la dignidad de la persona humana, desde la fecundación hasta su muerte

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    Acta Bioethica 2009; 15 (1): 55-64

    LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA. DESDE LAFECUNDACIN HASTA SU MUERTE

    Juan de Dios Vial Correa*, ngel Rodrguez Guerro**

    Resumen: El presente trabajo reflexiona sobre el concepto de dignidad desde sus orgenes y la evolucin del trmino,en bsqueda de un sustrato filosfico y antropolgico que fundamente el concepto, con el fin de que se respete la personahumana desde la fecundacin hasta la muerte y la reflexin biotica tenga una base desde la cual proceder.

    Palabras clave: dignidad, persona humana, biotica

    THE DIGNITY OF THE HUMAN BEING. FROM CONCEPTION TO DEATH

    Abstract: Tis work contemplates the concept of dignity from its origins and the evolution of the term, in search of aphilosophical and anthropological substrate that grounds the concept, with the objective of the respect of the human beingfrom its conception until death and the provision of a basis from which bioethical reflection may proceed.

    Key words: dignity, human being, bioethics

    A DIGNIDADE DA PESSOA HUMANA. DESDE A FECUNDAO AT A MORTE

    Resumo: O presente trabalho reflete sobre o conceito de dignidade desde suas origens e a evoluo do termo. Busca umsubstrato filosfico e antropolgico que fundamente o conceito, com a finalidade de que se respeite a pessoa humana desdea fecundao at a morte e que a reflexo biotica tenha uma base de ao.

    Palabra chave: dignidade, pessoa humana, biotica

    * Profesor Titular de la Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Catlica de Chile, Chile** Profesor Adjunto de la Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Catlica de Chile, Chile

    Correspondencia: [email protected]

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    1. Alguna nota histrica sobre el conceptodignidad(1)

    Lo que se entiende por dignidad ha sufrido un cam-

    bio substancial desde que este valor surgi en la socie-dad de la antigua Roma hasta que fue incorporado enla cultura cristiano-occidental: pas de una conquistaindividual a ser inherente a la condicin humana.

    En la sociedad romana preimperial la dignidad res-ponda a mritos en una forma de vida, ligada por unaparte a la esfera poltica y por otra a una recta moral. EnRoma la condicin principal para adquirir dignidad erala accin poltica, la pertenencia al Senado, junto con laintegridad moral. Pertenecer a la nobleza romana, tenerentre los antepasados hroes troyanos, reyes, o comoCsar una diosa confera ms brillos a esa dignidad.El romano defenda su dignidad, luchaba por ella, laasentaba y luca. sta no tena un orden rgido: podaaumentarse, rebajarse, perderse, restituirse. La dignidadera un logro personal que, por un lado, daba derechoa un poder y, por otro, por el impulso interior a sermoralmente intachable, exiga un deber.

    La dignidad obligaba y lo haca ms cuanto mayorera su grado. A esa forma de vida pertenecan lamagnanimidad, disciplina, austeridad, moderacin y

    serenidad de mente. La dignidad era elitista: no todoslos ciudadanos gozaban de las condiciones para llevaresa forma de vida portadora de dignidad; adems, nose conceba sin libertad: era incompatible con la condi-cin de esclavo. Segn Cicern autor, la dignidad debeapoyarse en el dominio sobre s mismo, el abandonode toda liviandad y del actuar impulsivo.

    Para el cristiano la dignidad del hombre tiene el triplefundamento en su origen divino, en su calidad de ima-gen y semejanza de Dios y en su finalidad en el Creadormismo. La dignidad queda as definida, para todos los

    hombres por igual, en relacin directa con Dios, con in-dependencia de toda otra condicin: raza, nacionalidad,sexo, edad, creencias, condicin social. Esa dignidaddota al hombre de ciertos derechos inalienables y deella nacen las tareas de proteccin y respeto.

    La evolucin de este concepto a travs de la historiadel pensamiento occidental lleva a la conclusin deque la dignidad humana no puede ser fruto de unaconquista, pues seran muchos los que, conforme alparmetro establecido, no la alcanzaran. La dignidades intrnseca a la persona humana en razn de lo que

    es especfico de su naturaleza: su ser espiritual. Estadignidad es ms que moral, ms que tica, ms quepsicolgica: es constitutiva del ser humano y su natu-raleza es ontolgica. No se la puede dar l a s mismo nipodemos hacerla depender de su vida moral, tampocose la puede dar el Estado como suceda en Roma ola sociedad, aunque a ellos corresponda reconocerla yvigilar que no haya violaciones.

    2. La dignidad es constitutiva hasta el final denuestros das

    En el lenguaje habitual, dignidad es un atributo ocondicin propia del ser humano. Slo las personastienen dignidad. Forzando la expresin, se podra pre-

    guntar si obras de arte u obras del espritu en general, oasociaciones humanas determinadas, no tienen tambindignidad. Es fcil ver que en cualquiera de esos casosel trmino dignidad se estara aplicando como unaderivacin o extensin de la dignidad que es atributode los seres humanos que dieron origen a la obra o a laasociacin. Siempre se ve que son las personas las quetienen dignidad y no sus obras o asociaciones.

