y quince adicionales eran completamente nuevos. El sábado siguiente del bautismo, durante los diez minutos misioneros, los bautizados relataron cómo el Señor los había guiado a la iglesia y les había dado la victoria sobre sus problemas. Varios estaban tan emocionados que no podían hablar.

También los hermanos rebosaban de alegría al ver a las almas que habían sido motivo de sus oraciones y de su trabajo regocijarse en la gloriosa esperanza. Entre los que tuvieron que pasar más veces a saludar a los nuevos hermanos, estaba el Hno. José García, que puso su auto a disposición de la iglesia y del trabajo evangélico, y que ha colaborado personalmente además dando estudios bíblicos. El Hno. Ledo y otros colaboraron con

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la mayor lealtad también. Además la eficiente instructora bíblica Ana Gironde, tuvo el placer de saludar a una buena parte de los que constituían el grupo.

Sin haberlo solicitado el diario La Razón, de Buenos Aires, mandó un fotógrafo y un cronista, y publicó una respetuosa crónica de 50 centímetros de columna con una hermosa fotografía, en la parte superior de la segunda página. El diario Clarín del día siguiente publicó también un extracto de la crónica de La Razón. Alabamos a Dios por sus bendiciones.

Tal era la efervescencia adventista de la época que despertaba la atención de los medios nacionales! Las fortalezas de la ciudad de Buenos Aires estaban siendo conmovidas por el trabajo mancomunado y esforzado de la iglesia.

Una Gira BendecidaEl pastor Adán Mayer, siendo director de Actividad

Misionera de la Unión Austral, visitó junto con el pastor Antonio Cabrera varias iglesias y grupos y aislados del interior de la Asociación Bonaerense.

Comenzaron la gira en Chacabuco, donde desde hacía muchos años teníamos algunas hermanas muy fieles y consagradas que, a pesar de recibir pocas visitas de pastores, eran valientes y se reunían para celebrar su escuela sabática, y luego leer algunos párrafos de un buen libro o revista misionera. Aunque la visita fue breve quedaron contentas y animadas para continuar trabajando en la gran causa de Dios.

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Junín fue el lugar donde los pastores permanecieron durante más tiempo. Las tres reuniones que celebraron allí fueron bien concurridas. Al analizar la tabla comparativa descubrieron que casi habían llegado a ser la escuela sabática modelo, muy cerca de alcanzar los tres blancos de miembros, ofrenda y estudio diario. Felicitaron de todo corazón a los hermanos del lugar.

Como se ve los hermanos adventistas eran alentados a colocarse objetivos por delante y alcanzarlos. Estos objetivos eran bien concretos: estudio, predicación, ofrenda y hasta recolección. De alguna manera cada feligrés sabía que el lugar que ocupaba en la iglesia era el de mayordomo.

Luego Mayer y Cabrera visitaron la localidad de Vedia. En este lugar solamente pudieron encontrar a una hermana, pues las demás personas estaban ausentes, o fuera de sus casas. Pasando a Rojas vieron algunos miembros nuevos en la verdad ganados por el colportor evangélico Miguel Ferreró, los cuales quedaron muy contentos con la visita. Los departamentales no se conformaban con visitar pastores. Querían conocer iglesia por iglesia, y hermano por hermano, de manera que alentaran la obra desde sus mismas bases.

Se informaba de la felicidad de la Iglesia de Pergamino por su nueva capilla. Los niños, quienes habían estado esperando por muchos años tener también un lugar adecuado donde reunirse con comodidad, eran los más alegres. Aunque tuvieron solamente algunas reuniones, todos estuvieron de buen ánimo y las perspectivas son buenas.

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Reconocían además el esfuerzo del pastor Luis Roscher, quien tenía un distrito muy extenso, por lo cual debía viajar continuamente para atender a los miembros y el interés creado en su territorio. Sin embargo el esfuerzo era bendecido en frutos hermosos.

Palermo en Acción

El hermano Daniel González, siendo director misionero de la Iglesia de Palermo, Buenos Aires, daba gracias a Dios por las bendiciones recibidas en la segunda mitad del año 1959.El pastor Salim Japas dio allí término a su primer cursillo bíblico con una muy buena concurrencia. Unas 120 personas recibieron sus certificados de buena asistencia. El 12 de septiembre tuvieron la gran alegría de recibir la grata visita de la Escuela Radiopostal, encabezada por su director, el pastor Gastón Clouzet. En esa ceremonia se procedió a la entrega de diplomas a 120 alumnos del Gran Buenos Aires, entre los que se encontraban varias almas que por la gracia de Dios se bautizaron en la última ceremonia del año.

De inmediato el pastor Salim Japas inició el segundo cursillo del año, esta vez sobre escatología bíblica, en el que estudiaron los acontecimientos finales de este mundo a la luz de las profecías. En este cursillo inscribieron unas trescientas personas, de las cuales 160 recibieron sus certificados de buena asistencia en una reunión que se llevó a cabo el domingo 6 de diciembre. En esta oportunidad el coro de la iglesia, bajo la dirección del pastor Juan Carlos Viera, entonó la composición musical sagrada “Oh Profundo Amor de Cristo”. “Fue algo sublime Mientras ese canto

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de alabanza llegaba a nuestras almas parecía que toda la grandeza y la inmensidad de Dios se manifestaba a través de esas maravillosas melodías. Estamos seguros de que también los ángeles del cielo estuvieron con nosotros en esos maravillosos momentos”.

La sociedad de jóvenes, bajo la dirección de Esther Iuorno de Fayard, tuvo también un semestre muy bendecido.Sus reuniones y actividades cobraron más vida por su concurrencia y por el interés y lo provechoso de sus programas. Se efectuaron visitas de confraternidad y amistad cristianas a los jóvenes de Liniers, Montevideo y La Plata, a quienes se espera poder retribuir sus atenciones. En el mes de agosto tuvieron el privilegio de recibir también la visita de la sociedad de jóvenes de Córdoba.

La Sociedad Dorcas, bajo la dirección de Elena M. de Canalis, consiguió reunir fondos para beneficencia por una suma superior a los veinte mil pesos, y prestó ayuda a, pobres por igual cantidad.

Finalmente, con la ayuda de Dios, celebraron un bautismo de 17 personas entre las que se encontraban almas muy queridas para la hermandad. En este hermoso grupo había personas que conocieron la verdad por intermedio de la Escuela Radiopostal, varios que habían decidido entregarse al Señor después de haber comprendido la Palabra de Dios a través de los cursillos bíblicos dictados por el pastor, y también estaba allí la primera alma ganada en la campaña misionera en el barrio de Saavedra.

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Daniel González culmina afirmando que “la nota más emocionante y reconfortante de este bautismo fué ver a los pastores Delfín G. y Pablo R. Gómez abrazar con gran gozo a su hermano Isidro S. Gómez, después de haber sido sepultado en las aguas bautismales, por quien estuvieron orando durante 28 años”.

“Muchas cosas más tenemos que agradecer al Señor, entre ellas el habernos permitido bautizar en 1959 a 50 almas, y la abundancia de sus bendiciones sobre todos nosotros en diversos aspectos”. Vemos así el testimonio de un hermano laico interesado en la ganancia de almas y en el número de bautismos que su iglesia alcanzara. El crecimiento de la iglesia no debe ser solo una preocupación de los pastores.

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CAPÍTULO IIIINAUGURACIÓN DE TEMPLOS

Renovación en Pergamino

El pastor Humberto Cairus relató a los lectores de la Revista Adventista su visita a Pergamino, realizada entre los días 17 al 24 de octubre. El 17 fue el día de la inauguración y dedicación de la nueva capilla, erigida con el empeño y el esfuerzo de los hermanos del lugar y con los medios que la Asociación Bonaerense dispuso para su construcción.Hasta entonces, los hermanos se reunían en el mismo lugar, pero en una pieza grande, que ya reclamaba reparaciones desde el techo hasta el piso. En vez de hacer arreglos se la reformó, ya que el predio lo permitía, como una sobria capilla, de bastante espacio, con bancos y pulpito nuevos, nuevo frente, etc.

Era fácil notar ese día que una de las caras más felices era la de la Hna. Josefa de Colombo, quien hace años había donado al campo el lugar donde ahora estaba la capilla y en cuya casa se tuvieron las reuniones por varios años.

Estuvo presente en la inauguración el pastor Peverini, presidente de la Unión Austral, quien tuvo a su cargo la predicación por la mañana. Por la tarde tuvo lugar una reunión de dedicación y la misma noche el pastor Antonio Cabrera inició un ciclo de reuniones evangélicas, que continuaron por toda la semana y que culminaron con un bautismo el sábado 24, y con un emotivo y bien correspondido llamado.

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Los hermanos declaran unánimemente que todos los esfuerzos realizados para poder tener esa capilla, desaparecen en la insignificancia comparados con las bendiciones recibidas esa semana. Fue una real manifestación del Espíritu de Dios llamando a las personas, e impresionando los corazones con la verdad, como no se había visto antes en esa ciudad.

El pastor de la zona, Luis Roscher, asumió la ardua tarea de atender a los muchos interesados. Es digno de notar que muchos de ellos pasaron en esos días del enervante prejuicio al más ferviente anhelo de conocer la Palabra de Dios.Asistieron también a la inauguración muchos hermanos del distrito provenientes de Junín, Arrecifes, Rojas y Lincoln.

Lo ocurrido en Pergamino deja una lección: los esfuerzos que hagamos en favor de la obra atraen las bendiciones de Dios. Aún los lugares más duros y reticentes pueden ser cultivados por el trabajo fiel del campo, el pastor y los hermanos locales.

