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¿ES LA CULTURA UN AGENTE INFLUYENTE EN LOS PROCESOS
DE LECTURA Y ESCRITURA?
Por: Mabel Murillo
Correo electrónico: [email protected]
Palabras clave: Cultura, escritura, lectura, significado, concepto.
Resumen:
Se tiende a hablar de cultura y de expresión cultural, sin saber qué es realmente, y en
muchas ocasiones el desconocimiento de éste término desencadena una malinterpretación
de todos los fenómenos que giran en torno a él. En el siguiente ensayo se pretende
exponer y ampliar las diferentes definiciones que se han dado de la cultura y establecer la
influencia de éste factor en los procesos de lectura y escritura. Es pertinente una
ampliación de lo que se ha establecido como lectura y escritura y al tener claro estas
nociones, se evidenciará la influencia de la cultura en los procesos, pero también se podrá
reconocer una relación reciproca entre los tres conceptos que se están trabajando, para decir
finalmente que éstos toman sentido cuando se encuentran en conjunto.
¿Es la cultura un agente influyente en los procesos de lectura y escritura?
Para centrar este interrogante debemos referirnos a un concepto de cultura, partiendo de un
punto de vista general y llevándolo a una perspectiva teórica. Ya que estas aclaraciones
permitirán darnos cuenta que ha tomado muchas definiciones, que han hecho de éste un
concepto ambiguo con diferentes interpretaciones.
De igual manera se debe hacer una ampliación en los conceptos de lectura y escritura,
hablar de la estrecha relación que guarda el uno con el otro; con el objetivo de identificar a
qué procesos nos referimos y finalmente la influencia que la cultura ejerce en ellos.
Podemos nombrar algunas aproximaciones que se han dado acerca de la definición de
cultura que comúnmente se poseen, en el texto de Francisco Javier Franco Silva, publicado
en la revista Polémica de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) , el autor
expone una parte del análisis que realiza Jairo Muñoz, que nos propone dos pequeñas
vertientes , inicialmente la que plantea a la cultura como la reunión de los buenos modales,
las buenas costumbres, en esta misma perspectiva se llama cultura a las cualidades
artísticas y folklóricas que posea una región determinada, en este punto cabe aclarar que se
pueden observar ciertas características que forman parte del concepto de cultura, no quiere
decir que ésta noción es errada, solo es que no se ha permitido una ampliación del
concepto.
La segunda nos habla más de un concepto retomado y generalizado “… que manipula el
término como el último añadido teórico de muchos discursos, explicativo de todos los
discursos del hombre (…) sirve para abarcarlo todo perdiéndose en la generalidad” (Muñoz
como se cita en Silva,1996 ). Cuando Muñoz habla del discurso del hombre, se refiere a las
diferentes disciplinas que éste ha establecido; y si se centra a la cultura en estos discursos,
vendría siendo las diferentes perspectivas que se le han dado al concepto. Porque es muy
diferente la cultura como se concibe dentro de la psicología a la que se puede interpretar
antropológicamente.
Otra definición de cultura es la que nos da Carlos A. Sabino quien la define “como aquello
que le permite a la especie humana modificar y remodelar el ambiente que la rodea para
sobrevivir y desarrollarse. Esto conlleva conocer la naturaleza y las mutaciones de los
objetos que la rodean” (como se cita en Silva, 1989); en este sentido la cultura vendría
siendo los modos de adaptación que utiliza el hombre para la supervivencia de su especie,
y la relación que éste establece con su entorno. Esta relación es sumamente importante, ya
que es la manera de la apropiación de espacio, su construcción, su conformación, en cierta
forma viene a hacer una exteriorización de todas esas concepciones que posee determinado
grupo y las plasma en su entorno; en la actualidad podemos decir que es clara la diferencia
entre la composición urbanística China a la composición Veneciana o Griega.
Una perspectiva muy interesante que se le ha dado a la cultura es la que nombra Geertz
Cliff, quien nos propone una mirada semiótica de la cultura;
Creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en tramas de
significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que
el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca
de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones (Geertz, 1989).
