la caída de los gigantes - bauldelibroses.files.wordpress.com · la caída de los gigantes sumerge...
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Lacaídadelosgigantessumergeallectorenunahistoriacargadadeépica.Éstaprimeranovela,que formapartedeuna trilogía,sigue losdestinosdecinco familias diferentes a lo largo y ancho del mundo. Desde América aAlemania, Rusia, Inglaterra y Gales, Follet sigue la evolución de suspersonajesatravésdelaPrimeraGuerraMundial,laRevoluciónRusaylasprimerasluchasporlosderechosdelamujer.
Comosiempre,Folletponeunespecial interésporsu tierranatal,Gales,alcomenzar con la historia de BillyWilliams, un sencillominero; en AméricaencontramosaGusDewar,unestudiantedederechoconelcorazónpartidopor un desengaño amoroso. EnRusia, dos hermanos huérfanos,Grigori yLevsevenenmediodeunarevoluciónquetrastocasusvidasyacabaporseparar sus caminos. Como nudo entre las historias encontramos a lahermana de Williams, quien trabaja en Inglaterra como ama de llaves deLadyFitzherbert,enamoradadeunespíaalemán,WaltervonUlrich.
PocoapocoestospersonajesiránencontrándoseamedidaquelainmensamaquinariacreadaporFolletavance,tandeprisayviolentacomoelprincipiodelsigloXXenelqueseveninmersos.
En los siguientes volúmenes de la trilogía, Follet seguirá con las mismasfamilias,creandoungrantextogeneracionalconelqueescribiryretratarunodelossiglosmásterriblesymaravillososdelahistoriadelahumanidad.
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KenFollett
Lacaídadelosgigantes
ePUBv1.3Conde198824.04.11
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Alamemoriademispadres,MartinyVeenieFollett
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PersonajesEstadounidenses
FamiliaDewarSenadorCameronDewarUrsulaDewar,suesposaGusDewar,suhijo
FamiliaVyalovJosefVyalov,hombredenegociosLenaVyalov,suesposaOlgaVyalov,suhija
OtrosRosaHellman,periodistaChuckDixon,amigodeescueladeGusMarga,cantantedeclubnocturnoNickForman,ladrónIlya,matónTheo,matónNormanNiall,contabledeshonestoBrianHall,jefesindical
PersonajeshistóricosrealesWoodrowWilson,28.ºpresidentedeEstadosUnidosWilliamJenningsBryan,secretariodeEstadoJosephDaniels,secretariodelaArmada
Inglesesyescoceses
FamiliaFitzherbertCondeFitzherbert,llamadoFitz
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PrincesaElizaveta,llamadaBea,suesposaLadyMaudFitzherbert,hermanadeFitzLadyHermia,llamadatíaHerm,tíapobredeFitzyMaudDuquesadeSussex,tíaricadeFitzyMaudGelert,perrodemontañadelosPirineosGrout,mayordomodeFitzSanderson,sirvientadeMaud
OtrosMildredPerkins,inquilinadeEthelBernie Leckwith, secretario de la delegación de Aldgate del Partido Laborista
IndependienteBingWesthampton,amigodeFitzMarquésdeLowther,«Lowthie»,pretendienterechazadodeMaudAlbertSolman,gestordelosnegociosdeFitzDoctorGreenward,voluntariodelamaternidadLord«Johnny»Remarc,subsecretariodelMinisteriodeGuerraCoronelHervey,asesordesirJohnFrenchTenienteMurray,edecándeFitzMannieLitov,dueñodeltallerdecosturaJockReid,tesorerodelPartidoLaboristaIndependientedeAldgateJayneMcCulley,esposadeunsoldado
PersonajeshistóricosrealesReyJorgeVReinaMaríaMansfieldSmith-Cumming,llamado«C»,jefedelDepartamentodeExterioresde
losserviciossecretos(posteriormenteMI6)SirEdwardGrey,secretariodelForeignOfficeSirWilliamTyrrell,secretariopersonaldeGreyFrancesStevenson,amantedeLloydGeorgeWinstonChurchill,miembrodelParlamentoH.H.Asquith,miembrodelParlamento,primerministroSirJohnFrench,comandantedelaFuerzaExpedicionariaBritánica
Franceses
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Gini,chicadebarCoronelDupuys,edecándelgeneralGalliéniGeneralLourceau,edecándelgeneralJoffre
PersonajeshistóricosrealesGeneralJoffre,comandanteenjefedelejércitofrancésGeneralGalliéni,comandantedelaguarnicióndeParís
Alemanesyaustríacos
FamiliaVonUlrichOttovonUlrich,diplomáticoSusannevonUlrich,suesposaWalter von Ulrich, hijo de Otto, agregado militar de la embajada alemana de
LondresGretavonUlrich,hijadeOttoGraf(conde)RobertvonUlrich,primosegundodeWalter,agregadomilitardela
embajadaaustríacadeLondres
OtrosGottfriedvonKessel,agregadoculturaldelaembajadaalemanadeLondresMonikavonderHelbard,mejoramigadeGreta
PersonajeshistóricosrealesPríncipeKarlLichnowsky,embajadoralemánenLondresMariscaldecampoPaulvonHindenburgGeneraldeinfanteríaErichLudendorffTheobaldvonBethmann-Hollweg,cancillerArthurZimmermann,ministrodeAsuntosExteriores
Rusos
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FamiliaPeshkovGrigoriPeshkov,obrerometalúrgicoLevPeshkov,mozodecaballos
FábricaPutílovKonstantín,operariodetorno,moderadordelcírculodedebateIsaak,capitándelequipodefútbolVaria,obrera,madredeKonstantínSergeKanin,supervisordelaseccióndefundiciónCondeMaklakov,director
OtrosMijaílPinski,agentedepolicíaIliaKozlov,sucompañeroNina,doncelladelaprincesaBeaPríncipeAndréi,hermanodeBeaKaterina,campesinareciénllegadaalaciudadMishka,dueñodebarTrofim,gángsterFiódor,policíacorruptoSpiria,pasajerodelÁngelGabrielYákov,pasajerodelÁngelGabrielAntón,empleadodelaembajadarusadeLondres,tambiénespíaparaAlemaniaDavid,soldadojudíoSargentoGávrikTenientesegundoTomchak
PersonajeshistóricosrealesVladímirIliichLenin,jefedelpartidobolcheviqueLeónTrotski
Galeses
FamiliaWilliamsDavidWilliams,sindicalista
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CaraWilliams,suesposaEthelWilliams,suhijaBillyWilliams,suhijoAbuelo,padredeCaraWilliams
FamiliaGriffithsLenGriffiths,ateoymarxistaSeñoraGriffithsTommyGriffiths,hijodeLen,mejoramigodeBillyWilliams
FamiliaPontiSeñoraMinniePontiGiuseppe«Joey»PontiGiovanni«Johnny»Ponti,suhermanomenor
MinerosDavidCrampton,DaielLloricaHarryelSebosoHewittJohnJoneselTenderoDaiChuletas,hijodelcarniceroPatelPapa,embarcadordesuperficieMickyelPapa,hijodePatDaiPonis,mozodecaballosBertMorgan
DirectivosdelaminaPercevalJones,directordeCelticMineralsMaldwynMorgan,directordelaminadecarbónRhysPrice,capatazdeseguridaddelaminadecarbónArthurLlewellynelManchas,oficinistadelaminadecarbón
PersonaldeTyGwynPeel,mayordomoSeñoraJevons,amadellavesMorrison,lacayo
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OtrosDaielBoñigas,encargadodelalimpiezaSeñoradeDaiPonisSeñoradeRoleyHughesSeñoradeHywelJonesSoldadoGeorgeBarrow,CompañíaBSoldadoRobinMortimer,oficialapartadodelservicio,CompañíaBSoldadoOwenBevin,CompañíaBSargentoElijahJoneselProfeta,CompañíaBTenientesegundoJamesCarlton-Smith,CompañíaBCapitánGwynEvans,CompañíaATenientesegundoRolandMorgan,CompañíaA
PersonajeshistóricosrealesDavidLloydGeorge,miembrodelParlamentodelPartidoLiberal
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PRÓLOGO
Iniciación
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22dejuniode1911
ElmismodíaqueJorgeVfuecoronadoreyenlaabadíadeWestminster,enLondres,BillyWilliamsbajóporprimeravezalaminaenAberowen,GalesdelSur.
El 22 de junio de 1911, Billy cumplía trece años. Su padre empleó su técnicahabitual para despertarlo, un método que se caracterizaba por ser mucho másexpeditivoyeficazquecariñoso,yqueconsistíaendarlepalmaditasenlamejillaaun ritmo regular, con firmeza e insistencia, una y otra vez. El muchacho dormíaprofundamentey,porunmomento, tratódehacercasoomisodeaquelloscachetes,perolosgolpessesucedíanincesantes.Experimentóunabruscayfugazsensacióndeenfado,peroentoncesseacordódequeteníaquelevantarse,dequehastateníaganasdehacerlo,demodoqueabriólosojosyseincorporódegolpeenlacama.
—Sonlascuatro—anunciósupadreantesdesalirdelaalcoba,yactoseguidoseoyóelfuerteruidodesusbotasalbajarporlospeldañosdelaescalerademadera.
Esedía,Billyibaaempezaratrabajarcomoaprendizminero,aligualquehabíahecholamayoríade loshombresdesuciudadasumismaedad.Lehabríagustadosentirsemásilusionadoantelaideadeserminero,peroestabadecididoanohacerelridículo:DavidCramptonlloróensuprimerdíaenlaminayaúnlollamabanDaielLlorica, apesardeque teníaveinticinco añosy era la estrelladel equipode rugbylocal.
Eraeldíadespuésdelsolsticiodeverano,ylaluminosaclaridaddelosprimerosrayosdelalbapenetrabaporelventanucodelcuarto.Billymiróasuabuelo,acostadoa su lado, y vio que tenía los ojos abiertos.CuandoBilly se levantaba, el ancianosiempre estaba despierto, invariablemente; decía que los viejos no dormíandemasiado.
Elmuchachosalióde lacama; solo llevaba loscalzoncillos.Cuandohacía frío,dormía con camisola, pero aquel año las islas británicas estaban disfrutando de unverano caluroso, y las noches eran suaves. Sacó el orinal de debajo de la cama ylevantólatapa.
No había habido ningún cambio en el tamaño de su pene, al que llamaba su«pito»; seguía siendo la misma colita infantil que había sido siempre. Tenía laesperanzadequehubieseempezadoacrecerlelavísperadesucumpleaños,osino,almenos, de ver brotar algún que otro pelo negro alrededor, pero se llevó una grandecepción. Para sumejor amigo,TommyGriffiths, que había nacido elmismodía
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queél, lacosahabíasidodistinta: lehabíacambiado lavozyhasta lehabíasalidounapelusillaoscuraencimadellabiosuperior.Además,paracolmo,supitoeracomoeldeunhombrehechoyderecho.Aquelloerahumillante.
Mientrasusabaelorinal,Billymirópor laventana.Loúnicoqueseveíadesdeallíeralaescombrera,unmontículogrispizarradeestéril,lamateriainservibledelaminadecarbón,esquistoyareniscaensumayorparte.Aqueleraelaspectoquedebíade tener el mundo el segundo día de la Creación, pensó Billy, antes de que Diosdijese:«Produzca la tierrahierbaverde».Unabrisa suave levantóuna finacapadepolvonegrodelaescombrerayladerramósobrelahileradecasas.
En el interior de su alcoba, todavía había menos objetos que contemplar. Seencontrabaenlaparteposteriordelacasa,eraunespacioangostoenelqueaduraspenascabíalacamaestrecha,unacómodayelviejobaúldelabuelo.Colgadodelaparedhabíaundechadobordadodondeseleía:
CREEENELSEÑORJESUCRISTO
YESTARÁSASALVO
Nohabíaespejo.Unapuertallevabaaloaltodelaescaleraylaotraaldormitorioprincipal,alque
solo podía accederse atravesando la pequeña alcoba. La otra habitación era másgrande, con espacio para dos camas, y allí dormían mamá y papá; incluso lashermanas de Billy habían dormido allí, varios años antes. Lamayor, Ethel, ya novivíaconellos,ylasotrastreshabíanmuerto,unadesarampión,otradetosferinayla tercera de difteria. También había tenido un hermano mayor, que compartió lacama con Billy antes del abuelo. Se llamaba Wesley y murió abajo, en la mina,arrollado por una vagoneta fuera de control, por uno de los carros con ruedas quetransportabanelcarbón.
Billy se puso la camisa, la misma que había llevado a la escuela la jornadaanterior. Ese día era jueves, y solo se cambiaba de camisa los domingos. Sinembargo,síteníaunparnuevodepantalones,susprimerospantaloneslargos,hechosdeunrecioalgodónimpermeablealquellamabanpieldetopo.Eranelsímbolodelingreso en elmundo de los hombres, y se los puso con orgullo, disfrutando de lasensaciónfuertementemasculinadelatela.SeciñóungruesocinturóndecueroylasbotasquehabíaheredadodeWesleyy,acontinuación,bajólasescaleras.
