la cruz

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ESTE ÑIBRO ES ESPIRITUAL

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Page 1: La cruz
Page 2: La cruz

LA CRUZ

Ing. Gerardo Antonio Vazquez Alfaro

Safecreative copyright(c)

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Page 3: La cruz

DEDICATORIA.

A través de los años he descubierto, que lo mas importante de la vida es, poder crear lo que nos gusta con la sensación de que estamos llenado un

vacio.

“QUIZAS ESE VACIO SEA EL NUESTRO PROPIO VACIO”

DEDICO ESTE LIBRO AMI MADRE

MI HIJAMi NIETA.

http://www.busforoyu.mex.tl

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Page 4: La cruz

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Page 5: La cruz

Índice

Introducción……………………………………………………………………….

Capítulo I…………………………………………………………………………..

Capítulo II…………………………………………………………………………

Capítulo III………………………………………………………………………..

Capítulo IV………………………………………………………………………..

Capítulo V…………………………………………………………………………

Capítulo VI………………………………………………………………………...

Capítulo VII………………………………………………………………………..

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Page 6: La cruz

LA CRUZ(c)Ing. Gerardo Antonio Vazquez Alfaro

Gerardo Antonio Vázquez Alfaro

©copyright.Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin consentimiento escrito del autor

SAFECREATIVE COPYRIGHT

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Page 7: La cruz

La Cruz(c)copyright..safecreative..world wide

Ing. Gerardo Antonio Vazquez Alfaro

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Page 8: La cruz

INTRODUCCIÓN

La Cruz es un poema, que habla acerca de la pasión de un hombre por el resto de la

humanidad. Es un canto a aquel, que amo tanto a sus congéneres, que decidió despojarse

de toda vestidura celestial, con el único fin; de contagiar en todo ser humano su gran Amor

por los demás.

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Page 9: La cruz

Este poema relata de manera poco usual, la forma en que mi vida añora ver con la

profundidad de corazón, la esencia verdadera de la cruz. Ella representa para mí, algo más

que, un simple pedazo de madera…, ella es el símbolo del amor sempiterno de un DIOS

que se convirtió en hombre, por esa misma esencia de ser más que el amor, que cualquier

humano pudiese conocer.

Digno es todo aquel, que mira a lo alto, y más que un simple acto de amor, puede

ver la consumación de un plan, que se había iniciado en la mente del ALTISIMO, aun antes

de que el primer hombre fuese creado a imagen y semejanza de aquel que reina por los

siglos de los siglos.

La cruz es un símbolo de maldición, y quien fuese colgado en ella era digno de

escarnio y vejación por el resto de los hombres… mas cuando el cordero perfecto, de su

propia mano hizo entrega de su cuerpo ante ese madero… este recogió la sangre de la

pasión que acompaña eternamente la vida que se basa en el más puro y eterno amor.

© GERARDO ANTONIO VASQUEZ ALFARO

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Page 10: La cruz

CAPITULO I

El rayo surca el cielo, todo el universo tiembla ante la fuerza amenazadora de la

naturaleza. Abajo, colgando de un madero un hombre yace sin vida, un delgado hilo de

sangre se desliza suavemente por el madero.

Unos pies desnudos e inertes muestran las laceraciones de que fueron objeto. Carne

delgada que representa al mártir, quien decide morir por lo más excelso de la vida.

Al frente de aquel hombre, un joven abraza a una mujer, sufren por la vida misma y

el dolor del corazón. Ella le mira tiernamente… ella sabe en su corazón que aquella hora

habría de llegar…

La sangre ya toca el suelo, y tristemente se desliza por el polvo, buscando un lugar

donde subir al cielo.

……………………………………………………………………………………………

Yo, me encuentro allí, mirando aquella escena. Mis ojos llorosos no pueden

distinguir con claridad lo real de lo irreal; de pronto una dulce voz, que se alza detrás de

mío me dice:

- ¿Qué miras humano?... ¿Acaso no sabías que él debía morir por ti y tus hermanos?

