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La dimensión cultural de Ia integración en Centroamérica en Ia década dei 90 RafaelCuevas~olina* Dos aspectos acotan Ia visión sobre Ia cultura en el discurso oficial in- tegracionista: Ia de Ia unidad y Ia dei multiculturalismo. La segunda ha hecho acto de presencia en Ia era de Ia globalización, cuando Ia dinámica mundial ha puesto de relieve Ia existencia y Ia práctica de múltiples iden- tidades que se encuentran sujetas en el contexto de Ias culturas naciona- les. La primera, sin embargo, ha caracterizado cierto discurso centro- americano que apela ai pasado (cuando Centroamérica constituía una sola unidad administrativa), sin que logre concretarse efectivamente en su presente. Textos anteriores, incluso, ai proceso de integración centro- americano que se inicia a finales de Ia década de 1950, reca1can sobre este concepto.1 N o parece haberse encontrado, no obstante, Ia forma como se concre- ta Ia relación entre 10di verso y 10 común a toda Centroamérica, aunque el secretario general de Ia Coordinación Educativa y Cultural Centroameri- cana (SECC), Marvin HelTera Araya, considere que "hay consenso en que Ia unidad es posible en Ia diversidad".2 Se han realizado, sin embargo, esfuerzos en esa dirección. Algunos de los principales proyectos impul- sados por Ia CECC tienen como horizonte Ia construcción de una visión integral dei istmo. Sólo a manerade ejemplo nos referiremos a algunos que consideramos de los más importantes: 1) Texto Historia deZ Istmo Centro- americano, concebido en el afio 1994 en Ia XIV Reunión Ordinaria de Ia CECC3 y perseguía "forjar una conciencia ciudadana centroamericana en el contexto de una sociedad unificada de cara aios desafíos que demanda el desarrollo sostenible y Ia convi venci a pacífica con otros pueblos y nacio- nes".4 Con un primer tiraje de 220000 ejemplares5 que vieron Ia luz, en su primera impresión, en el afio 2002. 2) Festi vales de Ia Fraternidad Centro- americana. En 1995 se aprobó6 caracterizar ai mes de septiembre como Mes de Ia Fraternidad Centroamericana y realizar, simultáneamente en to- dos los países de Ia región, Festi vales de Ia Fraternidad Centroamericana, Director de Ia Maestría en Estudios Latinoamericanos de Ia Universidad Nacional de Costa Rica. Correo electrónico: [email protected] No se trata sólo de textos. Múltiples documentos recogen esfuerzos realizados en esa dirección. Véase un compendio de los más importantes elaborado por Guillermo Trabanino en ellibro titulado DoclImen- to~'de Ia Unión Celltroamericana; en http://www.sgsica.org/centrodoc/libros/union/index.php, quedata deI afio 1956. Marvin HerreraAraya: "Presentación" en NlIestras artaanías, Coordinación Educativa y Cultural Cen- troamericana -Secretaría General-, Serie Culturas Populares Centroamericanas, San José; 2001, p. XI. Resolución CECC/RM(O)PAN-94-RES-007. "Breve resefia histórica sobre Ia edición dei texto de historia dei istmo centro americano", en Fratemi- dad (Órgano Olicial Informativo de Ia Coordinación Educativa y Cultural Centroamerical1a-CECC), afio 5, no. 19, San José, septiembre dei 2000, p. 2. Se está por imprimir una nueva edicióo en el afio 2003, con un tiraje de 132 000 ejemplares. En Ia VI Reunión Extraordinaria de Ia CECC, celebrada en Panamá en marzo de ese afio.

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La dimensión cultural de Ia integraciónen Centroamérica en Ia década dei 90

RafaelCuevas~olina*

Dos aspectos acotan Ia visión sobre Ia cultura en el discurso oficial in-tegracionista: Ia de Ia unidad y Ia dei multiculturalismo. La segunda hahecho acto de presencia en Ia era de Ia globalización, cuando Ia dinámicamundial ha puesto de relieve Ia existencia y Ia práctica de múltiples iden-tidades que se encuentran sujetas en el contexto de Ias culturas naciona-les. La primera, sin embargo, ha caracterizado cierto discurso centro-americano que apela ai pasado (cuando Centroamérica constituía unasola unidad administrativa), sin que logre concretarse efectivamente ensu presente. Textos anteriores, incluso, ai proceso de integración centro-americano que se inicia a finales de Ia década de 1950, reca1can sobreeste concepto.1

