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El problema de la tierra y la cuestión indígena en la obra “Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana” de José Carlos Mariátegui kmarx.wordpress.com /2015/04/21/el-problema-de-la-tierra-y-la-cuestion-indigena-en-la-obra- siete-ensayos-de-interpretacion-de-la-realidad-peruana-de-jose-carlos-mariategui/ Antonio Olivé Ayer todo eran lamentos, convocatorias apresuradas y buenas palabras. Había naufragado una barcaza con más de 850 personas. Los mismos gestos, las mismas palabras se sucedieron en octubre de 2013, más de 500 sin papeles viajaban en una barcaza que volcó frente a la isla italiana dei Conigli. Y lo peor de todo es que si salvan la ominosa travesía y no los engulle el mar, acabarán en un centro de internamiento, cárcel o explotados. ¡Asco del mejor mundo de los posibles! Ante esto también se hubiera indignado y revelado el autor al que dedicamos la entrada, José Carlos Mariátegui. El presente trabajo de Oscar Raúl Sandoval Zúñiga está orientado a analizar el problema de la tierra y la cuestión india en la obra Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana “. Se publicó originalmente en la revista Pori Kan. Esperamos que os interese… Saludos. Olivé ________________________________________________________________ EL PROBLEMA DE LA TIERRA Y LA CUESTIÓN INDÍGENA EN LA OBRA “SIETE ENSAYOS DE INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD PERUANA” DE JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Oscar Raúl Sandoval Zúñiga INTRODUCCIÓN Mariátegui se erige como uno de los más grandes pensadores de la inteligencia latinoamericana. Su legado se constituye en un valioso aporte que ha permitido a los estudiosos de la problemática que caracteriza al continente, realizar acercamientos más precisos a la interpretación de nuestra historia partiendo del análisis político pero sustentado en el reconocimiento de la propia realidad, sin caer en el dogmatismo ortodoxo que les caracterizaba. La interpretación mariateguiana sobre la sociedad latinoamericana le ha permitido a esta permanecer como una construcción discursiva dotada de plena vigencia. En ella hay un llamado al conjunto de sectores populares sin exclusión de ningún tipo, a luchar contra toda forma de opresión para construir una nueva sociedad a partir de la lucha revolucionaria pero distanciándose del rígido modelo de la revolución bolchevique y de los dogmas que hicieron del marxismo la “ suprema fuente de verdad ”.

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marx.wordpress.com-El Problema de La Tierra y La Cuestión Indígena en La Obra Siete Ensayos de Interpretación de La Real

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  • El problema de la tierra y la cuestin indgena en laobra Siete ensayos de interpretacin de la realidadperuana de Jos Carlos Maritegui

    kmarx.wordpress.com /2015/04/21/el-problema-de-la-tierra-y-la-cuestion-indigena-en-la-obra-siete-ensayos-de-interpretacion-de-la-realidad-peruana-de-jose-carlos-mariategui/

    Antonio Oliv

    Ayer todo eran lamentos, convocatorias apresuradas y buenas palabras. Haba naufragado unabarcaza con ms de 850 personas. Los mismos gestos, las mismas palabras se sucedieron en octubrede 2013, ms de 500 sin papelesviajaban en una barcaza que volcfrente a la isla italiana dei Conigli. Y lopeor de todo es que si salvan laominosa travesa y no los engulle elmar, acabarn en un centro deinternamiento, crcel o explotados.Asco del mejor mundo de los posibles!

    Ante esto tambin se hubiera indignadoy revelado el autor al que dedicamos laentrada, Jos Carlos Maritegui. Elpresente trabajo de Oscar RalSandoval Ziga est orientado a analizar el problema de la tierra y la cuestin india en la obraSiete ensayos de interpretacin de la realidad peruana . Se public originalmente en la revista PoriKan. Esperamos que os interese

    Saludos. Oliv

    ________________________________________________________________

    EL PROBLEMA DE LA TIERRA Y LA CUESTIN INDGENA EN LA OBRA SIETE ENSAYOS DEINTERPRETACIN DE LA REALIDAD PERUANA DE JOS CARLOS MARITEGUI

    Oscar Ral Sandoval Ziga

    INTRODUCCIN

    Maritegui se erige como uno de los ms grandes pensadores de la inteligencia latinoamericana. Sulegado se constituye en un valioso aporte que ha permitido a los estudiosos de la problemtica quecaracteriza al continente, realizar acercamientos ms precisos a la interpretacin de nuestra historiapartiendo del anlisis poltico pero sustentado en el reconocimiento de la propia realidad, sin caer en eldogmatismo ortodoxo que les caracterizaba.