    Si observamos las cualidades de hombres o cosas nos en-contramos con que pueden hallarse en mayor o menorgrado. Por ejemplo, las magnitudes: hay cuerpos ms

    grandes o ms pequeos, ms livianos o ms pesados,ms veloces o ms lentos. Pero tambin nos pareceque colores, olores o sabores pueden ser ms o menosintensos. En alguna forma, toda la naturaleza sensibleest sujeta a medida, sus propiedades son cuantificables.En otro orden de cosas, que no son propiamente me-dibles, tambin reconocemos una suerte de magnitud:nos parece que el talento matemtico, el musical, elliterario, entre otros, pueden ser mayores o menores,aun cuando su estimacin se parece muy poco a unasimple medicin. En el mbito de las cosas morales

    tambin reconocemos gradacin: hay personas ms omenos valerosas o veraces. Incluso frente a un complejoconjunto de cualidades morales podemos decir que haypersonas que nos parecen ms respetables que otras.

    A primera vista, entonces, todo parece susceptible degradacin, cualquiera condicin que conozcamos sepuede mostrar o poseer en grados diversos.

    Pero cuando hablamos de la dignidad humana hayun elemento central que no puede ser sometido acomparacin, que no reconoce propiamente gradacin.Esto es lo que expresara la intuicin de Kant de que

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    hay algo que es propio, lo ntimo de cada hombre/mujer, y que no puede ser utilizado como medio,como instrumento, sino que es siempre un fin en s.Hay algo que provoca repulsin en el intento de poseerintegralmente a un hombre como esclavo, a un niocomo objeto de placer o a un organismo humano comodonador de rganos.

    Todas las formas de relacin humana comprendenservicios, remuneraciones, organizacin, limitacioneso especificaciones de la libertad de los individuos. Perosiempre en casos de duda percibimos un lmite queno es franqueable, en el que la relacin cuestionable setransforma en usurpacin, en explotacin del otro.Ningn ser humano puede estar sometido a nuestro

    arbitrio. Hay algo en m y en cada uno de los hombresy mujeres, que le es propio, y de lo cual nadie puededisponer. Nadie puede estar a disposicin de otro comolo est el instrumento a la del operario. Esa condicindel ser humano es su dignidad. Todas las cosas puedenser transables y tienen precio; pero el hombre tienedignidad.

    Esa dignidad propia del hombre no existe en gradosdiversos. Sera absurdo decir que los hombres son mso menos explotables, ms o menos usables, como sepueden usar las cosas en general. Esa dignidad nu-

    clear o fundamental se tiene o no se tiene. No puedehaber hombre que no la tenga. Ella se adquiere con laexistencia y se pierde con la muerte.

    Ser persona no es algo agregado, no es una cualidad ocaracterstica del ser humano: es la manera que tieneel ser humano de existir, de ser. La dignidad no estligada a sus cualidades morales, fsicas o intelectuales,sino simplemente a que este es, al hecho de quecomo individuo de la especie humana tiene un lugarabsolutamente especial en la creacin.

    La persona humana en cuanto organismo biolgicoest sujeta a leyes de origen, desarrollo y decadencia.Durante este trayecto es vlido que ella no puede serusada como instrumento y que es digna de acogida yde respeto. Desde el primer instante de su existenciala persona es con otros, los otros son responsables anteella, deben acogerla, no pueden manipularla como sifuera un instrumento. Es en s misma un fin y demandade todos acogida y proteccin.

    El deber humano ms elemental es ayudar al hermanoa vivir la ltima llamada que recibe en esta tierra. Si la

    vocacin personal tiene un sentido central en nuestrasvidas, ella lo tiene mximamente en el momento enque la vida camina a apagarse. Cuando no quedan casilos rasgos de las cualidades que le han dado relieve alindividuo, es donde resplandece ms la pura dignidad.Donde se hace enteramente pasivo es donde resplande-ce el valor de la acogida como condicin fundamentaldel trato de las personas. Donde el hombre se haceimpotente para reivindicar su derecho, resplandece lafuerza de nuestra responsabilidad hacia l. Acogida yresponsabilidad son dos pilares de la sociedad humana.La muerte de cada ser humano nos trae una leccinde esas virtudes.

    3. Dignidad del embrin humano

    Vamos a ordenar esta exposicin de acuerdo a lassiguientes preguntas:1. Qu es un embrin humano? A lo que adelantamos

    la respuesta que propondremos: es un organismoperteneciente a la especie humana.

    2. Qu trato corresponde darle a ese organismo? A loque responderemos: el que es debido a una personahumana.

    3. Qu se puede inferir de una sociedad que le nie-ga ese trato? A lo que responderemos que ella no

    alberga un respeto cabal a la persona humana.

    1. Qu es un embrin humano?

    Queremos intentar una respuesta muy parcial, muylimitada, pero que no recurra todava a nociones fi-losficas que hoy son compartidas slo por algunos;que se apegue en este apartado ms bien al lenguajede las ciencias naturales. Creemos que esta manera deproceder presenta algunas ventajas en cuanto posibi-lidad del dilogo.

