la cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

26
- 169 C A P Í T U L O 7 _______________________________________________________________________________ La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra forma de representar y observar el paisaje vegetal 41 Juan Javier García-Abad Alonso 42 INTRODUCCIÓN El modo de representar el componente vegetal del territorio ha sido una cuestión que ha estado siempre muy unida a la labor investigadora en Fitogeografía. Es bien sabido que un aspecto tan estrictamente técnico como este ha acompañado permanentemente a los contenidos y resultados de análisis y estudios que sobre el paisaje vegetal, la Geografía de la Vegetación y de las Plantas se han venido realizando desde los albores del desarrollo de esa disciplina. Recuérdese al respecto la conocida ilustración “Tableau physique des Andes et Pays voisins” (HUMBOLDT; BONPLAND, 1807), en la que entre otros aspectos se representaban distribuciones. Son muchas las posibilidades ensayadas y practicadas hasta ahora. Mapas de coropletas, de manchas, de puntos, bloques diagrama, figuraciones, perfiles, entre otras representaciones, con diferentes perspectivas y tecnologías en la toma de datos, clasificaciones, dinámicas, escalas, esquemas, formatos, fuentes, pirámides, resoluciones, soportes, transectos, unidades territoriales; así como con distintos fines y postulados metodológicos, han proliferado a la hora de representar las variadas manifestaciones del paisaje vegetal en los dos últimos siglos (KÜCHLER, 1967; UNESCO, 1973; PANAREDA, 1996; ALEXANDER; MILLINGTON, 2000; MEAZA, 2000; BOURNÉRIAS et al., 2001; PANAREDA; SANS, 2002; BOHN et al., 2000-2003, 2005; LE FLOC’H, 2007; MAESTRE et al., 2008; PEINADO et al., 2008; MARCO, 2010; ELZINGA et al., 2011; PEDROTTI, 2011; MOLLÁ, 2012, PANAREDA; BOCCIO, 2012; PABLO, DE et al., 2014; RODRÍGUEZ; CASTAÑÓN, 2016; CAUDULLO et al., 2017; EDLER et al., 2017; por citar una muestra de entre decenas de miles posibles). 41 Forma parte del Proyecto “Valoración del paisaje vegetal como patrimonio natural, histórico y cultural. Aplicación en localidades y sectores representativos de La Alcarria Occidental de Guadalajara” (POII-2014-019-A), cofinanciado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Castilla-La Mancha y FEDER. 42 Unidad Docente de Geografía Departamento de Geología, Geografía y Medio Ambiente. Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Alcalá. E-mail: [email protected]

Upload: others

Post on 07-Jul-2022

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 169

C A P Í T U L O 7

_______________________________________________________________________________

La cartografía corológica con niveles de abundancia:

otra forma de representar y observar el paisaje vegetal41

Juan Javier García-Abad Alonso42

INTRODUCCIÓN

El modo de representar el componente vegetal del territorio ha sido una cuestión

que ha estado siempre muy unida a la labor investigadora en Fitogeografía. Es bien sabido

que un aspecto tan estrictamente técnico como este ha acompañado permanentemente a

los contenidos y resultados de análisis y estudios que sobre el paisaje vegetal, la Geografía

de la Vegetación y de las Plantas se han venido realizando desde los albores del desarrollo

de esa disciplina. Recuérdese al respecto la conocida ilustración “Tableau physique des

Andes et Pays voisins” (HUMBOLDT; BONPLAND, 1807), en la que entre otros aspectos se

representaban distribuciones.

Son muchas las posibilidades ensayadas y practicadas hasta ahora. Mapas de

coropletas, de manchas, de puntos, bloques diagrama, figuraciones, perfiles, entre otras

representaciones, con diferentes perspectivas y tecnologías en la toma de datos,

clasificaciones, dinámicas, escalas, esquemas, formatos, fuentes, pirámides, resoluciones,

soportes, transectos, unidades territoriales; así como con distintos fines y postulados

metodológicos, han proliferado a la hora de representar las variadas manifestaciones del

paisaje vegetal en los dos últimos siglos (KÜCHLER, 1967; UNESCO, 1973; PANAREDA, 1996;

ALEXANDER; MILLINGTON, 2000; MEAZA, 2000; BOURNÉRIAS et al., 2001; PANAREDA; SANS,

2002; BOHN et al., 2000-2003, 2005; LE FLOC’H, 2007; MAESTRE et al., 2008; PEINADO et al.,

2008; MARCO, 2010; ELZINGA et al., 2011; PEDROTTI, 2011; MOLLÁ, 2012, PANAREDA;

BOCCIO, 2012; PABLO, DE et al., 2014; RODRÍGUEZ; CASTAÑÓN, 2016; CAUDULLO et al., 2017;

EDLER et al., 2017; por citar una muestra de entre decenas de miles posibles).

41 Forma parte del Proyecto “Valoración del paisaje vegetal como patrimonio natural, histórico y cultural. Aplicación en localidades y sectores representativos de La Alcarria Occidental de Guadalajara” (POII-2014-019-A), cofinanciado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Castilla-La Mancha y FEDER. 42 Unidad Docente de Geografía Departamento de Geología, Geografía y Medio Ambiente. Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Alcalá. E-mail: [email protected]

Page 2: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

170

En relación con la Geografía de las Plantas, en las últimas décadas se ha generalizado

la representación de la presencia y distribución de poblaciones de taxones de manera

aislada (mapas corológicos). Pese al carácter analítico, separativo y especialmente concreto

de este planteamiento, no deja de ser otra forma de mostrar la realidad del paisaje vegetal.

En este caso, debe hacerse un ejercicio de abstracción conceptual que transgrede el hecho

de que, salvo excepciones, las plantas ocupan el espacio en comunidad (WELTEN; SUTTER,

1982; PANAREDA; NUET, 1981; NUET; PANAREDA, 1991-93; MÜLLER, 1996; PANAREDA,

1996; MEAZA, 2000; MARCO et al., 2006; GARCÍA-ABAD et al., 2007; MAESTRE et al., 2008;

HAWKSFORD et al., 2011; MOTA et al., 2011; PEDROTTI, 2011; GENT; WILSON, 2013;

MARTÍNEZ, 2014; por citar otra muestra de entre miles posibles).

Este enfoque autoecológico frente al sinecológico o, si se prefiere, poblacional

frente al biocenótico no deja sin embargo de hacer entendibles aspectos que explican el

revestimiento integrado del tapiz vegetal. Por poner un ejemplo, en Suiza, a partir de una

base de datos florística digitalizada generada con aquel enfoque, WOHLGEMUTH (1993)

analizó los diversos factores que influyen en la fitodiversidad, comparando el número de

especies por unidad cartográfica y estableciendo una prelación de los mismos. Y para

mostrar datos y resultados se sirvió, entre otros modos de representación, de mapas de

diversidad florística con círculos de diferente tamaño ubicados en centroides de unidades

territoriales de extensión poco dispar que cubrían todo el país. Ciertamente, esos mapas

ilustraban visualmente, en tanto que imágenes, aspectos del paisaje vegetal que no son

observables directamente sobre el terreno. Su utilidad, pues, era innegable.

