la comunicación en la enseñanza de la música
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LA COMUNICACIÓN EN LA ENSEÑANZA DE LA MÚSICA
1. EDUCACIÓN MUSICAL
1.1 El ser musical
Los sonidos desde siempre han estado inmersos en la historia de la
humanidad. De ahí que sean utilizadas en la televisión, el cine, la radio, el
teatro y la literatura; pues es gracias a esta manifestación artística que la
humanidad le ha puesto sonido a sus palabras. De esta manera nosotros los
seres humanos con la música, hemos recreado las situaciones de la vida
cotidiana, es decir este campo artístico tiene una especie de poder mágico que
armoniza y moviliza los sentimientos y sensaciones de las personas.
El agua, los pájaros, los árboles, el viento y la música emiten sonidos que son
agradables a nuestros oídos. Por tanto, las salidas en familia al campo se
realizan con un objetivo: tener ese contacto con la naturaleza perdido por el
estrés que genera la metrópolis. Disfrutar de la tranquilidad del ecosistema y al
mismo tiempo evocar aquellas resonancias de nuestra niñez al lado de aquel
pequeño lago, por ejemplo cuando lanzábamos piedras para escuchar como
golpeaban y se oía un diminuto eco pero impactante al ver salpicar los chorros
del agua.
Luego llega la tarde y el viento sopla fuerte, las hojas de los árboles caen y se
arrastran por la hierba, las cuales forma un tapete entre verde y café que se
fusiona con las melodías de la naturaleza, permitiendo que nuestra mente y
cuerpo se carguen de energía sonora, que recorre nuestro espíritu. Somos
seres musicales, nuestro cuerpo es música, a donde quiera que vamos
escucharemos ruidos, inclusive el silencio es una manifestación serena del
sonido.
En la noche se escuchan claramente las melodías propias de su misterio, y
aparece en medio de ellas el sonido fuerte y penetrante de los niños de la
Escuela de Música la Independencia, quienes se reúnen todas las noches para
ensayar con la banda. De esta manera, al ritmo del redoblante, el clarinete y la
trompeta se da inicio a un grito de esperanza y alegría, el cual busca aislar a
los pequeños de las terribles y crueles resonancias de la guerra.
Una guerra que ellos no han pedido, pero que sin imaginarse hace parte de su
diaria convivencia, la violencia los golpea, toca sus puertas y sin pedir permiso
los arrastra a un mundo hostil y ajeno que no distingue, los menores de los
adultos. Sin embargo, algunos de ellos han encontrado en los instrumentos
musicales una salida pacifica y lúdica al conflicto.
En esa medida podemos observar como la enseñanza musical lucha contra la
violencia, brindándole así una alternativa de vida sana, la cual disipa a los
infantes de la situación peligrosa que acecha en las calles. El sonido del rifle,
se cambia por los golpes del redoblante, los gritos desperados de las personas
pidiendo auxilio, por las notas del saxo y la orden del pandillero del barrio, por
la dulce voz de Marcela, la directora de la Escuela, quien les dice: “vamos
chicos, un, dos y tres... va” mientras chasquea sus dedos.
Así pues, las emociones son vulnerables ante los estímulos que suscita la
música, somos seres musicales, estamos atravesados por ella; independiente
al genero musical de nuestra preferencia, el ser humano genera una respuesta
frente a esta. Por eso, los sonidos de la educación musical ayudan al niño a
expresarse con fluidez, seguridad y de una manera más emotiva, porque
estimula sus sentimientos.
De ahí que los seres humanos hayamos utilizado la música para acompañar
las narraciones, bien sea en el cine, la radio, televisión o la internet, porque
sentimos que la melodía o el sonido rítmico nos ayuda a contar nuestras
historias, puesto que le pone color, sentimiento y emoción. Por tanto, algunos
expertos en este tema argumenten la importancia que tiene la música en la
vida de las personas, “La música puede utilizarse para estimular la emoción de
las masas,…..”(STORR, Anthony: 2002,45).
De otro lado son esas masas las que son vulnerables ante la música, este
campo artístico tiene una estrecha relación con los sentimientos, porque es en
los sonidos donde se plasman las emociones y pensamientos que tiene su
creador, el músico imprime su sello personal en su melodía o letra, él expresa
lo que esta sintiendo por medio de la música. Igual pasa cuando la música es
puesta en escena, genera una respuesta frente al receptor. Es así como
algunas personas se sienten afligidas cuando escuchan alguna canción en
especial, o en el caso contrario otras se emocionan con su melodía favorita.
Esto sucede porque la música recrea las vivencias de los seres humanos, y le
esta contado algo al oyente.
El barrio El Salado, ubicado en la comuna 13 de Medellín ha sido un lugar
plagado por la violencia, allí se albergaban las milicias urbanas, quienes
hicieron del barrio un campo de batalla, una trinchera dispuesta para la guerra.
El fuego cruzado de los grupos al margen de la ley y la policía anunciaba que el
peligro había llegado, las balas por su parte atravesaban los muros, ventanas,
techos y puertas sin aviso; mientras volaban indiscriminadamente por las
pequeñas calles de El Salado.
Este sector al occidente de la capital antioqueña, es un lugar pequeño de casas
construidas en las laderas, con infraestructuras improvisadas y carentes de
técnica. Sus calles son estrechas y sus habitantes dejan ver las características
propias de su barrio. En el Salado es usual ver a las personas descalzas por
las calles, los jóvenes sin camisa, gritando a todo pulmón el nombre de algún
parcero, las señoras en las tiendas criticando de sus vecinas, y los niños
corriendo en chanclas por las aceras y calles.
La invasión de las comunidades negras o personas de otros lugares, también
se ha hecho presente en la construcción del barrio, haciendo más notoria la
pobreza, puesto que se ven obligados a prestarle sus servicios a la guerra, a la
prostitución y a la mendicidad para amenizar su situación.
Ahora bien, muchos de esos nuevos habitantes del barrio también han
encontrado en la Escuela Musical una opción educativa y dinámica para
apaciguar y entretener las secuelas de la violencia. Sin embargo, este sitio no
ha sido inmune a los violentos, quienes de forma arbitraria han suspendido por
varios días las clases, argumentando que la “cosa está caliente” y los niños no
deben ensayar en las noches.1
Sin embargo pese a las restricciones que ha tenido la Escuela Musical, los
padres de familia, profesores y los niños continúan creyendo en este proyecto
que tiene como objetivo principal aislar a los pequeños de los hechos violentos
y brindarles una alternativa que mejora su calidad de vida.
En ese orden de ideas, “la educación musical intenta hacer de cada alumno un creador un intérprete y un ejecutor del arte de la música; igualmente busca despertar el deseo de expresarse a través de sus facultades emotivas y su
imaginación creadora. Por tanto, todo profesor dedicado a la enseñanza de la música se ha de sentir educador hasta lograr que la música sea para el niño
una expresión, un lenguaje.”
1 Entrevista realizada a la directora de la Escuela Musical del Barrio El Salado, Enith Marcela Torres Lizarazo, el 11 de septiembre de 2007, quién explico durante la conversación la
situación del sector y el efecto que tiene esta sobre la escuela.