Geertz propone esta mirada, ya que dentro de la antropología, la cultura se ha estudiado a
partir de fenómenos, de experimentos, de supuestos y han tratado de encajarla tanto en un
concepto estrictamente teórico que la limitan y en cierta manera desvían la verdadera
interpretación, que debe llegar al punto de entender que todas las manifestaciones culturales
poseen significación, que están determinadas por esa misma influencia y que toman sentido
al ver las relaciones que poseen con el grupo cultural. Un ejemplo que ilustra muy bien la
situación es el que Cliff hace más adelante en su texto,
Uno no puede hacer una guiñada (o fingir burlescamente una guiñada) sin conocer
lo que ella significa o sin saber cómo contraer físicamente el párpado y uno no
puede llevar a cabo una correría para adueñarse de ovejas (o fingir tal correría) sin
saber lo que es apoderarse de una oveja y la manera práctica de hacerlo. (Geertz
Clifford, 1989).
De esta manera es claro el hecho de que todo acto que culturalmente se desarrolla
necesariamente posee un significado, y el trabajo está en interpretar esa significación.
Así pues que una “guiñada” como lo denomina Cliff al hecho de cerrar un ojo rápidamente,
es un acto humano que en cualquier parte del mundo tiene cierto significado, pero este
cambia de acuerdo a las circunstancias, los individuos implicados en ello. Y estos agentes
son parte de la cultura, así que desde actos tan simples como el que se ha ejemplificado se
puede advertir que la cultura se encuentra entrelazada con cada aspecto en el que se
evidencie la presencia humana.
Después de haber hablado del concepto de cultura, debemos referirnos al concepto de
lectura, que para Gremias y Courtès citados por Eduardo Serrano,
… es ante todo esencialmente una semiosis, una actividad primordial que tiene por
efecto correlacionar un contenido con una expresión dada y transformar una cadena
de la expresión en una sintagmática de signos; se ve enseguida que tal performancia
presupone una competencia del lector, comparable; aunque no necesariamente
idéntica, a la del productor del texto. (Gremias & Courtès como se cita en Serrano,
1979).
Es muy importante identificar a la lectura como ese proceso semiótico, no es simplemente
el hecho de la decodificación de los grafemas, sino que es más un proceso de producción de
sentido, que como lo podemos observar en la definición que aporta Gremias y Courtes , no
cualquier lector alcanza esta significación; si no que es ese “lector rumiante” en términos de
Nietzhe, que sea capaz de alcanzar ese discurso como lo nombra Van Dijk o el enunciado
como lo llama Serrano; porque todos sabemos descifrar códigos, pero no todos leemos
conscientemente. Y en caso de que no existiese enunciado, el lector debe ser capaz de
identificar esta situación. Porque el hecho de que exista un texto narrativo, no implica que
exista enunciado.
Se ha entendido la lectura como un proceso de adquisición de conocimiento, en el cual el
lector, amplía sus saberes, replantea y reescribe conceptos en su mente. Pero se suele
pensar que leer es únicamente avanzar y terminar rápido un libro, pero este proceso lleva
consigo muchos y más amplios pasos, que si bien es cierto renuevan al lector, implica que
éste se comprometa totalmente con la actividad lectora. Y este compromiso no es el de leer
más libros en el menor tiempo posible; éste implica una análisis del texto, desde los
aspectos más generales hasta lo más específico. De ésta manera se construye la lectura y se
desarrolla éste proceso semiótico.