Lo más habitual es que los mapas corológicos utilicen una red cartográfica regular

con unidades de igual tamaño como base geográfica de referencia. El atributo en cada una

se puede expresar con diferentes variables visuales, aunque suele ser el círculo o punto el

más empleado, y la propiedad expresada suele ser casi siempre la presencia constatada o

no (presunta ausencia) de la planta en la unidad. De este modo se representan

distribuciones de plantas, generándose un mapa por cada una de ellas. Comparativamente

con los miles mencionados, en muy pocos trabajos se añade algún atributo más: número

de poblaciones encontradas (GÓMEZ, 2015), número de localidades donde se ha

encontrado (MÜLLER, 1996), frecuencia de hallazgos (MARTÍNEZ, 2014) o abundancia

relativa de la planta en esa unidad (PANAREDA; NUET, 1983; WELTEN; SUTTER, 1982;

NUET; PANAREDA, 1991-93; LONGARES, 1997; PANAREDA et al., 1997; ESCUER, 1998;

MARCO et al., 2002; TORALLAS; ALEMANY, 2002; GARCÍA-ABAD, 2002, 2016; entre algunas

muy pocas decenas más).

Page 3: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 171

OBJETIVOS

Con el fin de seguir avanzando en estudios fitogeográficos que paralelamente lleven

implícitos desarrollos técnicos de representación acordes con los métodos empleados en

el levantamiento de datos, el presente trabajo tiene los siguientes objetivos: a) exponer el

estado actual del estudio de Geografía de las Plantas que se está realizando en una región

natural del centro de la Península Ibérica (España); b) dar a conocer una variante de

representación de datos corológicos vasculares que, a partir del método tradicional de

puntos de presencia de taxones en recintos UTM, incorpora además información sobre su

abundancia relativa, aspecto que sin ser nuevo es muy poco utilizado todavía; c) ilustrar

con una tabla y varios mapas una parte del proceso metodológico de inventario, basado en

muestreo y empleo de la técnica de “upscaling”; d) mostrar un avance de distribuciones

provisionales de las doce plantas más abundantes que se han detectado en las campañas

de inventario realizadas hasta ahora en el área de estudio; e) añadir distribuciones de

tres taxones muy abundantes y frecuentes a las ya mostradas en un trabajo anterior

(GARCÍA-ABAD, 2016); y f) comentar fitogeográficamente algunos resultados y

reflexionar sobre la bondad de esos postulados y la conveniencia de seguir desarrollando

estudios con estos planteamientos técnico-metodológicos.

MATERIALES Y MÉTODOS

El área de estudio son las Unidades Neógenas Orientales de la Depresión del Tajo

(UNODETAJO, a partir de ahora), región natural a oriente de Madrid capital, delimitada con

criterios geológicos y geomorfológicos. Su descripción y caracterización geográficas se

expusieron en GARCÍA-ABAD et al. (2018). Su situación general se muestra en la Figura 1 y

su delimitación detallada en la Figura 2.

Page 4: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

172

Figura 1 - Mapa de situación del área de estudio dentro de España y sus provincias: Unidades Neógenas Orientales de la Depresión del Tajo (acrónimo: UNODETAJO)

Fuente: Elaboración propia.

Se aplica un método de inventario florístico con fines geográficos, basado en

trabajos de campo que rastrean de manera exhaustiva cuadrículas UTM de 1×1 km,

anotando datos sobre la presencia y abundancia relativa de taxones vasculares, entre otros

tipos de información.

Page 5: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 173

Figura 2. Delimitación del área de estudio (UNODETAJO) porlos perímetros deCuadrados de 10×10m y Cuadrículas de 1×1 km de la Red UTM. Atiéndase a las de Utande y Ambite en su interior

Fuente: Elaboración propia.

Sus postulados generales y particulares están expuestos en GARCÍA-ABAD (2015) y

GARCÍA-ABAD et al. (2009, 2015). Se plantean dos proyectos corológicos con diferentes

estrategias. Uno cubre dos territorios de reducido tamaño (≤ 100 km²) y el otro un territorio

amplio (UNODETAJO, casi 12.000 km²). El primero es un proyecto a escala local, en donde se

inventarían todas las cuadrículas de 1 km² involucradas, de modo que cubren esos territorios

de manera exhaustiva y completa (GARCÍA-ABAD, 2015, 2016). Ya están finalizados y han

consistido en dos Cuadrados UTM de 10×10 km que se incluyen dentro de UNODETAJO

(Utande, al Norte; y Ambite, en el Centro; Figura 2). El segundo es un proyecto a escala regional

que consiste en un muestreo aleatorio geográficamente estratificado de inventarios en

cuadrículas UTM de 1×1 km diferentes (algunas son incompletas, cuando están en el borde de

Page 6: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

174

área). Está en fase de ejecución y se realiza en campañas sucesivas (GARCÍA-ABAD et al., 2015

y 2018). En cada una se sortea una cuadrícula 1×1 km dentro de cada cuadrado de 10×10 km,

de modo que dentro de este se halle en un cuadrante de 5×5 km diferente al de la campaña

anterior/posterior. Cuando estos Cuadrados de 100 km², por ser limítrofes, abarcan tres

cuadrantes de 25 km² o menos, se acomoda el criterio para que en cada cuadrado se inventaríe

una cuadrícula de 1 km² por campaña. UNODETAJO se inscribe en 162 de esos cuadrados,

completos o incompletos, estando previsto hacer hasta cuatro campañas para culminar un

muestreo de una cuadrícula de 1×1 km por cada cuadrante de 25 km².

Ambas estrategias permiten mostrar resultados en cuatro resoluciones: 1, 4, 25 y 100

km², según se confeccionen mapas de distribuciones con recintos de 1×1, 2×2, 5×5, 10×10

km, respectivamente. Partiendo de los datos originales, con máxima resolución (1 km²), se

efectúan operaciones de “upscaling” que consisten en derivar por síntesis mapas de

menor resolución (HENLE et al., 2014), lo que conlleva aumentar la unidad espacial

mínima de información y representación. El método implica hacer listados de todos los

taxones (principalmente con rango de especie) que se encuentran en cada recinto de 1

km² inventariado, de modo que acumulando los avistamientos pueden obtenerse

conteos de la riqueza florística constatada en aquel. También se obtiene para cada taxón

la frecuencia, que consiste en computar el número de unidades inventariadas donde se

ha encontrado (cuadrículas, cuadrantes o cuadrados). Además se toman datos de la

abundancia relativa (AR, a partir de ahora) de cada planta en el recinto, partiendo de

cinco categorías iniciales: localizada rarísima a muy rara, localizada rara a común, muy

común o frecuente, abundante y muy abundante. A ellas se le asignan valores

cuantificables (0,01; 0,1; 0,25; 0,5 y 1, respectivamente). En ambos proyectos (local y

regional), con esos valores de AR se calculan dos índices de ocupación territorial de las

plantas y de la flora. Uno de ellos se denomina “Índice de Ocupación de la Planta” (IOP, a

partir de ahora). Consiste en que, al aplicar el “upscaling”, se obtienen por las sumas de

AR en las cuadrículas inventariadas un valor acumulado de cada taxón en los recintos

sucesivamente más grandes y en el conjunto del territorio estudiado. Estos suponen ya

datos sintéticos con los que se derivan nuevas categorías de AR (GARCÍA-ABAD, 2016,

Tabla 1, p. 90), diferentes según la resolución cartográfica empleada en los mapas de

distribución (hasta nueve categorías). Con los valores de frecuencia e IOP, en orden

decreciente de los valores, se pueden establecer clasificaciones de plantas.

