la custodia de la espada sabia

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LA CUSTODIA DE LA ESPADA SABIA Se preguntarán qué fue de la Espada Sabia, desde el día en que cayó Tartessos y las Vrayas la ocultaron en la Caverna Secreta. La respuesta es simple: permaneció en la Caverna todo el tiempo, es decir, durante unos 1.700 años hasta ese momento. Se llevó a cabo, así, el juramento que hicieron entonces los Hombres de Piedra: la Espada Sabia no sería expuesta nuevamente a la luz del día hasta que no llegase la oportunidad de partir, hasta que los futuros Hombres de Piedra viesen reflejada en la Piedra de Venus la Señal Lítica de Agartha. Para ello, los Señores de Tharsis establecieron que una Guardia debía permanecer perpetuamente junto a la Espada Sabia, lo que no siempre fue posible debido a que sólo algunos Iniciados eran capaces de ingresar en la Caverna Secreta. La entrada secreta estaba sellada por las Vrunas de Navután desde la época de los Atlantes Blancos y resultaba imposible localizarla a todo aquel que no fuese un Iniciado Hiperbóreo: las Vrunas eran Signos Increados y sólo podían ser percibidas y comprendidas por quienes dispusiesen de la Sabiduría del Espíritu Increado, es decir, por los Iniciados en el Misterio de la Sangre Pura, por los Hombres de Piedra, por los Guerreros Sabios. Sin embargo, salvo algunos cortos y oscuros períodos, la Casa de Tharsis nunca dejó de producir Iniciados aptos para ejercer la Guardia de la Espada Sabia. Pero ya no eran tan numerosos como en los tiempos de Tartessos, cuando el Culto del Fuego Frío se practicaba a la Luz de la Luna y existía un Colegio de Hierofantes. En los Siglos siguientes, hubo que ocultar la Verdad del Fuego Frío a los Romanos, Visigodos, árabes, y Católicos, reduciéndose la celebración del Culto al ámbito estrictamente familiar: inclusive, dentro de aquel ámbito familiar reservado, se debía convocar sólo a quienes demostraban una conveniente predisposición gnóstica para afrontar la Prueba del Fuego Frío, que en nada había cambiado y seguía siendo tan terrorífica y mortal como antes. Salvo los períodos mencionados, durante los que no hubo ningún miembro de la Casa de Tharsis capaz de ingresar en la Caverna

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LA CUSTODIA DE LA ESPADA SABIA

LA CUSTODIA DE LA ESPADA SABIA

Se preguntarn qu fue de la Espada Sabia, desde el da en que cay Tartessos y las Vrayas la ocultaron en la Caverna Secreta. La respuesta es simple: permaneci en la Caverna todo el tiempo, es decir, durante unos 1.700 aos hasta ese momento.

Se llev a cabo, as, el juramento que hicieron entonces los Hombres de Piedra: la Espada Sabia no sera expuesta nuevamente a la luz del da hasta que no llegase la oportunidad de partir, hasta que los futuros Hombres de Piedra viesen reflejada en la Piedra de Venus la Seal Ltica de Agartha.

Para ello, los Seores de Tharsis establecieron que una Guardia deba permanecer perpetuamente junto a la Espada Sabia, lo que no siempre fue posible debido a que slo algunos Iniciados eran capaces de ingresar en la Caverna Secreta.

La entrada secreta estaba sellada por las Vrunas de Navutn desde la poca de los Atlantes Blancos y resultaba imposible localizarla a todo aquel que no fuese un Iniciado Hiperbreo: las Vrunas eran Signos Increados y slo podan ser percibidas y comprendidas por quienes dispusiesen de la Sabidura del Espritu Increado, es decir, por los Iniciados en el Misterio de la Sangre Pura, por los Hombres de Piedra, por los Guerreros Sabios.