    La respuesta es casi engaosamente simple: es un orga-nismo de la especie humana. Pero para entender estarespuesta en sus implicaciones hay que clarificar lostrminos. Organismo animal? Cundo decimos queestamos frente a un organismo? Pensemos en cualquierclase de organismo, desde un protozoo a un verme(gusano) o a un mamfero (gato).

    Un organismo es una unidad discreta, una entidadbiolgica que se distingue claramente de su medio, delcual lo separa una capa ms o menos complicada deestructuras que vienen a constituir el lmite o borde del

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    organismo. Para una ameba ser la membrana celulary el glicoclix, para un mamfero el revestimiento depiel y de mucosas. Todo organismo tiene un borde, y atravs de este borde el organismo intercambia materiay energa con el medio. El borde que delimita la uni-dad discreta circunscribe un sistema termodinmicoque recibe del medio materia y energa y las entregatransformadas, o sea delimita lo que se podra llamarun sistema dinmico fisicoqumico abierto y de com-posicin muy compleja.

    Todos los organismos se caracterizan por una trayec-toria de desarrollo, de complicacin, de autoorgani-zacin, que sigue un curso perfectamente previsible.Si observo un organismo de una especie determinada

    en un momento dado de su vida puedo prever culser su estado en un instante posterior. Nos interesadestacar que este fenmeno universal en los organismosanimales de autoorganizacin ordenada y de cursopredecible deriva directamente de que sus componentesqumicos tienen formas y propiedades especificadas conalta precisin: poseen un alto grado de informaciny desenvuelven sus reacciones de interaccin qumicadentro de los lmites establecidos por un borde. Todasestas propiedades son comunes a los organismos, desdeel primer instante de su constitucin hasta la disolucindel sistema termodinmico en la muerte.

    Claramente este sistema empieza con la penetracindel espermatozoide en el ovocito. En ese instante segeneran en el espacio confinado por la membranacelular las cadenas continuas de reacciones qumicascoordinadas entre los componentes paterno y maternoque caracterizan el desarrollo. Inmediatamente antesde ese instante hay dos clulas independientes, el es-permatozoide y el vulo, que no estn circunscritas porun borde comn y que tienen destinos o trayectoriaspropias, enteramente distintas de la que se har presente

    en el vulo al ser fertilizado. Inmediatamente despustenemos un organismo en evolucin.

    Pero tambin, e insistiendo un poco sobre el desarrollodel huevo fecundado, l es claramente un organismo dela especie humana. El ms simple de los estudios de suscromosomas as lo acredita, y ms todava lo acreditasu trayectoria normal de desarrollo que a travs dedistintas etapas lo lleva a la adultez y la muerte.

    Adems, cada embrin es un sistema dinmico en elcual se combinan de manera nica por lo menos dostipos de componentes: los que constituyen sus genes y

    los que forman el resto de los componentes celulares:en el caso del zigoto, el citoplasma. Por razones quese entienden bien desde el ngulo fisicoqumico, estaspeculiaridades determinan trayectorias de desarrollodiferentes, aun en el caso de los gemelos univitelinos.Por eso, el embrin es un organismo humano nico encualquier estado de su desarrollo, distinto de todos losotros de su especie que se hallen en estado comparablede evolucin.

    Todo esto vale entonces desde el momento de la fe-cundacin. No hay razn slida para pensar que unembrin es menos un organismo humano antes de laimplantacin en el tero que despus de ella: los fa-mosos catorce das del informe Warnock son un plazo

    convencional y dictado por razones ms bien intere-sadas, pero sin base conceptual que resista el anlisis.Los eventos de la fecundacin son muy rpidos; a lospocos minutos de penetrar el espermatozoide se iniciaun juego recproco entre sus componentes y los delvulo para dar inicio a un proceso enteramente nuevo:el centriolo del espermatozoide gobierna los movimien-tos de la primera divisin del huevo, los productos delcitoplasma ovular ayudan a descondensar la cromatinadel espermio, la sntesis de ADN y la transcripcinde genes aportados por el espermatozoide puedencomenzar antes de que se fusionen los proncleos. Loscomponentes de las que fueron dos clulas trabajanahora armoniosamente como partes de una sola: se hainiciado la trayectoria (en el sentido de trayectoria enel espacio de fases de un sistema fisicoqumico) propiade un organismo.

    2. Qu trato merece un organismo humano?Desde qu momento merece el trato debido auna persona?

    Puesto de otro modo, desde qu momento tiene el

    derecho a la vida? Pensemos por un momento en esteconcepto tan peculiar de derecho a la vida. La propiaexistencia no es una cosa a la que uno tenga un derechoque sea de la misma especie que los dems. No tengoderecho a la vida en el mismo sentido en que tengoderecho a ser propietario o a expresarme libremente.El derecho a la vida es ms bien el fundamento ocondicin de todos los derechos y bienes posibles.Ciertamente, cuando morimos de muerte natural noes violado nuestro derecho a la vida, como en cambiolo estara si nos asesinaran. Por eso preferiramos ahora

    hablar ms que de mi derecho a vivir (que puede ser

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    una expresin vaca de contenido) del deber que tie-nen todos de respetar y aun de promover mi vida. Yentonces la pregunta es: desde cundo existe ese deberrespecto del embrin? De otro modo, desde cundohay que tratarlo como a una persona?