Inauguración en Tandil

El pastor Carlos E. Aeschlimann informó que el 5 de enero de 1962 fue un día de fiesta para la Iglesia de Tandil. Luego de 35 años de establecida la obra en dicha ciudad se inauguraba un templo propio.

Los primeros misioneros que llegaron a Tandil fueron el hermano Pérez (padre de los pastores Manuel y Braulio Pérez), el pastor Carlos D. Christiansen, enviado para trabajar en la colonia danesa, y el pastor Mario Rasi. Surgió entonces un

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grupo que fue atendido por el pastor Enrique Lautaret. Las primeras familias adventistas fueron los Domato y Cominelli, quienes permanecieron fieles a la verdad. Durante 16 años no hubo pastores en Tandil. El grupo era atendido por el fiel hermano Federico Cominelli, y se reunía en el taller del hermano Domato.

El año 1951 fue decisivo para la obra. El pastor Enrique Block, secundado por un competente equipo evangélico, dirigió un gran esfuerzo público. Como resultado, al final del año, el grupo fue organizado en iglesia en una ceremonia a la que asistieron los pastores H. J. Peverini, Mario Rasi y Pablo Gómez. Posteriormente dirigieron la iglesia Luis Zamorano, Norberto Franco y Hugo Bustos. Nuevamente quedó sin obrero por lo que fue dirigida por el colportor Isidro Monzón. Las reuniones se celebraban en un salón pequeño e inadecuado.

A principios de 1962, la Junta de la Asociación Bonaerense resolvió enviar a Tandil al misionero Víctor Collins, comprar una propiedad y desarrollar una campaña evangélica.

Para los actos de inauguración estuvieron presentes los pastores Manuel F. Pérez, F. C. Webster y Roy E. Brooks. El sábado en la mañana se efectuó la solemne dedicación del templo. El pastor Pérez predicó y el pastor Webster ofreció la oración de dedicación. En la noche se realizó la inauguración para el público; asistió el comisionado municipal, don Alberto Lalloz, quien pronunció un discurso alusivo.

Por la gracia de Dios la obra se siguió desarrollando. El campo perseveró en Tandil hasta que plantó iglesia y templo.

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Cuando la obra es difícil pero se pone empeño, Dios concede la victoria.

Un Templo en Villa Adelina

Una de las tareas loables realizadas por algunos de los miembros de la Iglesia de Florida, fue la de ayudar en la construcción del templo de la Iglesia de Villa Adelina, que pertenecía al mismo distrito. Previamente, la primera de las iglesias mencionadas había donado $ 100.000 pesos argentinos para dicha construcción, y luego, durante varios domingos, un grupo de sus miembros colaboró alegre y desinteresadamente para la más rápida terminación de la obra, de manera que la feligresía del hogar de unos de sus miembros a su salón exclusivo.

El tiempo estaba amenazante, pero mucha gente se dirigía a Fray Cayetano Rodríguez 1381, Villa Adelina, Buenos Aires.También llegaba en su automóvil el secretario general del partido de San Isidro, con su esposa, en representación del intendente del partido. Llegaban también los hombres de la televisión con sus filmadoras. Todos se congregaban afuera, esperando entrar

Una vez que el representante del intendente y su esposa cortaron la cinta, los funcionarios públicos y los representantes de la obra precedieron la compacta columna que entró y ocupó todos los asientos y los pasillos, y se derramó hasta la calle.

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Así quedó inaugurado el nuevo templo adventista de la localidad de Villa Adelina, una nueva luz que se enciende para señalar el camino hacia la vida perdurable.

Las palabras introductorias y el canto del coro de la Iglesia de Florida, las expresiones de bienvenida, y más canciones del coro fueron el preludio de las palabras del pastor Héctor J. Peverini, a cargo del sermón de dedicación. Luego, el tesorero de la Unión Austral ofrece la oración de dedicación, y se entregaron recuerdos de ese memorable día.

Al día siguiente de la inauguración los televidentes de Buenos Aires ven aparecer en las pantallas de sus televisores escenas insólitas, emitidas por el canal 7. Asisten así a la inauguración de un templo: el de Villa Adelina. El pastor Salim Japas poco antes había logrado que este mismo canal televisara diversas fases de la obra que se realiza en la Casa Editora Sudamericana. Los contactos del pastor Japas con el canal de alguna manera promovían la obra en tiempos cuando no había medios propios.

La costumbre de trabajar los domingos por las construcciones de las iglesias más pequeñas del distrito no puede quedar en el desuso. En esta tarea hay lugar para que colaboren desde los más grandes hasta los más chicos, además de hombres y mujeres. De hecho la iglesia que trabaja unida se une más que por medio de la sola congregación de los sábados. El sábado es el día del Señor, pero el domingo puede ser el día de los templos!

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Un Acontecimiento en Los Polvorines

El nuevo templo de Los Polvorines alzaba su elegante estructura en una esquina destacada, frente al correo. Frente al edificio se hallaban varios dirigentes de la Unión Austral y la Asociación Bonaerense, como los pastores Manuel F. Pérez, Delfín G. Gómez y Carlos E. Aeschlimann. Dentro del templo los pastores Webster, Peverini y Nestares, ya ocupaban sus asientos. El pastor Pablo Gómez, a cargo de la iglesia, iba de un lugar a otro comprobando que todo estuviera en orden para el comienzo de la escuela sabática.

A las nueve, suben a la amplísima plataforma el Hno. Lipton Block, director de la escuela sabática, la hermana Sorace, secretaria, y el pastor Daniel Riffel, de Rosario. El hermano Block, cuya voz trascendía la emoción que lo embargaba en ese momento, inició la reunión diciendo: “Mis primeras palabras en esta mañana serán de agradecimiento al Cielo por habernos permitido reunimos en esta nueva casa, la cual será llamada su casa de oración”

A con tin u ación la H na. Sorace presentó el inform e. Luego la n iñ a Cristina Borrino ofreció una poesía, y acto seguido, Celsa de Alonso declamó con sentimiento otra poesía. La lección fué expuesta por el presidente de la Unión Austral, pastor Héctor J. Peverini.

El sermón de la dedicación del nuevo templo estuvo a cargo del pastor Federico Webster, presidente de la Asociación Bonaerense. En él destacó la importancia de la religión verdadera y la necesidad de que los hermanos de Los Polvorines

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extiendan la influencia de la religión práctica a todos los sectores de la comunidad. “Necesitamos dedicarnos nosotros mismos, las piedras vivas, a Dios”, dijo. Añadió que ese templo se dedicaba como casa de oración y de estudio de la Biblia y como centro de caridad que represente correctamente la religión de Cristo.

El pastor Pablo Gómez reseñó la historia de la iglesia. Dijo que a pesar de haber transcurrido pocos años, había realizado un notable progreso. Su feligresía aumentó de unos 40 miembros a cerca de 150 en cinco o seis años. Luego destacó la abnegada acción de Lipton Block, quien como copropietario de la propiedad adonde se levantaba el templo, había donado a la iglesia la parte que le correspondía, más de medio millón de pesos argentinos, por la venta de la propiedad. El mismo se encargó de la dirección de los trabajos de construcción, utilizando a veces a los obreros de su fábrica. También se destacó el laborioso trabajo de Lino Alonso, quien pintó el templo y sus dependencias, del hermano Pereyra, quien se ocupó de la instalación eléctrica, y de numerosos hermanos que trabajaron con amor y desinterés. El resultado fue un hermoso templo, amplio, cómodo y moderno.

En el momento en que L. Block entregaba las llaves del templo a Roy Brooks, tesorero de la Asociación, para que éste a su vez las confiara al pastor Pablo Gómez, recordó a su madre quien antes de morir le pidió al pastor Japas: “Salim, quiero que me prometas una cosa, y es que te esforzarás para que en Los Polvorines haya una iglesia”. En ese tiempo el pastor Japas tenía a su cargo la iglesia de Los Polvorines, que se reunió primero en una casa particular y luego en un lugar que pronto resultó estrecho.

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El pastor Gómez recibió las llaves y declaró: “Es para mí un honor, y no tengo palabras para explicar la satisfacción de tener las llaves de esta casa que con tanto cariño y amor hemos edificado para el Señor”.

En la noche se realizó el servicio de inauguración para el público, y se contó con la asistencia del intendente y otras autoridades. Pese al inconveniente de una copiosa lluvia, el templo se llenó. El Coro Juan Sebastián Bach, dirigido por Giomar Aeschlimann ofreció un excelente recital, que fue apreciado en todo su valor. Luego el pastor Carlos Aeschlimann, evangelista de la asociación, presentó una conferencia que versó sobre el tema de la familia, y fue motivo de comentarios favorables. Su actuación en Los Polvorines se extendería durante un mes, buscando que muchas personas decidieran estudiar más a fondo la verdad para este tiempo, gracias a su simpatía y habilidad para hacer impacto en el corazón y la conciencia del público.

Gracias al sueño y empeño de los hermanos de Los Polvorines aquel salón estrecho fue reemplazado por cómodo templo. La escuela posterior creció mucho, y hoy en día mil alumnos estudian en ella, siendo el colegio adventista más concurrido del campo. Los hermanos de la iglesia enfrentan un renovado desafío, edificar un nuevo templo, de manera que la escuela tenga espacio para seguir creciendo. En el mismo espíritu sacrificado de los fundadores los nuevos avances serán una realidad.

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¡Por Fin, una Realidad en San Juan!

