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“La ciencia y la tecnología dota a la humanidad de nuevas capacidades y
constituye un recurso que altera el modo en que se trabaja y se convive.”
El Poder de la
Profecía
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El Poder de
la Profecía Introducción:
La profecía es como poderosos prismáticos que nos permiten ver mediante la ayuda del Dios Eterno acontecimientos que se han dado en el lejano pasado, se están dando y se darán en la historia de la humanidad. Es urgente ponerle atención a todos los acontecimientos que estamos viendo, seguramente nos inquietan y nos hacen pensar cuál será el fin de todas estas cosas, como en su momento se preguntó el profeta Daniel. Al tener una cosmovisión de los sucesos sociales, políticos, militares y religiosos mundiales podemos observar que el mundo se acerca aceleradamente al Gran Día del Dios Todo Poderoso, por ello es de absorbente interés que tengamos conocimientos muy claros de todas las cosas que Dios nos ha dicho por adelantado, para que todos nuestros sentidos estén atentos y apercibidos en esta Verdad Presente, así está escrito: “Porque no hará nada el Señor,
sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.” Amós 3:7
i tan solo lanzamos una mirada escrutadora sobre el descalabro moral y social
que está viviendo el mundo, como el estar pretendiendo redefinir el sentido del matrimonio, los escándalos sexuales en respetadas comunidades religiosas y estas han tenido que pagar grandes sumas de dinero para callar esas inmoralidades, y cuantos escándalos inmorales se leen por todas las redes sociales, esto nos hace ver mediante los prismáticos de la profecía que el hombre está en guerra contra Dios, por lo tanto lo que el Eterno ha vaticinado está por llegar. Entendamos que el propósito de
la profecía no es satisfacer la
curiosidad humana, sino para
que el pueblo de los santos no
sea tomado por sorpresa, y
pongamos nuestra voluntad y
corazón al llamado que Dios ha
hecho y sigue haciendo
mediante sus siervos los
profetas, decía el remanente
Santo en siglos pasados:
“Traigan, anúnciennos lo que ha
S
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de venir; dígannos lo que ha
pasado desde el principio, y
pondremos nuestro corazón en
ello; sepamos también su
postrimería, y hacednos
entender lo que ha de venir.”
Isaías 41:22
Sus Palabras son infalibles, en su
momento tienen que cumplirse
una y varias veces más, aunque
la mentira haya sido dicha
continuamente que al fin el
hombre la termina aceptando
como verdad, esta tiene patas
cortas, la Verdad siempre la
alcanzará y la dejará votada,
pues ya está dicho, aunque: “los
cielos y la tierra pasen sus
Palabras no pasarán”
El objetivo de Dios ha sido
siempre apartarnos de los lazos
de la muerte y por eso
continuamente nos está
advirtiendo mediante su Palabra
profética la cual no debemos
menospreciar escribió el apóstol
Pablo, y mediante otro profeta
Dios dijo: “Quien es varón sabio
que entienda esto ¿y a quien
habló la boca del Señor, para
que pueda declararlo? ¿Por qué
causa la tierra ha perecido, ha
sido asolada como desierto, que
no hay quien pase? Y dijo el
Señor: Porque dejaron mi ley, la
cual di delante de ellos, y no
obedecieron a mi voz, ni
caminaron conforme a ella”
Jeremías 9: 12 al 13.
Cuando el pueblo de Dios
menosprecia los vaticinios del
Eterno este ha perecido y
consecuentemente el mundo
también, así que mi estimado
lector nosotros debemos asirnos
de la profecía divina: “… a la cual
hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que
alumbra en lugar oscuro, hasta
que el día esclarezca y el lucero
de la mañana salga en vuestros
Dios ha utilizado a hombres
de distintos estratos sociales
y culturales, los ha
convertido en sus profetas
para vaticinar los anuncios y
Él no solo dice su Palabra
sino también hace que esta
se cumpla, pues está escrito:
“Los cielos y la tierra
pasarán pero mis palabras
no pasarán” Mateo 24:35
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corazones; entendiendo primero
esto, que ninguna profecía de la
Escritura es de interpretación
privada, porque nunca la
profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu
Santo.” dice el apóstol Pedro en
su segunda Carta capítulo 1: 19
al 21.
Esta es una de las cosas
estupendamente maravillosas
que se encuentran en las
Escrituras del Verdadero Dios, Él
anuncia lo que vendrá y lo hace
con siglos de anticipación para
que su pueblo crea que esta
Palabra es viviente: “Y ahora os
lo he dicho antes que suceda,
para que cuando suceda, creáis.”