    Para responder hay que cambiar el modo de aproxi-macin. Hemos presentado un esbozo o atisbo de de-finicin o descripcin fisicoqumica de un organismo.Es obvio que no existe una definicin fisicoqumica, nisiquiera tcnico-cientfica de la persona. Muy habituales que se recurra a una caracterizacin emprica basadaen el desarrollo de las funciones de relacin, de inteli-gencia, del habla, entre otras, pero ello no es tan simple.Se ha argumentado y por mucho que el argumento

    suene horrible no se puede negar su coherencia quelas funciones de relacin de un feto de trmino, de unrecin nacido, de un infante mentalmente enfermo sonmuy imperfectas y no pueden compararse con las deuna persona propiamente tal, que habla y se conectacon su medio, y ni siquiera con las de muchos anima-les, de modo que stos podran tener incluso mayoresderechos que aqullos.

    Pero las funciones de relacin humanas aparecentambin gradualmente en trayectorias de desarrollo yno est claro por qu, si el organismo es un sistema en

    desarrollo (y lo es siempre), debera preferirse algnmomento especial de madurez funcional y no, porejemplo, el de algn fenmeno de determinacin quesea irreversible. Se ha hablado entonces del instante dela aparicin de las primeras neuronas, pero no quedaclaro qu podra tener de especial este ltimo fenmenopara darle preferencia sobre la aparicin del primeresbozo del sistema nervioso en el tubo neural, el queaparece como una diferenciacin en un organismohumano ya constituido y se halla irreversiblementecomprometido en el desarrollo de un sistema nervioso

    humano, y cuyo origen hay que buscarlo ms atrs, enel mismo comienzo de la evolucin del embrin.

    Uno puede decir con perfecta propiedad que desde elmomento en que existe un organismo humano se hallanen alguna fase de su desarrollo las funciones de relacinque le son propias. Da la impresin de que cualquierpunto que se escoja para decir: Aqu se inicia el desa-rrollo de las funciones de relacin es completamentearbitrario y refleja el deseo de encontrar un puntode discontinuidad ms bien que la existencia de taldiscontinuidad. Haciendo una brevsima incursin en

    un terreno de filosofa que hemos evitado hasta ahora,

    diramos que la persona humana existe en un cuerpo yque es propio de ese cuerpo hallarse siempre en algnestado de desarrollo.

    Entonces, reformulando la pregunta, cul es el tratodebido a un organismo que tiene tantas probabilida-des de ser efectivamente una persona? Cuando algomuy grave est en juego como la vida de alguien lamenor incerteza plantea un problema moral y por esorespondemos que ante cualquier mnimo grado deincertidumbre se le debe al embrin el respeto que sele debe a una persona. Yo puedo afirmar, claro est, queel embrin es siempre un organismo humano y queno hay ninguna evidencia cientfica que sea suficientepara negarle la condicin de persona. Y eso tiene una

    importancia prctica decisiva para decidir sobre el tratoque debo darle.

    Permtannos una comparacin. Si dudo sobre si unafigura que se mueve en la penumbra es un ser humanoo no lo es, y sin embargo disparo en su direccin, loque estoy poniendo en evidencia es que desprecio lacondicin humana. Si la tuviera en alta consideracin,en la incerteza yo estara obligado a abstenerme dehacer fuego, ya que est en juego algo tan importantecomo su vida.

    Pero el mundo biomdico de hoy muestra un crecientedesarrollo de acciones destructivas contra embriones yfetos: la manipulacin embrionaria, el aborto, para nohablar del infanticidio, muestran que estos organismoshumanos son tratados como cosas y de ningn modocomo personas.

    3. Qu significa que se le niegue al embrin elderecho a vivir?

    En el estado actual de nuestros conocimientos, noimporta tanto la seguridad de que el organismo em-brionario sea una persona, como que no existe unrespeto adecuado a la persona humana; no tanto lasdudas sobre el estatus del embrin como el desdnpor el hombre.

