la desamortización en aragón y su incidencia en daroca

21
Puerta de la iglesia de San Blas, del convento de la Merced, vendido tras la desamortización de Mendizábal

Upload: urbez

Post on 24-Jul-2015

628 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Puerta de la iglesia de San Blas, del convento de la Merced, vendido tras la desamortización de Mendizábal

La desamortización es el proceso a través del cual se ponen en venta los bienes de “manos muertas” mediante diferentes disposiciones legales.

El término manos muertas designa a aquellos bienes (generalmente tierras) que, por condiciones de legado u otras causas jurídicas, no se pueden vender permutar o transferir, siendo habitual que también estén exentas de muchos impuestos.

La mayor parte de estos bienes desamortizados eran propiedad de la Iglesia Católica y distintas órdenes religiosas, bajo la protección de la Monarquía, pero también fueron desamortizados realengos, señoríos y bienes de los ayuntamientos.

El proceso de la desamortización se desarrolló en varias etapas, todas ellas ligadas a gobiernos de carácter reformista o liberal. Este proceso va

paralelo al fin del antiguo régimen. Las principales etapas son:

1.-Reformismo borbónico.

2.- Godoy y carlos IV.

3.- Las Cortes de Cádiz 5.- Madoz

4.- Medizabal

3.- el trienio liberal

Durante el reinado de Carlos III (1759-1788) se inició una etapa de despotismo ilustrado. A lo largo de esta etapa se realizaron diversas reformas, algunas de las cuales constituyeron los primeros pasos hacia a la desamortización:

Se llevó a cabo una política más o menos regalista.

Se fomento la liberalización del comercio y de la circulación de mercancías.

Se decretó la expulsión de los jesuitas (1776)

Carlos III intentó llevar a cabo una reforma agraria, algunos de sus promotores son:

G. M. De Jovellanos, ministro de Carlos III, manifestó que las tierras habían llegado a tener un precio escandaloso dado su escasez en el mercado por encontrarse amortizadas y defendió la derogación de las leyes que permitían vincularlas.

Retrato Carlos III

P. de Olavide, dijo que los propietarios estaban subiendo mucho los precios del arrendamiento y los habían hecho intolerables. Para el uno de los males sobre la estructura agraria era la desigual repartición de tierras y el que estas fueran propiedad de pocas personas.

El conde de Aranda, P.P. Abarca de Bolea, capitán general de Carlos III, virrey de Valencia, presidente y capitán general de castilla y primer ministro de Carlos IV, impulsó paralelamente una importante reforma agraria iniciada en Andalucía y fue determinante en la expulsión de los jesuitas.

A lo largo de esta época se denotan los impedimentos que la amortización pone al desarrollo económico de la agricultura. Sin embargo las reformas propuestas por Carlos III fueron limitadas y resulto difícil llevarlas a cabo entre otras cosas por a la estructura del antiguo régimen. Posteriormente el nuevo monarca, Carlos IV y el temor a los efectos que las ideas ilustradas estaban teniendo en Francia hizo regresar a una política tradicional.

Realengo

Señorío

Comunidades

0.M. San Juan

Clero regular

Clero secular

O.M. Calatrava

O.M. Santiago

O.M. Sto. Sepulcro

provincias

corregimientos

El mapa de la izquierda muestra la propiedad de la tierra en Aragón a finales del Antiguo Régimen (1776). Casi la mitad era de jurisdicción señorial (31,9% de señorío secular y 16,3 % de señorío eclesiástico). El 23,7% eran realengos y el 18.2 % pertenecían a las cuatro comunidades.

Carlos IV (1788-1808) nombró en 1792 a Manuel Godoy como primer ministro y ambos emprendieron un proceso desamortizador, como recurso para superar la crisis que sufría la economía. Otro hombre importante en esta etapa fue el ministro Saavedra.

Entre las medidas tomadas en este periodo destacan:

Creación de las Cajas de Amortización de Vales Reales (1798 – 1799)

En 1798 se decreta de la enajenación de bienes raíces de hospitales, hospicios, casas de misericordia, de reclusión y de expósitos, cofradías, memorias, obras pías y patronatos de legos (1798)

En 1798 se emite un decreto que invita y posibilita la enajenación de bienes eclesiásticos, mayorazgos y tierras vinculadas

En 1805, Pío VII autoriza la venta de conventos y monasterios hasta una renta anual de 6.4 millones de reales de vellón.