Rápidamente me volví, hacia aquella hermosa voz:

- ¿Es necesario que yo responda? –dije con temor…

- No, no debes responder a la pregunta… mas mira sus manos. Ellas una vez

sanaron enfermos, acariciaron el cabello de los ancianos, y abrazaron a los niños, hijos de

los hombres. Aun inertes, no dejan de hablar de la caridad que se extendió por sus dedos,

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Page 11: La cruz

de la bondad que emano de su silencio, y si ante su paso, crecieron los lirios… ¿No es

acaso normal el dolor que ahora sientes?

………………………………………………………………………………………………

Ante aquella pregunta guarde silencio. Solo pude volver a ver aquella figura, que

ya sin aliento, me hablaba de lo eterno, de un solo corazón… Sus ojos… ¡Sí! Sus ojos…

eran como estrellas de la noche, la luz que de ellos manaba, mis ojos cegaban, y ante

aquello… no pude más que mirar al suelo… esperando que todo fuese un sueño.

- ¡Has visto lo profundo de sus ojos! Mira su cuerpo. El te dará la vida que buscas…

Ya no será solo despojos, mas el cielo y la estrella que brillan en lo eterno, te darán de su

aliento… aliento de un rey.

Yo no quería mirar, mis manos sudaban copiosamente, y mi corazón latía, fuerte, tan

fuertemente que pensé que mi hora había llegado. Postrado en tierra, trataba de orar, mas

en vano mis palabras, se negaban a salir… no podía pensar en nada… es como si mi mente

no tuviese pensamientos, y ante la predica de aquel desvelo, solo atine a callar. Un delgado

hilo de sangre se desliza por el madero.

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Page 12: La cruz

CAPTÍULO II

Desperté, como despierta el fardo de un sueño, todo estaba allí, sus manos, sus pies

lastimados por la piedra inerte del camino, la corona de espina de su cabeza, que marco el

destino del mártir, del REY. El sol entraba por una pequeñas rendijas de la celda en la cual

me hallaba, y así, entre dormido y despierto mire la luz; luz de arco iris que se mezclaba

con la sangre… ¡Sí, sangre!... No podía creer lo que mis ojos miraban. Aquello no era un

sueño. La sangre llegaba hasta mis pies desnudos. Por un momento, no halle como

levantar mi cabeza, hasta que una voz me dijo:

- Mírale, humano. Él es real, jamás un sueño. Mira sus ojos, sus manos, sus pies y su

costado, atravesado por la lanza de un soldado romano vertió agua y sangre…

¿Sabes tu acaso que significa eso?

Ante aquella pregunta, volví a guardar silencio. Mis manos temblaban de angustia y mi

corazón latía con más fuerza nuevamente. Guarde silencio, hasta el punto en que no sabía

si aún vivía.

- Esa sangre significa que eres libre de pecado, y el agua… el agua es símbolo de la

vida eterna del Maestro. Tu fuiste comprado por esa sangre… tu fuiste redimido por el

dolor de las llagas y heridas del DIOS ALTISIMO, QUE CONVERTIDO EN HOMBRE,

DIO SU VIDA POR TI.

- ¿Cómo? –pregunté. ¿No logro comprender?... ¿Qué alguien ha de dar su vida por

aquel que no conoce, por aquel que ha cometido atrocidades mil, por el que ha hecho llorar

a mujeres y niños, pues poco le importan?... ¿Puede ser lo que me dices, cierto?

- ¡Oh, incrédulo!... ¿Es la luna más que el sol, y el sol más que el universo?... ¿Es tu

vestido más que tu cuerpo y tu carne más que tu alma, y al final, tu alma más que tu

espíritu?... Ven conmigo, que ahora he de mostraros algo.