N o parece haberse encontrado, no obstante, Ia forma como se concre-ta Ia relación entre 10di verso y 10común a toda Centroamérica, aunque elsecretario general de Ia Coordinación Educativa y Cultural Centroameri-cana (SECC), Marvin HelTera Araya, considere que "hay consenso enque Ia unidad es posible en Ia diversidad".2 Se han realizado, sin embargo,esfuerzos en esa dirección. Algunos de los principales proyectos impul-sados por Ia CECC tienen como horizonte Ia construcción de una visiónintegral dei istmo. Sólo a manerade ejemplo nos referiremos a algunos queconsideramos de los más importantes: 1) Texto Historia deZ Istmo Centro-americano, concebido en el afio 1994 en Ia XIV Reunión Ordinaria de IaCECC3 y perseguía "forjar una conciencia ciudadana centroamericana enel contexto de una sociedad unificada de cara aios desafíos que demanda eldesarrollo sostenible y Ia convi venci a pacífica con otros pueblos y nacio-nes".4 Con un primer tiraje de 220000 ejemplares5 que vieron Ia luz, en suprimera impresión, en el afio 2002. 2) Festi vales de Ia Fraternidad Centro-americana. En 1995 se aprobó6 caracterizar ai mes de septiembre comoMes de Ia Fraternidad Centroamericana y realizar, simultáneamente en to-dos los países de Ia región, Festi vales de Ia Fraternidad Centroamericana,

Director de Ia Maestría en Estudios Latinoamericanos de Ia Universidad Nacional de Costa Rica. Correoelectrónico: [email protected]

No se trata sólo de textos. Múltiples documentos recogen esfuerzos realizados en esa dirección. Véaseun compendio de los más importantes elaborado por Guillermo Trabanino en ellibro titulado DoclImen-to~'de Ia Unión Celltroamericana; en http://www.sgsica.org/centrodoc/libros/union/index.php, quedatadeI afio 1956.

Marvin HerreraAraya: "Presentación" en NlIestras artaanías, Coordinación Educativa y Cultural Cen-troamericana -Secretaría General-, Serie Culturas Populares Centroamericanas, San José; 2001, p. XI.Resolución CECC/RM(O)PAN-94-RES-007."Breve resefia histórica sobre Ia edición dei texto de historia dei istmo centro americano", en Fratemi-dad (Órgano Olicial Informativo de Ia Coordinación Educativa y Cultural Centroamerical1a-CECC),afio 5, no. 19, San José, septiembre dei 2000, p. 2.Se está por imprimir una nueva edicióo en el afio 2003, con un tiraje de 132 000 ejemplares.En Ia VI Reunión Extraordinaria de Ia CECC, celebrada en Panamá en marzo de ese afio.

Anuario de lntegración Latinoamericana y Caribeiía

que promovieran el intercambio de delegaciones integradas por gruposartísticos y personalidades científicas y académicas. De este Festival sehan realizado, hasta e12002, ochoediciones. 3) Casa Centroamericana deIa Cultura

Este proyecto, iniciativa de CONCULTURAde El Salvador, se plan-teó, en el ano 2001, como un gran espacio de intercambio de expresionesartísticas y culturales, provenientes de Ia diversidad cultural de los pu e-blos centroamericanos. Tiene como finalidad "Ia creatividad y Ia creaciónartística, así como Ia protección, valoración y promoción deI patrimoniocultural de Ia región".? Nicaragua y Costa Rica fueron los dos primerospaíses deI istmo en crear sus respectivas Casas. 4) Otros proyectos: Com-pendi o Centroamericano de Legislación Cultural; Orquesta SinfónicaCentroamericana y Compafíía Lírica Centroamericana; Centro Especiali-zado en Ia Formación, Administración y Gerencia Cultural para Ia Re-gión Centroamericana; Red Centroamericana de Sistemas de InformaciónCultural; Atlas Arqueológico de Centroamérica; Encuentros Integracio-nistas de Plástica Centroamericana. 8

EI discurso dei muIticuIturalismo

La retórica oficial centroamericana respecto de Ia cultura de los afios 90aboga y refrenda el multiculturalismo. En Ia cumbre deAntigua de 1990 sedice textualmente: "Para crear una Comunidad Económica deI IstmoCentroamericano, todos debemos participar, que nadie se quede atrás9,para ello instamos a los diferentes grupos pri vados, asociaciones, coope-rativas y organizaciones gremiales, sindicales, religiosas, culturales y dedesarrollo, aIos medios de.comunicación y a toda nuestra población paraque a todos sus niveles, se sumen creativa y conjuntamente en sus respec-tivos campos de competencia y actuación a estos esfuerzos, de forma queavancemos con una convicción ampliam ente compartida de una Centro-américa unida y una participación plena de Ia población en los esfuerzosy beneficios deI desarrollo". 10