En 1806-1807 se emite un Brebe Pontifício que autoriza al rey la venta de la séptima parte de los bienes de la iglesia,

En 1808 José I Decreta la venta de los bienes restante de obras pías y obliga al clero a entregar la séptima parte de sus bienes para evitar su enajenación.

En 1808 Napoleón decreta la reducción del número de conventos y monasterios a una tercera parte de los existentes

Retrato Godoy

Retrato Carlos IV

En 1798 se desamortizaron en Aragón los seis Colegios Mayores, hospicios, casas de misericordia, de reclusión y de expósitos cofradías y los bienes de la extinta Compañía de Jesús, destinados a la Caja de Amortización de vales reales.

En 1805 se abrieron 376 expedientes en el Arzobispado de Zaragoza y se produjeron ventas en 116 poblaciones aragonesas. Hasta 1809 se vendieron 482 ha (4,5 de la superficie cultivada), a lo largo de esta época se desamortizaron en Aragón y en valor neto 66.7 millones.

La nobleza adquirió el 14,2% de la tierra vendida, los hacendados el 59,9%, los artesanos el 12.1%, los eclesiásticos el 4,6% y los labradores sólo el 5,7%.

Nobleza

Hacendados

Cuerpos inmortales

Labradores

Propietarios forasteros

Eclesiásticos particulares

Artesanos

En la gráfica de la izquierda se muestra la distribución de la tierra por grupos sociales en Zaragoza y en 1806. La nobleza era propietaria del 12,8 %, los hacendados del 27,5%, los artesanos y labradores del 27,5%, las instituciones religiosas y benéficas del 30,8% y los eclesiásticos del 2,1%. Estos datos no reflejan la propiedad plena, hay que tener en cuenta que sobre las tierras de particulares recaía gran número de censos que generalmente cobraban las instituciones religiosas.

Las Cortes de Cádiz (1810-1813), en su intento por acabar con el antiguo régimen llevaron a cabo distintas medidas que contribuirán al proceso desamortizador como son la desamortización de tierras comunales para poder hacer frente a la deuda pública, la supresión de señoríos jurisdiccionales y mayorazgos, o la eliminación de los privilegios de los señoríos territoriales y solariegos.

En este periodo (1820-1823), se retomaron gran parte de las reformas de las Cortes de Cádiz, como la supresión de los señoríos jurisdiccionales y de los mayorazgos o la venta de tierras de los monasterios. Son ejemplos de estas medidas:

La venta de muchos bienes nacionales con la finalidad de acabar con la deuda pública

La supresión de numerosos monasterios, conventos y colegios de distintas órdenes militares y religiosas

En Aragón se vendieron: monasterios canónigos regulares, conventos de distintas órdenes localizados en diversos municipios aragoneses, bienes de órdenes militares, bienes de la inquisición, colegios y hospitales.

En Daroca salieron a la venta fincas pertenecientes a los Capuchinos y los Mercenarios.

En Zaragoza se desamortizaron 1.111 ha pertenecientes a 272 fincas tasadas en 8 millones y rematadas por 16, compradas entre otros por el banco de S. Carlos y varios comerciantes. También se vendieron 304 casas y solares eclesiásticos (once de cada doce situados en las afueras).Muchos bienes fueron ocultados pues se declaró un 20 % menos de la extensión desamortizada.

En la provincia de Teruel se subastaron 1.092 ha (892 de estas hectáreas pertenecían a la Orden de San Juan de Jerusalén en los municipios de Tronchón, Cantavieja, Alfambra), siete castillos, un palacio y otros cincuenta edificios.

Esta fase de la desamortización se vio interrumpida por la vuelta al absolutismo ( Fernando VII) y la derogación de la constitución.

Juan de Dios Álvarez Mendizábal fue un liberal progresista nombrado presidente en septiembre de 1835 durante la regencia de María Cristina y depuesto de su cargo en mayo de este mismo año. El proceso desamortizador se desarrolló de forma diferente a la ideada por Medizabal durante su breve presidencia. Tras la constitución de 1837 volvió a ser ministro de hacienda continuando con el proceso desamortizador.