Lamayor parte de la planta baja estaba ocupada por la sala de estar, de unosveintemetroscuadrados,conunamesaenelcentroyunachimeneaenuncostado,
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améndeunaalfombratejidaamanosobreelsuelodepiedra.ElpadreestabasentadoalamesaleyendounejemplaratrasadodelDailyMail,conunaslentesapoyadasenelpuentedelanarizlargayaguileña.Lamadreestabapreparandoelté.Dejólateterahumeanteenlamesa,besóaBillyenlafrenteylepreguntó:
—¿Cómoestámihombrecitoeldíadesucumpleaños?Billynocontestó.Eldiminutivolehabíadolidoenlomáshondo,porqueseguía
siendopequeñoynoeraunverdaderohombretodavía.Sedirigióalarecocina,enlapartedeatrás.Sumergióuncuencodehojalataenelbarrildeagua,selavólacaraylasmanosy,acontinuación, tiróelaguaen lapiletabajadepiedra.En la recocinahabía un caldero con una parrilla para el fuego debajo, pero solo se empleaba lasnochesdelbaño,queeranlossábados.
Les habían prometido que no tardarían en tener agua corriente, y las casas dealgunosminerosyadisponíandeella.LafamiliadeTommyGriffithssehallabaentrelas afortunadas.Cada vez que iba a casa deTommy, aBilly le parecía unmilagropoder llenar un vaso de agua fresca y clara con solo abrir un grifo, sin tener quetransportar ningún balde hasta el surtidor de la calle. Sin embargo, el milagro nohabíallegadotodavíaaWellingtonRow,lacalledondevivíanlosWilliams.
Volvió a la sala de estar y se sentó a la mesa. Su madre le puso delante unaenormetazadetéconlecheyazúcar.Cortódosgruesasrebanadasdeunahogazadepan casero y le llevó un pedazo de manteca de la despensa, situada debajo de laescalera.Billyentrelazólasmanos,cerrólosojosydijo:
—Gracias,Señor,porestosalimentos.Amén.Acto seguido, bebióun sorbode téyuntó lamanteca en el pan.Losojos azul
clarodesupadrelomiraronporencimadelperiódico.—Échatesalenelpan—ledijo—.Vasasudarbajotierra.ElpadredeBillyerarepresentanteminerodelaFederaciónMineradeGalesdel
Sur,elsindicatomásfuertedetodaGranBretaña,talcomodecíacadavezqueteníaocasión.LoconocíancomoDaielSindicalista.AmuchoshombreslosllamabanDai,eldiminutivodeDavid,oDafyddengalés.BillyhabíaaprendidoenlaescuelaqueelnombredeDavideramuypopularenGalesporqueeraelnombredelsantopatróndelpaís,comosanPatricioenIrlanda.NosedistinguíaaunDaideotroporelapellido—porqueallícasitodosseapellidabanJones,Williams,EvansoMorgan—,sinoporel apodo.Losnombresverdaderos seutilizabanmuy raravezcuandohabía algunaalternativa jocosa.Billy se llamabaWilliamWilliams, así que para todos eraBillyDoble.Aveceslasmujeresrecibíanelapododelmarido,demodoquelamadredeBillyeralaseñoradeDaielSindicalista.
El abuelobajó cuandoBilly estaba comiéndose la segunda rebanadadepan.Apesardelcalor,llevabachaquetayunchaleco.Cuandosehubolavadolasmanos,sesentófrenteaBilly.
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—Noestéstannervioso—ledijo—.Yobajéalpozocuandoteníadiezaños,ymimismísimopadrebajóalaminaencaramadoalaespaldadelsuyocuandoteníacinco,ytrabajabadesdelasseisdelamañanahastalassietedelatarde.Deoctubreamarzonoveíalaluzdelsol.
—Noestoynervioso—repusoBilly.Noeraverdad.Estabamuertodemiedo.Pesea todo,elabuelosemostróbenevolenteynosiguió insistiendo.ABilly le
caía bien. Su madre lo trataba como un crío pequeño, y su padre era severo ysarcástico, pero el abuelo era tolerante y se dirigía a Billy hablándole como a unadulto.
—Escuchad—dijoelpadre.ÉleraincapazdecomprarelMail,unperiodicuchodederechas,peroavecesse
llevabaacasaelejemplardeotrapersonaylesleíaelperiódicoenvozalta,contonodesdeñosoymofándosedelaestupidezylafaltadehonradezdelaclasedirigente.
—«Lady Diana Manners ha sido objeto de severas críticas por acudir con elmismovestidoadosbailesdistintos.LahijamenordelduquedeRutlandrecibióelgalardóndel“mejorvestidodeseñora”enelbailedelSavoyporelcuerpoceñidodeescote barco y falda de miriñaque, y obtuvo un premio de doscientas cincuentaguineas.»—Bajóelperiódicoydijo—:Esoes, almenos, tu salariodecincoaños,hijo mío. —Reanudó la lectura—: «Sin embargo, suscitó la reprobación de losconnoisseursal lucirelmismovestidoen la fiestaque lordWintertonyF.E.SmithcelebraronenelhotelClaridge.Encontradeloqueafirmaeldichopopular,loqueabunda, y en este caso repite, en ocasiones sí daña, fue el comentario de losasistentes».—Levantólamiradadelperiódicoydijo—:Asíqueyalosabes,mamá,será mejor que te cambies de vestido si no quieres suscitar la reprobación de losconnoisseurs.
AquellonohizograciaalamadredeBilly.Llevabaunviejovestidodelanadecolorpardoconloscodosremendadosymanchasbajolasaxilas.
—Situvieradoscientascincuentaguineas, teaseguroyoqueestaríamuchomáselegantequeeseadefesiodeladyDianaComosellame—dijo,nosinamargura.
—Esverdad—convinoelabuelo—.Carasiemprefuelamásguapa…igualquesumadre.—Lamadre de Billy se llamaba Cara. El abuelo se dirigió entonces alchico—:Tuabuelaera italiana,se llamabaMariaFerrone.—EsoBillyya losabía,peroalabueloleencantabarelatarunayotravezlasviejashistoriasfamiliares—.Deahíheredótumadreesepelonegrotanbrillanteyesoshermososojososcuros,ytuhermanatambién.TuabuelaeralamujermásguapadeCardiff…¡yyomelaquedé!—Depronto, una nube de tristeza le ensombreció el semblante—.Aquellos sí queeranbuenostiempos…—añadióenvozbaja.
El padre frunció el ceño con aire reprobador porque, a su juicio, aquella
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conversaciónevocabalosplaceresdelacarne,perolamadresesintióhalagadaconloscumplidosdesupadreysonriócontentamientrasleservíaeldesayuno.
—Huy,sí,ya locreo—intervino—.Amishermanasyamí todoelmundonosconsideraba unas bellezas. Se iban a enterar esos duques de lo que es una mujerguapasituviéramosdineroparasedasyencajes…
Billysequedópasmado,puesnuncaselehabíapasadoporlacabezaconsiderarguapaninadaporelestiloasumadre,aunquecuandosevestíaparalasreunionesdeltemploelsábadoporlatardesíestabaradiante,sobretodocuandollevabasombrero.Suponía que debía de haber sido guapa alguna vez, hacía muchos años, pero lecostabaimaginarlo.
—Yademás,paraquelosepas—dijoelabuelo—,enlafamiliadetuabuelaerantodosmuylistos.Micuñadoeraminero,perodejólaminayabrióuncaféenTenby.¡Esosíqueesvida!Disfrutardelabrisamarinaysinhacernadaentodoeldíamásqueprepararelcaféycontareldinerodelacaja.
Elpadreleyóotranoticia.—«Comopartedelospreparativosparalacoronación,elpalaciodeBuckingham
ha elaborado un manual de protocolo de doscientas doce páginas.»—Levantó denuevo la vista del papel—.No te olvides demencionar eso hoy abajo en el pozo,Billy.Loshombressealegrarándesaberque,cuandodelacoronaciónsetrata,nosehadejadonadaalazar.
A Billy la realeza le traía sin cuidado; lo que le gustaba eran las historias deaventuras que el Mail solía publicar sobre corpulentos y valerosos alumnos decolegiosprivadosque jugabanal rugbyyatrapabanaescurridizosespíasalemanes.Según el periódico, dichos espías infestaban las ciudades de toda la geografíabritánica,aunque,pordesgracia,noparecíahaberningunoenAberowen.
Billyselevantódelamesa.—Voycalleabajo—anunció.Saliódelacasaporlapuertaprincipal.Lodeir«calleabajo»erauneufemismo
familiar: significaba ir a las letrinas, que quedaban amedio camino deWellingtonRow.Había una choza baja de ladrillo con el techo de chapa ondulada, construidaencimadeunprofundohoyoexcavadoenelsuelo.Lachozaestabadivididaendoscompartimientos,unoparaloshombresyotroparalasmujeres,ycadaunodeelloscontaba, a su vez, con un asiento doble, para que la gente pudiese hacer susnecesidadesdedosendos.Nadiesabíaporquéquieneshabíanconstruidolasletrinaslohabíandispuestodeesemodo,perotodosloaprovechabanalmáximo:loshombresselimitabanamirarhaciadelanteynodecíannada,pero,talcomoBillycomprobabaamenudo,lasmujerescharlabanalegremente.Eloloreranauseabundo,apesardelacostumbreydelhechodeserunactocotidianoquese repetía todos losdías.Billysiempre intentabacontener la respiracióncon todas sus fuerzaspara luego, al salir,
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inspirardesesperadamente.UnhombrealquetodoelmundollamabaDaielBoñigasseencargabadevaciarelhoyoperiódicamente.
Cuando Billy volvió a la casa, se llevó una gran alegría al ver a su hermana,Ethel,sentadaalamesa.
—¡Feliz cumpleaños, Billy!—exclamó al verlo—. Tenía que venir a darte unbesoantesdequebajarasalpozo.
Ethel tenía dieciocho años y, a diferencia de lo que le ocurría con sumadre, aBillynolecostabaningúnesfuerzoverloguapaqueera.Teníaelpelodecolorrojocaoba, ensortijado, y los ojos negros centelleaban con un brillo pícaro. Tal vez sumadrehubiesetenidoaquelaspectoalgunavez,hacíamuchotiempo.Ethelllevabaelsencillovestidonegroylacofiablancadealgodónquecaracterizabaalasdoncellas,ununiformequelesentabafrancamentebien.
Billyadorabaasuhermana.Ademásdehermosa,eradivertida,listayvaliente,yaveceshastaleplantabacaraasupadre.LeexplicabaaBillycosasqueningunaotrapersona era capaz de contarle, como lo de ese trance mensual al que las mujeresllamabanel«período»,oenquéconsistíaesedelitocontralamoralpúblicaquehabíaobligadoalpárrocoanglicanoaabandonar la ciudadcon tantaprecipitación.Habíasido la primera de la clase durante su paso por la escuela, y su redacción sobre eltema«Miciudadopueblo»ganóelprimerpremioenunconcursoorganizadoporelSouth Wales Echo. La habían obsequiado con un ejemplar del Atlas Mundial deCassell.
EthelbesóaBillyenlamejilla.—LehedichoalaseñoraJevons,elamadellaves,quenosestábamosquedando
sin betún y que lomejor sería que fuese a comprarlo a la ciudad.—Ethel vivía ytrabajabaenTyGwyn, lamansión inmensadelcondeFitzherbert,aunkilómetroymediocolinaarriba.LedioaBillyalgoenvueltoenuntrapolimpio—.Hebirladountrozodetartaparatraértelo.
—¡Muchasgracias,Eth!—exclamóBilly.Leencantabanlastartas.—¿Quieresquetelapongaconelalmuerzo?—preguntósumadre.—Sí,porfavor.Lamadresacóunacajadehojalatadelaalacenayguardóenellalatarta.Cortó
dos rebanadasmás de pan, las untó demanteca, añadió sal y lasmetió en la caja.Todoslosminerossellevabanelalmuerzoenunacajadehojalata,porquesibajabanlacomidaalaminaenvueltaenuntrapo,losratoneshabríandadobuenacuentadeellaantesdelrecesodemediamañana.
—Cuando me traigas el primer salario, podrás llevarte una loncha de tocinohervidoenlacajadelalmuerzo.
Alprincipio,elsueldodeBillynoibaasergrancosa,peroapesardeelloparasufamilia sí supondría una gran diferencia. Se preguntó con cuánto dinero le dejaría
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quedarsesumadreparasusgastos,ysipodríaahorrarsuficienteparacomprarseesabicicletaquedeseabamásquecualquierotracosaenelmundo.