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Page 13: La cruz

Aquel hombre, vestido de una luz brillante toco mi hombro, y de repente me vi

fuera de mi prisión. Estaba en un campo lleno de rosas, lirios, claveles. Las aves volaban

en círculos y no huían de nosotros… No podía entender nada de lo que estaba pasando,

cuando escuche de nuevo, la voz de aquel que me llevaba por los aires:

- ¿Qué ves… dime, qué ves?... ¿Trabajan las flores, los lirios, los claveles?...

¿Cosechan y recogen las siembras las aves?... ¿Tejen sus vestidos de terciopelo los

campos?... ¿Dime?... ¿Qué ves?

Asustado por todas aquellas preguntas, no alcanzaba a responder, y al aviso de mi

ángel, todo me hacia estremecer. Más todo era hermoso,… y más que hermoso. Los

valles, los campos, las flores, los lirios con su habitual vestidura y, las aves, que

alegremente revoloteaban cerca de nosotros… Así me atreví a preguntar:

- ¿Quieres decir, qué yo puedo ser parte de toda esta belleza sin más ni más?

- ¿Qué quieres decir con: “sin más ni más”? –preguntó el ángel, mientras clavaba sus

ojos en mi mirada. Ante la pregunta, recogí mis hombros y trate de ocultar mis ojos.

- ¡Perdona! No fue mi intención ofenderos… Aquel ser me miro con compasión y

respondió:-No, en modo alguno me ofendes, más tu incredulidad es grande; así, que ahora

escucha lo que has de oír.

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Page 14: La cruz

CAPÍTULO III

“Quédate en silencio, que nada os turbe, que nada te espante, que todo es nada más.

DIOS LO ES TODO.

Hoy tienes a DIOS en una cruz, y El es la luz que te salva hoy.

………………………………………………………………………………………………...

Mira los rayos del sol, las nubes, el oro del cielo… escucha:

Hay demasiados ruidos en ti…

… solo escucha en lo profundo de tu ser…

Demasiadas preocupaciones se anidan en tu alma…

… y demasiado peso en tu corazón…

… escucha en lo profundo de tu ser.

………………………………………………………………………………………………...

Quédate a solas frente a la cruz…

… escucha en silencio…

Entra en reposo…

… escucha en silencio…

El SEÑOR esta hoy ante ti…

… te llama y te espera…

… escúchale en silencio

Guarda silencio delante del SEÑOR…

Olvida tus palabras,

Olvida tus recuerdos,

Tu respirar, tus sueños…

… solo mírale…

… solo escúchale… guarda silencio.

Mantén la paz ante El,

… déjale a El

… toda turbación, todo cuidado…

… toda preocupación.

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Page 15: La cruz

Olvida todo.

………………………………………………………………………………………………

Desátate de todo y átate a El…

… se libre y: tus deseos; se pobre como la madera ya muerta del invierno.

Quédate vacío de todo cuanto no sea El.

Mantente solo…

… tu y tu corazón ante El.

Que nada distraiga tu mirada…

… de su sangre.

Deja de quejarte,

Que todo en ti… sea El…

Deja de buscar consuelos humanos, y que

Tu recuerdo sea DIOS.

Quédate sepultado con El, y…

… dentro de El.

Desaparece hoy… para que hoy…

… El viva en ti.

Se feliz…

… ama a las personas.

Se humilde… se

… lo que realmente eres.

Escucha su palabra y…

… se palabra y voluntad suya.

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Page 16: La cruz

Quédate a solas con El.

Adórale profundamente…

… que penas o gozos….

… no alteren tu reposo…

Mantén silencio ante El…

… desaparece hoy…

… y que El viva en ti.

Mantén silencio…

… silencio delante del SEÑOR…”

Al terminar, aquella clase de oración dijome estas palabras:

- Ve al libro SAGRADO… que en El esta tu vida eterna.

No entendí del todo… más algo comenzó a inundar mi alma: alegría, paz, amor…

¿Eran sentimientos? O ¿Eran emociones de algo que soñaba?

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Page 17: La cruz

CAPITULO IV

Abrí mis ojos, nunca me di cuenta de cuando los cerré, y allí estaba en la celda.