Page 7: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 175

RESULTADOS

El presente trabajo recoge para UNODETAJO datos de las dos primeras campañas,

más lo avanzado hasta ahora (31 de dezembro 2017) en la tercera, sin que ésta haya sido

todavía completada. Ello implica que en todas las cuadrículas de 10×10 km se han

inventariado al menos dos cuadrículas de 1 km² diferentes y que, en la mayor parte de los

casos, se ha visitado además una tercera; no estando pues equilibrados los resultados del

todo. Resultan, así, un total de 443 visitas a cuadrículas de 1 km². El balance detallado se

muestra en la Tabla 1.

Tabla 1 - Balance de campañas de inventario y visitas a recintos U.T.M. empleadas en los mapas corológicos

de UNODETAJO que se presentan más adelante

CAMPAÑAS DE INVENTARIO → →→ 1ª 2ª 3ª

Número de Cuadrados de 100 km² cubiertos 162 162 119

Número acumulado de visitas a cuadrantes de 25 km² 162 314 416

Número acumulado de visitas a cuadrículas de 4 km² 162 316 430

Número acumulado de visitas a cuadrículas de 1 km² 162 324 443

Fuente: Elaboración propia.

En este trabajo se ha contemplado el contingente de Plantas Permanentemente

Visibles y Reconocibles, que son las que pueden avistarse e identificarse sin restricciones

fenológicas durante todo el año (GARCÍA-ABAD, 2015, p. 509). Supone tan solo entre una

tercera y una cuarta parte de toda la flora. En el proyecto local, el número de taxones y

agrupaciones de taxones43 detectado fue de 294 en Utande y de 269 en Ambite. En

UNODETAJO, a falta de una depuración restrictiva pendiente de realizar, su cómputo hasta

ahora es de 457. Tras los inventarios, se puede confeccionar un mapa de distribución por

cada planta avistada en los trabajos de campo y por cada resolución cartográfica. Son

distribuciones incompletas todavía y, por tanto, provisionales. Pero muestran ya en

bastantes casos unas pautas espaciales bastante significativas. Las operaciones de

“upscaling” que sintetizan los datos originales de las tres campañas permiten hacer las

mencionadas clasificaciones de plantas.

43A veces se ha tenido que recurrir por razones estratégicas de operatividad a agrupaciones taxonómicas superiores al rango de especie.

Page 8: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

176

Se van a presentar las distribuciones provisionales de los 12 taxones (o agrupación

de taxones) más abundantes hasta el momento en UNODETAJO. Para ello, se han efectuado

sendas ordenaciones del conjunto de todas las plantas de aquel contingente, una por IOP

y otra por frecuencia. Así pueden compararse ambas propiedades en las 12 que ocupan las

primeras posiciones en cada una de las dos clasificaciones. Al combinarse estas en

UNODETAJO, son 21 las que destacan por una u otra propiedad, o por coincidir las dos. A

estos taxones se añaden, además, aquellos 12 más abundantes e, igualmente, los 12 más

frecuentes en el cómputo conjunto de los dos territorios del proyecto local (Utande y

Ambite). En este caso, la combinación da lugar a 19 taxones destacables. Finalmente,

combinando los dos proyectos, resultan ser 28 los taxones/agrupaciones más relevantes.

En la Tabla 2 se presenta el resultado obtenido de aplicar tales clasificaciones. En

ella se observan qué taxones de esos 28 son los que ocupan las 12 primeras posiciones

en UNODETAJO, cuyos mapas se exhibirán más adelante (sombreado amarillo). La marca

del escalonado que aparece en la tabla indica que se ordenaron en sentido decreciente

por su IOP. La Tabla 2 da información de varios datos analíticos (valores de IOP y

frecuencia, sus órdenes de posición y la frecuencia con que ocurren en las diferentes

categorías de AR en UNODETAJO; más los órdenes con que ocurrieron en Utande y

Ambite). Destacan en ese grupo las dos primeras plantas, pero por motivos bien

diferentes. En primer lugar, se comprueba cómo la encina (Quercus ilex subsp. ballota)

ocupa el primer lugar. Como es bien sabido, se trata del árbol que da lugar a las

formaciones boscosas naturales más extensas en la Península Ibérica, siendo cabeza de

la serie de vegetación principal. En UNODETAJO coincide tal circunstancia. En segundo

lugar, se comprueba el hecho igualmente bien conocido de que el olivo (Olea europaea),

cultivo leñoso mayoritario en la península, lo sea también en UNODETAJO. No por

casualidad, al hablarse de la relevancia de la fotografía en las representaciones del

paisaje, MOLLÁ trajo a colación una cita de 1956 bien reveladora cuando se hablaba de

los árboles peninsulares más representativos44.

44“la encina, fuerte y de porte majestuoso, como el olímpico Zeus, padre de los dioses; el olivo, emblema de la paz y de la cultura, donde Minerva, la de las palabras aladas, diosa resplandeciente y venerable” (HERNÁNDEZ-PACHECO, citado por MOLLÁ, 2012, p. 70).

Page 9: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 177

Se observa que 9 de esos 12 taxones ocupaban también el “cuadro de honor” en

el conjunto de los dos Cuadrados de 100 km² de Utande y Ambite. Las distribuciones

definitivas en ellos, una vez se aplicó un criterio similar, fueron mostradas en mapas por

GARCÍA-ABAD (2016), hecho que se destaca en la Tabla 2 con sombreado gris. Por esa alta

coincidencia, se constata que la encina, la aliaga meseteña (Genista scorpius), el tomillo

común (Thymus vulgaris), la koeleria común (Koeleria vallesiana), el romero (Rosmarinus

officinalis), la jarilla paniculada (Helianthemum cinereum subsp. rotundifolium), el dáctilo

hispánico (Dactylis hispanica), el tomillo salsero (Thymus zygis subsp. sylvestris) y el lastón

(Brachypodium retusum) son taxones muy relevantes al ocupar más territorio a nivel

regional y ocasionalmente también a nivel local. Se detectan 3 taxones que, no alcanzando

los 12 primeros puestos de ocupación por abundancia en los estudios locales, sin embargo

sí lo hacen en el regional. Se trata del olivo, cardo corredor (Eryngium campestre) y fenal

(Brachyhpodium phoenicoides). Por tal motivo, sus distribuciones en Utande y Ambite se

presentarán más adelante.

De esta manera, junto con los referidos mapas ya confeccionados, se tendrán

representados cartográficamente los 12 taxones más importantes de UNODETAJO en ambos

proyectos y modalidades. La observación de todas sus representaciones cartográficas, por

tanto, permite comparar con bastante detalle y en diferentes modalidades y resoluciones la

capacidad de sus poblaciones en ocupar el territorio y con qué frecuencia.

De resultas de esa Tabla 2, situados escalonadamente por debajo de aquellos, se

detectan otros 9 taxones clasificados en orden decreciente por su frecuencia en UNODETAJO.

Page 10: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

178

Tabla 2 - Cuadro florístico provisional relevante del paisaje vegetal de UNODETAJO. Datos analíticos.

IOP: Índice de Ocupación de la Planta. V: Valor. O: Orden. AR: Abundancia Relativa. FR: Frecuencia. Categorías de AR. LRR: Localizada rarísima, LMR: Loc. muy rara, LR: Loc. rara, LPC: Loc. poco común, LC: Loc. común, MC: Muy Común, A: Abundante, MA: Muy abundante. La categoría “Abundantísima” no se da ninguno de los casos.