Los objetivos de esta desamortización fueron: recuperar vales de deuda pública, financiar el ejército liberal, disminuir el déficit presupuestario del Estado, conseguir apoyos liberales y fomentar el desarrollo de la agricultura.

La venta se realizó mediante subasta pública, y el pago podía realizarse, en metálico o con títulos de deuda pública. Los compradores fueron en su mayoría hacendados, grandes comerciantes y una creciente burguesía.

Retrato Medizábal

En la provincia de Zaragoza se vendieron entre 1836 y 1851 un total de 6580 fincas que ocupaban 7.111 ha (el 99.8 % rústicas) por valor de 126,52 reales de vellón.

En Huesca la desamortización comienza prácticamente en 1838, realizándose una rápida enajenación, especialmente intensa entre 1839 y 1840. En esta ciudad, aproximadamente, una de cada tres casas era del cabildo.

Hasta Julio de 1845, según el diccionario de Madoz, se habían vendido en Aragón 11.888 fincas por 206.902.170 reales de vellón en remate (casi todas pertenecientes al clero), con una mejora del precio de tasación del 216% que supone el 6% de las ventas totales de España. En este año quedaban por vender 5.455 fincas por un valor de tasación de 19.299.780 reales. Casi dos tercios de los bienes vendidos eran rústicos.

Monasterio de Veruela desamortizado en 1835

En el partido de Daroca se vendieron 149 fincas a 43 compradores con una extensión de 113 ha y un valor total de 2.086.523 reales, y en Daroca se vendieron 65 fincas a 23 compradores con extensión de 52 ha por valor de 1.646.807 reales. Pertenecientes fundamentalmente a las órdenes de Franciscanos, Capuchinos, Mercedarios calzados, Trinitarios calzados y Dominicas).

Algunos ejemplos de los bienes urbanos desamortizados en Daroca son el convento de la Merced o la casa del Diablo Royo. El “Diablo royo” fue el apodo de Luis García, un anticlerical que adquirió muchos de los bienes de los conventos de Daroca tras la desamortización y se traslado a vivir a esta ciudad.

Puerta del Convento de la MercedVentana de la casa del Diablo royo”

La mayoría de los compradores adquirieron pocas fincas aunque hubo 86 personas que compraron más de 16 fincas entre todos ellos más de la tercera parte de la extensión total vendida y 52 que adquirieron más de 32 ha.

En cuanto a su profesión prevalecen comerciantes, nobles... y hay un escaso número de agricultores.

Sin embargo, y según dice Marteles López en su estudio sobre la desamortización de Mendizábal en la Provincia de Zaragoza no surgieron nuevas oligarquías a partir de este proceso.

Al parecer la mayor parte de los compradores son comerciantes, hacendados, burguesía... como veremos más adelante en apartado 3: propósitos y consecuencias del proceso desamortizador.

Pascual Madoz era miembro del Partido Progresista y presidente del Consejo de Minitros en 1854 durante el bienio progresista.

Retomó el proceso desamortizador dentro de un plan de reformas económicas con el objetivo de impulsar el desarrollo y la industrialización en España (como la construcción del ferrocarril).

La ley de desamortización de Madoz (1855), llevó a subasta bienes de los ayuntamientos, del estado, de la iglesia, de instituciones benéficas y de las órdenes militares.

Retrato Madoz

Inventario Extn. Ha Nº fincas

Remate Valor Nº compr.

% fin. Comp. Otro part.

Clero 3.341 6.713 60.073.124 37.564.843 3.028 15,3

Propios 129.901 2.023 58.554.228 30.380.441 1.213 27,6

Beneficencia 1.126 1.347 19.102.686 12.206.502 645 21,2

Instruc. Públ. 628 341 8.300.683 4.439.723 205 13,5

Estado 2.423 248 3.913.557 3.457.197 141 33,5

Tot. Provinc. 137.419 10.672 149.944.278 88.048.706 4.512 18,7

En la siguiente tabla se recogen algunos de los datos relativos a los bienes vendidos en la provincia de Zaragoza entre 1855 y 1875.