La aceptación deI multiculturalismo en ellenguaje oficial no debe ex-trafíar. Como sefíala Martín Hopenhayn, en nuestros días existe un boomde Ia diferencia y Ia promoción de Ia diversidad." Así, Ia tolerancia y Iadefensa de Ia diversidad cultural se convierten en parte de 10políticamen-te correcto. Esta "tolerancia", no obstante, no es producto solam ente deIas nuevas condiciones que se viven a escala planetaria. En Centroamé-rica, Ia dimensión cultural de algunos de los procesos políticos conflicti-vos que se vivieron en Ias décadas deI 70, 80 y casi todá Ia deI 90, fue muyimportante. Especial mención requiere el caso guatemalteco, en donde Iaincorporación aI conflicto de amplios contingentes indígenas fue gene-

Fraternidad (Órgano Oficial Informativo de Ia CECC), no. 6, San José, abril de 1997, p. 2.Fraternidad (Órgano Oficial Informativo de Ia CECC), afio 3, no. 12, San José, octubre de 1998, p. 2.

. 9 Es interesante y sintomático observar el uso que un documento de este tipo hace de esta frase, "quenadie se quede atrás", que proviene deI Pop Vuh, libro sagrado de los maya-kiché de Guatemala.

10 Comisión Económica para América Latina y el Caribe: Integración Centroamericana: recopilaciónde documentos básicos y de Ias declaraciones presidenciales, LC/MEX/R.343, marzo de 1992, p. I 17.

11 Ob. cit., p. 2.

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rando una paulatina pero fuerte incorporación deI tema y Ia problemáticacultural a Ias reivindicaciones fundamentales. Hacer política no era unafinalidad de Ia cultura tradicional. Esta actitud nueva era resultadoacumulativo de cambios que venían ocurriendo en Ias instituciones tradi-cionales.12 Su importancia puede valorarse por ellugar de primer ordenque ocupó en Ias negociaciones y en los Acuerdos de Paz firmados entreIaUnión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URN G) 13 Yel Gobier-no de Guatemala en 1996.14

De ahí, entonces, que se transforme en un principio de Ia integración"La conservación y el rescate deI pluralismo cultural y Ia diversidadétnica de Ia Región, en el marco deI respeto aios derechos humanos" .15l,En qué políticas y acciones se concreta este principio?

Varios han sido los proyectos que se han visto encaminados ampara-dos por esa perspectiva. Algunos de los más relevantes 80n: 1) Serie delibros Culturas populares centroamericanas que persigue "rescatar, con-servar y divulgar diversas manifestaciones culturales presentes en Ia Re-gión, como una forma de marcar una diferencia importante frente a Ia ho-mogenización cultural a que lleva el proceso de globalización" .16 Lacolecciónconsta de seis cuadernos, a saber: 1) Nuestras expresiones lite-rarias y lingüísticas; 2) Nuestras creencias y costumbres; 3) Nuestrasartesanías: 4) Nuestras comidas y bebidas; 5) Nuestras música y danza;6) Nuestra medicina popular; 7) Nuestra cultura lúdica:juegos y recrea-ciones populares. 17 2) Otros proyectos: Feria Centro americana Rotativade Artesanías; Mapas de Artesanías (nacional y regional).

Visión autoevaluativa

Más adelante expondremos Ias apreciaciones que distintos sectores de Iasociedad civil centro americana hacen, en el contexto de Ia ComisiónConsultora deI SICA y en otros espacios, aI trabajo que en el campo de Iacultura se viene realizando en el proceso de integración centroamericana.Antes de eso, sin embargo, queremos consignar aspectos de 10que podría

12 Véase Rafael Cuevas Molina: "EI movimiento social étnico contemporáneo", en revista Koeyú Lati-noamericallo, no. 83 (ano 22, julio-septiembre), Venezuela, 2001.

13 La URNG fue Ia expresión unitaria de Ias principales organizaciones revolucionarias de izquierda deGuatemala, a saber: EI Partido Guatemalteco dei Trabajo (PGT), Ia Organización Revolucionaria deiPueblo en Armas (ORPA), Ias Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) y el Ejército Guerrillero de los Po-bres (EGP).

14 Véase Sistema de Naciones Unidas de Guatemala: "La multietnicidad guatemalteca", en Panoramasocioeconómico de Gllatemala, Guatemala, 1998. Otro ejemplo importante, anterior a Ia firma de losAcuerdo de Paz, es el de Ia Constitución de 1985 que introdujo, por vez primera en Ia historia dei país,normas que reconocen a los indígenas como un grupo social y culturalmente diferente (Art. 43, entreotros), que e1 Estado debe proteger. Esta contrasta con Ia tradición y Ia concepción, desde Ia Constitu-ción liberal de 1879, en Ia época de Justo Rufino Barrios, de un Estado nacional culturalmente uni ta-rio, basado en los valores occidentales y que otorgaba iguales derechos de ciudadanía a quienes en rea-lidad no los tenían.

lS Consejo de Integración Social Centroamericano: XVI Rellnión de presidentes de Centroamérica-29-30 de marzo de 1995. San Salvador, EI Salvador, Departamento de Publicaciones de MIDEPLAN, 5anJosé, Costa Rica, 1995, p. 3.