Fuente: Trabajo de campo (2008-2017).

TAXÓN / AGRUPACIÓN

MUESTREO REGIONAL (UNODETAJO) LOCAL

IOP FR AR (resolución 100 km²) - Frecuencia Orden V O V O LRR LMR LR LPC LC MC A MA IOP FR

Quercus ilex subsp. ballota 64,09 1 142 13 13 1 25 44 34 8 9 8 2 3 Olea europaea (cultivado) 60,33 2 138 17 9 0 32 48 19 14 13 3 17 52 Genista scorpius 58,67 3 130 36 6 0 15 55 26 13 13 2 1 5 Thymus vulgaris 58,44 4 132 31 3 0 22 41 38 18 10 0 3 28 Koeleria vallesiana 51,52 5 132 31 2 0 29 54 28 9 7 3 10 28 Rosmarinus officinalis 49,56 6 96 75 8 0 18 25 20 10 10 5 9 56 Helianthemum rotundifolium

47,78 7 129 39 8 0 28 42 33 12 6 0 4 8

Dactylis hispanica 46,63 8 150 2 2 0 19 89 35 4 1 0 8 5 Thymus zygis subsp. sylvestris

44,70 9 145 8 9 0 27 75 22 6 6 0 6 11

Eryngium campestre L. 42,14 10 160 1 1 0 10 143 7 0 0 0 21 1 Brachypodium retusum 40,72 11 88 84 0 0 27 24 19 8 6 4 5 57 Brachypodium phoenicoides 40,64 12 137 20 1 0 21 83 30 1 1 0 26 8

Helichrysum stoechas 32,43 20 150 2 12 1 32 94 12 0 0 0 24 14 Salvia verbenaca 30,81 22 150 2 3 0 39 105 3 0 0 0 40 19 Carlina hispanica 28,25 32 149 5 16 0 42 88 3 0 0 0 25 7 Centaurea ornata 21,95 54 149 5 24 2 59 64 0 0 0 0 66 66 Rumex pulcher subsp. woodsii

14,64 79 148 7 40 17 61 30 0 0 0 0 52 43

Poterium (subgénero) 34,34 17 144 9 0 0 22 118 4 0 0 0 36 28 Dactylis glomerata 26,70 39 144 9 6 0 49 89 0 0 0 0 47 45 Teucrium capitatum 27,21 37 143 11 9 2 47 79 5 1 0 0 53 41 Prunus dulcis (cultivado) 26,47 42 143 11 13 1 44 81 4 0 0 0 58 51

Lavandula latifolia 32,92 19 121 43 12 1 30 47 24 5 2 0 7 22 Quercus faginea 27,21 37 82 91 6 1 26 27 12 4 5 1 11 40 Salvia lavandulifolia 29,56 25 120 46 4 0 26 75 14 1 0 0 12 35

Phlomis lychnitis 33,28 18 142 13 3 0 22 111 6 0 0 0 20 2 Crataegus monogyna 22,34 53 121 43 30 4 32 42 12 1 0 0 19 3 Rosa spp. (género) 18,82 60 134 27 41 3 37 50 3 0 0 0 35 8 Plantago lanceolata 29,17 27 136 24 3 0 34 98 1 0 0 0 32 11

Distribuciones cartografiadas en esta publicación Distribuciones cartografiadas en García-Abad (2016)

Marca del escalonado de los 12 primeros taxones

Page 11: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 179

En este grupo, pese a estar presentes muchas veces en los Cuadrados UTM de 10×10

km no lo hacen con una especial abundancia. En efecto, el helicriso común (Helichrysum

stoechas), la verbenaca (Salvia verbenaca), la carlina corimbosa (Carlina hipanica), la

centaurea amarilla espinosa (Centaurea ornata), la romaza menor (Rumex pulcher subsp.

woodsii), varias sanguisorbas menores (subgénero Poterium, dentro del género

Sanguisorba), el dáctilo aglomerado (Dactylis glomerata) y la zamarrilla (Teucrium capitatum)

son fáciles de encontrar por casi todo el territorio de UNODETAJO, pero sin formar nutridas

poblaciones o dar lugar a formaciones destacadas fisonómicamente. El caso del almendro

(Prunus dulcis) es diferente por ser un cultivo. Pocas veces se implanta en parcelas y, cuando

se hace, son pequeñas. Lo habitual es colocarlo en setos, lindes y caminos. Se asilvestra con

frecuencia, pudiendo aparecer en ambientes antropogénicos diversos.

Por el otro lado, se observa que hubo 3 taxones que, habiendo alcanzado los 12

primeros puestos en Utande y Ambite, no lo hacen en UNODETAJO. En efecto, el espliego

común (Lavandula latifolia), el roble quejigo (Quercus faginea) y la salvia ibérica (Salvia

lavandulifolia) marcan especificidades en aquellos ámbitos locales frente al conjunto

regional. En el escalonado de la Tabla 2 aparecen ordenados por los valores conjuntos de

IOP alcanzados en ambos Cuadrados de 100 km².

Finalmente, quedan por comentar los cuatro últimos taxones. Son los que

completan en Utande y Ambite el orden de frecuencia de aparición. La candilera (Phlomis

lychnitis), el espino albar (Crataegus monogyna), la agrupación de varios rosales (Rosa spp.)

y el llantén común (Plantago lanceolata) se encuentran con mucha facilidad pero sin

presentar gran abundancia.

Todo este agregado florístico se ha reunido con el fin de tener un cuadro amplio de

plantas que, en el conjunto de estrategias de inventario empleadas (del rastreo exhaustivo

al muestreo), ámbitos territoriales analizados y grados de compleción de los proyectos, han

alcanzado o están alcanzando hasta el momento los valores más relevantes por su nivel de

ocupación del territorio. Ello supone, con todos esos criterios, haber detectado y haber

podido establecer ya con elevada confianza el conjunto florístico primordial del paisaje

vegetal en el área de estudio. Aunque, evidentemente, ese cuadro se matizará algo cuando

se complete la tercera campaña y se ejecute la cuarta, se dispone ya de una buena

aproximación que puede ser de utilidad.

Page 12: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

180

Muestra de un ejemplo del proceso cartográfico de supraescalado (“upscaling”)

Para ilustrar el proceso metodológico, se muestra un ejemplo de cómo se plasma la

operación cartográfica de “upscaling” en cuatro resoluciones progresivamente menores (1,

4, 25 y 100 km²). Para este trabajo, se propone traducirla en español como“supraescalado”.

Consiste en una operación cartográfica que deriva “por encima” de lo que correspondería

al dato o datos originales la resolución espacial de la unidad mínima de información de la

que se parte. Implica una “amplificación” de aquellos en aras bien de la síntesis informativa,

del aprovechamiento de datos poco numerosos, incompletos o parciales, de la expresividad

visual, o bien de otras circunstancias coyunturales que la puedan hacer aconsejable. Con

semántica aparentemente contradictoria, lleva aparejado “bajar” la resolución, pues

“disminuye” el detalle de la representación.

