kuper - psicología y antropología. reflexiones sobre la experiencia británica

7/31/2019 Kuper - Psicología y antropología. Reflexiones sobre la experiencia británica

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ADAM JONATHAN KUPER

la física y la química, se decía a modo de ejemplo— y en última instancia en términospsicológicos. Mientras tanto, sin embargo, los antropólogos debían practicar lasociología y asegurarse contra el reduccionismo psicológico.

Algunos iban más lejos, como el propio Evans-Pritchard, y argumentaban quelas teorías psicológicas eran simplemente demasiado fantásticas como para ser deutilidad a los investigadores serios. A muchos antropólogos les parecía que ofrecíanuna alternativa a las desacreditadas suposiciones de la historia conjetural. Sinembargo, la psicología había demostrado ser poco más fiable que el manifiestotrabajo adivinatorio de los viejos evolucionistas. «Este intento por construir laantropología social sobre la base de la psicología, ha demostrado ser, desdeentonces en adelante, un intento por construir una casa sobre arenas movedizas».3

George Stocking, un historiador americano que ha escrito sobre la antropologíasocial británica, ha intentado explicar la aversión de los antropólogos británicos porlos estudios de «cultura y personalidad» por medio de una hipótesis sobre elcarácter nacional de los científicos británicos:

Es tentador sugerir que esta resistencia está muy arraigada: para los británicos, queestuvieron tanto tiempo en la cúspide de la civilización, la «cultura» nunca perdiócompletamente su connotación jerárquica y absolutista; de igual modo, también el «carácter»que les había hecho ganar su posición, fue siempre preferido a la «personalidad».

Y continúa hasta sugerir que «a largo plazo, la estructura social iba aproporcionar una perspectiva para la diferenciación humana que seríaculturalmente y caracteriológicamente más adecuada».4

Probablemente este no es un buen ejemplo de las explicaciones de cultura ypersonalidad. Para empezar, estas caracterizaciones sobre el carácter británicodeben aplicarse a una cantidad bastante variada y mezclada de antropólogos,procedentes de las colonias, Europa central y también Gran Bretaña. Y lo que esmás sorprendente es que la hipótesis de Stocking debe corregirse de algún modopara excluir a todas las figuras destacadas de la generación previa, que realmenteprocedían en su mayoría de contextos británicos convencionales, pero que fueroneducados en la psicología y estuvieron entre los primeros que asumieron la teoríafreudiana en Gran Bretaña.

L A ESCUELA DE RIVERS

De hecho el tabú respecto a la psicología fue sólo un episodio —si bien unepisodio largo— en la historia de la moderna antropología social británica. Si

empezamos con los inicios de la antropología académica en Gran Bretaña durante elcambio de siglo, parece bastante ridículo preguntarse acerca del lugar de lapsicología en la antropología. La antropología se desarrolló dentro de la psicología.La primera hornada de antropólogos sociales británicos eran todos psicólogos.

W. H. R. Rivers fue el primer antropólogo profesional en Gran Bretaña. Fuetambién el que más influyó en la generación siguiente. Uno de sus líderes, Radcliffe-Brown, fue discípulo suyo y su estrecho colaborador; el otro, Malinowski, mantuvoun debate con Rivers a lo largo de toda su carrera. No obstante, es justo decir quela carrera antropológica de Rivers fue un episodio en su carrera como psicólogo.

3 Evans-Pritchard, 1951, p. 44.4 «Introduction» a Stocking (ed.), 1986, p. 8.

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PSICOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA. REFLEXIONES SOBRE LA EXPERIENCIA BRITÁNICA

Rivers5 nació en 1864 y obtuvo su diploma de médico en el hospital de St.Bartholomew en 1886. En 1891 empezó a trabajar bajo la dirección de Sherrington y a colaborar con Henry Head, que había regresado de estudiar en Alemania conHering. En 1892 el propio Rivers pasó varios meses estudiando con destacadospsicólogos en Alemania. De vuelta a Londres, enseñó psicología experimental en elUniversity College de London y en 1893 fue a Cambridge para dar conferencias

sobre la fisiología de los órganos sensoriales, ofreciendo lo que Myers describe como«uno de los primeros cursos prácticos sistemáticos en psicología experimental en elmundo, verdaderamente el primero en este país».6 Entre 1893 y 1901 publicóimportantes artículos sobre la visión y en 1900 publicó una revisión del tema en elText-Book of Psychology de Schafer que se convirtió en la referencia estándardurante muchos años.