    La interpretacin mariateguiana sobre la sociedad latinoamericana le ha permitido a esta permanecercomo una construccin discursiva dotada de plena vigencia. En ella hay un llamado al conjunto desectores populares sin exclusin de ningn tipo, a luchar contra toda forma de opresin para construiruna nueva sociedad a partir de la lucha revolucionaria pero distancindose del rgido modelo de larevolucin bolchevique y de los dogmas que hicieron del marxismo la suprema fuente de verdad.

  • El caso peruano le permite a Maritegui comprender la existencia de diferencias bien marcadas conrespecto al proceso revolucionario de la Unin Sovitica, por ejemplo la prevalencia de la poblacincampesina e indgena sobre la masa de proletarios. En la concepcin mariateguiana, la gua para larevolucin no provena de los dictados de los textos casi eclesiales del marxismo, sino de lacomprensin de las condiciones especficas presentes en cada sociedad pero sin descuidar losaportes realizados por diversos pensadores que desde la filosofa, la economa, la poltica y otrasdisciplinas le han permitido a la intelectualidad latinoamericana contar con nuevos elementos tericosvlidos para entender los procesos revolucionarios.

    A partir de la presente reflexin se intenta comprender el problema de la tierra, tomando como base laobra: Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana de Jos Carlos Maritegui. Seobserva, que para el autor, es imprescindible abordar el problema del indio antes de intentar entenderotros tipos de problemticas latentes en el Per, ya que por ese entonces la composicin demogrficade su poblacin era mayoritariamente indgena. A pesar de ello la opresin contra estos pueblos fueejercida con mayor crueldad, lo que se puede comprender a la hora de analizar la forma en que losespaoles primero y despus los terratenientes criollos fueron despojando de sus tierras a losindgenas. Este problema adquiere gran importancia, particularmente porque no slo importa larelacin social con ella, sino tambin por la simbologa presente en semejante vnculo. CuandoMaritegui analiza el problema econmico, como el problema de la tierra, en primera instancia, y el dela monopolizacin del capital luego, tambin est identificando los agentes sociales que estninterviniendo en la implementacin de este control, y al hacerlos no puede eludir las relaciones que sepresentan con el Estado. (Jaramillo, 1996: 141).

    No hay que apartarse de la consideracin de que para Maritegui es imprescindible tener presenteque los conflictos por la tenencia de la tierra deben analizarse teniendo en cuenta que ellos son en smismos hechos econmicos, latentes en toda lucha de clases y por ello mismo integrados con todos ycada uno de los aspectos que hacen parte de las dinmicas de la sociedad peruana. Esto indica quela construccin de la nacionalidad tiene que partir de resolver el problema de la tierra que le fueexpropiada al indgena por el espaol y luego por el terrateniente. No slo porque eso tiende agarantizar la posibilidad de su existencia fsica sino porque la relacin con ella, en trminos que lpueda decidirla, es la recuperacin de la magia, de las fantasas, de los ritos, del horizonte culturalque se le haba truncado. (Jaramillo, 1996: 141). Este problema como Maritegui lo plantea nosolamente es un problema racial y los anlisis que se hagan para entenderlo no deben apartarse de laperspectiva cultural, poltica e ideolgica que tambin se encuentran inmersas en esa problemtica.

    ASPECTOS CENTRALES EN LA PROBLEMATIZACIN DEL CONFLICTO DE LA TIERRA

    La perspectiva de Maritegui, muestra como la codicia de los espaoles por el oro y la plata peruanoslos llev a instalarse en la tierra baja. Esa codicia hacia esos metales albergadas en las montaasandinas conllev a que los procesos de conquista en la sierra fueran ms agresivos. Con el fin delograr los mayores beneficios posibles, la corona espaola se esmeraba en obstaculizar .eldesenvolvimiento econmico de las colonias al no permitirles traficar con ninguna otra nacin yreservarse como metrpoli, acaparndolo exclusivamente, el derecho de todo comercio y empresa ensus dominios. (Maritegui, 1994: 9).