Se elige la encina para tal fin en razón de su primera posición en la clasificación

de la Tabla 2, ser la planta peninsular principal en ocupación potencial natural del

territorio, la más emblemática cultural y simbólicamente, dar lugar a las formaciones

boscosas más extensas y, en definitiva, aportar una casuística más variada en número

de categorías de AR en UNODETAJO, permitiendo expresar con mayor elocuencia la

ejemplificación que se pretende.

El proceso se inicia con datos originales. Estos son los tomados en el inventario de

la unidad espacial mínima de información (cuadrícula UTM de 1×1 km). Se aplica a ambos

tipos de proyectos (rastreo completo del território y muestral). Expresan dos atributos: a)

la presencia por avistamiento directo de la planta en la unidad de referencia (un criterio

prudente y conservador aconseja interpretar el no avistamiento como “presencia no

constatada” antes que como ausencia); y b) si está presente, la abundancia relativa de la

misma en la unidad espacial visitada. En el primer caso, la presencia se rotula con un círculo

negro, mientras que la presencia no constatada no se rotula, dejando el recinto en blanco.

En el segundo caso, la AR se expresa con círculos de cinco diámetros diferentes, tantos

como categorías de partida hay establecidas de antemano.

En las Figuras 3 y 4 se muestran las distribuciones de la encina en ocho modalidades

diferentes. Para no interferir en la lectura con otras variables propias del paisaje vegetal,

se representa sobre fondo blanco el límite de UNODETAJO, con los contornos

Page 13: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 181

correspondientes a cada resolución, más los círculos negros de implantación cuando ha

sido avistada. Se acompañan de cartelas que, además de la identificación y de aclaraciones,

exponen algunos datos analíticos. En la Figura 3 se representa la simple presencia en las

cuatro resoluciones, sin aplicar el atributo de abundancia relativa. Este tipo de

representación es el abrumadoramente mayoritario en la Cartografía Corológica que hoy

se puede consultar en artículos, atlas, libros, revistas, visores, webs y demás publicaciones

y medios de divulgación de todo el mundo. En este caso, se ha aplicado un diámetro de

círculo normalizado, de grosor medio-bajo, igual para todos los recintos muestreados cuyo

tamaño se acrecienta según disminuye la resolución por aumento de la unidad de

información mínima. El supraescalado se expresa como una progresión paulatina en tres

grados (3B, 3C y 3D) por encima del original (3A).

En 3A los puntos corresponden a datos originales reducidos a la presencia (1 km²).

En 3B, 3C y 3D se muestran datos derivados por supraescalado progresivo a las resoluciones

menores de 4, 25 y 100 km² respectivamente. En la Figura 3, las leyendas son muy sencillas,

pues solo se indica la presencia como una única categoría. Los recintos en blanco deben

interpretarse como presencias no constatadas (podrían implicar ausencia), o como recintos

no inventariados (3A, 3B y 3C). En el caso de 3D, todos los recintos de 100 km² han sido

inventariados en, al menos, dos cuadrículas de 1 km².

Page 14: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

182

Figura 3 - Comparación de la distribución provisional de la encina en cuatro resoluciones espaciales (simple presencia).

Fuente: Trabajo de campo (2008-2017).

En la Figura 4 se representa la presencia más la abundancia relativa. Este tipo de

representación es la abrumadoramente minoritaria en la Cartografía Corológica que hoy se

puede consultar, pues la toma de datos de AR en campo es muy poco habitual debido a

que el levantamiento de tal información implica recorrer de manera sistemática y

exhaustiva el recinto de inventario. Son muy pocos los trabajos corológicos que

implementan este importante atributo. Los tamaños de los círculos aumentan, según

aumenta la AR acumulada tras los inventarios. En 4A, la implantación de puntos

corresponde a los datos originales del muestreo sin reducción alguna. En 4B, 4C y 4D se

muestran los datos derivados por supraescalado en las resoluciones ya mencionadas.

Page 15: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 183

Los mapas de la Figura 3 son más sencillos, pues permiten que el lector fije su

atención en una sola dimensión geográfica. El mapa 3A muestra, a la misma escala que el

resto, la localización real de los recintos verdaderamente inventariados. El paso de

supraescalado del mapa 3B respecto al 3A apenas aporta impresión de síntesis, por dos

razones: a) la cuadrícula UTM 2×2 km sigue siendo todavía pequeña; y b) son muy pocos

los casos en que dos o más inventarios originales han coincidido por azar en la misma

cuadrícula de 4 km². Pero, en todo caso, contribuye a aclarar un poco esas localizaciones

pues aporta cierta nitidez visual. Los mapas 3C y 3D, sin embargo, propician visualizaciones

sobradamente sintéticas, pues las unidades de referencia ya poseen más entidad

superficial. En 3D se aprecia muy bien cómo la encina está en casi todo el territorio, salvo

en los bordes centro y suroccidentales, en donde su presencia no constatada podría

implicar ausencia en muchos recintos de 1×1 km. La presencia del área urbana de Madrid,

extendida hacia el NE por el Corredor urbano del Henares y hacia el SE hasta Aranjuez,

unido a la mayor alteración del medio por infraestructuras y cultivo explicarían esta clara

pauta de distribución. En parte, factores similares afectan a la distribución de la encina en

la provincia de Alicante, tal y como se observa en el mapa análogo de MARCO et al. (2002).

La modulación progresiva del supraescalado en el sentido que se quiera (hacia atrás o hacia

adelante) de los mapas 3B, 3C y 3D contribuye a detallar dicha pauta.

Pero, obviamente, la Figura 4 es mucho más elocuente al mostrar con más calidad

informativa la realidad que se pretende dilucidar. Los mapas 4C y 4D “hablan por sí solos”,

pues además de la distribución por la presencia detectan gradientes claros por la

abundancia. Destaca, entre otros, el gradiente decreciente que se marca de NE a SW. Pese

a la provisionalidad y no compleción que imponen el método de muestreo y el estado de

las campañas, ya se anuncian con suficiente confianza las tendencias fundamentales de

ocupación del territorio por parte de este taxón.

Page 16: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

184

Distribuciones provisionales de los doce taxones más abundantes en

UNODETAJO y otras complementarias en Utande y Ambite

Las Figuras 5, 6 y 7 representan solo mapas con resolución de 100 km², que es la

más sintética tras el proceso de supraescalado. Son distribuciones provisionales, pues

muestran los datos de los que se dispone hasta ahora de los 12 primeros taxones (Tabla 2)

en UNODETAJO, ordenadas de más a menos IOP. La composición en tres bloques de cuatro

plantas cada uno propicia la comparación geográfica entre ellas. Precisamente, este

aspecto debe ser muy cuidado en Corología.

Figura 4 - Comparación de la distribución provisional de la encina en cuatro resoluciones espaciales

(con niveles de abundancia relativa).

Fuente: Trabajo de campo (2008-2017).

Page 17: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 185

El método permite visualizar distribuciones comparables por elaborarse con el

mismo esfuerzo de inventario e información. Sin embargo, esto no suele ser habitual en

muchos mapas corológicos, lo que puede llevar a lecturas confusas y, en casos extremos, a

interpretaciones equívocas.

Figura 5 - Distribuciones provisionales de encina, olivo, aliaga meseteña y tomillo común.

Fuente: Trabajo de campo (2008-2017).

Los mapas de la Figura 5 (5A, 5B, 5C y 5D) exhiben cuatro situaciones de plantas

frecuentes y muy abundantes que, sin embargo, presentan en mayor o menor grado

especificidades particulares. La bondad de esta cualidad se puede extrapolar a los ocho

mapas restantes de las Figuras 6 y 7.