El pastor Enrique Collins, presidente de la Misión de Cuyo, señala que “en el curso de largos años la hermandad sanjuanina, alentada por la entusiasta aspiración de varios obreros que desfilaron en el lapso señalado, bregó por la concreción de un deseo legítimo, como era la ampliación del templo. Problemas de variada naturaleza fueron obstaculizando los proyectos, hecho desalentador que incidía negativamente en el ánimo de la feligresía a tal punto que todo intento destinado a darle vida al deseo acariciado encontraba una actitud pasiva en el ánimo de la hermandad. En verdad había un fundamento para no ver claramente la posible cristalización de una necesidad tan evidente como legítima”.

Pero el momento llegó, y la División y la Unión prestaron el más amplio apoyo material y moral. “El asesoramiento que recibimos en todo sentido hizo posible concretar el proyecto que contemplaba la ampliación del templo, el cambio de ventanales y el embutimiento del estrado con un bautisterio a una elevación que permitiera apreciar cómodamente la ceremonia”.

Collins relata que “para la ejecución del proyecto tuvimos la suerte de contar con los buenos servicios del Hno. José Ramos, quien con esmero y cariño y la participación de hermanos de la iglesia entendidos en albañilería, se dedicó al trabajo, que concluyó, Dios mediante, a mediados del mes de marzo de 1960”.

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El solemne acto de inauguración se efectuó mediante el desarrollo de un programa que contemplaba varias partes alusivas a tan significativo acontecimiento. Entre ellas la actuación del pastor Amaro Pevérini, evangelista de la Unión Austral, quien en representación del pastor Héctor J. Peverini tuvo a su cargo los sermones de consagración y dedicación, mensajes cuya inspiración se tradujo en una espontánea determinación de fidelidad al Señor por parte de la hermandad presente.

Otro hecho significativo estuvo a cargo del pastor Agustín Avila, quien en forma breve, presentó la historia de la iglesia. Un aspecto emotivo de su exposición fue el relacionado con la presentación de los miembros más antiguos a quienes los últimos bautizados condecoraron colocándoles en el pecho un clavel blanco. Se alentó a la hermandad sanjuanina a una mayor fidelidad en obsequio del Señor por la preciosa dádiva de un templo digno, cuya hermosura está a tono con el aspecto edilicio de la hermosa ciudad de San Juan.

En ocasión de la inauguración, el sentido de responsabilidad fue puesto en evidencia en la generosa ofrenda que se recogió para el plan evangélico del año en curso. Los hermanos de San Juan contribuyeron con sacrificio pero con alegría.

Cabe destacar un hecho que evidenció el afán de progreso de parte del pastor Avila, como también de la hermandad que le secundó en el desempeño de sus responsabilidades. A comienzos del año 1959 se propuso levantar una nueva iglesia en la localidad de Villa Krause, barrio próspero

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correspondiente a la ciudad de San Juan. En este sector vivían unos 25 hermanos, quienes por la distancia que los separaba de la iglesia madre no podían concurrir todos los sábados. En razón de este inconveniente se pensó que se justificaba la creación de un nuevo grupo, aspiración que se concretó al encontrarse una sala con capacidad para unas 50 personas. Desde el momento de la iniciación del entusiasta grupo, el progreso fue manifestándose en forma visible, a tal punto que se trazaron planes para adquirir la propiedad en donde se llevaban a cabo las reuniones.

El pastor Avila dio comienzo a un ciclo de conferencias en la Iglesia de San Juan, secundado eficientemente por Roberto Gullón, Nilda de Avila y Blas Rodríguez. Se propusieron ganar sesenta almas para Cristo como resultado de este esfuerzo.

Gracias al estímulo especial San Juan pudo dar un paso adelante. Hay zonas donde todo cuesta más. Factores económicos y hasta culturales impiden un crecimiento más acelerado. Pero la iglesia es un cuerpo donde todos nos ayudamos a todos, y los recursos humanos y materiales deben ir de los lugares más prósperos a los menos favorecidos.

Suele pasar que los que tienen dinero no tienen bautismos, y viceversa. Cuando unos cooperan con otros, todos ganamos y la iglesia avanza más rápido. No miramos cada uno lo propio, sino también lo de los otros!

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La Inauguración del Templo de Avellaneda

El pastor Humberto Cairus, presidente de la Asociación Bonaerense, anunció la dedicación e inauguración del nuevo templo de la ciudad de Avellaneda, Buenos Aires. “Esto fue la cristalización de un largo anhelo; una necesidad satisfecha; y el logro feliz de una ejecución; es el término de una preocupación que nos acompañó por dos años”.

Avellaneda es la ciudad industrial por excelencia del gran Buenos Aires, destacándose allí los grandes frigoríficos y la industria metalúrgica. Ciudad muy densamente poblada, de 321.000 habitantes allá por los 60. La población prominentemente obrera y un crisol de nacionalidades.

Avellaneda está separada de la Capital Federal por el estrecho y perezoso Riachuelo de aguas también densas que dan paso a embarcaciones que allí llenan sus bodegas con las carnes argentinas en viaje hacia otros continentes.

Nuestra obra inició actividades allí hace años, pero en condiciones demasiado desventajosas para atender el desafío que significaba esa populosa localidad donde la bendición del genuino Evangelio se presentaba como una imperiosa necesidad. Se tuvieron pequeños locales alquilados; se dieron conferencias en salones y en centros de algunas entidades allí existentes. El éxito fue relativo, en gran parte porque al momento de la concreción o no había lugar donde congregar a los interesados o era de mala representación. Al mismo tiempo, otras ciudades cercanas menos populosas levantaban sus capillas favorecidas por alguna circunstancia auspiciosa.

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En el año 1955 se pudo comprar aunque entonces resultó ser una gran erogación, el predio donde había de edificarse el templo, ubicado sobre la avenida principal de la ciudad, que a la vez es la ruta para el intenso tránsito hacia La Plata, capital de la provincia, y hacia Mar del Plata, la ciudad balnearia más visitada en la época estival.

Con la quita de tabiques, la edificación existente dio albergue a la iglesia de Avellaneda desde 1955 hasta mediados de 1958, cuando volvieron a alquilar el viejo local existente en la ciudad de Quilines, vecina de Avellaneda, donde tuvo antes la iglesia sus reuniones por bastante tiempo.

Fue para entonces, mediados de 1958, cuando se inició la demolición para dar lugar poco después a la iniciación del templo. Comenzaron también las perplejidades financieras. Los presupuestos eran letra muerta. Mes a mes subían los precios de los materiales y subía la mano de obra. “Fuimos afortunados en adquirir hasta donde alcanzaba el dinero algunos materiales no perecederos, como el hierro, sanitarios, etc. y hacer contratos con carpintería, con electricista y otros”, cuenta Cairus.

La preocupación financiera no había de ser la única dolorosa experiencia, sino que la más sentida aconteció cuando faltaba sólo un mes para que el pastor Japas comenzara su ciclo de conferencias. “Nos considerábamos afortunados de contar con el hermano Ramón Miglierina, constructor muy experimentado, para que levantase ese templo, trabajo que él conducía con gran dedicación porque consideraba que sería la obra cumbre de su vida. Ocurrió lo inexplicable: casi frente al templo que con tanto esmero llegaba ya a su término, un

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ómnibus arrolló a nuestro Hno. Miglierina una mañana y falleció minuitos después”, lamentaba Cairus. Eso produjo consternación, sin embargo los designios de Dios son más sabios que los de los hombres y no había que dejarse amilanar por tan duro revés. Felizmente dieron pronto con un eficiente reemplazante, el Hno. Manuel Bernhardt, quien tuvo el gusto de concluir el moderno, a la vez que sobrio y espacioso templo de Avellaneda.

El 24 de septiembre por la mañana se celebró la dedicación. Contaron con la presencia del pastor Enoc de Oliveira de la División Sudamericana, quien tuvo a su cargo la predicación, y del pastor Peverini, quien pronunció oración de dedicación. Por la tarde fue la inauguración con presencia de autoridades, tales como el señor Intendente de Avellaneda, Don Atilio Fernández, entre otros. A la hora indicada el intendente desató la cinta puesta en la puerta y la enorme concurrencia se adelantó ordenadamente hacia el templo, colmando no sólo la espaciosa nave, sino también otras dependencias, como ser el salón de actos del primer piso, por cuyos ventanales se podía presenciar la solemne ceremonia. Pese al día lluvioso, más de 800 personas integraron la concurrencia, entre las cuales había delegaciones de las iglesias del gran Buenos Aires, muchos interesados y público en general.

Antes de soltarse la cinta el cuarteto de la iglesia de Avellaneda entonó la canción “Hay una iglesia do siempre quisiera estar”. Ya en el interior siguió el desarrollo del programa cuyos números principales fueron la historia del nuevo templo, el sermón de inauguración, a cargo de pastor Peverini; la oración de agradecimiento y dedicación por el Dr. Fernando Chaij; la

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entrega de las llaves de parte del constructor, Manuel Bernhardt al arquitecto proyectista, Edgar Steger y después de un breve discurso, el paso de las llaves al pastor local, Juan Carlos Viera, quien expresó emocionado lo que significaba para él ser el custodio de esa casa de Dios. Se exhibió después una película que ilustraba algunos aspectos de nuestra obra en Sudamérica. Ese film, acertadamente contado por el pastor José Tanca.

El 25 de septiembre el pastor Japas inició un nuevo ciclo que daría lugar a un segundo cursillo bíblico. Pronto tuvieron un bautismo de 23 almas; y algunas semanas después se les unieron otras 45.

“La experiencia de Avellaneda dice a las claras que la predicación del evangelio necesita templos que nos prestigien y representen, en donde las multitudes puedan congregarse para oir de un Salvador que nos rescató y que está próximo a venir en gloria y majestad. No escatimamos esfuerzos para levantar más y mejores templos. Es una maneraa de apresurar la venida del Señor”, cerraba el presidente Cairus.