Sin embargo, salvo algunos cortos y oscuros perodos, la Casa de Tharsis nunca dej de producir Iniciados aptos para ejercer la Guardia de la Espada Sabia. Pero ya no eran tan numerosos como en los tiempos de Tartessos, cuando el Culto del Fuego Fro se practicaba a la Luz de la Luna y exista un Colegio de Hierofantes.

En los Siglos siguientes, hubo que ocultar la Verdad del Fuego Fro a los Romanos, Visigodos, rabes, y Catlicos, reducindose la celebracin del Culto al mbito estrictamente familiar: inclusive, dentro de aquel mbito familiar reservado, se deba convocar slo a quienes demostraban una conveniente predisposicin gnstica para afrontar la Prueba del Fuego Fro, que en nada haba cambiado y segua siendo tan terrorfica y mortal como antes.

Salvo los perodos mencionados, durante los que no hubo ningn miembro de la Casa de Tharsis capaz de ingresar en la Caverna Secreta, lo normal era la formacin mnima dedos Iniciados por Siglo, en las peores pocas, y de 5 6 en las ms prolferas.

Si el Iniciado era una Dama de Tharsis, se le daba el ttulo de Vraya, en recuerdo de las Guardianas iberas. Si se trataba de un Caballero, se lo denominaba Noyo, que haba sido el nombre, segn los Atlantes Blancos, de los Pontfices Hiperbreos que en la Atlntida custodiaban el Ark, vale decir, la Piedra Basal, de la Escalera Infinita que Ellos saban construir y que conduca hacia el Origen.

Es obvio que, para cumplir con el juramento de los Hombres de Piedra, los Noyos y las Vrayas tenan que convertirse en ermitaos, es decir, tenan que alojarse en la Caverna Secreta y permanecer todo el tiempo posible junto a la Espada Sabia: y nadie podra servirles porque nadie, ms que ellos, poda entrar en su morada.

Pero aquella soledad careca de importancia para los Iniciados: la renuncia y el sacrificio que exiga la funcin de Guardin de la Espada Sabia era considerado un Alto Honor por los Seores de Tharsis.

De acuerdo a lo referido por quienes haban entrado y salido de la Caverna Secreta, el trabajo realizado durante tantos Siglos por los Iniciados que all permanecan haba dotado al sitio de algunas comodidades. En efecto, aunque desde el principio se convino en no introducir objetos culturales, lo cierto es que Noyos y Vrayas fueron tallando pacientemente la piedra de la Caverna y modelaron sillas, mesa, lechos, altar, y una representacin de la Diosa del Fuego Fro. Y frente al Rostro de Pyrena, arda una vez ms la Flama de la Lmpara Perenne.

Pero el Rostro de la Diosa no surga ahora de un menhir sino que estaba esculpido sobre una gigantesca estalactita verde. Tampoco exista un mecanismo que hiciese abrir los Ojos ya que estos haban sido profundamente excavados y estaban siempre abiertos, prestos a revelar a los Iniciados la Negrura Infinita de S Mismo.

Frente al Rostro, yaca el altar, que consista en una columna cbica rematada por dos escalones: la superficie del escaln superior llegaba al nivel del mentn de la Diosa y, sobre ella, haba un agujero vertical en el que se introduca la empuadura de la Espada Sabia hasta el arriaz, de suerte tal que la misma quedaba parada y alineada con la Nariz de la Diosa, como si fuese un eje de simetra del Rostro. De ese modo, la Piedra de Venus, que estaba engastada en la cruz de la empuadura, apareca en el centro de la escena, dispuesta para la contemplacin.

En la superficie del escaln inferior, bajo el nivel de la empuadura, se hallaba depositada la Lmpara Perenne. Aquel sector de la Caverna Secreta tena forma de nave semiesfrica, estando la estalactita con el Rostro de Pyrena en un extremo cercano a la pared de piedra. sta apareca chorreada de lava y sales, mientras que el techo se presentaba erizado de verdosas estalactitas.