En Cambridge, Rivers trabajó estrechamente con A. C. Haddon, que habíaempezado como zoólogo y enseñaba psicología, pero crecía su interés por laetnología.7 En 1908 Haddon consiguió reunir fondos para lo que sería la primeraexpedición etnológica británica a nivel académico, la Expedición Antropológica de

Cambridge al Estrecho de Torres. Decidió llevar un equipo de seis investigadores.Uno debía ser psicólogo experimental. Invitó a Rivers, pero no estaba interesado, yHaddon reclutó a dos estudiantes, C. S. Myers y William McDougall. Haddonexplicaba que:

Cuando Rivers descubrió que sus dos mejores estudiantes iban a ir, se preguntó sidespués de todo él podría ir también. Naturalmente yo me sentí encantado con esto, aunqueconfieso que pensé que el lado psicológico tenía exceso de peso. Puse la dirección de la partepsicológica totalmente en manos de Rivers y por primera vez se hicieron observacionespsicológicas de un pueblo primitivo en su propio país, por parte de psicólogos preparados conel equipo adecuado.8

La investigación psicológica de Rivers en el estrecho de Torres estaba

principalmente relacionada con la visión de los isleños —agudeza visual, percepcióndel color y susceptibilidad a ilusiones geométricas—. Su equipo transportaba unlaboratorio psicológico portátil y sus resultados fueron contrastados con losobtenidos en los grupos control en el Reino Unido. Las conclusiones de Rivers aquí y las de subsiguientes trabajos de naturaleza similar realizados en Egipto y en laIndia, fueron que las capacidades psicológicas y fisiológicas básicas variaban pocode una cultura a otra. Como comentaba en un último trabajo:

Resumiendo mi propia experiencia -y creo que esto podrá confirmarlo cualquiera quehaya utilizado los métodos de la moderna etnología- puedo decir que tanto en concentraciónintelectual como en muchos otros procesos psicológicos, he podido detectar que no existendiferencias esenciales entre los Melanesios y los Toda y aquellos con quienes estoyacostumbrado a mezclarme en la vida de nuestra propia sociedad.9

Y en The Todas , publicado en 1906, destacaba:

Es muy difícil estimar la inteligencia general y comparar con precisión la inteligencia deindividuos diferentes, todavía más la de pueblos de diferentes razas. Sólo puedo registrar mi

5 El mejor informe sobre la carrera de Rivers como psicólogo y psiquiatra se puede hallar en unensayo realizado por su discípulo C. S. Myers, titulado «The influence of the late W. H. R. Rivers»,que apareció como suplemento a la obra póstuma de Rivers, Psychology and Politics and other Essays , 1923, pp.149-181.6 Myers, 1923, pp. 153-154.7 Urry, 1982, pp. 58-85.8 Citado en Quiggin, 1942, p. 97.9 Este ensayo se encuentra en Rivers, 1926. Cita de p. 53.

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impresión, tras varios meses de estrecho trato con los Toda, que son simplemente taninteligentes como alguien hubiera encontrado a un tipo medio entre europeos educados.10

(Sin embargo estropeó bastante su informe progresista al añadir que lasmujeres «eran manifiestamente menos inteligentes que los hombres»).11

Rivers rechazó también la idea de Lévy-Bruhl de que los pueblos primitivosoperaban con una lógica distinta. Analizando las ideas sobre los muertos enMelanesia, concluyó:

...que muchas de las instancias presentadas por Lévy-Bruhl como ejemplos de mentalidadprelógica no presentan en absoluto contradicciones reales ni errores de lógica en el sentido enque nosotros la entendemos. Se trata simplemente de casos en que los hechos del universo hansido clasificados y dispuestos en categorías distintas a las nuestras...12

Naturalmente, este punto de vista no era original. En realidad representaba laortodoxia en la etnología y la psicología alemanas. Waitz había publicado el primervolumen de su etnología comparativa en el mismo año que The Origen of Species yhabía llegado a la conclusión de que «no hay diferencias específicas dentro delgénero humano respecto a su vida física. La gran diferencia de civilización entre

pueblos del mismo tronco muestra que el grado de civilización no dependeprincipalmente de la organización o de la capacidad mental».13 Wundt secundó lanoción de la «unidad física de la humanidad», como también hiciera Bastian. Boastrasladó el dogma a los Estados Unidos. El punto de vista alternativo, el quesostenía la existencia de diferencias psicológicas intraespecíficas entre pueblos deraza distinta, podía ser compatible con el modelo darwinista (sobre la base de quelas razas representaban etapas de un único proceso evolutivo, o que las variacioneslocales tenían su valor para la diferenciación de la especie), pero ya en el siglo veinteningún antropólogo o psicólogo británico relevante propagaba tal visión, con lanotable excepción de McDougall, y solamente hacia el final de su carrera.

En 1901 Rivers fue una de las diez personas que asistieron a la reuniónfundacional de la British Psychological Society. En 1903 empezó su elogiadacolaboración con Henry Head. A este último le cortaron los nervios del brazo yRivers midió la recuperación gradual de su sensibilidad cutánea. Durante elsiguiente año, él y James Ward fundaron y empezaron a editar el British Journal of Psychology . También trabajó sobre el efecto de las drogas sobre la fatiga, tema queescogió cuando fue invitado a pronunciar una serie de conferencias en el RoyalCollege of Physicians en 1906. Hasta 1907 no abandonó la docencia universitariasobre psicología experimental, permaneciendo inactivo en el campo de lainvestigación psicológica durante siete años. Este fue el período en que se dedicóenteramente a la etnología y preparó la que consideraba su obra maestra, la History of Melanesian Society , que apareció en 1914.