Ethelsesentóalamesaysupadrelepreguntó:—¿Cómovanlascosasenlacasagrande?—Todo bien, sin novedades—contestó ella—.El conde y la princesa están en
Londres,para la coronación.—Consultóel relojde la repisade la chimenea—.Selevantaránpronto,tienenqueestarenlaabadíamuytemprano.Aellanolevaahacerninguna gracia, claro, porque no está acostumbrada a madrugar, pero no puedepresentarse tarde ante el mismísimo rey. —La esposa del conde, Bea, era unaprincesarusadeilustrecuna.
—Querránsentarsedelante,parapodervermejorelespectáculo—dijoelpadre.—No,no…nopuedessentartedondetúquieras—aclaróEthel—.Hanencargado
lafabricaciónespecialdeseismilsillasdemaderadecaobaconlosnombresdelosinvitadosenletrasdoradasenelrespaldo.
—¡Pues menudo derroche!—exclamó el abuelo—. ¿Y qué piensan hacer conellasluego,eh?
—Nolosé,alomejorselasllevanacasacomorecuerdo.—Dilesquenosmandenalgunaque les sobre—dijo el padre con sequedad—.
Aquísolosomoscinco,ytupobremadretienequequedarsedepie.CuandoelpadredeBillyseponíasarcástico,casisiempresignificabaque,enel
fondo,estabarealmenteenfadado.Ethelsepusoenpiedeunsalto.—Losiento,mamá,nomehabíadadocuenta…—Quédate donde estás, estoy demasiado ocupada para sentarme —repuso su
madre.Elrelojdiolascinco.—Billy,hijomío,másvaleestarallípronto—dijoelpadre—.Serámejorquete
pongasenmarcha.Billyselevantódemalaganayrecogiósualmuerzo.Ethel lobesódenuevoyelabuelo leestrechó lamano.Supadre le tendiódos
clavosdequincecentímetros,oxidadosyunpocotorcidos.—Guárdatelosenelbolsillodelospantalones.—¿Paraquéson?—quisosaberelmuchacho.—Yaloverás—lecontestóelpadre,sonriendo.LamadreledioaBillyunabotelladelitrocontapónderosca,llenadetéfríocon
lecheyazúcar,yledijo:—Bueno,Billy, no olvides que Jesús está siempre contigo, incluso abajo en la
mina.—Sí,mamá.Vio una lágrima en los ojos de sumadre y se volvió rápidamente, porque a él
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tambiénleentrabanganasdellorar.Tomósugorradelcolgador.—Hasta luego, entonces—dijo, como si solo fuera a la escuela, y salió por la
puertaprincipal.Habíasidounveranosoleadoycalurosohastaentonces,peroesedíaenconcreto
estaba nublado y parecía incluso a punto de llover. Tommy estaba apoyado en elmurodelacasa,esperando.
—Eh,Billy—saludó.—Hola,Tommy.Echaronacaminarjuntosporlacalle.Billyhabíaaprendidoenlaescuelaque,antiguamente,Aberowenhabíasidouna
población pequeña con un mercado que servía a los granjeros de los alrededores.DesdeloaltodeWellingtonRowseveíaelviejonúcleocomercial,conloscorralesabiertosparalastransaccionesganaderas,eledificiodelalonjadelalanaylaiglesiaanglicana, todoen lamismariberadel ríoOwen,queerapocomásqueunarroyo.Ahora,unalíneaferroviariaatravesabalaciudadcomounacicatriz,eibaamoriralaentradade lamina.Lasviviendasde losmineroshabían idoextendiéndosepor lasladerasdelvalle,centenaresdecasasdepiedragriscontejadosdepizarragalesadeun gris más oscuro. Estaban construidas a lo largo de hileras serpenteantes queseguían el contorno de las pendientes, y las hileras estaban atravesadas por unascallejuelasmáscortasqueseprecipitabanenverticalhaciaelfondodelvalle.
—¿Conquiéncreesquevasatrabajar?—lepreguntóTommy.Billyseencogiódehombros.Losmuchachosnuevosseasignabanaunodelos
ayudantesdelcapatazdelamina.—Niidea.—Yoesperoquemeponganenlosestablos.—ATommylegustabanloscaballos.
Enlaminavivíanunoscincuentaponisquetirabandelasvagonetasquellenabanlosmineros,arrastrándolasporlosraílesdelferrocarril—.¿Quétrabajotegustaríahacer?
Billyesperabaquenolediesenunatareademasiadopesadaparasufísicodeniño,peronoestabadispuestoaadmitirloenvozalta.
—Engrasarlasvagonetas—contestó.—¿Porqué?—Parecefácil.Pasaron por delante de la escuela de la que, hasta el día anterior, habían sido
alumnos.Setratabadeunedificiovictorianoconventanasojivalescomolasdeunaiglesia. Había sido erigido por la familia Fitzherbert, tal como el director seencargabade recordarde forma incansable a los alumnos.El condeaúncontratabapersonalmente a losmaestros y decidía el contenido del programa académico. Lasparedesestabanrepletasdecuadrosdeheroicasvictoriasmilitares,ylagrandezadeGranBretañaerauntemaconstante.EnlaclasesobrelasEscriturasconlaquedaba
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comienzocadajornadaescolarseimpartíanestrictasdoctrinasanglicanas,apesardeque casi todos losniñosproveníande familias pertenecientes a sectoresdisidentes,escindidos de la Iglesia anglicana, también llamados no conformistas. Había unajunta escolar de la que formaba parte el padre de Billy, pero carecía de poderauténticoysusfuncionesselimitabanúnicamenteaaconsejaryasesorar.Elpadredelchico aseguraba que el conde trataba la escuela como si fuese una propiedadpersonal.
En su último año de estudios, Billy y Tommy habían aprendido las nocionesbásicasdelaminería,mientrasquelaschicasaprendíanacoseryaguisar.ABillylehabíasorprendidodescubrirqueelsueloquehabíabajosuspiesestabaformadoporcapas de distintas clases de tierra, como si hubiera un montón de emparedadosapiladosunosencimadeotros.Una«vetadecarbón»,unaexpresiónquehabíaoídotoda su vida sin entenderla realmente, era una de dichas capas. También le habíanexplicado que el carbón estaba hecho de hojas muertas y otras clases de materiavegetal,acumuladasduranteañosyañosycomprimidasporelpesodelatierraquetenían encima.Tommy, cuyo padre era ateo, aseguraba que eso demostraba que loque decía la Biblia eramentira, pero el padre de Billy afirmaba que solo era unainterpretación.
Laescuelaestabavacíaaaquellashoras,yelpatiodelrecreo,tambiéndesierto.Billysesentíaorgullosodehaberdejadoatráslaescuela,aunqueunapequeñapartedesuserdeseabapodervolverallíenlugardetenerquebajaralpozo.
Amedidaqueibanaproximándosealamina,lascallesempezaronallenarsedemineros, todosconsucajadehojalatayunabotellade té. Ibanvestidos igual,contrajes viejos de los que se despojarían en cuanto llegasen a su lugar de trabajo.Algunas minas eran muy frías, pero en la de Aberowen hacía mucho calor, y loshombrestrabajabanenropainterioryconbotas,oconlospantaloncillosdehilobastoalosquellamabanbannickers.Todosllevabanunagorraacolchadasiempre,porquelostechosdelostúneleseranmuybajosyerafácilgolpearselacabeza.
Por encima de las casas, Billy vio el cabrestante, una torre coronada por dosruedasdegrandesdimensionesquerotabanensentidoopuesto,tirandodeloscablesquesubíanybajabanlajaula.EntodaslascuencasminerasdeGalesdelSurseveíanestructurassimilaresdebrocalesdemina,delmismomodoenquelasagujasdelasiglesiasdominabanlaslocalidadesyaldeasagrícolas.
Habíaotrasconstruccionesdiseminadasalrededordelabocadelamina,comosihubiesen caído allí por casualidad: la lamparería, las oficinas, la herrería, losalmacenes… Las líneas ferroviarias serpenteaban entre los edificios. Por el sueloaparecíandesperdigadosvariosvagonesaveriados,viejostravesañosresquebrajados,sacosdecomidaypiezasdemaquinariaoxidadayendesuso,todocubiertoporunacapa de polvo de carbón. El padre de Billy decía siempre que habría menos
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accidentessilosminerostuvieranlascosasmásordenadas.BillyyTommyentraronenlasoficinasdelamina.EnlaantesalaestabaArthur
LlewellynelManchas,unempleadonomuchomayorqueellos.Llevabaelcuelloylospuñosdelacamisablancasucios.Estabaesperándolos,pueslospadresdeamboshabíandispuestopreviamentequeempezasenatrabajaresedía.ElManchasescribiósusnombresenunlibroyluegoloscondujoaldespachodelcapataz.
—EljovenTommyGriffithsyeljovenBillyWilliams,señorMorgan—anunció.MaldwynMorganeraunhombrealtoyvestíauntrajenegro.Nohabíarestosde
carbónenlospuñosdesucamisa,yteníalasmejillasrosadas,lisasysuaves,loquesignificabaque,probablemente,seafeitabatodoslosdías.Sutitulacióndeingenierolucíaenmarcadaen lapared,ysubombín—laotraseñaldistintivadesuestatus—colgabadelpercheroquehabíajuntoalapuerta.
Para sorpresa de Billy, no estaba solo. Junto a él había una figura aún máspavorosa: Perceval Jones, director de Celtic Minerals, la compañía que poseía yexplotabalaminadecarbóndeAberowen,ademásdeotras.Unhombrecillomenudoyagresivoalque losmineros llamabanNapoleón. Ibavestido formalmenteconunfracnegroypantalonesarayasgrises,ynosehabíaquitadoelsombrerodecopa.
Jonesmiróaloschicoscongestodereprobación.—Griffiths—dijo—,tupadreesunsocialistarevolucionario.—Sí,señor—contestóTommy.—Yunateo.—Sí,señorJones.SevolvióparadirigirseaBilly.—YtupadreesundirigentedelaFederaciónMineradeGalesdelSur.—Sí,señorJones.—Nomegustanlossocialistas.Ylosateosestáncondenadosalfuegoeterno.Y
lossindicalistassonlospeoresdetodos.Miróaambosfijamente,peronoleshabíahechoningunapregunta,demodoque
Billynodijonada.—No quiero alborotadores—siguió diciendo Jones—.En el valle deRhondda
llevancuarentay tressemanasdehuelgaporculpadegentecomovuestrospadres,quemetencizañaylesaniman.
Billy sabía que la huelga de Rhondda no había sido provocada por losalborotadores,sinoporlosdueñosdelaminadeEly,enPenygraig,quehabíanhechouncierrepatronalcontralosmineros,peromantuvolabocacerrada.
—¿No seréis vosotros alborotadores? —Jones señaló a Billy con un dedohuesudo, y el muchacho se puso a temblar—. ¿No te habrá dicho tu padre quedefiendastusderechosmientrastrabajesparamí?
Billytratódehacermemoria,aunqueeradifícilteniendoelrostroamenazadorde
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Jones a escasos centímetros del suyo. Su padre no le había dicho gran cosa esamañana,perolanocheanteriorsílehabíadadoalgúnconsejo.
—Puesverá,señor,mehadicho:«Nolesplantescaranitehagaselgallitoconlospatronos,queeseesmitrabajo».
Asusespaldas,LlewellynelManchasserióporlobajo.APercevalJones,sinembargo,nolehizoningunagracia.—Mocoso insolente…—masculló—. Pero si no te dejo entrar a trabajar en la
mina,tendréatodoelvalleenhuelga.ABillynoselehabíapasadoporlacabezaalgosemejante.¿Tanimportanteera?
No,perocabíalaposibilidaddequelosminerossepusiesenenhuelgaparadefenderaloshijosdesusdirigentessindicales.Nollevabanicincominutostrabajandoyelsindicatoyaloestabaprotegiendo.
—Llévatelosdeaquí—ordenóJones.Morganasintió.—Sácalos fuera, Llewellyn —le apremió—. Rhys Price puede encargarse de
ellos.Billy protestó para sus adentros, puesRhys Price era uno de los ayudantes del
capatazqueteníamásmalafama.HabíapuestolosojosenEthelelañoanterioryestalorechazódeplano.LahermanadeBillyhabíahecholomismoconlamitaddelossolterosdeAberowen,peroPriceselohabíatomadomuyapecho.
ElManchasnegóconlacabeza.—Fuera—dijo, y los acompañómientras salían del despacho—.Esperad en el
exterioralseñorPrice.Billy y Tommy abandonaron el edificio y se apoyaron en el muro, junto a la
puerta.—MeencantaríadarleunpuñetazoaNapoleónenesabarrigagordaquetiene—
dijoTommy—.Esesíesuncerdocapitalista.—Yquelodigas—convinoBilly,aunquenuncaselehabíapasadoporlacabeza
pensaralgoasí.RhysPriceaparecióalcabodeunminuto.Comotodoslosayudantesdelcapataz,
llevabaunsombrerodealapequeñayabarquilladaalquellamabansombrerohongo,máscaroqueunagorrademineroperomásbaratoqueunbombín.Enlosbolsillosdelchalecoguardabaunalibretayunlápiz,ysosteníaunareglademedir.Pricelucíabarbadedosdíasyteníalosdientesmellados.Billysabíaquegozabadefamadelistoperotambiéndeladino.