Page 18: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

186

Figura 6 - Distribuciones provisionales de koeleria común, romero, jarilla paniculada y dáctilo.

Fuente: Trabajo de campo, 2008-2017.

Como ejemplos, se aprecia que las distribuciones de presencia y abundancia de la

encina (5A) y koeleria común (6A) se parecen bastante, aunque la primera tiene más

cubrimiento; así como las del dáctilo hispánico (6D) y cardo corredor (7B), siendo el primero

algo más abundante que el segundo.

Page 19: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 187

Figura 7 - Distribuciones provisionales de tomillo salsero, cardo corredor, lastón y fenal.

Fuente: Trabajo de campo, 2008-2017.

Otras comparaciones: la aliaga meseteña (5C) y el tomillo común (5D) tienen

distribuciones muy parecidas, sin embargo se aprecia cómo en el sector N-NW este último

está menos presente e, incluso, provisionalmente no se ha constatado su presencia frente

a aquella. Evidentemente, según avancen las campañas la situación puede diferir algo, pero

muy probablemente se mantendrá la pauta ya anunciada de una clara menor presencia del

tomillo en ese sector. El olivo (5B) y el tomillo salsero (7A) muestran menor presencia en el

NE, frente al resto. En fin, el romero (6B) y el lastón (7C) tienen distribuciones muy

particulares, diferentes entre sí y respecto al resto.

Page 20: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

188

Resulta igualmente de interés el detenido análisis comparativo que puede hacerse

de los dos tomillos más destacados de esta región. Pese a ser muy conocidas de antemano

sus amplias presencias y abundancias por estudios geobotánicos previos, no se conocía el

concreto detalle que pudieran adquirir sus distribuciones. Los mapas delatan pautas

suficientemente diferenciadas. Entre otras, se aprecia muy bien cómo el tomillo común

(5D) ocupa más espacios en los sectores orientales y nororientales de la región; mientras

que el tomillo salsero (7A) se extiende todavía en los bordes occidentales y noroccidentales

no alcanzados por el primero. Esta discreta tendencia geográfica diferencial podría, como

hipótesis, deberse a una querencia más estricta del tomillo común a sustratos calizos y

dolomíticos, y menor hacia detríticos y menos básicos; sin embargo, esta alternancia

afectaría menos al tomillo salsero, que medra bien en los lutíticos y arcillosos.

Las Figuras 8 y 9, con una composición diferente, muestran las distribuciones

completas en Utande y Ambite de 3 taxones no incluidos en GARCÍA-ABAD (2016), por no

tener noticia en ese momento de la relevancia que tenían por su abundancia en el contexto

regional. Sus mapas siguen planteamientos diferentes, pues muestran realidades del

paisaje vegetal más fidedignas, al estarcompletos tras un rastreo sistemático y exhaustivo

del territorio, y con una unidad de información espacial mínima que propicia un gran

detalle a escala local. Con esos presupuestos, el supraescalado adquiere otra dimensión,

pues no se sintetiza solo visualmente una realidad compuesta por todos sus factores,

potencialidades, manifestaciones, etc.; sino también y sobre todo lo hace

cuantitativamente. Es decir, su “escalonado” es la expresión en diferentes niveles de una

completitud en un momento dado de una población vegetal en el territorio.

En este caso, se representan conjuntos de mapas de la misma planta en cuatro

resoluciones. El olivo en Utande (Figura 8, arriba) es un cultivo habitual e, incluso, muy

común en bastantes sectores meridionales y norteños (laderas), aunque en otros está

claramente ausente (páramos culminantes y algunos fondos de valle). Pero, en Ambite

(Figura 8, abajo) es aún más frecuente y abundante que en Utande, siendo su IOP casi el

doble y manteniendo unas pautas análogas en cuanto a las unidades del paisaje, aunque

con menos restricciones de ocupación. En todos los casos, el supraescalado en las

resoluciones menores marca de manera proporcionada esta realidad. Además, si se busca

en la Figura 2 la situación de los Cuadrados de Utande y Ambite dentro de UNODETAJO y

se coteja el valor detectado hasta ahora en esos recintos por el muestreo en el proyecto

regional (Mapa 5B), puede comprobarse que efectivamente se asigna más abundancia

también en Ambite que en Utande. Ello supone un buen botón de muestra de la

confiabilidad del muestreo efectuado en el estado actual. Se invita al lector a que haga el

Page 21: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 189

ejercicio de comprobar esta misma bondad en aquellas plantas en que se pueda hacer,

cotejando valores proporcionados entre los mapas presentados en este trabajo y los

expuestos en GARCÍA-ABAD (2016). Se comprueba que, salvo en un caso (quizás, dos), el

muestreo anuncia bien las pautas que, finalmente, se cumplen.

Figura 8 - Distribución completa del Olivo en Utande y Ambite (resoluciones de 1, 4, 25 y 100 km²).

Leyenda (Mapas 1×1 km): • Localizada Rarísima a Muy Rara,

•Localizada Rara a Común,• Muy Común, •Abundante, •Muy abundante

Fuente: Trabajo de campo, 2005-2012.

Page 22: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

190

La Figura 9 confirma para el cardo corredor y el fenal pautas de distribución por

presencia y abundancia, y de frecuencia de aparición que se mantienen análogas a escalas

local y regional; pudiendo, en todo caso, detectarse algunos matices propios de la particular

apetencia autoecológica de cada especie en relación con la configuración paisajística de

Utande y Ambite.

Figura 9 - Distribuciones completas del cardo corredor y del fenal en Utande y Ambite (Resoluciones de 1, 4, 25 y 100 km²).

Leyenda (Mapas 1×1 km): • Localizada Rarísima a Muy Rara,

Localizada Rara a Común, • Muy Común, •Abundante, •Muy abundante

Fuente: Trabajo de campo, 2005-2012.

CONCLUSIONES

Pese a tratarse de taxones muy bien conocidos por su gran abundancia y frecuencia,

no dejan de aparecer singularidades de distribución, incluso notables. Piénsese que quedan

todavía muchos taxones y distribuciones por mostrar, desde aquellos que siguen siendo

frecuentes y abundantes a aquellos que aparecen en un solo recinto, desde aquellos que

aparecen con disyunciones próximas a aquellos con más alejadas, etc. Ello anuncia una

amplia diversidad de realidades fitogeográficas.

Page 23: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 191

Los mapas expuestos muestran que las distribuciones no deben limitarse a referir

la simple presencia, sino también dar el importante salto cualitativo de representar las

distribuciones de la abundancia de los taxones. Téngase en cuenta que el avistamiento de

un solo ejemplar o unos muy pocos de encina, romero, espino, etc., en la unidad espacial

es ya suficiente para indicar la presencia, al mismo nivel que la de un extenso encinar, un

amplio romeral o una muy nutrida orla de espinos. En consecuencia, una misma

implantación cartográfica puede esconder realidades florísticas bien diferentes sobre la

ocurrencia de los taxones.

El que una distribución no se cifre solo en la presencia, sino también en la

abundancia se erige como una exigencia cada vez más acuciante. Nos encontramos en una

sociedad que demanda afinar más y mejor en las directrices, ordenamientos, protocolos de

actuación, etc., en la Biología de la Conservación, así como profundizar más en los

conocimientos biogeográficos. En suma, propiedades como la fitodiversidad geográfica,

singularidad, banalidad, grados de amenaza y protección de taxones; valoración florística

del territorio, gestión, conservación, etc., aconsejan incorporar de manera más

generalizada la abundancia en los mapas corológicos.