En 1915 Rivers fue reclutado por el servicio psiquiátrico del ejército y empezó atrabajar en las neurosis relacionadas con la guerra. Myers destaca que «este períodono solamente marca una nueva fase en el trabajo de Rivers, sino que a su vez estácaracterizado por un cambio observable en su personalidad y en sus escritos».

Al entrar en el ejército e investigar las psiconeurosis estaba satisfaciendo las aspiracionesde su juventud. Bien a través de la realización de esos deseos durante tiempo desechados oreprimidos, bien por otras causas —por ejemplo, ver cumplido su deseo de tener laoportunidad para realizar introspecciones más favorables en la vida mental dé sus

10 Rivers, 1906, pp. 20-21.11 Rivers, 1906, p. 23.12 Rivers, 1926, pp. 43-44.13 Waitz, 1863, p. 327.

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semejantes— se convirtió en otro hombre, mucho más alegre. La timidez dio paso a laconfianza, la duda a la certeza, la reticencia a la franqueza, su estilo literario un pococomplicado a uno destacable por su facilidad y atractivo. Pueden sumarse más de cuarentapublicaciones durante estos años, desde 1916 hasta la fecha de su muerte.14

En este punto de su carrera Rivers se convenció de que las teorías freudianasiban a revolucionar completamente la psicología y escribió dos importantes

monografías neo-freudianas, Instinct and the Unconscious en 1920 y Conflict and Dream que apareció póstumamente en 1923. Naturalmente, fue el presidente deuna comisión creada para divulgar las ideas freudianas en los círculos médicos.15 En 1922 estaba tomando parte en la campaña electoral por el escaño parlamentariode la Universidad de Londres apoyando al Partido Laborista cuando muriórepentinamente.

He relatado la historia de Rivers de esta forma para destacar el hecho de quesu carrera fue esencialmente psicológica. No se trata de disminuir la importancia desu trabajo etnológico, que él realmente consideraba a un cierto nivel como suprincipal vocación, sin embargo hizo trabajo activo como antropólogo sólo entre

1898 y 1914, excluyendo a la psicología solamente entre 1907 y 1914.Algunos de sus estudiantes tuvieron períodos antropológicos similares en sus

carreras. Myers siempre permaneció en los límites del mundo antropológico.McDougall continuó en realidad desde el Estrecho de Torres hasta Borneo, dondecolaboró con un administrador, Charles Hose, en un extenso estudio de campo quedio lugar en 1912 a dos grandes volúmenes monográficos titulados The Pagan Tribes of Borneo . Más tarde McDougall escribió:

Estuve tentado por hacer de la antropología de campo mi línea principal, ya querealmente disfrutaba paseando por lugares salvajes entre pueblos primitivos y me habíaresultado fácil establecer contactos amistosos con esas gentes. Mirando hacia atrás, ahora nocomprendo por qué rechacé este proyecto seductor. Recuerdo que mi rechazo era típicamente

arrogante. Me decía a mí mismo: «Ese campo es demasiado fácil para ti»; y regresé a mi planoriginal de ataque directo a los secretos de la naturaleza humana.16

Seligman, aunque no como investigador, también había tomado parte en laexpedición al Estrecho de Torres. Como hombre del mundo médico también seaproximaba a la etnología manteniendo un fuerte interés por la psicología y, comoRivers, también él fue uno de los primeros pro-freudianos.

Asimismo vale la pena señalar que los primeros colaboradores de Riversestuvieron relacionados con la psicoterapia durante la guerra, especialmenteMcDougall, Myers y Seligman. En realidad, estos cuatro veteranos de la expediciónal Estrecho de Torres trabajaron juntos durante un periodo de la guerra en un

hospital escocés para oficiales que habían sufrido shocks en los bombardeos.

Algunos de los últimos estudiantes de Rivers también compaginaban el interéspor la psicología y por la antropología. En la generación siguiente, Frederic Bartlettdecidió estudiar con Rivers debido a su interés especial por la antropología y,aunque se convirtió en psicólogo, escribió muchos años después un libro titulado

14 Myers, 1923, pp. 167-168.15 Ernest Jones explicaba que Flugel y él, secretario y presidente respectivamente del consejo de laBritish Psychological Society, crearon una sección médica especial para promocionar la discusión de

las teorías psicoanalíticas entre el personal médico. «Para elevar su prestigio contábamos con W. H.R. Rivers, el distinguido antropólogo, para ocupar el puesto como primer presidente...», Jones, 1964,p. 487.16 McDougall en Murchisson (ed.), 1961, vol. 1, pp. 191-223.

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Psychology and Primitive Culture .17 Una menor proporción de los discípulos deRivers llegaron a ser antropólogos, pero el más destacado de ellos, Radcliffe-Brown,combinó la psicología y la antropología en los Moral Sciences Tripos *.