El piso por el contrario, haba sido cuidadosamente limpiado de protuberancias y nivelado, de manera tal que era posible sentarse cmodamente frente al Rostro de la Diosa y contemplar, asimismo, la Lmpara Perenne y la Espada Sabia con la Piedra de Venus.

Los alimentos necesarios para subsistir los provean los Seores de Tharsis manteniendo siempre colmada la despensa de una Capilla que exista al pie del Cerro Candelaria. Tal Capilla, que se haba construido para los fines sealados, permaneca cerrada la mayor parte del ao y slo era visitada por los Seores de Tharsis que all iban a orar en la mayor soledad: aprovechaban entonces para depositar los vveres en un pequeo cuarto trasero, cuya nica puerta daba a la ladera del Cerro.

Hasta all bajaban furtivamente, preferiblemente por la noche, varias veces por ao los Iniciados para proveerse de alimentos. Normalmente hallaban una acmila en un corral contiguo, con la que cargaban los bultos hasta la entrada secreta y a la que luego dejaban libre, dado que el animal regresaba mansamente a su cerco.

Pero en otras ocasiones los Seores de Tharsis aguardaban en la Capilla semanas enteras hasta que coincida alguna de aquellas visitas nocturnas: entonces, en medio de la alegra del reencuentro, los Noyos o las Vrayas reciban noticias de la Casa de Tharsis.

Especialmente indagaban sobre los jvenes miembros de la familia, si alguno de ellos se preparaba seriamente para la Prueba del Fuego Fro y si se advertan posibilidades de que pudiese superarla. Nada preocupaba ms a los Hombres de Piedra y a las Damas Klibur que el no ser reemplazados por otros Iniciados, que la Espada Sabia quedase sin Custodia.

Los Seores de Tharsis, por su parte, inquiran a Noyos o Vrayas sobre sus visiones msticas: No se haba manifestado an la Seal Ltica de Agartha? Haban recibido algn mensaje de los Dioses Liberadores? Cundo Oh Dioses! cundo llegara el da de la Batalla Final? Cundo la Guerra Total contra las Potencias de la Materia? Cundo abandonaran el Universo infernal? Cundo el Origen?

LA AMENAZA TEMPLARIASiempre haba ocurrido de manera semejante. Hasta entonces. Porque desde que el Castillo de Aracena estuvo terminado, a unas decenas de kilmetros del Cerro Candelaria, un halo de amenaza pareci extenderse por toda la regin. Hubo, pues, que extremar las medidas de precaucin para abastecer la Caverna Secreta y se redujeron al mnimo los encuentros con los Iniciados ermitaos.

En aquel entonces habitaban la Caverna Secreta 3 Iniciados:

1)Una anciana Vraya, mujer de ms de 70 aos, que durante 50 aos jams abandon la Guardia.

2) Un Noyo de 50 aos, Noso de Tharsis, que hasta los 30 fue Presbtero en la Iglesia de Nuestra Seora de la Gruta y ahora estaba oficialmente muerto.

3)Y un joven Noyo de 32 aos, Godo de Tharsis, que cumpla la funcin de aprovisionar la Caverna Secreta.

Pero Godo, hijo del Conde Odieln de Tarseval, no era un improvisado en cuestin de riesgos: llevado de nio a Sicilia por uno de los Caballeros aragoneses que servan en la corte de Federico II, fue paje en el palacio de Palermo y luego escudero de un Caballero Teutn en Tierra Santa.

Nombrado a su vez Caballero, a los 20 aos, ingres en la Orden de Caballeros Teutones y luch 5 aos en la conquista de Prusia. Haca 7 aos que permaneca de Guardia en la Caverna Secreta, aunque pasaba por estar an combatiendo en el Norte de Alemania.