La gesta de Avellaneda fue un verdadero hito para la obra adventista en el sur del conurbano bonaerense. Hasta el día de hoy este templo se erige como uno de los mejor ubicados en la Asociación Bonaerense, situado en una zona donde un lote semejante costaría una fortuna millonaria en dólares. Este tipo de inversiones, realizadas con esfuerzo, fe y visión, se pagan por sí solas con el correr del tiempo. Una iglesia bien ubicada tiene más probabilidades de ganar almas que una escondida. Una iglesia enclavada en una dirección estratégica facilita la predicación del evangelio a las generaciones sucesivas. Por algo

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el Señor, cuando tuvo que elegir una tierra para su pueblo, lo colocó en la zona del cruce de caminos de la antigüedad. La ubicación es el primer gran paso de la predicación del mensaje por parte de una iglesia!

Hermanos que Construyen su Iglesia

El pastor Adán Mayer relata su gozo de pasar un sábado con el pastor Carlos Ayala y con los hermanos de Cuneo, Chile. “Había oído que los hermanos de este pueblo estaban construyendo un templo en pleno centro, frente a la plaza principal. Los hermanos que viven en Cuneo no son muchos, pero a su alrededor funcionan cinco grupos que periódicamente se reúnen en esta localidad, por ser el lugar más céntrico. Hasta ahora celebraban los cultos en la casa del hermano Zenón Henríquez, que es el anciano de la iglesia”, recuerda Mayer.

Todos sentían que debían hacer algo más para dar a conocer la verdad. Providencialmente consiguieron un lote; se unieron para dar cada uno una buena ofrenda, y luego salieron a pedir contribuciones a los vecinos y amigos. Gracias a Dios el templo fue iniciado. La Asociación, al ver el buen deseo de los hermanos de Cuneo, sin disponer de fondos para este proyecto, dio como estímulo la suma de 450.000 pesos chilenos cuando vio que la hermandad ya había avanzado por fe, y así el templo luego de un tiempo llegó a ser una realidad!

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CAPÍTULO IV

LA ESCUELA RADIOPOSTAL

Giras de La Voz de la Esperanza

Las giras del Prof. Braulio Pérez Marcio, orador del programa La Voz de la Esperanza eran de inmensa inspiración para sus numerosos oyentes y admiradores, que así tuvieron la oportunidad de oírlo y verlo personalmente.

Se cuenta de una gira muy bendecida de 27 días a los países de la antigua Unión Incaica —Perú, Ecuador y Bolivia—, en la que Braulio habló en público no menos de 42 veces, en auditorios de radios, teatros, salones, clubes e iglesias. Cientos de veces fue radiodifundido su nombre en forma gratuita por emisoras amigas que llamaron la atención a las reuniones en que él hablaría. En los periódicos locales aparecieron 20 artículos que daban cuenta de su visita y actividades. Además, durante su visita se inscribieron 2.213 nuevos alumnos en los cursos por correspondencia.

El Prof. Pérez inició su visita a la Unión Incaica en Quito. En el hermoso aeropuerto lo esperaba el director de la principal estación radiodifusora ecuatoriana, para darle la bienvenida. Además lo esperaban reporteros y fotógrafos de los diarios. El Sr Cevallos, propietario de la Radio Gran Colombia, emisora del programa por once años, dio mucha publicidad gratuita a las reuniones y un espacio radial abundante.

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Otra importante radio ofreció al pastor Pérez su gran salón auditórium para su reunión. También fue radiodifundido sin cargo. Llevó a cabo tres reuniones en Ambato, y como resultado se añadieron muchos nuevos alumnos a la Escuela Radiopostal.

Portoviejo fue otro de los lugares visitados. En una calurosa tarde tropical realizaron una agradable y exitosa reunión en un teatro al aire libre. Luis Rueda, el pastor local, había realizado un excelente trabajo de propaganda. Cuando el jefe de policía se enteró de que el tema del cual hablaría el pastor Pérez era: “El formidable problema de la delincuencia juvenil”, invitó a todo el personal de la repartición a asistir. A la hora de la reunión había dos o tres filas de bancos ocupados por policías.

En Chiclayo, importante ciudad norteña peruana, se había hecho abundante propaganda para las reuniones. El pastor local Elias Núñez tenía todo dispuesto. Un influyente club local había invitado a Pérez Marcio a que visitara la ciudad. Habían dado mucha publicidad al acontecimiento, y conseguido uno de los teatros más amplios para sus conferencias. La radiodifusora local prestó valiosos servicios. Quince minutos antes de la hora señalada, las calles estaban atestadas de gente; cuando se abrieron las puertas, el salón se colmó de inmediato. Subieron a la plataforma varias autoridades. El presidente del club, un médico, hizo la presentación del orador. El propio gerente de la radio presentó al pastor Pérez a los radioescuchas antes de realizar la transmisión desde el mismo teatro.

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El sábado de tarde se distribuyeron los diplomas de fin de curso a 70 alumnos de la Escuela Radiopostal. Esa noche otro club social había invitado al Prof. Pérez a hablar en su nuevo y cómodo salón auditorium. El club había realizado por su cuenta toda la propaganda, de modo que en la noche, el pastor Pérez habló ante una selecta concurrencia, y consiguió muchas nuevas inscripciones. Después de la reunión el presidente del club, que había hecho una interesante disertación introductoria a la reunión, dijo que él también era alumno de la Escuela Radiopostal, y que ya había completado dos de los cursos.

A la mañana siguiente se emprendió el viaje hacia Trujillo, tercera gran ciudad de Perú, donde se había alquilado uno de los teatros de mayor capacidad para realizar la reunión del domingo. Así se completó una gira bendecida y la siembra se acrecentó.

Por aquellos años la iglesia no tenía medios de comunicación propios, de manera que apostaba a popularizar programas tales como La Voz, empleándolos como un gran medio de siembra.

Con el transcurso de los años fueron surgiendo los medios propios de la iglesia, que tienen buena llegada a las audiencias. Sin embargo debe reconocerse que las grandes audiencias siempre están en las radios comerciales, y a ellas se debe seguir apostando por medio de programas cristianos de interés general tales como lo fue y sigue siendo La Voz de la Esperanza, o Una Luz en el Camino.

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El valor de la popularidad, vínculos públicos, e impacto social que realizaron los programas de radio adventistas en el pasado hablan a las claras de la necesidad de seguir produciendo e insertando cuñas evangelizadoras en los medios comerciales. Por algo, en la actualidad, las iglesias copan las trasnoches televisivas.

Evangelismo IntegralEl pastor Gastón Clouzet, Director de Radio de la

Unión Austral, informaba que desde el 2 hasta el 6 de diciembre de 1959 se celebró en la localidad de Víale, Entre Ríos, una interesantísima asamblea de obreros, en la cual se dio énfasis al evangelismo integral. La misma fue dirigida por el presidente de la Asociación Argentina Central, el pastor Pablo Seidl, y contó con la presencia de la mayor parte de los obreros del campo. Participaron como representantes de la División Sudamericana el pastor Enoch de Oliveira, secretario de la Asociación Ministerial, y el pastor Juan Riffel, director de Actividad Misionera. En nombre de la Unión Austral concurrieron el pastor Adán Mayer, director de Escuela Sabática y Actividad Misionera.

El espíritu de fraternidad fue realmente notable, y asimismo la franqueza con que se abordaron todos los problemas relacionados con la obra evangélica. Se los estudió a fondo, con el propósito de darles a la brevedad posible la solución más adecuada.

Las actividades comenzaban cada mañana con un culto devocional profundamente inspirador. Todas las noches se

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concluía con un servicio de predicación, a beneficio de los hermanos de la localidad y sus alrededores, como asimismo de las personas a quienes ellos invitaban. Esto era, por cierto, predicar “a tiempo y fuera de tiempo”. Una iglesia autorreferencial no puede medir sus iniciativas tan eficazmente como una involucrada de continuo en la evangelización.

El peso de las actividades recayó principalmente sobre los pastores Oliveira y Riffel, quienes hicieron hincapié en las necesidades de trabajar unidos activamente obreros, oficiales de iglesia y la hermandad toda. La iglesia tiene la inmensa responsabilidad de llevar el conocimiento del Evangelio hasta el último rincón de este mundo. Debe echar mano de todos los recursos que Señor ha puesto a su disposición.

La movilización de la iglesia siempre fue y será la preocupación de los pastores. “Se debe aprovechar con mayor amplitud y eficiencia la capacidad potencial de los miembros de la iglesia. Se debe recurrir también con mayor decisión y eficacia a la escuela sabática, los jóvenes, el colportaje, La Voz de la Esperanza, y la Escuela Radiopostal”, decían en la asamblea.

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CAPÍTULO V LA OBRA EDUCATIVA

Inauguración de la Escuela Primaria de Liniers

El pastor Jorge Iuorno relata el comienzo de la escuela primaria Mariano Moreno, de la Iglesia Adventista de Liniers, uno de los barrios de la gran ciudad de Buenos Aires. El pastor Jorge Grieve dio la bienvenida a los asistentes y la invocación fue ofrecida por Roy Brooks, secretario-tesorero de la Asociación Bonaerense. Las tres disertaciones de la ocasión fueron presentadas por los pastores Iuorno, director de educación del campo, Manuel Pérez, director del mismo departamento de la Unión y Héctor Peverini, presidente de la Unión Austral.