.6 Fratemidad (Órgano Oficial Informativo de Ia CECC), no. 9, 5an José, enero de 1998, p. 4.17 Fratemidad (Órgano Oficial Informativo de Ia CECC), no. 9, 5an José, enero de 1998, p. 4.

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entenderse como una autoeva]uación de su propia actividad,]a cua] fuedada por Arturo Vergara Moreno, a quien se ]e contrató para realizar una"eva]uación in situ de] estado de ]a gestión cultural en cada uno de lospaíses de] área". 18

Una vez brindado e] informe, dos ideas generales se desprenden deidocumento: que el tema de ]a cultura no deja de estar presente en]a agendade los gobiernos (...) mas, no se percibe como un elemento dinamizador,vanguardista, capaz de solucionar y prever los grandes problemas de Iasociedad; aunque se proclama Ia significación de Ia cultura, no se percibesu importancia en Ias acciones concretas.

Además, se puntualiza que existe carencia de mecanismos de coordi-nación; desconocimiento de Ias necesidades reales de ]a gente; gestióncultural burocrática y centralizada, con escasa participación de los prota-gonistas' de los hechos culturales; presupuestos asignados sin p]anifica-ción.19

Algunas de Ias observaciones hechas por Vergara Moreno en e] afio1998, coinciden con Ias que, como veremos más adelante, hacem algunosanalistas provenientes de Ia sociedad civil; en especial, aqueIlos referen-tes a Ia poca o nula participación de "]os protagonistas de los hechos cul-tura]es" .

Las concepciones de Ia UNESCOen el ideario cultural integracionistaLa línea de pensamiento que se encuentra atrás de Ias políticas y Ias accio-nes relativas a]a cultura de] proceso de integración centroamericano es Iaque Ia UNESCO ha formulado y sistematizado en los últimos decenios,relativos a Ia sal vaguarda dei patrimonio y Ia identidad de los pueb]os deimundo, y que se ha concretado en sus propuestas sobre Ia dimensión cul-tural dei desarroIlo.20

La intl uencia de Ias propuesta emanadas de Ia UNESCO en los orga-nismos oficiales de cultura de Centroamérica data de finales de Ia décadade 1970. En esos afios, repercutió en el cambio de concepción en tomo a10que se entendía por cultura, 10cual acarreó un importante cambio en Iaóptica y Ia acción de esas instituciones. En resumidas cuentas, se trató deIpaso de entender Ia cultura como sinónimo de arte a verIa como modo devida que implicaba (e incluía) una cosmovisión determinada. Esta visiónque hicieron suya ]os organismos oficiales de Ia cultura de Centroaméricapor influencia de Ia UNESCO, giraba en tomo a algunos temas y proble-mas centrales. Seguramente, el más relevante de ellos resultó el de Ia iden-tidad, en Ia medida que Ia cultura se entendía como expresión de Ia forma

" Fratemidad (Órgano Oficial Informativo de Ia CECC), aíio 3, no. 12, 5an José, octubre de 1998, p. 2.19 Ibíd.20 De especial interés para conocer sobre Ias propuestas emanadas deI seno de Ia UNESCO en torno a Ia

vinculación entre cultura y desarrollo es ellibro Dimellsión cultural dei desarrollo hacia un enfoquepráctico. Ediciones UNESCO, 1995, trabajo colectivo presentado como una "síntesis nretodológica"que surgió de Ia Conferencia de México sobre Políticas Culturales (que recomendó Ia celebración de undecenio mundial para el desarrollo cultural que tuvo como primer objetivo "tener en cuenta Ia dimensióncultural deI desarrollo").

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de ser de determinado conglomerado social, otorgadora de sentido. El nú-cleo duro de esa identidad era Ia cultura popular, Ias diversas manifesta-ciones culturales de los sectores populares. De ahí el interés por el estu-dio, rescate y difusión de Ias expresiones concretas de esa(s) cultura(s)popular(es) como Ias artesanías, Ia música y los bailes, Ias tradiciones ycostumbres de Ia gente dei pueblo.

Este cambio de óptica reorientó Ias políticas culturales de Ias institu-ciones oficiales encargadas de Ia cultura. De fomentar Ia l1amada culturade elite (Ia producida por profesionales formados académicamente) sepasó a abrir casas de cultura en centros urbanos alejados de Ias capitales,a abrir programas de apoyo aIos artesanos.