También la lectura como lo afirma Zuleta, en su texto Sobre la lectura, quien luego de
identificar algunos aportes de Nietzhe con respecto al lector, nos muestra que;
(…) leer es trabajar, quiere decir ante todo que no hay un tal código común al que
hayan sido “traducidas” las significaciones que luego vamos a descifrar. El texto
produce su propio código por las relaciones que establece entre sus signos; genera,
por decirlo así, un lenguaje interior en relación de afinidad (…) (Zuleta, 1982, pg. 4)
Esto reitera lo anteriormente dicho, cuando Zuleta se refiere a trabajar, enfatiza en el hecho
que la lectura no es simplemente el hecho de reproducir las palabras que están dichas en el
texto, he influenciado por lo que el filósofo alemán aportó a la lectura, quien dice que “ El
hombre moderno es el hombre que está de afán, que quiere rápidamente asimilar; por el
contrario, mi obra requiere de lectores que tengan carácter de vacas, que sean capaces de
rumiar, de estar tranquilos” ( Nietzhe como se cita en Zuleta) , en esto se evidencia el
trabajo lector que Zuleta desea promover, porque si la significación fuera fácilmente
asimilable y se encontrara totalmente explicita, la lectura no construiría conocimiento,
porque para que el hombre logre afianzar , inicialmente debe descubrir y si no se dejara al
discernimiento del lector , en parte no sería útil la lectura por lo tanto la escritura dejaría de
ser útil para la sociedad.
De cierta manera es muy difícil hablar de lectura y no remontarnos directamente a la
escritura, es una especie de complemento, que demuestra la estrecha relación que estas dos
poseen; tratar de tomar los conceptos separadamente es limitarlos.
Así que hay que tomar de igual manera el concepto de escritura, Para Walter Ong la
escritura en su sentido más puntual es (…) un sistema codificado de signos visibles por
medio del cual un escritor podía determinar las palabras exactas que el lector generaría a
través del texto… (Ong, 1987, pg.87) en este sentido la escritura definida como el mero
acto de la inscripción de un código, que posteriormente será descifrado por un lector. Pero
también cabe resaltar una definición diferente de escritura, que aporta Fabio Jurado
Valencia, quien centrando a la escritura desde una perspectiva semiótica, afirma “…que
ésta obliga al sujeto a evaluar y a revisar permanentemente sus propios dominios
cognitivos” (Jurado, 1992), entendiendo a la semiótica como proceso de producción de
sentido, la escritura permitirá entonces una autoevaluación de los conocimientos que el
escritor quiere pasmar.
Hablando con respeto a la experiencia en el desarrollo de diferentes procesos de escritura
en el que se deben plasmar argumentos, se puede rectificar esta postura que Jurado
propone; ya que son muy diferentes las ideas que se poseen en el intelecto, y lo que sucede
al momento de plasmarlas en un texto, porque no es solo necesario conocerlas, sino que es
muy importante poderlas sustentar, más allá del hecho de poseer una buena redacción o un
vocabulario amplio; la escritura permite un proceso completamente autoestructurante que
posteriormente desencadenará en un afincamiento de saberes. Y es en esta perspectiva en
la que Jurado centra sus aportes y es en el proceso de escritura, y cómo estos toman sentido.
Después de haber planteado estos tres conceptos podemos entrar a establecer la relación
que la cultura ejerce sobre los procesos de lectura y escritura, Sierra nos plantea que:
“existe en las formas de de hablar, de relacionarse con los demás, en las formas
habituales de actuar en sociedad, en las creencias, actitudes políticas,
comportamientos religiosos y morales, formas de pensar, formas de producir, de
comerciar. Son formas aprendidas del medio en que nos movemos, introyectadas y
asimiladas a la manera de cada quien (…) los aspectos culturales actúan casi
inconscientemente: es un patrimonio que llevamos a donde quiera que vayamos”.
(Sierra, 2008)
En este sentido la escritura y la lectura se encuentran totalmente inmersas en la cultura,
porque como lo dice Rubén Sierra en la cita anterior son formas de producción, que abarcan
desde lo económico hasta lo artístico, corporal, y muchas otras formas de producción , que
siempre están implícitas en todos los actos que el ser humano realice, no se puede
desconocer a la cultura como un agente que afecta nuestras actividades cotidianas, ya que
ésta es la que permite interpretar todo lo que está y ha estado en nuestro entorno
diariamente. Porque sin ese agente muchas de las cosas que tenemos actualmente no
tendrían ninguna especie de sentido.