Se trataba, pues, de un guerrero experto, que saba moverse con precisin en el campo de batalla: sus incursiones a la Capilla eran cuidadosas y estudiadas, procurando evitar la posibilidad de ser sorprendido por el Enemigo. Esto lo aclaramos para descartar el caso de que un descuido fuese el responsable de lo que aconteci luego.

Lo cierto es que el Enemigo conoca aquel sitio y esto no lo ignoraban los miembros de la Casa de Tharsis: segn la saga familiar, en efecto, en el lugar donde se levantaba la Capilla del Cerro Candelaria, los Inmortales Bera y Birsa haban asesinado a las Vrayas, 1.700 aos antes.

De all que los Seores de Tharsis pensasen en cambiar el punto de aprovisionamiento. Pero la intensa vigilancia que mantenan sobre Aracena no revelaba movimiento alguno en direccin de la Capilla y las cosas siguieron as durante los 4 aos siguientes.

Cada 3 4 meses el Noyo Godo descenda de la Sierra en forma sorpresiva e imprevisible y proceda a transportar las provisiones a la Caverna Secreta. Y solamente una vez al ao estableca contacto con alguno de los Seores de Tharsis. Pero las noticias eran invariablemente las mismas: los Templarios no efectuaban ningn movimiento en aquella direccin. Ms, aunque no actuasen, ahora estaban all, demasiado cerca, y su presencia constitua una amenaza que se perciba en el ambiente.

LA LLEGADA DE BERA Y BIRSANaturalmente, los Templarios no actuaban porque estaban esperando a los Inmortales. Y Aquellos, finalmente llegaron, 140 aos despus del asesinato de Lupo de Tharsis en la Fortaleza de Monzn. Un barco de la armada templaria, proveniente de Normanda, los desembarc en Lisboa en 1268 junto al Abad de Claraval, el Gran Maestre del Temple, y una custodia de 15 Caballeros.

El Gran Maestre explic a la Reina Beatriz que la expedicin tena por destino el Castillo de Aracena, donde se iba a nombrar un Provincial, obteniendo todo su apoyo y la consecuente autorizacin del Rey Alfonso III. La presencia de Bera y Birsa no fue notada all porque simulaban ser hermanos sirvientes y vestan como tales. Das despus los viajeros tomaban la antigua carretera romana que iba desde Olisipo (Lisboa) a Hispalis (Sevilla) y pasaba por Corticata (Cortegana), a pocos kilmetros de Aracena.

Ya en Aracena, los Inmortales aprobaron todo lo hecho por los Templarios en cuanto a la edificacin del Castillo. En el interior de la iglesia, en el piso del bside, estaba la puerta trampa que comunicaba con la Cueva de Odiel: en verdad, la Cueva no se hallaba exactamente abajo de la iglesia sino que haba que llegar a ella por un tnel en rampa, al que se acceda por una escalera de madera desde el bside.

Pero Bera y Birsa pasaron por alto los detalles de la construccin pues su inters mayor radicaba en la Cueva. La exploraron palmo a palmo, durante horas, hablando entre ellos en un lenguaje extrao que sus 4 acompaantes no se atrevan a interrumpir. Estos eran el Abad de Claraval, el Gran Maestre del Temple, ambos Golen, y dos Preceptores Templarios expertos en lengua hebrea, vale decir, dos Rabinos, representantes del Pueblo Elegido.

Al parecer, la inspeccin haba arrojado resultados positivos. Eso lo adivinaban por las expresiones de los Inmortales pues estos eran sumamente parcos en todo lo que se refera a la Cueva y a su presencia all.

En todo caso, slo hicieron una solicitud: que se adaptase a cierta forma simblica, que describieron con precisin, el espejo de un pequeo lago subterrneo, el cual estaba nutrido por un hilo de agua de nfimo caudal. Tambin se deba interrumpir momentneamente aquel afluente, desviando el erosionado canal de alimentacin. Y haba que distribuir en determinados lugares, en torno del lago, 7 candelabros Menorah.