Juan 14:29, nos confirma
Jesucristo. Esto es uno de los
poderosos misterios muy bien
guardados en las Sagradas
Escrituras, el poder de la
Profecía, lo hace diferente a
cualquier otro libro que circula
en la Tierra.
El Eterno nos dejó dicho
mediante el profeta Isaías:
“Acordaos de esto, y tened
vergüenza; volved en vosotros,
prevaricadores. Acordaos de las
cosas pasadas desde los tiempos
antiguos; porque yo soy Dios, y
no hay otro Dios, y nada hay
semejante a mí, que anuncio lo
por venir desde el principio, y
desde la antigüedad lo que aún
no era hecho; que digo: Mi
consejo permanecerá, y haré
todo lo que quiero; que llamo
desde el oriente al ave, y de
tierra lejana al varón de mi
consejo. Yo hablé, y lo haré
venir; lo he pensado, y también
lo haré. Oídme, duros de
corazón, que estáis lejos de la
justicia: Haré que se acerque mi
justicia; no se alejará, y mi
salvación no se detendrá. Y
pondré salvación en Sion, y mi
gloria en Israel.” Isaías 46:8 – 13
Miremos algunos ejemplos de
profecías cumplidas
En el devenir de la historia
humana se nos cuenta el surgir
de poderosos imperios, los
cuales se levantaron en el
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tiempo del contexto profético y
Dios permitió su desarrollo, su
esplendor, y vaticinó también el
momento indicado en que se
iban a desplomar. Recordemos
un imperio muy poderoso el cual
se levantó entre las riveras de
los ríos Tigris y Éufrates, cuando
estaba en su grandeza un
profeta de Dios predijo como
unos cuatrocientos años antes la
caída de Babilonia: “Y Babilonia,
hermosura de reinos y
ornamento de la grandeza de los
caldeos, será como Sodoma y
Gomorra, a las que trastornó
Dios. Nunca más será habitada,
ni se morará en ella de
generación en generación; ni
levantará allí tienda el árabe, ni
pastores tendrán allí majada;”
Isaías 13:19 – 20.
Ni el mismo pueblo del profeta
Isaías creyó este vaticinio,
porque Babilonia conquistó a
Jerusalén por su mal
comportamiento con Dios, Isaías
para el tiempo en que la
poderosa Babilonia arrasó con
Jerusalén ya había muerto, el
profeta que estaba de turno era
Jeremías, este les dijo que los
babilonios los llevarían cautivos
y aun más les señala el tiempo
de la cautividad: “Toda esta
tierra será puesta en ruinas y en
espanto; y servirán estas
naciones al rey de Babilonia
setenta años. Y cuando sean
cumplidos los setenta años,
castigaré al rey de Babilonia y a
aquella nación por su maldad, ha
dicho el Eterno, y a la tierra de
los caldeos; y la convertiré en
desiertos para siempre. Y traeré
sobre aquella tierra todas mis
palabras que he hablado contra
ella, con todo lo que está escrito
en este libro, profetizado por
Jeremías contra todas las
naciones.” Jeremías 25:11 – 13.
Esta ha sido la constante en el
pueblo de Dios menospreciar a
sus profetas: “… No hay profeta
sin honra sino en su propia
tierra, y entre sus parientes, y en
su casa.” Marcos 6:4 confirma
Jesucristo. Todos los voceros de
Dios han sido rechazados por su
propio pueblo
Otra de las poderosas
verdades de la profecía es
que los Voceros de Dios
muchas veces tuvieron que
dictar presagios en contra de
su mismo Pueblo por el
estado espiritual en que este
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Jeremías no fue la excepción,
este profeta sufrió terriblemente
por predicar que Jerusalén sería
destruida por los Babilonios,
muchas veces lo amenazaron
para callar su presagio, pero su
vaticinio se cumplió, un día los
Babilonios entraron, saquearon
a Jerusalén haciendo escarnio de
ella y los llevaron cautivos a la
tierra del Éufrates, lo grandioso
de esto es que el Eterno había
vaticinado que estarían setenta
años en cautividad, y que su Dios
levantaría otro pueblo que
aplastaría la altivez de Babilonia,
y esto lo dijo varios siglos antes,
leamos en Isaías 13: 17 al 20:
“He aquí que yo despierto contra
ellos a los medos, que no se
ocuparán de la plata, ni
codiciarán oro. Con arco tirarán
a los niños, y no tendrán
misericordia del fruto del vientre,
ni su ojo perdonará a los hijos. Y
Babilonia, hermosura de reinos y
ornamento de la grandeza de los
caldeos, será como Sodoma y
Gomorra, a las que trastornó
Dios. Nunca más será habitada,
ni se morará en ella de
generación en generación; ni
levantará allí tienda el árabe, ni
pastores tendrán allí majada;”
¿Quién hubiera creído este
presagio? Pero se cumplió tal
como lo dijo Isaías, los profetas,
el remanente santo que estaba
de turno cuando cayó Babilonia
vieron su cumplimiento, entre
ellos Daniel, uno de los
deportados de Judá cuando
tenía como unos ochenta años,
vio este acontecimiento, como
se desplomó esta potencia y
surgieron los Medos Persas, él
vivió esa histórica noche de la
caída de Babilonia y comprobó el
poder de la profecía, se
acrecentó su fe, confirmó que lo
dicho por Dios en su tiempo se
cumple: “La misma noche fue
muerto Belsasar rey de los
caldeos. Y Darío de Media tomó
el reino, siendo de sesenta y dos
años.” Daniel 5:30 y 31.