Todo esto nos dirige a una pregunta, que se plantea como sigue. Desde queRivers y sus estudiantes formaron el grupo más influyente de antropólogos en GranBretaña hasta el principio de los años veinte, y siendo difícil diferenciarlos de lospsicólogos más relevantes de la época, ¿qué relación se desarrolló entre laantropología y la psicología? La respuesta es bastante sorprendente.

PSICOLOGÍA Y ETNOLOGÍA

Escribiendo muchos años después sobre la expedición al Estrecho de Torres,Seligman enfatizaba la contribución que Rivers había hecho al método etnológico, ycomentaba:

En el aspecto psicológico los resultados de la expedición fueron menos estimulantesporque, aunque eran menos importantes en si mismos pues planteaban temas dudosos en

discusión, no proporcionaron cuestiones renovadoras de primera importancia para lassubsiguientes soluciones. El trabajo psicológico de la expedición se limitó casi totalmente a lapsicología experimental de los órganos sensoriales y al tiempo de reacción. Se determinó quelas percepciones sensoriales de las razas inferiores no difieren de manera destacada de las delos europeos, y donde existen las diferencias, se trata principalmente de variacionespersonales, no raciales... Por lo tanto, el trabajo psicológico realizado en la expedición casi noafectaba al antropólogo social, para cuyos intereses no tenía valor.18

Seligman opina que existe una dicotomía necesaria entre la etnología o lasociología y la psicología. Realmente, no había ningún vínculo aparente entre eltrabajo psicológico y la investigación sociológica de Rivers en el Estrecho de Torres.19 Debería tomarse en cuenta una excepción. Rivers inventó el método

genealógico mientras buscaba el origen de las enfermedades oculares hereditarias, yse dio cuenta de que era un instrumento sociológico de utilidad. El motivo que llevóa Rivers a la investigación etnológica sigue siendo una incógnita. Haddon seatribuyó más tarde el hecho de haber convertido a Rivers: «Una de las cosas de lasque estoy más orgulloso en toda mi vida es que yo fu el instrumento que sedujo aRivers apartándole del camino de la virtud (la psicología era entonces una cienciacasta) hacia la antropología».20 Tal vez fue así de simple. En cualquier caso, aunquesus investigaciones etnológicas fueron paralelas a su trabajo psicológico entre 1898 y 1907, jamás se solaparon. Las consideraciones psicológicas quedaron al margende su etnología y de su sociología.

La investigación etnológica de Rivers se situaba bastante en las principaleslíneas de la antropología británica y americana. Investigó las cuestiones clásicas dela organización del parentesco y el totemismo, utilizando inicialmente los métodos yteorías de Lewis Henry Morgan. Fue bajo la influencia de los difusionistas alemanes,cuando empezó a distanciarse de las teorías de Morgan. Estaba al corriente tambiéndel trabajo de Durkheim, y desde mi punto de vista, tuvo una decisiva influencia

17 Bartlett en Murchisson (ed.), 1931, vol. III, p. 39.* N. del T . «Tripos» es el nombre con el que se conoce a los exámenes finales anuales de laslicenciaturas en la Universidad de Cambridge.18 Seligman, 1932, p, 196.19 Tal vez debiera mencionarse una excepción: cuando Rivers inventó el método genealógico mientrasinvestigaba las enfermedades oculares hereditarias y más tarde reconoció que éste seria un bueninstrumento para la investigación sociológica.20 Citado en Quiggin, 1942, p. 97 (nota).

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durkheimiana, aunque menos marcada que en el caso de su discípulo A. Raddiffe-Brown. Era bastante ecléctico para la época, excepto en considerar que las teoríaspsicológicas eran tabú. Las ideas psicológicas que habían dirigido lasinvestigaciones de anteriores antropólogos eran las de los asociacionistas. JamesWard había destruido su credibilidad para los psicólogos, y a Rivers y a suscontemporáneos les parecía que la psicología no podía ofrecer ninguna ayuda

alternativa a los etnólogos.Una conocida polémica sobre este tabú es el debate de Rivers con el

antropólogo americano Kroeber. Esta cuestión afectaba a la importancia de lostérminos de parentesco. Siguiendo la tradición de Morgan, Rivers insistía en que lostérminos de parentesco eran fósiles sociales que daban testimonio de antiguasformas de organización del parentesco. Contrariamente, Kroeber sostenía que lostérminos estaban «psicológicamente» determinados y que no tenían necesariamenteimportancia sociológica.21 Kroeber parece haber querido decir que los términos eranconstrucciones mentales. Ordenaban una serie de discriminaciones universales(sexo, edad, condición marital, etc. de los parientes) en sistemas de clasificación. No

obstante, Rivers comprendía el recurso de Kroeber a las explicaciones psicológicaspara mostrar que las clasificaciones de parientes reflejaban asociaciones afectivas.Por ejemplo «hermano de la madre» y «suegro» eran designados con un únicotérmino, y un tipo de explicación psicológica sería que el individuo tenía los mismossentimientos hacia ambos parientes. Pero él sostenía que esta identidad emocionalpodía ser sólo el resultado de algún proceso social que colocara a estas doscategorías de parientes en una relación social similar respecto de uno mismo. (Estaiba a ser, esencialmente, la base de la teoría más elaborada de Raddiffe-Brownsobre las clasificaciones de parentesco.)