REFERENCIAS

ALEXANDER, R.; MILLINGTON, A. C. Vegetation mapping. Chichester: John Willey & Sons Ltd. 2000. 339 p. BOHN, U.; NEUHÄUSL, R. with contributions by GOLLUB, G., HETTWER, C., NEUHÄUSLOVÁ, Z., RAUS, Th., SCHLÜTER, H.; WEBER, H. Map of the Natural Vegetation of Europe. Scale 1:2.500.000. Parts 1 (Explanatory text with CD-ROM), 2 (Legend) and 3 (Maps). Münster (Landwirtschaftsverlag): Federal Agency for Nature Conservation. 2000-2003. 3 v. Disponible en: <https://is.muni.cz/el/1431/podzim2012/Bi9420/um/Bohn_etal2004_Map-Nat-Veg-Europe.pdf>. Acceso en: 16 feb. 2018. BOHN, U.; GOLLUB, G.; HETTWER, C. Application and Analysis of the Map of the Natural Vegetation of Europe. Proceedings of the International Workshop. Bonn: Federal Agency for Nature Conservation. 2005. 452 p. BOURNÉRIAS, M.; ARNAL, G.; BOCK, C. Guide des Groupements végétaux de la région parisienne. Bassin parisien–Nord de la France, Écologie et Phytogéographie. Paris: Belin. 2001. 640 p. CAUDULLO, G., WELK, E.; SAN-MIGUEL-AYANZ, J. Chorological maps for the main European woody species. Data in brief, Elsevier Inc., v. 12, p. 662-666. 2017. Disponible en: <https://doi.org/10.1016/j.dib.2017.05.007>. Acceso en: 16 feb. 2018. EDLER, D.; GUEDES, TH.; ZIZKA, A.; ROSVALL, M.; ANTONELLI, A. Infomap Bioregions: Interactive Mapping of Biogeographical Regions from Species Distributions. Software for Systematics and Evolution, Oxford, v. 66, n. 2, p. 197-204. 2017. Disponible en: <https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5410963/>. Acceso en: 17 feb. 2018. ELZINGA, C. L.; SALZER, D. W.; WILLOUGHBY, J. W. Measuring & Monitoring Plant Populations. Denver: Bureau of Land Management (Ref. 1730-1). National Business Center 2011. 496 p.

Page 24: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

192

Disponible en: <https://www.blm.gov/nstc/library/pdf/MeasAndMon.pdf>. Acceso en: 19 feb. 2018. ESCUER, J. L. L’Aiguabarreig dels rius Cinca i Segre. Cartografia del paisatge vegetal. Barcelona: Institut d’Estudis del Baix Cinca-IEA. 1998. 60 p. + mapas. GARCÍA-ABAD, J. J. Cartografía corológica del tramo medio del valle del Badiel (Alcarria, Guadalajara): Flora vascular básica de bosques y matorrales de interfluvio. In PANAREDA, J. M.; PINTÓ, J. Temas en Biogeografía. Terrassa. Editorial Aster. 2002. p. 403-411. GARCÍA-ABAD, J. J. Abundancia relativa, frecuencia y riqueza de plantas vasculares a escala local. Metodología de Índices de Ocupación de la Flora (Aplicación a la Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, Madrid. v. 76, n. 279, p. 499-530. 2015. Disponible en: <http://estudiosgeograficos.revistas.csic.es/index.php/estudiosgeograficos/article/viewArticle/461>. Acceso en: 16 feb. 2018. GARCÍA-ABAD, J. J. Distribución de plantas vasculares a escala local. Taxones con mayor ocupación florística en Ambite y Utande (La Alcarria Occidental). Estudios Geográficos, Madrid, v. 77, n. 280, p. 81-113. 2016. Disponible en: <http://estudiosgeograficos.revistas.csic.es/index.php/estudiosgeograficos/article/viewArticle/476>. Acceso en: 16 feb. 2018. GARCÍA-ABAD, J. J.; GÓMEZ, M.; RODRÍGUEZ, V. M. Atlas geográfico de plantas vivaces de la C.U.T.M. 30TWL02 – Utande (provincia de Guadalajara): Presencia, distribución, abundancia y carácter de los serbales. In GUTIÉRREZ, S.; SANZ, J.J. Homenaje al Profesor. José Manuel Casas Torres. Madrid. Universidad Complutense de Madrid, 2007. p. 131-144. Disponible en: <https://www.researchgate.net/profile/Juan_Javier_Garcia-Abad>. Acceso en: 16 feb. 2018. GARCÍA-ABAD, J. J.; GÓMEZ, M.; RODRÍGUEZ, V. M. Cartografía detallada de plantas vasculares en un sector de la Alta Alcarria, Guadalajara. Utilidad en la detección de enclaves naturales de interés. Lazaroa, Madrid, v. 30, p. 165-175. 2009. Disponible en: <http://revistas.ucm.es/index.php/LAZA/article/view/LAZA0909110161A>. Acceso en: 16 feb. 2018. GARCÍA-ABAD, J. J., GARCÍA, E.D.; RODRÍGUEZ, V. M. Base de datos geográfico-florística en las unidades neógenas orientales de la Depresión del Tajo: Un primer avance de cartografía corológica y contraste de resultados. In RIVA, J. DE LA et al.Análisis espacial y representación geográfica: innovación y aplicación.Zaragoza: Universidad de Zaragoza, AGE, 2015. p. 1619-1628. Disponible en <http://congresoage.unizar.es/eBook/trabajos/171_Garcia-Abad%20Alonso.pdf>. Acceso en: 16 feb. 2018. GARCÍA-ABAD, J. J.; GARCÍA, E. D.; RODRÍGUEZ, V. M. Corología vascular progresivamente sintética desde la resolución de 1 km². Muestra en la región oriental de Madrid. Cuadernos Geográficos, Granada, v. 57, En cola de edición. 2018. GENT, G.; WILSON, R. The Flora of Northamptonshire & the Soke of Peterborough. Robert Wilson Designs. 594 p. 2013. GÓMEZ, D. C. Guía de campo de las orquídeas silvestres de Alcalá de Guadaira. Sevilla: Sociedad Ecologista Alwadi.ira-Ecologistas en Acción. 2015. 104 p. HAWKSFORD, J. E.; HOPKINS, I. J.; CADMAN, D.; HILL, R. N.; LAWLEY, S. D.; LEAK, A.; RADFORD, E.; REYNOLDS, J. R.; STEWARD, D.; WALLER, R. The Flora of Stattfordshire. Stattford. Stattfordshire Wildlife Trust. 2011. 431 p. HENLE, K.; POTTS, S. G.; KUNIN, W. E.; MATSINOS, Y.G.; SIMILÄ, J.; PANTIS, J. D.; GROBELINK, V.; PENEV, L.; SETTELE, J. Scaling in Ecology and Biodiversity Conservation. Sofía: Pensoft Publishers. 2014. 206 p. Disponible en: <https://ab.pensoft.net/articles.php?id=1169>. Acceso en: 16 feb. 2018. HUMBOLDT, A.; BONPLAND, A. Essai sur la Géographie des plantes, accompagné d’un Tableau physique des régions équinoxiales. Paris et Tubinga: Fr. Schoell Libraire et J. G. Cotta Libraire. 1807. 155 p. + ilustración “Géographie des plantes équinoxiales”.