Esta óptica en torno a Ia cultura, propiciada por Ia influencia de IaUNESCO, sufrió variaciones hacia finales de Ia década deI 80 y princi-pios de 10s 90, cuando se empezó a acentuar en Ia noción de desarrollosostenible y, en su ámbito, de Ia dimensión cultural deI desarrollo. 21

La cultura, entendida en este sentido, no se reduciría a ser un mediopara a1canzar fines -pese a que, en el sentido restringido deI término, ésees uno de sus papeles-, sino que constituiría Ia base social de 10s finesmismos. El desarrollo y Ia economía se entienden como formando partede Ia cultura de 10s pueblos. Siguiendo con este razonamiento, los gobier-nos no pueden determinar Ia cultura de un pueblo; en realidad, sucedemás bien aI contrario. Loque sípuedenes influirpositivaonegativamen-te sobre Ia cultura y, de esta manera, incidir sobre el curso deI desarrollo.

En relación con los fenómenos contemporáneos asociados con Ia glo-balización,22 expone que Ia libertad cultural, a diferencia de Ia libertadindividual, es colectiva, y remite aI derecho de un grupo de personas aelegir su modo de vida. La libertad cultural garantizaría Ia libertad en sutotalidad, aI proteger no sólo los derechos deI grupo, sino también Ia detodos sus miembros: "AI proteger estos diversos modos de vida, Ia liber-tad cultural estimula Ia experimentación, Ia diversidad, Ia imaginaeión yIa creatividad",23 apunta. Por tanto, Ias políticas culturales deberíanorientarse a Ia promoción de Ias aetividades multiculturales, 10que signi-ficaría invertir en el desarrollo humano. La Comisión Mundial de Culturay Desarrollo recomienda, en función de 10s anteriores postulados, pro-mover Ia investigación que ayude a despejar Ia siguiente interrogante:"l.qué políticas promueven un desarrol1o humano sostenible que estimu-le el florecimiento de culturas diferentesT24

Como puede observarse, si se realiza un análisis comparativo entrelos postulados emanados de Ia UNESCO y Ias políticas culturales impul-sadas en el proceso de integración centroamericano, existe un amplioámbito de coincidencia entre ambas. En primer lugar, en torno a Ia formade entender qué es Ia cultura y, en segundo lugar, en relación eon Ia

21 Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo (UNESCO): Nuestra diversidad creativa, Fundación San-ta MaríaJEdiciones SM, Madrid, 1997, p. 11.

22 Muy comúnmente se plantea que a Ia globalización deben asociarse tendencias de homogenizacióncultural, cuyos agentes principales constituirían los medios de comunicación de masas y el mercado,que estandarizarían valores, identidades y formas de ver el mundo.

23 Ibíd.

24 Ob. cit., p. 13.

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priorización de preocupaciones vinculadas a Ia identidad y Ias culturaspopulares.

La visión de Ia sociedad civil

La concepción dei sistema oficial de integración, yde todos los programas y proyectos que se han deri-vado de él, carecen de una visión que incluya aiosexcluidos dei desarrollo. La integración centro ame-ricana ha sido un proyecto exitoso en el ámbito eco-nómico desde Ia perspectiva dei comercio como tal yde Ia gran macroeconomía regional. No obstante,desde Ia perspectiva de Ias grandes mayorías, losbeneficios son muy difusos.25

En términos generales, Ia visión que tienen los diferentes estamentos deIa sociedad ci vil respecto de Ia dimensión cultural deI proceso de integra-ción en Centroamérica resulta bastante crítica. En Ia región, existe unavariedad de organizaciones gremiales, culturales, sectoriales, académi-cas, de productores, etc., algunas de Ias cuales se han aglutinado en dosgrandes foros: el Comité Centroamericano de Integración Intersectorial(CACI) y Ia Iniciativa Civil para Ia Integración Centro americana (ICIC).EI CACI y Ia ICIC actúan en el Comité Consultivo dei Sistema de Integra-ción Centroamericano (CC-SICA) en representación de los 30 millonesde centroamericanos.

Seguramente, Ia principal deficiencia que se visualiza por parte deestos sectores es Ia poca participación de Ia sociedad civil en Ia dinámicaapuntada, aunque Ias autoridades oficiales, encargadas de impulsar elproceso, dicen que "consideramos que Ia participación de Ia sociedad ci-vil en el proceso de integración tiene una importancia de primer orden yque su incorporación tiene que ser plena, propositi va y dinámica". 26 Bus-cando apoyar Ia participación de Ia sociedad ci vil en el proceso de integra-ción regional centro americana se realizó el Proyecto SICAlCERLAC/PAR, que "duró más de dos afios e incorporó a 6 países dei istmo, se reali-zaron varias acti vidades para contribuir aI fortalecimiento de Ia capacidadde comunicación y el contexto de discusión de Ias redes de Ia sociedad ci-vil centroamericana aglutinadas en el Consejo Consultivo deI Sistema deIa Integración Centroamericana (CC-SICA) (...) El Consejo Consultivoreúne a unas 23 redes regionales que representan a organizaciones decampesinos, cooperativas, derechos humanos, indígenas, media am-biente, mujeres, municipalidades, empresarios, ONG, trabajadores yotras representaciones de Ia sociedad civil". 27

25 Ricardo Grinspun, Carlos Alvarenga, Yasmine Shamsie (eds.): Hacia una lntegración desde Abajo:Participación. Sociedad Civil e lntegración Centroamericana, Proyecto SICA/CERLACIPAR (Conel apoyo de CC-SICA Funde), 1999. .