muchas veces tuvieron que
dictar presagios en contra
de su mismo Pueblo por el
estado espiritual en que
este había caído, y por ello
eran rechazados por sus
coterráneos.
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Después que Darío tomó el
control de Babilonia quedando
Daniel como un importante
consejero de este rey, Daniel
buscó en la profecía de sus
ancestros qué seguiría después
porque los setenta años de
castigo se habían cumplido: “En
el año primero de Darío hijo de
Asuero, de la nación de los
medos, que vino a ser rey sobre
el reino de los caldeos, en el año
primero de su reinado, yo Daniel
miré atentamente en los libros el
número de los años de que habló
el Señor al profeta Jeremías, que
habían de cumplirse las
desolaciones de Jerusalén en
setenta años. Y volví mi rostro a
Dios el Señor, buscándole en
oración y ruego, en ayuno, cilicio
y ceniza. Y oré a mi Dios e hice
confesión diciendo: Ahora,
Señor, Dios grande, digno de ser
temido, que guardas el pacto y la
misericordia con los que te aman
y guardan tus mandamientos”
Daniel 9:1 – 4.
Isaías, quien antecedió a Daniel
tal vez como unos cuatrocientos
años había dicho mediante el
espíritu profético uno de los
nombres del conquistador de
Babilonia, esto es realmente
extraordinario y solo el Dios que
conoce el futuro puede dar este
tipo de vaticinios, en el capítulo
45 de Isaías versos 1 al 4 leemos:
“Así dice el Señor a su ungido, a
Ciro, al cual tomé yo por su
mano derecha, para sujetar
naciones delante de él y desatar
lomos de reyes; para abrir
delante de él puertas, y las
puertas no se cerrarán: Yo iré
delante de ti, y enderezaré los
lugares torcidos; quebrantaré
puertas de bronce, y cerrojos de
hierro haré pedazos; y te daré los
tesoros escondidos, y los
secretos muy guardados, para
que sepas que yo soy el Dios de
Israel, que te pongo nombre. Por
amor de mi siervo Jacob, y de
Israel mi escogido, te llamé por
tu nombre; te puse
sobrenombre, aunque no me
conociste.” literalmente leemos
y note que le da el calificativo de
“su ungido”, aunque él no le
conoció Dios lo usó para esta
misión y el gran objetivo era que
liberara a los hijos de Jacob
porque la profecía tenía que
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cumplirse, este Ciro es el mismo
Darío y el profeta Daniel
encontró gracia y lo tuvo muy
cerca en su gobierno,
seguramente por poco tiempo a
juzgar por la edad del profeta
Daniel.
“En el primer año de Ciro rey de
Persia, para que se cumpliese la
palabra del Señor por boca de
Jeremías, despertó Dios el
espíritu de Ciro rey de Persia, el
cual hizo pregonar de palabra y
también por escrito por todo su
reino, diciendo: Así ha dicho Ciro
rey de Persia: el Dios de los cielos
me ha dado todos los reinos de
la tierra, y me ha mandado que
le edifique casa en Jerusalén, que
está en Judá. Quien haya entre
vosotros de su pueblo, sea Dios
con él, y suba a Jerusalén que
está en Judá, y edifique la casa al
Dios de Israel (él es el Dios), la
cual está en Jerusalén. Y a todo
el que haya quedado, en
cualquier lugar donde more,
ayúdenle los hombres de su
lugar con plata, oro, bienes y
ganados, además de ofrendas
voluntarias para la casa de Dios,
la cual está en Jerusalén.” Esdras
1:1 – 4
La profecía es para el remanente
la gran antorcha que nos
alumbra en este mundo oscuro,
incierto, donde nadie ve un
futuro seguro nosotros sí lo
vemos, un día saldremos de la
oscuridad de este túnel donde el
pecado nos ha metido, mediante
la profecía nosotros miramos un
mundo maravilloso que en su
tiempo el Dios instalará en esta
Tierra y por este ideal luchamos,
porque nuestro Líder sí cumple
las promesas, las Sagradas
Escrituras son ricas en
información acerca de los
cumplimientos, y no quedaron
escritos como para una simple
información, no, Pablo dijo en la
carta a los Romanos 15:4:
“Porque las cosas que se
escribieron antes, para nuestra
enseñanza se escribieron, a fin
Ciro ordenó la libertad para
los hijos de Israel que
habían sido llevados
cautivos por los babilonios
que para ese tiempo ahora
eran esclavos de los Medos
Persas:
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de que por la paciencia y la
consolación de las Escrituras,
tengamos esperanza.” Al leer el
cumplimiento de las profecías
consolida nuestra esperanza
en Dios, y nos hace creer más
que este documento es verás y
que vamos caminando en la
línea de la Verdad.