—Buenosdías,señorPrice—dijoBilly.Priceparecíasuspicaz.—¿Se puede saber qué es lo que estás tramando con eso de darme los buenos
días,BillyDoble?
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—ElseñorMorganhadichoquebajaríamosconustedalamina.—¿Conque eso ha dicho, eh? —Price tenía la curiosa costumbre de lanzar
miradasbruscasadiestroysiniestro,yavecesinclusoasuespalda,comosiesperaseque,encualquiermomento,fueranalloverlelosproblemasdesdetodosloslados—.Esoyaloveremos.—Miróalcabrestante,comosibuscaseallíunaexplicación—.Notengotiempoparaandarconmocosos.—Entróenlasdependenciasdelaoficina.
—Esperoqueencuentrenaotroquenoslleveabajo…—comentóBilly—.Porqueeseodiaamifamiliadesdequemihermanalorechazó.
—Tuhermana se cree demasiado buena para los hombres deAberowen—dijoTommy,yeraevidentequerepetíaenvozaltaalgoquehabíaoídoantes.
—Esqueloes,esdemasiadobuenaparaellos—sentencióBilly,categórico.Pricesaliódelaoficina.—Estábien,venidconmigo.—Yechóaandarconpasodecidido.Losmuchachos lo siguieron al interior de la lamparería. El lamparero le dio a
Billyunabrillantelámparadeseguridaddelatónyélselaenganchóalcinturón,talcomohacíanlosdemáshombres.
Habíaaprendidomuchoacercade las lámparasdeminerosen laescuela.Entrelospeligrosdelaexplotacióndelcarbónsehallabaelmetano,elgasinflamablequesefiltrabaporlasvetasdecarbón.Loshombreslollamabangrisú,yeralacausadetodaslasexplosionessubterráneas.Lasminasgalesaseranespecialmentefamosasporelaltocontenidoengasdesusgalerías.La lámparahabíasidodiseñadademaneramuyingeniosaparaquelallamanoprendieseelgrisú,sinoquealentrarencontactocon el gas, la llama cambiaba de forma y se alargaba, sirviendo de estemodo deaviso,pueselgrisúnodesprendíaningúnolor.
Si la lámpara se apagaba, el minero no podía volver a encenderla. Estabaprohibidollevarcerillasalamina,ylalámparaestabacerradaconllavecomomedidadisuasoria para que nadie contraviniese la norma. Una lámpara apagada debíallevarseaunpuntodeencendido,normalmenteal fondode lamina,cercadel tiro.Para ello a veces era necesario recorrer a piemás de un kilómetro ymedio, peromerecíalapenacontaldeevitarelriesgodeunaexplosiónsubterránea.
Alosmuchachosleshabíanenseñadoenlaescuelaquelaslámparaseranunadelas maneras que tenían los patronos y propietarios de las minas de mostrar supreocupaciónporelbienestarylaseguridaddesustrabajadores.«Comosievitarlasexplosiones—habíadichoelpadredeBilly—nofueseabeneficiaralpatrón,queasínotienequeinterrumpireltrabajoenlaminanirepararlosdañosenlostúneles.»
Tras recoger sus lámparas, los hombres hicieron cola para subir a la jaula.Hábilmente colocado junto a la cola, había un tablón de anuncios en el que unosletrerosescritosamanooimpresosdeformamásomenosrudimentariaanunciabanpartidosdecríquet,uncampeonatodedardos,elextravíodeunanavaja,unrecitaldel
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CoroMasculinodeAberowenyunacharlasobrelateoríadelmaterialismohistóricode Karl Marx en la Biblioteca Libre. Sin embargo, los ayudantes del capataz noteníanquehacercola,asíquePriceseabriópasohastalapartedelantera,seguidodeloschicos.
Comolamayoríadelasminas,Aberowencontabacondospozosverticalesconventiladoresparaqueelairedescendieraporunoysubieraporelotro,estableciendoasíelcircuitodeventilaciónadecuado.Lospropietariossolíanbautizarlospozosasuantojo, y los caprichosos nombres de aquellos dos eran Píramo y Tisbe. Aquel,Píramo,eraelpozoascendente,yBillypercibiólacorrientedeairecálidoquesubíaporél.
Un día, el año anterior, Billy y Tommy decidieron ir a curiosear al pozo yasomarse, de modo que el lunes de Pascua, cuando los hombres no trabajaban,sortearon al vigilante, atravesaron la escombrera a hurtadillas hasta la bocamina yluego treparon por la valla de protección. La plataforma de la jaula no llegaba acubrirporcompleto laentradadelpozo,demodoquese tumbaronbocaabajoyseasomaron al borde. Se quedaronmirando con aterrada fascinación las entrañas deaquelabismoimponenteyBillyadvirtióqueseleencogíaelestómago.Laoscuridadparecía infinita. El muchacho experimentó una intensa emoción, una mezcla dealegríapornotenerquebajarallíydeterrorabsolutoalpensarquealgúndíatendríaque hacerlo.Arrojó una piedra al fondo y la oyeron rebotar contra la urdimbre demaderadelajaulayelrevestimientodeladrillodelpozo.Lesparecióunaterroríficaeternidadhastaqueoyeronelruidodébilylejanodelapiedraalcaersalpicandoenelcharcodeaguaabajodetodo.
Enesosmomentos,justounañodespués,Billyestabaapuntodeseguirlamismatrayectoriadeaquellapiedra.
Se dijo que debía armarse de valor y no ser un cobarde, que tenía quecomportarse como un hombre hecho y derecho, aunque en el fondo de su almasintiese que no lo era. Lo peor de todo sería hacer el ridículo y convertirse en elhazmerreírdelpozo.Esoledabamásmiedotodavíaquelamuerte.
Violarejacorrederaquecerrabaelpozo.Másallásoloestabaelvacío,pues lajaula iniciaba allí su recorrido ascendente. En el extremo opuesto del pozo vio elcabrestantequehacíagirarlasenormesruedasmásarriba.Unoschorrosdevaporsedesprendían del mecanismo. Los cables golpeteaban los rieles con chasquidossimilaresaunlatigazo,yportodoelrecintoseextendíaeloloraaceitecaliente.
Con el chirrido del hierro, la jaula vacía apareció tras la reja. El operador desuperficie,elencargadodelajaulaenelextremosuperior,abriólarejadeslizándola.RhysPriceentróenelespaciovacíoylosdosmuchachoslosiguieron.Treceminerosentrarondetrásdeellos,yaqueen la jaulacabíanun totaldedieciséishombres.Eloperariocerrólarejadegolpe.
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Siguióunapausa.Billysesintiómuyvulnerable;elsuelobajosuspieserasólido,pero podía colar el cuerpo sin problemas por entre los barrotes, ampliamenteseparados,deloslaterales.Lajaulacolgabadeunamaromadeacero,peronisiquieraesoeraseguro:todoelmundosabíaqueelcabledeTirpentwyssesoltóunbuendíaen 1902 y la jaula se precipitó al vacío hasta estrellarse contra el fondo del pozo.Murieronochohombres.
Saludóconlacabezaalmineroqueteníaasulado;eraHarryelSebosoHewitt,un chico con cara de pudin y solo tres años mayor que él, aunque le sacaba unacabezadealtura.BillyseacordabadecuandoHarryibaalaescuela;habíarepetidotercer curso varias veces, siempre en la clase de los niños de diez años, y habíasuspendidoelexamenañotrasañohastaalcanzarlaedadparatrabajar.
Sonólaseñalqueanunciabaqueelembarcadorquehabíaalpiedelpozohabíacerrado supuerta.Eloperadorde superficie accionóunapalancay sonóotra señaldistinta.Lamaquinariadevaporempezóasilbaryseoyóelsonidodeotrogolpe.
Lajaulaseprecipitóalvacío.Billysabíaqueelelevadorbajabaencaídalibrealprincipioyqueluegofrenaba
justoa tiempoderealizarunaterrizajesuave,peronohabía teoríaquevalieseparaprepararloparalasensacióndeprecipitarseenpicadohacialasentrañasdelatierra.Suspiessesepararondelsueloysepusoagritar,aterrorizado.Nopudoevitarlo.
Los hombres se echaron a reír. Sabían que era su primera vez, y dedujo quedebían de haber estado esperando su reacción.Vio, demasiado tarde, que todos seestabanagarrandoa losbarrotesde la jaulapara evitar la sensaciónde flotar en elaire,peroaquellonosirvióparaaplacarsumiedo.Noconsiguiódejardegritarhastaqueapretólosdientescontodassusfuerzas.
Porfinseaccionóelfreno.SeaminorólavelocidaddelacaídaylospiesdeBillytocaronelsuelo.Sesujetóaunodelosbarroteseintentódejardetemblar.Alcabodeunminuto,una intensasensaciónde injusticiayhumillaciónpasóaocuparel lugardelmiedo,tanprofundaquesintióelescozordelaslágrimasenlosojos.VioelrostroburlóndelSebosoyexclamóavozengrito,paraquelooyerapesealruido:
—¡Cierraesabocazaquetienes,Hewitt,pedazodeimbécil!Al oír aquello, al Seboso le cambió la cara inmediatamente y puso un gesto
furioso,perolosdemáshombresserieronaúnmás.BillytendríaquepedirleperdónaJesús por haber insultado de aquelmodo a su compañero, pero almenos ya no sesentíatanestúpido.
MiróaTommy,queestabapálidocomoelpapel.¿HabíagritadoTommy?Billytemíapreguntárseloporsilarespuestaeranegativa.
Lajaulasedetuvo,larejaseabrióyBillyyTommysalieronconpasotemblorosoalcorazóndelamina.
Allíreinabalaoscuridad.Laslámparasdelosminerosemitíanmenosluzquelas
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lámparasdeparafinaquehabíaenlasparedesdesucasa,yasualrededortodoestabaoscurocomounanochesinluna.Alomejoresquenohacíafaltaverbienparasacarcarbón,razonóBilly.Cruzóuncharcoy,aloírelruidodelasalpicadura,bajólavistayvioaguaybarroportodaspartes,reluciendobajoeldébilreflejodelasllamasdelaslámparas.Notóunsaborraroenlaboca:acausadelpolvodelcarbón,elaireeramuy espeso. ¿Cómo era posible que los hombres pudiesen pasar todo el díarespirando aquello? Seguramente, por eso los mineros estaban siempre tosiendo yescupiendo.
Había cuatro hombres esperando para entrar en la jaula y subir a la superficie.Cada uno de ellos llevaba unmaletín de cuero, yBilly se dio cuenta de que eranbomberos.Todas lasmañanas, antes de que losmineros empezasen la jornada, losbomberos inspeccionaban las galerías para detectar los niveles de gas. Si laconcentración demetano alcanzaba niveles inaceptables, ordenaban a los hombresque no trabajaran hasta que los mecanismos de ventilación hubiesen despejado elambiente.
Justoasulado,Billyviounahileradecajonesparaponisyunapuertaabiertaquedabaauna salabien iluminadaconunescritorio, seguramenteunaoficinapara losayudantes del capataz.Loshombres se dispersaron, adentrándose en cuatro túnelesdistintosqueteníansuorigenenelfondodelpozo.Lostúnelessellamabangaleríasyconducíanalasseccionesdelaminadedondeseobteníaelcarbón.
Price los llevóauncobertizoyabrióuncandado.Se tratabadeunalmacéndeherramientas. Escogió dos palas, se las entregó a los chicos y volvió a cerrar elcobertizo.
Sedirigieronalosestablos.Unhombrevestidoúnicamenteconunospantalonescortos y unas botas extraía con una pala la paja sucia de una de las cuadras y lacargabaenunavagonetadecarbón.Elsudorleresbalabaporlamusculosaespalda.Pricesedirigióaél:
—¿Quieresunmuchachoqueteayude?El hombre se volvió y Billy reconoció a Dai Ponis, uno de los miembros del
consejodelaIglesiadeBethesda.DainodiomuestrasdehaberreconocidoaBilly.—Noquieroalesmirriado—dijo.—Muybien—aceptóPrice—.ElotroesTommyGriffiths.Quédateconél.Tommyparecíacomplacido.Habíacumplidosudeseo:apesardequesoloseiba
aocupardelimpiarlabosta,ibaatrabajarenlosestablos.—Vamos,BillyDoble—dijoPrice,yenfilóhaciaunadelasgalerías.Billy se echó la pala al hombro y lo siguió. Se sentíamás inquieto ahora que
Tommyyanoibaconél,ypensóqueojalálohubiesenenviadoalimpiarlaboñigadelosestablos,comoasuamigo.
—¿Quévoyahaceryo,señorPrice?—inquirió.