Estuvieron presentes algunos periodistas. Uno de ellos redactó una crónica muy exacta y fidedigna que se publicó en el diario La Razón, de Buenos Aires, del 15 de marzo. El cronista hizo resaltar diversos conceptos presentados por el pastor Manuel Pérez que realzaban los propósitos esenciales de la educación cristiana.

Algo que fue presentado en ese diario y que realmente es digno de todo encomio fue el hecho extraordinario de que los 850.000 pesos argentinos invertidos en la construcción fueron enteramente donados por los miembros de la Iglesia de Liniers. Además contribuyeron con su esfuerzo personal, ya que no se gastó un centavo en la construcción en pago de jornales o mano de obra. Cada domingo y cada día feriado, muchos hermanos, con la mejor voluntad y con el deseo de llevar adelante una

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buena obra, estuvieron presentes para realizar las diversas tareas de la construcción. Hombres maduros, jóvenes, niños y ancianos; varones y mujeres, todos colaboraron. Tomando en conjunto lo donado en efectivo y el trabajo no cobrado, el total de lo ofrendado a la nueva escuela debe alcanzar a unos dos millones de pesos argentinos. Admirable! Es un ejemplo de lo que puede hacerse cuando se aúnan los esfuerzos y se marcha desinteresadamente en busca de un alto ideal.

Aquella escuela de Liniers, si bien no perduró hasta hoy, fue la cuna de muchos buenos líderes laicos y le dio mayor estabilidad a una iglesia que fue madre de tantas otras en la zona oeste de la capital argentina y sus alrededores.

Dos Campamentos Inolvidables

El pastor Jorge Iuorno, director de Jóvenes de la Asociación Bonaerense, se encargó de organizar un campamento de menores que comprendió niños de las Asociaciones Bonaerense y Central. Un inquieto y pujante grupo de cien jovencitos pasó ocho días inolvidables. Estuvieron representados los clubes de conquistadores del C.A.P., Florida y Bahía Blanca. Los acampantes estuvieron organizados en 20 unidades, al frente de las cuales estaba uno de los niños mayores, contando también cada una con un consejero.La intensa y variada actividad desplegada desde las 6.30 hasta las 21.30, hizo que todos estuviesen bien ocupados. Cabe destacar las tres clases prácticas que se desarrollaron: trabajos con hilo sisal, papiroflexia, y pintura de cuadros sobre azulejos. Cada niño debía integrar alguno de estos grupos.

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Los dos baños diarios siempre fueron bien concurridos. La mayor parte de los niños aprendió a nadar en el campamento. La “capilla del monte” hábilmente dirigida por el pastor Adán Mayer, tocó los corazones y las mentes de los niños con lecciones objetivas. La mayor parte respondió magníficamente a las actividades espirituales y un buen número se inscribió en los cursos de la Escuela Radiopostal.

Terminado el Campamento de Menores, se dio comienzo al de Jóvenes de la Asociación Bonaerense. Los mismos cómodos autobuses que llevaron a 90 jóvenes acampantes, trajeron de regreso a los menores.

En el llamado “día de la carpa”, todos pusieron particular interés en presentarla de manera especial. Plantas, flores, y piedras pintadas al frente, así lo indicaban. Algunos escribieron la palabra “Bienvenidos”, con piedra menuda, otros con flores y una tribu lo hizo con bombones que lucían en lo alto de la carpa. Los jóvenes jefes de unidades acompañaron en la inspección de las carpas de las señoritas y viceversa.

Los cerros circundantes más elevados se vieron de pronto invadidos por una falange juvenil inquieta de nuevos horizontes. La participación del pastor Francisco N. Siqueira, director MV de la División Sudamericana, durante los primeros días en la hora de la “capilla del monte”, fue de inspiración para todos los jóvenes.

El último sábado del campamento y ante una invitación para que se entregasen al Señor los que aún no lo habían hecho, quince jóvenes respondieron pasando al frente. Ante una

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invitación para prepararse para el servicio de la causa, 18 jóvenes manifestaron interés en asistir a un colegio adventista, 8 pidieron ingresar en el colportaje, y otros esperan hacer el curso de enfermería en nuestro sanatorio.

Como se destaca en el informe del pastor Iuorno, los campamentos de jóvenes se proponían elevar la espiritualidad de ellos y motivarlos al servicio y a la educación cristiana. El futuro de una iglesia fuerte siempre depende de esto!

La Obra Educativa en la Asociación Bonaerense

El pastor Jorge Iuorno relataba que “por muchos años el Instituto Florida y las escuelas primarias de Bahía Blanca y Florida fueron las únicas expresiones de la obra educativa en la Asociación Bonaerense”. Los hermanos sentían la angustiosa necesidad de “extender las estacas” y de ampliar la esfera de acción en favor de los niños y los jóvenes.

El año 1960 se trasladó la escuela de iglesia de Florida a las dependencias actuales, y se ofreció así a seis iglesias la posibilidad de enviar a sus hijos. Se adquirió un ómnibus para el servicio escolar y se contrató adicionalmente otro, por lo cual muchos niños que vivían distantes de la escuela, pudieran disfrutar de sus beneficios.

En 1961 se construyeron dos hermosas aulas para la escuela de Florida, las cuales constituyeron parte de un proyecto mayor, ya que las mismas aulas que se usaban por la mañana para los cursos secundarios, se usarían de tarde para los

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primarios. Fueron bien y sólidamente construidas. El autor de estas páginas comenzó allí sus estudios primarios. Además se incorporó una sección de jardín de infantes que está siendo debidamente equipada.

En 1962 se adquirió un segundo ómnibus para la escuela de Florida, con lo cual se atendió toda la movilización de los alumnos sin depender de ayuda de afuera.

El Instituto Florida experimentó un animador crecimiento llegando a 200 alumnos en la sección secundaria, los cuales sumados a los 300 de la primaria, la hacen la segunda institución de la Unión Austral por el número de sus alumnos.

De otras partes de la asociación llegaban pedidos de nuevas escuelas, y con el tiempo fueron surgiendo más colegios en Los Polvorines, Morón, Avellaneda, Mar del Plata y Balcarce.

Piedra Fundamental en Urdinarrain

Daniel Feder relataba que la escuela de la Iglesia de Urdinarrain era una de las primeras, si no la primera, de las escuelas adventistas de la Unión Austral. Empezó a funcionar en 1903 con 17 niños, bajo la dirección del maestro Jorge Schimpf, en una habitación que Enrique Koch (padre) puso a disposición de la misma. En 1908 se construyó un aula en un terreno donado por David Schimpf, que sirvió también de capilla para las reuniones de la iglesia. En 1915 fue ampliado, añadiéndose también algunas comodidades para los maestros.

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Durante 54 años este viejo edificio sirvió a la escuela de Urdinarrain. Deteriorado por la acción del tiempo, la iglesia resolvió construir un edificio nuevo. Se colocó la piedra fundamental al lado del nuevo templo que acababa de ser inaugurado, sobre el terreno donado por Enrique Koch (hijo). Para ese acto se había preparado un interesante programa con la presencia del primer maestro de la escuela, Jorge Schimpf, y varios otros maestros que habían enseñado en la misma. Se hallaban también presentes los pastores Juan Riffel de la División Sudamericana; Héctor Peverini, de la Unión Austral; José Tabuenca, director del Colegio Adventista del Plata; Andrés Riffel, de la Asociación Puerto Rico de la Unión del Caribe, América Central; Pablo S. Seidl y Benito Kalbermatter, presidente y secretario-tesorero de la Asociación Argentina Central respectivamente, y varios pastores y obreros de la asociación.

El acto se inició con el izamiento de la bandera nacional por los alumnos de la escuela y el canto del himno nacional dirigido por el profesor René Chaskelís y coreado por la congregación, compuesta por los hermanos de Urdinarrain, representantes de varias iglesias de Entre Ríos, y muchos vecinos de la escuela. Acto seguido el pastor Peverini elevó una ferviente oración al Gran Maestro, rogando su bendición para el nuevo edificio. En seguida la congregación se reunió en el nuevo templo donde el acto continuó con el sermón del pastor José Tabuenca sobre el imperativo de la hora, es decir un cristianismo real y práctico, y la influencia que tiene la educación cristiana para conseguir este objetivo.

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Luego fue presentada la historia de la escuela y entonces le fue entregado al primer maestro Jorge Schimpf un ramo de flores por las dos maestras actuales, las señoritas Elena Vito y Dora Krumm, lo cual él agradeció con emotivas palabras que conmovieron a la congregación. Hablaron también los pastores Godofredo Block, segundo maestro, y Justo Vallejos que fue también maestro de esa escuela. Subieron a la plataforma varios alumnos del maestro Jorge Schimpf y de Godofredo Block, y el Dr. Enrique Schimpf, de Buenos Aires, dio un conmovedor discurso sobre las ventajas de la educación cristiana, diciendo sin titubear que allí en esa escuela de Urdinarrain, dirigida por el maestro Justo Vallejos, él recibió la inspiración de ser un médico misionero.

El acto culminó con la colocación de la piedra fundamental del nuevo edificio escolar. El maestro Jorge Schimpf, de 92 años de edad, quien cavara los cimientos del aula erigida en 1908, colocó la piedra fundamental ante el aplauso de todos los presentes.

La nueva escuela fue edificada frente a una ruta, en el centro de una próspera colonia agrícola y ganadera, sobre un terreno elevado que permitía verla desde muchos kilómetros de distancia.