Babilonia
nunca sería
Edificada
“Y Babilonia, hermosura de
reinos y ornamento de la
grandeza de los caldeos, será
como Sodoma y Gomorra, a las
que trastornó Dios. Nunca más
será habitada, ni se morará en
ella de generación en
generación; ni levantará allí
tienda el árabe, ni pastores
tendrán allí majada;” Isaías
13:19 – 20
Varias ciudades mencionadas en
la profecía fueron destruidas y
después reedificadas, entre ellas
tenemos a Jerusalén, pero de la
altiva y poderosa Babilonia
estaba dicho que nunca sería
habitada y como toda Palabra de
Dios así se ha cumplido;
solamente la pala del
Arqueólogo es la que escarba y
escarba en los antiguos
escombros del territorio donde
se levantó Babilonia, quedaría
como Sodoma y Gomorra otras
ciudades que nunca volvieron a
ser edificadas, igual dijo de la
gran ciudad de Tiro: “Porque así
ha dicho el Señor: He aquí que
del norte traigo yo contra Tiro a
Nabucodonosor rey de Babilonia,
rey de reyes, con caballos y
carros y jinetes, y tropas y
mucho pueblo… Y haré cesar el
estrépito de tus canciones, y no
se oirá más el son de tus cítaras.
Y te pondré como una peña lisa;
tendedero de redes serás, y
nunca más serás edificada;
porque yo el Eterno he hablado,
dice el Señor.” Ezequiel 26:7 – 14
Tiro, la gran ciudad de los
Fenicios, hombres comerciantes
que se lanzaban a los mares en
busca de mercaderías
convirtieron a esta ciudad en un
gran emporio comercial, pero
debido a su pecado Dios la
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sentenció a desaparecer, y hasta
este momento nadie se atrevió
reedificar a la ciudad de Tiro,
quedó solamente como
tendedero de redes, justamente
como lo dijo Dios.
Pero el hombre sigue siempre
opuesto a los designios Divinos,
no los cree ni está dispuesto a
corregir su incredulidad, pero
esta posición de los mortales no
altera el proyecto Divino, no se
cambiará el curso en la historia
de la profecía por muchos
huecos argumentos que los
hombres presenten divagando
en sus locos pensamientos, lo
que antes fue dicho por el
Eterno ha llegado y llegará a su
pleno cumplimiento aunque los
hijos de Adán no lo crean o
simulen ignorarlo.
Aun muchos de los que han sido
bendecidos revelándoles las
Santas Palabras, en los últimos
tiempos serán arrastrados por
las vanas sutilezas de los
hombres y se convertirán en
grandes impugnadores de los
planes de Dios, como ha
sucedido siempre, de ellos
vaticinó el apóstol Pedro en su
segunda Carta 3:4: “sabiendo
primero esto, que en los
postreros días vendrán
burladores, andando según sus
propias concupiscencias, y
diciendo: ¿Dónde está la
promesa de su advenimiento?
Porque desde el día en que los
padres durmieron, todas las
cosas permanecen así como
desde el principio de la
creación.” Muchos hombres que
en un tiempo fueron creyentes y
fieles a esta Palabra se volvieron
y se seguirán volviendo
enemigos de Dios, y esto es
debido a su pecado, se
confunden y tropiezan en la
Palabra, justamente de ellos
profetizó el apóstol Pedro: “Para
vosotros, pues, los que creéis, él
es precioso; pero para los que no
creen, La piedra que los
edificadores desecharon, Ha
venido a ser la cabeza del
ángulo; y: Piedra de tropiezo, y
roca que hace caer, porque
tropiezan en la palabra, siendo
desobedientes; a lo cual fueron
también destinados.” 1 Pedro
2:7 – 8.