    Estas relaciones de dominio fueron heredadas con posterioridad a los procesos independentistas porlos nuevos amos de la autoridad criolla, quienes no queran perder sus privilegios econmicos,luchando por afianzar su poder poltico. Por ello, el autor hace un llamado a aquellos que deseenaproximarse a la realidad latinoamericana para .no dejar de ver aqu el ms dominante factorhistrico de la revolucin de la independencia suramericana, inspirada y movida, de modo demasiadoevidente, por los intereses de la poblacin criolla y aun de la espaola, mucho ms que por losintereses de la poblacin indgena. (Maritegui, 1994: 9).

    Tal postura, aleja al autor de las clsicas historias apologticas que estudian los procesosindependentistas sin tener en cuenta sus aspectos contradictorios, como por ejemplo el hecho de que

  • mientras los ms privilegiados fueron los criollos, quienes afianzaron su poder econmico y poltico(hoy vistos como hroes); por otra parte, hubo una masa de ciudadanos, especficamente la poblacinindgena, que continu siendo victima del despojo de sus tierras y relegada de cualquier posibilidad departicipar activamente en la construccin de nuevas formas de gobierno.

    El nacimiento de las nuevas repblicas suramericanas, lejos de propiciar el desarrollo armonioso delas fuerzas productivas, agudiz el problema de tenencia de la tierra. Adems de ello, hay que tener encuenta que para Maritegui .la independencia sudamericana se presenta decidida por lasnecesidades del desarrollo occidental o, mejor dicho capitalista. (Maritegui, 1994: 9). No es gratuitoque los banqueros ingleses fueran tan diligentes en la concesin de prstamos a estas naciones, puesello garantizaba que desde sus comienzos estuvieran amarradas a sus intereses ante la imposibilidadde contar con fuentes de financiamiento propias para poder mover sus economas. Aqu Mariteguianaliza la forma en que estos pases comenzaron a hacer su contribucin a los procesos de desarrolloacelerado que experimentaban los pases de Occidente, los cuales empezaron a mover sus grandesindustrias con materias primas albergadas en el suelo y subsuelo de Amrica Latina,correspondindole a Inglaterra asumir su papel hegemnico, gracias al provecho que sac por habercontribuido con sus prstamos a financiar los costos de las guerras independentistas.

    Para los ingleses, el Per era vital en su inters por consolidar su desarrollo industrial, ya que sussuelos albergaban guano y salitre en cantidades suficientes para satisfacer la creciente demanda deesas materias primas. Adems, con condiciones geogrficas de acceso ptimas para los barcos quevenan en su bsqueda, aspecto que abarataba los costos de explotacin. Para Maritegui, steasunto permite entender la forma en que el Per se transform en una economa colonial. Comoabastecedor de materias primas, la naciente repblica se sinti facultada para darle rienda suelta alendeudamiento con la banca inglesa, trayendo como resultado la penetracin cada vez ms crecientede capitales ingleses, urgidos de maximizar sus utilidades a costa de cualquier cosa. Al respecto,Maritegui argumenta: Este trfico coloc nuestra economa bajo el control del capital britnico alcual, a consecuencia de las deudas contradas con la garanta de ambos productos, debamosentregar ms tarde la administracin de los ferrocarriles, esto es, de los resortes mismos de laexplotacin de nuestros recursos. (Maritegui, 1994: 11).

    La influencia de la explotacin del guano y del salitre, representa para Maritegui, uno de los pilaressobre los que se construyeron los primeros rasgos del capital comercial y bancario. Esto permiti queen el Per se avanzara ms all de los rasgos aristocrticos y feudales que caracterizaban lapropiedad. Los beneficiarios de las utilidades arrojadas por esos procesos, se constituyeron en unaclase capitalista proveniente de posiciones privilegiadas durante la colonia, ellos estabanrepresentados generalmente por los caudillos militares que lucharon por conservar esos privilegios. Elpensador peruano, argumenta que con la explotacin del guano y del salitre, se contino con laexplotacin de la sierra, tal como lo venan haciendo los espaoles a travs de la explotacin minera,sta era la actividad central sobre la que se ciment la sobrevivencia econmica del rgimen colonial.Es claro entonces que, tanto durante la colonia como despus de la independencia, la sierra seconstituy en la base econmica de la poca, lo que deja entrever la existencia de una sociedaddependiente de los productos del agro, por consiguiente dominada por aquellos que tuvierancapacidad para concentrar y acumular la mayor cantidad de tierras en sus manos.