Resumiendo, Rivers señaló que: «Estas conferencias han estado

mayoritariamente dedicadas a la demostración del fracaso en la explicación de lascaracterísticas de la terminología de parentesco sobre bases psicológicas». Y acontinuación decía que aunque la psicología pudiera resultar una ayuda crecientepara la etnología esto no supondría «la interpolación de los hechos psicológicoscomo eslabones en la cadena de causación que conectara los antecedentes socialescon las consecuencias sociales».22

Poco después de dar estas conferencias en la L. S. E. en 1912, Rivers inicióuna correspondencia reveladora con su discípulo Radcliffe-Brown, en las que unavez más el lugar de la psicología dentro de la antropología era el tema central.23 Losdos diferían acusadamente sobre el lugar de las explicaciones psicológicas en

etnología, y el problema más inmediato en la polémica era el «totemismo». Riverstomó el punto de vista ortodoxo que consideraba el totemismo como una forma deorganización social. Esto implicaba una sociedad organizada en clanes que están (oestaban) asociados a una especie de la naturaleza. Radcliffe-Brown prefería definirel totemismo como «el nombre de una serie de distintas clases de organizaciónsocial, todas caracterizadas por una relación especial mágico-religiosa entre cadadivisión social y alguna especie de objeto natural». Explicaba a Rivers que: «Con midefinición del totemismo he intentado agrupar bajo un mismo término una serie defenómenos distintos tan similares entre sí que podemos suponer la existencia de

21 Kroeber, 1909, y Rivers, 1914 (a) (1968).22 Rivers, 1968, p. 94.23 He editado esta correspondencia, que se publicará en la revista Canberra Anthropology . Las cartasque se citan aquí pueden encontrarse en la Haddon Collection, Cambridge University Library SpecialCollections.

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una base psicológica común...». En una carta posterior Radcliffe-Brown escribía quela investigación de las condiciones sociales:

Puede proporcionamos generalizaciones empíricas, pero jamás nos dará explicaciones.Mantengo que la naturaleza de las instituciones sociales depende de unas leyesfundamentales, que son leyes psicológicas, esto es, leyes acerca de cómo funciona la mentehumana, de modo que la explicación última de los fenómenos sociales depende del

descubrimiento de esas leyes.Y continúa diciendo que para resolver la cuestión necesitaría «acabar de

escribir y publicar mi hipótesis general sobre la naturaleza de la sociedad y de lasinstituciones sociales. No quiero hacerlo todavía, por muchas razones, y después detodo se pueden encontrar muchas de estas cuestiones en Durkheim».Naturalmente, este es el punto crucial. Como destacaba en una carta posterior, «Yonunca recurro a los procesos mentales individuales (como opuestos a loscolectivos)». Razonaba como durkheimiano y su «psicología» era una indagaciónsobre los sentimientos y conceptos generados colectivamente que subyacían a lasinstituciones.

Rivers desarrolló y clarificó sus puntos de vista en un artículo titulado«Sociology and Psychology» que publicó en la Sociological Review en 1916. Enrealidad, el artículo tenía valor como sermón sociológico, en el que se advertía a losfieles sobre los encantos superficiales de la psicología. Recurría a la analogíaconvencional con el científico que echaba mano de la física y de la química, peroseñalaba que mientras uno puede estar seguro de las conclusiones prestadas porestas ciencias, «los supuestos psicológicos del sociólogo son mayoritariamente ocompletamente hipotéticos».24 Destacó que Westermarck había intentado explicar lavenganza de sangre en términos de sentimientos vengativos, pero los procesossociales descritos como venganzas de sangre son muy variados de cultura a cultura y son estas variaciones las que deben ser explicadas en primer lugar para podercomprender su mecanismo.

¿Cómo pueden explicarse las producciones del cerebro humano sin conocer eltrasfondo social, que debe de haber tenido un papel tan importante en ladeterminación de los sentimientos y opiniones de la humanidad?25 Por lo tanto, alcontrario de Radcliffe-Brown, Rivers pensaba que en aquel momento la psicología yla sociología debían seguir cada una su programa de investigación específico. «Losque sigan uno de los caminos se dedicarán al estudio del cuerpo de costumbres einstituciones que conforman el comportamiento social, mientras que aquellos quesigan por el otro camino investigarán sobre el instinto, los sentimientos, lasemociones, las ideas y las creencias de la humanidad...».26