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—¿Atiquéteparece?—espetóPrice—.¿Paraquécojonescreesquetehedadoesapuñeterapala?
Billysequedódepiedraaloírcómohablabaaquelhombre,haciendousodetodaslaspalabrasqueestabanprohibidasensucasa.Noteníaniideadeloqueibaahacerconaquellapala,perooptópornopreguntarnadamás.
El túnel tenía forma redonda, y el techo estaba apuntalado con refuerzossemicircularesdeacero.Unacañeríadeunoscincocentímetrosdeanchorecorríalaparte superior, seguramente para transportar el agua. Todas las noches aquellosaspersoresrociabanlasgaleríasconaguaparatratardereducirlacantidaddepolvo,no solopor el riesgoque suponía para la saludy los pulmonesde los hombres—porque si fuera solo eso, a Celtic Minerals le traería sin cuidado—, sino porqueconstituíaunpeligrodeincendio.Sinembargo,elsistemadeaspersoresnoeraelmásadecuado.ElpadredeBillyhabíainsistidoenqueserequeríaunacañeríadequincecentímetrosdediámetro,peroPercevalJonessehabíanegadoainvertiresedinero.
Después de recorrer casimedio kilómetro, doblaron hacia un ramal secundarioque ascendía cuesta arriba. Se trataba de un pasadizo más viejo y pequeño, contravesañosdemaderaenlugardepuntalesdeacero.Priceteníaqueagacharlacabezacadavezqueeltechosecombaba.Aintervalosdeunostreintametrospasabanporlasentradasdeloslugaresdondelosminerosyaestabanextrayendoelcarbón.
Billyoyóunaespeciedemurmullocadavezmásintenso.—Alaalcantarilla—dijoPrice.—¿Qué?—Billymiróalsuelo.Unaalcantarillaeraalgoqueformabapartedelospavimentosdelasciudades,y
allí en el suelo el chico no veía nada más que las vías de ferrocarril por las quecirculabanlasvagonetas.Levantólavistayviounponiquesedirigíadirectamentehaciaél,trotandoatodavelocidadporlastraviesasyarrastrandotrasdesíuntrendevagonetas.
—¡Alaalcantarilla!—gritóPrice.Billyseguíasinentenderquéeraloquesesuponíaquedebíahacer,perosedio
cuentadequeeltúnelapenaseraunospocoscentímetrosmásanchoquelosvagones,yqueestosestabanapuntodeembestirloyaplastarlo.Acontinuación,Pricepareciómetersedentrodeunodeloshastialesydesaparecer.
Billy soltó la pala, se volvió y echó a correr por donde había venido. Intentósacarleventajaalponi,peroelanimalavanzabaaunavelocidadasombrosa.Enesemomentoviounnichoenlaparedderocayrecordóquehabíavistoesamismaclasedehuecos,sinprestarlesdemasiadaatención,cadaveintemetrosmásomenos.EsodebíadeserloquePricehabíaqueridodecirconlode«alcantarillas»,demodoquesearrojóalinteriordelnichoyeltrenpasóporsuladoatodavelocidad.
Cuando hubo desaparecido, Billy salió del agujero con la respiración
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entrecortada.Pricefingióestarenfadado,perosonreía.—Tendrás que estarmás alerta la próxima vez—le dijo—.O acabarásmuerto
aquíabajo…comotuhermano.Billydescubrióquealamayoríadeloshombreslesgustabaridiculizaryburlarse
delaignoranciadelosmuchachosmásjóvenes,ydecidiónohacerlomismocuandofuesemayor.
Recogiólapaladelsuelo.Estabaintacta.—Por suerte para ti —señaló Price—. Si alguna vagoneta la hubiera roto, te
tocaríapagarunanueva.Siguieronandandoynotardaronenentrarenunfilónagotadoycompletamente
desierto.Habíamenosaguaenelsuelo,queestabacubiertoporunagruesacapadepolvo de carbón. Doblaron varias veces a derecha e izquierda y Billy perdió elsentidodelaorientación.Llegaronaunlugarenelqueeltúnelestababloqueadoporunaviejavagonetamugrienta.
—Hayquelimpiarestesitio—dijoPrice.Eralaprimeravezquesemolestabaenexplicarle algo, y Billy tuvo la sensación de que le estaba mintiendo—. Tu tareaconsisteenmetertodalaporqueríaenlavagonetaconlapala.
Billymiróasualrededor.Elpolvomedíacasidospalmosdeespesorhastadondesu lámpara alcanzaba a iluminar, y supuso que aún se extendía muchomás lejos.Podíapasarseunasemanaenteraquitandoaquelpolvoconlapalasinquesenotaseninguna diferencia. Además, ¿qué utilidad podía tener aquello? El filón estabaagotado.Sinembargo,optópornohacerpreguntas.Seguramentesetratabadealgunaespeciedeprueba.
—Regresarédentrodeunratoavercómoteva—dijoPrice,yvolviósobresuspasosantesdedejaraBillyasolas.
Elmuchachonoseesperabaaquello.Habíadadoporsupuestoque trabajaríaalladode losminerosexpertosyaprenderíadeellos,perosolopodíahacer loque lehabíanordenado.
Desenganchó la lámpara del cinturón y buscó alrededor algún lugar dondeponerla.Nohabíaningúnsalientedondepodercolocarla,asíqueladejóenelsuelo,peroallínoleservíadenada.Entoncesseacordódelosclavosquelehabíadadosupadre.Conqueservíanparaeso…Sesacóunodelbolsilloy,empleandolaplanchadesupala, loclavóenunodelos travesañosdemaderayluegocolgóla lámpara.Asíestabamuchomejor.
Lavagonetateníalaalturadelpechodeunhombreadulto,peroaBillylellegabaa la altura de los hombros, y en cuanto se pusomanos a la obra, descubrió que lamitaddelpolvoseescurríadelapalaantesdequepudiesearrojarloporelbordedelvagón.Ideóunmétodoparaevitarlohaciendogirarlaplancha,peroalcabodeunos
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minutos estaba completamente empapado en sudor y descubrió para qué era elsegundoclavo:loclavóenotrotravesañoycolgódeéllacamisaylospantalones.
Alcabodeunratoleasaltólasensacióndequehabíaalguienobservándolo.Porelrabillodelojo,viounafiguratenueinmóvilcomounaestatua.
—¡Ay,Dios!—exclamó,ysevolvióparaverladefrente.EraPrice.—Semehaolvidadoexaminartulámpara—dijo.DescolgólalámparadeBilly
del clavo y lamanipuló—.No tiene buena pinta—afirmó—.Te dejaré lamía.—Colgólaotralámparaydesapareció.
Aquel individuo leponía lospelosdepunta,peroalmenosparecíavelarpor laseguridaddeBilly.
El chico se pusomanos a la obra de nuevo.Al poco, empezaron a dolerle laspiernas y los brazos.Estaba acostumbrado a trabajar con la pala, se dijo: su padreteníauncochinoenlaescombreraquehabíadetrásdesucasay,unavezalasemana,Billyseencargabadelimpiarlapocilga.Peroparaesosolotardabauncuartodehora.¿Podríaaguantarasítodoeldía?
Bajolacapadepolvo,elsueloeraderocayarcilla.Alcabodeunrato,yahabíadespejadounáreadepocomenosdemediometrocuadrado,laanchuradeltúnel.Losdesechosapenassicubríanelfondodelavagoneta,peroélyaestabaexhausto.
Intentóempujarlavagonetahaciadelanteparanotenerquecaminartantotrechoconlapalallena,perolasruedasparecíantrabadasporeldesuso.
No tenía reloj, y era difícil calcular cuánto tiempo habría pasado. Empezó atrabajarmásdespacio,tratandodeahorrarenergías.
Yenesemomento,sulámparaseapagó.Alprincipio,lallamaparpadeó,yBillymiróconansiedadlalámparaquecolgaba
del clavo, pero sabíaque la llama se alargaría si habíagrisú.Noera loque estabasucediendo,demodoque respiróaliviado,peroacto seguido, la llamaseextinguióporcompleto.
Nuncahabíavistotantaoscuridad.Noveíanada,absolutamentenada.Nisiquieravislumbrabazonasteñidasdegris,nidistintastonalidadesdenegro.Levantólapalahastasituarlaalmismonivelquelacaraylasostuvoadosdedosdelanariz,peroaunasí,seguíasinverla.Asíeracomodebíadesentirseunciego.
Permanecióinmóvil.¿Quédebíahacerahora?Sesuponíaqueteníaquellevarlalámpara a un punto de encendido, pero ni con todas las lámparas de minero delmundoseríacapazdeencontrarelcaminodevueltaatravésdelostúneles.Rodeadode aquella oscuridad, podía pasarse horas vagando por las galerías. No tenía ni lamenorideadealolargodecuántoskilómetrosseextendíanlosfilonesabandonados,y no quería que los hombres tuviesen que enviar una partida de búsqueda paraencontrarlo.
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Sequedaríaallí,muyquietecito,esperandoaPrice.Elayudantehabíadichoquevolvería«dentrodeunrato».Aquellotantopodíasignificarunosminutoscomounahoraomás,yBillysospechabaqueseríamástardequetemprano.SeguroquePricelohabíahechoapropósito.Unalámparadeseguridadnoseapagabaasícomoasí,yademás,allídentrocirculabapocoelaire.PricesehabíallevadolalámparadeBillyylahabíasustituidoporotracasisinaceite.
Sintióunaoleadadeautocompasióny las lágrimas le inundaron losojos. ¿Quéhabíahechoélparamereceraquello?Luego, recobró laserenidad.Eraotraprueba,comolodelajaula.Bien,pueslesdemostraríaatodosloduroqueera.
Decidióquelomejorseríaquesiguieratrabajando,aunquefueseenlaoscuridad.Moviéndoseporprimeravezdesdequesehabíaextinguidolallama,apoyólapalaenel suelo y la deslizó hacia delante, intentando recoger algo de polvo. Cuando lalevantó,supuso,porelpeso,quedebíadehaberrecogidounbuenmontón.Sevolvió,diodoszancadasylevantólapala,tratandodearrojarlosescombrosalinteriordelavagoneta,perocalculómal laaltura.Lapalagolpeóelcostadode lavagonetaydeprontosehizomásliviana,cuandolacargacayóalsuelo.
Volveríaaprobar.Repitiódenuevolosmismospasosyestavezlevantólapalamásalto.Cuando lahubodescargado, ladejócaerynotóqueelmangodemaderagolpeabaelbordedelavagoneta.Asíestabamejor.
Amedidaqueeltrabajoloibaalejandodelavagoneta,siguióequivocándosedevezencuandoytirandoelpolvorecogidoalsuelo,hastaqueempezóacontarenvozaltalospasosquedaba.Logróestablecerunpatróndetrabajoyapesardeldolorquesentíaenlosmúsculos,consiguióseguirconsulabor.
Altiempoquelatareasehacíamásautomática,sucerebroteníamáslibertadparadivagar, lo cualnoerademasiadobueno.Sepreguntóhastadónde llegaría el túnelqueteníadelante,ysillevaríamuchofueradeservicio.Pensóenlatierraquehabíaencimadesucabeza,queseextendíaalolargodecasiunkilómetro,yenelpesoquesoportabanaquellosviejospuntalesdemadera.Seacordódesuhermano,Wesley,yde los otros hombres que habían muerto en aquella mina. Pero sus espíritus noestaban allí, por supuesto.Wesley estaba con Jesús. Los otros también debían deestarlo;sino,esquehabríanidoapararaotrolugar…
Depronto,sintiómiedoydecidióquenoeraunabuenaideapensarenespíritus.Empezabaa tenerhambre.¿Era lahorade tomarsesu tentempié?No teníani idea,pero pensó que se lo comería igualmente. Rehízo el camino hasta el lugar dondehabía colgado la ropa, palpó a tientas el suelo y encontró la botella y la caja dehojalata.
Se sentó, apoyando la espalda en el hastial, y tomóun largo sorbode té fríoydulzón.Cuandoseestabacomiendoelpanuntadoconmanteca,oyóunruidodébil.Esperaba que se tratase del crujido de las botas de Rhys Price, pero era inútil
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engañarse,porquesabíaperfectamentequiénemitíaaquelloschillidos:eranlasratas.Noleasustaban;habíamontonesderatasenlaszanjasquerecorríanlascallesde
Aberowen,peroenlaoscuridad,aquellasalimañasparecíanmásaudaces,yalcabodeun segundo sintiócómouna le correteabapor laspiernasdesnudas.Despuésdecogerlacomidaconlamanoizquierda,agarrólapalayempezóadargolpetazosconella, pero lamaniobra no las asustó lomásmínimo, yBilly sintió cómovolvían aclavarlelasgarrasdiminutasenlapiel.Estavezunaintentósubirleporelbrazo.Eraevidentequehabíanolidolacomida.Loschillidosfueronenaumento,ysepreguntócuántashabría.