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La Ciencia se
aumentará
Esta es una de las más grandes y
fascinantes profecías dichas al
profeta Daniel mientras estuvo en
la cautividad en Babilonia, se le
dijeron muchas cosas que el
profeta no tenía la capacidad de
entenderlas, ni siquiera imaginarse
lo que le dijeron, tales presagios
estaban sellados para ese tiempo y
destinados ser entendidos por las
generaciones del fin de los
tiempos: “Pero tú, Daniel, cierra las
palabras y sella el libro hasta el
tiempo del fin. Muchos correrán de
aquí para allá, y la ciencia se
aumentará.” Daniel 12:4 y agrega
en los versos 8 al 9 del mismo
capítulo: “Y yo oí, mas no entendí.
Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin
de estas cosas? El respondió: Anda,
Daniel, pues estas palabras están
cerradas y selladas hasta el tiempo
del fin.”.
Con toda razón Pablo, a quien en
su tiempo se le abrieron las
puertas del conocimiento, escribió:
“Porque en parte conocemos y en
parte profetizamos” 1 de Corintios
13: 9.
¡Así como se aumentaría el
conocimiento humano
igual aumentaría el
conocimiento de las
profecías!
Con la venida de Jesucristo, el
Cordero sin mancha y sin
contaminación, con su sacrosanta
sangre rompió los sellos y así fluyó
más el conocimiento de las
profecías que estaban selladas,
esto lo podemos leer en Mateo 24:
15: “Por tanto, cuando veáis en el
lugar santo la abominación
desoladora de que habló el profeta
Daniel (el que lee, entienda)”, y
cuando se escribió el Libro de
Revelación o sea el Apocalipsis el
conocimiento de profecía que va
necesitando el hombre para ir
entendiendo el tiempo que está
viviendo se completó, nosotros
somos la generación que ha visto
envanecerse porque esa mala
levadura está implícita en los
hombres por ser hijos de pecado.
Muy lejano estaba ese tiempo
para que estas palabras fueran
entendibles, Dios solo ha
permitido que el hombre
entienda en parte sus cosas, esto
se debe a que el humano por muy
consagrado que sea a Dios
siempre está expuesto ha
envanecerse porque esa mala
levadura está implícita en los
hombres por ser hijos de pecado.
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cumplirse el gran presagio: “Que la
ciencia se aumentaría”, somos la
generación que ha nacido y se
mueve en torno a la velocidad del
conocimiento, muy poco de lo que
sucede nos atemoriza, porque
pretendemos manejarlo todo. Por
eso, hoy más que nunca, los
hombres han sacado a Dios de su
corazón y lo han sustituido por las
vanas sutilezas y enredos
filosóficos, despreciaron la
enseñanza y el conocimiento
divino.
¿Por qué se tardó
el desarrollo de la
Ciencia en el
Hombre?
El hombre fue hecho a imagen y
semejanza de Dios, esto quiere
decir que fue creado con un
insospechado potencial intelectual,
pero debido al pecado, este
potencial se iba a desarrollar en
una manera descomedida porque
este comió sin permiso de su
Hacedor de la ciencia del bien y del
mal. Por ello Dios tuvo que
retrasarle el tiempo del desarrollo
de sus conocimientos. La primera
vez que le coartó esos avances fue
cuando les confundió las lenguas,
estaban afanados construyendo
una inmensa torre, cuenta la
profecía que disgustaron a Dios
terriblemente, entonces el
Todopoderoso distanció al hombre
confundiéndole las lenguas, esta
fue una gran barrera para que los
humanos pudieran comunicar sus
ideas entre una sociedad y otra,
barrera esta que aun en pleno siglo
XXI todavía se siente. Pasaron
varios milenios para que el hombre
volviera por la senda del
conocimiento, pero lo hizo en una
forma muy lenta, surgían imperios,
adquirían conocimientos, pero
después surgían otros derrocando
a los imperios existentes, y la
información quedaba perdida
porque no se había perfeccionado
la escritura; fueron los griegos los
que perfeccionaron la manera
como estampar lo que pensaban,
estos desarrollaron el
conocimiento, hicieron grandes
bibliotecas, la más grande fue la de
Alejandría, pero debido a la misma
guerra, toda esa información de
conocimiento acumulada en los
rollos de la biblioteca de Alejandría
fue destruida, y el hombre volvió a
empezar de cero. Y eso fue un
estorbo grande para que el
desarrollo intelectual de la
humanidad por un gran tiempo
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quedara estancado, todos los siglos
que los romanos gobernaron no
hubo adelantos que marcaran
diferencia en la sociedad, siempre
se usó la lenta y monótona
velocidad de los caballos, las
comunicaciones no prosperaron
nada, antes bien el hombre vivió
un terrible estancamiento por
causa de la guerra y a eso los
mismos hombres le han llamado
“la era del oscurantismo”, pero de
repente hubo un despertar en el
arte, en el conocimiento, y esto se
dio en paralelo al tiempo en que
los hombres volvieron a estudiar
las Sagradas Escrituras porque
estas estaban enclaustradas en
oscuros conventos y escritas en
lenguas casi muertas como el latín
y el arameo.