Evidentemente, Rivers no dudaba de que su propia investigación fisiológicasobre la visión y las sensaciones era científica. Pero se oponía a las ideaspsicológicas sobre el instinto y la emoción, en parte porque no estaban totalmenteestablecidas y en parte porque creía que «los sentimientos y las opiniones» estabanmoldeados por «el contexto social». Naturalmente, también era esta la posición deDurkheim y se puede apreciar la firme convicción de Radcliffe-Brown de que Riversacabaría por adoptar la teoría durkheimiana. Como escribió a Rivers, «la únicadiferencia entre nosotros consiste en establecer en qué momento de la evolución dela sociología deberíamos incorporar los problemas psicológicos fundamentales. Yo

24 Este ensayo se encuentra en Rivers, 1926.25 Rivers, 1926, p. 11.26 Rivers, 1926, p. 6.

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tal intensidad el complejo de Edipo que negaban la función sexual del padre einventaron medios institucionalizados para evitar su autoridad.29 Malinowskirespondió:

... para el doctor Jones y otros psicoanalistas el complejo de Edipo es algo absoluto, el origenprimordial, como él mismo dice, la fons et erige de todo. Por otra parte, para mí el complejo dela famÍlia nuclear es una formación funcional que depende de la estructura y de la cultura de

una sociedad. Está necesariamente determinada por la forma en que las restricciones sexualesson moldeadas en una comunidad y por la forma en que se distribuye la autoridad.30

La estructura de la argumentación recuerda a Rivers. Los complejos afectivosson configurados por las instituciones sociales. Esta premisa fundamentalmentedurkheimiana fue aceptada como axioma por todos los etnólogos y sociólogos desdeRivers a Malinowski y Radcliffe-Brown. Pero a medida que Malinowski y otros sedistanciaban de Freud, se sentían tentados por otro conjunto de teoríaspsicológicas, que parecían ofrecer una explicación del instinto y la emoción almismo tiempo que daban cabida al papel desempeñado por las fuerzas sociales y,por lo tanto, a la variación transcultural. Esta era una teoría de las «emociones»desarrollada primeramente por A. F. Shand, a quien Malinowski se refería como«uno de los más grandes psicólogos de nuestro tiempo».31 La teoría de Shand habíasido especialmente recogida por McDougall, pero también había influenciado aWestermarck y a Radcliffe-Brown. Su idea principal afirmaba que todos los sereshumanos tenían los mismos instintos y pulsiones fundamentales, pero que ciertossentimientos asociados a estos instintos se desarrollaban y cristalizaban en elmarco de determinadas instituciones sociales y otras realidades externas. El amorde un hombre por su esposa, por ejemplo, era un sentimiento particular y bastanteestable que se derivaba de una pulsión sexual generalizada.

Sorprende la importancia que se daba a Shand. Entre los psicólogos sureputación quedó ensombrecida por la de McDougall, cuya obra Introduction to Social Psychology se remitía tanto a Shand como a Durkheim. Además McDougallhabía sido discípulo de Rivers y habla realizado personalmente una sustancialinvestigación etnológica. Tal vez McDougall se distanció de los antropólogos en lasúltimas orientaciones de su pensamiento. The Group Mind (1920) postulaba uninconsciente colectivo que tenía, además, una base genética. McDougall llegó acreer que «la constitución mental innata, y por lo tanto la raza, es de importanciafundamental a la hora de determinar el carácter nacional».32 Puede resultarsignificativo el hecho de que McDougall abandonara Gran Bretaña para instalarseen Harvard en 1920, donde se incorporó al movimiento eugenésico. Tanto a nivelteórico como geográfico, se apartó de la corriente británica.

Sin embargo, no desearía acentuar las diferencias entre las figuras deMcDougall y Shand. La psicología social británica entre 1910 y 1930 estabadominada por una serie de teorías bastante similares que defendían que el hombretenía varios instintos, necesidades y pulsiones básicos y que las institucionessociales los satisfacían, controlaban o canalizaban. En esta línea se incluían obrastan notables e influyentes como Human Nature in Politics (1908) de Graham Wallas,The Psychology of Society (1921) de Morris Ginsberg y Psychology and Primitive Culture (1923) de F. C. Bartlett. La hipótesis subyacente fue aceptada por Durkheim

29 Jones, 1924.30 Malinowski, 1927, pp. 142-143.31 Malinowski, 1927, p. 240.32 McDougall, 1920, p. 244.

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en su obra Elementary Forms of the Religious Life , publicada en 1912. También lapodemos hallar en la obra de Freud Civilization and its Discontents de 1929.