Selevantóysemetiórápidamenteelúltimomendrugodepanenlaboca.Bebióunpocomásde téy luegosecomió la tarta.Estabadeliciosa, llenadefrutasecayalmendras,perouna rata se leencaramóa lapiernay sevioobligadoaengullir latartaatodaprisa.
Fue como si supieran que ya no quedaba comida, porque los chillidos fueroncesandopocoapocohastadesaparecerdeltodo.
LaingestadecomidaledioaBillyenergíasrenovadasparaunratoysepusoatrabajardenuevo,perosentíaundolorpunzanteenlaespalda.Siguiótrabajando,estavezmás despacio, deteniéndose a descansar con frecuencia. Para animarse, se dijoquedebía de sermás tarde de lo que él creía, puede que hasta fuese yamediodía.Alguieniríaporélalfinaldelturno.Ellamparerosiemprecomprobabalosnúmeros,asíquesabríasialgúnhombrenohabíaregresadoaún.Sinembargo,Pricesehabíallevado la lámpara de Billy y la había sustituido por otra distinta. ¿Es que acasopensabadejarloallítodalanoche?
Esonopodíaser.Supadresesubiríapor lasparedesy removeríacieloy tierrahastadarconél.Losjefesteníanmiedodesupadre,PercevalJonesprácticamentelohabíaadmitido.Tardeotemprano,sindudaalguieniríaabuscaraBilly.Perocuandovolvió a sentir los retortijones del hambre, se dio cuenta de que debían de haberpasado muchas horas. Empezó a asustarse de verdad, y esta vez le era imposiblesacudirseelmiedodeencima.Eralaoscuridadloqueloponíamásnervioso.Habríapodidosoportarlaesperasihubierapodidover,perosumidoenaquellastinieblas,eracomosiestuvieseperdiendoeljuicio.Carecíadesentidodelaorientación,ycadavezquevolvíasobresuspasosdesdelavagonetasepreguntabasinoestaríaapuntodechocarse contra el lateral del túnel. Antes le preocupaba echarse a llorar como unniño,peroahoraleestabacostandohorroresreprimirlosgritos.
Entonces se acordó de las palabras de su madre: «No olvides que Jesús estásiemprecontigo,inclusoabajoenlamina».Cuandoselodijocreyóquesololohacíapara que se portase bien, pero en ese momento comprendió que su madre habíaqueridodeciralgomás.PorsupuestoqueJesúsestabaconél:Jesúsestabaentodaspartes.Laoscuridadno importaba,nielpasodel tiempo.Billy teníaaalguienasu
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ladoquecuidabadeélyloprotegía.Pararecordarlomás intensamente,empezóacantarunhimno.Nolegustabasu
voz,queseguíasiendomuyaguda,peronohabíanadieallíparaoírlo,asíquesepusoacantaraplenopulmón.Cuandocantótodaslasestrofasyadvirtióquelasensaciónde miedo volvía a apoderarse de él, se imaginó a Jesús justo al otro lado de lavagoneta, observándolo, con un gesto de profunda compasión en su semblante debarbapoblada.
El muchacho entonó un nuevo himno y empezó a mover la pala y a caminarsiguiendoelcompásdelamúsica.Lamayoríadeloshimnosteníanritmo.Devezencuando le asaltaba de nuevo el temor de que se hubieran olvidado de él, de quehubieseacabadoelturnoyélsehubieraquedadosoloallíabajo,yentoncesvolvíaarecordaralafiguravestidaconunatúnicalargaqueloacompañabaenlaoscuridad.
Se sabía muchísimos himnos. Llevaba acudiendo al templo de la Iglesia deBethesda tres veces todos los domingos, desde que era lo bastante mayor parapermanecersentadosinhacerruido.Loslibrosdehimnoseranmuycarosynotodalacongregaciónsabíaleer,porloquetodoelmundoseaprendíalaletradememoria.
Cuandohubocantadodocehimnos,calculóquedebíadehaberpasadounahora.Aquelloseguroqueerael finaldel turno,¿no?Perosedispusoacantarotrosdocemás.Despuésdeeso, le resultódifícil seguir lacuenta.Cantósushimnos favoritosdosveces,ysiguiótrabajando,cadavezmásdespacio.
EstabacantandoLatumbaloencerróavozengritocuandoviounaluz.Latarease había hecho ya tan automática que ni siquiera se detuvo, sino que recogió unanuevapaladaylallevóalavagoneta,sindejardecantar,hastaquelaluzsehizomásintensa.Cuandoterminódecantarelhimno,seapoyóenlapala.RhysPriceestabaobservándolo, con la lámpara colgada del cinto, con una expresión extraña en surostroentrelassombras.
Billy no quiso exteriorizar su alivio: no pensaba darle a Price el gusto de vercómo se había sentido. Se puso la camisa y los pantalones, descolgó la lámparaapagadadelclavoyselaenganchóalcinturón.
—¿Quélehapasadoatulámpara?—lepreguntóPrice.—Ya sabe lo que le ha pasado—contestóBilly, con un tono de voz que sonó
asombrosamenteadulto.Pricelediolaespaldayechóaandarporeltúnel.Billyvacilóunosinstantes.Miróenladireccióncontraria;justoalotroladodela
vagoneta vio un rostro barbudo y una túnica de color claro, pero la figura sedesvaneciócomounfantasma.
—Gracias—dijoBillyaltúnelvacío.MientrasseguíaaPrice,laspiernasledolíantantoquepensabaquelefallaríany
queibaacaersedeunmomentoaotro,peroesoletraíasincuidado.Yaveíaotravez,
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yelturnohabíaterminado.Prontoestaríaencasaypodríatumbarseadescansar.Llegaron al fondo del pozo vertical y semetieron en la jaula con un grupo de
minerosconelrostrotiznado.TommyGriffithsnoestabaentreellos,peroelSebosoHewitt, sí. Mientras aguardaban la señal desde arriba, Billy advirtió que todos lomirabandereojo,esbozandosonrisasmaliciosas.
—Dinos,¿cómotehaidoentuprimerdía,BillyDoble?—Bien,gracias—contestó.La expresión de Hewitt era rencorosa; sin duda recordaba que Billy lo había
llamado«pedazodeimbécil».—¿Nohastenidoningúnproblema?—preguntó.Billyvacilóantesdecontestar;saltabaalavistaquesabíanalgo,peroqueríaque
viesenquenohabíasucumbidoalmiedo.—Semehaapagadolalámpara—dijo,consiguiendoquenoletemblaralavoz.
Miró a Price, pero decidió que eramás propio de un hombre hecho y derecho noacusarlo—.Mehacostadomuchotrabajarasí,enlaoscuridad,conlapalatodoeldía—explicó.Sehabíaquedadobastantecortoconaquellaexplicación,porquepodíanpensar que en realidad nohabía sido para tanto, pero eso eramejor que reconoceranteellostodoelmiedoquehabíapasado.
Entonceshablóunodeloshombresmayores.EraJohnJoneselTendero,aquienllamabanasíporquesuesposaregentabaunapequeñatiendaenlapartetraseradesucasa.
—¿Todoeldía?—inquirió.—Sí—contestóBilly.JohnJonesmiróaPriceydijo:—Malditohijodeperra,sesuponequesoloteníaquedurarunahora…Las sospechas de Billy se vieron confirmadas. Todos estaban al tanto de lo
ocurrido y, por lo visto, debían de hacerles algo parecido a los nuevos, pero Pricehabíasidomásduroconélquedecostumbre.
ElSebosoHewittsonreíadeorejaaoreja.—¿Ynoteníasmiedo,Billy,túsoloahíabajo,enlaoscuridad?Elmuchachomeditó antesde responder.Todos estabanmirándolo, esperandoa
oírloqueibaadecir,yasinningúnrastrodelassonrisasmaliciosas,ytodosparecíanunpocoavergonzados.Decidiódecirlaverdad.
—Hepasadomiedo,sí,peronoestabasolo.Hewittsequedóestupefacto.—¿Quenoestabassolo?—No,claroqueno—dijoBilly—.Jesúsestabaconmigo.Hewittestallóencarcajadas,perofueelúnico.Surisaretumbóenelsilencioy
cesóderepente.
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Elsilencioseprolongódurantevariosminutos.Luegoseoyóunruidometálico,seguidodeunasacudida,ylajaulaemprendiósuascenso.Harrysediomediavuelta.
Apartirdeentonces,empezaronallamarloBillydeJesús.
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PRIMERAPARTE
Elcieloamenazador
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2
Enerode1914
I
ElcondeFitzherbert,deveintiochoañosdeedad,conocidoporsufamiliayamigoscomoFitz,eraelnovenohombremásricodetodaGranBretaña.
No había hecho nada en absoluto para ganar sus cuantiosos ingresos, sino quesencillamente,sehabíalimitadoaheredarmilesdehectáreasdetierraenGalesyenYorkshire.Lasgranjasnoproducíanmuchosbeneficios,perodebajode ellashabíagrandescantidadesdecarbón,yelabuelodeFitzsehabíahechoinmensamentericootorgandolasconcesionesparalaexplotacióndelmineral.
Estaba claro que era la voluntad deDios que los Fitzherbert gobernasen a sussemejantesyqueviviesendemaneraacordeasucondición,peroFitzpensabaquenohabíahechonadaquejustificaselafequeDioshabíadepositadoenél.
Su padre, el anterior conde, había sido un caso distinto.Oficial de laArmada,había sido nombrado almirante tras el bombardeo deAlejandría en 1882, se habíaconvertido en embajador británico en San Petersburgo y, finalmente, había sidoministroenelgabinetedelordSalisbury.Losconservadoresperdieronlaseleccionesgeneralesde1906yelpadredeFitzmurióescasassemanasmás tarde,unamuerteprecipitada —de eso Fitz estaba seguro— por el hecho de ver a liberalesirresponsables como David Lloyd George y Winston Churchill hacerse cargo delgobiernodeSuMajestad.
FitzocupósuescañoenlaCámaradelosLores,lacámaralegislativasuperiordelParlamentobritánico,comoparconservador.Hablabaunfrancésmuycorrectoysedefendía en ruso, y su sueño era llegar a convertirse algún día en jefe del ForeignOffice.Pordesgracia,losliberalesnodejabandeganarlaseleccionescontinuamente,demodoqueaúnnohabíatenidoocasióndeserministrodelgobierno.
Sucarreramilitarhabíasidoigualdemediocre.Habíaasistidoalaacademiadeentrenamiento de oficiales del ejército de Sandhurst, y pasó tres años con elregimientodelosFusilerosGalesesparaconvertirseencapitán.Trassumatrimonioabandonólacarreramilitar,peropasóasercoronelhonoríficodelosTerritorialsdeGalesdelSur.Lamentablemente,loscoroneleshonoríficosnuncaganabanmedallas.
Sin embargo, había algo de lo que sí se sentía orgulloso, pensaba mientras la
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locomotoradevaporavanzabaporlosvallesdelsurdelPaísdeGales:dossemanasmástarde,elreyenpersonaibaapasarunosdíasenlacasadecampodeFitz.ElreyJorgeV y el padre de Fitz habían sido compañeros en laArmada en su juventud.Recientemente,elreyhabíaexpresadosudeseodeconocerquéeraloquepensabansussúbditosmás jóvenes,yFitzhabíaorganizadounadiscretaveladaencasaparaque Su Majestad conociera a algunos de los más brillantes de su generación. Enaquellosmomentos,Fitzysuesposa,Bea,ibandecaminoalamansiónparaterminardedisponerlotodoparalavisitadelmonarca.
Fitzsentíaungranapegopor las tradiciones.Nohabíanadaenlahistoriade lahumanidad capaz de rivalizar con la estabilidad que proporcionaba el ordenestablecido,basadoenloscuatroestamentosdelasociedad:monarquía,aristocracia,comerciantesycampesinado.Sinembargo,almirarporlaventanilladeltren,comoenesosprecisosmomentos,veíaquelasombradeunaseriaamenazapendíasobrelascostumbrestradicionalesdelasociedadbritánica,unaamenazamayorquecualquierade las que se hubiesen cernido sobre ella en los cuatrocientos años anteriores.Cubriendoporcompletolas laderasdelosmontes,otrora tanverdes,extendiéndosecomounaplaga demanchas grisáceas en las hojas de los rododendros, surgían lascasas de los mineros del carbón. En aquellas mugrientas casuchas se hablaba derepublicanismo,deateísmoyderevolución.Solohabíapasadounsiglomásomenosdesdequehabían llevado a la nobleza francesa en carretas hasta la guillotina, y lomismoocurriríaallí sialgunosdeaquellosminerosmusculososcon lacara tiznadalograbansalirseconlasuya.