    La postura tolerante frente al aborto o a la experimen-tacin o manipulacin de embriones no sera posiblesin un trasfondo de menosprecio a la persona humanaen general. Es paradjico que esa postura sea muydifcil de conciliar con las principales corrientes de lasque se nutre la tica contempornea. stas necesitanen realidad de la persona humana. Es el testimonio

    involuntario que aportan sistemas ticos rgidamente

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    racionalistas y aun ateos. En efecto, podemos observaruna tica radicalmente utilitarista como la bioticaque preconiza Singer, o bien la llamada pragmticatrascendental de K. O. Appel, o el velo de la justiciadel que habla Rawls, para no mencionar sino unospocos. Todos ellos tienen como punto de partida elcarcter universalmente obligatorio de la tica y, portanto, la condicin nica de la persona humana, capazde formular principios de comportamiento libre quesean universalmente obligatorios. As se responde enel fondo a la exigencia de Kant, pero ninguna de estasposturas da una respuesta satisfactoria a una cuestinque es lgicamente previa: por qu habra de sujetarmea normas de racionalidad? Por qu habra de considerarque mi persona es algo cualitativamente diferente del

    resto de la realidad? Carecera de sentido una ticaracional que no concediera a la persona humana unsitio propio y previo a su formulacin, pero en algunaforma ese sitio est necesitado de justificacin. El ver-dadero problema de la tica no es determinar cul seala conducta ms racional, sino establecer por qu habraella de ser seguida. Es un problema de sentido.

    Esta perplejidad emerge en un mundo prctico,racional, inspirado por el positivismo y las cienciasnaturales, para el cual la realidad es en cierto modohomognea y no presenta elementos dotados de unapeculiar dignidad. El propio conocimiento cientficode lapsiquehumana ha erosionado la experiencia delyo al subsumirla en el juego de las leyes naturales y hacontribuido a desplazar el yo fuerte del hombre parareemplazarlo por un yo dbil, del estilo posmoderno,que ya no dice yo pienso sino se piensa.

    Sin embargo, esa visin no escapa al juicio implacableformulado hace ya un siglo por Nietzsche. Esa realidadhomognea, manipulable segn las leyes que la razndescubre en ella, es en realidad un mundo sometido a

    la voluntad de poder. No podemos vivir en un mundoen el que neguemos valor a las cosas que nos rodean. Siesos valores no estn arraigados en el ser mismo de lascosas sino que son creaciones nuestras o evidenciadasa travs nuestro sin referencia a la verdad, ellos pasana ser simplemente la expresin de la voluntad de podery cada hombre organiza el pedazo de mundo que lecorresponde, con arreglo a ella. En un mundo as, hastalos consensos pierden toda significacin trascendentalde acuerdos entre seres libres y se transforman en unamanera de convivencia que persigue evitar peores con-flictos. Por eso tenemos una especie de necesidad moral

    de las personas. Se da hoy da una misteriosa nostalgiapor la persona. Sentimos que sin ella no podemos vivirhumanamente. Pero eso no es suficiente.

    La relativizacin y la trivializacin de la vida humana,la reduccin de la persona a la categora de objeto entrelos objetos, la supresin de su carcter nico e intangi-ble es en realidad la supresin de la manifestacin porexcelencia de Dios a los hombres y por lo tanto unaverdadera negacin de Dios.

    4. Dignidad de la familia y DerechosHumanos

    La Declaracin de los Derechos Humanos no respondia ninguna postura filosfica o religiosa determinada,sino que fue provocada por los grandes horrores dela Segunda Guerra Mundial. Como el articulado dela Declaracin hace prescripciones bastante precisassobre rgimen poltico, no sera tampoco lgico, si nose quiere caer en un raciocinio circular, buscar el fun-damento de la Declaracin en el propio ideal polticoque ella propone. Sin embargo, a pesar de esta forma deneutralidad ideolgica, ya la primera mirada al textorevela algunos supuestos del documento.

    El primero de ellos es su pretensin de ser univer-

    salmente vinculante. La Declaracin es presentadacomo ideal comn por el que todos los pueblos ynaciones deben esforzarse (proclamacin). Ella aspiraentonces a darle una forma jurdica a un sentido moralde la humanidad, que no se entiende si no pretendeuniversalidad.

    A continuacin, el escrito apunta hacia principios quese suponen reconocidos por todos los seres humanos,hasta el punto de que no requieren de mayor justifica-cin. Empieza con la afirmacin de que la libertad,la justicia y la paz en el mundo tienen como base el

    reconocimiento de la dignidad intrnseca y de losderechos iguales e inalienables de todos los miembrosde la familia humana (considerando N 1). Y afirmaadems (art. 1) que todos los seres humanos nacenlibres e iguales en dignidad y derechos, y luego quetoda persona humana tiene todos los derechos y liber-tades proclamados en esta Declaracin, sin distincinalguna...

    Dignidad y derechos configuran una condicinespecial y nica, propia de personas en las cuales se anala condicin de sujetos con la apertura a una verdad

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    que las trasciende. La Declaracin supone la nocin delhombre como ser responsable y sometido a exigenciasmorales objetivas que se pueden codificar. An ms,supone la universalidad de una ley que ha de regir amuchos pueblos, de historias, costumbres y culturasdiferentes y que por lo tanto debe haber persistido atravs de evoluciones culturales divergentes. El hechode que conserve una vigencia universal, mantenindosevlida para todos, sugiere un fuerte grado de inmutabi-lidad: los derechos humanos seran no slo universalessino tambin permanentes. En esta forma, los derechospropuestos configuran un conjunto de bienes objetivosimportantes para el hombre.