26 Ernesto Leal (secretario general dei SICA) y Factor Méndez Doninelli (presidente dei ConsejoConsul-tivo deI SICA): "Prefacio", en Ricardo Grinspun, Carlos Alvarenga, Yasmine Shamsie (eds.), ob. cit.,p.2.

27 Ob. cit., p. 3

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Esta investigación constituye un valioso documento para valorar elpunto de vista de los sectores no oficiales. En términos generales, Ia visiónde los autores deI estudio muestra Ias limitaciones de Ia participación de Iasociedad civil. A manera de ejemplo, ofrecemos a continuación algunasde el1as: Alberto Enríquez (autor deI Capítulo 2: "Integración ecónómicacentroamericana y participación de Ia sociedad civil") analiza cuál ha sidoIa participación de Ia sociedad civil centroamericana y si esa participa-ción ha tenido algún impacto en el desarrollo de ella. Se concluye que di-ferentes sectores han venido construyendo su concepción y han empeza-do a aproximar propuestas desde s us intereses particulares y sus ópticasespecíficas.

Sin embargo, según el autor, Ia presencia y el impacto de Ias organiza-ciones de Ia sociedad civil resultan aún poco significativas.28 PatrickDumazert y Thelma Martínez Vega (autores deI Capítulo 3: "Pobreza yequidad: un enfoque desde Ia participación de Ia sociedad civil en Ia inte-gración centro americana"): su hipótesis central es que Ia sociedad civilpuede desempenar un papel activo en relación con Ia pobreza y Ia equi-dad, pero que para ello se necesita trabajar para construir unainstitucionalidad regional ai servi cio de todos los sectores de Ia socie-dad.29 Celina de Monterrosa (autora dei Capítulo 4: "La sociedad civilfrente a Ia institucionalidad deI Sistema de Ia Integración Centroamerica-na [SICA]" considera que Ia creación'de dos foros -Ia Iniciativa Civilpara Ia Integración Centroamericana (ICIC) y el Comi té Centroamerica-no de Integración Intersectorial (CACI)- obedeció a Ia necesidad de al-canzar una efectiva participación de los diferentes sectores civiles cen-troamericanos en el proceso de integración regional. Pero, aunque los dosforos han desempenado algún papel en Ia apertura de diálogos entre orga-nizaciones civiles deI área y con los gobiernos de Ia región, ambos se hanido desarrollando con ciertas dificultades que les ha limitado su creci-miento y consolidación.30 Epsy Campbell Barr (autora deI Capítulo 5:"Integración centroamericana, género y mujeres") muestra que para Iasmujeres centroamericanas los beneficios económicos y políticos de Ia in-tegración resultan prácticamente inexistentes. Además, los actores quehan logrado participar en el proceso de integración regional formal hanreproducido el sesgo de género de Ias sociedades centroamericanas y nohan considerado los intereses siquiera de Ias mujeres de sus mismas orga-nizaciones, y mucho menos de Ias otras que se mueven en diferentes ám-bitos.

Se concluye que Ia participación esc asa de Ias mujeres en Ia integra-ción está directamente relacionada con Ia dinámica de Ias organizacionesciviles que reproducen los patrones discriminatorios de Ias sociedadescentroamericanas que sitúan a Ias mujeres en una posición de clara desven-taja. 31Williams Barrigón Dogirama (autor dei Capítulo 6: "EI proceso deintegración centro americana y su impacto sobre los pueblos indígenas,

28 Ob. cit., p. 4.2. Ibíd.30 Ibíd.31 Ob. cit., pp. 4-5.

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explica por qué Ias organizaciones indígenas") estima que los pueblosindígenas, hasta ahora, han participado poco en el proceso de integra-ción y reacomodo regional. Según el autor, Ia problemática económicarelacionada con Ias poblaciones indígenas y Ia economía nacional no haformado parte de Ia agenda de Ias políticas gubernamentales. EI resulta-do para los pueblos indígenas es que el Estado neoliberal no los consi-dera ni como sujetos económicos portadores de derechos, ni como suje-tos sociales. Como resultado final, los indígenas se transforman enciudadanos de un proceso ajeno y en parte de los marginados rurales yurbanos. EI autor concluye que enfrentar Ia problemática de los pueblosindígenas implica, ante todo, cumplir con algunas condiciones previasque pennitan una participación horizontal y democrática de los pueblosindígenas.32