Aquel ser de luz había desaparecido, pero de algo estaba seguro… aquello no había sido un

sueño.

………………………………………………………………………………………………...

Aquella mañana hacía frío. Unos golpes sonaron en la puerta de mi pequeña celda.

Era el carcelero, qué al verme sentado ,se dirigió a mí, y dijo:

- ¡Oye!... te miras diferente hoy.

- No. Respondí. El insistió:

- ¡Escucha!... te dije que te ves diferente hoy.

Guarde silencio. El guarda se acerco a la puerta y dijo en voz alta:

- Extraña actitud para alguien que ha de morir mañana.

¿Morir? ¿Quién habría de morir? Si apenas mi vida estaba comenzando.

Me sentía libre. Mire por la ventana y el aire… ¡Si!... el aire era fresco, me volvi y

allí estaba. Me miraba fijamente y en unos segundos desapareció.

Yo, miraba aquel hilo de sangre que se escurría por el madero. Levante mi vista y

vi… vi aquellas manos que habían sido traspasadas; por las muñecas; dos enormes pines

cruzaban: carne, hueso y tendones, saliendo al otro lado del madero.

Levante mis manos, ante mi vista y me quede mirándolas por un largo rato.

¡Apenas podría imaginar aquel dolor!

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Page 18: La cruz

¡El hilo de sangre!

¡Aquella sangre que corría hacia mí!

Nuevamente pensé que estaba soñando. Vagaba en un espacio en donde el tiempo

desaparecía poco a poco. ¿Acaso, había perdido la cordura? ¿Acaso nunca había estado

cuerdo?... ¡No! ¡No!... no era un sueño y en el campo de la vid,

Mi vida ya se encontraba

Y cual piedra de topacio,

Pude ver sus vestiduras de oro:

Lo hermoso de la hermosura.

Era bello: sus cabellos de oro, sus pies de un bronce que resplandecía cual luz de sol.

No alcance a ver sus ojos. El solo pasó a mi lado. ¡Era tan real!

………………………………………………………………………………………………

Desperté… nunca supe a que hora descanse. Las estrellas se miraban por la

ventanilla de mi celda. Nunca podría comparar su luz, con la luz de aquel que paso por

ello.

¡En su costado una herida!

¡La sangre y el agua!

Aun podía recordar.

El hilo de sangre corría hacia mí.

Despojos. ¿Qué es todo en la vida sino despojos?

¿Estaba El en la cruz por aquellos despojos humanos?

El sueño volvía a mí.

No supe más.

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CAPITULO V

“Necesitas el bien en tu corazón, para poder ver el bien que habita en los demás”.

………………………………………………………………………………………………...

A oscuras, sentado en la repisa de piedra que sirve de cama, meditaba en lo que

pasaba, si un ángel de luz de mí se acordaba y esperanza y fe, a mi corazón daba, daría mi

alma entera al DIOS de mis padres, que en paciencia eterna dieron sus vidas, esperando el

fruto del amor un día.

Hallabame en aquellas vacilaciones, en las que el alma suele distraerse del ocio,

cuando de repente alguien golpeo suavemente la puerta; ante la incertidumbre, pregunta:

- ¿Quién va?

Luego de un instante, alguien respondió muy quedo:

- Soy yo, el carcelero.

Las dudas asaltaron mi corazón, mas aún así, le pedí que abriese y pasase a mi

celda. Una vez dentro, se sentó a mi lado:

- ¿Qué deseas?, pregunte.

- Pues veras. Hay algo que pasa aquí que me tiene muy intrigado.

- Vamos vale. Dime. ¿Qué puede ser?

- A sabiendas y encomendados sabemos, que no un “dracma”, más debemos, de las

fechorías y crímenes, de que se os acusan.

- Vale, eso lo sé. Pero continúa.

- He visto que de un tiempo acá, tu comportamiento ha cambiado… ¿Cómo es que un

criminal peligro como tú, haya mudado su rostro tan repentinamente?