Pero igualmente la cultura está influida por el hombre, no se puede hablar de cultura sin él,
es una reciprocidad ineludible. Porque es el hombre que construye su cultura la edifica y la
refleja en todos sus actos, hasta en lo más personal; no todos organizamos las habitaciones
de nuestra vivienda de la misma manera, pero de alguna manera en esa organización hay al
menos una característica en común que todos poseemos.
Hay factores que han influido en las acciones del hombre y el factor principal es la cultura.
Ella ha determinado la mayoría de particularidades de una región o grupo social; algunas
características que se suelen identificar como generales en determinado grupo, son
naturalmente manifestaciones culturales; de esta manera es fácil distinguir los modos de
hablar, se, pensar, interpretar, hacer uso de las facultades, y muchos otros rasgos
identificables en el ser humano y decir de ésta manera que los Japoneses son totalmente
diferentes a lo que es un Colombiano.
De esta manera la cultura interviene en los procesos que se han nombrado anteriormente.
Una historia muy interesante de la influencia cultural en la realidad humana es la del
cuento de Jorge Luis Borges, El etnógrafo, que al centrar una síntesis dentro de la temática
que se está trabajado, trata entonces de la historia de un hombre que fue enviado a realizar
un trabajo de investigación dentro de una tribu, para lograr su objetivo debía ser reconocido
como uno de ellos, se vio obligado a adoptar sus costumbres y al finalizar su proceso era
una persona muy diferente a la que inicialmente había llegado al territorio de los indígenas.
En este sentido podemos evidenciar claramente la influencia que ejercer una determinada
cultura dentro del ser humano.
En el relato el autor dice “Durante los primeros meses tomaba notas sigilosas, que
rompería después, acaso para no despertar la suspicacia de los otros, acaso porque ya nos
las precisaba”( Borges, 1986), hagamos un breve análisis contextual de la situación, él se
encontraba dentro de una población que probablemente no reconocía a la escritura como
parte de su cultura, o puede ser que la trabajaran de una manera diferente, porque dentro del
pequeño fragmento se refirieren en un sentido a la interpretación que los otros podía hacer
con respecto al acto que él estaba llevando a cabo, este sentido escribir.
Otra parte muy interesante que se puede analizar dentro del fragmento es el hecho de que el
personaje ya no era en cierto punto consciente de lo que estaba escribiendo, qué cosas
podían conducirlo a esta situación; posiblemente porque dentro de la realidad en la que él
se encontraba escribir no tenía ningún sentido, o él no consideraba pertinente llevar a cabo
esta acción, o simplemente se hallaba tan inmerso en esa cultura que la escritura no
formaba parte de sus actividades diarias, incluso él conociendo el hecho que lo había
llevado hasta ese lugar.
Muchas suposiciones se pueden hacer a cerca de esta situación, pero no se pretende hacer
un supremo análisis de ésta, lo que se pretende es demostrar esa influencia y está más que
clara; muchas de las diferentes razones que se dieron a cerca de las cosa que llevaron al
personaje a tomar esa actitud, están totalmente ligadas al hecho de la influencia que el
entorno cultural causó sobre él.
El personaje de alguna manera perdió su sentido y empezó a ver el proceso de escritura
como algo externo a él, quien finalmente, al tener relación con otro grupo cultural,
mezclarse con sus conceptos, hacer parte de sus rituales y ver la vida como ellos lo hacían,
empezó a apropiarse de estos factores, lo que causaría en él una repercusión que
terminaría por modificar sus concepciones, para este caso la relación del personaje con la
escritura.
Normalmente en los textos bien sean literarios o teóricos, se suelen tratar temáticas que se
encuentran dentro de la sociedad, que de alguna manera la afectan o modifican. Todas las
diferentes posturas que se tomen con respecto un tema determinado, no dependen
únicamente de la subjetividad, porque ésta se ha construido dentro de un entorno cultural, y
de alguna manera si la postura es totalmente contraria a la cultura en la que el sujeto se
encuentra, éste debe conocer algunas cosas de esta cultura para que tenga sentido el hecho
de su desacuerdo.