    Es posible que prescripciones ticas o jurdicas de

    carcter universal y perdurable reflejen alguna formade experiencia tica bsica de la humanidad. Porquecuando el hombre aprueba, reprueba o regula unaconducta dada, ello acontece en primer trmino por-que la siente conforme o disconforme con lo que supropio modo de ser le impone. La aprobacin es unasuerte de adhesin prctica al objeto propuesto para laconducta, una verdadera connaturalidad entre el objetopropio de la accin y su agente. Se verifica un juicio deinclinacin que se refiere directamente a lo concreto dela situacin propuesta y que debe ser posteriormenteratificado por la razn.

    El acuerdo que se exige y proclama en la Declaracinno pretende fundarse en ninguna concepcin particulardel hombre que se halle explcitamente reconocida enella. Sin embargo, es difcil eludir la impresin de quela aceptacin de la Declaracin supone un grado deacuerdo sobre lo que se ha llamado desde antiguo lanaturaleza humana. Tal vez por eso mismo ella fueaceptada como proyecto por pensadores como JacquesMaritain, sostenedores de la nocin de una naturalezahumana de la cual fluyen derechos y obligaciones.

    En cambio, filsofos como Croce, afectos a una inter-pretacin historicista de lo humano, relativizaban ocuestionaban su valor.

    Creemos que este es el punto en que se articulan losproblemas de la familia y biotica con la Declaracinde Derechos Humanos. Desde 1948 hasta hoy se ha idoproduciendo una deriva en la concepcin misma delhombre, la que viene a encontrarse con la revolucinen la biomedicina.

    Si se analizan los contenidos de la Declaracin, se obser-va que disposiciones como las del derecho a la libertad

    del artculo 3 y a las libertades sociales fundamentales(arts. 18 a 20), as como a la seguridad social (22 yal trabajo (23) se han interpretado en clave cada vezms individualista, como derechos que no tienen otrolmite que el ejercicio del derecho ajeno, mientras quela definicin de la familia como el elemento natural yfundamental de la sociedad, con derecho a proteccinpor parte de la sociedad y del Estado, se ha visto debi-litada por una concepcin nuevamente individualistade los derechos de los nios y su contraposicin a losderechos de los padres. Recurdese que en la Declara-cin son los padres los que tienen derecho preferentea elegir la forma de educacin que recibirn sus hijos.Si se contrasta este enunciado con el artculo 13 dela Declaracin de los Derechos del Nio, veinte aos

    posterior, se percibe lo que ya anotbamos, o sea, unaderiva hacia la interpretacin de los derechos en clavede autoafirmacin individual.

    Una de las derivaciones socialmente ms relevantesha sido la reivindicacin de una llamada libertadreproductiva y de una concepcin torcida de libertadde la mujer para disponer de su propio cuerpo, queconduce en su curso lgico a la plena justificacin delaborto provocado. La nocin de libertad reproductivaha sido exaltada incluso por importantes juristas comoRobertson, quien la considera un derecho preeminentede la mujer. La lectura en clave individualista de larealidad social se percibe aun en pronunciamientos quebuscan defender el orden natural en casos puntuales.Recordemos el argumento del presidente Clinton frenteal anuncio de la de una oveja: muchos de nosotros sesentiran muy perturbados al pensar que podran serclonados.

    Pero, junto a una antropologa creciente y desborda-damente individualista, ha sobrevenido un desarrolloespectacular de tecnologas mdicas y biolgicas que

    tocan directamente a la vida personal y social de mul-titudes de seres humanos. Este impacto, que en ltimotrmino justifica traer estos temas en conjunto con unaDeclaracin Universal de Derechos, se debe a que lasintervenciones biomdicas tienden a multiplicar susefectos y acarrean consecuencias mltiples y de rpidadifusin.

    Pensemos en su impacto sobre la familia. La intro-duccin de los contraceptivos hormonales no sloha determinado graves crisis demogrficas sino que,adems, ha desencadenado la revolucin sexual al

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    independizar en mxima medida el impulso genticode las responsabilidades de la procreacin. Por otrolado, la familia afronta radicales cambios de conceptoemanados de la fertilizacin in vitro. Esta ha intro-ducido la posibilidad de reemplazo de la procreacinpor la fabricacin de seres humanos. Silver sostiene quela fertilizacin in vitro inaugura una nueva rama dela tecnologa, la reprogentica, que permitir regulartodo lo concerniente a la procreacin por medio deuna combinacin de tcnicas de fertilizacin y deintervencin sobre el genoma. Los avances registradoseste ao en la clonacin por transferencia nuclear enmamferos permitirn aplicar pronto esta tcnica alser humano como sistema de intervencin sobre lasclulas germinales.