- Pues no se y sé. No sé si es locura lo que mis ojos ven, más sé que es ternura lo que

mi alma siente, que ante la aparición de la santidad, no hay corazón que se resista ni

cuerpo que no insista, en verle de nuevo. Su sola presencia transforma esta celda en

luz que no entiendo y en voces que se incrustan en mi mente. No se si es tan solo

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Page 20: La cruz

un sueño, solo se que es prisión que me encierra, ni celda ni nada… es sola la voz,

de aquel mi SEÑOR.

- Bien, trato de entender. Más dime. ¿A qué hora os pasa?

- A cualquier hora buen hombre. A cualquier hora.

- Y… ¿No serán los desvaríos de tus sueños?

- Eso pensaba yo, al principio claro, más luego me he dado cuenta que no es así. La

sangre que he visto correr hasta mis pies… y ¡os juro que no es sueño!... llena mi

alma de angustia, mas la paz luego mi corazón inunda, de este enorme placer.

- ¿Qué placer? Dime. ¿Qué placer?

- ¿¡Es que acaso no lo veis!? Los muros de piedra, muros de piedra son, mas no es

esta mi prisión, que libre vuela mi alma y libre soy.

- ¿Cómo que eres libre? Estas a expensas del gobernador y presta esta la hora de tu

ejecución…

- Lo ves. Tú no puedes entender. Nada de eso me preocupa. Ni la soga ni la espada

del verdugo. Ni la burla o la mofa del público. ¡Mi alma se haya en paz consigo

misma!

Mire al suelo. Guarde silencio para seguir con mi meditación. El carcelero tomo el

candil y salió de la celda. Iba preocupado y asustado a la vez. Pensaría que me estaba

volviendo demente.

………………………………………………………………………………………………...

Las doce de la noche. Lo supe por las campanadas de la iglesia del pueblo cercano.

Mire por la pequeña ventana de la celda; las estrellas se veían hermosas. Me senté sobre la

orilla de la cama a meditar, cuando de repente aquella diáfana luz apareció ante mí. Yo

asustado, caí de rodillas. Oí una dulce voz:

- ¿Tienes temor humano?

- ¿¡Yo!? Temor no, mas reverencia, que eres santo.

- ¿Y por qué me reverencias?

- Porque eres santo… -dije por segunda vez.

- ¡Santo y más que santo! Mas ahora te pido que te levantes y escuches.

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Page 21: La cruz

Me puse de pie. Mis rodillas temblaban ante la presencia de aquella visión y aquella

voz.

- “El universo es mío y todo lo que en él habita, y ante tal sin fin de criaturas, escogí

la salvación para el ser humano. La más pobre de todas las criaturas. Le he visto

arrastrarse por el suelo. Le he visto pedir limosna. ¡Mas su soberbia es grande! YO, debía

intervenir, y salvarle de su propia destrucción. Así es que me hice pecado… pecado del

pecado, y ante un madero consagrado a maldición, mi alma pura y sin mancha, fue

entregada por los más, de lo vil y la traición.

¡Mas no tengas miedo! Mi reposo esta en ti.

Reverencia mi nombre”.

Luego de aquella expresión última, volví a despertar. ¿Era aquello un sueño? No,

no lo creo. Ahora, al mirar las paredes de mi celda, note un resplandor extraño, estas

brillaban intensamente, como el sol brilla en el agua, en los ríos o la mar.

Al acostarme soñé

Que era DIOS m fiel escudo,

Y ante la espada o los muros

Me protegió y yo le ame,

Como se ama la vida…

¡OH mucho más!

y en los confines del mar

su mano presta a mi grito

el SANTO, presto a alcanzar

al mortal, del tiempo un mito

como la arena o la sal.

¡Ay de mí!... ¡Sin su salvación!

que a buen puerto en mi ilusión

me ha de alcanzar, ya su amor.

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Page 22: La cruz

………………………………………..

Como un naufrago vagaba

ante la crueldad de mi alma,

y los vientos y la mugre

cubrías ante mí, cual nube

de oscura y horrenda tempestad,

la luz divina que me cubre hoy,

borrando mi iniquidad.