Toda esta fiesta relacionada con ese acto, y la inauguración del nuevo templo el día anterior, terminó con una reunión realizada por la noche en el nuevo templo. Ante la concurrencia de unas 700 personas, venidas mayormente del vecindario, se proyectó una película sobre la obra adventista en Sudamérica, que fue muy apreciada por el público. Esta fue la

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culminación de tres días de verdadera fiesta para la iglesia de Urdinarrain, que reavivó la llama de entusiasmo y fe en los corazones de todos, para la realización de la gran tarea evangelizadora confiada a su pueblo por el Gran Maestro.

Las escuelas adventistas han cambiado con el tiempo. De ser la cuna misionera de muchos alumnos han pasado a ser una manera de alcanzar a las personas no adventistas con el mensaje, debido a la gran cantidad de alumnos que asisten ante las dificultades de la educación pública.

Esta obra, si bien abre posibilidades notables para la predicación del mensaje, licúa los propósitos originales de la educación cristiana: formar a los hijos de la iglesia y prepararlos para el servicio. Los dilemas económicos que afronta toda escuela no dejan demasiado margen: no hay tantos alumnos adventistas como para mantenerlas si no fuera por la matriculación de alumnos de fuera de la denominación.

En este sentido, el factor clave pareciera ser la calidad del personal docente de las escuelas. Su compromiso misionero y con la iglesia es el ancla final y definitiva que marca el rumbo de la escuela o colegio. Cuando estos son débiles, el andamiaje de la escuela empieza a crujir. Más que nunca podemos afirmar que, después de todo, el currículo de clases es el maestro.

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CAPÍTULO VI CLÍNICAS EN LA MISIÓN

Una Obra Silenciosa

El pastor Justo J. Vallejos, antiguo capellán del Sanatorio Adventista del Plata, relataba la afluencia de muchos pacientes a la institución.

Vallejos y una instructora bíblica visitaban todas las habitaciones, salvo aquellas en las cuales se estaban haciendo tratamientos en ocasión de la visita.

Se distribuían publicaciones adventistas entre los pacientes, y su lectura alentaba las inquietudes espirituales que facilitan una conversación amena, la cual con frecuencia terminaba en estudios bíblicos.

El pastor Vallejos contaba que una señora de la ciudad de Buenos Aires llegó entre los muchos pacientes de un día; y favorablemente impresionada, elogió el sanatorio. Le parecía que se hallaba en un mundo diferente; veía en los médicos, enfermeros y empleados, rostros felices; su trato cordial y cortés le infundió confianza y paz. No conocía la institución, pero su ambiente acogedor suprimió sus temores, tuvo fe en su recuperación y se sintió en casa.

La señora de nuestro relato pronto manifestó interés por conocer más y mostró disposición al diálogo. Esta circunstancia permitió al médico, a la instructora y al capellán a profundizar en los temas espirituales. Ella esperaba ansiosa el momento de la

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entrevista, teniendo siempre a flor de labios preguntas que revelaban sus inquietudes espirituales y su interés.

La instructora bíblica dio un estudio a una compañera de pieza de la señora nombrada y ella participó gustosa de dicho estudio; desde entonces hasta ausentarse ya recuperada de la institución, recibió unos 16 estudios bíblicos, y al llegar al tema del bautismo, expresó su anhelo de bautizarse y pertenecer al pueblo adventista.

Al retirarse del sanatorio se la puso en contacto con una instructora bíblica del lugar de su residencia y con el pastor de la zona; luego se le escribió particularmente y confirmó su deseo de ser bautizada.

“Algún tiempo después recibimos con alegría la feliz noticia de su bautismo. Hoy se goza en la bendita esperanza del regreso en gloria de nuestro Salvador, y su hija, María Cristina, recién bautizada, se prepara en el Colegio Adventista del Plata para llegar a ser una misionera en la gloriosa causa del Señor”, culmina con gozo Vallejos.

Es probable que Dios “enferme” algunas personas solo para que sean vinculadas con nuestros sanatorios. Aunque en algunos países del mundo los hospitales adventistas no se diferencien mucho de los seculares, hay una obra notable que hacer en nuestros sanatorios, como en cualquier institución de salud.

Nuestra iglesia, por ser minoritaria, siempre llega última. Lo importante es que aunque tarde llegue. Así como ha crecido

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la obra en las cárceles debe crecer la obra en los hospitales, continuamente visitados por otras iglesias.

Recientemente dos de mis iglesias decidieron entregar libros en los hospitales cercanos, y la experiencia fue tan feliz que decidieron repetirla de manera periódica.

Considerando que cada iglesia tiene previsto el ministerio de salud, mayormente ocupado en los cursos dados por la iglesia, sería de gran valor que se nombraran capellanes voluntarios y permanentes, que trabajaran y contactaran interesados al menos una vez a la semana en los nosocomios de la zona. De esta manera, con continuidad y seriedad, muchos podrán alcanzar la fe en medio de su dolencia.

Sembrando Para el Señor

El Dr. Rubén Pechero, siendo médico de la clínica adventista “Good Hope” en Lima, Perú, relata que dos almas fueron sepultadas en las aguas bautismales, tras aceptar a Jesús como su Salvador.

Una de estas personas fue Víctor Galarza. Conoció las verdades evangélicas desde sus primeros años, pero las rechazó en muchas oportunidades; aunque Dios en su gran amor siempre lo atrajo. Poco antes de su conversión sufrió un terrible accidente automovilístico, a raíz del cual tuvo que someterse a varias intervenciones quirúrgicas. Mientras estuvo en su lecho de dolor dispuso de tiempo para recapacitar y decidir entregar su vida al Señor, al cual tantas veces había defraudado. Así fue como aceptó al Salvador.

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Pero este acontecimiento no vino solo, pues siete personas que presenciaron el acto bautismal fueron conmovidas por el Espíritu Santo y han decidido prepararse para seguir el ejemplo del Hno. Galarza.

Otro caso interesante fue el de la señora Angelina Garnet, quien ingresó como paciente en la clínica. Así ocurrió nuestro primer contacto. Esta amistad evangélica con el personal de la institución se fué estrechando cada vez más hasta que, al volver a su casa, restablecida, prometió asistir a las reuniones en la iglesia. La Hna. Garnet cumplió su promesa, y durante más de un año asistió fielmente a la escuela sabática. Tomó los estudios preparatorios y decidió pertenecer al pueblo de Dios. A causa de su avanzada edad se la bautizó en la misma clínica, lo cual dió lugar a una sencilla y emocionante ceremonia.

Rubén Pechero concluye estas menciones diciendo que “no siempre podemos ver el fruto de nuestros esfuerzos, y a veces creemos que la siembra ha sido improductiva; pero la promesa del Señor es: “Mi palabra no volverá a mí vacía”. Confiados en esta promesa sembramos la buena simiente sin saber qué parte de ella fructificará. Estos dos ejemplos muestran cómo el Señor busca a los suyos y los lleva al conocimiento de su verdad”

También relatan de una paciente desahuciada por los médicos, que se internó en esta clínica limeña. Agotados los recursos humanos, su caso era desesperado. “Pero también le hablamos acerca de Jesús y de la gran esperanza de la vida eterna. La enferma aceptó las buenas nuevas. La retiraron de la

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clínica, pero no la abandonamos; la visitamos con frecuencia, estudiamos la Biblia, cantamos con ella, y oramos. Su fe la reconfortó y le dió resignación para soportar el último trance. Descendió al sepulcro plenamente convencida de que Jesús la había aceptado como su hija”. Los médicos que predican y los pastores que ayudan a sanar son los más efectivos en sus respectivas áreas!

Un caso más es el de un señor a quien se creía desprovisto de todo interés en la religión. Sin embargo, fue grande la sorpresa cuando uno de nuestros misioneros, al visitar una zona apartada, encontró a esta persona compartiendo lo que había aprendido, con otras siete personas. Lo que más conmovió fué saber que estaba reuniendo dinero para construir un templito en ese lugar!

La buena obra que realizara el capellán de la clínica, el pastor Francisco Piro, y la cooperación del Hno. Oreste Biaggi, quien abrió una escuela filial, hizo de la Clínica Good Hope una fuente de salud física y espiritual por aquellos años.

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CAPÍTULO VIILA OBRA DE LOS COLPORTORES

Formando Colportores

Por esos días se celebró un curso de colportaje donde se notó mucho entusiasmo entre los alumnos. Treinta y siete estudiantes decidieron servir al Señor durante las próximas vacaciones escolares por medio déla distribución de publicaciones. Fue muy animador ver a ocho señoritas preparándose para luchar por medio del colportaje a favor de la causa que aman.

La dirección y el personal docente del colegio colaboraron muy eficazmente para que el curso fuera todo un éxito. En determinadas reuniones participaron los administradores de la Asociación Chilena del Sur, pastor Carlos Ayala, presidente de la asociación, y el tesorero, Hno. Belarmino Torres. Los directores de colportaje de la Asociación Central Norte de Chile, Benoní Saavedra, con su ayudante, Sergio Morales, y Pedro Pereira, de la Asociación Chilena del Sur, se conquistaron la simpatía de los alumnos en tal forma que hicieron que ese curso fuera muy provechoso.

Terminado el curso de los alumnos colportores en el Colegio de Chillán, se desarrolló el curso para los colportores regulares. Ocho colportores y dos colportoras asistieron a dicho curso, entre ellos el colportor de la segunda ciudad más austral del mundo, el Hno. Amoldo Vázquez. El Hno. Vázquez trabajó con mucho éxito en Punta Arenas; cerca del estrecho de Magallanes, ciudad que en ese entonces rondaba los 50.000

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habitantes. “De esta manera los confines de la tierra eran alcanzados por nuestras publicaciones, de acuerdo a la promesa del Señor hecha a su sierva, la Hna. White, de que el mensaje contenido en nuestras publicaciones circuiría toda la tierra”.