Por otro lado, se llama Ia atención de que "aunque en el ámbito decla-ratorio este nuevo lanzamiento dei proceso integrador ha sido muy elo-cuente, no debemos obviar que el nivel de ejecución, hasta Ia fecha, hadejado mucho que desear. De más de 2000 acuerdos suscritos, solamen-te se ha ejecutado el 5 % o menos de estos. Existe, pues, una fuertediscrepancia entre 10 declarado y 10 actuado. No es difícil adivinar que,por el mismo concepto que dio origen ai relanzamiento dei procesointegrador, el tema con mayor importancia sea el económico y como'producto de' o de manera colateral sean considerados los temas socialesy culturales". 33

La necesidad de incorporar a Ia sociedad civil resulta especialmenteevidente en el actual proceso de integración. Las décadas pasadas vieroncomo ésta elevó sus niveles de organización en el contexto de los proce-sos políticos que, algunas veces, desembocaron en Ia guerra. La sociedadcivil de Ia década de 1990es más consciente, está más organizaday cono-ce más sus fuerzas que Ia de los afios 60. EI Proyecto Estado de Ia Región,dei PNUD, dice ai respecto: "A diferencia de ]os anteriores intentos, ]osesfuerzos de integración regional en Ia presente década coinciden con Iaextensión de ]a democracia a todos los países centroamericanos. EI felizencuentr'o entre integración y democracia, sin embargo, ha puesto demanifiesto Ia comp]ejidad de] entramado social y cultura] de Ia región,que en virtud de]a institucionalidad democrática no puede ser obviadopor los nuevos esfuerzos integracionistas. Nuevas voces centroamerica-nas, Ias de los indígenas, los negros, los campesinos, ]os artistas y los tra-bajadores, sobre ]0 que es o debe ser Ia integración, de 10 que nos une onos desune como centroamericanos, se suman a Ias voces que tradicio-nalmente se hacían escuchar: Ias institucionales, empresariales y políti-cas. Tenemos hoy, pues, un concierto de voces más libre y amplio queantafio".34

Artistas y promotores culturales también impulsan sus propios pro-cesos integracionistas, sin que Ia institucionalidad oficialles atane direc-

." Ob. cit.. p. 5." Ob. cit.. p. 32.'. PNUD: Proyecto estado de Ia regiÔn.Informe dei es;ado de Ia regiÔnen desarrollo hllmano sosteni-

hle (CentroaméricaJ, PNUD.Unión Europea. 5an José, 1999. p. 5. Versión electrónica: http://www.estadonacion.or.cr

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tamente. Es el caso, por ejemplo, de Ia Asociación Cultural Incorpore,que funciona teniendo su sede en San José, Costa Rica, desde 1996, y quedice haber trabajado: "más bien a espaldas de Ia política estatal salvo encasos muy puntuales. . .",35creando, en Ia práctica, "un pequeno imagina-rio colectivo centroamericano" .36

El proyecto Incorpore evidencia algunas características nuevas queperfilan Ias iniciativas que nacen y se desarrollan, con espíritu integracio-nista, desde Ia sociedad civil de Centroamérica, a saber:

1) Susformas de sostenibilidad: Las fuentes a través de Ias cuales seobtienen los recursos para trabajar son variadas y de naturaleza hetero-génea, Ia que proporcionan los organismos cooperantes extrarregio-nales, por ejemplo, el Hivos (holandés). Según Incorpore, lograr apoyoeconómico para agentes independientes implicó flexibilizar normas yformalidades para obviar requisitos que los organismos artísticos y depromoción de Ia sociedad civil (o deI tercer sector) no poseen, laautoges-tión, que implica "trascender Ia lógica deI subsidio". 37 Una característicade este sector, orientado hacia Ia cultura, es que "surge con bastante pos-terioridad aI movimiento asociativo vinculado a otras temáticas (medi oambiente, desarrollo local, género, etc.) con 10que (ha) tenido menos ca-pital semilla, pero también menos tiempo para adquirir malas costumbresen torno a Ia cultura deI subsidio y dependencia, esta vez de Ia coopera-ción internacional".38 Otrasformas como oferta de servicios a través deventa, canje, patrocinio de proyectos o contrapartida de proyectos pro-pios. Esto ha implicado una gran inversión de los miembros asociados,"pues Ia moneda de canje e inversión es el trabajo". 39

2) EI trabajo en, con y desde Ia sociedad civil: En este sentido, Incor-pore estima que "en Centroamérica se viene dando un proceso de renova-ción deI sector cultural a través delllamado tercer sector",40 el cual nonace, como en otros medios, deI afán de modernización de Ia gestión pú-blica o de Ia necesidad de abrir espacios de alianza desde Ia instituciona-lidad local y nacional responsable de regir el sector.