    En Maritegui era evidente su preocupacin por el hecho de que los pases latinoamericanossustentaran su riqueza exclusivamente en la posesin de la riqueza natural. En forma visionaria yaestaba midiendo las consecuencias negativas para la autonoma de estos pueblos. En su trabajo seinfiere el carcter degradante de la economa de un pas que sustenta su desarrollo econmico en laexplotacin de materias primas que son incorporadas al circuito del comercio exterior como una fuentesegura de divisas con el fin de obtener financiamiento para cumplir con el pago de las obligacionesfinancieras adquiridas con prestamistas internacionales. El peligro avizorado por Maritegui consistaen saber que tarde o temprano la exportacin no planificada de recursos naturales desencadenara enla destruccin de la naturaleza y por consiguiente en el agotamiento progresivo del patrimonio naturalde los pueblos. Adems, en la historia del Per se escribieron pginas trgicas como consecuencia de

  • la riqueza empobrecedora que hizo ver con una codicia maliciosa al guano y al salitre. La guerra delPacfico, consecuencia del guano y del salitre, no cancel las otras consecuencias del descubrimientoy la explotacin de estos recursos, cuya prdida nos revel trgicamente el peligro de una prosperidadeconmica cimentada casi exclusivamente sobre la posesin de una riqueza natural, expuesta a lacodicia y al asalto de un imperialismo extranjero o a la decadencia de sus aplicaciones por efecto delas continuas mutaciones producidas en el campo industrial por los inventos de la ciencia.(Maritegui, 1994: 11).

    Con la consiguiente prdida de los territorios del guano y del salitre, durante la poca de la postguerra,la economa peruana viene a padecer los impactos negativos reflejados en: paralizacin de las fuerzasproductoras nacientes, depresin general de la produccin y el comercio, prdida de valor de lamoneda, ruina del crdito externo.1 Ante tal situacin, los capitalistas que emergieron durante labonanza del guano y del salitre, emprenden una campaa de reorganizacin orientada a mantenersus privilegios y nuevamente en detrimento de las clases proletarias y de las capas de la pequea ymediana burguesa. Esta poca marca la agudizacin de la intromisin del capital ingls en laeconoma peruana, que gracias a los emprstitos concedidos accedi al control de los ferrocarriles, ypor ende obtuvo licencia para que sus capitales ejercieran su papel dominante sobre otros renglonesde la economa.

    La poca en la que vivi Maritegui, corresponda con el hecho de que la poblacin indgenarepresentaba las cuatro quintas partes de la poblacin peruana, la esfera econmica estaba dominadapor las actividades relacionadas con las faenas agrcolas, es decir que la vocacin del pas eraprimordialmente agrcola, pero con un repunte significativo de la las actividades mineras. A pesar deello la organizacin agrcola presentaba rasgos semifeudales. Los terratenientes de la poca no eranuna clase dominante en el concierto de la economa nacional. La minera, el comercio, lostransportes, se encuentran en manos del capital extranjero. Los latifundistas se han contentado conservir de intermediarios a ste, en la produccin de algodn y azcar. (Maritegui, 1994: 14). Susproductos eran destinados a la exportacin, haba una casi total despreocupacin por abastecer elmercado interno. Su contribucin a la subsistencia de los centros urbanos era nula, coadyuvando conello a acentuar las condiciones de miseria de los pobladores. Maritegui analiza la forma en que lasexportaciones de algodn y caa de azcar contribuan a equilibrar la balanza comercial del pas, peroa la vez acentuaban las contradicciones sociales de la poca. La utilizacin de mano de obra se hacaen condiciones desventajosas para los trabajadores. En su anlisis demuestra que los propietarioscriollos estaban imbuidos del concepto de renta antes que del de propiedad. Esto haca que los rasgosde feudalidad se conservaran an ms convirtindose en obstculos para que la produccin capitalistaengendrar las condiciones que le permitiera acabar con las ruinas de la propiedad feudal comorequisito fundamental para su consolidacin.