    La sustitucin de procreacin por fabricacin, lapuesta en cuestin de todos los lazos de parentesco,consanguinidad y filiacin por el reemplazo de ga-metos, y en forma ms radical an por la clonacin,la intervencin gentica y la seleccin de embriones,son acciones que llevan a la validacin social prctica y,eventualmente, a la aceptacin legal de formas de coha-bitacin y de procreacin que niegan los supuestos dela familia humana. Pinsese, por ejemplo que, aunqueno tuvieran otro efecto los anuncios sobre clonacin,han puesto en evidencia que la milenaria superposicinentre relacin gentica, lazos sociales y lazos afectivosdebe ser revisada para los millares de individuos quecada ao son fabricados con gametos distintos de losde sus padres sociales. Por cierto que este complejoformado por las leyes de la descendencia, los afectos yla sociabilidad humana cuya unidad es la familia espuesto en duro trance para mantenerse. La familia quesegn la Declaracin es el elemento natural y funda-mental de la sociedad necesita de redefinicin, conlo cual se le est negando su condicin de elementonatural y fundamental. En efecto, cmo podra rede-

    finirse algo con esas caractersticas? Ello significa quehabra que reformular la Declaracin, y se percibe queen los pases que tienen verdadera influencia en las cosasinternacionales esta redefinicin no podra hacerse sinun sesgo enteramente individualista.

    Pero adems, cuando hay campaas de contracepcinque recurren hasta a las mutilaciones, cuando losembriones sobrantes de fecundacin in vitroson utili-zados como objetos experimentales en investigacionesorientadas a lo que se llama el bien de la humanidad,no hay duda de que la dignidad del ser humano est

    siendo sacrificada como objeto de la tcnica, y sabemosque los objetos no son sujetos de derechos como laspersonas.

    Existe una tendencia invasora de la tcnica a tomarlotodo como objeto posible y a actuar como si todo loposible fuera lcito. Y aqu se produce esa peculiar con-tradiccin de nuestro tiempo por la que el ser humano,autoafirmndose por el ejercicio de las armas poderosasde la tcnica, se entrega a s mismo como objeto. Enla prctica esto significa que la pregunta eludida en laDeclaracin: qu es el hombre y de dnde emanansus derechos? es sustituida por una ms limitada yprctica: quin es hombre y quin puede invocaresos derechos?

    Para el pensamiento establecido en muchas partes delmundo no basta con ser un organismo individual de laespecie Homo sapiens. Muchos son sacrificados cadaao en forma de abortos o de experimentacin embrio-naria. Ellos estn excluidos de la familia humana dela que habla la Declaracin y hay bioticos connotadosque excluyen tambin a los recin nacidos enfermosdel cuidado y asistencia especiales que se deben a lainfancia (art. 25 N 22). Al mismo tiempo, las prcticaseugensicas, en otro tiempo escndalo de la humanidad,se van introduciendo subrepticiamente en nuestra escena

    mdica. Como en el chiste de Orwell: aqu somos todosiguales, pero hay algunos ms iguales que otros.

    Cuando se formul la Declaracin, en 1948, estabanfrescos en la memoria crmenes atroces como el de

    Auschwitz, y exista conciencia clara del horror delGulag, por ejemplo. Sin embargo, nadie se habraocupado de hacer una Declaracin como esta si nohubiera existido una conviccin profunda de que,en medio de tantos horrores, el ser humano se sentaefectivamente llamado a actuar bien y de que eraposible iluminar su camino y fortalecer su voluntad.

    Centenares de millones de hombres eran pacficosy, aun en medio de terribles dolores, guardaban laesperanza y el respeto por lo humano.

    El intento del secularismo contemporneo de eliminar aDios de la vida pblica ha conducido a borrar tambinde ella al hombre concreto y reemplazarlo por unaabstraccin jurdica que se disuelve ante el anlisis y lacrtica. Es dudoso que el ser humano pueda darse uncdigo que efectivamente proteja su vida y sus derechossi echa al olvido lo ms fundamental de esa vida: queella es un don, no un bien cualquiera disponible, y que

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    el hombre no es amo del universo sino ser contingentey creatura.

    5. La dignidad desde la filosofa y la feEl ser humano ha hecho un gigantesco esfuerzo in-telectual a travs de su historia para encontrar unadefinicin de s mismo capaz de dar sentido, direcciny significado a su dolor, sufrimiento y muerte. Estaha sido una constante histrica en toda religin y entodo credo.

    Muchas han sido las definiciones filosficas del serhumano: animal racional, poltico, social, de trabajo,lingista, estructural, proletario, tcnico y algunas ms.Lo cierto es que ni una sola ni todas juntas dan todavarazn del ser humano, todas dejan fuera un inmensocampo de valores sin definir.

    Esas definiciones son aspectuales, esto es, recurren aslo un aspecto del ser humano. No es que el ser huma-no no quiera entrar en alguna de estas definiciones, esque para entrar en alguna tendra que renunciar a su es-tatus trascendental, tendra que dejar de ser persona.

    El ser humano es ms que todas estas definiciones.Ms que su biologa, ms que su psicologa, ms quesus facultades y, por tanto, ms que su razn y que su

    voluntad: su definicin trascendental es el punto deapoyo de su dignidad. Este estatus no puede drseloel ser humano a s mismo. La inhabitacin de este

    Alguien en el espritu humano hace al ser humanoabierto al Absoluto por el mismo Absoluto y, porconsecuencia, abierto a los dems. Es esta presencia delSujeto Absoluto en el espritu de todo ser humano loque constituye la conciencia, el poder del ser humano,la razn de ser de toda su dignidad.