3) EI alejamiento de Ia gestión estatal centralizada: EI centralismode Ia gestión gubernamental constituye uno de los aspectos más critica-dos, el cual es más agudo en aquellos países en donde Ias institucionesorientadas hacia Ia cultura nacieron y se consolidaron en los anos 60 y 70."En ocasiones -dicen- Ia voluntad política y Ias más de Ias veces Iainercia institucional y el abigarramiento de Ia administración públicacentrada en el control y no en Ia eficacia, o en Ia cultura de servicio, gene-ra una gran dificultad de avanzar hacia Ia descentralización".41

35 Incorpore: "EI desarrollo cultural en Centroamérica y Ia 'participación de Ias entidades culturales en elproceso de integración regional", en revista electrónica de Ia Organización de Estados Iberoamerica-nos para Ia Educación, Ia Ciencia y Ia Cultura (OEI), Pensar lberoamérica -Revista de cultura. no. 2,octubre deI 2002-enero dei 2003, p. I; dirección electrónica: http://www.campus-oei.org/pensariberoamericalric02a07.htm .

36 Ob. cit.. p. 8.37 Ibíd.38 Ibíd.39 Ibíd.40 Ibíd.41 Ibíd.

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Anuario de lntegración Latinoamericana y Caribeíia

Conclusiones

Centroamérica es un territorio donde se cruzan múltiples tradiciones yculturas. En ella se encuentran presentes tendencias que orientan tanto endirección a Ia disgregación como a Ia unión.

Una tendencia importante que se evidencia en nuestros días, es aquellaque tiene que ver con eI creciente protagonismo de Ia sociedad civil entodos los órdenes de Ia vida política. Esta tendencia brega por dar voz ycanalizar Ia acción a sectores que Ias políticas oficiales (centralistas, bu-rocratizadas, acostumbradas a trabajar "en Ias alturas") no toman encuenta. Mientras no exista coordinación entre ambos sectores, por muyinteresantes y bien intencionadas que resulten estas últimas, estarán con-denadas a reproducirse en espacios relativamente reducidos, y su legiti-midad se verá permanentemente cuestionada.

Por otra parte, es necesario apuntar que el proceso de integración cen-troamericano, y Ia dimensión cultural en su seno, es uno que se entiende así mismo como respuesta a factores exógenos (principalmente de ordeneconómico), ante los cuales -se dice- debe responderse para podersobrevivir en el futuro. No se hace alusión a que forme parte de tenden-cias y necesidades internas, propias de Ia región. Por ello, ante hechosque parecen consumados, se buscan, después, "razones" justificatoriasde ellos. No se inicia porque Ios centroamericanos se sientan parte de unmismo territorio, compartan costumbres y tradiciones, sino porque, comoya se han iniciado procesos en el orden económico y político, se debebuscar con qué justificarlo. Este último, el dejustijicadora de 10 que seadelanta en el plano de 10económico y político, es el papel que se le asig-na a Ia cultura. Poreso, los representantes de Ia sociedad civil consideranque, en Ia dinámica oficial de Ia integración, Ia cultura deviene algo se-cundario, que "viene después" que se resuelve 10 sustantivo.

A 10anterior es necesario agregar que, estrictu sensu, 10que aios sec-tores impulsores de Ia integración les interesa no es Ia integración comotal, sino un espacio que les permita sobrevivir económicamente ante Iaglobalización neoliberal y, de manera eventual, acrecentar sus ganancias.Si para ello resulta necesario ampliar el espacio (el territorio), pues seimpulsa Ia ampliación. Siempre en sentido estricto, estos sectores hege-mónicos no tienen sus modelos culturales aI interior de Ia región centro-americana, sino en metrópolis norteamericanas como Miami o NuevaYork, y se adhieren a una cultura dei consumo restrictiva y excIuyente."Qué puede interesarles, en este contexto, propiciar Ia participación deaquellos sectores (mayoritarios, por cierto) de Ia población que portan yviven valores culturales aios cuales siempre han visto sobre el hombro?

Todos estos aspectos conspiran en contra de una integración cultu-ral de Centroamérica. Pero los cambios que se generan en nuestros díasevidencian que no todo está perdido. Las tendencias negativas de Ia glo-balización (concentración de Ia riqueza, dominio centralizado de Ia di-fusión de valores a través de los medios de comunicación, etc.), se vencada día más acotadas por Ia participación consciente y activa de Ia socie-dad civil en todo su abigarrado conjunto de expresiones. Centroaméricano quedará marginada de esta tendencia.

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