    LA CUESTIN INDGENA

    En la visin mariateguiana se evidencia una crtica certera a aquellas posturas que intentan evadir lascuestiones econmicas y sociales imbricadas en la problemtica indgena. Desde su perspectiva, esasargumentaciones carecen de fundamento conceptual. En ellas hay un claro inters por desvirtuar eldebate, lo que se logra finalmente es ocultar la realidad del problema del indio. Maritegui acude a lacrtica socialista por ser un instrumento terico vlido para interpretar en forma integral las verdaderasraces del fenmeno. Por esta va lo descubre y esclarece, porque busca sus causas en laeconoma del pas y no en su mecanismo administrativo, jurdico o eclesistico, ni en su dualidad opluralidad de razas, ni en sus condiciones culturales y morales. La cuestin indgena arranca denuestra economa. Tiene sus races en el rgimen de propiedad de la tierra. Cualquier intento deresolverla con medidas de administracin o polica, con mtodos de enseanza o con obras devialidad, constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras subsista la feudalidad de los gamonales.(Maritegui, 1994: 17)

    Para l, salidas como las que se dieron en Colombia con la Constitucin de 1991, en las cuales separte del reconocimiento de los derechos de los pueblos indgenas, especficamente en los artculos 7

  • y 10 2 , no podran resolver la problemtica indgena porque asuntos como el de la concentracin dela tierra permanecen intactos. En el fondo lo que se hizo fue desviar la atencin sobre la esencia delproblema, ya que las condiciones de pobreza en las que vive la mayora de la poblacin indgena enColombia no han cambiado. Si bien es cierto, aunque los indgenas han copado espacios departicipacin poltica que antes les estaban vedados (como sucede con algunos cargos de eleccinpopular) y aunque hoy en da cuenten con una legislacin indgena propia; tambin es cierto que ellono ha permitido a las comunidades indgenas mejorar sus condiciones de vida y contar con tierrassuficientes y consolidarse como pueblo e impedir la destruccin de sus costumbres y de su cultura.

    De modo similar, los estudios culturales han emergido ltimamente como alternativa a los problemasrelacionados con las prcticas y los discursos del desarrollo. Tales propuestas tienen que ver con lasposibilidades de desarrollos alternativos, donde lo local asume una posicin de resistencia frente a lapretendida homogenizacin de las culturas inmersas en los procesos de globalizacin. Se buscapreservar lo diferente, establecer dilogos entre culturas diversas como mecanismo para garantizar lasupervivencia y la pluralidad de las mismas. En tal sentido, se dira que las soluciones entregadas porestas modas discursivas para resolver el problema del indio tampoco atacaran de fondo la cuestinrelacionada con la concentracin y la tenencia de la tierra, pues las mismas se centran solamente enla posibilidad de la convivencia intercultural y racial. Maritegui ya haba anticipado sus crticas a estetipo de discursos, al respecto deca:

    La reivindicacin indgena carece de concrecin histrica mientras se mantiene en unplano filosfico o cultural. Para adquirirla .esto es para adquirir realidad, corporeidad.necesita convertirse en reivindicacin econmica y poltica. El socialismo nos haenseado a plantear el problema indgena en nuestros trminos. Hemos dejado deconsiderar abstractamente como problema tnico o moral para reconocerloconcretamente como problema social, econmico y poltico. Y entonces lo hemossentido, por primera vez, esclarecido y demarcado. Los que no han roto todava elcerco de su educacin liberal burguesa y, colocndose en una posicin abstractista yliteraria se entretienen en barajar los aspectos raciales del problema, olvidan que lapoltica y, por tanto la economa, lo dominan fundamentalmente. Emplean un lenguajepseudoidealista para escamotear la realidad disimulndola bajo sus atributos yconsecuencias. Oponen a la dialctica revolucionaria un confuso galimatas crtico,conforme al cual la solucin al problema indgena no puede partir de una reforma ohecho poltico porque a los efectos inmediatos de ste escapara una compleja multitudde costumbres y vicios que solo pueden transformarse a partir de una evolucin lenta ynormal (Maritegui, 1994: 17).

    Maritegui concluye que el problema del indio no es un problema tnico, pues este argumento es elque ha sido utilizado por el imperialismo para legitimar sus conquistas expansionistas. Esto tiene suexplicacin en el hecho de que Occidente vio a los nativos de las tierras americanas como brbaros,paganos y salvajes que deban ser convertidos y cristianizados para ser salvados. El aspecto central aestudiar en los conflictos del indio, parte de entender e interpretar la relacin con la tierra y su solucinpasa por resolver los problemas de tenencia y concentracin de la misma, pues la inequidad en elacceso a la propiedad hace que tambin hoy en da los planteamientos de Maritegui tengan vigenciaplena.