Malinowski y Radcliffe-Brown formaban parte del mismo amplio movimiento deeste período, aunque se movían en distintas direcciones. Radcliffe-Brown escribíaprincipalmente sobre el rol del sentimiento convencionalizado en los sistemas deparentesco. Por ejemplo, en una sociedad patrilineal los sentimientos afectivoshacia la madre se hacían extensivos hacia su hermano para que la relaciónhermano de la madre/hijo de la hermana fuera fácil y cordial. La tesis general eraque los sentimientos desarrollados en la familia «se extendían» a los parientes máslejanos.33

Malinowski era más ambicioso y desarrolló una teoría de la cultura y delinstinto. La cultura era un medio secundario y artificial que satisfacía las«necesidades básicas» pero al hacerlo creaba necesidades nuevas que tambiéndebían ser satisfechas por ella.34 Su teoría de la cultura era notablemente similar ala del discípulo de Rivers, F. C. Bartlett, uno de los padres fundadores de lapsicología en Cambridge, y exhibe una relación evidente con los puntos de vista desu colega en la L. S. E., Morris Ginsberg. Westermarck también desarrolló la idea deque las instituciones sociales expresaban de alguna forma emocionesfundamentales. Pienso que Talcott Parons induce tal vez a confusión al escribir que:«Básicamente la psicología social de Malinowski se convierte en una modificación dela teoría del instinto de McDougall».35 Pero más bien se trataba de dosformulaciones diversas de una corriente muy general de opinión científica. Creo queno es desencaminado incluir a Durkheim y a sus oponentes —Le Bon y Tarde, porejemplo— en el mismo tipo de discurso general.

No obstante, Radcliffe-Brown pronto abandonó su proyecto psicológico. En unaconferencia en 1923 («Los métodos de la etnología y la antropología social»)

abandonó la búsqueda de una teoría psicológica del totemismo, argumentando queel objetivo legítimo era el establecimiento de sus funciones sociales. Malinowski yase había reorientado hacia América a mediados de los años treinta y empezaba aconsiderarse conductista y seguidor de Hull. Al final de los años treinta se trasladóa Yale. Precisamente en aquel momento Radcliffe-Brown se trasladaba a Oxforddesde Chicago. Y el tabú respecto a la psicología se instaló sólidamente,permaneciendo así durante cuarenta años.

UNA EXPLICACIÓN SOCIOLÓGICA

A diferencia de Stocking y en la mejor tradición de la vieja antropología socialbritánica, evitaré la explicación de este tabú en términos del carácter nacional. Unmodo de explicación alternativo, particularmente apropiado en este contexto, es lasociología tribal, pero quiero garantizar cierta autonomía al propio discursocientífico.

Revisemos la historia. Rivers empezó a operar en la etnología cuando los másimportantes investigadores británicos de este campo seguían tomando prestados losargumentos de la psicología asociacionista. Sin embargo, los psicólogos británicos ya consideraban que el asociacionismo estaba completamente desacreditado.Estaban especialmente influenciados por la nueva psicología alemana, establecida

33 E.g., Radcliffe-Brown, 1924.34 Véase Malinowski, 1931.35 Parsons, 1957.

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por Wilheim Wundt. Sin embargo, se tomaba la herencia de Wundt de formafragmentada.36 Los psicólogos quedaron impresionados por su formulación delestudio experimental de la percepción y cognición individuales, pero ignoraron suVolkerpsychologie , el estudio de los fenómenos psíquicos colectivos que influyódirectamente tanto a Durkheim como a Malinowski y estableció el punto de partidade la «psicología social». Rivers coincidía con la nueva psicología científica de la

percepción, pero no veía la forma de aplicar la psicología a la etnología o a lasociología. Radcliffe-Brown y Malinowski aceptaban la tesis de Durkheim de que lasrepresentaciones y los sentimientos colectivos eran una parte intrínseca de lossistemas sociales, pero Rivers desalentó el entusiasmo de Radcliffe-Brown por lapsicología social y, a pesar de su reconocimiento tardío de Wallas, jamás explorósus posibilidades. Tampoco Rivers se interesó por la psicología de las emocioneshasta que, enfrentado a una crisis psicoterapéutica durante la Primera GuerraMundial, abrazó las ideas freudianas. Otros contemporáneos suyos empezarontambién a formular una psicología de los instintos y las emociones, influenciadatanto por Freud como por Durkheim.

La cuestión con la que se enfrentaron Rivers, Radcliffe-Brown y Malinowskiconsistía en cómo encontrar una forma de reconciliar las ortodoxias fundamentalesde la etnología y la psicología. La etnología mostraba el hecho de que lasinstituciones sociales variaban alrededor del mundo. La psicología (desde Wundt aRivers) partía del punto de vista de que la constitución mental y emocional delhombre era muy parecida en todas panes. Rivers separó originariamente estos dosproyectos y hasta el final de su carrera no intentó combinarlos. Malinowski yRadcliffe-Brown pensaron por un tiempo que debía detallarse una solución en lapsicología de Shand, que permitiera una retroalimentación desde las institucionessociales a los sentimientos. Malinowski creía realmente que esto era razonable,aunque se basaban en una lectura poco ortodoxa de las tesis básicas de Freud. Enlos Estados Unidos, la escuela de cultura y personalidad extrajo otro mensaje apartir de una lectura alternativa de Freud: las distintas culturas se desarrollaríanen relación con distintas prácticas de crianza infantil que fomentarían tipos depersonalidad culturalmente apropiados. Es posible que los liberales americanosestuvieran tan bien asentados que prefirieran en cualquier caso una visión plásticade la naturaleza humana, moldeada por la socialización temprana. Pero, incluso sise mantuviera una hipótesis subsidiaria como ésta, nos quedaríamos con unainterpretación intelectualista de la historia antropológica, al estilo de Frazer.