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Page 23: La cruz

CAPITULO VI

¡OH madero de tristeza!

¡OH vana ilusión de la vida!

¡Que sin ser más que un madero!

¡Cargaste en ti… la Realeza!

………………………………………………………………………………………………

………………………………………………………………………………………………...

Allí estaba yo, solo con mi celda, que era en parte una compañera amada. Allí

estaba yo, ante aquel pedazo de madera… contemplándolo, tratando de adivinar el

misterio… de pronto una pequeña luz apareció frente a mí, esta era diferente, así que me

atreví a preguntar.

- ¿Quién eres?

Hubo un largo silencio.

- ¿Quién eres?

- Soy quien soy. –Fue la respuesta. Luego:

- ¿Qué miras, humano?

- He de responderos, si antes contestáis mi pregunta:

De su boca salieron estas palabras:

“Soy luz sempiterna

que lleva la voz

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Page 24: La cruz

de aquel que gobierna

con paz y amor;

del cielo a la tierra

mi viaje es eterno,

la voz dulce y clara

sigo del maestro.

Do vive la vida

allí vivo yo,

y llevo el mensaje

del cielo, el mayor”.

Si queréis saber, preguntad.

- ¿Quién eres?

- Soy lo que ustedes llaman: un querubín. ¿Y ahora dime que haces?

- Meditaba, tan solo meditaba: ¡Es tan corta la vida y tan largo el sueño!... Pero. ¿Qué

sabes tú? Eres eterno, del Padre mensajero.

- ¿Y que te preocupa de la vida simple humano?

- Todo, en fin… ¿Qué es la vida? ¿A dónde he de partir cuando muera?

El querubín guardo silencio unos segundos, luego se acerco y me dijo:

- “La vida es… simplemente la vida. Es el nacer y morir. Es cumplir tu fin en ella.

Es el salir y la puesta del sol. Eso, al menos es parte de la vida. Ahora, si me preguntáis

por el propósito de la vida… ¡OH amigo! Eso es diferente”.

El silencio reino nuevamente y luego:

- “¿Has visto las abejas? Ellas recorren largas distancias, buscando de flor en flor,

aquellas que contengan el mejor de los néctares. Una vez que han encontrado lo que con

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Page 25: La cruz

tanto afán buscaron, vuelan la misma distancia para que sus compañeras les ayuden a

cargar el elixir de su miel”.

- ¿Y qué tienen que ver las abejas con el propósito de la vida?

- El propósito de las abejas es crear la mejor miel, que es el tesoro con el cual se

alimentan. Así ellas viven en paz y tranquilas, pues llevan a cabo el propósito que se les

encomendó.

Luego de otro instante de silencio, dijo lo siguiente:

¡OH divino propósito de Dios!

que del fruto al alma

naciera el amor

y en un Don precioso de

eterna virtud,

con tu santa sangre

llenarás de luz,

lo oscuro de la noche

que aún el astro alaba,

tu reino, tu gloria

tu vida que eterna,

salvando la pena

del humano errado

nace nueva y se eleva

al trono de gracia,

que ¡OH DIOS! Tú proclamas.

Tu fin es alabar y bendecir el nombre del Señor, en todo momento y bajo toda

circunstancia… Recuerda la abeja… Solo recuerda la abeja.

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Page 26: La cruz

……………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………

Dicho eso, desapareció.

Pero… ¿Cómo se puede alabar el nombre del Señor, en todo momento y bajo toda

circunstancia?

Esa sería –por mi ignorancia- mi gran pregunta.

………………………………………………………………………………………………

………………………………………………………………………………………………...

“El sueño solo es tal, cuando el cuerpo y el alma descansan”.

Así comencé el aprendizaje.

Hoy es hoy,

no más que ayer

no más que mañana.

Mañana es futuro,

mañana es niebla.