“La exposición de tus palabras
alumbra; Hace entender a los
simples.” Salmos 119:130 Los
pueblos que abrazaron el estudio
de las Sagradas Escrituras, como
Alemania, Inglaterra, Estados
Unidos consigo les llegó también la
prosperidad, el conocimiento, de
ellos surgieron las mentes
inventivas que revolucionaron al
mundo.
¿Por cuantos siglos los grandes
intelectuales de Salamanca, de las
Sorbonas, enseñaban que nuestro
planeta se encontraba sostenido
en sólidas bases, pero era tanta la
oscuridad que nadie se atrevía a
preguntar y las bases sobre qué
estaban sostenidas? Creer de esa
manera era como un dogma, pero
en lo profundo del Sagrado
Documento estaba escrito, que la
Tierra colgaba sobre la nada: “Él
extiende el norte sobre vacío,
Cuelga la tierra sobre nada.” Job
26:7, después de tantos cabildeos
científicos y teológicos al fin
miraron la luz los hombres que
manejaban el poco conocimiento
humano de ese entonces y
entendieron que en efecto todos
los cuerpos celestes están en el
vacío sostenidos por las leyes que
su Hacedor creó para cada uno de
El perfeccionamiento de la
imprenta por Juan
Gutenberg en 1449 d. C., su
segunda Obra impresa fue
“Las Sagradas Escrituras”,
esto marcó en la historia de
la Humanidad el despegue
de otra era, la revolución de
las artes, la lectura y la
comunicación de ideas.
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ellos. Hoy miran asombrados con
ojos desorbitados como el
Macrocosmos y microcosmos se
mueven a grandes velocidades de
una manera armoniosa, fantástica,
con tanta precisión que no hay ni
un ápice de error, y si algún día lo
hubiera se provocaría una
descomunal colisión.
En el Sagrado Documento se nos
habla que las estrellas tienen sus
órbitas donde se mueven: “Desde
los cielos pelearon las estrellas;
Desde sus órbitas pelearon contra
Sísara.” Jueces 5:20, Dios le ha
permitido al hombre descubrir
estas y tantas verdades para que
entienda que tras de todo esto
está la mano de un sapientísimo
Hacedor, como bien profetizó
Pablo en la carta a los Romanos 1:
19 al 22: “porque lo que de Dios se
conoce les es manifiesto, pues Dios
se lo manifestó. Porque las cosas
invisibles de él, su eterno poder y
deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del
mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas, de
modo que no tienen excusa. Pues
habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se
envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón
fue entenebrecido. Profesando ser
sabios, se hicieron necios”. Todo lo
que el Eterno hizo venir a la
existencia material sea en el micro
o en el macro mundo todo
absolutamente todo se mueve, hoy
sí podemos entender con claridad
meridiana las palabras que Pablo le
dijo a los filósofos griegos en el
areópago: “Porque en él vivimos, y
nos movemos, y somos; como
algunos de vuestros propios poetas
también han dicho: Porque linaje
suyo somos.” Hechos 17:28, nada
está rígido todo se mueve y en el
movimiento se genera vida, la
Tierra se mueve y por sus
movimientos se mueven los mares
para oxigenarse y proporcionarle
vida a los seres que viven en ellos.
Que la Tierra tiene forma circular y
no plana, como se enseñaba en los
tiempos del oscurantismo, Dios ya
había adelantado mediante uno de
sus profetas este conocimiento: “Él
está sentado sobre el círculo de la
tierra, cuyos moradores son como
langostas; él extiende los cielos
como una cortina, los despliega
como una tienda para morar.”
Isaías 40:22 Los hombres siempre
han despreciado la enseñanza
Divina, y por su puesto hoy que
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han descubierto tantas cosas
debido a la multiplicación de la
ciencia, aun más tendrán supuesta
razón para hacer a un lado a Dios.
Ya en los planteles educativos se
ha prohibido la lectura de las
Sagradas Escrituras, se olvidaron
de las leyes de Dios, leyes tan
perfectas, como la de la gravedad
son los Diez Mandamientos. Bien
dijo Salomón: “El principio de la
sabiduría es el temor del Señor; Los
insensatos desprecian la sabiduría
y la enseñanza.” Proverbios 1:7
El gran imperio del Norte se
levantó sobre estas bases de la
Sabiduría Divina, pero ahora la
están despreciando; bien dijo Dios
a través de otro de sus profetas:
“Oíd, cielos, y escucha tú, tierra;
porque habla El Eterno: Crié hijos, y
los engrandecí, y ellos se rebelaron
contra mí.” Isaías 1:2.