Una perspectiva de este tipo queda realmente fuera de lugar, pero no tiene porqué ser rechazada de forma definitiva, y puede combinarse con un punto de vista

más sociológico. Esto acentuaría la distinción entre dos procesos. El primer procesose sitúa en lo que fue decisivo para la antropología: el traslado de Malinowski aAmérica y el de Radcliffe-Brown a Inglaterra. No hace falta señalar que estarnoshablando de un pequeño grupo de especialistas, tal vez veinte antropólogos socialesen la Inglaterra de los años treinta. Radcliffe-Brown volvió para dirigirles. En primerlugar les alejó de Malinowski para volver a Durkheim, pero es de la mismaimportancia el hecho de que les alejara de la escuela dominante en la antropologíaamericana. Radcliffe-Brown era un fiero rival de Margaret Mead y competíafuertemente con ella para conseguir fondos en América. Sin duda la reacción contrala corriente neo-freudiana fue manifiestamente fomentada, dada la posición política

de Radcliffe-Brown. La «antropología social británica» se fraguó a mitad del siglo engran medida en oposición estructural a la «antropología cultural» americana.

36 Véase Farr, 1985.

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El segundo proceso tiene lugar dentro de la psicología. Tal como señalaHearnshaw, tras la actividad intensa y prometedora de los años veinte, la psicologíasocial se convirtió en «un área desfasada en la psicología británica, apoyadainadecuadamente por las universidades, hambrienta de fondos para la investigación y relativamente descuidada por los propios psicólogos»,37 y así permaneció. Uno delos pocos factores aducidos para explicar esta tendencia es la decepción de los

antropólogos. Pero la propia psicología era una disciplina minoritaria en GranBretaña. Incluso en 1939 había sólo seis cátedras de psicología.38 De nuevo, ungrupo tan pequeño podía ser borrado de un soplo, y en este caso, creo que el soplovino de la filosofía y arrinconó a los psicólogos en el refugio que ofrecían las cienciasnaturales. En este proceso quedó ensombrecido todo interés por la psicología social, y la psicología de las emociones fue desechada del ámbito académico de igual modoque la psicoterapia.

Cuando el tabú antropológico respecto a la psicología se hizo añicos, comomuchos otros, en los años setenta, algunos antropólogos freudianos salieron delescondite, destacando entre ellos Meyer Fortes. En la antropología de Fortes (quien

en realidad había llegado a la antropología procedente de la psicología) habíanaparecido de vez en cuando algunas ideas freudianas censuradas, disfrazadas entreotras. Gluckman incluso había instado a los que realizaban trabajo de campo a quese psicoanalizaran, pero no para inspirarse a nivel teórico sino sólo para aclararselas ideas. Sólo entonces se empezaron a aceptar las influencias teóricas de Freudsin limitaciones. Fortes empezó a argumentar que el culto tallensi a los antepasadosestaba relacionado con ansiedades edípicas más que con la solidaridad del linaje.39 Sin embargo, en general es justo afirmar que este resurgimiento freudiano fue breve y que quedó relegado a la generación mayor, que había sido obligada con tantoahínco a reprimir sus intereses en su juventud. En la siguiente generación, sóloVictor Turner se inspiró directamente en Freud mientras realizaba una antropologíade primera línea.

Los intentos por estimular el interés por la psicología en la antropologíabritánica han sido escasos y ninguno de ellos ha tenido éxito. Tal vez el mássignificativo fue el de Nadel, y el más extraño, la asociación informal de Goffmancon los antropólogos sociales de la Universidad de Manchester bajo la dirección deMax Gluckman. Sin embargo, ninguno de ellos llegó a significar algo, y cuando enlos años sesenta los antropólogos de Manchester desarrollaron la «teoría de lasredes» y se interesaron por el «transaccionalismo», no tuvieron en cuenta lapsicología social. Actualmente, la mayor parte de los antropólogos británicos todavíano están interesados en la psicología. Incluso el campo aparentemente prometedor

de la ciencia cognitiva ha sido ignorado durante mucho tiempo. A pesar de todoesto, existen hoy en día dos licenciaturas de Antropología Social y Psicología en elReino Unido, en Brunel y en Goldsmiths. Tal vez algo se está removiendo en lamaleza. Es lo que debemos esperar, porque es un hecho establecido que lasfronteras entre las disciplinas constituyen las áreas de donde más probablementesurgen la difusión y la innovación.

37 Hearnshaw, 1964, p. 237.38 Hearnshaw, 1964, p. 208.39 Los últimos artículos de Fortes han sido compilados en Fortes, 1987. Esta compilación constituyeuna buena muestra de su fase freudiana.

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ADAM JONATHAN KUPER

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