Fitzestaríaencantadoderenunciaralasgananciasqueobteníadelcarbón,sedijo,contaldequeGranBretañavolviesealasencillezdeotrostiempos.Lafamiliarealera un poderoso bastión contra la insurrección. Sin embargo, además de hacerlesentirseorgulloso,lavisitadelmonarcatambiénleprovocabaciertainquietud,pueshabíamuchascosasquepodíansalirmal.Conlarealeza,cualquierdescuidopodíaserunaseñaldenegligenciay,portanto,unafaltaderespeto.Hastaelúltimodetalledelfindesemanaseríacomentadoposteriormente,por lossirvientesde losvisitantesaotros sirvientes y, de estos, a los señores de dichos sirvientes, por lo que todas lasdamasdelaaltasociedadlondinenseacabaríansabiendosi,durantesuestanciaenTyGwyn,alreylehabíandadounaalmohadademasiadodura,unapatatapodridaolabotelladechampánequivocada.
El Rolls-Royce Silver Ghost de Fitz estaba esperándolos en la estación deferrocarrildeAberowen.SesentójuntoaBeayelchóferloscondujoalolargodeunkilómetroymediohastaTyGwyn,sucasadecampo.Estabacayendouna lloviznafinaperopertinaz,comoerahabitualenGales.
«TyGwyn» significaba«CasaBlanca»engalés, pero elnombrehabía acabadoresultandountantoirónicoporque,comotodolodemásenaquelrincóndelmundo,
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eledificioestabacubiertoporunacapadepolvodecarbón,ylosbloquesdepiedraque en otros tiempos habían sido de un blanco inmaculado ofrecían en esosmomentosuncolorgrisoscuroqueemborronabalasfaldasdelasseñorasque,enundescuido,rozabanlasparedes.
Peseatodo,eraunedificiomagníficoquellenabaaFitzdeorgulloamedidaqueel vehículo avanzaba por el camino de entrada a la casa. Lamansión privadamásgrandedetodoelPaísdeGales,TyGwyncontabacondoscientashabitaciones.Unavez,depequeño,élysuhermana,Maud,contaronlasventanashastasumaruntotalde 523.Había sido construida por su abuelo, y en el diseño de las tres plantas seapreciaba una agradable armonía. Los ventanales de la planta noble eran altos ydejaban entrar una gran cantidad de luz en los majestuosos salones. En la plantasuperiorhabíamultituddehabitacionesdeinvitados,mientrasqueenlabuhardillasehallabanlosinnumerablesdormitoriosdelservicioque,aunsiendominúsculos,eranevidentesporlaslargashilerasdelucernariosquepoblabanlostejadosenpendiente.
LasveintehectáreasdejardineseranladebilidaddeFitz;élmismoseencargabade supervisar la labor de los jardineros, tomando decisiones sobre la selección devariedadesquedebíanplantarse, sobre lapoday el emplazamientode cadaunadeellas.
—Unacasadignade lavisitadeunmonarca—comentócuandoelvehículo sedetuvoenelmajestuosopórtico.
Beanodijonada;losviajeslaponíandemalhumor.Al bajarse del coche,Gelert, su perro demontaña de los Pirineos, acudió a su
encuentro,unanimaldeltamañodeunosoquelelamiólamanoyluegoempezóacorreralegrementealrededordelpatioparacelebrarlallegadadesuamo.
Unavezenelvestidor,Fitzsedespojódesuropadeviajeysepusountrajedetweed marrón claro. A continuación, atravesó la puerta que comunicaba con losaposentosdeBea.
Lasirvientarusa,Nina,estabaquitandolosalfileresdelelaboradosombreroquesuseñorasehabíapuestoparaelviaje.FitzvioelrostrodeBeareflejadoenelespejodeltocadoryseleaceleróelcorazón.Retrocediócuatroañoseneltiempo,hastaelsalóndebailedeSanPetersburgodondehabíavistoporprimeravezaquelrostrodebellezadeslumbrante, rodeadoporunacascadade tirabuzonesrubios imposiblesdedomeñar.Enaquel lejanodía, al igualqueenesosmomentos, sucaramostrabaunmohínenfurruñadoqueaélleresultabaextrañamenteatractivo.Nolecostómásqueuninstantedecidirqueeraella,deentretodaslasmujeres,alaquequeríaconvertirensuesposa.
Ninaeraunamujerdemedianaedady, enesos instantes, le temblabaelpulso.Beaponíanerviosasasusdoncellasamenudo.MientrasFitz lamiraba,unode losalfileres se clavó en el cuero cabelludo de sumujer, quien soltó un chillido.Nina
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palideció.—¡Losientomuchísimo,sualteza!—sedisculpóenruso.Beacogióunalfilerdelasuperficiedeltocador.—¡Aversitegusta!—exclamóypinchóalasirvientaenelbrazo.Ninarompióallorarysaliócorriendodelahabitación.—Dejaqueteayude—ledijoFitzasuesposaentonoapaciguador.Sinembargo,
ellanopensabacalmarse.—Loharéyosola.Fitzseaproximóalaventana.Abajo,habíaunejércitodejardinerospodandolos
setos, cortando el césped y rastrillando la gravilla. Había varios arbustos en flor:viburnosdeinvierno,jazminesamarillos,hamamelisyfragantemadreselva.Alotroladodeljardínsedivisabalasuaveondulaciónverdedelaladeradelamontaña.
TeníaqueserpacienteconBeaynoolvidarqueeraextranjera,queestabaaisladaen un país extraño, lejos de su familia y de todo aquello que le proporcionabaseguridad.Habíasidofácilen losprimerosmesesdesumatrimonio,cuandoélaúnestabaembriagadoporsubellezafísica,porsuoloryporel tactodesupielsuave.Ahoralecostabaciertoesfuerzo.
—¿Por qué no descansas? —sugirió—. Yo iré a hablar con Peel y la señoraJevonsyverécómomarchanlospreparativos.—PeeleraelmayordomoylaseñoraJevonselamadellaves.Enteoría,eraBealaencargadadeorganizaralpersonal,peroFitz estaba lo suficientemente nervioso con la visita del rey como para nodesperdiciar la ocasión de participar más activamente en los planes—. Ya teinformarémástarde,cuandoestésdescansada.—Extrajosucigarrera.
—Nofumesaquídentro—loreconvinoella.Éllointerpretócomounconsentimientoysedirigióalapuerta.Deteniéndosede
camino,dijo:—Escucha, ¿no irás a comportarte así delante del rey y la reina, verdad? Me
refieroalodemaltrataralservicio.—Yonolahemaltratado,leheclavadounaagujaparaqueaprenda.Los rusos hacían esa clase de cosas. Cuando el padre de Fitz se quejó de la
desidia de los sirvientes de la embajada británica en San Petersburgo, sus amigosrusoslecontestaronqueeraporquenolesazotabalosuficiente.
—Seríaunpocoembarazosoparaelreytenerquepresenciaralgosemejante—ledijoFitzaBea—.Comoya tehedichoenanterioresocasiones, esono sehaceenInglaterra.
—Cuandoeraniña,meobligaronapresenciarcómoahorcabanatrescampesinos—respondióella—.Amimadreno legustaba la idea,peromi abuelo insistió.Medijo: «Así aprenderás a castigar a tus sirvientes. Si no les azotas o les pegas porpequeñas faltas como haber cometido algún descuido sin importancia o por ser
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perezosos,alfinalacabaráncometiendofechoríasmuchomásgravesyterminaránenelpatíbulo».Élmeenseñóquelaindulgenciaconlasclasesinferiores,alapostre,esmuchomáscruel.
Fitzempezabaaperderlapacienciaconsuesposa.Bearememorabaunainfanciarodeadadelujosyriquezasinmensas,conunalegióndesirvientesfielesyobedientesy hordas de campesinos felices. Si su abuelo, un hombre implacable yextremadamentecompetente,nohubiesemuerto,puedequeesavidahubieseseguidosiendo así; sin embargo, entre el padre de Bea, un borracho empedernido, y elhermanoestúpidodeesta,quiensededicabaavenderlamaderasinantesreplantarelbosque,habíanconseguidodilapidarlatotalidaddelafortunafamiliar.
—Los tiempos han cambiado—le explicó Fitz—. Te estoy pidiendo… mejordicho, teordeno,quenomedejesenmal lugardelantedemi rey.Esperohabermeexpresadoconsuficienteclaridad.—Ydichoesto,salióycerrólapuerta.
Echó a andar por el amplio pasillo, irritado y un poco triste. Poco después decasarse, aquella clase de rifirrafes lo dejaban desconcertado y abatido, peroúltimamenteseestabaacostumbrando.¿Ocurríalomismoentodoslosmatrimonios?Nolosabía.
Un lacayo de gran estatura que estaba bruñendo el pomo de una puerta seincorporó, se colocó con la espalda hacia la pared y bajó lamirada, tal como losmiembrosdelpersonaldel serviciodeTyGwyn tenían instruccionesdehacercadavez que el conde desfilaba ante ellos. En algunasmansiones, el servicio tenía quecolocarsedecaraa lapared,peroesoaFitz leparecíademasiado feudal.Elcondereconoció al hombre, pues lo había visto jugando un partido de críquet entre elpersonaldeTyGwynylosminerosdeAberowen.Eraunbuenbateador.
—Morrison—dijo Fitz, que recordó su nombre—. Avisa a Peel y a la señoraJevonsparaqueacudanalabiblioteca.
—Enseguida,milord.Fitzbajó lamajestuosa escalera.Sehabía casadoconBeaporqueesta lohabía
encandilado,perotambiénporunarazónmáspoderosa:soñabaconlaideadefundarunainsignedinastíaanglorrusacuyodominioseextendiesehastalosúltimosconfinesde la Tierra, tal como los Habsburgo habían gobernado diversas partes de Europadurantesiglos.
Sinembargo,paraesonecesitabaunheredero,yelmalhumordeBeasignificabaque aquellanocheno iba adejarlo entrar en sudormitorio.Podía insistir, pero esonuncaresultabademasiadosatisfactorio.Habíanpasadoyaunpardesemanasdesdelaúltimavez.Noqueríaunaesposaqueestuviesesiempredispuestaahaceraquellascosas,seríaunavulgaridad,pero,porotraparte,dossemanaseramuchotiempo.
Suhermana,Maud,seguíasolteraasusveintitrésaños,yparacolmo,seríacapazdeeducaracualquierhijosuyoparaqueacabarasiendounsocialistarabiosoqueno
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vacilaríaenmalgastartodalafortunafamiliarimprimiendopanfletosrevolucionarios.Élllevabacasadotresañosyempezabaapreocuparse.Beasolosehabíaquedado
encintaunavez,elañoanterior,peroperdióelniñoa los tresmeses.Ocurrió justodespués de una disputa entre ambos. Fitz había cancelado un viaje que teníanplaneadoaSanPetersburgoyBeasealterómuchísimo,comenzóa lloraryagritarquequeríairseasucasa.Fitzsemantuvoensustreceysenegórotundamente—alfin y al cabo, un hombre no podía dejar que su mujer le diese órdenes— peroentonces,cuandoellasufrióelaborto,laculpabilidadquesintióloconvenciódequehabíasidoculpasuya.Siellasequedabaembarazadadenuevo,se juróasímismoquenoharíaabsolutamentenadaquepudieseturbarlahastaelnacimientodesuhijo.
Trasposponermentalmenteesapreocupaciónparamástarde,elcondeentróenlabibliotecaysesentóalescritorioconincrustacionesdecueroparaconfeccionarunalista.Alcabodeunoodosminutos,Peelaparecióacompañadodeunadoncella.Elmayordomoeraelhijomenordeungranjero,ysurostroplagadodepecasyelpeloentrecanoevocabanciertoaireacampoyalaboresalairelibre,perollevabatodasuvidatrabajandocomosirvienteenTyGwyn.
—La señora Jevons está mala, milord —dijo. Hacía tiempo que Fitz habíarenunciado a tratar demejorar el habla y el léxico de sus sirvientes galeses—.Labarriga—añadióPeelcontonolúgubre.
—Ahórrame losdetalles.—Fitzmiróa ladoncella,una jovenhermosadeunosveinteaños.Sucaraleresultabavagamentefamiliar—.¿Yestaquiénes?
Lapropiamuchachacontestó.—EthelWilliams,milord.SoylaayudantedelaseñoraJevons.—Hablabaconel
acentocantaríndelosvallesdeGalesdelSur.—Bueno,Williams,lociertoesqueparecesmuyjovenparaasumirlastareasde
unamadellaves.—Permítame,señor,perolaseñoraJevonsdijoqueseguramentemandaríallamar
al ama de llaves de Mayfair, aunque espera que, entretanto, tal vez yo consigasatisfacersusnecesidades.
¿Acaso vio un brillo pícaro en sus ojos cuando habló de satisfacer susnecesidades? A pesar de que hablaba con la debida deferencia, tenía aspecto dedescarada.