Las Sagradas Escrituras es el
segundo Libro que ha sido
traducido a gran cantidad de
idiomas y dialectos, y esto
seguramente es parte de lo que el
Dios mismo presagió a través de su
Hijo Jesucristo: “Y será predicado
este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las
naciones; y entonces vendrá el fin.”
Mateo 24:14
En ningún tiempo de la historia se
cumplió esta profecía, empero hoy
sí la vemos en pleno cumplimiento,
los medios de comunicación
masivos que el hombre ha logrado
obtener mediante la explosión de
conocimientos que ha salido y está
saliendo a torrente de su cerebro,
como dijo David: “Por toda la tierra
salió su voz, Y hasta el extremo del
mundo sus palabras…” Salmos 19:4
Hoy el hombre es casi
omnipresente, puede estar en
cualquier parte del mundo al
mismo tiempo, lo pueden oír y ver
mediante la tecnología. En las
Sagradas Escrituras estaban
revelados estos adelantos, si
leemos cuidadosamente algunos
versículos con sumo cuidado
podemos descubrir esta verdad:
“Cuando hayan acabado su
testimonio, la bestia que sube del
abismo hará guerra contra ellos, y
los vencerá y los matará. Y sus
cadáveres estarán en la plaza de la
grande ciudad que en sentido
espiritual se llama Sodoma y
Egipto, donde también nuestro
Señor fue crucificado. Y los de los
pueblos, tribus, lenguas y naciones
verán sus cadáveres por tres días y
medio, y no permitirán que sean
sepultados.” Apocalipsis 11:7 – 9
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Note bien que nos habla de dos
personajes que en los futuros
tiempos van a ser masacrados por
predicar la Verdad Divina, y las
naciones de la Tierra mirarán los
cadáveres en la plaza de la gran
ciudad. Hoy esto es común, cuando
matan a una persona en cualquier
parte del mundo todos los pueblos
de la tierra lo pueden ver en el
mismo instante, la internet, la
televisión y a saber cuántos medios
aparecerán mucho más efectivos y
veloces. Obviamente que cuando
Juan escribe esto, ni siquiera se
imaginó como sucedería lo que
escribió, como fue lo común en
todos los profetas, no entendieron
lo que oyeron solo escribieron.
Pero ya hemos dicho varias veces
en este tratado, que Dios no solo
dice sino que hace que su dicho se
cumpla.
Pero la Ciencia
Humana Terminará
Así como estaba profetizado que la
ciencia aumentaría, igual está
profetizado que esta terminará un
día, dejará de ser, porque será
sustituida por un conocimiento
mucho más avanzado, y este es el
de Dios: “Pues está escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé el entendimiento de
los entendidos.” 1 Corintios 1:19
La sabiduría del bien y del mal, la
que el hombre hurtó, seducido por
la serpiente antigua es la que este
ahora medio maneja, aunque le ha
traído conocimientos, cierto grado
de prosperidad también le trajo
aflicción: “Porque en la mucha
sabiduría hay mucha molestia; y
quien añade ciencia, añade dolor.”
Eclesiastés 1:18 Hoy tenemos un
mundo adolorido, golpeado, y
mucho más alejado de Dios.