Page 25: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

Cartografia Biogeográfica e da Paisagem - 193

KÜCHLER, A. W. Vegetation mapping. New York: The Ronald Press Company. 1967. 339 p. LE FLOC’H, E. with Contributions. Guide for the study and monitoring of flora and vegetation. Tunis: ROSELT/OSS Collection, n. 1. 2007. 155 p. Disponible en: <http://www.oss-online.org/cd_envi/doc/02/01-en.pdf>. Acceso en: 19 feb. 2018. LONGARES, L. A. El paisaje vegetal en el entorno de la Reserva Ornitológica “El Planerón” (Belchite – Zaragoza). Huesca: Consejo de Protección de la Naturaleza. Sociedad Española de Ornitología. 1997. 195 p. MAESTRE, F. T.; ESCUDERO, A.; BONET, A. Introducción al análisis espacial de datos en Ecología y Ciencias Ambientales. Métodos y aplicaciones. Madrid: Universidad Rey Juan Carlos. 2008. 849 p. MARCO, J. A., PADILLA, A.; SÁNCHEZ, A. Distribución de la carrasca (Quercus ilex subsp. rotundifolia) en Alacant. In PANAREDA, J. M.; PINTÓ, J. Temas en Biogeografía. Terrassa. Editorial Aster. 2002. p. 412-424. MARCO, J. A., PADILLA, A.; SÁNCHEZ, A. Cartografía corológica mediante GPS de especies vegetales endémicas, raras o amenazadas en el sector oriental de Aitana (Alacant). Serie Geográfica, Alcalá de Henares, v. 13, p. 11-24. 2006. Disponible en: <https://ebuah.uah.es/dspace/handle/10017/1186>. Acceso en: 19 feb. 2018. MARCO, J. A. El esparto y los atochares: una aproximación a su significado, aprovechamiento e impronta en el paisaje. San Vicent del Raspeig: Cercle d’Estudis sequet però Sanet. 2010. 66 p. MARTÍNEZ, J. M. Estudios corológicos de plantas vasculares en la cuenca media del Tajo. Madrid: Tesis Doctoral. Universidad Politécnica de Madrid. 2 v. Disponible en: <http://oa.upm.es/33106/>. Acceso en: 16 feb. 2018. MEAZA, G. Metodología y práctica de la Biogeografía. Barcelona: Ediciones del Serbal. 392. MOLLÁ, M. Eduardo Hernández-Pacheco y el papel de la fotografía en sus representaciones del paisaje. Cuadernos Geográficos, Granada, v. 51, n. 2, p. 53-77. 2012. Disponible en: <http://revistaseug.ugr.es/index.php/cuadgeo/article/view/231>. Acceso en: 16 feb. 2018. MOTA, J. F.; SÁNCHEZ-GÓMEZ, P.; GUIRADO, J. S. Diversidad vegetal de las yeseras ibéricas. El reto de los archipiélagos edáficos para la biología de la conservación. Almería: ADIF-Mediterráneo Asesores Consultores. 2011. 634 p. MÜLLER, B. Verbreitung und aktuelle Gefährdung von “Inula helvetica” Weber und “I. × semiamplexicaulis” Reuter (Asteraceae) in der Schweiz. Botanica Helvetica, Basel, v. 106, p. 177-195. 1996. Disponible en: <https://www.e-periodica.ch/digbib/view?pid=bhl-002:1996:106>. Acceso en: 17 feb. 2018. NUET, J.; PANAREDA, J. M. Flora de Montserrat. Barcelona. Publicacions de l’Abadia de Montserrat. 1991-1993. 3 v. PABLO, F. J. DE; MANSO, M. A.; MARTÍNEZ, J. M.; MORENO, M. P. GeoBotánica: Aplicación Web para la visualización, análisis y estudio de taxones vegetales. In: V Jornadas Ibéricas de Infraestructuras de Datos Espaciales. Lisboa. 2014. Disponible en: <http://www.idee.es/jornadas-detalle#JIDEE2014>. Acceso en: 16 feb. 2018. PANAREDA, J. M. Cartografía de la vegetación. Serie Geográfica, Alcalá de Henares, v. 6, p. 11-34. 1996. Disponible en: <https://ebuah.uah.es/dspace/handle/10017/1049>. Acceso en: 16 feb. 2018. PANAREDA, J. M.; NUET, J. La Cartografia corològica de la vegetació. Notes de Geografía Fisica, Barcelona, v. 4, p. 3-16. 1981. PANAREDA, J. M.; NUET, J. La Cartografia de la flora del Montseny en reticle UTM d’1 km de costat: Plantejament i primers resultats. Collectanea Botanica, Barcelona, v. 14, p. 489-499. 1983.

Page 26: La cartografía corológica con niveles de abundancia: otra

194

PANAREDA, J. M.; SANS, J. y colaboradores. Las Basses de Can Dimoni: Sant Boi de Llobregat, Delta del Llobregat. Ajuntament de Sant Boi de Llobregat. Medi Ambient. 2002. 96 p. PANAREDA, J. M.; BOCCIO, M. La expresión gráfica del territorio mediante paisajes lineales. Cuadernos Geográficos, Granada, v. 51, n. 2, p. 78-95. 2012. PANAREDA, J. M.; CARBÓ, S.; ALEMANY, F.; TORALLAS, J. Cartografía corológica del Delta del Ebro. Planteamiento y primeros resultados. In: XV Congreso de Geógrafos Españoles. Santiago de Compostela, AGE, 1997. p. 181-189. PEDROTTI, F. Plant and Vegetation Mapping. Springer. 2011. 294 p. PEINADO, M.; MONJE, L.; MARTÍNEZ, J. M. El paisaje vegetal de Castilla-La Mancha. Manual de Geobotánica. Toledo: Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 2008. 609 p. RODRÍGUEZ, C.; CASTAÑÓN, J. C. Modos de representación cartográfica de las unidades de paisaje: revisión y propuestas. Ería, Oviedo, v. 99-100-100 bis, p. 15-40. 2016. Disponible en: <https://www.unioviedo.es/reunido/index.php/RCG/article/view/11411>. Acceso en: 16 feb. 2018. TORALLAS, J.; ALEMANY, F. La vegetación de la Bassa de La Platjota (Delta del Ebro). In: PANAREDA, J. M.; PINTÓ, J. Temas en Biogeografía. Terrassa. Editorial Aster. 2002. p. 443-450. UNESCO. International classification and mapping of vegetation. Paris: United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization. 1973. 93 p. + Cartela con leyenda. WELTEN, M.; SUTTER, R. Verbreitungsatlas der Farn- und Blütenpflanzen der Schweiz. Basel: Birkhäuser. 1982. 716 und 698 S. WOHLGEMUTH, T. Der Verbreitungsatlas der Farn- und Blütenpflanzen der Schweiz (Welten und Sutter 1982) auf EDV: Die Artenzahlen und ihre Abhängigkeit von verschiednen Faktoren. Botanica Helvetica, Basel, v. 103, p. 55-71. 1993. Disponible en: <https://www.e-periodica.ch/digbib/view?pid=bhl-002:1993:103::243>. Acceso en: 16 feb. 2018.