—Muybien—dijoFitz.Williamsllevabaungruesocuadernoenunamanoydoslápicesenlaotra.—HeidoaveralaseñoraJevonsasucuartoysesentíaconfuerzassuficientes
pararepasarlotodoconmigo.—¿Porquéllevasdoslápices?—Porsiserompeuno—contestóella,ysonrió.Lassirvientasnodebíansonreíralconde,peroFitznopudoevitardevolverlela
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sonrisa.—Bien—dijo—,dimequéesloquehasanotadoenesecuaderno.—Trescosas—contestólajoven—:huéspedes,personalyprovisiones.—Muybien.—Porlacartaqueenvióelseñor,tenemosentendidoquehabráveintehuéspedes.
La mayoría de ellos vendrá acompañada por uno o dos asistentes personales,supongamos un promedio de dos, de modo que eso suma un total de cuarentapersonasmás en cuanto a alojamiento del servicio. Todos llegarán el sábado y semarcharánellunes.
—Correcto.—Fitz sentía una mezcla de aprensión y placer muy similar a lasemocionesquehabíaexperimentadoantesdepronunciar suprimerdiscursoante laCámara de los Lores: estaba entusiasmado por hacer aquello y, al mismo tiempo,preocupadoporhacerlobien.
Williamssiguióhablando.—Obviamente,SusMajestadessealojaránenlasHabitacionesEgipcias.Fitz asintió. Aquellas eran las dependencias privadasmás espaciosas. El papel
pintadodelasparedesconteníamotivosornamentalesdelostemplosegipcios.—LaseñoraJevonshasugeridoquéotrasdependenciasdeberíamosacondicionar
ylasheanotadoenaquí.La expresión «en aquí» era un localismo, una forma de hablar que resultaba
redundante,puessignificabaexactamentelomismoque«aquí».—Aver,enséñameeso—dijoFitz.Lamuchacharodeóelescritorioycolocóelcuadernoabiertodelantedelconde.
Lossirvientesdomésticosestabanobligadosabañarseunavezalasemana,demodoque no olía tanmal como solían hacerlo losmiembros de la clase trabajadora.Dehecho,sucuerpocálidodesprendíaunafraganciafloral.TalvezhabíarobadoeljabónaromáticodeBea.Leyólalistaquelehabíaenseñado.
—Muybien—sentenció—.Laprincesaseencargarádeasignarloshuéspedesalasdistintashabitaciones.Puedequetengaideasmuyconcretasalrespecto.
Williamspasólapágina.—Estaesunalistadelpersonaladicionalquevamosanecesitar:seismuchachas
en la cocina, para lavar las verduras y fregar los cacharros; dos hombres con lasmanoslimpiasparaservirlamesa;tresdoncellasmásytresmozosparalimpiarlasbotasyencenderlasvelas.
—¿Ysabesdóndepodemosconseguiratodaesagente?—Huy,sí,milord,tengounalistadelugareñosqueyahantrabajadoaquíantes,y
siconellosnobasta,lespodemospedirquenosrecomiendenaotros.—Nada de socialistas, sobre todo—dijo Fitz con cierta angustia—. Intentarían
hablarle al rey de las perversidades del capitalismo.—«Con los galeses, nunca se
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sabe»,pensó.—Porsupuesto,milord.—¿Quéhaydelasprovisiones?Ladoncellapasóotrapáginadelcuaderno.—Esto es loquenecesitamos, basándonos en losbanquetespreviosque sehan
celebradoenlacasa.Fitzexaminólalista:cienbarrasdepan,veintedocenasdehuevos,cuarentalitros
de nata, cuarenta y cinco kilos de tocino, trescientos kilos de patatas…Empezó aaburrirse.
—¿Nodeberíamosdejaresohastaquelaprincesahayadecididolosmenús?—Esque hay que traerlo todo deCardiff—repusoWilliams—.Las tiendas en
Aberowen no pueden asumir pedidos tan cuantiosos, y hasta a los proveedores deCardiff hay que avisarlos con tiempo, para asegurarnos de que tengan cantidadessuficienteseldíaencuestión.
La muchacha tenía razón. El conde se alegró de que estuviera a cargo de laorganización: tenía lacapacidaddeprever lascosasyverlasvenir,adelantándosealosacontecimientos,unacualidadmuypocofrecuente,segúnhabíadescubierto.
—Nomevendríamalteneraunamuchachacomotúenmiregimiento—dijo.—Nopuedovestir de color caqui, nome sienta bien con esta piel tan clara—
contestóellacondescaro.Elmayordomoparecíaescandalizado.—¡Williams,compórtate!Noseasdesvergonzada.—Leruegomeperdone,señorPeel.Fitzsediocuentadequehabíasidoculpasuya,pordirigirsealamuchachacon
aquellafamiliaridad.Aunque…lociertoeraquenoledesagradabaladesfachatezdelajoven.Dehecho,legustabaytodo.
—Alacocinerase lehanocurridoalgunas ideaspara losmenús,milord—dijoPeel, que le entregó aFitz unahoja depapel un tanto sucia y emborronada con laletrainfantil,detrazocuidadoso,delacocinera—.Pordesgracia,esunpocoprontoparaelcorderolechal,peronospuedenenviarunagranvariedaddepescadofrescodesdeCardiff,enbloquesdehielo.
—Todoestoseparecemuchoaloqueofrecimosennuestracaceríaennoviembre—dijo Fitz—.Aunque, por otra parte, no queremos hacer experimentos con cosasnuevasenestaocasión;esmejorceñirseaplatosqueyahayamosprobadoantes.
—Exacto,milord.—Yahora,losvinos.Vayamosalabodega.Peelparecíasorprendido;elcondenosolíabajaralossótanos.En ese momento, a Fitz le asaltó un pensamiento que había permanecido
agazapado en algún recoveco de su cerebro, pero prefirió no prestarle atención.
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Vacilóunosinstantesyluegodijo:—Williams,ventambién.Asítomarásnotas.ElmayordomosujetólapuertayFitzsaliódelabibliotecaybajóporlaescalera
trasera.Lacocinaylasaladelossirvientesestabanenunsemisótano.Allíabajo,laetiquetafuncionabadeunmododistinto,ylassirvientasylosmozosseinclinabanohacíanunareverenciacuandopasabaél.
Labodegaestabaenunsótano.Peelabriólapuerta.—Consupermiso,yoirédelante—dijo.Fitz asintió. Peel prendió una cerilla, encendió una vela colgada de la pared y
empezóabajarlospeldaños.Alllegarabajo,encendióotrapalmatoria.Fitzposeíaunabodegamásbienmodesta,compuestaporunasdocemilbotellas,
lamayorpartedelascualeseranherenciadesupadreydesuabuelo.Elchampán,eloporto y el vino blanco del Rin eran las bebidas predominantes, con cantidadesmenores de clarete y borgoña blanco. Fitz no era ningún entendido en vinos, perosentíaespecialdebilidadporlabodegaporquelerecordabaasupadre.«Unabodegadevinorequiereorden,capacidaddeprevisiónybuengusto—solíadecirelanciano—.EsassonlasvirtudesqueconformanlagrandezadeGranBretaña.»
Fitzqueríaservirlelomejorasusoberano,porsupuesto,peroparaesohabíaquetenercriterio.ElchampánseríaPerrier-Jouët,elmáscaro,pero¿dequécosecha?Unchampánmaduro,deveinteotreintaaños,teníamenosburbujasymássabor,aunquelo cierto era que las cosechas jóvenes poseían algo especial, algo chispeantementedelicioso.Escogióunabotellaalazar.Estabamugrienta,completamentecubiertadepolvo y telarañas. Echó mano del pañuelo de hilo del bolsillo delantero de suchaqueta para limpiar la etiqueta. Seguía sin ver la fecha bajo la tenue luz de lasvelas.LemostrólabotellaaPeel,quesehabíapuestounaslentes.
—1857—dijoelmayordomo.—Dios santo, me acuerdo de esa botella…—recordó Fitz—. Fue la primera
cosecha que probé en mi vida, y seguramente la mejor. —De pronto, recordó lapresenciadeladoncella,quehabíainclinadoelcuerpohaciaélyestabaexaminandola botella que eramucho,muchísimomás vieja que ella. Para su consternación, laproximidaddelcuerpodelajovenlodejómomentáneamentesinaliento.
—Me temo que la cosecha del cincuenta y siete ya ha dejado atrás su mejormomento—comentóPeel—.¿Puedosugerirladelnoventaydos?
Fitzmiróotrabotella,dudóytomóunadecisión.—Noveonadaconestaluz—anunció—.Tráemeunalupa,Peel,¿quieres?Peelsubiólospeldañosdepiedra.Fitz miró a Williams. Estaba a punto de cometer una locura, pero no podía
contenerse.—Quéguapaeres…—dijo.
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—Gracias,milord.Bajolacofiadedoncella,asomabanunosrizosrebeldesdepelooscuro.Elconde
leacaricióelpelo.Sabíaquealgúndíasearrepentiríadeaquello.—¿Hasoídohablardeloquelosfrancesesllamaneldroitdeseigneur,elderecho
depernada?—Percibióeltonoroncodesupropiavoz.—Soygalesa,nofrancesa—contestóEthel,conelmismomovimientoinsolente
delabarbillaqueFitzyareconocíacomocaracterísticoenella.Desplazólamanodelpelodelajovenhastalanucaylamiróalosojos.Ellale
sostuvolamiradaconaudazaplomo,pero¿significabaaquellaexpresiónquequeríaqueélsiguieraadelante…oqueestabadispuestaamontarleunaescenahumillante?
Elcondeoyóelruidodeunospasosenlasescalerasdelabodega;Peelyaestabaallí.Fitzseapartódelasirvienta.
Lasrisasdelajovencogieronalcondeporsorpresa.—¡Debería verse la cara de culpabilidad, señor!—exclamó—.Parece usted un
colegial.Peelasomóentrelapenumbraconunabandejadeplataenlaquellevabaunalupa
conelmangodemarfil.Fitz intentó recobrar el aliento. Cogió la lupa y reanudó la inspección de las
botellasdevino,conmuchocuidadodenotropezarseconlamiradadeWilliams.«Diosmío—pensó—.Quémuchachatanextraordinaria…»
II
EthelWilliamssesentíarebosantedeenergía.Nadalainquietaba,podíaenfrentarseacualquiersituación,solucionarcualquierproblema.Cuandosemirabaalespejo,veíaque le brillaba la piel y le centelleaban los ojos. El domingo, después del oficioreligioso, su padre había hecho algún comentario al respecto, con su dosis desarcasmohabitual.
—Te veomuy contenta—le dijo—. ¿Es que te has tropezado con un saco dedinero?
Amenudosesorprendíacorriendo,ynocaminando,porlosinterminablespasillosdeTyGwyn,ytodoslosdíasllenabahojasymáshojasdesucuadernoconlistasdela compra, calendarios de trabajo del servicio, horarios para recoger las mesas yponerlasotravez,ycálculos:númerosdefundasdealmohada, jarrones,servilletas,velas,cucharas…
Aquellaerasugranoportunidad.Peseasujuventud,estabahaciendolasvecesdeamadellavesenocasióndeunavisitareal.LaseñoraJevonsnomostrabaseñalesdemejoríanidequefuesealevantarsedesulechodeconvalecencia,asíquesobreEthel
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recaía toda la responsabilidad de preparar la mansión de Ty Gwyn para dar elrecibimientoquemerecíanelreyylareina.Enelfondo,siemprehabíaestadoseguradequeeracapazdehacerlascosasmejorquenadieydestacar,siempreycuandolediesenlaposibilidad,peroenlarígidajerarquíadelserviciodoméstico,habíaescasasoportunidades de demostrar que era mejor que los demás. De pronto, se le habíapresentado la ocasión, y estaba decidida a aprovecharla al máximo. Después deaquello, puede que asignasen a la señora Jevons una tarea con menosresponsabilidadesyquenombrasenaEthelamadellaves,coneldobledelsueldoquecobraba entonces, conundormitoriopara ella solay supropia sala de estar en lasdependenciasdelservicio.
Sinembargo, todavíanohabía llegadoesemomento.Eraevidentequeelcondeestabasatisfechoconsulabor,porquealfinalhabíaoptadopornollamaralamadellaves de Londres, lo que Ethel interpretó como un cumplido. Aunque… pensó lajoven con verdadera aprensión, todavía había tiempo para cometer ese pequeñodesliz,paraeseerrorfatalquepodíaestropearlotodo:unplatodelacenasucio,unsumideroatascado,unratónmuertoenlabañera…Yentonceselcondesísepondríafurioso.
Lamañana del sábado en que estaba prevista la llegada de los reyes, Ethel seencargó personalmente de supervisar todas y cada una de las habitaciones deinvitados, para asegurarse de que las chimeneas estaban encendidas y de que losalmohadones habían sido ahuecados.En cada cuarto había almenos un jarrón conflores,llevadasesamismamañanadelinvernadero;encadaescritoriohabíapapeldecartasconelescudodeTyGwyn,yhabíanprovistotoallas,jabónyaguaparaelaseopersonal.Alanteriorcondenolegustabalafontaneríamoderna,yFitzaúnnohabíaencontrado el momento de ordenar la instalación de agua corriente en todas lashabitaciones.