Tiempo vendrá cuando esta será
sustituida por el conocimiento
Divino: “No harán mal ni dañarán
en todo mi santo monte; porque la
tierra será llena del conocimiento
del Eterno, como las aguas cubren
el mar.” Isaías 11:9 Y también la
profecía, otro conocimiento que ha
fluido en los últimos tiempos en
paralelo a los conocimientos
humanos igual se acabará: “El
amor nunca deja de ser; pero las
profecías se acabarán, y cesarán
las lenguas, y la ciencia acabará.” 1
Corintios 13:8 Ya no habrá más que
profetizar, todas las cosas para ese
tiempo estarán descubiertas, el
proyecto Divino cumplido, nadie
vivirá por fe, porque todo aquello
será una realidad, como dijo Pablo:
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“Ahora vemos por espejo,
oscuramente; mas entonces
veremos cara a cara. Ahora
conozco en parte; pero entonces
conoceré como fui conocido.” 1
Corintios 13:12
Pensemos por un momento como
irán a ser los conocimientos que
disfrutaremos en el Reino Milenial
y Eternal, Pablo entre pinceladas
nos deja ver: “Antes bien, como
está escrito: Cosas que ojo no vio,
ni oído oyó, Ni han subido en
corazón de hombre, Son las que
Dios ha preparado para los que le
aman.” 1 Corintios 2:9
Si este versículo lo aplicamos para
las generaciones pasadas nosotros
somos una generación súper
bendecida, porque aquellos ni
siquiera se imaginaron como sería
el mundo cuando la ciencia se
multiplicara, pero todavía estos
conocimientos que el hombre
maneja son muy rústicos, muy
lentos, los redimidos vivirán en un
mundo cuya velocidad será mayor
que la de la luz y el sonido, se trata
de cosas que aun viviendo en el
siglo XXI no podemos ni siquiera
imaginar lo grandioso que nos
espera, como dice el Dios mismo a
través de su profeta: “Como son
más altos los cielos que la tierra,
así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros
pensamientos.” Isaías 55:9
Para la Eternidad, cuando haya
pasado la vida material y todo sea
un mundo espiritual, se nos habla
de cielos nuevos y tierra nueva. A
este Universo le acontecerá otro
Big Bang (otra explosión, el mismo
que provocó la primera, provocará
la segunda): “Pero el día del Señor
vendrá como ladrón en la noche;
en el cual los cielos pasarán con
grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la
tierra y las obras que en ella hay
serán quemadas. Puesto que todas
estas cosas han de ser deshechas,
¡cómo no debéis vosotros andar en
santa y piadosa manera de vivir,
esperando y apresurándoos para la
venida del día de Dios, en el cual
los cielos, encendiéndose, serán
deshechos, y los elementos, siendo
quemados, se fundirán! Pero
nosotros esperamos, según sus
promesas, cielos nuevos y tierra
nueva, en los cuales mora la
justicia.” 2 Pedro 3:10 – 13. Hoy no
podemos imaginarnos como irán a
ser esos Cielos nuevos y esa Tierra
nueva, el anciano Juan miró que en
esa Tierra nueva no habrá mar: “Vi
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un cielo nuevo y una tierra nueva;
porque el primer cielo y la primera
tierra pasaron, y el mar ya no
existía más.” Apocalipsis 21:1 El
profeta vio por visión que los cielos
que hoy miramos serán mudados
como se muda una cortina: “Y: Tú,
oh Señor, en el principio fundaste
la tierra, Y los cielos son obra de
tus manos. Ellos perecerán, mas tú
permaneces; Y todos ellos se
envejecerán como una vestidura, Y
como un vestido los envolverás, y
serán mudados; Pero tú eres el
mismo, Y tus años no acabarán.”
Hebreos 1:10 – 12. Elevadísimas y
célicas visiones tuvo el anciano
Juan, él se vio en ese cielo nuevo y
en esa Tierra Nueva, un mundo
que no será materia, no habrá
espacio ni tiempo, repetimos lo
que dijo Pablo, se trata de cosas
que ojo literalmente no ha visto.
El anciano Juan vio cuando el cielo
se enrollaba para darle paso al
nuevo cielo: “Y el cielo se
desvaneció como un pergamino
que se enrolla; y todo monte y toda
isla se removió de su lugar.”
Apocalipsis 6:14 La Luz que brillará
en la nueva Jerusalén que
descenderá del nuevo cielo no es
conocida por ningún mortal: “Y me
llevó en el Espíritu a un monte
grande y alto, y me mostró la gran
ciudad santa de Jerusalén, que
descendía del cielo, de Dios,
teniendo la gloria de Dios. Y su
fulgor era semejante al de una
piedra preciosísima, como piedra
de jaspe, diáfana como el cristal.”
Apocalipsis 21:10 – 11 La luz que
hoy disfrutamos por las noches
todavía no supera el poder de la
luz del sol, pero la nueva Jerusalén
no tendrá necesidad de Sol ni de
Luna: “La ciudad no tiene
necesidad de sol ni de luna que
brillen en ella; porque la gloria de
Dios la ilumina, y el Cordero es su
lumbrera.” Apocalipsis 21:23 ¿Qué
tipo de luz disfrutarán los
redimidos? Se trata de cosas que
no nos podemos imaginar. El
pavimento de la gran ciudad: “Las
doce puertas eran doce perlas;
cada una de las puertas era una
perla. Y la calle de la ciudad era de
oro puro, transparente como
vidrio.” Apocalipsis 21:21 Hoy por
muy lujosa que sea una ciudad, sus
calles no pasan de ser arregladas
con gruesas capas de concreto,
pero las de la ciudad Eterna serán
de oro puro, brillantes como el
cristal, no conocemos este tipo de
oro, estos nuevos metales
aparecerán de la gran fundición del
viejo Universo que dará paso a
nuevos cielos y nueva tierra.
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Las Palabras de Jesucristo dichas
en las profecías del Olivar,
entonces se cumplirán en su
climax: “El cielo y la tierra pasarán,
pero mis palabras no pasarán.”
Mateo 24:35
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