Aunque no aparezca reflejado en el cuadro también es destacable que el 99,97 % de la extensión vendida es de suelo rústico y tan solo el 0.03% urbano (edificios y pequeñas fincas)

En el partido judicial de Daroca se vendieron 2.120 ha, destaca la venta de la laguna de Gallocanta con 1.036 ha. por 32.000 reales a una familia de Zaragoza.

Inversión total Nº Comp. Nº fincas Extensión

1 – 5.000 rs. 1.366 1.673 1.849

5.001 – 10.000 rs. 866 1.243 1.697

10.001 – 20.000 rs. 886 1.504 4.172

20.001 – 40.000 rs. 566 1.503 10.833

40.001 – 80.000 rs. 385 1.275 16.617

Más de 80.000 rs. 443 3.474 102.253

Totales 4.512 10.672 137.419

En la tabla de la izquierda se recogen el número de compradores en función del total de inversión total realizada (en reales) para la provincia de Zaragoza

Las mayores mejoras del precio de subasta (184%) pertenecen a los compradores que realizaron mayor inversión

Los compradores disminuyen a medida que aumenta la inversión y la extensión de las fincas. Cada finca tenía una extensión media de 12,88 ha, y cada comprador tenía una media de 2,37 fincas.

Los compradores que realizaron una inversión mayor a los 80.000 reales tenían una media de 7,8 fincas con una extensión media por finca de 29,43 ha.

El proceso de la desamortización fue levado a cabo principalmente dentro de los planes de reformas económicas de distintos gobiernos de carácter liberal y progresista. Este proceso es coincidente con el fin del antiguo régimen.

Hasta 1867 se habían vendido en Aragón más de 38.000 fincas pertenecientes a los ayuntamientos y el clero.

Obtención de recursos económicos para la hacienda pública, especialmente en situaciones de crisis. Con esta finalidad comienzan las primeras fases de la desamortización.

Acabar con el sistema del Antiguo Régimen y consolidar una clase media entre la cual pudiese ganar apoyos y votos el liberalismo.

Fomentar la libre circulación de mercancías y bienes. Desarrollo de la industrialización y del capitalismo.

Privatización de gran parte del terreno, bienes y recursos de los ayuntamientos

Roturación y tala de grandes extensiones de bosques.

Disminución de pastos, leña... Fomento (indirecto) de la industrialización y emigración a las zonas urbanas.

Aumento de la producción agraria (mayor superficie de cultivo) y el rendimiento (inversiones en las técnicas, semillas...).

Fuente de ingresos para la hacienda pública.

Pérdida de información de muchos documentos desamortizados.

Los agricultores, hacendados, comerciantes... Adquirieron gran parte de los bienes desamortizados, en muchos casos a cambio de sus devaluados vales de deuda pública. La desamortización favoreció el desarrollo de la clase media y la consolidación de la burguesía.

Los nobles aumentaron sus propiedades fortaleciendo su riqueza.

Los jornaleros se vieron imposibilitados de adquirir las tierras subastadas.

Estudios sobre la desamortización en Zaragoza. Carmen Lozano Floristán y Francisco Zaragoza Ayarza.

La desamortización de Mendizábal en la Provincia de Zaragoza (1835-1851) Pascual Marteles López.

La desamortización de Madoz en la Provincia de Zaragoza (1855-1875). Director: Dr. D. Gonzalo Anes Álvarez

GEA, Gran enciclopedia aragonesa. www.enciclopedia-aragoes.com

Enciclopedia temática de Aragón, Historia II: de la edad Moderna a nuestros días. Ed. El periódico de Aragón.

La desamortización de bienes eclesiásticos en la provincia de Huesca

Historia de España, 2º bachillerato. Ed. Vicens Vives.

La reforma agraria para Andalucía del Conde de Aranda. Antonio Merchán.

Daroca Turismo: www.daroca.es/turismo

El Ruejo. Revista de estudios históricos y sociales (Daroca) Nº. 3

Aunque se han realizado diferentes estudios y tesis sobre el proceso desamortizador en Zaragoza. Resulta difícil la obtención de documentos globales especialmente para Aragón en su conjunto y la provincia de Huesca.

Puerta de la iglesia de San Blas, del convento de la Merced, vendido tras la desamortización de Mendizábal