Anunciado En Un Sueno

En la Asociación Argentina Central un colportor presentaba su libro a un oficial de la policía, cuando éste lo interrumpió se levantó, lo abrazó y le dijo:“Hace un tiempo tuve un sueño en el que vi a un ángel que me dijo que pronto me visitaría un maestro de la Biblia para enseñarme la verdad. Y o soy católico, pero por mucho he buscado a Dios”. El policía recibió estudios y al poco tiempo había interesado en el mensaje a cuatro familias.

Incidente Animador

El pastor Delfín Gómez, director de Publicaciones de la Unión Austral, relata que “estábamos sentados con el hermano Daniel Arn, su esposa y el colportor José Garzón, en un banco del Rosedal de “El Prado”, en Montevideo, esperando la salida del barco nocturno que me conduciría a Buenos Aires. Como sucede siempre que se reúnen dos o más colportores, comenzamos a relatar incidentes acaecidos en nuestra obra del colportaje. Uno, referido por el hermano Arn, llenó nuestros corazón de gozo al comprobar cómo Dios dirige y protege a sus hijos.

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Arn relata que “el último verano en que colporté como alumno, regresaba de Necochea y Tres Arroyos en un Ford T, feliz y agradecido a Dios por haber ganado dos becas ese verano. Parecía que mi Ford venía muy cansado; tres cubiertas estaban tan gastadas que debía andar despacio y con mucho cuidado, y la cuarta estaba mejores condiciones.

Poco antes de llegar al G Buenos Aires encontré en una numerosos automóviles y camiones estacionados al costado de la ruta. Inesperadamente apareció en sentido contrario al que yo llevaba un auto de carrera que avanzaba toda velocidad. Sin pérdida de tiempo lancé mi Ford contra uno de autos estacionados, pero ni así pude salvarme del desastre. El auto de carrera pasó como un bólido al lado, rozándome la punta del tren delantero, pero eso fue suficiente para destrozar mi Ford, que quedó con el radiador humeante descansando en el suelo.

Felizmente Daniel salió ileso, y más allá de las ocasionales pérdidas pudo ser preservado para un largo y fructífero ministerio. Fue director de publicaciones, presidente de asociaciones, y luego de jubilado visitaba las iglesias del país con su camioneta, acercándoles publicaciones de la Casa Editora. De esta tarea, luego del fallecimiento de Daniel, pasó a ocuparse el pastor José Luis López, dependiendo directamente de la editorial. Gracias a la visión del incansable pastor Arn hoy las iglesias de todo el país pueden contar cada año con las novedades editoriales que alimentan la fe de la iglesia.

Progresos en Necochea

El pastor Humberto Cairus, presidente de la obra en Buenos Aires, compartía la alegría del grupo de Necochea

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cuando el día 29 de abril descendieron a las aguas bautismales cinco almas, quienes por ese acto sellaban su pacto con Dios resueltas a ser fieles a las verdades salvadoras hasta el fin.

En esa localidad estaba destacado el colportor Lino Miguel Ferrero, quien preparó a estas personas en el conocimiento del Evangelio. Es digna de señalar la labor misionera de dicho colportor. No pudo conformarse con ver que tenían interés en el conocimiento de las Escrituras, sino que tomó tiempo e invirtió recursos hasta ver su obra terminada. Cuatro de los bautizados fueron interesados por él; y una señorita profesora de piano había sido interesada por los esposos Gedovich. Ferrero entonces les dio todos los estudios a los cinco y los preparó bien para la ceremonia.

Como había inconvenientes para encontrar un lugar adecuado para realizar el bautismo, Lino construyó él mismo un bautisterio en el patio de su casa, donde pudieron llevar a cabo la ceremonia en un lugar que ofrecía el marco apropiado tanto para la administración del rito como para la predicación y llamamiento después del bautismo, al cual respondieron varios interesados presentes quienes exteriorizaron su anhelo de unirse también a la iglesia en un próximo bautismo.

Como Ferrero realizaba su trabajo en automóvil, mayormente en el campo y pueblos pequeños, cosechaba buenos interesados, algunos a más de cien kilómetros de distancia de su casa, a quienes sin embargo visita periódicamente.

En varios lugares los colportores son las columnas de las iglesias que se incian, como se ve en la experiencia del hermano

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Ferrero en Necochea. Ellos dirigían los cultos y preparaban personas para el bautismo hasta que iba surgiendo lentamente el liderazgo local.

Así como Pablo, Prsicila, Aquila y otros penetraron las ciudades como fabricantes de tiendas, los colportores, siendo obreros de sostén propio, pueden hacer lo mismo con un plan paciente, de largo plazo. Esta tarea merece el mejor apoyo de parte de la iglesia, porque se asemeja a la obra que realiza el evangelista o el pastor distrital.

“Veo Algo Raro En Usted”

El siguiente caso inusitado le aconteció al veterano colportor Teodoro Rodríguez Velázquez en Rosario. En una de sus entrevistas, una señora le dijo:—Veo algo raro en usted.— ¿Qué ve, señora? Veo una luz morada en su frente. ¿Es usted religioso? —Sí, señora. Soy adventista. Yo también soy religiosa. Voy a una escuela espiritista. Allá mi maestro tiene una luz blanca sobre su frente.

La señora se suscribió a nuestra revista. Un tiempo después, el colportor volvió a visitarla, y ocurrió un incidente providencial. Ella le preguntó: —¿Qué me trae en su cartera? —Este hermoso libro, Palabras de Vida del Gran Maestro.—Ya sabía que me traería ese libro. Soñé que usted me lo traería. Ahora veo otra luz en usted, veo una luz superior, una luz blanca. Y en mi maestro veo una luz oscura. —Esa luz que usted ve en mí, es la luz del cielo; por eso usted la ve brillante. La otra luz no es de Dios.

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La señora compró el libro y poco después se unió a la iglesia verdadera.

Ganó 141 Almas

Uno de los casos más notables de almas ganadas por un colportor lo protagonizó Edilberto Muñoz, quien trabajó en el norte del Perú, en regiones altas, frías y peligrosas, y también en zonas bajas y cálidas.

Muñoz encontró varios grupos de reformistas y cabañistas que nunca habían sido miembros de nuestra iglesia. Muñoz buscó a esas ovejas esparcidas, les dio estudios, tuvo reuniones con ellos, y los persuadió de que la Iglesia Adventista es el verdadero pueblo de Dios.

Primero se bautizaron 20 de esas almas. Un año despuúes se bautizaron 28 más. Al tercer año se bautizaron otras 48 personas de esos grupos. A inicios de los 60 el director del distrito anunció que 45 personas más estaban listas para ser bautizadas en breve. En total, 141 almas ganadas en tres años a consecuencia del trabajo del Hno. Muñoz!

Lo que realza más este admirable resultado es que Edilberto Muñoz asistió sólo tres años a la escuela primaria. Hacía diez años que colportaba. En ese tiempo continuó estudiando, y la escuela del colportaje le desarolló en gran manera.

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Edilberto Muñoz, además de vender libros que llevan el mensaje de la salvación, da estudios bíblicos en los hogares con solidez, y sabe demostrar las verdades bíblicas con elocuencia. Hace poco un predicador graduado decía de el: “Quien me enseñó cómo hacer obra misionera fue el Hno. Muñoz”.

Nicolás Chaij, director de Publicaciones de la División Sudamericana, señalaba que “este es el maravilloso privilegio que goza el colportor. Al trabajar en esta obra con amor, desarrolla sus facultades, gana almas, se llena de gozo y se prepara para el cielo. Esa es verdadera educación. “Ve, y haz tú lo mismo” (Luc. 10: 37).”

Cuando los colportores trabajan con continuidad son desarrollados de manera notable. Día a día trabajan bajo la directa influencia del Espíritu Santo y llegan donde pocos lo pueden hacer. La intrepidez de aquellos valientes colportores del pasado es digna de admiración y de mayor estudio, de modo que los nuevos colportores regulares y estudiantes sean motivados por el verdadero espíritu misionero del ministerio de las publicaciones.

Ayuda Especial en las Entregas

En septiembre de 1960, un colportor entregaba sus libros en Valparaíso, Chile. Estaba admirado al ver que todos los recibían sin objeción, cuando generalmente solía entregar apenas la mitad de sus pedidos. Cuando entregaba la última colección que tenía, la señora de la casa le preguntó:—¿Cómo le ha ido en la entrega?—Muy bien —respondió él.

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—¿Por qué no vino su compañero también aquí? —agregó la señora.—Ando solo —le dijo el colportor.—No, yo vi a su compañero. Iba con usted y dobló en esa esquina.

El colportor quedó impresionado y reconoció que el ángel de Jehová acompaña a los que le sirven, y coopera con sus mensajeros.

Incidentes como estos nos hacen ver la importancia especial del ministerio del colportor, el obrero adventista de mayor contacto con el público secular. Ante una tarea tan exigente, siempre la ayuda divina es mayor.

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CAPÍTULO VIIILA OBRA DE LA RECOLECCIÓN

Un Arte Olvidado

Un testimonio destaca la entrevista con un señor industrial a quien en otra oportunidad se le había obsequiado un número de Vida Feliz■ Al presentarle el informe de la obra filantrópica y pedírsele un donativo, respondió: ‘Estamos pasando por un período muy crítico en la industria, pero convencido de la importancia de la obra que ustedes realizan, le daré mi donativo; además deseo suscribirme a la revista Vida Féliz- En lo futuro eliminaré todas las donaciones, pero la Obra Adventista siempre recibirá mi aporte’. La recolección era la santa excusa para vincularse con gente pudiente, comerciantes y empresarios, haciéndoles llegar las publicaciones adventistas y pidiendo la colaboración para diferentes proyectos asistenciales.