    El indio jug un papel importante durante la independencia. Aunque, como afirma Mariategui, larevolucin de independencia no fue un movimiento indgena sino de criollos, fueron ellos quienes sebeneficiaron con la misma. Si bien es cierto, aunque se promovieron leyes y decretos que favorecan alos indios con la reparticin de tierras y la abolicin del trabajo gratuito, estas fueron letra muerta, enpalabras de Maritegui: no representando la revolucin en el Per el advenimiento de una nuevaclase dirigente, todas estas disposiciones quedaron slo escritas, faltas de gobernantes capaces de

  • actuarlas. La aristocracia latifundista de la Colonia, duea del poder, conserv intacto sus derechosfeudales sobre la tierra y, por consiguiente sobre el indio. (Maritegui, 1994: 22). Durante la republicase acentuaron tanto la explotacin del indio como la apropiacin de sus tierras por parte de una nuevacasta de criollos con nfulas de dominadores. Esto signific para el indio el despojo de su cultura y desus costumbres. Maritegui describe como en la Sierra subsistan los rasgos ms brutales defeudalidad. Demuestra que la Sierra peruana presenta otra actividad econmica: la minera, casitotalmente en manos de dos grandes empresas norteamericanas. () Es tanta la miseria a que loscondena la feudalidad agraria, que los indios encuentran preferible, con todo, la suerte que les ofrecelas minas (Maritegui, 1994: 22).

    En el problema de la tierra juega un papel importante el gamonalismo, el latifundio y la servidumbrecomo herencias de la feudalidad. Para Maritegui, lo grave del asunto es que el rgimen depropiedad de la tierra determina el rgimen poltico y administrativo de toda nacin. Esta es la raznpor la cual en cualquier pas donde el desarrollo est cimentado sobre la propiedad semi-feudal nopodr coexistir ni funcionar instituciones democrticas. Tanto es as, que para conservar el poderoeconmico de los colonizadores espaoles fue necesario acabar con la economa agraria incaica quese basaba en la propiedad colectiva de la tierra, sin dejar de mencionar que de acuerdo con estepensador, la poblacin indgena que antes de la llegada de los espaoles ascenda a casi diezmillones de habitantes fue brutalmente exterminada y diezmada hasta caer a una poblacin de pocoms o menos un milln de habitantes.

    La incapacidad la nacin que emerga en la poca postindependentista para resolver problemasestructurales relacionados con la inequidad en la propiedad qued evidente en la repblica naciente.Si la revolucin hubiese sido un movimiento de las masas indgenas o hubiese representado susreivindicaciones, habra tenido necesariamente una fisonoma agrarista. Est ya bien estudiado comola revolucin francesa benefici particularmente a la clase rural, en la cual tuvo que apoyarse paraevitar el regreso del antiguo rgimen (Maritegui, 1994: 31). Contrariamente en el Per, se consoliduna nueva aristocracia de criollos terratenientes que lucharon por conservar intactos sus privilegios. Ellatifundio contino intacto y la abolicin de la servidumbre no pas de ser una manifestacin retrica,razn por la cual las condiciones del indgena no pudieron mejorar o en muchos casos hastaempeoraron. Esto coincidi con el auge y fortalecimiento del caudillismo militar, pues el mismocoadyuv a fortalecer el latifundio. En su gran mayora los caudillos militares se convertan en grandeshacendados, ya que se amparaban en el poder de las armas para facilitar sus accionesexpropiadoras.

    El paulatino proceso de destruccin de las comunidades permiti a los latifundistas tener opcionesms seguras para la expropiacin de nuevas tierras. Destruir la comunidades no significaba convertira los indgenas en pequeos propietarios y ni siquiera en asalariados libres, sino entregar sus tierras alos gamonales y a su clientela. El latifundista encontraba as, ms fcilmente, el modo de vincular elindgena al latifundio (Maritegui, 1994: 35). Despojado de sus tierras, el indgena tambinenfrentaba el problema de verse desprendido de sus formas de organizacin social sustentadas en eltrabajo colectivo y en la cooperacin. Ahora se ve sometido a trabajar para beneficio de otros bajo lams cruel explotacin.