Muchas de las veces que un autor quiere demostrar una situación muy puntual con respecto
a determinada acción del ser humano, requiere dirigirse directamente a una situación
cultural para hacerse entender o ejemplificar su postulado. Porque la cultura se encuentra en
cada uno de los manifiestos del ser, porque esta es lo que somos, fuimos y seremos. Es
imposible negar que la cultura no determina gran parte de lo que hacemos, por más que un
humano se aísle totalmente de nuestra comunidad, éste dentro de su mundo, construirá su
propias manera de expresarse, modificará su entorno, hallara maneras de exteriorizar su
realidad, y poco a poco construirá su propia cultura.
Una perspectiva diferente que se puede aportar a la escritura, es la manera que escritor
utiliza para plasmar sus ideas, enfocada al vocabulario y formas de redacción que el autor
de una obra utiliza en sus escritos. Porque no todos redactan igual, por diferentes razones,
que se encuentran muy ligadas principalmente a su entorno cultural, ya que para muchos un
buen escritor es quien loga explotar al máximo la lengua, para otros es quien con palabras
simples y cotidianas logre transportarlos a una realidad completamente distinta y que los
deleite en su viaje; algunos pueden pensar que un vocabulario más teórico es más válido
que uno más cotidiano, aunque los argumentos sean los mismos. Así que son las
concepciones que se han arraigado frente a la lectura y escritura, lo que permite la
escogencia de un estilo literario, bien sea en la lectura o en la escritura. Estas concepciones
las determina el entorno cultural, porque si no estuvieron inmersos en una cultura, no
conoceríamos la importancia de los procesos y de igual manera se dejaría de crear cultura.
Actualmente la lectura se concibe como un proceso que permite una ampliación intelectual
y que transforma al sujeto. Esta concepción es meramente común, porque la lectura como
anteriormente se trató es demasiado amplia y compleja, y trae consigo más consecuencias
positivas para el sujeto.
Así pues que dentro de la lectura las percepciones culturales, ejercen diferentes influencias,
como lo es la escogencia de la temática a la que se quiere acceder, a este respecto
tratándose de una lectura completamente voluntaria; porque no a todos les resulta
interesante el hecho de leer, bien sea que su entorno no le ha permitido una accesibilidad a
la lectura que no ha limitado un desarrollo de gusto por este proceso. Y cabe resaltar que el
hecho de haber desarrollado el gusto por la lectura, no implica que realmente lee, por las
razones anteriormente expuestas.
Hay una declaración de Alfredo Molano llama bastante la atención con respecto a lo que se
está hablando, él expone el hecho de los diferentes impedimentos que se tienen al escribir,
dice “la pretensión de escribir bien es el cerrojo de una cárcel. Escribir bien es escribir para
ser reconocido y no un acto de comunicación (…) es poner la atención en mi público y no
en mi grito” (Molano, 1992), se está refiriendo claramente al lector al hablar de público, y
es claro el hecho que para el autor es conocida la perspectiva que tiene determinado público
con respecto a la lectura y en mayor parte a la escritura.
En este sentido me parece que el autor se encuentra subestimando las capacidades que
puede llegar a poseer un lector, porque el hecho de que se decida no utilizar un lenguaje
sumamente complejo, es porque probablemente se pretenda llegar más fácilmente al lector,
pero por esta misma razón hay diferentes clases de lectores, y se debe permitir el desarrollo
de las habilidades de éstos. Pero de igual manera es válido este argumento ya que no
siempre se escoge un estilo literario por buscar una aprobación cultural, sino que
simplemente se determina por algo muy interno al autor.
Es de esta manera en la que muchas de las manifestaciones de lectura y escritura, están
dentro de la cultura y se encuentran alimentadas por ésta. Ya que entendiendo a estos
procesos como manifestaciones culturales, y de igual manera como agentes de
transformación cultural, podemos manifestar la relación intrínseca que estos procesos
tienen con la cultura.
REFERENCIAS
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del 2011 del sitio web Quedelibros, http://www.quedelibros.com/libro/52016/La-
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