Planea y entiende

que tu vida es una,

y al corazón espurio

la vida se ciega,

se nubla la mente

que nace en la muerte.

Me hallaba solo ante… ante la nada. Me hallaba solo ante mi alma, era tan oscura

y tan vana que miedo sentí, y al astro rey, que me dio su luz, agradecí, de nuevo vivir. La

cruz, allí estaba la cruz, y sus rodillas laceradas por el camino de piedra. El hilo de sangre

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Page 27: La cruz

volvió a bajar por el madero. Una vez ante mis pies, se detuvo. Mire su rostro. La corona

de espinas. El dolor partió mi mente. ¡OH Cristo de mi alma! ¡Cuánto sufrimiento por el

despojo humano!... La luz maravillosa ilumino mi celda nuevamente y escuche su voz:

- ¿Por qué os llamáis despojo?

Sin sorpresa alguna respondí:

- Y… ¿Qué somos, sino despojos?

- No llaméis despojos, a lo que mi sangre perfecta ha limpiado para siempre.

Luego de aquellas palabras, sentí el calor de una mano tierna posarse sobre mi

mente y en lo profundo de una paz que no comprendí, mi vida cambio para siempre.

Cristo de mi alma, que llegaste a mí

en una tormenta, de un vano vivir,

que en vida cegada, lucho hasta morir,

por tu mano y sangre:

hoy vuelve a vivir.

vivir para siempre, frente a tu bondad

vivir en la fuente

de amor inmortal,

cosechando siempre,

tu mano de paz.

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Page 28: La cruz

CAPITULO VII

Eterna es la salvación,

eterna es la gracia…

Prisionero de mí mismo

me encontraba ante la cruz

del dolor y la pasión,

y el carcelero. ¿Quién era?

¿Esa era la pregunta?...

que rondaba mi mente

y en el trono ante la Alteza

del Señor del universo,

la respuesta a mi pregunta

surgió de la celda de un abismo.

………………………………………………………………………………………………...

Ante la cruz

del Gran Dios

mire mi rostro en el cielo

- ¡He ahí el carcelero…

de tu alma en la prisión!

………………………………………………………………………………………………

El hilo de sangre ya no bajaba por el madero. La celda en que me sentía prisionero,

había desaparecido.

¡Misericordia!

Esa fue la única palabra en la que pude pensar.

¡¿Un sueño!?... Imposible.

………………………………………………………………………………………………...

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Page 29: La cruz

Todo era tan real, que no podría aceptar otra explicación.

La cruz seguía en el mismo lugar, y era simple y sencillamente otra imagen más.

El Dios del cielo debía tener un mensaje para mí. Me dirigí hacia la ventana del

aposento y mire hacia el cielo azul.

¡Era hermoso!

Medite unos segundos…

- ¿Qué haces, hijo?

Me volví y allí estaba la luz.

Caí de rodillas nuevamente. Mi rostro en reverencia. Aquella dulce voz me dijo:

- “Ante el mundo vine

y ante el ofrecí mi sangre,

rechazado y humillado,

con escarnio y con bajeza,

deje el trono de la alteza

y por el mundo morí.

¡Heme aquí hoy!

Lleva este mensaje

con valor”.

- ¿Qué mensaje, Señor? Pregunté.

- “Que la sangre… la sangre del maestro

Les espera para limpiarles del pecado.

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Page 30: La cruz

Anda… ve en paz.

………………………………………………………………………………………………

¡OH eterno Señor de la gloria!

Que bajaste de tu trono,

y al hombre diste el decoro

de tu amor y tu pasión,

que enciende la luz del alma,

y en coro que el alma entiende

se regocija la mente

ante tu inmensa pasión.

Que tu palabra se corra,

cual río o el arroyo,

y ante el mundo sea testigo,

la voz de tu gran amor.

© GERARDO ANTONIO VAZQUEZ ALFARO.

Prohibida toda reproducción total o parcial, por cualquier medio: mecánico,

electromecánico o computarizado; sin previo permiso del autor.

Marzo, 2009.

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