    Un nuevo ingrediente se asocia al problema, y tiene que ver con la incorporacin de nuevas y mejorestcnicas para incrementar la productividad de la tierra. Dentro del rgimen capitalista, la granpropiedad sustituye y desaloja a la pequea propiedad agrcola por su aptitud para intensificar laproduccin mediante el empleo de una tcnica avanzada de cultivo. La industrializacin de laagricultura trae aparejada la concentracin de la propiedad agraria. La gran propiedad apareceentonces justificada por el inters de la produccin, identificado tericamente por lo menos, con elinters de la sociedad (Maritegui, 1994: 39). Podra decirse que Maritegui ya mostrabapreocupacin por las consecuencias derivadas del uso intensivo de mquinas y de abonos, quizdebido a que en ltimas como siempre los nicos beneficiados seran los latifundistas, pues eranquienes podan acceder a las innovaciones tecnolgicas. En virtud de ello, los marginados quedarana merced del latifundista pues tal como sucede hoy en da, quin no puede acceder a las ventajas

  • competitivas que le ofrece la tecnologa, puede ser expulsado del mercado, aspecto que en lugar debeneficiar a los minifundistas no hara sino profundizar sus angustias, vindose en muchos casosobligados a despojarse de sus tierras.

    Finalmente, llama la atencin la forma en que para Maritegui la feudalidad es objeto de anlisis apartir de su relacin con el arte. Respecto a la lite de la sociedad aristocrtica, afirmaba que tenams educacin artstica y ms aptitud esttica que la lite de la sociedad burguesa. Su funcin, sushbitos, sus gustos, la acercaban mucho ms al arte, los papas y los prncipes se complacan enrodearse de pintores, escultores y literatos. En su tertulia se escuchaban elegantes discursos sobre elarte y las letras. La creacin artstica constitua uno de los fundamentales fines humanos, en la teoray en la prctica de la poca.() La lite aristocrtica se compona de finos gustadores y amadores delarte y de las letras. La lite burguesa se compone de banqueros, de industriales, de tcnicos. Laactividad prctica excluye de la vida de esta gente toda actividad esttica (Maritegui, 1994: 552).Este aspecto se torna en un elemento contradictorio porque auque la aristocracia feudal era enesencia ms culta, no poda decirse que era ms justa en el trato con sus subordinados y al contrariosiempre buscaba nuevas formas para incrementar su poder, as para ello fuera necesario el uso de laviolencia, el destierro y la expropiacin por la fuerza. Es posible que su acercamiento al arte y engeneral a las manifestaciones estticas se diera debido a que era una clase ms parsita, con mstiempo ocioso, lo que le permita dedicarse a las actividades contemplativas. Mientras tanto elcapitalista, permanentemente estaba ansioso de aventura y riesgo, siempre y cuando ello significarala maximizacin de sus utilidades.

    A manera de sntesis, en Maritegui los problemas del indio y de la tierra estaban ligados el uno conel otro. El problema de la tierra es en s mismo un hecho econmico, y est ligado a la inequidad en elacceso a la propiedad. La concentracin de la tierra en unos pocos, quienes valindose del poderpoltico y econmico despojaron al indio de sus tierras es la causa de la explotacin que durante aosha padecido. Cualquier otra explicacin que se desligue de lo social y de lo econmico, no pasa de seruna especulacin terica que tiene como fin ocultar una realidad e impedir que la misma sea revertidaen pro de mejores condiciones de vida para los desposedos.

    NOTAS

    1. Ver: Maritegui: 1994, 12

    2. Se trata de reconocer la diversidad tnica y cultural de la nacin colombiana, y el respeto a laslenguas y dialectos de los grupos tnicos como oficiales en sus territorios y la obligatoriedad deimpartir educacin bilinge en comunidades con tradiciones lingsticas propias.

    REFERENCIAS

    JARAMILLO SALGADO, Diego. 1994. Valorizacin de la poltica. Lectura del discurso de Maritegui.En Anuario Mariateguiano. Vol. VIII, No. 8.

    MARITEGUI, Jos Carlos. 1994. Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana. BibliotecaAmauta. Lima.

    El problema de la tierra y la cuestin indgena en la obra Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana de Jos CarlosMaritegui