    Algo hay en la persona que no se reduce a la manipu-lacin por leyes fsicas y qumicas: este algo es lo quehace a la persona ms que materia. El ser humanoes incomparablemente muchsimo ms que el conte-nido de la informacin gentica de sus 30.000 genes,estimados por el proyecto del genoma. No existe el serpersona clausurada en s misma.

    Esta es la razn por la cual ninguna definicin aspec-tual del ser humano puede ser punto de apoyo para ladignidad humana, porque todos estos estratos, parteconstitutiva del ser humano, son distintos e inclusoantitticos entre unos seres humanos y otros.

    El estado de conciencia del ser humano, nos dice elfilsofo F. Rielo, no acaece con el tiempo, ni con eldesarrollo o madurez biolgicos, ni con el cmulo deexperiencias; antes bien, la persona humana es un serconsciente, intelectivo, volitivo y libre desde el primermomento de su concepcin. Otra cosa es el ejercicioexperiencial de la conciencia y de la libertad, con sus dosfunciones de la inteligencia y la voluntad en su comple-

    jidad sicosomtica, sometidas al desarrollo y madurez enel tiempo biolgico. El ser humano posee, no obstante,vivencia primordial de su conciencia y de todo lo quele constituye como persona desde el momento de suconcepcin, y esta vivencia trascendente est presente entoda experiencia vivencial y experiencial en el desarrollointegral durante su vida en este mundo(2).

    El yo inhabitado por el Sujeto Absoluto, nos siguediciendo F. Rielo, contiene en s estos factores de-terminantes de unidad mucho antes de las primerasexperiencias fcticas que acuden a nuestro recuerdo,pues nuestro yo genetizado es antes que nuestraefectiva capacidad del recuerdo, de nuestra memoria,de nuestra imaginacin, de nuestros sentimientos, denuestros afectos y, cmo no, de nuestra cultura, denuestra educacin, de nuestras formas de pensar y deactuar, de nuestros conocimientos cientficos(2).

    Las funciones sicosomticas, sus contenidos de expe-riencias acumuladas, su objetivacin en la historia y enla cultura estn sometidas al proceso del conocimiento,cuya experiencia se obtiene a la par del desarrollo ymadurez de sus funciones biolgicas, sicolgicas y so-ciales, en las que a su vez intervienen las circunstanciaseducacionales y ambientales.

    El yo no surge con la experiencia ni con el razona-miento ni con el lenguaje ni con la cultura; al contrario,es esto lo que en el proceso viador surge de un yo sico-somatizado que, genetizado por la presencia del Sujeto

    Absoluto, est capacitado para ello, dentro de un lmiteformal abierto al lmite trascendental.

    El valor de la vida humana no deriva de aquello queun sujeto hace o realiza, sino simplemente de su exis-tencia con su ser constituido en relacin con el Sujeto

    Absoluto. En consecuencia, sea joven o adulto, sano oenfermo, embrin o neonato, genio o idiota, el valorde todo ser humano es totalmente independiente dela cualidad de sus prestaciones y de su vida. Lo queverdaderamente cuenta es su ser en relacin con elSujeto Absoluto(3-5).

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    Mientras que toda relacin con el otro es reveladorade mi ser persona, la relacin con Dios es constitutiva.Cada uno de nosotros existe como persona porque suser est en relacin con el misterio trascendente delSer. Si bien es verdad que cada uno se humaniza en elmomento en que es acogido en una red de relacionesinterhumanas, es tambin verdad que la acogida porparte del otro no constituye a la persona en su ser ni ensu valor. El otro no me atribuye ser y valor, sino que loreconoce, porque mi ser y mi valor estn constituidos

    por mi relacin con la alteridad fundante, con el SujetoAbsoluto(3).

    Ms all de cualquier cualidad o defecto, los seres hu-

    manos tienen, sin excepcin, la misma dignidad. Estadignidad les viene no de aquellos aspectos biolgicos,psicolgicos o sociales que precisamente diferencianunos seres humanos de otros, sino de aquello que leses comn y constitutivo, su filiacin con el Sujeto

    Absoluto.

    Referencias1. Rodrguez Guerro A, Chuaqui B. Notas sobre la evolucin del concepto de dignidadArs Medica2002; 4(6).2. Rielo F.Mis meditaciones desde el modelo gentico. Madrid: Fernando Rielo; 2001.

    3. Faggioni M. La qualit della vita e la salute alla luce dellantropologia cristiana. En: Qualit della vita ed etica dellasalute. Roma: Librera Editrice Vaticana; 2006: 28.4. De Angelis B. La divinizzazione delluomo in Massimo il Confessore. Divus Tomas2005; 42(3).5. La dignit della persona umana e lambiente divino. Bologna: Ed. Studio Domenicano; 2005: 65-80.

    Recibido: 9 de febrero de 2009

    Aceptado: 13 de marzo de 2009