El hermano Valentín Bao, director misionero de la Iglesia de Flores, declaraba que “la recolección ha resultado de estímulo y ánimo para todos. Particularmente nunca he sentido tanto gozo, no sólo por haber participado en la campaña sino por el entusiasmo y espíritu de colaboración puesto de manifiesto por todos los miembros. Esperamos el año próximo hacer un esfuerzo por duplicar lo alcanzado”.

Las nociones de esfuerzo y superar objetivos eran permanentes en los informes adventistas de inicios de los 60. La hermandad abrazaba desafíos, los alcanzaba, y se gozaba en esos logros, cual hacía crecer la fe de la iglesia en plantearse mayores objetivos. Esta especie de círculo virtuoso de la obra es digno de

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ser recuperado, no solamente porque estimula la misión sino porque desarrolla a la iglesia.

El hermano Daniel González, de la Iglesia de Palermo, alentaba a los miembros con su ejemplo, logrando así que la iglesia realizara un buen trabajo. El reunió la suma mayor entre los hermanos laicos de la asociación, y decía: “Este año he tenido más de cien entrevistas en relación con la campaña. Lo más admirable es la manera como me ayudó Dios a recolectar $ 10.045,00 pesos. Algunos donantes me recomendaron visitar a dos personas a quienes no tenía planes de ver, y como resultado de esas visitas conseguí más de $ 3.500,00. Me siento feliz de haber comprobado la ayuda tan evidente de Dios. Espero la próxima campaña con deseos de recolectar el doble”. Como se nota, el contagio provenía de pastores a miembros y de los mismos miembros entre sí.

El hermano Lipton Block, siendo un dinámico director misionero de la Iglesia de los Polvorines, contaba lo siguiente: “Al visitar a un proveedor de mi fábrica y presentarle la obra filantrópica que realizan los adventistas me dió una contribución de varios miles de pesos y me preguntó si era suficiente; le agradecí su buena voluntad y pienso para el año próximo pedirle el doble. Ya estoy haciendo planes para 1960. Visitaré a mayor cantidad de comerciantes voy a cooperar con mil pesos’. Espero con la ayuda de Dios realizar mejor trabajo en la siguiente campaña”. La misión y la recolección estaban unidas, porque una era la excusa para la otra!

Alfredo Biaggi, miembro de Iglesia de Florida, nos

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cuenta de su visita a un señor, y que al solicitarle una donación se sonrió y me dijo: “Hace pocas noches los ladrones entraron en mi casa y mientras los miraba sin poder hacer nada se llevaron de la caja fuerte $ 50.000,00 que allí tenía. Ahora viene usted a solicitar dinero, pero le daré le con gusto, porque los adventistas realizan una obra extraordinaria”. Biaggi culmina su testimonio diciendo: “Creo que la Recolección ha sido inspirada por Dios, y me siento contento de haber participado en esta bendita tarea. Espero el año próximo hacer nuevamente mi parte para reunir fondos y llevar almas sinceras a los pies de Jesús”.

Los adventistas eran muy conocidos por su obra, pero esa obra se promovía de la mejor de las maneras: la visita personal. Aunque hoy los medios virtuales y de comunicación tienen su importancia, jamás reemplazarán la calidez y la efectividad de la visita personal.

El hermano Francisco Spadavecchia, miembro de la Iglesia de Valentín Alsina, resultó ser el “héroe” de la campaña. Era un hombre sencillo, que no sabía leer ni escribir, pero de un empuje extraordinario. “Visité en total 300 personas. Ocupé 28 talonarios y extendí 280 recibos. Pedía a los donantes que me hicieran el favor de llenarlo, pues no sé escribir”. Nadie se excusaba de participar. La misión tenía protagonistas de todo lugar y condición, pero con la misma pasión de extender promover y extender el mensaje adventista por todos los medios posibles.

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Una Ciega Recolecta en el Casino

El pastor Santiago Bernhardt, antiguo departamental de la Misión de Cuyo, relató de la hermana Mercedes Tello, muy apreciada miembro de la Iglesia de Mendoza. Desafortunadamente sin vista, vio en las tinieblas luz. Antes de iniciarse la campaña de la Recolección en la Misión de Cuyo, y como era de costumbre en las iglesias, se fijaron blancos individuales a los miembros. Cuando los hermanos salieron con entusiasmo para recolectar con los informes, o con las ya tradicionales alcancías callejeras, nuestra hermana. Mercedes decidió pedir ayuda en un lugar poco habitual: el casino!

Hizo llegar al gerente del casino una nota escrita, firmada y sellada, de parte de la Misión, donde se exponía el motivo de la recolección. Esta nota pasó al Ministerio de Hacienda de la provincia para su visación. De antemano, solicitó al pastor Isaías Ramos que le hiciera confeccionar una alcancía bastante grande.La Junta Misionera de su iglesia le había propuesto juntar cien

pesos. “¡Cien pesos! Pero sentí que podía y debía hacer mucho más, aunque al entrar en el casino, ya tenía más de $ 500,00 recolectados entre mis amistades”. Así que Mercedes decidió proponerse ni más ni menos que 30000 pesos!

“Junto a dos hermanas jóvenes de la iglesia, pedimos en oración al Señor para que tocara los corazones de los hombres que fluían al casino. Fue tal el éxito y la alegría nuestra, que no sentimos el cansancio ni el sueño, a pesar de haber estado en el casino desde las 20 hasta las 2.30. de la madrugada”, contaba la hermana Tello.

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Al llegar a la casa del hermano Belarmino Torres, tesorero de la Misión, a contar el dinero recaudado la alegría y satisfacción fueron aún mayores, porque había alcanzado la suma de $ 4.000. Un buen policía las custodió hasta llegar a la casa.

Las noches siguientes el numeroso público que afluía al casino, donó a la Obra Filantrópica y Asistencia Social Adventista la suma de $ 30.000,00, el blanco ideal que se había propuesto Mercedes, lo cual obtuvo a lo largo de un mes, yendo 5 noches a la semana.

Agradecida por este logro de fe, la hermana Tello contaba estar “muy agradecida a mi Señor Jesús, por su ayuda y misericordia. Y a mis hermanos quiero decirles que todos podemos trabajar en la viña del Señor cuando queremos colaborar en esta obra tan noble, que sin duda los mismos ángeles quisieran hacer, pero no les está permitido, sino a nosotros seres finitos, en quienes el Padre se complace. Tengamos más fe y confianza en Dios, que él nos hará fuertes y consagrados”.

Relatos como estos dejan ver el sentir de la iglesia hace más de medio siglo. Fe-metas-esfuerzo hasta alcanzarlas- testimonios de gratitud a Dios por su ayuda-metas mayores a ser alcanzadas. Tal era la secuencia de un círculo virtuoso que se experimentaba en muchas iglesias.

Además se animaba a que todos participaran, ancianos, niños, sanos y discapacitados.

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La iglesia actualmente promueve la masiva participación de todos por medio de la distribución anual de millones de libros, inspirados en la orden profética de esparcirlos como “hojas de otoño”. Pero debe reconocerse que la fe es exigida mucho más cuando se establecen blancos concretos para cada miembro e iglesia, y se estimula a alcanzarlos.

Aunque en la actualidad colocar blancos pueda provocar rechazo en algunas personas, bien propuestos y definidos pueden resultar en las mismas bendiciones pasadas. Una iglesia que avanza debe tener fe para trazar metas y esfuerzo para alcanzarlas. Esto también es parte del discipulado cristiano.

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EPÍLOGO

Al visitar los registros y noticias de los avances adventistas a inicios de los 60 surge un sentimiento de sana envidia. Se envidia el espíritu de sacrificio, la visión, la capacidad de fijarse metas altas y alcanzarlas, y el deseo de renovar los desafíos para dar mayor gloria de Dios.

No creemos que todo tiempo pasado deba ser mejor. De hecho, según Proverbios 4:18, la senda de los justos va en aumento, “como la luz de la aurora”. La iglesia hoy en día cuenta con ventajas que no tenía hace 50 años, pero a la vez lucha con un mundo cada vez más complejo y apático. Ante la sobreabundancia del pecado sobreabunda la gracia de Dios para enfrentar los desafíos nuevos de un tiempo nuevo.

Lo que resulta alentador es que el mismo Dios de los adventistas del 60, de los del siglo pasado, y de los apóstoles, es nuestro Dios. Los tiempos cambian, la iglesia cambia, pero El no cambia. Su bendición especial sigue alcanzando a los que evidencian en sus obras la fe que Dios les merece.

En última instancia, en 1960 o en 2015, conforme a nuestra fe nos será hecho. Si seguimos creyendo que la Iglesia Adventista es la verdadera, que tiene la verdad para este tiempo, y que si no estamos en la verdad estamos perdidos, como lo creyeron nuestros hermanos de hace medio siglo, debe pasar en nuestro medio algo parecido a lo que pasó entre ellos. Y sin duda que pronto pasará, con los que reaccionemos a tiempo!

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SUPLEMENTO FOTOGRÁFICO

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Asistencia a uno de los cursillos bíblicos semanales en la Iglesia de El Porvenir, Lima.

Conferencia dada por el pastor F. Piro, capellán de la Clínica de Lima

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Conferencia impartida por el pastor Salim Japas

Bautismo realizado en Necochea por el pastor H. Cairus, en un bautisterio construido por el colportor Lino Ferrero en el patio

de su casa

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la dinámica evangelizadora adventista a inicios de los ‘60 · decide a asaltar la fortaleza del...

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